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... dedicado a aquellos que, con su amor y desamor,
hicieron de la mar mi refugio
L a niña y el mar
Copyrigth Victoria Pereira “Lía”, 2003
El código Penal sanciona a “...quien intencionadamente reprodujere, distribuyere, plagiare, o comunicare públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, científica o artística o su transformación o una interpretación arti´stica
fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin autorización expresa de los titulares de los derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importare, almacenare o exportare ejemplares de dichas obras o producciones sin la autorización requerida” (Art.534-bis, a). Expresamente se prohibe la traducción, total o parcial, a cualquier idioma, lengua o dialecto, sin
la autorización expresa del autor.
Editado por: ALTERNATIVA EDITORIAL
http://www.alternativaeditorial.com/
[email protected]
Apartado 98 - 32.080 OURENSE
Galicia (Europa)
Editor asociado: Victoria Pereira, “Lía”
Primera edición: 1.000 ejemplares
Impreso en: GRAFICAS GALEGAS (Ourense)
Depósito legal: O U - 5 2 / 2 0 0 3
ISBN: 8 4 - 9 6 0 8 5 - 2 3 - 6
Maquetación: Ourense Dixital
Diseño de portada: Xabier González
Selección de ilustraciones y fotografías interior: Analén Katarina G.
Digitalización y efectos fotográficos: Jon González
e-mail de la autora: [email protected]
h t t p: / / v ic t o r ia pe r e ir a -lia . c o m
web-site de la autora:h
Venta por internet:
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Este libro se sustenta bajo la premisa de ser una publicación editorial sin ánimo de lucro. El autor
conserva en todo momento los derechos de propiedad intelectual de su obras y únicamente las cede
para ser incluídas en esta edición impresa y en PDF.
Muchos de estos poemas, los escribí siendo casi una niña. A
través de ellos he llegado a sentir que aún lo soy y me gusta. No es que
el tiempo no haya pasado para mi, pero no me resigno a ser sólo una
persona adulta, los adultos no somos capaces de tener unos sentimientos sencillos y parece que se nos niega jugar con caracolas.
Efectivamente, como comentan mis amigos, nunca he tenido el
mar cerca, aunque siempre que puedo me escapo con él; contemplarlo
tranquilamente es una de las cosas que más momentos felices me han
proporcionado a lo largo de la vida, y junto a su sal y su espuma, he
conseguido convertirme en una "niña-mujer" que ama la mar.
Horizontes de “A-mar a-mares”
Letras para todos, poesía en la que subyace un espíritu indisimulado de niña que crece sin querer crecer; quizás porque, de esa
manera, no ha de renunciar a las miradas que colgamos -sin pinzas- en los horizontes del “a-mar a-mares” que siempre rodea nuestro cuerpo de tierra o, afortunadamente, nuestra realidad...
Sí, “La niña y el mar” me devuelve la cajita -tan necesaria y
tan olvidada- de lápices de colores marca “Alpina” con los que
pinté, en mi niñez, las rimas más fértiles como ejercicio vital para
construir el “almario” existencial de la mejor parte de mis edades
adultas... versos de sol pintado con ojos y sonrisa, de nubes tan
azules como uno se las imaginaba y de corazones en busca de esa
pared en la que dejar huella eterna de que me significo en ti mientras tú, a mí, me significas.
Deslizaos, soñad que aún hay niñas que se olvidan de sus
videoconsolas para dibujar, con acuarelas de tonos suaves y matices de melancolía intensa, esos atardeceres que parecen morirse en
el mar con una des-esperada fe en renacer convertidos en albas de
ensueño... Sí, Lía, yo también me pregunto: “¿Que hago con / todos
lo s v e r s o s / que h e e s c r ito ? ”
Y la respuesta es siempre la misma:
Barquitos de papel
que s e h a g a n a l ma r
b us c a ndo o la s y ma r e a s ,
estelas de lunas
y sirenas...
Y hoy he hecho varios, al leerte...
(*) X abier González
En la bibliografía de autor de este escritor gallego destacan títulos en idioma castellano
cómo “El Efecto Doppler” (novela), “Corsario de ciudad” (relatos) o “Juegos de Olvido”
(poesía); en idioma gallego, “Nas corredoiras do íntimo estronicio” (poesía), “Escritos da
Nación Proibida” (relatos) y su importante obra teatral estrenada: “Keltike”, “Espada o
prato”, “Altariac Eirin”, “Nemet”, “Cantigas para unha guerra”, “O Papamoscas”, “Petra
e Karim”; así como la participación en multitud de antologías internacionales, de las que
cabe destacar “Palabras Mansas” y “Sensibilidades”.
5
Mucho más que “poemas marineros”
"La niña y el mar" encierra mucho más que un puñado de
poemas marineros; este "mar" de esta "niña" son como sus suaves
brisas para dejarse acariciar en cualquier tarde, y buscar melodías
que saben y huelen a salitre, e ir envolviéndonos en un ensueño de
olas y caracolas.
Los poemas nos acercan al mar desde los ojos de niña-mujer
de Lía, y nos dejamos mecer por estas marejadas que nos adentran
y nos descubren mundos mágicos de sirenas y marineros, todo ello
engarzado en la dulce cadencia de las rimas y los sonetos que ella
tan bien domina.
Leyendo a Lía no se puede evitar "ver" al mar, aunque sea
desde una ventana que da a un deslunado repleto de tejas y antenas de televisión... aunque sea echada en un sofá y cómodamente
ubicada entre cuatro paredes que dejan pasar los ruidos de la ciudad y su caos. Lía nos transmite con su sensibilidad, o mejor, nos
transporta hasta un mar que se puede sentir detrás de tanto
cemento.
"La niña y el mar" es un poemario, precisamente, para leerlo frente al mar mientras se construyen castillos de arena con
manos de niña.
(*) M a ry O rt í Ra l l o
Nacida y residente en Valencia, entre su obra publicada está el poemario “Fuimos de tardes” y ha sido autora invitada en la “III Antología
Internacional Sensibilidades” y participado con textos seleccionados en
la I, II y IV de dichas antologías.
6
Ritmo, palabra e imagen...
La primera vez que vi a Victoria, yo, que soy isleña y adoro
el mar, pensé que lo llevaba en sus ojos y después de leer La niña
y el mar sé que además lo lleva en la sangre que la recorre.
De su mano llegamos hasta el paisaje de agua que nos presenta, paisaje en el que es muy fácil perderse.
Victoria nos susurra lo que le cuentan las gaviotas y nos
descubre una sirena varada que sueña baladas, nos cuenta fábulas
marineras y navegamos con ella en un barco de papel a través de
sus palabras plenas y elocuentes.
Su poesía es como un soplo de brisa marina que nos despeina y conmueve, como una plegaria y un milagro. Profundidad y
música que hacen vibrar el sentimiento.
Ritmo, palabra e imagen, aunadas para ofrecernos un sugestivo libro que hay que saborear lentamente, paladearlo como los
buenos vinos, extraer los distintos aromas de cada uno de sus poemas: nostalgias, denuncias, tristezas... y sobre todo, el aroma del
mar y su belleza.
(*) A raceli Garc í a L óp ez
Nacida y residente en Palma de Mallorca, entre su obra publicada destaca el poemario “Palabras de luna” y el haber sido autora invitada en
la “II Antología Internacional Sensibilidades” y participado con textos
seleccionados en la I,III y IV de dichas antologías.
7
Un sueño de olas
Victoria Pereira sueña con el mar, desde la tierra, como si la
tierra se levantara en espumas dejándola un regusto de sal y caracolas en los labios, en las manos, en el alma.
No es niña Victoria, más como los niños se deja seducir por
el encanto de las sirenas, el vuelo de las gaviotas, el tránsito de los
atardeceres marinos.
Leed sus poemas, están llenos de sencillez, de espontaneidad; insertos todos en la línea que nos llega desde el romanticismo
a nuestros días en la mejor tradición de las baladas sobre el mar.
Leed estos escritos de ausencia. Sí, porque Victoria sueña
con las olas y sin embargo... las olas están tan lejos como ese marinero que, nostálgicamente, ella observa, como el mar que lleva dentro.
Cuando la niña de mar habla, habla también la naturaleza,
y los seres mágicos que ella ve, aunque los demás no los vean, y le
explican de soledades, y de amores, y de desencuentros.
Y nosotros, solo podemos quedarnos al pie de la playa, escuchando la vieja y eterna música del agua que se nos colando, como
sin querer...
(*) M ª Antoni a Seguí Collar
Nacida y residente en Madrid, entre su obra publicada destaca el haber
sido autora invitada en la “III Antología Internacional Sensibilidades” y
participado con textos seleccionados en la II y IV de dichas antologías;
así como en la antología poética “Poemas” y en la de cuentos “Itaca”.
8
De mi niña a tu mar
Conocí el mar por primera vez aún siendo niña, a los 8 años.
Acomodada como sardina dentro de un auto que transportaba a una familia numerosa - y en medio de una algarabía generalizada por conocer el mar - yo, la citadina número x de "La Región
más transparente", desde la primera vez que lo vi, supe que tarde o
temprano mi morada sería cerca de sus aguas. Fue como un regresar. Lo primero que hice, al abrirse las puertas del auto estacionado en la primera brecha de la carretera que daba al Golfo de
México, en las playas de Veracruz, fue correr hacia sus olas y zambullirme con todo y ropa. "Estás loca, Nena", recuerdo escuché que
me decían entre risas. Y más risas les daba verme como pambazo
llena de arena cuando regresamos al auto, y seguir rumbo al centro de la ciudad costera. Ya llevaba al mar dentro de mí, todos sus
sonidos. Sonreí.
Esos sentimientos proféticos, Victoria - ya que ahora vivo
cerca del mar - son lo que me acercan a tu La niña y el mar y, como
sirena varada en tus versos de claridad de ola Cancunense, de su
delicada frescura, me siento junto a ti para tratar de comprender...
El tema de tus poemas es lo que más llaman mi atención, y
es sobre ello, sin duda alguna, lo que mi pluma querrá plasmar. De
tu mar nostálgico, triste, de ese que trae a un marinero en las primeras horas del alba, sin saber si al anochecer aún estará al lado
de la amada. Tal vez será lo que cuentan las gaviotas, lo que nos de
la pauta para entender el porqué el mar nos embelesa en esta
"noche aciaga, para los sueños del azul" en que nos acompañamos.
No hay prisa, y casi estoy segura, sabemos que esa incógnita es
parte de su encanto, pero esperamos una respuesta, como se esperan todos los sueños por realizar.
9
La niña y el mar ofrece un "refugio" a todo aquel que lo lee, a
todo aquel que se sumerge más allá de las primeras capas de su mar
Mediterráneo. Nos invita a "descubrir las maravillas que la vida
puede sacarse de la manga", a cuestionarnos el "cómo arrancarle al
mar la clepsidra de la vida." A acercarnos a su diosa del mar
Yemaya, diosa amable y soñadora, entre otros poemas, y en esencia, el compartir con el lector el "deseo ver brillar el sol ante mis
s e no s / a g ita r me po r e l a mo r y la a r mo nía , / r e c o r da r c ó mo e s de
pe r f e c ta la a le g r ía , / y v e r de s pe r ta r lo s s e ntimie nto s b ue no s . "
Versos que, como poderosa "ancla", Victoria, me sumergen
en tu profundo mar.
En deuda contigo, y sólo el viento sabe por qué, de mi mar a
tu mar estas breves palabras, con mucho cariño.
(*) Aletse Santiago
En la bibliografía de autor de esta escritora Mexicana figura el libro
“Silencios de agua” y el haber sido autora invitada en la “I Antología
Internacional Sensibilidades” y participado con textos seleccionados en la
II,III y IV de dichas antologías.””
10
Profecía
Dijo un hombre de mar conocer las fábulas de un marinero
que hizo de un fin un comienzo inevitable.
Se alejó de su barco, un día, llevando consigo tan sólo su
timón de amor.
Voy a dormir -pensó-, y le escribiré una carta a Alfonsina...
y otra a Yemaya... mis cómplices de utopías, mis confidentes de sal.
Habré de confiarles mis recuerdos de mar; mi desesperanza.
Habré de contarles del Mediterráneo, de mi refugio... de mi
eterna pregunta sobre la tristeza del mar.
¡Calla! -Le susurró una voz que brotaba entre los salados
pliegues de su recién abandonado barco de papel.
El hombre de mar, marinero al fin, recobró de un murmullo
su memoria de agua, de cielo abierto de par en par; la marea de
todas las variaciones del amor vividas y por vivir.
Una sirena, varada en su tristeza, le dibujó en la arena una
canción:
" . . . M a ñ a n a la s g a v io t a s
n o po dr á n c o n t a r h is t o r ia s
s o n a r á e l m a r a la m e n t o s
q u e u n dí a di j e r o n ¡ b a s t a ! "
¿Y si me llevas..?
Y su plateada piel mutó en versos y un poema se volvió
mujer con alma de niña y el recuerdo intacto de un beso de mar.
Fue un comienzo inevitable y el hombre de mar lo supo
desde el comienzo.
Victoria ha sido un placer asomarme a tus poesías. Sus títulos, poemas en sí mismo, me han dado pié para acompañarte con
éste, mi humilde prólogoa tu libro.
(*) Cristina Chaca
En la bibliografía de autor de esta escritora Argentina figura la participación
como autora invitada en la “Antología Internacional Sensibilidades, invier no 2002” y en las de “Galería de cuentos y poesía”, “Sensibilidades, verano 2002”. y la “IV Antología Internacional Sensibilidades”
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Mar pasional
En tu libro hay una entrega total al mar: espacio azul, fuente de sentimientos. Es un amor que te duele, que lo llevas muy dentro y lo reflejas en tus versos. Con una sensibilidad a flor de piel
nos presentas el mar como el noble confidente que escucha con
prudencia. Refugio donde encuentras ese bálsamo consolador que
suaviza olvidos. Agua que te mece sensible y a cuya orilla te tiendes confiada, en espera de su beso. Pero también nos muestras su
sufrimiento, su tristeza e impotencia ante esa agresión ciega que
va borrando su sonrisa. Duele ver como pierde el color y se vuelve
opaco. Es como tú dices, el mar está hoy triste. En la añoranza de
los días pasados, te enfrentas ahora a su dolor negro y ensalzas su
lucha, confiando en la ayuda del hombre que tratará de corregir
sus errores. Y con la seguridad que te da la fuerza de tu amor por
él, te dejas envolver en su recuerdo mientras nos haces partícipe
de tus maravillosos sueños.
Un libro escrito desde la pasión que te inspira el mar.
Gracias por compartirla.
(*) P i lar More n o Wa l l a c e
Entre la obra publicada de esta escritora residente en Holanda, destaca la el
haber sido autora invitada en la “IV Antología Internacional Sensibilidades”
y participado con textos seleccionados en la I, II y III de dichas antologías.,
12
Mar que vive, siente, mata...
En unos versos bañados de ternura y candidez, pero que por
momentos saben revestirse de dureza y realidad, Victoria amalgama historias y sueños, verdades y fantasías, ritmos y cadencias,
suspiros de niña y gritos de mujer... para relatarnos sinsabores y
desconsuelos, intimidades y denuncias, sonrisas y esperanzas...
sueños de agua, vestidos de poesía.
Victoria nos lleva de la mano por un mar que saber ser cómplice... sin condiciones, en las intimidades del amor; testigo... que
mudo se nutre de nuestras lágrimas mientras su sal se mezcla con
la nuestra y nos ensucia el rostro mientras nos limpia el alma;
espejo azul... que, en sus olas impetuosas, nos enseña cómo sacudirnos la rabia y el dolor, para arrojarlos luego como "Fábulas de
Marinero", a la playa del olvido; tumba de "Agua"... donde quisieramos ahogar eternamente la tristeza, la desidia, la rutina; puente...
que guarda bajo sus arcos los "Barcos de Papel" dejados a la deriva;
refugio... donde cantarle quimeras de "Sirenas Varadas" a "Yemaya",
mientras con los pies descalzos pero sin dejar huellas, caminan
nuestros anhelos sobre la calma de su playa, acortando distancias.
En unos tiempos difíciles, donde la indiferencia se enmascara de falso individualismo, donde las manos se levantan no para
acojer y sí para señalar, donde la hipocresía y la falsedad son el pan
nuestro que cada día hemos de comer... Victoria ha vuelto agua sus
versos para refrescarnos en el oasis de su mar... y que, en un
momento eternizado por la utopia, nos acurruquemos en la brisa
de sus páginas. “Su” mar vive... siente, ama, mata... Es dual, diosa,
libre, caprichosa, serena, atormentada. Por momentos apacible y
sumisa, otras tantas poderosa y bravía, pero siempre indomable...
como la esencia misma de este manifiesto de "La niña y el mar", que
nos brinda Victoria Pereira.
(*) A d a n e l ly s M e rcedes P é rez d e H aye s
Entre la obra publicada de esta escritora nacida en la Rep. Dominicana y
residente en USA destaca el poemario “Liturgias de mujer” y el haber sido
autora invitada en la “IV Antología Internacional Sensibilidades” y participado con textos seleccionados en la III de dichas antologías.””
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Abanico de sensaciones
Tengo abierto el libro de poemas de Victoria Pereira y de
pronto, sin avisar, veo que sus versos están vivos, que en pareja se
contestan por la rima y el ritmo, como gaviotas sobre el mar que
tanto ama la autora... Que lo que nos cuentan me embelesa de la
misma forma que cautivan los objetos bellos sin precisar de más
explicaciones...
La forma elegida por Victoria para su lírica me parece multiforme, pero cumpliendo con los roles esenciales de la poesía:
canta, medita, loa, ampara, moraliza, ama, sueña en imágenes...
¡Un verdadero abanico de Sensaciones!
(*) Mari sa Ber m ú d ez M a l ag ó n
Entre la obra publicada de esta escritora residente en Catalunya, destaca la
novela “Monólogos de la casada” y el haber sido autora invitada en la “III
Antología Internacional Sensibilidades” y participado con textos seleccionados en la I, II y IV de dichas antologías.””
Mezcla de lágrimas y olas
Este mar de Victoria, estos amores, estas nostalgias, nos
llegan hondo a quienes sabemos lo que nos brinda vivir cerca del
mar, eso que tiene de hermoso, de compañero, de catártico...nada
mejor que entremezclar nuestras lágrimas con las olas, y ver
romperlas en la orilla con la pasión del amor.
(*) Ana Buquet
Nacida y residente en Uruguay, entre la obra publicada destaca el haber sido
autora invitada en la “III Antología Internacional Sensibilidades” y participado con textos seleccionados en la II y IV de dichas antologías.””
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L a niña y el mar
LA NIÑA Y EL MAR
Sentada allí junto al mar
mirando romper sus olas,
mis ansias locas de amar
entre rocas te escondí.
Quería que tu encontraras
bajo su espuma ruidosa,
y en tu corazón guardaras
lágrimas, besos, mil cosas.
La noche estaba cerrada,
la luna, no aparecía
y las estrellas lloraban,
mi pena, si comprendían.
Ya me marchaba, despacio,
una ola, me llamó,
¡mira niña! no te dejes,
junto al mar, el corazón.
Mas, corazón no tenía,
allí, lo había escondido,
y la arena de la playa,
riose al verlo ahí hundido.
Hoy no me quedan palabras
¿cómo decirte "te quiero"
si el mar ha borrado todas
mis ilusiones y sueños?
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L a niña y el mar
S I M E L L E VA S
No me lleves por un mundo que esté ciego,
ni me viertas en algún campo sin rosas,
para mi ser, hermosas son las cosas,
que sus colores enseñan lo primero.
Deseo ver brillar el sol ante mis senos,
agitarme por el amor y la armonía,
recordar como es de perfecta la alegría,
y ver despertar los sentimientos buenos.
En los días me recuesto por si así brillan,
y sentirlos en mis venas derramados,
la tristeza siempre deja desvelados,
quiero esperanza rodeando mis orillas.
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L a niña y el mar
OLAS
No he de quedarme nunca sola
porque existen las olas en el mar,
ellas ponen saladas caracolas
en mis manos para que pueda amar.
Como quien viste los ojos de un ensueño
me visten esas olas al andar,
ellas balancean mi mundo tan pequeño,
tan pequeño que nunca aprendí a caminar.
Son tan suaves, cual suave terciopelo,
su corriente me acaricia con encanto,
desde esas olas se puede ver el cielo,
sentir las nubes desde allí mirando.
Ahora deseo renacer en su consuelo,
depositar en el mar todo mi llanto,
cuando las olas me ofrecen su pañuelo,
me doy cuenta, porqué estaba esperando.
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L a niña y el mar
Y E M AYA
Diosa del Mar, hoy puede ser tu abrazo,
el que acune mi amor inadvertido,
porque sabes que el amor que se ha ido,
reposó su sonrisa en tu regazo.
Diosa del Mar que guardas ese lazo,
porqué su amor quiere ser protegido,
de la inclemencia de un tiempo desteñido,
que pasaría despacio en mi solazo.
Recuerda Diosa amable y soñadora,
que su recuerdo es sólo lo que tengo,
y mi boca es su boca la que añora.
Recuerda que no quiero olvidar la hora,
cuando llegue me llamas, y yo vengo,
quiero besar su boca sin demora.
22
L a niña y el mar
A G UA
Agua para el dulce encuentro, sólo agua.
Sosiego, nube envuelta entre claveles;
sin tregua, un cauce arrastra la enagua,
de la niña que mira a los bajeles.
Morada de agua su camino lleno
Canjeaba sus versos por cruel veneno.
Aguas azules, desigual oleaje,
rememoran sueños entre cadenas,
piensan debe de ocultar el celaje
de las horas que dejaron penas.
Agua que pasa como la vida
en su silencio para ser querida.
23
L a niña y el mar
S E G Ú N PA S A E L
TIEMPO
El pasado me ha llevado a
un futuro, que
espero no sea
una elegía lamentable.
Hablo con los árboles,
los pájaros,
el amor.
No me canso de soñar
sueños nuevos;
los antiguos
ya están marchitos.
Siguiendo la sombra de
mis huellas,
he aprendido a conocer
otros caminos,
diáfanos,
limpios,
donde no me abata
una noche de tormenta.
¿Qué hago con
todos los versos
que he escrito?
Incansables viajeros
entre tormentos y pesares.
Ahora me llena
la bondad de los lugares,
pero me he acostumbrado
a escribir triste.
24
L a niña y el mar
De aquellas viejas historias
nació el querer,
ahora... miles de estrellas
circundan mi cabeza.
Me siento viva,
dentro de los ay...
de los recuerdos.
Mis sueños se vuelven nubes.
Mis besos saben a mar.
Mi amor es viento fresco.
¿El futuro?,
una sonrisa en los labios.
Puede que me espere la dicha,
por eso ...
me visto de trigo
y renazco.
Galopo por el día
volando en el Fénix
de mis palabras.
Es, como un bálsamo
volver a despertar
según pasa el tiempo.
De los recuerdos
huye la soledad condenatoria,
la tragedia.
Asoma un futuro imaginario.
Me rapta el amor
cual Sabina,
soltando al viento el
eco de sus dichas,
mientras sigo buscando
de la mar esas delicias,
que sueñan las sirenas al cantar.
25
L a niña y el mar
S E A L E JA E L
BA RC O
Se aleja el barco
y el marinero
lleva un te quiero
en el corazón.
Sobre esas aguas
van cimbreando:
lamentos,
besos;
como amuletos
de algún pirata,
que en su fragata
llegó a una isla
donde el te quiero,
del marinero, sintió calor.
Se aleja el barco
sin rumbo fijo,
nadie le dijo al marinero
si iba cerca
o hacia que puerto,
cierto o incierto,
navegaría su corazón.
En su mutismo
mirando al cielo
vio que las Náyades
su sed calmaban,
29
L a niña y el mar
y aquel te quiero
tan hechicero,
que había guardado
en su apogeo,
hoy le volvía a la razón.
Se aleja el barco
mas hoy risueño,
el marinero,
siente que es dueño
y con vesania va a navegar.
Las gaviotas
hoy le encaminan
y ama al mundo
y lo ama todo,
porque mañana
cuando regrese
junto a su amada
va a descansar.
30
L a niña y el mar
F Á BU L A D E L
M A R I N E RO
A la sombra de una imagen
hubo un cruce de destinos.
Un maremoto en la mar.
Perdidos…
dos peregrinos.
Conmovidos se quedaban
los pilares de la tierra,
llegaba un hombre del mar;
un marinero cansado
de sufrir y de llorar.
Entristeció aquellos ojos
que el dolor había cerrado,
y al mirar al marinero
comenzaron a soñar.
¿Por qué fingir marinero
unos sueños no alcanzables?
¿Por qué engañar a sirenas
maltratadas por los mares?
31
L a niña y el mar
Marinero, marinero;
asomado a esa ventana
nunca vas a decir nada,
me avergüenza tu mirada
sobre mis ojos cansados.
Seria queda tu sonrisa, y
mi imagen
a la sombra,
mas, mi boca
que aún te nombra
espera callar sin prisa.
Un día de nuevo la mar
habrá de arrastrarlo todo.
Marinero que a sirenas
sólo cubriste de lodo.
32
L a niña y el mar
B A R C O D E PA P E L
En los días de antaño
me fuiste moldeando.
Perdí mi identidad
por hacerte feliz.
Hoy sólo es un error
que al andar me hace daño,
pero mi identidad
no lo quiere asumir.
Navego humildemente
en barcos de papel,
bailando a la deriva
sin guía, ni timonel.
No puedo sembrar flores
que ofrezcan grato olor,
la firmeza en mi mano,
se hundió con el timón.
Esta frágil sonata
que va del pecho al sol,
se derrite en las aguas
sin barco y sin timón.
No me complace el ir
borracha ahí en la vela,
mientras por cualquier tabla
cruel el dolor se cuela.
En los días de antaño
me fuiste moldeando,
ahora se hunde mi barco,
mi barco de papel.
33
L a niña y el mar
EL TIMÓN DEL AMOR
¿Dónde vas ahora con barco sin rumbo?
amor vagabundo que has anclado aquí,
veleta ondeante, a un aire profundo,
que el vate angustiado quiere describir.
El bate del juego golpea tu vida,
sin llegar a puerto te hace su bufón,
¿por qué pignoras en causar heridas,
encallando siempre, en el corazón?
Izas tu bandera en puertos en calma,
al llegar al alma, rompes el timón,
y lo hundes todo con sabia desalma.
Las vidas perecen bajo tu timón,
por ser peregrino en mares sin agua,
otra vez renaces en el corazón.
34
L a niña y el mar
MI HOMBRE
DEL MAR
Cuando llegó, mi hombre del mar traía:
los brazos cansados,
la mirada perdida,
un grito en la garganta,
rencor, y...
melancolía.
Dejó su barca rota
anclada aquí en mi playa,
en mis brazos sus tablas
parecían gemir.
Un azul en los ojos
de profunda tristeza,
al mirar a ese hombre
empezó a sonreír.
Mi hombre del mar
marinero cansado,
en mi playa y mi boca
ahora piensa vivir.
35
L a niña y el mar
En las noches de luna
al mirar las estrellas,
el recuerda otros tiempos,
otra playa,
otro mar;
pero el tiempo y las olas
van moviendo el celaje,
marinero cansado...
sobre el pecho ambarino
ahora abre los ojos
para ver el paisaje.
Mi hombre del mar
tierra adentro hoy sueña,
y mañana en mis brazos
volverá a descansar.
36
L a niña y el mar
E N L A P L AYA
Se va llenando de dunas todo mi cuerpo,
un recorrido de arena caliente
arriba,
abajo.
Inmensa playa solitaria
que ama la mar.
Un horizonte que se despereza
al salir el sol.
Así, me despido de la noche,
hablando con mi perro
de la vida dormida.
Levito entre las sombras de mis pensamientos,
muestro mi verdad desnuda
a lo largo de la gran extensión
de mi playa.
Me lleno de ti,
y me entrego al alba.
39
L a niña y el mar
CALLA
Aquí estoy.
Perdida en la orilla
de la playa. Calla.
Que me duelen
los ojos,
por buscar
lo bonito del mundo.
Se rompen las olas
junto a mí,
me tornean a su capricho,
pero sigo aquí,
donde las gaviotas
me ocultan
el azul del mar,
mientras navego en un barco,
que pretende llegar
a alguna parte.
Aquí estoy,
mojada. A punto de naufragar.
Calla. Que no se escuche
que hay tormenta en la mar.
40
L a niña y el mar
S I R E NA VA R A DA
Viaje encantado
a orillas del Danubio,
donde un sueño nubio
sentiste llegar.
Viajaste en calma,
el cuerpo y el alma;
en el paraíso
de los sueños, sólo
creías flotar.
¿Quién te despertó?
garza hoy liviana,
que el edén sombrío
tiendes a regar.
Sirena varada
que buscas la calma,
en algún océano
donde descansar.
Mueres en tu roca
sin verde poblada,
un azul inmenso
te muestra la mar.
Escuchas a peces
cantando canciones,
y a las gaviotas
algún Madrigal.
43
L a niña y el mar
Océanos y ríos
de aguas tranquilas,
Sirena varada
quieres encontrar,
en tu tarde cárdena
de tristes vigilias,
por si un nuevo día
puedes ver llegar.
Pero te despiertas
y ya no eres nada,
ni Sirena,
ni garza,
ni puedes soñar.
¿Qué han hecho contigo
Sirena varada,
que sueñas baladas
y cantas quimeras
en tu despertar?
44
L a niña y el mar
LA MAR DE TU
RECUERDO
Soy barco a la deriva
porque se que existes,
tu voz deliciosa me murmura
perdiendo así
el dominio del timón.
La blanca espuma
que surca aquí las aguas,
no me lleva contigo,
te busco, te busco
y no te encuentro.
Mi cabeza medita
mientras canta la luna,
el bajel de mis ansias
va en un loco vaivén.
Y no te encuentro.
No sé por qué me pierdo
en mi modesta costumbre
de vagar
sin rumbo fijo
por la mar de tu recuerdo.
Marinero cansado,
de mis aguas señor,
inclina mi vela al viento,
por si puedo navegar
por la mar de tu recuerdo.
Mansas se quedan las aguas.
Yo me pierdo mar adentro,
llegando al rincón oscuro
donde erótico mi cuerpo,
torna lo manso en tifón.
45
L a niña y el mar
UN RECUERDO Y EL
MAR
Hasta que punto me ha hecho daño.
Hasta que punto.
He tenido que cerrar los ojos
para no ver la mar.
Hasta que punto me ha hecho daño,
que miro sin ver,
no puedo mirar.
Mientras mi sal
se confunde
con su sal,
es una espina
que quiere dejarme ciega
sin poderla quitar.
Lo último que vio la mar,
fue un llanto sobre el cielo
contando mis recuerdos.
También ha recordado:
pasar rozando tu oído,
en la oculta mirada
que atravesó esquina
cuando quise entregar amor.
He pasado
diciéndote adiós,
pero eso tú...
no lo puedes notar.
46
L a niña y el mar
¿ H AY O T R A M A R
MÁS TRISTE?
Vamos a hablar del mar, marinero:
ahora que te causa dolor,
ahora que tus manos
están negras por el petróleo,
ahora que estás luchando
por no dejarlo morir.
No veo el mar desde mi ventana, marinero;
pero soy sirena dolida
por la catástrofe de los fondos marinos.
Recuerdo lo hermoso que es:
ver como amanece en su lejanía,
ver como se oculta el sol en sus tardes,
ahora,
el error humano ha puesto cristales opacos.
¿Qué nos pasa marinero?
¿Qué nos pasa ser humano?
La mar se vuelve negra.
Los niños mueren de hambre
sin probar los recursos
que la mar guarda,
y el hombre...
el hombre lucha por corregir
los errores del hombre.
47
L a niña y el mar
N I E L , N I YO
Él nunca fue mar, pero yo tampoco.
el mar era un templo para el amor loco.
Él sólo soñaba allí con mis sueños,
de repente el mundo se quedó pequeño.
Las ilusiones, un camino incierto,
que al nacer soñaban con llegar a puerto.
Aprender de la experiencia del mar,
aquellos caminos dispuestos a amar.
Él quería abrazar un verso tranquilo.
Yo vivir en su amor sin el alma en vilo.
Encontrar consuelo en espuma blanca,
viendo que las aguas el dolor desbancan.
Contemplar ancianos el mar cercano,
dejando pasar lo que nos era arcano.
Al fin juntos, recordar poco a poco,
no, el nunca fue mar pero... yo tampoco.
48
L a niña y el mar
L A S O N R I S A P E R D I DA
Pobre sonrisa construida
con la sal misteriosa de los mares,
no invocas la gotera representada:
por la fatiga que te corroe,
por la lanza que te atraviesa,
por la ira que te cansa.
Desapareces hacinada en el rincón
de la boca que golpea sin palabras,
no preguntas por tus flores y tu casa;
sólo te pierdes lentamente,
entre amarillos y blancos,
entre verdes y granates.
Vas por el mundo vestida
con trajes de oro, y luces
esos rubíes en tu boca
que en mueca el tiempo convierte.
Te recuerdo,
con la cara de una niña,
como un alegre navío
vagando hacia el cielo,
llena de anhelo y de besos
que naufragaron muriendo.
Sonrisa, apagada
como el eco de un otoño,
como la copa del sueño
aquilatado en el pecho,
guarda en tu boca las lluvias
que entristecieron mis cielos.
49
L a niña y el mar
VO LV E R A NAV E G A R
Ponte en pie sobre mis lágrimas,
empieza a fluir.
He salido de un puerto
llamado Soledad.
Soy tu indómita barca,
la que quisiera navegar
por un mar en calma.
No tiemblo en mi nombre desolada
por el barco que se hundió,
la partida era imposible.
Navega conmigo
por los arrecifes del nuevo paraíso.
Son mis velas,
mi timón
apenas ya recompuesto,
que piensan en la clemencia
de volver a navegar.
Nada se pierde
al encontrar la paz,
una ruta de oro
sin sol en ocaso.
Ponte en pie sobre mis lágrimas,
raso está el cielo,
navega conmigo.
50
L a niña y el mar
L O Q U E C U E N TA N
L A S G AV I OTA S
El mar está triste;
hay mil gaviotas confidentes
y van a contarlo.
Adiós agua tranquila
que luchas en solitario
contra el hombre.
Ellas van y vienen, con pesar,
desde la atalaya
de un castillo imaginario,
donde Neptuno las invitó
a poner su nido.
Es una noche aciaga
para los sueños del azul;
no podemos soñar
con el cruce de sus aguas limpias,
poetizarlas sin dolor.
Lo cuentan las gaviotas
y el mar
observa silencioso,
cansado,
añorando su libertad malograda.
53
L a niña y el mar
El níveo corazón de las sirenas
enferma sin espuma; y yo
no puedo cantar a la tristeza,
que portan las gaviotas
bajo sus alas.
Hoy está triste el mar,
llorando su infortunio;
demuestra luto en el alma,
su alado reino muere
y los sentimientos callan.
Sólo sale un grito sordo
de aquellas profundidades…
¡Agua revive
quebranta ese silencio
que aflora bajo tus playas!
Mañana las gaviotas
no podrán contar historias,
sonará el mar a lamentos
que un día dijeron ¡basta!
54
L a niña y el mar
UN COMIENZO
I N E V I TA B L E
Me voy, y no quiero irme.
Esta es mi tierra,
la jaula de mis cantos,
el jardín donde se recoge mi lluvia,
la cueva donde me escondo
en momentos de dolor.
Me voy, y no quiero irme.
No duda mí sonrisa
en quedarse enganchada
a la rama más fuerte de su árbol,
donde las golondrinas
se posan alegres a cantar,
el amanecer limpio de mis calles
vacías.
Me voy, y no quiero irme.
El ancla me llama,
he de hincar mi rodilla frente a la mar.
Voy a descubrir las maravillas
que la vida puede sacarse de la manga.
Habrá plazas y calles,
monumentos,
y seres humanos con caras distintas.
Lo necesito para mi liberación.
Para crecer un poquito más cada día.
Me gusta saberme como soy.
Mujer.
Distinta en cada momento,
en cada despertar. Libre.
Me voy, y no quiero irme.
Te dejo una poesía abstracta
hasta que vuelva.
55
L a niña y el mar
DESESPERANZA
¿Qué esperanza encierra hoy esa razón,
cuando en el alba despacio te asomas,
cuando la barca no tiene pescador,
o la reina se quedó sin corona?
¿Qué sonido tendrá hoy la melodía,
cuando el sentimiento se oculta en arcón,
cuando tienes miedo de que llegue el día,
y otra vez descubras que no hay corazón?
Sólo contemplar de forma inconsciente,
que unos ojos dulces miren los tuyos,
mientras tranquila reposa la mente,
sólo mantener vivo aquel orgullo,
cerrar los ojos de forma insistente,
mientras tus sueños se acercan al suyo.
56
L a niña y el mar
¿COMO?
¿Cómo arrancar al mar
la clepsidra de la vida?
¿Cómo robarle al viento
una ilusión perdida?
¿Cómo ahogar en sus aguas
un verso, una rutina?
¿Cómo decirle a un pez
que es una golondrina?
¿Cómo cruzar los mares
con un suave estertor?
¿Cómo alcanzar un sueño
sin ya sentir dolor?
¿Cómo sentirse princesa,
y reina, y hada, y luz,
sin encontrarse presa
de un triste tragaluz?
¿Cómo crear un mundo
sin auras desoladas,
donde el áureo acompañe,
las vidas maltratadas?
¿Cómo?
57
L a niña y el mar
EL MÁSTIL
Levantas un mástil en mi camino
como levanta el viento aquellas rocas,
como levanta la vista un peregrino
rogando a Dios por sus ilusiones rotas.
Inexacto como el aire si llueve,
insaciable como un naufragio en el mar,
pero orgulloso como infante que procede,
desde su trono el amor a gobernar.
Con esos hilos del cobrizo cabello
bordas insignia en tu Itaca siempre bella,
te acoges feliz a ese destello,
al comprender que tu sueño duerme en ella.
No arrastrará ese mástil el barco hundido
con la paloma que descansa de su vuelo,
nace inefable aquello que se ha ido
ahora el mástil ondea siempre al cielo.
58
L a niña y el mar
MI REFUGIO
Si me refugio en ti
es porque te necesito,
como la tierra al sol
como la madre al hijo.
Si me refugio en ti
es por ver que tus olas,
conducen suavemente
miles de caracolas.
Amante silencioso
de pronto te enfureces,
sin preguntar a nadie
sobre la vida creces.
Transportas ilusiones, y
aún así todos temen,
que sólo en un segundo
tus aguas les condenen.
Si me refugio en ti
es por verte altanero,
poderoso, bravío,
sólo te puede el cielo.
Si me refugio en ti, es
porque entierras amores,
en lugares profundos,
con peces de colores.
61
L a niña y el mar
MEDITERRÁNEO
Que hermoso ha de ser
mirar al Mediterráneo,
tranquilo te ha de ofrecer
olvido para el pasado.
De pronto un desconocido
te ofrece una caracola,
acercándola a tu oído
oirás bajito las olas.
Mezclar dolor con sus sales
soñando como te gusta,
las rosas con minerales,
¿Todo eso que más da?
en los sueños todo vale.
Tranquila sin oír ruido,
de noche el mar y tú.
son bálsamo del olvido.
Las olas vienen y van
las estrellas ya se acercan
las rosas te adornarán.
Por fin abres los ojos
te guardas la caracola,
y ese Mediterráneo
rompe en tu cara las olas.
Adiós al mar y los sueños,
ya es triste la realidad
mas nos sentimos pequeños
sentados de frente al mar.
62
L a niña y el mar
EL BESO DEL MAR
Enhebro un beso lamento de brisa,
como si fuera un verso prolongado,
como si alma fuera ese beso dado,
y mis ojos observan su sonrisa.
Escondida tras la radiante noche,
queda la mar tranquila y sosegada,
siente la sal de eterna enamorada,
sin importar del hombre su reproche.
Así despeja el mar de su ventana,
el dulce son dejado por la arena,
cuando el amor de sueños se engalana.
Así su fondo perdura sin pena,
por amores que mueren de mañana,
sin recibir en vida su condena.
63
L a niña y el mar
V E S T I D O PA R A O T R A
V I DA
Vísteme por fin de desnudez
y guárdame oculta en tu bolsillo,
ya no podrán humillar en modo alguno
la maltratada y vencida timidez.
Quiero estar presa en tu nido,
no ser ave de paso y volar,
no un amor que con prisa se adormece,
ni ver que como vienes te has ido.
Matando los recuerdos con crueldad,
besaré el cielo de tu boca con ternura,
llegando a tu Norte y a tu Sur,
esperando todo, no sólo la mitad.
Despertar entre las cenizas de los sueños,
retornando del camino del fracaso,
sobrevivir entre tierra que ha nacido,
en un paraíso que ya no tiene dueños.
Son las últimas ascuas de una hoguera,
compartiendo cama, con rencor y soledad,
los últimos acordes de aquel concierto,
compuesto sin coraje, ni buena calidad.
Cúbreme con blanca espuma, palpitando,
antes que el alma empiece a gotear,
cerca del mar, la tierra y el olvido,
por un minuto de vida hoy esperando.
No sobra tiempo, ni noche en el camino,
ni marinero que a flote saque el barco,
sólo componer con trozos muy pequeños,
lo que otro día, cruel rompió el destino.
64
L a niña y el mar
E S TA V E Z
Esta vez era verde,
el campo era verde.
Yo estaba contigo.
El mar, nos miraba...
distintos colores en mi fantasía
decían adiós.
Pero iba contigo,
mientras mil gaviotas
volaban tranquilas
sin mirar atrás.
Nuestros pies descalzos
pisaban la orilla,
cuando el verde bosque
vino a despertar.
Los pasos dejados
sobre aquella arena,
iban dibujando
amor al pasar.
Una bruma gris
suspiró a lo lejos,
el eco del monte
parecía decir:
no olvidéis mi tierra
cantábrica inmensa,
ni este gris del mar.
No éramos dos cuerpos,
tan sólo era uno
levitando en la orilla
de tanto soñar.
65
L a niña y el mar
ELEGÍA AL AMADO
Amado, he olvidado tu rostro de poeta,
después de un nudo en la garganta
y deseos de llorar,
me quedo en esta orilla
viendo como tu barca se aleja hacia la mar.
Sino hubiera sentido tanto dolor,
habría muerto;
pero el dolor despierta amado,
te lanza en una
desbordada carrera por sobrevivir.
Cuando un día la vida
nos enfrente,
no te reconoceré amado, no,
y, sin embargo,
caminarán mis ojos hacia tu frente.
Tu lugar está allí,
lejos de mis fértiles labios,
pero se ciñen amado mis pisadas
a otros caminos,
con pasos vacilantes y pequeños.
El tiempo se ha dormido amado,
no lo despiertes,
olvidaremos las promesas,
no me atormentes.
Abriremos un pequeño desván
para los recuerdos,
y pensaremos,
sin tener ya las manos cogidas,
que se ha olvidado todo, amado...
que todo se olvida.
66
L a niña y el mar
C A R TA A
A L F O N S I NA
Alfonsina.
Te imagino junto a mí,
compartiendo la placidez de tu lago.
Como comprendo el dolor de tu rostro,
tu dormir intranquilo
frente a las aguas "Del Plata".
Tan sensitiva mujer,
cuya vida era un desierto,
ahogaste tus aguas mansas
menguando hasta morir.
En algún momento:
Te equivocaste.
Sí renace lo que muere
tú, estás entre nosotros,
como una florecilla
que aún tronchada por el viento,
vuelve convertida en rosa.
Sospechamos que al amar
el veneno ha de rozarnos,
pero bebemos sin tino,
cuando el corazón vencido
apenas puede rodar.
Me reflejo conmovida en tu espejo
a la llegada del silencio,
mientras la muerte del olvido
renace sobre los versos.
69
L a niña y el mar
V OY A D O R M I R
Ya no me llames
voy a dormir.
No ves...
mis ojos se van cerrando.
Dormiré sin pensar que ayer existía,
esa niña triste y loca,
esa que de repente despierta a la
vida.
Sé que nunca más
volverán a mirar mis ojos,
con la claridad
de la inocencia querida, mas
miraré sobre el pasado muerto.
Ya no me llames
voy a dormir.
Qué importa
la sonrisa clara y diáfana,
cuando es triste la mañana
que fondea ahora en el puerto;
cuando apenas quedan huellas
para seguir a un lucero.
Sé que nunca más
volveré a ser la que era,
la gacela confiada,
la paloma peregrina
mensajera del amor.
Ya no me llames
voy a dormir.
70
L a niña y el mar
VA R I A C I O N E S
SOBRE EL AMOR
Ante un tiempo pasado, el que llega,
trae sonetos de amor entre los pliegues;
cierra los ojos feliz de que llegues
frescor que al corazón tranquilo anega.
Ante un tiempo pasado otro camina,
abre sus puertas al sol y a la alegría,
es precursor de poder, de fantasía,
peregrino cual joven golondrina.
Ante un tiempo pasado otro adelanta,
la vida de repente así lo quiere,
tiene un grito de amor en la garganta.
Ante un tiempo pasado es la marea,
la que te acerca a mi dormida orilla
y convierte el amor en candente brea.
71
L a niña y el mar
U N N U E VO V I A J E
Cuántos momentos escuchando sólo palabras.
Se ha anclado la vida, el cinismo, la libertad.
Así de ese modo desierto, vacío,
sabiendo que no podría arrastrar la carga
de las ausencias,
de los recuerdos,
de las verdades necias.
Duele todo al extender las manos
para recoger la cosecha, la medida exacta
de ese reloj parado que ahora
pretende marcar otro tiempo.
Mas, ¡qué importa!
pagué el pasaje,
en un barco que siempre
navegó haciendo aguas.
Hay alguna arruga en cada momento,
sin embargo, plancho su aspecto
y emprendo un nuevo viaje.
72
L a niña y el mar
PERMANEZCO
Me alegro de ser como soy;
una mujer
sin pensamientos manufacturados,
un sirena sin un día de mar
que navega
en la profundidad
de una mirada sincera.
He ido haciendo un collar
de pañuelos mojados y mudos,
de caretas y cuellos subidos;
una tierna mitad
de otro corazón tierno.
Apenas conozco la vida,
pero mi sangre
ha navegado por ella,
observando
todo lo que aparecía
y se marchaba
a través de mi ventana
de ilusiones.
Y hoy, llegas tú,
atracando mi barco en tu orilla,
pasando sobre mí
como un ave de fuego;
y siento como paseas
tus ojos por mi cuerpo,
y permanezco largamente
esperando ese paseo.
73
L a niña y el mar
S E R Á P R I M AV E R A
Será primavera
cuando cese el llanto,
en la dura piedra
cubierta de frío.
Será primavera
cuando los pinares,
ofrezcan su sombra
a orillas del río.
De negro azabache
la luz por tu pelo,
ocultó su brillante
color a mi cielo.
Será primavera
allá por los mares,
cuando el marinero
pueda echar sus redes.
Será primavera,
y en la costa alegre,
frondosas llanuras
de prados muy verdes.
Y si me preguntan:
¿fue dura la espera?,
yo diré, sí, lo fue. Se fue
pero… es primavera.
74
L a niña y el mar
N O M E A R RO J O A L
MAR
Tengo el amor a flor de piel,
y en la sonrisa
una mueca de esperanza.
Apasionada reclusión
en penitencia,
donde algo oculta
el cariño que te he dado.
Amarga mi razón,
es gaviota
que lucha sin desmayo
en mar abierto.
Monta en el mástil
más alto
de aquella barca
y espera...
... un viento
que borre mi añoranza.
75
L a niña y el mar
M I P RO P I A E L E G Í A
Cuando esté muerta
ahí en mi cama,
- quién sabe es posible
que alguien comente:
"Escribía poesías".
"Siempre estuvo sola".
- No es del todo cierto Viví acompañada
por mil despertares,
algún gran amor
y mucha fantasía.
Escalé los bordes
de las primaveras,
amando la mar
y mirando al cielo.
No podrán decir,
aunque mi voz se pierda,
que no quise ser salvada,
cuando el llanto me llegaba
por algún camino adverso.
Llegaré a estar muerta;
sin embargo,
el reverso de mi vida
habrá sido
hacer un verso.
76
L a niña y el mar
M A R A D E N T RO
He buscado en todos pero no la encuentro,
queda la niña, el hielo y la suerte;
sobre una alfombra que puso la muerte,
canta la vida a solas mar adentro.
La palabra maravilla en riqueza
cuando buscas sólo entregar amor,
cuenta aquello convertido en dolor
y unos versos consuelan su cabeza.
Pena, palabra que en el pecho estalla,
porque no siembra en su campo florido;
ella dice lo que el alma se calla,
y la voluntad el tiempo ha perdido.
La palabra y pena que sola se halla,
tal vez vuelva del lugar elegido.
79