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 TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL Arquidiócesis de Chicago Libro de Trabajo de Misión Revisado agosto 2014
TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL: Arquidiócesis de Chicago Manual de Misión – Edición Parroquial © 2014 Arquidiócesis de Chicago. P.O. ox 1979, Chicago, Illinois 60690. Derechos Reservados. Reconocimientos de ilustraciones: “Mark 6:7” cover, pp. 5–12, y “Transfiguration,” p. 44, por Julie Lonneman, de Clip Art for
Sundays and Solemnities © 2003 Archdiocese of Chicago: Liturgy Training Publications, 1800 North Hermitage Avenue, Chicago IL 60622. Derechos Reservados. “Church Spires” cover, pp. 14–28, por Suzanne Novak, de Clip Art for Parish Life
©2000 Archdiocese of Chicago: Liturgy Training Publications. Derechos Reservados.
2 TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL Libro de Trabajo de Misión Edición de Feligrés Introducción a Transformación Parroquial: Misión.......................................... 4
Fundaciones para la Misión
Reflexión y Visión ........................................................................................................................... 6
Misión en el Corazón de la Vida Parroquial .................................................................................... 8
Resumen Parroquial ....................................................................................................................... 12
La Perla de Gran Valor ................................................................................................................... 14
Ejemplos de una Narración Espiritual para la Misión ................................................................... 16
Comenzar a Configurar la Misión .................................................................................................. 18
Plataformas para la Misión Evangelización ............................................................................................................................... 22
Catequesis ....................................................................................................................................... 26
Oración y Culto .............................................................................................................................. 30
Communio ...................................................................................................................................... 34
Espiritú Misionero .......................................................................................................................... 38
El Llamado a la Santidad................................................................................................................ 42
Co-responsibilidad Espiritual ......................................................................................................... 46
Nuestra Misión
Configurar la Misión ...................................................................................................................... 52
Evaluando Nuestra Narración de Misión ....................................................................................... 53
Nuestra Plan de Acción Resumen de Plan de Acción ........................................................................................................... 56 Vino Nuevo / Envases Nuevos ....................................................................................................... 58
Plan de Acción de Misión .............................................................................................................. 62
Plan de Acción de Finanzas ........................................................................................................... 64
Lograr la Misión—Preparandonos para la Implementación .......................................................... 65
Lograr la Misión—Preparar el “Lanzamiento” .............................................................................. 67
Oraciones ...................................................................................................................... 68
Apéndice ........................................................................................................................ 71
3 TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL
INTRODUCCIÓN: MISIÓN
J
esús no estableció parroquias pero si reunió a sus discípulos, comió con ellos, les instruyó, los sanó y les
envió como misioneros. "Vayan y hagan discípulos de todas las naciones." (Mt 28; 19). Jesús construyó su
Iglesia sobre Pedro, su piedra (Mt 16:18). Él les prometió que donde dos o tres se reunieran en su nombre,
allí estaría El entre ellos (Mt 18:20). La imagen de la primera comunidad Cristiana que encontramos en los
Hechos de los Apóstoles (2: 42-47) quizás es una imagen idealista de la iglesia pero esta sirve para inspirarnos a
tratar de construir parroquias fuertes y vibrantes. "Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia
fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones”.
El componente de Misión en Transformación Parroquial da a comunidades la oportunidad de renovar y fortalecer
su parroquia que por medio de la oración examinará algunos elementos esenciales que uno espera encontrar en
cualquier parroquia Católica. El reconocer nuestras fortalezas e identificar nuestras debilidades para después crear
un plan creativo que ayude al crecimiento y desarrollo nos ayudará a cosechar parroquias más efectivas que a su
vez avancen la misión de Cristo. Los Párrocos y el liderazgo parroquial serán invitados a involucrarse en una autoevaluación de la misión de su parroquia a luz del ministerio de Jesús y la misión de la Iglesia. Después de examinar
los Fundamentos para Misión, se encontrarán con siete plataformas para apoyan la misión parroquial. Sin estas
plataformas se le dificultará a su parroquia sostener su misión. Al examinar estas plataformas busquen encontrar
que hay que fortalecer o animar para que sean mas efectivas en la creación de una parroquia mas vibrante.
Además de este manual de Misión, su equipo de Transformación Parroquial recibirá un equipo de herramientas
financiero para revisar el presupuesto parroquial y recursos materiales. Una parte de los participantes se enfocarán
mas intensamente el los aspectos financieros mientras que otros se enfocarán en aspectos sobre la misión.
Se supone que la misión y los componentes financieros de Transformación Parroquial deben complementarse el
uno al otro con el fin de crear una parroquia que es impulsada por la misión. Nuestros sueños y planes para la parroquia requieren recursos apropiados que le permitan continuar con la misión que Jesús nos ha encomendado.
El propósito de trabajar con el Manual de Misión y el Equipo de Herramientas Financiero es ayudarles a gradualmente llegar a un resumen de lo que es la misión primordial de su parroquia. Se le pedirá definir claramente la misión de su parroquia y su visión para lograr su misión. Se espera que su visión incluya estrategias concretas, una
línea de tiempo para las metas al igual que asignación de personas responsables de llevar hacia adelante la misión.
El equipo de Transformación Parroquial también tendrá que delinear un plan de implementación para que el trabajo de transformar su parroquia pueda continuar después de que termine el proceso formal.
El trabajo ante nosotros es un proceso de discernimiento espiritual y no una reunión de tareas o de negocio como si
fuese alguna corporación. Es por eso que se debe incluir la oración, las escrituras y reflexión. La meta de Transformación Parroquial no es de simplemente llenar encuestas o calificar a la parroquia sino de involucrarse en una
conversación sobre como revigorar nuestras parroquias. Esto exige creatividad e imaginación, un evaluó sincero,
un fuerte compromiso del liderazgo al igual que tener fe y valentía para hacer los cambios necesarios. En el transcurso de este proceso es importante recordar la promesa del Buen Pastor: "Vine para que tengan vida y vida en
abundancia: (Juan 10:10).
4 Fundaciones para la Misión 5 Fundamentos para la Misión I. Reflexión y visión “Yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres: sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños proféticos y sus jóvenes verán visiones.”
(Joel 3: 1-2)
L
os americanos modernos tendemos a ser prag-
máticos. Cuando nos encontramos ante un problema o
ante la necesidad de un cambio, nos levantamos la
manga y tratamos de encontrar una solución inmediata
para encarar la situación. Queremos arreglar el asunto
y seguir adelante. Hay cierto valor en esta manera de
pensar, especialmente en situaciones de emergencia o
de crisis. Sin embargo, en cuanto a muchos asuntos de
alcance más amplio, una solución rápida no es siempre
la estrategia indicada. Criar una familia, planear una
carrera, atender los problemas del medio ambiente,
encontrar la cura de algunas enfermedades, etc., todo
eso requiere mucho más que una solución rápida. Requiere utilizar nuestra inteligencia, nuestra imaginación, y hacer una investigación a fondo. Requiere un
plan a largo plazo, un compromiso, y mucha perseverancia. Ante todo, debe haber una visión primordial de
lo que esperamos alcanzar. Una visión nos provee un
panorama de quienes somos y hacia dónde estamos
siendo llamados. Una visión encierra los valores que
estamos tratando de vivir, nos provee una dirección
para formular metas específicas, nos mantiene enfocados, y nos motiva a tomar cada uno de los pasos que
debemos tomar.
Esto mismo se aplica a nuestros esfuerzos de revitalizar nuestras parroquias. La reflexión y la creación de
una visión para la parroquia es uno de los hilos más
fuertes que entrelaza la estructura de todo el proceso
de Transformación Parroquial. Movernos demasiado
rápido hacia encontrar soluciones, nuevos programas,
o estrategias sin haber reflexionado, discernido, y sin
una visión firme podría llevarnos a producir planes
con raíces superficiales. Tomar el tiempo para reflexionar y discernir es un componente clave para plantear una visión que proveerá una base sólida para sacar
adelante su parroquia.
Partimos desde Jesús
Nuestra visión de la vida y la misión de la parroquia
se nutre principalmente de las enseñanzas y el ministerio de Jesús. Reflexionar sobre las Escrituras nos planta firmemente dentro de la visión que Jesús tiene para
su Iglesia. Tal como San Pablo nos exhorta, “La actit
6 ud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús” (Fil. 2,
5). Los escritos y las meditaciones que encontrará en
este Libro de Trabajo de la Misión complementan los
fundamentos bíblicos de nuestra misión, tienen la intención de estimular su imaginación para soñar con un
futuro grandioso para su parroquia. Los pasajes bíblicos en cada capítulo y los que se incluyen al final del
libro ofrecen un buen punto de partida para la reflexión.
Ábranse al Espíritu Santo
Les exhortamos a abordar el proceso de Transformación Parroquial como si fuera un retiro y no como un
ejercicio de planeación empresarial. Aunque es importante utilizar las herramientas prácticas de planeación,
y plantear acciones específicas, metas medibles, y calendarios de realización en la elaboración del plan que
su equipo parroquial eventualmente va a desarrollar,
Transformación Parroquial da fruto solamente donde
hay una atmósfera que nos inspira al discernimiento
espiritual y una apertura a la acción del Espíritu Santo.
Una parroquia transformada necesita de feligreses
transformados.
Ya que somos tan propensos a movernos rápidamente
hacia la etapa de planeación y soluciones en cualquier
proceso, muchas veces no tomamos el tiempo suficiente para dejar que la semilla que Dios ha plantado en
nuestros corazones germine y crezca. Creemos que el
Espíritu Santo sigue trabajando en su Iglesia. Pero
necesitamos abrir nuestras mentes y nuestros corazones para escuchar la voz de Dios y las indicaciones del
Espíritu Santo.
Conozcan a los miembros de su parroquia y aprovechen las ideas de unos y otros
Formular una visión se logra idealmente en colaboración con los demás, utilizando los talentos colectivos
de todos. Uno de los beneficios más sutiles que usted
obtendrá de Transformación Parroquial es el poder
construir nuevas relaciones con otros feligreses a quienes tal vez no ha conocido sino hasta ahora. Les exhortamos a utilizar las primeras juntas de Transformación
Parroquial para familiarizarse con sus nombres, sus
intereses, sus creencias y sus talentos.
Fundamentos para la Misión I. Reflexión y visión “Yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres: sus hijos y sus hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños proféticos y sus jóvenes verán visiones.”
(Joel 3: 1-2)
Como San Pablo nos dijo: “Hay diversidad de dones
espirituales, pero el Espíritu es el mismo; y hay diversas formas de servir pero el Señor es el mismo” (1 Corintios 12, 4-5). Algunas personas en el equipo tendrán
el don de una imaginación vívida. Otros tendrán el don
de ser prácticos. Sus dones colectivos les llevarán a
tener una gran variedad de ideas. Les exhortamos a
edificar sobre las ideas y los talentos de unos y otros.
En el diálogo entre ustedes, descubrirán que una idea
inspira otras ideas. No juzguen las ideas durante las
etapas iniciales de lluvia de ideas. Aun las ideas que
parezcan fuera de lo común pueden guiarlos hacia la
visión sobre la que han de trabajar. Ábranse al Espíritu
Santo y permitan que la visión comunitaria para su parroquia se desarrolle.
¿A quién estamos tratando de llegar?
Cuando nos proponemos formular una visión, debemos
preguntarnos a nosotros mismos, “¿Para quién estamos
creando esta nueva visión? Como miembros fieles y
duraderos de la parroquia, claro que queremos crear una
visión para el bien de toda la iglesia. Pero nuestra propia experiencia de la iglesia puede no siempre darnos
una perspectiva suficientemente amplia que tome en
cuenta las necesidades y puntos de vista de la gente que
actualmente no están involucrados en la vida de la parroquia, o que tal vez ni crean en Dios.
Si vamos a aceptar seriamente los retos de la Nueva
Evangelización, debemos vernos a nosotros mismos
como misioneros contemporáneos; poner una visión no
hecha a nuestro propio interés sino que llegue más allá
de nuestra zona de comodidad. Debemos acoger a aquellos que al momento no están activos en nuestra congregación. Y debemos tratar de involucrarlos utilizando un
lenguaje que ellos puedan entender. Podemos tomar
como ejemplo la manera en que el Papa Francisco ha
involucrado a la gente utilizando un lenguaje sencillo
que todos usamos en la vida cotidiana.
¿Qué se entiende por visión?
Una de las maneras de entender el concepto de visión
es imaginarlo como la lente o el filtro a través del cual
vemos el mundo, a nosotros mismos y a Dios. La visión
intenta comunicarse con nuestros valores y prioridades
más profundos. Todos nos movemos a partir de una
visión, incluso si no somos conscientes de qué visión
particular es esta. Tomamos decisiones todos los días
con base en nuestra visión. A veces podemos decir o
hacer algo y alguien nos va a preguntar: “¿En qué te
basas para decir eso?” Lo que están tratando de entender es la razón o el fundamento de nuestra declaración o
decisión. Esta pregunta nos empuja a ser más conscientes de nuestra visión y a tener mayor intención sobre lo
que decimos y hacemos.
Podemos aplicar esto mismo a nuestra visión como parroquia. Imaginen a un desconocido preguntándonos:
“¿Por qué su parroquia hace esto o no hace aquello?” Es
posible que no siempre seamos capaces de responder
esa pregunta. Pero la pregunta nos hace mirar con más
detenimiento a nuestra parroquia para ver si estamos
operando a partir de una visión discernida y elegida de
manera intencionada, o si sólo estamos haciendo las
cosas porque esa es la forma en que siempre se han hecho. El programa Transformación Parroquial nos ayuda
a examinar de nueva cuenta nuestra visión y a ver si hay
una misión identificable que surja de manera natural de
nuestra visión.
Soñar en Grande
Para crear una visión que nos da vida y tiene el poder de
llevarnos hacia delante, necesitamos ser inspirados.
Necesitamos usar nuestra imaginación para soñar, aun si
nuestro sueño inicialmente pueda parecer imposible.
Puede ser útil preguntar, “¿Cómo se vería nuestro sueño
si no estuviéramos limitados de tiempo y de dinero?” Es
importante comenzar con una visión que aspira a mucho
y gradualmente irla trabajando, adaptándola a lo que
puede ser realista en el futuro inmediato. Como dijo el
Papa Francisco exhortando a los jóvenes, “No tengan
miedo de soñar grandes cosas!” (Abril 26, 2013).
Una última palabra
Reflexionar sobre las Escrituras y estudiar el material en
este Manual de la Misión les proveerá la estructura necesaria para crear una nueva visión para el futuro de su
parroquia. Y esa visión pondrá la base desde la cual
ustedes desarrollarán sus planes específicos durante la
segunda mitad del proceso de Transformación Parroquial. Pero si no se toman el tiempo para reflexionar,
discernir, y plantear una visón, sus planes van a carecer
de enfoque y dirección. Abran su corazón a la reflexión
piadosa y al diálogo. Abran su mente a nuevas ideas.
Escúchense el uno al otro. Escuchen al Espíritu Santo.
7 Fundamentos para la Misión II. Misión en el corazón de la vida parroquial Vayan y anuncien ¡El Reino de los Cielos se acerca! Sanen a los enfermos, resuciten a los
muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo. (Mt 10:7-8)
En el transcurso del proceso de Transformación Parroquial, escucharán el llamado constante a la misión.
Para algunos, la palabra misión evoca imágenes de
misioneros en tierras extranjeras plantando la semilla
del Evangelio por primera vez. Pero la misión no se
trata solamente de propagar el Evangelio en esas regiones del mundo que nosotros consideramos como remotas. La misión se encuentra también en nuestras ciudades y pueblitos, tan cerca de nosotros como el barrio
en que vivimos. Cuando fuimos bautizados, también
fuimos enviados como misioneros. La fe que recibimos como un don debemos darla como un don a los
demás. Así que aunque no queremos perder de vista la
importancia del trabajo misionero lejos de nuestra tierra, nuestro llamado a ser misioneros, y embajadores
de Cristo, comienza cerca de nuestro propio hogar.
La parroquia puede ser un lugar muy ocupado, de tal
manera que pensar en el llamado a ser misioneros puede no ser el punto más importante en la agenda de
nuestras parroquias. Las necesidades y las expectativas
de los fieles son muchas. Múltiples ministerios y programas parroquiales, escuelas, juntas, comités, recaudación de fondos, liturgias, etc., llenan el calendario
parroquial y requieren de la supervisión y la coordinación de muchas personas. Los párrocos con frecuencia
se ven estirados en muchas direcciones diferentes,
incluso por las exigencias de las tareas de administración. En medio de esos horarios tan ocupados, es fácil
perder el enfoque de nuestra misión y la razón de por
qué tenemos parroquias, en primer lugar.
Regresar a nuestras raíces
El proceso de Transformación Parroquial tiene la intención de llevarnos de regreso hasta nuestras raíces: la
misión y el ministerio de Jesús. Él nos dijo que él es la
Luz, el Buen Pastor y la Puerta, El Novio, El Camino,
La Verdad y La Vida. Dijo que él es la vid y nosotros
los sarmientos. Cuando se puso de pie en la sinagoga
de Cafarnaúm, leyó el libro del profeta Isaías: “Él me
ha enviado para dar buenas nuevas a los pobres, para
proclamar la libertad a los cautivos, la recuperación de
la vista a los ciegos y libertad a los oprimidos, a anunciar el año de gracia del Señor.” Entonces agregó,
“Hoy se cumple esta Escritura ante sus oídos” (Lucas
4, 16-21). El tema de su prédica y de su ministerio era
que el Reino de Dios estaba próximo. Nos aseguró que
él vino para que nosotros tengamos vida, y vida en
abundancia. (Vea Juan 10, 10).
8 Reflexionar sobre el ministerio de Jesús en medio de
nuestras parroquias tan ocupadas renueva nuestro espíritu y libera nuevas energías para llevar adelante la
misión de Jesús en nuestras comunidades de hoy. Si la
Iglesia del mundo moderno va a ser fiel a su Señor, la
Iglesia debe ser renovada continuamente en el espíritu
de Jesús. Es beneficioso para nosotros entonces, regresar a las narraciones bíblicas del ministerio de Jesús y
preguntarnos a nosotros mismos: “¿Cómo refleja nuestra parroquia y cada uno de sus ministerios la misión
fundamental y el ministerio de Jesús?”
Acercándonos a la Transformación de nuestra Parroquia como Misioneros
Para desarrollar lo que es la misión de nuestra parroquia hay ciertos pasos que podemos tomar, los cuales
son compartidos con todo misionero:

Necesitamos llegar a conocer a la gente.

Necesitamos discernir cuáles son sus necesidades
humanas y sus anhelos espirituales más profundos

Necesitamos tomar en cuenta la cultura dentro de la
cual viven nuestros feligreses.

Necesitamos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Cuál
mensaje del Evangelio se aplica a las preocupaciones más profundas de nuestra gente?

¿Cuál es la Buena Nueva que debe ser proclamada?

¿Qué está impidiendo que los católicos practiquen
su fe?

¿Por qué hay desinterés o indiferencia hacia la religión por parte de mucha gente?
Luchar con estas preguntas difíciles gradualmente nos
mantendrá enfocados en elaborar la misión a la cual
nos vamos a dedicar en la parroquia.
Al enfrentar las responsabilidades pastorales diarias y
las cuestiones administrativas, podemos fácilmente
perder nuestro enfoque en el ministerio de Cristo y
nuestra identidad esencial y vocación como Iglesia. Si
no estamos firmemente enraizados en la misión de
Jesús y el Reino de Dios que es el centro de su misión,
gradualmente perderemos la motivación de hacer los
sacrificios y aceptar el trabajo que nos es requerido
para ejercer nuestros ministerios y cuidar de la vida de
la comunidad parroquial.
El Reino de Dios está en el corazón de misión
El Reino de Dios no es algo lejano ni completamente en
el futuro. “Después de que tomaron preso a Juan, Jesús
fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de
Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de
Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en
la Buena Nueva (Mc 1:14-15). Jesús pudo decir que este
es el tiempo de cumplimiento porque el Reino de Dios
estaba encarnado en Jesús mismo. El proclamó el Reino
de Dios sobre toda la creación. Los Milagros que el llevo acabo fueron señales del poder de Dios que abría
paso para renovar toda la creación. Por medio de la
muerte y resurrección de Jesús podemos llegar a conocer
y creer que la Buena nueva del Reino de Dios el poder
salvífico de Dios que conquista el pecado y la muerte y
nos da la esperanza de la vida eterna.
El Reino de Dios no se identifica completamente con la
Iglesia pero si podemos ver señales del Reino de Dios en
la Iglesia. Cada parroquia Católica debe ser una revelación al mundo de que el Reino de Dios esta abriendo
paso en nuestras vidas. El Reino de Dios se encuentra
dondequiera que la paz y la justicia triunfen, donde
abunde el amor y la rectitud. Vivir bajo el Reino de Dios
es vivir en armonía con los propósitos de Dios. Nuestra
oración continua es: “Venga a nosotros tu Reino. Hágase
tu voluntad”.
El ser un fiel Cristiano es vivir como ciudadano del
Reino de Dios reconociendo que a veces los ciudadanos
del Reino de Dios viven en contradicción a valores mundanos. En el Reino de Jesús:

Los primeros serán los últimos y los mayores serán
servidores de todos y todas. 
No tendremos que preocuparnos de que comeremos o
como vestiremos. 
Debemos amar a nuestros enemigos y rezar por quienes nos persiguen.

Debemos negarnos a sí mismos, tomar nuestra cruz, y
seguir al Maestro.

El pobre y el que trabaja por la paz serán bendecidos.

Se nos pide tener corazón de niño.
No es difícil concluir de esto que el Reino de Dios requiere conversión de mente y de corazón. Podemos entender porque después de decir el Reinos ya está aquí
Jesús añadió: “renuncien su mal camino”.
El estar arraigados en la misión de Jesús es vivir en armonía con el Reino de Dios. Es mas, el Reino de Dios
debe radicar en nosotros mismos. Participar en el proceso de Transformación Parroquial es una oportunidad
para dirigirse más hacia el Reino, ponerse más de acuerdo con la buena nueva que Jesús predicó sobre el Reino
de Dios. Todos somos llamados como individuos y como Iglesia ha avanzar el Reino de Dios y a difundir la
buena nueva del Reino de Dios.
El cumplimiento del Reino vendrá al final de los tiempos
cuando Cristo regrese y presente a Dios Padre, “un reino
de verdad y de vida, un reino de santidad y de gracia, un
reino de justicia, amor y de paz”. (Prefacio de la Misa
Solemne de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo).
El Tiempo Para El Cambio Es Ahora
Hay una urgencia en el trabajo que estamos tratando de
lograr con Transformación Parroquial. Recientes investigaciones indican que católicos que se alejan de la Iglesia
o se separan por completo dicen que no encontraron suficiente profundidad espiritual en sus parroquias. Confrontados con desafíos financieros, bajo bajos índices de matriculas escolares, censos disminuyentes del conteo de
Octubre, mantenimiento de viejos edificios, etc. podríamos caer en la tentación de querer “corregir problemas” y
fallar a proclamar a Cristo viviente y a llamar a nuestros
hermanos y hermanas a una conversión de vida mas profunda. Nuestros feligreses agradecerán las reformas institucionales a las que daremos inicio. Pero, ¿escucharán el
Evangelio más claramente? ¿Saciarán su sed espiritual?
¿Se lograrán obras de paz y justicia? ¿Serán alimentados
los pobres y alentados los que viven en soledad? ¿Habrá
nuevos Santos y Santas que surjan de entre nuestros feligreses? Estas son preguntas que misioneros preguntan. Y
esos es precisamente a lo que somos llamados a ser. La
esperanza es que durante las próximas semanas, al reflexionar sobre los ensayos en este manual, gradualmente
comenzaremos a formular la misión de nuestra parroquia.
Por medio de nuestras reflexiones personales y nuestras
conversaciones el uno con el otro aumentará nuestro sentido de misión.
En los capítulos siguientes, examinaremos las siete plataformas primordiales que sostienen la misión de una
parroquia. Algunas de estas plataformas pueden también
inspirarles a tomar ideas para lo que es su misión directamente de una de estas plataformas. Otras veces puede ser
que nos demos cuenta que una o algunas de estas plataformas necesitan ser reforzadas, elevadas a un nivel más alto
o reinterpretadas para que atiendan las necesidades actuales de la parroquia.
También necesitaremos revisar el panorama financiero
de la parroquia y la manera en que utilizamos todos
nuestros recursos. La meta es transformarnos en parroquias impulsadas por la misión. Pero para alcanzar ese
ideal, todos necesitamos trabajar juntos con actitud de
apertura, honestidad y respeto. Algunas veces las decisiones más impactantes que tomamos ocurren cuando decidimos “dejar de hacer” ciertas actividades y re-enfocamos
nuestra energía y nuestros recursos. Ciertamente estas
pueden ser decisiones tremendamente difíciles, pero son
decisiones necesarias debido a que los recursos son limitados. Tener claro cuál es nuestra misión y cuáles son
nuestros valores nos ayudará a alcanzar buenas y prudentes decisiones sobre dónde dar prioridad a nuestros recursos de tiempo, talento y bienes materiales.
9 REFLEXIÓN PERSONAL
PARA MEDITAR “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discí‐
pulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu San‐
to, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mt 28:19‐20) “Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos « discípulos » y « misioneros », sino que somos siempre « discípulos misioneros ». “ (Papa Franciso, Evangelii Gaudium, #120) “Si la parroquia es la Iglesia que se encuentra entre las casas de los hombres, ella vive y obra entonces profundamente injertada en la sociedad humana e íntimamente solidaria con sus aspiraciones y dra‐
mas. A menudo el contexto social, sobre todo en ciertos países y am‐
bientes, está sacudido violentamente por fuerzas de disgregación y deshumanización. El hombre se encuentra perdido y desorientado; pero en su corazón permanece siempre el deseo de poder experi‐
mentar y cultivar unas relaciones más fraternas y humanas. La res‐
puesta a este deseo puede encontrarse en la parroquia, cuando ésta, con la participación viva de los fieles laicos, permanece fiel a su origi‐
naria vocación y misión: ser en el mundo el «lugar» de la comunión de los creyentes y, a la vez, «signo e instrumento» de la común vocación a la comunión; en una palabra ser la casa abierta a todos y al servicio de todos, o, como prefería llamarla el Papa Juan XXIII, ser la fuente de la aldea, a la que todos acuden para calmar su sed.” (Juan Pablo II, Los Miembros Laicos del Pueblo Fiel de Cristo, #27) 
¿Qué entiendo yo que es la misión y el ministerio de Je‐
sús? 
¿Cómo se refleja la misión y el ministerio de Jesús en mi vida? REFLEXIÓN SOBRE LA PARRO‐
QUIA

¿Ha habido una descripción escrita de misión en mi parro‐
quia anteriormente? 
¿Cuál es el fundamento espiri‐
tual/bíblico de la misión y mi‐
nisterio de nuestra parroquia? 
¿Cómo podría la demografía de la parroquia dar forma a nuestra misión? 
¿Que impacto tiene nuestra parroquia en nuestro vecinda‐
rio? 
¿Cuál de las siguientes metáfo‐
ras mejor relata lo que Ud. le gustaría que su parroquia fue‐
se? “En efecto, uno de los objetivos centrales de la misión es reunir al pueblo para la escucha del Evangelio, en la comunión fraterna, en la oración y la Eucaristía. Vivir « la comunión fraterna » (koinonía) signifi‐
ca tener « un solo corazón y una sola alma » (Act. 4, 32), instaurando una comunión bajo todos los aspectos: humano, espiritual y material. De hecho, la verdadera comunidad cristiana, se compromete tam‐
bién a distribuir los bienes terrenos para que no haya indigentes y todos puedan tener acceso a los bienes « según su necesidad » (Hechos 2, 45; 4, 35). Las primeras comunidades, en las que reinaba « la alegría y sencillez de corazón » (Hechos 2, 46) eran dinámicamen‐
te abiertas y misioneras y « gozaban de la simpatía de todo el pueblo » (Hechos 2, 47). Aun antes de ser acción, la misión es testimonio y estilo de vida que brilla a los demás. (Misión del Redentor, #26) “Es el misterio difícil de quien abandona la Iglesia; de aquellos que, tras
haberse dejado seducir por otras propuestas, creen que la Iglesia —su
Jerusalén— ya no puede ofrecer algo significativo e importante…Hace
falta una Iglesia que no tenga miedo a entrar en la noche de ellos. Necesitamos una Iglesia capaz de encontrarlos en su camino. Necesitamos
una Iglesia capaz de entrar en su conversación. Necesitamos una Iglesia
que sepa dialogar con aquellos discípulos que, huyendo de Jerusalén,
vagan sin una meta, solos, con su propio desencanto, con la decepción
de un cristianismo considerado ya estéril, infecundo, impotente para
generar sentido.”
Papa Francisco, Encuentro con el episcopado brasileño, Jornada Mundial de la Juventud 2013 10 o o Fuente del pueblo Invernadero de discípu‐
los o Oasis de esperanza o Sitio de encuentro di‐
vino o Centro de aprendizaje y plataforma de lanza‐
miento para misión o Un sacramento vivo de Cristo y una voz moral en el mundo o Otro REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre como misión es el corazón de la
vida parroquial? ¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
11 Fundamentos para la Misión III. Resumen Parroquial P
Algunas de las preguntas y la información que les exhortamos a revisar como equipo son:
ara poder discernir hacia dónde está siendo lla-
mada nuestra parroquia por El Señor, es provechoso
reflexionar sobre la historia de nuestra parroquia, y
sobre quienes somos como parroquia hoy día. Reflexionar sobre nuestro pasado y nuestro presente y apreciarlos, nos ayuda a construir la base para discernir y
expresar hacia dónde estamos siendo llamados.
En una de las primeras juntas de Transformación Parroquial, revisarán la información general de su parroquia, que puede incluir un vistazo de:







La historia parroquial
La historia del santo patrono de la parroquia
Un resumen del estado actual de la parroquia
Un panorama de los ministerios actuales
Tendencias Sacramentales, p.e., el número de casamientos, bautismos, funerales
Las tendencias demográficas de la comunidad en
rededor de la parroquia
El panorama financiero
Esta conversación tiene la intención de ayudar a todos
los miembros del equipo de Transformación Parroquial de su parroquia a comenzar desde el mismo punto en cuanto al entendimiento de su parroquia. Si hemos de acordar hacia dónde estamos siendo llamados
como parroquia, necesitamos también estar de acuerdo
en cuanto a dónde nos encontramos hoy día. Desde
este punto de común entendimiento, podremos entonces reflexionar de manera colectiva, dialogar, discernir, y planear hacia dónde somos llamados como parroquia en las próximas semanas. Historia Parroquial

¿Cómo comenzó la parroquia?

¿Quiénes fueron los fundadores?

¿Cómo ha cambiado la parroquia durante los últimos 5 años? ¿10 años? ¿20 años? ¿50 años? ¿100
años?

¿Cómo ha cambiado la comunidad local de la parroquia durante los últimos 5, 10, 20, 50, o 100
años?
Situación Actual

¿Quiénes son ustedes hoy? ¿Cuál es la composición demográfica de la parroquia? ¿Son una parroquia de barrio o un punto de concurrencia para
fieles que vienen desde muchas millas a la redonda?

¿Cómo interactúa la parroquia con la comunidad
local? ¿Es la parroquia un centro de actividad comunitaria
Santo Patrono

¿Cuál es la historia del santo patrono de su parroquia? ¿Tiene el santo patrono un carisma particular que podría servir de inspiración para la misión
particular de su parroquia?
Ministerios Parroquiales
La información contenida en el Resumen Parroquial
debe ser utilizada como un recurso a través de todo el
proceso de Transformación Parroquial. Los relatos
sobre la historia de la parroquia y el santo patrono pueden proveer una base importante para su Narración de
Misión. El entender las tendencias demográficas de su

12 

¿Cuáles son los distintos ministerios de su parroquia?
¿Quiénes están involucrados?
¿A quién dan servicio estos ministerios?
Fundamentos para la Misión III. Resumen Parroquial EJEMPL
Historia Parroquial: La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe es la primera parroquia de habla hispana en el Medio Oeste superior. Abrió sus puertas el 8 de diciembre de 1923. En 1924, los Misioneros
Claretianos comenzaron a hacer ministerio con la comunidad Mexicana local y lo hacen hasta el presente. En 1929, el Santuario a San Judas brotó como una respuesta a un pueblo sumergido en la Gran Depresión. En 1948, la escuela fue inaugurada, volviéndose en otra ancla de la comunidad de Sur Chicago. En
1980-90, las fundidoras de acero cerraron y el lado sureste se transformó en una zona con muchos retos
económicos. La parroquia, bajo el liderazgo de los Claretianos, respondió a tres necesidades fundamentales al abrir el Centro Médico Claretiano (salud), Villa Guadalupe (ancianos), y los Asociados Claretianos (vivienda). A través de su historia, Nuestra Señora de Guadalupe se ha convertido en parte importante de la comunidad de Sur Chicago y el Noroeste de Indiana.
Situación Actual: Actualmente, nuestra parroquia está compuesta en un 99% por México-americanos de
primera, segunda y tercera generación. Un pequeño porcentaje de nuestros feligreses habituales es haitiano. Además, debido al Santuario de San Judas, nuestra parroquia es enriquecida por la visita de peregrinos que llegan constantemente desde diferentes estados y países. A través de la historia, nuestra parroquia se ha convertido en un lugar donde un gran número de familias continúan llegando en busca de apoyo moral y espiritual, particularmente en esos momentos de vulnerabilidad así como en los momentos de
nueva vida y nuevos comienzos. Aunque nuestra comunidad parroquial es mayormente Latina, nuestro
vecindario es predominantemente Afro-americano. Por algunos años, hemos estado trabajando para
construir un relacionamiento cristiano con nuestros vecinos a través del diálogo interreligioso y la celebración de eventos en común.
Santo Patrono: El 9 de diciembre de 1531, Juan Diego, un campesino azteca recién convertido, tuvo
una revelación de una jovencita, mientras pasaba por un cerro en el desierto de Tepeyac, cerca de la Ciudad de México. La señora, en esa visión, le pidió que se construyera una iglesia en el lugar donde se encontraban. Juan Diego le contó de la aparición al obispo local, Juan de Zumárraga; quien lleno de dudas
pidió una prueba. Juan Diego después regresó al cerro del desierto de Tepeyac; nuevamente, la señora se
apareció a Juan Diego, quien le dijo que el obispo pedía una prueba de su aparición. La señora indicó a
Juan Diego que fuera hasta la cima del cerro, donde él encontró rosas de Castilla –originarias de Durango, el pueblo español de donde era el obispo – y que no florecían en el invierno. Juan Diego cortó las
rosas, las colocó en su tilma, y las entregó al obispo; una imagen de la Bendita Virgen María apareció en
la tilma, rodeada por el barro y las rosas de Castilla.
13 O Fundamentos para la Misión IV. La Perla de Gran Valor El Reino de Dios es como un comerciante que busca perlas finas. Si llega a sus manos una
perla de gran valor, se va, vende cuanto tiene y la compra. (Mt 13:45-46)
C
ada parroquia es bendecida con tesoros –
perlas de gran valor. El Tesoro bien puede
ser un templo hermoso, una escuela exitosa,
una comunidad multicultural, una larga trayectoria de servicio a los pobres, líderes laicos talentosos, o quizás un coro que atrae a la gente al culto. Aun
cuando una parroquia se encuentra luchando contra
cambios o recursos disminuyentes, siempre hay algo
bueno que está en vigor en la parroquia. Es fácil fijarnos solo en lo que nos falta o lo que es problemático.
Sin descartar asuntos que necesitan nuestra atención,
debemos fijar nuestros corazones en buscar de aquellas
perlas de gran precio, es decir, las bendiciones y todas
aquellas cosas de las cuales merecidamente estamos
orgullosos. Mientras que ninguna parroquia es perfecta, cada parroquia puede identificar algo valioso y
digno de preservar como “perla de gran precio”. Podría ser una larga tradición de buena liturgia, o educación adulta o una despensa de comida que sirve a cientos de personas. Podría ser el involucramiento de la
parroquia en asuntos comunitarios, su ubicación céntrica, o el espíritu hospitalario de la congregación.
Cual sea la “perla de gran precio”, la parroquia que
falla en reconocer sus dones, puede perder el mismo
don que podría ser la llave para renovar la misión y la
visión de la parroquia.
Al comenzar su participación en el proceso de Transformación Parroquial, tomen el tiempo necesario para
identificar la “perla de gran precio” en su parroquia.
La intención aquí es que este sea un ejercicio positive.
Comiencen por sus fortalezas y denles nombre. Enorgullécenos en los dones de la comunidad. Iluminen sus
grandes tradiciones. Quizás se pregunte a sí mismo
porque ha escogido esa parroquia para su hogar espiritual. En grupo, compartan el uno con el otro porque
personas han escogido a su parroquia para pertenecer y
no a otra que quizás este a igual distancia de su hogar.
¿Qué es más atractivo de su parroquia? ¿Que valoriza
mas su parroquia? ¿Que impacto hace su parroquia a la
comunidad donde está ubicada? Las respuestas a estas
14 preguntas deben llevarle mas cerca a identificar las
“perlas de gran precio” las cuales son fuente de orgullo
a los feligreses. Nombra estas “perlas de gran precio”
y los valores que representan son los cimientos sobre
cual el resto del proceso de Transformación Parroquial
se construirá.
Al encontrar el tesoro escondido, den gracias a Dios
por ese descubrimiento y celebren sus dones, las perlas
de gran precio. Estos tesoros de la parroquia no solo
son posesiones con las que uno presume o para exhibir
como si fuesen trofeos. Los dones que recibe una parroquia son regalos de Dios para cumplir con su misión. Tienen el potencial de ser señales del Reino de
Dios entre nosotros. Y recuerden, avanzando el Reino
de Dios es el propósito de la parroquia.
EJEMPLOS 
La parroquia Beato Tito Brandsma descubrió que tienen un inesperado número alto de abo‐
gados en la parroquia. Esperan poder formar su propio ministerio legal Cristiano para ayu‐
dar a feligreses con necesidades legales y ayu‐
dar a los pobres de la tercera edad a obtener beneficios médicos y otros que por ley les co‐
rresponde. El Ministerio Legal Cristiano tam‐
bién se compromete a dar voz a asuntos de paz y justicia y los cuales preocupan a los feli‐
greses. 
La parroquia Cristo Nuestra Esperanza tiene uno de los mejores órganos de tubos en la arquidiócesis y uno de los organistas más ta‐
lentosos como su director de música. La parro‐
quia piensa utilizar su “perla de gran valor” para crear un Concilio de Artes Religiosas el cual planificara festivales de artes para atraer a mas gente a la iglesia a través del arte. PARA MEDITAR El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo. Aquí tienen otra figura del Reino de los Cielos: un comerciante que busca perlas finas. Si llega a sus manos una perla de gran valor, se va, vende cuanto tie‐
ne y la compra. (Mt 13:44‐46) "En lo que nos enfoquemos se convertiré nuestra realidad. Si nos enfocamos en lo que está mal o en lo que falta, tendremos la tenden‐
cia de ver todo a través de ese filtro y marco". (Sue Annis Hammond, The Thin Book of Appreciative Inquiry, Thin Book Publishing Co., Bend, OR, 1996). "Creemos simplemente que la antigua y venerada estructura de la Parroquia tiene una misión indispensable y de gran actualidad; a ella corresponde crear la primera comunidad del pueblo cristiano; iniciar y congregar al pueblo en la normal expresión de la vida litúrgica; con‐
servar y reavivar la fe en la gente de hoy; suministrarle la doctrina salvadora de Cristo; practicar en el sentimiento y en las obras la cari‐
dad sencilla de las obras buenas y fraternas" (Papa Pablo VI, Discurso al Clero Romano, 24 de Junio de 1963) REFLEXIÓN PERSONAL 
¿Qué valoro más de mi parro‐
quia? ¿Cuales son las “perlas de gran valor?” 
¿Qué consejo daría a alguien que busca una parroquia al cual pertenecer? 
¿Cuales son las tres cosas más importantes que Ud. cree se deberían comentar de cada parroquia? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA 
¿Qué comentarios escucho sobre nuestra parroquia entre mis vecinos o de personas que visitan? 
¿Que podríamos edificar sobre nuestras “perlas de gran va‐
lor” para lograr la misión de Cristo en nuestra parroquia? Lo que no quiero olvidar de este capítulo para mí mismo y para mi parroquia:
15 Ejemplos de una narración Espiritual para la Misión Para comenzar a pensar sobre cómo articular la MISIÓN de su parroquia, lean las siguientes Narraciones de Misión. Estas parroquias han tratado de incluir lo que está al
centro de su misión en estas narraciones.
Parroquia de Sta. Bárbara Nosotros, la gente de la parroquia de Sta. Bárbara, creemos que somos llamados a ser un Pueblo
de Pentecostés. Unidos en la fe, la esperanza y el
amor, proclamamos la verdad y la belleza del
evangelio de Cristo.
Somos una comunidad diversa y celebramos
nuestras diferencias, nuestros talentos y nuestros
dones. Buscamos utilizar todos estos al unirnos
para llevar la buena nueva de Cristo a todos los
pueblos y para construir el Reino de Dios.
El Espíritu Misionero siempre ha sido una perla
de la parroquia de Sta. Bárbara a todo lo largo de
su historia de 100 años. Como dice San Pablo en
su carta a Timoteo, (2: 1, 14), “Guarda, mediante
el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro
que te ha sido encomendado.” Nosotros hemos
hecho justamente eso como parroquia. Hoy día,
el Espíritu continúa guiándonos a extender nuestros brazos a los pobres y necesitados entre nosotros, a llevar el consuelo a los que están tristes, y
esperanza a los oprimidos. Es en las obras de justicia y caridad donde la gente ve de lo que ser
iglesia se trata y quiénes somos nosotros como
cristianos.
Como Pueblo de Pentecostés, somos testigos
evangelizadores de nuestra fe católica proclamando el Evangelio en todo lo que hacemos y decimos, tal como Jesús mandó a sus discípulos que
fueran e hicieran en todos los rincones de la tierra. En el hogar, en la escuela, en el trabajo o en
la comunidad, nuestra misión es ser Cristo para
los demás y siempre reflejar el amor del Señor a
pesar de los retos que enfrentamos.
La catequesis es igualmente importante. Al esforzarnos para profundizar nuestros conocimientos y
nuestra fe, y para desarrollar nuestra relación con
Cristo, nos volveremos más Cristo-céntricos y
16 podremos compartir con los demás el amor y la fe
que tenemos. Todos estos esfuerzos se centran en
nuestro amor por la Eucaristía, que es la fuente y
la cúspide de nuestra fe católica. Es en el cuerpo
sagrado de Cristo donde somos nutridos y fortalecidos para seguir adelante y hacer el trabajo que
Jesús pide de nosotros.
Estas son las plataformas sobre las que desarrollamos nuestra misión como parroquia y nuestra
visión para el futuro.
El fuego del Espíritu Santo no solamente ilumina
nuestro camino, sino que arde en nuestros corazones encendiendo el fervor por nuestro Dios, por
Su pueblo y por Su iglesia. En la Carta a los Romanos, 15, 13, San Pablo dice: “Que el Dios de la
esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer,
para que abunden en esperanza por el poder del
Espíritu Santo
Por nuestro esfuerzo y nuestra voluntad de servir,
de evangelizar y catequizar, y con la ayuda del
Espíritu Santo, podemos convertirnos en un modelo del amor de Cristo para la gente y las comunidades que nos rodean.
Preguntas:
¿Qué imágenes vienen a la mente al leer la Narración de Misión de Sta. Bárbara?
¿Cómo provee la Escritura la inspiración para
la Narración de Misión de Sta. Bárbara?
Ejemplos de una narración Espiritual para la Misión Para comenzar a pensar sobre cómo articular la MISIÓN de su parroquia, lean las siguientes Narraciones de Misión. Estas parroquias han tratado de incluir lo que está al
centro de su misión en estas narraciones.
Parroquia de Sta. Catalina de Siena—Sta. Lucía Nosotros, el Pueblo de Dios de la Parroquia
de Sta. Catalina de Siena-Sta. Lucía, nos esforzamos por ser una escuela de santidad para la gente de todas las edades y de todos los
vecindarios. A través del estudio fervoroso
de la Biblia y de nuestra fe, somos nutridos
como iglesia peregrina respondiendo a nuestro llamado compartido a la santidad. Transformados por el Espíritu Santo, acogemos y
proclamamos la Buena Nueva del Evangelio
y la presencia de Jesús resucitado en el mundo.
Sta. Catalina de Siena y Sta. Lucía estarían
orgullosas de nosotros. Sta. Catalina, quien
vivió en el siglo catorce, es un modelo de
fortaleza, de una mente sagaz, de disposición
para hablarles a las autoridades, de compasión por todos, y de devoción para reformar
la Iglesia. Sta. Lucía, nuestra otra patrona,
aunque era ciega, podía ver con luz y claridad su papel dentro del Cuerpo Místico de
Cristo. La tradición nos dice que aun cuando
ella estaba siendo torturada, seguía instruyendo sobre la gloria de Dios.
Todos estamos unidos en esto; después de
todo, somos el cuerpo de Cristo. Somos una
parroquia que se encuentra en una encrucijada. Con unas instalaciones grandes pero ya
envejeciendo, y una congregación relativamente pequeña, somos llamados a revitalizar
y a evangelizar para poder crecer en nuestra
fe y como familia eclesial.
llamados a enseñar, a guiar y a servir a la
gente de Chicago, Oak Park, y los muchos
otros vecindarios de donde proceden nuestros
feligreses. Tenemos una larga tradición de
incluir y acoger la diversidad que servirá como base de nuestro esfuerzo.
Es como si estuviésemos en un nuevo Pentecostés. Los discípulos fueron enviados al
mundo, “Y nosotros nos entregaremos a la
oración y al ministerio de la palabra.” (Hechos 6, 4), y ahora somos llamados
a vivir una vida abundante y llena del Espíritu Santo.
Confiamos en nuestra fe católica y en las Escrituras, y recordamos el relato de la aparición de Jesús en el camino a Emaús: “No
sentíamos arder nuestros corazones dentro de
nosotros cuando nos habló en el camino y
nos explicó las Escrituras?” (Lucas 24, 32).
Preguntas:
¿Cómo reconoce esta Narración de Misión los
factores culturales que influyen en la misión de
la parroquia de Sta. Catalina – Sta. Lucía?
¿Cómo pueden las historias de las santas patronas influir en la misión de la parroquia?
Somos una parroquia que está en un cruce de
caminos. Situados literalmente en los límites
entre la zona urbana y la suburbana, somos
17 Comenzar a Configurar la Misión Continuando a construir sobre nuestras reflexiones, vamos a querer hace hincapié de temas que se presen‐
tan y que podrían ser bases de nuestra misión parroquial. Poder pensar sobre nuestra misión parroquial a través de una variedad de perspectivas podría ayudarnos a identificar nuevos temas para nuestra misión. Perspectivas
Temas Posibles que Influyen Nuestra Misión de Parroquia Carisma de nuestro patrón o la congregación de religiosos que sirve en la comunidad.
Desafíos y oportunidades demográficas que se presentan.
Nuestras perlas de gran valor.
Cuento bíblico a pasaje de las escrituras que toca la experiencia de nuestra aparroquia.
Desafío espiritual particular a nuestra parro‐
quia.
Censo de la parroquia (ejemplo: tipos de tra‐
bajo)
Otras posibles perspectivas
Regresaremos a esta pagina en el transcurso del proceso para continuar a identificar y re‐definir posibles temas. Mas adelante en el proceso, los reduciremos para determinar cuál es el tema o los temas centra‐
les que definirán nuestra misión parroquial. 18 Comenzar a Configurar la Misión Al comenzar a desarrollar nuestra narración especifica de misión, deberíamos estar consientes de los atri‐
butos de una narración de misión fuerte y revisarlos seguidamente.
Atributos Explanacion Nuestra narración de misión tiene su fun‐
damento engendrado en las Escrituras, La Liturgia, y/o el carisma de nuestro santo patrón. Es importante fundamentar la misión en la Escritura, La Liturgia y/o el carisma del santo patrón de la parroquia para que haya la fuerza crédula que maneja la misión. Queremos atraer nuestra inspiración de estos recursos en vez de sencillamente seleccio‐
nando un verso de Escritura después de que hayamos escrito nuestra narración de misión para que le quede a lo que quere‐
mos hacer. Nuestra narración de misión mueve la ima‐
ginación usando lenguaje concreto y vivi‐
do. Puede ser fácil escribir la misión estilo tarjeta “Hallmark” que aplique a todas las parroquias Católicas en el mundo, por ejem‐
plo, “Somos llamados a amarnos unos a los otros como miem‐
bros del Cuerpo de Cristo.” La Transformación Parroquial nos da el reto de estirarnos mas allá de donde la parroquia esta hoy en día, considerando ideas nuevas, tomando riesgos, articulan‐
do una narración que llama a la parroquia a la acción. Nuestra narración de misión claramente articula como somos llamados únicamen‐
te para vivir nuestra misión y ministerio de Jesús en este tiempo y en este lugar, y ha sido formado por circunstancias particula‐
res, historia, y la cultura de nuestra comu‐
nidad. El contexto local forma las necesidades de nuestra comunidad y como nosotros, como misioneros, somos llamados a respon‐
der a esas necesidades. Asi como la demografía, economía, etc, cambia, asi las necesidades de la comunidad cambian. Si‐
milarmente, deberíamos reconocer que la manera en que so‐
mos llamados a responder a esos cambios y nuestra misión única como parroquia también cambia. Nuestra narración de misión nos llama a replantear y fortalecer nuestras relacio‐
nes, no solamente iniciar cambios a los programas. Creando un programa nuevo quizás no sea la primera solución para engranar mas intensamente a la parroquia y la comunidad general. Quizás primero necesitamos cambiar nuestras relacio‐
nes y lenguaje y modos en los cuales nos comunicamos con otros. Nuestra narración de misión es relevante a los feligreses quienes ya están engrana‐
dos activamente en la parroquia, al igual aquellos quienes quizás todavía no toman un papel activo en la vida parroquial. La intención no es de que Transformación Parroquial solo sirva a las necesidades de aquellos quienes ya están activos en la parroquia. Mas bien, es la oportunidad para descubrir maneras nuevas de engranar a otros, aun si no van a misa regularmente, se hayan alejado de la iglesia, o quienes no hayan encontrado a Cristo en sus vidas. 19 Plataformas para Misión 20 Nuestra Misión Espíritu Misionero Evangelización Llamado a la Santidad Catequesis Co‐Responsabilidad Espiritual Oración y Culto Communio Estamos listos ya a considerar las “Plataformas” de la vida parroquial. Estas “Plataformas” son el núcleo fun‐
damental de toda parroquia por lo cual llevan acabo su misión y el ministerio de Cristo y crecen a semejanza de El. La clave para entender la misión parroquial de alguna parroquia normalmente esta integrada en estas plataformas. Al reflejar en cada uno de los siguientes capítulos de esta sección, favor de considerar las siguientes pregun‐
tas:  ¿Acaso esta plataforma nos da idea de cómo podría ser la misión particular de nuestra parroquia? Por ejem‐
plo, alguna parroquia podría escoger a la evangelización como el asunto clave en su misión enfocándose en evangelizar una sociedad que cada día es más secular. Otra parroquia podría enfocarse en la cateque‐
sis aprovechando la cercanía de algunos seminarios que podrían proveer una nueva manera de presentar la catequesis para jóvenes‐adultos quienes podrían tener deficiencias en la formación que obtuvieron años atrás. 
¿Es esta una plataforma fuerte para nosotros? ¿Necesitamos mejorar en esta área para asegurar que la fun‐
dación de nuestra parroquia este segura? Por ejemplo, alguna parroquia podría descubrir que no tiene oportunidades específicas, disciplinas espirituales, ni opciones de guías espirituales disponibles a católi‐
cos que buscan más profundidad en su vida espiritual e involucramiento en la iglesia (el llamado a la santi‐
dad). Otra parroquia podría darse cuenta que necesita ofrecer liturgias de más devoción, mejor música y mejor formación de ministros litúrgicos (Oración y Culto). Después de reflejar sobre estas plataformas, volveremos a identificar la misión parroquial general así como las plataformas fundamentales que podrían necesitar un enfoque mas intensivo en nues‐
tra parroquia. 21 Plataformas para la Misión 1. Evangelización María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y añadió todo lo que él le
había dicho. (Jn. 20:18)
La reacción que se nos relata de los primeros discípulos
que encontraron la tumba vacía fue correr a decirles a los
otros discípulos lo que habían experimentado. María de
Magdala les anuncia: “He visto al Señor” (Juan 20, 18).
Cuando Pedro fue a la tumba, las Escrituras nos dicen
que “volvió a casa preguntándose lo que había ocurrido” (Lucas 24, 12). Los dos discípulos en el camino a
Emaús descubrieron a Jesús resucitado en el partir del
pan y enseguida regresaron corriendo a Jerusalén a anunciarles a los 11 y quienes estaban con ellos que habían
visto al Señor (Lucas 24, 33-35). Hay un sentido de gozo
y de entusiasmo en estos relatos. Los discípulos no podían guardarse para sí mismos lo que habían experimentado. Su experiencia es la esencia de lo que significa
evangelizar: conocer al Cristo Viviente y compartir la
Buena Nueva con los demás.
Conocer a Jesús
¿Hemos nosotros visto al Señor y escuchado su voz?
Necesitamos tener muy claro que la esencia del cristianismo no es una filosofía o una ideología, sino la persona
misma de Cristo Jesús. Ser cristiano no significa solamente creer en el Cristo de los Evangelios, sino también
tener una relación con el Jesús resucitado que vive y se
hace presente entre nosotros. Tal vez podemos encontrar
un consuelo en la experiencia de los apóstoles que parecen haberse tardado en entender y creer mientras crecían
en su relación con Jesús. Recuerden a Tomás, quien le
dijo a Jesús: “Maestro, no sabemos hacia dónde te diriges; ¿cómo podemos nosotros conocer el camino? Jesús
le respondió, “Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Nadie va al Padre sino por mí.” (Juan 14, 5-6). Felipe
dijo: “Maestro, muéstranos al Padre y eso nos bastará” (Juan 14, 8). Jesús tuvo que decirle con audacia,
“Quien me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14, 9).
La evangelización despierta el deseo de conocer a Cristo
más íntimamente y de seguirle más estrechamente.
La evangelización pide un testimonio y una escucha
valientes
Cuando algunos católicos escuchan la palabra
“evangelización”, quizá les viene a la mente los evangelistas de la televisión o es posible que confundan la evangelización con la catequesis. La evangelización es compartir las Buenas Nuevas de nuestra fe en palabras o acciones para que Cristo se manifieste a través de nosotros.
La evangelización lleva a la conversión, una rendición
ante Cristo como el fundamento de nuestra vida. Con
demasiada frecuencia queremos pasar por alto la evange-
22 lización e irnos corriendo directo a la catequesis aún antes de
que la persona haya conocido al Cristo viviente. La catequesis
va después de la evangelización.
Uno de los medios más eficaces de evangelización es compartir
abiertamente nuestra relación con el Señor y dar testimonio de
su amor que actúa en nosotros. Como católicos, tenemos la tendencia a ser más bien tímidos o reservados cuando se trata de
hablar de nuestra relación con Dios. Quizá tengamos miedo de
que alguien pueda pensar que estamos haciendo proselitismo o
que estamos siendo demasiado religiosos. Pero es natural compartir con otros lo que valoramos y lo que encontramos esperanzador y significativo en nuestras vidas y por el bien de la sociedad. Nuestro testimonio del amor y la misericordia de Dios necesita ser tan evidente que provoque que otros comiencen a
preguntarnos por qué tenemos tanta alegría y esperanza. Como
leímos en 1 Pedro 3,15, “Estén siempre dispuestos a dar una
respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza”.
¿Ha sido nuestro testimonio del Evangelio lo suficientemente
valiente y alegre para romper las barreras y los obstáculos que
impiden a las personas descubrir al Señor en medio de nosotros? ¿Hemos sido lo suficientemente claros de que no somos
seguidores de una filosofía espiritual, sino seguidores de una
persona, el Cristo Viviente? ¿Coinciden nuestras acciones con
nuestras creencias? ¿Hay una simplicidad atractiva en la forma
en que seguimos a Jesús que deja a otros preguntándose qué es
eso que nos mueve y nos inspira? ¿Estamos preparados para
desafiar, así como para consolar a las conciencias de aquellos
que buscan la verdad? Reflexionar sobre nuestra vocación como
evangelizadores podría llevarnos a admitir honestamente que
necesitamos una mejor formación y orientación como católicos
para ser más efectivos en compartir nuestra fe.
No debemos tener miedo a escuchar todos los obstáculos que
impiden que nuestros prójimos escuchen el Evangelio. Necesitamos ser compasivos de manera genuina y libres de juicio al
tratar de entender las razones en las que las personas basan su
creencia e incredulidad. Esto toma tiempo y paciencia. También
sirve para recordarnos, como lo hizo el Papa Pablo VI, que al
ser “evangelizadora, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí
misma” (Evangelii Nuntiandi, # 15). Siempre estamos siendo
llamados a una conversión más profunda.
Hora de “volver a proponer el Evangelio”
El Papa Benedicto XVI hizo un llamado urgente para una Nueva Evangelización y dijo que es hora de “volver a proponer” el
Evangelio. Expresó un sentido de urgencia sobre dirigirnos de
manera especial a aquellas zonas del mundo que se sabe han
sido cristianas pero que en tiempos recientes han perdido el
interés o el entusiasmo por el mensaje de Cristo, si acaso alguna
vez verdaderamente escucharon el mensaje del Evangelio.
Plataformas para la Misión 1. Evangelización María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y añadió todo lo que él le
había dicho. (Jn. 20:18)
La influencia de una cultura secular, los rápidos cambios en la sociedad, el relativismo, la dependencia en
comprobar todo científicamente, y la desilusión con la
autoridad han jugado un papel y afectado la manera en
que las personas de hoy se relacionan con la religión.
Todos tenemos algún vecino o pariente que ya no van a
Misa ni participan de la vida de la Iglesia. Muchos aun
dicen creer en Dios pero ya no son influenciados por las
enseñanzas religiosas a la hora de tomar decisiones en
su vida. Puede ser que Dios ya no esté al centro de sus
vidas. Aun así, hay otros que siguen buscando a Dios
con mucho empeño.
Nuestro deber es pensar creativamente sobre cómo podemos mostrar la relevancia del Evangelio a la sociedad
contemporánea utilizando un lenguaje, una metodología
y sistemas de comunicación que sepan llegar a la cultura
moderna de hoy. El uso creativo de la tecnología es verdaderamente invaluable para nuestro ministerio y ya no
podemos calificarlo como opcional. Utilizar nuestra
imaginación para mostrar una cara nueva de nuestra
parroquia puede ser la puerta abierta que lleva a otros a
re-descubrir lo que la Iglesia tiene para ofrecer.
Hay mucha esperanza para el futuro
Hay un lado positivo de la urgente necesidad por la
evangelización hoy día. Mientras que muchos se han
desligado de la práctica activa de su fe, muchos otros
aun tienen sed de encontrar un significado, una esperanza y una verdad. La sociedad contemporánea deja a muchos sintiéndose vacíos y aislados de los demás. Muchos jóvenes tienen un corazón generoso y quieren hacer una diferencia en el mundo pero con frecuencia no
están seguros de dónde o cómo o a qué dedicar sus vidas. Al ir cambiando los pareceres sobre el matrimonio
y la familia, y los valores tradicionales son ignorados,
las personas buenas quedan confundidas e inseguras
sobre qué dirección tomar. La búsqueda por la verdad
continúa.
En este breve panorama de la vida, podemos ver cómo
la Iglesia podría tener un impacto real sobre las personas
y eventualmente sobre la sociedad. Pero todo comienza
por escuchar con un corazón abierto y un espíritu alegre
y amoroso. Al ir conociendo lo que hay en los corazones
de quienes buscan un significado y una esperanza, estaremos en una mejor posición de ser los evangelizadores
que Cristo nos llama a ser. La calidad de nuestra veneración comunitaria, nuestra confianza para enfrentarnos a
la maldad y la injusticia, nuestra capacidad de perdonar
cuando nadie más lo hace, de ser una comunidad atractiva y acogedora, de dejar a un lado nuestros prejuicios,
de defender a los pobres, de tener esperanza aun en
tiempos difíciles – todo esto es el campo fértil de la
evangelización. Es bueno recordar la declaración que
se atribuye a San Francisco de Asís: “Proclamen el
Evangelio, y si es necesario utilicen palabras para hacerlo.”
PARA MEDITAR Nacida por consiguiente, de la misión de Jesucristo, la
iglesia es a su vez enviada por El…..Es así como la
Iglesia recibe la misión de evangelizar y con la actividad de cada miembro constituye algo importante para
el conjunto. (EN, #14-15)
“La preocupación de evangelizar nunca debe dejarse al
margen de la actividad de la iglesia y de la vida personal de los Cristianos. Pero si debe ser fuertemente caracterizada por el conocimiento de ser beneficiarios y
a la vez, misioneros del Evangelio”.
(Papa Benedicto XVI, 25 de Enero del 2012)
“Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas
formas, como en un gran mural hay variedad de colores y de matices; pero todos son importantes, incluso
los que no destacan. En el gran designio de Dios, cada
detalle es importante, también el pequeño y humilde
testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien
vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad… Recordémoslo
bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús
sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso
mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a
Dios.”
Papa Francisco, 14 de abril 2013
“A veces perdemos a quienes no nos entienden porque
hemos olvidado la sencillez, importando de fuera también una racionalidad ajena a nuestra gente. Sin la
gramática de la simplicidad, la Iglesia se ve privada de
las condiciones que hacen posible «pescar» a Dios en
las aguas profundas de su misterio.”
Papa Francisco, Encuentro con el episcopado brasileño, Jornada Mundial de la Juventud 2013
“Hoy, en este « id » de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión
evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a
esta nueva « salida » misionera. “
Papa Francisco, Evangelii Gaudium, #20
1:Evan 23 Plataformas para la Misión 1. Evangelización María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: «He visto al Señor» y añadió todo lo que él le
había dicho. (Jn. 20:18)
REFLEXIÓN PERSONAL
 El Papa Francisco dijo durante la celebración del Día Mundial de la Juventud, “La experiencia de este encuentro [con Jesús] no puede permanecer encerrada en su vida o en el grupo pequeño de su par‐
roquia, en su movimiento, o en su comunidad. Eso sería como quitarle el oxígeno a una llama que ardía fuertemente. La fe es la llama que se hace fuerte cuanto más se comparte y se pasa a los demás.”  ¿Cómo puedo yo avivar la llama de la fe? ¿Cómo estoy siendo llamado a ir más allá de mi zona de confort para compartir y pasar a otros mi fe?  ¿Qué creo yo es la buena nueva del Evangelio que una gran numero de gente no escucha hoy?  ¿Cómo ejerzo mi vocación siendo evangelizador?  ¿Qué oportunidades tengo yo en mi sitio de trabajo? ¿Qué necesito de mi parroquia para ser yo un fiel evangelizador?  Jesús preguntó a sus discípulos, “¿Quién dicen que soy yo?” Después les preguntó, “¿Quién dicen ustedes que soy yo?” ¿Cuál es tu respuesta a Jesús?  ¿Cómo he experimentado yo el gozo que viene de conocer a Cristo? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Cómo podemos aplicar la encomienda del Papa Benedicto de re proponer el evangelio en nuestra par‐
roquia?  ¿Cuáles son algunas maneras en que nuestra comunidad está escuchando los corazones de aquellos que ya no practican su fe católica?  ¿Cuál es el signo más poderoso de esperanza y de compasión que nuestra parroquia tiene para ofrecer?  ¿Quiénes son, en efecto, los evangelizadores en nuestra parroquia  ¿Cuál es la nueva imagen que nuestra parroquia necesita para poder llamar la atención de aquellos quienes han descartado a la Iglesia como algo que no tiene nada que decirles a ellos? 24 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Evangelización? ¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
25 Plataformas para la Misión 2. Catequesis « ¿Acaso no sentíamos arder en nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24:32)
La evangelización y la catequesis van mano en mano.
Por medio del ministerio de evangelización de la Iglesia,
escuchamos la Buena Nueva del Evangelio y se nos da a
conocer el Cristo viviente. Somos llamados a convertir
nuestra mente y nuestro corazón al ir aprendiendo a caminar por el camino que Cristo abre ante nosotros. La
catequesis se desarrolla desde la conversión y busca
hacer crecer nuestra relación con Dios. La catequesis
nos ayuda a conocer la persona, el mensaje, y la misión
de Cristo para que todas nuestras vidas se centren en
Cristo. Como San Pablo dijo en tan bellas palabras, “Y
ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.” (Gálatas 2,
20). En otras palabras, el propósito principal de nuestro
esfuerzo al catequizar es hacer crecer nuestra relación
con El Señor. No es simplemente comunicar la doctrina,
aunque eso es importante, sino fortalecer una relación
con Dios que incite nuestro deseo por encontrar la verdad.
La Iglesia siempre ha valorado la importancia de una fe
iluminada. Esto quiere decir que la fe es más que sólo un
asunto de sentimientos o emociones y ciertamente más
que la opinión personal de cada uno. Hay una verdad
objetiva que nos ha sido revelada por Cristo Jesús. La
Iglesia enseña esta verdad por medio de su ministerio de
la palabra, y su compromiso con la catequesis en todas
las etapas de la vida. Nuestras escuelas católicas, nuestras universidades católicas y todos nuestros programas
de educación religiosa para adultos y para niños se basan en la creencia de que un entendimiento más profundo nos lleva a una fe más firme. Entre más llegamos a
saber de nuestra fe, más puede resonar nuestra fe dentro
de nosotros y motivarnos a ponerla en práctica.
Obstáculos e Interpretaciones Erróneas
La catequesis es multifacética. Primeramente, hay una
catequesis que nos da a conocer al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Luego la catequesis nos lleva hasta la
Cruz y nos sumerge dentro del misterio de la Resurrección de Cristo. También hay una catequesis de discipulado según vamos aprendiendo a practicar nuestra fe
dentro de la sociedad, trabajando por la paz y la justicia y aprendiendo a vivir una vida santa y virtuosa.
Tal vez nos es más familiar la catequesis que recibimos como preparación para los sacramentos; una catequesis sacramental efectiva despierta en nosotros el
don de la fe y nos predispone a recibir los sacramentos
dignamente y fructíferamente. Los catequistas prepa-
26 ran a los jóvenes para la Confirmación, un equipo de
RICA catequiza los catecúmenos preparándolos para la
iniciación sacramental, un ministro de acompañamiento prepara a un feligrés que no puede salir de casa para
el Sacramento de Unción de los Enfermos. Ya se trate
de una joven pareja preparándose para el matrimonio,
un niño de Primera Comunión, o los padres que se
preparan para bautizar a su hijo, una catequesis efectiva fomenta la fe.
Todos Somos Catequistas
El ministerio de la catequesis no está reservado para
unos cuantos profesionales o voluntarios entrenados.
Todos podemos ser catequistas en las experiencias
diarias de la vida. Los padres de familia, por ejemplo,
tienen la responsabilidad principal de instruir a sus
hijos en los caminos de la fe; un niño escucha por primera vez el nombre de Dios de labios de sus padres.
Podemos ser catequistas en nuestro lugar de trabajo
cuando los compañeros nos hacen preguntas sobre la
Iglesia o cuando un vecino que pasa por una crisis
cuestiona el amor y la misericordia de Dios. Nuestra
propia catequesis continua nos ayuda a estar preparados para estas oportunidades inesperadas de catequizar.
La Vida También es Maestra
El Catecismo de la Iglesia Católica es un recurso excelente. Sin embargo, nuestra fe no se limita a lo que
podemos encontrar en un libro. En cada etapa de la
vida y con cada experiencia, tenemos una nueva oportunidad de integrar el Evangelio y las enseñanzas de la
Iglesia dentro de una espiritualidad que nos sirva para
vivir. En tiempos de crisis y de pérdida, por ejemplo,
nuestra fe puede ser probada. Pero con la oración, el
consejo, y un profundo examen de lo que creemos
como católicos, podemos alcanzar una fe más fuerte y
un más sólido compromiso con Cristo. También podemos ser de gran ayuda unos a otros para conocer mejor
nuestra fe al caminar juntos en nuestro viaje de fe.
La catequesis de adultos es crucial porque las preguntas que tenemos como adultos no son las mismas que
teníamos cuando éramos niños. La vida nos plantea
nuevas preguntas, dudas y retos. Necesitamos crear un
ambiente en el cual los feligreses no tengan miedo de
hacer sus preguntas o buscar ayuda para entender lo
que otros feligreses pueden dar por hecho.
Plataformas para la Misión 2. Catequesis « ¿Acaso no sentíamos arder en nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?» (Lc 24:32)
Debemos aprender a ir al encuentro con la gente en el
punto en que se hallan en su camino de fe. El modo de
emprender la catequesis de alguien que apenas está
comenzando a creer en Dios es necesariamente diferente al de alguien que ya tiene una fuerte creencia en
Dios. Necesitamos fomentar en nuestras parroquias un
ambiente en el que las personas se sientan cómodas
haciendo preguntas sin tener miedo a ser juzgados.
La Catequesis Contemporánea Requiere Creatividad
Los retos de nuestros tiempos modernos requieren de
nosotros ser creativos en las maneras en que fomentamos la fe y transmitimos las enseñanzas de Cristo y de
su Iglesia. El Papa Benedicto XVI hizo un fuerte llamado a que se utilice la tecnología moderna en transmitir la fe. El Papa dijo:
“Nuevos horizontes se han abierto que hasta hace
poco eran inimaginables; nos estimulan a reflexionar
sobre las posibilidades que ofrecen los nuevos medios
y al mismo tiempo, urgentemente exigen de nosotros
una reflexión seria sobre el significado de la comunicación en la era digital.”
Los medios audiovisuales y la tecnología no son la
única respuesta en la búsqueda de una catequesis más
eficaz. Tenemos que considerar otras nuevas técnicas
de aprendizaje para niños y adultos. Un formato tradicional de salón de clases, por ejemplo, no es el único
formato para la catequesis. ¿Existen otros modelos
para la catequesis que no hemos explorado?
¿Tenemos que reconsiderar la manera en que formamos a los catequistas para nuestros programas parroquiales? ¿Asumimos como única vía enseñar la fe de
la misma forma en que enseñamos la historia, la ciencia o las matemáticas? ¿Cuáles son los obstáculos que
se interponen en el camino de comunicar la fe de la
Iglesia? ¿Cómo involucramos a toda la familia en una
catequesis permanente? Es posible que diferentes
grupos de edades y culturas aprendan de manera diferente, por lo que nuestros enfoques de catequesis deben adaptarse para dar cabida a diferentes patrones de
aprendizaje. La catequesis no es sólo una cuestión de
transmitir un cuerpo de conocimiento doctrinal. La
catequesis tiene como objetivo integrar la fe de la
Iglesia con la vida espiritual de la persona y la familia. Hay mucha oportunidad para crecer en esta área.
Juntos Somos Catequistas
¿Qué podemos aprender de las experiencias pastorales de nuestras parroquias vecinas? La colaboración
con parroquias vecinas para ofrecer programas creativos para niños y adultos puede ser más efectiva que
si cada parroquia tiene que crear y planear sus propios programas.

Promover el conocimiento de la fe;

Promover el conocimiento del significado de la
Liturgia y de los Sacramentos;

Promover la formación moral siguiendo el ejemplo de Cristo Jesús;

Instruir en cómo orar con Cristo;

Preparar al Cristiano para vivir en comunidad y
para participar activamente de la misión de la
Iglesia

Promover el espíritu misionero que prepara a los
fieles para estar presentes en la sociedad como
cristianos
(Directorio Nacional para la Catequesis, #20) Desde estas seis tareas podemos comenzar a revisar
el ministerio catequético de nuestra parroquia. Sin
embargo, las tareas aquí mencionadas nos presentan
solamente un panorama preliminar. Es la responsabilidad de cada parroquia rellenar los espacios en blanco, dar una respuesta y seriamente considerar lo que
debe ser presentado. No estamos instruyendo a futuros teólogos; más bien estamos formando discípulos
que tendrán la suficiente confianza en su propia fe
para eficazmente transmitir a los demás la alegría de
creer.
27 Plataformas para la Misión 2. Catequesis « ¿Acaso no sentíamos arder en nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos
explicaba las Escrituras?» (Lc 24:32)
PARA MEDITAR Porque todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarán al Señor sin haber creído en él? Y ¿cómo podrán creer si no han oído hablar de él? Y ¿cómo oirán si no hay quien lo proclame? Y ¿cómo lo pro‐
clamarán si no son enviados? Como dice la Escritura: Qué bienvenidos los pies de los que traen buenas noticias. (Romanos 10:13‐15) El objetivo de la catequesis es estar en comunión con Cristo Jesús. La catequesis guía a personas a entrar en el misterio de Cristo para encontrarse con el y descubrirse y el significado de sus vidas en EL… La meta definitiva de la catequesis es no de solo poner a personas en contacto con El sino que también en íntima comunión con Jesucristo; solo Él puede llevarnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos participes en vida de la Santísima Trinidad”. (Directorio Nacional para la Catequesis, Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, Washington, D.C., p. 55) “Le (El catecumenado bautismal ) recuerda a la Iglesia que su catequesis acompaña una conversión continua hacia Cristo, y acompaña también una iniciación continua a la celebración de los sacramentos y la vida de la Igle‐
sia. Así como el catecumenado bautismal es responsabilidad de toda la comunidad cristiana, es también la Igle‐
sia entera la que tiene la obligación de proveer una catequesis continua para todos los fieles.” (Directorio Nacional para la Catequesis #35.D)
“Si se utiliza inteligentemente, la [tecnología] puede contribuir a la satisfacción de la búsqueda de significado, de la verdad y de la unidad; que siguen siendo la aspiración más profunda de cada ser humano.” (Papa Benedicto XVI) REFLEXIÓN PERSONAL
 ¿Qué ha sido lo mas efectivo en mi vida para aprender la fe de la iglesia?  ¿Cuáles son algunas preguntas que escucha a la gente preguntar acerca de la fe? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Cuáles son las oportunidades para catequesis de adultos y formación en la fe en nuestra parroquia?  ¿Qué piensa de la calidad, creatividad y eficacia de los programas catequéticos para niños, niñas y jóvenes en nuestra parroquia?  ¿Qué tan efectiva es la escuela parroquial en formar una nueva generación de líderes católicos iluminados?  ¿Hacia donde soñaríamos podría ir una catequesis familiar al igual que una catequesis continua para adultos?  ¿Proveemos oportunidades a distintos segmentos de la población, en momentos distintos y en diferentes formatos?  ¿Cómo podemos colaborar con las parroquias vecinas para proveer eventos catequéticos que puedan tener un fuerte impacto en nuestra área local? 28 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Catequesis? ¿Acaso mi reflexión
sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
29 Plataformas para la Misión 3. Oración y Culto Vengan, alegres demos vivas al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva; partamos a su encuentro dando gracias; aclamémosle con cánticos. (Salmo 95)
La oración y la adoración son fundamentales para la
vida cristiana. Ambas proporcionan las bases de nuestra relación con Dios, como individuos y como comunidades parroquiales.
perder interés y poco a poco dejar de venir a Misa.
Una adoración significativa y llena de energía se fomenta en una comunidad que toma en serio su vida de
oración.
A pesar del papel fundamental que tienen la oración y
la adoración en nuestra fe católica, es posible que muchos católicos necesiten una reintroducción general a la
oración y una exploración más profunda de la misma.
En ocasiones los católicos hablan sobre el desaliento en
su vida de oración, y señalan que no saben cómo dar
voz a sus oraciones, o que no oyen que Dios responda a
ellas. Quizá no hayan descubierto un estilo católico de
oración que sea más eficaz para cultivar su relación
con Dios. La Iglesia católica ha sido bendecida con una
rica tradición y variedad de estilos de oración. Aunque
la mayoría de los católicos aprenden a una edad temprana a recitar oraciones tradicionales como el “Padre
Nuestro” y el “Ave María”, no siempre son introducidos a otras formas de oración, como la meditación, la
Lectio Divina, la Liturgia de las Horas, la Adoración,
el Rosario, Taizé, etc. Tampoco las parroquias ofrecen
siempre amplias oportunidades para experimentar y
explorar la oración individual y comunitaria más allá
de la misa dominical.
No hay duda de que aprender a orar es lo que llevó a
San Juan Pablo II a afirmar que nuestras parroquias
necesitan convertirse en “escuelas de oración”.
¿Hemos ofrecido la catequesis adecuada en cuanto a la
oración y el ritual? ¿Tiene claro la congregación la
diferencia entre la oración privada y la liturgia? Por
que no venimos a la liturgia como adoradores independientes pensando en decir nuestras oraciones para
nuestras propias necesidades. Nos reunimos como el
Cuerpo de Cristo, ofreciendo una oración y la intercesión por las necesidades de todo el mundo. La oración
comunitaria requiere una actitud de “communio”, es
decir, de vernos en la oración unidos con otros como
el único Cuerpo de Cristo.
Las parroquias pueden apoyar a sus feligreses en su
travesía para conseguir una vida de oración más plena.
Las parroquias pueden formar patrocinadores de oración que acompañen a las personas que están aprendiendo a orar. Las parroquias también pueden ofrecer
temas a manera de una “escuela de oración” con el fin
de introducir a los feligreses a una variedad de estilos
de oración católica, así como proporcionar a las familias orientación y ejemplos que ayuden a fortalecer el
papel de la oración en la vida regular de su “iglesia
doméstica”.
Aprender a rezar la liturgia, que es la forma oficial que
tiene la Iglesia de culto comunitario, puede requerir
aún más atención. No podemos suponer que todo el
mundo ha aprendido el significado de la oración ritual,
que incluye los signos y gestos que utilizamos en el
culto, por ejemplo, el hacer una reverencia o persignarnos. Estas también son formas genuinas de oración en
las que involucramos todo nuestro cuerpo. Debe preocuparnos el hecho de que algunos católicos tengan dificultades para entender y orar la liturgia, porque pueden
30 Cultivar la práctica de diversas formas de oración personal y comunitaria es esencial para el desarrollo de la
vida litúrgica de una parroquia y de cómo la experimentamos. Enseñar el arte de la oración ayudará a
formar una comunidad litúrgica, es decir, una comunidad que obtiene de la liturgia su vida y su misión espiritual. Esto requiere reflexionar sobre las palabras y
acciones de la liturgia y aprender cómo conectar el
lenguaje de la liturgia con la vida personal de cada
uno, con la misión y con el estado del mundo. Nuestros programas de formación en la fe y nuestras
reuniones parroquiales son lugares potenciales a través
de los cuales puede nutrirse la vida de oración y de
adoración de la parroquia. Cuanto más sólida es la
vida de oración parroquial, más probable será que su
culto comunitario sea vibrante y haga participar a toda
la congregación en la acción de la liturgia.
La liturgia como fuente y culmen de la vida de la
Iglesia
La liturgia tiene una gran influencia en nosotros como
católicos. Algunos de nuestros más preciados recuerdos son celebraciones familiares de bautizos, primeras
comuniones, bodas y funerales. Estas ocasiones sagradas en nuestras vidas dejan una impresión duradera en
nosotros. Nos moldean y nos forman como católicos.
Estas experiencias sacramentales, junto con nuestra
celebración semanal de la misa, nos dan nuestra identidad católica y siguen manteniéndonos unidos como un
pueblo católico. Como afirmó San Pío X: “La liturgia
es la fuente primera e indispensable del verdadero
espíritu cristiano”.
Plataformas para la Misión 3. Oración y Culto Vengan, alegres demos vivas al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva; partamos a su encuentro dando gracias; aclamémosle con cánticos. (Salmo 95)
¿Por qué es tan importante la Liturgia?
La liturgia, que es la oración ritual oficial de la Iglesia, se ubica
muy por encima de todas las otras actividades de la parroquia.
Esta es la razón por la cual la celebración de la Misa en el Día
del Señor siempre ha sido parte de nuestra tradición católica.
Desde los primeros tiempos los cristianos se reunieron en el día
del Señor para recordar su identidad en Cristo. El significado y
la importancia del Día del Señor y lo que hacemos en la Misa
vienen de la misma raíz principal, a saber, la vida, muerte y
resurrección salvadoras de Jesús.
Lo que es importante recordar, sin embargo, es que la liturgia
no se limita a lo que hacemos durante el culto; también se trata
de lo que Dios hace por nosotros. En la liturgia Cristo está ocupado, salvando a su pueblo. Cualquier idea de quedarse en casa
para orar en privado en lugar de participar en la Misa ignora la
dinámica más importante de la liturgia.
Otra razón por la que la liturgia es tan importante para nosotros
los católicos es que las oraciones de la liturgia son también
nuestro credo. Lo que oramos es lo que creemos. Y así, cada
vez que oramos juntos como una comunidad, nuestra fe se refuerza y somos enviados en misión al final de la Misa: “Vayan
y anuncien el Evangelio del Señor”.
Todos jugamos un papel importante en la liturgia
Todos somos los celebrantes de la liturgia. No hay espectadores
pasivos en la adoración. “Es toda la comunidad, el Cuerpo de
Cristo unido a su Cabeza quien celebra” (Catecismo de la Iglesia Católica, # 1140). Esto debería alentarnos para asegurarnos
de que nuestra adoración es inclusiva de toda la comunidad y
conduce a todos a realizar una adoración activa. Aún cuando el
ministerio de la asamblea es de suma importancia, también tenemos que convocar a los laicos a asumir determinadas funciones litúrgicas en el servicio a la comunidad. El liderazgo parroquial debe invitar de manera regular a todos los feligreses, incluidos los jóvenes, las familias, las personas mayores y los
solteros para formarse como lectores, ministros extraordinarios
de la Eucaristía y para otros ministerios litúrgicos.
Incluso si no asumimos un papel como ministros litúrgicos designados durante la Misa, estamos llamados por nuestro bautismo a la adoración activa. Esta es la razón por la cual los Obispos en el Concilio Vaticano II enseñaron que “hay que tener
muy en cuenta” la participación plena, consciente y activa de
los bautizados en las celebraciones litúrgicas (Constitución
sobre la Sagrada Liturgia, # 14). Nuestra disposición interior, es
decir, unir nuestro sacrificio con el de Cristo, es la primera y
más importante forma en que participamos en la Misa.
El cuidado de la Liturgia
Debido a que la liturgia es tan fundamental para la vida de la
Iglesia, el cuidado y el cumplimiento de la liturgia es de la mayor importancia. La liturgia celebrada con dignidad y respeto
nos inspira y nos conforma al pensamiento de Cristo. Cuando la
liturgia se celebra así, se convierte en una puerta abierta al misterio de Cristo. Una liturgia pobremente celebrada puede dejar de
inspirarnos; puede distorsionar nuestra comprensión de lo que está
siendo proclamado y celebrado, e incluso puede desanimarnos a ir
a misa. Esto no implica que debamos tener un enfoque rígido para
la liturgia donde la única preocupación parecería ser una observancia estricta de los protocolos. Incluso las liturgias más solemnes deben ser celebradas con sinceridad y alegría, con rostro humano que refleja el amor y la misericordia de Dios que actúa en
medio de nosotros. En presencia de un misterio tan grande, la dimensión humana hacia la liturgia no debe descuidarse en caso de
que el fiel no entienda lo que se celebra o se le haga sentir excluido de una participación más íntima en la liturgia.
Una buena liturgia requiere que todos los que ministran estén bien
formados y sean capaces de realizar su ministerio con reverencia y
gracia. Formar lectores, anfitriones, ujieres, servidores, cantores,
etc., debe ser una práctica constante en todas las parroquias. Los
sacerdotes y los diáconos tienen que revisar de manera periódica
su estilo para presidir y necesitan comprometerse con un estudio y
una reflexión continuos sobre la liturgia. Una práctica parroquial
consistente debe basarse en las normas promulgadas de la liturgia
y no en los caprichos particulares o estilos personales de cualquiera que presida, músico, o director de la liturgia.
La música tiene un lugar especial en la liturgia lo que nos obliga a
proporcionar música de la más alta calidad, que sea adecuada para
los ritos y que conduzca a los feligreses a realizar una adoración
más activa. El flujo entre la acción, la palabra ritual y la música
debe ser tal que se presentan como una sola pieza en el conjunto
de la adoración.
La atención que ponemos en la liturgia también incluye el cuidado
que ponemos en la iglesia parroquial en la que realizamos nuestro
culto y en todos los elementos necesarios utilizados en la liturgia.

¿Son hermosos nuestra iglesia y nuestro santuario y están despejados y accesibles a todo el mundo?
 ¿Están nuestra iglesia y nuestro santuario limpios y bien mantenidos?
 ¿Son adecuados el sistema de sonido y la iluminación?
 ¿Son dignos y apropiados para la liturgia los libros, vasos, vestiduras, instrumentos musicales, etc. que utilizamos?
Debido a que tendemos a pasar por alto las cosas cercanas a nosotros cuando hacemos las cosas de manera rutinaria, puede ser sabio solicitar el punto de vista de alguien de fuera de la comunidad
parroquial para revisar nuestra práctica y nuestro espíritu
litúrgicos. Los observadores objetivos pueden
ser muy útiles.
31 Plataformas para la Misión 3. Oración y Culto « ¿Acaso no sentíamos arder en nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos
explicaba las Escrituras?» (Lc 24:32)
PARA MEDITAR “Oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de cristianos”. (1 Tesalonicenses 5:17‐18) “Los milagros existen, pero es necesario rezar. Con una oración ferviente, insistente, perseverante, no una ora‐
ción para cumplir..” (Papa Francisco, 24 de mayo 2013) “La Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautis‐
mo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Se‐
ñor” (Constitución sobre la Sagrada Liturgia, #10) “Nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas « escuelas de oración », donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adora‐
ción, contemplación, escucha y viveza de afecto hasta el « arrebato del corazón”. (Novo Millennio Ineute, #33). Signos litúrgicos y efectivos tienen una función que anima participación plena, consiente y activa, expresan y fortalecen la fe, y dirigen a la genta hacia Dios. Signos utilizado pobremente o minimizados no animan la fe de la comunidad y hasta pueden disminuir la participación activa. Al igual se debe recordar que la liturgia y sus seña‐
les y símbolos no solo tienen una función de enseñanza sino que también tocan y conmueven a la persona a convertir su corazón y no simplemente instruir la mente. (Built of Living Stones, USCCB, p. 26) “La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la acti‐
vidad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo.” Evangelii Gaudium, #24 REFLEXIÓN PERSONAL  ¿Qué tan importante ha sido la celebración de la liturgia en mi vida? ¿Qué significa para mí hoy día?  ¿Hasta que punto es mi participación en Misa plena, consiente, y activa?  ¿Cómo describiría yo mi vida de oración más allá de la Misa? ¿En qué podría mejorar? ¿Qué tipo de apoyo nece‐
sitaría yo de mi parroquia? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Acaso la Eucaristía es la “fuente y cumbre” de nuestra vida parroquial? ¿Qué indicaciones hay de que la litur‐
gia es importante a nuestra parroquia?  ¿Cuáles son las maneras en que su comunidad fomenta una vida en oración y explica el significado de la litur‐
gia?  ¿Cuáles son las fuerzas y debilidades del culto en nuestra parroquia?  Si somos una comunidad multicultural, ¿cómo refleja nuestra veneración esa diversidad?  ¿En qué formas nuestra parroquia hace una conexión entre la celebración Eucarística dominical y nuestro llamado a ser discípulos misioneros? 32  ¿Si alguien no ha asistido a Misa por años y viene a su parroquia un domingo, que es lo que vería? ¿Qué impresión se llevaría? REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Oración y Culto? ¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
33 Plataformas para la Misión 4. Communio Mirad, ¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!
(Salmo 133)
La mayoría de católicos quisieran decir que su parroquia es hospitalaria y donde todos reciben la bienvenida. Todos conocemos lo que se siente entrar a un lugar
donde uno se siente incomodo y fuera de lugar, o sea,
ajeno. También conocemos la alegría que se siente
cuando uno entra a un lugar donde le dan la bienvenida
con una sonrisa y se nos hace sentir en casa. Como
católicos creemos que todo bautizado forma la iglesia,
el Cuerpo de Cristo. Por eso nuestra costumbre de saludarnos al llegar a misa y el tratarnos como familia no
es algo separado de nuestras creencias sino parte de
nuestro credo. Incluso, las enseñanzas de la iglesia nos
dicen que formamos un sacramento que revela a Cristo
a otros y extiende su presencia y ministerio al mundo.
El atestiguo de nuestra hospitalidad y nuestra caridad
mutua y respeto del uno al otro es algo que esperamos
encontrar en cada parroquia católica.
Nuestra solidaridad como católicos no solo depende en
el hecho de creer en un solo Cristo, pero que por El y
con El formamos una communio. La communio que
buscamos no es algo que nosotros mismos creamos.
Cuando usamos la palabra “communio” para describir
quien somos, nos movemos a otro nivel mas profundo
de lo que es comunidad, un nivel que es formado por
esfuerzos humanos de hospitalidad y fraternidad. La
comunidad que presumimos es un don de Dios que
merece ser descubierto y reverenciado. El misterio de
la Santísima Trinidad que vive entre nosotros nos une
a un nivel que en busca de comunión, nunca podríamos alcanzar por sí mismos. Juan Pablo II dijo: “Una
espiritualidad de comunión indica ante todo la contemplación de corazón hacia el misterio de la Trinidad
morando en nosotros y cuya luz debemos ver brillando
en el rostro de nuestros hermanos y hermanas a nuestro alrededor”. (Novo Millennio Ineute, #43).
Ya que por el bautismo somos unidos a Cristo, debemos buscar como vivir nuestra communio si es que
vamos a ser testigos creíbles a los demás del misterio
de Cristo que vive en nosotros. Como miembros de
una familia emparentados por sangre pero aun buscando como ser familia, también nosotros como iglesia
buscamos como ser la comunión a las cual somos llamados. La eucaristía fomenta esa communio de manera particular. En las palabras de San Pablo: “Ya que
34 hay un solo pan, quienes somos muchos somos un cuerpo
ya que todos comemos de un pan”. (1Cor 10:17). El Beato
Juan Pablo II añade esto: “En el misterio de la Eucaristía
Jesús construye la iglesia como una comunión según el
modelo supremo evocado en su oración sacerdotal: “Así
como tu, Padre, estas en mi, y yo en ti, que ellos también
estén en nosotros para que todo el mundo crea que tu me
has enviado” (Juan 17:21).” (Juan Pablo II, Mane Nobiscum Domine, #20).
Cuando nuevos feligreses llegan a nuestras parroquias,
¿qué encuentran? Solamente profesar ser un solo cuerpo no
es suficiente si otros notan división y polarización. ¿Se nos
da la bienvenida con un espíritu sincero de hospitalidad?
¿Vemos la inclusión en la parroquia donde la diversidad no
margina? ¿Encuentran un lugar donde hay sanación y reconciliación? ¿Encontraran señal de caridad extraordinaria
y respeto para con cualquier edad?
Es la experiencia genuina de communio que nos permite
participar en la Misa en cualquier lugar alrededor del mundo. Quizás hasta sin conocer a nadie y ni saber hablar el
idioma pero somos aceptados y nos sentimos en unidad
con la congregación porque entendemos que compartimos
valores del evangelio en común, una relación a la persona
de Cristo, el significado de los sacramentos y la misión de
la iglesia. Nos sentimos en casa porque lo que nos une con
quienes rendimos culto no son simplemente cosas externas
de una comunidad humana o palabras de un ritual sino que
el misterio que subyace toda nuestra experiencia de culto y
nuestra identidad como iglesia. Esta realidad es el corazón
de la verdadera comunidad Cristiana como la cual se nos
presenta en Hechos 2 que dice “se dedicaron a las enseñanzas de los apóstoles y a la vida comunitaria de compartir el
pan y a las oraciones”. (Hechos 2: 42-47)
Los esfuerzos que hacemos para ser hospitalarios e incluir
a otros, el conocernos por nombre, el convivir con otros
feligreses, respondiendo a las necesidades de otros- todos
estos esfuerzos nos preparan y nos impulsan a una experiencia comunitaria mas profunda donde pensamos de
nuestras hermanas y hermanos al mismo nivel profundo
que pensamos en la unidad del Cuerpo Místico, y así pensamos en ellos como “aquellos que son parte de mí”. (Papa
Juan Pablo II, Novo Millennio Ineute, #43).
Plataformas para la Misión 4. Communio Mirad, ¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!
(Salmo 133)
PARA MEDITAR Manténganse el amor fraterno. No dejen de practicar la hospitalidad, pues saben que algunos dieron aloja‐
miento a ángeles sin saberlo. (Hebreos 13:1‐2) “Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.” (Mt 18:20) “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas espe‐
ranzas del mundo. ¿Qué significa todo esto en concreto? También aquí la reflexión podría hacerse enseguida operativa, pero se‐
ría equivocado dejarse llevar por este primer impulso. Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades. Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado. Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo mís‐
tico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad. Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valo‐
rarlo como regalo de Dios: un « don para mí», además de ser un don para el hermano que lo ha recibido direc‐
tamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engen‐
dran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias. No nos hagamos ilusiones: sin este ca‐
mino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento. (Papa Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, #43) “La comunión es un lienzo que se debe tejer con paciencia y perseverancia, que va gradualmente «juntando los puntos» para lograr una textura cada vez más amplia y espesa. Una manta con pocas hebras de lana no calienta.” Papa Francisco, Encuentro con el episcopado brasileño, Jornada Mundial de la Juventud 2013 “Bien entendida, la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia. Es el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, quien transforma nuestros corazones y nos hace capaces de entrar en la comunión perfecta de la Santísima Trinidad, donde todo encuentra su unidad. Él construye la comunión y la armonía del Pueblo de Dios. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo. Él es quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía que atrae. “ Papa Francisco, Evangelii Gaudium, #117 35 Plataformas para la Misión 4. Communio Mirad, ¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!
(Salmo 133)
REFLEXIÓN PERSONAL  El Papa Francisco dijo en la celebración del Día Mundial de la Juventud; “Jesús no dijo: ‘Uno de ustedes vaya,’ sino ‘Vayan todos ustedes:’ somos enviados juntos. Queridos jóvenes, amigos, estén atentos al acompañamiento de toda la Iglesia y también a la comunión de los santos en esta misión. Cuando enfren‐
tamos juntos los retos, entonces somos fuertes, y descubrimos recursos que no sabíamos que teníamos. Jesús no llamó a los apóstoles a vivir en aislamiento; los llamó a formar un grupo, a vivir en comunidad.”  ¿Cómo he yo experimentado el acompañamiento de toda la Iglesia y la comunión de los santos en mi vida?  ¿Cómo he yo experimentado lo que es communio en mi parroquia? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Cómo nos ven otras personas a los de nuestra parroquia? ¿Es evidente a otros nuestra solidaridad en fe?  ¿Cómo podemos fomentar un sentido más profundo de communio en nuestra parroquia?  ¿Somos una comunidad que da la bienvenida? ¿Es acogedor nuestro ambiente? ¿Incluimos sin distinguir en cultura o edad? ¿Atendemos al forastero entre nosotros? ¿Tienen acceso nuestros edificios a personas con discapacidad físicas?  ¿Cuándo nos reunimos en comités o mesas directivas en la parroquia, ¿trabajamos con un sentido de que somos communio? ¿Qué diferencia haría eso?  ¿Cuáles han sido algunas de nuestras experiencias parroquiales cuando hemos reconocido que nos hemos mantenido juntos por algo más profundo que lo que nosotros hayamos sido capas? 36 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Comunión? ¿Acaso mi reflexión
sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
37 Plataformas para la Misión 5. Espíritu Misionero “Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas
obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” (Mateo 5, 16).
Todos podemos estar agradecidos por el papel tan importante que nuestras parroquias tienen en nuestras
vidas. En nuestras parroquias, la Palabra de Dios es
proclamada y predicada, la Misa y los Sacramentos
son celebrados, las personas de todas las edades son
instruidas en la fe, y el testimonio de una comunidad
sólida nos ayuda a valorar el don de ser miembros del
cuerpo de Cristo. Nuestra vida espiritual es continuamente alimentada por medio del cuidado pastoral y los
ministerios de nuestras parroquias. Sin embargo, lo
que a veces no llegamos a entender es que el propósito
de nuestras parroquias no es solamente alimentar la fe
personal de su pueblo, sino también preparar a ese
pueblo para el servicio en el nombre de Jesús. A esto
le llamamos nuestra vocación misionera, lo cual significa que somos llamados por Dios, en virtud de nuestro
Bautismo, a compartir de la misión y el ministerio de
Jesús. La parroquia no es su propio fin. Su propósito
no es sólamente cuidar de nuestras necesidades espirituales, sino que debe ser un centro donde los discípulos se preparan y son enviados a poner en acción el
Evangelio. Esto se nos recuerda repetidamente al ser
enviados al final de la Misa con este mandato: “Vayan
a anunciar el Evangelio del Señor.”
Una señal de una parroquia efectiva no es el tamaño de
su boletín dominical, ni la cantidad de la colecta del
ofertorio, ni el número de reuniones semanales que
tiene. Más bien, el bienestar y la integridad de una
parroquia se determinan por qué tan bien han aprendido sus feligreses a ser misioneros y a compartir de la
misión de Jesús con alegría. Una parroquia saludable y
animada llama a sus feligreses a la misión, les ofrece
un buen número de posibilidades concretas de servir, y
les provee la formación espiritual, el entrenamiento y
el apoyo necesarios. Lo que hay que recordar es que la
misión no es uno más de los ministerios de la parroquia; la misión debe ser el latido que impulsa, y el
propósito de cada parroquia.
Todos Somos Misioneros
Toda esa idea de ser un misionero puede inicialmente
hacernos preguntarnos a nosotros mismos si esta vocación es algo que se reserva para un grupo especial de
personas, comenzando por los sacerdotes y religiosas.
Podemos pensar que para compartir de la misión de la
Iglesia, necesitamos viajar lejos de nuestro hogar. Lo
cierto es que todos somos llamados a compartir de la
38 misión de Jesús, cada cual a su manera, en favor de la
vida del mundo. Como dijo el Papa Francisco, “Todo
cristiano es un misionero en la medida que él o ella da
testimonio del amor de Dios.” (5 de mayo 2013).
Tú puedes ser misionero en la ciudad donde vives, en
tu parroquia, en el trabajo o en la diversión, en la escuela o en el vecindario. Lo que importa es que vayas
más allá de tus propias necesidades para servir a otros
en el nombre de Jesús. Como misioneros, moldeamos
nuestra vida de acuerdo al ministerio de Jesús cuando
iba en busca de los pobres, los enfermos y los pecadores. Las parroquias que son fuertes y animadas son
aquellas parroquias donde los feligreses comparten de
la misión de Cristo con alegría. Extienden el Reino de
Dios en nuestro mundo al hacer suyo el mandato del
Evangelio de ser “la luz del mundo” (Mateo 5, 14). Los Misioneros Deben Ver Más Allá de Sí Mismos
Pensar en nosotros como misioneros nos lleva a ir más
allá de nuestra zona psicológica de confort. El servicio
en el nombre del Evangelio puede llamarnos a lugares
donde nunca hemos estado, a estar con gente que no
conocemos, y a entrar en circunstancias que nunca
hemos enfrentado. Seguimos a Jesús sin miedo, y dependemos del consejo del Espíritu Santo. Comprometerse con la misión significa tomar en serio el llamado
a ser pacificadores y a trabajar por la justicia. La misión puede llevarnos a visitar un vecino anciano, a ser
voluntarios en un comedor para indigentes, a escribir
una carta a nuestro congresista local, o a participar en
un viaje de misión parroquial a la zona de las montañas Apalaches, a Haití, o a un lugar más lejano.
Para ser un misionero eficaz se comienza por aprender
a escuchar con cuidado a los demás en nuestra comunidad, incluyendo a aquellos que no son parte de nuestro propio círculo de feligreses comprometidos. Nuestra tarea no es imponer nuestra espiritualidad a los
demás, sino ayudarlos a encontrar su propia bondad al
compartir con ellos la alegría de nuestra fe. Como
todo misionero, necesitamos aprender el lenguaje de la
gente a quien esperamos alcanzar, y comunicarnos con
palabras que los demás puedan entender. Piense un
momento en la influencia tremenda de la tecnología en
la cultura de hoy. Es un nuevo lenguaje del cual mucha
gente depende. Ese es sólo un ejemplo de cómo, entender la cultura, va más allá del contexto étnico o racial.
¿Cómo piensa la gente? ¿Qué es lo que valoran? ¿Qué
están buscando en su vida? Estas son algunas de las
preguntas que se hacen los misioneros .
Plataformas para la Misión 5. Espíritu Misionero “Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas
obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” (Mateo 5, 16).
Vivir como Misionero es un Proceso
Involucrarse en la misión significa más que ser un voluntario ocasional. Para el cristiano que ha sido bautizado, el espíritu misionero es parte integral de su vida.
Podemos iniciar nuestra vocación misionera como
aprendiz de alguien que ya tiene más experiencia. Podemos dar pequeños pasos al principio pero luego descubrir que podemos tomar más responsabilidad y eventualmente convertirnos en mentores y preparar a otros para
la misión. Somos más que simplemente humanitarios,
pues es el amor de Cristo el que nos impulsa a ir en busca de los demás. Tomamos en serio el mandato de Jesús
que dijo, “En verdad les digo que, cuando lo hicieron
con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos,
me lo hicieron a mí.” (Mateo 25, 40). Tomamos las
Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-12) como nuestro carácter misionero, la sabiduría definitiva de nuestra vocación
de misioneros.
La Misión Brota de la Eucaristía
La misión brota desde la Eucaristía. En la Misa somos
enviados: “Vayan en paz, glorificando al Señor con su
vida.” Se nos encarga la tarea de imitar el amor y la reconciliación, que celebramos junto a la Mesa del Señor,
en todas nuestras relaciones en la sociedad. El Santo
Papa Juan Pablo II lo expresaba de esta manera:
“El auténtico sentido de la Eucaristía se convierte de por
sí en escuela de amor activo al prójimo… La Eucaristía
nos educa para este amor de modo más profundo; en
efecto, demuestra qué valor debe de tener a los ojos de
Dios todo hombre, nuestro hermano y hermana, si Cristo se ofrece a sí mismo de igual modo a cada uno, bajo
las especies de pan y de vino.”
(El Misterio y el Culto de la Eucaristía, 1980, #6)
Por medio del proceso de Transformación Parroquial,
las parroquias están siendo llamadas a fomentar una
cultura enfocada en la misión. Las parroquias que tienen
un espíritu misionero no se preocupan demasiado de sus
propios asuntos internos ya que esto puede llevar a un
narcisismo espiritual. Atienden el llamado de Jesús que
“nos exige salir de nosotros mismos, y de vivir una fe
cansada y habitual” (Papa Francisco, Marzo 27, 2013).
Estas parroquias ven su vocación como la vocación misionera, enviados a servir y no a ser servidos. Una parroquia con fervor misionero es una comunidad alegre porque ha aprendido a ser una con Aquel a quien el Padre
envió.
PARA MEDITAR
“Como el Padre me envío a mí, así los envío yo
también. (Jn. 20:21)
“Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer;
tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero
y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin
ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a
visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a
ver.” (Mt 25:35-36)
La necesidad de que todos los fieles compartan
[actividad misionera] no es sólo cuestión de eficacia
apostólica, sino de un deber-derecho basado en la
dignidad bautismal, por la cual « los fieles laicos
participan, según el modo que les es propio, en el
triple oficio —sacerdotal, profético y real.
(Misión del Redentor, #71)
“Como, por su misma naturaleza, toda la Iglesia es
misionera, y la tarea de la evangelización es deber
fundamental del pueblo de Dios, todos los fieles,
conscientes de su propia responsabilidad, asuman la
parte que les compete en la actividad misional.” (Canon 781)
“Es la hora de un nueva « imaginación de la caridad
», que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las
ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto
de ayuda sea sentido no como limosna humillante,
sino como un compartir fraterno.”
(Papa Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, #50)
“Cristo nos guía a salir cada vez más de nosotros
mismos, para entregarnos y servir a los demás..”
(Papa Francisco, 4 de junio 2013)
39 Plataformas para la Misión 5. Espíritu Misionero “Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras,
y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” (Mateo 5, 16).
REFLEXIÓN PERSONAL 
El Papa Francisco dijo en el evento del Día Mundial de la Juventud, “Jesús les está llamando a ser un discípulo con una misión.. Hoy, a la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos está dicien‐
do el Señor? He aquí tres ideas sencillas: Vayan, no tengan miedo, y sirvan.” 
¿Cómo estoy yo viviendo como un discípulo? 
¿Cuál es la misión a la que me está llamando Jesús? 
El Papa Francisco también dijo en el Día Mundial de la Juventud, “No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a todos los aspectos de la vida, a los márgenes de la sociedad, aun a aquellos que parecen ser los más lejanos, los más indiferentes. El Señor los busca a todos, el quiere que todos sientan la calidez de su mis‐
ericordia y de su amor.” 
¿Cómo puedo traer a Cristo a nuevas áreas de mi vida? 
¿Cómo puedo compartir la calidez de la misericordia y el amor de Cristo con otros en mi vida? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA 
¿Cómo llama nuestra parroquia a feligreses a compartir en la misión de Jesús? 
¿Cuál sería un buen ejemplo del espíritu misionero de nuestra parroquia? 
¿Cómo podría ser nuestra parroquia más dirigida hacia misión? ¿Qué necesidades aún no se están cumpliendo para realizar la misión de Jesús? 
¿Como podríamos cambiar la mentalidad de que la misión es algo “extra” que le añadimos a la vida par‐
roquial en vez de entender que la misión es el corazón de la parroquia? 
En Evangelii Gaudium, Papa Francisco escribe, “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comidad de aferrarse a las propias seguri‐
dades.” ($49). 
40 Como parroquia, ¿nos ponemos el desafío de “salir a las calles” en nuestro servicio? ¿O nos que‐
damos confinados en la seguridad del campus de nuestra parroquia? ¿De qué manera somos lla‐
mados a ir más allá de nuestra zona de confort en el servicio del Evangelio? REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Espíritu Misionero? ¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi parroquia?
41 Plataformas para la Misión 6. El Llamado a la Santidad Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. (Jn. 10:10)
La meta más importante de todas las parroquias es
ayudar a sus feligreses a responder al llamado a la santidad. La primera carta de Pedro nos recuerda: “Así
como aquel que los ha llamado es santo, así también
sean ustedes santos en toda su manera de vivir; porque
escrito está: Sean santos porque yo soy santo” (1 Pedro
1, 15-16). Hablar con otras personas acerca de la santidad puede ser un tanto incómodo. La idea de poder ser
santos como el Señor y sus santos puede parecernos
como algo demasiado lejano a lo que sabemos que son
nuestras vidas, o simplemente algo inalcanzable debido a nuestras fallas y nuestras limitaciones. Sin embargo, el ser santo es ante todo un regalo (una gracia).
Somos santos porque Dios nos hizo, y lo que es más,
nos redimió en las aguas del Bautismo impartiéndonos
su vida y reconociéndonos como sus hijos e hijas a
quien ha escogido. Entonces, vivir una vida santa significa ser fiel a nuestra vocación de hijos de Dios. Al
crecer en santidad estamos haciendo la voluntad de
Dios.
El discernimiento de lo que es la voluntad de
Dios para nosotros es nuestra vocación de toda la vida.
Aprendemos a hacer esto cuando nos revestimos de la
mente de Cristo Jesús. “La actitud de ustedes debe ser
como la de Cristo Jesús” (Filipenses 2, 5). El leer y
reflexionar sobre la Sagrada Escritura, la práctica habitual de la oración, la celebración de los sacramentos y
el interpretar nuestras vidas a la luz del misterio de la
cruz y la resurrección nos lleva a profundizar dentro de
lo que es la vida de Dios. Esperamos poder llegar a
decir lo que San Pablo tan elocuentemente dijo, “Ya
no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en
mí” (Gálatas 2, 20).
Crecemos en santidad con la ayuda de otros.
Los compañeros espirituales en este camino a la santidad no solamente nos darán el testimonio de su vida,
sino que también, por amor a nosotros nos reafirmarán, nos retarán, y nos ayudarán a escuchar la voz de
Dios y a hacer su voluntad. Qué maravilloso sería si
pudiésemos experimentar esta clase de compañerismo
espiritual en nuestra parroquia. ¿No estamos todos en
el mismo camino hacia Dios? ¿Cómo podemos apoyarnos unos a otros en este caminar hacia la santidad?
Nuestra cultura ‘nos dice’ que la fe es ‘privada’ y algo
que debemos guardarnos para nosotros mismos. Pero
es mejor decir que nuestra fe es personal y necesita ser
42 compartida y nutrida dentro de la comunidad.
Las vidas de los santos nos enseñan que el
camino a la santidad no se limita a lo que hay dentro
de las paredes de la iglesia. Al igual que los santos que
hemos conocido y aprendido a amar en nuestra tradición católica y en nuestras propias vidas, podemos
acercarnos a Dios por medio de nuestro trabajo diario,
del cuidado que le damos a nuestra familia, y de los
sacrificios que hacemos por los demás. Podemos crecer en santidad cuando experimentamos pérdidas significativas en nuestra vida y dejamos que la fuerza de
la cruz le de un nuevo significado a aquello que al
principio se sintió solamente como un vacío y oscuridad. Podemos comenzar a sentir la presencia de los
santos a nuestro lado cuando defendemos la justicia o
cuando somos ridiculizados por escoger aquello que es
lo moralmente correcto, pero que no es popular. El
gozo que experimentamos cuando nace un niño, o las
buenas noticias de que un amigo se ha comprometido
en matrimonio pueden revelarnos el benévolo amor de
Dios y motivarnos a alabar al Señor con todo nuestro
ser. No hay nada en nuestra vida que pueda ser excluido de nuestro crecimiento en la santidad. Pues todo lo
que somos y todo lo que experimentamos, debe integrarse en nuestra vida para que sea nuestra totalidad lo
que es transformado en santidad.
Además de encontrar buenos compañeros en
nuestra parroquia para este caminar de santidad, esperamos que nuestra parroquia pueda proveer el consejo
y las sugerencias necesarios para tener esa disciplina
espiritual que fortalece nuestra determinación de seguir a Cristo sin reservas. Cuando los que buscan la
verdad llegan a nuestra parroquia en un punto de su
vida en que se sienten que están listos para tomar su fe
más en serio y a trabajar para obtener la santidad, ¿qué
podemos ofrecerles? Esa pregunta no se responde con
una lista de programas o con una biblioteca electrónica. ¿Quién va a ser el compañero de esta persona?
¿Quién le ayudará a integrar una disciplina personal,
como el doctor que prescribe la dieta apropiada y la
terapia necesarias para una buena salud? Si nuestras
parroquias han de ser eficientes, necesitan hacer más
que ofrecer algunos programas y un calendario de liturgias y devociones. Nuestras parroquias deben convertirse en terreno fértil en el cual los nuevos santos
puedan crecer. Y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de asegurar que esto suceda.
Plataformas para la Misión 6. El Llamado a la Santidad Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. (Jn. 10:10)
PARA MEDITAR “En verdad eres Santo, Señor, y desde el comienzo del mundo trabajas sin cesar para que la raza humana sea santa justa como Tu mismo eres santo”. (Plegaria Eucarística para la Reconciliación I) La santidad es la plenitud de la vida cristiana; consiste en unirse a Cristo, en vivir sus misterios, en hacer nues‐
tras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos. Como tal, mas que nada es obra del Espíritu San‐
to que por el bautismo llena nuestros corazones y nos hace participes en el misterio pascual y nos permite vivir una vida nueva en unión con Cristo resucitado. La santidad no es sino la caridad plenamente vivida. En la búsqueda de esta santidad, dejamos que la semilla de del amor y vida de Dios sea cultivada al escuchar su Pa‐
labra y al practicarla por medio de la oración y la celebración de los sacramentos por sacrificio y servicio de nuestros hermanos y hermanas. Los santos nos dicen que todos podemos recorrer este camino de plenitud hacia la vida eterna. Que por sus oraciones y la gracia del Espíritu Santo podamos cada uno vivir nuestra voca‐
ción Cristiana plenamente para ser también nosotros como teselas del gran mosaico de santidad que Dios va creando en la historia, a fin de que el rostro de Cristo brille en la plenitud de su esplendor. (Benedicto XVI, 20 de Abril 2011) Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la pleni‐
tud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano in‐
cluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen, obede‐
ciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del próji‐
mo. Así, la santidad del Pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la historia de la Iglesia con la vida de tantos santos. (Constituion dogmático en la Iglesia, #40) “No nos contentemos con una vida cristiana mediocre. Caminen con decisión hacia la santidad.” (Papa Francisco, 7 de mayo 2013) 43 Plataformas para la Misión 6. El Llamado a la Santidad Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. (Jn. 10:10)
REFLEXIÓN PERSONAL  ¿Conoces personas santas en tu vida? ¿Cómo se ven?  ¿Alguien en la parroquia le ha preguntado últimamente sobre su vida espiritual? Como respondería esa pregunta?  ¿Has pensado alguna vez el ser llamado a la santidad como tu vocación?  ¿Cómo has llegado a conocer la voluntad de Dios en tu vida? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Qué les ofrece nuestra parroquia a personas en el camino hacia la santidad?  ¿Cómo podría nuestra parroquia convertirse en campo fértil en el que crecen los santos? 44 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre El Llamado a la Santidad? ¿Acaso
mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito de mi
parroquia?
45 Plataformas para la Misión 7. Co‐responsabilidad Espiritual Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este
modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. (1 Pedro 4:10)
S
omos un pueblo bendecido. “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos bendijo en Cristo con toda clase de bendición espiritual en los cielos” (Efesios 1, 3).
Podemos ser bendecidos, pero con frecuencia vivimos
con una mentalidad que se enfoca en la necesidad y no
en la abundancia. Un tropel constante de anuncios nos
persuade a comprar más y a gastar más, siempre buscando lo más nuevo. Tendemos a hablar más acerca de
lo que no tenemos que acerca de lo que tenemos. Tendemos a vivir con el miedo y la ansiedad de no tener lo
suficiente.
Los cristianos de fe son administradores agradecidos.
Sus vidas se caracterizan por una espiritualidad de
abundancia. Están conscientes y siempre agradecidos
por lo que Dios les ha dado. Ellos reconocen que todo
lo que tienen y todo lo que son es un regalo de Dios.
Todo lo que tenemos se nos ha dado como custodios
de la creación de Dios. Somos los administradores de
los regalos de Dios. Entre más hayamos recibido, más
se esperará de nosotros. Tenemos la responsabilidad de
utilizar nuestros dones, no exclusivamente para nuestro propio beneficio, sino para el bien de los demás y
para extender el Reino de Dios (ver Lucas 12, 48).
El Evangelio nos llama a ser administradores generosos y responsables. Esto significa que desde el más
chico hasta el más anciano, nuestros dones personales,
nuestro tiempo y nuestros bienes están destinados a ser
compartidos; no acaparados o escondidos bajo un canasto. Los dones únicos que Dios da a cada uno de
nosotros son para que ayuden a construir el Cuerpo de
Cristo. Compartimos nuestros dones todo el tiempo
porque siempre estamos agradecidos; no solamente
cuando una emergencia requiere nuestra atención inmediata.
Necesitamos estar alerta a cómo nuestra cultura de
consumismo puede sutilmente influenciar nuestra espiritualidad. Si no somos cuidadosos, podemos comenzar a enfocar nuestra religiosidad como si fuésemos
consumidores y no colaboradores generosos en la mi-
46 sión de Dios para el mundo. Puede ser que respondamos a apelaciones especiales tales como en caso de
reparaciones de emergencia para el techo de la iglesia,
pero luego dejamos de compartir nuestros bienes de
una manera regular y constante. Lo ideal es que queramos agradecer a Dios siempre con un corazón generoso por lo que hemos recibido de la bondad de Dios.
Regresamos algo al Señor principal y primordialmente
motivados por un sentido de amor y gratitud.
Una administración espiritual de los bienes incluye
todo lo que hay en nuestra vida, no solamente nuestra
relación con nuestra parroquia. Cómo utilizamos nuestro tiempo y nuestros recursos en el hogar y en el trabajo es tan importante como la cantidad de tiempo y de
recursos que compartimos con nuestra comunidad parroquial. La gente hoy día siente como que no tienen
tiempo libre. Siempre estamos tratando de ponernos al
corriente, siempre corriendo a lo que sigue, cansados y
exhaustos ya para el medio día. El tomar seriamente
una administración espiritual nos lleva a una evaluación de nuestros compromisos y a un cuestionamiento
de si estamos utilizando nuestro tiempo de una manera
prudente y saludable. ¿Destinamos tiempo a cultivar
nuestras relaciones, y a obtener el ejercicio y descanso
que necesitamos? ¿Nos estamos alimentando con una
dieta saludable y cuidando del cuerpo que Dios nos ha
dado?
Un administrador fiel no espera a que haya una apelación especial de su tiempo, su talento o sus bienes. Él
o ella comienza con Dios. El buen administrador no le
da a Dios lo que le ha sobrado, sino que le da a Dios
los primeros frutos de su trabajo. Una parroquia de
administradores fieles es una parroquia llena de gozo
porque sus feligreses saben que han sido bendecidos y
viven con abundancia. Es a través de la fe y de la administración generosa de los feligreses que la misión
de Cristo puede continuar.
Plataformas para la Misión 7. Co‐responsabilidad Espiritual Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este
modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. (1 Pedro 4:10)
. PARA MEDITAR No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban. Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estra‐
gos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar. Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. (Mt 6:19‐21) “Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como Tú mereces; a dar sin contar el costo, a luchar sin tener en cuenta las heridas, si no es el saber que cumplo tu voluntad” (San Ignacio de Loyola) ¿Cómo se reconoce un administrador? El que salvaguarda materiales y recursos humanos y los usa responsa‐
blemente es una posible respuesta; como lo es el ser generoso con su tiempo, talento y tesoro. Pero el ser administrador significa más. Como administradores recibimos dones de Dios con agradecimiento, los cultiva‐
mos responsablemente, los compartimos amorosamente con justicia hacia los demás, y se los regresamos a Dios con un aumento. (Stewardship; A Disciple’s Response, USCC, 1993) “El cuidado de la creación no es sólo un mandato divino al principio de la historia; es también para nosotros,
es parte del proyecto de Dios.” (Papa Francisco, 5 de junio 2013) 47 Plataformas para la Misión 7. Co‐responsabilidad Espiritual Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo
serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. (1 Pedro 4:10)
REFLEXIÓN PERSONAL  ¿Cómo trato de vivir como un fiel administrador Cristiano?  ¿Cuál es un obstaculo que me no permite que comparta mi tiempo, talent y tesoro con mayor generosid‐
ad?  ¿Cómo estoy yo animando a los demás, p. e., a mis hijos, compañeros de trabajo, a vivir como un fiel ad‐
ministrador Cristiano?  ¿Qué tensiones experimento al tratar de practicar una administración espiritual? REFLEXIÓN SOBRE LA PARROQUIA  ¿Cómo promovemos un espíritu de administración espiritual en nuestra parroquia?  ¿Cómo están aprendiendo nuestros niños sobre la administración espiritual en sus vidas?  ¿Acaso opera nuestra parroquia desde una espiritualidad de abundancia o deseo? 48 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Co-responsabilidad Espiritual?
¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito
de mi parroquia?
49 50 Nuestra Misión 51 Configurar la Misión Continuando a construir sobre nuestras reflexiones, vamos a querer hace hincapié de temas que se presen‐
tan y que podrían ser bases de nuestra misión parroquial. Poder pensar sobre nuestra misión parroquial a través de una variedad de perspectivas podría ayudarnos a identificar nuevos temas para nuestra misión. Perspectivas Possible themes influencing our parish mission Carisma de nuestro patrón o la congregación de religiosos que sirve en la comunidad. Desafíos y oportunidades demográficas que se presentan. Nuestras perlas de gran valor.
Los componentes que son importantes en nuestras circunstancias Cuento bíblico a pasaje de las escrituras que toca la experiencia de nuestra aparroquia. Desafío espiritual particular a nuestra parro‐
quia. Censo de la parroquia (ejemplo: tipos de tra‐
bajo) Otras posibles perspectivas Regresaremos a esta pagina en el transcurso del proceso para continuar a identificar y re‐definir posibles temas. Mas adelante en el proceso, los reduciremos para determinar cuales es el tema o los temas cen‐
trales que definirán nuestra misión parroquial. 52 Evaluando Nuestra Narración de Misión Ahora que hemos escrito nuestra narración de misión, deberíamos revisar los atributos de una narración de misión fuerte e evaluar nuestra narración contra estos atributos. Atributos de una narración de misión fuerte Atributos Muy en Desacuer‐
do Muy de acuerdo Nuestra narración de misión tiene la funda‐
ción engendrada en La Escritura, La Liturgia, y/o el carisma de nuestro santo patrón. 1 2 3 4 5 Nuestra narración de misión mueve la imagi‐
nación usando lenguaje concreto y vivido. 1 2 3 4 5 Nuestra narración de misión claramente articula como somos llamados únicamente a vivir nuestra misión y ministerio de Jesús en este tiempo y en este lugar, y ha sido forma‐
do por circunstancias particulares, historia, y cultura de nuestra comunidad. 1 2 3 4 5 Nuestra narración de misión nos llama a replantar y fortalecer nuestras relaciones, no solamente a iniciar cambios a los progra‐
mas. 1 2 3 4 5 Nuestra narración de misión es relevante a los feligreses que ya están engranados en la parroquia, al igual a aquellos quienes quizás actualmente no toman un papel activo en la vida parroquial. 1 2 3 4 5 53 54 Nuestra Plan de Acción 55 NUESTRA PLAN DE ACCIÓN I. Resumen de plan de acción Al comenzar su equipo a desarrollar el plan de acción
de Transformación Parroquial de su parroquia, es
provechoso revisar primero el proceso de planificación
de acciones. La planificación de acciones comienza
con una lluvia de ideas y concluye con un conjunto de
objetivos concretos y de acciones para los que hay
metas específicas, fechas para llevarse a cabo, y personas asignadas a darle seguimiento a cada acción.
1) Lluvia de Ideas de Aspiraciones
2) Fijar los Objetivos
3) Lluvia de ideas y asignación de prioridad de las
acciones para alcanzar cada objetivo
4) Fijar metas, fechas para llevarse a cabo, y persona
que dará seguimiento a cada acción
Lluvia de Ideas de Aspiraciones
Antes de determinar qué acciones específicas la parroquia debe incluir en el plan, es importante darse el
tiempo para soñar sobre lo que la parroquia podría
lograr y para discernir hacia dónde está siendo llamada
la parroquia. Comiencen pensando en términos generales antes de nombrar acciones específicas. Algunas
preguntas que pueden ayudarles a reflexionar y a dialogar son:


¿Hacia dónde nos está indicando el Espíritu Santo
que debemos ir?
Si la parroquia tuviera recursos ilimitados
(económicos y de tiempo), ¿qué aspiraríamos a
lograr?
En esta etapa, es importante mantenerse enfocados en
lo que la parroquia debe tratar de lograr (los objetivos).
Si algunas ideas para acciones específicas surgen durante la lluvia de ideas inicial, guárdenlas para un diálogo futuro (consideren mantener un “estacionamiento
de ideas” en un papel por separado para revisarlas en
una junta posterior). Estas ideas pueden dar origen a
nuevas aspiraciones y pueden ser acciones importantes
para el plan final. Sin embargo, en este punto, es importante no quedarse estancados en los detalles de
ideas específicas para alguna acción. Enfóquense en lo
que la parroquia debe aspirar a poder lograr.
56 Fijar Objetivos
Después de dejar tiempo suficiente para la lluvia de
ideas de aspiraciones, el siguiente paso es nombrar los
resultados específicos que la parroquia debe intentar
lograr por medio de su plan de acción de Transformación Parroquial. Esto se hace fijando objetivos específicos. Un objetivo describe lo que la parroquia aspira a
lograr. Un objetivo es diferente de una acción porque
una acción describe los pasos específicos (el cómo)
que la parroquia tomará para alcanzar las metas principales (los objetivos). En otras palabras, los objetivos
vienen primero, y las acciones les siguen. Hemos incluido ejemplos específicos de objetivos y acciones en
la siguiente página para ayudarles a orientarse.
Para cada una de las Plataformas que su equipo ha
seleccionado como área de enfoque, fijar de 1 a 3 objetivos es lo usualmente razonable. Tener más de 3 objetivos distintos para cada Plataforma es correr el riesgo
de que estemos tratando de abarcar demasiado con
nuestros recursos.
Este es el momento de preguntarnos:

¿En qué aspiraciones / metas debemos enfocar
nuestra Transformación Parroquial, tomando en
cuenta los recursos económicos y de tiempo disponibles a la parroquia?
Lluvia de Ideas y Asignación de Prioridad de las
Acciones
El siguiente paso es hacer una lluvia de ideas de acciones específicas que la parroquia va a tomar para lograr
sus objetivos de Transformación Parroquial, y asignarles prioridad. En la lluvia de ideas para las acciones, una pregunta importante que debemos hacernos es

¿Cuáles acciones serían las que más podrían ayudar a la parroquia a lograr nuestros objetivos
De igual manera, al estar considerando las ideas, hacer
esta pregunta:

¿Cómo ayudará una acción específica a que la
parroquia alcance los objetivos a los que hemos
dado prioridad
Si una acción no está claramente vinculada a un objetivo, el equipo debe considerar honestamente si esa acción debe ser incluida en el plan. Una acción que no
está claramente vinculada a un objetivo probablemente no resultará en el uso efectivo del tiempo y de otros
recursos.
NUESTRA PLAN DE ACCIÓN I. Resumen de plan de acción Fijar acciones y metas de acuerdo al plan SMART
Cada acción necesita una meta. Estudie las normas del
plan SMART:
Specific (Específicas)
Las acciones y las metas deben ser específicas para
que todos entiendan el propósito de cada acción. Expresar claramente las acciones y la meta ayudará a
mantener al equipo alineado con su propósito durante
la etapa de implementación, asegurando así que el esfuerzo de todos se mueve en la misma dirección.
Measureable (Medibles)
En todo lo posible, fijen metas de acuerdo a medidas
cuantitativas. Esto permitirá a la parroquia evaluar el
éxito de cada acción después de su implementación.
Medir el éxito es importante para poder celebrar los
logros y para considerar a cuáles acciones se les dará
prioridad de continuar en el futuro; y cuáles acciones
pueden requerir una estrategia diferente en el futuro.
Asignar “Dueños”de las Acciones
Cada acción en el plan de acción de Transformación
Parroquial necesita un “dueño” que hará suya esa acción y tomará el liderazgo en su implementación. Esto
es algo crucial para mantener el ímpetu y la responsabilidad dentro del equipo parroquial. Apuntarse como
el dueño de una acción no significa que usted tendrá
que completar cada uno de los actos que se requieren
para implementar esa acción con éxito. Lo que sí significa es que usted acepta ser la persona que le dará seguimiento y coordinará los voluntarios y los recursos
necesarios para completar la acción.
Por ejemplo, si el miembro del equipo acepta ser el
dueño de una acción para llamar a todos los feligreses
que están registrados en la parroquia como parte de un
censo parroquial, él o ella no tendrá que encargarse de
hacer cada una de las llamadas. Sin embargo, sí tomará
el liderazgo en coordinar a los voluntarios y en trabajar
con el personal de la parroquia para completar todas
las llamadas, poner al corriente los archivos, etc.
Ejemplos de objetivos, acciones y metas:
Attainable (Alcanzables)
Es importante fijar metas que la parroquia pueda razonablemente lograr dentro del tiempo provisto para ello.
Se les anima a tener metas que aspiran a mucho, o
metas que nos hacen “estirarnos” , pero pongan un
tiempo límite razonable para cada meta. Por ejemplo,
si la parroquia quisiera tener el doble de ingresos, esto
puede ser una meta a cumplir en 5 años; mientras que
incrementar los ingresos en un 20% podría ser una
meta alcanzable en el 1er. año.
Relevant (Relevantes)
Cada objetivo, cada acción y cada meta deben apoyar
la misión de la parroquia. Si un objetivo, acción o meta no es relevante a la misión de la parroquia, se debe
dar seria consideración a si ese objetivo, acción o meta
debe ser incluido en el plan de acción de Transformación Parroquial.
Time-bound (Tiempo Definido)
Fijar calendarios de cumplimiento dentro de un tiempo
definido específico crea un sentido de urgencia y nos
ayuda a cuidar de la responsabilidad. Es de provecho
asignar un tiempo en que la acción debe comenzar y
un tiempo para medir los resultados.
Objetivo 1:
 Aumentar la colecta semanal
Acción(es):
 Implementar un Programa de Donativos Planificados
durante el Otoño
 Promover la opción de donaciones electrónicas por lo
menos una vez al mes.
Metas:
 Incrementar la colecta semanal de $5,000 a $6,000
en el transcurso de 1 año
 Incrementar el número de donantes utilizando la opción electrónica de 25 a100 en el transcurso de 1 año
Objetivo 2:
 Expandir las opciones para catequesis de adultos
Acciones:
 Comenzar un programa de estudio de la Biblia durante la Cuaresma
 Iniciar un programa de formación para padres de
niños pequeños durante el próximo mes de septiembre
Metas:
 Un promedio de 20 participantes en el
programa de estudio bíblico
 10 parejas participantes durante el primer
año del programa de formación
57 NUESTRA PLAN DE ACCIÓN II. Vino Nuevo/Envases Nuevos Nadie echa tampoco vino nuevo en envases de cuero viejos; si lo hace, el vino nuevo hará
reventar los cueros, se derramará el vino y se perderán también los cueros. Pongan el vino
nuevo en envases nuevos. (Lc. 5:37-38)
E
n un mundo cambiante, debemos reconocer que
la vida parroquial y el ministerio hoy día requieren de
una nueva creatividad e imaginación. Hay que tener
valor para honestamente reconocer cuando las maneras
y los medios de vida parroquial a los que nos hemos
acostumbrado ya no pueden responder a los retos del
mundo de hoy. Las prioridades de la parroquia tal vez
necesiten cambiar debido a cambios demográficos, las
necesidades de los feligreses, diferencias culturales, o
disponibilidad de personal y de recursos. Puede ser
difícil reconocer que nuestros programas, instalaciones, o sistemas ya no pueden apoyar eficientemente
nuestra misión. Necesitamos pensar de manera innovadora y diferente, confiar en el consejo del Espíritu
Santo, y tomar los riesgos que sean razonablemente
necesarios para renovar nuestras parroquias.
Al predicar sobre la lectura del Evangelio que habla de
Vino Nuevo y Vasijas Nuevas, el Papa Francisco dijo:
“En la vida Cristiana, y aun en la vida de la Iglesia,
hay estructuras viejas, estructuras desvaneciendo: ¡es
necesario renovarlas! Y la Iglesia siempre ha estado
atenta a esto, por medio de dialogar con las culturas…
Siempre ha permitido ser renovada según los lugares,
los tiempos y las personas. ¡La Iglesia siempre ha hecho esto!
…Y así la Iglesia siempre sigue adelante, dando espacio para que el Espíritu Santo renueve estas estructuras
de las iglesias. ¡No le teman a eso! ¡No le teman a la
novedad del Evangelio! ¡No le teman a la novedad que
el Espíritu Santo produce dentro de nosotros! ¡No tengan miedo de renovar las estructuras!”
(6 de julio 2013)
Por medio de Transformación Parroquial, les exhortamos a dejarse inspirar por estas palabras y a soñar con
nuevas maneras en las que su parroquia puede relacionarse con sus feligreses y con la comunidad local. Pregúntense a sí mismos, “¿Cómo debemos renovar nuestra parroquia para enfrentar los retos de los tiempos,
los lugares y la gente de hoy? ¿En qué sentido debemos de pensar diferente para alcanzar a aquellos que se
han retirado de la iglesia o aquellos que nunca han
encontrado a Cristo?
58 ¿A Quiénes Estamos Tratando de Llegar con
Nuestra Plan de Acción?
Para poder pensar de manera diferente, necesitamos
considerar diferentes puntos de vista. Como equipo
de liderazgo, necesitamos preguntarnos a nosotros
mismos, honestamente, “¿A quiénes estamos tratando
de llegar con nuestros intentos de Transformación
Parroquial? ¿Es solamente para nosotros, los que ya
estamos comprometidos con la Iglesia y amamos
nuestra parroquia? ¿O nos está llamando Cristo a
dejar las noventa y nueve ovejas para ir en busca de
una que anda perdida?” (Lucas 15, 4). Para poder
renovar nuestra parroquia, necesitamos preguntar,
“¿Qué diría un nuevo feligrés de nuestra parroquia?
¿Qué diría un feligrés que se ha alejado sobre nuestra
parroquia? ¿Qué diría la comunidad cívica sobre
nuestra parroquia?”
A veces, los comentarios que recibimos al conocer
los diferentes puntos de vista nos indican que ha llegado la hora de realizar un cambio. Esto puede significar que debemos de dejar de hacer algunas actividades en la parroquia para dedicarnos a algún nuevo
ministerio. Esto puede significar que necesitamos
arriesgarnos a probar nuevas e innovadoras maneras
de llevar adelante la misión de Jesús en el mundo de
hoy. A veces, el riesgo mayor que enfrenta la vitalidad de nuestra parroquia es el riesgo a resistirse al
cambio. Sin una apertura a las nuevas ideas y las nuevas maneras de trabajar, podríamos encontrarnos
frustrados y desalentados, cada vez con menos y menos gente a quien le interese lo que tenemos para
ofrecerles.
Abogar por nuevas ideas no es negar todo lo bueno
que en el pasado nos ha sido útil. Una visión nueva y
realizable se construye sobre las bases del pasado.
Desarrollar una nueva visión no es fácil, y necesitamos estar dispuestos a intentar muchas maneras antes
de encontrar la apropiada. Pero si no soñamos y no
probamos con nuevas ideas, caeremos en el gran riesgo de ver a nuestra parroquia decaer por falta de entusiasmo.
NUESTRA PLAN DE ACCIÓN II. Vino Nuevo/Envases Nuevos Nadie echa tampoco vino nuevo en envases de cuero viejos; si lo hace, el vino nuevo hará
reventar los cueros, se derramará el vino y se perderán también los cueros. Pongan el vino
nuevo en envases nuevos. (Lc. 5:37-38)
¿Cómo Crear una Visión Innovadora en Nuestra
Plan De Acción?
Crear una nueva plan transformativa requiere imaginación y valentía. Podemos tener miedo a soñar porque
somos conscientes de que nuestros recursos son limitados. Podemos temer expresar una idea por miedo a que
se rían de nosotros y descarten nuestra idea calificándola de tonta. En nuestros equipos de Transformación
Parroquial es crucial que mantengamos una atmósfera
en la que todos puedan expresar sus sueños y buscar
ideas que aspiren a lograr mucho, sin temor y libres de
prejuicio.
Comencemos por preguntar, “Si tuviésemos todos los
recursos que queremos, y si el dinero no fuera una
restricción, ¿qué haríamos?” En el transcurso del proceso de Transformación Parroquial, ustedes asignarán
prioridad a las ideas para eventualmente desarrollar un
plan factible que quepa dentro de las posibilidades de
recursos actuales en su parroquia. Pero en los ejercicios iniciales de búsqueda de ideas y planificación,
tomen en consideración nuevas maneras de examinar
su parroquia. Estén atentos para escuchar dónde hay
pasión por intentar algo nuevo. ¿Son las instalaciones
las que están determinando hacia dónde va la parroquia? ¿Hay un tema intocable que todos se empeñan
en ignorar? Examinen a fondo la encuesta parroquial
para ver si los feligreses están sacando a la luz alguna
necesidad que requiere una nueva manera de atenderla.
Pidan ideas a sus amigos que no están tan involucrados
en la parroquia o que no van a Misa con regularidad.
Tengan el valor de presentar una nueva idea o una
nueva costumbre a la parroquia. No todas las nuevas
ideas tendrán éxito. Pero sin ellas, habrán pocas posibilidades de que haya un cambio y un crecimiento.
Estén atentos más allá de su corazón a las indicaciones
del Espíritu Santo, que es el que dirige y guía a la Iglesia.
Los cambios que la parroquia decida hacer a través del
proceso de Transformación Parroquial, deben ser respaldados por un espíritu fundamental y un renovado
compromiso con la misión de Jesús. No estamos buscando un cambio solo por tener un cambio. Más bien,
buscamos un cambio que comunique de mejor manera
la misión de nuestra parroquia, nuestra pasión por servir a Cristo, y nuestra pasión por extender el Reino de
Dios entre nosotros.
A veces se necesita que haya un cambio en la manera
en que hacemos las cosas o el modo en que nos presentamos públicamente para poder despertar el interés
de la gente por la Iglesia. Necesitamos retarnos unos a
otros a pensar de forma innovadora y no tener miedo a
ir hacia aguas más profundas. (Veamos el pasaje de
Lucas 5, 1-11 para ver lo que Jesús les dijo a los discípulos cuando no estaban teniendo éxito en la pesca).
59 NUESTRA PLAN DE ACCIÓN II. Vino Nuevo/Envases Nuevos Nadie echa tampoco vino nuevo en envases de cuero viejos; si lo hace, el vino nuevo hará
reventar los cueros, se derramará el vino y se perderán también los cueros. Pongan el vino
nuevo en envases nuevos. (Lc. 5:37-38)
PARA MEDITAR Esto es lo que ha de suceder después: Yo derramaré mi Espíritu sobre cualquier mortal. Tus hijos y tus hijas profetizarán, los ancianos tendrán sueños y los jóvenes verán visiones. Hasta sobre los siervos y las sirvientas derramaré mi Espíritu en aquellos días. (Joel 2:28‐29) Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar no existe ya. Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo. Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios‐con‐ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.» Y añadió: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. (Apocalipsis 21: 1‐6a) "Nacemos no para ser guardianes de museos sino que para cultivar un jardín de vida floreciente. (Papa Juan XXIII) “Pidamos la gracia de no tener miedo a la novedad del Evangelio, de no tener miedo a la renovación que nos trae el Espíritu Santo, de no tener miedo de dejar ir las estructuras decadentes que nos aprisionan.” (Papa Francisco, 6 de julio 2013) “Algunos ven las cosas como son y preguntan ¿por qué? Yo veo las cosas como pueden ser y pregunto ¿por qué no? Robert F. Kennedy “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del « siempre se ha hecho así ». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades.” Papa Francisco, Evangelii Gaudium, #33 REFLEXIÓN PERSONAL 

¿Qué estaríamos dispuestos a sacrificar para tener “vasijas nuevas”? Al reflexionar sobre nuevo vino/nuevos cueros, ¿hay algo que emotiva sueños sobre la parroquia en la cual has participado tanto tiempo? REFLEXIÓN PERSONAL 


¿Cuáles son esas aguas más profundas en nuestra parroquia hacia las que podemos tener miedo a nave‐
gar? ¿Cuáles son los obstáculos al cambio en nuestra aparroquia? ¿Cuáles son los temores cuales no queremos mencionar? ¿Quiénes son las personas creativas y con imaginación quienes nos podrían ayudar a hacer una lluvia de ideas libremente con la esperanza de poder encontrar “vasijas nuevas?” 60 REFLEXIONANDO SOBRE LA MISIÓN ¿Qué iluminación puedo extraer de este ensayo sobre Vino Nuevo/Envases Nuevos?
¿Acaso mi reflexión sobre este capitulo influye mi pensar sobre la identidad y propósito
de mi parroquia?
61 TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL PLAN DE ACCIÓN DE MISIÓN A) Después de haber orado y de haber estudiado los compo‐
nentes que dan vida a la misión de nuestra parroquia, noso‐
tros, el pueblo de la parroquia ___________________________ proponemos que la MISION a la cual Dios nos llama es: B) Acciones necesarias para lograr nuestra misión. Objetivos y Acciones
¿Cuándo? ¿Quién? 1. Meta (que se pueda medir) ‐ ‐ ‐ 2. ‐ ‐ ‐ 3. ‐ ‐ ‐ 4. ‐ ‐ ‐ 62 Acciones necesarias para fortalecer nuestras fundaciones. Nuestras áreas de enfoque (seleccionar de 1 a 3) _____ Evangelización _____ Catequesis ____ Oración y Culto _____ Comunión _____ Espíritu misionero _____ El llamado a la Santidad _____ Co‐responsabilidad Espiritual Objetivos y Acciones Área de Enfoque #1: ¿Cuándo? ¿Quién? Meta con medida 1. Área de Enfoque #2: 1. Área de Enfoque #3: 1. ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ 63 TRANSFORMACIÓN PARROQUIAL PLAN DE ACCIÓN DE FINANZAS Nuestras Áreas de Enfoque (marque todo cual aplique): _____ Ingresos de la Iglesia _____ Gastos de la Iglesia _____ Ingresos de la escuela _____ Gastos de la escuela _____ Capital Asegurar nuestro Futuro Financiero Objetivos y Acciones ¿Cuándo? ¿Quién? Meta con medida Área de Enfoque #1: 1. Área de Enfoque #2: 1. Área de Enfoque #3: 1. ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ ‐ ‐ 2. ‐ ‐ 3. ‐ ‐ 64 PARA LOGRAR LA MISIÓN ‐ PREPARANDONOS PARA LA IMPLEMENTACIÓN Pregunta
Comentario
Asignación de Recursos
Dada nuestra nueva misión y áreas de enfoque, ¿necesitaremos revisar nuestros programas considerando la posibilidad de des‐
continuar algunos que acaso ya no sean tan necesarios?
____ Sí ____ No ¿Necesitamos recaudar fondos adicionales para nuestras ____ Sí ____ No
Liderazgo Efectivo
¿Acaso nuestro plan de acción exige evaluar los funciones y res‐
ponsabilidades del equipo parroquial?
____ Sí ____ No
¿Deberíamos re‐evaluar la forma en que el Consejo Parroquial, la Mesa Directiva de la Escuela, y el Consejo Financiero sirven a nuestra parroquia?
____ Sí ____ No
¿Acaso deberíamos de pensar mas específicamente sobre entre‐
namientos y formación de nuestro Equipo Parroquial y líderes laicos?
____ Sí ____ No
Comunicación
¿Tenemos la oportunidad de utilizar métodos de comuni‐
____ Sí ____ No
¿Existe la oportunidad de mejorar el uso de tecnología en como nos comunicamos?
____ Sí ____ No
¿Existe la oportunidad de clarificar la manera en como se hacen decisiones y como estas se comunican a la parroquia?
____ Sí ____ No
¿Tenemos la oportunidad de atraer mas ideas y reacciones e opiniones de los feligreses? Colaboración con Parroquias Vecinas
¿Podríamos pensar en un área de colaboración con alguna parro‐
quia vecina y que sería de beneficio a ambas?
____ Sí ____ No
¿Tenemos dones y recursos que beneficiarían a otra parroquia?
____ Sí ____ No
¿Nuestros ministerios y consejos de administración tienen ____ Sí ____ No
prioridades mas altas? cación mas efectivos para informar a los feligreses sobre nuestra vida parroquial? la oportunidad de compartir ideas, preocupaciones y me‐
jores practicas con las parroquias vecindarios? 65 Para todas las áreas que indican "sí": ¿Que acciones son necesarias para explo‐
rar estos temas mas afondo? Acciones ¿Cuándo? ¿Quién? 1. Meta (que se pueda medir) 2. 3. 4. 66 LOGRAR LA MISIÓN – PREPARAR EL “LANZAMIENTO” 
¿Cómo será integrado a la parroquia el Plan de Acción de Transformación Parroquial (ejemplo: se responsabilizará el consejo parroquial; continuará reuniéndose el comité timón de Transformación Parroquial para continuar a dirigir la implementación)? 
¿Con qué frecuencia se debería de revisarse el progreso? (cada mes?, cada 3 meses?) 
¿Quién será responsable de seguir la pista del progreso y de reportar? 
¿Quién será responsable de manejar el progreso continuo de la implementación – (por ejemplo: asegurar horario de reuniones, crear agendas, etc.)? 
¿Cómo comunicaremos a la parroquia en general la experiencia de Transformación Parroquial y del plan? 67 Oraciones Citas Bíblicas Ezequiel 34:11–16 (Yo cuidaré mi rebaño)
Ezequiel 36:23–28 (les daré un corazón nuevo)
Deuteronomio 7:6–11 (Dios te ha escogido porque te ama)
Hechos 2: 42-47 (primera comunidad cristiana)
Filipenses 2: 1-11 (plegaria para humildad y unidad)
Efesios 2: 19-22 (miembros de la casa de Dios)
Efesios 4: 1-6 (Un Señor, una fe, un bautismo)
Romanos 10: 9-18 (que hermosos los pies de quien anuncia la
buena nueva)
I Corintios 3: 9-13, 16-17 (ustedes son templo de Dios)
Colosenses 3: 12-17 (has todo en nombre de Jesús)
Mt 9: 14-17 (Nuevo vino, Nuevos cueros)
Mt 16: 13-19 (Pedo, sobre de esta roca)
Lucas 5: 1-11 (redes en mar profundo)
Mt 5: 1-12 (Bienaventuranzas)
Mt 5: 13-16 (son sal y luz)
Juan 10:10 (Vida en abundancia)
Oración antes de la Reunión Señor,
que todo lo que hagamos
comience con tu inspiración
y continúe con tu ayuda,
para que todas nuestras oraciones y obras comiencen en ti
y por ti sean alegremente terminadas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
68 Oración al Espíritu Santo
Parados ante ti, Espíritu Santo,
consientes que somos pecadores
pero también que nos reunimos en tu nombre.
Ven a nosotros, quédate con nosotros
e ilumina nuestros corazones.
Danos luz y fortaleza
para conocer tu voluntad,
para que sea la nuestra
y para vivirla en nuestra vidas.
Guíanos con tu sabiduría,
apóyanos con tu poder
ya que eres Dios
quien comparte la gloria del Padre y del Hijo.
Tú deseas justicia para todos:
permítenos defender los derechos de los demás;
no permitas que seamos desviados por la ignorancia
o corrompidos por el miedo o por el favor.
Únenos a ti en un enlace de amor
y mantennos fiel a toda verdad.
Al reunirnos en tu nombre,
que podamos integrar justicia con amor
para que todas nuestras decisiones
te agraden y podamos adquirir
la recompensa prometida
a buenos y fieles servidores.
Tu vives y reinas con el Padre y el Hijo,
Un Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
(Esta oración fue rezada antes de cada sesión
del Segundo Concilio Vaticano)
Oración de Bendición sobre el Traba‐
jo de Transformación Parroquial [A]
Señor, Dios,
en tu amorosa bondad nos enviaste a tu Hijo
para que fuera nuestro pastor y guía.
Pon tu mirada sobre los esfuerzos de nuestra comunidad parroquia que trabaja unidos para fortalecer
tu Iglesia y seguir con la misión que tu Hijo nos
a confiado.
Bendícenos con sabiduría y buen juicio en nuestros
planes para el futuro.
Protégenos de todo temor y desaliento.
Confiando en la presencia de tu Hijo entre nosotros,
que participemos en sus obras con esperanza
y confianza,
y así glorificar tu nombre por medio de nuestro labor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en comunión
del Espíritu Santo,
Un Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
O Dios,
Tú fundaste tu iglesia sobre la fe de los apóstoles
con Cristo como la piedra angular.
Mira bondadosamente sobre nuestra parroquia
que participa en la iniciativa de
Transformación Parroquial.
Que nuestros esfuerzos den fruto para tu iglesia
y que renueven a nuestra comunidad parroquial
en servicio del Evangelio.
En nombre del Señor Jesús.
Amén
[C]
Dios todo poderoso y eterno,
En Cristo tu Hijo
has manifestado tu amor a toda gente.
Guía el trabajo de nuestra parroquia:
ayúdale a proclamar tu nombre,
a perseverar en fe, y a permanecer unidos
en caridad y en paz.
Haz que nuestro compromiso a Transformación Parroquial
renueve la misión de tu Iglesia
y te de gloria y alabanza.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
69 70 APÉNDICE 71 PARISH TRANSFORMATION EJEMPL
O MISSION ACTION PLAN A) Having prayed over and studied the components that give life to a parish’s mission, we the people of St. Joseph Moscati Parish propose that the MISSION to which God is calling us is: Because our parish is responsible as chaplains for two hospitals in our community and so much of our attention at St. Joseph Moscati is focused on those who are ill and their families and those who care for them,
our vision as a parish is strongly rooted in the image of the healing Christ. We take for our inspiration Jesus’ cure of the paralyzed man as found in Luke 5; 11–26. The paralyzed man needed his friends to carry
him to Jesus. We see our mission in the parish as friends called to bring others to Christ. The healing
required is not just the healing of physical infirmities but the brokenness we often experience in life and the
effects of heavy burdens we are called to carry in today’s society.
We want our parish to be a place where people can discover the living Christ and find the peace they seek.
At the same time we long to have our parishioners freely share their gifts for the good of the community
and beyond. Trusting in Christ who heals us and inspired by our patron St. Joseph Moscati, a remarkable
holy doctor, our vision includes some of the following: training parishioners to be effective ministers to the
sick, offering opportunities for evangelization of young and old, outreach to teens, and opening a family
counseling center. We plan to rejuvenate our peace and justice ministry so that we can be a more effective
healing element in today’s society. We will celebrate a monthly Mass with the Anointing of the Sick and
prepare a shrine at which parishioners and visitors can come and place their intentions. In all that we do we
will continue to ask ourselves: “Are we bringing our sisters and brothers to Christ?” “Is our parish committed to extending Jesus’ healing ministry in today’s society?”
EJEMPL
O B) Actions required to achieve our mission. Objectives and Actions Time Owner Measurable Goal 1. Establish vibrant ministry to the sick and home‐
bound.  Publicize significant new parish ministry and recruit new members.  Develop & implement new training & formation program. 2. Rejuvenate our peace and justice ministry.  Evaluate current programs  Recruit new members. Spring 2012 JD, BB X participants serving Y people Fall 2012 FR Z parishioners involved, serving W people Fall 2015 SD, TH Y families served 3. Open a family counseling center.  Research needs  Develop detailed plan 72 EJEMPL
C) O Actions required to strengthen our foundations Our focus areas (select up to 3): ___ Evangelization X Catechesis ___ Prayer and Worship X Communion ___ Missionary Spirit ___ Call to Holiness ___ Spiritual Stewardship Objectives and Actions Time Owner Measurable Goal Focus Area #1: Catechesis 1. Enhance our offerings to youth and young adults  Establish new teen program integrating social and apostolic dimensions  Develop electronic catechesis program using social media Fall 2012 JS, NG, GR X teens and young adults participating in our programs 2. Develop new family‐oriented Religious Education program for our children and parents CM, MM, MD Positive reviews from parents in survey Focus Area #2: Communion 1. Foster greater unity and understanding among our multi‐cultural community  Hold multi‐cultural Masses once a month (i.e., combine English and Spanish Masses)  Hold monthly social events that take advantage of our cultural heritage Spring 2012 BJ, EJ Greater visible sense of multi‐cultural unity; visible crossing of lines of friendship 73 PLO M
E
J
E
PARISH TRANSFORMATION FINANCE ACTION PLAN Our focus areas (check all that apply): X Church Revenue ___ Church Expense X School Revenue ___ School Expense ___ Capital SECURING OUR FINANCIAL FUTURE Objectives and Actions Time Owner Measurable Goal Focus Area #1: Church Revenue 1. Improve communications of our financials by pub‐
lishing periodic reports 2. Enhance our weekly collections  Launch planned offering program  Implement electronic giving program Fall 2012 SS, TT Increase weekly offer‐
tory from $5000 to $6000 3. Raise $100,000 to repair our roof Fall 2012‐
Spring 2013 HJ, FG $100,000 committed by Spring 2013 Focus Area #2: School Revenue 1. Grow our school enrollment  Develop new marketing materials  Establish a parent ambassador program  Provide greater tuition discounts for needy fam‐
ilies 2. Establish a scholarship fund  Develop a database of addresses  Prepare and send mailing(s) Fall 2012 BJ, AL 20 new students each year for next 3 years Fall 2013 BT 74 75 76