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Agrupaciones Marianas
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TEMA
UNIDAD 7
¿Cuál es la misión
de la Iglesia en el
mundo?
Miramos la realidad
¿Por qué es que miles de jóvenes de diversos países se reúnen con el
Papa en las Jornadas Mundiales de la Juventud2?
¿Qué buscan encontrar en el Vicario de Cristo, el Pastor universal de
la Iglesia Católica?
Buscan en la Iglesia a Aquel que puede responder a sus interrogantes
más profundos. Y lo han encontrado. Prueba de ello es que estos
encuentros siguen realizándose con una presencia multitudinaria de
jóvenes.
¿No vemos en estos hechos la actitud apostólica de la Iglesia que
busca estar presente con todos sus hijos, buscando responder a sus
inquietudes e interrogantes?
Por la misión evangelizadora de la Iglesia nosotros hemos recibido
la fe, hemos encontrado al Señor Jesús, podemos reconciliarnos con
Dios, con nosotros mismos, con los demás y con lo creado, y encontrar
el camino para ser plenamente felices.
¿Vas a cooperar con la Iglesia en su misión
evangelizadora?
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“Id, pues, y haced
discípulos a todas las
gentes bautizándolas
en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles
a guardar todo lo que
yo os he mandado. Y
he aquí que yo estoy
con vosotros todos los
días hasta el fin del
mundo”1.
1 Mt 28, 19-20.
2 El Domingo de Ramos de
1986 tuvo lugar en Roma la
primera Jornada Mundial de
la Juventud, la primera de
una serie que contribuyó a
atribuir al Papa Juan Pablo II,
el apodo de “El Papa de los
jóvenes”. Desde entonces se
han realizado las JMJ.
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UNIDAD 7
Iluminamos al mundo con la fe
Después de su resurrección, el Señor Jesús se presentó muchas veces
a los apóstoles reforzando su fe y
preparándolos para el inicio de una
gran misión evangelizadora, que les
confió de modo definitivo en el momento de su Ascensión al cielo. Es
entonces cuando el Señor dirigió a
sus apóstoles este mandato: “Id por
1. Identidad y Misión de la Iglesia
todo el mundo y proclamad la Buena
Nueva a toda la creación”3. Este es
un llamado a ponerse en marcha, un
envío con su poder para continuar su
propia misión y proclamar el Evangelio a todas las culturas de todos los
tiempos, para transformar a modo
de fermento el mundo entero.
“La
evangelización
es lo que
marca la
identidad de la
Iglesia”
Icono de La Ascensión
“Id, y haced discípulos a todas las naciones...”4.
“También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia.
Queridos jóvenes, el Señor los necesita. También hoy, llama a cada uno
de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros”.
Papa Francisco, JMJ Rio 2013.
definitiva a la pregunta sobre el sentido de la vida y a los interrogantes
fundamentales que asedian también
hoy a tantos hombres y mujeres”6.
La misión de la Iglesia puede resumirse en una sola palabra: evangelización. Se trata de anunciar al Señor
Jesús y por ende la reconciliación
que Él nos trajo. De hecho esa fue
la preocupación inicial en el Concilio
Vaticano II7, cuando se buscó responder a la pregunta “¿Iglesia qué dices
de ti misma?”, como una forma de
que ésta tome conciencia sobre su
identidad y su misión, para responder mejor a las necesidades de los
seres humanos del mundo de hoy.
Así, la identidad más profunda sobre
la Iglesia es su propia misión evange-
5 Rm 5, 5.
6 Eclessia in America, 10.
7 Ver Luis Fernando Figari, Vigencia y Proyección del
Concilio Vaticano II: Una eclesiología de comunión y
reconciliación, sobre la Constitución dogmática Lumen
Gentium, Vida y Espiritualidad, Lima 1996, p. 37.
3 Mc 16, 5.
4 Mt 28, 19.
2
La Iglesia es el ámbito donde los
hombres, encontrando al Señor Jesús, descubren el amor del Padre,
que está unido al Hijo. Cuando el Señor asciende a los cielos, promete el
Espíritu Santo para la santificación de
la Iglesia y sus miembros. No nos deja
solos, nos deja a Aquel que derrama
abundante gracia para nuestra propia conversión, haciéndonos capaces
de amar con el mismo amor de Dios
“porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado”5.
Así, en la Iglesia, en comunión con
ella, debemos buscar nuestra reconciliación y santidad, conscientes que
nuestra misión es cooperar con la
gracia abundante que Dios nos regala para así poder configurarnos con
el Señor Jesús, que es “la respuesta
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“Evangelizar
no es otra cosa
que acercar a
las personas al
Señor Jesús”.
lizadora: “Evangelizar constituye, en
efecto, la dicha y vocación propia de
la Iglesia, su identidad más profunda.
Ella existe para evangelizar, es decir,
para predicar y enseñar, ser canal
del don de la gracia, reconciliar a
los pecadores con Dios, perpetuar el
sacrificio de Cristo en la santa Misa,
memorial de su muerte y resurrección gloriosa”8. Asimismo “el que ha
sido evangelizado evangeliza a su
vez. He ahí la prueba de la verdad,
la piedra de toque de la evangelización: es impensable que un hombre
haya acogido la Palabra y se haya
entregado al Reino sin convertirse en
alguien que a su vez da testimonio y
anuncia”9.
Evangelizar no es otra cosa que acercar a las personas al Señor Jesús, que
Él sea el centro de sus vidas, que ellas
encuentren un sendero humanizante
“El Evangelio no es
para algunos sino
para todos… No
tengan miedo de ir
y llevar a Cristo a
cualquier ambiente,
hasta las periferias
existenciales,
también a quien
parece más lejano,
más indiferente”.
Esta evangelización es lo que marca la identidad de la Iglesia, la cual
se verá reflejada en la Constitución
Dogmática Lumen Gentium10, en la
que se comienza enfatizando que
Cristo es la luz de los pueblos y que
la Iglesia, reflejando la luz del Señor
Jesús es luz del mundo. “De esta manera se introduce la reflexión sobre
la Iglesia dentro de la consideración
del designio redentor del Padre y de
la obra salvadora y reconciliadora
del Verbo Eterno, prolongada por
obra del Espíritu Santo en la Iglesia,
Cuerpo místico de Cristo”11.
2. Anunciar en primera persona la
Reconciliación obrada por el Señor Jesús
“Como todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del
apostolado en virtud del Bautismo y de la Confirmación y por eso
tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados
en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación
sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta
obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos
los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las
comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el
apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces
su plena eficacia”12.
Papa Francisco, Misa
de clausura, en la JMJ
Rio 2013.
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de felicidad por el cual avanzar, siendo rescatados y reconciliados del pecado, e invitados a vivir una vocación
de libertad, amor aquí en la tierra, y
recibiendo el ciento por uno, también en el cielo.
Como hijos de la Iglesia, los miembros del MVC, estamos
llamados a anunciar al Señor Jesús y la reconciliación que
Él nos trajo.
La evangelización es el anuncio en primera persona de la reconciliación
obrada por el Señor Jesús en la propia vida, que nace fruto del encuentro con
El, en la oración y en los sacramentos. El mismo Señor Jesús nos dijo “Ánimo,
yo he vencido al mundo”13 y con ello nos alienta a seguirlo con radicalidad y
a anunciarlo.
Nos dice el Papa Benedicto XVI: “Tenéis la tarea de volver a proponer
con vuestra competencia, la belleza,
la bondad y la verdad del rostro de
Cristo, en quien todo hombre está
llamado a conocer sus rasgos más
auténticos y originales, el modelo
que hay que imitar cada vez mejor”.
Con la conciencia que somos frágiles
vasos de barro, pero portadores de
la gracia de Dios, no podemos quedarnos impasibles ante la necesidad
de las personas que buscan encontrarse con el Señor Jesús, quien es la
respuesta de sus vidas.
“En ese camino de fe que encuentra
su base firme en la reconciliación
con Dios Amor, debemos aprender a
reconciliarnos con nosotros mismos,
escuchando la voz de nuestra mismidad y viviendo la adhesión al Señor
Jesús”14, solo cuando nos hayamos
encontrado con el Señor Jesús y lo
hayamos dejado entrar en nuestra
vida, escuchando en lo más profundo de nuestro ser, su voz, podremos
ser capaces de dar, pues nadie da lo
que no tiene.
“La Iglesia nos impulsa a ser testigos de la reconciliación, buscando
anunciar y testimoniar el don recibido, compartirlo y vivir coherentemente como miembros de la Iglesia,
recordando que ninguna actividad
humana, ni siquiera en los asuntos
temporales, puede sustraerse a la
soberanía de Dios”15.
13 Jn 16, 33.
14 Luis Fernando Figari, Horizontes de Reconciliación,
Vida y Espiritualidad, Lima 1996, p. 180.
15 Luis Fernando Figari, Formación y Misión, Vida y
Espiritualidad, Lima 2008, p. 50.
Evangelii Nuntiandi, 14.
Ibidem.
Ver Lumen Gentium, 1.
Ibidem, p. 40.
Catecismo de la Iglesia Católica, 900.
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3. María Maestra en el apostolado
4. Conclusión
“Mujer, ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu Madre”16. Desde la Cruz el
Señor Jesús nos señala a María como
madre nuestra. Y es aquí que ella ha
recibido del mismo Señor Jesús la
misión de conducir a los hombres
hacia el encuentro plenificador con
Él. De aquí que nuestro apostolado,
sea corolario, es decir, fruto y consecuencia del apostolado que María
realiza, cumpliendo así fielmente con
la misión que el Señor le encomendó
desde la cruz.
La Iglesia es un don de Dios para la humanidad. Por ella hemos recibido el
don de la fe y estamos invitados a comunicar a nuestros hermanos este don
cooperando según el máximo de nuestras capacidades y posibilidades en la
misión evangelizadora a Ella encomendada. La Iglesia “experta en humanidad” busca que todos los hombres puedan encontrar el sentido de sus vidas,
descubriendo al Señor Jesús y permitiendo que el don de la reconciliación
que nos ha traído se haga efectivo en sus vidas.
Respondamos con generosidad en la tarea evangelizadora que a todos, como
Iglesia, el Señor nos ha confiado. Acojámonos a la intercesión de la Madre de
la Reconciliación, Madre de la Iglesia y nuestra. Cooperemos con su tarea de
llevar a todos los hombres al encuentro con su Hijo, el Señor Jesús, buscando
así instaurarlo todo en El.
“María es la primera que nos lleva al
encuentro con el dulce Jesús, es la
primera en hacer apostolado. Quien
se acerca a María se ve conducido
suave y amorosamente hacia el Hijo.
María modela con afecto maternal nuestros corazones asemejándolos al de
Jesús. Ella nos guía de manera silenciosa, discreta pero eficaz, hacia la plenitud de la vida”17.
Nosotros estamos llamados a cooperar con ella en la misión apostólica
que le ha sido encomendada por su Hijo Jesús, de llevar a todas las
personas hacia Él.
María, la dulce Madre del Señor Jesús, es maestra en la evangelización y el
apostolado, ella siempre atenta a las necesidades de cada ser humano18 nos
enseña con su vida cómo hacer apostolado, cómo anunciar al Señor y la verdad del Evangelio. Nos toca a nosotros cooperar activamente en el apostolado de María, anunciando a Jesús, en un amor solidario por los más necesitados, promoviendo la reconciliación de la persona y de todas sus estructuras.
“Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia Él. Una gran
alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla”.
Benedicto XVI en la jornada mundial de la juventud en Colonia 2005.
16 Jn 19, 26-27.
17 Luis Fernando Figari, Formación y Misión, Vida y
Espiritualidad, Lima 2008, p. 18.
18 “No tienen vino”, Ver Jn 2, 3.
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Vivamos nuestra fe
“Predicar el Evangelio no es
para mí ningún motivo de gloria;
es más bien un deber que me
incumbe. Y ¡ay de mí si no
predicara el Evangelio!”.
1Cor 9,16.
¿Qué haré para cooperar
con la gracia?
Interiorizamos...
¿Cómo vivo esto?
“Es ésta la misión de la Iglesia ayer, hoy y siempre: anunciar y testimoniar
a Cristo, para que el hombre, todo hombre, pueda realizar plenamente su
vocación”19.
Preguntas para el diálogo
• ¿Cuál es la tarea que Cristo ha encomendado a la Iglesia?
• ¿Eres consciente que como hijo de la Iglesia, estás llamado a cooperar
con la misión evangelizadora de la Iglesia?
• ¿Buscas hacer apostolado a “tiempo y a destiempo”, con tu familia y amigos?
Acciones personales
Acciones Comunitarias
• ¿ Qué significa esta cita para ti?: “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un
deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si
no predicara el Evangelio!”.
• Lean la Constitución Pastoral Gaudium
et spes y compartan sus reflexiones en
el grupo. La pueden encontrar en la
página web del Vaticano.
• Medita el Camino hacia Dios n. 180
“Os he destinado para que vayáis y
deis fruto”. Puedes encontrarlo en
www.caminohaciadios.com
• Visita al Santísimo para pedirle que te
ilumine y te dé la fortaleza para anunciarlo a “tiempo y a destiempo”20.
• Busca a un amigo o grupo de amigos
a los que puedas invitar a vivir la aventura de la vida cristiana.
19 Benedicto XVI, Ángelus del 22 de Noviembre de 2005.
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• Participen en grupo de una celebración eucarística, con la intención de
rezar por el Santo Padre y por la misión evangelizadora de la Iglesia.
• Compartan en una reunión de grupo
el apostolado que cada uno realiza.
• Organicen una actividad apostólica
con todo el grupo.
• Vean en su agrupación la película sobre la vida de Juan Pablo II, “Karol, el
hombre que llegó a ser Papa” de Giacomo Battiato, (2005).
20 2Tim 4, 2.
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Celebramos nuestra fe
Recemos en Comunidad
Todos:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Lector 1:
“Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás;
Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos
ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas
mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos”21.
Lector 2:
Hoy nosotros también nos reunimos como pequeña porción de tu Iglesia, en compañía de María, para pedirte que enciendas en nuestros corazones el fuego de tu
amor a ella, para que seamos siempre fieles colaboradores de la misión que le has
encomendado.
3. Todos nacidos en un solo Bautismo,
unidos en la misma comunión;
todos viviendo en una misma casa;
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a la misma salvación,
somos un Cuerpo y Cristo es la cabeza,
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Monitor:
Salgamos dispuestos a cooperar con Santa María, Madre de la Iglesia, en la tarea de
guiar a los hombres al encuentro plenificador con su Hijo, el Señor Jesús.
Cantamos “Iglesia Peregrina”.
Rezamos juntos la oración “Contribuyendo al cambio”22.
Todos:
1. Todos unidos, formando un solo Cuerpo,
un Pueblo que en la Pascua nació;
miembros de Cristo en sangre redimidos;
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu,
que el Hijo desde el Padre envió;
Él nos empuja, nos guía y alimenta.
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Todos:
“Hay tanto que hacer y cada quien
tiene su propia tarea en la gesta de nuestro tiempo.
Madre Santísima, intercede para que yo reciba
la fuerza y el aliciente para cooperar con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo mi grano de arena,
que bien podría hacer la diferencia. Amén”.
SOMOS EN LA TIERRA SEMILLA DE OTRO REINO,
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR,
PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS,
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS.
21 Hch 1, 13-14.
10
2. Rugen tormentas y a veces nuestra barca
parece que ha perdido el timón.
Miras con miedo, no tienes confianza.
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Una esperanza nos llena de alegría,
presencia que el Señor prometió.
Vamos cantando, Él viene con nosotros.
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS!
Todos:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
22 Luis Fernando Figari, Con María en Oración, segunda edición, Fondo Editorial, Lima 2004, pp. 77-78.
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