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INSTITUCION EDUCATIVA LA PRESENTACION
NOMBRE ALUMNA:
AREA :
EDUCACIÓN RELIGIOSA
ASIGNATURA:
EDUCACIÓN RELIGIOSA
DOCENTE:
JORGE IVAN CIRO R
TIPO DE GUIA:
CONCEPTUAL – EJERCITACIÓN
PERIODO
GRADO
FECHA
2
11
ABRIL
DURACION
2 UNIDADES
INDICADORES DE DESEMPEÑO:
Ubica el contexto social del que han brotado los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia.
Reconoce en las acciones de la Iglesia local, la presencia o ausencia de la Doctrina Social.
INSTRUCCIONES:
Lee todo el texto con detenimiento, y realiza las actividades que encontrarás a lo largo del mismo (responde las
preguntas en hojas anexas).
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La vocación cristiana tiene implicaciones sociales ya que Jesús nos ordenó a continuar su misión de
propagar el Reino de amor y justicia. Somos miembros Su Cuerpo Místico. Juan Pablo II:
«Las permanentes circunstancias que padece el mundo contemporáneo y las deplorables condiciones de
subdesarrollo en que se encuentran aún demasiados países» demuestran «la permanente actualidad de
la doctrina social de la Iglesia» y la necesidad de «partir desde una perspectiva justa»
Esta perspectiva se centra en:
 «la verdad del hombre, que es descubierta por la razón y confirmada por el Evangelio de
Jesucristo, que proclama y promueve la auténtica dignidad y la natural vocación social de la
persona».
 «la enseñanza social de la Iglesia» ofrece orientaciones para la «promoción de los derechos
humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente
democráticas y participativas, para una economía al servicio del hombre, para un nuevo orden
internacional que garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable hacia la creación».
 «sólo hombres nuevos pueden hacer nuevas todas las cosas».
 «el compromiso social de los cristianos laicos se puede nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso
sólo desde una profunda espiritualidad, esto es, desde una vida de íntima unión con Jesús».
El compromiso social es el medio para que los laicos sean capaces de «expresar las grandes virtudes
teologales --fe, esperanza y caridad-- a través del ejercicio de la difícil responsabilidad de edificar una
sociedad menos lejana del gran proyecto providente de Dios». 10-VII-03. Así, la doctrina social
católica se fundamenta en el amor de Dios para cada uno de sus hijos. Este amor ha sido revelado por
Jesucristo. Es por tanto fundamental entender esta doctrina y ponerla en práctica para ser buenos
cristianos.
Encontramos, entonces que la doctrina social católica se fundamenta en unos
constituyen el corazón de la misma:
Principios que
Dignidad: Toda persona tiene dignidad dada por Dios.
-«La Iglesia ve en los hombres y mujeres, en toda persona, la imagen viva del mismo Dios» #105.
-Cristo, por medio de la encarnación, se ha unido a cada hombre dándonos una dignidad incomparable
e inalienable.
-Todas las personas tienen igual dignidad, sea hombre y mujer, saludable o enfermo.(Cf. # 144-48). Dios creó la persona humana a imagen suya y la colocó en el centro de la creación. (Génesis).
-Recibimos de Dios la vida y todo cuanto tenemos. Por eso la relación con Dios nunca puede ser
eliminada (Cf. #108-9).
Somos cuerpo y alma
-No se puede perder de vista la unidad entre cuerpo y alma. Por lo tanto, no se deben despreciar ni el
cuerpo ni el alma. (# 125-9).
El hombre es un ser social
-El hombre y la mujer fueron creados juntos, demostrando así que la persona humana no es una criatura
solitaria, sino que tiene una naturaleza social (Génesis).
-El pecado ha afectado la naturaleza humana y está «en la raíz de las divisiones personales y sociales»
(116). El pecado nos separa de Dios y también de las demás personas y del mundo.
-Pero Dios no nos abandono a la condición de pecado sino que todos pueden encontrar salvación en
Jesucristo y por medio de El compartir la naturaleza de Dios.
-El ser humano no es ni absolutamente autónomo ni tampoco una mera célula dentro de un organismo
mayor.
-La naturaleza social de todos los seres humanos significa que crecemos y realizamos nuestra vocación
en relación con los demás (#149-51).
Sociedad justa:
Sólo puede haber una sociedad justa «cuando se basa en el respeto a la dignidad trascendente de la
persona humana» (# 132).
-Los derechos humanos se basan en la dignidad de la persona (#152-55).
Libertad
-Las autoridades deberían ser cuidadosas con las restricciones que ponen a la libertad (# 133)
-Nuestra dignidad humana demanda que actuemos «de acuerdo a una elección consciente y libre» (#
135).
-Esta libertad no es, sin embargo, ilimitada, dado que únicamente Dios puede determinar lo que es
bueno o malo. Además, la libertad debería ejercitarse por una conciencia guiada por la ley moral
natural (#136-43).
El bien común.
El bien común se encuentra el desarrollo de las condiciones que permiten que las personas logren su
plenitud más total y fácilmente (Cf. #164). Entre estas: La paz, un sistema jurídico justo y los servicios
esenciales.
-El estado tiene la responsabilidad de salvaguardar el bien común
-pero los individuos también son responsables de ayudar a que se desarrolle, según las posibilidades de
cada uno.
-El estado también se encarga de reconciliar los bienes particulares de los grupos e individuos con el
bien común general. Ésta es una delicada tarea y en un sistema democrático las autoridades deben ser
cuidadosas a la hora de interpretar el bien común no sólo según los deseos de la mayoría, sino también
respetando el bien de las minorías.
Compartir los bienes
El principio del destino universal de los bienes (# 171-84):
Dios ha destinado la tierra y sus bienes en beneficio de todos. Esto significa que cada persona debería
tener acceso al nivel de bienestar necesario para su pleno desarrollo. Este principio tiene que ser puesto
en práctica según los diferentes contextos sociales y culturales y no significa que todo está a
disposición de todos. El derecho de uso de los bienes de la tierra es necesario que se ejercite de una
forma equitativa y ordenada, según un específico orden jurídico. Este principio tampoco excluye el
derecho a la propiedad privada. No obstante, es importante no perder de vista el hecho de que la
propiedad sólo es un medio, no un fin en sí misma.
Es importante recordar que: «El principio del destino universal de los bienes es una invitación a
desarrollar una visión económica inspirada por valores morales que permitan a las personas no perder
de vista el origen o propósito de estos bienes, de manera que se logre un mundo de justicia y
solidaridad, en el que la creación de riqueza pueda tener una función positiva» (#174).
El principio de la opción preferencial por los pobres, que se ha de ejercitar por medio de la caridad
cristiana e inspirarse en la pobreza de Jesús y su atención al pobre.
Organización de la sociedad
El principio de subsidiariedad.
-La sociedad civil está compuesta por muchos grupos. El estado debería no sólo reconocer su papel y
respetar su libertad de acción, sino también ofrecer la ayuda que puedan necesitar para llevar a cabo sus
funciones.
-Cada persona, familia y grupo tiene algo original que ofrecer a la comunidad (Cf. #187). Una negación
de este papel limita, o incluso destruye, el espíritu de libertad e iniciativa.
-El principio de subsidiariedad se opone, por lo tanto, a «ciertas formas de centralización,
burocratización, y de ayuda al bienestar y de presencia injustificada y excesiva del estado en los
mecanismos públicos».
El principio de participación -Es una implicación del principio de subsidiariedad
-Todos están llamados por Dios a cooperar en la vida social, cultural y política (Cf. # 189). La
participación es uno de los pilares del sistema democrático.
El principio de solidaridad.
-Por medio del ejercicio de la solidaridad cada persona hace un compromiso por llevar a cabo el bien
común y servir a los demás.
-La solidaridad, por lo tanto, significa la voluntad de darnos por el bien de nuestros prójimos.
-La solidaridad no es solo filantropía. Nuestro prójimo no es sólo alguien con derechos «sino que se
convierte en la imagen viva de Dios Padre, redimido por la sangre de Jesucristo y puesto bajo la
permanente acción del Espíritu Santo» #196.
-En tiempos modernos, ha habido una mayor concienciación de la interdependencia entre los
individuos y los pueblos.
-La solidaridad es tanto un principio de la vida social como una virtud moral que cada persona debe
desarrollar (Cf. #193).
ACTIVIDAD:
Escribe un ensayo (mínimo dos páginas) acerca de las permanentes circunstancias que padece el mundo
contemporáneo y las deplorables condiciones de subdesarrollo en que se encuentran aún demasiados países
RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS DE SELECCIÓN MÚLTIPLE:
1. El medio para que los laicos sean capaces de expresar las grandes virtudes teologales es…
A. El compromiso comunitario
B. El compromiso social
C. El compromiso personal
D. El compromiso cultural
2. Las virtudes teologales son:
A. Fe, esperanza y caridad
B. Fe, esperanza y compromiso
C. Compromiso, caridad y fe
D. Compromiso, esperanza y caridad
3. Uno de los siguientes no es un principio de la doctrina social:
A. Conmiseración
B. Libertad
C. Dignidad
D. Somos cuerpo y alma
4. La naturaleza social de todos los seres humanos significa que…
A. Crecemos y realizamos nuestra vocación en proyectándonos hacia los demás.
B. Crecemos y realizamos nuestra vocación en relación con los demás.
C. Crecemos y realizamos nuestra vocación siendo caritativos.
D. Crecemos y realizamos nuestra vocación en relación con la Iglesia.
5. El principio de solidaridad NO se refiere a:
A. Por medio del ejercicio de la solidaridad cada persona hace un compromiso por llevar a cabo el bien
común y servir a los demás.
B. La solidaridad significa la voluntad de darnos por el bien de nuestros prójimos.
C. En tiempos modernos, ha habido una mayor concienciación de la interdependencia entre los individuos
y los pueblos.
D. La solidaridad es un principio de la vida social, pero no se asume como una virtud moral que cada
persona debe desarrollar.
FUENTES:
http://www.corazones.org/iglesia/mundo_iglesia/doctrina_social.htm
http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/721/2230/articulo.php?id=21065
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
Albert Einstein