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EJE PASTORAL AÑO 2011
“Un anuncio de Jesucristo que incida
en la vida
y en la cultura de nuestro pueblo”
ARQUIDIÓCESIS DE LA SANTÍSIMA CONCEPCIÓN
VICARÍA DE PASTORAL
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ARZOBISPADO DE LA SANTISIMA CONCEPCION
VICARIA DE PASTORAL
EJE PASTORAL, AÑO 2011
“Un anuncio de Jesucristo que incida en la vida
y en la cultura de nuestro pueblo”
Al presentar el Eje Pastoral 2011, en primer lugar queremos dar gracias a Dios por el
camino recorrido desde que iniciáramos la aplicación de las OO.PP. 2009 – 2013. El año
2010 no ha sido un año fácil. El terremoto y maremoto del 27 febrero nos ha marcado
profundamente y nos ha impulsado a la solidaridad y al servicio hacia los más afectados.
Pero también hemos vivido momentos muy hermosos: la visita de la Virgen del Carmen
misionera, la memoria agradecida, las mesas y celebración del Bicentenario, entre otras
muchas acciones que nos han animado en la esperanza. Queremos seguir profundizando el
encuentro con Jesucristo vivo, recordando que “conocer a Jesucristo por la fe es nuestro
gozo, seguirlo es una gracia y transmitir este tesoro a los demás, es un encargo que el
Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado. Con los ojos iluminados por la luz de
Jesucristo resucitado podemos y queremos contemplar al mundo, a la historia, a nuestros
pueblos de América Latina, y a sus personas. (Cfr. DA Nº 18).
Siguiendo el esquema de nuestras OO.PP. el año 2009 profundizamos el encuentro personal
con Jesucristo que nos llama a la conversión; el año 2010 trabajamos en todas las
comunidades parroquiales, educativas, de movimientos apostólicos y nuevas realidades
eclesiales el anuncio de Jesucristo que modela las comunidades para que sean casas y
escuelas de comunión y participación. Queremos dar un paso más. El 2011 proponemos
promover y desarrollar la tercera línea de acción de las OO.PP. “el anuncio de Jesucristo
que incida en la vida y cultura de nuestro pueblo”.
En el Documento de Aparecida, los Obispos expresan que “la Iglesia está llamada a
repensar profundamente y relanzar, con fidelidad y audacia, su misión en las nuevas
circunstancias latinoamericanas y mundiales. No puede replegarse frente a quienes sólo
ven confusión, peligros y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y
complejidad de situaciones, con una capa de ideologismos gastados o de agresiones
irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio
arraigada en nuestra historia desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que
suscite discípulos y misioneros. Ello no depende de grandes estructuras, sino de hombres
y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y
misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere
reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu” (DA 11).
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La Palabra de Dios nos anima e impulsa, porque siempre es lámpara para nuestros pasos,
luz en nuestro sendero (Cfr. Sal 119). En sintonía con nuestras OO.PP. el texto que ilumina
el Eje Pastoral 2011 sigue siendo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).
“Inmersos en la realidad, con sus logros y dificultades y con los desafíos que presenta a la
tarea evangelizadora, nos unimos a la visión de los Obispos, reunidos en la V Conferencia:
En este momento, con incertidumbres en el corazón, nos preguntamos con Tomás: “¿Cómo
vamos a saber el camino?” (Jn 14, 5). Jesús nos responde con una propuesta provocadora:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Él es el verdadero camino hacia el
Padre, quien, tanto amó al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él
tenga vida eterna (cf. Jn 3, 16). Ésta es la vida eterna: “Que te conozcan a ti el único Dios
verdadero, y a Jesucristo tu enviado” (Jn 17, 3). La fe en Jesús como el Hijo del Padre es la
puerta de entrada a la Vida. Los discípulos de Jesús confesamos nuestra fe con las palabras
de Pedro: “Tus palabras dan Vida eterna” (Jn 6, 68); “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo” (Mt 16, 16)” (OO.PP. Arquidiocesanas 2009-2013 N° 4).
Por ello, “necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento,
la dignidad y plenitud de la vida. Y necesitamos, al mismo tiempo, que nos consuma el
celo misionero para llevar al corazón de la cultura de nuestro tiempo, aquel sentido unitario
y completo de la vida humana que ni la ciencia ni la política ni la economía, ni los medios
de comunicación, podrán proporcionarle” (DA 41).
En la IV Asamblea Eclesial Diocesana, se han planteado además tres desafíos nuevos a
tener presentes. Ellos son:
La necesidad de crecer en la conciencia vocacional, prestando una atención
especial a este aspecto.
La evangelización de los jóvenes: una prioridad imperiosa y transversal.
La profundización de la dimensión misionera de la Iglesia en nuestro territorio
Son desafíos a implementar en el caminar de la vida de nuestra Iglesia Arquidiocesana.
Dichos desafíos interpelan fuertemente nuestra conciencia eclesial y constituyen un ámbito
que solicita una concreta “conversión pastoral”.
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La dimensión vocacional será reforzada con un equipo diocesano más dinámico, sin
embargo deberá encontrar una contraparte, igualmente dinámica, en cada
parroquia, movimiento y colegio católico en colaboración con la Pastoral Juvenil
Arquidiocesana.
Programará y ejecutará, además, una atenta colaboración con el Seminario
Metropolitano, cuidando iniciativas y metodologías adecuadas y promoverá la
oración por las vocaciones en toda la Arquidiócesis.
-
La Evangelización de los jóvenes es una imperiosa necesidad. Para ello el
Departamento de Pastoral Juvenil, en conjunto con el Departamento de Catequesis,
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ofrecerá oportunos itinerarios y experiencias de iniciación cristiana para jóvenes,
especialmente en dos campos privilegiados: la catequesis de Confirmación y la
Misión Joven 2011, promovida por la Conferencia Episcopal de Chile que se
propone: “Queremos compartir el gozo del encuentro con Cristo vivo con todos los
jóvenes, especialmente con aquellos que se han alejado de la Iglesia, valorando sus
alegrías, gozos y esperanzas, reconociendo los aportes que ellos realizan a la vida de
nuestros pueblos, celebrando el don de la vida y apreciando sus propias experiencias
de vida comunitaria, para que sean los discípulos misioneros que el Señor quiere en
su Iglesia”.
En el campo de la Catequesis de Confirmación cuidará de manera especial la
formación de los monitores, los contenidos y la metodología propia a seguir, en
parroquias y colegios de Iglesia.
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La dimensión misionera en el territorio considera continuar y acentuar el
compromiso de la Misión Continental en cada comunidad enviando misioneros a
visitar las familias, especialmente de los más alejados, y el compromiso, iniciado en
el curso de 2010, de formar Comunidades Eclesiales de Base, en cada parroquia.
LOS DISCÍPULOS MISIONEROS AL SERVICIO DE LA VIDA PLENA
Nos dicen los Obispos de América Latina y del Caribe: “El ser humano, creado a imagen y
semejanza de Dios, también posee una altísima dignidad que no podemos pisotear y que
estamos llamados a respetar y promover. La vida es un regalo gratuito de Dios, don y tarea
que debemos cuidar desde la concepción, en todas sus etapas, y hasta la muerte natural, sin
relativismos” (DA 464).
También los Obispos de Chile nos animan en ese sentido cuando nos dicen que, “a través
del encuentro personal y comunitario con Jesucristo podemos transmitir ese sentido y
calidad de vida, ya que en Él encontramos la Vida verdadera, en sus diversas
manifestaciones. Y en Él nos encontramos con el Dios de la Vida. Esto es lo que nos hace
tan sensibles al amor, al cuidado y al respeto por la vida humana. Es la vida que anida en el
vientre de una madre, la vida que se extingue en un enfermo terminal, como también la vida
que late en toda la creación. Es decir, en la ecología humana y la ecología de la creación.
Nada de ello nos resulta indiferente y en todas las expresiones de la vida sabemos que se
juega el presente y el futuro de la humanidad, y por cierto, la Resurrección y la Vida eterna
que nos esperan más allá de la muerte. Como discípulos queremos existir apasionados por
la vida, al estilo de Jesús, que vino para que tengamos vida y Vida en abundancia (ver Jn
10,10)”. (OO.PP. 2008-2012, Episcopado Chileno, Nº 74).
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La invitación es, entonces, a poner en el corazón de nuestra Patria, particularmente en
nuestra Región, la Vida Nueva en Cristo.
La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia
humana, en su “dimensión personal, familiar, social y cultural, para ello hace falta entrar en
un proceso de cambio que transfigure los variados aspectos de la propia vida… Sólo así
manifestamos que la vida en Cristo sana, fortalece y humaniza. Porque El es el viviente
que camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los acontecimientos, del dolor y
de la muerte, de la alegría y de la fiesta … La vida en Cristo incluye la alegría de comer
juntos, el entusiasmo por progresar, el gusto de trabajar y de aprender, el gozo de servir a
quien nos necesite, el contacto con la naturaleza, el entusiasmo de los proyectos
comunitarios, el placer de una sexualidad vivida según el Evangelio y todas las cosas que el
Padre nos regala como signos de su amor sincero” (DA 356).
JESUCRISTO EN EL CORAZÓN DE LA CULTURA DE NUESTRA REGIÓN
“La cultura en su comprensión más extensa, representa el modo particular con el cual los
hombres y los pueblos, cultivan su relación con la naturaleza y con sus hermanos, con ellos
mismos y con Dios, a fin de lograr una existencia plenamente humana” (DA 476).
Reconocemos que la fe en Cristo, es un rasgo de nuestra identidad cultural en Concepción,
en especial las raíces profundas de la Iglesia Católica. Recientemente hemos realizado la
Memoria Agradecida, reconociendo el servicio apostólico y pastoral de tantas y tantos
hermanos y hermanas que nos han precedido.
Hoy, como nos dice Aparecida, muchos católicos se encuentran desorientados frente al
cambio cultural, que muchas veces pone en riesgo la naturaleza y dignidad del hombre.
Estamos llamados a un anuncio de Jesucristo que nos exige coraje y espíritu profético,
contrarrestar la cultura de muerte con la cultura cristiana de la vida y de la solidaridad es
un imperativo que nos toca a todos. “Sin embargo, el anuncio del Evangelio no puede
prescindir de la cultura actual. Esta debe ser conocida, evaluada y en cierto sentido
asumida por la Iglesia, con un lenguaje comprendido por nuestros contemporáneos.
Solamente así la fe cristiana podrá aparecer como realidad pertinente y significativa de
salvación. Pero esta misma fe deberá engendrar modelos culturales alternativos para la
sociedad actual. Los cristianos, con los talentos que han recibido, talentos apropiados
deberán ser creativos en sus campos de actuación: el mundo de la cultura, de la política, de
la opinión pública, del arte y de la ciencia.” (DA 480).
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EN EL CONTEXTO DE LA MISIÓN CONTINENTAL DEL AÑO 2011
La Misión Continental nos propone para este año los siguientes desafíos:
1.- Recordar que la razón de ser de la Misión Continental sigue siendo el encuentro
personal y comunitario con Jesucristo quien, en su Iglesia y por su Iglesia, suscita
discípulos misioneros.
2.- El lugar de encuentro con Jesús para suscitarlo y acompañarlo, seguirá siendo la
celebración comunitaria de la Eucaristía.
3.- Mantener el lema “Chile, una mesa para todos”, e incorporando la pregunta
pedagógica: “¿Es Chile una mesa para todos?”.
4.- La formación como acontecimiento pedagógico transversal en clave eucarística y de
espiritualidad de comunión y de misión.
5.- Los grupos prioritarios para este año son los jóvenes, la familia, los migrantes, los
encarcelados.
Asumiendo que la vocación de la Iglesia es el Anuncio de Jesucristo Resucitado, buscamos
que el Evangelio del Señor sea fuerza que oriente la vida y la convivencia de todos. Para
ello en las OO.PP. 2009 – 2013 en el N° 57 se proponen las siguientes líneas de acción:
1.- Transmitir a través del encuentro personal y comunitario con Jesucristo, el sentido y
calidad de vida que encontramos en Él: Vida verdadera para las personas y sociedad.
2.- Sensibilizar al amor, al cuidado y al respeto por la vida humana y por la vida que late en
toda la creación.
3.- Fortalecer la presencia activa de los cristianos en el mundo de la educación, la cultura de
la política, del comercio, del trabajo, favoreciendo su adecuada formación.
4.- Responder al creciente anhelo de vida plena de la sociedad, anunciando y compartiendo
la verdad y la vida que es Jesucristo, promoviendo la dignidad incuestionable de toda
persona humana y una sociedad construida en la justicia y la paz.
5.- Profundizar en la Doctrina Social de la Iglesia, herramienta que dará contenido a nuestro
aporte a la Civilización del Amor en nuestra Región.
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INICIATIVAS PROPUESTAS
Todo lo expuesto en este documento nos ilumina para nuestro quehacer pastoral en este año
2011. Queremos anunciar a Jesucristo trabajando para que en evangelio de la vida incida en
la vida y cultura de nuestro pueblo. Proponemos diversas acciones que permitan, en un
espíritu sinodal y orgánico, caminar en comunión y sintiéndonos corresponsables de la
misión de la Iglesia en nuestra Arquidiócesis.
En la Vicaría de Pastoral
En las parroquias, Movimientos, nuevas
comunidades y colegios de Iglesia, Instituciones de
Educación Superior.
Enero – Pascua de Resurrección
Desde la Pascua de Resurrección hasta la V
Asamblea Eclesial Diocesana (22-10-11)
1. Preparar material de reflexión sobre “La vocación
a la VIDA de los discípulos misioneros de
Jesucristo”.
Trabajo en la base sobre de la guía “La vocación a la
VIDA de los discípulos misioneros de Jesucristo”.
2. Elaborar materiales de apoyo para las “Mesas de
esperanza”, en continuidad con las del Bicentenario,
abordando temáticas relacionadas con el respeto y
cuidado de la vida humana y el cuidado del medio
ambiente.
Realización de las mesas de la Esperanza en todas las
unidades pastorales de la Arquidiócesis.
3. Elaboración de material de apoyo para la
realización de la Misión Continental en distinto
niveles ofreciendo a las comunidades una guía para
una Iglesia Misionera al servicio de la vida plena y
promoción de la dignidad humana.
Misiones en y con los grupos prioritarios (jóvenes,
familias, migrantes, encarcelados), profundización de
la dimensión misionera en parroquias, colegios y
movimientos y, en continuidad de lo realizado el año
2010, crear nuevas comunidades cristianas.
4. Se pedirá a cada Parroquia, Colegio y Movimiento
aplicar las iniciativas propuestas por la Conferencia
Episcopal de Chile y, con la ayuda del Departamento
de Pastoral Juvenil y el Departamento de Catequesis,
realizar acciones que concreticen la prioridad
imperiosa y transversal por el mundo de los jóvenes
en nuestra Arquidiócesis.
*Implementar la Misión joven 2011 en cada unidad
pastoral.
*Reforzar el acompañamiento de los jóvenes que se
preparan al sacramento de la confirmación y de sus
catequistas.
*Promover en encuentro vital con Cristo,
especialmente en los más alejados de la Iglesia.
*Preparar el encuentro nacional de Jóvenes en
diciembre 2011.
5. Preparar y celebrar la semana litúrgica en clave
eucarística, acogiendo el lema del año de la Misión
Continental.
Siguiendo el lema del año trabajar la dimensión
eucarística en cada comunidad eclesial, reconociendo
la Eucaristía como fuente de vida plena. Vivir la
Semana litúrgica.
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6. Promoción en toda la Arquidiócesis de la cultura y
pastoral vocacional, particularmente de las
vocaciones de especial consagración: sacerdocio y
vida religiosa.
Fortalecimiento de la Pastoral Vocacional en
Parroquias, Colegios y Movimientos, apoyados por el
Departamento de Pastoral Vocacional.
7. Utilizar los medios de comunicación social en
general, y de la Iglesia en particular, incorporándolos
en la tarea evangelizadora de la Iglesia, a fin de
comunicar los valores evangélicos de manera
positiva y esperanzadora.
Participar desde la Parroquia, Colegio y Movimientos
en los medios de comunicación de nuestra
Arquidiócesis: Revista Nuestra Iglesia, página Web y
Radio Chilena. Al mismo tiempo, potenciar los
medios de comunicación que existen en cada
comunidad pastoral (boletines, páginas web, entre
otros).
8. Especial atención a la formación en temas de
Doctrina Social de la Iglesia con respecto a los temas
de la vida.
Realización de escuelas para la formación de líderes
cristianos en los ámbitos de la juventud, de los
sindicatos, la educación, la política, las artes, la
dirigencia vecinal, comunicadores, entre otros
ámbitos, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
9. Acompañar a los Coordinadores de los Consejos
de Pastoral Parroquial y a los Coordinadores de los
Consejos parroquiales de Asuntos económicos.
9. Potenciar los Planes Pastorales Parroquiales y los
organismos de coordinación y gestión de la
parroquia: Consejo de Pastoral Parroquial y Consejo
Parroquial de Asuntos económicos.