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Curso formación cristiana para profesores “Historia de las Religiones y Desafíos para la Iglesia Católica” Fecha: 4 de mayo de 2006. Padre Rodrigo Polanco La Iglesia peregrina es necesaria para la salvación: 1. Dios creó a todos los hombres como una familia y los salvó como un pueblo, reconciliándolos en Cristo. 2. Entonces Cristo es el único mediador que ha salvado a toda la humanidad, la cual ha entrado en contacto con Cristo como su cabeza. Sólo en Cristo hay salvación. 3. Cristo ha quedado presente en el mundo a través de su Iglesia que es su cuerpo dotado también de elementos sociales y visibles y que subsiste –es decir se encuentra con toda su plenitud y fuerza– en la Iglesia católica. 4. Esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación ya que es el sacramento de Cristo, es decir, su signo e instrumento de salvación, que perpetúa la presencia de Cristo entre nosotros. 5. Es necesaria quiere decir que Jesús mismo la instituyó como su sacramento y que permanecerá perpetuamente entre nosotros como signo e instrumento eficaz de salvación. No hay ni habrá otra institución, otro sacramento de Cristo en el mundo, si bien la presencia de Cristo traspasa con mucho las fronteras visibles de la Iglesia católica. 6. Es necesaria para la salvación porque es objetivación de la presencia de Cristo en el mundo que muestra siempre la vocación más profunda del hombre en cuanto muestra el misterio pascual de Cristo como el absoluto salir de sí mismo para ir al encuentro del otro. Y en ese sentido orienta la conciencia de todo hombre y mujer. No basta con seguir la conciencia sino que esta debe orientarse en la dirección correcta que es el encuentro con el prójimo que es presencia de Dios. Ahí se comprende la necesidad de la Iglesia como presencia viva de Cristo en medio de los pueblos. 7. En ese sentido es necesaria también porque muestra al mundo el rostro y el nombre de Dios en Cristo, lo cual ayuda a entregarse más plenamente a Dios, ya que el amor necesita el conocimiento explícito para ser total y pleno. La Iglesia explicita el rostro de Dios para que el hombre ame explícitamente a Dios en Cristo, con lo cual el amor es más pleno. 8. Además, al mostrar a Cristo, el alfa y la omega del mundo y modelo de todo hombre, plenifica la vocación y la vida de cada hombre. Cristo hace al hombre más humano. 9. Es necesaria para la salvación en cuanto es siempre un instrumento eficaz que está haciendo presente la salvación a todo el mundo, principalmente a través de la eucaristía, que es re-presentación del sacrifico reconciliador de Cristo. 10. Lo anterior implica que la Iglesia tiene su esencia en ser referencia a Cristo y por eso está llamada a purificar siempre su rostro para que en ella brille cada vez mejor la luz de Cristo. 11. Implica además que está llamada a convocar a todos los pueblos a Cristo para que puedan gozar más plenamente de su presencia y de su gracia y así se vean iluminados por la vida y obra de Cristo. El bien por esencia es difusivo de sí mismo. 12. Por otra parte toda la humanidad, por la cruz de Cristo, ha quedado vinculada a su Señor a través de caminos conocidos sólo por Dios. 13. Pero toda vinculación con Cristo es además vinculación con su cuerpo y por lo tanto con la Iglesia. Toda gracia tiene vínculos comunitarios que nacen del ser comunitario de la humanidad y del aspecto comunitario de la salvación. Todo hombre y mujer que se salva, lo hace injertándose en Cristo y por lo tanto vinculándose de alguna manera con su pueblo. En ese sentido toda salvación es salvación por medio y en la Iglesia, en cuanto toda salvación es de Cristo y él ha vinculado su ser y su obrar a su Iglesia. Toda gracia refiere siempre a la Iglesia y vincula siempre de alguna manera con ella. 14. Por último todo esto nos muestra que toda la humanidad está vinculada con la Iglesia que es el pueblo de Dios, cuerpo de Cristo. El sentido más profundo de la Iglesia y por lo tanto de su pertenencia a ella es la relación con Cristo. Las fronteras de la Iglesia son sin límites y se expanden en círculos concéntricos con Cristo al centro. Al centro se encuentran los plenamente incorporados a la Iglesia por la gracia y los tres elementos visibles de la unidad católica. Luego se encuentran los que reconocen a Cristo y han recibido el bautismo. A todos ellos se les llama Iglesias o comunidades eclesiales y pertenecen al pueblo de Dios. A continuación en otro círculo se encuentran todos los hombres que siguen el camino de amor y de apertura al prójimo en la humildad de saberse necesitados de otros. Todos ellos están ordenados al pueblo de Dios ya que pertenecen a la humanidad que ha sido salvada por Cristo y que está llamada a vivir de él. 15. Sin embargo en estos diversos círculos concéntricos se encuentra también entremezclada la realidad del pecado de cada hombre que en definitiva es lo que aleja de Dios. Pero esa realidad permanece hasta que sea purificada defnitivamente en la eternidad. 16. Siempre será la gracia de Dios que moverá el corazón del hombre para responder al llamado de Dios que es la fe necesaria para la salvación 17. La mayor cercanía a Cristo se da entonces en dos aspectos íntimamente ligados y no separables entre sí: la aceptación de la gracia de Cristo en el corazón y la vinculación a su sacramento en sus estructuras visibles.