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Introducción al taller “Teología para nuestra Misión” Colmenar Viejo (España), 2 de septiembre 2012 0. Poniéndo los puntos de referencia del Taller Buenas tardes a todos. Bienvenidos a Colmenar Viejo, un lugar simbólico para los
Misioneros Claretianos por dos razones. Respecto a la Provincia de Santiago, por el
número de claretianos que han enseñado y aprendido Teología y Filosofía en este
lugar. Respecto a la Congregación, por ser un ámbito en donde la realidad
intercultural de los Misioneros Claretianos se da cita día tras día en la experiencia de
una formación; aquí, la diversidad y unidad congregacional, se dan cita para ir
construyendo el presente y futuro, diverso y uno, de nuestra Congragación.
Venimos de 19 organismos de la Congregación a realizar una reflexión, desde la
perspectiva teológica, sobre la Misión de los Misioneros Claretianos en nuestro
tiempo, en el interior de la corriente misionera generada, en la Iglesia, por el Espíritu
Santo. Creo que, para todos y cada uno, este tiempo no puede ser simplemente un
momento de discusión teológica, sino un momento de “discernimiento sobre nuestra
Misión, desde la perspectiva teológica”. Por esta razón las ponencias, los trabajos en
grupo y los trabajos en asamblea han de estar profundamente entrelazados con la
oración personal y comunitaria, la celebración eucarística y la convivencia fraterna.
Sólo así las conclusiones de este taller, serán verdaderamente válidas.
El trabajo del taller “Teología para nuestra Misión” no se va a quedar solo en unas
conclusiones, en la publicación de un libro y en la publicación de todos los materiales
en Internet. Como sabéis es éste el comienzo de un nuevo proceso de reflexión sobre
nuestra Misión que nace en este año especialmente denso en reflesiones sobre este
tema – Carta circular del General y Sínodo sobre la Nueva evangelización- y se
prologará en los Encuentros Misioneros Claretianos por Continentes. Las reflexiones
y conclusiones de estos días seran uno de los puntos de partida de la reflexión sobre el
contenido y forma de nuestra Misión en Europa, Asia, América, África Este y África
Oeste, en el año 2013. A su vez, las conclusiones de estos trabajos continentales,
serán la base de nuestra labor en el Encuentro de Prefectos de Apostolado de la
Congregación que tendra lugar en Lisboa en el año 2014.
Como os decía, este es un taller en medio de un año especialmente significativo para
la reflexión sobre nuestra Misión como Claretianos en la Iglesia y él mismo es uno de
los acontecimientos importantes en este año. Creo que es un signo de la importancia
que el Gobierno general atribuye a este taller, la presencia de nuestro P. General,
Josep María Abella, los días 6 y 7 de septiembre. Él estará con nosotros participando
en nuestras reflexiones sobre la teología de la Misión y aportándonos su rica
experiencia congregacional obre la Misión, tan bien expresada en su última carta
circular.
Los miembros de este taller, como bien sabéis, han sido elegidos por el Gobierno
general tratando de hacer converger: las diferentes áreas geográficas de la
Congregación, la experiencia de reflexión teológica y la experiencia pastoral y de
gobierno. La coordinación del trabajo ha corrido a cargo de un grupo de cinco
claretianos especialmente vinculados al Instituto Teológico de Vida Religiosa de
Madrid; esto por dos razones: practicidad a la hora de coordinar el taller y, en
1 Segundo lugar, por dar una especial relevancia, en la reflexión teológica sobre la
Misión, a un Instituto de Vida Consagrada de la Congregación. De heho, en la
composición del grupo que formamos podéis notar un fuerte componente de
claretianos que están realizando su servicio misionero en los institutos de Vida
Consagrada de la Congregación; todo tiene su razón de ser.
En la reunion que los Directores de Centros Superiores Claretianos de Formación
Teológica tuvieron en Roma en septiembre del año anterior, se habló de dos líneas de
futuro de estos institutos: la formación de evangelizadores, consagrados, laicos y
ministros ordenados desde la clave de la Eclesiología de Comunión y transformar
nuestros Intitutos en una especie de Observatorios de la Misión de la Iglesia, en cada
una de las zonas en donde están implantados. Son, como se puede comprender, dos
líneas de future que han de comenzar a construirse, poco a poco, desde hoy mismo.
Pues bien, la conformación del grupo de reflexión de este taller tiene la composición,
a mi manera de var, más adecuada para ser un Observatorio de Misión. Somos
Misioneros Claretianos pertenecientes a diferentes ámbitos de trabajo (gobierno,
pastoral, formación) con una característica común: reflexionar sobre el sentido,
formas y cauces de la Misión Claretiana desde nuestros respectivos lugares.
Aquí vamos a realizar una experiencia de Observatorio Misionero, sólo Misioneros
Claretianos; en otros lugares y ocasiones, con objetivos similares pero diversos, será
necesario que el grupo esté formado también por laicos y miembros de otras familias
Vida consagrada. Estemos abiertos al Espíritu; la Misión es suya; “observemos”
atentamente cuáles son los signos que Él nos pone para que entendamos para qué nos
necesita.
Pasemos ahora a recordar algunas cuestiones sobre el Taller.
1. El objetivo central del Taller
Estamos buscando un esquema de orientación y comprensión de la misión de
los Claretianos para un tiempo cercano al “medio plazo”.
El proceso de reflexión conlleva la realización del taller Teología para nuestra
misión; continuar el trabajo por continentes en los Encuentros Misioneros
Continentales y tener las conclusiones de éstos últimos como eje central del
Encuentro de Prefectos de apostolado de la Congregación. Como viene siendo
costumbre, las conclusiones del Encuentro de Prefectos se entregarán a la Comisión
precapitular. Recordemos, por cierto, que, en los Encuentros Misioneros
Continentales, habrá una persona de este Taller, para presentar las conclusiones del
mismo.
El taller es pues, el primero de tres momentos en un proceso que nos ha de
llevar a “clarificación” el estilo que debiera de tener nuestra Misión como Claretianos
en los próximos años; pongámosle un lapso de tiempo de 12 ó 18 años. Dentro de esta
“clarificación” de la Misión de los Claretianos, hemos de incluir cuatro niveles de
concreción: rasgos del estilo evangelizador, prioridades evangelizadoras, destinatarios
prioritarios y posiciones evangelizadoras prioritarias o estratégicas. El Taller puede
hablar, en sus conclusiones de cada uno de los cuatro niveles de concreción pero,
sobre todo del “estilo”, en menor media de “Prioridades y destinatarios prioritarios” y
2 también de las “posiciones estratétigas”. Como podréis imaginar, los Encuentros
Continentales habrán de centrarse más en “prioridades evangelizadoras”,
“destinatarios prioritarios” y “posiciones estratégicas”; lo mismo hay que decir del
Encuentro de Prefectos de Apostolado.
2. El Taller como cumplimiento de un mandato capitular
Estamos en pleno tercer momento de “recepción” de la experiencia del
Espíritu que fue el Vaticano II. La Iglesia ha vivido el Sínodo especial “a veinte años
del Concilio”, las exhortaciones postsinodales sobre laicos, presbíteros, consagrados y
obispos, los sínodos continentales y la preparación al nuevo milenio, entre otras
muchas cosas. La fuerza renovadora del Vaticano II sigue alentando la búsqueda de la
Iglesia y la Iglesia sigue aprendiendo de lo que en él se dijo e interpretándolo en
nuevos contextos y tiempos. Siguiendo la estela de reinterpretación del Concilio en
contextos distintos, los Misioneros Claretianos nos hemos de preguntar, de nuevo, por
nuestra Misión, ahora y en los años venideros: ¿en qué quiere el Espíritu que
nosotros, los Misioneros Claretianos, impliquemos nuestra vida?; ¿cómo dar forma,
como Misioneros Claretianos, a los deseos del Espíritu en este momento histórico de
la Iglesia y de la humanidad?
La luz proyectada por el Espíritu en el Concilio Vaticano II ha continuado
iluminando la reflexión de la Iglesia sobre su ser y misión. Ahora queremos recoger
los frutos de esa reflexión eclesial que, en gran medida, ha sido vehiculada a través de
los sínodos continentales y repensar el sentido de nuestra misión como Misioneros
Claretianos. Misión Claretiana que hemos de entender como misión complementaria
con otros carismas y ministerios en el seno de la Iglesia; misión que hemos de
entender como participación de la única misión vivificadora del Espíritu en la entera
Humanidad.
Nos situamos, por lo tanto, enteramente en la órbita del número 58 del documento
capitular de 2009, “Hombres que arden en caridad”:
Plantearnos la misión desde la clave del amor como “missio Dei”, “missio
inter gentes” y misión compartida
Para ello:
1) Tomaremos conciencia de nuestra misión como gozosa y agradecida
colaboración con el Espíritu, que la lleva adelante (missio Dei), y trataremos
de vivir esta mística.
2) Tomaremos como criterio y clave de todos nuestros ministerios el “diálogo
de vida” 1 , que tiene siempre en cuenta a los demás y no excluye a nadie
(mujeres u hombres, de una confesión cristiana u otra, de una religión u otra,
de una cultura u otra) (Missio inter gentes).
3) Reafirmaremos, asimismo, la prioridad congregacional por la solidaridad
profética con los empobrecidos, los excluidos y los amenazados en su derecho a
1
Cf. CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO, Diálogo y Anuncio, n. 42, 1991;
VC 102.
3 la vida, de modo que esto repercuta en nuestro estilo de vida personal y
comunitario, en nuestra misión apostólica y en nuestras instituciones (cf. PTV
40).
4) Intensificaremos el carácter prioritario de la misión compartida afirmado
por el XXIII Capítulo General (cf. PTV 37).
2. Los núcleos temáticos del taller
No se trata ahora de aplicaciones concretas, sino de reflexionar sobre la
conciencia teológica que subyace en los CMF a la hora de sentirnos y actuar como
"misioneros". Se trata de poner de relieve y profundizar en la teología de la misión
que subyace en los últimos capítulos generales, especialmente del último "Hombres
que arden en Caridad". Por lo tanto, el taller está enfocado, en perspectiva teológica.
Es necesario que quienes participaremos en él habremos de reflejar las perspectivas
teológicas de los diversos continentes. Los núcleos del taller serán los siguientes:
Primer día: Hacia una nueva conciencia teológica de la misión
Nuestros último capítulos generales, especialmente el último, reflejan una nueva
conciencia de misión, que ha de inspirar a toda la congregación, no solo como
conciencia intelectual, sino también espiritual y teológico-práctica.
Lo que el Capítulo expresó de forma muy concisa tiene un gran trasfondo: ha
habido en la iglesia católica (los sínodos continentales), en las confesiones cristianas
(Edimburgo por ejemplo), en las religiones y aun en la misma humanidad una nueva
conciencia respecto a la misión. Es necesario dedicar un tiempo a reflexionar sobre
ello. Somos conscientes de que esa nueva conciencia no nace únicamente de la
reflexión teórica, sino de la forma de entender lo humano, la religión, la fe, la
revelación, ante los desafíos que nuestro tiempo y nuestros lugares nos plantean.
Segundo día: La misión del Espíritu en el mundo
En la nueva conciencia de misión se llega a comprender que los cristianos-católicos y
en ellos los religiosos, no tenemos el monopolio de la misión. El punto de partida es
la "missio Dei", que tras la muerte, resurrección y ascensión al cielo de Jesús, es
"missio Spiritus". El Espíritu Santo hace presente y eficaz la misión de Jesucristo y
lleva adelante el proyecto del Padre.
La visión pneumatológica de la misión y la atribución de su principal
protagonismo al Espíritu, nos lleva a intentar captar cómo el Espíritu Santo "inspira",
"mueve", "guía" la historia de la humanidad y de nuestro planeta hoy. El Espíritu no
está encerrado solo en la Iglesia católica. Su presencia "llena la tierra", actúa en todos
los seres humanos y lucha contra los "malos espíritus" que quieren apoderarse de la
humanidad, deteriorarla y destruirla.
Intentamos descubrir los movimientos del Espíritu en la humanidad
contemporánea en todos los ámbitos: cómo nos interpelan, enriquecen, mueven,
inspiran y cómo colaboramos con ellos.
4 En esa misión del Espíritu en el mundo, en el planeta, nos sentimos también
como claretianos, implicados: la ciudadanía, la política, la sanación. la educación, el
arte, la inmersión cultural.... El capítulo general último fue sensible a esta dimensión
y la explicitó bastante. Esta reflexión nos hará descubrir cuál es nuestro lugar
misionero dentro de los dinamismos misioneros del Espíritu en la humanidad.
En este contexto la misión aparece como "missio inter gentes" y como misión que
tiende a ser "trans-"
Tercer día: La misión del Espíritu en la Iglesia
La Iglesia católica y ecuménica tiene cada vez más la conciencia de que no es
ella la que tiene una misión, sino la misión la que tiene a la Iglesia. La misión no es
una tarea suya, sino que la Iglesia nace de la misión, y en concreto, de la misión del
Espíritu que actúa en ella y la llama a expresarla, actuarla, vivirla.
La Iglesia muestra en este tiempo un extraordinario interés para responder a la
misión del Espíritu y quiere ser dócil, atenta, desde todas sus instancias.
La vida religiosa no quiere actuar por su cuenta, como francotiradora, en la
misión de la Iglesia, sino más bien insertarse en la Iglesia con su propia
ministerialidad carismática. Somos cada vez más conscientes del axioma "hay en la
Iglesia unidad de misión y pluralidad de ministerios". Por eso, queremos compartir la
misión de la Iglesia. No hemos de inventarla, sino desde los diversos continentes,
intuir por dónde el Espíritu está llevando a la Iglesia, y cómo la invita a colaborar en
su misión.
Queremos definir nuestro lugar carismático y ministerio dentro de la misión
del Espíritu en la Iglesia. El carisma claretiano se convierte entonces en nuestra mejor
aportación y riqueza. No hemos de renunciar a él, porque de otra manera, el Espíritu dador de los carismas- es negado y postergado en nosotros. La fidelidad a nuestro
don, el crecimiento en nuestro don carismático, la fantasía creadora de nuestro don,
redunda en bien para la misión pluriforme de la Iglesia. También el último capítulo
dedicó una reflexión interesante al momento eclesial, que ahora podemos profundizar
mejor.
Cuarto día: La misión del Espíritu en la Congregación
Nuestra congregación tiene al Espíritu Santo como su principal fuente y origen:
hemos nacido como obra del Espíritu Santo, de María virgen y de Claret. Y hemos
nacido con un peculiar rostro, una peculiar finalidad, una peculiar identidad. La
fidelidad a nuestro origen carismático es la garantía de nuestra capacidad de
despliegue, de crecimiento y de creatividad en los nuevos contextos históricos y
geográficos en los que existimos.
Nos preguntamos cómo el Espíritu lleva adelante su misión a través de
nosotros: qué intensa es nuestra conciencia de ser instrumentos del Espíritu que animó
a Claret y a los hermanos que nos precedieron, y a la familia que con quienes
compartimos el carisma. No olvidaremos la dimensión apocalíptica y escatológica en
la que Claret fue ubicado por el Espíritu en la misión.
5 Nuestra gran preocupación misionera es entonces reconocer si estamos allí
donde el Espíritu nos quiere, si somos dóciles a sus inspiraciones para la misión, si en
realidad el Espíritu cuenta con nosotros para el nuevo paradigma de misión que
nuestro mundo necesita.
Quinto día: Las conclusiones
Nos llevarán a decir muy clara y sencillamente cuál puede y debe ser el “estilo
misionero claretiano”, la conciencia teológica de la misión que inspire a la
Congregación en este momento histórico. Intentarán ofrecer claves, instrumentos,
prácticas que permitan al misionero claretiano -como persona y como congregacióntomar conciencia de quién es y de la razón de ser y la finalidad de su vida. Será
necesario insistir en la importancia de un paradigma de espiritualidad que sea
auténticamente misionero, y de una misión que sea auténticamente espiritualidad.
Habrá que favorecer una cultura congregacional de la vigilancia ante los signos de los
tiempos y de creatividad personal y grupal para colaborar con el Espíritu Santo -el
Espíritu del Abbá y del Hijo- en su impaciente misión para que llegue la nueva
Jerusalén. Como antes comentaba, ésta habrá de ser la labor fundamental del Taller,
elaborar una primera propuesta del “estilo misionero claretiano” para nuestro
momento histórico, pero también podrán aparecer en el documento conclusivo
Prioridades misioneras, Destinatarios prioritarios e, incluso, Posiciones estratégicas
para nuestra Misión.
3. Metodología y proceso del taller
Durante el último año se constituyó el grupo coordinador formado por: Aquilino
Bocos Merino, José Cristo Rey García Paredes, Carlos Martínez Oliveras, Luis
Alberto Gonzalo Díez, Luis Ángel de las Heras. Ellos han ido dando forma al Taller
haciendo un importante hueco entre todo su trabajo, elaborando las ponencias y la
encuesta sobre las prioridades evangelizadoras en la Congregación. Se constituyeron
también unos grupos de trabajo que han podido funcionar, en algún caso,
excelentemente bien; es un método de trabajo a mejorar y a seguir trabajando.
Al comienzo del encuentro tenemos ya las ponencias en dos idiomas, los traductores
dispuestos a realizar su trabajo y la excelente acogida de esta casa de Colmenar Viejo,
con Luis Ángel de las Heras, Asterio Niño y los seminaristas a la cabeza. Gracias a
todos por vuestro trabajo.
Cada uno de los días tendrá un tema bien conocido por todos. Al comienzo
recordaremos los resultados de la encuesta, pasaremos a la exposición del tema y
tendremos una primera reunión de grupos para dialogar sobre la ponencia y formular
una o dos preguntas al ponente. Por la tarde tendremos tiempo para abordar, el
mismo tema, por continentes. Los grupos de trabajo, siempre los mismos, ya tienen un
coordinador y un secretario, así como cada uno de los días un moderador y un
encargado de liturgia.
Dejo ahora paso a Luis Ángel para que nos concrete más cuestiones respecto al
funcionamiento de la casa.
Gracias a todos.
Miguel Ángel Velasco López cmf
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