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Tercer Congreso Vocacional de Brasil: Contexto, impresiones y perspectivas Brasil, 3-7 diciembre 2010 José Carlos da Silva1 Entre los dias 3 y 7 de Septiembre de 2010, tuvo lugar en el Centro de Espiritualidad Ignaciana de Vila Kotska, ciudad de Indaiatuba (SP), el III Congreso Vocacional del Brasil con la presencia de 386 delegados pertenecientes a las 17 Regiones Pastorales que componem la Iglesia católica brasileña. Como ya es costumbre en todos los grandes acontecimientos de esta iglesia latinoamericana, cada encuentro nacional tiene un tema y un lema. El tema de este congreso fue: «Discípulos misioneros al servicio de las vocaciones», y el lema: «Id, pues, haced discípulos entre todas las naciones». Las referencias en ambas expresiones a la reciente V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe –celebrada en 2007 en Aparecida– son más que evidentes, queriendo reforzar la dimensión misionera de la Pastoral Vocacional en una Iglesia ministerial. Además de los miembros de las 17 regiones pastorales del Brasil, se hicieron presentes el obispo encargado de modo directo y el coordinador regional de cada una de ellas. Cada una de esas regiones pastorales está compuesta por un conjunto determinado de diócesis o prelaturas, y cada una de ellas tiene un coordinador que puede ser presbítero, religioso o religiosa, laico o laica. Las 17 regiones pastorales incluyen 269 circunscripciones entre archidiócesis, diócesis y prelaturas. No todas las diocesis consiguieron enviar su coordinador, pero estuvieron también presentes representantes de la Conferencia de Religiosos del Brasil (CRB), de la Comisión Nacional de Diáconos (CND), del Concejo Nacional del Laicado de Brasil (CNLB), de la Conferencia Nacional de los Instituos Seculares (CNIS), Pastoral Juvenil (PJ), Pastoral Familiar, y algunos representantes provenientes de países latinoamericanos. Al participar por vez primera en un evento de este porte en Brasil, son varios los interrogantes a los que he tratado de dar respuesta surgen varias preguntas: ¿Cómo es posible reunir representantes de un país tan grande, con tan gran variedad de iglesias locales? ¿Está realmente la Pastoral Vocacional funcionando en tantas diócesis y organismos eclesiales? ¿Es posible encontrar puntos comunes en la pastoral vocacoinal siendo las regiones pastorales tan diversas de norte a sur? Algunas referencias históricas Este III Congreso responde a un camino de pastoral general y vocacional que en Brasil la «Conferencia Nacional dos Bispos do Brasil» (CNBB) ha promovido desde hace algunos años atrás. La inquietud vocacional de toda la pastoral es un descubrimiento que esta Iglesia ha realizado desde su referencia a la Iglesia universal, pero también desde respuestas muy concretas a las necesidades del pueblo brasileño y latinoamericano en los últimos cinquenta años. Como en todo el mundo, el Concilio Vaticano II provocó grandes avances en la vida de la Iglesia, pero también sus crisis. En los años posconciliares, el número de seminaristas en los seminarios brasileños diminuyó considerablemente, y el clero también, pero se realizaron dos encuentros brasileños y uno Latinoamericano sobre teología de la vocación entre los años 1964 a 1967, y cuatro en torno a la pastoral vocacional, promovidos por el Secretariado Nacional de Vocaciones (SNAV) de la CNBB. Al mismo tiempo se promovió la fundación del Instituto Superior de Pastoral Vocacional (ISPAV).2 1 Sacerdote operario diocesano. Vicario en la Paróquia São Pedro e São Paulo Apóstolos (Diócesis São Bernardo do Campo) y representante de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos en el Instituto de Pastoral Vocacional–Intercongregacional de São Paulo. 2 Para una breve historia de la Pastoral Vocacional en Brasil: CONFERENCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Guia Pedagógico de Pastoral Vocacional, Estudos da CNBB 36, Edições Paulinas, São Paulo 19832, 11-12. Cf. En 1970, la CNBB elaboró el Plan de Pastoral de Conjunto, en la que se hizo notar de forma clara que toda pastoral deberia responder al dinamismo de la vocación bautismal, en la cual todos los cristianos son llamados-convocados a la santidad, y que toda vocación exige una respuesta concreta en la construcción de la comundiad eclesial. En este plan promovido a nivel nacional se hizo tomar conciencia de la necesidad de diferentes servicios y ministerios en el proceso de educación de la fe. Esto provocó una renovación en toda la Iglesia brasileña, que fue valorando las experiencias de vida provocadoras de actitudes de compromiso personal y comunitario. Notemos también que Brasil es un país que desde finales del siglo XIX decretó la separación total de poderes entre Igelsia y Estado, y de 1964 hasta 1985 vivió bajo un régimen militar. En este ambiente de limitaciones civiles la Iglesia adquirió gran fuerza dinamizadora al promover una estructura dialogal, y fué creciendo como una institución donde sus miembros encontraban espacio para dar solución y respuesta a muchos de los problemas sociales que viviam. Poco a poco en la estructura eclesial se fue institucionalizando el método ver–juzgar–actuar, nacieron y se desarrollaron las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s), y la teologia adquirió una perspectiva social muy fuerte. El dinamismo vocacional tuvo entonces un gran impulso y surgieron varias iniciativas vocacionales en algunas diócesis que luego se fueron institucionalizando a nivel nacional con la participación de laicos, consagrados/as y sacerdotes. En 1970 la diócesis de Santo Angelo (RS) elaboró un Directorio de Pastoral Vocacional y en 1971 celebró por primera vez el Mes Vocacional en Octubre. Esta iniciativa se ha extendido y el mes vocacional se celebra en el mes de Agosto en todo el pais desde 1974. En el 5º Encuentro Nacional de Pastoral Vocacional de 1980, se hizo un análisis de la situación vocacional del país, se institucionalizó la celebración litúrgica del mes vocacional en Agosto para toda al Iglesia de Brasil, y se promovió la celebración del Año Vocacional en 1983 con el tema: «Ven y sígueme». De este modo la Iglesia en Brasil difundió una cultura vocacional en todas las pastorales creando equipos de pastoral vocacional a nivel parroquial, diocesano, sub-regional, regional y nacional. Veinte años después, en 2003 se invita nuevamente a celebrar un año vocacional, esta vez con el tema: «Bautismo: fuente de todas las vocaciones». Refiramos también que los Encuentros Nacionales de Pastoral Vocacional empezaron a relizarse cada dos años desde 1972 hasta 1997, y en 1999 tuvo lugar el I Congreso Vocacional del Brasil; y en 2005 sus segunda edición. Estos dos congresos tuvieron un importante precedente, ya que el I Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones se celebró precisamente en Brasil con el tema «La Pastoral Vocacional en el continente de la esperanza»; en el mismo local donde se han realizado los congresos nacionales y con una fuerte pariticipación y coordinación de la Iglesia brasileña3. La realización de estos congresos ha sido también consecuencia de la creación de las Escuelas Vocacionales en algunas regiones de Brasil: la primera en San Pablo en el año de 1983; en Curitiba en 1992; la creación del Instituto de Pastoral Vocacional Intercongregacional de San Pablo en 1993; en Florianópolis en 1996; en Porto Alegre en 1997; y algunas extensiones de estas escuelas también en Manaus (1994-96); Rondonia (1996-98); Cuiabá (1997); Recife (1997); Salvador (1996-97); São Luiz (1998-99); y Rio de Janeiro (1997)4. Estas Escuelas Vocacionales han promovido la formación de los agentes vocacionales parroquiales, diocesanos y regionales a lo largo de todos estos años, han difundido la teología de la vocación promovida por la teología posconciliar, y han fortalecido en la práctica los planes de pastoral vocacional. Uno de los frutos de los dos primeros congresos vocacionales, fue la adopción del término Servicio de Animación Vocacional (SAV) para designar toda la actividad vocacional de esta Iglesia, dado que en la teoría y en la práctica, es una pastoral destinada a todas las vocaciones y ministerios Documentos da CNBB 20, Vida e Ministério do Presbítero–Pastoral Vocacional, 3ª ed., Edições Paulinas, 1981, 18-34. Cf. III CONGRESSO VOCACIONAL DO BRASIL, Instrumento de Trabalho, Edições CNBB, São Paulo 2010, 15-24. 3 Cf. I CONGRESSO VOCACIONAL DO BRASIL, Texto Base, Edições CNBB, São Paulo 1997, 12-13. El primer Congreso surgió precisamente de la reflexión y acción del IPV Intercongregacional de São Paulo en una de sus actividades de formación interna en el año de 1997. 4 Cf. Idem, 14-17. eclesiales, y engloba las diferentes etapas del proceso vocacional: despertar, discernir, cultivar y acompañar. Este itinerario vocacional de la Iglesia de Brasil ha impregnado realmente todos los estratos de las comunidades eclesiales de casi todo el país, lo que lleva a constatar la existencia aún hoy de una infraestructura vocacional que ha implicado afectiva y efectivamente a muchos fieles en esta pastoral. A lo largo de esta década del siglo XXI, cada región ha ido creando su estatuto propio, realizando anualmente sus asambleas generales para evaluar el trabajo realizado, y profundizar en temas de actualidad vocacional que sirvan de formación para los agentes de pastoral vocacional. El III Congreso Vocacional Pasados ya cinco años del II Congreso Vocacional, y después del gran encuentro de Aparecida, la Iglesia de Brasil ha querido nuevamente evaluar su trayectoria en la Pastoral Vocacional. En estos primeros años del siglo XXI se han operado grandes cambios en la sociedad e Iglesia brasileña. Los procesos políticos de apertura democrática en los 90’s, la globalización y los cambios culturales del 2000, los procesos de aparente regresión teológica y el nacimiento y desarrollo de nuevos contextos religiosos en Brasil, exigen hoy una reflexión más atenta. Las mañanas de los dias 4, 5 y 6 estuvieron dedicadas a la reflexión sobre temas actuales partiendo del método ver–juzgar–actuar. Para ello colaboraron los teólogos P. Agenor Brighenti (ver), P. João Bautista Libanio (juzgar) y P. Gilson Luiz Maia (actuar). Cada ponencia estuvo acompañada de un espacio abierto al diálogo e interrogantes de los asistentes. En la tarde se realizaron los trabajos de los 18 grupos formados por los congresistas, las mini-plenarias compuestas por 6 grupos, y las plenarias generales donde se presentaban las conclusiones de las discusiones de los grupos y mini-plenarias. De todo este trabajo, ¿qué puntos cabe resaltar y subrayar en el momento presente por su relevancia para esta Iglesia latinoamericana de Brasil? a) Del campo a la ciudad La población brasileña ha pasado de ser mayoritariamente rural en los años sesenta, a ser mayoritariamente urbana en 2010 (78%). Esto está trayendo consecuencias en la diminuición proporcional de católicos en el país, ya que la mayor parte de ellos se concentra en las zonas céntricas de las ciudades, y en las zonas rurales de interior. Las zonas periféricas de las grandes ciudades han crecido mucho y con ellas las iglesias evangélicas que profesan y promueven una teologia del progreso que cautiva rápidamente sus fieles. Los católicos siguen creciendo en Brasil en una proporción del 1,3% anual, pero la población total crece en una proporción del 2% anual. Por eso, si en 1960 los católicos representaban un 93,07% de la población, en 2003 representaban un 73,795. En el campo vocacional esto empieza a suponer algunos cambios, porque la mayor parte de las vocaciones consagradas (sacerdotes y religosos) provenian de los sectores rurales hasta el año 20006. La juventud urbana funciona con otros esquemas culturales y es allí donde se presentan grades desafios para la Pastoral Vocaional. b) La pluralidad y ambigüedad de valores en la sociedad Una de las características actuales de la sociedad brasileña es la ambigüedad que surge de los grandes y rápidos cambios que se han producido en los últimos tiempos. Todo ello, dentro de la Iglesia, puede llevar a diferentes miradas sobre la realidad con la tentación de caer en visiones catastróficas, pesimistas o de añoranza de los viejos tiempos. Este congreso nos invita a una mirada 5 Cf. AA.VV., Atlas da Filiação Religiosa e Indicadores sociais no Brasil, Editora PUC, Rio de Janeiro 2003, 6 Cf. M.F. DOS ANJOS, Novas gerações e vida religiosa. Editora Santuário, Aparecida 2004, 61-64. 15-18. mucho más llena de esperanza, permaneciendo fieles al presente y valorando el pasado en su justa medida. Hoy en día contrastan el individualismo narcisista con las nuevas formas de sociabilidad; la economía de consumo con el nacimiento de una nueva conciencia ecológica; la exclusión de los pobres provocada por el consumismo con la búsqueda de un mundo más solidario (cf. Forum Mundial Social); el desencanto con la política con el nacimiento de un nuevo sentido de ciudadania que no corresponde a intereses partidarios; la creciente crisis interna de todas las instituciones a las personas ya no se sienten vinculadas con el nacimiento de multitudes donde los sujetos no se sienten aislados al tiempo que se les reconoce su autonomía. En el mundo de hoy la innovación es constante e interminable, el cuerpo es el centro de atención y las sensaciones diminuyen la capacidad de razonar y discernir, pero esto genera individuos mas flexibles, capaces de cambios continuos, de adptación continua. Al mismo tiempo que hay una fuerte crisis de sentido, surgen nuevas formas de búsqueda de Dios; un ambiente lleno de religiones neopaganas e imanentistas, hace aflorar por contraste la dimensión terapéutica de la religión que subraya su proyección profética; en una sociedad que había crecido en un pluralismo saludable promotor de la libertad, se afianza a la vez la pérdida de identidad que lleva al tradicionalismo y al fundamentalismo7. Los congresistas manifestaron con gran inquietud la necesidad de fortalecer el diálogo y la comunión tanto con las realidades sociales y culturales, como dentro de la propia Iglesia. Sin esta actitud y esfuerzo, el testimonio de la Pastoral Vocacional queda vacío, sin posibilidad de dar continuidad a la labor de pastoral de conjunto realizada a lo largo de todos estos años. c) La misionariedad: la marca de Aparecida8 Como en los dos congresos anteriores, resuena nuevamente la preocupación por la misión que es responsabilidad de todos los fieles bautizados. En un momento histórico en que parece silenciarse la fuerza profética del Evangelio, los congresistas manifestaron abiertamente que no se puede esconder la figura de ese Jesus que llama a los discípulos y les envía en misión. Por esa razón una de las preocupaciones que quiso subrayar este congreso fue la importancia de todo lo referente a los procesos formativos que hoy se deben reforzar debido a las exigencias de los cambios culturales. Tanto la formación de los animadores vocacionales, como de las vocaciones de especial consagración, merecen en Brasil hoy una redoblada atención debido a que los procesos de madurez exigen mayor empeño formativo de toda la Iglesia, y la responsabilidad de todos los fieles en el discernimiento de los ministerios. En este punto de la teología del discipulado y de la misión, también afloró la preocupación ante la ambigüedad de los discursos vocacionales de los diferentes sectores eclesiales. Con toda calma y serenidad se hizo notar un cierto retroceso en lo que respecta al concepto de vocación en su referencia a todos los ministerios eclesiales, ya que en el discurso más oficial la misión de la Pastoral Vocacional se presenta casi exclusivamente referida a la figura sacerdotal. En la plenaria se invitó a que en estos congresos se incentivara una mayor presencia de laicos/as, diáconos, jóvenes, familias, que manifiesten con mayor realismo la diversidad misionera de la Iglesia. Otro punto de clarificación que se hizo explícito fue el de la utilización de la terminología SAV o o PV. El equipo de redacción del documento final del congreso ha optado por colocar la terminologia PV/SAV, como modo de sintonizar con las terminologías empleadas por los documentos oficiales de la Iglesia Católica, pero sin despreciar el itinerario de discernimiento hecho en estos años por la Pastoral Vocacional de Brasil. 7 8 Cf. III CONGRESSO VOCACIONAL DO BRASIL, Documento Final, Edições CNBB, nn. 4-10. Cf. Idem., nn. 18-19. d) La materia pendiente: la metodologia y la pedagogía vocacional9 En el documento final del II Congreso Vocacional, se dedicó una gran parte a la reflexión sobre la metodologia y la pedagogía vocacional, no obstante ambas siguen siendo la gran piedra de toque que preocupa también en el tercer congreso. La realidad es compleja y exige respuestas más complejas, pero al mismo tiempo todo ello supone hoy un gran desgaste en los animadores vocacionales, que muchas veces se sienten cansados y desanimados al tener que hacer frente a largos y complicados procesos para poder llevar a cabo con fruto su misión de animación vocacional. En este sentido el congreso abrió la puerta a la Palabra como realidad vocacional por excelencia. A pesar de que no había sido publicado todavía el documento final del Sínodo de la Palabra, se quiso colocar la Lectio Divina como elemento fundante de la espiritualidad vocacional. Es verdad que el mundo de hoy exige nuevos lenguajes y nuevas tecnologías, los que corresponden a los lenguajes de los jóvenes actuales, pero la Palabra de Dios es la única garante de la identidad de la Pastoral y Animación Vocacional. Se hizo sentir la necesidad de la oración y de la meditación de la Palabra como ejes fundamentales de la espiritualidad vocacional que deben fundamentar la animación vocacional. Sin esa espiritualidad todas las nuevas técnicas no pasarán de ser lenguajes vacíos. La parte metodológica –el actuar– en el documento final vuelve a ser la más extensa, la más exigente que refleja la complejidad del hecho vocacional a día de hoy. En el Congreso se lanzó el desafio a que realmente se consigan implementar en los diferentes regiones del país estas propuestas, para que en el próximo congreso pueda hacerse realmente un trabajo de evaluación más realista, y se pueda verificar que las conclusiones del actual congreso vocacional no quedan sólo en el papel. Las sesiones de este III Congreso Vocacional terminaron con la presentación del II Congreso Latinoamericano de las Vocaciones que se celebra entre el 31 de enero y el 5 de febrero en Cartago (Costa Rica). Bajo el trasfondo de la Misión Continental y la exhortación Verbum Domini, todas las iglesias Latinoamericanas y del Caribe se hacen presentes en él para discernir los caminos vocacionales del que fue considerado el continente de la esperanza en los años 90’s. 9 Idem., nn. 20-29.