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VISION DE UN LOCO DE VERANO
Así como alguien que camina por la orilla del mar, y encuentra casualmente una botella con
un mensaje, siente el deseo de conocerlo, así me ocurrió cuando me encontraba sumido en un
mar de hojas de antiguos diarios, leyendo y doblando cuidadosamente las frágiles páginas en la
Biblioteca Rivadavia de San Carlos, y como olas que llegan a la playa, llegaron de pronto ,
mansamente hasta mi vista, unos mensajes escritos para generaciones futuras, por el
periodista Romualdo Passaponti.
Se trataba nada menos que una visión fantasiosa del fogoso periodista de aquella época sobre
cómo sería o desearía que fuera San Carlos en el año 2000; subtitulada “Visión de un loco de
verano”, escrita casi un siglo antes.
Romualdo Passaponti lo escribe y lo firma con el seudónimo de Pacchetti, el mismo que utilizara
para escribir su libro “Crónicas Sancarlinas” lamentablemente perdido.
Lo escribe y lo publica durante catorce domingos en los cuales va imaginando el crecimiento
de San Carlos ochenta y nueve años después, nada menos.
Algunos, porque faltaban hojas del archivo, han quedado incompletos. Próximo a festejarse el
sesquicentenario de la fundación, pasados varios años el mojón que se trazara don Romualdo
para su visión en el año 2000, podemos comparar - aunque no en su totalidad - y ver defectos y
virtudes; en qué tuvo razón y en qué se equivocó.
Con un largavista imaginario ve por ejemplo, desde la torre de la iglesia, el gran crecimiento
edilicio de los tres San Carlos y percibe los nobles sentimientos de la gente por un constante
deseo de superación.
Actualmente comprobamos que San Carlos Centro creció verdaderamente, bastante menos San
Carlos Sur, pero San Carlos Norte está casi como era entonces. Y en cuanto a la gente, es un
acierto. Creo afirmativamente que la población en general, tiene nobles sentimientos y deseos
de superación. Passaponti deseaba el progreso de los pueblos y el comportamiento moral de la
gente.
¿Y de la música decía algo? Por supuesto, y en varias oportunidades. Aunque brevemente y en
forma espaciada. Por ejemplo le envía un mensaje a San Carlos Sud escribiendo que siempre
será amante del tiro y el canto por atavismo derivado de sus fundadores, y que estará unida a
San Carlos Centro por una tupida edificación de plaza a plaza y en ninguno de los dos temas no
se equivocó.
Más adelante menciona que en el 2000 habrá una banda de música. También exacto. Es que el
tema de las bandas fue siempre tomado como un símbolo cultural, emblemático, a la par del
propio placer que producía.
No corresponde aquí desarrollar todos los puntos tratados por el periodista, pero se cae en la
tentación de mencionar algunas perlas. Así escribe:
Con respecto a los molinos harineros no le ve futuro porque, según dice, serán monopolizados por
los grandes molinos de Buenos Aires y Rosario - exactamente, no quedó ningún molino harinero
en San Carlos - y expresa además el deseo de que mejoren las condiciones humanas de trabajo,
- en caso de seguir subsistiendo - al decir que:
“La elaboración alcanzará a 1000 bolsas diarias de 50 kg. Y habrá desaparecido la “bolsa de 90
kg. Porque los hombres en el 2000, serán hombres y no animales de carga
LA TORRE, EL RELOJ Y LAS CAMPANAS.
Entrevisté al sucesor de la fábrica en San Carlos Centro don Luis Bellini, uno de los más longevos
ciudadanos, consultándole sobre las campanas y la torre donde están instaladas con las
siguientes respuestas:
“La torre de la iglesia la hicieron los mismos albañiles que construyeron la iglesia pero tiempo
después. Había muchos artesanos albañiles y muy buenos en la época. Los Ottolina revocaron la
torre pero le quitaron las cornisas y adornos - lo dice con cierto tono de ofensa -. El frente de la
iglesia se hizo en base a los planos que presentó Felice Francia y que trajo de Italia como
réplica de una iglesia similar de un pueblo de allá.”
“El reloj de la torre lo construyeron en San Carlos los hermanos Giraudo y tardaron cinco años;
desde 1889 hasta 1894”.
“Mi abuelo trabajaba en una imprenta rotativa en Italia y llegó a San Carlos porque ya estaba su
hermano que reparaba trilladoras. Aquí había que trabajar por cuenta propia. Trabajaron en eso
y construyeron ellos mismos un torno, que aún está en exhibición en la fábrica, aunque ya no se
usa. Una vez vino a San Carlos un campanero europeo trotamundo pero poco confiable. Hizo un
intento de fabricar campanas con el apoyo de Felice Francia pero fracasó en el intento. Cuando se
fue, mi abuelo se dedicó a construir su propio horno para fundir campanas y las primeras tuvieron
defectos hasta que se logró la fórmula ideal”.
Continuando con las utópicas visiones de Passaponti referente a la música se lee:
“ Dos bandas de música y diversas filarmónicas alegrarán las fiestas del pago, las retretas y
demás funciones de carácter social”
Aquí no muy alejado de la realidad aunque exagerada la visión con lo de las filarmónicas.
Escribe Passaponti: “El gobierno municipal desempeñará un gran rol dentro de la comuna:
vigilará la “higiene, el adorno y el alumbrado eléctrico, etc. Como en las más adelantadas
naciones europeas, mejoradas por la práctica de 89 años más”
“Quiero que esta visión -concluye - sea mi mejor trabajo periodístico por amor al arte y soñando
despierto. Pachetti”
Efectivamente, la ciudad se vió beneficiada, con la creación y el embellecimiento de paseos,
parques y jardines, incluyendo el del cementerio.
También debe agregarse, aunque sea posterior al mojón imaginado por el periodista, dos
importantes obras: el Centro de Exposición y Venta, al servicio del comercio y la industria local,
moderno edificio reciclado en una antigua esquina, con vidrieras para exponer gratuitamente, al
diario visitante, los productos fabricados en San Carlos y con un moderno Auditorium.
También debe destacarse la notable restauración de interiores del Templo, y puesta en valor
del mismo, que incluye. reparación de sectores y la obra pictórica del
interior, pinturas
efectuadas por Cayetano Flores hace más de cincuenta años, tarea que demandó casi todo el
año 2007 realizada por expertos profesionales encabezados por Luis Dona. Esta obra que
encaró la MunicipalIdad, se inauguró el día jueves 27 de setiembre, a la noche, coincidente con la
fecha del 149º aniversario de la fundación de la colonia, formando parte ya de los actos
conmemorativos del sesquicentenario de la fundación, en el mismo Templo, previa misa y
posterior concierto a cargo del Coro Polifónico de la Provincia., que culminó con música vocal.
El coro interpretó con acompañamiento de algunos instrumentos, piano, guitarra o bombo legüero
según la obra: el Pater Noster de Stravinsky, Hodie Christus Natus Est de Poulenc, Lux
Aurumque de Whitacre, luego, de Guastavino: Gala del día, La rosa y el Sauce y Una de dos. De
Palorma: Póngale por las Hileras. De Cuchi Leguizamón: zamba de Lozano, chacarera del
expediente, y carnavalito del duende. Después de los aplausos del público, el coro ofreció de bis,
a capella, nada menos que el Himno a la Alegría de la 9ª sinfonía de Beethoven. Una de las obras
más importantes del repertorio coral universal, muy exigente para los cantantes y que muy pocos
coros del país están en condiciones de abordar.
Antes de la misa, las campanadas de la iglesia, sorprendieron al visitante, quizás no a los
sancarlinos que están acostumbrados, con el estruendo armonioso y potente del concierto de
esas campanas de la torre, que suenan como lanzando al viento los sonidos de la historia.
Romualdo Passaponti, que había nacido en Certaldo, Provincia de Florencia en 1859 y vivió
casi cuarenta años en San Carlos, que adoptó con cariño como su segunda patria,
se fue en 1918 a Talleres , Buenos Aires y definitivamente a Italia en 1921.
Se hubiese podido cumplir con la visión de Passaponti, si la distribución de la riqueza en
el país hubiera sido más justa. El sistema concentra la riqueza en Buenos Aires donde se
administraron siempre los impuestos aduaneros, que en dos siglos dió como resultado
una superpoblada capital federal, pero pueblos del interior subdesarrollados, que es
justamente donde se genera la producción.
Coro Polifónico Provincial de Santa Fe
en carpeta de ejemplos musicales
MISA CRIOLLA
El domingo 17 de agosto de 2008, a las 20 horas, se celebró en esta iglesia, una misa
que fué musicalizada con la “Misa Criolla” de Ariel Ramírez y muy bien interpretada por el
coro de la Universidad Católica de Santa Fe, dirigido por el Prof. Héctor A. Nardi y con la
colaboración del tenor solista Roberto Nadalet, Matías Bustafán en teclado, Nicolás
Albornoz con charango, Fernando Morello en guitarra y con el bombo: Juan Pablo López
Rosas.
La Misa Ciolla se compone de Kyrie (Vidala-Baguala) – Gloria ( Carnavalito- Yaraví) –
Credo (Chacarera ) Sanctus ( Carnaval cochabambino) - Agnus Dei (Estilo Pampeano)
Se sumaron voces de un coro Aleatorio que, posteriormente a la terminación de la misa,
entre ambos cantaron obras con preferencia folclóricas, y colaboraron Nicolás Albornoz
con sicus, charango y quena y Ma.Fernanda Villarego con el bombo legüero.
Como la Misa Criolla , no cubre todos los momentos rituales de la misa, un coro
parroquial, acompañado de guitarra, los completaba.
Este concierto no estaba en la agenda de los festejos del Sesquicentenario, sino que fue
organizado por la maestra. de técnica vocal del coro, Lucía Díaz de San Carlos Sur y
dedicado a la centenaria familia fundada en 1904 por María Rosa Favre y Ramón Díaz,
ambas de San Carlos Norte, e igualmente aportó un hecho cultural trascendente que fue
reconocido por los fieles asistentes con un caluroso aplauso.
Coro de la Universidad Católica dirigido por el Prof. Héctor Nardi
Gloria de la Misa Criolla
Coro Univ. Católica de Santa Fe
en carpeta de ejemplos musicales