Download Una Iglesia y miles de historias gracias a ti

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Una Iglesia y miles de historias gracias a ti
Queridos fieles de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz,
Estamos de nuevo ante el día de nuestra Iglesia diocesana. El lema de este año es “Una
Iglesia y miles de historias gracias a ti”. Como siempre el día de la Iglesia diocesana y el
lema elegido tratan de despertar en nuestros corazones la conciencia de pertenecer a
una familia grande y bella, que es la Iglesia diocesana, en la que todos nos debemos
sentir responsables y colaboradores. La vocación cristiana, que es un don
inconmensurable de Dios, mediante el sacramento del bautismo, nos hace formar
parte del Pueblo santo de Dios, insertándonos en una Diócesis concreta. Como nos
enseña la Constitución conciliar “Lumen Gentium”: «Dios no quiso salvarnos
aisladamente, sino formando un Pueblo». La vocación y la misión de una cristiana, de
un cristiano, siendo profundamente personal, dirigida a cada persona humana con
vivencia profunda de la libertad y de la responsabilidad personales, exige, al mismo
tiempo y con la misma profundidad, una vivencia de filiación y de fraternidad, de
familia y de amor, de comunión y de ayuda mutua, de misión común y compartida. En
definitiva, no se puede ser cristiano “por libre”, o dicho de otra manera, “yo me
entiendo con Dios y basta y no quiero saber nada de iglesias o comunidades etc.”. No,
¡no se puede ser cristiano así! Aunque haya pecados y defectos y fallos entre los
miembros de nuestra Iglesia católica, de nuestra Iglesia diocesana, de nuestra
parroquia, de la comunidad o grupo donde intentamos vivir más concretamente
nuestra fe, ahí debemos vivir nuestro bautismo, intentando con nuestra conducta y
nuestras palabras ser fermento de Evangelio, de unidad, de familia, de Pueblo
sacerdotal y nación santa.
Todas estas consideraciones se dirigen a hacerte participe de una preocupación que se
percibe frecuentemente en nuestra Iglesia. Es esa tendencia cómoda a pensar que
sean otros a comprometerse, a llevar adelante la misión que Jesús ha confiado a su
Iglesia; de pensar que yo no tengo tiempo o soy mayor o soy joven o estoy enfermo,
dejando para más adelante el compromiso. Todos sabemos que son excusas de la
comodidad. Todos, absolutamente todos podemos trabajar en la viña del Señor. A
todos por el bautismo y la confirmación el Señor nos invita al trabajo en su campo. Él
sale a todas las horas, por todos los caminos y plazas para invitarnos. Te invito también
yo, en su nombre, a que pongas manos a la obra del modo que tu conciencia y tus
posibilidades te lo consientan. Te pido también tu colaboración económica generosa.
Hay tantas cosas que pueden hacerse en servicio del Reino de Dios en esta tierra si
tuviéramos más medios ¡Sé generoso!
+ Celso Morga Iruzubieta. Arzobispo de Mérida-Badajoz