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n. 5- 2011
24 mayo 2011
Mensaje mensual
“Ésta es la Madre”. ¡Confiémonos a Ella”.
Como mensaje para este mes de María Auxiliadora os propongo el texto de la pregunta planteada a
Benedicto XVI, en la entrevista del Viernes Santo, 22 de abril de 2011. Es también para nosotros una llamada de atención en nuestro camino a Czestochowa.
P:Santo Padre, la última pregunta es sobre María. Al pie de la cruz asistimos a un diálogo sorprendente entre Jesús, su Madre y Juan, en el que Jesús dice a María: “Ahí tienes a tu Hijo”, y a Juan: “Ahí
tienes a tu Madre”. En su último libro, “Jesús de Nazaret”, Vd. lo titula “un último mandato de
Jesús”. ¿Cómo debemos entender estas palabras? ¿Qué significado tenían en aquel momento y qué
significado tienen hoy? Y hablando de entrega, ¿ha pensado renovar la consagración a la Virgen
en el comienzo de este milenio?
R: “Estas palabras de Jesús, son ante todo, una acto muy humano. Contemplamos a Jesús como
hombre verdadero, que realiza un acto humano, un acto de amor por la madre y confía la madre al
joven Juan para su seguridad. Una mujer sola, en aquel tiempo y en Oriente, quedaba en una situación
muy difícil. Confió su madre a este joven y al joven le confía su madre, actuando Jesús como hombre
con un sentimiento profundamente humano. Eso me parece un gesto estupendo, muy importante que, más allá de toda teología, podemos descubrir en él la verdadera humanidad, el verdadero humanismo de Jesús. Pero es claro que incluye varias
dimensiones, que no se refiere sólo a este momento, sino que concierne a toda la historia. En Juan, Jesús, confía a todos
nosotros, a toda la Iglesia, a todos los discípulos futuros , a la madre y la madre a nosotros. Y esto es lo que se ha realizado a lo largo de la historia: cada vez con mayor profundidad, la humanidad y los cristianos han entendido que la madre
de Jesús es su madre. Y cada día más se han confiado a la Madre: fijémonos en los grandes santuarios, en la devoción a
María que allí se manifiesta, donde cada vez más, el pueblo percibe “¡he aquí a la Madre!”. Y hasta algunos que parece
que tienen sus dificultades para acercarse a Jesús en su grandeza de Hijo de Dios, se confían sin dificultad a la Madre. Alguno dirá: “¡Esto no tiene ningún fundamento bíblico!”. Le respondería con S. Gregorio Magno: “A medida que uno lee –
nos dice - crecen las palabras de la Escritura”. Quiere decir, se desarrollan en la realidad, crecen, y cada vez más en la historia se desarrolla esta Palabra. Percibimos que todos podemos estar agradecidos porque la Madre está realmente presente, y que a todos nosotros se nos ha dado una madre. Y podemos acudir a ella con una gran confianza poque para cada
uno de los cristianos es su Madre. Por otra parte también es cierto que la Madre representa también a la Iglesia. No podemos ser cristianos en solitario, con un cristianismo edificado según la propia idea. La Madre es imagen de la Iglesia, de
la madre Iglesia, y confiándonos a María debemos confiarnos también a la Iglesia, vivir la Iglesia, ser Iglesia con
María. Y así llego al punto de la entrega confiada: los Papas –tanto Pío XII, como Pablo VI o Juan Pablo II – han proclamado un gran acto de entrega confiada a la Virgen y me parece que, como gesto ante el mundo, ante María misma, es un
gesto de mucha importancia. Creo que en este momento es importante interiorizar este acto, dejarnos penetrar por
él, realizarlo nosotros mismos. En este sentido he visitado algunos grandes santuarios marianos del mundo: Lourdes,
Fátima, Czestochowa, Altötting…, siempre con la intención de concretar, de interiorizar este acto de entrega confiada,
para que se convierta realmente en un acto personal nuestro. Quizá algún día sea necesario repetirlo, pero, de momento me
parece más importante vivirlo, ponerlo en práctica, introducirnos en este acto de entrega para hacerlo verdaderamente
nuestro. He visto, por ej., en Fátima que miles de personas se han dejado penetrar por esta entrega, se han confiado, han
concretado en sí mismas y por sí mismas, esta entrega confiada. Así se convierte en realidad en la Iglesia viva y así crece
también la Iglesia. La común entrega confiada a María, el dejarse penetrar y formar por esta presencia, entrar en
comunión con María, nos hace Iglesia, nos convierte realmente, junto con María, en esta esposa de Cristo. Por tanto,
en el momento presente, no tengo intención de promover un nuevo y público acto de entrega confiada a María, pero sí quisiera invitar a interiorizar esta entrega ya hecha, para que sea una realidad vivida diariamente y crezca así una Iglesia realmente mariana, que es Madre, Esposa e Hija de Jesús”.
Asimilemos este extraordinario mensaje del Santo Padre y vivámoslo en nuestros grupos, en nuestras familias, en la
Familia Salesiana, en camino todos hacia la Virgen Negra de Czestochowa. ¡Feliz Fiesta de María Auxiliadora!
Don Pierluigi Cameroni
Animador espiritual
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Hacia Czestochowa
9. María es la Auxiliadora de los cristianos (Don Roberto Carelli)
Confiarse a María es encontrar ayuda y protección en los peligros y en las necesidades de la vida y de la fe (Cfr. LG 66). Precisamente el título de
“Auxiliadora” expresa la conciencia que desde los orígenes han tenido los creyentes de que María es una madre tierna y poderosa. Entre las más antiguas oraciones
a la Virgen encontramos la conocida antífona Sub tuum presidium (S. III), que D.
Bosco exhortaba a rezar relacionándola ordinaria y directamente con María Auxiliadora: Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios: no rechaces nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, Virgen poderosa y bendita. María Auxiliadora es aquella que defiende maternalemnte
de los enemigos a la Iglesia y a los cristianos con aquel cuidado y arrojo que la
convierten en la mujer imponente y terrible del Cantar de los Cantares: ¿Quién es
ésta que surge como el alba, bella como la luna, esplendorosa como el sol, imponente como ejército desplegado” (Cant. 6,9).
Cosa digna de tenerse encuenta: Dios ha puesto la defensa de sus hijos bajo el signo de la Mujer. Notable y también comprensible: el poder de Dios se sitúa en el orden del amor, y el amor en el de la humildad. Por eso Dios ha
puesto enemistades entre la Mujer y la sepiente, y será Ella quien “le aplaste la cabeza” (Gn. ,15). El pueblo de
Dios se dirige a María con plena confianza, como muy bien expresa la colecta de la fiesta de María Auxiliadora: ¡Oh
Dios, que en María, Madre de tu Hijo, nos has dado un signo de nuestra defensa y auxilio! Concede al pueblo cristiano vivir siempre bajo su protección y gozar de una paz estable;haz, Señor, que tu Iglesia tenga siempre fuerza
para superar con paciencia y vencer con amor todas las pruebas internas y externas para que pueda revelar al
mundo el misterio de Cristo.
Confiarse a María Auxiliadora es la mejor manera de aumentar la inteligencia espiritual y el valor de testimonio de
verdaderos discípulos el Señor, según se nos dice en el Evangelio de Jesús buen Pastor y según cuanto afirma agudamente Grignion de Monfort de los hijos de María: Dios no ha establecido solamente una enemistad, sino enemistades; la primera entre María y el demonio, la otra entre la estirpe de la Virgen santa y la del demonio. En otras palabras, Dios ha puesto enemistades, antipatías y odios secretos entre los verdaderos hijos y siervos de la Virgen santa
y los hijos y esclavos del demonio. ¡No hay amor ni entendimiento entre ellos!
1. M ARÍA AUXILIADORA , EDUCADORA DE LA FE
La Iglesia reconoce a María Auxiliadora como la Virgen de los tiempos difíciles, de los tiempos en que la Iglesia es atacada como tal, en los que los cristianos son perseguidos por ser cristianos, porque hablan paladinamente de
Dios, porque dan testimonio de que Jesús es el Señor, porque critican las ideas corrientes, convirtiéndose en signo
de contradicción. La misión maternal de la Virgen empuja al Pueblo de Dios a dirigirse con filial confianza a Aquella que está siempre dispuesta a acogerlo con afecto de madre y con eficaz ayuda de auxiliadora: por eso el
Pueblo de Dios la invoca como Consoladora de los afligidos, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, para
obtener consuelo en la tribulación, alivio en la enfermedad, fuerza liberadora en el pecado; porque Ella, la preservada de todo pecado, conduce a sus hijos a esto: a vencer con enérgica determinación el pecado. Y hay que afirmarlo nuevamente, dicha liberación del pecado y del mal (Cfr. Mt. 6,13)es la condición necesaria para toda renovación de las costumbres cristianas(MC 57).
Se nos pide creer firmemente en la presencia y ayuda de la Auxiliadora: ¡es un don de consuelo y alivio, de protección y estímulo que proviene de Dios! En la plegaria eucarística de la Misa de María Auxiliadora se dice: Tú has
dado a la Inmaculada Virgen María, madre de tu Hijo, como auxiliadora y madre del pueblo cristiano, para que
luche con valentía en el combate de la fe, y sólidamente arraigado en la enseñanza de los Apóstoles, camine seguro
en medio de las tempestades del mundo, hasta alcanzar la perfecta alegría en la patria celestial.
D. Bosco había comprendido, ya en su tiempo, lo que hoy vemos con más claridad, esto es, que las fuerzas del mal,
mediante la difusión de opiniones erróneas y de prácticas irreligiosas, principalmente por las dictaduras, primero del
racionalismo y después del relativismo, están librabdo un ataque directo y sin parangón contra la Iglesia y los fundamentos de la fe, ante los cuales los creyentes están indefensos. El
Pensamiento de D. Bosco es que la primera acción de la Auxiliadora frente a esta oleada de secularismo, consiste en primer lugar en defender los derechos de Dios, protegiendo a la Iglesia, promoviendo la autenticidad
de la doctrina de la fe y defender la pureza de los corazones cristianos.
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Cosa hoy, mucho más necesaria que ayer. De otro modo se corrompen hasta las obras de caridad. Se puede tener en
cuenta la profunda analogía entre las palabars de D. Bosco y la recentísima intervención de Mons. Crepaldi. Secretario del Consejo Pontificio para la paz y la justicia, en defensa del Papa: La necesidad hoy universalmente sentida de
invocar a María no es particular, sino general; ya no es cuestión de enfervorizar tibios, convertir pecadores, preservar inocentes. Estas cosas son siempre útiles en cualquier tiempo y lugar y para cualquier persona. Pero es la
misma Iglesia Católica la que es atacada. Atacada en sus funciones, en sus sagradas instituciones, en su Jefe, en su
doctrina, en su disciplina; es combatida como Iglesia Católica, como centro de la verdad, como maestra de todos
los fieles... La Santísima Virgen nos ayude a todos a vivir aferrados a la doctrina de la fe, de la cual es cabeza el
Romano Pontífice vicario de Jesucristo, y nos obtenga la gracia de perseverar en su santo y divino servicio en la
tierra , para poder un día alcanzar el reino de la gloria en el cielo .
A las persecuciones de muchos cristianos, crucificados en sentido literal en diversas partes del mundo, a los múltiples intentos de erradicar el cristianismo en sociedades en un tiempo cristianas con violencia devastadora en plano
legislativo, educativo y de costumbres de un modo inaudito, hay que añadir y ya desde hace tiempo, un rabioso ataque contra nuestro Papa Benedicto XVI, cuya grandeza providencial es evidente a los ojos de todos. A estos ataques
hacen tristemente eco todos cuantos no escuchan al Papa, incluso entre eclesiásticos, profesores de teología, sacerdotes y laicos. Éstos no acusan abiertamente al Pontífice, pero ponen sordina a sus enseñanzas, no leen los documentos de su magisterio, escriben y hablan sosteniendo exactamente lo contrario de cuanto dice, animan iniciativas
pastorales y cuclturales en abierta oposición a su magisterio. La situación es grave, porque esta divergencia entre
los fieles que escuchan al Papa y los que no lo escuchan se va difundiendo por doquier, hasta en publicaciones diocesanas y en los institutos de ciencias religiosas dando vida a dos pastorales muy diversas, como expresión de dos
iglesias distintas, sembrando incertidumbre y desorientación entre los fieles.
2. M ARÍA AUXILIADORA COMO EDUCADORA DE LA GRACIA
El don de María Auxiliadora lleva consigo una herencia educativa, “el compromiso delicadísimo de ser
“educadores de la Gracia”, o sea, de saber anunciar y hacer crecer en el misterio de Cristo y en la vida de su Espíritu a los jóvenes de hoy”. En efecto, la sensibilidad salesiana, inspirada en la dulzura y fuerza de la Auxiliadora,
lleva a vivir y a profundizar en una espiritualidad y pedagogía preventiva, caracterizada por una doble atención: por
una parte a la fuerza del bien y a la bondad del hombre, y por otra, a la fragilidad del bien y a la debilidad del hombre.
¡En primer lugar, María es nuestra Auxiliadora ante todo porque ha sido y será siempre como Madre y Reina, la criatura más humilde, olvidada totalmente de sí misma y siempre pendiente de Dios! Sin humildad ni se
soportan las cruces ni hay lugar para la alegría: quien no es humilde anda preocupado de sí mismo, del éxito propio
y del juicio de los demás, de las propias culpas y de la propia santidad. Sin humildad no hay caridad: el alma no se
preocupa exclusivamente de Dios, no desea la voluntad de Dios por encima de cualquier otra cosa, carece de audacia
en la vivencia de la misión que ha rcibido de Dios. Sin humildad falta esa despreocupación, franqueza y energía necesarias para servir al Señor, y que se manifiestan en todo su esplendor en la vida de los santos y en la fecundidad de
sus obras. Grignion de Monfort explica que María ayuda a recorrer todos los grados de humildad: la humilde Virgen
María te hará partícipe de su humildad profunda, por la que te despreciarás, no despreciarás a nadie y amarás el
ser despreciado.
En segundo lugar, la Auxiliadora pone todo su empeño en hacernos crecer en una fe viva y verdadera, firme y
operosa. Sólo Dios sabe lo amenazada que está la fe en los jóvenes, qué insidiosos obstáculos se les presentan delante, por cuánta angustia e impotencia pasan los padres y educadores. Seguimos citando a Grignion de Monfort: La
Santísima Virgen te hará partícipe de su fe: una fe que venció, aquí, la fe de los patriarcas, de los profetas, de los
apóstoles, de los santos... una fe limpia, por la que no tienes que preocuparte mucho por todo lo que es sensible y
extraordinario. Una fe viva y animada por la caridad, que hará que actúes sólo por puro amor. Una fe firme e indestructible como la roca, que hará que permanezcas firme y seguro en medio de huracanes y borrascas. Una fe operosa y penetrante que, como llave maestra y misteriosa, te permitirá penetrar en todos los misterios de Jesucristo,
en los fines últimos del hombre y en el corazón de Dios mismo. Una fe decidida que te llevará a emprender y llevar
a término sin vacilaciones cosas grandes por Dios y la salvación de las almas.
En tercer lugar, María es Auxiliadora porque nos socorre en cualquier necesidad con corazón de Madre:
comprende cuanto llevamos en el corazón, conoce nuestro verdadero bien, viene activamente en nuestra ayuda. El P.
Livio Fangaza tiene una página estimulante: No comprenderemos la maternidad de María si no recurrimos a ella en
el momento de la prueba. Sea la que sea, ella nos escucha para alentarnos y sobre todo para ayudarnos a soportar
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su peso sin quedar aplastados por ella. Quienes se confían a María no caminan solos por el difícil sendero de la
vida. La madre nos toma de la mano. Asume nuestros problemas, angustias, dificultades y miedos. Todo lo nuestro
le interesa a ella directamente y lo tiene siempre en cuenta. Esta solicitud materna no debería maravillarnos, si tuviéramos en la Santísima Virgen la confianza incondicionada que desea que tengan sus hijos. Por desgracia, son
pocos los que tienen esta actitud de abandono filial, y en lugar de presentar a la Madre las propias preocupaciones, se las guardan para sí, rumiándolas hasta la desesperación. Practicar la entrega confiada a María significa
aprender el difícil arte de depositar en el corazón de la Virgen Santísima todo lo que nos aflige y preocupa. Nade
debe excluirse. Confiémosle los problemas, las dificultades, los temores y todas las penas. No dejemos ni siquiera
las pequeñas molestias cotidianas que creemos poder resolver nosotros mismos. Confiemos también a su corazón
las preocupaciones materiales de cada día, porque la Madre de todo se hace cargo. Nos nos avergoncemos de confiarle cualquier disgusto: La Santísima Virgen escucha y comprende como ninguna otra madre es capaz de escuchar y comprender. En el mismo instante en que nos decididmos a confiar a María un sufrimiento, inmediatamente
nos sentimos más aliviados, notamos que el peso ya no es tan abrumador porque un resquicio de esperanza se ha
abierto camino allí donde antes todo eran tinieblas….
En cuarto lugar, la Auxiliadora nos ayuda como ninguna otra criatura a vencer toda clase de tentaciones, allí
donde nuestra inexperiencia, ingenuidad, fragilidad y capricho es mayor, es donde mayor necesidad tenemos de una
Madre atenta y protectora. Grignion de Montfort acertadamente dice que la enemiga más terrible del diablo que
Dios ha creado es María su santa Madre. Desde el paraíso terrenal – aunque ella no estuviese aún presenta más
que en su mente- el Señor le infundió tanto odio a ese maldito enemigo de Dios, y le dio tanta habilidad para descubrir la maldad de esa antigua serpiente, tanta fuerza para vencer, derrotar y aplastar a ese impío orgulloso, que el
demonio la teme, no sólo más que a todos los ángeles y hombres juntos sino, en cierto sentido, más que a Dios mismo. Para vecer las tentaciones es necesaria la gracia, pero para obtener la gracia se necesita el auxilio de María. Las tentaciones son tan insidiosas, que con frecuencia no nos percatamos de ellas y difícilmente sabemos afrontarlas: se presentan aparentemente sin importancia, normalmente con apariencia de bien, pero pretenden directamente nuestro mal, nuestra condenación eterna. Por ello explica el P. Livio Fangaza: Cuando arrecia la tentación,
no queda otra remedio que invocar a María, si no queremos quedar arrollados. La amorosa Madre acude solícita
en nuestra ayuda obteniendo del Corazón de Jesús las gracias que se necesitan para salir victoriosos. Ella conoce
mejor que nosotros la gravedad de la situación y la malicia de quien nos está incitando con sus halagos. Toda tentación tiene una intensidad y una duración, que nunca es superior a nuestras fuerzas y a la gracia que Dios concede para vencerla. En este lapso de tiempo que le es permitido, satanás intenta llevarnos a la rendición, haciéndonos creer que es imposible resistir al mal. Su capaidad de sugestión es tal que fácilmente arrojaríamos la toalla si
no tuviésemos una potente asidero al que agarrarnos... Si nos confiamos a María, ella nos ayuda a vencer las tentaciones, o a afrontarlas no como un soldado novato a punto de caer en una emboscada, sino como un valiente guerrero que ya ha descubierto al enemigo. María, en efecto, ve anticipadamente las insidias de la serpiente y se prepara para actuar y, sin nosotros saberlo, nos prepara espiritualemnte, animándonos a orar, iluminándonos para el
discernimiento e infundiéndonos la fuerza para decidir.
Finalmente, la Auxiliadora nos ayuda a afrontar cristianamente el momento decisivo de la muerte, en el que
nuestra necesidad de ayuda, aliento y protección es más grande. Invocada innumerables veces, tantas cuantas Avemarías hemos rezado en toda nuestra vida, ella estará ciertamente presente en esa hora. Todos los grandes maestros
espirituales han exhortado a vivir el momento de la muerte como un encuentro con el Señor. Y D. Bosco exhortaba
a vivir los retiros espirituales como “ejercicios de la buena muerte”. Para el cristiano la muerte no es algo aborrecible, hay que prepararla y el confiarla a María forma parte de esa preparación
P ARA LA ORACIÓN Y LA VIDA
Hemos meditado sobre la Auxiliadora como educadora de la fe y de la gracia. 1. ¿Mi fe es auténtica, sólida, fervorosa? ¿Se alimenta en las fuentes seguras de la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia y del Papa? ¿Está contaminada por convicciones erróneas y peligrosas? 2. ¿Cómo crezco en la vida de gracia? ¿Cómo lucho contra el orgullo?
¿Cómo afronto las tentaciones? ¿Me confío a María en las pruebas de la vida? ¿Qué pienso de la muerte y cuánto
pienso en la vida eterna?
Pedimos a María su potente auxilio para que la fe pueda ser anunciada con integridad y valentía. Pedimos que no se
apague, ni de debilite la fe en el corazón de los creyentes. Confiemos a María nuestro compromiso de
evangelización y de educación que como Familia Salesiana estamos llamados a vivir en este tiempo de fuerte
secularización y emergencia educativa.
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Juan Pablo II y su confianza en la Auxiliadora y
Madre de la Iglesia
La vida del beato Juan Pablo II atestigua la verdad de su escudo y su
lema: Todo de María para ser todo de Jesús. Con María al pie de la
cruz, para ser con María verdadero discípulo y apóstol apasionado de
Jesucristo y sirvo fiel y generoso de la Iglesia.
El papa en persona ha confiado en alguna ocasión a los salesianos,
inmediatamente después de su elección al Pontificado, que su última visita
a una santuario mariano, antes de su elección como Papa, en septiembre
de 1978, fue a la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco, cuando al
volver de Roma a Varsovia, al comienzo del Pontificado de Juan Pablo I,
pasó por Turín, oró ante la Santa Síndone, en la exposición jubilar de
1987, y estuvo con amor filial orando ante la Auxiliadora, en esta
Basílica, haciendo en solitario, un largo viacrucis. En dos ocasiones ha
venido como Papa y ha visitado los lugares de la tradición y de la santidad
salesiana de Turín y el Piamonte: en abril de 1980 y en el centenario de la
muerte de D. Bosco en 1988.
En particular merecen destacarse tres Ángelus del Papa Juan Pablo II, en
1988, año mariano y año jubilar de la muerte de D. Bosco, que ilustran el
significado y la importancia de la devoción a María Auxiliadora para D.
Bosco, para la Familia Salesiana y para toda la Iglesia
Transcribimos el del 31 de enero de 1988:
“1. En nuestro peregrinar espiritual a los Santuarios marianos, hoy
llegamos con el pensamiento a Turín, a la Basílica de María Auxiliadora. Y lo hacemos con una intención especial,
para mí muy querida: este Santuario es un monumento a la Virgen edificado por san Juan Bosco, del que,
precisamente hoy, recordamos el primer centenario de su muerte. Don Bosco, como es llamado cariñosmente en
todo el mundo y no sólo por la gran familia Salesiana de la que es el fundador, ha profundamente venerado,
amado e imitado a la Virgen bajo el título de “Auxilium Christianorum”; ha difundido constantemente su
devoción, en ella ha visto el fundamento de toda su ya mundial obra en favor de la juventud y de la
promoción y defensa de la fe. Se complacía en repetir que “María se había edificado su casa”, como queriendo
decir que la Virgen había inspirado milagrosamente todo su camino espiritual y apostólico de gran educador, y aún
más ampliamente, cómo María ha sido puesta por Dios como ayuda y defensa de toda su Iglesia.
2. Aún conservo grabado el recuerdo del gran cuadro del altar mayor del Santuario. D. Bosco quiso expresar en él
la visión que él tenía de la función eclesial de la Virgen, la de ser “Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los
cristianos” (cf. “Maraviglie della Madre di Dio invocata sotto il titolo di Maria Ausiliatrice”, 6). En el cuadro, la
Virgen santísima destaca en alto, iluminada por el Espíritu Santo y rodeada por los Apóstoles. El santo había pedido
al pintor Lorenzone que reprodujese alrededor de María los momentos más significativos de la historia, en los que la
Auxiliadora había mostrado su materna y extraordinaria protección a la Iglesia. El artista le dijo que habría
necesitado todas las paredes del templo y no hubiera podido traducir en imágenes la grandiosa visión de D. Bosco.
Pero lo cierto es que el santo veía a la Virgen precisamente en esta inmensa y celestial perspectiva.
3. Ya sabemos que la veneración a María como Auxiliadora precede en el tiempo a su gran devoto D. Bosco; el
título, en efecto, lo encontramos en las Letanías Lauretanas y subraya la presencia activa de María en los momentos
difíciles de la historia de la Iglesia: presencia de salvación inesperada, signo prodigioso de la perenne asistencia del
Espíritu de gracia y de verdad. Hoy día en que la fe se ve sometida a dura prueba, y muchos hijos e hijas del
Pueblo de Dios están expuestos a tribulaciones por su fidelidad al Señor Jesús, cuando la humanidad, en su
camino hacia el gran jubileo del 2000, presenta una grave crisis de valores espirituales, la Iglesia siente la
necesidad de la intervención materna de María: para fortalecer nuevamente la propia adhesión al único
Señor y Salvador, para continuar llevando adelante con la frescura y la valentía de los orígenes cristianos la
evangelización del mundo, para iluminar y guiar en la fe a las comunidades y a cada uno de los fieles, en
especial para educar al sentido cristiano de la vida a los jóvenes, a los que D. Bosco se entregó por entero
como padre y maestro... “Maria Auxilium Christianorum, ora pro nobis”.
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Crónica de Familia
ADMA online
VENEZUELA – “Seguimos de cerca todas la publicaciones en español de ADMAonline y las difundimos a
nivel nacional. El sábado, 9 de abril de 2011 hemos organizado un Retiro cuaresmal con el tema “venid y
veréis: cómo asimilar y promover una cultura vocacional por parte de ADMA” según las exhortaciones
que nos ha impartido nuestro animador P. Luis Azzalini, siguiendo la pauta de nuestro Rector Mayor y
cuando se dice en el art. 14 de nuestro Reglamento. La jornada ha estado animada y dirigida por el P.
Robert Senior, Director de la Escuela Técnica Don Bosco de Boleíta (Caracas). Han participado los socios
de los grupos siguientes: La Dolorita, La Vega, Boleíta, Sarría, y Los Teques (Pan de Azúcar y El Vigía).
También hemos enviado una comunicación a todos los demás grupos de Venezuela invitándoles a
organizar el retiro cuaresmal con el mismo tema, para trabajar así en sintonía” (Ingrid González de Gómez
– Presidente)
La hoja puede leerse en el siguiente sitio :
www.admadonbosco.org/index.php?lang=es
y: www.donbosco-torino.it/
Para cada comunicación se puede dirigir a la siguiente dirección
de correo electrónico :[email protected]
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ADMA online
– Continuamos con nuestro programa de formación para 2011. Además de los temas del
Congreso, de una manera sencilla, hemos añadido otros nuevos con la idea de caminar todos en la misma
dirección. Comunico con gran alegría que uno del grupo de formación ha ingresado en el Seminario
Nacional y esperamos que con la ayuda del Señor pueda ser luz para todos aquellos que siguen de cerca su
camino. También, y dentro de nuestras actividades cuaresmales hemos tenido un retiro, animado por el P.
Carlos, en el que hemos leído la Palabra mediante la Lectio Divina, la meditación, ejercicio de silencio
durante media hora, el rezo del Rosario y, finalmente, la eucaristía. Ha habido momentos de alegría, de
fraternidad y de gran recogimiento. Nuestro Presidente Nacional de ADMA y su mujer Ivette están
viviendo un momento especial por el nacimiento, el 19 de abril, de su primer hijo después de 10 años de
espera. Lo curioso es que es un hijo deseado y pedido a D. Bosco durante muchos años y ha sido durante la
visita de D. Bosco a Panamá cuando se ha producido el gran milagro. El grupo en pleno se ha reunido para
celebrar el acontecimiento (aquí lo llamamos Baby Shower) y hemos ofrecido a los nuevos padres el
cochecito y la silleta para el coche para el nuevo cristiano que se llamará Juan de Dios. Para el mes de
mayo, como actividad de ADMA, estamos preparando la entronización de la estatua de María Auxiliadora
en el Hospital “24 de diciembre”, recientemente inaugurado. Nos preparamos con imágenes, trajetas
conmemorativas, desplegables con la historia de la Virgen Auxiliadora, porque es un nuevo barrio de
personas humildes y queremos que la conozcan y sean sus devotos como lo somos nosotros. La imagen
que regalaremos tiene más de 90 años, y ha ido pasando de generación en generación en la familia
Mayroa, donde ha sido muy apreciada y amada, pero que ha decidido regalarla para que se difunda su
devoción. Son acontecimientos que aumentan nuestra comunión con Jesús y María. (Xiomara ).
PANAMÁ
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ADMA online
DON SEBASTIANO VIOTTI
(*Rivalta Bormida (AL) 25/07/1921† Torino 09/05/2011)
El 9 de mayo el Señor ha llamado junto a sí al P. Sebastián VIOTTI
de 9 años de eded, 71 de profesión y 60 de sacerdocio. El Padre
Viotti ha sido, desde 1988 a 2007, el Animador Espiritual de
ADMA Primaria, manifestando un grande interés en la animación
y en la difusión de la devosión a la Auxiliadora en el mundo entero.
A María lo confiamos, mientras aseguramos nuestra oración.
(Lo recordaremos en forma especial en el próximo número).
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