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Antonio de Jesús Larocca Grosso S.M.C. LA MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARIA: ACONTECIMIENTO, PERMANENCIA Y ACTUALIZACION DE SU PRESENCIA Submitted to the International Marian Research Institute, University of Dayton In Partial Fulfillment of the requirements for the Degree Doctorate In Sacred Theology with specialization in Marian Studies Director: Reverend Johann G. Roten, S.M., PhD., S.T.D. The Marian Library/International Marian Research Institute University of Dayton, OH, USA 2007 PRESENTACIÓN DE LA TESIS INTRODUCCIÓN. María como madre nuestra en la Iglesia de Cristo y como madre de los cristianos, se hace presente como dato de fe por su: singularidad, momento de actualización, relación, término, función, fin y características; acción, aceptación, amor, culto y visión de la vida1. El Concilio Vaticano II, aunque no utilizó la expresión en sí de maternidad espiritual de María, se abocó a la a la doctrina de la participación de María a la Redención pero con el concepto de maternidad espiritual. 2 Ha existido una cierta dificultad en la consideración de una acentuación teológica y espiritual como “madre nuestra” o sin Cristo o sin Iglesia. Esto debido a que, en ciertas corrientes teológicas y espirituales, se ha presentado una tendencia a explicar el contenido teológico de la maternidad espiritual de María con la misma expresión que le equivale lingüísticamente, dando así la impresión de una cierta ambigüedad con respecto a su origen, función y aplicación, inclusive a su contexto teológico. Varios teólogos han tenido la impresión de que la expresión se pueda prestar a distintas interpretaciones; 3 y en un sentido general el discurso se ha mantenido en el ámbito analógico entre maternidad de Cristo y de los miembros del cuerpo místico, que desemboca en la causalidad instrumental de su maternidad salvífica; es decir de María como Mater et Causa Salutis. A consecuencia de esto, sobre todo en Occidente, se ha 1 T.F. Hosanna en Stefano de Fiores y Salvatore Meo, Nuevo Diccionario de Mariología, Ed. Paulinas Madrid 1988, Voz: Madre Nuestra, 1207-1211. 2 Antonio María Calero, María en el misterio de Cristo y de la Iglesia, Editorial CCS/Madrid, 1990, 324; 321, cfr. 99: A. Rivera, Boletín bibliográfico sobre la Mediación, EphMar 24 (1974), 450; 321, cfr. 100: LG, nn. 60.61.62. 3 A. M. Calero, María en el misterio de Cristo…., 324: “Se usan, en efecto, indistintamente, los términos mediación, intercesión, corredención, maternidad espiritual, sin saber siempre exactamente a qué nos estamos refiriendo”. 1 evaluado el sentido cristológico de la maternidad de María y de allí se ha hecho desprender su significado eclesial, pero a veces a detrimento de su significado pneumatológico pleno correspondiente.4 Este vacío pneumatológico del culto y de la doctrina mariana, pudo a su vez dar lugar a un rechazo de la maternidad espiritual de María, sobre todo por aquellos que han considerado errada la apropiación de María de las funciones del Espíritu Santo por la mariología católica; 5 y un excesivo espiritualismo mariano devocional, basado en una maternidad de privilegios, desde una excesiva exaltación del rol de la creatura en la obra de salvación. 6 Esta supuesta dificultad ha podido llevar a un uso teológico y cultual impropio de la misma;7 y en consecuencia para algunos, con respecto al punto de la maternidad espiritual, para evitar mayores complicaciones; se ha considerado suficiente el contenido doctrinal de la Lumen Gentium y la declaración del título de “María Madre de la Iglesia” proclamado por Pablo VI el 21 de noviembre del 1964, queriendo poner así punto final al tema. Pero evidentemente el munus maternum de María sigue necesitando su mayor explicación a la luz del último magisterio y a la luz del contexto cambiante, lo cual amerita seguir profundizando sobre todo en el aspecto pneumatológico y con respecto a las orientaciones eclesiológicas actuales. 4 A. M. Calero, María en el misterio de Cristo….; 349, cfr. 245: H. Mühlen, El Espíritu Santo en la Iglesia, Salamanca 1974, 588-590: “La función del Espíritu Santo en la economía de la salvación debe considerarse como una cooperación en la obra redentora de Cristo…y…, la cooperación de María es, ante de todo y sobre todo, una cooperación con la cooperación del Espíritu Santo en la obra redentora del Hijo”. 5 Jaroslaw Jasanek, Principio Pneumatológico del Culto Mariano, SCRIPTA THEOLOGICA 35(2003/3), 890, cfr. 6: L. Marchand, Le contenue évangelique de la dévotion mariale, en Foi et Vie, 49(1951), 509521; A. Nikos Nissiotis, The Main Ecclesiological Problem of the Second Vatican Council, en Journal of Oecumenical Studies, 2 (1965), 31-62. 6 Alfonso Langella, Maria e lo Spirito, Nápoles, 1993, 226. 7 A. M. Calero, María en el misterio de Cristo….; 349, cfr. 245: H. Mühlen, El Espíritu Santo en la Iglesia, Salamanca 1974, 721, cfr. 250: “La conciencia popular proyecta tal vez en María experiencias que, ante todo y esencialmente son experiencias espirituales, es decir experiencias de la proximidad indecible del Espíritu Santo.”. 2 ACTUALIZACIÓN DE LA FE: ¿DÓNDE ESTÁ TU MADRE? La experiencia profunda de la persona que se puede definir presencial,8 invita a tomar en cuenta la presencia de los demás, así como a nosotros mismos; la madre lo vive haciéndose presente al niño, al mismo tiempo que le transmite con afecto espiritual el don de su vida a través de su presencia maternal, ofreciéndole el pecho y la leche materna, y logra suscitarle el sentido de su ser persona presente: el acto proactivo de la vida. Este acto personal materno-infantil implica una capacidad de recíproca presencia, que permite la autodonación (Juan Pablo II, Familiaris Consortii) y que tiene su origen en la persona misma y en su reciprocidad comunional esponsal, del cual se deriva la fecundidad y la generación filial; el misterio de Dios se revela presente y actuante en comunión con los hombres y las demás creaturas. Se puede entender la presencia de Cristo cabeza y la presencia maternal de María dentro de esponsalidad; la comunión de los santos, cuya presencialidad promueve la presencia del que se identifica y es fiel.9 Esto tiene una importancia fundamental en el proceso de personificación presencial, de presencialización de la persona humana, de personeidad. Cuando se habla de la existencia de Dios, se entiende la valoración desde el amor al prójimo y la importancia del ser personal, que no puede desentenderse de un razonamiento filosófico que lo lleve al teológico, así como el antropológico personalista lleva al discurso de la persona presente en Dios y en el prójimo como en sí mismo. “Mucho contribuye, finalmente, a esta afirmación de la presencia de Dios el amor fraterno de los fieles, que con espíritu unánime colaboran en la fe del Evangelio y se alzan como signo de 8 9 Es un neologismo personal que significaría persona con capacidad y conciencia de estar presente. Scout Hann, La cena del Señor. La misa, el cielo en la tierra, Ed. Patmos Madrid 20059, 149-150. 3 unidad”.10 Las evidencias primigenias del universo; estas leyes fundamentales de la vida, encuentran en el signo de la madre y del hijo la expresión de las promesas originales antes del mismo pecado, la fe nos revela claramente que la razón de la creación no contiene sólo un mensaje matemático sino también moral.11 Algunos autores hablan del principio maternal divino que superaría todo elemento de contradicción en un principio de continuidad relacional recuperado y entrelazado al modelo del principio, principio de equilibrio dinámico, procesual, dentro de lo espacial y temporal, pero de equilibrio inmanente dentro de lo eterno, un análogo del Logos, donado por Dios a su creación en la manifestación de su gloria como expresión de la gloria de su gracia; lo maternal de lo filial para cada hombre para siempre: “Si conocieras el don de Dios”12 “Él te habría dado agua viva”. Este sería la realización del don maternal de María para todos los hombres. El documento ¿Dónde está tu Dios? La fe crisitiana ante la increencia religiosa, 13 hace en general un análisis de la sociedad actual, sobre todo occidental europea, frente a la crisis de fe y el surgimiento de un neopaganismo. Hablando de la nueva religiosidad, habla de una religión del yo fuertemente espiritualizada, pero encerrada sobre sí misma, incapaz de abrirse al infinito, con un profundo narcisismo de una sociedad satisfecha de si misma, en una actitud de atonía religiosa, sin fundamentos ético-morales sustanciales. Existe una búsqueda de misticismo, sobre todo en las religiones orientales, acompañada por una despersonalización de Dios; el desafío del 10 Documentos del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes…, n. 21. J. Ratzinger, Dios y el mundo, una conversación con Peter Seewald. Las opiniones de Benedicto XVI sobre los grandes temas de hoy, Círculo de Lectores, Barcelona 2002 y 2005, 130-131. 12 Jn 4, 10. 13 Cardinal Paul Poupard y el Pontificium Consilium de Cultura, ¿Dónde está tu Dios? La fe crisitiana ante la increencia religiosa, 2004. 11 4 Dios tripersonal en relación con la personeidad (neologismo que se refiere a la personalidad persona) de cada ser, hace que la religión y la búsqueda religiosa se centre en el yo y pierda el sentido la religión del tú y del otro como parte de la definición del yo mismo. Al alejarse la relación de encuentro diálogo e presencia de amor con Dios en las relaciones esenciales de la Trinidad, origen del camino de salvación a través de las sucesivas alianzas establecidas con los hombres, se vacía la experiencia relacional con Cristo personal y personalizadora. La llamada a la vida interior de adhesión a los misterios de vida, de cruz y de resurrección, se aleja y se desvanece frente al llamado no egoísta de vivir la relación de presencia, encuentro y acontecimiento de amor entre Dios y la persona, en la persona. En los países desarrollados y no; el fenómeno de la globalización se extiende como modelo cultural post cristiano; y en muchos países del tercer mundo se vive, según el documento, entre tendencias de fe auténtica de eclesialidad local; comunidades y grupos y situaciones generalizadas, donde se unen experiencias de vida ritual cristiana percibidos más en su función cultural, o como expresión político social de lo histórico religioso correspondiente, donde se toma en cuenta el perfil cristiano porque hace parte de la herencia tradicional recibida, asumida y perpetrada a las nuevas generaciones. El texto habla de una exaltación del hombre en el centro del universo y repite una expresión de Juan Pablo II “…el intento de hacer prevalecer una antropología sin Dios y sin Cristo” con el peligro progresivo de abrir un campo para el libre desarrollo del nihilismo en la filosofía; del relativismo en la gnoseología y en la moral; y del pragmatismo y hasta del hedonismo cínico en la configuración de la existencia diaria.14 El documento percibe una progresiva limitación histórica de la presencia de los cristianos 14 Juan Pablo II, Ecclesia in Europa…, n. 9. 5 en el mundo, por la existencia de ex cristianos, diría también de ex católicos, decepcionados por la experiencia eclesial de testimonio, de administración de falta de ejemplaridad moral que muestran una desafección una descreencia. Al mismo tiempo se refiere al fenómeno de los recomençants, los que comienzan de nuevo y que regresan después de un tiempo de crisis religiosa. En este proceso de evangelización frente a la cultura de la increencia y de la indiferencia, la evangelización de las personas como personas a partir de la persona de Cristo, promueve un impulso regenerador que motiva a la iglesia a una actuación presencial dentro de la vida pública y privada, recordando las palabras de San Agustín: “Hasta el fin de los tiempos, entre persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, la Iglesia continúa su peregrinación”. 15 Y esto la Iglesia lo busca de realizar en el seno de la sociedad pluralista, pero también dentro de sí misma, redescubriendo la forma de presentar la adhesión vivencial a los misterios de Cristo y de ella misma a partir del redescubrimiento de los valores relacionales de la presencialidad del encuentro y de acontecimiento, de forma que lo antiguo y lo nuevo se fundan en una sola acción vital. Los mismos medios de comunicación, que realizan técnicamente y tecnológicamente todo tipo de relacionabilidad del ser humano; toman en cuenta no sólo la imagen, la palabra, los gestos; sino también la presencia, como elementos que no se pueden descuidar en un proceso de evangelización que se inserta en las culturas de los pueblos, para no descuidar, frente al privilegio de la imagen, la realidad y el contenido de la fe que se vive. La Iglesia redescubre en sí misma el valor de las relaciones personales, sobre todo 15 S. Agustín, La ciudad de Dios, XVIII, 51, 2; En Obras Completas XVI-XVII, Trad., Santamaría y Fuertes, B.A.C. Madrid 1988. 6 en las parroquias, en las comunidades y en la realidad familiar, para poder manifestar el gozo de pertenecer a la Iglesia, familia de Dios. Dentro de este contexto, el documento finaliza con la presentación de la vía del amor, anticipando así el documento Deus Charitas est Roma 2006, de Benedicto XVI, sobre la globalización del amor como alternativa universal y particular para mantenerse firmes al frente de la lucha entre la cultura de la vida y de la muerte. Aquí se inserta la perspectiva de la profundización de la relación con la Madre de Dios, que permanece dentro de la crisis de relaciones y de relacionabilidad del ser humano actual. La relación recíproca, interpersonal, preactiva, presencial, de la madre, del hijo y de los hermanos; expresión al mismo tiempo de lo esponsal realizado en lo paternal referencial subyacente con su nexo cielo-tierra humanodivino, vida, muerte, salvación y perdición, presencia-ausencia; mantiene su validez a nivel persona individual y sociológico de masa y se presenta vigorosamente como propuesta de evangelización, inculturación y promoción humana, como una propuesta reintegradora unificante, llena de esperanza y consuelo para todos. JUSTIFICACIÓN. El propósito de este trabajo es el de valorar el recorrido doctrinal que concluye en el magisterio de Pablo VI y de Juan Pablo II en el cual se unifica el concepto y la expresión y la materia de culto correspondiente, para relanzar así la motivación sobre la temática de la maternidad espiritual de María, entendida como presencia maternal, a partir del Espíritu Santo y de su acción en cada uno, así como en la Iglesia. En María, el Espíritu fue el que determinó el modo de obrar a partir del misterio del Hijo y del misterio de la Madre; y de la singularidad de condición mujer, virgen y 7 fecunda. El Espíritu opera en la reciprocidad de la comunión y participación con el Padre y el Hijo, e introduce a María para introducirnos a todos en el misterio de unión, por la misma gracia operante en el misterio de la salvación. Por eso la acción del Espíritu le da a la maternidad su carácter integral interpersonal en función del Hijo y en función de los hombres de fe; hijos por adopción, y su característica de presencia ejemplar y ejemplarizante.16 El actual magisterio, partiendo de la experiencia tradicional de la Iglesia, orienta la atención de la doctrina hacia la profunda relación entre María y el Espíritu Santo, dentro de su maternidad, que abarca el misterio de la Encarnación y el de la Salvación. Ahora bien, para poder justificar una investigación sobre el tema de la maternidad espiritual de María, cuando parece que se ha dicho todo sobre esto, es útil comprender el presente contexto eclesiológico y el momento pastoral de encuentro cultural y social que se está viviendo en la dimensión antropológica, en el cual nace y se desarrolla la propuesta de trabajo, para así vislumbrar la actualidad de este tema. Una mariología sin la comprensión de la dimensión diacrónica y sincrónica que el Espíritu sugiere, sea en el aspecto histórico-salvífico como en el aspecto humano intra histórico, una mariología por ende no inculturada, 17 y que puede desencajar de la evolución que ha mantenido doctrinalmente desde el comienzo en el proceso de la jerarquización de la verdad,18 a la cual nos va ordenando el Espíritu en la consecución de la perfección; 19 y puede perder esa función hermenéutica que acompaña siempre la 16 Juan Pablo II, Encíclica, Redemptoris Mater, 25 de marzo del 1987, n. 44. C.E.L.A.M., Documento de la IIIª Conferencia General, del Episcopado Latíno Americano, de Puebla, 1979, n. 282, n. 446; Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Post sinodal, Ecclesia in America, 1999, n. 11. 18 Documentos Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio, 1964, n. 11. 19 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editrice Vaticana, 19922, n. 79 y n. 684. 17 8 historicidad de la Iglesia: “No se puede hablar de la Iglesia si no está presente María”;20 al mismo tiempo, la doctrina cristiana sin la mariología y la devoción mariana que se genera puede hacer del Evangelio una ideología; un racionalismo espiritualista y estéril.21 Por último la mariología nunca puede perder el sentido escatológico de sí misma, como hecho cristológico y eclesiológico; y la maternidad espiritual, oportunamente entendida y ubicada a nivel pneumatológico, como un nuevo Pentecostés, puede mantener el sentido peregrino que le pertenece a la proclamación e instauración del Reino entre nosotros,22 y llevar a la culminación del proceso de santificación dentro de la Iglesia y en cada creyente.23 STATUS QUAESTIONIS Para entrar en el ámbito de la discusión sobre la maternidad espiritual, es importante considerar la crítica planteada en los años 50 por los ambientes protestantes con respecto a la relación de apropiación María-Espíritu Santo de la Iglesia Católica;24 crítica que ha tenido tomarse en cuenta con respecto a este trabajo sobre la maternidad espiritual, entendida no sólo desde un punto de vista teologal, metafísico y ético, que es propio de la espiritualidad cristiana; sino en la relación en sí de María-Espíritu SantoIglesia que expresa su maternidad. La mariología como disciplina puede tener una 20 Pablo VI, Exhortación Apostólica, Marialis Cultus, 2 de febrero del 1974, n. 28; Doc. de Puebla, n. 291. Documento de Puebla…, n. 301. 22 Pablo VI, Exhortación Apostólica, Evangelii Nuntiandi, 8 de diciembre del 1975, n. 82; Doc. de Puebla, n. 303. 23 Doc. de Puebla…, n. 333. 24 J. Congar, Marie et l´Église chez les protestants, Et Mar BSFEM X, 1952, pp. 86-106; Gorsky Horst, Die Niedrigkeit seiner Magd: Darstellung und theologische Analyse der Mariologie Martin Luthers als Beitrag zum gegen wärtigen lutherisch-romisch-katholischen Gespräch, Frankfurt am Main; New Cork: P. Lang, 1987; F. Lambíasi, Maria al posto dello Spirito Santo?, en Rivista del clero italiano 74, 1993, 420-433. 21 9 metodología que reúna, según el sentido del nexus mysteriorum, varias claves de lectura y de desarrollo, entre las cuales la pneumatológica, sea en el aspecto hermenéutico bíblico,25 como en el aspecto doctrinal teológico.26 La pneumatología hacia María encaja con la antropología, la escatología y la eclesiología 27 y por lo tanto se vuelve una clave donde la María pneumatófora, pneumática y pneumatiforme, aclara y destaca la personeidad28 de la mujer de Nazaret, no como un sujeto objeto de su propia santificación, sino como una auténtica persona interactiva en el proceso de personificación y eclesialización propio y de muchos. Alfonso Langella29 en su reflexión del tema, recuerda entre varios autores de teología sistemática como F.X. Durrwell, A. Pizzarelli, J.C.R. García Paredes, G. Colzani,30 el aporte de E.Schillebeeckx, que reconoce para el futuro de la mariología la exigencia de “una mariología cristológico-pneumatológica desarrollada exclusivamente sobre una base neotestamentaria” donde se pueda conjugar no sólo el aspecto cristológico, sino también el aspecto eclesiológico en la reflexión a María.31 Langella explica que de la comprensión de la “llena de gracia” en clave pneumatologica, de la figura de María, se desarrolla la doble relación de la Virgen con el Espíritu: como una transparencia de la acción del Espíritu en su vida y como una pneumatoforía, entendida como una instrumentalidad pneumática, que suscita y fomenta 25 Mario M. Masini O.S.M., Lectura secondo lo Spirito dei testi biblico-mariani, 353-383 en: AA.VV., L’ Ermeneutica Comtemporanea e i testi biblico-mariologici, Marianum, Roma 2003. 26 Eliseo Tourón del Pie, Colocación y conexión de la mariología, en “La mariología nell´organizazzione delle discipline teologiche, collocazione e metodo”, Atti dell´8º Simposio Internazionale Mariologico, Roma 1990, 307-322. 27 Eliseo Tourón del Pie, Colocación y…, 307-334. 28 Neologismo personal que significa la personalidad del ser persona. 29 Alfonso Langella, Maria e lo Spirito Santo nella riflessione teologica degli anni 90 (1990-1996), Marianum LIX 1997, 431-464, además se puede encontrar una rica bibliografía sobre el tema de María y el Espíritu Santo al final del texto, 229-251. 30 Alfonso Langella, Maria e lo Spirito Santo…, 433, cfr.5-6-7-8-10. 31 Alfonso Langella, Maria e lo Spirito Santo…, 433, cfr. 10: E.Schillebeeckx-C. Halkes, María, ieri, oggi, domani, Brescia 1995, 48-54. 10 la acción del Espíritu en los otros; como una colaboración (1 Cor 3,9; 2 Cor 6,1). De esta manera con la contemplación de la acción del Espíritu Santo en la Virgen María, se puede evitar el desenfoque del rol de la creatura en la obra de la salvación, y así facilitar el diálogo ecuménico correspondiente.32 De allí se desprenden los carismas de María: la profecía en el Magníficat, la sabiduría (Lc 2, 19.51) y la maternidad espiritual (Jn 19, 25-27).33 De esta manera, para Langella, la pneumatología paralelamente a las otras disciplinas dogmáticas, entra “a pieno diritto nella mariología”. R. Casasnovas, citado por el autor en el mismo artículo,34 plantea que la relación María Espíritu Santo se manifiesta en la Encarnación, en el origen de la Iglesia y en la salvación del hombre; en los encuentros realizadores sea en el aspecto descendente como en el aspecto ascendente, por lo cual el misterio de Dios es dado a los hombres y de los hombres se devuelve a Dios. Ambos autores, Langella y Casasnovas, coinciden en afirmar que la mariología pneumatológica pone siempre de manifiesto la cooperación del Espíritu santificador y de María en las mediaciones cristológicas y eclesiológicas, de manera que se evidencia un encaje entre teología trinitaria, eclesiología, antropología teológica y escatología y en el plan de la vida cristiana: en la oración, en la vida moral y espiritual, en la vida sacramental y en el ecumenismo.35 Y esto, a nuestro criterio, sí puede reforzar la comprensión exacta de la maternidad según el Espíritu en María. En la mariología preconciliar, muchos autores han tratado el tema de la maternidad espiritual en los distintos tópicos correspondientes, pero dado que no son 32 Alfonso Langella, Maria e lo Spirito Santo…, 226. Alfonso Langella, Maria e lo Spirito Santo…, 435. 34 R. Casasnovas, Mariología y Pnuematología, en Ephemerides mariologicae 42 (1992), 363-371. 35 A. Langella, Maria e lo Spirito Santo…, 436, cfr. 19-20-21; del mismo autor, Maria e lo Spirito nella teologia católica post-conciliare, 1999, 167-225. 33 11 parte de nuestro trabajo, no vamos a profundizar en ellos, sino solo en un sentido general. Lo que se puede decir es que tratan el sentido tradicional haciendo un valioso aporte desde el punto de recolección y estudio patrístico; sobre todo del texto de Juan (Jn 19, 2527) y del magisterio de distintas épocas, donde directamente o indirectamente se menciona el tema. Pero indiscutiblemente con la maternidad espiritual, al igual que con la mediación, la corredención, la intercesión; emerge, desde un estudio de ellos, una realidad metodológica donde entra en juego un proceso largo de transposiciones mariológicas, cristológicas, eclesiológicas y pneumatológicas, que afecta pero no rompe, la unidad de la evolución doctrinal subsecuente a la evolución dogmática propiamente dicha. Recordaremos la historia de las distintas proposiciones dogmáticas en la primera parte del siglo pasado que se fueron alternando, intercalando con un proceso fuerte de discusiones y confrontaciones intra eclesiales. Por lo cual, a nuestro criterio, el aspecto mariológico-pneumatológico en la maternidad ha estado siempre presente, pero no evidenciado suficientemente. Quién sabe si el aporte antropológico teológico bíblico era necesario para la mejor identificación del rapport intra personal e interpersonal por el Espíritu Santo en el tema de la gracia, de la salvación y de la justificación El cuestionamiento hasta la solución doctrinal conciliar plantea el problema de la gracia de la justificación por la fe en Cristo Jesús y la cooperación a la gracia y los méritos, que es donde, a nuestro parecer, está verdaderamente ubicado en el tema de maternidad espiritual de Maria a partir de la revisión del Concilio Vaticano II; es bueno al respecto, interpretar lo que Sanders de forma crítica presenta, desde su visión protestante, sobre la 12 relación entre gracia y misericordia en el Judaísmo.36 Puesto especial tiene en nuestra investigación la posición del Padre T. Koehler S.M. cuyo aporte silencioso y sistemático se sustancializa en la continua investigación sobre la maternidad espiritual a lo largo de su rica producción pre conciliar y post conciliar, donde el autor se desarrolló hasta intuir fundamentalmente la relación entre causalidad instrumental y actuación del Espíritu en María y con María dentro de su maternidad espiritual.37 Por otra parte no se puede no mencionar a J.M. Salgado, 38 quien publicó un trabajo excelente sobre la maternidad espiritual, donde muestra una exposición histórica más bien afianzada sobre la presencia del concepto doctrinal con sus fundamentaciones bíblicas, patrística y magisterial. No se preocupa del aporte teológico de distintos autores y por eso busca, a nuestro parecer, una visión de conjunto que él logra en el sentido analógico del concepto de maternidad espiritual, ampliándolo hacia unas implicaciones neotomistas, que justifican la relación de la maternidad espiritual con el título devocional tradicional de María Mater Misericordiae; estudio que en sí no valora ni evidencia realmente la relación María-Espíritu Santo en la maternidad espiritual, a pesar de que lo trate en otros escritos anteriores.39 También Xavier Pikaza recuerda en esta línea de trabajo los aportes de H. Mühlen, D. Bertetto, H. Urs von Balthasar, de A. Amato, Stefano de Fiores, R. Laurentin, 36 “…and with the merits of those forefathers explicity in view, God treated their descendants more mercifully than they deserved”, S. Westerholm, Perspectives Old an New on Paul, Cambridge, 2004, cap. XVII, 246. 37 Mater Fidei et Fidelium, Collected Essays to Honor Théodore Köehler on His 80th Birthday, Marian Library Studies, A New Series, Volume 17-23, 1985-1991, University of Dayton, Ohio, Johann G. Roten S.M., “Affetto al suo piacer quel contemplante”, 30-31, 41. 38 J.M. Salgado O.F.M., La Maternité spirituelle de la Trés Sainte Vierge Marie, Studi Tomistici 36, Librería Editrice Vaticana, Roma 1990. 39 J.M. Salgado, Pneumatologie et mariologie. Bilan actuel et orientation posibles, en Divinitas 15 (1971), 421-453. 13 H.M. Manteau-Bonamy, L. Boff, entre otros;40 pero haciendo la salvedad que no siempre en ellos se manifiesta explícitamente esa linearidad entendida en nuestro trabajo de la maternidad espiritual hacia la maternidad según el Espíritu Santo, hecho que ha ido paulatinamente emergiendo a lo largo de la investigación en una relectura sistemática con orientación pneumatológica a nivel escriturístico, patrístico, tradicional y magisterial. Salgado de una manera consecuencial pone en evidencia la continuidad del magisterio hasta el último de Juan Pablo II, quien unifica a lo del largo del recorrido la doctrina la maternidad en el orden de la gracia y según el Espíritu, con la fe viva en el culto y la devoción a María. 41 Esta síntesis se manifiesta sobre todo en la Encíclica Redemptoris Mater (1987) con el tema de la presencia maternal de María, sobre la que se desarrolla la última parte de la investigación; y Salgado lo menciona sin mayor énfasis citando a J. Galot.42 Indudablemente muchos otros autores, entrelazados a eventos de la historia de la Iglesia y al magisterio, pueden ser recordados al respecto y sarán tratados en la investigación, lo importante es mantener los criterios de discernimiento que pneumatológicamente nos pueden ayudar a profundizar en este misterio de la presencia relacional materno filial, que se genera y se renueva continuamente haciendo de la Iglesia un continuo Pentecostés mariano. En este lapso histórico al cual hacemos referencia, la doctrina de los últimos 50 años post conciliar se hace imprescindible el criterio de la Dei Verbum, 43 donde Escritura, Tradición y Magisterio de la Iglesia están unidos y ligados de manera que no 40 Xavier Pikaza, María y el Espíritu Santo, S. T. Salamanca, 1981, 52-82. J.M. Salgado O.F.M., La Maternité spirituelle de la Trés Sainte…, 171, n. 44. 42 J.M. Salgado O.F.M., La Maternité spirituelle de la Trés Sainte…, 169, cfr. 5: J. Galot, Marie et le Mystère du Christ, en Esprit et Vie, n.9, marzo 1981, 134. 43 Documentos del Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 1964, n. 10. 41 14 puedan subsistir a solas cuando hablamos de doctrina.44 Muy bien se refiere a esto texto del magisterio, aún no explícitamente, Jean Marie Salgado en su obra dedicada a este tema de María y al Evangelio de San Juan.45 La Dei Verbum46 recuerda que los tres, singula suo modo contribuyen, bajo la acción del Espíritu Santo (sub actione unius Spiritus Sanctus), a la salvación de las almas. El trabajo arranca en este sentido a partir del aporte último magisterial del capitulo VIII de la Lumen Gentium;47se condensa en la Redemptoris Mater de Juan Pablo II48, cuyo eco se puede encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica;49 que remarca la relación lingüístico conceptual doctrinal de la definición de spiritual maternitas (la nueva maternidad) su bases bíblicas y tradicionales con la maternidad según el Espíritu en la Iglesia: “es su maternidad en el Espíritu Santo” 50,…”la maternidad espiritual, nacida de lo profundo del misterio pascual del Redentor del mundo” 51 ,…”Por consiguiente, María acoge, con su nueva maternidad en el Espíritu, a todos y a cada uno en la Iglesia, acoge también a todos y a cada uno por medio de la Iglesia.”52,…,”y la venera como 44 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editrice Vaticana, 19922, n. 97:”La Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la Palabra de Dios...”; n. 100: “El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiado únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él.”. 45 Jn 19, 25-27: “L´exégêse après le Concile, eut à rejondre le Magistère sur un terrain exploré par lui de longue date, en exploitant le texte de s. Jean en faveur de la Maternité spirituelle. On peut dire que le Magistère lui tendait la main. Aujourd´hui c´est le Magistère qui accepte la main tendue par l´exégèse…Théologiens et et exégètes doivent travailler sous la direction du Magistère et ne pas prétendre former un magistére parallèle” J.M. Salgado O.F.M., La Maternité Spirituelle de la Trés Sainte Vierge …., 173. 46 Documentos del Concilio Vaticano II , Dei Verbum..., n. 10. 47 Documentos del Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 1964, nn. 61-63. 48 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, nn. 43-47. 49 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica…, nn. 967-970. 50 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 44a: “agitur de eius maternitate in Spiritu Sancto”. 51 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 44b:”maternitas spiritualis, exorta e profundo mysterii paschalis Redemptoris mundi”. 52 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 47b:”Qua-propter Maria, nova maternitate in Spiritu praedita, complectitur universos et unumquemque in Ecclesia, complectitur universos te unumquemque ope Ecclesiae”. 15 madre espiritual de la humanidad y abogada de gracia”.53 El principio de unidad por el Espíritu se refleja en la maternidad singular de María, que se mueve desde la Anunciación hasta Pentecostés; y se proyecta en la misma misión del Hijo y del Espíritu en la Iglesia. De esta forma la maternidad espiritual de María adquiere en relación profunda con la evangelización escatológica de la Iglesia transformándose en el modelo mismo “exemplar” de la maternidad, 54 que produce unidad, como relación materno filial movida por el Espíritu, presente en el misterio de la Iglesia “agitur de eius maternitate in Spiritu Sancto”.55 De esta manera lo ejemplar se entiende como tipificante, es decir, sería expresión y realización de la relación reciproca entre la persona y la persona del Espíritu Santo en la vida de la gracia. En la misma conclusión del documento56 Juan Pablo así relaciona la intercesión de María como madre espiritual en el camino-cambio original (en oposición al pecado original) de acercamiento del hombre a Dios entre caídas y levantadas cooperando en la divinización “Deificationem” del hombre con la humanización “Humanizationem” 57 del Hijo consubstancial al Padre, por obra del Espíritu. Y María se hace presente maternalmente entre estos dos misterios de la salvación: de la misma manera está presente en nuestra vida compartiendo el mismo Espíritu y el mismo Cristo: “Todo lo creado y, más directamente el hombre, no puede menos de quedar asombrado ante este 53 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 47d:”ut matrem quidem hominum spiritualem et gratiae advocatam veneratur”. 54 Ver el significado del término en latín de toma origen en P.G. W. Glare, Oxford Latin Dictionary, Oxford Press 1996, p. 639, entendido como exemplar-aris n. con los significados posibles: original pattern, archetype, example for imitation; y en exemplum: n. 6: an example for imitation, according to the example on the model on the analogy of, applied to persons as objects of imitation. 55 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 44. 56 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, nn. 51-52. 57 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 51c: este término “humanización” se encuentra en el texto latín original del documento. 16 don, que ha llegado a ser partícipe en el Espíritu Santo”.58 Hacer un recorrido histórico-doctrinal no implica lo antológico sino lo procesual entre lo escriturístico y la tradición viviente que es la Patrística, el aporte teológico a través del tiempo y el magisterio; donde la relación María, Espíritu Santo, Iglesia se va paulatinamente ensanchando junto al significado de la maternidad.59 “La vergine Maria (é), Madre di Dio e Icona della Chiesa, Madre spirituale che intercede per i discepoli di Cristo e tutta l´umanitá”.60 METODOLOGÍA. CRITERIOS GENERALES: En este trabajo de investigación sobre la maternidad espiritual de María se ha tomado en cuenta el desarrollo magisterial post conciliar sobre el tema. La nota trinitaria, cristológica y eclesiológica de la mariología, así como la presenta la Marialis Cultus,61 hacen emerger la orientación pneumatologia y escatologica correspondiente para una mayor profundización de la maternidad espiritual.62 “La promessa e la realizazzione del dono dello Spirito si trovano cosí inquadrate nel loro ambiente proprio, l´escatología que va attuandosi; pneumatologia ed escatología son profundamente connesse come lo sono cristologia ed ecclesiologia, pneumatologia e cristologia. L´esaltazione, la glorificazione di Gesú e la comunicazione dello Spirito ai credenti sono inscindiblemente 58 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 51c:“Tota creatura ac potentissimum homo facere non potest quin propter hoc donum obstupescat, cuius factus est particeps in Spiritu Sancto”. 59 Ver Achille M. Triacca S.D.B., Maria e la Chiesa in Eusebio Gallicano, Virgo Fidelis, C.L.V. Roma 1982, 341-293. 60 Juan Pablo II, Ut unum sint, 79, en Pablo VI, Exhortación Apostólica, Evangelii Nuntiandi, 8 de diciembre del 1975, vol. 14, n. 2835, 1662-1663. 61 Pablo VI, Exhortación Apostólica, Marialis Cultus, 2 de febrero del 1974, n.25. 62 Pablo VI, Exhortación Apostólica, Marialis Cultus…, n.27. 17 unite, formano lo stesso unico mistero”.63 También debido a la relación profunda con la devoción mariana tradicional de la Iglesia, el tema de la maternidad espiritual no puede quedar ajeno a los criterios generales dados por el mismo magisterio sobre la orientación para el culto mariano: el bíblico, el antropológico, el ecuménico, el litúrgico64. CRITERIOS PARTICULARES: A pesar de que se ha dicho mucho y se ha escrito mucho en el pasado sobre el tema de la maternidad espiritual; es importante poder valorar la dimensión pneumatológica de María después del aporte de la Lumen Gentium 65 que emerge en Pablo VI 66 y se expresa en la Redemptoris Mater. 67 Esta relectura refuerza la comprensión de la maternidad en clave escatológica,68 y a su vez ayuda a la comprensión teológica de la presencia espiritual-maternal de María en el contexto histórico eclesial que el mismo Juan Pablo II subraya. Esto ha ameritado un mayor estudio con el aporte teológico interdisciplinario y de la reflexión sobre el culto mariano correspondiente.69 CRITERIO BÍBLICO EXEGÉTICO A PARTIR DE JUAN 19, 25-27: 63 G. F.Gerraro, Lo Spirito e Cristo nel Vangelo di Giovanni, Brescia, 1984, 302; Cettina Militello, Maria con occhi di donna, 1999, 247-256. 64 MC, Pablo VI, Exhortación Apostólica, Marialis Cultus, n.29. 65 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.56. 66 Pablo VI, Epistulae Emmo. P.D. Leoni Iosepho S.R.E. Cardinali Suenens, Mechliniensi-Bruxellensi Archiepiscopo, ob Marianum ex ómnibus nationibus Conventum peragendum, en -Acta Apostolicae Sedis67 (1975), 354-359. 67 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, nn. 44-47. 68 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editrice Vaticana, Edición en español de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, 19922, 778, tomado del Glosario, voz: Escatología: “La palabra griega eschatón que significa último. La Escatología a lo que se refiere a todo el campo de la fe cristiana que habla de las “postrimerías“, y de la venida de Jesucristo en el último día: nuestro destino humano, la muerte, el juicio, la resurrección de los muertos, el cielo, el purgatorio, y el infierno. Todas estas realidades se mencionan en los artículos finales del Credo” 1001, 1020-1050; cf. 2771. 69 Jaraslaw Jasianek, Principio pneumatológico del culto mariano, Scripta Theologica 35, 2003/3, 889-902. 18 En la Lumen Gentium 70 y en la Redemptoris Mater; 71 el Evangelio de Juan corresponde a la fundamentación bíblica y exegética más tradicional que se pueda encontrar para comprender desde la revelación la nueva maternidad de la Madre del Redentor: la maternidad espiritual, que nace de lo profundo del misterio pascual.72 Desde este texto se puede releer mariologicamente Juan, Lucas y Pablo y descubrir una posible interrelación, de tipo pneumatológica, intra sinóptica, sobre el tema de la maternidad espiritual de María a partir de dicha perícopa. Es necesario reportar la actual investigación que ha estimulado esta parte del trabajo. Algunos autores interpretan que es la influencia de la mujer del kerigma de Pablo, la mujer gynê de Galatas,73 la que ha influenciado las comunidades del discípulo amado y es al mismo tiempo el signo de la Nueva Eva que contiene en nuce la mariología que se despliega del kerigma joánico. Este elemento mariológico implícito en Pablo, recorre internamente todo el cuarto evangelio y el Apocalipsis.74 Este dato se puede avalado por el dato histórico, que desde la muerte del Pablo alrededor del 67, es que se desarrolla el ministerio de Juan en Asia Menor.75 De esta forma se han abierto elementos intratestamentarios que han aportado elementos de interpretación novedosos para este trabajo sobre la relectura de la exégesis bíblica tradicional sobre la maternidad espiritual a partir del Evangelio de Juan.76 Esta maternidad expresada en el cuarto evangelio recorre a lo largo de la historia 70 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n. 63. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 44. 72 “Worlds of the text: 1. The world behind the text, 2. The world within the text, 3. The world in front of the text, 4. The world of the text itself”, en Bertrand A. Buby SM, A jorurney through revelation, a message for the New Millennium, Alba Hause New York 2000, 156. 73 Gal 4, 4-5. 74 Enrique De La Lama, La madre de Jesús en el Kerigma de Pablo, ScrdeM, Torreciudad Huesca España, Serie II, número III, año 2006, 129-130, cfr. 86: Javier Ibáñez-Fernando Mendoza, El Hijo de Dios, nacido de Mujer, Gal 4,4 en la Patrística griega de los siglos I y II, Estudios Marianos, 1998, 487-514; cfr. 87: Charles Harold Dodd, Interpretación del Cuarto Evangelio, Cristiandad, Madrid 2004, 22-24. 75 Jean Dauvillier, Les temps apostoliques, 1er siècle, en Gabriel Le Bras (dir.), Histoire du Droit et des Institutions de l´Église en Occident, t. II, 266-271. 76 Jn 19, 25-27. 71 19 de la Iglesia muchos autores, padres y doctores, que han sido inspirados a descubrir en este acto no sólo un hecho relativo a una piedad filial maternal sino como a un hecho de connotaciones enmarcadas bajo la acción del Espíritu Santo. La presencia maternal de María al pie de la cruz; su misión no sólo eclesial sino también pneumatologica, permanece de pie hasta que en el Espíritu y por Cristo se cumpla esta palabra de Juan (Jn 19, 25-27) de forma pleromizada. CRITERIO LITERAL: El contexto general del trabajo se encuadra en el desarrollo de la investigación mariológica que busca profundizar la relación arcana entre el Espíritu de Dios y la Virgen de Nazaret y su acción sobre la Iglesia.77 Por lo tanto se ha utilizado en este trabajo la parte bíblica correspondiente presente en la doctrina sobre la maternidad espiritual y asociado su uso a la explicación del término Spiritualis Maternitas y las demás expresiones citadas en los autores o textos correspondientes estudiados. También se ha hecho un excursus en distintos textos y autores y en el magisterio, tomando en cuenta la patrística y otros aportes de autores contemporáneos y modernos, siempre partiendo de la misma expresión. CRITERIO DOCTRINAL: La aclaración doctrinal en Juan Pablo II 78 sobre la esencialidad de la relación entre María y el Espíritu Santo en su maternidad integral de Cristo y de los cristianos, ha ayudado a lo largo de la investigación, a redescubrir y profundizar en la persona de 77 78 Pablo VI, Exhortación Apostólica, Marialis Cultus…, n. 27. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, n. 47. 20 María, con María y por María.79 Estas relaciones intra personales e inter personales se realizan, desde la presencia del Padre y de la presencia del Hijo y del Espíritu Santo ad intra y ad extra del misterio trinitario. Esto implica todo el discurso de la generación, educación y maduración de la persona,80 que se relaciona maternalmente y filialmente con el proceso en el orden de la gracia y según el Espíritu; como lo señala Juan Pablo II en su doctrina mariana, la cual se mueve desde la Lumen Gentium y Marialis Cultus. Plasmada por el Espíritu Santo, María es preparada para el gran misterio de salvación al cual es llamada como creyente, mujer, esposa y madre. Esta interacción espiritual de María con el Paráclito hace de ella la persona llena de gracia y totalmente influida por el Espíritu, que se desarrolla a la sombra de su propia misión maternal. A. Amato 81 explica que, con respecto al relanzamiento de la perspectiva pneumatológica, la reflexión y la praxis católica están intentando eliminar las exageraciones, estableciendo un discernimiento en los títulos que se han de reservar a la santísima Virgen, o mejor dicho, reubicarlos y profundizar su sentido dentro de la historia de la salvación, precisando los contenidos y profundizando las motivaciones y su uso litúrgico devocional. En este aspecto la recuperación del aspecto pneumatológico en la doctrina y en el culto ha podido ser interpretado como la manera de redimensionamiento de la mariología y de la devoción mariana. Sobre todo esta crítica ha sido fuertemente en 79 Luís Griñon de Monfort, Tratado de la verdadera devoción, 1 Edición Venezolana, III milliar, 2006, Las prácticas interiores, N. 257, 132-138. 80 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editrice Vaticana, Edición en español de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, 19922, 778, tomado del Glosario, voz: Persona Humana: “Individuo humano, hecho a imagen de Dios; no es algo, una cosa, sino alguien, una unidad de espíritu y materia, cuerpo y alma, capaz de conocer, de auto poseerse, y de libertad, que puede entrar en comunión con otras personas -y con Dios- (357, 362; cf. 1700). La persona humana necesita vivir en sociedad: un grupo de personas ligadas orgánicamente por un principio de unidad, que supera a cada una de ellas1879-“. 81 Stefano de Fiores y Salvatore Meo, Nuevo Diccionario de Mariología, Ed. Paulinas Madrid 1988, Angelo Amato, voz: Espíritu Santo, 684. 21 los ambientes protestantes y ortodoxos, que señalaban un reproche a la teología católica y hablaban de un vacío pneumatológico llenado por la figura de María involucrada en el plan de salvación; en su papel maternal en relación a la cooperación a la vida sobrenatural de los creyentes.82 La mismo Lumen Gentium en el capítulo VIII recoge muchos de los títulos que se refieren a María en su relación con los cristianos y los hombres en el aspecto cristológico y eclesiológico: mater membrorum Christi,83 matrem amantissimam,84 matrem hominum et fidelium,85 matrem viventium,86 mater nobis,87 mater nostram,88 matrem hominum,89 y el título Mater Ecclesiae.90 También no se han utilizado otros títulos correspondientes a la mediación materna como Adovocatae, Auxiliatricis, Auditricis, Mediatricis, 91 a pesar de que en el desarrollo teológico de la maternidad espiritual los conceptos se tocan y se relacionan entre sí. Desde el nivel Testamentario, Patrístico y Magisterial, se han evidenciado los títulos de Nueva Eva 92 y de Hija de Sión, 93 que reflejan el significado subyacente de la maternidad espiritual de María. Es Juan Pablo II quien se refiere a la expresión Madre Espiritual y Maternidad Espiritual; a lo que implica teológicamente: la nueva maternidad en el orden de la gracia y según el Espíritu Santo. 94 De esta manera se ha querido 82 Jaroslaw Jasanek, Principio Pneumatológico del Culto Mariano, SCRIPTA THEOLOGICA 35(2003/3), 889-902. 83 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n. 53. 84 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.53. 85 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.54. 86 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.56. 87 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.61. 88 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.67. 89 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n.69. 90 Pablo VI en el discurso conclusivo de la IIIª sesión, el 21 de noviembre del 1964. 91 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n. 62, cfr. 16, 17. 92 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, nn. 56, 63. 93 Documentos Concilio Vaticano II, Lumen Gentium…, n. 55. 94 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater…, nn. 44-47. 22 investigar la unicidad de la dimensión pneumatológica de los criterios cristológico y eclesiológico a la vez. Desde el mismo proceso evolutivo del estudio realizado, ha tomado consistencia la valoración del aspecto contextual histórico salvífico 95 e histórico eclesial, de la realidad operativa de esta dimensión ontológica; la presencia mediática maternal de María en la vida del creyente y de la historia de los pueblos cristianos. Esta conclusión abierta doctrinal, a la cual llega Juan Pablo II en la Redemptoris Mater; además de ser el elemento novedoso doctrinal valorado en este trabajo, reunifica el discurso filosófico teológico del personalismo en la maternidad de María y lo fusiona con el sentido del acto de fe personal operante desde esta categoría relacional. La presencia maternal de María no se concluye sólo en la apreciación escatológica de un acontecimiento histórico salvífico, sino que se abre al sentido pleno eclesial y personal de la maternidad-filiación, de unidad-comunión, que Ella propone a los discípulos hermanos-hijos, permanece y se actualiza continuamente. CRITERIO CULTUAL-LITÚRGICO. La unidad entre doctrina de la fe y devoción y culto mariano como expresión de la vida de fe, pueden encontrarse en la presencia en la liturgia de la maternidad espiritual de María.96 La importancia de la presencia de María en la liturgia es percibida por muchos 95 La palabra presencia se repite 310 veces en la Biblia de Jerusalén (Programa FINDIT.EXE). Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editrice Vaticana, Edición en español de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, 19922 , 786, tomado del Glosario, voz Liturgia: “El significado original de la palabra es “obra, quehacer público” o servicio hecho en nombre del pueblo, o a favor suyo. Con la liturgia, nuestro Supremo Sacerdote continúa la obra de nuestra Redención a través de la celebración por la Iglesia del misterio Pascual mediante el cual Él consumó nuestra salvación: nn.10671069”. 96 23 autores. 97 El desarrollo doctrinal de la maternidad espiritual de María, y su sentido pneumatológico, además de ir apareciendo en la doctrina a lo largo de los siglos, 98 arranca indudablemente de una realidad vivida y celebrada ya en la primitiva Iglesia, que experimentó en la etapa prepascual y pospascual el sentido de su presencia. El sentido de esta tradición espiritual que se trasmitió y se canalizó en el mismo culto y doctrina de la maternidad divin