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“El diálogo como herramienta para la construcción de la paz” Folleto · 1 Programa Jóvenes para una Nueva Sociedad Queridos hermanos, a continuación te presentamos desde el Programa Jóvenes para una Nueva Sociedad, un pequeño manual formativo de cinco encuentros que podrán ser utilizados desde los diferentes grupos juveniles, cuyo objetivo principal es iniciar desde cada uno de esos espacios un camino para la reconciliación y el encuentro como hermanos venezolanos y hermanos en la fe. Los encuentros están estructurados de forma clara y sencilla según se muestra a continuación: Los temas que abordaremos son: 1. “El diálogo como herramienta para la construcción de la paz” 2. “El amor al prójimo mandato del señor siempre antiguo y siempre nuevo” 3. “El perdón un bálsamo sanador de heridas” 4. “De la reconciliación a la paz” 5. “La oración fuente de todas las Gracias” Cita Biblica que ilumina el encuentro Compromiso Canto Profundización del Tema Oración de inicio Dinámica 1. Cita Biblica que ilumina el encuentro “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mt 5, 9 2. Canto Juntos como hermanos. Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, Vamos caminando al encuentro del Señor. Un largo caminar, por el desierto bajo el sol, No podemos avanzar sin la ayuda del Señor. La Iglesia en marcha está y a un mundo nuevo Vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz. La Paz esté con nosotros. La paz esté con nosotros (3) Que con nosotros, siempre, siempre esté la paz. Pedimos paz para el mundo, Cantamos paz para el mundo, que nuestra vida sea gloriosa, yo te saludo: la paz, la paz sea contigo. Espíritu de Dios, llena mi vida. Espíritu de Dios, llena mi vida, llena mi alma, llena mi ser. (2) Lléname, lléname con tu presencia, lléname, lléname con tu poder. Lléname, lléname con tu bondad (2) 3. Oración de Inicio Señor, hazme un instrumento de tu paz: Donde haya odio, ponga yo amor, Donde haya ofensa, ponga yo perdón, Donde haya discordia, ponga yo armonía, Donde hay error, ponga yo verdad, Donde haya duda, ponga yo la fe, Donde haya desesperación, ponga yo esperanza, Donde haya tinieblas, ponga yo tu luz, Donde haya tristeza, ponga yo alegría. Oh, Señor, que no me empeñe tanto En ser consolado como en consolar, En ser comprendido, como en comprender, En ser amado, como en amar. Porque dando se recibe, Olvidando se encuentra, Perdonando se es perdonado, Muriendo se resucita a la vida. Amén. 4. Dinámica El animador motivará la dinámica resaltando el hecho de que la historia no hubiera llegado a ser historia sin sus protagonistas. Los protagonistas de la historia han sido y seguirán siendo hombres y mujeres comunes y corrientes que han oído una voz interior y han tratado de ser fieles a ella asumiendo con responsabilidad su propia vida y la de los demás. Ahora, el animador invita a los jóvenes a cerrar los ojos y hacer un recorrido por la historia - minutos de silencio, se puede colocar música instrumental. En la historia se encontrará seguramente con grandes personajes, intenten detenerse en el que más le haya llamado la atención, no importa su cultura, raza, religión o tendencia política… Obsérvelo fijamente y descubre ¿qué valores y cualidades tiene? ¿Qué aportes ha hecho a la humanidad? Ahora el animador invita a los jóvenes a abrir los ojos, pero sin dejar ir a su personaje, de modo que pueda compartir en voz alta ¿Qué personaje escogieron y por qué? A continuación se les pedirá escribir en un papelógrafo los personajes y los valores que observaron sobre él. 5. Profundización del Tema “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mt 5, 9 En el transcurso de la Historia humana encontramos una gran cantidad de personas que trabajan por la paz, paz que puede buscarse en un país, en el diálogo entre religiones, en la familia, en el campo laboral o académico. Sin embargo la mayoría de las veces los que trabajan por la paz, ven esto como un cambio que vendrá desde el exterior y no desde el interior de la persona. La justicia y la reconciliación deben ir de la mano con nuestro trabajo por la paz, la justicia en este sentido es vista como una prerrogativa de la paz (cf. Sal 10, 18). “La paz es el fruto de la justicia y la Justicia no se consigue sin la reconciliación”. Cuando somos agentes de paz y queremos encontrar como seres humanos una reconciliación debemos primeramente hacer uso del diálogo, la palabra es considerada como un don, un don entregado por Dios a los hombres para su interacción. El diálogo comprende diferentes fases que en ocasiones se ven interrumpidas por actitudes negativas como la ira, los insultos, la falta de respeto e inclusive la negación a escucharse unos con otros. Para el diálogo de paz se necesita un ambiente neutral así como las personas que van a dialogar sobre un tema en específico deben tener calma y la disposición para escucharse. En el diálogo debemos reconocer en la otra persona sus aspectos positivos pero también saber cómo corregir de forma fraterna las actitudes negativas del otro, recordemos pues que como cristianos estamos llamados a “amar a los enemigos” (Cf. Lc 6, 27–35). Hoy en día debemos cuestionar nuestra postura a nivel familiar, académico, social, laboral o incluso político sobre diversos temas que como Seres Humanos nos dividen y crean conflictos entre nuestra propia raza. Un diálogo de paz debe estar basado en el respeto, escucha, tolerancia de pensamientos o creencias, humildad, reconocimiento del otro y solución de conflictos. El diálogo es una herramienta importante para conseguir la Paz en cualquiera de los ámbitos que se busquen sin embargo para llegar a esto debemos reconocer primeramente que el cambio debe venir desde el interior de la persona y no del exterior. Aunque nuestra postura y lenguaje corporal deba transmitir tranquilidad e intenciones de reconciliación, de nada serviría que a nivel interior nuestra verdadera intención sea de buscar vencer al adversario. Para que la paz se dé realmente en cualquiera de los ámbitos que se le necesite debemos tener en cuenta que no se le puede poner condiciones, la paz no es una negociación por el contrario Jesucristo nos enseña a cada uno de nosotros que su paz no es como la da el mundo (Cf. Jn 14, 27). La paz que nosotros debemos tener es un estado que nos permita poder visualizar, reflexionar, actuar e iluminar a los demás desde nuestra paz interior; La cual se consigue únicamente con la ayuda de Dios. Jesucristo muchas veces se dirigió a personas que tenían por sentimientos el odio, rencor, avaricia, ira y sed de venganza. Sin embargo esto no le impidió dar su mensaje “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. Existen dentro del diálogo por la paz dos peligros que se deben tener en cuenta para llevar una acción efectiva, estos peligros radican desde la llamada “Polarización” El primer peligro que tenemos como cristianos es el vernos como no polarizados, como personas que no nos afecta y estamos inmunes a este contagio o a las pasiones que se desencadenen de él. Es decir ver los conflictos desde arriba y pretender que nosotros debemos ser ajenos. Sólo reconociéndonos como pacientes pastorales, como personas necesitadas de rehabilitación es que podremos amar a los demás, incluyendo a aquellos que vemos como enemigos pero que sin embargo son hermanos nuestros. El segundo peligro en el que podemos caer dentro de la polarización es el de resignarnos a nuestra situación particular o vivir desde nuestra particularidad como si esto fuera lo que único que se deba vivir, es decir no tener deseo de cambio para mejor y mucho menos motivación de ayudar a los demás en sus necesidades. El Cristiano debe ser mediador, mediador entre los conflictos y problemas que aquejan las sociedades, las religiones, las familias, las empresas, las universidades y todo entorno que nos rodee. Si no tendemos puentes es imposible superar la polarización que pueda aquejar nuestro entorno. En cuanto a la responsabilidad de todos por el bien común, encontramos en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia lo siguiente: #166 Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época y están estrechamente vinculadas al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales. Tales exigencias atañen, ante todo, al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes del Estado, a un sólido ordenamiento jurídico, a la salvaguardia del ambiente, a la prestación de los servicios esenciales para las personas, algunos de los cuales son, al mismo tiempo, derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa. Sin olvidar la contribución que cada nación tiene el deber de dar para establecer una verdadera cooperación internacional, en vistas del bien común de la humanidad entera, teniendo en mente también las futuras generaciones. Es por ello que debemos tener en cuenta que dentro del diálogo como herramienta para la paz siempre debe velar el bien común, nada más factible que enfocar el diálogo al bien de cada uno de los seres humanos que necesitan el apoyo y sustento de ciertos bienes para su libre funcionamiento. Jesús no vivió en una democracia y sin embargo nos enseñó que vivió encargado a su misión, misión que le obligó a separarse incluso de su familia y de su oficio pero que no le impidió llevar la salvación a los hombres. Hombres que Él amó hasta el extremo, hombres de pasado, presente y futuro. Para la reflexión el animador pedirá a todos los participantes que en una hoja escriban una serie de preguntas, de modo que puedan ir respondiendo de forma escrita sus ideas y argumentos. Nuestra Vida como agentes de Paz 1. ¿Tengo una vivencia interior de Paz? 2. ¿Qué hago como agente de paz ante mi entorno familiar, social o político? 3. ¿Cómo puedo dar testimonio de Paz ante un ambiente de conflicto sin caer en la polarización? 4. ¿Crees que como católicos en Venezuela hemos hecho suficientes trabajos por lograr la paz y reconciliación de nuestro País? 5. Ante la intranquilidad y conflictos que vivimos en nuestro entorno ¿Qué soluciones aportamos para que la paz reine en nuestra sociedad? 7. Compromiso Para cerrar el animador entregará los siguientes compromisos que han de ser leídos por cada uno de los participantes con la intención de verdaderamente comprometerse con el diálogo como herramienta de Paz. 1. Me comprometo a ser testigo y agente de la Paz de Jesús por medio del diálogo con la gente que me rodea, a anunciarlo con mi vida, a ser coherente con lo que digo y lo que hago. 2. Me comprometo a estar siempre disponible para ser instrumento de su Paz. 3. Me comprometo a usar el Diálogo como herramienta para la Paz en mi entorno. 4. Me comprometo a hacer uso en mi diálogo cotidiano de los valores cristianos. 5. Me comprometo a leer y meditar las bienaventuranzas. 6. Me comprometo a recibir los Sacramentos, en especial la Reconciliación y la Eucaristía para poder ser un verdadero agente que promocione la Paz que el Señor me da. 7. Me comprometo a ayudar a mis hermanos en sus necesidades aunque no simpatice con sus ideales. 8. Me comprometo a mejorar cada día en mi formación personal, espiritual y social. 9. Me comprometo a trabajar por un nuevo corazón como el de Jesús. 10. Me comprometo a transmitir todo lo que he aprendido el día de hoy. POR EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS. Padre, que diste un origen idéntico a todos los pueblos y quisiste formar con ellos una sola familia en tu amor, llena nuestros corazones del fuego de tu caridad y suscita en todos los hombres el deseo de un progreso justo y fraternal, para que, con los bienes que generosamente repartes entre todos, se realice cada uno como persona humana y, suprimida toda discriminación, reinen en el mundo la igualdad y la justicia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.