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La tragedia de Tehuitzingo es una muestra clara de que ningún gobierno puede meter en cintura a los transportistas VIERNES 23 DE DICIEMBRE DE 2011 DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA ■ DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYÁN ■ PUBLICACIÓN PARA PUEBLA Y TLAXCALA ■ Se cuenta que el platillo nació en el convento de Santa Mónica en honor a Iturbide Este año el chile en nogada cumplió 190 años de ser parte de la tradición en Puebla ■ Dicho guiso comenzó a ser común hasta el año de 1930, relató José Luis Juárez PAULA CARRIZOSA Como producto de una fusión de las cocinas mexica y europea, la gastronomía poblana nació en los fogones de los conventos y en las cocinas de las casas de mestizos y criollos. Uno de esos platillos en el que se mezclaron productos de ambos continentes fue el chile en nogada y este año, según la leyenda, cumplirá 190 años de ser uno de los símbolos de la cocina tradicional poblana. Así, se cuenta que el vistoso platillo llamó tanto la atención de Iturbide que lo asoció con su ejér- cito: la nogada blanca como símbolo de pureza, los chiles que tienen el color de la esperanza y los granitos de granada que simbolizan la pasión por la patria. La época de chiles en nogada Todo relato culinario es importante, pese a que sea leyenda PARA JUÁREZ LÓPEZ EL ORIGEN DEL CHILE EN NOGADA NO ES MÁS QUE UNA LEYENDA; NO OBSTANTE, RESCATÓ QUE TODO RELATO CULINARIO ES IMPORTANTE “PORQUE NOS DICE MUCHO DE LOS PUEBLOS QUE LOS ELABORAN” Fue en la Angelópolis donde las cocineras mezclaron productos originarios como el maíz, el chile, el frijol, el jitomate y el guajolote con ingredientes europeos como el aceite de oliva, el trigo, la cebolla y los ajos, de los cuales emergieron sabores dulces, salados y picantes que la convirtieron en el centro culinario del país. Al igual que el mole, que se cuenta fue elaborado por las monjas dominicas del convento de Santa Rosa, los chiles en nogada tienen su leyenda propia, pues se dice que cuando Agustín de Iturbide, junto con el Ejército Trigarante, pasó por Puebla rumbo a la Ciudad de México en agosto de 1821 tras haber firmado los Tratados de Córdoba, las monjas agustinas del convento de Santa Mónica decidieron agasajarlo el 28 de agosto con motivo de su santo con un platillo original. Ya que el símbolo del Ejército Trigarante era una bandera de colores, blanco, verde y rojo, que representaban las tres garantías –religión, unión e independencia–, las monjas agustinas decidieron que el platillo debía llevar estos tres colores. comienza en agosto y termina en las fiestas de Independencia. El costo por pieza depende del lugar, donde se sirva y oscila entre los 50 y los 250 pesos. A partir de programas turísticos se han creado festivales gastronómicos en San Nicolás de los Ranchos, Calpan o Huejotzingo, poblaciones en los que se cultivan diversos de los productos que son incluidos en la receta. Destaca que el 3 de marzo de 2010 el gobierno decretó Patrimonio Cultural Intangible del estado de Puebla a la gastronomía poblana, incluido este platillo. La época de chiles en nogada comienza en agosto y termina en las fiestas de Independencia. El costo por pieza depende del lugar, donde se sirva y oscila entre los 50 y los 250 pesos ■ Foto Abraham Paredes Para el doctor en Historia de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) José Luis Juárez López, el origen del chile en nogada no es más que una leyenda; no obstante, rescató que todo relato culinario es importante “porque nos dice mucho de los pueblos que los elaboran, tanto de su cocina como de su visión del mundo”. “Las leyendas culinarias en México fueron acogidas con gran entusiasmo y se convirtieron en verdades absolutas para el pueblo. Éstas se iniciaron con una publicación de 1925 que cuenta la supuesta invención del mole poblano por una monja en un convento de Puebla, y a partir de entonces este relato se escribió y recitó una y otra vez hasta convertirse en una parte crucial del discurso culinario nacional mexicano”. “Aun cuando se asegura que estos chiles en nogada se sirvieron por vez primera en honor a Iturbide, las fuentes primarias, o sea los recetarios editados de la primera parte del siglo XIX, no los registran”, argumentó el experto. Recordó que “en El Manual del cocinero y la cocinera, de 1849, que se publicó en Puebla por entregas, no aparecen los chiles en nogada y sí en cambio una receta de gallina en nogada, repitiéndose esta situación en 1858, en el Nuevo cocinero mexicano, en La cocinera poblana, de 1872, y en el recetario Manual de cocina, de la señorita María Isla, publicado en Puebla en 1912”. José Luis Juárez señaló que el registro de los chiles en nogada empezó a ser una receta común en los documentos culinarios a partir de la década de 1930, siendo registrado por Mercedes de la Parra y la profesora Ana María Hernández; por lo tanto, “podemos afirmar que este plato llamado neoclásico tiene en el escenario culinario apenas 80 años”.