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Reflexión para un nuevo contrato social
– Agosto 2012 –
¿Por qué estamos hablando de la necesidad de un nuevo contrato social en la Asamblea
Mundial de CIVICUS 2012?
Muchos miembros de CIVICUS y otros interesados en nuestra red global de sociedad civil,
reportan múltiples dificultades en sus intentos de interacción e influencia sobre otros grupos y
fuerzas en la sociedad. A nivel global, nos cuentan que en las principales instituciones
multilaterales no toman precauciones adecuadas para escuchar y tomar en serio las voces de la
sociedad civil. A nivel nacional, muchas organizaciones de la sociedad civil señalan que los
gobiernos y otras fuerzas han incrementado las restricciones que limitan las capacidades de sus
organizaciones para trabajar adecuadamente. Al mismo tiempo, el mundo ha visto la emergencia
de una nueva ola de movimientos de protesta que articulan claramente un sentido de profunda
insatisfacción entre los pueblos y los actuales planes que gobiernan sus vidas. Todo esto junto,
nos dice que en la Asamblea Mundial de CIVICUS existe la necesidad de una urgente
conversación sobre los acuerdos y sistemas que apuntalan las relaciones entre las diferentes
fuerzas de la sociedad- en resumen, es el momento de discutir sobre la necesidad de un nuevo
contrato social.
1. ¿Qué es, en términos sencillos, un contrato social?
En términos sencillos, un contrato social es una serie de reglas implícitas que gobiernan las
relaciones entre los individuos y las estructuras sociales. En nuestra sociedad, diferentes grupos
y fuerzas tienen un impacto en nuestras vidas de diversas maneras, creando una serie de
relaciones de interdependencia entre el pueblo, las instituciones del gobierno que conforman el
Estado, las acciones y movimientos populares que conforman la sociedad civil, el sector privado
y otros grupos y fuerzas sociales. El contrato social no implica una serie de reglas escritas o
codificadas, pero idealmente estas reglas no escritas deberían promover un ambiente en el cual
el pueblo sea libre para ejercer sus derechos.
a. Un contrato social entre los ciudadanos y las ciudadanas y el Estado
Un contrato social rige la relación individual con el Estado, y con otras fuentes de poder en la
sociedad. El contrato social fijaría idealmente las expectativas de lo que un individuo esperaría
que el Estado provea, qué derechos tiene un individuo como ciudadano en relación con el
Estado y otras fuentes de poder, y a su vez qué responsabilidades tiene este ciudadano con el
Estado.
b. Un contrato social entre la sociedad civil, el Estado y el sector privado
A nivel global, si miramos el conjunto de actores sociales y políticos que incluye el gobierno, la
sociedad civil y el sector privado, el contrato social también significa reglas de compromiso y
medios de negociación del balance de poder entre estos diferentes actores. Esto aplica a nivel
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global así como a nivel nacional. Idealmente, un contrato social mantendría el equilibrio entre las
funciones de los diferentes sectores, permitiendo un poder compartido, y establecería las bases
para una cooperación positiva y respetuosa de los derechos humanos.
c. Un contacto social entre los individuos en una sociedad
El contrato social también sugiere una serie de reglas implícitas que moderen las relaciones
entre los individuos con una sociedad y que provea las bases para interacciones, cooperación y
relaciones respetuosas.
Cada individuo está entonces involucrado en realidad, en una serie de contratos sociales que
gobiernan las interacciones entre otros individuos, agencias y quienes detentan el poder.
2. ¿Qué es lo que funciona mal en el actual contrato social y por qué necesitamos uno
nuevo?
En los últimos dos años hemos visto una serie de olas de protestas de masas y de disentimiento
dirigido por los ciudadanos y las ciudadanas de países de muchas regiones del mundo: países
que albergan más de la mitad de la población mundial fueron testigos de protestas de masas de
alguna manera en el 2011. Esto nos dice claramente que los pueblos están insatisfechos con las
condiciones en las cuales viven y de los actuales acuerdos de su gobernanza. Las protestas han
sacado a la luz los problemas de desigualdad, impotencia, humillación y falta de voz ciudadana.
También el hecho de que mucha gente se esté quejando y reaccionando contra estos
problemas, nos dice que los ciudadanos y ciudadanas están insatisfechos con las condiciones en
las que viven y que no existe una serie de reglas funcionales y saludables de compromiso ni un
equilibrio de poder entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado y otros detentores de poder:
en resumen, no existe un contrato social sano. Si la mayoría de la gente sientiera que las reglas
colectivas que gobiernan su vida sirven efectivamente a los intereses comunes, no seríamos
testigos de semejante escala de disentimiento. Si un contrato social existiera, no veríamos tantas
protestas en las calles y en muchos países del norte, no existiría un nivel tan alto de rechazo a
las políticas convencionales en las urnas.
Al nivel de interacción entre los individuos, muchas sociedades se caracterizan cada vez más por
la alienación, la violencia y el
colapso de las relaciones normales. En muchos países, la urbanización, el cambio de los
modelos de trabajo y el surgimiento de nuevas tecnologías de comunicación, entre otros
factores, están desafiando y socavando estructuras familiares y sociales firmemente arraigadas y
extendidas desde mucho antes, lo que de nuevo sugiere una necesidad de inversión en nuevos
espacios, procesos y maneras de trabajar que unan al pueblo de diferentes maneras.
A nivel nacional y global, muchas organizaciones de la sociedad civil están expresando una
creciente insatisfacción frente a los mecanismos de gobernanza que privilegian las voces del
sector privado, las élites poderosas, y sienten que sus voces están siendo restringidas. En
muchos países, los gobiernos están implantando más y más restricciones a la sociedad civil,
dificultando así el trabajo de éstas. Recientes experiencias multilaterales como Rio+20 muestran
lo difícil que es para las voces de la sociedad civil ser tenidas en cuenta en comparación a los
gobiernos, el amplio sector privado y otras voces de las élites. Muchas personas creen que las
actuales estructuras de gobernanza global le están fallándo a la humanidad, esta falta encuentra
su máxima expresión en la reiterada incapacidad de las estructuras multinacionales y los
procesos para detener las violaciones a los derechos humanos.
En muchos países del mundo que han experimentado crisis económica, la reacción de los
gobiernos ha sido recortar el gasto público, privilegiando y protegiendo al mismo tiempo a las
instituciones financieras. Esto significa una vez más el rompimiento del contrato social y las
reglas de compromiso entre diferentes sectores, y sugiere que una renegociación bilateral está
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en marcha entre el gobierno y el sector privado, excluyendo a la sociedad civil y a las voces de
los ciudadanos y ciudadanas.
3. ¿Cómo puede la sociedad civil contribuir al desarrollo de un nuevo contrato social?
Un nuevo contrato social debería tener como objetivo la protección y la promoción de los
derechos del pueblo para trabajar en conjunto y buscar el progreso hacia el bien común. Esto
sólo puede ser llevado a cabo a través de la rectificación de los desequilibrios de poder
existentes y la recuperación del poder por parte de los ciudadanos y ciudadanas y de sus
organizaciones de las manos de los gobiernos, grandes compañías y otras élites.
Las organizaciones de la sociedad civil, la parte más estructurada y organizada de la sociedad
civil, necesita proveer espacios donde el debate pueda tener lugar y ofrecer múltiples
plataformas de consulta y participación ciudadana. Las organizaciones de la sociedad civil
realizan mejor este trabajo cuando se unen para trabajar juntas, incluyendo diferentes tipos de
organizaciones de la sociedad civil con grupos informales para ofrecer una pluralidad de rutas de
participación ciudadana y cuando están preparadas para enfrentar las realidades de los
desequilibrios de poder existentes.
4. ¿Qué se hará en la Asamblea Mundial de CIVICUS para ayudar a definir un nuevo
contrato social?
El tema general de la Asamble Mundial de CIVICUS es la definición de un nuevo contrato social.
Todas las discusiones de la Asamblea Mundial que cuentan con la participación de cerca de mil
personas, incluyendo líderes de la sociedad civil y representantes del gobierno y de negocios,
plantearán recomendaciones centradas sobre la definición de principios globales y parámetros
para un nuevo contrato social.
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