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ANESTESIA EN PACIENTES
CON ENFERMEDADES
ENDOCRINAS
Por M. L. JAMES, M.D.
Una revisión del manejo
anestésicD, en pacientes con
desórdenes
suprarrenales y tiroideos.
Tomado de Anesthes!2.. Volumen XXV N9 2 - Abril de 1970
Traducción : Juan Ramón Correa C., M.D.
hipofisarios,
Aunque muchos pacientes con en
fermedades endocrinas son bien pre
parados por el médico para el Acto
Operatorio, a veces el Anestesiólogo
se ve en la ohligación de diagnosti
car e instaurar una terapia, sobre
todo en los casos aogudos. Este -ar
tkulo subraya la fisiopatología y el
control anestésico de las alteracio
nes arriba anotadas.
LA IDPOFISIS
Hipofunción. ffil hipopituitarismo en
los adultos es causado por la destruc
ción del tejido glandular normal por
la invasión de procesos compresivos,
tales como el craneofaringioma y los
adenomas glandulares no funcionan
tes. Cirugías y traumatismos ante
riores pueden también haberla des
truído. En las mujeres puede ser el
resultado de un infarto adenohipofi
sario a causa de una grave hemor,ra
gia post~partum (síndrome de Shee
han).
En los niños es raro y su etiolo
gía a menudo desconoci:da, 25% de
los niños estudiados tenían lesiones
del sistema nervioso central.
Puede haber deficiencia selectiva
de una o más hormonas. Los desór
denes fisiológicos presentes, pueden
ser explicados por la carencia o au
sencia de una de las siguientes:
1. Hormona del creoimiento, hay re
tardo del orecimiento infanttl y
sensibilidad a la insulina en to
das las edades, con hlpoglicemias
espontáneas.
2. ACTH. Aparece una falta de se
creción de cortisol que a su vez
disminuye la capacidad renaJl pa
ra excretar sobrecargas acuosas,
siendo muy fáoiles las intoxica
ciones hidricas con hipernatre
mia.
3. Tirotrofina, suelen encontrarse
síntomas tales como bradicardia,
hipotensión, hi.percolesterolemia,
ECG de bajo voltaje e hipotermia.
4. Hormonas gonadotróficas, la no
aparición de los caracteres se
xuales secundarios o la desapa
rición de los existentes.
216
5 . Hormona antidiurética, causa la
diabetes insípida, ,p ero solo ocu
rre en el panhipopituitarismo, por
la destrucción completa de am
bos lóbulos. La poliuria puede no
ocurrir a causa de estar enmas
carada por la retención acuosa
causada a su vez por el cortisol
también ausente.
Estas deficiencias pueden ser :par
ciales o completas.
.
Si la secreción de corticotrofina es
tá alterada la deficiencia de cortisol
se ve agravada en cualquier forma
de stress, como un traumatismo o
una infección, ingesta de agua en ex
ceso, dosis normales de ana!lgésicos o
sedantes, grandes alturas, frío o du
rante el parto o la cirugía efectuada
sobre la hipófisis misma. Todos los
anteriores pueden conducir al coma
hipofisario el cual demanda una te
rapia intensiva.
Los casos no controlados deben
prepararse para la anestesia y la ci
rugía con las siguientes medidas:
1. Infusión endovenosa de glucosa
al 5%, controlando la presión
venosa central (PVC) luego si es
necesario, continuar con solución
salina.
2. Si la temperatura redal es ba
ja se debe recalentar cuidadosa
mente al paciente.
3. Hidrocortisona endo,v enosa 100
mgs. cada 4 horas.
4. L-triyodotironina a dosis mínimas
2.5 a 5 rngs. (cada 24 horas).
Los casos controlados deben reci
bir glucocorticoides en dosis de man
tenimiento (25 a 50 mgs. de acetato
de cortisona) y tiroxina 0, 1 a 0,3
mgs. diarios vía ora!l. Los mineral
corticoides no está.n indicados debi
do a que en la mayoría de los casos
de hipopituitarismo la secreción de al
dosterona probablemente sea ade
cuada.
Todos los casos necesitarán hidro
cortisona adicional de acuerdo al ré
gimen sugerido en el cuadro N9 1,
no está indicada la tiroxina y no hay
peligro si se omite por unos días.
CUADRO N9 1
Día de la cirugía:
Hidrocortisona 100 mgs/ I.M. Una hora antes de la cirugía. Hidrocortisona 100 mgs.;I.V. durante la operación. Hidrocortisona 100 mgs./ I.M. 6 horas después. 19 al 39 días post-operatorio:
Hidrocortisona 100 mgs/ I.M. cada 6 horas.
Días subsiguientes:
Retornar al régimen preoperatorio o a las dosis
de mantenimiento.
La anestesia general no debe pre
sentar problemas indebidos si se pre
para el paciente de una manera ade
cuada. Sin embargo el h~p{)pituita
risrno se asocia con una sensibilidad
alta a los narcóticos y a 10B anesté
sicos de una manera general. La pre
medicación debe ser mínima y se de
ben usar dosis bajas de agentes in
ductores. No hay contraindicaeión pa
ra usar la anestesia peridural o ra
quídea, con la ventaja de no usar nar
cóticos y anestési'Cos.
Puede ocurrir hipotensión si el cu
brimiento con esteroides, es~roidea
es inadecuado y debe corregirse con
hidrocortisona endovenosa, 100 a 200
mgs.
Hiperpituitarismo. El exceso de hor
mona del crecimiento produce en los
~dultos acromega.'lia y en los niños
y adolescentes gi'gan.tismo.
Los acromegálicos son particula r
mente susceptibles a las en.fermeda
des carcliovasculares y por lo tanto
a .p adecer insuficiencia cardíaca y ac
cidentes cerebro-vasculares. A menu"
do tienen el corazón hipertrófico y
flácido. Cerca del 20 % de ellos pa
decen de dialbetes MeHitus insulino
resistente, la cual a su vez agrava
el riesgo de las complicaciones cardio
vasculares.
En los estados finales de 'l a enfer
medad el tumor expansivo puede ce
sar de producir la 'h ormona y la des
trucción de los tejidos normales sub
yacentes puede causar hiopopituitaris
mo parcial o .t otal. Ocasionalmente la
acromegalia hace parte de un sin
drome pluriglandu'lar asociándose a
hiperparabiroidismo y a la calculosis
renal. Desde el punto de vista anató
mico la macroglosia y el prognatismo
pueden dificultar la intubación.
La anestesia general está indicada
para la remoción del ~denorna, en for
ma análoga como para cualquier ope
ración supratentorial usando solucio
nes hipertónicas para mejorar el ac
ceso quirúrgico.
.si el tumor es activo, el paciente
puede ser resistente a los agentes
anestésicos, y las dosis hipnóticas de
Pentotal deben valorarse de acuerdo
a la respuesta del enfermo. Paradó
jicamente una resistencia simi'lar se
encuentra en los enanos hipopituita
rios con quistes de la bolsa de Rath
ke. La Ih ipotermia puede estar indi
cada para operar grandes tumores
donde podría presentarse un daño hi
potal!imico. Un traumatismo tal pue
de a su vez producir edema cerebral,
irritación del sistema nervioso autó
nomo lo cual produciría hipel'pirexia.
Se usa actualmente la respiración con
trolada, y la hipotens·ión deliberada
es actua.'lrnente innecesaria y desacon
sejaJble.
Es necesario el monitoreo ECG y
el control intra-arterial de la pre
sión sanguínea. Con cifras bajas de
Pa C02, son menos probables las
arritmias causadas por ,l a tracción
de los lóbulos frontales.
217
Controles post-operatorios conti
nuos de los niveles de electrolitos y
del balance acuoso. Si el flujo urina
rio excede a la ingesta en cualquier
momento en más de 600 mI., o si la
orina sobrepasa Ilos 200 mI. hora ad
ministrar tannato de pitresina en
aceite, 5 unidades I. M. Se dice que su
acción dura cerca de 72 horas, por lo
tanto puede ocurrir una sobrecarga
hídrica si se aumenta la ingesta. Sin
embargo en 101 hipofisectomías reali
zadas en el Hospital Ra:ddiffe, a solo
52 pacientes se les administró Pitre
sina.
La cobertura esteroidea se empieza
durante la hipofisectomía con 100
mgs. de hidrocortisona endovenosa y
se continúa esta dosis cada seis ho
ras durante cuatro días y luego se
reduce a los niveles de mantenimiento.
La depresión de la función tiroidea
no aparece antes de dos o tres sema
nas de tal suerte que ·las necesidades
de rtiroxina no comienzan antes de los
10 días o aún más.
Si hay diaibetes mellitus presente
puede ser necesaria la insulina solu
ble en el post-operatorio, pero en es
tos días hay niveles mucho más ba
jos de la hormona del crecimiento que
a su vez disminuye la severidad de
la misma. AIgunas formas de rebino
patía diabética se mejoran con la
hipofisectomía. Los requerimientos in
sulínicos de un diabético en la ma
ñana de la operación son sólo 1/ 6 de
las de seis usuales, y en el post-ope
ratorio éstos suelen ser de 1/ 3 o 1/ 2
de los requeridos por el paciente. La
dialbetes de aparición tardía controla
da con agentes hipoglicémicos or8iles
en un paciente sometido a hipofisec
tomía, no necesita insulina el día de
la operación.
frecuentemente. Las metástasis del
carcinoma mamario son la indicación
más común para realizar :l a hipofi
seotomía, por lo tanto consideramos
justmcado incluir los siguientes co
mentarios. La enfermedad y su trata
miento 'Produce:
1. Anemia, trombocitopenia y
predisposición a sangrar. Un estudio
realizado en el Departamento de Oto
rrinolaringología del Hospital Raddif
fe, entre los años 60 y 70 en todos
los pacientes con carcinoma mama
rio diseminado, sometidos a hipafi
sectamía ·transetmoidatl arrojó los si
guientes resultados: de 101 pacientes
el con mayor nivel de hemoglobina
en el momento de admisión tenía
11,8 gms. %; 80 pacientes requirie
ron transfusiones sa..nguíneas (1,2 li
tros la mayor) y se informó sangra
do moderado o severo en 11 y sólo
fueron empleados dos técnicas qui
rúrgicas standar.
2. - Derrames pleurales, los cua
les debían ser drenados a fin de evi
tar dificultades respiratorias. Las
metástasis, a..demás, pueden obstruír
un bronquio y producir atelectasia.
De esa misma serie de pacientes,
26% tenían derrames 'Pleurales visi
bles a los Rayos X y un 16% sufría
de fracturas patológicas de las costi
llas.
3. Alteraciones óseas secundarias y
riesgo de fracturas pa..tológicas al co
locar al paciente en la mesa de ope
raciones.
4. Edema pigmentado de :los bra
zos y las manos que ocultan los va
sos sanguíneos siendo necesario usar
las venas de los pies para instaurar
la terapia endovenosa.
METASTASIS CARCINOMATOSAS
5. Alteraciones hepáticas secunda
rias con daño funcional, estos son
los casos que no responden bien a la
Hipofoisectomía.
La vía de entrada origInal de los
Neurocirujanos era a través del tem
poral o de láminas frontales. Con el
desarrollo de la ruta transetmoidatl
y del acercamiento osteo-plástico
transnasal, por los Otorrin01anringó
logos la operación se realiza más
Es esencial la cobertura esteroidea,
dando también Pitresina y Tiroxina
en el postoperatorio como anotába
mos antes. En las series anteriores
hubo dos períodos críticos 'PaTa ad
ministrar Pitresina, el 29 y 99 días
del postoper8itorio.
HIPOF1SECTOMIA PARA LAS
218
LA CORTEZA SUPRARRENAL
Hipofunción. De'b e pensarse 'e n una
insuficiencia suprarrenal en las si
guientes condiciones:
1. roideo.
Pacientes tratados con este
2. - En las adrenalectomías pre
vias, realizadas usualmente 'Para tra
tar el carcinoma mamario o la En
fermedad de Cushing.
3. - En la enfermedad ue Addi
son; debida a: tuberculosis, atrofia
primaria, invasión carcinomatosa me
tastásica, amiloidosis o infarto.
Hoy en día la causa más frecuen
te de hipocorticalismo es :l a debida al
tratamiento esteroideo. Estos supri
men la secreción de cortitrofina, lo
cual a su vez produce atrofia supra
rrenal secundaf\ia, e inadecuada res
puesta frente al stress del eje hipo
talámOihipofisosUiprarrenal. Este des
ajuste puede persistir hasta un año
después de administrar uosis ex'cesi
vas de Prednisona 'de 7,5 rugs/ día.
La recuperación tiende a acelerarse
cuando el paciente ha recibido dosis
menores por períodos más cortos.
Grandes cantidades de esteroides
aplicadas en fOf\ffia tópica pueden a b
sorberse y suprimr la secreción de
cor.ticotrofina, especialmente cuando
se usan con vendajes plásticos oclu
sivos. El grado de supresión varía
con los pacientes y el tipo de este
roiue utilizado. Jamés y colaboradores
demostraron que esto solo ocurre
mientras dura el tratamiento.
Pumpton y colaJboradores así como
otros investigadores, han sido inca
paces de encontrar una relación con
sistente entre la duración del trata
miento, las dosis administradas y el
grado de supresión del eje hipofiso
suprarrenal. Se ·h an usado varios exá
menes para demostrar la integridad
de dicho eje. Entre ellos se han in
cluído:
1. - Aumento de los niveles plas
máticos delcortisol. Subsiguientes al
retiro de 'los esteroides. La uesven
taja de este sencillo test ,e s la de no
medir la respuesta máxima hipofiso
3uprarrenal frente al stress. Puede ha
ber una alteración grave a pesar del
aumento del cortisol a niveles nor
males.
2. - La respuesta suprarrenal a
la cOI1bicotrofina. El corlisol plasmá
tico es medido antes, media Ihora y
una hora después de la inyección in
tramuscular de 250 mgs. de ACTH
sintética (tetracosactrin, Synact:hen)
su desventaja radica en demostrar
solo la reserva suprarrenal y no la
respuesta hipofisaria.
3. - El test de la metyrapona. Se
basa en el aumento de la excreción
de los 17 -exogenicoesteroides en pre
sencia de un eje hrpotalamo-hilpofiso
suprarrenal intacto. La metyrapona
bloq~ea la ll...¡hidroxilación de las
moléculas esteróideas de tal manera
que los niveles ,plasmáticos de cor
tisol uisminuyen.
Con una hi,póf.jsis funcionando, los
niveles de corticotrofina deben au
mentar 'Para que 'las suprarrenales a
su vez incrementen la síntesis de es
teroidea y así se encuentra superpro
ducción de los precursores del corti
sol. Estos se hal'l an en la orina como
17-exogenico-esteroiues.
4. - La respuesta a las hipoglice
mias inducidas por la insuHna. Pue
de producirse una forma de stress por
la inyección intravenosa de dosis de
insulina ue 0,15 uniuades/K (hasta
0.3 unidades/ K se usan en caso de
inslllino resistencias, como en -la acro
megalia). Se ha definido como una
respuesta normal el aumento del cor
tisol plasmático desde 5 mgs. hasta
un máximo de 20 mgs. o más. Este
tipo de respuesta frente a un stress
inducido es considerada como una de
las valoraciones más exactas del eje
antes mencionado .
En la enfermedad suprarrenalpri
maria (Addison) . Hay también defi
ciencia ue mineral-corticoides tanto
co.mo de Glucocorticoides. Producién
dose a su vez pérdidas renailes de so
dio, de tal forma que disminuye el
volumen del líquido extracelular, apa
rocienuo hipotensión con hemoconcen
tración. Un flujo renal bajo a su vez
aumenta la uremia, y la retención de
219
los iones de hidrógeno y de amonía
co. La falta de glucocorti<!oides dis
minuye el filtrado glomerular y a su
vez también favore~e la retención de
urea. Los glucocorticoides no solo son
necesarios para que los riñones res
pondan a los mineralcol'ticoides, prin
cipalmente la aldosterona; sino que
su deficiencia se asocia con hipoten
sión y disminuóón de -la contractili
dad del miocardio. Hay también ten
dencia en estos pacientes a ,l a hi:po
gli~emia por la reducción concomi
tante de la gluconeogénesis y por la
sensIbilidad aumentada a la insulina.
Estos desórdenes se acentúan en
las llamadas CrISIS Addisonianas ,
producidas por un traumatismo o
una infección. Stuart Mason y cola
boradores han revisado el cuadro clí
nico de :l a enfermedad de Addison y
han descrito dos grupos. En el pri
mero la aparición de los síntomas es
lenta, mientras que en el segundo la
enfermedad es aguda y rápidamente
fatal, siendo éstos particularmente
sensibles a los stress y a las inter
venoiones.
PREPARACION PARA LA ANESTESIA Y OIRUGlA En las crisis Addisonianas son
esenciales los tratamientos vigorosos.
1. Succinato de hidrocortisona
endovenosa comenzando con 100 gms.
y repitiendo las dosis cada cuatro o
seis horas. La hidrocortisona se pre
fiere a ;l a Prednisona, debido a que
esta última no corrige la pérdida re
nal de sodio.
2. - Soluciones endovenosas glu
cosadas y saUnas. Bajo control de la
Presión Venosa Central, dando de 2
a 4 litros en doce horas, alternando
las so'¡uciones saJlinas normales con
Dex,t rosa en salina.
3. - Suministrar mineralcorticoi
des tales como la desoxicorticostero
na en forma de acetato en solución
oleosa por vía intramuscular, 10 mgs.
inicialmente, con1Jinuándose con flu
oro~ortigona Dor vía oral en dosis de
Los casos bien controlados de en
fermedad de Addison o ,c on supre
sión del eje hipofisosuprarrenal que
vayan a ser sometidos a cirugía solo
requerirán suplencia de hidro'c ortiso
na. En una utilísima reV'isión de este
problema Pumpton y colruboradores
recomiendan la cobertura solo para
los pacientes con tratamiento este
roideo en el momento de la cirugía y
para aqueBos a quienes se les haya
suprimido en los dos meses anterio
res. "Después de este tiempo es más
racional evitar la cobertura de ruti-·
na, permaneciendo siempre alertas a
la remota posibilidad de un fallo su
prarrenal, estando preparados para
dar hidrocortisona por vía endoveno
sa, inmediatamente ocurran <!aídas
tensionales inexplicables. Usando el
succinato de hidrocortisona que es
soluble en agua en vez del acetato
de hidrocortisona o el acetato de cor
tisona". En las intervenciones mayo
res es prdbruble que solo sea necesa
ria la cobertura durante los tres pri
meros días. (Ver cuadro N9 1), de
bido a que los niveles de cortisol dis
minuyen a la normalidad durante es
te tiempo en los 'p acientes sanos so
metidos a cirugía. El retiro súbito es
probaJblemente el mejor estímulo pa
ra adenohipófisis, no recomendándo
se las disminuciones progresivas. Pa
cientes sometidos a un stress mínimo
o a pequeñas intervenciones solo re
querirán suplencia las primeras 24
horas . Procedimientos menores con
poco traumatismo solo necesitan una
dosis única de 100 mgs. por vía in
trrumuscu1ar de hidrocortisona con la
prem:edicación endovenosa durante la
inducción anestésica.
En el pasado hrubía tendencia a
proporcionar cobertura preanestésica
a todos los pacientes que hubiesen
recibido esteroides en los dos años
anriores. Ello es 'p robaJblemente in
necesario y, ademá:s, peligroso por el
riesgo de infecciones, cicatrización
tardía, hipocalemias agudas e hiper
tensión .
Anestesia. - Precaución con la
premedicación porque to.dos estos ca
sos son susceptibles a todos los bar
bitúricos y narcóticos. Dar solo la
les. El paciente con hi.poadrenalismo
bien controlado requerirá hidrocort1
sona adicional por encima de las do
Bis normales de mantenimiento, se
gún se sugiere en el cuadro NQ 1.
Una premedicación adecuada inclu
ye la Fenoticiana a bajas . dosis o un
derivado de los diazepox:idos como el
Nitrazepan 5 mgs. por vía oral. El
Pentotal solo y probablemente el ci
c!opropano por sí mismos no alteran
~l eje. Un régimen adecuado de anes
tesia sería: Dosis mínimas de Pento
tal, seguida de una mezcla de ~xíge
no óxido nitroso, relajantes. Dlstur
bi~s electrolíticos no deben ocurrir
en Jos casos bien manejadOS .
Los pacientes con crisis Ad~iso
nianas no controladas dewn ser sIem
pre trrutados antes de Il a ane~tesia.
La hipotensión y la hiperka'l emIa son
las dos posibles complicaciones aun
que esta última no parece ser la res
pons8Jble de complicaciones cardíacas
significativas. Si los electroJitos plas
máticos permanecen dentro de lími
tes norma-les, las deficiencias de cor
tisol producen un aplanamiento o in
versión de la onda T y prolongación
del intervalo QT.
Controlar el balance de líquidos y
los niveles de electrolitos durante el
pos,toperatorio. La hidrocortisona se
da de acuerdo al cuadro N Q1. Si apa
rece hipotensóni esta puede ser debi
da a un imbalance de líquidos , o a
bajas en el cortisol plasmático.
SINDROME DE CUSffiNG
Los hallazgos clínicos prinópales
de este síndrome provienen del exce
so de cortisol. La mayoría de estos
pacientes tienen hiperplasia suprarre
nalbilateral asociada algunas veces
a tumores hipofisarios. Una minoría
presenta tumores suprarrenales bien
sea benignos o malignos que afectan
solo a una glándula. Una variedad
de tumores no endocrinos (prove
nientes de células de origen extrain
testinal tales como las de los bron
quios) pueden producir este síndro
me. Este aspecto ha sido revisado
recientemente por Mattingly.
Preparación 'Para la anestesia y ci-
rugía.-El exceso de glucocorticoides
produce gluconeogénesis y supresión
de la utilización periférica de la glu
cosa. En un significativo número de
casos puede halber di!libetes mellitus
clínica, la cual requiere contr?l pre
operatorio disminuyendo la mgesta
hidrocarbonada y posiblemente con
Insulina. El alto nivel de cortisol es
el responsable del balance nitrogena
do negativo y de la debi1l<i.dad muscu
lar. Estos pacientes son susceptibles
a las infecciones a causa de su diabe
tes y de los niveles de cortisol eleva
dos. Debe tenerse mucho cuidado a
fin de prevenir las infecciones cutá
neas, renales y res·p iratorias. La si
cosis puede causar dificultades, sien
do necesaria la sedación con Clorpro
:mazina. Pacientes severamente afec
tados pueden necesitar preparación
con -la metirapona la cual bloquea la
síntesis de la hidrocortisona, siendo
esencial un control bioquímico ade
cuado.
Mucho cuidado debe tenerse al mo
vilizar al paciente debido a lo común
de las esteoporosis. En este síndro
me ocasionalmente se producen la hi
pokalemia y la alkalosis metabólica.
Las complicaciones frecuentes de la
hipertensión y del fallo miocárdico
pueden necesitar tratamiento diuréti
co, lo cual agravará la pérdida de po
tasio a menos que se den suplemen
tos adecuados. Se sugiere un régimen
preoperatorio el cual inc~uiría en to
dos los casos potasio adicional en la
forma de tabletas de liberación lenta,
seis veces al día (unos 48 millq de K
extra). Debe restringirse la ingesta
de sodio.
Se debe dar cobertura esteroidea
a todos los casos durante y después
de la operación, siempre que ambas
glándulas sean total o parcialmente
removídas. Los esteroides -p reopera
torios son innecesarios, porque los
niveles de los mismos son siempre
altos. Una suprarrenal puede atrofiar
se e inactivarse si la opuesta tiene
un tumor secretante que haya supri
mido la producción hipofisaria de
corticotropina.
Anestesia. - Una técnica adecua
da inoluye el uso de Pentotal, pan
curonium (su molécula esteoroidea
221
no tiene significación en el contexto
de este síndrome), intubación N20,
02 y ventilación con presión positi
va intermitente. Debe haber un con
trol electrocardiográfico con visasco
pio, para poder detectar las hipoca
iemias, por el des{!enso en la ampli
tud de la onda T prolongación del
intervalo QT, ondas U aumentadas y
cambios en el segmento STo Desafor
tunadamente ninguno de estos sig
nos son enteramente específicos de
la hipocalemia.
Post-operatoriamente administrar
de 1,5 a 2 litros de glucosa, 250 m'!.
de solución salina normal y 250 mgs.
de hidrocortisona 'Por vía endoveno
sa las primeras 24 horas. Las solu
ciones salinas están restringidas a
causa de que los niveles plasmáticos
de cortisol aún están elevados. La
debilidad muscülar puede surgir de
la depleción del -p otasio y a veces
ocurren dificultades respiratorias y
predisposición subsiguiente a las in
fecciones pulmonares en un paciente
de po-r sí susceptible a las mismas.
La hidrocortisona tiene un débil
efecto mineralcorticoide, por lo tan
to, sea probablemente innecesario ad
ministrarlos hasta tanto la dosis dia
Tia de ésta sea inferior a 100 mgs.
De a:hí en adelante se agrega fludro
cortisona, 0.1 mgs. en días a,lternos.
Es costumbre en estos pacientes dis
minuír más ,l entamente la dosis post
operatoria de hidrocortisona en vez
de lo sugerido en el cuadro N9 1, de
bido a que sus tejidos se han acos
tumbrado a elevados niveles de cor
tisol y las disminuciones rápidas de
las dosis hasta los niveles de mante
nimiento normales pueden producir
cuadros 'clínicos semejantes a las cri
sis addisonianas.
-L os pacientes con adrena,lectomía
total, a quienes se .Jes someta a cual
quier intervención, requieren inevita
blemente dosis de ester01des eleva
das. Son también aconsejables en pa
cientes con adrenalectomÍa subtotal
sometidos a cirugía a causa de que el
tejido suprarrenal restante puede ser
insuficiente durante el stress.
ALDOSTERONISMO PRIMARIO
Es raro yes debido a tumores se
222
cretores de aldosterona (síndrome de
Conn) , o a hiperplasia O a una com
binación de ambas, loca,lizado en la
zona glomerular. Hay pérdida renal
de potasio e hidrógeniones, retención
de sodio, cloro y agua e hipertensión.
Debilidad muscular y alcalosis meta
bólica como resultado de la hipopota
semia. Cerca de la mitad de los casos
tienen alterada la tolerancia a la glu
cosa.
El diagnóstJico es extremadamente
difícH y se basa en la actividad de
la renina plasmática, y en la esti
mación -de la producción de aldoste
rona. La depri'Vación del sodio produ
ce retención de potasio, lo mismo
que la a-dministración de espironolac
tona. La administración sostenida de
espironalactonas produce disminución
de la hi'Pertensión en el aldosteronis
mo primario, no así en el secundario.
La enfermedad primaria responde a
la cirugía suprarrenal. Estos pacien
tes deben ser tratados durante se
manas con espironolactona (aldacto
na A) a dosis de 100 a 400 mgs. dia
rios, y dieta hiposódica. Pueden ser
necesarias las dosis adicionales de
potasio.
En dos casos, la manipulación de
la glándula durante la operación pro
dujo cambios tensiona,les, estas hi:p er
tensiones son resistentes al trimetor
fan.
En vista de los niveles bajos de
potasio debe tenerse extremado cui
dado con el uso de los relajantes del
tipo despo.Jari~ante.
LA MEDULA SUPRARRENAL
Hiperfunción, feocromocitoma.
Este tumor puede ser benigno, pero
en un estudio realizado en la Clínica
Mayo, 14% fueron malignos y 9.2%
fueron múltiples. Los tumores pro
ductores de catecolaminas raramen
te son de localización extra-abdomi
nal. Existe una asocia-ción entre la
neurofibroma,tosis y el feocromocito
ma. La enfermedad a veces se diag
nostica durant.e el embarazo y es cau
sa de una eleV'ada mortalidad post
natal, un 45%.
En la enfermedad clásica, los sm
tomas son de 8iparUC'lOn paroxística,
haciéndose luego constante pero esta
forma no se observa siempre. Las ca
tecolaminas aumentadas, producen
efectos ,a lfa adrenérgicos, especial
mente vaso constricción cutánea y
efectos betamiméticos tales como ino
tropismo y cronotropismo cardíaco.
Puede ocurrir hiperglicemia, pero una
dialbetes marcada no suele aparecer
como problema clínico. Hay ca~da del
volumen plasmático y del hematocri
to, que puede ser Ira causa de la hi
potEinsión postoperatoria después de
la extirpación del tumor, pero pare
ce no hruber suficiente evidencia para
sustentar esta hipótesis.
Preparación para la anestesia y la
cirugía. - La hiperactividad simpá
tica debe controlarse con bloquean
t es adrenérgicos, Alfa bloqueadores
administrados tres días antes permi
tirían una restauración espontánea
del volumen sanguíneo. El paciente se
torna más tranquilo y fácil de pre
medicar y hay menos elevaciones de
la presión sanguínea. Los beta blo
queadores controlarán las arritmias
y Ia taquicardia agravadas por el
bloqueo alfa. Los beta bloqueadores
no deben usarse solos, debido a que
el corazón no recibiría la excitación
necesaria para la demanda de una
excesiva actividad alfa adrenérgica.
Los siguientes factores, los cU8iles
pueden ser suprimidos o disminuidos
estimulan la 11beración de catecola
minas:
Hay ventajas, sin embargo, en el
bloqueo parcial opuestas al bloqueo
completo.
1. - Hipoxia, hipercarbia y dro
gas liberadoras de histamina.
' 2. -
Agentes simp8iticomiméticos.
3. - Movilización y manipulación
del tumor.
4. -
Miedo, stress y dolor.
Antes del empleo de las drogas an
tiadrenérgicas, 24% de los pacientes
con feocromocitoma morían a causa
de la intervención, aun cuando la en
medad fuese diagnosticada antes, y
50 % cuando no lo era. Hoy en día
un feocromocitoma no diagnosticado
es un serio peligro, porque produce
hipertensiones progresivas en el cur
so de intervenciones, cuya anestesia
general sería sin complicaciones de
no existir éste.
Los períodos críticos suelen pre
sentarse dur~nte la inducción, la co
locación del paciente y manipulación
del tumor. Esto suele provoca'r am
plias y elevadas hi'p ertensiones con
muerte por insufioiencia cal1díaca y j o
hemorragia cerebral. Otro período
crítico ocurre cuando se pinza la ve
na a la cual drena el tumor, porque
se pueden presentar hipotensiones si
el volumen sanguíneo no ha sido res
taurado antes o durante la cirugía.
El riesgo de hipotensión continúa
duante el post.
El tumor se localiza más fácilmente
povque su manipulación produce hi
pertensión y si el tumor es múltilple,
la extirpación incompleta no disminui
rá la hipertensión de tal manera que
se puede detectar la ,p resencia del te
jildo residual. El bloqueo completo
produce mayor hipotensión con el
Pentotal y no ocurre taquicardia co
mo respuesta a la ,p érdida de sangre.
El método de preparación propues
to por Ross y colruboradores en el
Hospital Médico Universitario es el
siguiente:
Desde el día de su diagnóstico:
fenoxtbenz8imina oral en dosis (en
tre uno y dos mg. j K) suficientes pa
ra reducir la presión sanguínea en
posición supina, pero sin Ip roducir
síntomas de hipotensión en posición
erecta. Han ocurrido muertes en pa
cientes diagnosticados mientras es
peraban su turno para cirugía a los
cuales no se les administró bloquea
dores adrenérgicos.
Preoperatoriamente: 3 días antes
fenoxrbenzamina 1 mg. j K en 250 mI.
de dextrosa al 5 % por vía endove
nos a durante una hora.
Dos días antes, la fenoxibenzami
na se repite como antes seguida de
la administración oral de 40 mg. de
propanolol, midiendo el pulso y la
tensión arterial cada 15 minutos.
223
Este reglmen se repite cada dos
hovas hasta baja,r la frecuencia del
pulso a 80 por minuto.
colaboradores informan de un caso
con marcadas os.cilaciones de la pre
sión aunque ellos solo lo us.'aron a
Un día antes, repetir las mismas
dosis depropanolol y fenoxibenzami
na.
concentraciones del 2%.
La principal desventaja del halo
tano es el ries.go de arritmias a cau-
sa de los altos niveles. de catecola
minas endógenas, pero se reducen
consider8iblemente s.i mantienen la
Pa02 y la PaC02 dentro de límites
normales. Mé'>.s a~~ ,:., Etston y Shimo
sato, demostraron que el halotano re
ducía los niveles de catecolaminas
circulantes durante la estirpación
operatoria.
El día de la operación, una hora
antes. 20 mg. de papaverina y 0.4
mg. de hioscina, y no dar fenoxiben
zamina si la presión sanguínea está
por debajo de 160/110, si no lo está
dar 50 mg. intravenosrumente. El pro
panoloI se utiliza para mantener la
frecuencia por debajo de los 80 pul
saciones por minuto, dando dosis la
mitad de las usadas en los dí-as pre
vios. Las fenotiazinas deben evitarse
a causa de su prolongada acción an
tiadrenérgka, que puede provocar hi
potensiones postoperatorias.
Anestesia. Debe escogerse un mé
todo que no provoque la liberación
de catecolaminas ni ,p roduzca compli
caciones como las provenientes de un
fenómeno al.fa. El éter y el ciclo evo
can la liberación aunque el primero
tiene muchos abogados tanto en In
glaterra como :en USA. Es posible
que la Hberación de histamina por el
curare no sea tanta. No se acons.eja
el suxametonio a caus.a de que la es.
timulación ganglionar libera cateco
laminas., o porque las fas.ciculacio
nes. aumentan la pres.ión sobre e,l tu
mor aunque esto 'p arece improbable
y este relajante ha sido usado s.in
que se infol1men complicaciones ..
En la práctica: Pentotal como hip
nótico a dosis míni.mas, pero en la
presenda de un bloqueo alfa com
pleto puede producir una grave hi
potens.ión. E1 paciente se relaja con
pancuronium y s.e intuba después. de
dar analges.ia tópica en la laringe.
Se adminis,tra 02 y óxido nitroso,
bajo presión positiva intermitente.
La metadona o la fenopiridina pue
den uS.arse como analgésicos. suple
mentarios porque provocan una libe
ración de histamina mínima.
El flutane tiene la ventaja de con
trarrestar la constricción arteriolar,
Rollason informa de un buen control
de la presión aun con dosis de 4 %
del mismo. Sin embargo, Murphy y
, .'
Realizar un control mantenido de
la frecuencia del pulso, la presión ar
terial, y la 'Presión venosa central.
Suminis.trar dosis de 1-5 mg. de fen
tolamina cuando aumente la pres.ión
sanguníea, y propanolol a las mis
mas dosis cuando haya taquicardia.
Las necesidades de este bloqueante
adrenérgico están muy disminuídas
si ha habido una buena preparación.
Después de pinzar las venas que dre
nan el tumor, administrar soluciones
libr.emente. Con el bloqueo los signos
de la pérdida sanguníea por hemo
l'ragia s.e encuentran enmascarados,
más aún, estos padentes suelen ser
propensos a 1aS. hipotensiones e hipo
volemiascrónicas s.i no han sido con
venientemente preparados..
Con tmns.fus.iones suficientes. los.
vas.opres.ores. no s.on neces.anos.. Es.
aconsejaJble us.ar dos goteos endove
nosos, uno para la trans.fusión s.an
guillea y el otro para adminis.trar las
drogas., y posiblemente s.angre, por
que la pérdida de la misma debe S.er
rápida y completamente repues.tas.
La atropina debe usarse con precau
ción. La nora,drenalina tiene un efec
to cronotrópico y la atropina dismi
nuye el freno del barorreceptor a la
taquicardia.
TIROIDES Hipofunsión Fisiopatología. La falta de hormo
na tiroidea produce un enlentecimien
to general del metabolis.mo, hay dis
minución del metabolismo' basal y
tendencia a la hipotermia. El flujo
cardíaco es menor, lo mismo que el
pulso. A menudo haidropericardio.
La a;rterioesclerosis se agrava posi
blemente en relación al aumento del
colesterol serico. Se observan ECG
de bajo voltaje , y ondas T a:bnorma
les. La retención de líquidos posible
mente sea el resultado de una secre
ción inadecuada de la hormona anti
diurética, con la aparición de hipo
natrenia e hipocloremia. Puede apa
recer hipog¡'i~emia atri·b uíhle a los ni
veles bajos de hormona tiroidea y de
hormonas supra;rrenales, o a la hipo
termia. En los casos no tratados
puede haber disminuciones marcadas
de la temperatura corporaJl, y apare
cer coma, especiaLmente en presencia
de infecciones. La mortalidad en este
caso (coma mixodematoso) en la úl
tima década era del 80 %, las muer
tes ocurrían por 'el fallo circulatorio
periférico y .por las infecciones. En
el coma mixedematoso el centro res
piratorio tiene disminuída su sensi
bilidad a la hipercarbia y a la hipo
xia. Nordquist y Col, fueron los pri
meros en señalar el riesgo de depre
sión respiratoria, y reportaron la so
hrevivencia de un paciente con coma
mixedematoso tratado con ventilación
con presión positiva intermitente.
Se ha reconocido una Neuropatía
y miopatía. En las series de Nickel y
Frame el 28% de los pa'Cientes mixe
dematosos tenían signos objetivos de
debilidad muscular. Buede también
encontrarse miotonÍa la cual puede
ser medida como la mitad del tiempo
de relajación del reflejo del tendón
de Aquiles . Este tiempo es inversa
mente proporc'¡onal a la tasa del me
tabolismo basal. La miotonía no pa
rece causar dificultades con el suxa
metonilUm. La laringe apa;receinfil
trada ~on mucop01isacridos, de tal
manera que la mucosa se hace ede
ma;tosa. Pueden ocurrir crisis hemo
rrágicas. Hay disminución de la glo
bulina anti!hemofílica, del fa:ctor IX
y XI, probablemente como parte de
la disminución general de la síntesis
proteica.
Preparación p·a ra la anestesia y la
cirugía. Los desórdenes hroideos no
pueden ser controlados tan rápida
mente como los slUprarrena!les. Por
ejemplo, el efecto de la tiroxina no
se desarrolla 'completamente antes
de tres días y aun dosis de triyodoti
ronina administradas subcutánea
mente tardan 24 horas en aumentar
el bmr desde 40 a niveles normales.
El paciente mixedematoso no trata
do que tenga que ser sometido a ci
rugía de urgencia, es un riesgo gran
de, presentando aún mayor peligro
los pacientes en coma.
Un tratamiento enérgico es necesa
rio antes de comenzar la cirugía.
Para el reemplazaJmiento hormonal
se utiliza la Triyodotironina a causa
de que su acción es más rápida y
de ser tres veces más potente que
la tiroxina, pero las dosis iniciales
deben ser mínimas. Se recomienda
que éstas no sean mayores de 5 Ug
en las primeras 24 horas. Se ha in
forma;do la aparición de angina des
pués de dosis de 50 U g de triyodoti
ronin a , seguidas de fal'lecimiento dos
días después.
Controlar la PaC02 e instaurar
ven,ti1ación con presión pos,itiva inter
mitente sí está indicada. La produc
ción de C02 es baja de tal manera
que la ventilación alveolar debe ser
menor. El recalentamiento es innece
sario y aun peligroso, a causa de que
incrementada las demandas metabó
licas. No obstante se haya indicado
cuando la temperatura desciende de
30 grados centígrados, para evitar el
peligro de las arritmias. Es aconse
jaJb1e aumentarla hasta solo 30 gra
dos centígrados. Puede haber fallo
sUlprarrenal presente como parte de
una enfermedad auto inmune, o pue
de éste ser precipit,a do por un retor
no rápido del metabolismo, de tal
forma que haya que administrar hi
drocortisona (100 mg. cada seis u
ocho horas). Así probablemente me
jorará la función renal y se corregi
rá la hiponatremia que también es
común. Pueden requerirse vasopreso
res para mantener la presión arte
rial, ,p ovque la hipotensión es una
complicación reconocida, pero la res
puesta a los mismos es pobre hasta
tanto no se hayan recuperado los ni
veles sanguíneos de la hormona .ti
roidea. La conciencia retorna entre
las 24 a 48 horas en los casos mo
derados de coma. Debido a que las
infecciones a menudo precipitan el
coma puede ser necesaria una tera
225
pia intensiva con antibióticos. La ci
rugía debe demorarse tanto como sea
pos~ble, debido a la tardanza de la
triyodotircmina en actuar y porque
los casos no controlados tienen una
alta mortalidad.
éstos no son manifestaciones de so
breactividad simpática. Además, re
visiones recientes de las relaciones
entre el tiroide y las catecolaminas
sugieren que estas últimas no están
potencializadas por la tiroxina.
Anestesia. - Como el centro respi
ratorio está realmente deprimido, los
narcóticos y sedantes deben evitarse
o usarse con muoha precaución. El
halotane tiende a incrementar la pér
dida calorica por la vasodilatación
periférica y exacerbada la hipoten
sión y la arritmia. A pesar de la neu
ropatia la ventilación controlada con
gas y oxígeno parece o:f.recer la téc
nica más segura. Uno de los grandes
peligros del htpotiroidismo es su 8Jpa
rición insidiosa con cambios lentos
en el estado físico del paciente, que
pueden no ser observados por médi
co que trata el paciente. El aneste
s'iólogo que visita al enfermo por .p ri
mera vez, en la consulta preanesté
sica debe estar en condiciones de
diagnosticar un mixedema. Es im
portante anotar que los casos de tiro
texicosis tratados con 1-131 desaITo
llan mixedema dentro de los diez
años siguientes en un 40 a 50% de
ellos.
MuChos de estos estudios se han
basado en hipermetabolismos induci
dos en voluntarios humanos y en
ani.ma1es, los cuales no pueden apli
carse a la tirotox'icosis clínica. Mc
Devitt y Col. han sostenido la tesis
de Howitt y Rowlands de que la fre
cuencia cardíaca después de un blo
queo beta simpático con propanolol,
en pacientes con tirotoxicosis, aun
que reducido, permanece más alto
que la frecuencia cardíaca normal.
IDPERFUNCION
Fisiopa1;()logía. - Hay un estado
de hLperoata'bolismo y se dice que la
hormona tiroidea desacopla la fos
forHización oxidativa. En vez de al
macenarse energía en forma de de
pósitos de alto contenido como el
ATP, por ejemplo, esta se pierde co
mo calor. Es como <!uando las ruedas
gimn patinando sin ningún avance.
E1 consumo metabólico basal de 02
está aumentado.
Muchos de los hallazgos de la ti
rotixicosis ta!les como la excitabili
dad, taquicardia, sudoración, gluco
genolisis y aumento del volumen de
eXJpulsión sistó1ico, pueden atribuír
se a una respuesta excesiva a las ca
tecolaminas circulantes. Harrison ha
revisado intensivamente este hecho,
pero la semejanza entre la hipeacti
vidad simpática y el hLpertiroidismo
es incompleta. En este último hay
vasodilataeión y calor cutáneos au
ment3Jdos, diarrea y exoftalmos, y
226
Más aún, un bloqueo beta no alte
ra el consumo Pe oxígeno, el gasto
cardíaco, las presiones sistémicas ar
teriailes o auriculares derechas. Esto
sugiere que la hormona tiroide ac
túa directamente sobre el miocardio,
una hipótesis adelantada ya por Ya
ter y otros en los años 30-31. De he
cho, se han usado implantes de tiro
xina con el intento de establecer un
marcaipaso .en perros. a los cuales se
les había provocado un bloqueo ex
peI'lLmental.
'El comzón de los pacientes tiro
de más de 40 años no
responde de una manera adecuada a
las demandas metabólicas aumenta
das, y por lo tanto, el fallo cardíaco
es más común a esta edad. El ECG
muestra una taquicardia sinusal, Hi
pertrofia ventricular izquierda e in
tervalos QRS aumentados.
toxi~ósicos
Los depósitos de glucógeno están
disminuidos, puede haber fallo hepá
tico por la excesiva glicogenolisis .
Son posi1b les las def1iciencias subclíni
cas del complejo vitamínico É. La
diarrea y la sudoración pueden pro
ducir depresión acuosa y distuI'\bios
electrolíticos. La!bilidad emocional,
ansiedad y la atrofia y debilidad
muscular son frecuentes. Los desór
denes musculares no son de natura
leza miasténica, no siendo afectados
por la neostigmina, y el paciente con
tirotoxicosis y miastenia se empeora
a medida que su toxicidad mejora, es
ta es la llamada relación oroclógi
ca. Se ha informado la miopatía tiro
toxicócica, que aunque rara afecta
los músculos respiratorios y bulba
res y se mejora con drogas antiti
roideas.
Preparación para la anestesia y la
cirugía, debe hacerse siempre antes
de intentar esta última. Las drogas
más comúnmente usadas son el car
bimasol y los metil o propilticura
cilos. Bloquean la síntesis dev¡'roxi
na no afectando su liberación, tar
dan de seis a oc'ho semanas en a ctuar.
Las dosis se ajustan de acuerdo a la
frecuencia del pulso en reposo, y a
los síntomas del paciente. Pueden pro
ducir agranulocitosis (0,5 a 1 % de
los pacientes) y efectos secundarios
tales como deficiencia de vitamina K
y neuritis periféricas que son los úni
cos que interesarían al anestesiólogo.
Antes de la tiroidectomía se le admi
nistran yoduros al paciente durante
10 a 14 días porque estos aumentan
la consistencia glandular y disminu
yen su vascularización. Después de
esta terapéutica puede extirparse la
glándula dentro de las tres sema
nas siguientes a la primera dos,is.
Ya que son absorbidos por el intes
tino en la forma iónica. Los yoduros
de potasio (60 mg. tres veces al día)
son tan efectivos como el yoduro de
lugol tradicional. La rapidez de éste
para ~minuir la actividad glandu
lar es mucho más rápida que la de las
otras drogas antitiróiJdeas, pero su
mecanismo, discutido por Means y Col
no se conoce completamente. Aunque
Zondek sugiere que tienen una ac
ción bifáska de estimulación y se
creción. Probablemente interlfieren la
respuesta enzimátioa responsaJble de
la liberación de la hormona activa
por la glándula.
I
Otras medidas importantes inclu
yen la administración de ' complejo
vitamínico B, sedación adecuada, e in
gesta de glucosa.
Una crisis tirotóxica puede ser pro
voca;da en un paciente tirotóxico, por
una infección, traumatismo, altera
ciones emocionales, acidosis diabética
o por el parto. El diagnóstico general
mente es obvio por la exageración de
los signos y síntomas de la toX!icidad.
Sin embargo el dolor abdominal y la
diarrea con hipertermia pueden ser
diagnosticados erróneamente como un
abdomen agudo. Este estado se obser
va más comúnmente después de la
tiroidectomÍa en paóentes con mala
preparación preoperatoria.
El tr8Jtamiento debe ser vigoroso
y rápido porque se han informado
mortalidades del 25 % . El control se
basa en :
1. - Contro'lar la l~beración de la
hOl'lIlona ti.r oidea con yoduro sódico,
si es necesario .p or vía endovenosa,
1-2 g. al día. También se adminis
tran los yoduros, a causa de su ac
ción posterior y para prevenir la li
beración hormonal de rebote, cuando
se supriman éstos.
2. - Controlar la hilperactividad
del sistema nervioso-simpático con el
Propanolol endovenoso, asegurándose
de que no haya falla cardíaca con
comitante. Esta droga reducirá la ta
quicardia sinusal y ayudará a contro
lar cualquier fibrilación de aparición
rápida, que no responda a la digital.
Disminuye también el temblor y la su
doradón.
3. - Corrección endovenosa de la
deshidratación y la deplesión salina
caus8Jda por la sudoración. La gluco
sa endovenosa es necesaria para con
trarrestar la disminución de los de
pósitos de glucógeno y para suminis
trar calorías.
4. - Enfriamiento, por medio de
compresas húmedas, ventiladores y
sábanas refrigeradoras para dismi
nuir la temperautra.
5. - Si hay fallo cardíaco presen
te, tratarlo con digitálicos y diuré
ticos. Se omiten los bloqueadores adre
nérgicos (revisar el segundo punto).
6. - Tratamiento dcl f8JHo supra
rrenal. Los corticosteroiJdes son meta
bolizados más rápidamente en el hí
gado (y también más rápidamente
sintetizados) en la timtoxicosis. Su
efectividad parece estar disminuída
en las crisis tiróideas por la posibi
lidad de una insuficiencia co.rticoste
roide relativa. Waldstein y Col, su
gieren que las dosis de 100 miligramos
227
de hildrocortisona tres veces al día
son beneficiosas.
Anestesia. Los casos bien contro
lados no presentan muchos proble
mas. Los tiobarbitúr~cos tienen una
acción antitiroidea solo a grandes do
sis, no obstante son generalmente
útiles. Las fenotiazinas son también
beneficiosas porque parece que au
mentan la acción de 'las drogas anti
tiróideas y reducen la secreción de
tirotrofina. Su efecto antis1mpático
mimético es también beneficioso.
Se ha sugerido que el Halotano po
dría estar contraindicado en los hi
pertiroidismos no tratados a causa
de aumentar la activroad de Ilas ca
tecolaminas y la hilpercarbia. Sin em
bargo, los niveles altos de PaCo2 cau
santes de arritmias pueden prevenir
se y los niveles plasmáticos de cate
colaminas no son aumentados.
La técnIca más segura en los hiper
tiroidismos tratados insuficient'e mente
sería: Pentotal, Gas, Oxígeno, rela
jantes y ventilación con presión po
sitiva intermitente. Aun en las in
filtraciones con Adrena'lina (al 1 por
200.000) la incidencia de arritmias du
rante la tiroidectomÍa en los pacien
tes tóxicos y no tóxicos con trata
mien~o previo fu e de solo un 4 % .
En el último informe el número de
arritmias subsiguientes a la infiltra
ción en pacientes anestesiados con
gas-oxígeno-halotano y respiración es
pontánea fue del 28%. Siendo todos
rápidamente controlados con 1 mg. de
P r opanoloI endovenoso.
Complicaciones post-operatorias pre
coces.
1. - Traumatismo del nervio la
ríngeo recur,rente. Se informan inci
dencias entre el 0,2' y el 2 % . La la
ringoscopia post-operatoria inmediata
no ofrece garantías y tiene mayor
valor cuando se hace de tres a cinco
días después. Aún la paráHsis de am
bas cuerdas vocales deja una vía aé
rea adecuada, al menos de que ocu
rra edema de la glotis. Debe realizarse
la intubación o la traqueostomía si
hay el menor signo de CJ.bstrucción
y al mismo tiempo administrar mez
clas de oxígeno y helio.
228
La traqueostomía se mantiene ha;:;
ta la recuperación 'del nerv'¡o. Si el
daño nervioso es .p ermanente la vía
aérea laríngea es suficiente al menos
que ocurra edema como sería en el
caso de una infección respiratoria.
La aritenoidectomía provee una vía
aérea mayor sin la necesidad de una
traqueostomía permanente.
2. - Hemorragia. Un hematoma
profundo en los músculos peritraquea
les puede ser muy peligroso a causa
de la compresión laríngea. Puede au
mentar ráJpid8l.lllente y necesita übe
ración urgente. Es menos común que
el traumatismo del nervio (1 en 139
tiroidectomías). Los hematomas sub
cutáneos pequeños tienen menor im
portancia y no demandan evacuación
inmediata.
3. - Hipoparatiroidismo. Este se
man1foiesta unas 24 a 48 horas des
pués, con parestesias y tetania con
signo de Chvostek y de Trousseau
pos·i tivos y niveles bajos del calcio
sérico. Han ocurrido muertes a causa
de un hipoparat-irCJ.idismo e}!fuaustivo.
1 mI. de gluconato cálcico en solu
ciones al 10 % aliviarán la tetania.
Debe administrarse caJ.ciferdl por vía
oral en dosis de 1,25 mg. (50.000)
unidades cada 0000 horas. La terapia
debe ir de acuerdo a controles fre
cuentes del CaiJ.co sérico. Buede usarse
el dilhidrotaquisterol en lugar del cal
ciferol. Debe haber una ingesta alta
de calcio por vía ora~ (gluconato cál
cico 600 mg. cuatro veces al día).
La hipocalcemia d~be curar dentro
de un año, pero a menudo persiste
con el peligro de la formación de ca
taratas, y desórdenes mentales.
Bocio no tóxico.
El aumento de tamaño no maligno
de la glándula no produce a menudo
.dificultades al anestesiólogo al me
nos que sea retroesternal. En tal ca
so un corte del mismo puede reque
rirse a fin de facilitar su remoción.
La hemorragia en los quistes goto
sos retroesternales puede ocluir las
venas mediastínicas s uperiores. La
presión ejercida por el crecimiento del
·bocio puede causar atrofia cartilagi
nosa de la tráquea siendo la extu
bación al final de la cirugía seguida
de obstrucción respiratoria porque la
trá quea se invagina durante la ins
piración.
Carcinoma tiróide'O.
Este puede producir más dificulta
des que el bocio retroesrternal. El cre
cimiento produce costras en la tJ'á
quea la cual puede estar muy estre
ohada, y el edema mucoso post-intu
bación puede aumentar notaJblemente
la res!stencia al flujo aéreo, más aún
18; ~arm?e puede hallarse desplaZiada,
difICultandose la intubación.
Conclusiones.
La preparación para cirugía e1ecti
va de un paciente con una enferme
da.d endocrina diagnosticada suele ne
cesitar s'emanas de terapéutica cui
dadosa. La anestesia puede entonces
llevarse a cabo sin complicaciones. El
mayor peligro radica en los desórde
nes endocrinos agudos, tales como los
feocromocitomas no diagnosticados, o
el coma hipOipituitario. En tales cir
cunstancias se requiere una gran ha
bU,idad en el. manejo del paciente an
tes de someterlo a la cirugía.
Nota. La bibHogrMía debe consul
tarse en el texto original.