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Las cirugías del rostro y del cuerpo marcan la
tendencia
Aunque en el país no existen estudios oficiales sobre las cirugías estéticas, los
especialistas coinciden en que hay un aumento importante de la demanda, sobre todo en
la última década.
La rinoplastia (cirugía de la nariz) es la operación estética de mayor demanda, con un
39%, seguida de la abdominoplastia (procedimiento para mejorar el aspecto del
abdomen, cuando existe un exceso de tejido graso y cutáneo), seguida de la liposucción
(técnica quirúrgica que retira grasa mediante la aspiración).
En ese universo de personas está Esthela Vélez, que acaba de cumplir 48 años y decidió
mejorar su apariencia con una cirugía para eliminar las arrugas de su rostro. “Me siento
mejor”, dice y explica que su marido la respaldó, lo que la motivó a practicarse otra
cirugía, que también está consultando con su pareja.
Para Vélez, dar el primer paso fue complicado. “Yo no estaba enferma, no necesitaba
operarme, pero me sentía mal al verme al espejo”. Luego de varias charlas con su
esposo y con amigas sobre la operación, tomó la decisión. Antes de la intervención
consultó a varios médicos. “Soy desconfiada, por eso busqué mucho, durante ocho
meses”, dice.
Las intervenciones, con la guía de un profesional serio, también pueden ayudar a
mejorar la autoestima de las personas. Ana María Estrella, de 55 años, tiene una hija de
19. La joven, que está por ingresar a la universidad a estudiar Publicidad, se hizo un
implante mamario hace un año.
La chica cuenta que sentía una especie de complejo por tener senos pequeños, lo que le
creó un conflicto en el colegio cuando tenía 16 años. “Veía que mis compañeras
empezaban a tener más busto y yo me sentía mal por eso”.
La madre notó su depresión y trató de ayudarla con charlas con su psicólogo. Luego, la
joven decidió realizarse unos implantes mamarios. El siguiente paso fue buscar toda la
información y encontrar a un buen cirujano que la intervenga.
El cirujano plástico Byron Vaca sostiene que ese cambio en la mentalidad, con apertura
a las cirugías estéticas, en las personas mayores a los 35 años se remonta a una década
atrás.
quitarse un lunar hasta una lipoescultura, explica Vaca, basado en estudios que ha
realizado personalmente. Las operaciones en la nariz están en primer lugar, en lo que a
rostro se refiere, y en el cuerpo son las lipoesculturas.
En la Sierra, las cirugías más comunes son en el rostro, “porque es una sociedad más
conservadora”. Mientras que en la Costa las cirugías del cuerpo se realizan con más
frecuencia. También es interesante la tendencia en los hombres. Por ejemplo, una de
cada 10 operaciones de liposucción se la practican varones.
En el país es muy complicado obtener datos sobre cirugías plásticas. Los especialistas
no registran en ninguna entidad central cada operación que realizan y eso dificulta la
obtención de información global sobre las cirugías.
El Instituto de Salud Pública de la Universidad Católica, que realiza diversas
investigaciones en este campo, tampoco cuenta con información. “La falta de cifras y
estudios evidencia que el Estado no cuenta con parámetros para delimitar el territorio de
un campo tan complejo: es como si Ecuador no tuviera un Registro Civil”, sostiene
Édison Aguilar, cabeza de este instituto.
Aunque cada clínica privada tiene sus registros, no hay datos consolidados, lo cual
evidencia que no es un tema prioritario para los gobiernos de turno.
Cecilia Niemes gerencia la empresa CN Modelos. Ella cree que la gente no intenta
llegar a la perfección al realizarse una cirugía plástica. “Ahora hay más competencia y
la belleza te abre puertas”.
Las mujeres, especialmente, prefieren hacerse cirugías cuando se dan cuenta que no
podrán bajar de peso a pesar de que realicen mucho ejercicio.
La empresaria no sataniza las cirugías plásticas, si en realidad el paciente las necesita.
Pero pone alertas cuando hay síntomas de excesos en este tipo de cirugías y los
encargados de notar eso son los médicos. “La ética debe salir a flote. Los médicos
deben explicar al paciente que no necesita una operación estética; si este insiste es
bueno recomendarle un psicólogo. Todo tiene un límite”.
Natalia (nombre cambiado) es modelo y cree que la belleza corporal se puede lograr con
ejercicio y cirugías. Hace un mes se realizó su segunda cirugía plástica: un implante de
mamas. Antes le colocaron implantes en los glúteos y “no me fue mal, todo lo
contrario”. Ella hoy confía en que sus pechos más voluptuosos le abrirán más
posibilidades laborales.
Tiene 27 años y un largo recorrido en su profesión, que ha ejercido desde hace varios
años. “Es un oficio que exige la perfección corporal y hay que sacrificarse por ello”. En
las dos operaciones ella gastó unos USD 3 000.
Niemes cree que el mercado de cirugías creció porque la sociedad acepta más este tipo
de cambios corporales. Otra razón que identifica para la tendencia es la facilidad en los
pagos, que varían dependiendo del procedimiento.
Estos cambios se empezaron a notar en la sociedad hace unos 10 años.
El perfil del paciente también cambió, dice Vaca: “Hoy los pacientes manejan más
información sobre las operaciones”.
La aparición y evolución de las operaciones
La cirugía estética nació en la India
Donde en el siglo II a.C. se realizaban operaciones para reconstruir la nariz a los
amputados (las leyes establecían que en determinados delitos esta parte del cuerpo fuera
amputada). La técnica que se utilizaba prevía el empleo de capas de tejido que se
extraían de la frente. Más tarde, en el siglo VI a.C., el médico ayurvédico Sushurta
perfeccionó la técnica.
La piel lisa
En Occidente, las primeras operaciones se remontan al período de los egipcios. En el
papiro de Ebers (1500 a. C) se describe un procedimiento para hacer más suave la piel y
eliminar las arrugas con piedra pómez.
Cirugías en la guerra
Los antiguos romanos desarrollaron técnicas de cirugía estética. Se sometían a este tipo
de operaciones la mayoría de los soldados que regresaban de la guerra. En el Tratado de
Medicina, el doctor Aulo Cornelio Celso (14 a. C. – 37 d. C.) se describen los métodos
para reconstruir la nariz, las orejas y los labios, utilizando capas de piel extraídas de
otras zonas.
Un barbero cirujano
En 1561, el barbero de Hamburgo Hans Schaller realizó la primera operación de
reducción de seno, a una joven cuyos pechos eran tan grandes que no podía
sostenerlos. Le fueron amputados los senos completamente. En esa época, algunos
barberos ejercían como cirujanos.
El método italiano
Inspirándose en las técnicas indúes (que llegaron a Italia con los árabes), alrededor de
1400, Gustavo y Antonio Branca inventaron “el método italiano” para la reconstrucción
de la nariz. Usaban capas de piel que extraían del brazo. El método fue descrito en
detalle en 1597 por Gaspare Tagliacozzi, cirujano de Bolonia, que usó para reconstruir
labios y orejas afectadas por cáncer y mutilaciones.
Las reconstrucciones
En 1791, el cirujano francés François Chopart realizó la primera reconstrucción de un
labio inferior con piel extraída de la frente. Con un método similar, en 1814, el inglés
Joseph Carpue reconstruyó la nariz de un oficial. En 1827, el estadounidense John
Mettauer realizó la primera cirugía de labio leporino utilizando instrumentos diseñados
por él mismo. Mientras que las primeras operaciones de reconstrucción del seno en
mujeres que habían sufrido amputaciones por un tumor se realizaron a finales del siglo
XIX.
La cirugía estética
En 1906, el alemán Erich Lexer hizo el primer ‘lifting’; y pocos años más tarde inventó
la técnica de la reducción del seno. Mientras que la primera blefaroplastia (eliminación
de las bolsas debajo de los ojos), fue realizada por el francés Julien Bourguet, en
1919. En el siglo XX la cirugía plástica se desarrolló mucho, gracias también a las dos
guerras mundiales, que dieron la oportunidad de poner en práctica numerosos
procedimientos para reconstruir varias partes del rostro.
Los implantes
Las primeras prótesis de seno en silicona fueron implantadas en el 1962 por los
cirujanos estadounidenses Thomas Cronin y Frank Gerow. Mientras que en 1982, el
francés Yvex-Gérard Illouz inventó la técnica de la liposucción. Es más reciente el uso
de la toxina botulínica para eliminar las arrugas: la FDA, ente que regula el mercado
farmacéutico en Estados Unidos, la aprobó en el 2002.
El milagroso láser
La última década, la aplicación del láser se ha extendido vertiginosamente en las
cirugías estéticas por sus bondades durante y después de las cirugías. Se aplica a
prácticamente todo tipo de operación estética, desde una liposucción hasta el
rejuvenecimiento con barridos superficiales de la piel, en varias sesiones con el
paciente.