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261 Canut J: El trato del paciente adulto El Observatorio Rev Esp Ortod 2003;33:189-90 El trato del paciente adulto JUAN CANUT LOS INCONVENIENTES PREVISIBLES Uno de los sucesos más destacados de la ortodoncia actual es el espectacular incremento de pacientes adultos. Lo que antes constituía una excepción ha devenido en algo frecuente y habitual. Tanto hombres como mujeres, sin importar su edad y condición, desean disfrutar de esa dentadura sana y atractiva que nunca tuvieron antes, acudiendo al ortodoncista con ilusión expectante por disfrutar de algo que carecían. Pero este nuevo grupo de pacientes presenta un perfil de tratamiento y atención clínica bien diferente al de los niños y adolescentes que el ortodoncista está habituado a tratar. Debido a su edad e idiosincrasia personal presentan unas lógicas diferencias y, sobre todo, manifiestan unos inconvenientes que el ortodoncista debe conocer, interpretar y resolver para que el tratamiento transcurra en condiciones óptimas y el ortodoncista no se vea desbordado por unas observaciones que no siempre acierta a responder y unas demandas que no puede satisfacer. Vamos a comentar los más frecuentes. ASPECTO DE LOS APARATOS Por su indudable efecto llamativo, más propio de niños y adolescentes, el paciente adulto es muy reticente con el aspecto visible de los aparatos de ortodoncia y que, en muchos casos, es el factor determinante para aceptar el tratamiento, que considera impropio de su edad. Hay pacientes que aceptan un resultado menor a cambio de utilizar un aparato removible que pueden usar a su conveniencia. Sin embargo, gracias a los aparatos de brackets transparentes y miniaturizadas han desaparecido prácticamente estas objeciones. Incluso los que presumen de modernos y progres aceptan gustosamente llevar un aparato fijo de ortodoncia como algo stylish y awesome, como moda de último grito. DURACIÓN DEL TRATAMIENTO Lógicamente, el paciente adulto desea un tratamiento lo más corto posible sin tener en cuenta que su biología y reacción tisular requieren, por el contrario, de unos movimientos dentarios delicados y sua- 87 ves que exigen de un mayor tiempo y paciencia. Pero en muchos casos, aunque se haya aceptado de antemano la duración propuesta por el ortodoncista, es frecuente que, al cabo de unos pocos meses, ya se muestra impaciente con la duración del tratamiento. El ortodoncista debe explicarle que el resultado final del tratamiento tiene prioridad sobre su duración. EXPECTATIVAS DEL TRATAMIENTO Existen pacientes adultos que persiguen unos objetivos tan ideales y unas expectativas tan irreales sobre el resultado del tratamiento, que el ortodoncista debe saber moderar bien estas excesivas esperanzas, subrayando claramente las limitaciones del tratamiento, con mayor énfasis si cabe que sus posibilidades. Con los pacientes adultos hay que ser muy cauto y prometer menos de lo que se espera conseguir. De otra manera, el ortodoncista tendrá que enfrentarse con un paciente continuamente insatisfecho y decepcionado. OBSERVACIÓN CRÍTICA En general, el paciente adulto suele observar con ojo crítico todo el entorno del tratamiento (progreso de la corrección, higiene y antisepsia, destreza operatoria del doctor, intervenciones del personal auxiliar, puntualidad de las visitas, etc.), algo que no suele suceder con los pacientes jóvenes. Sus comentarios, quejas y observaciones, muchas veces injustificadas o mal expresadas, no acostumbran a ser bien recibidos por el equipo de trabajo y pueden enturbiar negativamente las buenas relaciones con el ortodoncista. DEMANDA DE INFORMACIÓN El paciente adulto suele ser un ávido consumidor de información detallada sobre las incidencias del tratamiento, lo que origina múltiples explicaciones del ortodoncista que consume buen parte del tiempo de la visita, que se alarga excesivamente. Este motivo explica que la duración de las visitas sean más prolongadas de lo habitual. Este tiempo extra debería reflejarse en la cuantía de los honorarios devengados, tal y como viene sucediendo en otros países. 262 INQUIETUD PERFECCIONISTA Abundan los pacientes adultos que se obcecan en ignorar las limitaciones del tratamiento, atribuibles a su edad, maloclusión presente, estado general de la dentadura y salud periodontal, a pesar de haber sido repetidamente manifestadas por el ortodoncista. Su obsesión por poseer una dentadura perfecta, imposible de conseguir en sus circunstancias individuales, provoca un rosario de quejas y lamentos ante cualquier mínimo defecto final de su sueño imposible. COOPERACIÓN IRREGULAR A pesar de sus buenos deseos iniciales, el paciente adulto plantea problemas de cooperación y disciplina debidos a su edad, obligaciones profesionales y actividad social. Las dificultades en cumplir con las instrucciones del tratamiento, el descuido de la necesaria atención periodontal, la falta a las citas programadas, etc. son factores determinantes que condicionan la duración y calidad del tratamiento, sin que el ortodoncista pueda exigir con energía la debida disciplina a una persona adulta. MOLESTIAS DEL TRATAMIENTO Generalmente, el paciente adulto suele soportar peor las naturales molestias que provoca el tratamiento, lo cual provoca frecuentes visitas de emergencia. Por otra parte, su menor resistencia al dolor obliga a utilizar fuerzas muy ligeras y más indoloras. Es una situación comprensible pero que afecta directamente al curso del tratamiento y, sobre todo, a una indeseable duración. ATENCIÓN PRIVADA La disposición habitual de gabinetes operatorios en un espacio común en donde coinciden varios pacientes a la vez no suele agradar a los pacientes adultos, que desean una atención más privada y discreta. Para obviar este natural inconveniente es muy aconsejable disponer de un gabinete operatorio privado, al abrigo de la curiosidad ajena. OBJECIONES A LA RETENCIÓN La duración y pormenores de la retención es uno de los obstáculos más difíciles de superar por el paciente adulto, porque suele considerar finalizada toda su experiencia ortodóncica cuando se le retiran los aparatos, y se aviene mal al uso prolongado de los retenedores que, en ciertos casos, deben ser utiliza- Rev Esp Ortod 2003:33 dos prolongadamente. Una vez más, el ortodoncista debe saber razonar la necesidad de asegurar las nuevas posiciones dentarias en el entorno óseo subyacente y la acomodación fisiológica. Por eso es tan aconsejable que el ortodoncista, al proponer inicialmente el tratamiento, le informe de antemano sobre la importancia de la retención para que, llegado ese momento, no se lleve una desagradable sorpresa. No se puede obviar la retención, que en el caso de los pacientes adultos suele ser más prolongada. Para obviar este inconveniente se va progresando mucho en el diseño de nuevos retenedores fijos linguales, que suelen ser mucho mejor aceptados. LA ESTABILIDAD DURADERA Es lógico que cualquiera que se somete a tratamiento de ortodoncia desee un resultado estable y duradero. Sobre todo, tratándose de un paciente adulto que, a su edad y condición, ha tomado la decisión personal de corregir y normalizar su dentadura. Ante este tipo de paciente, el ortodoncista se esfuerza en asegurar una estabilidad del resultado para un prolongado período de tiempo, pero debe tomar la precaución de advertir al paciente que esa garantía que exige está condicionada por una serie de factores impredecibles que afectan a los tejidos de apoyo, especialmente la salud periodontal y la integridad del proceso alveolar. Y sobre todo, del cuidado personal que debe prestar a su dentadura y la vigilancia constante de su dentista. El paciente debe aceptar que la marcha inexorable de los años y el progresivo envejecimiento natural puede afectar a la dentadura, siempre y cuando esta evolución consiga mantener aceptablemente su salud y belleza. Todo lo cual no es responsabilidad del ortodoncista. Estos inconvenientes no suponen descalificación alguna del paciente adulto, la mayoría de los cuales se muestran altamente satisfechos y agradecidos por disfrutar de una excelente dentadura que creían haber perdido para siempre. Pero las especiales características de su biología y personal idiosincrasia suponen un toque de atención para el ortodoncista, que debe tomar muy en cuenta para que el tratamiento transcurra sobre una base realista y no se convierta en una aventura clínica llena de escollos. Creo que la mejor manera de superar los citados inconvenientes es mantener bien abierto el canal de comunicación interpersonal, mediante una continuada información que despeje y aclare todas las objeciones que el paciente adulto pueda plantear antes, durante y después del tratamiento. 88