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EL EQUIPO INTERDISCIPLINAR Genoveva Sánchez Ponce. Médico Especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Hospital Dr. Moliner, Serra. Valencia. 1. Importancia del Equipo Interdisciplinar (EI) La complejidad de manejo del paciente geriátrico en cuanto a la diversidad e interacción de distintos aspectos clínicos, físicos, funcionales, psicológicos y sociales requiere de una serie de conocimientos, habilidades y aptitudes que no suelen estar al alcance de un único profesional (1). La necesidad de participación de los diferentes profesionales ha fomentado el desarrollo progresivo del trabajo en equipo. El EI se definiría como la composición de diferentes profesionales que trabajan en un área común de forma independiente y coordinada. Comparten una metodología de trabajo y trabajan juntos para conseguir unos objetivos comunes, colaborando entre ellos en la planificación y puesta en marcha de un plan de tratamiento y cuidados (2). La importancia del trabajo en equipo esta siendo formalmente reconocida en todos los marcos de cuidados sanitarios (tanto agudos como crónicos). Por ejemplo en cuidados de agudos se ha visto que la pobre comunicación y falta de coordinación entre el personal sanitario que atiende a un determinado grupo de pacientes genera un incremento de la estancia hospitalaria y con ello los costes, aumenta los reingresos en el hospital y la tasa de mortalidad (3, 4). En los pacientes en unidades de cuidados intensivos el trabajo en equipo acorta la estancia y aumenta la calidad técnica percibida (5). De especial importancia es el trabajo en EI cuando se trata de cuidados de personas mayores debido a la complejidad de las necesidades de este grupo de pacientes que demandan una efectiva coordinación de recursos, en los diferentes niveles asistenciales y diferentes disciplinas (6). La Sociedad Americana de Geriatría apoya el modelo de cuidados interdisciplinar por las siguientes razones: 1. Por la complejidad de cuidados de las personas mayores con múltiples y complejas comorbilidades. Presentan necesidades médicas, sociales y funcionales diferentes a las personas jóvenes. 2. Mejora el proceso sanitario y los resultados en los síndromes geriátricos. Dos ejemplos serian el S. confusional y las caídas, ambos con una importante co-morbilidad. Estudios demuestran que un abordaje interdisciplinar centrado en la funcionalidad, medicación, hidratación, sueño y orientación puede disminuir la prevalencia de S confusional y reduce la severidad de los síntomas en pacientes mayores hospitalizados (7, 8). Estudios de prevención de caídas en residencias y cuidados de larga estancia han demostrado que un abordaje interdisciplinar centrado en estrategias clínicas, rehabilitadoras, educacionales y medioambientales puede reducir la incidencia de caídas y lesiones relacionadas con ellas (9, 10). Los resultados demostrados del trabajo en equipo en geriatría son: reduce la pérdida de funcionalidad, reduce la restricción en las AVD, reduce el uso de servicios de atención domiciliaria, reduce la depresión, mejora la salud general del cuidador, mejora el cumplimiento de la medicación y disminuye el uso de servicios en hospitales de agudos (11,12,13,14,15,16,17). 3. Mejora el sistema sanitario y al cuidador. La atención interdisciplinar mejora la comunicación entre los diferentes profesionales, con el paciente y el cuidador, disminuye la utilización de servicios (18,19) y con ello el coste sanitario. En ancianos frágiles hospitalizados se ha visto que tiene un efecto positivo y persistente sobre el cuidador (20), disminuyendo la carga y mejorando la calidad de vida, aunque no hay estudios que lo cuantifiquen. 4. Recomienda la formación del personal sanitario para la práctica interdisciplinar para atención al paciente geriátrico. 2. Organización y miembros que componen el equipo. Los buenos resultados del trabajo en equipo van a depender de cómo funcione el mismo. Muchas investigaciones se han dedicado a entender el proceso del equipo, definiendo los componentes que lo forman, e identificando las características de un equipo eficaz (21). La composición del equipo debe adaptarse a las funciones que éste cumple y su estructura dependerá de sus objetivos específicos (22) y de las posibilidades y características del centro y del nivel asistencial en que se trabaje. Para el buen funcionamiento del equipo, debe existir una metodología de trabajo (23). • • • Debe de existir una organización básica de funcionamiento: Forma de realizar la valoración inicial de los diferentes profesionales. Criterios de evaluación periódica, utilización de protocolos, índices, escalas de valoración funcional, mental, etc. Definir el papel y responsabilidad de cada profesional. Trabajar de forma coordinada, para poder planificar los objetivos. Se realizarán reuniones periódicas (generalmente semanales) con los diferentes miembros del EI poniendo en común la evolución del paciente desde sus respectivas áreas, discutiendo las diferentes opiniones y revisando los objetivos propuestos. Debe existir la figura del coordinador o líder del equipo que variará en función del las necesidades del paciente y la situación. Comunicará objetivos claros y realistas, facilitando su cumplimiento. Identificar áreas de conflicto real o potencial, prevenirlas y conocer las estrategias necesarias para afrontarlas. Organizar reuniones planificadas fomentando la comunicación y participación de todos los miembros del equipo, actuando de moderador, facilitando un clima de discusión adecuado y operativo. • • Revisar periódicamente el funcionamiento del equipo efectuando los cambios necesarios. Favorecer la comunicación de los componentes del equipo con el paciente y familia, informando de los objetivos y del plan de cuidados establecidos, para que participen en el mismo. Se planificará el alta por parte de todo el equipo, comunicándola al paciente y familia con suficiente tiempo de antelación, determinando el lugar de derivación, acompañada de informe que especifique la situación global del paciente y el plan de cuidados a seguir. Aunque existen pocos estudios realizados en cuidados de larga-estancia, siendo estos en gran parte cualitativos. Existe un estudio de la Universidad de California realizado en unidades de cuidados de larga estancia para testar la fiabilidad y la validez de un instrumento de estudio para valorar el funcionamiento del EI en un programa de atención integral de los pacientes mayores. Este estudio demuestra que el papel del coordinador, la comunicación, coordinación y manejo de conflictos son factores predictivos positivos con un nivel de significancia (P<0.001) de la cohesión del equipo y de la eficacia del mismo (24). No existe un modelo único de EI tanto en el número como en las diferentes disciplinas que lo deben componer, variará en función del nivel asistencial, así como también del marco de actuación, variando según las diferentes unidades o características de los pacientes. Los MIEMBROS que van a componer con más frecuencias el EI en un centro socio-sanitario serán: • • • • Geriatra/médico internista con conocimientos y experiencia clínica en geriatría. Médico rehabilitador. Tras una valoración integral del paciente se instaurará un programa de RHB, con el objetivo será mantener y restaurar la capacidad funcional y conseguir la mayor independencia en las AVD, potenciando el autocuidado y el retorno al domicilio. Recibirán tratamiento en función de sus necesidades y los objetivos planteados por el equipo. Hay que tener en cuenta que en las personas mayores, se requieren sesiones de tratamiento más prolongadas en el tiempo y de menor intensidad para obtener beneficios, por las discapacidades crónicas múltiples y la baja tolerancia al esfuerzo. Fisioterapeutas, Terapeutas ocupacionales, Logopedas. Se ocuparán de la puesta en marcha del plan terapéutico rehabilitador establecido. Incluida la enseñanza al familiar para el manejo adecuado del paciente. Además el terapeuta ocupacional se ocupará de valorar las barreras en domicilio y de las recomendaciones para la adaptación del mismo. Trabajador social. Evaluará las necesidades sociales del paciente, sus recursos y red de apoyo. Conocer los recursos disponibles, gestionar e informar al paciente y a la familia sobre los mismos, facilitando el acceso a aquellos • • • dispositivos que el paciente requiera tanto en el momento inmediato como a largo plazo. Personal de enfermería especializado (enfermeras, auxiliares de enfermería). Realizarán funciones específicas de los tratamientos y cuidados de enfermería. Prevención de complicaciones. Educación sanitaria del paciente y su familia. Psicólogo Otros: Psiquiatra, Farmacéutico, Microbiólogo, Analista, Preventivista, Dietistas, Celadores, Voluntariado. 3. Transición a los diferentes niveles asistenciales La transición entre los diferentes niveles asistenciales (atención primaria, especializada, H. de agudos, H socio-sanitarios, instituciones/residencias) debe de realizarse de forma coordinada y asegurando la continuidad de cuidados. La Sociedad Americana de Geriatría lo define como transitional care, se basa en un plan de atención integral formado por profesionales con experiencia en este tipo de cuidados, coordinados en los diferentes niveles asistenciales, que disponen de la información necesaria para asegurar la transición. Ya que durante la misma estos pacientes con necesidades complejas tienen el riesgo de sufrir: errores médicos, duplicación de servicios, cuidados inapropiados, mayor uso de servicios de urgencias e insatisfacción del paciente/familia (25). Además dicha sociedad apoya la existencia de la figura de un coordinador para la transición. El trabajo en EI en los diferentes niveles asistenciales ha demostrado que: reduce la utilización de servicios, disminuye la hospitalización (26), acorta la estancia hospitalaria (14,15) y retrasa la entrada en residencia (27). En pacientes externos reduce el uso de servicios aunque no disminuye la tasa de hospitalización (28). Por todo ello seria importante la existencia de equipos interdisciplinares en los diferentes niveles asistenciales. Destacar la importancia de la existencia de un médico rehabilitador en el momento de la transición, que formará parte en la composición de este equipo, informando de la situación funcional del paciente, la necesidad de recibir tratamiento rehabilitador y el lugar más apropiado en función del grado de discapacidad, soporte social, necesidad de otro tipo de cuidados (médicos y/o enfermería), así como de los recursos de que se disponga (29). BIBLIOGRAFIA: 1. Verdejo Bravo C. El equipo interdisciplinar como metodología de trabajo. Atención al anciano en el medio sanitario. Madrid: Editores Médicos S.A; 1998. p. 39-43. 2. Campbell LJ, Cole KD. Geriatric Assessment Teams. Clin Geriatr Med 1987; 3: 99-110. 3. Knaus WA, et al. An evaluation of outcome from intensive care in major medical centers. Ann Intern Med. 1986; 104: 410-418. 4. Baggs JG, et al. 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