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´ ´ VOLUMEN 76 - NUMERO 2 - MAYO - AGOSTO 2006 ´ CIRUGIA DEL URUGUAY ISSN 0009-7381 MCMXX Y U URUGUA DA CI E D D O EL E UG I A D CIR S n Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo. Estudio experimental, prospectivo y aleatorizado n Cuadro agudo de abdomen determinado por patología primaria del epiplón mayor n Neumotórax espontáneo. Revisión de casos clínicos. n Fístulas enterovesicales adquiridas n Obstrucción duodenal por aneurisma de aorta abdominal. Primera comunicación nacional y revisión de la literatura n Schwannoma gástrico. Discusión de un caso clínico n Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial n Cirugía de trauma en un hospital de agudos. Análisis crítico de la exploración quirúrgica sistemática n Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica?. Análisis prospectivo de 98 pacientes PUBLICACIÓN DE LA SOCIEDAD DE CIRUGÍA DEL URUGUAY CIRUGÍA DEL URUGUAY PUBLICACIÓN OFICIAL DE LA SOCIEDAD DE CIRUGÍA DEL URUGUAY FUNDADA EL 15 DE SETIEMBRE DE 1920, CON PERSONERÍA JURÍDICA OTORGADA EL 7 DE AGOSTO DE 1946 Canelones 2280 - CP 11200 - Montevideo, Uruguay Tel: 402 68 20 - Tel/fax: 403 05 32 - Email: [email protected] -http://www.cirugia-uy.com Índice CIR URUGUAY 2006; 76 (2): 123-198 Editor Dr. Gerardo Secondo Trabajo experimental Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo. Estudio experimental, prospectivo y aleatorizado Bres. F. Bonilla, E. Voliovici, J.Cossa, L. Toscano. N. Carbone, N. Brañas, E. Varela. Dres. J. Curi, G. Laviña, R. Valiñas, J. Sanguinetti . 123 Casos clínicos Cuadro agudo de abdomen determinado por patología primaria del epiplón mayor Dres. D. González, A. Vega, J. Monti, M. Torres, F. Di Leoni ............................................................... 130 Neumotórax espontáneo. Revisión de casos clínicos. Dres. G. Armand Ugon, C. Arévalo, R. Delbene ..... 136 Co-Editores Dr. Raúl Praderi Dr. Fernando Machado Dr. Emil Kamaid Toth Bibliotecóloga Lic. Stella Launy Fístulas enterovesicales adquiridas Dres. C. Barberousse, P. Santiago, P. Rodríguez .... 142 Obstrucción duodenal por aneurisma de aorta abdominal. Primera comunicación nacional y revisión de la literatura Dres. E. Kamaid Toth, A. Puñal, F. Castelli, M. Teixeira, O. Maglione .......................................... 152 Schwannoma gástrico. Discusión de un caso clínico Dres. J. Cabillón, G. Estapé Viana, P. Santiago., G. Gualdo, G. Ardao ................................................ 157 COMISIÓN DIRECTIVA DE LA SOCIEDAD DE CIRUGÍA DEL URUGUAY 2006 Dr. Waldemar Correa Dr. José L. Rodríguez Dr. Alfredo Peyroulou Dr. Luis Ruso Dr. Augusto Müller Dr. Miguel Fernández Dr. Carlos Misa Dr. Daniel Montano Dr. Francisco Díaz Dr. Andrés Colet Dr. Carlos Antúnez Presidente 1º Vicepresidente 2º Vicepresidente Past Presidente Secretario Pro Secretario Tesorero Secret. de Publicaciones Deleg. del Interior Vocal Vocal Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial Dres. A. Fernández, I. Payssé, L.F. Sánchez, J. Kenny ................................................................. 165 Cirugía de trauma en un hospital de agudos. Análisis crítico de la exploración quirúrgica sistemática Dres. J. Bado, J. Trostchansky, F. Machado ........... 175 Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica?. Análisis prospectivo de 98 pacientes Dres. R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazabán ... 184 122 Contents Experimental Paper Prevention of neurological complication in prolonged aortic clamping through medullar regional hypothermia in rabbits. Experimental, prospective and randomized studies F. Bonilla Br., E. Voliovici Br., J.Cossa Br., L. Toscano Br., N. Carbone Br., N. Brañas Br., E. Varela Br., J. Curi MD, G. Laviña MD, R. Valiñas MD, J. Sanguinetti MD ........................... 123 SOCIEDAD DE CIRUGÍA DEL URUGUAY Canelones 2280 - CP 11200 Montevideo, Uruguay Tel: 402 68 20 - Tel/fax: 403 05 32 Clinic Cases Acute symptomatology of abdomen determined by primary pathology of the greater epiploon D. González MD, A. Vega MD, J. Monti MD, M. Torres MD, F. Di Leoni M D ................................. 130 Email: [email protected] www.cirugia-uy.com Spontaneous pneumothorax. G. Armand Ugon MD, C. Arévalo MD, R. Delbene MD ............................................................ 136 Adquirid enterovesical fistulas C. Barberousse MD, P. Santiago MD, P. Rodríguez MD ..................................................... 142 Duodenal obstruction due to abdominal aorta aneurysm. First national report and revision of literature E. Kamaid Toth MD, A. Puñal MD, F. Castelli MD, M. Teixeira MD, O. Maglione MD .............................. 152 Gastric Schwannoma J. Cabillón MD, G. Estapé Viana MD, P. Santiago MD, G. Gualdo MD, G. Ardao MD .......... 157 Treatment of inguinal herniation. Plastias vs. rafias A. Fernández MD, I. Payssé MD, L.F. Sánchez MD, J. Kenny MD ............................... 165 Traducciones: Inés Moreno de Vitali 711 75 55 - [email protected] Diagramación Imprenta Rosgal S.A. Mariano Moreno 2708 Telefax: 487 25 07 Montevideo - Uruguay Trauma surgery in hospital for acute cases. Critical analysis of systematic surgery exploration J. Bado MD, J. Trostchansky MD, F. Machado MD .. 175 Anal Fissure: Chemical or surgical sphyncterotomy? Prospective analysis of 98 patients R. Misa MD, O. Alonso MD, S. Piñeiro MD, L. Cazabán MD ....................................................... 184 Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo TRABAJO EXPERIMENTAL 123 CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 123-129 Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo Estudio experimental, prospectivo y aleatorizado Bres.: Fernando Bonilla*, Eduardo Voliovici*, Juan Cossa**, Leonardo Toscano**, Nicolás Carbone **, Nicolás Brañas**, Eduardo Varela*, Dres.: Jorge Curi***, Guillermo Laviña ***, Roberto Valiñas****, Julio Sanguinetti***** Resumen Objetivo: Aumentar el tiempo de clampeo en conejos con y sin protección medular hasta alcanzar los 90 minutos, valorando el rol protector de la perfusión de suero fisiológico a 4 ºC en la isquemia de la médula espinal. Departamento Básico de Cirugía (Director Prof. Dr. Julio Sanguinetti. Facultad de Medicina Montevideo. Material y método: Fueron utilizados 15 conejos neozelandeses. Se realizó disección de sector aórtico infrarrenal y de su bifurcación. En forma aleatorizada fueron designados tres grupos. Grupo I (n=5), sin protección con hipotermia, clampeo aórtico infrarenal y de la bifurcación aórtica durante 90 minutos. Grupo II (n=5), protección con hipotermia. Cateterización de aorta abdominal con catéter intravenoso; clampeo de aorta infrarenal y de la bifurcación aórtica, y perfusión con suero fisiológico frío (4 ºC) durante 90 minutos. Grupo III (n=5), igual al grupo II, pero la perfusión de suero fisiológico (SF) se realizó a temperatura ambiente (17-21 ºC). A las 24 y 48 hs, se valoró el estado neurológico mediante la utilización del escore de Tarlov. El análisis estadístico fue realizado según el test de Mann Whitney. Presentado al Premio Form del 53º Congreso Uruguayo de Cirugía, 27-30 de noviembre de 2002. * Ayudante Dpto. Básico de Cirugía ** Colaborador Honorario Dpto. Básico de Cirugía *** Asistente Dpto. Básico de Cirugía **** Prof. Adjunto Dpto. Básico de Cirugía, ***** Prof. Director Dpto. Básico de Cirugía. Correspondencia: Dr. Fernando Bonilla e-mail: [email protected] Resultados: Grupo I, a las 24 y 48 hs todos los animales mostraron paraplejia irreversible (escore de Tarlov 0). Grupo II, a las 24 hs, todos los animales mostraron recuperación neurológica completa (escore de Tarlov IV), Grupo III, 3 animales mostraron paraplejia irreversible, 1 mostró escore de Tarlov 1, y solo 1 de ellos evidenció una recuperación neurológica completa. A las 48 hs no se hallaron diferencias en ninguno de los grupos. Grupo Bres. F. Bonilla, E. Voliovici, J. Cossa, L. Toscano, N. Carbone, N. Brañas, E. Varela, Dres. J. Curi, G. Laviña, R. Valiñas, J. Sanguinetti 124 I vs. Grupo II, p=0,0079; Grupo II vs. Grupo III, p=0,047; Grupo I vs. Grupo III, p=0,444. Conclusión: Se demostró que la utilización de hipotermia regional, en conejos, mediante la perfusión de SF a 4 ºC a los 90 minutos de clampeo aórtico y consecuente isquemia medular, tiene un efecto protector en la lesión medular, y en la preservación de la función neurológica luego de 48 hs. Palabras clave: Aorta Conejos Procedimientos quirúrgicos vasculares Experimentación animal ces were found in any of the groups. Group I vs. Group II, p=0,0079; Group II vs. Group III, p=0,047; Group I vs. Group III, p=0,444. Conclusion: This showed that the use of regional hipothermia in rabbits, through SF at 4ºC at 90 minutes of aortic clamping and consequent marrow ischemia, has a protective effect in medullar lesion and in the perservarion of neurologic function after 48 hours. Key Words Aorta Rabbits Vascular surgical procedures Animal experimentation Abstract: Introducción Objective: To increase clamping time in rabbits with or without medullar protection, up to 90 minutes, evaluating the protective role of saline perfusion at 4ºC in bone marrow ischemia. El desarrollo de paraplejia como resultado de la cirugía reparadora de aneurismas torácicos o toracoabdominales es una complicación devastadora que ocasiona déficits neurológicos permanentes. (1,2) Esta complicación se presenta hasta en un 38% de los casos, dependiendo de factores como: la duración del clampeo aórtico, la presencia de disección aórtica (3), la situación hemodinámica del paciente, y el tipo y extensión del aneurisma toracoabdominal (ATA), existiendo mayor riesgo en aquellos del tipo I y II.(4) Numerosos métodos de protección medular han sido utilizados para reducir el riesgo de paraplejia durante la reparación de los ATA, incluyendo: la utilización de diferentes fármacos (esteroides, naloxona, barbitúricos o papaverina), drenaje de líquido cefalorraquídeo, hipotermia(2, 5, 6), y medidas para aumentar la perfusión distal al clampeo aórtico, como circulación extracorpórea y shunts transitorios o definitivos. Aunque la hipotermia sistémica es un protector comprobado y efectivo en la isquemia medular, esta puede ocasionar efectos adversos, como la aparición de arritmias y coagulopatías, e inclusive alterar diferentes funciones cardiopulmonares.(7) Para evitar la aparición de los efectos secundarios de la Material and method: Fifteen New Zeland rabbits were used in the experiment. A dissection was made in the infrarenal aortic sector and its bifurcation. Rabbits were distributed in a random manner into theree groups. Group I (n=5), without proction with hipothermia, infrarenal aortic clamping and aortic bifurcation, for 90 minutes; Group II (n=5), protection with hipothermia. Catheterization of abdominal aorta with intravenous catheter, clamping of infrarenal aorta and aortic bifurcation and perfusion with cold saline (4ºC) for 90 minutes. Group III (n=5) same as Group II, with saline perfusion (SF) at room temperature (17-21ºC). After 24 and 48 hours, neurologic condition was evaluated through the Tarlov score. Statistic analysis was made according to Mann Whitney’s test. Results: Group I: at 24 and 48 hours, all animals showed irreversible paraplegia (Tarlov Score 0). Group II: at 24 hrs all animals showed complete neurologic recovery (Tarlov Score IV). Group III. 3 animals showed irreversible paraplegia, 1 showed Tarlov score I and only 1 of them presented complete neurologic recovery. At 48 hours, no differen- Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo hipotermia sistémica, uno de los métodos descriptos es la realización de hipotermia medular regional, la cual se logra perfundiendo suero fisiológico a 4 °C por un segmento aislado de aorta abdominal permitiendo que este se dirija por las arterias lumbares hacia la circulación medular. Actualmente diversos trabajos realizados utilizando hipotermia regional mencionan los beneficios obtenidos de las diferentes técnicas de protección medular, pero ninguno de ellos prueba el tiempo límite de protección que se puede lograr con la misma. Los tiempos de protección propuestos en diferentes estudios (en el mejor de los casos, hasta 40 minutos(3, 7, 8, 9)), ponen en duda la posible realización de una reparación aórtica sin complicaciones neurológicas cuando el clampeo aórtico se prolonga mas allá de los limites señalados, por lo que debemos encontrar métodos que nos permitan obtener una intervención quirúrgica más segura. En un trabajo previo realizado en el Departamento Básico de Cirugía se demostró que la utilización de hipotermia regional, a los 35 minutos de clampeo aórtico y consecuente isquemia medular, tiene un efecto protector en la lesión medular, y en la preservación de la función neurológica luego de 48 hs.(8). Nuestro objetivo es continuar con el trabajo anterior aumentando el tiempo de clampeo aórtico en conejos, valorando el rol protector de la perfusión de suero fisiológico a 4 °C en la isquemia de la médula espinal. Se realizaron estudios pilotos previos, en donde valoramos la protección de la hipotermia regional frente a tiempos progresivos de isquemia medular, llegando a valores de protección cercanos a los 90 minutos, tiempo que fijamos como límite. Se diseñó un estudio comparativo y aleatorizado, comparando a la hipotermia regional frente a dos grupos control: Clampeo aórtico simple, y clampeo aórtico con perfusión de SF a temperatura ambiente (17-21°C). 125 Material y método Se utilizaron quince conejos neozelandeses de ambos sexos (3 - 4 kg), los cuales recibieron cuidado, analgesia, anestesia y eutanasia, adhiriéndose a las recomendaciones del código de protección animal utilizadas en el Laboratorio de Cirugía Experimental. La inducción anestésica se realizó con acetilpromazina (0,75 mg/kg), hidrocloruro de ketamina (35 mg/kg) y xilazina (5 mg/kg), por vía intramuscular. Esta combinación evita la necesidad de intubación endotraqueal y ventilación mecánica asistida. Las restantes dosificaciones anestésicas fueron administradas intermitentemente, con el objetivo de mantener un adecuado nivel de anestesia. Los animales fueron inmovilizados en la tabla de operaciones, la piel fue preparada con solución de yodo povidona, previo rasurado de la pared abdominal. A través de incisión mediana xifopúbica se abordó en forma transperitoneal la aorta abdominal. Se realizó disección con tijera de los 2 cm proximales de la aorta abdominal infrarrenal y de su bifurcación, preservando las arterias lumbares. Finalizada la disección a cada animal le fue asignado en forma aleatoria por protocolo marcado uno de los tres grupos. Grupo I, sin protección con hipotermia, limitándose el procedimiento al clampeo de la aorta infrarrenal y de la bifurcación aórtica durante 90 minutos, previa heparinización sistémica (600 UI de heparina sódica) por vía intravenosa. Se procedió al desclampeo de la aorta infrarrenal y al cierre de la pared abdominal por planos con seda 3-0. Grupo II, protección con hipotermia. Previa heparinización sistémica (600 UI de heparina sódica), se colocó catéter intravenoso de 0,9 mm de diámetro en la aorta abdominal. Se procedió al clampeo de la aorta infrarrenal por debajo de las arterias renales y por encima a la bifurcación aórtica, logrando así un segmento aislado de aorta Bres. F. Bonilla, E. Voliovici, J. Cossa, L. Toscano, N. Carbone, N. Brañas, E. Varela, Dres. J. Curi, G. Laviña, R. Valiñas, J. Sanguinetti 126 infrarrenal. Simultáneamente se comenzó la perfusión de suero fisiológico (NaCl 0,9%) heparinizado (0,5 U/ml de heparina sódica, en 500 ml) a 4 ºC, con bomba de infusión continua (Abott – Shaw, modelo II/D, USA) a 7,5 ml/min durante los 90 minutos de clampeo. Por último, se procedió al desclampeo de la aorta infrarrenal y se retiró el catéter intravenoso. Se realizó cierre de la pared abdominal por planos con seda 3 - 0. Grupo III, el procedimiento fue exactamente igual al realizado en el grupo II, pero la perfusión de SF fue realizada a temperatura ambiente (1721°C). Durante el post operatorio los animales permanecieron en jaulas previamente climatizadas, recibiendo antibióticoterapia (oxitetraciclina 0,4 ml/ kg-día i/m) y analgesia (Ibuprofeno, 2mg/kg v/o). A las 24 y 48 hs, siempre por el mismo observador y en forma ciega, se realizó un examen neurológico. El cual se valoró mediante la utilización del escore de Tarlov(10): grado 0, paraplejia espástica; grado I, paraplejia espástica con escaso movimiento a nivel de la raíz del miembro; grado II, buen movimiento a nivel de la raíz del miembro, incapacidad para mantener la estática; grado III, mantiene la estática, incapacidad de marchar normalmente; grado IV, marcha normal. Los animales fueron sacrificados a las 48 hs mediante sobredosis anestésica con Tiopental Sódico intravenoso (70 mg/kg). El análisis estadístico se realizó según el test de Mann Whitney para muestras independientes. Resultados Tabla 1: Escore de Tarlov en los tres grupos Grupo I (Sin protección) Grupo II (Con protección) Grupo III (SF temp. ambiente) Escore de Tarlov 24 horas 48 horas 24 horas 48 horas 24 horas 48 horas 0 5 5 0 0 3 3 I 0 0 0 0 1 1 II 0 0 0 0 0 0 III 0 0 0 0 0 0 IV 0 0 5 5 1 1 Grupo I: a las 24 hs todos los animales (n = 5) mostraron paraplejia irreversible (escore de Tarlov = 0). Grupo II: a las 24 hs, todos los animales mostraron recuperación neurológica completa (escore de Tarlov = IV). Grupo III: a las 24 horas 4 animales mostraron paraplejia irreversible (3 con Tarlov 0, 1 con Tarlov 1), y solo 1 mostró una recuperación neurológica completa. A las 24 y 48 hs no se hallaron diferencias de los resultados en ninguno de los tres grupos. Se realizó el análisis comparativo entre los tres grupos. Prevención de las complicaciones neurológicas en el clampeo aórtico prolongado mediante hipotermia medular regional en el conejo 127 Tabla 2: Escore de Tarlov en animales sin y con protección medular P= 0,0079 Escore de Tarlov Grupo I (Sin protección) Grupo II (Con protección) 24 horas 48 horas 24 horas 48 horas 0 5 5 0 0 I 0 0 0 0 II 0 0 0 0 III 0 0 0 0 IV 0 0 5 5 La diferencia en el escore de Tarlov, entre los animales sometidos solo a isquemia medular, y aquellos en donde además se utilizó protección con suero fisiológico frío (4 ºC), fue estadísticamente significativa tanto a las 24 como a las 48 hs, p= 0.0079. Tabla 3: Escore de Tarlov en animales con protección medular y con SF a temperatura ambiente P= 0,047 Escore de Tarlov Grupo II (Con protección) Grupo III (SF temp. ambiente) 24 horas 48 horas 24 horas 48 horas 0 0 0 3 3 I 0 0 1 1 II 0 0 0 0 III 0 0 0 0 IV 5 5 1 1 También encontramos una diferencia significativa entre los animales en donde se utilizó protección con SF frío (Grupo II), y en aquellos en donde el SF se encontraba a temperatura ambiente (17-21 °C, Grupo III), p=0.047. Tabla 4: Escore de Tarlov en animales sin protección medular y con SF a temperatura ambiente P=0,444 Escore de Tarlov Grupo I (Sin protección) 24 horas 48 horas Grupo III (SF temp. ambiente) 24 horas 48 horas 0 5 5 3 3 I 0 0 1 1 II 0 0 0 0 III 0 0 0 0 IV 0 0 1 1 En la comparación entre el Grupo I y el grupo III no encontramos diferencias significativas, p=0,444. 128 Bres. F. Bonilla, E. Voliovici, J. Cossa, L. Toscano, N. Carbone, N. Brañas, E. Varela, Dres. J. Curi, G. Laviña, R. Valiñas, J. Sanguinetti Discusión Los resultados obtenidos demuestran la mayor y eficaz protección de la médula espinal durante un clampeo aórtico de 90 minutos en el conejo, realizado con perfusión de suero fisiológico a 4 ºC (Grupo II). Esta afirmación se pone de manifiesto gracias a las diferencias estadísticamente significativas que se hallaron entre el grupo de clampeo solo (Grupo I) y el de perfusión con suero fisiológico a 4 ºC (Grupo II), p = 0.0079. Con el objetivo de confirmar que es el SF a 4 °C el real protector medular, se realizó un tercer grupo, en donde se perfundió la médula sólo con SF a temperatura ambiente (Grupo III) y se lo comparó con aquel en donde fue realizada la hipotermia regional (Grupo II). Aquí demostramos una mayor protección medular en el grupo de hipotermia regional, siendo esta diferencia estadísticamente significativa con una p=0.047, no existiendo diferencias significativas entre el grupo de clampeo sin protección medular (Grupo I) y el de perfusión de suero a temperatura ambiente (Grupo III). Los resultados obtenidos realzaron aún más la importancia del frío en la protección de la médula espinal, y descartaron la posibilidad de que la misma se lograra sólo por el pasaje de SF a través de la circulación medular En trabajos anteriores hemos demostrado los beneficios que se obtienen de esta técnica para la protección medular durante la isquemia producida por el clampeo aórtico en conejos por un lapso de 35 minutos; los hallazgos del presente estudio amplían el tiempo de protección hasta los 90 minutos. El tiempo de clampeo tiene un importante impacto en el desarrollo del déficit neuronal, y con frecuencia son necesarios tiempos de clampeo prolongados, por lo que muchos autores han proclamado la utilización de diferentes medidas protectoras. (11,12,13) La inducción de hipotermia es reconocida como un buen método para prolongar la tolerancia a la isquemia de varios tejidos, ya que disminuye el índi- ce metabólico de los mismos y por lo tanto el consumo de oxígeno.(3) Nuestra técnica de enfriamiento regional consiste en la perfusión intravascular de SF frío a través de segmentos de aorta abdominal aislada; con la intención de que la perfusión se dirija por los vasos lumbares hacia la médula espinal. Este último método fue utilizado en modelos de animales en nuestro laboratorio, demostrándose una rápida disminución de la temperatura medular, sin la aparición de efectos secundarios, y evitando así los potenciales riesgos que la perfusión de SF epidural puede provocar.(8,14,15) Dado los resultados obtenidos en animales con el presente modelo de hipotermia regional, pensamos que esta técnica podría ser aplicada en forma segura para prevenir las complicaciones neurológicas en la cirugía reparadora de la aorta toracoabdominal en humanos. Conclusión En este estudio demostramos que la utilización de hipotermia regional, en conejos, mediante la perfusión de SF a 4 °C durante 90 minutos de clampeo aórtico y consecuente isquemia medular tiene un efecto protector en la lesión medular, y en la preservación de la función neurológica luego de 48 hs. Referencias bibliográficas (1) Adams HD, van Geertryden HH: Neurologic complications of aortic surgery. Ann Surg 1956; 144: 574-610. 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Di Leoni CASOS CLÍNICOS CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 130-135 Cuadro agudo de abdomen determinado por patología primaria del epiplon mayor Dres.: Daniel González*, Alvaro Vega*, José Monti*, Marcos Torres*, Francisco Di Leoni** Resumen La patología primaria del epiplón mayor se caracteriza por su baja incidencia. La misma puede ocurrir en todos los rangos etarios, con cierto predominio en el sexo masculino. Se presentan como cuadros agudos de abdomen, y a pesar que existen algunos signos imagenológicos que puede contribuir a su diagnóstico, el mismo raramente es realizado. Su confirmación se produce durante la exploración quirúgica, siendo su tratamiento la omentectomía adaptada a la extensión del tejido comprometido para los procesos benignos, quedando reservada la total para los malignos. A excepción de los cánceres su pronóstico es favorable luego de la cirugía. En la presente comunicación se reportan un infarto, una omentitis y una torsión de epiplón ma- Presentado como tema libre en el 56º Congreso Uruguayo de Cirugía. Colonia, 26-29 de noviembre de 2003. * Médico Cirujano. Hospital Florida. COMEF. ** Jefe de los Departamentos de Cirugía. Hospital Florida. COMEF. Correspondencia: Dr: Daniel González. Atanasio Sierra 3653. Florida. Uruguay. CP. 94000. Servicios de Cirugía del Hospital Florida y Cooperativa Médica de Florida. yor, todas ellas primarias, de las cuales en ningún caso se realizó el diagnóstico preoperatorio. La evolución fue favorable luego del tratamiento quirúrgico, sin complicaciones y con altas relativamente precoces. Palabras Claves: Epiplón/patología Abdomen agudo Abstract Primary pathology of greater epiploon is characterized by its low incidence. It may occur in all age groups, with a certain predominance in the male sex. Its onset is characterized by acute abdominal pain and notwithstanding some image signs that may contribute towards its diagnosis, the latter is rarely established. Confirmation is during surgical exploration and its treatment is omentectomy adapted to involved tissue extension in benign processes Total exeresis is reserved for malignant cases. Cuadro agudo de abdomen determinado por patologia primaria del epiplon mayor 131 NUMERO PERIODO DE CASOS (AÑOS) 3 5 En nuestro país el primer caso comunicado sobre el tema corresponde a Fossatti(5), quien en 1924 presenta una torsión primaria, la que requirió una omentectomía casi total. Posteriormente Lamas(6) en 1928 reporta una situación particular, que es el arrollamiento del epiplón sin compromiso vascular y que fue resuelto sin necesidad de excéresis. Un nuevo aporte realiza Nario(7) quien estudió en forma detallada la anatomía y fisiología del epiplón mayor, así como las diversas patologías que sobre él se presentan. En 1944 Suiffet(8) publica un caso con la denominación de torsión intraabdominal pura. Luego sucesivamente, Bortagaray(9) en el departamento de Salto un nuevo caso de torsión primaria, Marella(10) dos casos de torsión primaria así como Rosa(11) con dos nuevos casos de esta entidad, Belloso(12) un caso de infarto primario, Cabrera(13) una epiploítis aguda retráctil secundaria. Según la serie de Holland(14) referida a cirugías de urgencia por cuadros agudos de abdomen en niños, la torsión ascendió al 0,42% de los casos. Sin embargo Golovanov(15) reporta una incidencia de 0,07%, considerando la totalidad de las patologías de epiplón mayor operadas de urgencia en niños. Similares resultados considera Afendulov(16) con cifras que ascienden al 0,098%. Por otra parte, en relación a la distribución de las diversas entidades patológicas, Kovalkov(17) refiere en su casuística seis torsiones, cuatro omentitis primaria y dos linfangiomas, mientras que Golovanov(15) 16 torsiones, 12 infartos primarios y 10 omentitis primarias. En tanto Angulo(18) tres infartos segmentarios, tres omentitis primarias, dos quistes y un tumor benigno (Tabla 2). El objetivo de este trabajo es comunicar tres casos de patologías que asientan sobre el epiplón mayor y que fueron sometidas a cirugía de urgencia con diversos diagnósticos. VILLACAMPA(3) 15 25 Material y métodos KIMBER () 13 20 Post surgery prognosis, exception being cancers, is favourable. This paper reports one infarction, one omentitis and one torsion of greater epiploon, all of them of a primary nature. In none of these cases was preoperative diagnosis established. Evolution was favourable subsequent to surgical treatment, there were no complications and patient discharge was relatively early. Key Words: Omentum/pathology Abdomen, acute Introducción El epiplón mayor es asiento de diversos procesos patológicos, caracterizados todos ellos por su baja incidencia. Dentro de éstas, se reconocen torsiones (primarias, secundarias), tumores (benignos, malignos), quistes (linfangiomas, teratomas quísticos) y epiploítis u omentitis primaria (1). Su escasa frecuencia se refleja tanto en las diversas series nacionales e internaciones publicadas. A nivel internacional, Gul(2) reporta tres casos de torsión primaria en un período de 5 años, en tanto Escartin Villacampa(3) 15 casos ocurridos en niños en un lapso de 25 años. Por su parte Kimber(4) en 20 años comunica trece casos (Tabla 1). AUTOR GUL(2) ESCARTIN Tabla 1. Número de casos y períodos de observación en diferentes series. Se analizan en forma retrospectiva tres casos de distintas patologías del epiplón mayor, asistidos en la ciudad de Florida entre los años 1994 y 1995. Dres.: D. González, A. Vega, J. Monti, M. Torres, F. Di Leoni 132 TORSION KOVALKOV (17) GOLOVANOV (15) 6 16 INFARTO OMENTITIS 4 QUISTES 2 12 3 10 3 2 TUMORES TOTAL ANGULO (18) 1 12 38 9 Tabla 2. Incidencia de las diversas patologías de epiplón mayor. Los datos fueron obtenidos de la revisión de las historias clínicas. Todos fueron operados de urgencia, siendo dos casos abordados por una incisión transversa de hipocondrio derecho y uno por una mediana. Resultados De la exploración se constató, en el paciente portador del infarto un hemoperitoneo moderado y un gran hematoma con áreas de isquemia predominando en el sector derecho del epiplón. De los casos considerados, hubo un infarto, una torsión y una omentitis, todos ellos primarios. Dos correspondieron al sexo masculino, en tanto el restante al femenino. Todos los casos se presentaron en adultos, siendo sus edades de 34, 43 y 71 años respectivamente. Clínicamente se presentaron como cuadros agudos de abdomen, siendo el dolor topografiado en hipocondrio y flanco derecho el síntoma constante. En tanto la fiebre ocurrió en dos situaciones (omentitis y torsión) y náuseas en uno (torsión). El shock hipovolémico se asoció en el paciente con el infarto. Por su parte el signo presente en los tres casos correspondió a la defensa en las localizaciones anteriormente mencionadas. Desde el punto de vista imagenológico la ecografía abdominal que fue realizada en todos los casos, constató en el caso del infarto primario líquido libre en hipocondrio y gotera parieto cólica derecha. Por otro lado la leucocitosis fue de 10200 en el paciente de la omentitis primaria. El diagnóstico preoperatorio fue de plastrón apendicular en un caso y cuadro agudo de abdomen en los restantes. Por su parte en la omentitis un proceso supurado con áreas de necrosis. El resto de la exploración fue normal. En tanto en el último caso se constató un triple anillo de torsión sobre la mitad derecha del epiplón, y moderada cantidad de líquido hemático en el piso inframesocólico. La omentectomía parcial constituyó el tratamiento de los tres casos. La evolución postoperatoria fue favorable, sin complicaciones el alta fue otorgada a las 24 horas, dos y cinco días. Del informe anatomo patológico de la pieza de resección del infarto, se evidenció en la macroscopía un hematoma de 12 por 3 centímetros con áreas congestivas y piqueteado hemorrágico. En el sector proximal al área hemorrágica se aprecia un vaso de 6 milímetros trombosado. En la microscopía, secciones de tejido adiposo con extensas áreas de hemorragia intersticial y estructura vascular con trombosis reciente con hemorragia y acúmulos leucocitarios perivascular. Cuadro agudo de abdomen determinado por patologia primaria del epiplon mayor Discusión y comentarios La torsión puede ocurrir tanto en niños como adultos, reconociéndose dos formas, la primaria y secundaria. De la primera se desconoce su etiología, aunque se proponen como factores desencadenantes la realización de ejercicios físicos violentos así como los cambios bruscos de posición corporal. En tanto en la secundaria, que necesita de dos puntos fijos para su producción se vincula con la existencia de adherencias, quistes epiploícos o tumores a dicho nivel. En relación a esta última situación en la literatura internacional según referencia de Tsutsumi(19) existen ocho casos determinados por un liposarcoma. En la serie de Escartin Villacampa(3) su forma primaria ascendió al 86,6%, habiendo una relación entre el sexo masculino y femenino de 2/1. Esta última relación según Kimber(4) es de 3/1. Dentro de las situaciones inhabituales se han reportado casos en mujeres cursando diferentes etapas de su embarazo(20). A su vez esta torsión puede acompañarse del infarto del epiplón, siendo en esta situación secundario y de causa mecánica. También se reconoce la forma secundaria a causas generales vinculadas a la constitución del colágeno vascular así como las hemopatías(21). Por su parte el infarto primario, cuya etiología aún no se ha esclarecido, se lo vincula con el traumatismo abdominal y la obesidad como factores determinantes. Es más frecuente que ocurra sobre el sector derecho del epiplón, atribuyéndosele este hecho a su mayor movilidad y contenido de tejido adiposo. Desde el punto de vista anátomo patológico, en estos casos es característico en la pieza de resección, hemorragia capilar, extravasación sanguínea intralobulillar e infarto con venas dilatadas y trombosadas(22). Por otro lado los tumores, mayoritariamente son de estirpe muscular, leiomiomas o leiomiosarco- 133 mas, constituyendo los malignos aproximadamente el 40% de los casos(23, 24). Otras variedades histológicas publicadas en la literatura corresponden a lipomas y hemangiopericitomas(25, 26). En tanto los quistes, que en general se vinculan con una alteración a nivel del sistema linfático, están constituidos por una pared fibrosa revestida por una sola capa de células endoteliales presentando pequeños espacios linfáticos, siendo su contenido líquido de aspecto seroso. Su presentación clínica es variable. En el caso de la torsión, el motivo de consulta es el dolor abdominal, resultado del compromiso vascular del epiplón. Habitualmente localizado en hemiabdomen derecho, acompañado en alguna circunstancia de náuseas, vómitos, fiebre, siendo la tumoración el hallazgo físico mas frecuentemente reconocido. Según refiere Escartin Villacampa(3) el 20% de los casos se acompañan de vómitos. Este cuadro hace que en la casi totalidad de las situaciones el planteo diagnóstico sea de patologías quirúrgicas más habituales como la apendicitis y colecistitis aguda y en definitiva su diagnóstico es realizado durante la exploración quirúrgica (4,27) . Así también como forma de presentación inhabitual, el dolor abdominal recurrente, puede ser la traducción de la torsión intermitente del epiplón(28). Por otro lado los quistes y tumores, se presentan generalmente con molestias vagas abdominales acompañadas de tumoraciones, móviles y bien delimitadas para los quistes o con diversos grados de adherencias para las neoplasias. El compromiso de estructuras vecinas por parte de estos últimos, son responsables de la sintomatología referida por el paciente. En tanto, las metástasis no son frecuentes en este tipo de tumores. Desde el punto de vista imagenológico, la radiografía simple con enfoques de perfil permite identificar estructuras quísticas por delante del intestino. 134 En el mismo sentido, la ecografía y tomografía son capaces de identificar tanto quistes como tumores. En el caso de infartos, la tomografía reconoce una tumoración con densidad de tejido adiposo y áreas de contenido líquido(29). Es típica la disposición concéntrica que adoptan los pliegues de tejido adiposo y fibroso en el sitio de la torsión(30). De gran valor es la laparoscopía, dado que es el único procedimiento que permite arribar a un diagnóstico de certeza(2). El tratamiento es quirúrgico y consiste en la resección del sector del epiplón comprometido, ya sea por un abordaje por vía convencional así como video asistido. Se han reportado casos de torsiones tanto primarias como secundarias a quistes, así como quistes no complicados tratados por esta última vía, siendo considerada una buena opción terapéutica(2, 31, 32). Es recomendable no intentar colocar en su posición habitual al epiplón y realizar la ligadura por encima de la zona de la torsión sobre tejido sano, para de esta manera evitar la embolia a partir de los trombos venosos. En aquellas situaciones en las cuales el paciente llega a la cirugía con el diagnóstico de apendicitis o colecistitis aguda y durante la exploración no se confirman y más aún si se acompañan de líquido peritoneal serohemático, hay que plantearse el infarto del epiplón mayor con la consiguiente obligatoriedad de su pesquisa(33, 34). El pronóstico es bueno luego del tratamiento quirúrgico, a excepción de los tumores malignos, así como hace referencia Tsutsumi(19) en los raros casos de liposarcomas. Dres.: D. González, A. Vega, J. Monti, M. Torres, F. Di Leoni Es característico que el planteo diagnóstico preoperatorio sea de entidades más frecuentes, a excepción de los tumores y quistes en los que la imagenología aporta signos de gran valor. Por lo tanto la confirmación es intraoperatoria. El tratamiento es quirúrgico, consistiendo en la omentectomía, parcial o total dependiendo de la extensión de la lesión. El pronóstico es favorable, a excepción de los tumores. Referencias bibliográficas (1) Furuhashi M, Katsumata Y, Oda H, Imai N. Cystic teratoma of the greater omentum: a case report and review of the literature. J. Obstet. Gynaecol. Res. 1997; 23(4):359-63. (2) Gul Y, Jabbar M, Moissinaic K. Primary torsion of the greater omentum. Acta Chir. Belg. 2001; 101(6):312-4. (3) Escartin Villacampa R, Elias Pollina J, Esteban Ibarz J. Torsión primaria del epiplón mayor. An. Esp. Pediatr. 2001; 54(3):251-4. (4) Kimber C, Westmore P, Hutson J, Keky J. Primary omental torsion in children. J. Paediatr. Child Health. 1996; 32(1):22-4. (5) Fossatti A. Torsión del gran epiplón. An Fac Med Montevideo. 1924; 9:1155-60. (6) Lamas A. Arrollamiento del gran epilón. An Fac Med Montevideo. 1928; 13(1-2):1-5. (7) Nario C. 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Conclusiones La diversa patología primaria del epiplón mayor es relativamente rara, caracterizándose por presentarse clínicamente como cuadros agudos de abdomen. Cuadro agudo de abdomen determinado por patologia primaria del epiplon mayor (15) (16) Golovanov I, Kudriavtsev V, Bairov A. Primary acute diseases of the greater omentum in children. Vestn Khir. Im. I. I. Grek. 1990; 145(10): 68-70. Afendulov S, Darvin V. Torsion of the greater omentum. Vestn Khir. Im. I. I. Grek. 1985; 135(11): 62-4. 135 (25) Grankin V. Torsion of lipoma of the greater omentum. Vestn. Khir. Im. I. I. Grek. 1970; 104(2): 132. (26) Rao S, Rao R, Sampat M. Hemangiopericytoma of greater omentum. Indian. J. Gastroenterol. 2000; 19(1): 33-5. (27) Wang H, Li X, Yao H, Zhang J. Primary omental torsion in a child: mimic acute appendicitis. Chin. Med. J. 1998; 111(12):1126. (17) Kovalkov V, Zalogin K, Iatsenko S. Primary diseases of the greater omentum in children. Klin. Khir. 1992;8:51-3. 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Encontramos que el neumotórax espontáneo es más frecuente en hombres en todas las eda- Clínica Quirúrgica “1” (Dir. Prof. Dra. Sonia Boudrandi) Hospital Pasteur, Facultad de Medicina. Montevideo. des y en fumadores. Presenta un patrón bifásico de distribución por edades y tipo (correspondiéndole al joven mayormente el tipo primario y al adulto el secundario). Es más frecuente el tipo primario. El drenaje pleural bajo sello de agua fue el tratamiento inicial, a cargo de los más jóvenes del staff quirúrgico, con buena evolución en la mayoría de los casos. No existe protocolo de tratamiento para ésta patología ni estandarización del procedimiento de colocación de drenaje pleural. Palabras clave: Neumotórax Pleura Presentado como tema libre en el 56º Congreso Uruguayo de Cirugía, Punta del Esta, 30 noviembre - 3 diciembre de 2005. (1) Residente de Cirugía General, Clínica Quirúrgica 1. (2) Ex Asistente de Clínica Quirúrgica 1. (3) Ex Prof. Adjunto de Clínica Quirúrgica 1. Correspondencia: Dr. Jorge Armand Ugon Jackson 1324/202 Montevideo Uruguay e-mail: [email protected] Abstract: The pneumothorax as a pathology has been known for centuries. Spontaneous pneumothorax can be divided into primary and secondary. Our objective was to analyze spontaneous pneumothorax as the pathology which leads the patient to con- Neumotórax espontáneo, revisión de casos clínicos 137 sult the Emergency Service of Pasteur Hospital, its distribution by sex and age, size, topography, time of the year in which it appears, signs of this symptomatology on hospitalization, its treatment and evolution as well as to compare the results with international data. EL diagnóstico de neumotórax se confirma con la radiografía simple de tórax (frente y perfil) (1-35-6-9-10-11) , que informa si es un neumotórax total o parcial, puro o con derrame, el estado del muñón y del parénquima contralateral, del mediastino y del diafragma (9). The retrospective study consisted in revision of case histories with diagnosis of spontaneous pneumothorax, between 01/01/99 through 31/12/04. We discovered that spontaneous pneumothorax is more frequent in men of all ages and in smokers. It has a two-phase pattern of distribution by ages and type (in the young the primary type being most frequent and in the adult, the secondary). The primary type is more frequent. Plural drainage sealed against water, was the initial treatment, undertaken by the youngest members of the surgical staff, with good evolution in most cases. There is no protocol for the treatment of this pathology nor is there standardization of procedure for placing the pleural drainage. El tamaño del neumotórax puede definirse, en la radiografía de tórax, según la distancia entre la pared torácica y el parénquima pulmonar. Se dividen en 3 categorías: pequeño, moderado y grande según que la mencionada distancia sea menor de 2 cm, de 2 a 4 cm, o mayor respectivamente(4). Más actual es la clasificación de la British Thoraxic Society que distingue solo 2 categorías: neumotórax pequeño y grande según que la distancia entre la pared torácica y el borde del pulmón sea menor de 2 cm. o mayor o igual a 2 cm.(1). Key words: Pneumothorax El tratamiento inicial del neumotórax espontáneo, según tamaño y tolerancia, puede esquematizarse en 3 grandes grupos: observación, punción aspiración con catéter fino, drenaje pleural, (1-2-3-47-9-11) . Es una patología conocida desde la antigüedad(2-7) y fue Itard, en 1803, quien acuñó el término (1-2-7). El objetivo de nuestro estudio es analizar el neumotórax espontáneo (Ntx. Esp.) como patología que motiva la consulta en el Servicio de Emergencia del Hospital Pasteur (Hospital General de tercer nivel), su distribución por sexo y edad, tamaño, topografía, época del año en que aparece, signo sintomatología al ingreso, su tratamiento y evolución y comparar los resultados con datos internacionales (2-3-4-7). En cuanto a la etiología del neumotórax: puede ser espontáneo, iatrogénico (por, punción, barotrauma, etc.), traumático (2-7-9-10). El objetivo específico es analizar los procedimientos terapéuticos en el Ntx. Esp. y realizar un protocolo de tratamiento de esta patología. Los neumotórax espontáneos son una de las patologías más frecuentes del tórax (3), se producen por rotura de la pleura visceral (2-3-7-9-10). Se diferencian en primarios y secundarios según la existencia, en estos últimos, de una enfermedad pulmonar de base (EPOC, asma, tuberculosis, hidatídico, fibrosis pulmonar, cáncer de pulmón, catamenial) (1-2-3-7-8-9-10-11). Es un estudio retrospectivo, revisión de historias clínicas, de pacientes que consultaron en el Servicio de Emergencia del Hospital Pasteur entre el 01/01/99 y el 31/12/04 con diagnóstico de Ntx. Esp.. Pleura Introducción Se define neumotórax como la presencia de aire en la cavidad pleural (1-7). El Ntx. Esp. es más frecuente en hombres en todas las edades y en fumadores. Presenta un patrón bifásico de distribución por edades y tipo 138 (correspondiéndole al joven mayormente el tipo primario y al adulto el secundario). Es más frecuente el Ntx. Esp. primario. El drenaje pleural bajo sello de agua fue el tratamiento inicial, a cargo de los más jóvenes del staff quirúrgico. Nuestros resultados son comparables a los de otros estudios (2-3-4-7). No existe protocolo de tratamiento para ésta patología ni estandarización del procedimiento de colocación de drenaje pleural. Material y método Se realizó un estudio retrospectivo consistente en la revisión de casos clínicos de aquellos pacientes con diagnóstico de Ntx. Esp. ingresados en el Servicio de Emergencia del Hospital Pasteur entre el 01/01/99 y el 31/12/04. Se contactó a los pacientes y se los sometió telefónicamente a un breve cuestionario con vistas al seguimiento (mínimo de 8 meses para los pacientes ingresados en diciembre del 04). Se elaboró un protocolo para la recolección de datos y a partir de éste se obtuvieron los resultados que comentaremos. Se analizó la distribución por sexo, edad y época del año en que apareció, la topografía y el tamaño, los antecedentes de tabaquismo y de Ntx. Esp. como factor de riesgo, la signo sintomatología al ingreso, los hallazgos radiográficos, el tratamiento realizado y la evolución. Resultados Entre el 01/01/99 y el 31/12/04 están registradas 137 consultas con diagnóstico de Ntx. Esp. de los cuales estudiamos 103 casos. No fue posible hallar las historias clínicas de los pacientes restantes. El 71% de los Ntx. Esp. fueron primarios y el 29% restante secundarios. Los Ntx. Esp. secundarios correspondieron mayormente a EPOC (71%), asma (21%), tuberculosis (8%). El 62% de los Ntx. Esp. fueron derechos y el 38% izquierdos. Dres.: G. Armand Ugon Bigi, C. Arévalo, R. Delbene El 63,5% de los Ntx. Esp. se presentaron en varones y el 36,5% en mujeres, predominando los varones en todas las edades. La distribución por edad muestra una máxima incidencia entre los pacientes de 20 a 29 años, seguida por los pacientes entre 60 y 69 años, siendo la media de edad de 38 años. Como factor predisponente podemos señalar el tabaquismo, presente en el 82% de los pacientes, así como el antecedente de Ntx. Esp. homolateral (15%) o contralateral (8%). Existe similar incidencia en los meses de otoño e invierno con claro predominio (70%) respecto a los meses de primavera y verano. La aparición de los síntomas ocurrió mayormente en reposo, 76% de los casos. El 65% de los pacientes presentaron un Ntx. Esp. bien tolerado. De los síntomas al inicio del cuadro clínico destacamos: el dolor pleural (68%), seguido por disnea (50%). De los signos al ingreso destacamos: polipnea (49%) y taquicardia (48%) y la clásica tríada de Gailliard(3) (siempre presente en diferentes grados) con disminución o ausencia de vibraciones vocales y/o murmullo alvéolo vesicular, e hipersonoridad. La radiografía de tórax, realizada al ingreso (en el 100% de los pacientes)(9), confirmó el diagnóstico y evidenció un 55% de Ntx. Esp. grandes, seguidos por un 28% de medianos y un 17% de pequeños. El tratamiento del Ntx. Esp. consistió en la colocación de drenaje pleural bajo sello de agua en el 100% de los casos. Se tomó una conducta expectante en el 5% de los casos, por 12 a 24 hs., colocándose posteriormente drenaje pleural. Los drenajes fueron colocados en un 80% por Residentes de primer año y en un 20% por Residentes de segundo año. El 64% de los drenajes utilizados fueron de calibre mayor o igual a 28 Fr.. El 80% de los drenajes fueron emplazados en línea axilar anterior y el 20% restante en línea axilar media. Neumotórax espontáneo, revisión de casos clínicos 139 En cuanto al nivel costal de emplazamiento del drenaje: 52% fueron colocados en quinto espacio intercostal, 31% en cuarto espacio, 12% en sexto espacio y 4% en tercer espacio. mina en pacientes jóvenes, lo que concuerda con lo publicado(4-10), no encontramos, en cambio, casos de Ntx. Esp. secundarios a fibrosis pulmonar o cáncer de pulmón. El 85% de los pacientes tuvieron una buena evolución, con reexpansión pulmonar completa, retirándose el drenaje entre el cuarto y séptimo día. En 10 de estos pacientes se evidenció Ntx. residual, en 7 de ellos se mantuvo conducta expectante y control radiológico con evolución a la reexpansión completa, en 2 de ellos se colocó nuevo drenaje y uno de ellos fue sometido a cirugía. Fueron más frecuentes los Ntx. Esp. derechos respecto a los izquierdos -a razón de 1,6/1-. Resultados similares presentan otros estudios (2-7). El 15% de los pacientes con diagnóstico de Ntx. Esp. recibieron tratamiento quirúrgico de coordinación (toracotomía mayor o video toracoscopía) por tratarse del segundo episodio de Ntx. homolateral, por presentar antecedente de Ntx. contralateral, o fístula de alto gasto que no mejoró con el drenaje. Del seguimiento de los pacientes surge que el 17% sufrió un segundo episodio de Ntx. Esp. homolateral, con mayor incidencia en los 3 primeros meses siguientes al episodio inicial y un 2% de los pacientes sufrió un tercer episodio de Ntx. Esp. homolateral en los primeros cuatro meses siguientes. No se evidenciaron recidivas más allá de los 8 meses. Un 8% de los pacientes presentó, en la evolución, un Ntx. Esp. contralateral. No se evidenciaron recidivas en pacientes resueltos por cirugía de coordinación (toracotomía mayor o video toracoscopía). Discusión Los Ntx. Esp. fueron más frecuentes en varones que en mujeres 1,7/1(11). Encontrando una mayor proporción de mujeres que lo señalado por otros estudios 2-4 4/1 y 16,7/1 respectivamente. La distribución por edad presentó una curva bimodal con 2 picos de incidencia. El primero correspondió a pacientes entre 20 y 29 años y el segundo a pacientes entre 60 y 69 años. Estos 2 picos de incidencia, jóvenes y adultos, correspondieron mayormente a Ntx. Esp. primarios y secundarios respectivamente. Similar distribución presentan otros estudios (2-3-4-7-9-10-11). El consumo de tabaco fue el principal factor predisponente, presente en 4/5 de los pacientes. Factor señalado en todas las publicaciones consultadas (1-2-3-4-7). Menor incidencia tuvieron los antecedentes de Ntx. Esp. homolateral o contralateral (1-2-3-4-9-10-11). Se evidenció un claro predominio de los Ntx. Esp. en los meses de otoño e invierno, lo cual está asociado a mayor incidencia de infecciones respiratorias como lo señalan diferentes publicaciones (2-3-4). El inicio de los síntomas ocurrió con mayor frecuencia en reposo, lo que coincide con lo señalado por otras publicaciones, (2-3-4), al igual que la mayor proporción de Ntx. Esp. bien tolerado que se encontró. Del estudio de 103 casos de Ntx. Esp. diagnosticados y tratados en el Servicio de Emergencia del Hospital Pasteur surgió que son más frecuentes los primarios, 71% del total, lo que concuerda con otros estudios realizados (2-3-4). El dolor pleural fue el síntoma más frecuente al inicio del cuadro, seguido por disnea. Siempre estuvo presente, en diferentes grados, la clásica tríada de Gailliard(3), seguida en frecuencia por la polipnea y la taquicardia, lo que concuerda con otras publicaciones (2-3-7-9-11). La EPOC fue la causa más frecuente de Ntx. Esp. secundario seguida por el asma, que predo- Las radiografías de tórax evidenciaron, en la mitad de los casos, Ntx. Esp. grandes, seguidos Dres.: G. Armand Ugon Bigi, C. Arévalo, R. Delbene 140 por medianos y pequeños. Estos resultados difieren con lo señalado por otras publicaciones donde los Ntx. grandes son los menos frecuentes (12,5% del total, (4). En este punto debemos señalar que seguramente existió una sobre valoración del tamaño del Ntx., dado que no contamos con una escala claramente definida. A diferencia de lo establecido en diferentes publicaciones (2-3-4-7-9-11), todos los Ntx. Esp. fueron tratados inicialmente con drenaje pleural bajo sello de agua. No se realizó observación como único tratamiento ni otros procedimientos como la punción aspiración con catéter fino (1-2-3-4-7-9-11). El procedimiento de drenaje pleural fue realizado por los miembros más jóvenes del staff quirúrgico(4), con buena evolución en más de 4/5 de los casos, permaneciendo con el drenaje entre 4 y 7 días, similar a lo señalado por otras publicaciones(3). Un 10% de los pacientes presentaron Ntx. residual. No contamos con protocolo que estandarice el procedimiento de colocación de drenaje, por ello las diferentes topografías de emplazamiento de los drenajes(6), y la utilización de drenajes gruesos en 2/3 de los casos. Tampoco contamos con protocolo que estandarice las indicaciones de drenaje pleural como tratamiento de los Ntx. Esp.(1). No se aplican otros tratamientos como la punción aspiración con catéter fino (1-2-3-4-6-7-9-11). El 15% de los pacientes con diagnóstico de Ntx. Esp. recibieron tratamiento quirúrgico (sea por toracotomía mayor o video toracoscopía) sea por tratarse del segundo episodio de Ntx. homolateral, por presentar antecedente de Ntx. contralateral, o fístula aérea de alto gasto, lo que coincide con lo señalado por diferentes publicaciones (1-2-37-9-11) . Del seguimiento de los pacientes surge que el 17% sufrió un segundo episodio de Ntx. Esp. homolateral, con mayor incidencia en los 3 primeros meses siguientes al episodio inicial(2) y un 2% de los pacientes sufrió un tercer episodio de Ntx. Esp. homolateral en los primeros cuatro meses siguien- tes. Las diferentes publicaciones señalan una recidiva entre 17% y 30% para la primera recidiva (2-3-4) y de 17% para la segunda recidiva(2). No se evidenciaron recidivas más allá de los 8 meses, 5 meses señalan otras publicaciones (2-11). Un 8% de los pacientes presentó, en la evolución, un Ntx. Esp. contralateral. No se evidenciaron recidivas en pacientes resueltos por toracotomía mayor o video toracoscopía, las diferentes publicaciones señalan entre 1 y 5% de recidiva (esta última si no se realizó pleurodesis) (2-3). Comentarios El Ntx. Esp. es más frecuente en hombres en todas las edades y en fumadores. Es más frecuente a derecha. El Ntx. Esp. primario es el tipo más frecuente. El Ntx. Esp. presenta un patrón bifásico de distribución por edades y tipo (correspondiéndole al joven mayormente el tipo primario y al adulto el secundario). Las EPOC son responsables de la mayoría de los Ntx. Esp. secundarios en el adulto y el asma lo es en los Ntx. Esp. secundarios del joven. El tratamiento inicial consiste en la colocación de drenaje pleural bajo sello de agua, a cargo de los más jóvenes del staff quirúrgico, con buena evolución en la mayoría de los casos. No existe protocolo de tratamiento para esta patología ni estandarización del procedimiento de colocación de drenaje pleural. Por cuanto proponemos un protocolo de tratamiento para el Ntx. Esp. (1-2-3-4-5-6-7-9-11) del que destacamos: O drenar según sintomatología. O drenar todos los Ntx. Esp. secundarios y todos los completos y/o moderados. O Emplazar drenaje en tercer espacio intercostal, línea axilar anterior. O Utilizar drenaje fino no mayor a 24 Fr.. Neumotórax espontáneo, revisión de casos clínicos 141 Referencias bibliográficas (6) Laws D, Neville E, Duffy J. BTS guidelines for the insertion of a chest drain. Thorax 2003; 58 (Suppl II): 1153-59. (1) Henry M, Arnold T, Harvey J. BTS guidelines for the management of spontaneous pneumothorax. Thorax 2003; 58 (Suppl II): 1139-52. (7) Camacho Durán F, Zamarriego Puentes R. Neumotórax In: Universidad El Bosque, Bogotá, Guías para manejo de urgencias: 591-8. (2) Guelbenzu J J, Vila E, Árgueda J. El neumotórax espontáneo: revisión de 130 casos. An. Sis San Navarra 2001; 24, (3), sept-dic. (8) (3) Nazar J. Neumotórax espontáneo. In: Ferrainas P, Oría A.: Cirugía de Michans, 5ª ed. Bs. As: El Ateneo, 2000, p. 325-30. Gómez Belda A B, Serra Sanchis B, Martínez-Moragón E, Fernández Fabrellas E. Neumotórax espontáneo como primera manifestación de una tuberculosis activa. Rev Patol Respir 2003; 6(3): 121-2. (9) Hock Ong M, Huok Chan Y, Shern Kee J. 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Se consideran aspectos etiológicos, de la presentación clínica y paraclínica, y de las conductas terapéuticas confrontando los mismos con series similares tanto nacionales como internacionales. Las etiologías comprendieron fístulas colovesicales de origen diverticular (seis casos), ileovesicales secundarias a enfermedad de Crohn (tres casos), rectovesicales de origen rádico (un caso) y rectovesicales e ileovesicales iatrogénicas (dos casos). Se evaluó tanto la sintomatología específica de la fístula como la del cuadro etiológico de fondo responsable de la misma. Se analizaron los estudios paraclínicos solicitados resaltando el rol primordial de la TAC para la certificación diagnóstica. Finalmente se analizan aspectos terapéuticos y evolutivos. En todos los casos se realizó tratamiento quirúrgico. La táctica empleada fue variable dependiendo del tipo de fístula y su etiología. El procedimiento predominante (75%) fue la cirugía resectiva con anastomosis primaria (Cirugía en un tiempo) y reparación vesical. En los restantes casos se realizó colostomía sin resección (16%) y resección sin anastomosis (8%). No hubo mortalidad quirúrgica en la serie y en cuanto a la evolución fue favorable en todos los casos, con mejores resultados funcionales en los casos en que se realizó resección y anastomosis. Se concluye que esta patología es de baja incidencia. Las etiología y su frecuencia relativa son concordantes con las publicadas. Se destaca la ausencia de fístulas de origen neoplásico en la serie. El tratamiento quirúrgico es efectivo y se recomienda de ser posible la cirugía en un tiempo dados sus mejores resultados funcionales. Palabras clave: Fístula intestinal Presentado como tema libre en el 54º Congreso Uruguayo de Cirugía. Colonia, 26 - 29 de noviembre de 2004. * Asistentes de Clínica Quirúrgica Correspondencia: Simón Bolívar 1359/801 e-mail: [email protected] Abstract 12 patients with acquired enterovesical fistulas during a period between 1990 and 2002 were re- Fístulas enterovesicales adquiridas viewed., considering etiological aspects, clinical presentation, paraclinical examinations and surgical treatment and comparing them with those in similar published series. Etiology includes diverticular disease (six cases), Crohn’s disease (three cases), radiation injury (one case) and surgical or instrumental iatrogenia (two cases). Specific symptoms and the clinical presentation were related to the causal disease. Paraclinical examinations were analysed. The importance of computerized abdominal tomography is emphatically stressed. Finally, treatment and outcomes were considered. In all cases surgery was performed. The most common procedure (75%) was intestinal resection with primary anastomosis (one-stage resection) and vesical repair. Other procedures were colostomy without resection (16%) and resection without anastomosis (8%). No mortality was registered and the outcome was favourable in all cases. The functional results were better in one-stage resection cases. We concluded that enterovesical fistula is a rare disease. Etiology and relative frequency is similar to those in other published series with the only difference that no neoplastic fistulas were found.. Surgical treatment is effective and one stage resection and anastomosis is recommended if possible because the better functional outcome. Key words: Intestinal fistula Introducción Las fístulas enterovesicales implican una comunicación patológica del tracto digestivo con la vejiga. La causa etiológica que las condiciona generalmente es de origen digestivo siendo un sector de la vejiga involucrado por el proceso inflamatorio o neoplásico en forma secundaria. 143 La literatura es coincidente en referir a la enfermedad diverticular colónica como la primera causa etiológica. Le siguen en frecuencia la enfermedad de Crohn, el cáncer colorrectal, las complicaciones de la radioterapia y el traumatismo generalmente quirúrgico iatrogénico.(1, 2, 3). Existen múltiples publicaciones internacionales que citan el tema(4) . Tabla 1. En todas ellas son coincidentes dos aspectos, el orden de frecuencia de las causas etiológicas que presentan pocas variaciones entre las mismas y el relativo bajo número de casos de las series. En nuestro medio ya en 1958, J. Lockhart y col. publican una serie de ocho casos de fístulas intestinovesicales donde se analiza la clínica, el diagnóstico y aspectos terapéuticos de las mismas.(5) La clínica de las fístulas es independiente de su etiología en la mayoría de los casos. Los síntomas urinarios dominan el cuadro. Fecaluria y neumaturia son elementos patognomónicos pero no están siempre presentes (50% de los casos aproximadamente). Las alteraciones del tránsito digestivo son inespecíficas. El examen físico generalmente no ofrece particularidades. Se destacan de la paraclínica los estudios contrastados tanto del tubo digestivo (colon por enema) como del aparato urinario (uretrocistografía). Estos procedimientos demuestran la patología intestinal de base en un número importante de casos pero la sensibilidad para la detección de la fístula oscila entre el 30% y 60% según diferentes series(6). La cistoscopía sugiere la presencia de la comunicación patológica en la mayoría de los pacientes. Estudios actuales confirman a la TAC como un estudio de primera línea en el diagnóstico de fístulas enterovesicales y que debe ser tenido en cuenta para la evaluación inicial de enfermos con sospecha de esta afección(7). Los signos tomográficos característicos son la presencia de aire a nivel vesical, y el proceso tumoral inflamatorio o neoplásico que relaciona un sector del tubo diges- Dres.: C. Barberousse, P. Santiago, P. Rodríguez 144 Tabla 1. Obtenida de Keighley MRB y Williams NF. Surgery of the Anus, Rectum and Colon. W.B.Saunders. Londres 1993. Intestinal fistulas.p.2054 Etiología de Fístulas Enterovesicales (series internacionales) Williams (1954) Shatila and Ackerman (1976) Morrison and Addison (1983) Kovalcik et al (1976) King et al (1982) McConnell et al (1980) Moss et al (1990) Enf Diverticular 23 22 21 30 40 20 20 Neoplasias 54 5 5 8 27 10 Causa Serie colorectal (3) (5) (5) vejiga (2) (2) (5) útero (0) (1) (9) 2 próstata (0) (0) (8) 4 8 Enf de Cronh 8 1 2 8 26 2 Iatrogénicas Postoperatorias 22 1 1 2 0 5 Otras 11 0 0 1 0 0 (incluidas en malignas) 0 1 6 (incluidas en malignas) (incluidas en malignas) Rádicas tivo con la vejiga. La RMN es sugerida por algunos autores(8). El tratamiento en todos los casos debe ser quirúrgico. El procedimiento depende de la etiología. Existe consenso en indicar cirugía intestinal en un tiempo, resecando el sector patológico del intestino con reconstrucción primaria del tránsito. El cierre de la brecha vesical completa el procedimiento. Este tratamiento integral de la causa etiológica y la complicación fistulosa en un tiempo, mejoró sustancialmente los resultados históricos de la cirugía en dos y hasta tres tiempos planteada en el pasado(9). Pacientes y métodos Se revisaron en forma retrospectiva las historias clínicas de 12 pacientes tratados por fístulas enterovesicales adquiridas en un período comprendido entre 1990 y 2002. Los mismos proceden de tres centros asistenciales, dos privados (CASMU 9 7 y Asociación Española) y uno público (Hospital Maciel). La edad promedio fue de 63.9 años con un rango de 28 a 83 años. Cuatro de ellos fueron de sexo masculino y ocho de sexo femenino. En cuanto a las etiologías la causa más frecuente fue la enfermedad diverticular (seis pacientes), seguida de la enfermedad de Crohn (tres pacientes), iatrogénicas (dos pacientes) y rádicas (un paciente). El tipo de fístula más frecuente fue la colovesical (seis casos, todos de origen diverticular), seguido de la ileovesical (cuatro casos, tres secundarias a Crohn y una iatrogénica) y la rectovesical (dos casos, una postrrádica y una iatrogénica). Tabla 2. Las formas de presentación clínica fueron la fecaluria (58%), neumaturia (50%), infección urinaria recurrente (33%) y dolor abdominal (25%). En varios casos la fístula surgió como hallazgo imagenológico (25%). Fístulas enterovesicales adquiridas 145 Tabla 2. Distribución según sexo, edad, tipo de Fístula y etiología. PACIENTES SEXO EDAD Tipo de Fístula Etiología Caso 1 D.P F 80 Colovesical EDC Caso 2 M.R F 72 Colovesical EDC Caso 3 E.R F 70 Colovesical EDC Caso 4 L.G M 75 Colovesical EDC Caso 5 P.S F 58 Colovesical EDC Caso 6 Y.D.S F 77 Colovesical EDC Caso 7 C.F F 25 Ileovesical Crohn Caso 8 L.C M 47 Ileovesical Crohn Caso 9 C.R M 28 Ileovesical Crohn Caso 10 G.U M 75 Rectovesical Rádica Caso 11 S.F M 73 Rectovesical Iatrogénica postquirúrgica RAR Caso 12 J.R F 83 Ileovesical Iatrogénica post EDC: enfermedad diverticular colónica SÍNTOMAS Nº pacientes.(%) Fecaluria 7 (58%) Neumaturia 6 (50%) Inf Urinaria Recurrente 4 (33%) Dolor Abdominal 3 (25%) El tiempo transcurrido entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico fue variable, desde el diagnóstico inmediato en el caso de las dos fístulas iatrogénicas (postoperatorias) hasta una máxima de 24 meses. La media fue de 3 meses. Los estudios paraclínicos realizados con fines diagnósticos también fueron variables: Colon por enema (Fig. 4), cistoscopia, cistografía (Fig. 2 y Fig. 3), urocultivos, TAC. En todos los casos el diagnóstico surgió en forma clara al realizarse la TAC abdóminopélvica(10). El elemento diagnóstico clave fue la presencia de aire en la vejiga. (Fig. 1 y Fig. 5). La cistoscopia fue también muy útil en algunos casos mostrando signos indirectos de la fístula como el clásico proceso inflamatorio con edema bulloso en el sector pósterosuperior de la misma. El tratamiento fue quirúrgico en todos los casos. Once pacientes fueron operados de coordinación y el restante lo fue de urgencia por la presencia de elementos oclusivos intestinales. Estuvo presente un urólogo durante la operación en los casos de fístulas recto vesicales (dos casos, 16%). En los pacientes con enfermedad diverticular el procedimiento fue la sigmoidectomía en cinco casos (83%). En el restante sólo se realizó una colostomía de detransitación dado que se trataba de un paciente inmunodeprimido con un muy mal estado general. De los cinco resecados en cuatro se realizó una anastomosis colocólica (80%) y en el quinto se realizó una operación de Hartmann, siendo éste el paciente operado de urgencia, con un colon mal preparado. Con respecto al polo urinario en todos los casos se cerró el orificio vesical y se dejó una sonda. En los pacientes con fístulas 146 Dres.: C. Barberousse, P. Santiago, P. Rodríguez Figura 3: Cistografía retrógrada. Caso 1. D.P. 80 a. Fístula colo-vesical secundaria a EDC. Pasaje de contraste desde vejiga a colon. Figura 1: TAC abdómino-pélvica. Caso 5. P.S. 58 a. Fístula colo-vesical secundaria a EDC. Se aprecia claramente aire a nivel vesical y sector intestinal adherido a vejiga. Figura 4: Colon por enema. Caso 3. E.R. 70 a. Fístula colo-vesical secundaria a EDC. Se aprecia colon sigmoides con múltiples divertículos y fuga de contraste que rellena parcialmente vejiga. Figura 2: Cistografía retrógrada. Caso 1: D.P. 80 a. Fístula colo-vesical secundaria a EDC. Se aprecia llenado vesical con contraste y pasaje del mismo al sector colónico adherido al techo de la vejiga Figura 5: TAC abdómino-pelvica. Caso 1. D.P. 80 a. Fístula colo-vesical secundaria a EDC. Se aprecia aire a nivel vesical. ileovesicales secundarias a enfermedad de Crohn el procedimiento fue siempre el mismo: Desmontaje de la fístula, resección ileal con anastomosis ileoileal y cierre del orificio vesical. En un caso la resección incluyó también al ciego realizándose una anastomosis ileoascendente. En el paciente Fístulas enterovesicales adquiridas portador de fístula rectovesical postrrádica dada el importante proceso adherencial y la fragilidad del intestino se optó por realizar una colostomía ilíaca y un implante de los uréteres en el colon transverso. En los casos de fístula iatrogénica, en la rectovesical (postoperatorio de resección anterior de recto con sutura manual) se realizó una reresección rectal y anastomosis coloanal más el cierre del orificio vesical. En la fístula ileovesical (postoperatorio de Resección transuretral de neo de vejiga) se realizó resección ileal con anastomosis ileoileal y cierre del orificio vesical. La evolución final fue favorable en todos los casos no presentando mortalidad en la serie. Dos pacientes presentaron complicaciones mayores: uno presentó un absceso intraabdominal residual, presumiblemente por fuga anastomótica que luego evolucionó favorablemente con un manejo conservador; el otro presentó una falla de sutura de la anastomosis ileoileal, requiriendo una reintervención para exteriorización de cabos. Posteriormente se le reconstruyó el tránsito y la evolución fue buena. Las complicaciones restantes fueron menores destacándose la supuración parietal (33%). La evolución alejada fue medida hasta el año de la cirugía. Resultados El análisis de la serie según las edades permite identificar dos grupos: por un lado el de los pacientes con enfermedad de Crohn con un rango de entre 25 y 47 años y una edad promedio de 33.3 años; y por el otro el resto de los pacientes con un rango de entre 62 y 83 años y un promedio de 67.2 años. La sintomatología de presentación fue variada siendo los únicos síntomas patognomónicos la neumaturia y la fecaluria. Excepto en los casos de fístulas iatrogénicas que se detectaron en el postoperatorio, en el resto la constante fue el retraso diagnóstico (media de tres meses). 147 Con respecto a los estudios paraclínicos no hubo una sistemática diagnóstica solicitándose en algunos casos hasta tres estudios diagnósticos (cistoscopia, colon por enema y TAC). El de mayor utilidad fue siempre la TAC. En cuanto al tratamiento se destaca que todos los pacientes recibieron tratamiento quirúrgico pese al mal estado general de alguno de ellos. La táctica empleada, si bien dependió en última instancia del tipo de fístula y su etiología, mostró una clara tendencia a la cirugía en un tiempo. Tabla 3. Los casos en que no se optó por esta conducta, ya sea porque no se realizó resección intestinal o anastomosis primaria, respondieron a causas intraabdominales (proceso adherencial intenso, cuadro suboclusivo) o generales (deterioro importante, inmunodepresión) que no lo permitieron. El resultado final fue siempre favorable, presentando complicaciones mayores en dos casos (16.6%), en uno de ellos requiriendo una reintervención. El seguimiento en algunos casos no fue prolongado por su ocurrencia reciente. Discusión La primera observación es que se trata de una serie pequeña. Esto coincide con los trabajos publicados, tanto nacionales como internacionales, que presentan series de pocos pacientes en períodos largos de tiempo(8, 11). Esto estaría indicando que se trata de una enfermedad de baja prevalencia. Por tratarse de una serie chica no pueden obtenerse conclusiones que sean extrapolables, excepto para los casos en que sigan las tendencias reflejadas en la bibliografía. La prevalencia de las distintas etiologías es coincidente con todo lo publicado, siendo la causa más frecuente la fístula colovesical de origen diverticular. Esto quizás esté aun más acentuado en nuestro medio por la distribución etaria de nuestra población y la alta incidencia de esta enfermedad colónica benigna. Le siguen en frecuencia las fístulas ileovesicales secundarias a enfermedad de Dres.: C. Barberousse, P. Santiago, P. Rodríguez 148 Tabla 3. Distribución según procedimiento quirúrgico y resultado Pacientes Caso 1. D.P. 80 a. TACTICA Sigmoidectomía con anastomosis primaria. Cierre de brecha vesical RESULTADO Buena evolución Caso 2. M.R. 72 a. Sigmoidectomía con anastomosis primaria. Cierre de brecha vesical. Buena evolución Caso 3. E.R. 70 a. Sigmidectomía con anastomosis primaria. Cierre de brecha vesical, Buena evolución. Caso 4. L.G. 75 a. Colostomía Iliaca. Resolución de los síntomas. Caso 5. P.S. 58 a. Sigmoidectomía con anastomosis primaria. Cierre de brecha vesical. Buena evolución Caso 6 Y.D.S. 77 a. Sigmoidectomía. Operación de Hartmann. Cierre de brecha vesical. Buena evolución. Actualmente continúa con colostomía Caso 7 C.F. 25 a. Resección ileocecal. Íleo-ascendente anastomosis. Cierre de brecha vesical. Buena evolución Caso 8 L.C. 47 a. Resección ileocecal. Íleo-ascendente anastomosis. Cierre de brecha vesical. Falla de sutura: ileostomía. Reconstrucción del tránsito posterior. Buena evolución. Caso 9. C.R. 28 a. Resección ileal. Cierre de brecha vesical. Buena evolución Caso 10. G.U. 75 a. Colostomía iliaca e implantación de uréteres en colon transverso. Resolución de los síntomas. Caso 11. S.F. 77 a. Re-resección de recto con descenso colónico y anastomosis coloanal. Cierre de brecha vesical Buena evolución. Caso 12. J.R. 83 a. Resección ileal y anastomosis. Cierre de brecha vesical. Buena evolución. Crohn, siendo la otra gran causa responsable de esta patología. Se destaca que no se observó ningún caso de fístula secundaria a cáncer colorrectal, como sí sucede en la mayoría de las otras series. Con respecto a las edades de presentación se ha resaltado la distribución bimodal, con un pico en los 30 años, correspondiente a la edad promedio de presentación de la enfermedad de Crohn, y otro alrededor de los 70 años, edad de aparición de las otras etiologías responsables de las fístulas. Esto también está de acuerdo con las series analizadas. De la presentación clínica debemos destacar que excepto en los casos de fístulas posto- peratorias, diagnosticadas dentro del período de internación, en los restantes casos se produjo siempre un cierto retraso diagnóstico. El período entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico fue variable, con una media de 3 meses, llegando en algún caso hasta los dos años. Esto posiblemente se explique por la ausencia de síntomas específicos en muchos casos. Los síntomas de mayor valor diagnóstico, en general patognomónicos, fueron la fecaluria y la neumaturia. Cuando estuvieron presentes fueron siempre diagnósticos. Una forma muy frecuente de presentación es la infección urinaria recurrente, la cual en general no despierta la sospecha de una fístula enterovesical. Fístulas enterovesicales adquiridas 149 De los estudios paraclínicos destacamos la ausencia de una sistemática diagnóstica, solicitándose los mismos en forma variable. Sin embargo la TAC abdominal fue solicitada siempre (100%). Otros estudios realizados fueron la Cistoscopia (41%), el Colon por enema (33%), realizado éste en los casos de colopatía diverticular, la RMN (8%) y la Cistografía (8%). Estudio Paraclínico TAC abdomen Nº Pacientes (%) 12(100%) Cistoscopia 5 (41%) colon por enema 4 (33%) RMN 1 (8%) Cistografía 1 (8%) En los casos en que se sospechaba una infección urinaria se realizaron los estudios correspondientes (urocultivo, examen de orina). En todos los casos la TAC fue el estudio de mayor valor diagnóstico. Como elemento característico se destaca la presencia de aire dentro de la vejiga. Surge de ello la necesidad de su realización siempre que se sospeche la presencia de una fístula enterovesical. De los otros estudios tendría cierto lugar la Cistoscopia con sus hallazgos en general indirectos (área inflamatoria, edema bulloso)(12). Otros estudios pueden solicitarse como forma de valoración de la enfermedad de base. En cuanto al tratamiento surge claramente del análisis de la literatura que estamos ante una patología de clara indicación quirúrgica(13, 14). De no resolverse los enfermos de esta forma, su evolución es a las complicaciones infecciosas, en especial urinarias, y a la sepsis. No surgen alternativas terapéuticas serias a la cirugía. La táctica a emplear y la oportunidad estarán condicionadas por el tipo de fístula y su etiología. También influyen la edad y el estado general del paciente. De todos modos surge claramente de los distintos trabajos publicados que la cirugía en un tiempo es actual- mente el standard de oro para el manejo de estos paciente siempre que sea posible. Esta fue la conducta adoptada en la serie (75%), no siendo así en casos que las condiciones generales o locorregionales no lo permitieron. En el caso de la enfermedad diverticular la opción primaria debe ser el desmontaje de la fístula, cierre del orificio vesical, resección segmentaria del colon involucrado y anastomosis primaria colocólica. Para ello se hace necesario un colon bien preparado, o en su defecto, realizar un lavado colónico intraoperatorio. De no realizarse una anastomosis la opción seria el abocamiento de ambos cabos o la operación de Hartmann, con posterior reconstrucción del tránsito (Cirugía en dos tiempos). Es notorio que esta opción si bien puede reducir la morbilidad inicial, le agrega la morbimortalidad del segundo procedimiento y la morbilidad e incomodidad de la colostomía. Finalmente, en casos seleccionados puede realizarse simplemente una colostomía de detransitación, en un segundo tiempo la resección-anastomosis colónica y cierre del orificio vesical y en un tercer tiempo el cierre de la colostomía (Cirugía en tres tiempos). En la enfermedad de Crohn si la condición general del enfermo lo permite se recomienda también la cirugía en un tiempo, con resección-anastomosis del delgado comprometido y cierre del orificio vesical. La alternativa es el abocamiento de cabos con el cierre diferido. En nuestra serie fue el procedimiento empleado en todos los casos y como resultado en uno de ellos presentó una falla de sutura. Luego de reintervenciones la evolución final fue favorable. Debemos mencionar que tanto para las fístulas colovesicales secundarias a enfermedad diverticular colónica como para las fístulas íleovesicales por enfermedad de Crohn, el sector involucrado de la vejiga es generalmente el domo o techo. Esto posibilita casi en todos los casos el cierre primario de la brecha sin necesidad de procedimientos complejos, dado lo infrecuente del compromiso ureteral. Dres.: C. Barberousse, P. Santiago, P. Rodríguez 150 Las fístulas iatrogénicas en general se diagnostican en el postoperatorio, dada la presencia de síntomas que indican que la evolución no es la esperada. La situación más frecuente se ve en la cirugía de recto bajo con uso de máquina de sutura. Con menor frecuencia pueden surgir luego de cirugía urológica como es el caso de uno de nuestros pacientes. La conducta recomendada también es la resección-anastomosis y cierre de orificio vesical. se sugiere como conducta inicial una ostomía de detransitación para realizar en diferido la cirugía correctiva. En cuanto a las fístulas de origen rádico presentan características especiales que determinan que su manejo quirúrgico sea difícil (proceso adherencial intenso, fragilidad intestinal por la enteritis rádica). Esto determina que si bien deba intentarse un procedimiento en un tiempo, no deberá insistirse en el mismo ante el riego de lesiones iatrogénicas intestinales pudiendo optarse por procedimientos de detransitación. Debemos destacar en estos casos (fístulas iatrogénicas y fístulas rádicas) que el sector vesical involucrado puede corresponder al trígono, lo que condiciona una resolución más compleja. Es fundamental para la resolución quirúrgica la interposición de tejido sano entre la brecha vesical y el intestino. Se describen para ello las técnicas de descenso colónico con anastomosis rectal baja o coloanal. Asimismo, y según criterio del urólogo se pueden manejar técnicas de detransitación vesical. Conclusiones Para los casos de otros tipos de fístulas no presentes en la serie, como es el caso de las surgidas como complicación del cáncer colorrectal, las directivas son similares, cumpliendo en este caso con los principios de la cirugía oncológica. Debemos destacar que la cirugía radical en estos casos implica la resección en bloque del sector colónico y vesical involucrado, lo que implica en ciertas circunstancias una exenteración pélvica anterior. No realizar una resección inicial del cáncer condena al paciente a la persistencia y evolución de su enfermedad neoplásica. Las fístulas traumáticas, secundarias en general a la introducción de cuerpos extraños, serían quizás el único caso en que Como otra conclusión del trabajo debemos destacar la importancia del urólogo como participante del equipo quirúrgico por la posibilidad de alternativas en el manejo quirúrgico de la vía urinaria. Esto es fundamental sobre todo en aquellos casos donde está involucrado el trígono vesical. 1. La fístula enterovesical es una patología de baja incidencia y presenta como causal más frecuente a la enfermedad diverticular colónica 2. Su presencia es muchas veces desatendida inicialmente por la ausencia de síntomas patognomónicos como la fecaluria y la neumaturia. La presencia de infecciones urinarias recurrentes debe despertar su sospecha 3. Ante la sospecha clínica se impone la realización de una TAC abdómino pélvica, siendo el estudio de mayor sensibilidad diagnóstica 4. Su tratamiento debe ser siempre quirúrgico, recomendándose su resolución en un tiempo siempre que sea posible, lográndose con ello los mejores resultados funcionales y de morbimortalidad 5. La presencia de urólogo en el equipo quirúrgico es de gran ayuda para el cirujano y redunda en el beneficio para el paciente. Referencias bibliográficas 1 Moss R.L., Ryan J.A Jr. Management of enterovesical Fistulas. Am.J.Surg 1990 May;159(5)514-7 2 Liu C.H, Chuang C.K., Chu Sh, Chen HW, Chen CS, Chiang LJ et al Enterovesical Fístula: experience with 41 cases in 12 years. J. Am. Coll. Surg. 1996, 183(2):97-100 3 Kirsh G.M., Hampel N., Shuch J.M., Resnik M.I. Diagnosis and Management of vesicoenteric Fistulas. Surg Ginecol. Obstet. 1991; 173 (2): 91-7. 4 Keighley M.R.B., Williams N.F. Surgery of the annus,rectum and colon. Intestinal Fistulas. 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Maglione 152 CASOS CLÍNICOS CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 152-156 Obstrucción duodenal por aneurisma de aorta abdominal Primera comunicación nacional y revisión de la literatura Dres.: Emil Kamaid Toth*, Alicia Puñal**, Fernando Castelli***, Marcelo Teixeira**, Oscar Maglione*** Resumen Presentamos el caso de un varón de 74 años de edad con una compresión vascular del duodeno por un aneurisma de aorta abdominal. El tránsito baritado, la endoscopia digestiva y la tomografía computada mostraron la compresión extrínseca de la tercera porción del duodeno entre el aneurisma y la arteria mesentérica superior. En la cirugía se confirmó el diagnóstico, realizándose la sustitución aórtica por una prótesis y la reubicación de la cuarta porción del duodeno seccionando el músculo de Treitz. Esta es la primera comunicación nacional de una situación que es considerada en la literatura como una muy rara causa del síndrome de la arteria mesentérica superior. * ** *** Presentado en la Sesión Científica de la Sociedad de Cirugía del Uruguay del día 30 de mayo de 2005. Profesor Adjunto de Clínica Quirúrgica. Residente de Clínica Quirúrgica. Asistente de Clínica Quirúrgica. Correspondencia: Dr. Emil Kamaid Toth. Hospital de Clínicas. Clínica Quirúrgica “A”. Avenida Italia s/n. Montevideo. Uruguay. [email protected] Departamento de Cirugía del Hospital de Clínicas (Clínica Quirúrgica “A” (Dir.: Prof. José Perrier). Hospital de Clínicas - Facultad de Medicina. Montevideo. Palabras clave: Obstrucción duodenal Aneurisma de la aorta abdominal Abstract A 74-year-old male patient had vascular compression of duodenum caused by an aneurysm of abdominal aorta. Transit studied by barium, digestive endoscopy and CAT scan showed the extrinsic compression of the third portion of duodenum between the aneurysm and the upper mesenteric artery. Surgery confirmed diagnosis, the aorta was replaced by a prosthesis and the four portion was put back in place by sectioning the Treitz muscle. This is the first national report of a situation which is considered in literature as a very rare cause of superior mesenteric artery syndrome. Key words: Aortic aneurysm, abdominal Duodenal obstruction Obstrucción duodenal por aneurisma de aorta abdominal. Primera comunicación nacional y revisión de la literatura Introducción La compresión duodenal por un aneurisma de aorta abdominal (AAA) es una situación rara, que ha sido escasamente reportada en la literatura (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12) . Esto contrasta con la relativa abundancia de descripciones de la llamada pinza aortomesentérica, síndrome de la arteria mesentérica superior, o síndrome de Wilkie por otras etiologías (13, 14). Esta entidad descripta en 1861 por Rokitansky en un estudio post mortem, fue mas detallada por Wilkie; quien en 1921 publicó sus observaciones clínicas de lo que denominó íleo duodenal crónico (15). La compresión de la tercera porción del duodeno entre la arteria mesentérica superior y un aneurisma de aorta es para algunos una forma particular de síndrome de Wilkie (1). Presentamos el caso de un paciente con un síndrome de estenosis gastroduodenal típico causado por la compresión extrínseca del duodeno entre la arteria mesentérica superior y un AAA. 153 reposo en decúbito lateral izquierdo. La evolución fue satisfactoria con recuperación del tránsito digestivo y peso. El paciente rehusó operarse y no completó la evaluación cardiovascular. A los seis meses reingresó por la misma sintomatología de dolor epigástrico, vómitos y adelgazamiento. La TAC determinó que el diámetro del aneurisma era 45 mm (Fig. 3), en tanto el EGD mostró la misma imagen de compresión extrínseca entre la tercera y cuarta porción del duodeno. Caso clínico Es un varón de 74 años de edad, con el antecedente de haber sido internado en el año 2001 por síndrome del dedo azul en el miembro inferior derecho. Se diagnosticó entonces con tomografía computada de abdomen (TAC) un AAA infrarrenal de 35 mm de diámetro con trombosis intraluminal. Se trató con ácido acetil salicílico y la recuperación fue completa. Un año después consultó por dolor epigástrico, vómitos y pérdida de peso. Al examen físico se constató distensión abdominal supraumbilical con clapoteo y una tumoración centroabdominal pulsátil. Con diagnóstico de síndrome pilórico se realizó una fibrogastroscopía (FGC) que informó una compresión extrínseca del duodeno distal con mucosa normal. El tránsito esófagogastroduodenal con bario (EGD) demostró un marcado retardo en el pasaje del contraste en la tercera porción del duodeno (Fig. 1 y 2). La TAC mostró el aneurisma conocido, de 41 mm de diámetro, y la probable compresión del duodeno por el mismo. Se realizó tratamiento médico con aspiración nasogástrica, reposición hidroelectrolítica, nutricional y realimentación oral progresiva con Figura 1. Tránsito baritado esófago gastro duodenal. Se observa la distensión del duodeno proximal al cruze de los vasos mesentéricos superiores y la dificultad en la progresión del contraste. Figura 2. Tránsito baritado esófago gastro duodenal. Dilatación duodenal proximal y compresión extrínseca de DIII-DIV. 154 Dres.: E. Kamaid Toth, A. Puñal, F. Castelli, M. Teixeira, O. Maglione correspondientes. Cualquier situación que disminuya este espacio, reduciendo el ángulo entre la aorta y la arteria mesentérica superior a 6 a 12 º y acortando la distancia aortomesentérica puede causar la compresión del duodeno (13, 16, 17). Figura 3. Tomografía computada de abdomen. Aneurisma de aorta infrarrenal de 45 mm de diámetro con trombosis mural. Leve dilatación de la segunda porción del duodeno y acortamiento de la distancia aorto mesentérica. Se realizó similar tratamiento médico y se operó a través de una incisión mediana. Se comprobó una posición alta del ángulo duodeno yeyunal y la compresión del duodeno entre la arteria mesentérica superior y el aneurisma. El cuello yuxtarrenal del aneurisma hizo necesario un clampeo suprarrenal breve. Se colocó una prótesis bifurcada aorto ilíaca de Dacron. Se seccionó el músculo de Treitz que era de corta longitud y la cuarta porción del duodeno se descendió y reubicó hacia la línea media. A las 48 horas presentó isquemia del miembro inferior izquierdo por trombosis de la rama protésica. Se realizó un puente fémoro femoral cruzado retropubiano de politetrafluoroetileno de 8mm. La evolución fue satisfactoria y se otorgó el alta a los doce días. Controlado a los meses y un año después continúa asintomático y recuperó un peso normal para su edad y talla. Discusión La tercera y cuarta porción del duodeno, fijas en su pasaje delante de la columna vertebral y la aorta, se relacionan anteriormente en un estrecho espacio con la raíz del mesenterio que contiene los vasos mesentéricos superiores y sus nervios Son muchas las causas citadas de síndrome de Wilkie, como una lordosis aumentada o deformidades de la columna de origen traumático, pérdida marcada de peso corporal por causas diversas (enfermedad maligna, anorexia nerviosa, mal absorción, grandes quemados), reposo prolongado en cama o aun factores externos como el uso de un corsé o yeso (13, 16, 18, 19, 20, 21). En éste último caso sus particularidades hacen que algunos lo llamen síndrome del “enyesado” o “cast syndrome” (22, 23, 24) . Anatómicamente se ha señalado que estos pacientes asocian una raíz de mesenterio corta y frecuentemente un músculo de Treitz de breve longitud e inserción alta (21). La verdadera incidencia de la pinza aorto mesentérica es desconocida, y algunos han dudado de su existencia (25). El caso típico de un síndrome de Wilkie es un adulto joven, predominantemente de sexo femenino, con hábito corporal longilíneo y delgado (26). Los síntomas característicos son dolor epigástrico postprandial, eructos y sensación de plenitud precoz asociados frecuentemente a vómitos abundantes, teñidos de bilis. Los síntomas duran algunos días y pueden seguir períodos de calma de extensión variable. Como fue destacado por Wilkie los pacientes pueden tener alivio parcial o total inclinándose hacia delante o sobre las rodillas, o colocándose en decúbito lateral izquierdo (15). La ausencia del alivio postural no excluye el diagnóstico, así como tampoco la ausencia de adelgazamiento (13). Si bien los síntomas habitualmente son crónicos hay casos de presentación aguda, especialmente asociados a bruscas pérdidas de peso y reposo completo en cama (18). A veces el cuadro clínico no es claro y se reduce sólo a un malestar postprandial, anorexia y adelgazamiento (16, 17, 26). Obstrucción duodenal por aneurisma de aorta abdominal. Primera comunicación nacional y revisión de la literatura El diagnóstico diferencial debe plantearse con otras causas de síndrome pilórico, sobre todo en ausencia de alivio postural, debiéndose recurrir a exámenes radiológicos y endoscópicos para confirmar el diagnóstico. La Radiografía simple de abdomen puede mostrar la distensión gástrica y duodenal hasta la tercera porción, pero es el tránsito baritado el que aporta imágenes de compresión extrínseca. Idealmente debe realizarse durante un episodio sintomático. En este estudio en posición supina u oblicua supina se ve la dilatación duodenal proximal a la raíz del mesenterio que termina abruptamente entre la tercera y cuarta porción. Cuando se coloca al paciente en decúbito prono u oblicuo prono la retención duodenal usualmente desaparece, facilitándose el pasaje a través del ángulo duodeno yeyunal. En la fluoroscopia son características las ondas peristálticas retrogradas y en “vaivén”. También se describió que la compresión del hemiabdomen inferior facilita la evacuación del duodeno (maniobra de Hayes) (12, 17, 27). De interés más histórico que práctico es la realización de la duodenografía hipotónica y arteriografía combinadas (13). La endoscopia también es muy útil para confirmar el diagnóstico, excluyendo causas intrínsecas de estenosis gastroduodenal. Los aneurismas de aorta abdominal pueden causar la obstrucción duodenal antes o después de haber sido operados (28), pero ambas situaciones son excepcionales en la literatura. La edad de los pacientes con compresión duodenal por AAA es mayor a la del promedio de los que tienen una pinza aortomesentérica pura. En el examen físico se detectó una tumoración pulsátil en la mayoría de los pacientes reportados. Esto coincide con la impresión inicial que para ocasionar la compresión digestiva debería tratarse de aneurismas de diámetro importante (29). Sin embargo existen casos, donde un aneurisma pequeño como el que aquí presentamos que puede ocasionar los síntomas (1). El tratamiento médico inicial de la pinza aorto mesentérica es similar a la de cualquier estenosis 155 gastroduodenal, reposo digestivo, aspiración nasogástrica, reposición hidroelectrolítica y alimentación artificial en caso necesario. Esto puede ser suficiente en enfermos con síntomas de reciente comienzo, sin gran distensión duodenal (13, 20). El tratamiento quirúrgico del síndrome de Wilkie incluye una serie de procedimientos con resultados variables según las series. La sección del músculo de Treitz aislada no brinda buenos resultados a largo plazo (13); sin embargo asociada al cambio de posición del duodeno ha dado mejores resultados en pacientes pediátricos (17). La duodenoyeyunostomía desde su descripción por Stavely en 1910 (30) es la técnica que ha dado resultados más duraderos. También se han descrito gastroyeyunostomías con anastomosis tipo Billroth I o II (13). Cuando la compresión es ocasionada por un AAA el tratamiento ideal consiste en la sustitución del aneurisma, salvo que existan contraindicaciones médicas; en cuyo caso se debería optar por la derivación digestiva. En los casos reportados se ha asociado a veces la sección del músculo de Treitz y la reubicación del duodeno (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12) . No hemos encontrado casos tratados por vía endovascular o laparoscópica. Referencias bibliográficas (1) Kim HR, Park MW, Lee SS, Shin MJ, Park JH, Yang CW et al. 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Discusión de un caso clínico. 157 CASOS CLÍNICOS CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 157-164 Schwannoma Gástrico Discusión de un caso clínico Dres. José Cabillón (*), Gonzalo Estapé Viana (**), Pablo Santiago (**), G. Gualco(***), G. Ardao (****) Resumen Se presenta el caso clínico de una paciente portadora de un tumor gástrico mesenquimático. Luego de la valoración paraclínica de orientación diagnóstica se realizó la resección del mismo. La anatomía patológica convencional muestra un patrón histológico compatible con un tumor estromal gastrointestinal (GIST). La inmunohistoquímica confirmatoria obligatoria mostró: CD117 y CD34 – junto a S-100 +, confirmando el diagnóstico de schwannoma gástrico. En el presente trabajo se describe el caso clínico y se desarrollan los aspectos más resaltables del tema. Palabras clave: Neurilemoma * ** *** **** Presentado en la Sesión Científica de la Sociedad de Cirugía del Uruguay del día 22 de junio de 2005. Residente de Cirugía General del HCFFAA. Ex Asistente de Clínica Quirúrgica. Cirujano del HCFFAA. Médico Anátomo Patóloga encargada del laboratorio de Inmunohistoquímica del HCFFAA. Jefe del Dpto. de Anatomía Patológica del HCFFAA. Correspondencia: e-mail Dr. J Cabillón: [email protected] Departamentos de Cirugía General y Anatomía Patológica del H.C.FF.AA. Neoplasias gástricas Estómago Tumores del estroma grastroinstestinal Mesodermo Abstract A female patient had a mesenchymal gastric tumor. After prior paraclinical evaluation for the purpose of establishing diagnosis, it was resected. Conventional anatomopathology showed a histological pattern compatible with that of a gastrointestinal stromal tumor (GIST). Immunohistochemical compulsory confirmation showed: CD117 and CD34 – together with S-100 +, confirming the gastric schwannoma diagnosis. The paper then describes the clinical case highlighting those aspects considered worthwhile. Key words: Neurilemmoma Stomach neoplasms Stomach Gastrointestinal stromal tumors Mesoderm 158 Dres.: J. Cabillón, G. Estapé Viana, P.Santiago, G. Gualco, G. Ardao Historia Clínica Mujer 51 años procedente de Minas. Enviada para valoración por tumoración abdominopélvica. Anamnesis Sufrimiento digestivo alto inespecífico. No anorexia, no repugnancia selectiva. No historia de sangrado digestivo alto ni bajo. Relata adelgazamiento de 8 kg. en los últimos 4 meses Imagen 1. Examen Físico Buen estado general, sin anemia. No impresiona adelgazada. Abdomen plano, blando, depresible, indoloro. Se palpa tumoración intraabdominal, en hipogastrio, firme, móvil, de límites netos de 10 por 10 cm, con polo inferior suprapúbico. No ascitis. Tacto rectal tumoración en fondo de saco de Douglas, móvil. Mucosa rectal sana. EGD doble contraste: estómago hipotónico que con la paciente de pie llega hasta la pelvis. No elementos obstructivos, con buen pasaje al duodeno. Imagen de defecto de relleno en el sector distal de la curvatura mayor, de superficie lisa y ángulos agudos con la superficie del órgano. Impresiona lesión de crecimiento submucoso. Imagen 2. Tacto vaginal dicha tumoración no parece vinculada al aparato genital. Planteo clínico Dado el sufrimiento digestivo alto inespecífico acompañado de un adelgazamiento pronunciado se plantea una patología orgánica gástrica; un cáncer gástrico. En cuanto a la tumoración abdominopélvica se plantea pudiera corresponder a un secundarismo peritoneal, a un tumor de Krukenberg, o a una patología asociada. Con este planteo clínico es que se solicitan los estudios paraclínicos. Paraclínica FGC: en cara posterior de cuerpo gástrico se aprecia gruesa sobreelevación, que respeta la mucosa pudiendo corresponder a compresión extrínseca o a tumoración submucosa. Imagen 2 TAC abdominopélvica: Voluminosa imagen abdóminopélvica. Topografía en línea media, densidad vecina a las partes blandas, de 12 cm. de diámetro mayor. No impresiona vinculada al aparato genital. Discreta dilatación del aparato urinario izquierdo. No ascitis. No adenomegalias. Hígado sano. Schwannoma Gástrico. Discusión de un caso clínico. Imagen 3. 159 Imagen 4. Planteo Diagnóstico Anatomía Patológica: Histología e IHQ. Tumor gástrico probablemente submucoso. Tumor mesenquimatico gástrico. Por frecuencia GIST. Macroscopía: Se discute en ateneo y se decide exploración quirúrgica. Hallazgos Hígado sano. No ascitis ni nódulos peritoneales. No adenopatías retroperitoneales. Tumor vinculado a cara posterior de antro gástrico, que ocupa la transcavidad de los epiplones y desciende hacia la pelvis. Colon transverso sano. Resto del colon y delgado s/p. No adenopatías. Imagen 4. Microscopía: Procedimiento: Se realiza una gastrectomía distal 50%, con reconstrucción del tránsito mediante gastroyeyuno anastomosis, oral, parcial, sobre asa desfuncionalizada en Y de Roux. Vagotomía troncal. Biopsia extemporánea: tumor estromal gastrointestinal. Inmunohistoquímica: Evolución: buena evolución postoperatoria. Alta a los 7 días sin complicaciones. S100 CD 117 Dres.: J. Cabillón, G. Estapé Viana, P.Santiago, G. Gualco, G. Ardao 160 CD 34 Actina de músculo liso En suma diagnóstico: schwannoma gástrico. O GISS (Gastrointestinal Stromal Sarcomas. Malignos). O GIST (potencial biológico incierto o borderline ). La localización Gástrica es la más frecuente, con diferentes formas clínicas de presentación; hemorragia digestiva, tumor palpable, e invaginación gastroduodenoyeyunal. Introducción Definición Los tumores estromales del tubo digestivo han sido durante mucho tiempo fuente de confusión y controversia con respecto a su clasificación, líneas de diferenciación, pronóstico y tratamiento. -Schwannomas gastrointestinales. Estos constituyen un grupo de lesiones relativamente poco frecuentes. Esta baja frecuencia se pone en evidencia sobre todo si los comparamos con los tumores epiteliales. En conjunto estos tumores estromales tienen su origen histopatológico en las estructuras mesenquimáticas y nerviosas de la pared del tubo digestivo. Es decir, en los derivados mesodérmicos y neuro-ectodérmicos. Constituyen un grupo heterogéneo de lesiones que para su clasificación correcta requieren el concurso no solo de la histología clásica, sino también de la inmunohistoquímica y ocasionalmente la microscopía electrónica, para su valoración cito estructural. En algunos casos también de la citogenética. Los TUMORES MESENQUIMATICOS O ESTROMALES pueden clasificarse en aquellos que muestran una diferenciación completa hacia un tipo histológico determinado: O Leiomiomas-leiomiosarcomas. O Schwannomas. Y en aquellos que muestran pobre diferenciación o una diferenciación parcial o incompleta. A su vez éstos pueden subdividirse en aquellos que muestran características inequívocas de malignidad (alta celularidad, alta relación núcleo citoplasma, alta actividad mitótica) y aquellos que no. Tenemos así: Estas lesiones son raras a nivel gastrointestinal, pero se incluyen dentro de la clasificación de tumores mesenquimáticos. Mazur y Clark fueron los autores que en 1983 introdujeron el término genérico de “tumor estromal”(1) . Los mismos autores, confirmaron que algunos tumores estromales digestivos expresaban antígenos de cresta neural, como la proteína S-100 y la enolasa neuron-específica y mostraban ultra estructura de diferenciación neuroaxonal o Schwannica. Estos tumores en un principio fueron denominados por Herrera plexosarcoma en 1984 y después mejor conocidos como “tumores de los nervios autónomos gastrointestinales” (GANTs). Estudios inmunohistoquímicos ulteriores demostraron características antigénicas diferenciales entre los verdaderos schwannomas y estas lesiones. Debemos precisar que los tumores GANT corresponden a GIST (CD117 +) con un patrón histológico con diferenciación nerviosa, que se pone en evidencia con métodos ultraestructurales, y los verdaderos Schwannomas son CD117 negtivo, S-100 + y con características histológicas propias en algunos casos, si bien no diagnósticas. Los schwannomas se originan predominantemente a nivel de la pared muscular del tubo digestivo. Se desarrollan a partir de las vainas periféricas de los nervios incluidos en los plexos parietales de Meissner y Auerbach. Schwannoma Gástrico. Discusión de un caso clínico. Epidemiología Según una publicación basada en el estudio de 24 casos, se afirma que estas lesiones son mayoritariamente benignas y corresponden del 2 al 8% de los tumores mesenquimáticos gastrointestinales(2 3). La mayoría de los autores los consideran exclusivamente benignos. Se consideró durante un tiempo como contrapartida maligna a los sarcomas de la vaina de nervios periféricos (TMVNP), mal llamados Schwannomas malignos ya que en realidad corresponden a la contrapartida maligna de los neurofibromas y no de los neurilemomas (schwannomas). Los SGI son generalmente lesiones pequeñas (diámetro medio de 3 cm), y su topografía más frecuente es el estómago. Las otras localizaciones dentro del tracto gastrointestinal son muy infrecuentes. Citamos una publicación que describe dos casos de schwannomas colonicos confirmados por el patrón inmunohistoquímico(4). Se pensó en algún momento que estas lesiones originadas en las vainas de los nervios periféricos podían estar vinculadas con la Neurofibromatosis tipo 1 (NF1), pero esto quedó descartado con estudios genéticos. Etiopatogenia La etiopatogenia de los schwannomas del tubo digestivo es desconocida. Se han visto delecciones a nivel del cromosoma 22 en algunos casos de schwannomas benignos. La característica citogenética en el caso de tumores con comportamiento maligno es compleja, pudiéndose detectar numerosas aberraciones estructurales en el ADN de las células tumorales. Presentación Clínica Al igual que el resto de los tumores estromales gástricos, la presentación clínica de los schwannomas puede ser variable. La mayoría son asintomáticos y su diagnóstico surge en una laparotomía por otra causa o en estudios por imagen. 161 Cuando son sintomáticos, los elementos clínicos son siempre inespecíficos. Los más frecuente son el sangrado digestivo que traduce ulceración de la mucosa por compresión y la sintomatología digestiva alta inespecífica. Dado su crecimiento generalmente exofítico y su comportamiento benigno pueden desarrollar gran tamaño y manifestarse como masa palpable abdominal como en nuestro caso o por síntomas obstructivos. Se destaca un caso clínico en la literatura nacional de un schwannoma sangrante que presentó una invaginación gastroduodenoyeyunal(5). Existen otros reportes nacionales que también refieren al tema(6 7 8 9). Paraclínica Al ser lesiones de crecimiento submucoso, la endoscopía generalmente presenta bajo rendimiento diagnóstico. Se pueden apreciar como protusiones, que generalmente respetan la mucosa, si bien la ulceración de la misma puede apreciarse. Por el mismo motivo de su topografía, las biopsias generalmente no son diagnósticas. Debe recurrirse a la técnica de biopsias profundas o de biopsia sobre biopsia para mejorar el porcentaje de diagnósticos. Los estudios contrastados pueden mostrar imágenes de falta de relleno con mucosografía normal y alteraciones morfológicas del estómago que orienten al diagnóstico. Los estudios por imágenes, sobre todo la tomografía computada y la resonancia magnética nuclear son los que pueden brindar mayor información en estos casos. Los tumores estromales en general se aprecian como lesiones densas, cuya homogeneidad radiológica va disminuyendo en proporción con el tamaño del tumor. Los schwannomas, se caracterizan por su aspecto de masa bien definida homogéneamente atenuada en los cortes tomográficos y sin hemorragia, necrosis o degeneración quística (10) . 162 Dres.: J. Cabillón, G. Estapé Viana, P.Santiago, G. Gualco, G. Ardao El diagnóstico de tumor mesenquimático es histológico y el de subvariedad como en este caso (schwannoma), se define por la inmunohistoquímica. Esto generalmente se realiza en diferido y por el estudio de la pieza de resección quirúrgica. Asimismo la introducción de la ultrasonografía endoscópica se ha demostrado de valor en la determinación de la naturaleza en las tumoraciones de disposición submucosa. Histología Los Schwannomas, macroscópicamente se presentan como tumores de tamaño variable, redondos u ovoideos, medianamente blandos, bien delimitados, a menudo encapsulados, de color gris rosado. Al microscopio se caracterizan por presentar haces de células fusiformes con disposición entrelazada. Sus células están ordenadas en una forma muy especial constituyendo los cuerpos de Verocay, con un sector celular donde los núcleos de las células se encuentran todos en el mismo nivel ordenados en forma de empalizada (Areas Antoni A) intercaladas con áreas hipocelulares amorfas (Antoni B). Las células fusiformes generalmente muestran alguna atipía nuclear generalmente focal y escasa o nula actividad mitótica (atipía benigna o cambios degenerativos). Muchas veces presentan calcificaciones. Un signo histológico característico de los Schwannomas gástricos son los agrupamientos linfoides que rodean al tumor, en ocasiones intratumorales. Estos elementos, si bien característicos no son suficientemente específicos para afirmar el diagnóstico. Al igual que el resto de los tumores estromales del tubo digestivo, es necesaria la inmunohistoquímica para definir estas lesiones. El diagnóstico diferencial histológico es con los GIST con diferenciación nerviosa incompleta (conocidos según algunas clasificaciones como GANT (Gastrointestinal Autonomic Nerve Tumor)). Éstos son CD117 + y S-100 Neg. Los schwannomas son típicamente positivos para la Proteína S-100 . Este es un marcador antigénico característico de las vainas nerviosas periféricas. Generalmente presentan positividad también al antígeno GFAP (proteína ácida fibrilar glial). Estas lesiones son negativas generalmente para la Actina de Músculo Liso, Desmina, CD34 y CD117, lo que las diferencia de los GIST y de los tumores derivados del músculo liso(11). Un trabajo publicado en el 2002 muestra el perfil inmunohistoquímico de una serie de 24 schwannomas gastrointestinales. El 100% presentaron positividad para el antígeno glial GFAP equiparable a la proteína S-100, todos son negativos para CD117 y la desmina(12). En suma, la expresión de proteína S-100, unida a algunos datos morfológicos tales como la presencia de un manto incompleto de infiltrado linfoide, la heterogeneidad celular con atipía nuclear focal, y un patrón arquitectural microtrabecular claramente identificable con células en empalizada, conducen al diagnóstico de Schwannoma. Lo mismo sucede con los raros casos de schwannomas de topografía extra gástrica. La mayoría de los autores, como dijimos, considera a estas lesiones como benignas . Sin embargo una publicación del 2001 presenta el caso clínico de un Schwannoma esofágico maligno, demostrado por la presencia de una colonización linfática metastásica peri lesional. El mismo reporte afirma que de los 19 Schwannomas esofágicos publicados, todos eran benignos(13). Tratamiento El tratamiento de las lesiones estromales gástricas en general y de los schwannomas en particular es quirúrgico. La cirugía es el único procedimiento curativo para estas lesiones. La indicación quirúrgica surge por varios motivos: O es necesario el estudio de la pieza de resección para confirmar el diagnóstico his- Schwannoma Gástrico. Discusión de un caso clínico. tológico, su sub variedad y la naturaleza benigna o maligna de la misma. O Si bien se trata de lesiones benignas, el crecimiento progresivo es la regla en los schwannomas. La cirugía se indica para evitar las complicaciones evolutivas (sangrado digestivo, síndrome orificial gástrico o compresión extrínseca de órganos vecinos). Respecto al tipo de resección se deben precisar ciertos puntos. A nivel visceral, como dijimos estas lesiones se originan en los plexos nerviosos incluidos en la pared del estómago. No presentan difusión parietal importante por lo tanto la resección de pared gástrica puede ser limitada con márgenes macroscópicos sanos. Por razones técnicas y grado de compromiso parietal pueden indicarse resecciones regladas como antrectomías, gastrectomías subtotales distales e incluso gastrectomía totales de acuerdo a la topografía de la lesión. Respecto al tratamiento de los ganglios regionales, se debe precisar que al igual que en el resto de los sarcomas, estos tumores (tumores estromales en general), tienen una escasa linfofilia. Los schwannomas, consideradas lesiones benignas no presentan por definición invasión ganglionar. 163 La laparoscopia asociada a métodos endoscópicos es otra herramienta con la que cuenta el cirujano para la resolución quirúrgica de este tipo de tumores, con buenos resultados en algunos casos particulares(15). Pronóstico Por tratarse de lesiones mayoritariamente benignas, el tratamiento quirúrgico de los schwannomas es curativo y por lo tanto el pronóstico vital es bueno. Considerando globalmente las lesiones estromales gástricas, y en particular las más frecuentes, los GIST, el pronóstico depende de varios factores. Los elementos que condicionan el mismo se relacionan con el tamaño tumoral y el número de mitosis por campo de gran aumento fundamentalmente. Referencias bibliográficas 1 Mazur MT, Clark HB. Gastric Stromal Tumors: Reappraisal of histogenesis. Am J Surg Pathol 1983;7:507-19. 2 Daimaru Y, Kido H, Hashimoto H, Enjoji M. Bening schwannoma of the gastrointestinal tract : A clinicopathologi and inmunohistchemical study. Hum Pathol 19:257-264, 1988. 3 Ueyama T., Guo KJ., Hashimoto H, Daimaru Y. A clinicopathologic and Inmunohistochemical Study of Gastrointestinal Stromal Tumors. Cancer 1992; 69:947-55. 4 Inagawa S, Hori M, Shimazaki J, Matsumoto S, Ishii H, Itabashi M, Adachi S, Kawamoto T, Fukao K. Solitary schwannoma of the colon: report of two cases. Surg Today. 2001;31(9):833-8. 5 Estrugo, R, Matteucci P, Bowley R, Lapiedra G. Invaginación gastroduodenoyeyunal por Schwanoma sangrante. 1981. Cirg.Urug. 51 (3):286. 6 Prat D., Ardao H. Schwannoma del Estómago. Bol Soc Cir Uruguay. 1946; 17:293. Los schwannomas no responden a esta terapia ya que no comparten la etiopatogenia de los GIST. 7 Stajano C. Tumores benignos Intersticiales pediculares submucosos o subserosos de la pared gástrica de naturaleza discutida. An Fac Med Montevideo. 1941; 26:179-202. Por tratarse de lesiones benignas no tienen indicación de terapia sistémica. 8 Farcic A, Schneeberger F, Iraola M L. Tumores Gástricos Benignos Intramurales. Cir Uruguay 1978; 48: 283. Por esto no están indicadas las disecciones ganglionares, salvo evidencias macroscópicas de su compromiso. En los GIST, como es sabido ha habido en los últimos años un importante desarrollo de la terapia sistémica onco específica. El descubrimiento de la alteración molecular que condiciona la carcinogénesis en estas lesiones y su bloqueo específico con drogas (STI 571) es uno de los principales aspectos en el tratamiento de estas lesiones(14). 164 Dres.: J. Cabillón, G. Estapé Viana, P.Santiago, G. Gualco, G. Ardao 9 Cardeza H. Schwannoma Gástrico. Bol Soc Cir Uruguay. 1950, 21:398. 10 Levy AD., Quiles AM., Miettinen M., Sobin LH: Gastrointestinal schwannomas: CT features with clinicopathologic correlation. AJR Am J Roentgenol. 2005 Mar; 184(3):797-802. 11 Sarlomo-Rikala M, Miettinen M, Gastric Schwannoma: Clinicopathologic analysis of six cases. Histopathology 1995; 27: 335-40. 12 Salormo-Rikala M, Tsujimura T, Lendahl U, Miettinen M. Patterns of nestin and other intermediate filament expression distinguish between gastrointestinal stromal tumors, leiomyomas and schwannomas. APMIS 2002 Jun; 110(6): 499-507. 13 Murase K, Hino A, Ozeki Y, Karagiri Y, Onitsuka A, Sugie S. Malignant schwannoma of the esophagus with lymph node metastasis: literature review of schwannoma of the esophagus. J Gastroenterol. 2001 Nov;36 (11): 772-7. 14 De Matteo R, Maki R, et al. Targeted Molecular Therapy for Cancer: the application of STI571 to Gastrointestinal Stromal Tumor. Curr Probl Surg 2003; 40(3): 13194. 15 Uchikoshi F, Ito T, Nishida T, Kitagawa T, Endo S, Matsuda H. Laparoscopic Intragastric resection of Gastric Stromal Tumors located at the esophago cardial junction. Surg. laparosc. endosc. percutan. tech 2004; 14 (1): 1-4. Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial 165 CASOS CLÍNICOS CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 165-174 Tratamiento de las hernias inguinales Plastias vs. Rafias Experiencia del Hospital Policial Dres.: Alvaro Fernández*, Ignacio Payssé*, Luis F. Sánchez*, Juan Kenny* Resumen En este trabajo realizamos un análisis retrospectivo del tratamiento de las hernias inguinales operadas en el Hospital Policial durante un período de 17 años. Se comparan los resultados entre las técnicas de herniorrafias con las hernioplastias Este estudio demuestra que globalmente, se han logrado buenos resultados en nuestro Servicio con las distintas técnicas de herniorrafias inguinales, con una tasa de recidiva del 8,2%. No obstante, con la hernioplastia se obtuvieron mejores resultados, con una recidiva del 1,5% y con una morbilidad similar. Palabras claves: Hernia inguinal Mallas quirúrgicas Estudios retrospectivos Abstract Retrospective analysis of inguinal herniations operated in the Police Hospital over a 17-year period. Presentado en la Sesión Científica de la Sociedad de Cirugía del Uruguay del día 13 de julio de 2005. * Cirujanos del Hospital Policial. Departamento de Cirugía del Hospital Policial (Jefe de Cirugía General Dr. L Sánchez) Results led to comparing herniorraphies with hernioplaties. This study shows that overall results in our Service have been good with the various techniques for inguinal herniorraphias, recurrence rate being 8,2%. Nonetheless, better results were obtained with hernioplaties, recurrence rate being 1,5% and morbidity being similar. Key words: Hernia, Inguinal Retrospective studies Surgical mesh Introducción La reparación de las hernias inguinales es uno de los procedimientos quirúrgicos más frecuentes realizados por los cirujanos generales y probablemente, uno de los que mayores opciones técnicas tienen. En la literatura actual están descritos más de un centenar de procedimientos con sus diferentes modificaciones, traduciendo que no existe un tipo de reparación que haya logrado imponerse como el tratamiento ideal. Dres.: A. Fernández, I. Payssé, L. F. Sánchez, J. Kenny 166 Las tasas de complicaciones y recidivas son las principales medidas de calidad de la cirugía herniaria. Los buenos resultados que se logran en centros especializados, no siempre son reproducibles en Hospitales Universitarios, con cirujanos en distinta fase formativa y cirujanos generales que no se dedican únicamente a este tipo de cirugía. La importancia de este tema está dada además, por ser un verdadero problema de salud pública que genera un importante impacto económico en los sistemas sanitarios y en la sociedad toda1 ,2 ,3 . La patología herniaria es conocida desde la antigüedad. Fue mencionada en el papiro de Ebers del antiguo Egipto (1552 a.C.) y en los escritos de Hipócrates; reproducida también, en la estatuaria griega y fenicia4 ,5 . Desde los inicios de la cirugía moderna de la hernia inguinal - que se acepta comenzó en 1884 con la introducción por Edoardo Bassini de su procedimiento de herniorrafia6 - múltiples han sido los aportes, los cambios, y los avances que se han producido en torno a esta patología. En los últimos 20 años, estos avances han sido aún más rápidos y espectaculares, acompañados de constantes controversias en torno a cada nuevo aporte. A mediados de los ochenta, al importante conjunto de procedimientos de herniorrafias existentes hasta ese momento, se sumó la aceptación generalizada de los procedimientos de plastias, debido a la creación y disponibilidad de bio-materiales protésicos de excelente tolerabilidad 7 ,8 ,9 y a los resultados publicados por Irving L. Lichtenstein10 ,11 ,12 sobre las técnicas de hernioplastias libres de tensión con mallas, con muy bajas tasas de recidiva. A principios de los noventa se incorporó además, el abordaje y tratamiento de las hernias por cirugía laparoscópica, celioscópica o video-asistida13 . A pesar de estos avances hoy continúan existiendo importantes controversias que han llevado la discusión hasta campos antes no explorados. Mientras que clásicamente la evaluación de un procedimiento se realizaba en base a su morbilidad y tasa de recurrencia, actualmente se tienen en cuenta otros factores como: los costos para el sistema sanitario, la repercusión social, la satis- facción del paciente, la reproducibilidad de los resultados, la curva de aprendizaje del procedimiento y un sinnúmero de factores más. Si bien en la década del noventa algunas de estas controversias se intentaron dirimir mediante estudios prospectivos aleatorizados14 -20, problemas metodológicos así como diferencias en los sistemas sanitarios, los sistemas de formación quirúrgica y de las poblaciones estudiadas, relativizan sus resultados e impiden la extrapolación directa de sus conclusiones a nuestro medio. Es por ello que creemos preciso en éste, como en tantos otros temas quirúrgicos, la realización de trabajos nacionales que permitan conocer nuestra propia práctica y realidad, los cuales servirían como medida de control de calidad y ser el punto de partida para la modificación e implementación de los cambios necesarios para mejorar los resultados. Con estos fundamentos, en el Departamento de Cirugía del Hospital Policial realizamos un estudio descriptivo sobre el tratamiento de las hernias inguinales del adulto. En este trabajo se presentan los resultados obtenidos del análisis comparativo entre los procedimientos de herniorrafias21 y hernioplastias inguinales efectuados de coordinación. Objetivos Los objetivos generales son: conocer la práctica quirúrgica en el tratamiento de las hernias inguinales del adulto en nuestro hospital, de acuerdo a las características de la población, procedimiento quirúrgico realizado y resultados. Los objetivos específicos de la investigación fueron comparar estas características entre las herniorrafias realizadas de coordinación para el tratamiento de las hernias inguinales del adulto y las hernioplastias, tanto para las hernias primarias como recidivadas. Material y métodos Se diseñó un estudio de tipo descriptivo y retrospectivo para un período de 17 años, entre el 1º de enero de 1987 y el 29 de febrero de 2004, so- Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial 167 bre una muestra tomada al azar que incluyó la siguiente población: O pacientes de ambos sexos mayores de 15 años O operados de hernia inguinal por vía anterior O intervenidos de coordinación O que contaban con descripción operatoria en su historia clínica. Dado que la codificación informática de los diagnósticos al alta es un procedimiento relativamente nuevo en el hospital, la identificación de la población debió efectuarse mediante la revisión Figura 2 sistemática de los libros de sala de operaciones. Se confeccionaron formularios para registrar los datos obtenidos de dichos libros (Fig. 1); de las historias clínicas (Fig. 2) y de entrevistas telefónicas de seguimiento (Fig. 3). Realizamos además, entrevistas personales a todos aquellos pacientes que refirieron alteraciones en la entrevista telefónica. Figura 1 Dres.: A. Fernández, I. Payssé, L. F. Sánchez, J. Kenny 168 La muestra fue tomada por conveniencia, eligiendo todos los casos que cumplían los criterios de inclusión registrados libro por medio, comenzando por el primero disponible. De la historia clínica se identificaron factores de riesgo clásicamente asociados a la patología herniaria, por ejemplo: EPOC, obesidad y prostatismo. Los mismos fueron considerados presentes si estaban registrados como tales en la historia de policlínica previa al acto quirúrgico. El tipo y variedad de hernia inguinal, se estableció de acuerdo a lo que figuraba en la descripción operatoria y en su defecto, a la opinión registrada por el cirujano en el preoperatorio. Con respecto a la técnica utilizada, la muestra se dividió en cinco grandes grupos: Grupo 1: Las calificadas como Bassini, tipo Bassini, Marcy con refuerzo de la pared posterior, y las que describían la sutura entre el tendón conjunto o el arco del transverso a la cintilla ilio-pubiana; tanto si plicaban o no la fascia transversalis, como si previo a ello estrechaban o no el orificio profundo. Figura 3 Grupo 2: Las calificadas como Shouldice, tipo Shouldice, y las que detallaban una técnica de solapamiento o imbricado de la fascia transversalis, independientemente de cuántas líneas de sutura se realizaban y del material empleado. Grupo 3: Las calificadas como Mac Vay, tipo Mac Vay, y las que describían una rafia al ligamento de Cooper. Grupo 4: Se consideró como Marcy exclusivamente a aquellos procedimientos que se limitaban a estrechar el orificio profundo a nivel de la fascia transversalis (Marcy I). Grupo 5: Se consideró como Hernioplastia todo aquel procedimiento que describiera la colocación de una malla por vía anterior. Los días de internación se calcularon desde la fecha de la cirugía a la del alta hospitalaria. Se consideró recidiva herniaria todo caso constatado como tal en la historia clínica por parte de un cirujano, así como aquellos casos identificados por la entrevista telefónica y confirmados en la entrevista personal. Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial 169 En el seguimiento de los pacientes se tuvieron en cuenta los controles realizados en policlínica, que se complementaron y actualizaron mediante las entrevistas telefónicas. En éstas se realizó una encuesta preestablecida que incluía información acerca de la evolución postoperatoria, complicaciones tempranas y alejadas, recidiva herniaria o aparición de otra hernia parietal (Fig. 3). De la población analizada se entrevistaron 179 pacientes en forma telefónica, no pudiendo contactar a los 73 pacientes restantes. Toda la información fue almacenada en una base de datos que luego se procesó utilizando el programa de análisis estadístico Epi Info 6.04. Gráfico 1. Distribución según edad. Resultados Como resultado del muestreo realizado en los libros de sala de operaciones se identificaron un total de 252 hernias inguinales operadas de coordinación. Se realizaron 171 procedimientos de rafias y 81 de plastias, tanto para la reparación de hernias primarias como recidivadas. Gráfico 2. Factores de riesgo asociados. Características de la población El 91,6% de las hernias correspondió a pacientes de sexo masculino con una relación masculino:femenino de 11:1. La edad promedio para las hernioplastias fue de 58 años (rango entre 26 y 91), y para las rafias fue de 49 años (rango entre 15 y 86) (gráfico 1). El 87% del total eran unilaterales; el 51% derechas, 44% izquierdas y en un 5% no constaba el lado afectado. El 22,6% de las hernias ocurrieron en pacientes que presentaban al menos un factor de riesgo asociado. El más frecuente fue el síndrome prostático (13,5%), en tanto la obesidad y EPOC tuvieron una frecuencia de alrededor del 3-4% para la muestra estudiada (gráfico 2). La tendencia del cirujano frente a algún factor de riesgo asociado, fue a reparar el defecto mediante la colocación de una malla, con una significación estadística positiva (p=0,001). Características del procedimiento Todos los procedimientos fueron realizados por vía anterior. Cuando fueron bilaterales se hicieron abordajes independientes para cada región inguinal. Estos se realizaron en el mismo acto en 11 pacientes y en forma diferida en cinco. La técnica utilizada cuando se optó por una herniorrafia fue “Tipo Bassini” en el 75% de los casos y “Tipo Marcy” en el 9%, representando las técnicas “Tipo Mac Vay y Shouldice” un 8 y 7% respectivamente. En el 1% de los casos no constaba la técnica utilizada (gráfico 3). El tipo de material utilizado para la reparación fue no absorbible en el 68%, absorbible en el 10% y no constaba en el 22% de las fichas operatorias. Entre los primeros el polipropileno fue el material de elección en la mitad de los casos, en tanto el resto se distribuyó entre el lino y la tanza. Dres.: A. Fernández, I. Payssé, L. F. Sánchez, J. Kenny 170 Morbi-mortalidad Gráfico 3. Técnica utilizada en herniorrafias. La técnica elegida para la realización de las hernioplastias fue en todos los casos, la de Lichtenstein. En el 75,3% de los pacientes se utilizaron mallas de polipropileno, y otros materiales en el 24,7% restante. Fueron fijadas con sutura continua a la cintilla iliopubiana, y con puntos separados a la vaina del recto y arco musculoaponeurótico del transverso en todos los casos. El material de sutura empleado fue polipropileno en el 65,4%, poliglactina en el 8,6%, y no constaba en el 26%. Se operaron 224 hernias que eran primarias, de las cuales 158 fueron reparadas mediante herniorrafias (70,5%) y 66 por técnica de hernioplastia (29,5%). Las recidivas herniarias operadas fueron 28, de las cuales a 13 (46,4%) se les realizó una rafia y a 15 (53,6%) se les practicó una hernioplastia (gráfico 4). Por lo tanto, se evidenció una tendencia de los cirujanos a reparar las hernias recidivadas mediante técnicas de plastia aún sin estar protocolizado el procedimiento, alcanzando valores con significación estadística (RR: 0,55 y p=0,01). Gráfico 4. Técnica realizada según hernia primaria o recidivada. Hubo dos casos de accidentes intraoperatorios. Uno fue entre los 171 procedimientos de rafias que correspondió a la lesión de la arteria espermática durante la reparación de una hernia primaria, y otro se constató entre las 81 plastias, que fue una lesión vesical en un paciente con una hernia gigante y deslizamiento de este órgano. Las complicaciones postoperatorias tempranas se observaron en el 22,6% de todos los procedimientos (n=57). La distribución comparativa de las mismas dentro del grupo de plastias y rafias se muestra en el gráfico 5. Gráfico 5. Complicaciones postoperatorias tempranas En cuanto al análisis de estas complicaciones según la técnica realizada (gráfico 6) el procedimiento tipo Shouldice fue el que tuvo mayor porcentaje de complicaciones (36,3%) seguido del tipo Mac Vay (33,3%) y las hernioplastias (28,3%). Gráfico 6. Complicaciones según técnica utilizada. Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial 171 En lo referente a la internación el 16% de los pacientes fueron dados de alta el mismo día de la cirugía, un 75% al día siguiente, un 8,5% a las 48 horas y un 0,5% a los 3 días. La mortalidad quirúrgica fue nula. Bassini Shouldice Mac Vay Complicaciones 17,8% Recidiva 8,4% 36,3% 33,3% 0,0% 8,3% Marcy Plastia 6,6% 28,3% 0,0% 1,5% Tabla 1 Complicaciones alejadas El seguimiento promedio de todo el grupo fue de 43,5 meses, con un rango entre 24 y 156 meses (2 a 13 años). La aparición de otras hernias se constató en 20 pacientes (8,9 %). Estas correspondieron a hernias inguinales contralaterales en 16 casos y en otras topografías en cuatro. No se evidenció ningún caso operado de hernia inguinal que en la evolución presentara una hernia crural ipsilateral. El dolor crónico fue la molestia referida con mayor frecuencia: 26,5% para el grupo de las herniorrafias, y 10% para las hernioplastias. Éste era intermitente, de escasa entidad y no limitaba el desarrollo de la actividad diaria ni demandaba tratamiento, excepto en un paciente tratado mediante técnica de herniorrafia que refirió dolor invalidante. Otro paciente manifestó anestesia persistente del territorio genito-crural y un tercero tenía una atrofia testicular. Análisis de las recidivas (hernias primarias) Grupo de herniorrafias (n=158): la tasa de recidiva fue del 8,2% (n=13). Todas se produjeron en hombres, con una edad promedio de 49 años y en un rango de 20 a 79 años. El tiempo promedio de diagnóstico de la recidiva fue de 43,5 meses para la muestra estudiada. De las 13 recidivas, cuatro de ellas (31%) se produjeron en el primer año y un 38% en total se originaron en los primeros dos años (recidivas tempranas). Otro 31% aparecieron entre el segundo y quinto año (recidivas tardías). Grupo de hernioplastias (n=66): la tasa de recidiva fue del 1,5% (n=1). Se identificó la recidiva en un paciente a los 3 años de operado. En la tabla 1 se resumen los principales resultados de complicaciones y recidivas según la técnica efectuada para hernias primarias. En el análisis univariable de todo este grupo (n=224) se consideraron: la edad, la presencia de factores de riesgo, la variedad herniaria, la técnica utilizada, y la presencia de complicaciones tempranas. Este análisis no identificó diferencias estadísticamente significativas entre aquellos que presentaron recidiva (n=14) y aquellos que no (n=210) respecto de estas u otras variables. Análisis de las recidivas (hernias recidivadas) Grupo de herniorrafias (n=13): las hernias recidivadas que fueron reparadas mediante una herniorrafia recidivaron a su vez, en un 25%. Grupo de hernioplastias (n=15): la tasa de recidiva fue del 6,7% (n=1). Discusión Este fue un estudio que busca una primera aproximación hacia el conocimiento de los resultados de la cirugía de las hernias inguinales en nuestro hospital. Se enfatiza el hecho de que la población analizada no fue seleccionada, así como tampoco los cirujanos actuantes. A pesar del amplio rango de edades, en promedio se trata de una población joven, con franco predominio del sexo masculino; esto determinado seguramente, por el perfil demográfico de los usuarios del Hospital Policial. En cuanto a las técnicas de reparación efectuadas, confirmamos que prevalece el concepto de realizar los procedimientos de rafia con material no absorbible. La mayoría de ellos, como vimos, fueron los que hemos dado en llamar “tipo Bassini”. Destacamos sin embargo, que si se hace un análisis de los procedimientos en función del año, se observa una mayor preferencia por la técni- Dres.: A. Fernández, I. Payssé, L. F. Sánchez, J. Kenny 172 ca “tipo Shouldice” en los últimos años del estudio de nuestra muestra. La técnica de hernioplastia fue siempre realizada según la descripción de Lichtenstein, utilizando en la amplia mayoría de los casos mallas de polipropileno fijadas con material irreabsorbible. Respecto a los resultados obtenidos: O Nuestra serie no presentó mortalidad, destacando que no incluye cirugías de urgencia. O Dentro de las complicaciones: - La más frecuente fue el hematoma, cuya incidencia se sitúa en un 5 a 6% en las publicaciones22,23, siendo en nuestro caso superior (globalmente 13,5%), requiriendo un solo paciente de una reintervención para su control. - El porcentaje de infecciones de 4% es aceptable. Es importante destacar que los procedimientos de hernioplastias no tuvieron ninguna infección, pudiendo deberse al uso preferente de antibióticos profilácticos cuando se colocan materiales protésicos. - El dolor crónico representó el 8,5% de una serie de 449 pacientes tratados con herniorrafia inguinal y seguimiento a 10 años, realizado en 1997 en Bogotá, Colombia24. Otro estudio sobre dolor postherniorrafia con las técnicas de Bassini, Mac Vay y Shouldice hecho en Nueva Escocia, Canadá reporta un 53,6% de dolor leve y 10,6% de dolor moderado a severo luego de dos años de seguimiento25. En nuestra serie de rafias se presentó en el 26,5%, pero sin limitar ni alterar la actividad cotidiana y sólo un paciente (1%) tuvo dolor invalidante. Cuando a los pacientes se les colocó una malla tuvieron disestesias en un 10% de los casos, y en ningún caso registramos un dolor invalidante, siendo el resultado comparable con publicaciones internacionales26. En ninguna circunstancia fue necesario remover una malla. O O Para el tratamiento de las hernias primarias la tasa de recidiva con las técnicas de herniorrafias fue del 8,2%. Es acorde a las informadas en la literatura internacional que fluctúan entre un 0,5% y 21% 22,27. El porcentaje del 0,5% corresponde a un cirujano (Mc. Gillicuddy 15) que realiza el procedimiento de Shouldice de 4 capas en un “Hernia Center” en Michigan, EEUU. Nuestro índice de 8,2% es menor al 8,8% del trabajo publicado por la Asociación Española de Cirujanos en el año 2000 28. Con las hernioplastias nuestra tasa de recidiva fue del 1,5%. La misma es igual a la reportada por algunos autores internacionales29-30. Cabe destacar que si bien no tuvo una significación estadística, el tratamiento de las hernias inguinales primarias con técnicas de herniorrafia tiene en el Hospital Policial un riesgo cinco veces mayor de recidiva comparado con las hernioplastias (RR: 5). Para el tratamiento de las hernias recidivadas, las herniorrafias fallaron en el 25% de los casos, lo cual es inaceptable. Seguramente tenga vinculación al hecho de que nuestro estudio analiza procedimientos realizados a partir del año 1983, cuando aún no estaba aceptado universalmente el uso de materiales protésicos para el tratamiento de esta patología y más aún, tampoco había disponibilidad de los mismos en nuestro hospital sino hasta el año 1991. No obstante, esta tasa es comparable con resultados publicados internacionalmente31. Las hernioplastias para este grupo, tuvieron una recidiva del 6,7% la cual, es similar al 6,5% informado por autores chilenos en un estudio sobre 537 hernioplastias inguinales libres de tensión32. Conclusiones Del análisis sobre las diferentes modalidades para el tratamiento de la patología herniaria en nuestro hospital se puede concluir lo siguiente: O La herniorrafia inguinal por vía anterior sigue en vigencia para el tratamiento de la Tratamiento de las hernias inguinales. Plastias vs. Rafias. Experiencia del Hospital Policial 173 O O O O O patología herniaria primaria. El último reporte del Centro Cochrane de revisiones sistemáticas, en un análisis formal de 15 estudios aleatorizados de reparación abierta con malla versus reparación sin malla que incluyó a 4005 participantes33, concluye que el desempeño de esta última es tan bueno como las hernioplastias, con una leve diferencia en las tasas de recidivas (menor en las plastias). Esto también fue evidenciado por nuestro estudio. Para el tratamiento de la recidiva herniaria es evidente que los procedimientos de rafia no deben utilizarse. La mejor opción son las reparaciones con malla. Las complicaciones tempranas son similares con ambos procedimientos, destacándose que en nuestra serie el mayor porcentaje de hematomas fue en el grupo de las hernioplastias, sin ningún caso de infección contra 5,4% de infección en el grupo de las rafias. El dolor fue menor en frecuencia e intensidad para el grupo de los pacientes tratados con técnica de hernioplastia. La tasa de recidiva para las hernias primarias fue menor en el grupo de las hernioplastias (1,5% vs. 8,2%). Globalmente, tanto para el tratamiento de las hernias inguinales primarias y claramente para las recidivadas, la técnica de hernioplastia con malla fue superior a las herniorrafias. años, tiempo que la mayoría de los autores coinciden en considerar suficiente a fin de detectar las recidivas a largo plazo para un adecuado control de calidad en la cirugía herniaria. En términos generales concluimos que el procedimiento a realizar dependerá por lo tanto, entre muchos factores, de la elección del cirujano, quien deberá basarse en su conocimiento sobre la patología herniaria, su experiencia personal, la comprensión plena de las técnicas quirúrgicas estandarizadas y finalmente de su preferencia y familiaridad con una técnica en particular, sumado a los resultados publicados en lo referente a complicaciones y recidivas. Referencias bibliográficas (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) Las tasas de recidivas de las hernias inguinales operadas en nuestro Servicio son comparables a los porcentajes informados en la bibliografía quirúrgica mundial, inclusive al ser realizadas en un medio actualmente universitario conformado por cirujanos en distintas fases de entrenamiento y cirujanos generales con distinto nivel de experiencia que no se dedican exclusivamente a la cirugía herniaria. Hasta el momento, el seguimiento postoperatorio nacional de la cirugía herniaria no está comunicado, sabiendo que se debe evaluar a los diez (8) (9) (10) Millikan K, Deziel D. The management of hernia. Considerations in cost-effectiveness. Surg Clin North Am 1996;76: 105-14. Bendavid R. New techniques in hernia repair. World J Surg 1998;13: 522-31. Nilsson E, Haapaniemi S, Gruber G, Sandblom G. Methods of repair and risk for reoperation in Swedish hernia surgery from 1992 to 1996. Br J Surg. 1998; 85(12):1686-91. Read RC. Revisión histórica del tratamiento de la hernia. En: Nyhus LM, Condon RE. Hernia. 3ª ed Buenos Aires: Médica Panamericana, 1991. Nyhus LM, Bombeck CT, Klein MS. Hernias. En: Sabiston DC Jr. Tratado de patología quirúrgica. Bases Biológicas de la Práctica Quirúrgica Moderna. 14ª ed Méjico D.F: Interamericana, 1995v 2, p 1270-85. Abrahamson J. Hernias. En: Zinner MJ, Schwartz SI, Ellis H. 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Con el objetivo de analizar la tasa de cirugías innecesarias (incluyendo en ellas tanto las que no logran identificar lesiones, como aquellas que habiéndolas identificado no cumplieron ningún rol terapéutico), se estudió en forma retrospectiva una serie de 238 pacientes operados por trauma a lo largo de 2 años y cinco meses (octubre de 2001 a marzo de 2004) en el Departamento de Emergencia del Hospital Maciel. Se efectuaron un total de 126 laparotomías exploradoras por heridas penetrantes de abdomen. Correspondieron a heridas punzocortantes 67, de las cuales 22 (33%), fueron laparotomías innecesarias. De las 59 laparotomías para tratar heridas por proyectiles de arma de fuego, fueron innecesarias 11 de ellas (18,6%). Presentado en la Sesión Científica de la Sociedad de Cirugía del Uruguay del día 31 de agosto de 2005. (1) Residente de Clínica Quirúrgica “2”. (2) Asistente de Clínica Quirúrgica “2” (3) Prof. Adj. Clínica Quirúrgica “2”. Cirujano del Dpto. de Emergencia del Hospital Maciel Correspondencia: Dr. Joaquín Bado. Roque Graseras 829/ 101. [email protected]. Clínica Quirúrgica “2” (Director Prof. Dr. L. Carriquiry). Hospital Maciel. Facultad de Medicina. Montevideo. Se concluye que la exploración quirúrgica sistemática en el grupo de enfermos con heridas penetrantes de abdomen y principalmente en aquellos con heridas de arma blanca trae como consecuencia una tasa elevada de laparotomías innecesarias. Palabras clave: Heridas y traumatismos Estudios retrosprectivos Heridas penetrantes Laparotomía Procedimientos innecesarios Abstract Systematic surgical exploration for penetrating abdominal wounds is considered, in the Maciel Hospital the Gold standard for diagnosis and therapy. In order to analyze the rate of unnecessary surgeries (including among them those that do not manage to identify lesions, and those that having identified them, had no therapeutic value), a retrospective study was conducted on a series of 238 patients, who under went surgery due to trauma, Dres.: J. Bado, J.Trostchansky, F. Machado 176 along a period of 2 years and 5 months (October 2001 to March 2004) in the Emergency Service of Maciel Hospital. Sharp instrument wounds accounted for 67, of which 22 (33%) were unnecessary laparotomies. Of the 59 laparotomies performed in the treatment of firearm wounds, 11 were unnecessary (18,6%).. As a conclusion it may be said that systematic surgical exploration in the group of patients with penetrating abdomen wounds, particularly those caused by sharp instruments, are the cause of a high rate of unnecessary laparotomies Key words Wonds and injuries Retrospective studies Wouds, penetrating Laparotomy Unnecessary Procedures Introducción En el trauma abdominal cerrado, el manejo no operatorio es una opción terapéutica consolidada. No ocurre lo mismo para el traumatismo penetrante de abdomen donde la exploración quirúrgica sistemática se ha mantenido hasta el presente, en nuestro medio, como el patrón de referencia en el tratamiento y la atención de estos pacientes si bien desde 1960 Shaftan(1) propuso y defendió el manejo selectivo del trauma penetrante abdominal. Las razones esgrimidas aunque una y otra vez refutadas para una exploración sistemática han sido la baja sensibilidad del examen clínico de estos pacientes, la alta tasa de lesiones que presentan los pacientes con heridas de arma de fuego, la baja morbimortalidad de la laparotomía así como, un supuesto e inaceptable aumento de la morbilidad y mortalidad que determina el retraso diagnóstico. (2) Sin embargo la exploración sistemática determina un número importante de laparotomías innecesarias (LIN). Numerosas publicaciones re- cientes prueban que el manejo selectivo permite disminuir dicho porcentaje sin que ello aumente la morbimortalidad(3-8) lo que logra un mejor aprovechamiento de los recursos humanos y materiales El objetivo del trabajo fue analizar la tasa de cirugías innecesarias en nuestro hospital, la morbilidad y mortalidad operatoria así como los costos de las mismas. Pacientes y Métodos La investigación se llevó a cabo en el Departamento de Emergencia del Hospital Maciel. Se analizaron en forma retrospectiva los registros quirúrgicos y las historias clínicas de todos los pacientes operados por trauma durante un período de dos años y cinco meses, comprendido desde el 28 de Octubre de 2001 al 28 de Marzo de 2004. Se incluyeron todos los pacientes operados que presentaron una lesión abdominal penetrante sola o asociada. Se excluyeron del análisis los pacientes neuroquirúrgicos, así como los pacientes que presentaron lesiones exclusivamente en el tórax, miembros y los traumas abdominales contusos. Variables estudiadas: Mecanismo de lesión, indicación de cirugía, hallazgos transoperatorios, estancia hospitalaria, complicaciones quirúrgicas postoperatorias inmediatas y la mortalidad. Asimismo se realizó una evaluación de los costos promedio de las laparotomías realizadas. Todos los pacientes fueron evaluados desde el ingreso, por personal residente con la supervisión de un cirujano del departamento de emergencia. La elección de los estudios complementarios y la indicación de cirugía se realizaron de acuerdo a criterios clínicos del médico responsable del manejo. Definiciones Laparotomía no terapéutica (LNT): Cuando no se realiza ninguna resección, separación, hemos- Cirugía de trauma en un hospital de agudos Análisis crítico de la exploración quirúrgica sistemática tasia o drenaje. Algunos pacientes tendrán lesiones mínimas o hemoperitoneo, lo que hace estas laparotomías positivas, sin embargo no requieren de manejo alguno por lo que se consideran no terapéuticas e innecesarias. Laparotomía en blanco (LB): cuando no se encuentra lesión alguna. Se entiende por laparotomía innecesaria (LIN): cuando en la laparotomía no se logran identificar lesiones, o cuando habiéndolas identificado no se cumplió ningún rol terapéutico. Resultados Los pacientes intervenidos quirúrgicamente como consecuencia de un evento traumático fueron 238 en el período de tiempo analizado. De ellos, 126 presentaban un trauma abdominal penetrante lo que constituyó la población analizada. En cuanto a la distribución por sexo predominó en el sexo masculino como se puede ver en el gráfico 1. La edad promedio fue 29,7 años. 177 De los heridos por arma blanca, 12 asociaban otra región de injuria ya sea en tórax o en cuello. De los pacientes a los que se realizó la laparotomía, 20 (30,8%) fueron innecesarias siendo 13 en blanco, dos de ellas no penetrantes y 7 LNT. De estas últimas, 4 fueron por una laceración hepática, 2 presentaban un hematoma parietal, y uno tenía una lesión mesial que no requirió tratamiento. CUADRO 1 y 2 Laparotomia En Blanco No terapeutica Arma blanca 13 7 Arma fuego 7 4 Cuadro 1 L. Innecesaria Arma Arma Blanca Fuego Lesión hepática 4 5 Hematoma parietal 2 - Lesión mesial 1 - Cuadro 2 De los 59 heridos por arma de fuego, 11 (19%) de estas laparotomías fueron innecesarias. Los hallazgos en estos casos fueron 7 laparotomías en blanco y 4 laparotomías no terapéuticas. De las LNT las 4 fueron por hemoperitoneo por lesión hepática CUADRO 1y 2. Gráfico 1. Distribución por sexo. De las 126 laparotomías exploradoras, 95 (75,4%) fueron terapéuticas y 31 (24,6%) fueron laparotomía innecesarias. Analizado según el mecanismo traumático: 67 (53,2%) fueron por herida de arma blanca, 59 (46,8%) fueron por heridas de arma de fuego. Destacamos que ninguno de los pacientes con laparotomía innecesaria (31) asoció otro sitio de injuria por lo que la indicación de cirugía obedeció únicamente a la herida abdominal. No hubo fallecimientos en el postoperatorio inmediato en los pacientes con LIN. En cuanto a las complicaciones en el postoperatorio inmediato se encontró solamente un paciente que presento un hematoma de la herida (0,8%) el cual fue dado de alta y controlado en forma ambulatoria. 178 Los pacientes que fueron laparotomizados en forma innecesaria tuvieron una internación promedio de 48 horas (24 - 72 horas), tras las cuales fueron dados de alta con control ulterior en policlínica. Dres.: J. Bado, J.Trostchansky, F. Machado realiza la exploración sistemática de estos traumatismos. Cuando se tiene en cuenta las heridas por arma de fuego si bien se considera que es alto el número de lesiones, existe igualmente un número importante de pacientes sin lesiones o con lesiones que no requieren reparación(8, 12). Se realizó un cálculo promedio del costo de internación/día que es de $ 1.647,00 en el Hospital Maciel. Esto determina un costo de internación para el total de pacientes que fueron laparotomizados en forma innecesaria de $ 102.114,00. Se realizó el cálculo estimativo de los costos aproximados de una cirugía mayor que son de $ 11.310,00 lo cual determina un gasto de $ 350.610,00 en laparotomías innecesarias. El gasto total generado por laparotomías innecesarias es de $ 452.724,00. En la serie de Velmahos y col(5) donde se trataron 1.856 pacientes con heridas por arma de fuego 38% de los pacientes fueron manejados satisfactoriamente sin cirugía con una incidencia de laparotomía innecesaria de 9%. Discusión Como mencionamos, los argumentos utilizados para la exploración sistemática se basan en varios factores entre los que se destacan El abordaje terapéutico y diagnóstico de las heridas penetrantes de abdomen ha variado en los últimos 20 años. En nuestro medio la exploración sistemática continúa siendo la regla en el tratamiento, intentando tratar rápidamente heridas de reparación quirúrgica. Sin embargo esto implica un número elevado de laparotomías no terapéuticas o en blanco. El problema al cual se enfrenta el cirujano es como realizar un correcto tratamiento pero disminuyendo al mismo tiempo el número de laparotomías innecesarias(3). Actualmente está consolidado el manejo selectivo, tanto en el trauma contuso, como en las heridas penetrantes por arma blanca buscando disminuir los procedimientos no terapéuticos o con hallazgos negativos. El manejo no operatorio en las heridas penetrantes de abdomen por arma de fuego(4, 5) es motivo de publicaciones recientes si bien la laparotomía sistemática continúa siendo la conducta adoptada como regla en este tipo de lesión. (6) Las cifras de LIN luego de heridas por arma blanca son de 11% cuando se realiza un manejo selectivo en comparación con cifras más elevadas como la de nuestra serie (30,8%) cuando se En nuestra serie vimos que el 91,5% de los pacientes con herida por arma de fuego tenían lesiones siendo el porcentaje de LIN de 19%. 1- lo poco confiable del examen clínico de estos pacientes(6, 7) 2- los pacientes con heridas de arma de fuego tienen una alta tasa de lesiones 3- la baja morbi – mortalidad de la laparotomía 4- la inaceptable morbilidad y mortalidad que determina el retraso diagnóstico en pacientes asintomáticos 5- los bajos costos económicos y sociales vinculados a la laparotomía y la internación. Todos estos argumentos mencionados previamente son científicamente rebatidos por los estudios de manejo selectivo que muestran la seguridad y confiabilidad de dicho abordaje terapéutico y que se traduce en disminución de las laparotomías innecesarias sin que ello aumente las cifras de mortalidad y con una importante reducción de los costos sanitarios(5, 6) No cabe duda sobre la necesidad de exploración quirúrgica en aquellos pacientes con evidentes signos de irritación peritoneal o hemodinamia inestable. El problema se plantea en aquellos que no presentan dichos elementos en los cuales es Cirugía de trauma en un hospital de agudos Análisis crítico de la exploración quirúrgica sistemática necesario establecer los criterios clínicos o paraclínicos que puedan ayudar a seleccionar los pacientes de este grupo que requieren de una laparotomía exploradora. El abordaje inicial se puede realizar mediante el examen clínico y exploración de la herida que permite determinar en un número importante de los casos si se trata de una herida penetrante o no. Sin duda que esto es más fácil en los pacientes delgados, ya que en los pacientes obesos con un grueso panículo esto puede ser difícil de precisar. En la serie de Demetriades y col(8) donde se realizó un manejo selectivo de 309 pacientes con heridas penetrantes, se demostró que el examen clínico seriado realizado por el mismo personal, es confiable, teniendo el examen inicial una sensibilidad del 97,1%. Los criterios usados para realizar una laparotomía diferida eran: aparición de defensa, aumento del dolor alrededor de la herida y del resto del abdomen, caída del hematocrito o la presión arterial. Se tenía en cuenta además en el contexto clínico del paciente el recuento de la leucocitosis y la temperatura. Se realizó con éxito un manejo no operatorio del 30% de los pacientes. La confiabilidad del examen en estos pacientes puede valorarse también desde los hallazgos positivos. En la serie de Brown y col(9) se analizaron 139 pacientes con heridas penetrantes, que al ingreso se encontraban estables hemodinámicamente pero con elementos de peritonitis. El 97% tenían una lesión intraabdominal. El hallazgo de una evisceración de contenido abdominal supone un elemento controversial a la hora de considerarlo una indicación de laparotomía En la serie de Nagy y col(7) los pacientes con herida de arma blanca que se presentaban con evisceración, ya sea del epiplón, colon o asas delgadas presentaban un alto porcentaje de lesiones (78%). Por el contrario en la serie de Arikan y col(11) el manejo selectivo en el caso de los pacientes con evisceración disminuyó el número de laparotomías innecesarias de un 33% a un 6,5% 179 La demora diagnóstica parece no determinar aumento en la mortalidad(13). Demetriades y col(8) cuando analizaron su serie encontraron que la demora en el reconocimiento de una lesión intrabdominal no aumenta la morbimortalidad. La serie de Velmahos y col(5) encontró un aumento de la morbilidad vinculado al retraso de 0,27% pero sin aumento de la mortalidad , siendo la demora promedio de 6 horas y el máximo de 23 horas. Hallazgos similares son reportados por Allen y col(14). Todos los estudios resaltan la importancia del control y examen físico realizado en forma seriada e idealmente por el mismo cirujano a fin de poder detectar cambios que muestren la necesidad de laparotomizar al paciente En cuanto a los exámenes paraclínicos éstos dado su mejoría en el rendimiento diagnóstico han permitido disminuir el porcentaje de laparotomías en blanco y en menor medida el porcentaje de laparotomías no terapéuticas. La ecografía ha demostrado tener un gran valor en el trauma contuso, con una alta sensibilidad 83% – 98% para detectar líquido intrabdominal. La ecografía FAST (focused abdominal sonography for trauma) tiene una sensibilidad 93,4%, especificidad 98,7% y una seguridad 97,5% en la detección del hemoperitoneo y lesión visceral(18). Como desventaja la ecografía no puede determinar en forma directa y con precisión si una lesión es penetrante o no(11), la sensibilidad de la ecografía en el trauma penetrante varia de un 18%(19) a un 46% para un hemoperitoneo promedio de 750 ml. como se vio en la serie de Brown y col(9). Debemos agregar además que en caso de detectar líquido intraabdominal, esto no necesariamente se acompaña de una lesión visceral que requiera de un procedimiento quirúrgico(20) lo cual hace la ecografía un examen poco confiable en los pacientes con un trauma penetrante. La tomografía computada helicoidal tiene un alto rendimiento diagnóstico en el trauma: permite determinar la trayectoria del proyectil y la proximidad a estructuras vitales(21) pudiendo evidenciar 180 un sangrado activo. Permite también valorar el hemoperitoneo y cuantificarlo. Su elevada sensibilidad y especificidad en el trauma contuso hace de la TAC un estudio de alto valor para la selección de pacientes para un manejo no operatorio (23) . No sucede lo mismo en el caso del trauma penetrante donde el rendimiento disminuye para la detección de lesiones intestinales y diafragmáticas. Una alternativa de uso creciente en el manejo de estos pacientes es la laparoscopia. Tiene como ventajas que permite confirmar si la lesión es penetrante o no, valorar la presencia de lesiones viscerales, así como sangrados activos y lesiones diafragmáticas con alta sensibilidad. La laparoscopia tiene una sensibilidad del 100% y especificidad del 76 – 100% para el diagnostico de hemoperitoneo pero la sensibilidad disminuye en caso de lesión de víscera hueca(11, 27) En nuestro medio se citan cifras de 97,3% de sensibilidad, 97,3% de especificidad diagnóstica en el abdomen agudo traumático, con un valor predictivo diagnóstico de 98,6% (24, 25) . Puede además utilizarse el abordaje y material video laparoscópico con un fin terapéutico ya sea reparando directamente las estructuras lesionadas o mediante la colocación de drenajes (11, 18) . Permitiría disminuir, el porcentaje de LIN y su morbilidad asociada así como la estadía hospitalaria3. En el trabajo de Marks y col(26) la laparoscopía permitió disminuir el número de días de internación, los costos globales así como el número de laparotomías innecesarias llevando estas a un 19,1% .En la serie de Cherry y col(27) se compararon dos grupos con herida de arma blanca y estable hemodinámicamente. Uno fue laparotomizado en forma sistemática y el segundo grupo explorado mediante laparoscopía. De haber realizado una laparoscopía a todos los pacientes el porcentaje de laparotomía innecesaria hubiera disminuido de 34% a un 14,5%. La laparoscopía tendría indicación en pacientes estables hemodinámicamente sin otra indicación formal de laparotomía en caso de heridas Dres.: J. Bado, J.Trostchansky, F. Machado penetrantes toracoabdominales, del sector anterior o de flanco, con o sin evisceración(11). Constituiría un adecuado mecanismo de selección en aquellos pacientes que no tienen indicación inicial clara de cirugía y que son los que incrementan los porcentajes de LIN. Finalmente nos referiremos a la morbilidad, mortalidad y costos de las LIN. En series como la de Renz y col(15) se demostró que hay un número importante de complicaciones 41,3% entre las cuales se encuentran las complicaciones respiratorias, trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar así como flebitis e infecciones urinarias. Dentro de las vinculadas a la cirugía se mencionan la infección de la herida, evisceración y obstrucción intestinal postoperatoria., las cuales aumentan los días de internación y por ende los costos. Nuestra serie presentó un bajo número de complicaciones registradas en las historias clínicas lo cual seguramente es consecuencia de un subregistro por el carácter retrospectivo de nuestro estudio. El mismo problema se nos presenta cuando analizamos las complicaciones a largo plazo de las laparotomías innecesarias. Dos son las complicaciones principales, por un lado la oclusión por bridas para la cual se citan tasas que varían desde 0 a 22% y por otro las complicaciones parietales como la eventración vinculada a una incisión mediana que se estima sea del 20%. En la serie de Arikan y col(11) cuando se comparó el porcentaje de complicaciones en pacientes que fueron laparotomizados en forma sistemática y pacientes que fueron tratados con un manejo selectivo las cifras cayeron de un 19% a un 3,2%. La laparotomía traería como consecuencia un aumento de los tiempos de internación en comparación con el manejo selectivo y la observación dependiendo del tiempo que se considere adecuado para poder dar de alta a un paciente en el que se aplicó dicho abordaje terapéutico. En la serie de Renz y col(16) la estadía hospitalaria promedio de los pacientes con una laparotomía innecesaria fue de 5,1 - 7,3 días variando de Cirugía de trauma en un hospital de agudos Análisis crítico de la exploración quirúrgica sistemática acuerdo a series retrospectivas de 3,2 – 11,5 días aumentando la estadía hospitalaria en función de la aparición de complicaciones. Por otra parte cuando se comparo la estadía hospitalaria en la serie de Arikan y col(11) los pacientes laparotomizados en forma sistemática tenían un estadía media de 53 horas mientras que los pacientes manejados en forma no operatoria tenían un promedio de internación de 42 horas Los resultados obtenidos en nuestra serie fueron comparables con un promedio de internación de 48 hs y un rango de 24 a 72 hs. para los pacientes con LIN Los trabajos más recientes muestran que mediante la adecuada selección y descartada la lesión intrabdominal es posible un alta precoz dentro de las primeras 24 hs. como lo muestra la serie de Alzamel y col(17). En la misma se analizó una serie de 650 pacientes con heridas de arma blanca, de los cuales 582 fueron tratados con un manejo no operatorio otorgándose el alta en forma segura a las 12 horas. Todos nuestros pacientes con laparotomías innecesarias fueron intervenidos como consecuencia de su herida abdominal no teniendo lesiones asociadas por lo que de haberse aplicado un criterio selectivo el alta pudo haberse otorgado antes de lo que finalmente ocurrió. La posibilidad de disminuir el número de laparotomías innecesarias y como consecuencia los días de internación y la aparición de complicaciones traería aparejado la reducción de los costos. Como mencionáramos se realizó un cálculo promedio del costo de internación/día que es de $ 1.647,00 en el Hospital Maciel. Esto determina un costo de internación para el total de pacientes que 181 fueron laparotomizados en forma innecesaria de $ 102.114,00. Se realizó el cálculo estimativo de los costos aproximados de una cirugía mayor que son de $ 11.310,00 lo cual determina un gasto de $ 350.610,00 en laparotomías innecesarias. El gasto total generado por laparotomías innecesarias fue de $ 452.724,00. Conclusiones La laparotomía sistemática para las heridas penetrantes de abdomen traen como consecuencia una elevada tasa de laparotomías innecesarias. Como analizáramos, la posibilidad de manejar en forma segura y confiable estos pacientes en forma selectiva parece estar avalada por la literatura científica reciente. El cambio desde una política de laparotomía sistemática hacia un manejo selectivo implicaría una disminución de las laparotomías innecesarias y por consiguiente un aumento de las laparotomías terapéuticas(22). Nuestra propuesta es intentar dicho cambio y para ello proponemos un algoritmo que creemos se ajusta a la realidad de nuestro medio tanto en los recursos humanos como materiales. Cuadro 3 4y5 Afirmando lo antedicho destacamos que el mejor método para decidir quien necesita o no una laparotomía es confiar en la información brindada por el monitoreo hemodinámico y un examen físico seriado y cuidadoso. La laparoscopía diagnóstica de amplia difusión en nuestro medio constituye un elemento adyuvante de altísimo valor para la selección de estos pacientes. Dres.: J. Bado, J.Trostchansky, F. Machado 182 Referencias bibliográficas (1) Shaftan GW: Indications for operation in abdominal trauma. Am J Surg.1960; 99:657. (2) Nance ML, Nance FC. It is time we told the emperor about his clothes. J Trauma 1996; 40:185–6. (3) Simon R J, Rabin J, Kuhls D. Impact of increased use of laparoscopy on negative laparotomy rates after penetrating trauma. J Trauma. 2002; 53: 297-302. (4) Pachter HL, Guth AA, Hosfstetter SR, Spencer FC. Changing patterns in the management of splenic trauma: the impact of nonoperative managemeant. Ann Surg. 1998;227:708-719. (5) Velmahos GC, Demetriades D, Konstantinos GT, Toutouzas G, Sarkisyan G, Chan LS, et al. Selective Nonoperative managemeant in 1,856 patients with abdominal gunshot wounds: should routine laparotomy still be the standard of care? 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Análisis prospectivo de 98 pacientes Dres: Ricado Misa*, Oscar Alonso*, Santiago Piñeiro*, Luis Cazaban* Resumen Introducción: La fisura anal es una patología de consulta frecuente en la policlínica de cirugía general o de proctología. El mejor conocimiento de la fisiología y fisiopatología ano-rectal han llevado a cambios en el arsenal terapéutico para esta patología. Objetivo del trabajo: Valorar distintas alternativas terapéuticas en un grupo de pacientes con fisura anal. Material y método: Se realizó un estudio de cohorte, con registro prospectivo de datos sobre pacientes atendidos en policlínica de un servicio privado de salud. Análisis estadístico: descripción de variables continuas expresadas como mediana. La comparación de variables nominales se realizó con test de X2 y para frecuencias espe- Presentado como Tema Libre en el 56º Congreso Uruguayo de Cirugía. Punta del Este 30 de noviembre-3 de diciembre de 2005. * Cirujanos del Depto. de Cirugía de la Institución Medicina Personalizada Correspondencia: Dr. Ricardo Misa Jalda Camino Carrasco 4490 C 32 CP 11400 Mail: [email protected] Departamento de Cirugía de Medicina Personalizada (Director Prof. Dr. Ricardo Voelker) Montevideo. Uruguay radas pequeñas con test de Fisher. El registro incluyó características poblacionales, definición de fisura aguda o crónica, sintomatología y características clínicas, tratamiento realizado definiendo morbilidad y eficacia. Resultados: Se analizaron 98 pacientes, 63 con fisura crónica. La diferencia entre sexos y la mediana de edad no fue significativa para pacientes con fisura aguda o crónica. El dolor fue el síntoma dominante. La presencia de estigmas de cronicidad hace ineficaz el tratamiento médico convencional: p<0,05. El tratamiento con nitritos parece ser más eficaz que el tratamiento médico convencional, con un porcentaje de curación de 56% aunque el resultado no es estadísticamente significativo. La esfinterotomía interna lateral sigue siendo el gold standard para la fisura anal crónica, con un porcentaje de curación de 94%. Las complicaciones del procedimiento quirúrgico (11%) no fueron graves pero tampoco despreciables y deben ser tenidas en cuenta al momento de definir el tratamiento. Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes Palabras clave 185 Key words Fisura anal / quimioterapia Fissure in ano / chemotherapy Fisura anal / cirugía Fissure in ano / surgery Estudios de cohortes Cohort studies Abstract Introducción: Introduction: Anal fissures are a frequent cause of consultation, be it at the general surgery hospital or in the proctology service. A better acquaintance with ano-rectal physiology and physiopathology have resulted in a change in therapy of this pathology. La fisura anal es uno de los más frecuentes diagnósticos a plantear en un paciente que consulta por dolor anal(1), constituyéndose en uno de los problemas proctológicos más comunes en la población occidental actual. Es motivo habitual de consulta en la policlínica de cirugía general y proctológica, llegando en ocasiones a condicionar la calidad de vida del paciente que la padece(2), por lo que la elección de un tratamiento eficaz es de notable importancia para el paciente y beneficiará sin duda al sistema de salud. Históricamente, el tratamiento de la fisura anal, especialmente de la fisura anal crónica ha sido quirúrgico. Hacia mediados de la década del 70, se pensaba en los tratamientos médicos administrados para la fisura anal, como una paliación a corto plazo, sin resultado eficaz salvo en los niños y en la fisura aguda. Esto, clásicamente señalado por Goligher(3), estaba basado en una teoría puramente mecánica, donde la fisiopatología de la fisura anal crónica, se basaba exclusivamente en el espasmo esfinteriano, que impedía la cicatrización por tracción y deformación de la fisura. En la evolución aparecen varios hechos que nuevamente llevan a la discusión sobre el tratamiento de la fisura anal crónica. En primer lugar, mejoró el conocimiento en la fisiología de la regulación del tono del esfínter interno estableciéndose la existencia de tres mecanismos responsables del mismo(4): (Fig. 1) O El tono biogénico intrínseco que depende de la estimulación por el calcio extracelular, por vía de los canales de calcio. O El sistema nervioso entérico, cuyas vías no son colinérgicas ni adrenérgicas, siendo el neurotransmisor el óxido nítrico. Objective of paper: to evaluate the various alternative therapies in a group of patients with anal fissure. Material and method: A cohort study was undertaken, with prospective data registration of patients in the general medical service of a private health Institution. Statistics analysis: description of continuous variables expressed as means. Comparison of nominal variables was made with the X2 test and in the case of small-expected frequencies with Fisher’s test. Registration included population characteristics, definition of acute or chronic fissure, symptomatology and clinical characteristics, treatment, definition of morbility and efficacy. Results: the study comprised 98 patients, 63 of which suffered from chronic fissure. Neither sex difference nor mean age was significant in the case of patients with acute or chronic fissure. Pain was the predominant symptom. The presence of chronicity stigmæ render useless conventional medical treatment: p<0,05. Treatment by nitrites seems to be more useful than conventional medical treatment, with a healing percentage of 56%, although the result is not statistically significant. Internal lateral sphynterectomy is still the gold standard for chronic anal fissure with a healing percentage of 94%. Surgery complications (11%) were not serious nor were they negligible and must be bon in mind at the moment of defining treatment. Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 186 O La tercera influencia es el sistema nervioso autónomo que afecta la contracción y relajación del esfínter interno por las fibras postganglionares simpáticas y parasimpáticos respectivamente. En segundo lugar, se demostró anatómicamente y experimentalmente el déficit circulatorio a nivel de la línea media (sobre todo en el sector posterior) en el anodermo, y la relación entre la hipertonía y el deterioro de flujo sanguíneo que impediría la cicatrización de la fisura. cial y social) y la posibilidad de iatrogenia. Por otro lado: los métodos de curación no quirúrgicos no tienen la misma eficiencia que la cirugía; (medidos en índice de curación y de recidiva). La profusión de trabajos en los últimos años muestra que la discusión todavía no está terminada. Objetivo del trabajo: Evaluar la eficacia y la morbilidad, en distintas alternativas terapéuticas empleadas para el paciente con una fisura anal primaria. Material y método: Se realizó un estudio de cohorte de pacientes atendidos por nosotros en una policlínica de cirugía. El análisis se realizó sobre una población cerrada, correspondiente a un seguro de salud, integrado por pacientes provenientes de medio socioeconómico medio o alto, altamente demandante y con fácil acceso a la consulta. Las decisiones sobre el tratamiento y el seguimiento fueron realizadas siempre por uno de los autores (RM). Figura 1 Al mismo tiempo, aparecen trabajos, como el de García Aguilar(5), quien encuentra alteraciones permanentes de la continencia en cifras significativas (entre 24 y 30%) al comparar esfinterotomía interna lateral abierta y cerrada. A partir de esto, se desarrolló una corriente mediática que buscó alternativas terapéuticas farmacológicas, que permitieran la curación de la fisura mediante la disminución de la contracción en forma reversible- sin los efectos deletéreos de la cirugía. La aparición de trabajos que mostraban éxito en la curación de la fisura anal crónica mediante métodos no quirúrgicos, obligó a replantear el papel de la cirugía en esta patología. En algunos casos el tratamiento quirúrgico podría ser exagerado, por su mayor costo, (asisten- Se definió como fisura anal primaria, a la fisura localizada distalmente a la unión mucocutánea, en la línea media, en la que el espasmo del esfínter interno juega un rol importante en su patogénesis. Se dejó fuera del análisis a las fisuras atípicas o secundarias, que pueden ser manifestación de enfermedad de Crohn, SIDA (per se o por infecciones secundarias asociadas), sífilis, tuberculosis, leucemia o cáncer. Desde el año 2000 hasta la fecha, en todos los pacientes con este diagnóstico, se realizó un registro prospectivo de las características clínicas, terapéuticas y evolutivas; estos datos se registraron en el consultorio en forma computarizada. Los registros se agruparon en una planilla Excel diseñada para el estudio. En cuanto al análisis estadístico, las distintas variables continuas se expresaron como mediana. Para comparar proporciones con variables nominales, se realizó el test de X2 Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes con corrección de Yates, y para frecuencias esperadas pequeñas, el test exacto de Fischer. Se registró: 1) Edad y sexo. 2) Definición de fisura aguda o crónica. Se definió como fisura crónica, cuando existía alguna de las siguientes características: O Síndrome fisurario de por lo menos 1 mes de evolución. O Historia de por lo menos 3 episodios recurrentes en la historia del paciente que hayan requerido tratamiento médico. O Estigmas de cronicidad, definidos por una o más de las siguientes características: observación de fibras del esfínter interno en la base de la fisura, bordes indurados, plicoma centinela, presencia de una papila hipertrófica proximal a la misma. 3) Tiempo de evolución de los síntomas. 4) Forma clínica de presentación. 5) Presencia de patología asociada. 6) Realización de tratamiento médico. Se definió como tratamiento médico convencional, la utilización de medidas higiénico-dietéticas habituales, unido a la aplicación 3 veces día de ungüentos locales con corticoides, anestésicos y promotores de cicatrización (dexpantenol). Los ungüentos con corticoides se aplicaron siempre por plazos no mayores de 1 mes. Este tratamiento se realizó inicialmente a todos los pacientes con diagnóstico de fisura anal aguda. En los pacientes con fisura anal crónica diagnosticado, sólo fue utilizado por nosotros, en forma inicial, si el paciente consultaba sin ningún tratamiento previo, cuando no disponíamos todavía de nitritos. 7) Aplicación de ungüento de nitroglicerina. A partir del año 2003 incorporamos como alternativa de tratamiento el glyceryl trinitrato al 0,2% utilizado dos veces día. En los pacientes con diagnóstico de fisura aguda, el ungüento de nitroglicerina se indicó frente a 187 la falla del tratamiento médico convencional. Cuando se indicaba este tratamiento, se utilizaba por un plazo de 6 semanas. 8) Efectos colaterales y respuesta al tratamiento médico. El paciente se controlaba a las 3 semanas de instaurado el tratamiento, decidiendo o no la continuación de acuerdo a la respuesta y a los efectos colaterales. El paciente podía solicitar consulta previamente, si la sintomatología no disminuía con el tratamiento. Los efectos colaterales al ungüento de nitroglicerina se dividieron en: hipotensión ortostática, cefaleas leves (cuando no requerían analgésicos), moderadas (cuando requerían analgésicos para su alivio), intensas (cuando obligaban a suspensión de tratamiento). 9) Persistencia o recidiva luego del tratamiento médico. 10) Necesidad de tratamiento quirúrgico. Cuando estuvo indicado, el tratamiento quirúrgico realizado fue siempre la esfinterotomía interna lateral, realizada por el mismo cirujano (RM) ayudado por uno u otro de los autores del trabajo. Para el procedimiento quirúrgico se siguieron siempre los siguientes pasos: O Sedación profunda a cargo de anestesista. O Paciente en posición ginecológica. O Infiltración con Bupivacaína al 0,25%. O Colocación de separador de Parks, abriéndolo apenas lo necesario para lograr una buena definición del esfínter interno por palpación. O Incisión paralela al margen anal, localizada a la hora 9 (con el paciente en posición ginecológica). Exposición del esfínter interno. Sección del mismo en una extensión apenas superior a la extensión de la fisura, sin llegar necesariamente a la línea ano-pectínea. O Colocación de esponja de gelatina absorbible. Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 188 O Analgesia con ketoprofeno i/v o propoxifeno asociado a dipirona en el postoperatorio inmediato. O Alta entre las 12-24 hs. del postoperatorio. O Control a los 7 días y al mes de la intervención. O Si fue necesaria realizar reintervención, se realizó con la misma técnica, con un abordaje contralateral (hora 3). 11) Complicaciones postoperatorias: dolor postoperatorio; sangrado. 12) Morbilidad mediata y tardía: persistencia de síndrome fisurario, no cicatrización de abordaje quirúrgico, alteraciones de continencia. Las alteraciones de la continencia se definieron como: O Ano húmedo: necesidad de apósitos higiénicos o de extremar higiene anal luego de 1 mes de postoperatorio. O Sensación de defecación imperiosa. O Incontinencia para gases: ocasional o permanente. O Incontinencia para materias líquidas. O Incontinencia para materias sólidas. ferencia entre los sexos no fue estadísticamente significativa. (Fig. 2) Figura 2 Distribución por sexo El promedio de edad en los pacientes con fisura anal crónica, fue de 40 años con un rango entre 15 y 68 años. La mediana para este grupo fue de 38. La edad promedio en los pacientes con fisura anal aguda fue de 38 años, con un rango entre 18 y 64 años. La mediana fue de 34. Tampoco aquí hubo diferencias estadísticamente significativas. 13) A los pacientes con alteraciones de la continencia se les encuestó directamente acerca de la afectación en la calidad de vida, y sobre la elección del tratamiento. 14) Persistencia o recidiva de la enfermedad. Resultados Población: Registramos un total de 112 pacientes con diagnóstico de fisura anal primaria. Eliminamos 14 pacientes (12,5%) por seguimiento incorrecto. Trabajamos para el análisis con un total de 98 pacientes. En el análisis global 63 pacientes se clasificaron como una fisura anal crónica; 35 pacientes fueron diagnosticados como fisura aguda. La di- La media de seguimiento fue de 20 meses para los pacientes con fisura anal crónica y de 23 meses para los pacientes con fisura aguda. Presencia de síntomas: (Tabla 1) El dolor fue el síntoma dominante en los dos grupos de pacientes. Sólo en 4 pacientes con fisura aguda y en 2 con fisura crónica no se presentaba este síntoma, o el paciente refería solamente disconfort. Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes 189 Tabla 1 cientes. En el grupo de 24 pacientes, en que ya contábamos con nitritos como arma terapéutica, se operó 1 solo paciente. (p: NS) Forma de presentación clínica p: NS SÍNTOMA DOLOR SANGRADO PRURITO (Nº pac.) (Nº pac.) (Nº pac.) 31 19 2 61 30 7 FISURA AGUDA (N 35) FISURA CRÓNICA (N 63) Aproximadamente el 54% y 48% respectivamente en los dos grupos de pacientes, presentaban sangrado como elemento acompañante; fue el motivo de consulta en dos pacientes en ambos grupos, los que presentaban escasas signología dolorosa. Dos pacientes con fisura aguda (en ellos fue el síntoma dominante) y 7/63 con fisura crónica presentaban asociado prurito. Las diferencias entre los dos grupos no fueron estadísticamente significativas. (p:NS) Análisis de los pacientes con fisura anal aguda: De 35 pacientes que consultaron por fisura anal aguda, se operaron 3 (8,6%) por falla en el tratamiento médico. Dividimos estos pacientes (Tabla 2) en dos subgrupos de acuerdo al momento en que introducimos los nitritos como arma terapéutica. En este grupo, se utilizaron nitritos en 9 pacientes por falla del tratamiento médico convencional Dos pacientes presentaron cefalea moderada; un paciente presentó cefalea intensa por lo que mantiene tratamiento convencional, evolucionando de todos modos a la curación. Un paciente presentó a los 6 meses recidiva de su enfermedad; se realizó nuevamente tratamiento médico y lleva 24 meses asintomático. Si consideramos la necesidad de utilizar nitritos como una falla del tratamiento médico convencional, la falla global de éste fue de 29%. La falla en el tratamiento con nitritos fue de 11% (p: NS) Análisis de los pacientes con fisura anal crónica: En este grupo, 44 pacientes se presentaban con estigmas de cronicidad. En 19 pacientes, el diagnóstico de fisura crónica se planteó por tiempo evolutivo o por múltiples episodios. Agrupamos a los pacientes con fisura anal crónica de acuerdo a la utilización o no de nitritos en alguna etapa de su tratamiento: se utilizaron nitritos en 36 pacientes, y no se utilizaron en 27 (Tabla 3). TABLA 3 Utilización de ungüento de nitroglicerina en pacientes con fisura anal crónica Tabla 2 Nº pacientes Pacientes con Fisura anal aguda UTILIZACIÓN Necesidad de cirugía (p: NS) Sólo trat. Médico Período pre nitritos 9 (N: 11) Trat. Méd. Período post nitritos Convencional (N: 24) Nitritos 15 8 DE NITRITOS 36 Cirugía 2 GRUPO SIN (22%) 1 NITRITOS (4%) No respuesta a nitritos En el grupo de 11 pacientes en el período previo a la utilización de nitritos, se operaron 2 pa- 27 Era prenitritos 15 Curación con trat. Médico 7 Convencional No aceptación de nitritos 5 En el grupo sin nitritos requirieron cirugía 16 pacientes (59%). 11 pacientes (41%) curaron exclusivamente con tratamiento médico convencio- Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 190 nal (Tabla 4). Sólo 1 paciente del grupo que curó con tratamiento médico convencional tenía estigmas de cronicidad. A la inversa, 15 de 16 pacientes que requirieron cirugía, tenían estigmas de cronicidad. TABLA 4 Relación entre presencia de estigmas de cronicidad y necesidad de cirugía, en pacientes en los que no se utilizaron nitritos. p: <0,05 Necesidad Curación con de cirugía tratamiento médico convencional Estigmas de cronicidad 15 La eficacia del tratamiento con nitritos comparado al tratamiento médico convencional fue algo superior en la fisura anal crónica en nuestra serie, aunque estadísticamente no es significativo. (Tabla 6) 1 TABLA 6 Diagnóstico de Cronicidad por evolución A diferencia del grupo anterior, cuando se utilizan nitritos, los estigmas de cronicidad no fueron estadísticamente significativos como determinantes de cirugía, con descenso marcado de la sensibilidad y especificidad (54% y 67% respectivamente) para determinar mala respuesta al tratamiento médico. 1 Relación entre curación con tratamiento médico convencional y tratamiento con nitritos en pacien- 10 tes con fisura anal crónica (no estigmas) p: NS Esta diferencia fue estadísticamente significativa (p: <0,00005). La relación entre la existencia de estigmas de cronicidad y la necesidad de cirugía en este grupo de pacientes tuvo una Sensibilidad de 94% con una Especificidad de 91%. El VPPP fue de 94% y el VPPN fue de 91%. En el grupo de pacientes con fisura anal crónica en que se utilizaron nitritos como arma terapéutica, 17 pacientes (47%) curaron con este tratamiento. Trece de estos pacientes tenían estigmas de cronicidad. En 19 pacientes no existió buena respuesta a los nitritos; se operaron 17 de este grupo de pacientes; 15 de ellos presentaba estigmas de cronicidad. (Tabla 5) TABLA 5 Relación entre presencia de estigmas de cronicidad y necesidad de cirugía, en pacientes en los que se utilizaron nitritos como arma terapéutica p: NS Estigmas de cronicidad Necesidad Curación de cirugía con nitritos* 15 13 2 4 Diagnóstico de cronicidad por evolución. (no estigmas) * (dos pacientes suspenden nitritos por intolerancia y curan con tratamiento médico convencional) Tratamiento % de médico exitoso curación Pacientes con estigmas de cronicidad Pacientes con diagnóstico de cronicidad por evolución Convencional (N 27) 41% 1 10 Utilización de Nitritos 47% 13 4 (N 36) Morbilidad de nitritos: Del grupo tratado con nitritos 21 pacientes (58%) presentaron efectos colaterales. Siete de estos pacientes (19%) suspendieron el tratamiento por mala tolerancia. (Seis por cefalea intensa y uno por hipotensión ortostática). Si reunimos todos los pacientes tratados con nitritos (en el grupo de agudo y crónico) (Tabla 7) el porcentaje global de efectos colaterales fue de 53%, con un porcentaje cercano al 18% de pacientes que debieron suspender el tratamiento por intolerancia. Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes 191 TABLA 7 TABLA 8 Efectos Colaterales Complicaciones en postoperatorio de esfinterotomía interna lateral Tratamiento con nitritos f. Aguda (N: 9) DOLOR POSTOPERATORIO Cefaleas Leve 0 moderada 2 Intensa 1 Tratamiento con nitritos f. Crónica (N: 36) Cefaleas Hipotensión Leve 7 moderada 7 Intensa 6 Resección de fisura y cierre de la misma 1 Patología Resección de plicoma 1 quirúrgica Hemorroidectomía de 3 paquetes 1 asociada: Prolapso hemorroidario 1 Sin causa Requiere nitritos en postoperatorio asociada: para completar curación Dolor persistente: 1 Morbilidad global del uso de nitritos: 55% Abandono de tratamiento por intolerancia: 18% Destacamos que dos pacientes que suspendieron el tratamiento con nitritos por intolerancia, persistieron con tratamiento médico convencional con remisión de los síntomas. Cirugía: Se operaron un total de 36 pacientes; 33 pacientes con diagnóstico de fisura anal crónica, y 3 pacientes que ingresaron con fisuras agudas y no respondieron el tratamiento médico. Siete pacientes presentaron dolor en el postoperatorio; (Tabla 8). En 4 pacientes el dolor estuvo asociado a patología quirúrgica concomitante. Tres pacientes persistieron con síndrome fisurario: uno de ellos mejoró con un nuevo tratamiento con nitritos y promotores de cicatrización. Dos pacientes presentaron una falla del tratamiento, requiriendo una nueva esfinterotomía interna colateral (ver más adelante en discusión). El porcentaje de curación fue de 94%. No existieron complicaciones por sangrado. 1 FALLA DEL PROCEDIMIENTO 2 SANGRADO 0 CICATRIZACIÓN TÓRPIDA DEL ABORDAJE 4 En 4 pacientes, el abordaje quirúrgico presentó evolución tórpida, sin cicatrización completa. En dos pacientes, la curación se produjo luego de la esfinterotomía contralateral. Un paciente, presentó retardo en la cicatrización asociado a dolor; mejoró con tratamiento con nitritos y promotores de cicatrización. En un paciente se utilizó con éxito el mismo tratamiento, frente a una cicatriz de evolución tórpida, a pesar de la ausencia del dolor. En 5 pacientes (14%) existió en el postoperatorio algún grado de alteración de la continencia. No se presentaron casos con incontinencia grave. En 4 pacientes (11%) estas alteraciones se mantuvieron en el control al año. (Tabla 9) TABLA 9 Alteraciones de la continencia luego de esfinterotomía interna lateral Ano húmedo e incontinencia para gases transitoria 1 Alteraciones 1 permanentes Urgencia defecatoria Incontinencia ocasional para gases 1 Ano húmedo 2 Los 4 pacientes con alteraciones persistentes fueron entrevistados, acerca de la afectación en la calidad de vida, y fueron coincidentes en: Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 192 O la conformidad con el tratamiento realizado. autores(4) proponen un plazo no menor a 6 semanas para esta definición. O No presentar déficits en su vida social. O Minimizar los trastornos, comparado con la alteración sufrida previamente por la presencia del síndrome fisurario. En nuestros pacientes utilizamos tres modalidades terapéuticas definidas: un tratamiento médico convencional o no específico, un tratamiento médico específico basado en la utilización de nitritos (liberadores de óxido nítrico) y un tratamiento quirúrgico, la esfinterotomía interna lateral. No tuvimos hasta el momento ninguna recidiva. Discusión En nuestra serie, tuvimos un franco predominio de pacientes con diagnóstico de fisura crónica, lo que es de esperar ya que es habitual que el paciente llegue a la policlínica de cirugía frente al fracaso del tratamiento médico. Seguramente nuestra valoración en el tratamiento médico de la fisura anal aguda está sesgada por este motivo. Cuando intentamos comparar en la bibliografía, resultados en el tratamiento de la fisura anal, se nos plantean numerosas dificultades: O Diferencias en el diagnóstico de cronicidad: Cuando se establece que se tratan fisuras crónicas no se señalan independientemente las fisuras con diagnóstico temporal de cronicidad, de las que presentan estigmas de cronicidad, que intuitivamente impresionan de menor respuesta al tratamiento médico. O Dificultades en la medida del resultado: Debido a que la fisura anal puede presentar en su evolución natural remisiones y recurrencias, puede ser difícil definir la respuesta al tratamiento, o, si se trata de una recidiva o de una persistencia, cuándo aparece el dolor nuevamente. O Posibilidad de mejoría con tratamiento conservador no específico o con placebo, en porcentajes que rondan el 40%. O Diferencias en la definición de los distintos grados de incontinencia. Nuestro límite arbitrario para el diagnóstico temporal de cronicidad fue de un mes, si bien otros Con respecto al tratamiento médico convencional, está señalado en la literatura(6) posibilidad de mejoría con tratamiento médico conservador no específico, o incluso con placebo, en porcentajes que rondan el 40%. Si tomamos el total de los pacientes de nuestra serie, 35 curaron con tratamiento médico convencional, lo que marca una eficacia del mismo en torno al 36%. (Asciende al 38% si consideramos además pacientes que abandonaron el tratamiento con nitritos y continuaron con tratamiento no específico y que tuvieron una respuesta positiva). Es interesante que encontramos estadísticamente significativo, algo que intuitivamente era de esperar: los pacientes que presentan estigmas de cronicidad responden en forma escasamente satisfactoria al tratamiento médico no específico, siendo los mismos en esta situación predictores de cirugía. Con respecto al tratamiento con nitritos, se trataron en total 45 pacientes (incluyendo los pacientes de ambos grupos, agudo y crónico). Curaron con este método 25 pacientes, aproximadamente un 56%. Nos llama la atención la diferencia en la literatura(7)(8)(9)(10)(11) en el análisis de estos valores, lo que puede explicarse por diferentes características poblacionales y por las dificultades ya señaladas al inicio de la discusión. (Tabla 10) La eficacia de los nitritos fue superior al tratamiento médico convencional, pero esta diferencia no fue estadísticamente significativa. Esto también se mantuvo en el análisis individual del grupo de fisuras agudas o crónicas. Este resultado está acorde con las conclusiones y recomendaciones Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes 193 a cuatro dedos (la dilatación de Lord fue descrita a ocho dedos) provoca lesión esfinteriana con una frecuencia de hasta 65% cuando se busca por sonografía con un índice de incontinencia clínico que ronda el 25%. de la Sociedad Americana de cirujanos colo-rectales.(12) Los efectos colaterales con el uso de nitritos fueron significativos, prácticamente la mitad de los pacientes tuvieron cefalea, si bien la intolerancia fue sólo de 18%. Lo que sí es destacable, es que los síntomas colaterales desaparecen con la suspensión de la aplicación del producto. (Tabla 10) La esfinterotomía interna lateral es el “gold Standard” con el que se comparan todos los otros procedimientos. No existiría diferencia entre la Tabla 10 Eficacia y Morbilidad de Nitritos Autor Año N Curación Recidiva Efectos Secundarios Graziano 2001 32 75% 67% Cef. Leves 77% Jonas 2002 72% 68% 30% Cef. Intensa 4% Scholefield 2003 200 36-57% Cef. Intensa 7,7% Novell 2004 80 78% Cef. Intensa 15% Songun 2003 100 93% 14% Cef. Leve 7% Nuestra Serie 2005 45* 56% 2% Leves-moderados 56% Intensos: 18% * total de pacientes en los que se realizó nitritos Cuando hablamos de cirugía en el tratamiento de la fisura anal crónica, hablamos de esfinterotomía interna lateral. La esfinterotomía interna posterior fue abandonada por la deformación “en ojo de cerradura” que atentaba contra la continencia correcta. La bibliografía está también de acuerdo(4) en que la dilatación anal, incluso la dilatación realización mediante técnica cerrada o abierta en cuanto a la eficacia del procedimiento. Numerosos trabajos(13)(14)(15)(16)(17) señalan el alto porcentaje de curación, la mayoría alrededor de un 95%, aunque con variada incidencia de complicaciones. (Tabla 11) Tabla 11 Eficacia y Morbilidad de la Esfinterotomía Lateral Interna AUTOR AÑO N CURACIÓN * GARCÍA AGUILAR 1996 549 95% RECIDIVA 11% INCONTINENCIA LEVE 16-30% SEVERA 11% * WILEY 2004 76 96% 0 3% 4% * GARCEA SÁNCHEZ 2004 2004 60 120 97% 92,5% 10 7,5% 1,7% 5% 1,7% *** HYMAN *** ORTIZ 2004 2005 32 109 94% 96% 0 1,8% 9% 35% 0 NUESTRA SERIE 2005 36 94% 0 11% 0 * Trabajos que comparan esfinterotomía cerrada vs. abierta. ** Esfinterotomía interna lateral “conservadora”. *** Índices de Calidad de Vida habitualmente mejorados. Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 194 Son llamativas las diferencias en los índices de recidiva y en la incidencia de complicaciones, lo que podría explicarse por diferencias en el seguimiento y en las definiciones de incontinencia. Garcea(15) presenta los índices más bajos de incontinencia, mediante la utilización de la esfinterotomía lateral interna “conservadora”. La misma implica una sección del esfínter interno hasta la TABLA 12 CIRUGÍA VS. NITRITOS AUTOR AÑO TRATAMIENTO N CURACIÓN RECIDIVA EFECTOS SECUNDARIOS GTN RICHARD 30% Cef. Intensa 21% EIL 92% No incontinencia GTN 61% 2000 EVANS 82 2001 LIBERTINY 65 97 GTN 54% 16% No efectos graves EIL No incontinencia 100% 3% No incontinencia GTN 89% 70 2004 NUESTRA SERIE No efectos graves EIL 2002 PARELLADA 37% No efectos graves 54 EIL 100% GTN 56% 2% Intolerancia 18% 94% 0 Incontinencia menor 11% 2005 Incontinencia menor: 15% 81* EIL * 81 pacientes en los que se realizó nitritos o tratamiento quirúrgico. (Se excluyen los pacientes que curaron solamente con tratamiento médico) N global: 98 A pesar de esto, incluso los estudios prospectivos que comparan tratamiento con nitritos vs. esfinterotomía interna lateral, están de acuerdo en la eficacia del tratamiento quirúrgico. (Tabla 12) Si bien en nuestra serie, el fracaso terapéutico fue de 6%, la esfinterotomía contralateral fue exitosa y no ocasionó en estos dos pacientes alteraciones de la continencia. Sobre todo en uno de los dos pacientes, pensamos que el defecto fue nuestro y no de la técnica. No hemos tenido recidivas en pacientes operados, pero todavía nuestra mediana de seguimiento es baja. altura correspondiente al límite proximal de la fisura, sin llegar necesariamente hasta la línea ano pectínea como está descrito en la técnica original. Si bien faltan nuevos trabajos que avalen esta modificación técnica, nosotros estamos afiliados a la misma. Es interesante que Human(14) y sobre todo Ortiz(17), muestran incidencia elevada de incontinencia leve, pero cuando comparan calidad de vida antes y después de la cirugía, los índices mejoran, aún en pacientes que presentan algún tipo de incontinencia menor. Fisura anal: ¿Esfinterotomía química o quirúrgica? Análisis prospectivo de 98 pacientes 195 Sin duda, uno de nuestros déficits es no tener objetivado con los Índices Store adecuados, la continencia y calidad de vida antes y después del procedimiento. Esta objetivación debería además conseguirse en forma anónima, ya que la verdadera situación puede estar oculta o disminuida por el pudor. De todos modos, estamos convencidos que, aún en nuestros pacientes con complicaciones, la calidad de vida fue siempre mejor que en el preoperatorio. el tratamiento con mayor eficacia, si bien no está exento de riesgos. Es el procedimiento de elección frente al fracaso del tratamiento médico bien conducido. Queremos destacar por último el valor del dolor en el postoperatorio. En nuestra experiencia, en un paciente con analgésicos intermedios, no existe dolor importante en el postoperatorio, incluso con la primera evacuación intestinal. Cuando éste se presentó, coincidió siempre con procedimientos quirúrgicos asociados, con complicaciones locales (prolapso hemorroidario) o, lo que es más importante, con persistencia de la enfermedad. El mismo valor tuvo la no cicatrización del abordaje quirúrgico. En cuatro pacientes se presentaron estas situaciones clínicas: en dos se obtuvo la mejoría con nitritos y ungüentos promotores de cicatrización. En dos pacientes, la evolución mostró el fracaso del tratamiento quirúrgico y la necesidad de una nueva intervención. Referencias bibliográficas Conclusiones El tratamiento médico convencional puede ser beneficioso como primera línea de tratamiento, aunque no debería utilizarse cuando existan estigmas de cronicidad, por su escasa utilidad. El tratamiento con nitritos parece ser superior al tratamiento médico convencional, si bien sus mejores resultados no fueron -en nuestra seriesignificativos desde el punto de vista estadístico. A pesar que el índice de curación con nitritos es significativamente menor que con el tratamiento quirúrgico, su utilización parecería estar indicada, ya que los efectos colaterales remiten siempre con la suspensión del producto. La esfinterotomía interna lateral sigue siendo La realización de la esfinterotomía interna lateral como procedimiento de primera elección en una fisura crónica, puede ser ofrecida apropiadamente, pero el paciente debe conocer la morbilidad del procedimiento. 1) Nelson R. Treatment of anal fissure. BMJ 2003; 327:354-5. 2) Sánchez A.; Arroyo A., Pérez F., Serrano P.; Candela F.; Tomás A.et al. Esfinterotomía lateral interna abierta con anestesia local como gold Standard en el tratamiento de la fisura anal crónica. Estudio prospectivo clínico y manométrico a largo plazo. Rev. Esp. Enferm. Dig. 2004; 96(12): 856-63. 3) Goligher J. Fisura anal. In: Goligher J. Cirugía del ano, recto y colon. Barcelona: Salvat, 1987, 143-58. 4) Lindsey I.; Jones O.M.; Cunningham C.; McMortensen N.J. Chronic anal fissure. Br J. Surg. 2004; 91: 270-9. 5) García-Aguilar J, Belmonte C, Wong WD, Lowry AC, Madoff RD. Open vs. closed sphincterotomy for chronic anal fissure: long-term results. Dis Colon Rectum. 1996 39 (4): 440-3. 6) Nelson R. Tratamiento no quirúrgico para la fisura anal (Revisión Cochrane traducida). In: La Biblioteca Cochrane Plus, 2005, I Oxford; Update Software Ltd. htpp:// www.update-software.com 7) Graciano A.; Svidler L.; Lencinas S.; Masciangioli G.; Gualdrini U.; Bisisio O. Long-term results of tropical nitroglycerin in the treatment of chronic anal fissures are disappointing. Tech Coloproctol 2001; 5 (3): 143-7. 8) Jonas M.; Lund J.; Scholefield JH. Tropical 0,2% glyceryl trinitrate ointment for anal fissures: long-term efficacy in routine clinical practice. Colorectal Dis 2002. 4 (5): 317-20. 9) Scholefield JH.; Bock J.; Richter H.; Athanasiadis S.; Prôis M.; Herold A. A dose finding study 0,1%, 0,2% and 0,4% glyceryl trinitrate ointment in patients with chronic anal fissures. Gut 2003; 52: 264-9. 10) Novell F.; Novell-Costa F.; Novell J. Utilidad del gliceril trinitrato en el tratamiento tópico de la fisura anal. Rev. Esp. Enferm. Dig. 2004; 96 (4): 255-8. 11) Songun I.; Boutkan H.; Delemarre JB. Breslau PJ. Effect of isosorbide dinitrate ointment on anal fissure. Dig Surg 2003; 20 (2): 122-6. 196 Dres: R. Misa, O. Alonso, S. Piñeiro, L. Cazaban 12) Orsay C.; Rakinic J.; Perry B.; Hyman N.; Buie D.; Cataldo P. et al. Practice parameters for the management of Anal Fissures (Revised) Dis. Colon Rectum 2004; 47: 2003-7. calidad de vida durante la enfermedad y a los 6 meses de la esfinterotomía lateral interna subcutánea. Cir. Esp. 2005; 77 (2): 91-5. 13) Sánchez A.; Arroyo A.; Pérez F.; Serrano P.; Candela F.; Tomás A. et al. Esfinterotomía lateral interna abierta con anestesia local como gold Standard en el tratamiento de la fisura anal crónica. Estudio prospectivo clínico y manométrico a largo plazo. Rev. Esp. Enferm. Dig. 2004; 96 (12): 856-63. 18) Parellada C. Randomized, prospective trial comparing 0,2 percent Isosorbide Dinitrate ointment with sphincterotomy in treatment of chronic anal fissure. 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Surg. 2002; 168 (7): 418-21. 20) Evans J.; Luck A.; Hewett P. Glyceryl trinitrate vs. lateral sphincterotomy for chronic anal fissure: prospective, randomized trial. Dis. Colon Rectum 2001; 44 (1): 93-7. 21) Richard C.; Gregoire R.; Plewes E.; Silverman R.; Burul C.; Guie D. et al. Internal Sphincterotomy is superior to tropical nitroglycerin in the treatment of chronic anal fissure: results of a randomized, controlled trial by teh Canadian Colorectal Surgical Trials Group. Dis Colon Rectum 2000; 43 (8): 1048-57. 197 CIR URUGUAY 2006, 76 (2): 197-198 Normas para la presentación y admisión de originales Recomendaciones a los autores Cirugía del Uruguay se rige por “Requisitos uniformes para preparar los manuscritos que se proporcionen para publicación en revistas biomédicas” redactados por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas. Normas generales Cirugía del Uruguay publicará los trabajos presentados en la Sociedad de Cirugía del Uruguay, en los Congresos Uruguayos de Cirugía y otros que a juicio del comité de publicaciones sea de interés para la difusión en el medio quirúrgico. Los originales deberán ser inéditos y no se podrán presentar posterior o simultáneamente a otra revista. Los artículos publicados en Cirugía del Uruguay, no podrán reimprimirse sin especificar la fuente original de donde fueron tomados. Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad de los autores. Presentación 1. Los trabajos serán presentados dactilografiados, en papel formato oficio, de buen cuerpo, escrito en una sola de sus caras, sin correcciones, a doble espacio interlineal y con un amplio margen (no menor de 4 cm.) sobre el borde izquierdo de cada hoja. Deberá presentarse el original y un diskette. 2. Sólo se empleará el idioma español, en estilo claro y conciso, de modo de facilitar la lectura del texto, empleando el mínimo espacio posible. Se emplearán abreviaturas para designar unidades de medida o sus fracciones o aquellas de uso generalizado en el léxico médico (siempre que sean detalladas en su primera mención). Por excepción, podrán utilizarse siglas para abreviar términos que se reiteren muchas veces a lo largo del texto, explicando entre paréntesis su significado, la primera vez que aparezcan en el mismo. Los fármacos deberán ser designados por su nombre genérico. La redacción de la revista se reserva el derecho de realizar correcciones en los artículos y de requerirse, abreviar el manuscrito sin inferir con el contenido técnico del mismo. 3. La primera hoja del artículo deberá contener: - Título: Corto, claro y conciso, expresando directamente el tema a tratar, de manera de facilitar su indicación. Puede ser completado por un subtítulo. - Nombre y apellido de cada autor, indicando además su cargo, título grado: Clínica, Departamento o Laboratorio donde ha sido realizado el trabajo y domicilio del primer autor o de aquel que quiera centralizar la posible correspondencia generada por la publicación del mismo. 4. La segunda hoja consistirá: en un resumen, que deberá ser redactado por el autor, en tercera persona, con una extensión máxima de 200 palabras. Deberá incluir el título y subtítulo del trabajo y será presentado en duplicado. No deberá ser una enumeración de epígrafes, sino una serie coherente de palabras, que describa todos los puntos importantes del artículo, proporcionando una idea completa de sus resultados y conclusiones. 5. La tercera hoja: dará comienzo al texto del trabajo que debe seguir preferentemente el siguiente orden: Introducción, con antecedentes históricos si es necesario; material o casuística y métodos o descripción de los casos: resultados; discusión o comentarios o ambos; conclusiones, agradecimientos (si caben) y referencias bibliográficas. En las comunicaciones breves sobre casos clínicos, este plan no es necesario. 6. En hojas aparte: Las tablas o cuadros esquemáticos que deberán ser lo suficientemente explicativos de por sí y suplementar, no duplicar el texto. Deberán dactilografiarse a doble espacio, incluyendo todos los encabezamientos necesarios y numerarse correlativamente con números arábigos. Se indicará en el texto, el lugar de su entrada en el mismo. 198 7. Ilustraciones: Deberán ser originales y efectuadas por un dibujante. No se incluirán leyendas en el dibujo. No se podrán reproducir dibujos o fotografías tomadas de otros libros o revistas. Se reconocen sólo dos excepciones a esta norma: si se trata de documentos que por su antigüedad o importancia sean ya de valor histórico, o si la revista o libro donde apareció la ilustración autoriza su reproducción. En este caso se hará constar después de la leyenda de las figuras: “Reproducido con autorización de...” (Sigue el nombre abreviado de la publicación original). Las fotografías serán en papel brillante, bien nítidas y contrastadas. Las gráficas, esquemas y dibujos, confeccionados con tinta china negra sobre cartulina blanca. Deberán entregarse en sobre aparte, no adheridas a ninguna hoja de papel. En su dorso llevará (a lápiz) numeración correlativa precedida de la palabra genérica “figura”, además del nombre del autor. Deberán orientarse mediante una flecha dirigida hacia el borde correspondiente a su parte superior. El autor podrá indicar en qué parte del texto deberán colocarse aproximadamente. Todas las ilustraciones deberán ser referidas en el texto e ir acompañadas de leyendas explicativas claras y concisas, que se escribirán juntas, en hoja aparte. 8. En hojas separadas del texto: irán las referencias bibliográficas, al final de cada trabajo y se limitarán a las citadas en el mismo. Serán numeradas y ordenadas por orden de aparición en el texto, siendo referidas en el mismo número correspondiente. Las citas bibliográficas comenzarán en todos los casos por: - Apellido e inicial o iniciales del nombre del autor. De ser varios, deberán citarse todos ellos, evitando el uso de fórmulas como “y cols” o similares. - Título del trabajo, libro o capítulo de libro, en su idioma original. - A continuación, si se trata de una revista: - Título abreviado de la misma según el Index Medicus. - Año, volumen, página inicial y final. - Si se trata de un libro: - Ciudad donde fue publicado y nombre de la editorial. - Numeración de la edición, volumen (si hubieran dos o más), año de impresión y páginas de referencia (si fuera necesario). - Si se trata de un capítulo de un libro: - Precedido de la palabra “In”, nombre del autor y título de la obra. - Demás indicaciones como las referidas más arriba. - Si se trata de un trabajo presentado a un Congreso o Simposio: - Nombre y número del mismo. - Volumen (si se publicaron dos o más), página citada y año de realización. EJEMPLOS: - Armand Ugon V. Hidatidosis pulmonar bilateral. Bol Soc Cir Uruguay 1956; 27 (2-3): 309-12. - Del Campo JC. Abdomen agudo. Generalidades. Vientre superior. Montevideo: García Morales, 1940. - Chifflet A. Equinococosis hidática del hígado. In: Muñoz Monteavaro C. Hepatología. Montevideo: Oficina del Libro, 1967. - Larghero P. Paro cardíaco operatorio, análisis de 12 observaciones. Congreso Uruguayo de Cirugía, 5º. 1, 133, 1954. 9. Los comentarios hechos a los trabajos presentados en la Sociedad o a los relatos y otras sesiones plenarias del Congreso, en el momento de su presentación no podrán tener una extensión superior a los 20 renglones dactilografiados. Se publicarán si a juicio de la Redacción presentan interés. Publicación 10. Todo los materiales científicos presentados a los Congresos Uruguayos de Cirugía, serán publicados. Los autores se comprometen a entregarlo escrito en el mismo momento de su presentación oral. Los relatos que fueron presentados en tiempo y forma, podrán no ser publicados si así lo resuelven las autoridades de la revista. El autor o la persona que figura en primer lugar en las contribuciones hechas en colaboración, deberá ser miembro del congreso. Las mesas redondas deberán ser adaptadas para su publicación en forma de trabajo conjunto sin preguntas, si fuera posible. No se publicarán trabajos que no se ciñan al presente reglamento.