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Guías de práctica clínica para Hernias de la Pared Abdominal
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Guías de Práctica Clínica para Hernias de la Pared
Abdominal
ASOCIACIÓN MEXICANA DE HERNIA
Actualización Agosto de
2015
*Todos los derechos reservados. Esta obra solo puede reproducirse con la autorización de la Asociación Mexicana de
Hernia A.C.
Guías de práctica clínica para Hernias de la Pared Abdominal
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Índice
1- ASPECTOS GENERALES
1.1- Generalidades
1.2- Introducción
1.3- Justificación
1.4- Objetivos
1.5- Personal a quien va dirigida
1.6- Metodología
1.7- Niveles de evidencia y grados de recomendación
1.8- Definición
1.9- Etiología
1.10- Epidemiología
1.11- Clasificación
2- ASPECTOS TÉCNICOS
2.1- Auxiliares diagnósticos
2.2- Técnicas de reparación con o sin malla
2.3- Abordaje abierto o laparoscópico
3- MATERIALES PROTÉSICOS
4- MATERIALES DE FIJACIÓN
4.1- Suturas
4.2- Grapas
4.3- Adhesivos biológicos y sintéticos
5- PROFILAXIS ANTIBIÓTICA
5.1- Hernia inguinal
5.2- Hernia incisional
5.3- Pacientes con factores de riesgo
6- HERNIA INGUINAL
6.1- Clasificación
6.2- Clasificación de Nyhus
6.3- Clasificación de Gilbert modificada por Rutkow y Robbins
7- EPIDEMIOLOGÍA
8- ETIOLOGÍA
7.1- Factores biológicos (metabólicos y bioquímicos)
7.2- Factores anatómicos
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7.3- Factores fisiológicos o mecánicos
9- PROCEDIMIENTOS ANESTÉSICOS Y ALGÉSIA MULTIMODAL
10- TECNICAS DE REPARACIÓN INGUINAL
10.1- Por tipo de técnica
10.2- Por edad
10.3- Por tipo de hernia
10.4- Por tamaño del defecto herniario
11- INGUINODINIA Y DOLOR CRÓNICO POSTOPERATORIO
12- HERNIA INCISIONAL
13- EPIDEMIOLOGÍA
I4- FISIOPATOLOGÍA DE LA HERNIA INCISIONAL
15- ETIOLOGÍA Y FACTORES PREDISPONENTES
15.1- Factores locales
15.2- Factores que incrementan la presión intra-abdominal
15.3- Factores sistémicos
15.4- Defectos del metabolismo del tejido conectivo
16- PREVENCIÓN
17- INDICACIONES PARA CIRUGÍA
18- POSICIÓN DE LA MALLA
19- CIERRE DEL DEFECTO O APROXIMACIÓN DE LA LÍNEA MEDIA
20- INDICACIONES PARA MALLAS SEPARADORAS DE TEJIDO
21- MATERIALES POR TÉCNICA
21.1- Técnica abierta no intraperitoneal
21.2- Técnica intraperitoneal abierta o laparoscópica
22- CONDUCTA FRENTE A LA CONTAMINACIÓN
22.1- Lesión visceral
22.2- Proceso séptico
23- COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS
23.1- Seroma
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23.2- Hematoma
23.3- Hemoperitoneo
23.4- Dolor post-operatorio prolongado
23.5- Oclusión intestinal
23.6- Fístula enterocutánea
23.7- Desplazamiento de la malla
23.8- Hernia por puerto de trocar laparoscópico
24- CONDUCTA ANTE LA INFECCIÓN DE HERIDA Y DE PRÓTESIS
24.1- Presentaciones clínicas
24.2- Factores predisponentes
24.3- Profilaxis
24.4- Tratamiento
24.4.1- Manejo general de la herida
24.4.2- Criterios para conservar o retirar la prótesis
24.4.3- Criterios para el manejo de la recidiva post-infección
25- CERTIFICACIÓN DE CAPACITACIÓN EN CIRUGIA HERNIARIA
26– BIBLIOGRAFÍA
27- PARTICIPANTES
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1- Aspectos Generales
1.1 Generalidades:
Esta guía de Práctica Clínica se ha diseñado para proveer información que apoye en la toma de
decisiones diagnósticas y terapéuticas en patología herniaria. Está sustentada con base en la mejor
evidencia disponible al momento de su publicación. Es de carácter general, por lo que no establece un
curso único de conducta en un procedimiento o tratamiento.
Las variaciones de las recomendaciones aquí establecidas al ser aplicadas en la práctica,
considerarán el juicio clínico de quien la emplea como referencia, así como las necesidades específicas
y las preferencias de cada paciente en particular, los recursos disponibles al momento de la atención, y
la normatividad definida por cada institución o área de práctica.
1.2 Introducción:
La patología herniaria en los últimos años ha sido foco de atención en los ámbitos académicos y
científico-tecnológicos, tanto por su impacto en frecuencia como en incapacidad laboral, social y
complicaciones relacionadas con esta entidad. Esto ha llevado al desarrollo de nuevas técnicas de
diagnóstico y abordaje quirúrgico tanto abierto como laparoscópico, así como la creación de un gran
número de materiales protésicos de contención y aditamentos o accesorios para la fijación de los
mismos.
La propia comunidad quirúrgica en los últimos años ha desarrollado instituciones especializadas
para su manejo y hoy contamos con cirujanos cuya práctica se limita exclusivamente a la atención de
esta patología.
Pocas aéreas de la cirugía han presentado este dinamismo, lo que ha redituado en la necesidad
de que cada día las hernias sean atendidas por personal quirúrgico y auxiliar involucrado en los avances
y actualizaciones en este campo.
1.3 Justificación:
Las hernias de pared abdominal representan un serio problema de salud pública en el mundo.
Según el reporte del SINAIS (Sistema Nacional de Información en Salud), en el 2008 se reportaron
150,000 egresos hospitalarios en instituciones públicas relacionados con esta patología. La cual afecta
al 10 al 15% la población general, con importante repercusión en el desempeño social y laboral de
hasta el 25% de la población económicamente activa (30 a 59 años).
La hernioplastia es una de las 2 principales intervenciones quirúrgicas electivas en los servicios
de cirugía general y cirugía pediátrica y la segunda causa más común de consulta en cirugía general.
1.4 Objetivo:
Ser un instrumento de consulta útil para el personal médico y auxiliar de las unidades de primer,
segundo y tercer nivel de atención médica, proponiendo criterios orientados a la detección, el
diagnóstico y el manejo óptimo de los pacientes con hernias de la pared abdominal, con el principal
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propósito de brindar una mejor atención a los portadores de patología herniaria, y de esa manera
reducir los riesgos de complicaciones y muerte.
Mejorar los indicadores de costo beneficio/costo efectividad en la atención médica,
contribuyendo de esta manera al bienestar de las personas y de las comunidades, lo que constituye el
objetivo central y la razón de ser de los servicios de salud.
Establecer un referente nacional para orientar la toma de decisiones clínicas basadas en
recomendaciones sustentadas en la mejor evidencia disponible.
1.5 Personal a quien va dirigida:





Personal auxiliar y paramédico de Hospitales
Médicos Generales
Residentes Quirúrgicos
Cirujanos Generales
Cirujanos Pediatras
1.6 Metodología:





Panel de expertos
Revisión bibliográfica
Discusión y consensos
Elaboración de guías clínicas
Elaboración de niveles de evidencia y recomendación con base en:
1.7 Niveles de Evidencia y Grados de Recomendación
Según Sackett y col. Modificado por Malferheiner y cols:
Niveles de Evidencia y Grados de Recomendación
Nivel de
Tipo de estudio
Grado de
evidencia
recomendación
Revisión
sistemática
o
metanálisis
de
estudios
1
A – Extremadamente
2
3
4
5
controlados de buena calidad y homogeneidad.
Estudio controlado de buena calidad
Revisión sistemática de estudios de casos y controles o
de cohorte
Estudios individuales de casos y controles
Estudios individuales de cohorte
Estudios de cohorte no controlados
Serie de casos.
Estudios de cohorte o de casos y controles con poca
calidad
Opinión de expertos
recomendable
B – Recomendación
favorable
B – Recomendación
favorable
C – Recomendación
favorable pero no
concluyente
D – Consenso de expertos,
sin evidencia adecuada de
investigación
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1.8 Definición:
Hernia de pared abdominal (HPA) se define como un defecto en la continuidad de las
estructuras fasciales y/o músculo-aponeuróticas de la pared abdominal que permiten la salida o
protrusión de estructuras que normalmente no pasan a través de ellas.
Su localización topográfica o anatómica en orden de frecuencia es: inguinal, umbilical, en sitios
de cicatrices quirúrgicas (incisional), femoral, epigástrica, así como otras menos comunes como la
para-media, lumbar, subcostal, Spiegel y del piso pélvico.
1.9 Etiología:
La génesis de las HPA es multifactorial y bajo esta premisa debemos tomar en cuenta todos los
aspectos que influyen en la aparición y desarrollo de esta entidad.
Anteriormente se consideraba que las hernias eran simplemente un orificio corporal patológico
que requería ser “ocluido”. En la actualidad sabemos que la hernia de pared es la manifestación local
de una enfermedad sistémica y debe de tratarse en forma integral.
Actualmente la etiología herniaria comprende conceptos de biología molecular relacionados con
el metabolismo de la colágena conocidos como herniosis, y toda una gama de factores que intervienen
en este proceso, los cuales entre otros, involucran factores hereditarios, nutricionales, de edad, hábitos
como tabaquismo y sedentarismo (estilo de vida). Los trastornos congénitos juegan un papel relevante
en los infantes.
Las técnicas incorrectas en el cierre de pared abdominal o la inadecuada reparación de las HPA
incrementan la posibilidad de desarrollar hernias incisionales o recidivantes respectivamente. Los
mismos avances tecnológicos en cirugía, como es el caso de la cirugía laparoscópica, han dado origen
a una nueva entidad herniaria, como es el caso de la hernias a través de los orificios de los puertos de
trabajo laparoscópico.
Es así como una patología al parecer de comprensión y tratamiento sencillo, se ha convertido en
el centro de controversia en los foros nacionales e internacionales.
1.10 Epidemiología:
El Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) reporta en los últimos 8 años (2000 al
2007) alrededor de 282,105 mil egresos hospitalarios en la Secretaria de Salud y Organismos Públicos
Descentralizados por causa de cirugías de hernias de pared abdominal.
Más del 10% de la población en México presenta algún tipo de hernia de la pared abdominal.
De éstas, el 58.5% son inguinales, 24.3% umbilicales, 10.2% incisionales y el resto (7%), de otros tipos
de hernias.
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La aparición de hernias incisionales ocurre entre el 10 al 13% de las laparotomías y entre un 3 a
8% de las laparoscopias.
En cuanto a género, la hernia inguinal predomina en hombres con relación de 2-3:1, la umbilical
y la incisional predominan en mujeres con relación de 2:1 y la hernia femoral tiene predisposición a
aparecer en mujeres con relación de 3:1. La aparición de las hernias es más frecuente durante la vida
productiva de los individuos, siendo los rangos de edad de los 30 a 59 años quienes presentan entre el
40 al 51% de todas las hernias.
La incarceración es la principal complicación de las hernias con una frecuencia que varía entre
el 7 al 30% (promedio de 9.7%) y de estas se estrangulan un 10% aproximadamente, lo que
correspondería a una frecuencia del 0.97% con rangos entre el 0.034% al 3% dependiendo de la edad
del grupo estudiado.
La recidiva de hernias inguinales en México es del 11 al 20% usando técnicas con tensión en las
líneas de sutura y del 0.5 al 5% con técnicas sin tensión abiertas o laparoscópicas, En cuanto a hernias
incisionales su recurrencia es del 40 al 55% con técnicas tensionantes y entre el 3 al 10% con plastias
sin tensión abiertas o laparoscópicas.
La mortalidad ha disminuido en los últimos 30 años decreciendo de 1.5 en mujeres y 1.2 en
hombres por 100 mil habitantes en 1979 a un 1.0 y 0.7 respectivamente en el 2006 con una media
nacional de mortalidad por hernias de pared abdominal de 1.0 por 100 mil habitantes.
Clasificación:
Las hernias de la pared abdominal se clasifican en dos grandes grupos; Hernias Inguinales, que
se sub-clasifican en directas, indirectas y femorales y Hernias Ventrales primarias e Incisionales, donde
se agrupa al resto de hernias de la pared abdominal.
2 - Aspectos técnicos:
2.1 Auxiliares diagnósticos:
1- La exploración física es suficiente en más del 95% de los casos para diagnosticar una hernia de
la pared abdominal. Se dificulta en pacientes con obesidad mórbida, ancianos y niños pequeños
que no cooperan con las maniobras de Valsalva para una adecuada exploración.
2- Existen auxiliares para el diagnóstico de las hernias como el ultrasonido, la tomografía axial
computarizada y la resonancia magnética nuclear. Estas tres deben realizarse en reposo y con
esfuerzo para que sean de utilidad. Adicionalmente puede agregarse el estudio dinámico (videoultrasonido, video-TAC o video-RMN)
3- La herniografía prácticamente está en desuso y tiene poca aplicación por su riesgo elevado, en
comparación con los anteriores
4- Además de servir como herramienta de diagnóstico estos estudios primordialmente sirven en
pacientes con hernias evidentes, para valorar la integridad de los planos aponeuróticos y grupos
musculares de la pared abdominal, medir tamaño real del defecto, volumen del saco herniario y
cavidad abdominal, así como posición de la o las mallas colocadas anteriormente. Su indicación
en hernias complejas, gigantes y con pérdida de domicilio las hace una herramienta
preoperatoria imprescindible
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5- La electromiografía con o sin medición de potenciales evocados es útil ante la sospecha de
denervación muscular y para valorar la integridad del plexo lumbar y nervios torácicos para
definir la modalidad de la técnica quirúrgica y definir la probable evolución del paciente.
2.2 Técnicas de reparación con o sin malla:
1- Las técnicas convencionales sin implante de malla o de cierre primario tienen el inconveniente
de realizar una aproximación de los bordes con mucha tensión, produciendo isquemia y
necrosis con el desgarro subsecuente de los tejidos al actuar fuerzas contrarias que tienden a la
separación de dichos bordes y llevan a un índice de recurrencias que oscila entre el 15 al 20%
en hernias inguinales primarias y del 10 al 50% en hernias ventrales e incisionales.
2- El uso de técnicas con aplicación de mallas para la reparación de hernias inguinales e
incisionales disminuye hasta un 75% la frecuencia en la aparición de recidivas a mediano plazo,
aunque se reporta en la actualidad recidivas tardías conforme se aumenta el período de
seguimiento a 20-30 años en los pacientes que fueron reparados con mallas.
3- La ventaja potencial de utilizar una malla es la de proporcionar soporte adicional o de refuerzo
a la pared abdominal, disminuir la tensión sobre el área del defecto herniario y proporcionar
una matriz sobre la cual se producirá una proliferación guiada de fibroblastos, células
endoteliales (angiogénesis) y creación de tejido conjuntivo que reforzará el defecto
aponeurótico aunque sin mejorar la calidad de estos tejidos de neo formación pues esto es una
característica genética del paciente.
4- Con excepción de pacientes pediátricos en quienes no está indicada la colocación de material
protésico, casi en todos los pacientes con hernia inguinal se recomienda el uso de malla.
5- No existe evidencia del tamaño mínimo para colocar una prótesis de malla en hernias ventrales
pero en general, un defecto menor de 1 cm pudiera dejarse para cierre simple, siempre y cuando
el tejido sea apto para una adecuada cicatrización. El colocar una malla en defectos menores a 3
cm como en las hernias umbilicales, incisionales o ventrales, es una práctica común y
recomendable en la actualidad por los expertos.
2.3 Abordaje abierto o laparoscópico:
1- Ambas técnicas con colocación de prótesis son efectivas para el manejo de las hernias
inguinales, ventrales e incisionales con similares índices de recidivas.
2- En hernias inguinales no hay diferencia significativa en cuanto a recidivas por una u otra vía.
En relación a complicaciones su frecuencia también es la misma pero estas, suelen ser más
graves en la reparación laparoscópica.
3- El uso de las técnicas laparoscópicas en hernias inguinales es cuestionable cuando se compara
con la mínima invasión, simplicidad y economía de la reparación abierta bajo anestesia local en
plan ambulatorio.
4- En Hernias ventrales las técnicas laparoscópicas ofrecen mayores ventajas en cuanto a menor
incidencia de infección de la herida, menor tiempo de hospitalización y permiten un retorno
más temprano a sus actividades habituales y laborales.
5- Las técnicas intraperitoneales abiertas y laparoscópicas facilitan la reparación de hernias fuera
de la línea media (lumbares, paramedias) y las cercanas a bordes óseos (supra-púbicas, subxifoideas, subcostales, lumbares).
6- A pesar de lo anterior no se recomienda la vía laparoscópica en hernias complejas
(estranguladas, multioperadas, multisacos, asociadas a fístulas intestinales, con pérdida de
dominio) o defectos de más de 15 cm de diámetro.
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Conclusiones:







La exploración física diagnostica más del 95% de las hernias de pared abdominal (Evidencia 3.
Recomendación A)
La Tomografía, Resonancia Magnética y el Ultrasonido además de diagnosticar, proveen
información preoperatoria útil de la pared abdominal en hernias gigantes, complejas y con pérdida
de dominio. La electromiografía y medición de potenciales evocados nos da idea de la integridad de
la inervación muscular y de los plexos torácico y lumbar para definir nuestra conducta quirúrgica
(Evidencia 3. Recomendación B)
El uso de prótesis o mallas para reparar el defecto herniario es lo adecuado, siendo más efectivo que
la reparación con tensión en la línea de sutura. (Evidencia 1. Recomendación A)
En hernia inguinal de cualquier tipo siempre deberá colocarse material protésico
independientemente del tamaño del defecto. (Evidencia 1. Recomendación A)
En hernias ventrales, a todo defecto herniario mayor de 2-3 cm se le debe colocar malla. Deberá
considerarse también como buena práctica, la aplicación de mallas en defectos menores. (Evidencia
5. Recomendación D)
La reparación abierta y laparoscópica ofrecen ventajas similares. Hay discreta ventaja en cuanto a
menor tiempo de hospitalización, dolor y de retorno a sus actividades con la reparación
laparoscópica. Existe mayor facilidad técnica al reparar hernias fuera de la línea media y cercanas a
bordes óseos con la vía laparoscópica. (Evidencia 2, Recomendación B)
La reparación de hernias complejas de cualquier tipo sigue siendo controversial por vía
laparoscópica. (Evidencia 5. Recomendación D)
3 - Materiales protésicos:
1- Existe suficiente evidencia para confirmar que en la actualidad la prótesis de malla que más se
acerca a la ideal de acuerdo a los criterios de Cumberland y Scales es la malla monofilamento
de polipropileno ligera o reducida pues contiene hasta 70% menos material que sus antecesores
de polipropilenos pesados. Su fuerza tensil es más parecida a la abdominal (20 N/cm contra 16
N/cm de la pared abdominal), produce menor restricción al movimiento (compliance) en el
post-operatorio al colocar grandes segmentos en la pared del abdomen, su tejido más amplio
mayor permite transparencia de los tejidos evitando lesiones vasculares o nerviosas al momento
de su fijación y permitiendo una migración y proliferación de fibroblastos y células endoteliales
(angiogénesis) adecuada, lo que se traduce en mejor integración de la misma a los tejidos
propios. Minimiza la reacción granulomatosa o de cuerpo extraño en comparación con el
polipropileno pesado y aumenta la fibroplasia o cicatrización adecuada.
2- La combinación de material de polipropileno ligero o reducido con cualquier otro material para
aumentar la firmeza de la malla y mejorar su manejo con Poliglactina 910, Poliglecaprone,
Polidioxanona, etc., (mallas parcialmente absorbibles) le confiere propiedades de disminución
del proceso inflamatorio celular a nivel local, por medio del proceso de degradación por
hidrólisis de dichos materiales.
3- Sus inconvenientes son la imposibilidad de ser colocado en contacto directo con las vísceras por
la posibilidad de causar adherencias erosiones y fistulizaciones. Se les han agregado en una de
sus caras materiales antiadherentes o separadores de tejido de tipo laminar como la Hidrogel de
Ácido Hialurónico, la Colágena hidrofílica, la Celulosa oxigenada regenerada, o los ácidos
grasos omega 3 con el fin de evitar dichas adherencias por el lado en que se encuentran
colocados en contacto con las vísceras, permitiendo la proliferación de células mesoteliales
entre ellas y las vísceras, para la formación de una capa peritoneal (neo peritoneo) que cubra la
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6-
7-
malla y posterior a la reabsorción de estos materiales no exista el riesgo de contacto directo de
vísceras con el polipropileno ligero.
Otro inconvenientes de las mallas ligeras es que en defectos herniarios grandes, su
distensibilidad o gran compliance, produce, cuando no logra cerrarse el defecto herniario, un
efecto de abombamiento en la pared abdominal que da la impresión de tener aún un saco
herniario aunque no se compruebe la presencia de un nuevo defecto herniario.
Las mallas de Poliéster monofilamento, solas o en combinación con algún material
antiadherente o separador de tejidos puede aplicarse como segunda opción teniendo en cuenta
que se ha reportado fragmentación total de sus fibras por degradación por hidrólisis en las
mallas de poliéster de tipo multifilamentoso, ignorando si este efecto se presentará en las
monofilamentosas.
Las mallas de Politetrafluoroetileno expandido (PTFEe) se encuentran prácticamente en desuso
por su falta de integración a los tejidos por ser microporo y su permanencia constante cuando
son utilizadas como material antiadherente. Las mallas de PTFEc (condensado) tienen el
inconveniente de ser reticuladas (con intersticios) produciendo una neoperitonización irregular
que en teoría pudiera favorecer el aumento de adherencias.
Las mallas o prótesis biológicas de matriz acelular provenientes de submucosa intestinal,
dermis porcina o donador humano cadavérico, y las sintéticas absorbibles de nueva generación
fueron diseñadas para aplicarse en áreas contaminadas con la idea de que toleran mejor hasta
cierto grado de contaminación. La evidencia actual indica que estas mallas se infectan con una
frecuencia casi igual que las mallas sintéticas de polipropileno, pero la frecuencia de recidivas
es 4 veces mayor cuando se usó cualquier tipo de malla biológica o sintética reabsorbible
incluyendo a las tratadas con proceso de enlaces cruzados (crosslinking) que le confieren mayor
resistencia a la degradación hasta por períodos de 24 a 36 meses. Lo anterior más su costo 20 a
30 veces mayor, desalienta el uso de este tipo de material.
Conclusiones:


La malla que en la actualidad se acerca más a la ideal parece ser aquella que se integre mejor a los
tejidos con un proceso cicatricial parecido a lo normal, que contenga la menor cantidad de material
protésico (ligera), asociada a un material absorbible para que de firmeza a la malla y menor
respuesta inflamatoria (parcialmente absorbible) y que cuando tenga que ser colocada en contacto
con las vísceras se le pueda agregar un material antiadherente laminar absorbible. (Evidencia 2.
Recomendación B)
Las mallas biológicas y sintéticas reabsorbibles, hasta el momento no tienen un papel definido a
largo plazo por lo que su uso deberá hacerse con reservas. No hay evidencia del porcentaje o grado
de contaminación que toleren dichos materiales. (Evidencia 3. Recomendación B)
4 - Materiales de fijación:
4.1 Suturas:
1- Los materiales de sutura para fijación de prótesis deberán ser elegidos de acuerdo al tipo de
malla utilizado más que de la técnica, teniendo predilección por los de tipo monofilamento
sobre los multifilamento por ser estos últimos trenzados con intersticios de tipo microporo con
sus inconvenientes de mayor tendencia a la infección.
2- Los materiales monofilamento no absorbibles como el polipropileno y nylon tienen
permanencia constante y generan reacción a cuerpo extraño al igual que la malla de
polipropileno. Los materiales monofilamento de reabsorción lenta disminuyen el proceso de
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reacción inflamatoria local durante su degradación por hidrólisis, por lo que deben preferirse
sobre los no absorbibles.
3- Cuando se utiliza una malla de polipropileno, esta se integra en un período de 30 a 60 días por
lo que su fijación puede ser con material monofilamentoso de tipo absorbible de absorción a
mediano o largo plazo (polidioxanona) con calibres entre 2-0 y 0. De la misma forma las mallas
biológicas y las de poliéster serán fijadas preferentemente con material monofilamento
absorbible.
4- Las mallas con poca capacidad de integración como el PTFEe, exigen una fijación constante y
permanente, por lo que se deberá preferir una sutura monofilamento no absorbible. El uso de
suturas es posible tanto en cirugía abierta como en laparoscópica.
4.2 Grapas:
1- La fijación con grapas de una malla cuando se opera por vía abierta es una alternativa que
reduce el tiempo quirúrgico por su rapidez de aplicación.
2- Su mejor indicación es en las plastias con abordaje laparoscópico pues facilitan la fijación y
reducen también el tiempo quirúrgico cuando son comparados con la aplicación de suturas
laparoscópicas.
3- No se han encontrado hasta el momento diferencias en su efectividad en relación a la forma y
mecanismo de colocación de las grapas (convencionales, en ancla, cola de cochino, etc.).
4- Su inconveniente radica en la distancia corta de penetración en los tejidos lo cual le confiere
una fijación no muy firme al compararla con suturas transmurales. Otro inconveniente es la
tendencia a la aparición de adherencias intestinales a las grapas
5- La implementación actual de grapas más largas y de material reabsorbibles a mediano plazo (6
a 12 meses) mejoran la seguridad de la fijación y disminuyen el problema de adherencias de
vísceras a su superficie. Sin embargo no existe aún una grapa con profundidad de fijación
adecuada que evite el uso de algunas suturas de refuerzo.
4.3 Adhesivos biológicos y sintéticos:
1- Como alternativa para la fijación de las mallas se cuenta con adhesivos biológicos como los
sellantes de fibrina y algunos sintéticos derivados de los cianoacrilatos.
2- El uso de sellante de fibrina favorece un proceso de cicatrización más parecido lo normal que
con el uso de cianoacrilatos. Su desventaja es que no son en realidad adhesivos, sino sellantes
por lo que la fijación no se realiza con facilidad en algunas superficies como las óseas.
3- Los cianoacrilatos como el N-butil cianoacrilato son adhesivos sintéticos que fijan a cualquier
superficie. Producen una reacción inflamatoria de leve a moderada y se reabsorben en un plazo
de 1 año. Mientras no se reabsorba este adhesivo no se produce integración de la malla en los
puntos donde se aplicó.
4- Ambos, solo están indicados como único medio de fijación con el uso de mallas con buena
integración a los tejidos en hernias inguinales, no en incisionales. Con las mallas de poca
integración se deben utilizar en combinación con suturas y/o grapas.
Conclusiones:

El uso de suturas de tipo monofilamento y de absorción lenta ofrece ventajas sobre los materiales
no absorbibles y los multifilamento, en la fijación por cualquier técnica de una prótesis de malla.
(Evidencia 3. Recomendación B).
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

Las grapas como material de fijación son de utilidad en cirugía laparoscópica, valorando de acuerdo
a la región operada y a la malla utilizada, el agregar suturas o adhesivos adicionales. (Evidencia 5.
Recomendación D).
Los sellantes de fibrina producen un proceso de cicatrización más parecido a lo fisiológico o
normal que los sintéticos aunque no es un adhesivo. En cirugías inguinales por cualquier vía y en
ventrales con mallas preperitoneales y/o retro musculares podrá utilizarse como única fuente de
fijación. En cirugías ventrales intraperitoneales (abiertas o laparoscópicas) su uso siempre deberá
adicionarse de grapas o suturas para un posicionamiento seguro de la malla. (Evidencia 5.
Recomendación D).
5- Profilaxis antibiótica
1- La cirugía de hernia debe considerarse como herida limpia. Se ha considerado en la literatura
mundial como un índice adecuado de infección de herida quirúrgica cuando no estamos por
arriba del 3-4% en hernioplastias inguinales y del 8 al 14% en hernioplastias ventrales e
incisionales. Los reportes de la literatura en cirujanos dedicados a cirugía de hernia ofrecen
menor porcentaje de infecciones. Estos porcentajes son diferentes y particulares de cada centro
hospitalario.
2- No hay evidencia de que el uso de una prótesis de malla bien manejada, aumente el riesgo de
infección de herida en una reparación herniaria.
3- Las mallas tienen predisposición a la infección de acuerdo a la estructura de sus poros, siendo
muy susceptibles de hacerlo las laminares microporo (PTFEe), en menor proporción las
micro/macroporo (poliéster) y finalmente las más resistentes a la infección y colonización son
las macroporo (poros mayores de 75 micras) como el polipropileno monofilamento.
4- En hernias inguinales existe evidencia clara en meta-análisis de que la profilaxis antibiótica
sistémica, local o mixta no modifica los índices de infección post-operatoria con significancia
estadística en plastias, con o sin uso de prótesis de malla.
5- En hernioplastias incisionales, los estudios comparativos aleatorizados demuestran menor
incidencia de infección cuando se hace dicha profilaxis. Cuando existe antecedente de infección
previa en la misma incisión que abordaremos, baja la incidencia de infección postoperatoria de
40% a 14%.
6- A pesar de las evidencias anteriores, es práctica de uso común, el ofrecer profilaxis antibiótica
en forma rutinaria a todos los pacientes que se someterán a una hernioplastia bajo los siguientes
argumentos:
a. Aspectos legales: En muchos países la presencia de una infección post-operatoria se
considera una negligencia legal si no se utilizó profilaxis antibiótica.
b. Recomendación de expertos: Diferentes artículos de la literatura (con nivel de
Evidencia 5) reportan mejores resultados en los índices de infección post-operatoria con
el uso de profilaxis aunque sin significancia estadística.
c. Condiciones hospitalarias sub-optimas: Cuando los indicadores de un hospital
demuestren un porcentaje de infecciones post-operatorias superiores a los índices
mundiales por cualquier motivo.
7- La recomendación prudente para hacer “profilaxis” antibiótica será:
a. Cuando las leyes locales o el Hospital lo tengan como una norma
b. Cuando se opere en un centro hospitalario con altos índices de infección post-operatoria
o en condiciones sub-optimas
c. Pacientes con factores reconocidos de riesgo como: Obesidad, desnutrición, edad
avanzada, diabetes o cualquier otra enfermedad inmunosupresora, cuando hay el
antecedente de infección post-operatoria previa en el sitio de una hernia (incisionales),
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14
cuando el procedimiento quirúrgico será prolongado y con disección amplia de tejidos,
en hernias complejas o con escenarios catastróficos y por último cuando se utilicen por
el motivo que fuere, mallas de tipo microporo.
8- Las formas recomendadas para hacer “profilaxis” antibiótica son:
a. Por vía sistémica; aplicación IV de una cefalosporina o quinolona de 2da o 3ra
generación, de 30 a 60 minutos previos al inicio de la cirugía, continuándolo en el postoperatorio si las condiciones de la cirugía así lo requieren (contaminación, factores de
riesgo etc.).
b. En forma local; aunque sin bases completamente científicas la irrigación del campo
quirúrgico en forma frecuente e inmersión de la malla en una solución con antibiótico
(250 ml de sol. fisiológica + 500 mg de gentamicina) parece dar protección adecuada y
conseguir índices bajos de infecciones post-operatorias.
c. En forma mixta; se administra simultáneamente profilaxis sistémica y local del área
quirúrgica
9- Cuando existió contaminación del campo quirúrgico o ante la presencia de infección franca
deberá continuarse con el uso de antibióticos locales y/o sistémicos de acuerdo a la víscera
lesionada, cultivos de exudado y criterios clínicos generales para infecciones.
Conclusiones



El uso de prótesis no aumenta la frecuencia de infecciones de herida en las hernioplastias
(Evidencia 1. Recomendación A)
No hay evidencia de que la profilaxis antibiótica en hernioplastias inguinales disminuya la
frecuencia de infecciones de herida (Evidencia 1. Recomendación A)
Estudios de series aleatorizadas en hernias ventrales muestran disminución de la frecuencia de
infecciones de herida cuando se hace la profilaxis, en especial ante el antecedente de infección
en el mismo sitio en una plastia previa, por lo que se recomienda su práctica rutinaria en este
tipo de hernias. (Evidencia 3-4. Recomendación C,D)
6- Hernias inguinales
1- Se considera hernia inguinal a cualquier estructura que protruya a través del orificio
miopectíneo o de Fruchaud y se proyecte por los triángulos de la ingle (medial, lateral o
femoral).
2- Pueden ser congénitas de aparición en la niñez o desarrollarse en cualquier etapa de la vida.
6.1 Clasificación:
1- La clasificación de Caspar Stromayr (1559) se encuentra aún vigente como referencia para las
nuevas clasificaciones de hernias inguinales; Directa, Indirecta, Femoral y Mixta.
2- Existen 7 clasificaciones de las llamadas de la era moderna de la hernioplastia (Gilbert, Gilbert
modificada por Rutkow y Robbins, Nyhus, Bendavid, Chevrel y Stoppa, Schumpelick,
Unificada de la AHS y la de la EHS). Las más usadas y prácticas son la de Nyhus (1991) y la de
Gilbert modificada por Rutkow (1993).
6.2 Clasificación de Nyhus:
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15
Tipo I
Hernias inguinales indirectas
Anillo inguinal interno de diámetro normal
Pared posterior normal
El saco herniario alcanza la porción media del canal inguinal
Tipo II
Hernias inguinales indirectas
Anillo inguinal interno dilatado
Pared posterior normal
Vasos epigástricos no desplazados
Tipo III
Defectos de la pared posterior:
IIIa Hernia inguinal directa pequeña o grande
IIIb Hernia indirecta con dilatación importante del anillo inguinal interno
Pared posterior involucrada
Hernia inguino-escrotal y hernia en pantalón
IIIc Hernia femoral
Tipo IV
Hernias recurrentes:
IVa Hernia directa
IVb Hernia indirecta
IVc Hernia femoral
IVd Combinación de cualquiera de éstas
6.3 Clasificación de Gilbert modificada por Rutkow y Robbins
Tipo I
Indirecta
Anillo interno apretado (normal) con saco peritoneal de cualquier tamaño
Tipo II
Indirecta
Anillo interno menor de 4 cm.
Tipo III
Indirecta
Anillo interno mayor de 4 cm
Saco peritoneal con componente de deslizamiento o escrotal
Desplazamiento de vasos epigástricos
Tipo IV
Directa
Defecto del piso inguinal
Tipo V
Directa
AMH
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Defecto diverticular del piso de no más de 1-2 cm de diámetro
Tipo VI
Hernia mixta, directa e indirecta (en pantalón)
Tipo VII
Hernias femorales
Conclusiones



Se considera hernia inguinal a cualquier estructura o saco que protruya a través del orificio
miopectíneo o de Fruchaud y se proyecte por los triángulos de la ingle (medial, lateral o
femoral). (Evidencia 5, Recomendación A)
Las dos clasificaciones de hernia inguinal más utilizadas a nivel mundial son la de Gilbert
modificada por Rutkow y Robbins y la de Nyhus. (Evidencia 5, Recomendación A)
La clasificación de Gilbert modificada por Rutkow y Robbins es más objetiva y no tiene
criterios subjetivos como la de Nyhus (pequeña, grande, deformada, dilatada, diámetro normal,
porción media, etc.). (Evidencia 5. Recomendación D)
7- Epidemiología:
1- Las hernias inguinales son las más frecuentes, ocupando entre el 50 al 60% de todas las hernias
de la pared abdominal.
2- Su presentación puede ser de tipo congénito desde el nacimiento o desarrollarse en el transcurso
de cualquier época de la vida. Las indirectas son las más frecuentes ocupando aproximadamente
un 79% de todas las inguinales, le siguen las directas con un 18% y posteriormente las
femorales con un 3%.
3- En pacientes pediátricos la hernia indirecta ocupa el 95% de las mismas en forma aislada o
simultáneamente con un hidrocele o criptorquidia. Las femorales y las directas son de
presentación poco común.
4- En pacientes adultos mayores la frecuencia de hernias directas tiende a ser más elevada que en
el resto de la población.
5- En cuanto a sexos, la hernia inguinal predomina en hombres con relación de 2-3:1. La hernia
femoral tiene predisposición a aparecer en mujeres con relación de 3:1.
6- La aparición de las hernias es más frecuente durante la vida productiva de los individuos, siendo
los rangos de edad de los 30 a 59 años quienes presentan entre el 40 al 51% de todas las hernias.
7- La incarceración es la principal complicación de las hernias inguinales, con una frecuencia que
varía entre el 7 al 30% (promedio de 9.7%) y de estas se estrangulan un 10% aproximadamente,
lo que correspondería a una frecuencia del 0.97% con rangos entre el 0.034% al 3%
dependiendo de la edad del grupo estudiado.
8- La recidiva de hernias inguinales en México es del 11 al 20% usando técnicas con tensión y del
0.5 al 5% con técnicas sin tensión abiertas o laparoscópicas.
9- La mortalidad ha mejorado en los últimos 30 años decreciendo de 1.5 en mujeres y 1.2 en
hombres por 100 mil habitantes en 1979 a un 1.0 y 0.7 respectivamente en el 2006 con una
media nacional de mortalidad por hernias de pared abdominal de 1.0 por 100 mil habitantes.
Conclusiones
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


Las hernias inguinales ocupan el 75% de las hernias de la pared abdominal, siendo más
frecuente en los hombres a excepción de la hernia femoral, presentándose en especial en las
etapas más productivas de la vida. (Evidencia 1. Recomendación A)
Su complicación más grave es la estrangulación con una frecuencia menor al 1% pero con alta
incidencia de complicaciones y mortalidad. (Evidencia 1. Recomendación A)
La recurrencia con técnicas sin tensión es menor al 1% en hernias primarias y hasta el 5% en
hernias recidivantes, independientemente de la vía de acceso. (Evidencia 1. Recomendación A)
8- Etiología:
1- Los mecanismos etiopatogénicos de las hernias inguinales primarias, congénitas o adquiridas
son multifactoriales. Se reconocen alteraciones estructurales sistémicas en el metabolismo de la
colágena en la matriz extracelular, de origen bioquímico, metabólico, anatómico, hereditario y
ambiental (estilo de vida) que se reflejan como cambios patológicos del tejido conectivo y
alteraciones anatomofisiológicas de la región inguinal predisponiendo a la aparición de esta
patología. Todo lo anterior se denomina en la actualidad como Herniosis.
8.1 Factores biológicos (metabólicos y bioquímicos):
1- Disminución en la síntesis de colágena (cantidad) o síntesis de una colágena anormal, (calidad)
que obedece a regulación genética. Pueden ser trastornos genéticos (hereditarios), congénitos
poco severos e inespecíficos o constituir todo un síndrome como en la osteogénesis imperfecta,
los síndromes de Hürler, Hunter, Marfán, Ehlers-Danlos o cutis laxa, aneurisma disecante de
aorta y enfermedad poliquística renal. Los trastornos adquiridos más representativos son por
desnutrición, escorbuto, latirismo, obesidad y senilidad
2- Aumento en la degradación de colágena: El tabaquismo es el mejor ejemplo de la degradación
aumentada de colágena por desequilibrio en el sistema proteasa/anti proteasa e hipoxia tisular
crónica.
8.2- Factores anatómicos
1- La persistencia del conducto peritoneo-vaginal en el hombre o el conducto de Nuck en la mujer
predisponen a la aparición de hernia inguinal.
2- Aumento en las dimensiones del triángulo de Hessert y Hesselbach.
3- Según Askar, la ausencia de las fibras aponeuróticas del músculo transverso abdominal en su
porción lateral o en todo el piso inguinal, pueden predisponer a la formación de hernias.
4- La inserción alta del oblicuo interno y transverso abdominal, tanto en su unión con el borde
lateral del recto como en el ligamento inguinal agrandando las dimensiones del piso inguinal
son causa predisponerte importante en la formación de hernias inguinales
5- El tipo morfológico, la antropometría y el dismorfismo pélvico no han sido considerados como
factores determinantes en la génesis de hernias inguinales.
8.3- Factores Fisiológicos o Mecánicos
1- Deficiente acción del diafragma muscular: La deficiente oclusión del orificio inguinal interno
y piso inguinal (acción de diafragma o persiana) en el descenso del oblicuo menor y el
transverso sobre el ligamento inguinal, desprotegen la pared posterior del piso inguinal. La
asincronía entre el aumento de la presión intra-abdominal y la contracción simultánea de la
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pared abdominal, así como disparidad mecánica entre la presión intra abdominal y la resistencia
de la musculatura abdominal también ha sido propuesto como factor generador de hernia
inguinal.
2- Aumentos crónicos de la presión intra-abdominal (PIA): El aumento repetido, constante y
prolongado de la PIA en tosedores crónicos, cirróticos, prostáticos, ascíticos, insuficientes
renales, embarazos múltiples, esfuerzos extremos y todas aquellas condiciones que elonguen en
forma cotidiana las fibras musculares, pueden precipitar la aparición clínica de hernias
inguinales
Conclusiones


La etiopatogenia de la hernia inguinal es multifactorial y se le incluye bajo el término de
Herniosis. Hay evidencia sustentable de patología de la matriz extracelular y alteraciones
estructurales de la colágena como factores etiológicos primordiales. (Evidencia 2.
Recomendación B)
Otros factores secundarios son los anatómicos, fisiológicos o mecánicos y ambientales que en
conjunto con los metabólicos ocasionarán la aparición de una hernia inguinal. (Evidencia 3.
Recomendación B)
9- Procedimientos anestésicos y Analgesia Multimodal
1- El manejo del dolor inicia desde la consulta externa, con la adecuada comunicación e
información al paciente, que induce confianza y permite una mejor tolerancia a los
procedimientos. Continúa en el preoperatorio inmediato con la administración de analgésicos
parenterales seguida de una inducción anestésica intravenosa de corta duración (similar a la
utilizada para una endoscopía o un legrado uterino), seguida por el procedimiento anestésico
que se elija. Finalmente, el control del dolor postoperatorio continúa con el uso de analgésicos
vía oral e, idealmente, con otros métodos de apoyo farmacológico como la bomba de infusión
continua de anestésicos locales y otros, como el parche cutáneo de analgésico.
2- Por orden de elección las hernias inguinales deben operarse de preferencia bajo anestesia local
más sedación, con bloqueo peridural o excepcionalmente con anestesia general.
3- La técnica ideal es con anestesia local (loco-regional) con inducción anestésica con o sin
sedación pues ofrece mayores ventajas; Menor riesgo en general, buena tolerabilidad por el
paciente, permite maniobra de Valsalva sin dificultad durante el procedimiento, produce menor
dolor en el período post-operatorio (teoría del asta posterior) y facilita la deambulación
inmediata al terminar el procedimiento. Rara vez produce retención urinaria y es económica.
Sus desventajas serían que requiere de una curva de aprendizaje de la técnica de anestesia local
y coordinación con el anestesiólogo para la dosis exacta de sedación. No es la ideal en hernias
gigantes.
4- El bloqueo peridural es el siguiente método de elección. Toda la región queda anestesiada y rara
vez hay que preocuparse de que el paciente refiera dolor. Tiene el inconveniente de que no se
podrá efectuar adecuadamente la maniobra de Valsalva durante el procedimiento, retarda la
deambulación por su período largo de recuperación y la hipotensión ortostatica secundaria al
procedimiento anestésico. La retención urinaria se presenta con relativa frecuencia en pacientes
con o sin afecciones prostáticas. Se sugiere agregar una infiltración local previa a practicar la
incisión para prolongar el periodo de anestesia en la región y disminuir el dolor post-operatorio
(teoría del asta posterior).
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5- La Anestesia general solo debe efectuarse en pacientes en los cuales este contraindicada
cualquier otro tipo de anestesia o a petición expresa del paciente con la información de que esto
aumenta el riesgo anestésico. También en esta modalidad anestésica debe emplearse la anestesia
local pre-incisional.
6- La técnica ideal para el acceso laparoscópico es la anestesia general. El bloqueo peridural con
adecuada sedación puede funcionar en casos bien seleccionados. La anestesia local de momento
solo es anecdótica, más que práctica.
Conclusiones
1- El manejo del dolor en cirugía debe hacerse bajo el concepto de analgesia multimodal, que
incluye preparación psicológica mediante información adecuada (relación médico-paciente),
analgésicos parenterales en preoperatorio inmediato, técnica anestésica de elección y control
adecuado del dolor postoperatorio. (Evidencia 4. Recomendación A)
2- La técnica anestésica que ofrece más ventajas y menor molestia post-operatoria al paciente es la
local en su variedad de loco/regional más sedación. (Evidencia 3. Recomendación B)
3- Al efectuar el procedimiento con bloqueo peridural, la adición de una infiltración loco/regional
mejorará el período de anestesia local y disminuirá el dolor post-operatorio. (Evidencia 4.
Recomendación C)
4- La técnica de elección para procedimientos por vía laparoscópica sigue siendo la anestesia
general (Evidencia 4. Recomendación B)
10- Técnicas de reparación inguinal
10.1- Por tipo de técnica:
1- Existen en la actualidad más 26 tipos distintos de plastias inguinales sin tensión entre vías de
acceso abierto y laparoscópico. Algunas no tienen utilidad práctica.
2- Las técnicas libres de tensión más utilizadas en forma universal son: Abiertas por vía anterior;
Lichtenstein, Mesh-Plug, Gilbert, Cisneros y Celdrán/HERD. Por vía abierta posterior: Stoppa,
Wantz y Kugel. Por vía laparoscópica; Trans abdominal pre peritoneal (TAPP), Total
extraperitoneal (TEP), su variedad extendida TEPe y en casos específicos la Intraperitoneal
Onlay Mesh (IPOM inguinal).
10.2- Por edad:
1- En niños hasta cualquier edad en que aún no han alcanzado el desarrollo antropométrico y
complexión de adulto, deberá utilizarse una técnica sin prótesis. En niños se sugiere solo
ligadura alta de saco herniario y valorar la amplitud del anillo profundo para cerrarlo con uno o
varios puntos (Anulorrafia, técnica de Marcy).
2- Las mallas en niños se contraindican por tres motivos, 1- Las mallas se encogen con el tiempo,
2- El niño crece y finalmente 3- Es incierta la evolución a muy largo plazo del comportamiento
de la malla en cuanto a (riesgo de carcinogénesis y de engrosamiento de la pared en los
deferentes).
3- Existen casos bien documentados donde se tiene que emplear en estas etapas como en
alteraciones anatómicas de la región inguinal o en defectos herniarios gigantes por recidivas.
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4- Desde que se alcanza el desarrollo físico parecido al de un adulto en adelante (16 a 17 años en
México), se indica una plastia libre de tensión.
10.3- Por tipo de hernia:
1- Primarias o recidivantes: En hernias primarias, cualquier técnica bien aplicada tiene
excelentes resultados con índices de recurrencia menores al 1%. En hernias recidivantes la
técnica se individualiza de acuerdo a la vía utilizada inicialmente tratando de hacer solo uno o
dos intentos más por la misma vía de acceso y posteriormente utilizar una vía diferente. Se
valora también en las recidivantes la que ofrezca el menor riesgo/beneficio en relación al tipo
de plastia previa.
2- Directas, indirectas y mixtas o en pantalón: No hay diferencia en el manejo de estos dos tipos
de hernia ya que su manejo es indistinto obteniendo iguales resultados con cualquier técnica.
Solo se debe recordar que en las directas reparadas por vía abierta con algún dispositivo de
colocación pre peritoneal (Mesh-Plug, Gilbert, Cisneros) se debe abrir la fascia transversalis
(circuncisión del saco) para que el dispositivo se coloque en el espacio adecuado. Las técnicas
laparoscópicas también son igual de efectivas en ambos tipos de hernia.
3- Hernias femorales: Este tipo especial de hernias las técnicas por vías abiertas anteriores
recomendadas son la de Gilbert, Mesh-plug y la HERD/Celdran. La vía abierta posterior
(Stoppa, Wantz, Kugel) así como la vía laparoscópica tanto TEP o TAPP tiene la ventaja de
proteger todos los sitios potenciales de hernia si se realizan con una malla de tamaño adecuado.
10.4- Por tamaño del defecto herniario:
1- Las hernias inguinales por lo general no presentan defectos más allá de 7 cm que es la
dimensión del piso inguinal. En defectos menores de 4.5 cm cualquier técnica sin tensión da
excelentes resultados. En los mayores de 4.5 se recomienda la Lichtenstein por vía anterior o
laparoscópica, ya que todas las técnicas que utilizan dispositivos preperitoneales tienden a
quedar inestables y a salirse del defecto herniario conforme es mayor el tamaño del defecto
herniario.
2- En presencia de anillos muy pequeños (< 1 cm) como en las hernias femorales, la técnica más
sencilla es la del Mesh-Plug o de Gilbert con UHS pues puede confeccionarse justo al tamaño
del defecto. Las técnicas abiertas preperitoneales y las laparoscópicas dan una protección
adecuada de la región femoral.
Conclusiones
1- En los niños, hasta no alcanzar una complexión corporal semejante a la de un adulto, deberá
evitarse el uso de mallas, realizando la reparación con técnicas tensionantes. Solo en casos
excepcionales de grandes defectos pudieran ser utilizadas con las precauciones pertinentes.
(Evidencia 3. Recomendación C)
2- En hernias primarias, cualquier técnica correctamente aplicada dará buenos resultados. En
hernias recidivantes se tendrá que valorar la vía de acceso previa, la técnica utilizada y si hubo
invasión del espacio pre peritoneal, para decidir la forma y vía de acceso de la nueva
reparación. (Evidencia 4,5. Recomendación C)
3- En defectos pequeños como en las hernias femorales, las técnicas abiertas con dispositivos
preperitoneales (plug, UHS) o las laparoscópicas tienen buenos resultados. En defectos muy
grandes por lo contrario estos dispositivos se tornan inestables y se prefiere una técnica con
malla plana (Lichtenstein) o una laparoscópica. (Evidencia 5. Recomendación C).
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11- Inguinodinia y dolor crónico postoperatorio
1- Inguinodinia es el dolor post-operatorio de la región inguinal y tiene una frecuencia entre el 5 a
15% de las hernioplastias. Un dolor en región inguinal de más de 30 días se cataloga como
inguinodinia o dolor tipo crónico.
2- Existen dos tipos de dolor inguinal post-operatorio, el somático y el neuropático: el somático
causante de la mayor parte de esta complicación, causado por la inflamación propia del
traumatismo quirúrgico, la presencia de osteocondritis por tensión muscular excesiva o
aplicación de suturas en estructuras osteocondrales o por presencia de mallas enrolladas y
endurecidas (meshoma o malloma). Un porcentaje pequeño < 0.5% corresponden a causas
neuropáticas (atrapamiento del nervio por suturas o grapas o sección de un nervio sin
tratamiento correcto de sus cabos)
3- El dolor de tipo somático puede aparecer desde el post-operatorio inmediato o mediato, es
intermitente, de intensidad variable, no incapacitante y puede ser crónico.
4- El dolor de tipo neuropático aparece desde el post-operatorio inmediato, es continuo, de
intensidad alta, puede ser incapacitante y generalmente es crónico y refractario al tratamiento
medicamentoso.
5- El mejor método diagnóstico para la inguinodinia es el mapeo por dermatomas, que diferencia
el dolor somático del neuropático, nos indica el área de los nervios afectados e identifica a los
pacientes simuladores.
6- La Tomografía Computarizada y el Ultrasonido ayudan a identificar meshomas.
7- Puede intentarse la infiltración loco regional (espina ilíaca antero superior y en el punto máximo
de dolor) de esteroides de depósito más anestésicos (Betametazona o dexametasona 2 ml, más
lidocaína al 2% 1 ml), por dos dosis con 30 días de diferencia. Si el dolor tiene más de 60 días
de evolución, su eficacia es mínima.
8- Ante la presencia de un meshoma o dolor de tipo somático crónico deberá intentarse la
remoción del material protésico y recolocación de una malla de tipo ligero para evitar recidiva.
9- En presencia de dolor de tipo neuropático el único tratamiento efectivo es la neurectomía. Ésta
puede ser triple (n. ilioinguinal, n. iliohipogástrico y rama genital del n. genitofemoral) o si se
cuenta con experiencia y el mapeo por dermatomas muestra un dermatoma que involucra solo
un nervio puede intentarse la neurectomía selectiva.
10- La neurectomía se puede realizar por vía abierta y por vía laparoscópica.
11- Al hacer la neurectomía se deberá ligar el extremo proximal del nervio con sutura absorbible de
degradación por hidrólisis e invaginarlo dentro de la masa muscular para evitar su exposición al
material protésico.
12- El mapeo por dermatomas post-neurectomía nos indica el éxito de nuestro procedimiento
quirúrgico.
13- Estudios controlados aleatorizados no muestran significancia estadística de que la sección
profiláctica rutinaria de los tres nervios durante la hernioplastias inicial disminuya la frecuencia
de inguinodinia post-operatoria.
Conclusiones


La frecuencia de inguinodinia o dolor inguinal post-hernioplastia inguinal tiene una frecuencia
mundial de entre 5 a 15% indistintamente de si se realizó una técnica con o sin tensión.
(Evidencia 3-4. Recomendación C,D)
Un dolor inguinal o inguinodinia de más de 30 días se cataloga como un dolor crónico y este
puede ser somático o neuropático. (Evidencia 5. Recomendación D).
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



Los analgésicos, anti-inflamatorios orales y las infiltraciones en ocasiones son efectivas para
dolores de tipo somático más no para el neuropático. (Evidencia 3-4. Recomendación 3-4)
El mapeo por dermatomas es el un método que diferencia el dolor somático del neuropático e
identifica a pacientes simuladores. Su uso es también para valorar la evolución post-tratamiento
quirúrgico de la inguinodinia. (Evidencia 5. Recomendación D).
El único tratamiento adecuado hasta el momento para la inguinodinia de origen neuropático es
la neurectomía, sea triple o selectiva. La vía de acceso puede ser abierta o laparoscópica
(Evidencia 2 Recomendación A)
No hay evidencia estadística hasta el momento de que la sección profiláctica rutinaria de los
nervios durante la hernioplastia prevenga la frecuencia de inguinodinia. (Evidencia 3.
Recomendación
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HERNIA INGUINAL PRIMARIA
UNILATERAL
Menor de 17 años
18 a 50 años
BILATERAL
Mayor de 50 años
Adecuada
reserva funcional
Marcy
Bassini
Shouldice
Adecuada
reserva
funcional
Pobre reserva
funcional
LAPAROSCOPICA
TAPP
TEP
LAPAROSCOPICA
ABIERTA
Gilbert II
Gilbert III, IV, V, VI
Gilbert VI
Lichtenstein
Mesh-Plug
UHS
Lichtenstein
UHS
HERD
Mesh-Plug
UHS
Pobre reserva
funcional
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12- HERNIA INCISIONAL
1- Por su alta incidencia las hernias de pared abdominal incluyendo a la hernia incisional o
eventración, representan un problema de salud pública en todo el mundo.
2- La frecuencia de hernia incisional o eventración está calculada entre el 12 al 15% de todas las
laparotomías efectuadas y entre el 3 al 8% en las cirugías laparoscópicas, a través de los puertos
laparoscópicos.
3- La hernioplastia incisional es una de las 4 principales intervenciones quirúrgicas en los
servicios de cirugía general. Por tipo de hernia, la hernia incisional ocupa el 3er lugar en
frecuencia solo después de la hernia inguinal y la umbilical.
13- Epidemiología
1- Se denomina, hernia incisional o eventración a la salida de peritoneo y/o tejido cicatricial,
acompañado o no de vísceras abdominales por una zona u orificio de la pared abdominal
debilitada quirúrgica o traumáticamente, distinta a los orificios naturales por donde emergen las
hernias ventrales primarias.
2- Existen tres elementos importantes en toda eventración: el anillo o defecto, el saco y el
contenido.
3- El orificio de eventración está formado por bordes musculares y/o aponeuróticos retraídos e
invadidos por tejido fibroso.
4- El saco de eventración se forma cuando se inicia la separación músculo aponeurótica; Las fibras
que fueron disgregadas son invadidas por tejido conjuntivo fibroso, van constituyendo el saco
de eventración, que adherido a la cara profunda de la cicatriz cutánea constituye el fondo del
futuro saco. Por su lado interno, el saco se muestra con aspecto peritoneal.
5- El contenido del saco es variable, estando frecuentemente constituido por el epiplón, intestino
delgado, colon, etc. y este contenido puede ser reductible o irreductible, denominando a éste
último como atascado o encarcelado y también puede estar estrangulado con datos evidentes de
sufrimiento vascular y/o necrosis, con la consiguiente gravedad que acarrea esta complicación.
6- Se calcula una frecuencia de hernia incisional o eventración en el 10 al 13% de todas las
laparotomías y entre el 3 al 8% de las incisiones para puertos laparoscópicos. Su frecuencia
aumenta hasta el 23 a 40% si existió infección de la herida quirúrgica. Su desarrollo es en el
transcurso de los primeros 3 años del post-operatorio aunque casi el 50% lo hacen dentro del
primer año de operados.
7- Su tasa de mortalidad se ha calculado en 0.24% incluyendo cirugías electivas y urgentes.
8- Su frecuencia es mayor en el sexo femenino 3:1 debido a una debilidad y flacidez mayor de los
tejidos de la pared abdominal en las mujeres, causado por la menor actividad física,
antecedentes de embarazo y mayor frecuencia de intervenciones quirúrgicas en relación al
hombre.
9- Existe una entidad especial llamada seudo hernia de pared abdominal en la que no existe
defecto herniario o aponeurótico. Se trata de flacidez y abombamientos músculo-aponeuróticos
post quirúrgicos ocasionados por incisiones inadecuadas que seccionan una o varias ramas
nerviosas motoras musculares y dejan denervados a un grupo o segmento muscular especifico.
Ya que su comportamiento es parecido al de una eventración y originarse desde la línea de
incisión hasta la línea media correspondiente se consideran en el capítulo de hernias
incisionales o eventraciones.
10- La clasificación de las hernias incisionales puede hacerse con base en diferentes aspectos:
a- Por su aparición:
 Primarias cuando aparecen después de la laparotomía
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
b-
c-
d-
e-
f-
g-
Recurrentes o recidivantes, cuando se ha tenido al menos un intento de reparación
previa.
Por la presencia de anillo o defecto herniario:
 Hernias verdaderas si lo tienen
 Pseudo hernias si se trata de una flacidez por denervación muscular.
Por la localización del defecto herniario:
 Anteriores; de línea media sub-xifoideas, supra-umbilicales, umbilicales,
25periumbilicales y suprapúbicas.
 Anteriores fuera de línea media; paramedianas, Infra o supra-umbilicales y
subcostales.
 Laterales; lumbares.
Por el tamaño de su anillo o defecto herniario:
 Pequeñas < 3 cm de diámetro
 Moderadas 3 a 6 cm de diámetro
 Grandes 6 a 10 cm de diámetro
 Gigantes 10 a 20 cm de diámetro
 Monstruosas > de 20 cm de diámetro
Por el tamaño de su saco y contenido herniario:
 Pequeño
 Grande
 Con pérdida de dominio.
Por la reductibilidad y viabilidad de su contenido:
 Reductibles
 Incarceradas
 Estranguladas.
Por la presencia de factores agregados:
 Hernias simples
 Complejas
 Catastróficas.
Conclusiones.


La frecuencia de hernia incisional o eventración en el 10 al 13% de todas las laparotomías y entre el
3 al 8% de las incisiones para puertos laparoscópicos. Aumenta hasta el 23 a 40% si existió
infección de la herida quirúrgica. Aparecen en los primeros 3 años del post-operatorio y el 50% lo
hacen dentro del primer año de operados. (Evidencia 2-3. Recomendación B)
Su tasa de mortalidad se ha calculado en 0.24%. (Evidencia 4. Recomendación C)
14- Fisiopatología de la hernia incisional
1- La dehiscencia o disrupción de una o varias capas de la pared abdominal suturada, ocurre
generalmente al final de la primera semana del post-operatorio coincidiendo con el apogeo de la
fase inflamatoria y de la colagenolisis del borde de la herida de cada capa de la pared abdominal
(aproximadamente 1 cm de ambos bordes de la herida).
2- Si esta dehiscencia es de todas las capas de la pared abdominal, sobreviene una evisceración, lo
cual ocurre en el 3% de las laparotomías y requiere tratamiento urgente, con una cifra de
mortalidad hasta del 30%.
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3- Si la dehiscencia es solo de las capas músculo-aponeuróticas el paciente desarrollará una hernia
incisional en el transcurso de los 3 primeros años de operado.
4- La cicatrización adecuada de una laparotomía implica realizar una incisión apropiada y lo
menos traumática, con un correcto cierre de la misma (factor mecánico), una síntesis y balance
adecuado de colágeno (I/III) que provea un tejido cicatricial firme y sólido, (factor biológico,
metabólico).
5- La reparación correcta de una incisión abdominal incluye una adecuada aproximación de los
bordes, mínima tensión, sin isquemia, necrosis o hipoxia tisular, removiendo cuerpos extraños,
(suturas, tejido necrótico, detritus, sangre, etc.), lo cual estimulará la fase inflamatoria y la
migración de fibroblastos con una adecuada fibroplasia y fibrosis
Conclusiones:



La dehiscencia de los tejidos ocurre durante o al final de la primera semana del post-operatorio en
la fase inflamatoria y de colagenolisis de los bordes de la herida. (Evidencia 2-3 y 5.
Recomendación B y D)
La reparación correcta incluye adecuada aproximación de tejidos, evitando la isquemia, el área de
colagenolisis y la menor cantidad de cuerpos extraños. (Evidencia 2-3 y 5. Recomendación B y D)
La cicatrización adecuada depende también de ser o no, portador de alteraciones de la colágena
(herniosis). (Evidencia 2-3. Recomendación B)
15- Etiología y factores predisponentes:
1- Su origen es multifactorial pero cada causa aislada es un factor importante para la aparición de
esta patología, por lo que se mencionarán como factores etiológicos y/ o predisponentes para la
aparición de hernia incisional.
2- Como factores etiológicos y/o predisponentes tenemos: a) Factores locales de la incisión b)
Factores que incrementan la presión intra-abdominal, c) Factores sistémicos y d) Enfermedad
de la matriz extracelular con defectos estructurales de la colágena y del tejido conjuntivo
(colagenopatías)
15.1- Factores Locales
a- Infección de la herida: Cuando ocurre infección de la herida quirúrgica laparotómica, el riesgo
de herniación es cuatro veces mayor (hasta 40-60%) que cuando no la hubo.
b- Errores técnicos de sutura o cierre: Los errores técnicos en el cierre de una laparotomía
constituyen la segunda causa de hernias incisionales. Entre los más comunes tenemos, la sutura
menor de un centímetro de los bordes aponeuróticos de cada lado, puntos muy separados entre
uno y otro (la longitud de la sutura debe ser 4 veces a la de la herida, relación herida sutura 4:1),
exceso de presión sobre los bordes aponeuróticos, uso de materiales de absorción rápida y corta
duración y finalmente suturas de calibre inadecuado.
c- Tipo de incisión: las incisiones transversales y las de la línea media se asocian a menor
frecuencia de hernia incisional. Las incisiones verticales fuera de la línea media se
correlacionan con un incremento de hernias incisionales.
d- Longitud y método de la incisión: Heridas mayores a 18 cm de longitud y las que se realizan
con electrocauterio (en la modalidad de coagulación y no de corte) son más propensas a
desarrollar dehiscencias y hernias incisionales.
e- Incisiones en el sitio de una incisión previa: Realizar una incisión en el mismo sitio de una
previa. El realizar una incisión por el sitio donde ya se había efectuado una incisión previa
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aumenta la posibilidad de herniación y este riesgo aumenta con cada intento subsecuente de
abordaje por el mismo sitio, debido al tejido fibroso con pobre vascularidad.
15.2- Factores que incrementan la presión intra-abdominal
a- Obesidad: Un gran volumen de tejido adiposo en el epiplón y mesenterio incrementa la presión
intra-abdominal en el período post-operatorio, además en el paciente obeso existe
frecuentemente disminución del tono y resistencia de la masa muscular.
b- Íleo post-operatorio: Un íleo paralítico post-operatorio prolongado, aumenta la presión intraabdominal de la misma manera que en la obesidad.
c- Complicaciones pulmonares: El esfuerzo tusígeno en el post-operatorio produce un
incremento súbito de la presión intra-abdominal con cada acceso, capaz de producir dehiscencia
de los tejidos suturados.
d- Elevaciones frecuentes de la presión intra-abdominal: Someter a carga excesiva de peso un
tejido en forma crónica incrementa la presión intra-abdominal y en asociación con otros
factores puede ser el origen de una hernia incisional. Pacientes constipados, y con prostatismo
también producen aumentos importantes de la presión intra-abdominal.
e- Ascitis: La ascitis por si misma produce un aumento crónico de la presión intra-abdominal. La
mayoría de los pacientes con ascitis además tienen problemas de hipoproteinemia que coadyuva
al desarrollo de una hernia incisional.
f- Diálisis peritoneal: Al igual que la ascitis aumenta la presión en forma crónica y se asocia a
múltiples deficiencias metabólicas.
g- Síndrome abdominal compartimental: El aumento de la presión intra-abdominal por la
presencia de edema inter-asa, neumatosis o distensión intestinal, producirá distensión sobre la
herida en la fase inflamatoria El manejo de este síndrome es con técnica de abdomen abierto
contenido que habitualmente deja una hernia incisional.
15.3- Factores sistémicos
a- Desnutrición: Los pacientes con pérdidas agudas o crónicas de peso mayores al 10%, conllevan
eventos fisiológicos adversos favoreciendo por diferentes mecanismos la aparición de hernias
incisionales.
b- Deficiencia de vitaminas y minerales: Las deficiencias de estos elementos, principalmente la
vitamina A, C, B1, B2 y B6 interfieren con un proceso de cicatrización normal.
c- Fármacos: El uso crónico de medicamentos como los esteroides, disminuyen el proceso
inflamatorio que es parte fundamental para el inicio de la cicatrización normal. Su uso aislado
en el postoperatorio, aún a altas dosis no influye en este aspecto. La quimioterapia y
radioterapia aumentan al doble la incidencia de hernia incisional si son administradas entre 3 y
4 semanas antes o después de la cirugía.
d- Enfermedades sistémicas graves: Enfermedades graves como la insuficiencia renal, cirrosis o
neoplasias, aumentan la frecuencia de hernias incisionales por diversos mecanismos,
especialmente los relacionados con la depleción proteica del paciente.
15.4- Defectos del metabolismo del tejido conectivo
a- Alteraciones de la matriz extracelular: Las hernias de la pared abdominal han dejado de ser
consideradas como tan solo un defecto anatómico o resultado de un efecto mecánico de la
misma. Actualmente se han aceptado otros factores de igual o mayor importancia como son las
alteraciones de la matriz extracelular y el metabolismo de la colágena que formarán luego el
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b-
c-
d-
ef-
g-
h-
i-
tejido conectivo y de cicatriz. Hay colagenopatías bien establecidas, otras menos definidas y
algunos factores que interfieren con la formación de tejido conectivo.
Tabaquismo: El tabaquismo acelera la destrucción o degradación de colágena por desequilibrio
del sistema proteasa/anti proteasa, inhibiendo la acción de esta última y permitiendo una
degradación mayor de colágena por las proteasas. Los fumadores tienen 60% más posibilidades
de infección que la población no fumadora y un 80% más de posibilidades de una dehiscencia
de tejidos de una herida en los primeros 30 días del post-operatorio. A largo plazo aumenta
cuatro veces el riesgo de una hernia incisional. Se agrega a lo anterior una hipoxia tisular
crónica sostenida.
Antecedente de otra hernia: Los pacientes con antecedente de una plastia en el mismo sitio o
en sitios diferentes, demuestran que son portadores de defectos del tejido conjuntivo constituido
por colágena defectuosa y su consiguiente deficiencia en la cicatrización. Estos pacientes tienen
una frecuencia más elevada de hernias incisionales que la población general.
Aneurisma de aorta abdominal: El adelgazamiento de las paredes arteriales por alteración de
fibras colágenas se asocia hasta en un 31% de hernias incisionales al efectuarle alguna
laparotomía, así como presencia espontánea de hernias inguinales y umbilicales.
Enfermedad poliquística renal: Especialmente la forma autosómica recesiva se asocia con una
frecuencia del 24% de aparición de hernias incisionales posterior a una laparotomía.
Síndrome de Marfán y Ehlers-Danlos: Estas dos alteraciones genéticas de las fibras de
colágena están fuertemente asociadas a la aparición de hernias primarias de pared abdominal y
de hernias incisionales.
Enfermedad diverticular de colon: Aunque no hay aún una relación muy clara, parece ser que
los portadores de enfermedad diverticular de colon tienen mayor incidencia de hernias
incisionales.
Otras enfermedades asociadas: Estudios recientes indican la asociación de otras enfermedades
correlativas con alteraciones en el tejido conectivo y en la colágena como várices, hemorroides,
quistes diversos (epidídimo, renales, ováricos ligamentarios, hepáticos, etc.) lipomatosis
múltiple, diverticulosis diversas, discinesias biliares, dilataciones aneurismáticas etc. Las cuales
deben ser detectadas en los pacientes portadores de herniosis.
Edad avanzada: La senectud se asocia a una síntesis pobre de fibras de colágeno las cuales son
de mala calidad, con inversión de la relación de colágena tipos I/III, así mismo hay destrucción
acelerada de las mismas, por lo que la incidencia de hernias incisionales es mayor.
Conclusiones:


La etiopatogenia es multifactorial e incluye factores locales, sistémicos, factores que aumentan la
presión intra-abdominal y defectos en la síntesis y/o degradación de la colágena. (Evidencia 2-3.
Recomendación B).
Se puede influir en prevenir los factores locales, sistémicos y de aumentos bruscos de la presión
intra-abdominal. Poco se ha logrado aún para la prevención de los defectos del metabolismo del
tejido extracelular o mejorarlos en forma permanente. (Evidencia 2-3. Recomendación B)
16- Prevención:
Infección: Siendo esta la causa más frecuente para la aparición de hernias incisionales, su
profilaxis será un aspecto importante con las siguientes sugerencias;
b- Uso de profilaxis antibiótica solo cuando existan factores de riesgo (obesidad, diabetes,
desnutrición, antecedente de infección en plastia previa).
c- Evitar sangrado excesivo, pero sin un uso exagerado del cauterio
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d- Evitar contaminación mecánica de la herida o de la malla y hacer irrigación frecuente de
la herida para disminuir la cuenta bacteriana
e- Evitar períodos de hipotermia trans-operatorios que producen hipoxemia y
vasoconstricción tisular
f- Evitar espacios muertos en el espacio celular subcutáneo y el uso de hilos gruesos en el
mismo
g- Uso de drenajes cerrados por contra-abertura solo por el tiempo necesario
Error técnico: Los errores técnicos de cierre de pared se ocasionan generalmente al dejar al más
inexperto del grupo quirúrgico a que haga el cierre. Es importante que este se efectúe por el
cirujano principal para disminuir al máximo los defectos técnicos.
Tipo de incisión: En la actualidad deben evitarse incisiones verticales fuera de la línea media y
preferir las de la línea media, transversas y oblicuas.
Incisiones en el mismo sitio: De no poder evitar incidir sobre una herida anterior, el cierre de la
misma debe realizarse con estricta técnica y de considerarlo apropiado se utilizaran mallas con fines
profilácticos para el reforzamiento de la pared.
Obesidad: No hay una clara evidencia de que la disminución pre-operatoria de peso disminuya el
riesgo de hernia incisional en el paciente obeso. El cierre de estos pacientes deberá al igual que en
el punto anterior, realizarse con buena técnica y considerar el uso de mallas profilácticas.
Complicaciones pulmonares post-operatorias: En pacientes neumópatas es indispensable la
fisioterapia pulmonar y la medicación pre-operatoria, continuándola en el post-operatorio. Se debe
valorar el uso de malla profiláctica en caso de tosedores crónicos.
Ascitis y diálisis peritoneal: Los pacientes ascíticos deberán someterse a control medicamentoso
de su ascitis antes de cualquier cirugía electiva. En aquellos con diálisis peritoneal, esta se deberá
suspender previo a la cirugía y reiniciarse después de 24-48 hs. Siempre se valorará el uso de
mallas profilácticas.
Tabaquismo: Si se suspende esto deberá ser al menos 30 días antes de la cirugía. Se recomienda
fisioterapia pulmonar pre y post-operatoria y finalmente considerar el uso de mallas profilácticas
cuando el paciente vaya a continuar con el habito tabáquico.
Pacientes con factores sistémicos y trastornos del metabolismo del tejido extracelular: Se
procurará tener un control adecuado de cualquier patología concomitante previa al acto quirúrgico
cuando este sea electivo. De poder hacerlo se sugiere suspensión de esteroides, quimioterapicos,
radiaciones y/o inmunosupresores 3-4 semanas previas a la cirugía. Siempre hay que tener en mente
el uso de mallas profilácticas. En caso de pacientes conocidos como portadores de trastornos
metabólicos del tejido extracelular bien definidos o pacientes con hernias múltiples se recomienda
utilizar siempre mallas profilácticas en cualquier herida de laparotomía.
Conclusiones:


Al ser la infección un factor que aumenta la aparición de hernias incisionales, debe hacerse
profilaxis en pacientes con factores de riesgo. (Evidencia 4. Recomendación C)
Los pacientes a los cuales se les corrigen sus factores, locales, sistémicos y enfermedades
concomitantes tendrán menor oportunidad de desarrollar una hernia incisional. (Evidencia 4.
Recomendación C)
17- Indicaciones para cirugía:
1- Cualquier paciente que presente una hernia incisional debe ser considerado para reparación
quirúrgica abierta o laparoscópica de la misma desde el momento en que se le diagnostica.
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2- El tamaño del defecto herniario no es un factor de decisión ya que todas las hernias tenderán a
crecer aumentando la posibilidad de complicación. A menor tamaño del defecto herniario la cirugía
y la recuperación serán mejores, así como con un menor índice de recurrencias. La edad tampoco es
contraindicación formal para una cirugía reparadora.
3- Los pacientes que por sus padecimientos agregados graves se contraindique algún procedimiento
anestésico (incluyendo la anestesia local) o quirúrgico y aquellos en los que además se asocien
defectos monstruosos de la pared, multioperados, fístulas intestinales y/o perdida de dominio con
volúmenes abdominales muy pequeños (hernias con escenarios catastróficos) serán los únicos a los
que se les pudiera recomendar el no intentar un procedimiento de reparación con base en su
riesgo/beneficio.
4- Pacientes con defectos herniarios grandes (mayores de 15 cm de diámetro), pacientes con secuelas
de abdomen abierto contenido con separación importante de bordes de recto y pacientes con hernias
con pérdida de dominio siempre deberán tener preparación previa a su cirugía para obtener una
plastia adecuada. Las únicas técnicas de preparación afectivas actuales son el neumoperitoneo
preoperatorio progresivo, la infiltración de los músculos laterales del abdomen con toxina
botulínica tipo A y la asociación de ambos procedimientos.
5- La preparación con infiltración de toxina botulínica tipo A debe ser realizada al menos 4 semanas
antes de la cirugía para que tenga la mayor efectividad.
6- En hernias con pérdida de dominio no deberá intentarse la hernioplastia sin una preparación
preoperatoria adecuada tendiente a aumentar el volumen de la cavidad abdominal. El procedimiento
de elección será el neumoperitoneo progresivo preoperatorio por un período no menor a 21 días. Si
se asocia la preparación con infiltración con toxina botulínica, esta deberá aplicarse inicialmente y a
la cuarta semana iniciar el neumoperitoneo con menor tiempo de insuflación para lograr los mismos
resultados.
Conclusiones:





Todo paciente con hernia incisional es candidato a reparación abierta o laparoscópica sin que
influya el tamaño del defecto herniario, edad o padecimientos agregados no graves. (Evidencia 4.
Recomendación C)
Pacientes con defectos herniarios grandes, separación importante de rectos abdominales y pacientes
con pérdida de dominio, siempre deberán someterse a preparación preoperatoria. (Evidencia 4.
Recomendación A)
Los pacientes con defectos grandes son candidatos a ser infiltrados con toxina botulínica en el
preoperatorio. (Evidencia 3. Recomendación B)
Los pacientes con pérdida de dominio deberán tener una preparación previa con neumoperitoneo
progresivo preoperatorio por un período no menor a 21 días. (Evidencia 5. Recomendación B)
Solo en los pacientes catalogados como hernias con escenario catastrófico se podrá recomendar la
no intervención con base en su riesgo/Beneficio. (Evidencia 5. Recomendación D)
18- Posición de la malla:
1- Existen varios niveles de la pared abdominal en donde se puede colocar una malla para reparar
una hernia incisional, conocidas universalmente por su denominación anglosajona como a)
Sublay o Underlay (intra-peritoneal, pre-peritoneal, retro-muscular o pre-muscular subaponeurótica), b) Onlay (pre-aponeurótica), c) Inlay (suturada a los bordes del defecto) y d)
Mixta (Sándwich).
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a- Retro-muscular: Es la posición en que da menores índices de recidiva (<10%) por su
mecanismo de acción a manera de tapón aprovechando la presión intra-abdominal para su
posicionamiento firme. Esa puede tener diferentes modalidades de colocación y vías de acceso:
I. Intraperitoneal o IPOM, (Intra Peritoneal Onlay Mesh) ya sea por vía abierta o lo
más común por vía laparoscópica. Para esta se requiere de mallas separadoras de
tejido (con capa antiadherente a vísceras).
II. Pre peritoneal y/o retro muscular; La colocación de la malla se coloca
indistintamente de acuerdo a la facilidad técnica en el espacio retro muscular donde
hay aponeurosis posterior (arriba del arco de Douglas) o en el espacio pre peritoneal
donde no hay aponeurosis posterior (debajo del arco de Douglas). Lo más común es
que se utilice uno u otro espacio simultáneamente de acuerdo a la fibrosis y facilidad
de disección de los espacios en cada paciente en particular. La vía de acceso para su
colocación casi siempre es por vía abierta, aunque por laparoscopía se pueden
levantar colgajos peritoneales y/o de aponeurosis posterior para ser colocada en
estos espacios, con cierre posterior de los mismos.
III. Sub aponeurótica pre muscular, La malla se coloca por debajo de la aponeurosis
anterior sobre los músculos. Esta solo puede efectuarse cuando se involucra la línea
media y encontramos músculos rectos, además de que el defecto herniario no sea
muy grande, pues de lo contrario pierde estabilidad la malla. Otro inconveniente es
el que la disección de este plano es más traumática y sangrante que en el espacio
retro muscular.
b- Supra-aponeurótica: Es la colocación de la malla en forma supra-aponeurótica a manera de
parche, siempre por vía de acceso abierto y debe colocarse de preferencia después de haber
cerrado con tensión el defecto herniario. Involucra mayor disección de colgajos de piel y tejido
celular subcutáneo, lo que favorece infecciones, hematomas y seromas. Su efectividad es
parecida a la pre-peritoneal siempre y cuando se cierre el defecto herniario con suturas.
c- En los bordes del defecto: Es la colocación de una malla justo del tamaño del defecto y
suturada a sus bordes, sin cierre del defecto. Se efectúa siempre por vía de acceso abierto. Tiene
un alto índice de recidivas (comparado al de las plastias con tensión de cierre primario).
d- Mixta; Es la llamada técnica del “Sándwich” al colocar un segmento de malla pre-peritoneal,
retro-muscular, o intra-peritoneal y otro segmento supra-aponeurótico. El objetivo de esta es
con el fin teórico de dar mayor reforzamiento a la pared. Se prefiere en los casos donde hay
denervación muscular para endurecer por ambos lados la capa músculo-aponeurótica y evitar la
distensión por flacidez de un músculo denervado (algunas hernias lumbares, subcostales, etc.).
Conclusiones:



La posición de la malla que da menores menor índice de recidivas es la técnica de sándwich
seguida por la intra-peritoneal abierta o laparoscópica Posteriormente la pre-peritoneal o retromuscular. (Evidencia 2-3. Recomendación B).
La posición supra-aponeurótica deberá dejarse para casos especiales donde sea imposible tener
acceso a los otros espacios y siempre con cierre del defecto herniario. La posición suturada a los
bordes del defecto prácticamente debe abandonarse por su alta frecuencia de recidivas. (Evidencia
4,5. Recomendación C, D).
La posición mixta de la malla o de sándwich está indicada en zonas donde hay más masa muscular
que aponeurótica y donde exista denervación muscular, para producir un efecto extra de rigidez del
músculo. (Evidencia 5. Recomendación D).
19- Cierre del defecto o aproximación de la línea media
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1- Existe en la actualidad evidencia de series retrospectivas y prospectivas que demuestran que el
cierre del defecto herniario en cirugía abierta y laparoscópica debe realizarse en forma rutinaria
pues aumenta la efectividad de la plastia.
2- A favor de hacerlo se aduce: Restituir la funcionalidad y fisiología de la pared abdominal.
Disminuir el espacio muerto y por ende la aparición de seromas y hematomas en el saco
herniario. Mayor área de contacto de la malla con tejido músculo-aponeurótico lo que aumenta
la efectividad de la plastia con menor índice de recurrencias. Menor efecto de abombamiento
y/o expulsiones de mallas ligeras a través del defecto por su distensibilidad aumentada
(compliance)
3- A favor de no hacerlo se aduce: El cierre del defecto no necesariamente restituye la
funcionalidad y fisiología de la pared abdominal por ser estructuras dañadas y cicatriciales. Se
produce aumento innecesario de la presión intra-abdominal con restricción ventilatoria cuando
se realiza a mucha tensión y desgarro consecuente de la pared suturada como en las plastias
convencionales. Se produce aumento del dolor post-operatorio.
4- Cuando se decide hacer cierre del defecto o aproximación de línea media se podrá efectuar por
acceso abierto o endoscópicamente.
5- Podrá utilizarse para el cierre del defecto puntos simples o si existe exagerada tensión, utilizar
la Técnica de Separación de Componentes (Técnica de Ramírez) que considera la separación de
las capas laterales del abdomen para permitir un avance hacia la línea media de los músculos
rectos que al aplicarla en ambos lados del abdomen aporta hasta 20 cm de aproximación total,
llegando en ocasiones a un cierre total del defecto. No se recomienda está técnica sin la
utilización de un refuerzo de malla pues sola tiene una recurrencia del 30%.
Conclusiones:


No hay clara evidencia de que unir la línea media o cerrar el defecto herniario devuelva la
funcionalidad o fisiología normal a la pared abdominal. Hacerlo aumenta la superficie de contacto
de la malla con la pared abdominal aumentando la efectividad de la plastia, se disminuyen los
seromas y el abombamiento abdominal por la zona del defecto con el uso de mallas ligeras. Se
deberá evitar cuando exista demasiada tensión en los bordes al hacerlo. (Evidencia 5.
Recomendación D)
La técnica de reparación de componentes aporta un avance de los músculos rectos hacia la línea
media de hasta 20 cm para aproximar la línea media o cerrarla completamente, siempre utilizando
un refuerzo de malla para evitar recurrencias. (Evidencia 4. Recomendación C)
20- Indicación para mallas separadoras de tejido
1- Como su nombre lo indica, sirven para separar a los tejidos o vísceras del contacto directo con
la malla permanente y evitar adherencias, erosión y fístulas intestinales o viscerales.
2- Su uso es rutinario en reparaciones de hernias incisionales por vía abierta y laparoscópica con
colocación de malla intraperitoneal.
3- En cirugía abierta con técnica pre peritoneal y/o retro muscular donde hay orificios múltiples,
grandes pérdidas de saco peritoneal y no se cuenta con epiplón para usarlo como parche
aislante, estará indicada la colocación de una malla separadora de tejido para evitar contacto
directo del polipropileno con las asas intestinales.
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4- La malla separadora de tejido o antiadherente ideal es la que está compuesta por material
permanente de tipo monofilamento, macroporo y ligero, con buen poder de integración a la
pared abdominal, y el material antiadherente sea de tipo laminar (sin intersticios) y no
permanente (absorbible) con buen poder antiadherente para estar en contacto con las asas
intestinales.
5- El uso de estas mallas no está justificado si no habrá contacto directo de la malla con las
vísceras cuando se utiliza la vía supra-aponeurótica (onlay), técnica pre-peritoneal o retromuscular. Tampoco deberán utilizarse en campos infectados. El colocarlos en campos
contaminados dependerá de los materiales de que esté construida la malla y el grado de
contaminación.
6- Existen sustancias en presentación de gel, spray o liquidas que tienen propiedades
antiadherentes bien comprobadas como el sellante de fibrina (liquido) y la carboximetilcelulosa
con ácido hialurónico (gel) que se puede agregar para prevenir igualmente las adherencias al
material de fijación (suturas y grapas) en cirugía laparoscópica o a segmentos pequeños de
malla que vayan a quedar en contacto con las asas intestinales cuando en cirugía abierta, el
peritoneo no esté completamente cerrado o existan áreas con pérdida de peritoneo.
7- Las mallas con antiadherente no impiden las adherencias viscerales totalmente. La mayoría
sigue produciendo adherencias, aunque en menor cantidad y más laxas.
Conclusiones:



Es imperativo el uso de una malla antiadherente cuando esta quedará en contacto con vísceras o
asas intestinales para evitar complicaciones de adherencias y erosiones viscerales. (Evidencia 2.
Recomendación B)
No se ofrece ninguna ventaja de utilizar mallas antiadherentes cuando no habrá contacto de ésta con
alguna víscera. Por el contrario se considera un desperdicio de recurso. (Evidencia 4.
Recomendación B)
Ninguna malla antiadherente evita completamente las adherencias viscerales a la misma. Solo las
disminuye en número y en firmeza. (Evidencia 2. Recomendación B)
21- Materiales protésicos por técnica:
21.1- Técnica abierta no intraperitoneal
1- El material de elección por costo/beneficio para la reparación de una hernia incisional por vía
abierta sin contacto con vísceras (técnica de Chevrel, pre aponeurótica u Onlay. Técnica de
Rives/Stoppa pre peritoneal y/o retro muscular) es el polipropileno ligero asociado a un material
absorbible como polidioxanona o poliglecaprone (mallas ligeras parcialmente absorbibles).
2- Si al efectuar los procedimientos anteriores quedan áreas sin cubierta peritoneal y no se puede
aislar la malla con un parche de epiplón, colgajo o peritoneo libre, etc. se deberá utilizar una
malla separadora de tejido. Otra opción es utilizar algún gel o sustancia antiadherente como
carboximetilcelulosa + ácido hialurónico o sellante de fibrina.
3- Los materiales de fijación para las técnicas anteriores deben ser idealmente monofilamentos y
de absorción lenta.
21.2- Técnica Intraperitoneal abierta o laparoscópica
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1- Al realizar la técnica abierta o laparoscópica intraperitoneal (IPOM abierto o laparoscópico), el
material de elección deberá ser una malla separadora de tejidos o antiadherente para evitar la
formación de adherencias o fistulizaciones a vísceras. Idealmente se debe buscar la
combinación perfecta de una capa de material permanente con buena integración a pared
abdominal por el lado parietal y una capa por el lado visceral de un material antiadherente
laminar de permanencia temporal que permita la neo-peritonización protectora, previo a su
absorción.
2- Los materiales de fijación ideales son de igual forma monofilamentos, de absorción lenta
cuando se utiliza una malla con buena integración a pared o inabsorbibles cuando la malla
elegida no tenga buena integración. Grapas idealmente reabsorbibles o en su defecto metálicas
con la menor cantidad de material fuera de la malla, en exposición directa con las vísceras. Por
lo general su uso es mixto.
Conclusiones:

La elección de la malla va de acuerdo a la técnica, vía de acceso y características del defecto
herniario. Se tendrá preferencia por las ligeras macroporo en cirugías sin contacto visceral y se
adicionara una capa antiadherente cuando si tenga contacto visceral, independientemente de la vía
de acceso. (Evidencia 3. Recomendación C)
22- Conducta frente a la contaminación
22.1- Lesión visceral
1- La víscera que se lesiona con mayor frecuencia durante las hernioplastias es el intestino,
seguido por la vejiga. Puede ser agudo al momento de la disección roma y cortante, con o sin
electricidad, o tardío por quemadura térmica que abre 2 a 4 días después. Cualquiera de las dos,
de pasar desapercibidas producirán cuadro de peritonitis y sepsis severa.
2- Su profilaxis es efectuando disecciones cuidadosas y evitando uso de cualquier tipo de energía
ante la duda de si existen asas intestinales en la disección, para prevenir enterotomías o
perforaciones tardías.
3- Si se detecta una enterotomía durante el acto quirúrgico y no hay mayor contaminación se
considera una conducta correcta suturar la perforación o enterotomía, lavar o limpiar, y seguir
con el procedimiento y aplicación de la malla, sugiriendo el uso de una prótesis macroporosa y
ligera. Idealmente se evitarán materiales microporosos susceptibles de ser fácilmente
colonizados.
4- De existir duda en cuanto a la intensidad de la contaminación se puede cerrar la perforación,
lavar y abortar el procedimiento, difiriendo la plastia por 7 a 10 días, re interviniendo para la
realización de la misma, tanto si lo hacemos abierto o laparoscópico. La opción de una plastia
con tensión sin malla es una alternativa en el momento de la complicación, teniendo en cuenta
su alto índice de recidiva. El uso de mallas biológicas nos ofrece la ventaja de una tolerancia de
estas a las áreas contaminadas pero su evolución a largo plazo y recidivas son altas.
5- En caso de contaminación franca se hará cierre de la víscera (abierto o laparoscópico) y se
difiere la plastia hasta la resolución completa de la perforación y peritonitis.
6- De presentarse una perforación tardía se efectuará re intervención por la vía de preferencia con
lavado de cavidad, reparación de la perforación. De haber contaminación menor y tener malla
macroporo dejar esta en su lugar. En caso de tener malla microporo lo recomendable es
retirarla. De haber contaminación mayor o infección franca, siempre es recomendable retirar
cualquier tipo de malla.
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22.2- Proceso séptico
1- Cuando tenemos un paciente con un abdomen agudo por una sepsis abdominal y un gran
defecto herniario, no colocamos mallas sintéticas. En estos casos, y dependiendo del escenario,
se resuelve el proceso agudo (apendicitis, perforación visceral, oclusión intestinal) y se puede
optar de acuerdo a las condiciones del paciente por diferir la plastia como la mejor opción.
Efectuar un cierre primario, o si se dispone, una malla biológica siempre implican un riesgo alto
de perpetuar la infección y recidiva.
Conclusiones:



Contaminación menor: Sutura de la enterotomía, lavado y continuar el procedimiento de reparación
herniaria. (Evidencia 5. Recomendación D)
Contaminación mayor: Sutura de la enterotomía, lavado y diferir la reparación. (Evidencia 5.
Recomendación D).
Contaminación tardía: lavado de cavidad reparación de perforación o fuente de contaminación.
Retiro de malla si hay contaminación mayor. Siempre se deberá retirar la malla si se usó material
microporo. (Evidencia 4. Recomendación B).
23- Complicaciones post-operatorias
23.1- Seroma:
1- Es la más frecuente de las complicaciones con rangos del 5 al 20%. Su presentación se
incrementa en las hernias con defecto mayor a 6 cm, en las laparoscópicas que no cierran el
defecto herniario, cuando se deja mucha superficie de contacto entre la malla y el tejido celular
subcutáneo como en las mallas supra-aponeuróticas (onlay)y cuando se utilizan mallas
microporo laminares (PTFEe).
2- Su profilaxis consiste en realizar la menor disección posible de colgajos de piel y TCS en
plastias abiertas, preferir la colocación de la malla pre-peritoneal o retro-muscular, evitar
espacios muertos, drenajes en los casos adecuados y vendajes compresivos en el postoperatorio.
3- Diversas series comparativas reportan que no hay disminución estadísticamente significativa de
la frecuencia de seromas cuando se utilizan drenajes en forma rutinaria.
4- Hay consenso en que la conducta debe ser expectante hasta por 8 a 12 semanas de no haber
molestias clínicas de dolor, o que no tienda al crecimiento. Si no se reabsorbe o drena
espontáneamente, se punciona o drena en forma abierta, siempre con los máximos cuidados de
asepsia, dejando si lo requiere tubos de drenaje cerrado, antibioticoterapia profiláctica y
vendajes compresivos.
5- En su forma crónica o encapsulada (seromas quístico) se deberá efectuar un drenaje amplio y
extirpación de su capsula y detritus, haciendo un cierre simple de TCS y piel con drenaje.
23.2- Hematoma:
1- Es una complicación rara en laparoscopía. Por vía abierta está en relación a la extensión de la
disección. En pacientes anti coagulados, cirróticos o tomadores crónicos de aspirina es una
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complicación frecuente. En el post-operatorio los vómitos, náuseas extremas o accesos de tos
pueden condicionar un sangrado de un vaso mal ligado o no coagulado en el trans-operatorio.
2- Su profilaxis está en la corrección de trastornos hemorragíparos previo a la cirugía. Hemostasia
adecuada con cauterio y/o ligadura, en especial de las ramas perforantes. Evitar elevaciones
bruscas de la presión abdominal en el post-operatorio como vómitos o tos intensa.
3- El manejo es igual al del seroma, dejando la evacuación de coágulos cuando es un hematoma de
gran magnitud. Su drenaje igualmente es con altas medidas de asepsia, drenaje y
antibioticoterapia profiláctica.
23.3- Hemoperitoneo:
1- Es rara su presentación en cirugías abiertas, ocasionado por falta de control en la hemostasia de
liberación de bridas intestinales o de epiplón. En cirugía laparoscópica a lo anterior se agrega el
sangrado post-operatorio de puertos laparoscópicos. Los pacientes anti coagulados o tomadores
crónicos de aspirina, aumentan las posibilidades de este problema
2- La profilaxis de este problema es la hemostasia minuciosa de las zonas de adherenciolisis de
epiplón o vísceras. Los puertos laparoscópicos deberán siempre verificarse previo a la salida de
los trocares.
3- Si fue cirugía abierta, se efectuará laparotomía para evacuar sangre y coágulos así como el
control del sangrado. Si la cirugía fue laparoscópica, se pueden reintroducir los trocares por las
mismas incisiones previas y evacuar coágulos, lavado y control del sangrado.
23.4- Dolor post-operatorio prolongado:
1- El dolor post-operatorio inmediato de la pared abdominal está relacionado con el proceso de
inflamación de la herida y su disección, con la colocación de puntos transmurales (transcutáneos o transfaciales). En la reparación laparoscópica se agrega, la distensión muscular por
el neumoperitoneo, lesión del peritoneo parietal al momento del corte o cauterización de
adherencias, la colocación de grapas de fijación y la presencia misma de la prótesis intraperitoneal. Su forma crónica no es tan común como la inguinodinia, pero por lo general está
relacionada con atrapamiento de filetes nerviosos entre los puntos transmurales y rara vez por la
colocación de una grapa sobre dichos nervios.
2- Tanto la cirugía abierta como la laparoscópica de hernia ventral, no son cirugías libres de dolor,
por lo tanto se debe informar al paciente de la presencia de dolor de pared abdominal en el postoperatorio. Si se tiene la necesidad de colocación de puntos transmurales se deberán pasar y
anudar en forma transversal más que longitudinal para disminuir la posibilidad de atrapamiento
de filetes nerviosos. Su anudado no debe ser con excesiva fuerza. Se usará de preferencia
materiales de absorción lenta para evitar permanencia continua. Los materiales de grapado
deberán ser lo menos traumáticos posibles y de preferencia en la actualidad con grapas
reabsorbibles.
3- Se administrará analgesia adecuada para las primeras 12 a 24 hs posterior a estos
procedimientos. En su forma crónica no incapacitante, las infiltraciones con esteroides y
anestésicos pueden mejorar la sintomatología. Cuando se confirma que es por un punto
transmural y este se dio con material no absorbible hay necesidad de retirar el punto por medio
de una incisión pequeña en el punto doloroso. Con las grapas el problema es mayor pues no hay
forma de saber cuál es la causante y entrar laparoscópicamente a retirarlas es un procedimiento
laborioso.
23.5- Oclusión intestinal:
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1- Su presentación en cirugías abiertas es cuando no se abre el saco e inspeccionan las asas
intestinales, aunque esto no debe hacerse de rutina si no hay antecedentes obstructivos. En
cirugía laparoscópica donde rutinariamente se liberan las adherencias viscerales a la pared
abdominal sus causas pueden ser; formación de nuevas adherencias intestinales, introducción de
un asa a través de un puerto laparoscópico, introducción de un asa entre la pared abdominal y
una malla mal fijada.
2- La prevención será el efectuar una revisión de cavidad con apertura del saco en las reparaciones
abiertas cuando hay antecedentes de cuadros oclusivos o sub-oclusivos y en la laparoscópica, un
cierre adecuado de puertos laparoscópicos mayores de 5 mm, así como una fijación adecuada de
la malla sin dejar espacios holgados que pudieran permitir la introducción de un asa entre esta y
la pared abdominal.
3- El tratamiento debe seguir las normas y lineamientos de los cuadros oclusivos de cualquier
etiología, abordando por la vía en que se realizó el procedimiento de reparación.
23.6- Fístula enterocutánea:
1- En la actualidad es una complicación poco frecuente por el tipo de materiales utilizados. Están
ocasionados por el contacto de asas intestinales con la malla (polipropileno o dacrón) si fueron
utilizadas como único material en contacto con las vísceras. Con las mallas separadoras de
tejido existe riesgo cuando se dejan expuestas las fibras de polipropileno o dacrón al recortar la
malla o cuando lesionamos la capa antiadherente en las maniobras de introducción de la malla
por los puertos laparoscópicos.
2- En la actualidad no es adecuado el uso de mallas sin capas antiadherentes en contacto con las
asas intestinales. Si hay duda de contacto directo se deberá implementar un aislamiento con
parche de epiplón o de peritoneo en cirugía abierta. En la vía laparoscópica se tomará
precaución extrema a la introducción de la malla por los puertos tomando esta con el grasper
por su cara parietal para no dañar la capa visceral, agrandando el puerto laparoscópico o
envolviendo a la malla en un plástico para su fácil introducción. Siempre hay que verificar si la
malla que queremos seccionar deja o no expuestas sus fibras de polipropileno.
3- El tratamiento al igual que las oclusiones debe seguir los lineamientos de cualquier fístula
enterocutánea.
23.7- Desplazamiento de la malla:
1- No es una complicación rara. Origina recidiva herniaria y puede ser temprana por
desprendimiento o tardía por desplazamiento gradual. Siempre está originada por fijación
deficiente de la misma.
2- Su profilaxis se logra extremando los cuidados en la fijación de la malla, especialmente en la
reparación por vía laparoscópica. Se recomienda siempre colocar 4 puntos trans-murales en
mallas con buena integración a pared y de 8 a 16 puntos cuando tiene mala integración a pared.
Existen grupos que solo colocan una doble hilera circunferencial de grapas (doble corona), una
rodeando el anillo fibroso y la otra en la periferia de la malla intra-peritoneal con buenos
resultados aun en mallas con pobre integración.
3- Cuando ha provocado una recidiva se la tratará con otra malla correctamente ubicada y fijada, sin
que sea necesario extirpar la anterior.
23.8- Hernia por puerto de trocar laparoscópico:
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1- Es una complicación que se presenta con el antecedente de una reparación laparoscópica
ocasionada por la falta de cierre o cierre inadecuado de orificios de trocares mayores a 5 mm y
ocasionalmente en menores.
2- Su profilaxis consiste en un cierre adecuado de todos los orificios de trocares mayores a 5 mm
que incluyan todas las capas de la pared abdominal, en los menores de 5 mm en pacientes con
factores de riesgo de herniosis franca y en aquellos puertos que se tuvieron que extender o cuando
se utiliza técnica mano-asistida o puerto único.
3- El tratamiento es el de que se le da a cualquier hernia incisional
Conclusiones:

Las complicaciones postoperatorias de una reparación de hernia incisional se presentan con una
frecuencia del 5 al 15% en la mayoría de las series publicadas, independientemente de los
materiales y las vías de acceso. (Evidencia 2. Recomendación B)
 La única forma de llevar a una cifra inferior de complicaciones es la prevención de las mismas con
la preparación adecuada del paciente, una elección de material protésico y de fijación específica a
cada caso en particular y cuidado con los detalles técnicos. (Evidencia 3. Recomendación B)
 El manejo de las complicaciones no difiere de la forma convencional en que se realiza con otros
procedimientos. (Evidencia 3. Recomendación B)
24- Conducta ante la infección de herida y de prótesis
24.1- Presentación clínica
1- Su frecuencia aceptada se ha calculado en las diferentes series entre el 3 al 14% cuando no hay
antecedente de una infección en las cirugías de laparotomía o hernioplastias previas y hasta un
12 – 45% cuando se tiene el antecedente de una infección en una cirugía previa en la misma
región.
2- Se define como infección la presencia en la herida de calor, rubor, tumor y dolor acompañado
de un síndrome febril con exudado purulento dentro de la herida,
3- Existen dos formas de presentación de una infección post-operatoria: a) Aguda temprana (peri
operatoria) 5 a 30 días de la cirugía y la presentación tardía, después de 30 días de la cirugía sin
tener límite temporal de aparición. b) Crónica con granulomas, fistulizaciones, mallas
colonizadas, erosión de piel o extrusión de malla infectada.
4- La forma aguda puede ser una infección superficial, afectando solo piel y tejido celular
subcutáneo (TCS) sin compromiso de la prótesis, o profunda cuando afecta, además de los
planos anteriores, el espacio donde está colocada la malla involucrándola en el proceso
infeccioso.
5- La forma aguda tardía por lo general tiene su origen en la malla y se trata de una infección
profunda.
6- Las infecciones agudas pueden evolucionar a una forma crónica con colonización de la malla.
Las formas crónicas aparecen en períodos variables de tiempo en el post-operatorio y se
manifiestan como granulomas agudos iniciales que dejan trayectos fistulosos de piel a la malla.
Otra presentación es aquella en la que la malla erosiona la piel y se infecta posteriormente
quedando colonizada.
24.2- Factores predisponentes
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1- No hay evidencia clara de que el uso de una prótesis de malla bien manejada, aumente el riesgo
de infección de herida en una reparación herniaria. El manejo inadecuado de las mallas produce
contaminación bacteriana de la misma, quedando con capacidad para colonizarse
posteriormente.
2- Los factores predisponentes relacionados con el paciente que favorecen las infecciones son;
Obesidad, Diabetes, enfermedades inmunosupresoras, edad avanzada, desnutrición, tabaquismo
y antecedente de infección de la herida quirúrgica previa en el sitio de la hernia.
3- Las mallas tienen predisposición a la infección de acuerdo a la estructura de sus poros, siendo
muy susceptibles de hacerlo las laminares microporo (PTFEe), en menor proporción las
micro/macroporo (Dacrón) y finalmente las más resistentes a la infección y colonización son las
macroporo (poros mayores de 75 micras) como el polipropileno monofilamento.
4- Factores relacionados con el manejo inadecuado de la malla: Apertura de la malla con mucha
antelación a su colocación en el paciente, colocación de la malla sobre compresas quirúrgicas
que dejan adheridos a la malla pequeños filamentos de algodón que producen reacción a cuerpo
extraño y son microporo. Uso de mallas re-esterilizadas en forma inapropiada. Contacto
frecuente de la malla con la piel del paciente durante su colocación.
5- Factores locales, relacionados con la técnica quirúrgica incluyen; Grandes áreas de disección,
dejar zonas con detritus, quemaduras por cauterio extensas, abundante material de sutura, o
dejar espacios muertos al momento del cierre, presencia de granulomas con o sin suturas de
cirugías previas, tubos de canalización mal cuidados y finalmente contaminación local por
perforación visceral (intestino o vejiga), hernias estranguladas o incarceradas con liquido libre
que presenten ya translocación bacteriana.
6- Un factor importante es la influencia del ambiente hospitalario en particular, donde existe un
determinado porcentaje de infecciones, cepas bacterianas intrahospitalarias distintas y
condiciones de trabajo diferentes. Todo esto se tiene que valorar en forma independiente.
24.3- Profilaxis
1- La principal profilaxis es el cuidado extremo en los pasos del preoperatorio en el paciente
(rasurado previo a la cirugía, adecuado lavado de la región), en el manejo de la malla antes y
durante su colocación, a los detalles técnicos de la cirugía y de los factores ambiéntales durante
el procedimiento.
2- Los estudios comparativos aleatorizados demuestran ventajas del uso de profilaxis en este tipo
de cirugía al disminuir su incidencia, en especial cuando se tiene el antecedente de infección
previa sobre la herida que volveremos a incidir.
3- Se indicará profilaxis antibiótica sistémica preoperatoria 30 a 60 minutos previos a la
intervención, a todo paciente que sea sometido a hernioplastia incisional.
4- La elección del antibiótico profiláctico va de acuerdo con las condiciones y cepas existentes en
cada hospital. Los más utilizados en forma general son las cefalosporinas y quinolonas de 2da o
3ra generación.
5- La profilaxis local utilizando solución de irrigación con antibiótico en el momento de la cirugía
no tiene evidencia clínica de efectividad pero su uso se efectúa en pacientes con factores de
riesgo, además del antibiótico sistémico.
6- En cuanto a la vía de abordaje, el acceso laparoscópico disminuye en forma considerable la
aparición de infecciones de herida (1-2%).
24.4- Tratamiento
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24.4.1- Manejo general de la herida
1- El manejo de una infección superficial es con observación y antibióticos a criterio del cirujano
en caso de no haber formación de absceso. Si no involuciona y se produce colección purulenta
se hará desbridación de la zona infectada o abscedada evitando contaminación del sitio donde se
implantó la malla
2- Aseo diario de la herida una o dos veces por día con solución fisiológica o soluciones hiperoxigenadas ionizadas hasta granulación o cierre por segunda intención. Evitar antisépticos
irritantes.
3- En infecciones profundas que involucran a la malla se manejan de acuerdo a la presencia o no
de datos clínicos y laboratoriales de sepsis generalizada.
4- Sin datos de sepsis: Desbridación amplia del absceso, lavado de la herida y valoración de la
integridad de la malla. Antibiótico solo a criterio del cirujano pero se recomienda utilizarlo solo
en casos de factores de riesgo ya mencionados en otros capítulos. Aseo diaria una o dos veces
por día hasta granulación e integración con tejido de granulación de toda la malla.
Posteriormente se podrá hacer cierre por segunda intención. Si se realiza antes de que este bien
cubierta la malla con tejido de granulación, tienen la tendencia a re-infectarse.
5- Con datos de sepsis: Desbridación amplia del absceso, lavado de la herida y valoración de la
integridad de la malla. Antibiótico rutinario, inicialmente de 3ra o 4ta generación. Es
recomendable el retiro rutinario de la malla pero estará supeditado a criterio del cirujano.
Manejo en UCI si hay descompensación hemodinámica. Cuidados generales de herida igual que
en caso anterior.
6- De controlarse la infección en cualquier caso y la malla bien posicionada, o si se retiró, se
esperará su incorporación por granulación y resolución de la herida abierta. Todos los pacientes
requieren seguimiento a largo plazo para verificación de la integridad de la plastia y aparición
de recidivas.
24.4.2- Criterios para conservar o retirar la prótesis
1- En infecciones agudas, las mallas macroporo y micro-macroporo de estar adecuadamente fijas
en su sitio, deberán conservarse y efectuar lavados diarios con soluciones no irritantes a los
tejidos. Las mallas laminares microporosas siempre deberán retirarse aunque se encuentren bien
posicionadas por su poca tolerabilidad a la infección.
2- Las mallas macroporosas que estén sueltas, arrugadas (meshomas) o fuera de su posición
original deberán retirarse.
3- Si se retira una malla en el cuadro agudo, no deberá intentarse ningún procedimiento de cierre
del defecto en ese momento. Se espera la resolución del cuadro y la reaparición de la hernia con
una reparación posterior en 3 a 6 meses. Es cuestionable el uso de mallas biológicas en
infecciones francas pues su tendencia será a infectarse a pesar de su característica de tolerar
áreas contaminadas.
4- La aparición de una infección aguda tardía o una de tipo crónico implica siempre la
colonización de la malla por lo que el tratamiento será el retiro del material protésico junto con
los elementos de fijación que existan (suturas no absorbibles y grapas), así como sus trayectos
fistulosos si existieran.
5- En los casos de infección crónica la malla se retirará siempre en forma sistemática. Al retirar la
malla se puede optar por varias conductas: a) No hacer en ese momento ningún intento de
reparación nueva, dejando que reaparezca la hernia y operando en forma diferida de 3 a 6 meses
posteriores, b) Intentar un cierre del defecto simple con tensión con una frecuencia de recidiva
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del 75% y c) De acuerdo al grado de contaminación en ese momento realizar una nueva
reparación con malla, tomando medidas profilácticas para evitar su reinfección (malla
macroporo, ligera, antibiótico sistémico y local, parches de colágena/antibiótico, etc.).
Conclusiones:
1- De no existir factores de riesgo, la aplicación de mallas de polipropileno macroporosas en las
reparaciones herniarias no aumentan la posibilidad de una infección de herida. (Evidencia 1.
Recomendación A)
2- Existen factores de riesgo bien establecidos, tanto locales, del paciente, del manejo de la
prótesis y del medio ambiente, favorecedores de la aparición de una infección que debe oscilar
entre el 3-14% de todas las reparaciones de hernias incisionales. (Evidencia 2. Recomendación
B)
3- La vía de acceso laparoscópico disminuye en forma importante la presencia de infecciones de
herida quirúrgica, aunque no evita la contaminación de la malla por mal manejo de la misma.
(Evidencia 3. Recomendación B)
4- La profilaxis antibiótica no ha probado tener evidencia de evitar o disminuir la frecuencia de
infecciones en pacientes sin factores de riesgo (Evidencia 1. Recomendación A). Sin embargo
en pacientes con factores de riesgo, condiciones hospitalarias no ideales y como protección
meramente legal en pacientes sin factores de riesgo, es conveniente la aplicación de profilaxis
antibiótica sistémica y/o local. (Evidencia 5. Recomendación D)
5- Las infecciones agudas se manejan en la forma convencional sin retiro de la malla si esta es
macroporosa y se encuentra en posición adecuada y correctamente fijada. Las mallas microporo
siempre deberán retirarse por su fácil colonización. En infección crónica el retiro de malla es
obligado independientemente del tipo de la misma. (Evidencia 4. Recomendación C)
6- El retiro de una malla, siempre nos llevará a la reaparición de la hernia. Su reparación inmediata
o diferida dependerá de las condiciones del paciente, el área quirúrgica y la experiencia del
cirujano en este tipo de casos. (Evidencia 5. Recomendación D)
7- No hay consenso en cuanto al tiempo de espera para re operar a un paciente con colocación de
nueva prótesis, después de que esta se retiró por una infección. (sin consenso)
25- Certificación y capacitación en cirugía herniaria
1- No existe en la actualidad la figura Académico-Universitaria del Herniologo como subespecialidad quirúrgica de la Cirugía General, aunque en la práctica diaria el especialista en
hernias se encuentra bien definido por la afinidad y el gusto por el estudio y tratamiento de la
patología de la pared abdominal como único campo de la práctica clínica de ciertos Cirujanos
Generales.
2- Esta afición por el tratamiento de la pared abdominal y su dominio se adquiere a través de la
práctica diaria y exclusiva de enfermos con hernias, asistencias a congresos específicos de pared
abdominal y la afiliación a asociaciones de hernia.
3- En cirugía abierta de la hernia de pared abdominal, la gran mayoría de los nuevos
procedimientos quirúrgicos, son realmente adaptaciones de las operaciones estándar por lo cual
no requieren de un entrenamiento riguroso adicional. Se puede obtener su conocimiento con la
lectura de la técnica y la observación del procedimiento en un video. El viejo dicho “See one,
Do one, Teach one” se ha aplicado a través de los años en las cirugías abiertas.
4- El Diplomado es el documento Universitario oficial que certifica que se ha completado un
conocimiento actualizado en una determinada área de una especialidad. Estos Diplomados
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pueden ser solo teóricos sin experiencia práctica o Teórico/prácticos los cuales implican
entrenamiento limitado para realizar procedimientos abiertos e insuficiente para los
laparoscópicos.
5- La introducción de técnicas laparoscópicas para la reparación de las hernias hace que se utilicen
nuevos accesos, instrumentos y maniobras para su ejecución que ameritan un entrenamiento
formal y diferente a las abiertas. Las técnicas de reparación herniaria por laparoscopia se ubican
dentro de la Cirugía Laparoscópica Avanzada, lo que significa que la curva de aprendizaje es
más prolongada que en técnicas básicas y las habilidades manuales requeridas son mayores.
6- La curva de Aprendizaje es el periodo necesario de entrenamiento supervisado para disminuir al
máximo las complicaciones del procedimiento. Es la razón de los Programas de Residencia
Quirúrgica a nivel Mundial. La capacitación de los residentes de cirugía general en las técnicas
de cirugía laparoscópica avanzada actualmente no está contemplada en su residencia por lo cual
es necesario su entrenamiento posterior a la residencia quirúrgica. Varios estudios han
demostrado que cirujanos que realizaron procedimientos solo con un curso de entrenamiento de
introducción, tuvieron mayores complicaciones que aquellos que realizaron un entrenamiento
adicional práctico antes de iniciar los procedimientos.
7- Los centros de entrenamiento en Estados Unidos realizan un año de formación para cirugía
laparoscópica avanzada porque es difícil obtener un adecuado número de casos supervisados en
todos los procedimientos de cirugía laparoscópica avanzada que incluyen Nissen laparoscópica,
esplenectomía laparoscópica, herniorrafias inguinales y ventrales, colectomías laparoscópicas,
adrenalectomía laparoscópica, hepatectomía laparoscópica, pancreatectomía distal
laparoscópica, destechamiento de quiste hepático laparoscópico y cirugía bariátrica por
laparoscopía. El obtener un número de casos significativo en todos éstos procedimientos
comprende un tiempo significativo para lograrlo. Debido a esto, muchos recomiendan un año
para obtener un número significativo de casos. Este tiempo es para acreditarlo en las diferentes
patologías que se pueden hacer por Cirugía Laparoscópica Avanzada.
8- Si nos concentramos en un solo procedimiento laparoscópico avanzado como es el caso
Herniorrafia Incisional Laparoscópica, el tiempo necesario para poder acreditarse en éste
procedimiento se acorta notablemente.
9- Por lo anterior el mejor modelo que se propone para América Latina para el aprendizaje de la
cirugía laparoscópica de la hernia incisional seria:
a. Requisitos Previos: Cirujano General Certificado. Experiencia en Cirugía abierta de
hernia incisional y Experiencia en Cirugía Laparoscópica Básica
b. Curso Teórico/Práctico de al menos una semana de duración compuesto por revisión de
Videos, Práctica en Simuladores mecánicos, animales de laboratorio y Simuladores
Virtuales.
c. Asistencia quirúrgica a un número importante de cirugías (aprox. 20 casos) en Centros
de Alto Volumen con Cirujanos expertos en Cirugía Laparoscópica Avanzada, en éste
caso en Herniorrafia Incisional Laparoscópica. Es importante ir a centros de alto
volumen en los cuales pueden asistir a un número alto de cirugías en un tiempo
relativamente corto
d. Tutoría en los primeros 10 casos de Cirugía Laparoscópica Avanzada, en éste caso en
Herniorrafia Incisional Laparoscópica. El número de intervenciones a realizar de forma
tutorial varía según la habilidad laparoscópica personal demostrada, pero por término
medio se cifran en unos 10 procedimientos. La experiencia previa en Cirugía
Laparoscópica Básica y en otros procedimientos de cirugía laparoscópica avanzada
puede acortar la curva de aprendizaje.
10- La Regulación así como las Normas y Reglamentos deben llevarla a cabo la Sociedad
Quirúrgica o de Hernia junto con la Universidad correspondiente de cada país. Debe haber
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coordinación entre los Hospitales y las Sociedades Quirúrgicas o Asociaciones de Hernias
correspondientes para que se brinde la lista de cirujanos acreditados para realizar éstas técnicas.
Las Sociedades Quirúrgicas y/o de Hernias deben llevar una regulación adecuada que incluye el
número de procedimientos y sus complicaciones de cada cirujano entrenado en éstas técnicas.
La acreditación debe ser validada con los resultados quirúrgicos obtenidos.
11- Si un cirujano presenta muchas complicaciones, la Sociedad Quirúrgica o sociedad de Hernia,
deben solicitar una re acreditación para el cirujano. Solo con una regulación por parte de las
Sociedades Quirúrgicas correspondientes nuestros métodos de acreditación serán adecuados.
Conclusiones:
1- Aun no existe la figura establecida de herniologo como sub-especialidad quirúrgica.
2- Para acreditar a un Cirujano en técnicas nuevas de hernioplastia incisional abierta parece ser
suficiente con cursos de actualización, talleres, un Diplomado teórico-práctico y pertenecer a
una sociedad o asociación dedicada al tratamiento de las hernias.
3- Para la acreditación de un Cirujano en técnicas de reparación herniaria incisional se requiere un
entrenamiento formal que incluya Experiencia en cirugía laparoscópica básica, Cursos
teórico/prácticos al menos de una semana de duración con sesiones de video, práctica en
simuladores y en animales de experimentación, Asistencia quirúrgica de al menos 20 casos y
realización de al menos 10 hernioplastias incisionales laparoscópicas con tutoría.
4- La Regulación así como las Normas y Reglamentos deben llevarla a cabo la Sociedad
Quirúrgica o de Hernia junto con la Universidad correspondiente de cada país. Las Sociedades
Quirúrgicas y/o de Hernias deben llevar una regulación adecuada de cada cirujano entrenado en
éstas técnicas. La acreditación debe ser validada con los resultados quirúrgicos obtenidos.
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FLUJOGRAMA PARA HERNIA
INCISIONAL
PRIMARIA
RECIDIVANTE
TIENE MALLA
PREVIA
MEDIAL
LATERAL y/o
BORDE OSEO
SI
IMC > 35
IMC < 35
MEDIAL
RIVES
Prolene
pesado
NO
RIVES
Parcialmente
absorbible
LATERAL
LATERAL
IMC > 35
MEDIAL
IMC < 35
IPOM (abierto o
laparoscopico)
Malla Separadora
de tejidos
RIVES
Prolene
pesado
RIVES
Parcialmente
absorbible
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26- BIBLIOGRAFÍA
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27- Participantes de las guías:
Participantes Nacionales AMH:
Dr. Juan Carlos Mayagoitia González
Dr. Héctor Armando Cisneros Muñoz
Dr. Ángel Martínez Munive
Dr. Ricardo Blas Azotla
Dr. Rigoberto Álvarez Quintero
Dr. Luis Roberto Ramírez Mancillas
Dr. Gerardo Gil Galindo
Dra. Adriana Hernández López
Dr. Oscar Olivares Ontiveros
Dr. Arturo Vázquez-Mellado Díaz
Colaboradores extranjeros
Argentina:
 Dr. Claudio Iribarren
 Dr. Claudio Brandi
Guías de práctica clínica para Hernias de la Pared Abdominal
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Brasil:
 Dr. Julio C. Beitler
 Dr. Ricardo Zugaib Abdalla
Colombia:
 Dr. Erwin Rodríguez García
Panamá:
 Dr. Rafael Reyes Richa
 Dr. Javier Díaz
Venezuela:
 Dr. Andrés Hanssen
AMH