Download Alteraciones de la mama
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Capítulo 545 Alteraciones de la mama & e545-1 DESARROLLO ANORMAL DESARROLLO MAMARIO a El desarrollo mamario comienza alrededor de la 5. semana de gestación, cuando el ectodermo de la pared anterior del cuerpo se engruesa formando una cresta conocida como la línea láctea. Esta cresta de tejido se extiende desde la zona de desarrollo axilar hasta el área de desarrollo del canal inguinal. La cresta pasa por encima y por debajo de la zona del músculo pectoral que se aleja del útero, dejando el primordio mamario, origen de los conductos lactóforos. Los conductos lactóforos iniciales se forman entre la semana 10 y la 20 intercalándose a través del mesénquima en desarrollo, el cual se convierte en las partes fibrosas y adiposas de la mama. El botón mamario, bajo el estímulo de los estrógenos maternos, se hace palpable en la 34.a semana de gestación. Este botón mamario regresa en el 1.er mes de vida, ya que va cesando el estímulo estrogénico. La areola aparece al 5. mes de gestación, y el pezón se ve poco después del nacimiento. Inicialmente aparece deprimido y más tarde se eleva. La telarquia, o el comienzo del desarrollo mamario puberal, está mediado hormonalmente y generalmente se inicia entre los 8 y 13 años de edad, con una edad media de 10,3 años. El inicio y progresión de la telarquia en las hembras depende de la raza, siendo normalmente más precoz en las niñas afroamericanas que en las caucásicas o asiáticas. Una vez iniciada la telarquia, el desarrollo normal de la mama ocurre a lo largo de 2-4 años y se clasifica según el sistema de clasificación de madurez sexual (CMS) en 5 etapas. En ocasiones, la maduración puede ser asimétrica debido a la fluctuación del entorno hormonal y a las diversas sensibilidades del órgano diana. La ausencia de desarrollo a la edad de 13 años se considera retraso y requiere una valoración endocrinológica. La menarquia aparece generalmente 2 años después del inicio del desarrollo mamario. Anomalías mamarias neonatales La alteración en la cual las mamas se agrandan en el período neonatal es la hipertrofia mamaria neonatal. Es bastante frecuente en los bebés a término y puede producirse como resultado de niveles hormonales esteroideos endógenos maternos circulantes al final de la gestación. A medida que descienden los niveles estrogénicos maternos, los niveles de prolactina pueden aumentar y la mama puede producir una clara u oscura (como leche) secreción por el pezón («leche de bruja»). Repetidas manipulaciones sobre la mama pueden exacerbar la alteración. En este caso, la hipertrofia se asocia con una mastitis causada por una infección estafilocócica o estreptocócica debiéndose administrar antibioticoterapia. Pubertad precoz La telarquia prematura suele ser una alteración aislada, pero puede constituir el primer síntoma de pubertad precoz. Ésta aparece en el 14-18% de niñas con telarquia precoz (cap. 556). Es imperativo realizar exploraciones en serie, poniendo un especial énfasis en la velocidad de crecimiento, caracteres sexuales secundarios como el vello púbico, pigmentación de los labios o de las areolas, o hemorragia vaginal, con el fin de detectar pubertad precoz. Salvo que existan signos asociados de pubertad precoz, los padres deberán estar tranquilos y la niña controlada. Amastia © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. EXPLORACIÓN MAMARIA La ausencia completa de mama, o amastia, es rara y se cree que puede estar producida por la falta de formación u obliteración de la línea láctea. La amastia suele ser unilateral y puede ser congénita o estar asociada con alteraciones sistémicas (p. ej., malnutrición, enfermedad de Crohn) o endocrinológicas (p. ej., hiperplasia adrenal congénita, disgenesia gonadal, hipogonadismo hipogonadotrópico). Puede estar asociada con anomalías del mesodermo subyacente, como el músculo pectoral anómalo que se observa en el síndrome de Poland (aplasia de los músculos pectorales, deformidades costales, sindactilia y aplasia del nervio radial) (fig. 545-1). La amastia o hipomastia también puede ser iatrógena, como resultado de lesiones sufridas en una toracotomía, colocación de un tubo torácico, radioterapia, quemaduras graves o tras una biopsia inadecuada del botón mamario. El tratamiento consiste en la corrección quirúrgica. Debe incluirse una exploración mamaria en el control anual de todas las niñas y adolescentes. La exploración del recién nacido incluye la valoración del tamaño de la mama, posición del pezón, presencia de mamas supranumerarias y de posible secreción por el pezón. La exploración de la niña prepúber incluye la inspección y palpación de la pared torácica en busca de masas, dolor, secreción por el pezón o signos prematuros de telarquia. La exploración de la adolescente se efectúa con la paciente en posición supina; el brazo ipsilateral de la mama que se explora debe colocarse cerca de la cabeza de la paciente. El tejido mamario se explora con las yemas de los dedos medios, pudiendo el médico detectar anomalías en la mama siguiendo un patrón similar a los radios de una rueda, en el sentido de las agujas de un reloj efectuando círculos concéntricos o moviendo los dedos de manera rotatoria alrededor de la mama. Independientemente del método empleado, el objetivo es palpar la totalidad del tejido mamario de una forma uniforme. La CMS requiere la valoración de cualquier nódulo axilar, supra e infraclavicular en caso de linfadenopatía. Se debe comprimir la areola para descartar secreción por el pezón. Polimastia y politelia Se detectan tejido mamario supranumerario (polimastia) y pezones accesorios (politelia) aproximadamente en el 1-2% de la población (fig. 545-2). La situación anómala del tejido puede observarse en cualquier lugar a lo largo de la línea láctea, pero es más frecuente detectarla en el tórax, abdomen superior o justo por debajo de la mama normalmente situada. Se ha establecido una asociación entre [(Figura_1)TD$IG] AUTOEXPLORACIÓN MAMARIA Existen controversias en cuanto a la utilidad de la autoexploración mamaria en la población adolescente. Los expertos piensan que podría ser un mal asesoramiento alentar el autoexamen de mama en la adolescente, ya que puede originar una potencial ansiedad innecesaria y un posible tratamiento injustificado en una población que presenta un bajo riesgo de enfermedad maligna. Los estatutos del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, pese a la falta de datos definitivos a favor o en contra de la autoexploración de las mamas, establecen que puede recomendarse el inicio de la autoexploración mamaria a partir de los 19 años de edad. Se aconseja a las mujeres con exposición previa a radioterapia torácica terapéutica realizar la autoexploración mamaria durante los 10 años siguientes a la radioterapia. Figura 545-1 Vista frontal preoperatoria de una paciente con hipoplasia mamaria izquierda secundaria a un síndrome de Poland. (De Sadove AM, van Aalst JA: Congenital and acquired pediatric breast anomalies: a review of 20 years’ experience, Plast Reconstr Surg 115:10391050, 2005.) e545-2 & Parte XXV Problemas ginecológicos de la infancia [(Figura_2)TD$IG] Tabla 545-1 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA MACROMASTIA Figura 545-2 Pezón accesorio situado debajo de la mama izquierda. (De Sadove AM, van Aalst JA: Congenital and acquired pediatric breast anomalies: a review of 20 years’ experience, Plast Reconstr Surg 115:1039-1050, 2005.) Hipertrofia juvenil Tumores mamarios Fibroadenoma gigante Hamartoma Cistosarcoma filoides Carcinoma Tumores hormonalmente activos Tumor ovárico de las células de la granulosa Quistes foliculares ováricos Tumores corticales adrenales Hormonas exógenas Estrógeno Testosterona Gonadotropinas Corticosterona Fármacos D-Penicilamina Marihuana De Desilva N, Brandt M: Breast disorders in children and adolescents. En Sanfilippo J, Lara-Torre E, editores: Clinical pediatric and adolescent gynecology, Londres, 2008, Taylor & Francis. la politelia y anomalías de los sistemas urinario y cardiovascular. No suele ser necesaria la extirpación quirúrgica de la mama o pezón accesorios. Puede estar justificada la resección del tejido accesorio si el paciente presenta dolor o por razones estéticas. Asimetría mamaria e hipomastia En la mujer es normal que exista cierto grado de asimetría, que puede ser más pronunciado durante la pubertad a lo largo del desarrollo mamario. El grado de hipoplasia de las mamas varía desde una ausencia casi total de tejido mamario hasta mamas bien formadas consideradas demasiado pequeñas por la paciente. Existen múltiples causas de desarrollo mamario escaso o ausente. El comienzo del desarrollo mamario puede retrasarse, presentando el paciente caracteres sexuales secundarios normales; las mamas se desarrollan lentamente pero son normales en todos los demás aspectos; en los antecedentes familiares de la paciente se podría descubrir un desarrollo tardío de la mama. Otras causas incluyen una disfunción ovárica, hipotiroidismo y radiación o cirugía de la pared torácica. El tejido mamario hipoplásico también puede asociarse con una anomalía mamaria tuberosa. El tratamiento depende de la causa subyacente. Se debe tranquilizar a las pacientes con una asimetría leve y sin otras enfermedades asociadas. En las mujeres con una marcada asimetría, la corrección quirúrgica constituye una opción terapéutica. Hipertrofia juvenil o virginal Se piensa que el crecimiento masivo espontáneo de las mamas durante la pubertad y adolescencia es el resultado de una excesiva sensibilidad de los órganos diana a las hormonas gonadales. La causa subyacente, si existe, debe ser determinada y eliminada (tabla 545-1). Cuando el crecimiento es extremo se denomina macromastia o gigantomastia. Frecuentemente es bilateral, se suele producir durante un breve período de tiempo y generalmente afecta a chicas adolescentes. Trastornos físicos y psicológicos pueden afectar a la postura y a la calidad de vida. Se debe proporcionar a la adolescente un fuerte apoyo emocional, ya que este problema puede alterar la autoestima de la paciente en un período vulnerable de su desarrollo psicológico. El tratamiento debe ser individualizado y puede variar desde ofrecer tranquilidad o recomendar el uso de sostenes adaptados a la mamoplastia reductora. La cirugía debe retrasarse hasta el final de la adolescencia para permitir el completo desarrollo mamario. Existe tratamiento médico para ralentizar el crecimiento de la mama en casos extremos hasta que puede realizarse la cirugía. La intervención quirúrgica requiere con frecuencia recolocar el pezón, pudiendo disminuir su sensibilidad y alterarse la lactancia. INFECCIONES La mastitis es la infección más frecuente de la mama. A pesar de que es más común en las mujeres que dan de mamar, puede observarse también en niñas pequeñas y adolescentes. La mastitis neonatal es una infección que afecta generalmente a recién nacidos a término o pretérmino. Debe ser tratada rigurosamente para reducir el riesgo de formación de abscesos. Las adolescentes pueden desarrollar mastitis no puerperales o un absceso mamario de causa desconocida, a consecuencia de irritación de la piel (por afeitado o estimulación del pezón), traumatismo, cuerpo extraño (p. ej., piercing), anomalía ductal (como una ectasia ductal) o infección de un quiste epidérmico. El tratamiento inicial de todas las infecciones mamarias incluye antibióticos y analgésicos. Staphylococcus aureus (cap. 174.1) es el organismo causante de la mayoría de los casos. Debido a la posibilidad de absceso mamario, la población neonatal debe ser tratada con antibioticoterapia parenteral en función del antibiograma cuando sea posible. Las adolescentes pueden ser inicialmente tratadas con compresas calientes y antibióticos orales. Los abscesos deben ser valorados quirúrgicamente (si es necesario bajo control ecográfico) y drenados si lo requieren. Si se efectúan la incisión y el drenaje, está indicada la realización de una pequeña incisión periareolar. TRAUMATISMO E INFLAMACIÓN El traumatismo mamario es frecuente en las niñas adolescentes que practican deportes de contacto. Generalmente, el traumatismo origina una contusión o hematoma que se resuelve espontáneamente, o puede asociarse con pequeñas alteraciones quísticas en la mama o fibrosis con retracción de la piel o del pezón de la zona lesionada. SECRECIÓN POR EL PEZÓN La secreción por el pezón debe ser valorada cuidadosamente y establecerse la distinción entre galactorrea (secreción blanca lechosa), sangre u otro tipo de secreción (tabla 545-2). Una anamnesis y exploración física minuciosas dirigidas a las posibles etiologías de la galactorrea van a resultar útiles al médico para determinar la etiología. La valoración de la secreción facilita el diagnóstico. Las alteraciones benignas suelen asociarse con una secreción lechosa, pegajosa y espesa; la infección se asocia con una secreción purulenta, y el papiloma intraductal y el cáncer con una secreción serosa, serosanguinolenta o hemorrágica. Galactorrea Para comprobar la galactorrea se debe valorar citológicamente la secreción mediante la tinción de Sudán (grasa). Se debe realizar una prueba serológica de embarazo y una determinación de niveles de prolactina y hormonas tiroideas para descartar la presencia de una anomalía tiroidea, un prolactinoma pituitario y embarazo (en la adolescente pospuberal). Si el nivel de prolactina es elevado, estudios campimétricos y una RM cerebral podrían revelar la presencia Capítulo 545 Alteraciones de la mama & e545-3 Tabla 545-2 CAUSAS FRECUENTES DE SECRECIÓN POR EL PEZÓN Tabla 545-3 TUMORACIONES MAMARIAS EN LA ADOLESCENTE Embarazo Fármacos Hormonas (anticonceptivos orales, estrógeno, progesterona) Fármacos antihipertensivos (metildopa, verapamilo) Antidepresivos tricíclicos Ansiolíticos (antipsicóticos) Fármacos antieméticos (metoclopramida) Hierbas medicinales (ortiga, hinojo, cardo bendito, anís, semillas de alholva) Sustancias de abuso (marihuana, opiáceos) Estimulación mamaria (sexual o por estilo de vida) Anomalías tiroideas Estrés crónico emocional Tumores hipotalámicos Alteraciones de la pared torácica Herpes zóster Traumatismo Quemaduras Tumores Alteraciones mamarias Ectasia ductal mamar Mastitis quísticas crónicas Quistes intraductales Papilomas intraductales BENIGNAS Fibroadenoma Quistes o cambios fibroquísticos Telarquia unilateral Hemangioma Nódulo linfático intramamario Necrosis grasa Abscesos Mastitis Lipoma Hematoma Hamartoma Macromastia (hipertrofia juvenil) Galactocele Papiloma intraductal Papilomatosis juvenil Linfangioma MALIGNAS Cistosarcoma filoides maligno Carcinoma mamario Enfermedad metastásica Linfoma, neuroblastoma, sarcoma, rabdomiosarcoma, leucemia aguda de un adenoma pituitario (cap. 554). El tratamiento depende de los resultados de la anamnesis, de la exploración física y de los estudios de laboratorio. Las pacientes deben ser instruidas para que eviten manipular los pezones y abandonen el consumo de sustancias perjudiciales. El hipotiroidismo debe ser tratado, así como los prolactinomas, mediante el tratamiento adecuado o cirugía. El tratamiento de entrada de la galactorrea (no relacionada con el tiroides) consiste en agonistas dopaminérgicos como bromocriptina o cabergolide. En raras ocasiones es necesaria la intervención quirúrgica, generalmente hipofisectomía transesfenoidal. Secreción hemorrágica En atletas adolescentes, la secreción hemorrágica puede deberse a una irritación crónica del pezón (pezón de corredora), a una secreción de los conductos de Montgomery (por el borde de la areola, no a través del pezón) o a una ectasia ductal. Se debe realizar una valoración citológica. Se pueden detectar papilomas mamarios intraductales en las adolescentes, por lo que está indicado un estudio quirúrgico en busca de una masa. © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. MASTALGIA Existen inflamación y aumento de la sensibilidad fisiológicas de forma cíclica, más frecuentemente durante la fase premenstrual, secundarias a una estimulación hormonal y a los cambios proliferativos resultantes. Un desequilibrio hormonal puede causar respuestas exageradas en el tejido mamario, sobre todo en los cuadrantes superiores y externos. Se pueden detectar como signos acompañantes frecuentes, nódulos, aumento de sensibilidad mal localizado y dolor irradiado a la axila y al brazo. Para estos cambios, es preferible emplear el término cambios mamarios benignos en vez de enfermedad fibroquística. Los tratamientos recomendados para esta alteración incluyen el uso de un sostén que sujete bien, calor y analgésicos. Los anticonceptivos orales frecuentemente mejoran el dolor mamario. Una pauta de antiinflamatorios no esteroideos también ha demostrado ser eficaz. Están contraindicados las metilxantinas (café con cafeína, té, bebidas carbonatadas) y el tabaco. Es frecuente el uso de aceite de onagra y vitamina E, pero son tratamientos cuya eficacia no ha sido demostrada. TUMORACIONES MAMARIAS La existencia de una masa en la mama en desarrollo puede ser un tema de inquietud para la adolescente y su familia. Datos de Dehner LP, Hill DA, Deschryver K: Pathology of the breast in children, adolescents, and young adults, Semin Diagn Pathol 16:235-247, 1999; Simmons PS: Diagnostic considerations in breast disorders of children and adolescents, Obstet Gynecol Clin North Am 19:91-102, 1992; y Laufer MR, Goldstein DP: The breast: examination and lesions. En Emans SJ, Laufer MR, Goldstein DP, editores: Pediatric and adolescent gynecology, 5.a ed., Filadelfia, Lippincott Williams & Wilkins, 2005, págs. 729-759. Tumoraciones peripuberales El principio del desarrollo mamario, al inicio de la telarquia, puede ser asimétrico y confundirse con una «masa». En estos casos, el botón mamario es palpable y debe distinguirse. Deben ser reconocidas las telarquias asíncronas con el fin de evitar una biopsia y posibles lesiones en la mama en desarrollo. En caso de cualquier tipo de duda se puede realizar una ecografía para valorar la existencia de una masa. Se ha descrito también la telarquia unilateral como efecto adverso de la cimetidina, reversible tras la suspensión del medicamento. Tumoraciones mamarias frecuentes en la adolescente El diagnóstico diferencial de las tumoraciones mamarias en la paciente adolescente se describe en la tabla 545-3. Se debe preguntar a la paciente si ha existido variación de los síntomas con el ciclo menstrual, síntomas asociados como secreción por el pezón, traumatismo reciente en la mama, antecedentes familiares de tumoraciones mamarias o cáncer y antecedentes de radiación en el tórax o malignidad. A causa de la extremada infrecuencia del cáncer mamario en la adolescente, en este grupo de población se puede mantener una actitud expectante frente a las tumoraciones mamarias durante un amplio período de tiempo con poca preocupación por las neoplasias malignas. La tumoración sólida más común observada en las adolescentes es el fibroadenoma. Los fibroadenomas se localizan con mayor frecuencia en el cuadrante superoexterno de la mama y son más frecuentes en las pacientes afroamericanas. El tamaño medio es de 2-3 cm, y entre el 10% y el 25% de las pacientes presenta múltiples lesiones. La exploración física suele ser diagnóstica ya que estas lesiones están bien delimitadas, son de consistencia gomosa, móviles y duras al tacto. En caso de duda, la ecografía puede resultar útil para establecer el diagnóstico. La mamografía no está indicada en la paciente adolescente. Se desarrollan fibroadenomas a causa de una respuesta exagerada local a la estimulación estrogénica y pueden agrandarse durante el ciclo menstrual. Estas lesiones pueden vigilarse de forma segura durante al menos 2 ciclos menstruales, y algunos investigadores sugieren que este control se prolongue hasta la edad adulta. Alrededor del 10% de los fibroadenomas regresa espontáneamente. Se debe considerar la opción de mantener una actitud expectante e545-4 & Parte XXV Problemas ginecológicos de la infancia hasta la edad adulta, ya que el riesgo de desarrollar un cáncer primario es muy bajo en este grupo de población. Si se opta por la vigilancia, se pueden realizar ecografías seriadas para confirmar que la tumoración no presenta características malignas en las imágenes, que no se agrandan ni cambian sus contornos. Cerca del 4% de los fibroadenomas crece, por lo que se recomienda realizar una punción con aguja fina o una extirpación cuando la tumoración se agranda, crece más de 5 cm (debido al riesgo de fibroadenoma gigante o cistosarcoma filoides) o si la tumoración causa ansiedad en la paciente o en su familia. Los quistes son tumoraciones muy comunes en la mama pediátrica. El tamaño de los quistes varía a lo largo de un ciclo menstrual, por lo que una paciente con un posible quiste debe ser revisada algunas semanas después de la primera exploración para comprobar si la tumoración sigue presente. Si la tumoración persiste, puede ser entonces valorada mediante ecografía o punción con aguja fina para saber si se trata realmente de un quiste. Debe descartarse el líquido aspirado que es claro. El líquido hemorrágico y cualquier otro material aspirado deben ser enviados para realizar un examen citológico. Las lesiones quísticas que se resuelven con la aspiración deben ser reevaluadas a los 3 meses. Si vuelven a aparecer, deben ser valoradas mediante ecografía. ALTERACIONES MAMARIAS Con el cambio de siglo se ha observado un dramático incremento de adolescentes que desean un aumento de senos. No se recomienda el aumento de senos en las adolescentes debido a la inmadurez psicológica y física asociada. La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos desaconseja el aumento de senos por razones puramente estéticas en chicas <18 años. La Food and Drug Administration considera también que los implantes mamarios no deben ser empleados en adolescentes <18 años por motivos exclusivamente estéticos. La cirugía de reducción mamaria puede estar indicada cuando una adolescente está preocupada por sus mamas demasiado grandes que le producen dolores de espalda y cuello, y le impiden la realización de deporte. La reducción de las mamas permite a estas chicas sentir menos timidez, menor dolor y ser más activas. Asimismo, las chicas con una marcada asimetría mamaria debida a enfermedades detectadas previamente pueden volverse tímidas, deseando someterse a cirugía mamaria. Antes de realizar la cirugía mamaria, los médicos deben asegurarse de la correcta selección de las adolescentes y familias que sepan entender los riesgos y beneficios de la cirugía, y las expectativas reales del procedimiento. BIBLIOGRAFÍA TUMORACIONES MALIGNAS El cáncer primario mamario es extremadamente raro en las adolescentes. El centro de Vigilancia Epidemiológica y de Resultados Finales (VERF) no ofrece datos en el período 1975-2006 de casos nuevos de carcinoma de mama in situ en adolescentes y mujeres <20 años y publica una incidencia de cáncer mamario invasivo de 0,2/100.000 mujeres mayores de 19 años (http://seer.cancer.gov/ csr/1975_2006/results_merged/sect_04_breast.pdf). A pesar de que la malignidad es rara, las lesiones con imágenes sospechosas o crecimiento progresivo deben ser valoradas mediante citología o estudio anatomopatológico. Un pequeño estudio en Austria demostró una tasa de malignidad del 4,7% entre las tumoraciones palpables de las adolescentes. Es necesaria más investigación en esta área para valorar la validez de las conclusiones de estudios posteriores. Se puede observar cistosarcoma filoides en las adolescentes. Se caracteriza por un agrandamiento mamario asimétrico asociado con una tumoración dura, móvil y delimitada. Puede simular un fibroadenoma gigante. Con frecuencia, la tumoración crece con rapidez, pudiéndose hacer muy grande. La mayoría de estas tumoraciones presenta un pronóstico favorable, pero se han descrito cistosarcoma filoides recurrentes a nivel local y con metástasis. En las pacientes adolescentes, el tratamiento inicial de referencia es la extirpación con márgenes de 1 cm, independientemente de la clasificación histológica de la lesión. Se ha detectado en una adolescente un cistosarcoma filoides metastásico fatal. Cánceres secundarios en adolescentes que han recibido radiación terapéutica en el tórax o con lesiones malignas con potencial de metastatizar en la mama deben ser controlados más de cerca como tumoraciones mamarias. Éstas pueden ser también la primera manifestación de recaída (extramedular) de la leucemia linfoblástica aguda. Pruebas de imagen de las tumoraciones mamarias A causa de que la densidad del tejido mamario de la adolescente altera la visualización de una tumoración palpable, la mamografía no es aconsejable en este grupo de edad. La ecografía es la prueba de imagen de elección para las anomalías de la mama en la población pediátrica. El eco-Doppler color puede resultar útil para la valoración de anomalías mamarias como los fibroadenomas o abscesos. American College of Obstetricians and Gynecologists: ACOG Committee opinion no. 350, November 2006: Breast concerns in the adolescent, Obstet Gynecol 108:1329-1336, 2006. American College of Obstetricians and Gynecologists: Fact sheet: plastic surgery. Tool kit for teen care, ed 2, Washington, DC, 2009, American College of Obstetricians, Gynecologists. American Society of Plastic Surgeons: Policy statement: breast augmentation in teenagers (PDF). http://www.plasticsurgery.org/d.xml? comp=x983. Accessed April 1, 2010. Centers for Disease Control and Prevention: Idiopathic granulomatous mastitis in Hispanic women—Indiana, 2006-2008, MMWR 58(47): 1317-1321, 2009. Chung EM, Cube R, Hall GJ, et al: From the archives of the AFIP: breast masses in children and adolescents: radiologic-pathologic correlation, Radiographics 29:907-931, 2009. Dixon JM, Khan LR: Treatment of breast infection, BMJ 342:484-489, 2011. Greydanus DE, Matytsina L, Gains M: Breast disorders in children and adolescents, Prim Care 33:455-502, 2006. Henley DV, Lipson N, Korach KS, et al: Prepubertal gynecomastia linked to lavender and tea tree oils, N Engl J Med 365:479-485, 2007. Laufer MR, Goldstein DP: The breast: examination and lesions. In Emans SJ, Laufer MR, Goldstein DP, editors: Pediatric and adolescent gynecology, ed 5, Philadelphia, 2005, Lippincott Williams & Wilkins, pp 729-759. Ries LAG, Melbert D, Krapcho M, et al, editors: SEER Cancer Statistics Review, 1975-2005 (website). http://seer.cancer.gov/csr/1975_2005/. Accessed April 1, 2010. Sadove AM, van Aalst JA: Congenital and acquired pediatric breast anomalies: a review of 20 years’ experience, Plast Reconstr Surg 115:1039-1050, 2005. Stricker T: Mastitis in early infancy, Acta Paediatrica 94:166-169, 2005. Tea MM, Asseryanis E, Kroiss R, et al: Surgical breast lesions in adolescent females, Pediatr Surg Int 25:73-75, 2009. Tiryaki T, Senel E, Hucumenoglu S, et al: Breast fibroadenoma in female adolescents, Saudi Med J 28:137-138, 2007.