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Claves de
la nutrición
canina y
felina
claves de la nutrición canina y felina
Claves de la
nutrición
canina y felina
2 • claves de la nutrición canina y felina
claves de la nutrición canina y felina
Sumario
Alimentación del paciente cardiópata................................................................................4
Capítulo 2
Importancia del manejo dietético
de la enfermedad renal en perros y gatos........................................................... 10
Capítulo 3
Alimentos para el manejo del peso en perros y gatos ....................... 14
Capítulo 4
Claves de la nutrición del cachorro.................................................................................... 18
Monografía
Capítulo 1
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50002 Zaragoza
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claves de la nutrición canina y felina
1
Capítulo
Alimentación del
paciente cardiópata
claves de la nutrición canina y felina
Alimentación del
paciente cardiópata
Reducir la hipertensión, prevenir la caquexia y mejorar la función
cardiaca son los tres aspectos clave del manejo dietético de los animales
que presentan enfermedad cardiaca.
Roberto Elices
Mínguez , DVM,
PhD, Silvia Miguélez
Fernández , DVM
y Mercedes Morán
Cuesta , DVM
1
2
2
Nutrición Animal.
Consulta de Endocrino y
Obesidad. HCV. Facultad
de Veterinaria. UCM.
2
Mimos Clínica Veterinaria.
Consulta de Nutrición.
Pozuelo de Alarcón.
Madrid.
[email protected]
1
Imágenes
Shutterstock.com
Las cardiopatías son una de las tres primeras causas
de muerte en los perros y en los gatos, particularmente en los animales de más de 10 años de edad. Aproximadamente el 30% de ellos presenta endocardiosis
de la válvula mitral. Generalmente las dividimos en
patologías valvulares y en cardiomiopatías dilatadas.
Las primeras afectan principalmente a los perros, más
que a los gatos, con ciertas predisposiciones raciales,
como puede ser el caso del Cavalier King Charles Spaniel (>50%). De modo general, las patologías valvulares afectan a las razas caninas de talla pequeña y mediana, mientras que la cardiomiopatía dilatada afecta
a las razas grandes y a los gatos. Se trata, por tanto, de
una enfermedad de alta morbilidad y alta mortalidad,
con un pronóstico reservado, puesto que la esperanza
de vida, dependiendo del grado, varía entre 1-2 años.
Dependiendo de la causa primaria y de la gravedad
del proceso, los signos clínicos varían con cada paciente
y no son patognomónicos de la enfermedad. Los signos
incluyen: debilidad, intolerancia al ejercicio, tos, letargia,
inapetencia, vómito, diarrea, taquipnea, dificultad
respiratoria, síncope y colapso. Esta variedad
de signos nos podría ocasionar errores diagnósticos que, sin embargo, nos permiten
La base del tratamiento
alimentario de estos
pacientes consiste en
ajustar correctamente la
ingesta calórica, evitar
el exceso de nutrientes
como la sal y utilizar
correctamente otros
nutrientes con efectos
especiales.
5 • claves de la nutrición canina y felina
un diagnóstico precoz de la enfermedad. La obesidad,
ciertas patologías respiratorias (p. ej.: bronquitis crónicas) y algunas enfermedades endocrinas (p. ej.: hipertiroidismo, Cushing) tienen una sintomatología similar, y
es en el diagnóstico presuntivo de ellas, particularmente
cuando valoramos las presiones sanguíneas, cuando se
diagnostica la patología cardiovascular.
Manejo dietético
El tratamiento de este tipo de pacientes se basa en el
empleo de los fármacos y de un estricto programa de
alimentación. Hace años, el tratamiento nutricional se
basaba en disminuir la sintomatología. A día de hoy,
se ha correlacionado perfectamente el sobrepeso y la
obesidad como factor predisponente de la enfermedad cardiovascular, a pesar de la paradoja que existe
entre la obesidad y la supervivencia de los pacientes.
La estrecha relación entre la condición corporal y las
tasas de supervivencia vienen marcadas por un retraso
en el proceso de la caquexia (inevitable en toda enfermedad crónica) y por la denominada “paradoja de la
obesidad”. Los hipotéticos beneficios de mostrar una
BCS 6/9 o 7/9 en este tipo de pacientes son:
•Efecto protector de la grasa a través de la liberación de hormonas y citoquinas.
• Presentación precoz de los signos clínicos de la
enfermedad.
• Peso como indicador del tratamiento.
• Retrasa o elimina la caquexia. La caquexia es el
primer motivo de eutanasia. En nuestro caso, la esperanza de vida es algo más larga.
Por tanto, la base del tratamiento alimentario de
estos pacientes consiste en ajustar correctamente la
ingesta calórica, evitar el exceso de otros nutrientes
-como podría ser el caso de la sal- y utilizar correctamente otros nutrientes con efectos especiales, como
por ejemplo la taurina, L-carnitina, ácidos grasos omega 3, algunos antioxidantes y ciertas vitaminas y minerales que potencien la contractilidad.
Los tres pilares de la nutrición y alimentación de los
cardiópatas se basan en:
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A día de hoy, se
ha correlacionado
perfectamente el
sobrepeso y la obesidad
como factor predisponente
de la enfermedad
cardiovascular.
• Reducir la hipertensión. En este caso manejamos
el sodio y el cloro. Ha sido la terapia tradicional.
• Prevenir la caquexia cardiaca. Es muy importante que el veterinario sea capaz de diferenciar entre
anorexia y caquexia, así como tener en cuenta esta
diferenciación en los diferentes índices de valoración
corporal de los pacientes.
• Mejorar la función cardiaca. La taurina, L-carnitina, magnesio y potasio actúan directamente sobre la
fibra muscular cardiaca.
Hipertensión y minerales: sodio y cloro
El control de la ingestión de sal ha sido la base del
tratamiento de la hipertensión en los pacientes desde
hace más de 50 años, ya que la sal aumenta la retención del líquido y, por tanto, incrementa las presiones. Lo cierto es que el comportamiento de las distintas sales, libres de uno de los dos minerales, ofrece
respuestas muy variables respecto a cuando van en
conjunción. En este sentido, hay que tener cierta precaución en el empleo de los alimentos hiposódicos,
principalmente bajos en cloro, porque se produce una
activación del sistema renina-angiotesina-aldosterona
(SRAA). De acuerdo con la clasificación del ISACHC,
la incorporación de sal en las dietas de los pacientes
varía con la categoría:
• En los pacientes clasificados como tipo I y II hay
que reducir la ingesta de sal y monitorizar al paciente
hasta ajustar las dosis de los diuréticos y los IECA. Las
recomendaciones en cloruro sódico en estos pacientes
son de 50 a 80 mg ClNa por cada 100 kcal de energía
metabolizable (EM).
• En los pacientes tipo III hay que restringir de modo
severo la ingestión de la sal. Los niveles recomendados
en sus raciones son inferiores a 50 mg por cada 100 kcal
EM; entre 20-37 mg/100 kcal. La selección de una dieta
Valores de referencia de taurina en perros y gatos
Concentración taurina nmol/ml
Perro
Gato
Sangre
255,8 – 276,2
300 – 600
Plasma
72,8 – 81,2
80 – 120
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u otra vendrá determinada por el grado de dilatación cardiaca y la congestión del paciente.
Si prestamos atención a las recomendaciones del NRC 2006 vemos que las necesidades
en sodio para un perro o un gato adulto son de
17 a 25 mg/100 kcal EM. Mientras que las del
cloro son 1,5 veces superiores. De acuerdo con
esto, la mayor parte de los alimentos para el mantenimiento de los perros y gatos presentes en el
mercado nos podrían servir para el tratamiento de
los pacientes en la fase I-a de la ISACHC (pacientes
sin signos compensatorios), puesto que aportan entre 75-100 mg Na+/100 kcal EM. Los pacientes tipos
I-b, II y III requieren alimentos con concentraciones
en sal específicas. Tendremos que pedir información detallada a las diferentes casas comerciales.
El agua, fuente de sal, es un alimento al que no
solemos prestarle atención. En este tipo de pacientes, particularmente en los de tipo III, las recomendaciones respecto a la calidad del agua son estrictas. Deberíamos utilizar agua mineral baja en sodio
(<150 ppm) o bien agua destilada.
Por supuesto, aquellos alimentos procedentes de la
alimentación humana ricos en sal están absolutamente
prohibidos. Algunos ejemplos de ellos serían: pan, patatas fritas, mayonesa, queso, huevos, bacon, huevo y
algunos alimentos enlatados (verduras, pescado).
En este tipo de pacientes,
particularmente en los de tipo III,
deberíamos utilizar agua mineral
baja en sodio (<150 ppm)
o bien agua destilada.
Prevención de la caquexia cardiaca
Es un síndrome muy habitual en los cardiópatas.
Más del 50% de ellos desarrollará caquexia, y de ella
dependerá su supervivencia. Se debe tener en cuenta
de manera directa, puesto que es un indicador de la
eficiencia del tratamiento, e indirecta (los propietarios no soportan ver cómo la mascota va perdiendo
peso y solicitan la eutanasia).
La caquexia es un problema multifactorial donde
concurren tres procesos: la falta de atención por el alimento (per sé y por la medicación), el aumento de las
necesidades energéticas del paciente y la liberación de
algunas citoquinas, particularmente TNFα, IL-1 e IL-6,
que modifican el metabolismo de los nutrientes, inducen anorexia y actúan directamente sobre el corazón
(fibrosis, hipertrofia e inotropismo negativo).
Por este motivo, es recomendable registrar el peso
corporal, la condición corporal por la escala de 9 puntos, BCS, (Laflamme, 1997), el índice de masa grasa,
FMI, (Baez, 2007) y el índice de masa muscular, MMI,
(Mitchel, 2004).
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Cuando las pérdidas de peso del animal sean del
10% en un periodo de 7-15 días o superen el 5% en
un plazo de 6 meses, tenemos un indicador sobre un
mal manejo del paciente.
Este tipo de pacientes tienen aumentadas sus necesidades energéticas diarias en 1,3-1,8 veces las recomendaciones de mantenimiento. Se debe prestar especial
atención a la proteína, que debería ser de alta calidad y
digestibilidad. Es interesante incorporar L-arginina puesto que actúa, a través del óxido nítrico, como un relajante de los endotelios vasculares, mejorando el caudal
circulatorio. Faltan todavía estudios concluyentes.
Uno de los principales problemas que nos encontramos en estos pacientes es la baja palatabilidad de
sus dietas, principalmente por los bajos niveles de sal
que incorporan. Hay que intentar aumentar la palatabilidad del alimento, y podemos hacerlo de diferentes
maneras:
• Aumentando la proporción de alimento húmedo.
• Calentando el alimento hasta la temperatura corporal.
• Asegurarnos de que el alimento se presenta fresco (en los húmedos).
• Permitir que el paciente seleccione la dieta que
más le guste.
• Aumentando los niveles de proteína y grasa de la
ración.
• Elegir la habitación más tranquila donde ofrecerles el alimento.
• Emplear fármacos (en el caso de ser estrictamente
necesario): diacepam, ciproheptadina, metoclopramida y mirtazapina.
El agua es fuente de sal. En este tipo de pacientes, particularmente en los de tipo III, las recomendaciones respecto a
la calidad del agua son estrictas. Deberíamos utilizar agua
mineral baja en sodio (<150 ppm) o bien agua destilada.
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Es recomendable
registrar el peso
corporal, la
condición corporal
por la escala de
9 puntos, BCS,
(Laflamme, 1997),
el índice de masa
grasa, FMI, (Baez,
2007) y el índice de
masa muscular, MMI,
(Mitchel, 2004).
Mejora de la función cardiaca
Algunos nutrientes han mostrado cierto valor positivo sobre el trabajo cardiaco. Revisemos sus funciones y
su incorporación en las raciones de nuestros animales.
Taurina
La taurina es un β-aminoácido con un grupo sulfónico que sustituye al grupo carboxilo. Se trata de
un derivado de la cisteína con un grupo tiol. No
se incorpora a las proteínas por su estructura, pero,
como aminoácido libre, sí forma parte de los tejidos
y líquidos del organismo de los animales superiores:
cerebro, retina, miocardio, hígado, músculo, plaquetas, leucocitos y en la leche y el jugo biliar. Sus funciones no están muy claras.
Algunas de ellas son importantes en el sistema
cardiovascular: control de los niveles del calcio en
los miocitos, efectos directos sobre las proteínas
contráctiles, osmorregulación del miocardio e interacción en el sistema RAA.
Es esencial en el gato, pero ¿y en el perro? En algunas razas se ha visto que existe cierta relación entre su
deficiencia y la presentación de cardiomiopatías. Las
razas implicadas son: Cocker Americano, Golden y
Labrador Retriever, Dálmata, Bulldog Inglés, Perro de
aguas Portugués y Terranova. La evaluación de estos
pacientes se hace a partir de los valores de taurina
en plasma o sangre completa (ver tabla). Cuando los
valores en sangre son inferiores a 150-200 nmol/ml o
a 40 nmol/ml en sangre o plasma, respectivamente,
podemos sospechar del proceso.
Se ha visto que el empleo de taurina a dosis de 0,52 g/perro/día/q 8-12 h o de 250 mg/gato/día/q 12-24
h, durante un mínimo de seis meses, mejora la calidad y la esperanza de vida de los pacientes. Por otra
parte, se trata de un nutriente muy seguro sin efectos
secundarios ni tóxicos. Estos resultados son visibles
ecocardiográficamente a partir de los cuatro meses.
Los alimentos comerciales destinados al tratamiento
de esta enfermedad deberían incorporar un mínimo
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de 25 mg de taurina/100 kcal EM o 75 mg/100 kcal EM
en los perros y los gatos, respectivamente.
L-carnitina
Esta sustancia transporta los ácidos grasos de cadena larga a través de la membrana de las mitocondrias para ser oxidados. Sus funciones incluyen: ser
transportador de membrana de los ácidos grasos de
cadena larga, controlar la relación intramitocondrial
de acetil-Coa:CoA y eliminar los productos tóxicos de
la mitocondria. La mayor parte de la L-carnitina se encuentra en el tejido muscular esquelético y cardiaco.
Es fuente de energía para el miocardio. Su síntesis
es endógena en el hígado, tomando como sustratos
la lisina, metionina, ácido ascórbico, hierro, vitamina
B6 y niacina.
La mayor parte de los perros que presentan cardiopatías dilatadas (del 17 al 60%) tienen deficiencias en L-carnitina. El diagnóstico es a partir de las
concentraciones en plasma: su concentración es de
12-38 nmol/ml. Se puede emplear como suplemento dietético puesto que es una sustancia muy segura, tan solo se describen como efectos secundarios
alteraciones digestivas con diarrea. Las dosis son 50100 mg L-carnitina/kg peso corporal/q 8-12 h/6 a 8
meses. Las dietas de prescripción suelen incorporar
un mínimo de 50 mg de L-carnitina/100 kcal. Al
igual que con la taurina, vemos mejorías ecográficas a los 4 meses.Tanto taurina como L-carnitina se
suelen administrar conjuntamente.
Hay que prestar atención a sus niveles en
sangre porque los fármacos que se emplean
para el tratamiento de las cardiopatías modifican
sus concentraciones en los tejidos.
Minerales: magnesio y potasio
Estos dos minerales tienen efectos sobre el metabolismo y la contractilidad del miocardio.
Hay que prestar atención a sus niveles en sangre porque los fármacos que se emplean para el
tratamiento de las cardiopatías modifican sus concentraciones en los tejidos: los IECA aumentan el
potasio, mientras que los diuréticos (por ejemplo:
furosemida o espironolactona) producen hiper o
hipokalemia e hipomagnesemia. A su vez, la acción
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farmacológica podría verse afectada por los niveles
de dichos minerales (por ejemplo: glicósidos cardiacos).
Para el tratamiento podríamos emplear como suplemento dietético:
• 20-40 mg de óxido de magnesio/kg de peso corporal/día/q 12 h
• 50-75 mg de citrato potásico/kg de peso
corporal/q 12 h o 2-4 mEq de gluconato potásico/día
(o cada 100 kcal EM).
Las recomendaciones para nuestros pacientes son
hasta cinco veces superiores respecto a las recomendaciones para los animales sanos. Por este motivo, las
dietas de los pacientes cardiacos incorporan 50 mg de
mg/100 kcal EM y 200 mg de K/100 kcal EM.
Ácidos grasos omega 3 (AGω-3):
EPA y DHA
Los cardiópatas presentan concentraciones más
bajas en omega 3. Esto podría indicar que hay rutas
que emplean AGω-3. La suplementación ante este
déficit podría resultar beneficiosa. EPA y DHA altera
el metabolismo de las prostaglandinas, leucotrienos
y tromboxanos hacia aquellas formas menos inflamatorias, así como por su efecto inhibidor competitivo
sobre las cicloxigenasas I y II y la lipoxigenasa V. Por
otra parte, modulan la producción de TNFα e IL-1.
Las recomendaciones de estos productos como suplementos serían:
• Relación omega 6: omega 3 de 5:1 llegando incluso a 0,7:1.
• Relación EPA:DHA de 3:2.
• Dosis general de 50-300 mg de AGω-3/kg peso
corporal.
Conclusiones
• Las modificaciones en los suplementos y en las
dietas deben ser particulares.
• Hay que comprender y valorar las necesidades
nutritivas de los pacientes.
• Es muy importante el manejo de la ración y su
palatabilidad.
• Debemos conocer la composición de las dietas
ofertadas en el mercado.
• Cuidado con los premios que se emplean al administrar los fármacos.
• Los suplementos dietéticos no están regulados
por la ley. o
claves de la nutrición canina y felina
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