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D LA E G I O OF I C I A M É DI C O S DE E C A OL P R O V I NC I BOLETÍN Nº 2. COLEGIO DE MÉDICOS DE VALLADOLID. JULIO, 2013 L •V A L L A DOL I D • CELEBRACIÓN DE LA PATRONA DE LOS MÉDICOS, NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO, EL 28 DE JUNIO DE 2013 El pasado 28 de junio el Colegio Oficial de Médi- cos de Valladolid organizó una jornada dedicada a su patrona, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la que niños y adultos pudieron disfrutar junto a amigos y compañeros de los actos en honor a la Virgen. Por la mañana los más pequeños disfrutaron de multitud de actividades al aire libre, pensadas específicamente para ellos. En el Pinar de Antequera pudieron practicar el tiro con arco, participar en recorridos de multiaventura, descender por tirolina y merendar al aire libre. Por la tarde los colegiados pudieron asistir a una misa en honor a los compañeros fallecidos durante el año, tras lo cual se desplazaron al Teatro Calderón, donde el Dr. Juan José Rodríguez Sendín ofreció a los asistentes su ponencia ‘La Medicina: el valor de las palabras y la naturaleza de las cosas’, que les ofrecemos al final de estas líneas. Como ya es tradición en el Colegio de Médicos, se quiso aplaudir el trabajo de médicos que han dedicado toda una vida a la profesión. Así, D. Alfonso Abascal Zuloaga, D. Luis Alonso-Villalobos Martín, D. Alejandro Álvarez Losada, D. Blas Bombín Mínguez, D. Andrés Alfonso de la Cruz Blanco, Dª. María del Rosario Fernández Herranz, D. Bienvenido Fernández Rodrigo, D. Ricardo García Alonso, D. Miguel Ángel García-Porrero Pérez, D. Luis María Gil-Carcedo García, D. Tomás Gómez Cortijo, D. Antonio Gómez López, D. José Luis Gutiérrez Rey, D. Rafael López Jiménez, D. Félix Martín Carba, D. Luis Martínez Requejo, D. José Méndez Miguel, D. Leoncio Moreno Rodríguez, D. Miguel Luis Puyo Gil, D. José María del Río Fernández, D. Vidal Rodríguez Hernández, D. Emilio Romo Hidalga, D. Carlos Torrijos Miguel, D. Eduardo José Vera Torres, D. Víctor Jesús Zurita Villamuza, D. Antonio Clavero Garín, D. José Feliz de Vargas Lecea, D. Francisco Javier Fernández Los más pequeños pudieron practicar el tiro con arco Calvo, Dª. María José Gérboles López, D. Fernando José Gervás Camacho, Dª. María del Pilar Gómez Gutiérrez, Dª. María del Pilar Gómez-Pallete Moliner, Dª. Analia María Matos Barata, D. Jesús Merino Angulo, Dª. Remedios Pérez Albert, D. Juan Jesús Rodríguez Callejo, D. Carlos Román Marco y D. Emilio Velasco Domínguez (los 12 últimos excusaron su ausencia al serles imposible acudir al acto) subieron emocionados a recoger los títulos entre los aplausos de reconocimiento de sus amigos y compañeros de profesión. Pablo Blanco Schweizer subió al escenario poco después en representación de los nuevos colegiados para leer el Juramento Hipocrático que recuerda a todos los médicos los derechos y deberes que su profesión les proporciona a la hora de tratar a sus pacientes. El Dr. Otero fue el encargado de clausurar esta jornada, momento que aprovechó para agradecer a todos los presentes su asistencia y también la dedicación que día tras día dan a todas las personas que entran en sus consultas. Tras estas actividades, se procedió a la entrega de los premios y trofeos de los campeonatos de mus, canasta, pádel, tenis y golf cedidos por A.M.A, P.S.N, Mutual Médica. BMV y Uniteco Profesional, que fueron celebrados por los asistentes durante el cóctel ofrecido en el Salón de los Espejos. “La Medicina: el valor de las palabras y la naturaleza de las cosas”. Dr. Juan José Rodríguez Sendín. “La palabra representa un gran valor para el médico y, especialmente, el uso que hagamos de ella. Quizás, la palabra es nuestro valor instrumental principal. Todas las definiciones de la medicina muestran la voluntad de devolver El grupo de los mayores en una actividad multiaventura A M É DI C O S D LA E G I O OF I C I DE E L C A OL P R O V I NC I •V AL L BOLETÍN Nº 2. COLEGIO DE MÉDICOS DE VALLADOLID. JULIO, 2013 A DOL ID • podemos hacer de lo que consideramos nuestros valores. Esta historia, ese patrimonio cultural y humano de la medicina que se concreta especialmente en el SNS, sigue haciendo a la medicina la profesión más respetada, deseada y la más comprometida con el otro o con el bien común. Los Dres. Blanco, Rodríguez Sendín y Otero Si hablamos del valor instrumental y el valor intrínseco de las palabras, es una realidad que las cosas que se enuncian y especialmente si se repiten, aun no siendo verdaderas en la realidad, lo son en sus consecuencias. Me refiero a afirmaciones como que el SNS es ineficiente, muy caro, que no podemos pagarlo ni sostenerlo o que la gestión privada es más eficiente. Esto puede ser una estrategia de desprestigio del SNS, basada falsedades o en afirmaciones que no son ciertas porque no es verdad que el SNS sea caro ni que sea ineficiente, aunque puede ser más eficiente. Se confunde suficiencia con sostenibilidad. La suficiencia es tener dinero para llegar a fin de mes. En España hablamos mucho de suficiencia, porque desde los remotos años 80, la sanidad pública nunca contó con presupuestos realistas; tuvo que acometer todas sus transformaciones gastando lo que no tenía, contrayendo déficit, y liquidándolo cada cuatro o cinco años. Mientras que la sostenibilidad sería la capacidad de legar un sistema a la siguiente generación igual o mejor que lo recibimos. Y tampoco es verdad que el SNS sea insostenible, aunque con la crisis y la disminución de ingresos hay un problema de insuficiencia financiera y también las políticas de recortes y la falta de reformas y participación de los profesionales, dificultan la sostenibilidad interna. Los médicos somos sociedad, por tanto, hijos de nuestra época y ella nos dicta buena parte de lo que debemos pensar y hacer. Pero somos un producto evolutivo de nuestra historia, de nuestra manera de ser y de responder a lo que nos rodea y nuestros comportamientos se han construido en el crisol de las normas que nos dejaron nuestros antepasados. Tiene que surgir en la profesión médica la voluntad de transformar la realidad, el deseo de no estarnos quietos esperando que el deterioro, por cierto, confortable para algunos, solucione los problemas que nos afectan a todos. Pero las salidas individuales no solventan gran cosa; las salidas han de ser colectivas, en las que cada uno debe asumir ciertos sacrificios proporcionales a la posición de partida. Otra palabra, la gestión de lo público, ha erosionado a la gestión misma, ya que gastar más de lo que te han dado, es decir, porque si, porque mando yo, acabó consolidando instalaciones, plantillas, tecnologías y carteras de servicio más amplias y modernas, sin evaluación ni justificación previa. Pero esa gestión de lo público, no es una condición obligada de lo público, y ha sido una mala gestión de los responsables políticos. En nuestro ordenamiento interno, las normas éticas y deontológicas que compartimos con el resto de la profesión a nivel mundial y europeo proceden del desarrollo de ese patrimonio común. Pero también hay una cultura específica, propia de la medicina española que entre todos hemos construido recientemente. Así, la manera de concebir el servicio público de salud, la importancia que damos a nuestras obligaciones con el paciente en relación a cualquier otro valor –como el dinero-, la atención a las necesidades de salud de los ciudadanos, aunque no tengan recursos para afrontarla, y la defensa extenuante que Si hablamos de la naturaleza de la profesión médica, esta se identifica con su esencia, que no es otra que el desempeño de tareas encaminadas a promover y restablecer la salud y a identificar, diagnosticar y curar enfermedades. Aplica un cuerpo conocimiento especializado de nivel superior, preside el espíritu de servicio y persigue el beneficio del paciente antes que el propio. Por eso, el ánimo de lucro y las leyes del mercado no son compatibles con los valores de la medicina y con los fines y objetivos del Sistema Nacional de Salud, debido a su incompatible naturaleza o fines naturales. Los colegiados honoríficos posando tras el acto a las cosas un nombre que habían perdido o nunca habían obtenido y se le otorga y da un significado convencional en disposición permanente para ser cambiado, por lo cual, lo importante en la profesión médica es que no dejemos de ser y hacer de médico, es decir, lo que constituye su naturaleza, su valor intrínseco, su razón de ser. A M É DI C O S D LA E G I O OF I C I DE E C A OL P R O V I NC I BOLETÍN Nº 2. COLEGIO DE MÉDICOS DE VALLADOLID. JULIO, 2013 L •V A L L A DOL I D • El Código de Deontología Médica recoge la naturaleza del médico y el ejercicio de la medicina y nos recuerda de nuevo, no solo el concepto amplio de que con la salud no se comercia, si no que el médico, a sus deberes y obligaciones contraídas en el contrato público debe añadir las que establece la profesión médica, plasmadas en el contrato social en el que figuran la vocación de servicio y la entrega al paciente. Pero si la medicina es una profesión que se define tanto por prácticas, por valores o por criterios éticos, la cuestión está ahora en determinar, si es posible, cuáles son esos criterios. Se trata de saber en qué consiste o cómo se define un buen profesional de la medicina. Se entiende como las condiciones y características del buen ejercicio profesional. Para realizar una atención sanitaria de calidad cada médico, que ejerce en España no sólo debe poseer los conocimientos y habilidades necesarias en el máximo grado posible sino que, además, debe comprometerse con un conjunto de valores, manifestar una serie de actitudes y mantener unas conductas. Porque es el conjunto de principios éticos y deontológicos, los valores y conductas, lo que sustenta el compromiso del médico con el servicio a los ciudadanos, que evolucionan con los cambios sociales y avalan confianza de la población en los profesionales. Hablamos de la transmisión del conocimiento científico, de la mejora permanente para prestar la mejor asistencia posible, de la compasión como guía de acción ante el sufrimiento y de la integridad en la utilización del conocimiento y en la optimización de los recursos. En estos momentos, el SNS es un elemento indiscutible de cohesión social basado en las señas de identidad de nuestro modelo asistencial, equitativo, universal, de calidad y financiado mediante impuestos. Modificar y recortar la seguridad sanitaria y la asistencia de los ciudadanos exige algo más que una mera justificación económica: exige planes alternativos, exige la demostración palpable de que la privatización resolverá imponderables de que esa opción será más barata y de igual calidad. De lo contrario estaríamos ante actuaciones arbitrarias. Los principios y valores de la medicina y los fines del SNS no se corresponden ni mezclan bien con el ánimo de lucro, con el comercio y con los mercados. No hablamos de médicos, ni siquiera de medicina, hablamos del riesgo que conlleva poner la salud como bien de consumo a un precio y con un costo que necesariamente y en primer lugar debe tener en cuenta la rentabilidad. Tanto para los que estamos de acuerdo con la afirmación anterior, como para los que no lo están, es claro que para ambos se altera la naturaleza de las cosas. En ambos casos se altera lo que define a cada una de ellas, lo substancial, lo íntimo; lo que, si cada uno de ellos lo perdiera, dejaría de Al acto acudieron más de 250 colegiados y amigos Los Dres. Almudí, Otero, Rodríguez Sendín, Heras y Verrier ser lo que son y seria una cosa bien distinta. Simplemente, porque los valores de la profesión médica y los fines del SNS no van a alterar la naturaleza del ánimo de lucro ni la de los mercados financieros ni la de los movimientos especulativos. Medicina solo hay una pero no la practican los movimientos financieros y empresariales; si acaso, la contratan si la rentabilidad que ofrece es suficiente. Por ello, es preciso proteger el buen ejercicio profesional y las mejores condiciones para su desempeño que es lo que ofrece el SNS. Hay que recordar que sin los sólidos cimientos de atención sanitaria pública, que hoy son la atención primaria, el hospital general, y las unidades de alta especialización, es imposible construir en España un sistema de excelencia. Abandonar estos cimientos a su suerte, o negarles instrumentos de buen gobierno y gestión, es una apuesta muy arriesgada para los intereses ciudadanos y, por supuesto, para los intereses profesionales y los valores a defender en el periodo de crisis en el que nos encontramos”. El resto de las fotos pueden encontrarse en http://cort.as/4XBh