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EDITORIAL
LA HOSPITALIZACIÓN DOMICILIARIA: UN DESAFÍO PARA LAS
ENFERMERAS EN EL PRESENTE
THE HOME CARE: A CHALLENGE FOR NURSES IN THE PRESENT
Claudia Ibarra Gutiérrez
Enfermera de Planificación, Home Medical Clinic.
Lorena Beas Reyes
Enfermera, Subgerenta Comercial, Home Medical Clinic
El enfoque de la atención de salud en el mundo está cambiando. Nos enfrentamos a un
incremento de la demanda de servicios y del gasto en salud derivados de los cambios demográficos, sociales y de los patrones de morbilidad; y las constantes innovaciones en el
campo de la tecnología. Para enfrentar esta situación se ha estimulado la aparición de nuevas formas de asistencia y atención hospitalaria; como soluciones que disminuyen el gasto,
a través de una utilización más eficiente de los recursos y mejoran la calidad y seguridad en
la atención de los usuarios.
Hoy en día, las tendencias de salud promueven la mantención del paciente el tiempo
más corto posible en el hospital, y la continuación de su cuidado en el hogar a través de la
atención domiciliaria. Este tipo de atención es clave para dar acceso y continuidad al cuidado de la salud. Además, favorece la transferencia del paciente del hospital a su entorno
familiar.
La hospitalización domiciliaria está definida como una modalidad de atención que constituye una alternativa a la hospitalización tradicional, destinada a un grupo especial de
pacientes, adultos y pediátricos, con patología crónica y subaguda, a quienes la hospitalización tradicional les resulta sobredimensionada, costosa y con deterioro en la calidad de
vida del paciente y la familia, especialmente cuando la hospitalización se prolonga.
La hospitalización domiciliaria lleva en funcionamiento más de medio siglo. Sin embargo
sigue siendo una poco difundida y con un desarrollo desigual en la mayor parte del mundo.
La literatura muestra la existencia de variados modelos de atención, desconocimiento de
los pacientes y la renuencia de los médicos a prescribir esta modalidad asistencial. En este
contexto, cabe señalar que es aún necesario definir las bases sobre las cuales deben organizarse los servicios de atención domiciliaria. Es así como surge el primer desafío para las
enfermeras/os, avanzar y profundizar en el diseño de un modelo consensuado y equilibrado
de atención ambulatoria de calidad que se acompañe de una organización, de un uso adecuado y racional de los recursos y un financiamiento, que permita el desarrollo y la consolidación de estos servicios.
En Chile desde el año 1989 existe la atención domiciliaria a nivel privado y presenta una
lenta pero creciente frecuencia de uso favorecida por un dictamen de la Superintendencia de
Salud el año 2005, que valida el concepto de hospitalización fuera de una clínica tradicional
La atención del paciente en el domicilio varía según la complejidad de este, la que se
clasifica de acuerdo a los recursos involucrados, nivel de especialización y frecuencia de
visita de los profesionales e insumos a utilizar.
La literatura demuestra que la hospitalización domiciliaria tiene grandes beneficios para
el paciente, ya que los enfermos permanecen en su ambiente propio, no están expuestos a
las posibles infecciones y no tienen que adaptarse a la hospitalización.
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Ibarra C, Beas L.
Si bien los metaanálisis revisados no pueden concluir que haya diferencia significativa en
relación con las tasa de infecciones intrahospitalarias, versus las producidas durante hospitalizaciones domiciliarias, todos los trabajos realizados pertenecen a realidades muy distintas a la nacional, siendo principalmente de origen estadounidense y británico.
No se encontraron estudios que hayan medido el tiempo de recuperación de un paciente
intrahospitalariamente, versus su domicilio, sin embargo, lo observado, sin pretender darlo
como evidencia, muestra que sobre todo en el caso de los niños, los avances en desarrollo
psicomotor, incremento pondestatural son evidentemente más rápidos y mantenidos en el
tiempo, durante la estadía en el domicilio. El hogar y la familia son elementos de gran importancia en la atención domiciliaria y juegan un rol preponderante en el bienestar y recuperación del paciente, especialmente en el periodo de recuperación y convalecencia.
Las enfermeras que trabajan en el sistema de atención domiciliaria tienen contacto directo y frecuente con los familiares del enfermo, especialmente con la persona responsable
que generalmente es la esposa, la madre o la hija. En los casos de adultos mayores, estos
pueden vivir solos, con sus hijos, con una dama de compañía o alternativamente pueden
ser trasladados temporalmente al domicilio de un familiar designado.
La literatura describe algunos estudios que han examinado las relaciones interpersonales entre enfermeras y miembros de una familia. Algunos de estos estudios describen los
problemas y tensiones que frecuentemente ocurren entre familiares y el personal de enfermería, pero todos los estudios han sido realizados en el contexto intrahospitalario.
Los cambios de las políticas de salud en los países desarrollados están dirigidos a un
sistema que ha enfatizado la responsabilidad de la familia en el cuidado de los enfermos.La
experiencia muestra que las familias desean, mayoritariamente, participar del cuidado del
paciente, sin embargo, el autocuidado completo aún no es una realidad en nuestra cultura,
siendo necesario mantener el apoyo en domicilio de asistentes o auxiliares de enfermería.
La pérdida de la privacidad en el hogar es, sin duda, lo más difícil para las familias, ya
que deben incorporar a sus diarias rutinas, la visita de diversos profesionales, la presencia
constante de asistentes de enfermería, en concomitancia con el estrés de la enfermedad de
un ser querido.
La mayoría de los inconvenientes recogidos tienen que ver con el desgaste inevitable de
las relaciones personales, etapas de crisis o angustia familiar y, en muchas ocasiones, la
falta de orientación clara de parte del médico tratante.
Desde el punto de vista económico, la hospitalización domiciliaria presenta además un
menor costo que una hospitalización tradicional, siendo habitualmente entre un 40% a un
60% más barata, lo que indudablemente, es un factor de beneficio para la familia.
La literatura evidencia que las enfermeras reconocen la importancia e influencia de la
familia cuando se pierde la salud y reconocen su satisfacción en relación con al alto grado de autonomía profesional que logran en el cuidado en el hogar. Frecuentemente se ven
enfrentadas a la angustia y frustración de los familiares, que a menudo tienen expectativas
irreales de la condición del paciente, problemas que en su gran mayoría se solucionan con
una comunicación efectiva.
Es aquí donde la enfermera domiciliaria se relaciona directamente con la familia haciéndolos comprender la situación de salud y en la gran mayoría de los casos los invita a participar en el cuidado del paciente.
Finalmente, es necesario destacar que el trabajo en domicilio hace necesario el desarrollo de una serie de variadas competencias tanto de la enfermera/o como del equipo de
saluden su totalidad. A nivel de competencias técnicas o de desempeño profesional, la
enfermera/o requiere: a) manejo de la tecnología, b) supervisar al paciente y su entorno, c)
pesquisar síntomas y reacciones, incluyendo sintomatología y necesidades físicas y menta-
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les, d) registrar, interpretar e informar el cuidado total otorgado del paciente, e) supervisar al
personal que se desempeña en su área de trabajo, f) aplicar y ejecutar los procedimientos
y técnicas de enfermería, g) educar al paciente y su familia para asegurar el cuidado físico
y mental, h) ejecutar las indicaciones médicas e i) administrar los recursos de asistencia requeridos por el paciente.
A nivel de competencias de interacción social se requiere: a) liderazgo del equipo de
enfermería, b) ser confiable, c) comunicarse de manera efectiva, d) ser creativo y flexible,
e) trabajar en equipo, f) pensar de manera estratégica y g) desarrollar una conducta ética
coherente con el respeto a la dignidad humana, desarrollando una actitud reflexiva y de diálogo.
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