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SELECCIÓN DEL DONANTE Y MANTENIMIENTO. LOGÍSTICA INTRAHOSPITALARIA INTRODUCCIÓN La lucha del hombre para prolongar la vida ha sido y será una constante. En algunos casos el trasplante ha logrado conseguir este objetivo. Gracias al Nuevo Ciclo Vital a través de la donación de órganos se ha conseguido que esta meta se haga realidad. Este Ciclo (ver Fig. 30.1) empieza con la solidaridad de la Sociedad cuando uno de sus miembros llega a ser donante. Esta donación se basa en una adecuada actitud social, conseguida a través de una continua educación y difusión de información a la población sobre la donación y el trasplante. Ambos procesos deberían iniciarse en la escuela y ser reforzados durante la vida, basándose en conceptos éticos y religiosos favorables, una comunicación mediática apropiada y apoyado por una adecua- NUEVO CICLO VITAL SOCIEDAD Resultados - Supervivencia Actitud Social Generación de donantes TRASPLANTE DONACIÓN Distribución e intercambio Procuración de órganos y tejidos EXTRACCIÓN Fig. 30.1 — Nuevo ciclo vital. 30 Manyalich M Ruiz A Paredes D Cabrer C Navarro A de Cabo F Trias E. da legislación. El Ciclo continúa con la procuración de órganos y tejidos a través de 5 pasos sucesivos: 1. Identificación del donante. 2. Diagnóstico de la muerte. 3. Consentimiento familiar. 4. Mantenimiento del donante y estudios de viabilidad. 5. Extracción y distribución de los órganos. La última parte del proceso es la Extracción de órganos y tejidos, confirmando su viabilidad y haciendo un adecuado control de calidad. Simultáneamente, el proceso de Distribución e Intercambio de Órganos es llevado a cabo por las oficinas regional o nacional de intercambio, para encontrar los mejores receptores de las listas de espera, siguiendo los criterios de distribución previamente consensuados y establecidos. Cuando los órganos son asignados, se realiza el Trasplante, devolviendo a la Sociedad un regalo de vida cada vez que un órgano o tejido es trasplantado. La comunidad médica facilita perpetuar el Ciclo cada vez que el éxito de un trasplante, comprobado a través de estudios de supervivencia y mejora de la calidad de vida, se presenta a la Sociedad. Durante los próximos párrafos expondremos los 5 pasos sucesivos del proceso de procuración de órganos y tejidos, con especial énfasis en la selección del donante hepático y su mantenimiento, describiendo la logística intrahospitalaria que se sigue en la mayoría de centros españoles. 367 (TCE), accidente cerebro-vascular (ACV), encefalopatía anóxico-isquémica, tumor cerebral primario, intoxicaciones, etc. OBTENCIÓN DE ÓRGANOS Y TEJIDOS SEGÚN TIPO DE DONANTE VIVO PARADA CARDÍACA MUERTE ENCEFÁLICA EXITUS NHBD RIÑÓN HIGADO + TEJIDOS TEJIDOS ÓRGANOS Y TEJIDOS Fig. 30.2 — Obtención de órganos y tejidos según tipo de donante. IDENTIFICACIÓN DEL DONANTE Tipos de Donantes La donación de órganos o tejidos puede ser obtenida de donantes vivos o cadavéricos (ver Fig. 30.2). Donante vivo: se refiere a donantes genética o emocionalmente relacionados con el receptor. Es posible obtener tejido regenerable como células sanguíneas o médula ósea. También órganos como el riñón, algún segmento o lóbulo hepático (indicados en receptores infantiles o adultos en circunstancias especiales que se describirán posteriormente), algún lóbulo pulmonar, segmentos pancreáticos, etc. Donante cadavérico: conceptualmente consideramos como donante a toda persona fallecida que no haya manifestado en vida oposición expresa a la donación, de acuerdo con la legislación vigente. Por ello cualquier cadáver debe ser evaluado como posible donante. Según en la situación en la que se produzca la muerte, podemos encontrar tres tipos de donantes: 1. Donantes en Muerte Encefálica (M.E.): La ME viene definida por el cese irreversible de todas las funciones del tronco y hemisferios cerebrales. La interrupción de estas funciones va acompañada de la pérdida absoluta de la función respiratoria y del control cardiovascular, que deben ser mantenidos de forma artificial. Las diferentes causas que pueden conducir a ME son aquellas patologías cerebrales graves (PCG) definidas como paciente en estado de coma con una puntuación en la escala de Glasgow inferior a 7. Éstas pueden ser: traumatismos craneo-encefálicos 368 La incidencia de fallecimientos en ME en nuestro medio hospitalario oscila entre un 1-6%. En los estudios multicéntricos realizados en España en diversas comunidades autónomas en 1991-92 y 1998-2000, se pudo constatar que la incidencia real de M.E. fue de un 2% y de alrededor de un 14% de los fallecimientos en UCIs1,2 Estos datos muestran además, que la incidencia esperada de fallecimientos en situación de M.E. puede fijarse entre 50-60 personas/año/millón de población (pmp). A pesar de que estas cifras significarían un número elevado de donantes potenciales, existen una serie de factores que producen una disminución del mismo3: — Contraindicación clínica (16-32%) — Negativa Familiar (10-60%) — Negativa Judicial (5-10%) — Problemas de mantenimiento del donante (7-9%) — Otros problemas logísticos. El número de pacientes que fallecen en situación de ME y llegan a ser donantes de órganos se sitúa en torno al 1-6% de todos los exitus hospitalarios. Así pues es imprescindible que el Coordinador de Trasplantes ponga en marcha todos los recursos a su disposición en el medio hospitalario para detectar sistemáticamente toda situación de ME. 2. Donantes a Corazón Parado (Non HeartBeating Donors: NHBD): lo forman un grupo de pacientes que fallecen por una parada cardiorespiratoria (PCR) irreversible con un periodo de isquemia caliente (tiempo transcurrido desde el momento de la parada cardiocirculatoria hasta el inicio de la perfusión de los órganos)4 suficientemente reducido como para posibilitar la extracción de órganos viables para el trasplante. El tiempo máximo aceptado sin reanimación cardiopulmonar (RCP) efectiva es de 30 minutos y de 90 cuando ésta ha sido eficaz.5 Este tipo de donantes pueden ser valorados como donantes renales, hepáticos y de tejidos. 3. Donantes fallecidos en PCR: Se refiere a aquellos pacientes que presentan una PCR irreversible de etiología respiratoria, cardiovascular o por enfermedad sistémica. Sólo pueden ser va- lorados como donantes de tejidos. Es el grupo más numeroso tanto a nivel intra como extrahospitalario. En Europa y en Estados Unidos de América (EUA) la principal fuente de órganos para la donación son los donantes en ME. El porcentaje de trasplante renal de donante vivo varía según el país, siendo en España del 0.8% en 19996. En algunos países europeos, latino-americanos o asiáticos esta cifra puede incrementarse, llegando hasta el 50% o más de todos los donantes (78.84% en Filipinas, 100% en Egipto).7-10 SISTEMAS DE DETECCIÓN DE DONANTES Sistemas Intrahospitalarios En España las autoridades sanitarias, de acuerdo con la administración y los profesionales, regulan los hospitales acreditados para procurar y trasplantar órganos y tejidos, tal y como se define en el Real Decreto 2070/1999 del 30 de Diciembre, art. 16, 17 y 18.11 En función de estos criterios podemos dividirlos en: — Centro Generador y Trasplantador: son aquellos centros con ambas capacidades, la de generar órganos y tejidos y la de hacer los trasplantes. — Centro Extractor: son los hospitales con capacidad para el diagnóstico de la ME y un correcto mantenimiento del donante, y con los recursos médico-quirúrgicos necesarios para llevar a cabo la extracción y preservación de los diferentes órganos y tejidos. Este hospital puede estar adscrito a un centro trasplantador de referencia, al que enviará los órganos y tejidos para ser trasplantados. — Centro Detector: hace referencia a aquellos hospitales que colaboran en la detección de donantes, con o sin capacidad de diagnosticar la ME y/o el correcto mantenimiento del donante. Todos estos donantes detectados serán trasladados al hospital de referencia que corresponda. En todo el país existen diversas redes hospitalarias compuestas por un centro trasplantador, varios extractores y otros tantos detectores para asegurar la detección del mayor número de donantes. Todas ellas a su vez son integradas a través de oficinas regional y nacional de coordinación de trasplantes. Sistemas Extrahospitalarios La única extracción que puede ser llevada a cabo fuera del hospital es la enucleación de los globos oculares para la obtención de córneas, con un equipo entrenado y disponible para tal efecto, bajo el control de un centro hospitalario. VIAS DE DETECCIÓN DE LOS DONANTES A pesar del significativo aumento en la detección y procuración de donantes en los últimos años, la escasez de órganos es evidente. Para mantener y mejorar estas cifras es necesario desarrollar una red sólida y eficiente de profesionales sanitarios con un objetivo común: el incremento de la donación de órganos y tejidos. Para llevar a término el proceso de la donación y trasplante es necesario desarrollar una amplia y fuerte estructura que la soporte. Ésta se basa en la estrecha colaboración de tres equipos que trabajan de forma independiente, cada uno con tareas claramente definidas. Son el equipo de Coordinación de Trasplantes, el equipo de Trasplante y la Oficina de Trasplantes. Cuando se acepta una donación, estos equipos deben estar bien organizados para actuar rápidamente: los equipos generadores encargados del proceso de detección de donantes y procuración de órganos y tejidos, los equipos trasplantadores integrados por el personal médico-quirúrgico y de enfermería que hacen posible la extracción y el implante, y la oficina de trasplante encargada del intercambio de órganos entre los equipos trasplantadores. Buenos ejemplos de ellas son la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en España o la Organització Catalana de Trasplantaments (OCATT), que se encargan de asignar y distribuir los órganos a nivel regional, nacional o internacional. La pieza clave para incrementar el número de donantes es el desarrollo de estrategias para detectar a todos los pacientes en situación de ME, a través de un sistema profesionalizado, como es el caso de los coordinadores de trasplantes usado en España. Lo hemos denominado: “Transplant Procurement Manager” (TPM)12, porque su principal objetivo es proveer todos los recursos necesarios para transformar cadáveres en donantes y distribuir los órganos y tejidos generados a los receptores más adecuados. Por normativa legal 369 todo centro extractor y trasplantador debe contar con una oficina de coordinación de trasplantes para su funcionamiento. Las diversas vías de detección varían en función del tipo de donante: Detección de donantes en ME El TPM ha de identificar a todos los pacientes con PCG cuya condición clínica exige un seguimiento de su evolución, ya sea hacia su recuperación o al desarrollo de la ME. Otro grupo de pacientes son los que han sufrido una PCR con reanimación prolongada y daño cerebral irreversible. Dado que son pacientes que requieren un soporte ventilatorio y cuidados especiales, estarán ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) y reanimación, tales como: — Servicios de Urgencias Hospitalarias Relaciones con otros Centros El establecimiento de redes con centros detectores para colaborar en la detección de posibles donantes en su propia UCI es un mecanismo de incrementar la generación de órganos y tejidos por parte de un centro trasplantador. Estas redes se basan en dar todo el apoyo logístico necesario por parte del centro trasplantador de tal manera que la detección de un posible donante no suponga una excesiva carga asistencial para el personal del centro detector. Detección de Donantes a Corazón Parado (NHBD) Se dividen en dos grupos considerando su procedencia intra o extrahospitalaria. — Unidades de Vigilancia Intensiva Origen Intrahospitalario — Unidades de Politraumatizados — Pacientes ingresados en la UCI en situación de ME que sufren una PCR irrecuperable. — Unidades de Reanimación de Anestesia — Unidades de Coronarios — Servicios de Neurocirugía — Servicios de Neurología Así pues, podemos considerar tres vías principales de detección: Vía Administrativa Consiste en revisar periódicamente las listas de los ingresos realizados por el servicio de Urgencias, de aquellos pacientes con PCG para conocer su destino intrahospitalario y poder realizar su posterior seguimiento. — Pacientes sometidos a circulación extracorpórea que no recuperan la función cardíaca. Origen Extrahospitalario Son pacientes que ingresan en el hospital en situación de PCR irrecuperable con un tiempo de isquemia caliente suficientemente reducido.13 En este grupo de posibles donantes se requiere una infraestructura compleja y de respuesta inmediata en los servicios de urgencias, para poder poner en marcha la posible recuperación de algunos de sus órganos. Detección de Donantes Éxitus Vía Asistencial — Visita diaria del TPM a las UCI mencionadas en las que puede estar ingresado un potencial donante. — Aviso por parte del personal sanitario de las unidades correspondientes ante la presencia de un paciente en situación de ME. — Cuando el profesional de UCI combina su trabajo asistencial como médico de UCI con la labor de TPM. 370 Son pacientes que fallecen por PCR irreversible, con un tiempo de isquemia caliente suficientemente grande como para no ser donantes a corazón parado. Actualmente, la mayoría de los donantes de tejidos son aquellos que han fallecido en ME y que además han sido donantes de órganos. Dado que el mayor número de fallecimientos se produce por PCR, deben establecerse mecanismos para su detección. Para ello se requiere una gran concienciación de todo el personal sanitario, que informe rápidamente al TPM al tener conocimiento de un éxitus. Podemos tener en cuenta tres posibles vías de detección: Vía Administrativa — Control diario de todos los éxitus acaecidos la noche anterior. — Aviso del personal de la Funeraria al personal de Coordinación de Trasplantes. Vía Asistencial — Aviso del personal sanitario de los éxitus ocurridos en sus respectivas unidades. — Aviso del Asistente Social que colabora con los familiares en la tramitación de la documentación del fallecido. Vía Familiar En algunas ocasiones es la propia familia la que solicita la donación. Afortunadamente, este hecho ocurre cada vez con mayor frecuencia gracias a su solidaridad. En resumen, para que la detección de donantes en un hospital sea eficaz y se convierta en una conducta habitual, son importantes tres aspectos: La forma de localización del equipo de coordinación de trasplantes ha de estar perfectamente establecida, debe ser sencilla y rápida, y conocida por todo el personal sanitario. La elaboración de protocolos de detección e identificación contribuye a una menor pérdida de potenciales donantes. Para un óptimo funcionamiento de todo el proceso, el TPM debe realizar una correcta educación y motivación del personal, sensibilizando a todos los profesionales sobre la problemática de la donación y el trasplante. Algo también fundamental es hacerles partícipes de los resultados obtenidos y del destino de los órganos de los donantes detectados en su Unidad o Centro. VALORACIÓN CLÍNICA Y SELECCIÓN DEL DONANTE DE ÓRGANOS Una vez detectado un posible donante es prioritario realizar una exhaustiva valoración, para establecer la idoneidad como tal. Para alcanzar este objetivo debe seguirse un proceso sistemático que englobe el establecimiento de la causa de la muerte, la revisión de la historia clínica y la valoración de la perfusión y oxigenación tisular, y la funcionalidad y viabilidad de los órganos. ESTABLECER LA CAUSA DE LA MUERTE Se trata de determinar cuál es la causa de la muerte del posible donante con el objetivo de excluir enfermedades tumorales malignas, pasadas o actuales, o infecciosas transmisibles, de manera que no puedan desarrollarse en el receptor de los órganos. Hasta hace unos años los donantes solían ser adultos jóvenes con TCE graves por accidentes de tráfico (59% de todos los donantes en 1991) y un bajo porcentaje de edades más avanzadas con ACV (alrededor del 30% en 1991).14,15 Hoy en día, gracias a las normativas de circulación y al incremento del uso del cinturón de seguridad y del casco se han reducido considerablemente el número de donantes con TCE (23% en 1999). Esta situación junto con la mayor experiencia de los grupos trasplantadores y los buenos resultados han determinado un cambio en los donantes aceptados para trasplante. Son de edades más avanzadas y la causa de muerte suele ser un ACV y patologías asociadas (55.4 % en 1999).16 Este cambio conlleva como consecuencia un importante número de donantes con mayor número de problemas clínicos relacionados con la edad. REVISIÓN DE LA HISTORIA CLÍNICA La revisión de la historia clínica de un posible donante no debe rebelar enfermedades pasadas o presentes, hábitos personales, factores de riesgo o tratamientos que puedan comprometer la funcionalidad de los órganos o significar la transmisión de la enfermedad al paciente trasplantado inmunodeprimido. En este proceso podemos encontrar factores que contraindican la donación de una manera absoluta, en cuyo caso se descarta el donante, y otros que lo hacen de una manera relativa, estudiando y analizándolos con mayor profundidad para indicar o no la donación. 371 Contraindicaciones Absolutas Hay muy pocas contraindicaciones absolutas para la donación de órganos y tejidos en general. Éstas son: — Infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (HIV) o seropositividad. — Sepsis no controlada de origen bacteriano, viral o fúngico. — Neoplasia maligna actual o pasada de cualquier localización, excepto carcinoma basocelular, carcinoma “in situ” de útero o algunos tumores primitivos del sistema nervioso central (SNC): meningioma benigno, adenoma pituitario, schwannoma acústico, craneofaringioma, astrocitoma pilocítico (grado I), quiste epidermoide, quiste coloide del tercer ventrículo, papiloma del plexo coroideo, hemangioblastoma aislado, tumores de células ganglionares (ganglioglioma, gangliocitoma), pineocitoma, oligodendroglioma de bajo grado, A y B de Schmidt, ependimoma convencional (no anaplásico), teratoma maduro, xantoastrocitoma pleomorfo, astrocitoma gigantocelular subependimario, astrocitoma desmoplásico infantil, subependimoma, astroblastoma, gangliocitoma displásico cerebeloso, neurocitoma central, malformaciones vasculares, tumores mesenquimales benignos, hamartoma hipotalámico, glioma nasal, meningiomatosis.17,18 Algunos grupos consideran la posibilidad de aceptar como donantes de órganos a pacientes con antecedentes de neoplasia tratada de más de 10 años de evolución, excepto en casos de neoplasias de crecimiento lento como el carcinoma de mama o el melanoma. — Enfermedades sistémicas con repercusiones severas sobre los órganos que van a ser trasplantados: colagenosis, vasculitis, enfermedad arteriosclerótica severa, etc. Contraindicaciones Relativas en el Donante Hepático. Para la valoración de cada órgano se sigue el mismo proceso. En nuestro caso nos centraremos en la valoración del donante hepático. En teoría cualquier hígado que funcione bien en un donante debería funcionar en otro ser humano pero, en contra de lo que pueda parecer, la función hepática varía mucho de un caso a otro 372 tras el trasplante, estando en función del tiempo trascurrido entre la isquemia y la reperfusión. Pueden influir muchos factores y condicionar un espectro de resultados, que van desde una funcionalidad totalmente correcta, pasando por una pequeña disfunción, hasta llegar a un fallo hepático primario que puede requerir un retrasplante inmediato. Así pues, la aceptación universal de cualquier hígado no es factible. En los inicios del trasplante de hígado se tenían en consideración las condiciones del mantenimiento hemodinámico del donante, sus dosis de dopamina, si requería vasopresina o no, la edad (si era superior a 50-55 años se rechazaba), etc.19 Todo esto ha evolucionado mucho desde entonces. En los últimos años la demanda de donantes de órganos se ha incrementado y los resultados de supervivencia han mejorado tanto que el grado de exigencia en la aceptación de un hígado se ha reducido y flexibilizado progresivamente. Cuando se evalúa un potencial donante se utilizan varios parámetros para establecer los criterios de selección de cada órgano. En el caso del donante hepático estos criterios son: 1) Clínicos: • Antecedentes de hepatopatía adquirida (p.e. cirrosis establecida) o hereditaria, enfermedades graves de la vía biliar, hematomas, etc. • Grupo sanguíneo: debe ser isogrupo o grupo compatible en casos de urgencia. • nspección física del cadáver en busca de adicción a drogas por vía parenteral (ADVP), tatuajes, etc. • Evaluación de riesgo biológico: drogadicción, promiscuidad, ingreso penitenciario, transfusiones sanguíneas o derivados, tratamientos con plasma, etc. • Edad: La edad media de los donantes está cambiando. En España ha pasado de 34,5 años en 1992 a 42,5 en 1998. En 1991 sólo el 3% de los donantes superaban los 60 años, mientras que en 1996 este grupo ya representaba más del 20%.16,20 El envejecimiento provoca cambios en el hígado (aumento del colágeno, disminución del tamaño y del flujo hepático,…) pero a pesar de ellos la función hepática se altera muy levemente. La supervivencia del injerto no muestra diferencias importantes con la utilización de hígados de do- nantes menores de 55 años y los hígados de donantes entre 55 y 65 años.2 Los buenos resultados a largo plazo de la función y supervivencia de órganos procedentes de donantes añosos y el hecho de que cada vez más receptores mayores son introducidos en las listas de espera, implica que no debe haber límite de edad para la donación. La edad debe dejar de ser un factor limitante, ya que está interrelacionado con el resto de variables.21,22 • Sexo: ningún estudio sobre el sexo del donante o sus posibles combinaciones con el del receptor ha demostrado la existencia de diferencias significativas en el pronóstico o la supervivencia del injerto hepático.23,25 • Alcoholismo: evaluación cuantitativa de la ingesta y duración. Por encima de un consumo moderado: >24g/día en hombre y >16 g/día en mujeres, debe realizarse un estudio detallado para analizar la posible repercusión de dicho hábito sobre el hígado del posible donante. • Tratamientos farmacológicos crónicos: Es importante correlacionar su ingesta con el funcionalismo hepático para determinar cuál es la repercusión. Podemos destacar: barbitúricos, antidepresivos, anticomiciales, antiarrítmicos, fenitoina, algunos antihipertensivos y antibióticos, etc. • Causa de la muerte: Ningún estudio realizado muestra una correlación entre la mala evolución del injerto y la causa de la muerte del donante.24,25 Se deben evaluar traumatismos abdominales o intoxicaciones por su posible repercusión sobre el hígado. • Factores de riesgo cardiovascular y arterioesclerosis: tabaquismo, hiperlipidemia, obesidad, cardiopatía crónica por la estasis hepática que ocasiona, etc. • Enfermedades infecciosas: Hepatitis B o C (donación indicada en sólo ciertos casos en receptores infectados previamente por el mismo agente y en situación prolongada de urgencia), infecciones respiratorias o renales relacionadas con largas estancias en UCI e intubación. En el paciente trasplantado inmunodeprimido puede reactivarse la infección por citomegalovirus (CMV) presente y latente en el donante, que según algu- nos estudios puede influir en la pérdida o rechazo a largo plazo del hígado.26 Por contra otros autores no han conseguido la implicación del estado serológico del donante o del receptor con una mala evolución.27 2) Funcionales o bioquímicos: Deben considerarse aquellas analíticas que evalúen la función hepática. Las desviaciones de los límites de la normalidad se valoran en función de la historia previa y de su evolución. Se evalúan aminotransferasas (AST, ALT) y gammaglutamiltranspeptidasa (GGT), bilirrubina, fosfatasa alcalina (FA) (cuya elevación no debe ser mayor de cuatro veces el valor normal), lactatodehidrogenasa (LDH), albúmina, proteínas totales, electrolitos (Na, K), tiempo de protrombina, plaquetas, volumen corpuscular medio (VCM). Los valores no deben ser evaluados únicamente como una cifra, sino como una tendencia, al descenso o al incremento. 3 ) Hemodinámicos: Debe evaluarse la evolución en las últimas 24-48h.28,29 Un correcto mantenimiento del donante contribuirá a un trasplante exitoso de sus órganos.30 Presión arterial: periodos de hiper o hipotensión prolongadas (>4-8h) pueden dañar el hígado y otros órganos. Los periodos de hipotensión de corta duración y que remontan bien con la administración de líquidos e inotrópicos no contraindican per se la utilización de ningún órgano; presión venosa central (PVC); saturación de Hb; paro cardíaco o maniobras de resucitación cardiopulmonar, y su tiempo de duración (si la PCR es prolongada: >20 min. puede afectar al hígado lo suficiente como para no poder ser trasplantado. Debe evaluarse la evolución en las últimas 24-48h.28,29 4) Tratamiento farmacológico: Es importante evaluar el tipo de drogas vasoactivas, dosis y tiempo de administración, utilización de vasopresina o desmopresina, etc. y sus posibles repercusiones sobre el hígado. Son fármacos que pueden mantener una buena tensión arterial, pero conllevan una mala perfusión tisular a nivel de algunos órganos. 5) Infección actual o pasada: Hemograma, plaquetas, presencia o no de fiebre, cultivos previos y antibiograma. En las infecciones recientes debe conocerse el tipo de infección, el germen implicado, el tratamiento, su duración. 6) Morfológicos: Para valorar el hígado una de las mejores técnicas no invasiva es la ecografía 373 abdominal. Permite visualizar el parénquima hepático, la vía biliar y la porta, sus relaciones con otros órganos, detectar la existencia de líquido libre abdominal, hematomas, etc. 7) Valoración macroscópica intraoperatoria: Es probablemente uno de los parámetros más decisivos en la aceptación o no de un hígado para trasplante. Vemos el aspecto macroscópico, detectamos cambios vasculares, de coloración, de consistencia, de superficie y de sus bordes, de fibrosis, esteatosis o cirrosis. Observamos si la perfusión es homogénea. En los casos en los que se detectan variantes anatómicas, éstas se analizan según su viabilidad para el implante. Son idealmente válidos aquellos hígados que presentan un aspecto sonrosado, tacto liso, consistencia blanda, borde agudo y no tienen apariencia esteatósica o fibrótica. La experiencia del cirujano, del equipo de trasplantes y la situación clínica de los receptores en la lista de espera pueden favorecer o no la aceptación de un hígado que no cumpla totalmente los criterios de órgano ideal. 8) Valoración histológica: Es un criterio más de viabilidad del órgano. A menudo se realiza tras un examen macroscópico dudoso o anormal. Puede llevarse a cabo una biopsia para evaluar el grado de esteatosis (cifras superiores al 30-50% descartan el órgano)31,33, cambios fibróticos o isquémicos, estasis, cirrosis. También es útil en el estudio de nódulos o tumoraciones. En caso de tumoración cerebral o de otros órganos, se llevará a cabo una autopsia antes del implante para determinar el carácter histológico benigno o maligno, y proceder o no al implante. 9) Tiempo de isquemia fría: debe buscarse idealmente el menor tiempo de isquemia fría para que la reperfusión no comprometa la función hepática tras el implante. El tiempo ideal es inferior a 6h, mientras que el máximo debe ser inferior a 16-18h. 10) Indicación del implante: split, dominó, donante vivo, donante pediátrico. Son fundamentales para la aceptación de un hígado para cualquiera de estos tipos de implante el factor vascular y las características del receptor. Un donante hepático se considerará adecuado cuando ninguna de las alteraciones citadas estén presentes o, si lo están, no sean suficientemente importantes como para contraindicar la viabilidad del implante del órgano. La tendencia 374 debe ser la de valorar intraoperatoriamente cualquier hígado a menos que existan datos que hagan pensar lo contrario, y no la de tener que demostrar que el hígado es adecuado para el trasplante. Debido al gran número de parámetros que intervienen, cada caso debe ser estudiado en particular, dentro de su contexto, y la suma de todos ellos debe ser la que determine la indicación o no del trasplante del hígado. Cada equipo trasplantador puede tener una forma diferente de evaluar un órgano, en función de su experiencia, las características de sus donantes y de sus receptores. La no aceptación del órgano por parte de un equipo debe implicar seguir ofreciéndolo a otros equipos si el TPM considera que puede ser viable. Además, es importante que todos los miembros del equipo se reúnan periódicamente para aunar los criterios, de manera que a la hora de tomar decisiones no hayan discrepancias. Nunca han estado bien establecidos unos criterios específicos y concretos de aceptación de donantes hepáticos, aceptados de una forma genérica por todos los equipos de trasplante. No hay ningún método contrastado científicamente que nos pueda predecir la viabilidad de un hígado antes de ser implantado. Se está valorando experimentalmente la eliminación de monoetilglycinexylidine (Megx), un metabolito de la lidocaína formado en el hígado, y otros metabolitos a través del uso de máquinas de perfusión pulsátil que permitan evaluar “ex situ” la funcionalidad y viabilidad del órgano para implante. Pero aún se está en una etapa muy inicial de la investigación.34 La mayoría de los casos de fracaso del trasplante se producen en el primer año, sobre todo en los primeros 90 días35. Esta pérdida tan precoz estaría relacionada con las condiciones del donante, mientras que la pérdida más tardía estaría relacionada con el rechazo, las infecciones y la recidiva de la enfermedad del receptor.35,36 DIAGNÓSTICO DE MUERTE ENCEFÁLICA (ME) Concepto de Muerte Encefálica (ME) El fallecimiento de un ser humano es un proceso evolutivo en el que desaparecen progresivamente todas las funciones de los órganos corporales. La ausencia de cualquier tipo de actividad corporal, incluida la respiratoria y cardíaca, ha sido la forma más aceptada para definir la muerte de un individuo. Pero el desarrollo de técnicas de soporte ventilatorio y cardíaco ha variado la evolución de determinadas enfermedades, de manera que tras la resolución del proceso agudo puede llevarse a cabo una determinada recuperación. Así pues, el fracaso completo e irreversible de las funciones de los hemisferios y del tronco cerebral es lo que se define como ME, y es reconocida en muchos países del mundo como la muerte legal del individuo. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE MUERTE ENCEFÁLICA En España vienen regulados por la Ley 30/1979 de 27 de Octubre sobre extracción y trasplante de órganos37, que se desarrolla en el Real Decreto 2070/1999 de 30 de Diciembre11, el cual deroga al anterior de 1980 (Real Decreto 426/1980 de 22 de Febrero). Diagnóstico y Certificación de Muerte Se basa en la confirmación del cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias (muerte por PCR) o de las funciones encefálicas (ME), según el art. 10 del Real Decreto 2070/1999 de 30 de Diciembre.11 Exploración Clínica Neurológica Para realizar el diagnóstico es necesario que el coma sea de etiología conocida y de carácter irreversible, con evidencia clínica o por neuroimagen de la lesión en el sistema nervioso central (SNC) compatible con situación de ME. La exploración neurológica debe ser sistemática, completa y rigurosa. Antes de iniciarla se ha de comprobar que el paciente está estable hemodinámicamente, con oxigenación y ventilación adecuadas, temperatura corporal > 32ºC, ausencia de alteraciones metabólicas, sustancias o fármacos depresores del SNC que pudieran ser causantes del coma, y ausencia de bloqueantes neuromusculares. Esta exploración se basa en la demostración de la ausencia de toda función encefálica tras el examen de la conciencia y de todos los pares craneales y núcleos. Los tres hallazgos principales en la exploración clínica neurológica son: • Coma arreactivo, sin respuestas motoras o vegetativas al estímulo algésico en el territorio de pares craneales o por encima de la línea trazada entre el borde inferior del pabellón auricular y el mentón. No deben presentarse posturas de descerebración ni de decorticación. Es importante tener en cuenta que la presencia de actividad motora de origen espinal, tanto espontánea como inducida, no invalida el diagnóstico de ME. • Ausencia de reflejos troncoencefálicos (fotomotor, corneal, oculocefálicos, oculovestibulares, nauseoso y tusígeno) y de la respuesta cardíaca a infusión endovenosa de 0.04 mg/kg de sulfato de atropina (Test de la atropina: la frecuencia cardíaca basal no debe incrementarse más del 10% tras la infusión), por una vía diferente a la de cualquier medicación inotrópica. • Apnea, demostrada mediante el test de la apnea, comprobando que no existen movimientos respiratorios torácicos ni abdominales durante el tiempo de desconexión del respirador suficiente para que la pCO2 en sangre arterial sea superior a 60 mmHg. Debe prestarse vigilancia a mantener flujo de O2 a través del tubo orotraqueal para mantener una adecuada saturación de O2 durante la desconexión. Existen una serie de condiciones que nos pueden dificultar el diagnóstico clínico de ME: intoleracia hemodinámica al test de la apnea, hipotermia severa (< 32ºC), pacientes con grandes destrozos del macizo facial o circunstancias que impidan la exploración de los reflejos troncoencefálicos, intoxicación o tratamiento previo con dosis elevadas de fármacos o sustancias depresoras del SNC, niños menores de 1 año. Periodo de Observación. Es importante determinar la irreversibilidad de la lesión. Por ello se recomiendan unos periodos mínimos de observación, que se han de valorar individualmente. Siempre que el diagnóstico sea sólo clínico, se recomienda repetir la exploración neurológica a las 6h. en lesiones destructivas conocidas, a las 24h. en casos de encefalopatía anóxica y a criterio médico en los casos de intoxicación o tratamiento con fármacos o sustancias 375 depresoras del SNC. Estos periodos de observación pueden acortarse a criterio médico, de acuerdo con las pruebas instrumentales de soporte diagnóstico realizadas. Pruebas Instrumentales de Soporte Diagnóstico No son obligatorias excepto si se da una de las condiciones que dificulte el diagnóstico clínico de ME citadas anteriormente, o si no hay evidencia de lesión destructiva cerebral demostrable por neuroimagen o por la clínica o cuando la lesión causal es primariamente infratentorial. Para complementar el diagnóstico y acortar el periodo de observación es aconsejable realizar alguna prueba instrumental. Éstas pueden ser: EEG y potenciales evocados (evalúan la función neuronal), arteriografía de los 4 vasos, angiografía cerebral por sustracción digital, angiogammagrafía cerebral isotópica, sonografía doppler transcraneal (evalúan el flujo sanguíneo cerebral). Es preciso que el diagnóstico clínico de ME lo realicen 3 facultativos entre los cuales deben figurar un neurólogo o neurocirujano y el responsable de la unidad en que el paciente esté ingresado, y deben ser diferentes a aquellos que vayan a realizar el trasplante. MANTENIMIENTO DEL DONANTE Debido a la ME se producen una serie de cambios fisiopatológicos que, una vez confirmado el diagnóstico, nos plantean un cambio en la orientación del tratamiento del paciente, dirigido al soporte y protección de los órganos a trasplantar. Durante este proceso se produce una alteración en el equilibrio metabólico y hormonal y se desencadenan una serie de cambios en los sistemas respiratorio y cardiovascular.38,39 MANTENIMIENTO HEMODINÁMICO Y BALANCE HIDROELECTROLÍTICO La ME origina una disfunción en el centro vasomotor y una disminución de la liberación de catecolaminas, con la consiguiente vasodilatación progresiva y disminución de las resistencias vasculares periféricas. 376 En el potencial donante también se produce un aumento de las pérdidas de agua secundaria a la aparición de diabetes insípida (ausencia de hormona antidiurética: ADH). Otros factores que también contribuyen a la hipotensión son la restricción de líquidos, administración de diuréticos y agentes hiperosmolares empleados para el tratamiento del edema cerebral, la diuresis osmótica producida por la aparición de hiperglucemia con hiperglucosuria debido a la administración de nutriciones parenterales y glucocorticoides, pérdidas de agua por hipertermia o a través del respirador, hemorragias, etc. Además tras la herniación amigdalar se produciría un shock medular en C1 que favorecería la disminución de las resistencias vasculares periféricas.40 Para mantener una buena perfusión y oxigenación tisular es imprescindible mantener la presión arterial sistólica (PAS) como mínimo entre 90100 mmHg. Uno de los principales aspectos en el mantenimiento de un potencial donante es corregir esta hipotensión. La medida prioritaria es la expansión del volumen intravascular, usando como indicador del relleno vascular la PVC, que deberá mantenerse entre 10-15 cmH2O. La reposición se hará con soluciones cristaloides isotónicas y soluciones coloides. Es aconsejable mantener una proporción de 65% cristaloides y 35% coloides. En caso de haber pérdidas sanguíneas, se deben corregir con concentrados de hematíes o sangre total, manteniendo el hematocrito por encima del 30% y la hemoglobina superior a 10g/dl. Debe prestarse especial atención a un control periódico del sodio sérico para prevenir el desarrollo de hipernatremia debida a la diabetes insípida y a las soluciones utilizadas para la reposición de volumen. Alcanzado el balance líquido adecuado, la persistencia de hipotensión debe ser tratada con agentes inotrópicos. La dopamina es el fármaco más utilizado. A dosis betaadrenérgicas se produce una vasodilatación renal; a dosis alfaadrenérgicas (>10mcg/Kg/min) ocurre una vasoconstricción renal y sistémica progresiva, que podrá comprometer a los órganos. La asociación de dopamina con dobutamina permite disminuir la dosis de la primera a niveles no perjudiciales para los órganos. Si con estas medidas tampoco se consiguen tensiones arteriales adecuadas, se puede asociar noradrenalina (3-20mcg/Kg/min).41 En la fase inicial de instauración de la ME durante el enclavamiento puede aparecer la triada de un episodio de hipertensión, arritmias cardíacas y cambios electrocardiográficos (elevaciones del segmento ST). La utilización de betabloqueantes de corta acción (esmolol) soluciona este cuadro; puede realizarse un tratamiento de las arritmias si se considera apropiado. Mantenimiento de la Coagulación En ocasiones los pacientes en ME pueden sufrir alteraciones de la coagulación, llegando incluso a una coagulación intravascular diseminada (CID). La causa de estos desórdenes pueden ser las grandes pérdidas sanguíneas, transfusiones previas con sangre citratada, hipotermia y, sobre todo, la liberación de agente fibrinolítico hístico de tejido cerebral isquémico-necrótico. Para su correcto tratamiento se administran concentrados de plaquetas o se transfunde plasma fresco. Debido al riesgo de trombosis microvascular no se aconseja utilizar ácido épsilon aminocaproico en la CID.38,42 CONTROL DE LA TEMPERATURA CORPORAL Otra consecuencia de la ME es la desaparición de los mecanismos hipotalámicos encargados de la termorregulación. Esto se traduce en una pérdida progresiva de calor, provocando una hipotermia que puede originar múltiples alteraciones: inestabilidad cardíaca, arritmias, alteraciones electrolíticas, retraso de la actividad enzimática, alteraciones de la coagulación, reducción de la liberación de oxígeno en los tejidos, etc. Debe contrarrestarse con sistemas de conservación de calor (mantas eléctricas, lámparas), humedecer y calentar los gases respiratorios, soluciones intravenosas calentadas. A ser posible la temperatura no debe bajar más allá de los 35ºC.41 ALTERACIONES DEL SISTEMA ENDOCRINO La alteración principal es la diabetes insípida, caracterizada por la producción de grandes cantidades de orina muy diluida (la diuresis puede llegar a ser superior a 500cc/h), que en la mayoría de los casos es secundaria al déficit de ADH por la pérdida del control hipotálamo-hipofisario. A las pocas horas del enclavamiento los niveles indetectables de ADH provocan un aumento incontrolado de orina hipoconcentrada, y la aparición de hipernatremia, hipomagnesemia, hipopotasemia, hipocalcemia e hipofosfatemia. Es importante la reposición de la pérdidas urinarias de forma horaria para evitar alteraciones hidroelectrolíticas e hipotensión. Si la diuresis supera los 200-250 ml/h está indicada la utilización de vasopresina o análogos de la ADH (desmopresina). La acción de la vasopresina es dosis-dependiente: a dosis bajas (1-2U/h) aumenta la reabsorción de agua y disminuye la diuresis, mientras que a dosis más elevadas actúa sobre los vasos sanguíneos produciendo hipertensión arterial y vasoconstricción de varios territorios (pulmonar, hepático y coronario entre otros) sin aumentar en mayor proporción su efecto sobre la diuresis.43 La desmopresina es el fármaco de elección. Su acción es más potente y prolongada, con un efecto antidiurético selectivo, actuando también sobre los vasos sanguíneos. Dentro de los desórdenes endocrinos, la regulación de la glucosa se encuentra a menudo alterada. El origen es multifactorial: liberación de catecolaminas, yatrogénica (glucocorticoides, sueros glucosados), hipotermia. Las consecuencias de la hiperglucemia son la acidosis metabólica, cetosis, hiperosmolaridad y diuresis osmótica con pérdidas renales de agua y electrolitos. El tratamiento consiste en administrar insulina intravenosa en perfusión continua. Tras la ME progresivamente se sustituye el metabolismo aerobio por anaerobio con tendencia a la acidosis metabólica, por incremento de lactato, y a la inestabilidad hemodinámica. Se ha visto que en aquellos donantes que llevan varios días en ME (p.e. imposibilidad de realización temprana del diagnóstico) la administración de triiodotironina (T3) estimula un incremento de calcio iónico, ATP, glucosa y piruvato, que sugiere una vuelta al metabolismo aerobio, recuperándose las reservas energéticas celulares y mejorando la función mioárdica y el estado hemodinámico.44 A pesar de estos estudios hay autores que sugieren un síndrome eutiroideo (sick euthyroid syndrome)45 y otros se muestran contrarios al tratamiento sustitutivo hormonal en pacientes con TCE grave.46 Soporte Ventilatorio Los donantes de órganos requieren una ventilación artificial continua, que asegure una ade377 cuada oxigenación hística. Se debe mantener una pO2 arterial superior a 100 mmHg con la menor FiO2 posible y el menor nivel de PEEP (puede disminuir el retorno venoso y el gasto cardíaco). La baja producción de CO2 condiciona la utilización de volúmenes minuto inferiores a los utilizados corrientemente en la ventilación convencional con la finalidad de mantener la normocapnia. En los donantes de órganos en ME puede aparecer edema pulmonar neurogénico, debido al aumento brusco de catecolaminas circulantes (sobre todo en pacientes jóvenes), que puede corregirse con diuréticos y aumento de la PEEP. Cambios Histológicos A pesar de que sucesos posteriores al desarrollo de la ME (periodos de severa hipoxia, hiper/ hipotensión, alteraciones electrolíticas o elevadas dosis de agentes inotrópicos) pueden contribuir a la producción de alteraciones tisulares, existen evidencias experimentales que indican que el desarrollo de la ME por sí misma es suficiente para provocar cambios histológicos en otros órganos (p.e. daño miocárdico ultraestructural).47 Se cree que puede estar relacionado con la intensa actividad del sistema nervioso simpático, con la rápida desintegración del eje hipotálamo-hipofisario o el colapso endocrino (cortisol, hormonas tiroideas, insulina, ADH y otras). Los acontecimientos descritos pueden provocar en un órgano determinado el requerimiento de un mayor soporte inotrópico o mecánico, o llevar a un fallo primario del injerto comprometiendo el éxito del posterior trasplante. El conocimiento de los mecanismos patogénicos de las alteraciones en los órganos de donantes en ME y en el receptor permitirían en un futuro una intervención farmacológica y endocrina, restaurando las condiciones iniciales y previniendo anormalidades metabólicas. Esto comportaría un buen funcionamiento del órgano en el receptor, no sólo aumentando el “pool” de donantes, sino también mejorando la supervivencia del injerto tras el implante. Formación de Radicales Libres Está demostrado que los radicales libres del oxígeno participan en la afectación de la micro378 circulación y de las células del parénquima. Para disminuir la aparición de radicales libres del O2 se han utilizado diversas sustancias: manitol, corticoides (además tiene efecto estabilizador de membranas), alopurinol (bloquea la degradación de hipoxantina a xantina). Otros fármacos usados con la misma finalidad son la superóxido-dismutasa, catalasa, otras sustancias antioxidantes, inhibidores de los canales de calcio (diltiazem), prostaglandinas y, sobre todo, prostaciclina.48,49 Complicaciones Infecciosas. HLA y Modulación de la Respuesta Inflamatoria Es importante destacar que los pacientes en ME pueden presentar sobreinfecciones secundarias a brocoaspiración o ventilación mecánica prolongada. Los focos infecciosos pueden aparecer secundariamente a traumatismos torácicos o abdominales, por la presencia de sondas vesicales o nasogástricas y catéteres venosos y arteriales. Su control, tratamiento y profilaxis pueden minimizar sus repercusiones y prevenir una posible sepsis o fallo multiorgánico en el donante. También debemos controlar la existencia de posibles factores de riesgo de infección. La profilaxis y tratamiento con antibióticos de amplio espectro (clindamicina, ceftacidima) evita la transmisión de la infección al receptor. Las tinciones de Gram y los cultivos de secreciones y fluidos corporales pueden servir de guía para la modificación de la antibioticoterapia.38 El manejo óptimo del donante puede tener consecuencias favorables en la mejora de la función del injerto. Cuando el daño asociado con la ME, el manejo del donante y el periodo de isquemia fría es reducido, la compatibilidad HLA es considerablemente menos importante en el porvenir del órgano. Recientes estudios sugieren que el daño no inmunológico en el órgano puede predisponer a una cascada de acontecimientos inmunes que conlleven un aumento de los rechazos y pérdidas de injertos. Así pues, un manejo pobre del donante, con alteraciones resultantes en el órgano puede servir para anular cualquier potencial beneficio que derive de la mejora del “HLA matching”. En el caso del trasplante de hígado el mismatching entre donante y receptor no tiene tanta importancia en la supervivencia del injerto como en el trasplante de otros órganos (riñón). Son otros factores como el aspecto macroscópico, la histología o el estado hemodinámico los que influirán en dicha supervivencia. Soporte Nutricional del Donante de Órganos Abdominales La prolongada hospitalización se relaciona con diversos grados de malnutrición. Desde que se observó que la estancia en UCI estaba correlacionada con la función del hígado en el receptor, se pone mayor atención en el soporte nutricional del donante. En los donantes en ME que reciben un soporte nutricional insuficiente, el glucógeno hepático se depleciona rápidamente. Este glucógeno representa la única fuente disponible de generación de ATP durante el periodo de anoxia fría. Dicha depleción deja al hígado más susceptible a la afectación isquémica durante el periodo anóxico y la reperfusión. Algunos modelos experimentales y clínicos sostienen que la administración de glucosa y otros nutrientes para rellenar los depósitos de glucógeno hepático consigue una mejora en la función hepatocelular postrasplante.50 Manejo Intraoperatorio La figura del anestesiólogo es decisiva para mantener la correcta perfusión y oxigenación de los órganos hasta la extracción. La duración de este procedimiento oscila entre 3-4h, en función de los órganos a procurar. El mantenimiento durante este periodo ha de ser cuidadoso, para continuar con el apoyo iniciado con anterioridad. La monitorización debe incluir: electrocardiograma, PVC, presión arterial, temperatura corporal, pulsioximetría, capnografía, diuresis, estado del equilibrio ácido-base y electrolítico, glucemia, hemoglobina y hematocrito. El anestesiólogo debe llevar a cabo el traslado del enfermo a quirófano, para asegurar que no presente ninguna alteración en su estado, y en caso de surgir alguna, la pueda solucionar. Es aconsejable antes del traslado del donante a quirófano realizar la ventilación con FiO2 de 1 durante 20-30 minutos, suspender todos los tratamientos farmacológicos que no sean exclusivamente imprescindibles y comprobar el funcionamiento de los catéteres arterial y venosos. Los problemas habituales en el mantenimiento del donante se dan continuidad en la intervención quirúrgica, siendo su manejo similar al descrito con anterioridad. La integridad medular puede conducir a la realización de movimientos reflejos en estos pacientes. No deben hacernos dudar del diagnóstico de ME y para evitar su aparición se tienen que usar relajantes musculares (pancuronio). Como en cualquier otra intervención quirúrgica es preciso reservar productos hemáticos para la extracción, especialmente si es multiorgánica, para reponer posibles pérdidas. El uso de manitol y metilprednisolona inmediatamente antes de iniciar la perfusión de los órganos, momento en el que se realiza la heparinización, parece reducir los efectos deletéreos de la reperfusión de los órganos. CONSENTIMIENTO FAMILIAR La importancia de los trasplantes de órganos ha crecido mucho en los últimos años gracias a los continuos progresos en este campo. A pesar de ello, los resultados se han visto limitados por la escasez de las donaciones.51,52 Para incrementar su número pueden dirigirse estrategias encaminadas a reducir el porcentaje de negativas familiares (21.5% en 1999). En la decisión final para la donación intervienen múltiples factores: individuales, psicosociales, culturales (pautas de comportamiento y normas), de situación, creencias, etc. Uno de los caminos para aumentar la generación de órganos es desarrollar una buena técnica de entrevista familiar, con un claro objetivo: la donación. Separando la persona que comunica el fallecimiento (médico de la unidad), y la que requiere la donación (coordinador de trasplantes), aunque informando simultáneamente, se puede aumentar la proporción de consentimientos familiares.53 Dicha entrevista debe estar bien estructurada con un contenido concreto (temas a plantear) y una dirección determinada (forma de presentar el contenido). A ser posible, antes de cualquier actuación, debemos recabar la mayor información posible sobre la familia, actitud, comprensión del proceso acaecido, nivel socio-cultural y todos aquellos factores que nos puedan ser de utilidad para orientar nuestro discurso. El profesional que lleva a cabo la entrevista tiene que explicar con claridad y sencillez los temas a tratar: causas de la muerte, ME, donación, generosidad, solidaridad, reciprocidad. Una de las funciones del entrevistador ha de ser la de crear un ambiente de confi379 anza y cercanía con los entrevistados, ofreciendo cualquier tipo de consuelo, apoyo o aclaración, dejándoles hablar libremente sin interrupciones, haciendo preguntas abiertas y evitando las directas en la medida de lo posible, escuchando, utilizando un lenguaje no verbal que invite a una buena interacción.54-57 de buscar nuevas alternativas. Para ello se han desarrollado programas de donantes hepáticos a corazón parado y la donación hepática de donante vivo. En aquellos casos en los que aparezcan conductas de falta de comprensión, negación de la donación, desconocimiento de la voluntad del fallecido, problemas con el hospital o el sistema sanitario, conflictos religiosos u otros argumentos que puedan acabar con la no donación, se deben replantear los argumentos, utilizando estrategias de cambio, dando razones que las sostengan. Siempre es importante destacar el respeto a su ulterior decisión. Si el deseo es contrario a la donación debemos retirarnos con los mismos recursos que si hubieran accedido; en caso de aceptación se continuará con el proceso, llevando a término los deseos de la familia e informándoles de todo lo que nos pidan, a excepción de la identificación de los receptores, debido a su confidencialidad. La relación de ayuda debe prolongarse en el tiempo hasta que la familia lo requiera. Una de las alternativas a la comentada escasez de órganos es generarlos de personas fallecidas por PCR irreversible, siempre que cumplan los criterios generales para la donación y el periodo desde la parada cardíaca sin maniobras de RCP efectivas no supere los 30 minutos59, siendo el periodo de isquemia caliente no superior a 150 minutos. Estos hígados indudablemente presentan un mayor riesgo de fallo primario del injerto, pero posiblemente sea mucho menor del pensado en un principio.60 El mejor conocimiento de las técnicas de preservación junto con el desarrollo de nuevos líquidos de preservación y los avances en diferentes clases de terapia inmunosupresora existentes posibilitan que la utilización de órganos de este tipo de donantes sea factible y con unos buenos resultados a largo plazo. Para mejorar la técnica de entrevista pueden presenciarse algunas de ellas realizadas por otros profesionales para estudiar su estructura y forma de hacer; también pueden realizarse simulaciones que, tras ser grabadas, pueden ser analizadas y comentadas, reforzando los aspectos positivos e identificando y corrigiendo los posibles errores. Teniendo en cuenta todos estos aspectos puede alcanzarse una mayor proporción en las donaciones y con ello un incremento en la generación de órganos para trasplante. ALTERNATIVAS AL DONANTE HEPÁTICO EN ME En la actualidad los donantes de órganos en ME son sin lugar a duda la mayor o la única fuente de hígados para trasplante en la gran mayoría de centros trasplantadores. Aunque los trasplantes cada vez son más numerosos, el incremento de pacientes en lista de espera y la mortalidad del 7-14% de los pacientes en lista de espera (7.6% en 1999 en España)58 requiere la utilización de otras técnicas y métodos para aumentar el número de pacientes que reciben un hígado. La escasez de órganos es la principal limitación al trasplante y los equipos trasplantadores tienen la obligación 380 Donante Hepático a Corazón Parado El recientemente aprobado Real Decreto 2070/ 1999 de 30 de Diciembre soluciona ciertos aspectos ético-legales que existían hasta ahora con respecto al momento del diagnóstico de la muerte y el inicio de las maniobras encaminadas a la obtención de los órganos. Según la clasificación de Maastricht aprobada en 1995, los donantes a corazón parado pueden dividirse en cuatro grupos50: Ingresados cadáver: se trata de cadáveres trasladados al hospital para la donación y que no han recibido maniobras de RCP. Resucitación sin éxito: son aquellos pacientes que sufren PCR y las maniobras de RCP avanzada son infructuosas. Solo una vez diagnosticada la muerte, pueden iniciarse todos los procedimientos para la preservación de los órganos abdominales. Pacientes con PCR controlada: son lesiones neurológicas severas que no cumplen los criterios de ME y a los que se les retiran las medidas de soporte vital. Aquí se incluyen aquellos pacientes con TCE grave que no son subsidiarios de medidas de reanimación por la extensión de sus lesiones. PCR durante o después del diagnóstico de ME. Los grupos 1 y 2 son a priori una fuente muy importante de potenciales donantes. El problema para su realización es la de organizar un sistema de traslado del paciente y rapidez de actuación de todo el equipo extractor. Este problema no es tan crucial en los grupos 3 y 4, ya que la PCR se presenta en un entorno hospitalario con capacidad de actuar rápidamente para evitar la isquemia prolongada de los órganos. El problema ético-legal es el principal inconveniente en el grupo IV, según si es aceptada o no la eutanasia activa o pasiva por la ley. Pueden presentarse dificultades en la obtención de buen retorno venoso cuando la causa de la muerte es un politraumatismo, rotura aórtica o sangrado hemoperitoneal por pérdida de la integridad vascular. Esto provoca una CEC inefectiva y, consecuentemente, una insuficiente perfusión de los órganos. En estas situaciones debemos aumentar el volumen del líquido de perfusión y revisar la posición y permeabilidad de las líneas venosa y arterial. Si a pesar de ello no es suficiente, la técnica debe ser reconsiderada y puede plantearse la posibilidad de optar por la ISP. En los últimos años se han desarrollado y evolucionado técnicas para mejorar la perfusión del órgano para preservar la función postrasplante de los órganos abdominales obtenidos de donantes a corazón parado61: Los resultados mostrados por Valero et al.5 sugieren que el enfriamiento corporal total mediante bypass cardiopulmonar permite una correcta perfusión, oxigenación y enfriamiento del donante, y parece ser el método de elección para la generación de órganos de donantes a corazón parado. Perfusión In Situ (ISP): consiste en la perfusión de unos órganos determinados mediante canulación arterial tras la PCR. El líquido de perfusión es impulsado por la fuerza de la gravedad. Es una técnica simple, de rápida ejecución y que requiere equipación poco especializada. Provoca un enfriamiento rápido y eficiente de los riñones. Elimina constituyentes sanguíneos nocivos: fibrina, plaquetas, complemento, leucocitos. Enfriamiento Corporal Total (Total Body Cooling: TBC): es una técnica algo más compleja, en la que se utiliza una bomba de circulación extracorpórea (CEC) para recircular y enfriar la sangre del propio paciente por la región donde se localizan los órganos a generar. Confiere ventajas sobre el uso de cristaloides, al ser la sangre un coloide, solución tamponadora efectiva, contiene sustratos para el metabolismo tisular. Según Koyama62 y Hoshino63 parece que los tejidos dañados por la isquemia se recuperan más fácilmente si son reperfundidos con sangre fría hiperoxigenada. El enfriamiento es progresivo, suave y homogéneo, tanto de los riñones como de los órganos y tejidos circundantes; además la bomba de CEC administra una presión de perfusión y un flujo lo suficientemente altos. Aunque se requiere una cierta habilidad técnica, ésta es relativamente simple y el aparato de perfusión es portátil; el tiempo necesario para iniciar el proceso es inferior a 10 minutos. También debemos destacar que permite el trasplante de otros órganos aparte de los riñones. Se han investigado los efectos de la isquemia caliente en la viabilidad del injerto hepático en el modelo de este tipo de donantes. El mecanismo lesivo no está claro. Algunos factores pueden contribuir al fallo del injerto tras el periodo de isquemia fría y reperfusión: daño celular endotelial, activación de las células de Kupffer, adherencia de los leucocitos o alteración de la microcirculación; en parte podrían ser prevenidos usando una perfusión inicial con solución UW caliente.64. En estudios antiguos59 se postulaba que la inhibición de la fosforilación oxidativa mitocondrial, la depleción de ATP y los consecuentes cambios en la homeostasis celular eran las principales consecuencia de la anoxia celular. Estudios recientes han puesto en duda estos conceptos sugiriendo que la transición de la permeabilidad de la membrana y la disfunción irreversible acompañante juega un papel importante en la lesión anóxica del hepatocito, independientemente de la depleción de ATP. Incluso Takada et al.65 sugieren que, tomando como referencia la supervivencia postoperatoria y el recobro del metabolismo energético hepático, el límite de isquemia caliente sin maniobras de RCP en donantes hepáticos a corazón parado parece estar entre 60 y 90 minutos. Mientras que la isquemia caliente causa principalmente lesión en las células sinusoidales, la anoxia repercute en los hepatocitos, y la reoxigenación a las células endoteliales que son más sensibles a este hecho por sus limitados mecanismos antioxidantes de defensa. 381 Donante Vivo Hepático El trasplante hepático es un recurso terapéutico limitado, debido a la gran desproporción existente entre el número de donantes y el de potenciales receptores. El trasplante hepático de donante vivo puede, en cierta medida, ser utilizado para disminuir esta proporción, siendo además un complemento a los programas de trasplante de donante cadáver. Esta técnica se inició para solucionar la falta de donantes adecuados en niños, cosa que ocasionaba una mortalidad infantil en lista de espera del 30-40%66-68. Se ha desarrollado principalmente en Japón, donde son la fuente principal de trasplante hepático dadas las dificultades religiosas que plantea la aceptación de la ME, a pesar de la reciente ley de trasplantes promulgada en 199853. Actualmente se han iniciado en diversos centros de todo el mundo programas de trasplante de hígado de donante vivo en adultos. En estos casos se ha utilizado con mayor frecuencia el implante del lóbulo derecho (a diferencia de los casos infantiles donde suele utilizarse el segmento lateral o el lóbulo izquierdo), que contiene la suficiente masa hepática como para garantizar la supervivencia de un receptor adulto. Además el hígado presenta una capacidad regenerativa muy importante que determina un crecimiento de las masas hepáticas tras el trasplante, tanto del receptor como del donante. Los enfermos que podrían beneficiarse de este programa serían: — Enfermos con indicación de trasplante según los criterios actuales con una probabilidad de supervivencia inferior al tiempo previsible en lista de espera. — Enfermos sin indicación de trasplante según los criterios actuales pero con probabilidades elevadas de supervivencia a largo plazo (individuos con edad superior a 65 años, pacientes con cirrosis o cáncer primitivo de hígado en los que la severidad y tamaño de la enfermedad es demasiado elevada como para ser incluidos en un programa de trasplante hepático pero no suficiente como para impedir una probabilidad de éxito más o menos elevada en caso de ser trasplantados). 382 — Ciudadanos de otros paises, ya que la normativa actual impide utilizar un hígado de cadáver para trasplantar a un extranjero. Cuando se pone en marcha un programa de trasplante hepático de donante vivo deben tenerse en consideración unos determinados aspectos éticos: 1. El trasplante ha de prolongar la probabilidad de sobrevida de pacientes que tienen alto riesgo de morir en poco tiempo o ha de mejorar significativamente su calidad de vida. 2. No existencia de otra posibilidad terapéutica o, si existe, no puede aplicarse o su aplicación implica una calidad de vida muy inferior a la del paciente trasplantado. 3. El riesgo para el donante debe ser mínimo. 4. El planteamiento de la donación debe llevarse a cabo después de una explicación detallada y minuciosa de todo el proceso, de la probabilidad de éxito y sus riesgos, de forma que tanto el donante como el receptor lo entiendan. 5. Dicho planteamiento debe realizarse de forma que se garantice la voluntariedad del mismo. 6. La aceptación de ser donante no debe ser algo irreversible, y el donante puede tener la posibilidad de retirarse en cualquier momento. Con el objetivo de conseguir la mayor seguridad posible se deben establecer protocolos estandarizados de la evaluación y selección del donante. Ha de tratarse de un individuo sano, con grupo sanguíneo idéntico al receptor, con un peso estimado del lóbulo derecho (segmento a trasplantar) superior al 1% del peso corporal del receptor 69,70, con una distribución de la circulación hepática y portal adecuada70,71. Las exploraciones que se han de llevar a cabo en el donante comprenden: — Pruebas analíticas generales, grupo sanguíneo, ecografía abdominal, función tiroidea y serologías víricas. — Tras el consentimiento informado: evaluación psicológica, exploración cardiorrespiratoria y estudio volumétrico, disposición vascular del hígado mediante angiotomografía axial computada helicoidal y excepcionalmente por angioradiología de tronco celíaco y de la arteria mesentérica superior. — Consentimiento informado final ante el juez de registro civil (según las disposiciones legales vigentes), programación de la intervención y obtención de sangre autóloga para su utilización en caso necesario. El trasplante hepático de donante vivo presenta en relación al de donante cadáver una serie de ventajas70,73: 1. Puede reducir la alta mortalidad infantil en las listas de espera. 2. En función de las condiciones clínicas del receptor, es posible fijar la cirugía electivamente. 3. La calidad del injerto de donante vivo es generalmente excelente, con funcionalidad normal y estabilidad hemodinámica. 4. El riesgo de fallo hepático primario es casi nulo. 5. Teóricamente debe representar un beneficio inmunológico debido a una mayor inmunohistocompatibilidad entre parientes. 6. El tiempo de preservación del injerto puede ser reducido al mínimo. CONCLUSIONES El trasplante hepático puede considerarse como una terapéutica idónea para ciertas enfermedades hepáticas terminales, en las que garantiza una mejora de la calidad de vida significativa y una supervivencia que va de 82 a 94% en el primer año y de 66 a 80% a los 5 años74,75, pero es una técnica limitada por la falta de órganos para trasplante. Por ello deben establecerse una serie de estrategias para poder conseguir que el número de donaciones se equipare al número total de potenciales receptores. Se plantea pues una serie de problemas éticos, morales y económicos. ¿Quién decide sobre la selección de unos candidatos en detrimento de otros? ¿Qué parámetros son los mejores y los más justos para dicha evaluación? ¿Quién se hace cargo de los costes cada vez mayores? Todas estas y muchas otras cuestiones deben ser planteadas y contestadas en el futuro por la propia sociedad a través de sus legítimos órganos de gobierno. Para alcanzar este objetivo será básico desarrollar una estructura capaz de detectar todos los potenciales donantes, seleccionar aquellos que cumplan todos los requisitos. necesarios, conse- guir el consentimiento familiar tras el diagnóstico de ME y llevar a cabo un correcto mantenimiento del donante con el objetivo de la procuración del mayor número de órganos y en las mejores condiciones posibles. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. 1. Miranda B, Matesanz R, Felipe C, Naya MT. Integrated ways to improve cadaveric donation. In: Touraine JL et al. (eds.), Organ shortage: The solutions. Dordrecht: Kluwer; 1995: 179190. 2. www.msc.es/ont 3. Davis CL, Marsh CL. Reduction of organ retrieval damage and organ-discard rates. The Lancet. 2 Oct. 1999; vol. 354, num. 9185: 1136. 4. Valero R, Manyalich M, Cabrer C A, Sánchez J, Umbert B, Salvador L. Extracción de órganos de donantes a corazón parado. Nefrología.1996, 16. Supl. 2. 5. Valero R, Manyalich M, Cabrer CA, Salvador L, García-Fages LC. 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