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A QUÉ NOS ENFRENTAMOS.
MUERTE SÚBITA CARDÍACA.
En una definición rápida y sencilla, PARO CARDÍACO ES EL CESE DE LOS LATIDOS DEL
CORAZÓN.
Esto ocurre cuando una persona muere por una enfermedad, por una herida o injuria,
por un paro respiratorio, electrocución, asfixia por inmersión o por otras causas como
obstrucciones respiratorias por cuerpo extraño, pero también puede ocurrir en forma
abrupta e inesperada no mediando aquellas causas, caso en el cual este dramático
evento recibe el nombre de MUERTE SÚBITA.
Esta forma de morir, se encuentra frecuentemente asociada a enfermedad de las
arterias coronarias y, aunque menos frecuentemente, se asocia con cuadros como el
tromboembolismo pulmonar, la ruptura aórtica y las hemorragias intracraneales.
Es por eso que la muerte súbita de orígen netamente cardíaco, es más propiamente
denominada MUERTE SÚBITA CARDÍACA (MSC).
En su forma de presentación más frecuente, la MSC ocurre en un individuo alrededor
de la quinta década de la vida produciendo efectos devastadores sobre familiares y
amigos y asombro y angustia entre la población general en caso de tratarse de algún
individuo conocido por la comunidad.
La muerte se presenta en estos casos, como un evento generalmente poco sufriente
para quien la padece con una contrapartida muy traumática para sus testigos.
Estos sentimientos se potencian más aún en directa proporción a la cercanía de la
víctima y en inversa proporción a su edad.
Tratando de presentar el mecanismo más común de aparición, nos remitimos a la
brusca oclusión de una arteria coronaria, seguida de la inmediata aparición de un
trastorno en la generación y transmisión del latido cardíaco bajo la forma de una
TAQUICARDIA VENTRICULAR o una FIBRILACIÓN VENTRICULAR ritmos que resultan
inefectivos para mantener la circulación de la sangre.
La víctima, puede o no tener diagnóstico previo de enfermedad cardíaca y el cuadro
puede verse influenciado por medicamentos como drogas con efectos sobre el propio
corazón, como en el caso de los antiarrítmicos, que en algunos casos pueden funcionar
como arritmogénicos, medicamentos que se usan como descongestivos,
broncodilatadores, anorexígenos, antidepresivos, muchas veces sin indicación médica o
en dosis inadecuadas, el abuso de drogas ilegales, alcohol.
Párrafo aparte para el cigarrillo, ya que fuma casi el cuarenta por ciento de la
población adulta en Argentina, a pesar de que el humo del cigarrillo, produce
vasoconstricción, taquicardia y arritmias graves, disminuye la concentración de
oxígeno en la sangre, aumenta la tensión arterial y prepara casi con esmero el camino
de la arritmia que termina con la vida del paciente y en ocasiones menos gratas y
justas aún, la de sus familiares afectados por el humo de segunda mano (una de cada
ocho muertes por fumar es por hacerlo pasivamente).
El paciente afectado por esta condición, colapsa en la inmediatez, no responde a los
estímulos, interrumpe la respiración y los movimientos y fallece en minutos si no recibe
inmediato tratamiento.
El más grave problema de este cuadro, radica en el hecho de que el daño cerebral,
ocurre en tan sólo 4 a 6 minutos desde que se interrumpe la circulación, lo que
implica que si no se comienzan en la inmediatez medidas para reestablecer el aporte
de sangre oxigenada a los órganos vitales, la muerte ocurre casi indefectiblemente en
ese lapso.
La significación de las estadísticas, se pierde en la dificultad de atribuir a los números
con las que expresa sus resultados, un significado concreto, por lo que encuentro que
algunas cifras comparativas que el Dr. Roberto Villavicencio escribió para el Proyecto
Rosario Cardioprotegida , son especialmente útiles para darle al lector la posibilidad de
comparar y ampliar la comprensión del significado real del problema.
“DATOS ESTADISTICOS
En U.S.A. se estima que mueren por este mecanismo aproximadamente mil personas
por día, algo así como 350.000 al año, estimándose la incidencia anual de 1-2/mil. de
la población.
37 %
Otro dato estadístico significativo, también de EEUU, es la comparación entre la
cantidad de Muertes súbitas vs. Otras enfermedades terminales o siniestros. Veremos
que sumadas las muertes debidas a incendios, sida, accidentes de tráfico/de armas de
fuego, cáncer de próstata y de mama están lejos de las 350.000 personas al año que
fallecen debido a la muerte súbita.
Estas estadísticas del 1 al 2 /mil. sugieren que en nuestro país puede haber entre 30
a 60 mil víctimas por año de las cuales sólo llega con vida al hospital menos del 5%.
Estos ejemplos de la magnitud del problema tal vez no puedan percibirse
adecuadamente, pero si los comparamos con hechos paradigmáticos y muy
caros con nuestros afectos como la Guerra de Malvinas, el atentado a la
AMIA, el desastre de Cromañón o el hundimiento del acorazado Belgrano,
equivaldría a más de 2 AMIA por día, más de 1 Cromañón por día, 100
guerras de Malvinas por año o 200 Hundimientos del Belgrano por año, pero
lo peor es que uno de los afectados podemos ser nosotros o uno de nuestro
seres queridos.
LA SOLUCION
Una de las estrategias elegidas para revertir o disminuir el impacto de este problema
de la salud pública es optimizar el funcionamiento de la llamada cadena de sobrevida,
concepto desarrollado en la década del setenta y que define cuatro eslabones básicos:
-1º Detección precoz de las señales de alarma y pedido de ayuda al sistema de
emergencias.
-2º Comienzo inmediato de las técnicas de resucitación cardiopulmonar.
-3º Desfibrilación precoz.
-4º Llegada en el menor tiempo posible del sistema de emergencias.
Una ruptura en cualquiera de los cuatro pasos de la cadena de supervivencia
compromete la oportunidad de sobrevida de la víctima. Sin embargo, la desfibrilación
temprana se reconoce como el paso más crítico ya que con ella se restaura el ritmo
cardiaco resucitando a la víctima de la muerte súbita. Esto es crucial ya que luego del
desafortunado suceso, por cada minuto de demora en la desfibrilación se pierde un
10% de posibilidad de sobrevida.
Las víctimas de SCA están, sin duda, al borde de la muerte.
La defibrilación externa es, en el 80% de los casos, el único tratamiento efectivo
para resucitar a la víctima.
En este punto es importante la aparición de los DEAs (desfibriladores automáticos
externos), cuya principal virtud es realizar esta desfibrilación, sin necesidad de ser
médico para diagnosticar la fibrilación ventricular, motivo por el que es apto para
usuarios legos en medicina, transformando a la comunidad entrenada en el primer
rescatista, que llevará a mas de un 75% la probabilidad de sobrevida del damnificado,
destinado de otra manera a una muerte casi segura.”
En Rosario, un grupo de instituciones se encuentra actualmente en la planificación de
un proyecto que transforme nuestra ciudad en la primera cardioprotegida del país,
mediante una estrategia basada en tres fases simultáneas y complementarias.
Las Instituciones involucradas son: FUNDACIÓN CARDIO, SOCIEDAD DE
CARDIOLOGÍA DE ROSARIO, FUNDACIÓN VILLAVICENCIO, GRUPO NORTE, ROTARY
CLUB, todas trabajando en conjunto con la Secretaría de Salud Pública de la
Municipalidad de Rosario.
Creemos que contemplando las estrategias de lucha contra la MSC desde la:
•
•
•
Prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Formación en el seno de la comunidad de individuos con conocimientos sobre
técnicas de Reanimación cardiopulmonar y uso de desfibriladores externos
automáticos.
Instalación de DEAs en sitios estratégicos donde se prevea la posibilidad de la
ocurrencia frecuente de estos eventos.
EL PROBLEMA DE LA MUERTE SÚBITA OTROS ASPECTOS.
Lo vemos en las noticias frecuentemente, impacta por inesperada la información que da
cuenta de la muerte súbita en el contexto de una competencia deportiva, de un atleta
entrenado, sin antecedentes, que en ocasiones ante las cámaras de la televisión, colapsa
instantaneamente, pierde la conciencia y muere si no es auxiliado en la inmediatez.
El corto tiempo de tiempo de reacción que caracteriza a este cuadro, induce a la
generalidad pensar en un hecho de carácter inevitable, cuando, en realidad
implementando las medidas adecuadas, existe la posibilidad de revertir tan grave
cuadro, implementando el auxilio de la víctima por parte del testigo de la situación, aún
si el mismo es no médico y sobre todo si éste se encuentra entrenado en técnicas de
reanimación cardiopulmonar. (RCP).
CARDIOPROTECCIÓN con utilización de RCP y DEAs en el lapso de tiempo más
corto posible, parece hoy, la mejor respuesta que podemos ofrecer.
Para lograrlo, se hace necesaria la planificación de una estrategia adecuada dirigida al
logro de este objetivo.
Suponiendo que vivimos en una comunidad que denominaremos A y sufrimos una
muerte súbita.
Cuando la llamada es recibida por un servicio de emergencias inmediatamente éste
servicio, se encarga de suministrar instrucciones sobre los pasos a seguir para realizar
reanimación cardiopulmonar (RCP).
Un servicio de emergencias , con medicos entrenados y equipados con DEAs llega en 4
minutos al lugar y en cinco minutos suministra el primer shock eléctrico En esta
comunidad hay 1/3 de posibilidades de sobrevivir a este cuadro.
Consideremos el caso de vivir en la comunidad B, donde no existe un servicio de
emergencias preparado para responder rapidamente y el mismo no se encuentra
equipado con DEAs.
Los paramédicos llegan en diez minutos y no se encuentran equipados con DEAs.
La chance de supervivencia es cercana a 0.
La diferecia está en el tiempo que media entre el colapso y inicio de la RCP y de la
administración del primer choque eléctrico. Los DEAs son considerados hoy como la
mejor medida de auxilio en la MS. Cuantos más DEAs se encuentren a disponibilidad
de la comunidad mayor sera la posibilidad de que sean usados a tiempo.
Este proyecto, Rosario Ciudad
Cardioprotegida, nace hace años, con su
embrión engendrado por la propia necesidad
de su existencia.
Nace con el impulso de muchos que como en
nuestro caso en la Fundación Cardio y en la
Sociedad de Cardiología de Rosario, sentíamos
rebeldía y un poco de vergüenza y culpa, cada vez
que una muerte súbita irrumpía en las noticias,
cegando vidas jóvenes e iluminando nuestra
impotencia.
No quiero dejar de informar que desde las etapas
iniciales de este proyecto, recibimos el apoyo
irrestricto de dos entidades, la Fundación
Villavicencio, en la persona del propio Dr. Roberto
Villavicencio, y del Dr. Héctor Bonaccorsi y del
Grupo Norte, en la persona del Sr. Carlos Rios, sin
los cuales hoy, sin dudas, no estaríamos aquí.
Desde el SIES y el Colegio de Médicos el apoyo
fue y es a la vez importantísimo y desde todos los
estamentos de la Secretaría de Salud de la
Municipalidad de Rosario, a la que menciono en
último término ya que su peso específico anula el
órden de mención, todo fue apoyo, empuje,
entusiasmo, generosidad, a través de los invalorables
aportes del Sr. Alejandro Marchesan en los inicios de
nuestra labor y del Dr. Luis Dimenza y la Dra.
Fabiana Bergia, a todo lo largo del proyecto.
Hay otros nombres a destacar como Juan Carlos
Linares Casas, Jorge Carrera, Mariana Galletti, Aníbal
Gentilletti, Abel Bertolé, Beatriz Amigot, Noelia
Marinucci Gobbo, Karina Schatski… Gracias a todos…
Dr. Carlos Lorente.
Presidente de SCR y FC.
Agradecimientos: