Download Rev Hematol Mex 2014 Vol 15 No 3-compressed
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
VOLUMEN 15, NÚM. 3, Julio-Septiembre 2014 Revista de Hematología Volumen 15 julio-septiembre 2014 volúmen 9 EDITORIAL 85 Deficiencia de hierro Guillermo J Ruiz-Delgado ARTÍCULOS ORIGINALES 87 95 Trasplante autólogo de células hematopoyéticas en leucemia mieloide aguda César Homero Gutiérrez-Aguirre, Xitlaly J González-Leal, Francisca del Carmen Herrera-Pérez, Betsie C Zacarías-Reyes, Miguel Ángel Herrera-Rojas, David Gómez-Almaguer Administración de hierro dextrán endovenoso: 23 años de experiencia en una sola institución Martha Alvarado-Ibarra, Manuel López-Hernández, José Luis Álvarez-Vera, Santa M Ortiz-Zepeda, Fernando Palomo-Farías ARTÍCULO DE REVISIÓN 103 122 Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B: un modelo personalizado de valoración clínica y molecular Víctor Manuel Valdespino-Gómez La hematología en la era de la medicina aeroespacial: cambios hematológicos en los astronautas Alejandro Schcolnik-Cabrera, Nancy Labastida-Mercado CASOS CLÍNICOs 129 137 Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario coexistente con absceso de psoas: dos entidades distintas en una misma localización. Comunicación del primer caso Juan Miguel Alemán-Iñiguez, Pedro José Alemán-Iñiguez, Franklin Mora-Bravo El carfilzomib a dosis bajas indujo una importante reducción de los síntomas y la paraproteinemia en una paciente con mieloma múltiple multitratada resistente a lenalidomida-bortezomib-dexametasona Guillermo J Ruiz-Delgado, María Fernanda Vallejo-Villalobos, Samantha Galindo-Becerra, Guillermo J Ruiz-Argüelles ARTÍCULO DE OPINIÓN 142 Diferencias clínicas de la trombocitopenia inmunitaria entre los niños y los adultos: posible explicación patogénica Carlos S Ron-Guerrero ARTÍCULO ESPECIAL 148 Lo mejor del 19º Congreso Europeo de Hematología 2014 (Highlights) Luis Villela, Jessica Herrera-Gamboa, Oscar Fajardo-Ramírez, José A Hernández-Hernández REVISTA DE HEMATOLOGÍA CARTA AL EDITOR 152 Cecilia Guillermo, Mariana Stevenazzi, Lilian Díaz Publicación de la Agrupación Mexicana para el Estudio de la Hematología, A.C. | ISSN-0001-2001 3 2014 Revista de Hematología Rev Hematol Mex 2014;15:julio-septiembre EDITOR PRESIDENTE Guillermo J. RUIZ-ARGÜELLES. Puebla, México Dr. Xavier LÓPEZ-KARPOVITCH VICEPRESIDENTE COMITÉ EDITORIAL Dr. Ramón Rivas Llamas Álvaro AGUAYO. Ciudad de México, México Javier BOLAÑOS-MEADE. Baltimore, EUA Jorge CORTÉS. Houston, EUA SECRETARIA Dra. Herminia Benítez Aranda TESORERO Aurora DE-LA-PEÑA. Ciudad de México, México Sergio GIRALT. Nueva York, EUA David GÓMEZ-ALMAGUER. Monterrey, México Renán A. GÓNGORA-BIACHI. Mérida, México Bertha IBARRA. Guadalajara, México José Carlos JAIME-PÉREZ. Monterrey, México Francesco Lo COCO. Roma, Italia Xavier LÓPEZ-KARPOVITCH. Ciudad de México, México Alejandro MADRIGAL. Londres, Inglaterra Carlos MARTÍNEZ-MURILLO. Ciudad de México, México Héctor MAYANI. Ciudad de México, México Rubén A. MESA. Scottsdale, EUA José María MORALEDA. Murcia, España Rubén NIESVIZKY. Nueva York, EUA Guillermo J. RUIZ-DELGADO. Puebla, México Arlette RUIZ-de-SAEZ, Caracas, Venezuela Jesús F. SAN-MIGUEL. Salamanca, España Luz del Carmen TARIN-ARZAGA. Monterrey, México Enrique TORRE-LÓPEZ. San Luis Potosí, México José Francisco TOMAS. Madrid, España Jorge VELA-OJEDA. Ciudad de México, México Luis A. VILLELA. Monterrey, México Dr. Salvador Silva López VOCAL DE ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Dr. Erick Crespo Solís VOCAL DE MEMBRESÍA Dr. Ignacio J. AGUIRRE-AGUIRRE Coordinadora Académica Q.F.B. Josefa Piedras Ross Coordinadora administrativa Mayra OVIEDO PELL Revista de Hematología, año 15, núm. 3. julio-septiembre 2014, es una publicación trimestral editada por Edición y Farmacia SA de CV. Calle José Martí 55, colonia Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, CP 11800, tel.: 5678-2811, www.nietoeditores.com.mx, [email protected]. Editor responsable: Guillermo J Ruiz-Argüelles. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo, ISSN y Certificado de Licitud de Título en trámite. Certificado de Licitud de Contenido en trámite, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Autorización como Publicación Periódica por Sepomex en trámite. Impresa en Roma Color SA de CV. Pascual Orozco 70, colonia San Miguel Iztacalco, CP 08650, México, DF. Este número se terminó de imprimir el 10 de octubre de 2014 con un tiraje de 500 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de Autor. www.nietoeditores.com.mx Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre, 2014 CONTENIDO CONTENTS EDITORIAL EDITORIAL 85 85 Deficiencia de hierro Guillermo J Ruiz-Delgado Iron deficiency Guillermo J Ruiz-Delgado ARTÍCULOS ORIGINALES ORIGINAL ARTICLES 87 87 95 Trasplante autólogo de células hematopoyéticas en leucemia mieloide aguda César Homero Gutiérrez-Aguirre, Xitlaly J GonzálezLeal, Francisca del Carmen Herrera-Pérez, Betsie C Zacarías-Reyes, Miguel Ángel Herrera-Rojas, David Gómez-Almaguer Administración de hierro dextrán endovenoso: 23 años de experiencia en una sola institución Martha Alvarado-Ibarra, Manuel López-Hernández, José Luis Álvarez-Vera, Santa M Ortiz-Zepeda, Fernando Palomo-Farías 95 Autologous hematopoietic cell transplantation in acute myelogenous leukemia César Homero Gutiérrez-Aguirre, Xitlaly J GonzálezLeal, Francisca del Carmen Herrera-Pérez, Betsie C Zacarías-Reyes, Miguel Ángel Herrera-Rojas, David Gómez-Almaguer Intravenous delivery of iron dextran: 23 yearsexperience in a single institution Martha Alvarado-Ibarra, Manuel López-Hernández, José Luis Álvarez-Vera, Santa M Ortiz-Zepeda, Fernando Palomo-Farías ARTÍCULO DE REVISIÓN REVIEW ARTICLE 103 103 122 Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B: un modelo personalizado de valoración clínica y molecular Víctor Manuel Valdespino-Gómez La hematología en la era de la medicina aeroespacial: cambios hematológicos en los astronautas Alejandro Schcolnik-Cabrera, Nancy LabastidaMercado CASOS CLÍNICOs 129 137 Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario coexistente con absceso de psoas: dos entidades distintas en una misma localización. Comunicación del primer caso Juan Miguel Alemán-Iñiguez, Pedro José AlemánIñiguez, Franklin Mora-Bravo El carfilzomib a dosis bajas indujo una importante reducción de los síntomas y la paraproteinemia en una paciente con mieloma múltiple multitratada resistente a lenalidomida-bortezomib-dexametasona Guillermo J Ruiz-Delgado, María Fernanda VallejoVillalobos, Samantha Galindo-Becerra, Guillermo J Ruiz-Argüelles 122 B-cell chronic lymphocytic leukemia: A personalized view of the clinical and molecular aspects Víctor Manuel Valdespino-Gómez How is hematology involved in the era of aerospace medicine?: Systemic and hematological changes in the astronaut Alejandro Schcolnik-Cabrera, Nancy LabastidaMercado CLINICAL CASEs 129 137 Atypical low back pain by a solitary plasmacytoma presenting simultaneously with a psoas abscess: two different entities in a same location. A case report Juan Miguel Alemán-Iñiguez, Pedro José AlemánIñiguez, Franklin Mora-Bravo Low-dose carfilzomib induced a dramatic response of the symptoms and paraproteinemia in a heavily pre-treated multiple myeloma patient refractory to lenalidomide-bortezomib-dexametasone Guillermo J Ruiz-Delgado, María Fernanda VallejoVillalobos, Samantha Galindo-Becerra, Guillermo J Ruiz-Argüelles ARTÍCULO DE OPINIÓN OPINION ARTICLE 142 142 Diferencias clínicas de la trombocitopenia inmunitaria entre los niños y los adultos: posible explicación patogénica Carlos S Ron-Guerrero Clinical differences in immune thrombocytopenia in children and adults: possible pathogenic explanation Carlos S Ron-Guerrero ARTÍCULO ESPECIAL SPECIAL ARTICLE 148 148 Lo mejor del 19º Congreso Europeo de Hematología 2014 (Highlights) Luis Villela, Jessica Herrera-Gamboa, Oscar FajardoRamírez, José A Hernández-Hernández CARTA AL EDITOR 152 Cecilia Guillermo, Mariana Stevenazzi, Lilian Díaz The best of the 19th European Congress of Hematology 2014 (Highlights) Luis Villela, Jessica Herrera-Gamboa, Oscar FajardoRamírez, José A Hernández-Hernández LETTER TO THE EDITOR 152 Cecilia Guillermo, Mariana Stevenazzi, Lilian Díaz www.nietoeditores.com.mx Editorial Rev Hematol Mex 2014;15:85-86. Deficiencia de hierro Iron deficiency Dr. Guillermo J Ruiz-Delgado Centro de Hematología y Medicina Interna, Puebla, Puebla. La deficiencia de hierro es uno de los problemas nutricionales más comunes en la raza humana. Se asocia con desarrollo mental y motor anormal en la infancia, incapacidad laboral en la vida adulta, mayor riesgo de parto prematuro, etcétera.1 La deficiencia de hierro es consecuencia de la interacción de distintos factores de riesgo: aumento de los requerimientos y de las pérdidas sanguíneas y reservas limitadas. El diagnóstico y tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro están bien establecidos y se han definido ampliamente.2 La deficiencia de hierro patológica es resultado, la mayor parte de las veces, de enfermedad gastrointestinal asociada con pérdida sanguínea anormal o malabsorción, infección por H. pylori, gastritis atrófica autoinmunitaria, enfermedad celiaca, entre otras. Una vez realizado el protocolo diagnóstico de la anemia por deficiencia de hierro, deberá iniciarse el tratamiento preferentemente por vía oral si no existe contraindicación. Las sales de hierro ferroso tienen biodisponibilidad superior a la de las sales férricas por lo que son las más prescritas. Se han diseñado algunas preparaciones de hierro con propiedades de lenta liberación, pero la biodisponibilidad de la mayor parte no es equivalente a la del sulfato ferroso.3,4 La administración de hierro parenteral está indicada para los pacientes que no responden o no toleran el tratamiento por vía oral. En la actualidad están disponibles diversas preparaciones de hierro intravenoso (IV).5 Posterior a su inyección, el hierro es liberado lentamente y es tomado por la transferrina plasmática. El grado de disociación es variable. El gluconato de hierro es el más lábil con la liberación de hierro más rápida. El hierro sucrosa es más estable y pueden administrarse dosis mayores con mayor seguridad. La preparación de hierro más estable es el hierro dextrán de alto y bajo peso molecular. Según lo reportado en Estados Unidos y Europa, la incidencia de eventos adversos que ponen en riesgo la vida de la administración www.nietoeditores.com.mx Correspondencia: [email protected] Este artículo debe citarse como Ruiz-Delgado GJ. Deficiencia de hierro. Rev Hematol Mex 2014;15:85-86. 85 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología de hierro parenteral es de 38 por cada millón de dosis. El riesgo de anafilaxia con el hierro dextrán en comparación con hierro sucrosa es de 17.7 a 16.9 veces.6 La administración de hierro dextrán de alto peso molecular tiende a desaparecer. Desde hace poco se dispone de otras preparaciones de hierro IV, como la carboximaltosa férrica, el hierro isomaltosado 1000 y el ferumoxitol. Éstas permiten la administración en corto tiempo de dosis mayores de hierro IV.7 Pueden administrarse con seguridad y efectividad para el tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro y es muy posible que un solo curso de tratamiento sea efectivo y seguro para reponer el déficit total de hierro. Es necesario realizar más estudios comparativos bien diseñados para poder establecer la supuesta ventaja en seguridad y eficacia de todos los complejos nuevos. Además, existe incertidumbre con respecto a la seguridad a largo plazo de los nuevos compuestos por el probable riesgo de incrementar la susceptibilidad a infecciones y de promover el estrés oxidativo.8,9 Habrá que estar muy pendientes. 86 REFERENCIAS 1. Cook JD, Skikne BS, Baynes RD. Iron deficiency: the global perspective. Adv Exp Med Biol 1994;356:219-228. 2. Goddard AF, James MW, McIntyre AS, Scott BB, British Society of Gastroenterology. Guidelines for the management of iron deficiency anaemia. Gut 2011;60:1309-1316. 3. Anderson GJ, McLaren GD, Skikne B, Hershko C. Iron deficiency. In: Anderson GJ, McLaren GD, editors. Iron Physiology and Pathophysiology in Humans. New York: Humana Press/Springer Science + Business Media LLC, 2012;251-282. 4. Ruiz-Argüelles GJ, Díaz-Hernández A, Manzano C, Ruiz-Delgado GJ. Ineffectiveness of oral iron hydroxide polymaltose in iron-deficiency anemia. Hematology 2007;12:255-256. 5. Macdougall IC. Iron supplementation in nephrology and oncology: what do we have in common? Oncologist 2011;16:25-34. 6. Bailie GR, Hörl WH, Verhoef JJ. Differences in spontaneously reported hypersensitivity and serious adverse events for intravenous iron preparations: comparison of Europe and North America. Arzneimittelforschung 2011;61:267-275. 7. Auerbach M, Goodnough LT, Shander A. Iron: the new advances in therapy. Best Pract Res Clin Anaesthesiol 2013;27:131-140. 8. Hershko C, Camaschella C. How I treat unexplained refractory iron deficiency anemia. Blood 2014;123:326-333. 9. Brugnara C, Adamson J, Auerbach M, Kane R, et al. Iron deficiency: what are the future trends in diagnostics and therapeutics? Clin Chem 2013;59:740-745. Artículo original Rev Hematol Mex 2014;15:87-94. Trasplante autólogo de células hematopoyéticas en leucemia mieloide aguda César Homero Gutiérrez-Aguirre1 Xitlaly J González-Leal1 Francisca del Carmen Herrera-Pérez2 Betsie C Zacarías-Reyes2 Miguel Ángel Herrera-Rojas1 David Gómez-Almaguer1 Servicio de Hematología, Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, NL, México. 2 Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Villahermosa, Tabasco, México. 1 Resumen Antecedentes: el esquema 7-3 se utiliza en la inducción a la remisión en pacientes con leucemia mieloide aguda y es efectivo en 80% de los casos; sin embargo, la supervivencia libre de enfermedad a dos años es de 20%. Las estrategias para evitar recaídas incluyen consolidación con dosis altas de citarabina y trasplante de células hematopoyéticas autólogo o alogénico. La utilidad del trasplante autólogo de células hematopoyéticas en la leucemia mieloide aguda es controvertida, aunque puede ser una opción útil cuando se carece de donador compatible de antígenos leucocitarios humanos. Objetivo: analizar la utilidad del trasplante autólogo de células hematopoyéticas en pacientes con leucemia mieloide aguda que carecían de donador idéntico de antígenos leucocitarios humanos. Material y método: estudio retrospectivo de los expedientes clínicos de pacientes que recibieron un trasplante autólogo de células hematopoyéticas en el Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Monterrey, Nuevo León, México en los últimos 10 años; sólo se seleccionaron pacientes con leucemia mieloide aguda. Resultados: se incluyeron 7 pacientes: 5 hombres y 2 mujeres, con mediana de edad de 41 años (rango: 10 a 59). La indicación para trasplante autólogo de células hematopoyéticas fue la falta de donador compatible de antígenos leucocitarios humanos. La mediana de células CD34+ infundidas por kg de peso fue de 2.59x106; todos los pacientes tuvieron recuperación hematológica con mediana de prendimiento de neutrófilos el día +14 y de plaquetas el día +13. La mediana de seguimiento fue de 294 días (rango: 27 a 1,300). Se observó recaída en dos pacientes (29%) y la supervivencia global fue de 58%. Conclusiones: el trasplante autólogo de células hematopoyéticas es una opción terapéutica útil en pacientes con leucemia mieloide aguda de riesgo alto que no cuentan con donador compatible de antígenos leucocitarios humanos para trasplante alogénico de células hematopoyéticas. Palabras clave: leucemia mieloide aguda, trasplante de células hematopoyéticas, donador compatible de antígenos leucocitarios humanos. Autologous hematopoietic cell transplantation in acute myelogenous leukemia Abstract Background: The “7+3” induction chemotherapy regimen used in patients with acute myelogenous leukemia is effective in 80% of the www.nietoeditores.com.mx Recibido: 19 de marzo 2014 Aceptado: 26 de junio 2014 Correspondencia: Dr. César Homero Gutiérrez Aguirre Servicio de Hematología Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González Universidad Autónoma de Nuevo León Madero y Gonzalitos sn 64460 Monterrey, Nuevo León, México [email protected] Este artículo debe citarse como Gutiérrez-Aguirre CH, González-Leal XJ, Herrera-Pérez FC, Zacarías-Reyes BC y col. Trasplante autólogo de células hematopoyéticas en leucemia mieloide aguda. Rev Hematol Mex 2014;15:87-94. 87 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología cases, but with 2 year overall survival of only 20%. The options of postremission therapy to prevent relapse are consolidation with high dose of citarabine and autologous (auto-HSCT) or allogeneic hematopoietic stem cell transplantation (allo-HSCT). The effectiveness of auto-HSCT is controversial, but it can be a good option for those patients without a match related donor. Objective: To analyze the effectiveness of the auto-HSCT in patients with acute myeloid leukemia (AML) without a match related donor. Material and method: A retrospective study were performed with the clinical records of patients that were treated with an auto-HSCT at the Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Monterrey, Nuevo León, México, in the last 10 years. Only patients with AML were included in the study. Results: Seven patients were included, 5 males and 2 females, with a median of age of 41 years (range: 10-59). In all patients the postremission treatment with auto-HSCT was chosen because they did not have a match related donor. The median of CD34+ cells infused was 2.59 x 106/kg; engraftment was confirmed in all patients, with a median recovery of granulocyte counts on day +14, and platelet count on day +13. The median follow up was 294 days (range: 27-1,300). Relapse was observed in 2 patients (29%) and the overall survival was 58%. Conclusions: The auto-HSCT is a useful therapeutic option in high-risk patients with AML without a match donor for allo-HSCT. Key words: acute myelogenous leukemia, hematopoietic cell transplantation, match related donor. ANTECEDENTES 88 La leucemia mieloide aguda es una neoplasia hematológica que se distingue por la proliferación clonal de mieloblastos en la médula ósea; es la leucemia aguda más frecuente durante la edad adulta y en especial en adultos mayores.1 El riesgo de padecer esta enfermedad se incrementa 10 veces más a partir de los 30 años de edad (un caso por 100,000 habitantes) y hasta los 65 años (un caso por 10,000 habitantes).2 to de su incidencia a medida que la población envejezca.3 La edad promedio de aparición de la leucemia mieloide aguda es a los 66 años, aunque en un estudio realizado en el norte de México se observó una mediana de edad de 32 años, menor a la encontrada en estudios internacionales.4,5 Es ligeramente más común en el sexo masculino; el riesgo de padecer leucemia mieloide aguda en el transcurso de la vida para el hombre promedio es de alrededor de 1 en 227, y para la mujer promedio, es de alrededor de 1 en 278.6,7 A pesar de ser una enfermedad relativamente poco frecuente en todo el mundo, es responsable de aproximadamente 1.2% de las muertes por cáncer en Estados Unidos y se espera un aumen- En México, la incidencia y prevalencia son datos que no se tienen de manera exacta debido a que no contamos con un registro nacional de esta enfermedad. Gutiérrez-Aguirre CH y col. Leucemia mieloide aguda El tratamiento de elección para inducción a la remisión en pacientes con leucemia mieloide aguda de reciente diagnóstico continúa siendo la combinación 7-3 de una antraciclina con citarabina (daunorrubicina 45 mg/m2/día/tres días y citarabina 100 mg/m2/día en infusión continua durante siete días). Con este esquema se logra la remisión de la enfermedad en 80% de los casos; sin embargo, la supervivencia libre de enfermedad a dos años es de sólo 20%.8 En la actualidad existen varias estrategias para evitar la recaída en los pacientes que lograron la remisión de la enfermedad; éstas incluyen dosis altas de citarabina al término de la inducción a la remisión y el trasplante de células hematopoyéticas, ya sea autólogo (auto-TCH) o alogénico (alo-TCH). La leucemia mieloide aguda es una enfermedad heterogénea que tiene diferencias en la respuesta al tratamiento y en el riesgo de recaída, por lo que la elección de una de estas estrategias depende, en parte, del grupo de riesgo en que esté el paciente y la disponibilidad de un donador compatible de antígenos leucocitarios humanos, entre otros factores.8 La estratificación citogenética en tres grupos de riesgo es una de las herramientas que más se utiliza en la toma de decisiones para elegir el tratamiento de consolidación después de que se logra la remisión de la leucemia mieloide aguda. De acuerdo con la clasificación citogenética, los pacientes del grupo de riesgo bajo se distinguen por inversión del cromosoma 16 o translocación 8;21; en este grupo las dosis altas de citarabina posremisión son el tratamiento de elección, con supervivencia libre de enfermedad a tres años en 30 a 60% de los pacientes. En el grupo de riesgo intermedio, que se distingue por tener cariotipo normal y comprende 50% de todos los pacientes con leucemia mieloide aguda, también se utiliza frecuentemente la consolidación con dosis altas de citarabina; sin embargo, en este grupo los resultados son menos favorables, con supervivencia menor a 30%. Los pacientes incluidos en este grupo pueden beneficiarse de un trasplante alogénico o autólogo de células hematopoyéticas, con lo que aumenta la supervivencia a 50 o 60%. El grupo en riesgo alto se distingue por monosomias de cromosomas 5 o 7 o cariotipos complejos; en este grupo no se observa beneficio de la consolidación con dosis altas de citarabina, con supervivencia a cinco años de sólo 10%, por lo que estos pacientes son aptos para someterse a un trasplante de células hematopoyéticas. En algunos estudios no se ha demostrado el beneficio del trasplante autólogo de células hematopoyéticas en pacientes en riesgo alto y el trasplante alogénico de células hematopoyéticas logra la curación en sólo 10 a 20% de los casos.1,9 El trasplante autólogo de células hematopoyéticas ha mejorado la supervivencia de pacientes con diferentes enfermedades hematológicas, que incluyen linfoma y mieloma múltiple; sin embargo, su papel en la leucemia mieloide aguda todavía es tema de debate. El trasplante autólogo de células hematopoyéticas se desarrolló en el decenio de 1980 para ofrecer un tratamiento mieloablativo a los pacientes con leucemia mieloide aguda que no contaban con un donador idéntico de antígenos leucocitarios humanos; en algunos estudios clínicos se observó la efectividad de este tratamiento al tener menor índice de recaídas que los pacientes que reciben solamente consolidación con quimioterapia.10,11 Las desventajas del trasplante autólogo de células hematopoyéticas son principalmente la posibilidad de contaminación de las células hematopoyéticas recolectadas para el trasplante por células leucémicas, lo que provoca una rápida recaída de la enfermedad y, además, la ausencia del efecto injerto contra leucemia que se observa en el trasplante alogénico. Sin embargo, los pacientes que carecen de un donador compatible se pueden beneficiar del efecto 89 Revista de Hematología antileucémico del acondicionamiento generalmente poco tóxico que se utiliza en el trasplante autólogo de células hematopoyéticas.12 Los resultados que se obtienen con el trasplante autólogo de células hematopoyéticas pueden variar de acuerdo con el grupo de riesgo en el que esté el paciente. En un estudio retrospectivo, Arnon y colaboradores analizaron el resultado de 952 pacientes con leucemia mieloide aguda que recibieron un trasplante autólogo de células hematopoyéticas con acondicionamiento con busulfán IV. La supervivencia a dos años y la supervivencia libre de enfermedad fueron de 67 y 40%, respectivamente. No observaron diferencia en la supervivencia libre de enfermedad en los pacientes trasplantados en la primera remisión (52%) o en la segunda remisión (58%), pero sí hubo diferencia en la supervivencia a dos años en los grupos en riesgo bajo (63%), intermedio (52%) y alto (37%), p=0.01.13 En muchos centros médicos, el trasplante alogénico de células hematopoyéticas es el tratamiento de elección para pacientes con leucemia mieloide aguda de riesgo citogenético intermedio o alto debido a que estudios comparativos entre el trasplante de células hematopoyéticas autólogo y alogénico demostraron menor incidencia de recaída con el trasplante alogénico, aunque con mayor mortalidad relacionada con el trasplante. En un análisis comparativo entre el trasplante de células hematopoyéticas autólogo y alogénico, realizado con la base de datos del CIBMTR de pacientes que se trasplantaron entre 1994 y 2004, se encontró que la supervivencia libre de enfermedad y la supervivencia global fueron similares para pacientes que recibieron trasplante alogénico de células hematopoyéticas de médula ósea (61 y 64%), de sangre periférica (54 y 59%) o autólogo de células hematopoyéticas de células periféricas (47 y 54%); p= 0.13 y p=0.19, respectivamente. Los autores observaron 90 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 mayor incidencia de recaída a cinco años en el grupo de trasplante autólogo de células hematopoyéticas (45%) que en los grupos de trasplante alogénico de células hematopoyéticas de médula ósea (20%) o de sangre periférica (26%); pero hubo menor incidencia de mortalidad relacionada con el trasplante en el grupo de trasplante autólogo (8%) que en los otros dos grupos (19 y 20%, respectivamente). Concluyeron que el trasplante autólogo de células hematopoyéticas es una alternativa útil en pacientes con leucemia mieloide aguda en primera remisión que no tienen un donador compatible de antígenos leucocitarios humanos.14 En otro estudio, los grupos EORTC Leukaemia Cooperative Group y GIMEMA realizaron un análisis prospectivo, con distribución al azar, de 831 pacientes, en el que no encontraron diferencia significativa en la supervivencia de pacientes con leucemia mieloide aguda que recibieron un trasplante alogénico de células hematopoyéticas, contra un grupo de pacientes que recibieron trasplante autólogo de células hematopoyéticas de sangre periférica o consolidación con dosis altas de citarabina debido a que no tenían donador compatible de antígenos leucocitarios humanos. La supervivencia global y la supervivencia libre de enfermedad a seis años fue de 48 y 46%, respectivamente, para el grupo de trasplante alogénico y de 40 y 33% para el grupo de trasplante autólogo y quimioterapia (p=0.24 y p=0.01, respectivamente). La incidencia de recaída a seis años en ambos grupos fue de 42 y 63%, respectivamente (p ≤ 0.001).15 El objetivo de este estudio es analizar la utilidad del trasplante autólogo de células hematopoyéticas en pacientes del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Monterrey, Nuevo León, México, con diagnóstico de leucemia mieloide aguda que carecían de un donador idéntico de antígenos leucocitarios humanos. Gutiérrez-Aguirre CH y col. Leucemia mieloide aguda Material y Método Estudio retrospectivo del expediente clínico de todos los pacientes con trasplante autólogo de células hematopoyéticas atendidos en el Servicio de Hematología del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Monterrey, Nuevo León, México, en los últimos 10 años. Se incluyeron solamente los expedientes de pacientes con diagnóstico de leucemia mieloide aguda y trasplante autólogo de células hematopoyéticas que contaran con la información necesaria para el estudio. Se obtuvieron y analizaron las variables: edad, sexo, esquema de acondicionamiento, cantidad de células CD34+ trasplantadas, día de prendimiento del trasplante, tiempo de seguimiento y estado actual. Se definió prendimiento de plaquetas y neutrófilos el primer día que el paciente alcanzó más de 0.5´109/L neutrófilos y más de 20´109/L plaquetas sin soporte trasfusional. Movilización y recolección celular La movilización celular en los pacientes se realizó con filgrastim 10 μg/kg/día administrado durante cuatro días. La recolección de células hematopoyéticas por aféresis se realizó al quinto día de movilización, utilizando un separador celular Baxter CS3000 Plus (Baxter Healtcare, Derfield, IL). El objetivo de la aféresis fue procesar 5,000 a 7,000 mL de sangre por metro cuadrado con el fin de obtener al menos 2x106 células CD34+. La cuantificación de células CD34+ se realizó en un citómetro FACSCalibur de Becton Dickinson (BD Biosciences, San José, CA), utilizando un anticuerpo monoclonal anti-CD34. Las células hematopoyéticas obtenidas no fueron criopreservadas, sino almacenadas no más de cuatro días en un refrigerador de banco de sangre a 4°C, para después ser infundidas al paciente. Esquemas de acondicionamiento y profilaxis Los pacientes recibieron diferentes esquemas de acondicionamiento, la mayoría de ellos con busulfán. Como profilaxis contra infecciones recibieron ciprofloxacino oral, fluconazol oral y aciclovir oral hasta que se observó recuperación de neutrófilos (>0.5x109/L). Resultados Se revisó el expediente clínico de 141 pacientes con trasplante autólogo y se encontraron nueve pacientes con diagnóstico de leucemia mieloide aguda, lo que corresponde a 6.3% de todos los trasplantes autólogos de células hematopoyéticas realizados. Dos expedientes se excluyeron debido a que no contaban con la información necesaria. Se incluyeron siete pacientes, cinco del sexo masculino, la mediana de edad fue de 41 años (rango: 10 a 59). Las características demográficas de los pacientes se muestran en el Cuadro 1. Al momento del trasplante autólogo de células hematopoyéticas, cinco pacientes estaban en su primera remisión completa; una paciente tenía enfermedad mínima residual positiva y un paciente con leucemia promielocítica estaba en su segunda remisión. La indicación para el trasplante autólogo de células hematopoyéticas fue no contar con un donador compatible de antígenos leucocitarios humanos en pacientes con hiperleucocitosis al momento del diagnóstico o con ausencia de remisión al término del esquema de inducción con 7-3, por lo que estos pacientes requirieron consolidación con dosis altas de citarabina antes de iniciarse el protocolo de trasplante autólogo de células hematopoyéticas. No fue posible clasificar a los pacientes de acuerdo con el riesgo citogenético porque sólo en tres pacientes se encontró la información del cariotipo. Al inicio del trasplante autólogo de células hematopoyéticas, todos los pacientes estaban en remisión hematológica y seis tenían enfermedad mínima residual negativa. Las características del trasplante autólogo de células hematopoyéticas se muestran en el Cuadro 2. La mediana del tiempo de seguimiento fue de 294 días (rango: 27 a 1,300). La mediana de células CD34+ infundidas por kg de peso 91 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología Cuadro 1. Características de los pacientes Paciente Edad (años) Sexo Diagnóstico (FAB) 1 2 3 4 5 6 7 52 45 41 37 59 29 10 M F F M M M M LMA M2 LMA M2 LMA M4 LMA M2 LMA M1 LMA M3 LMA M5 Núm. de remisión Citogenética EMR pretrasplante 1 1 1 1 1 2 1 T3;13 T8:21 T15:17 Negativa Positiva Negativa Negativa Negativa Negativa Negativa FAB: clasificación franco-americana-británica; EMR: enfermedad mínima residual. Cuadro 2. Características del trasplante y estado actual de los pacientes Paciente Acondicionamiento CD34+ infundidas/kg Prendimiento de neutrófilos (día) Prendimiento de plaquetas (día) Estado actual 1 2 3 4 Busulfán 4 mg/kg/3 días Busulfán 4 mg/kg/3 días Busulfán 4 mg/kg/2 días Etopósido 400 mg/m2/d (2 d) Melfalán 140 mg/m2 (1 d) 2.59x106 4.57x106 1.42x106 +19 +14 +24 +13 +14 +21 Vivo Vivo Vivo 1.2x106 +17 +11 Muerto 5 Busulfán 4 mg/kg (1 d) Melfalán 100 mg/m2/d (2 d) 3x106 +14 +14 Muerto 6 Ara-C 5 g/m /d (2d) Etopósido 400 mg/m2/d (2 d) Melfalán 100 mg/m2 (1 d) 2.5x106 +12 +12 Vivo Ciclofosfamida 45 mg/kg/d (3 d) Etopósido 200 mg/m2/d (3 d) 4.6x106 +13 +9 Muerto 7 2 fue de 2.59x106 (rango: 1.2 a 4.6). Todos los pacientes tuvieron recuperación hematológica con una mediana de recuperación de neutrófilos el día +14 (rango: 12 a 24) y de plaquetas el día +13 (rango: 9 a 21). Se observó recaída de la enfermedad en dos pacientes (29%). La supervivencia fue de 58% (Figura 1); tres pacientes fallecieron, dos por recaída los días +50 y +294 del trasplante y uno por un proceso infeccioso el día +17 del trasplante. 1.0 Supervivencia 0.8 0.6 0.4 0.2 0 Discusión 0 500.00 1000.00 Tiempo de seguimiento Figura 1. Supervivencia global en días. 92 1500.00 A pesar de los avances de los últimos años en la estratificación de riesgo y en el tratamiento de la leucemia mieloide aguda, la recaída de la enfermedad aún afecta a un gran número de Gutiérrez-Aguirre CH y col. Leucemia mieloide aguda pacientes que habían alcanzado la remisión con los esquemas convencionales de quimioterapia. De acuerdo con los grupos de edad, los pacientes que reciben tratamiento con quimioterapia convencional logran la primera remisión completa en 75, 70 y 30-60% en los grupos de edad de menos de 45, menos de 60 y más de 60 años, respectivamente; además, tienen supervivencia libre de enfermedad de 35, 25 y 5%, respectivamente. De acuerdo con el grupo de riesgo citogenético al que pertenezca el paciente, se ha observado que el trasplante autólogo o alogénico en pacientes en riesgo citogenético bajo no ofrece mayor beneficio cuando están en su primera remisión, por lo que no está indicado en estos pacientes y la consolidación de elección en este grupo es con dosis altas de citarabina.16 Los pacientes en riesgo intermedio y alto idealmente son aptos para someterse a trasplante de células hematopoyéticas debido a que cuando se administra solamente quimioterapia como consolidación, la supervivencia es menor a 30%.17 Los principales obstáculos para realizar trasplante alogénico de células hematopoyéticas son la disponibilidad de donador compatible de antígenos leucocitarios humanos y edad avanzada del paciente, debido a que esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a este grupo de edad. En un estudio que comparó los resultados de 668 pacientes que recibieron trasplante autólogo de células hematopoyéticas contra 476 pacientes que recibieron trasplante alogénico de células hematopoyéticas de donador no relacionado, se encontró que el grupo de trasplante autólogo tuvo menor mortalidad relacionada con el trasplante. La supervivencia global fue mayor en el grupo de trasplante autólogo que en el de trasplante alogénico cuando se trasplantaron en la primera (57 vs 44%) o segunda (46 vs 33%) remisión.18 La supervivencia en los pacientes incluidos en este estudio fue de 58%, similar a la reportada en estudio internacionales. El trasplante autólogo de células hematopoyéticas es una opción que debe tomarse en cuenta principalmente en los pacientes que no disponen de un donador compatible de antígenos leucocitarios humanos o en pacientes mayores de 70 años con comorbilidades que limitan la realización de un trasplante alogénico. El estudio citogenético es importante para estratificar en grupos de riesgo a los pacientes con leucemia mieloide aguda; sin embargo, se han encontrado otras variables que identifican a los pacientes en riesgo alto, como edad mayor de 50 años, afección leucémica extramedular, leucemia mieloide aguda que evolucionó de un síndrome mielodisplásico y la imposibilidad de lograr la remisión completa de la enfermedad con un ciclo de quimioterapia.17,19 En el grupo de pacientes analizados en este estudio no fue posible documentar el riesgo citogenético en todos, debido principalmente a problemas económicos; sin embargo, cinco pacientes fueron catalogados por los médicos tratantes en riesgo alto debido a hiperleucocitosis y a la dificultad de llevarlos a remisión con la quimioterapia de inducción, uno tenía enfermedad mínima residual positiva y otro paciente estaba en la segunda remisión de una leucemia mieloide aguda M3; todos fueron aptos pare someterse a trasplante autólogo de células hematopoyéticas al no tener un donador compatible de antígenos leucocitarios humanos. En cuanto a los esquemas de acondicionamiento, no existe uno que sea el patrón de referencia para el trasplante autólogo de células hematopoyéticas en leucemia mieloide aguda, por lo que se han utilizado diferentes combinaciones de medicamentos. En un estudio retrospectivo se incluyeron 81 pacientes con leucemia mieloide aguda en primera remisión que tuvieron como acondicionamiento dosis altas de busulfán (4 mg/ kg/d/2d), etopósido (20 mg/kg/d/2d y citarabina (6 g/m2/d/2d), con lo que se logró supervivencia global a cinco años de 66.4%.12 En otro estudio, 258 pacientes recibieron acondicionamiento para 93 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología trasplante autólogo de células hematopoyéticas con busulfán 4 mg/kg/d/4 días y ciclofosfamida 60 mg/kg/2 días, con lo que se logró supervivencia libre de enfermedad de 38%.19 En la mayoría de los pacientes de este estudio administramos esquemas de acondicionamientos con busulfán oral y en los pacientes que tenían baja tolerancia a la ingestión de un gran número de tabletas prescribimos esquemas con etopósido combinado con melfalán o ciclofosfamida, con lo que se logró supervivencia de 58%. CONCLUSIONES Aunque el número de pacientes incluidos en el estudio es pequeño, el trasplante autólogo de células hematopoyéticas parece ser una opción terapéutica útil en pacientes con leucemia mieloide aguda en riesgo alto que no tienen donador compatible de antígenos leucocitarios humanos para trasplante alogénico de células hematopoyéticas. Por ello se requieren estudios con mayor número de pacientes para corroborar los beneficios de este procedimiento. REFERENCIAS 1. Stone RM, O’Donnell MR, Sekeres MA. Acute myeloid leukemia. Hematology Am Soc Hematol Educ Program 2004:98-117. 2. Tallman MS. Drug therapy for acute myeloid leukemia. Blood 2005;106:1154-1163. 3. Casasnovas RO, Slimane FK, Garand R, Faure GC, et al. Immunological classification of acute myeloblastic leukemias: relevance to patient outcome. Leukemia 2003;17:515-527. 4. 94 Jaime-Pérez JC, Brito-Ramírez AS, Pinzón-Uresti M, Gutiérrez-Aguirre H, et al. Characteristics and clinical evolution of patients with acute myeloblastic leukemia in Northeast Mexico: An eight-year experience at a University Hospital Acta Haematol 2014:144-151. 5. Smith A, Howell D, Patmore R, Jack A, Roman E. Incidence of haematological malignancy by sub-type: a report from the Haematological Malignancy Research Network. Br J Cancer 2011;105:1684-1692. 6. Siegel R, Naishadham D, Jemal A. Cancer statistics 2012. CA Cancer J Clin 2012;62:10-29. 7. Sant M, Allemani C, Tereanu C, De Angelis R, et al. Incidence of hematologic malignancies in Europe by morphologic subtype: results of the HAEMACARE project. Blood 2010;116:3724-3734. 8. Lowenberg B, Downing JR, Burnett A. Acute myeloid leukemia. N Engl J Med 1999;341:1051-1062. 9. Gómez-Almaguer D, Flores-Jiménez JA, Cantú-Rodríguez OG, Gutiérrez-Aguirre CH. Utilidad del trasplante de células hematopoyéticas en la leucemia mieloide aguda. Rev Hematol Mex 2012;13:74-79. 10. Breems DA, Lowenberg B. Autologous stem cell transplantation in the treatment of adults with acute myeloid leukaemia. Br J Haematol 2005;130:825-833. 11. Lowenberg B, Verdonck LJ, Dekker AW, Willemze R, et al. Autologous bone marrow transplantation in acute myeloid leukemia in first remission: results of a Dutch prospective study. J Clin Oncol 1990;8:287-294. 12. Eto T, Takase K, Miyamoto T, Ohno Y, et al. Autologous peripheral blood stem cell transplantation with granulocyte colony-stimulating factor combined conditioning regimen as a postremission therapy for acute myelogenous leukemia in first complete remission. Int J Hematol 2013;98:186196. 13. Nagler A, Labopin M, Gorin NC, Ferrara F, et al. Intravenous busulfan for autologous stem cell transplantation in adult patients with acute myeloid leukemia: a survey of 952 patients on behalf of the Acute Leukemia Working Party of the European Group for Blood and Marrow Transplantation. Haematologica 2014;99:1380-1386. 14. Keating A, Da Silva G, Perez WS, Gupta V, et al. Autologous blood cell transplantation versus HLA-identical sibling transplantation for acute myeloid leukemia in first complete remission: a registry study from the Center for International Blood and Marrow Transplantation Research. Haematologica 2013;98:185-192. 15. Keating S, de Witte T, Suciu S, Willemze R, et al. The influence of HLA-matched sibling donor availability on treatment outcome for patients with AML: an analysis of the AML 8A study of the EORTC Leukaemia Cooperative Group and GIMEMA. European Organization for Research and Treatment of Cancer. Gruppo Italiano Malattie Ematologiche Maligne dell’Adulto. Br J Haematol 1998;102:1344-1353. 16. Burnett A, Goldstone A, Stevens R, Hann I, et al. The value of allogeneic bone marrow transplant in patients with acute myeloid leukaemia at differing risk of relapse: results of the UK MRC AML 10 trial. Br J Haematol 2002;118:385-400. 17. Estey EH. Acute myeloid leukemia: 2012 update on diagnosis, risk stratification, and management. Am J Hematol 2011;87:89-99. 18. Lazarus HM, Perez WS, Klein JP, Kollman C, et al. Autotransplantation versus HLA-matched unrelated donor transplantation for acute myeloid leukaemia: a retrospective analysis from the Center for International Blood and Marrow Transplant Research. Br J Haematol 2006;132:755-769. 19. Vellenga E, van Putten W, Ossenkoppele GJ, Verdonck LF, et al. Autologous peripheral blood stem cell transplantation for acute myeloid leukemia. Blood 2011;118:6037-6042. Original article Rev Hematol Mex 2014;15:95-102. Intravenous delivery of iron dextran: 23 years-experience in a single institution Martha Alvarado-Ibarra Manuel López-Hernández José Luis Álvarez-Vera Santa M Ortiz-Zepeda Fernando Palomo-Farías Hematology Department, National Medical Center 20 de Noviembre, ISSSTE, Mexico City. ABSTRACT Objective: To analyze the clinicopathologic characteristics of patients with iron deficiency anemia treated with intravenous iron in a Specialty Hospital. Material and method: A retrospective study was performed including patients older than 15 years with iron deficiency anemia who were treated with intravenous iron dextran from 1987 to 2010. Clinical/ electronic records of patients registered in the hematology service of the 20 de Noviembre Hospital, Mexico City, between July and August 2010 were included, obtaining the data requested in the data collection sheet to evaluate the following variables: sex, age, date of infusion, lab results with a period of no longer than 1 month ago iron administration, involving serum levels of hemoglobin (<12 g/dL in women and <14 g/ dL in men to define the presence of anemia), hematocrit, mean corpuscular volume and hemoglobin percentage of corrected reticulocytes red cell distribution width (RDW), iron profile (serum iron, transferrrin, transferrin saturation index, total capacity and latent iron binding), ferritin and Perls staining. Results: 761 infusions were done, 110 men and 651 women, average age 52 years, mean Hb and iron deficiency 8.7g/dL of 1,285mg/dL were performed. The main causes were diseases associated with lower gastrointestinal bleeding (48%), including those secondary to treatment (not chronic peptic rheumatological disease, rheumatologic disorders, arthropathy and hepatic cirrhosis) and abnormal uterine bleeding (27%). In 49% of cases there were at least 2 cases and 79% were administered multiple drugs, of these, 45% were potentially harmful to the gastrointestinal mucosa (NSAIDs, antiplatelet agents, oral anticoagulants and steroids) and 27% had polypharmacy (> 5 drugs). There were 111 patients in recurrent anemia, with an average of 3 infusions per patient in this group and an interval of 55 weeks. The number of reported serious adverse events was 0.26% and no cases of anaphylaxis or treatmentrelated death were found. Conclusions: The main causes of iron deficiency anemia are associated with upper gastrointestinal bleeding diseases, although half of the cases have more than one cause, including administration of harmful drugs to the gastrointestinal mucosa and polypharmacy. There is a low incidence of severe anaphylactic effects with a high level of security. Key words: iron deficiency anemia, iron dextran. www.nietoeditores.com.mx Received: March 11, 2014 Accepted: May 29, 2014 Correspondence: Dra. Martha Alvarado Ibarra Servicio de Hematología Centro Médico Nacional 20 de Noviembre Félix Cuevas 540 03229 México, DF [email protected] This article must be quoted Alvarado-Ibarra M, López-Hernández M, Álvarez-Vera JL, Ortiz-Zepeda S, Palomo-Farías F. Intravenous delivery of iron dextran: 23 years-experience in a single institution. Rev Hematol Mex 2014;15:95-102. 95 Revista de Hematología Administración de hierro dextrán endovenoso: 23 años de experiencia en una sola institución RESUMEN Objetivo: conocer las características clínico-patológicas de los pacientes con anemia ferropénica tratados con hierro endovenoso en un Hospital de Alta Especialidad. Material y método: estudio retrospectivo en el que se incluyeron pacientes mayores de 15 años de edad con anemia ferropénica tratados con hierro dextrán endovenoso atendidos entre 1987 y 2010. Se revisaron los expedientes clínicos electrónicos de los pacientes registrados en el Servicio de Hematología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre de la Ciudad de México de julio de 1987 a agosto de 2010 que cumplieran con los criterios de inclusión. Se obtuvieron los datos necesarios solicitados en la hoja de recolección de datos para evaluar las siguientes variables: sexo, edad, fecha de infusión, resultados de laboratorio con un lapso no mayor a un mes antes de la administración del hierro, que incluyeron concentraciones séricas de hemoglobina (cifra <12 g/dL en mujeres y <14 g/dL en hombres para definir la existencia de anemia), hematócrito, hemoglobina y volumen corpuscular medio, porcentaje de reticulocitos corregidos, ancho de distribución eritrocitaria, perfil de hierro (hierro sérico, transferrrina, índice de saturación de transferrina, capacidad total y latente de fijación de hierro), ferritina y tinción de Perls. Resultados: se realizaron 761 infusiones, 110 hombres y 651 mujeres, con edad promedio de 52 años. La hemoglobina media fue de 8.7 g/ dL y el déficit de hierro de 1,285 mg/dL. Las principales causas fueron enfermedades asociadas con sangrado del tubo digestivo bajo (48%), que incluyeron las secundarias a tratamiento (enfermedad ácido péptica, trastornos reumatológicos, artropatías crónicas no reumatológicas y cirrosis hepática) y el sangrado uterino anormal (27%). En 49% de los casos había al menos dos causas y 79% recibía múltiples fármacos; de éstos, en 45% eran potencialmente nocivos para la mucosa gastrointestinal (antiinflamatorios no estereoides, antiagregantes, anticoagulantes orales y esteroides) y 27% tenía polifarmacia (recibían más de cinco fármacos). En 111 pacientes hubo recurrencia de la anemia, con promedio de tres infusiones por paciente en este grupo e intervalo de 55 semanas. El porcentaje de efectos adversos graves reportados fue de 0.26% y no se encontró ningún caso de anafilaxia o muerte asociada con el tratamiento. Conclusiones: las principales causas de anemia ferropénica son las enfermedades asociadas con sangrado del tubo digestivo alto, aunque la mitad de los casos tiene más de una causa, como la administración de fármacos nocivos para la mucosa gastrointestinal y la polifarmacia. Existe baja incidencia de efectos anafilácticos graves. Palabras clave: anemia por deficiencia de hierro, hierro dextrán. 96 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Alvarado-Ibarra M et al. Intravenous delivery of iron dextran BACKGROUND Fifteen years ago, the National Public Health Institute of Mexico reported a 50.7% prevalence of iron deficiency anemia in a sample of 152 children between 6 and 36 months of age. On the other hand, Casanueva et al. conducted a review of 46 epidemiological, observational, clinical studies and government programs made between 1939 and 2005 to determine the prevalence of iron deficiency anemia in women of reproductive age in the last 6 decades, and they found that there is a decline from 39.6 to 15.5% for nonpregnant women, i.e. a decrease of >20% and a decrease of 10% in pregnant women, 35-25%, still a high prevalence.1-8 The latest information in our country about prevalence of anemia was obtained through the National Health and Nutrition Examination Survey conducted in 2006 (ENSANUT 2006) conducted by the National Public Health Institute. This information was obtained from a sample of 48,600 households, with a homogeneous distribution of gender, 52.1% of women and 47.9% men; the prevalence by socioeconomic status (SES) was also analyzed and an inverse relationship was found, i.e., the higher the socioeconomic level, the lower the prevalence of anemia, and it was reported 20% in the lower SES, and 14% in the higher SES.7,9-11 In our country and in the rest of the world there still exists an unjustified but generalized fear in relation with the use of iron dextran, this fear comes mostly from the anaphylactic effects described in the first forms of high molecular weight endovenous iron, a condition that had an impact on the safety profile.12-14 Until recently, iron dextran was the only parenteral iron presentation in the USA and Mexico.15-17 Its main advantage is the ability to receive the total dose of iron deficiency in a single infusion and the possibility to perform intramuscular administration;15 however, a disadvantage is a higher incidence of adverse effects as compared with other presentations.16-19 (Table 1). Various studies conducted to date have shown that, with the exception of high molecular weight iron dextran (HMWID), serious adverse effects that endanger life are rare.18-20 Chertow et al., on a review of 14.9 million iron infusions of low molecular weight iron dextran (LMWID) administered over a period of two years (19982000), by far the study with the largest number of patients, found great variability in the frequency of reported adverse effects between 0.004-91%, which was attributed to the great clinical heterogeneity (different patient groups), sample size of the studies and different definitions of adverse effects; however, the number of serious adverse effects such as respiratory depression, anaphylactic reaction and death was low (9 deaths, 7 respiratory depressions and 28 anaphylactic reactions among the 14.9 million infusions studied).19 MATERIAL AND METHOD A retrospective study was performed with patients >15 years of age diagnosed with iron deficiency anemia referred to the Department of Hematology of the 20 de Noviembre National Medical Center (CMN20N), Mexico City, who had been treated with intravenous iron dextran. Patients treated with oral iron or who had not accepted the intravenous treatment were excluded and patients with incomplete records were removed. Clinical histories of patients registered in the Department of Hematology of the CMN20N from July 1987 to August 2010 and that met the inclusion criteria and the necessary data requested in the collection data sheet were reviewed. 97 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología Table 1. Adverse reactions and hypersensitivity of the several parenteral iron presentations Severe anaphylactic reaction Hypersensitivity index Hypersensitivity (per one million doses) Adverse effects Iron Dextran Ferric saccharate Ferric gluconate 0.6-0.7% 0.2-3% 8.7 Up to 50 0.002% 0.005% 2.6 Up to 36 0.04% 0.4% 3.3 Up to 35 The causes of iron deficiency anemia, primary indications for initiating an intravenous iron therapy, number of infusions performed in each patient and interval thereof were identified; this record was made individually to gain knowledge of the general data mentioned in the previous paragraph, as well as for knowing the number of drugs taken at diagnosis, each of which were recorded, those considered potential producers of gastrointestinal mucosal damage (NSAIDs, antiplatelet agents, anticoagulants, steroids and possible combinations) were classified and finally, the adverse effects record attributed to iron dextran infusion and number of cases that developed anaphylaxis and death was intentionally sought. Iron deficiency was calculated based on the hemoglobin level that was documented with the following iron deficiency formula = (kgx75) x (0.45-[Ht/100]) +500 as well as the number of applications necessary to correct the same. Statistical analysis Statistical analysis was performed with SPSS v16 system. Nominal variables were expressed as percentages and numerical variables with central trend measures (mean ± SD and/or ranges). Demographic data and laboratory tests were expressed with mean, standard deviation, frequency and ranges, as appropriate. In order to understand the relationship between nominal and numerical variables, Student T and Chi square tests were performed, and the statis- 98 tical significance values that obtained a value of p <0.05 were established. RESULTS From July 1987 to August 2010, 761 iron dextran infusions were documented: 110 in men and 651 in women, a total of 531 patients, of whom 420 required a single infusion and 111 received more than one, with an average of patient infusions of 3 (2-18) and an interval of 55 weeks (8-294) between them. The average age of the population was 52 years old (15-84) with a male:female ratio of 1:6, mean hemoglobin was 8.7 g/dL, iron deficiency average was 1,285 mg (700-2,380) and for diagnostic confirmation Perls staining in bone marrow was required only in 13% of cases. The baseline characteristics of the patients are shown on Table 2. The main pathological entities that caused iron deficiency anemia were diseases that generate blood loss because due to upper gastrointestinal (GI) tract damage, or secondary to treatment (acid peptic disease, rheumatologic disorders, non-rheumatologic chronic arthropathy and liver cirrhosis) covering 48% of the cases. The second cause was gynecological diseases that generated abnormal uterine bleeding (AUB) with 27% of cases; in third place, were diseases that affected the lower GI tract (angiodysplasia, diverticular disease, hemorrhoids and other causes such as post-radiation proctitis) with 13% of cases and in the last place was for malabsorption disorders (including chronic non-specific ulcerative colitis and Crohn’s disease) with 4% of cases and others, Alvarado-Ibarra M et al. Intravenous delivery of iron dextran Table 2. Baseline characteristics of patients (n = 531) Variable Age (years) Sex, no. (%) Men Women Hemoglobin (g/dL) Hematocrit (%) MCV (fL) MCH (pg) RCDW (%) Transferrin (mg/dL) TSI (%) Fe++ (µg/dL) TBC (µg/dL) LBC (µg/dL) Ferritin (ng/mL) * Iron deficit Perls staining, no. (%)€ Result 52 (15-84) 60 50 48% 40 110 (14.5) 651 (85.5) 8.7 (4.1-12.5) 28.8 (15.7-40) 71.2 (51-98) 21.6 (13.2-32.9) 19.3 (13.5-33.1) 336 (140-584) 5.1( 0.7-30) 19.8 (4-80) 427(211-781) 407 (136-766) 7.8 (2-29) 1285 (700-2,380) 69 (13) MCV: mean corpuscular volume; MCH: mean corpuscular hemoglobin; RCDW: red cell distribution width; TSI: transferrin saturation index; Fe++: serum iron; TBC: total binding capacity; CLF: latent binding capacity. * Performed in 64 patients only. € Performed at diagnosis only. among which the low iron intake, solid tumor malignancies, post-surgical subjects, hypothyroidism, etc., which represented 8% of cases. Iron deficiency associated with low iron intake alone was found only in 2 cases. (Figure 1 and Table 3). In 49% of cases at least 2 causes of iron deficiency anemia were documented simultaneously in the same patient, and the diseases associated with upper GI tract bleeding plus gynecological diseases characterized by abnormal uterine bleeding by 33% of cases were the most common associations. When dividing patients into groups according to the number of drugs taken at diagnosis of anemia, it was observed that 53% used <5 drugs, 26% >5 drugs and 21% used no drugs, i.e. almost 80% of cases routinely ingested drugs. Of these, in 45% of cases the drug used was a potential 27% 30 20 13% 10 4% 8% 0 UGB LGB AUB Malabsorption Others UGB: upper gastrointestinal bleeding; LGB: lower gastrointestinal bleeding; AUB: abnormal uterine bleeding. Figure 1. Main causes of iron deficiency anemia (n=531 patients). Table 3. Main causes of iron deficiency anemia (n=531 patients) Cause of anemia No. (%) Associated to upper gastrointestinal bleeding 256 (48) Gastritis, hiatus hernia, gastric and duodenal 112 (21) ulcer Rheumatic diseases (systemic lupus erythematosus, rheumatoid arthritis and others) 64 (12) Non-rheumatic joint disease Cirrhosis of the liver (portal hypertension/ esophageal varices) 27 (5) 53 (10) Associated with lower gastrointestinal bleeding 69 (13) Angiodysplasia 21 (4) Hemorrhoids 12 (2.3) Diverticular disease 18 (3.3) Other causes of lower gastrointestinal bleeding 18 (3.3) Gynecological diseases 143 (27) Malabsorption (nonspecific chronic ulcerative 21 (4) colitis, Crohn’s disease) Other causes 42 (8) cause of bleeding of the gastrointestinal mucosa, including 9% of cases that took a combination of them and the remaining 55% took other drugs. The average number of drugs taken was 3 per patient. Note that in neither case a GI mucosal protective drug was included. 99 Revista de Hematología The number of adverse events reported were only 2 (0.26%): one case of chest pain and another of dyspnea; it is worth noticing that the first event occurred in a patient with a history of ischemic heart disease and trivascular disease; however, in both cases symptoms disappeared when the infusion was stopped and finally, there were no reports of anaphylaxis or death associated with the infusions. The correlation between the number of ingested drugs and the severity of the anemia had a p value of 0.07, and the correlation between the severity of the anemia and various etiologies had a p value of 0.9. DISCUSSION In our study we found that those pathologies that affect the upper GI tract were the main cause of iron deficiency anemia and they generated acute and chronic blood loss through various mechanisms which, in some instances, can be attributed to the disease and in others it may result from the treatment(s) employed, and in some other cases they were secondary complications associated with certain diseases (i.e. liver cirrhosis); these diseases affected almost half of our population (48%). The second cause were gynecological disorders evidenced by abnormal uterine bleeding, mostly attributed to uterine adenomyosis or myomatosis, which represent just over a quarter of our population (26%). Therefore, in our experience the main cause of anemia in our patients were the losses higher than the daily iron intake and not the low iron intake as is the case in the general population; perhaps this is related in part to the socioeconomic status of our population corresponding to medium low/high as opposed to the low socioeconomic level of most of the subjects in the general population who develop this problem, based on the different literature reviewed. 100 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 On the other hand, since our patients were 15 years of age or older and presented rare diseases or sometimes multiple diseases simultaneously and require specialized attention it is far from being considered as a representative sample of the general population. Therefore, we do not seek to establish the main causes of iron deficiency anemia in our country, but we do venture that these may be the causes of iron deficiency anemia in patients requiring parenteral iron therapy to correct said deficiency in a third level Hospital, of which there are no comparable studies, at least in our country. Maslovsky et al. reported a series of cases in patients treated at a Primary Care Hospital and found that the main causes of iron deficiency anemia treated with parenteral iron were metrorrhagia and kidney failure with 36% and 24% respectively, and only 10% of cases were attributed to upper GI disease.21 In Mexico, the main data are those published in the ENSANUT 2006,9 which included subjects of all ages of various socioeconomic and levels in the general population, which found, as mentioned previously, a higher prevalence of anemia in children, a higher degree in early age and in women of reproductive age, with the highest incidence in pregnant women, in addition to the observation that there is a larger increase associated with age and low socioeconomic status. It should be noted that in this registry no pathological causes or etiology of anemia were reported. A large proportion of our patients received initial treatment with oral iron without success, either because of adverse effects or lack of correction of anemia, which was the reason for iron dextran administration. Having said this, it is very interesting to note that almost half of our patients had more than one cause for the development of iron deficiency anemia and a little less than 10% had more than two causes simultaneously, it is also interesting that the main associated symptom was the presence of abnormal uterine bleeding and diseases related to upper gastroin- Alvarado-Ibarra M et al. Intravenous delivery of iron dextran testinal bleeding in one third of the cases and exclusively affecting females, i.e., one in three women. These findings support the complexity of the reasons that lead to the development of iron deficiency anemia in patients treated at high specialty hospitals, as well as the difficulty that exists in obtaining appropriate responses to “conventional” therapies based on oral iron, and the need for multiple iron infusions in some cases. The average age in our population was over 50 years old, probably because they were subjects with chronic diseases that required long-term treatments. On the other hand, there was a clear predominance of females, which may be related largely to the leading causes of anemia found: gynecological disorders, rheumatic diseases, as well as certain lower gastrointestinal pathology as hemorrhoids, colitis, among others; but it is also worth noticing that despite this difference in gender, abnormal uterine bleeding was not the main cause of iron deficiency anemia as is common in the general population. Drug intake seems to have an important role in the development of iron deficiency anemia, largely due to its relation to gastrointestinal bleeding which is the main cause of anemia found in our study, where we observed that over 75% the cases took at least one drug and in almost half of the cases it turned out to be a drug with potential harmful effects on the gastrointestinal mucosa (NSAIDs, antiplatelet, oral anticoagulant, steroids, etc.); even in a few cases (9%) there was a combination of these drugs, which undoubtedly further increased the risk of mucosal damage and bleeding, producing chronic losses through the upper gastrointestinal tract, which are known to be up to 3-4 mL/day which is equivalent to 1.5-2 mg iron/day, which in turn will finally cause anemia. In fact, by dividing patients according to the number of drugs taken at diagnosis it is observed that more than a quarter had polypharmacy, i.e. took >5 drugs, which may be related in the same way to the development of damage to the gastrointestinal mucosa and to the development of iron deficiency anemia, even though they are not identified as potentially damaging to the gastrointestinal mucosa. It should be mentioned that the use of protectors of the GI mucosa was not included in the analysis of the number of drugs used, but it should be noted that said group of drugs lowers gastric pH which certainly reduces iron absorption in the duodenum effectively, adding yet another mechanism to the development of iron deficiency anemia or lack of response to conventional treatment with oral iron. The number of iron dextran infusions in most patients (420/531) was performed during a single hospitalization, but it is noted that when there was a deficit greater than 1,000 mg, which occurred in most cases because the average iron deficiency reported was 1,285 mg, the dose of iron dextran was split into two infusions given on consecutive days during the same hospitalization. However, in 20% of patients (111/531) it was necessary to perform multiple infusions with an average of 3 infusions per patient. Although in the majority of cases 2 infusions were performed, there were cases in which more than 10 infusions were administered required, mostly in patients with non-curable diseases and/or that required long-term treatment, thus creating a vicious cycle that did not eliminate the mechanism which caused anemia. Moreover, the interval between infusions in this latter group of patients was 55 months on average, i.e. >1 year, which supports the efficacy of iron dextran in the treatment of iron deficiency anemia, although it should be mentioned that there were isolated cases with intervals as short as 8 weeks and others over 5 years; in the first group, subjects with great losses were found who suffered from angiodysplasia of the gastrointestinal tract and those who presented multiple risk factors for developing concurrent anemia (multiple pathologies and treatments with drugs that damage the gastrointestinal 101 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Revista de Hematología mucosa or increase the risk of bleeding). Thus, compared to other presentations of intravenous iron as ferric gluconate and ferric saccharate, iron dextran has a greater advantage and usefulness in patients with large iron deficit by shortening treatment and recovery time. Finally, from the total number of infusions made, there were only 2 documented non-fatal adverse reactions: a case of chest pain in a patient with known ischemic heart disease with trivascular disease and one case of dyspnea in a patient with gonarthrosis; there were no cases either of anaphylaxis or death reported. We found less than 1% of adverse events (0.26%), which in our opinion ensures iron dextran safety in the treatment of iron deficiency anemia. These findings are similar to those reported by Critchley et al.,18 who conducted a systematic review of multiple studies where there is a low risk of adverse effects with low molecular weight iron dextran compared with high molecular weight iron dextran and ferric gluconate; likewise, Chertow et al.,19 in the review of approximately 14.9 million iron infusions of various types, observed a low risk of severe reactions such as respiratory depression, severe anaphylactic reaction or death (<0.01%). REFERENCES 102 6. Casanueva E, de Regil LM, Flores MF. Anemia por deficiencia de hierro en mujeres mexicanas en edad reproductiva. Historia de un problema no resuelto. Salud Púb Méx 2006;48:166-175. 7. Shamah T, Villalpando S, García A, Mundo V, et al. Anemia in Mexican women: results of two national probabilistic surveys. Salud Púb Méx 2009;51:S515-S522. 8. Martínez H, Casanueva E, Rivera J, Viteri F, Bourges H. La deficiencia de hierro y la anemia en niños mexicanos. Acciones para prevenirlas y corregirlas. Bol Med Hosp Infant Mex 2008;65:86-99. 9. Olaíz G, Rivera J, Shamah T, Rojas R, et al. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006). Cuernavaca: Instituto Nacional de Salud Pública, 2006. 10. Martínez C, González A, Domínguez S. Patología digestiva alta en pacientes de edad avanzada con anemia ferropénica: comparación entre usuarios y no usuarios de anti inflamatorios no esteroideos. An Med Interna (Madrid) 2001;18:357-360. 11. Weiss G, Gasche C. Pathogenesis and treatment of anemia in inflammatory bowel disease. Haematol 2010;95:176179. 12. Paniagua M, Piñol F. Ectasias vasculares del antro gástrico como causa de hemorragia digestiva crónica. Rev Cubana Med 1999;38:71-78. 13. García A, Villegas A, González F. Manifestaciones hematológicas en el lupus eritematoso sistémico. An Med interna (Madrid) 2002;19:539-543. 14. Wilson A, Reyes E, Ofman J. Prevalence and outcomes of anemia in inflammatory bowel disease: a systematic review of the literature. Am J Med 2004;116:44S-49S. 15. Silvertein S, Rodgers G. Parenteral iron therapy options. Am J Hematol 2004;76:74-78. 16. Maniatis A. Intravenous iron as an alternative transfusion. Transfus Med 2007;9:13-18. 17. Katodritou E, Verrou E, Zervas K. Intravenous iron: a useful therapeutic tool but not a panacea. Am J Haematol 2008;83:521-523. 18. Critchley J, Dunbar Y. Adverse events associated with intravenous iron infusion (low-molecular-weight iron dextran and iron sucrose): a systematic review. Transfus Med 2007;9:8-36. 1. Killip S, Bennet JM, Chambers MD. Iron deficiency anemia. Am Fam Physician 2007;75:671-678. 2. Umbreit J. Iron deficiency: a concise review. Am J Hematol 2005;78:225-231. 3. Freire WB. La anemia por deficiencia de hierro: estrategias de la OPS/OMS para combatirla. Salud Púb Méx 1998;40:199-205. 4. Sans-Sabrafen J, Besses C, Vives JL. Hematología clínica. Madrid: Elsevier, 2006. 20. Baile GR. Hypersensitivity reactions and deaths associated with intravenous iron preparations. Nephrol Dia Transplant 2005;20:1443-1449. 5. Beutler E, Coller BS, Kipps TJ, Seligsohn U, Lichtman MA. Williams Hematología. Madrid: Marbán, 2005. 21. Maslovsky I. Intravenous iron in primary-care clinic. Am J Haematol 2005;78:261-264. 19. Chertow GM, Mason PD, Vaage-Nilsen O, Ahlmen J. On the relative safety of parenteral iron formulations. Nephrol Dial Transplant 2004;19:1571-1575. Artículo de revisión Rev Hematol Mex 2014;15:103-121. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B: un modelo personalizado de valoración clínica y molecular Víctor Manuel Valdespino-Gómez Departamento de Atención a la Salud, División de Ciencias Biológicas y de la Salud, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, DF. RESUMEN La leucemia linfocítica crónica de linfocitos B (LLC-B) es la neoplasia más frecuente en la población occidental y los pacientes que la padecen cursan con un cuadro clínico muy heterogéneo. Se ha demostrado que en la mayor parte de los diferentes cuadros clínicos manifestados por los pacientes, la evolución clínica se asocia con un grupo de variables personalizadas, particularmente con características biológicas de sus clonas tumorales predominantes, con sus condiciones sistémicas de salud y de respuesta a la enfermedad y la interacción de ambas. Las variables celulares propias de las células de la leucemia linfocítica crónica de linfocitos B pueden clasificarse en alteraciones celulares en la interacción con las células de su microambiente, anomalías cromosómicas y alteraciones genéticas, epigenéticas y proteómicas. Los principales parámetros del paciente que participan en el curso de la enfermedad son la respuesta inmunológica contra la enfermedad, la tolerabilidad y la respuesta a la toxicidad provocada por el tratamiento. La selección racional del esquema terapéutico en un paciente particular con leucemia linfocítica crónica de linfocitos B implica registrar los principales parámetros participantes del paciente, las variables de las células de la leucemia linfocítica crónica de linfocitos B y el resultado de las interacciones de ambas, como el estadio clínico y el estado activo de la enfermedad. El tratamiento se basa en usar modernos algoritmos terapéuticos aprobados que produzcan mayores respuestas y menores eventos secundarios, y en lograr la remisión clínica completa con la erradicación de la enfermedad mínima residual. Los pacientes con leucemia linfocítica crónica de linfocitos B resistente deben ser canalizados a ensayos clínicos específicos, en los que el agente terapéutico se dirija al biomarcador fisiopatológico específico que las clonas tumorales expresan en la progresión de la enfermedad. Palabras clave: leucemia linfocítica crónica B, modelo de medicina personalizada, parámetros clínicos y moleculares. B-cell chronic lymphocytic leukemia: A personalized view of the clinical and molecular aspects ABSTRACT B-cell chronic lymphocytic leukemia (B-CLL) is the most common leukemia in western countries, and B-CLL patients show a heterogeneous www.nietoeditores.com.mx Recibido: 21 de mayo 2014 Aceptado: 30 de julio 2014 Correspondencia: Dr. Víctor Manuel Valdespino [email protected] Este artículo debe citarse como Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B: un modelo personalizado de valoración clínica y molecular. Rev Hematol Mex 2014;15:103-121. 103 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 clinical presentation and course. It has been demonstrated that specific clinical course of B-CLL patients is associated to personalized variables related to the biological characteristics of their predominant neoplastic clones and with patients fitness as well as their global response against the disease. The great viability in the clinical course of B-CLL patients has motivated scientific efforts to search new prognostic markers, diagnostic parameters, and treatment options. The cellular variables of the B-CLL cells can be classified in microenvironmental-interaction cell alterations, chromosomal abnormalities and genetic, epigenetic and proteomic alterations. The main patient’s parameters participating in the clinical course of the disease as immunological response, the tolerability and the response to the treatment toxicity, which are related to the patient’s physical fitness, age, performance status, organ function, as well as the comorbidities and life expectancy; these parameters are used to predict the clinical evolution of the disease, and to choose the treatment strategy. The rational selection of the therapeutic regimen of a B-CLL particular patient implies to register the main patient’s parameter participating, the cellular variables of the B-CLL cells and the interactions of which both biological variables affect the real-time clinic state of the patient, such as the clinical and activity status of disease. The treatment will be based to the use modern approved therapeutic algorithms to produce more effective responses with minor risk, obtain a complete clinical response with the minimal residual disease elimination. In conditions of refractory disease, the patient should be directed to a designed clinical trial, where their specific target will affect specific pathological biomarker of tumoral clones of the disease progression. Key words: chronic lymphocytic leukemia, personalized medicine model, clinical and molecular parameters. ANTECEDENTES La leucemia linfocítica crónica B es una neoplasia mieloproliferativa que se distingue por la expansión progresiva de linfocitos B en la sangre periférica, la médula ósea, los ganglios linfáticos y el bazo. La leucemia linfocítica crónica B es la leucemia que afecta con más frecuencia a los adultos occidentales; su principal característica es la acumulación de linfocitos B monoclonales que expresan CD5, CD19, CD20 y CD23, mismos que crecen sin control en la médula ósea desplazando a las células sanguíneas normales y frecuentemente infiltran a los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado.1 La causa de la leucemia linfocítica crónica B sigue siendo 104 desconocida; sin embargo, diferentes condiciones se han identificado como factores de riesgo de padecerla, entre ellas el antecedente familiar de cáncer y neoplasias hematológicas, de inmunodeficiencias, de exposición al agente naranja, la edad avanzada y algunas alteraciones cromosómicas específicas. El curso clínico de la leucemia linfocítica crónica B es heterogéneo, algunos pacientes prácticamente no tienen síntomas, mientras que otros cursan con síntomas moderados a severos; la leucemia linfocítica crónica B agresiva frecuentemente conduce a la muerte. El curso clínico de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B se asocia principalmente con la aparición de subclonas celulares específicas, generalmente con mayor Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B agresividad biológica y resistencia al esquema terapéutico administrado.2 En los últimos dos decenios se han logrado avances considerables en el esclarecimiento de la biología de la leucemia linfocítica crónica B y en lograr mejores recursos terapéuticos. Se han identificado diferentes variables que participan en la aparición y progresión de la leucemia linfocítica crónica B, variables relacionadas con los factores integrales de salud de los pacientes y variables tisulares y celulares propias de las clonas tumorales. Los principales factores que dependen de las características de los pacientes se relacionan con la tolerabilidad a los tratamientos, como la edad, el estado de salud funcional integral, la existencia o no y grado de comorbilidades y la expectativa de vida. Entre los principales biomarcadores de las clonas celulares de la leucemia linfocítica crónica B en cada paciente se pueden identificar la morfología y perfil inmunofenotípico expresado en la superficie celular, el ritmo y tiempo de duplicación, su origen en el proceso de diferenciación, diferentes ubicaciones tisulares, anomalías cromosómicas y mutaciones adquiridas en el número de copias de regiones específicas y en genes relacionados con la transformación celular, alteraciones secundarias de algunas vías de señalización intracelulares implicadas en los procesos de iniciación y progresión tumoral, etc. Todo este maremágnum de variables (del estado de salud integral y de las clonas tumorales) en la aparición de la leucemia linfocítica crónica B interaccionan en el paciente y conducen su estado clínico, como la etapa clínica de la enfermedad, el estado activo de la enfermedad y el alivio o progresión de ella postratamiento. Las variables moleculares expresadas en las células de la leucemia linfocítica crónica B pueden usarse como blanco terapéutico en regímenes personalizados de tratamiento. El primer objetivo terapéutico es conseguir la mejor respuesta con la menor toxicidad y la mejor calidad de vida del paciente. El siguiente objetivo es lograr la remisión clínica completa de la enfermedad erra- dicando en el paciente la enfermedad mínima residual. Así, el análisis diagnóstico, la selección del tratamiento integral, la valoración del efecto terapéutico y la vigilancia en el seguimiento clínico del paciente con leucemia linfocítica crónica B por el especialista oncohematólogo sirven como ejemplo del ejercicio racional de atención moderna clínica integral. El estudio, tratamiento y la vigilancia postratamiento de un paciente particular con leucemia linfocítica crónica B son ejemplo del modelo moderno de atención médica personalizada.3 Aspectos epidemiológicos La leucemia linfocítica crónica de linfocitos B es la leucemia más común de los adultos occidentales estadounidenses y europeos, representa 25 a 30% en frecuencia, su incidencia ajustada anual en adultos estadounidenses de 65 años es aproximadamente de 13 por cada 100,000, en una proporción de 1.5-2:1 de hombres:mujeres;4 la edad media de aparición es de 65 a 72 años y la incidencia aumenta al avanzar la edad, por lo que la mayoría de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B cursan con diferentes comorbilidades secundarias a enfermedades crónico-degenerativas,4 mientras que sólo 10% de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B son menores de 55 años. En los países asiáticos esta enfermedad representa 5% de todas las leucemias en adultos y predominan los casos provocados por clonas tumorales de linfocitos T; en los países latinoamericanos la frecuencia es igualmente baja, sobre todo en la población mexicana, la leucemia linfocítica crónica B es el tipo de leucemia menos frecuente.5,6 Las diferencias en la incidencia de la leucemia linfocítica crónica B entre ambas poblaciones se deben predominantemente a factores genéticos y epigenéticos. Se estima que anualmente ocurren en Estados Unidos más de 15,000 casos nuevos de leucemia linfocítica crónica B y que este tipo de leucemia se asocia con 4,500 muertes. Debido a que la leucemia linfocítica crónica B afecta 105 Revista de Hematología a poblaciones de edad avanzada, se considera que en los próximos años los casos aumentarán debido al incremento de la esperanza de vida poblacional. En pacientes en los que solamente se manifiestan adenopatías u organomegalias por infiltración de linfocitos B monoclonales, en ausencia de linfocitosis en la sangre periférica, la neoplasia se denomina linfoma de linfocitos pequeños,7 la fisiopatología de ambas neoplasias es mínimamente diferente. Diagnóstico En las últimas tres décadas, el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos organizó tres reuniones de expertos en leucemia linfocítica crónica B (Grupo de Trabajo Internacional en Leucemia Linfocítica Crónica –IWCLL por sus siglas en inglés de International Workshop on Chronic Lymphocytic Leukaemia) destinadas a la construcción-actualización de las guías de diagnóstico y tratamiento de este padecimiento, sus recomendaciones sirven para la atención clínica estandarizada de estos pacientes y para homologar los diseños y valoración de los ensayos de investigación clínica. Las recomendaciones de la última versión se basan en el uso de nuevos marcadores diagnósticos y pronósticos y de nuevas opciones de tratamiento.8 Las características biológicas y el curso clínico de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B son variables. La mayoría de ellos manifiesta linfocitosis en sangre periférica y un menor grupo tiene, además, adenopatías, hepatoesplenomegalia, anemia y trombocitopenia. La leucemia linfocítica crónica B generalmente se diagnostica por la existencia de linfocitosis en un estudio de biometría hemática, aproximadamente la mitad de los pacientes son asintomáticos y el diagnóstico se sospecha en un estudio rutinario. Para establecer el diagnóstico se requiere observar el frotis sanguíneo y realizar el estudio del inmunofenotipo de los linfocitos circulan- 106 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 tes. Los pacientes tienen síntomas como fatiga, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, crecimientos ganglionares y persistencia o infecciones severas. Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B tienen mayor incidencia de infecciones virales y bacterianas relacionadas con alteraciones de la función inmunológica debidas a hipogammaglobulinemia o disfunciones de los linfocitos B y T; muchos pacientes mueren a causa de infecciones o tienen respuestas deficientes al tratamiento de las alteraciones autoinmunitarias. Las infecciones bacterianas severas, como neumonía, son frecuentes en pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad. El síndrome anémico puede ser provocado por infiltración tumoral de la médula ósea o por hemólisis autoinmunitaria. En pacientes con leucemia linfocítica crónica B puede producirse una reacción exagerada de la piel al piquete de insectos (síndrome de Well). Por lo general, el crecimiento ganglionar es moderado y su consistencia es media, los ganglios son movibles y no confluentes.8 Debido a que la mayoría de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B padece la enfermedad en la séptima a octava décadas de la vida, frecuentemente cursan con estados de comorbilidad asociados con enfermedades crónico-degenerativas, en condiciones de enfermedad asintomática o de enfermedad agresiva; por ello una fracción significativa de pacientes no requerirá tratamiento contra la leucemia linfocítica crónica B.1,8 Etapificación clínica La historia natural de la leucemia linfocítica crónica B es variable, con supervivencias globales de 2 a más de 20 años a partir del diagnóstico. El primer procedimiento para identificar el curso de la enfermedad en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B es el uso de sistemas de estadiaje, particularmente el sistema de Rai y Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B el de Binet.9,10 Ambos sistemas son parecidos y coinciden en la identificación de tres etapas clínicas que consideran el volumen-número de compartimientos ganglionares afectados por la enfermedad y el efecto de su infiltración en la función de la médula ósea; la enfermedad se clasifica en etapa inicial, intermedia y avanzada. Sin embargo, se ha demostrado que el curso de la enfermedad no es uniforme en los pacientes incluso en la misma etapa, porque la evolución clínica se asocia con la existencia de biomarcadores pronóstico-predictivos independientemente de la administración específica de regímenes terapéuticos. El segundo gran elemento para identificar el curso de la enfermedad en el paciente con leucemia linfocítica crónica B es determinar si la enfermedad está activa biológicamente afectando la salud sistémica del paciente o valorar si las clonas de la leucemia linfocítica crónica B tienen una tasa elevada de proliferación-supervivencia. El Grupo de Trabajo Internacional en Leucemia Linfocítica Crónica (IWCLL) determinó que la enfermedad está activa8 cuando hay síntomas relacionados con la enfermedad, pérdida no intencional de más de 10% del peso en seis meses, fatiga importante (calificación en la escala de ECOG de 2 o más), fiebre mayor de 38ºC durante más de dos semanas sin evidencia de infección, sudoraciones nocturnas durante más de un mes sin evidencia de infección, progresión por infiltración de médula ósea (anemia y trombocitopenia), esplenomegalia masiva (>6 cm del reborde costal), adenopatías masivas o progresivas (>10 cm de longitud mayor), linfocitosis progresiva con incremento de más de 50% de la cuenta linfocitaria en un periodo de dos meses, duplicación de la cuenta linfocitaria en un tiempo menor a seis meses y anemia o trombocitopenia autoinmunitarias sin respuesta al tratamiento estándar; en estas condiciones el IWCLL recomienda iniciar tratamiento. La cuenta absoluta de linfocitos no debe considerarse indicador de inicio de tratamiento.11 La aplicación de los sistemas de estadiaje clínico de Rai y Binet para clasificar la extensión de la enfermedad en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B es un procedimiento sencillo y barato. El sistema Rai divide a los pacientes con leucemia linfocítica crónica B en pacientes en riesgo bajo (etapa 0), riesgo intermedio (etapas I y II) y riesgo alto (etapas III y IV).9 En la etapa 0, los pacientes sólo tienen linfocitosis, en la etapa I tienen además adenopatías, en la etapa II cursan con hepatoesplenomegalia y en las etapas III y IV manifiestan infiltración a la médula ósea que se asocia con citopenias (anemia y trombocitopenia); la supervivencia promedio de las tres etapas en el sistema Rai es de 10, 7 y 2 años, respectivamente. El sistema Binet es muy parecido al sistema Rai y divide a los pacientes en las etapas A, B y C.10 Para identificar distintos subgrupos de pacientes en los tres propuestos por los sistemas de Rai y Binet, se ha usado, además de los parámetros que valoran la actividad de la enfermedad según el IWCLL, la determinación de indicadores relacionados con diferentes comportamientos biológicos celulares y moleculares de las clonas de la leucemia linfocítica crónica B. Varios de estos últimos indicadores se utilizan actualmente en el estudio clínico rutinario y otros más están en el proceso de validación para su uso clínico. La determinación simultánea de la etapa clínica, de las manifestaciones relacionadas con la actividad de la enfermedad y la de los diferentes biomarcadores celulares y moleculares pronóstico-predictivos a esquemas terapéuticos debe considerarse en la selección de algoritmos y nomogramas de manejo individualizado de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B (Figura 1).12 Debido a que los dos sistemas de etapificación de la leucemia linfocítica crónica B tienen limitaciones significativas en predecir la progresión de la enfermedad en los pacientes en etapas 107 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Valoración integral del diagnóstico del paciente con leucemia linfocítica crónica Variables relacionadas con el estado de salud del paciente (edad, ECOG, comorbilidades, etcétera) Variables relacionadas con las características biológicas de las clonas de los linfocitos B neoplásicos Interacción de ambas variables: estado biológico de la enfermedad (activo o no), de acuerdo con el Grupo de Trabajo Internacional en Leucemia Linfocítica Crónica (IWCLL) Estadio clínico de acuerdo con los sistemas de Rai o Benet Figura 1. Valoración integral del diagnóstico del paciente con leucemia linfocítica crónica. Las variables relacionadas con el estado de salud del paciente (edad, ECOG, comorbilidades, etc.) pueden ser determinadas por la valoración geriátrica integral propuesta por Balducci y Extermann;14 las variables relacionadas con las características biológicas de las clonas de los linfocitos B neoplásicos asociadas como factores pronóstico se describen en las referencias 12 y 19. tempranas e intermedias de la enfermedad, se ha investigado –y actualmente sigue siendo un campo de búsqueda intensa– la identificación de diferentes biomarcadores de apoyo diagnóstico que pueden mejorar la predicción de su curso clínico. Así, algunos determinantes histopatológicos y de estudios de gabinete pueden ayudar a predecir el comportamiento de la leucemia linfocítica crónica B. Por ejemplo, Falchi y colaboradores propusieron recientemente que algunos rasgos histológicos en los ganglios infiltrados por linfocitos de leucemia linfocítica crónica B, junto con concentraciones elevadas de afinidad de la FDG por los ganglios linfáticos en estudios de tomografía por emisión de positrones, corresponden a marcadores de pronóstico en la leucemia linfocítica crónica B. En este estudio, las características histológicas 108 identificadas en los pacientes con enfermedad agresiva fueron: proporción elevada de linfocitos grandes, confluencia elevada de centros de proliferación e índice elevado de proliferación celular (valorado por la expresión alta de Ki67 detectada por estudio de inmunohistoquímica), mientras que los ganglios linfáticos de pacientes con enfermedad indolente e intermedia fueron bajos comparativamente. En los estudios semicuantitativos de medición de la tasa metabólica celular con FDG en estudios de tomografía por emisión de positrones, los ganglios con enfermedad agresiva mostraron una tasa estandarizada alta de gasto de FDG con valores de captación estándar máximos ≥ 5 vs < 5 en pacientes con enfermedad indolente e intermedia.13 Alrededor de la mitad de los pacientes con enfermedad indolente e intermedia son asintomáticos, el diagnóstico se establece con una biometría hemática rutinaria o se mantienen asintomáticos por un largo periodo, el síntoma reportado más comúnmente es la fatiga. En general, se acepta que los pacientes con leucemia linfocítica crónica B en etapas iniciales (0) o intermedias (I y II) no reciban tratamiento y que sólo deben ser vigilados, a menos que muestren signos o síntomas de activación biológica o progresión de la enfermedad o de modificación en la tasa de proliferación de las clonas de leucemia linfocítica crónica B. Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B pueden cursar con comorbilidades graves, intermedias o mínimas y en ellos debe considerarse si son capaces de tolerar el estrés del tratamiento antineoplásico. No hay criterios clínicos estandarizados que ayuden a clasificar a estos pacientes y con frecuencia se basan en el juicio de cada facultativo. Un sistema integral de valoración geriátrica divide las condiciones de estos pacientes en tres grupos: pacientes funcionalmente independientes, pacientes funcionalmente dependientes en una o varias Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B actividades rutinarias (delicados) y el grupo intermedio.8,14 El primer objetivo terapéutico en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B debe ser controlar los síntomas y proporcionar la mejor calidad de vida posible. Marcadores celulares y moleculares diagnósticos El criterio para el establecimiento del diagnóstico de la leucemia linfocítica crónica B recomendado por el Grupo de Trabajo Internacional en Leucemia Linfocítica Crónica (IWCLL) es la identificación de linfocitosis de más de 5 x 109/L en sangre periférica, que contengan prolinfocitos en menos de 55%, persistente durante más de tres meses.8 La determinación de linfocitosis monoclonal menor de 5 x 109/L, en ausencia de adenopatías-organomegalias, síntomas o citopenias, se denomina linfocitosis monoclonal B y parece ser una condición precursora de la leucemia linfocítica crónica B (en proporción de 1 a 2% por año).15 Un marcador diagnóstico y pronóstico que complementa la información de los sistemas de estadiaje en la leucemia linfocítica crónica B se basa en la morfología de las células leucémicas en la sangre y en la médula ósea. En el frotis de sangre periférica los linfocitos se observan como células maduras, monomórficas, pequeñas, con un borde delgado de citoplasma y un núcleo denso con agregados cromatínicos, en proporción de más de 5 x 109/L. Los linfocitos de la leucemia linfocítica crónica B pueden ser frágiles y muchos de ellos se rompen cuando se realiza el extendido celular en el portaobjetos, dando la imagen de pequeñas manchas-restos (debris), particularmente la morfología atípica de las células de la leucemia linfocítica crónica B identificada en el frotis sanguíneo se asocia con mal pronóstico. La monoclonalidad de los linfocitos B circulantes requiere confirmarse por medio de estudios de inmunofenotipo por citometría de flujo; la monoclonalidad es inferida por la expresión de sólo uno de los dos tipos de las inmunoglobulinas de cadenas ligeras k o l en la superficie de la membrana celular. El patrón de expresión de los antígenos de superficie de estos linfocitos monoclonales en la leucemia linfocítica crónica B corresponde al de marcadores de linfocitos B: CD5+/-, CD19, CD20, CD23, CD24 y CD79b; la mayor parte expresa moléculas del MHC clase II (DR y DQ) y receptores FC; particularmente CD5 es un antígeno que normalmente se expresa en linfocitos T, la expresión de CD20 y CD79b es menor al de los linfocitos B normales. Para realizar el diagnóstico diferencial de las poblaciones de los linfocitos de leucemia linfocítica crónica B con los de otras neoplasias linfoproliferativas crónicas de linfocitos B se analizan las diferencias en los perfiles de expresión de los diferentes antígenos de superficie; por ejemplo, con el sistema de puntuación propuesto por Matutes basado en la expresión de cinco marcadores (CD5, CD23, FMC7, C22 e inmunoglobulinas de cadena ligera),16 junto con las características morfológicas celulares. Con estas determinaciones, las clonas de la leucemia linfocítica crónica B pueden diferenciarse de las de la leucemia prolinfocítica, de las de la fase leucémica del linfoma no Hodgkin, de las de la leucemia de células peludas y de las linfocitosis atípicas en adultos por infecciones por virus, como el de Epstein-Barr, entre otras. Con frecuencia en la progresión de la leucemia linfocítica crónica B hay anemia (hemoglobina menor de 11 g/dL) y trombocitopenia (cuenta de plaquetas menor de 100 x 109/L). Estas citopenias pueden deberse a la falla en la hematopoyesis secundaria a la infiltración de las clonas de la leucemia linfocítica crónica B, o a la generación de autoanticuerpos contra las células hematopoyéticas. Los tres marcadores séricos más importantes en los pacientes con leucemia linfocítica crónica 109 Revista de Hematología B son la b2-microglobulina sérica (sb2-m), la timidina cinasa sérica (sTK) y el CD23 soluble (sCD23); 12 a diferencia de otras neoplasias linfoproliferativas, la concentración de deshidrogenasa láctica es menos relevante como marcador biológico en estos pacientes. Las concentraciones altas de sb2-m se correlacionan como factores de pronóstico adverso, etapa clínica avanzada, carga tumoral elevada y se asocian con la expresión de CD38 y ZAP70; la elevación de la timidina cinasa sérica se correlaciona también con etapa clínica avanzada y con progresión rápida de la enfermedad y el CD23 soluble se asocia con infiltración difusa de la médula ósea, carga tumoral elevada y con tiempos cortos de duplicación de los linfocitos de la leucemia linfocítica crónica B.12 La determinación de estos tres marcadores séricos, aunque sencilla y factible, tiene limitaciones debido a que sus valores de medición no son totalmente reproducibles entre los diferentes laboratorios clínicos; incluso, sus cifras pueden ser influidas por otras condiciones no relacionadas con la leucemia linfocítica crónica B. En el estudio del paciente con leucemia linfocítica crónica B es conveniente realizar un panel metabólico completo, medir las inmunoglobulinas séricas y realizar la prueba de antiglobulina directa (Coombs); la mitad de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B tiene hipogammaglobulinemia. También se requiere determinar el estado de las infecciones virales provocadas por los virus de la hepatitis B y C, citomegalovirus y de la inmunodeficiencia humana. El aspirado de médula ósea frecuentemente demuestra infiltración de linfocitos en más de 30% en el frotis, los patrones de infiltración en la biopsia pueden ser nodular, intersticial y difuso. El estudio de biopsia de médula ósea no es absolutamente requerido para el diagnóstico de leucemia linfocítica crónica B; sin embargo, se recomienda fuertemente antes de iniciar 110 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 tratamiento mielosupresor o para la evaluación diagnóstica en condiciones de citopenias agregadas. Un patrón de infiltración difuso de la médula ósea corresponde a un factor pronóstico adverso de la enfermedad. La proliferación elevada de las células de la leucemia linfocítica crónica B refleja una enfermedad biológicamente activa17,18 y puede valorarse determinando el tiempo de duplicación de la cuenta linfocitaria en sangre periférica en un periodo de meses: la duplicación de la cuenta linfocitaria en un periodo de 12 o más meses (tasa de proliferación baja) se asocia con una supervivencia global más larga, mientras que la duplicación de la cuenta linfocitaria en dos a seis meses (tasa de proliferación elevada) se asocia con enfermedad activa y con menor supervivencia global. La utilidad de este parámetro es válida sólo cuando la cuenta linfocitaria está por encima de 30,000/mL. La duplicación de la cuenta linfocitaria es un parámetro sencillo, útil y barato que funciona como herramienta de valoración de la actividad biológica de la enfermedad, particularmente en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B en etapas iniciales e intermedias. Marcadores moleculares de pronóstico En general, los marcadores genéticos y las alteraciones cromosómicas en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B agregan información pronóstica a los sistemas clínicos de etapificación; sin embargo, no hay consenso generalizado de que su uso sea indispensable para establecer el tratamiento específico.8,12,19 Algunos de estos biomarcadores se usan como elementos de estratificación del riesgo de la evolución clínica de la enfermedad, porque representan factores predictivos de respuesta al tratamiento (Figura 2). La gran variabilidad en el curso clínico de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B ha motivado un esfuerzo Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B Determinación del riesgo pronóstico en la evolución clínica de los pacientes con leucemia linfocítica crónica Riesgo clínico no adverso: Enfermedad no activa Enfermedad en estadios iniciales Riesgo clínico adverso: Enfermedad activa Enfermedad en estadios avanzados Biomarcadores de riesgo alto (por ejemplo, eliminación de los cromosomas 17p, 11q, genes de la inmunoglobulina no mutados, mutación de p53, de NOTCH1, rearr. VH3-21 Figura 2. Determinación del riesgo en la evolución clínica de los pacientes con leucemia linfocítica crónica. Los principales biomarcadores de las clonas tumorales de los linfocitos B que se usan como elementos de estratificación del riesgo de la evolución clínica de la enfermedad se describen en las referencias 8, 12 y 19. intenso para identificar biomarcadores moleculares de aplicación pronóstica. Las anomalías cromosómicas en los linfocitos B neoplásicos se deben a alteraciones adquiridas en el número de copias de regiones específicas en los cromosomas (aCNAs) en los procesos de mitosis, principalmente eliminaciones y ganancias. Diferentes marcadores moleculares de las clonas tumorales sirven como elementos de apoyo al diagnóstico clínico y como factores diferenciales de pronóstico. La hibridación fluorescente in situ en interfase (FISH) usando sondas de ADN detecta alteraciones citogenéticas en las clonas de leucemia linfocítica crónica B en un poco más de 80% de los casos, estas alteraciones son elementos de diagnóstico y pronóstico. Las principales anormalidades detectadas corresponde a eliminaciones parciales de los cromosomas 13 (del 13q), 11 (del 11q) y 17 (del 17p) y a trisomía del cromosoma 12q, en porcentajes de 55, 18, 16 y 7%, respectivamente. El pronóstico adverso jerarquizado de la leucemia linfocítica crónica B ocurre en los pacientes con eliminación del cromosoma 17p, seguidos de sujetos con eliminaciones en el cromosoma 11q, trisomía 12q, cariotipo normal y del 13q como anormalidad única; la supervivencia media de estos cinco grupos es de 32, 79, 114, 111 y 133 meses, respectivamente.20 En general, los casos con eliminación del cromosoma 17p y 11q cursan con estados clínicos avanzados. Particularmente los pacientes con leucemia linfocítica crónica B con eliminación del cromosoma 17p son susceptibles a responder al tratamiento con alemtuzumab solo o combinado con otros agentes antileucémicos. Las principales alteraciones citogenéticas ocurridas en las clonas de la leucemia linfocítica crónica B afectan por su localización a por lo menos 10 genes supresores en su estructura de ADN o en su proceso de transcripción y secundariamente al pronóstico de esos casos. Así, la eliminación del cromosoma 17p o la mutación del gen supresor tumoral p53 (localizado en esta región cromosómica) es un factor adverso en el pronóstico y se asocia con supervivencias de dos a tres años. La región 13q contiene los genes de miR15 y miR16 que regulan negativamente el nivel de transcripción de BCL-2, la eliminación del cromosoma 13q conduce a su ausencia, con lo que se sobreexpresa BCL-2, lo que provoca clonas resistentes a la apoptosis. El análisis de las anormalidades citogenéticas debe realizarse antes de iniciar el tratamiento y repetirse en condiciones de recidiva de la enfermedad. En los pacientes con leucemia linfocítica crónica B muy escasos marcadores moleculares se usan como factores pronóstico. Desde hace más de dos décadas las determinaciones de las anomalías cromosómicas mediante FISH y del estado mutacional de la región variable del gen de la cadena pesada de la inmunoglobulina (IGHV), junto o alternativamente con la expresión de 111 Revista de Hematología ZAP-70, se usan para este fin.21 Los genes de las inmunoglobulina en las clonas de la leucemia linfocítica crónica B pueden estar mutados (mIGHV; más de 2% de las clonas neoplásicas) y no mutados (nmIGVH; menos de 2% de las clonas neoplásicas). El estado mutacional de la inmunoglobulina en las clonas de leucemia linfocítica crónica B se deriva del origen cronológico de la transformación de los linfocitos B en diferentes estados de diferenciación celular, las clonas con nmIGHV derivan de linfocitos inocentes (naives), mientras que las clonas con mIGHV derivan de linfocitos de memoria, mismos que se han expuesto a algún antígeno; en ambos grupos, otros muchos genes relacionados con las vías de señalización en la activación del receptor de linfocito B se expresan diferencialmente. El gen más expresado diferencialmente es ZAP-70 y las clonas con nmIGHV tienen expresión elevada. Se ha considerado que el estado mutacional de las inmunoglobulinas es uno de los factores pronóstico de la leucemia linfocítica crónica B más importantes,22 los pacientes con clonas nmIGHV, en general, cursan con menor supervivencia. Algunos pacientes cuyas clonas con rearreglos específicos, como IGHV3-21 o IGHV3-72, se asocian con condiciones específicas de pronóstico, independientemente del estado mutacional de la inmunoglobulina. En general, la aparición de aCNAs se asocia con la manifestación del estado nmIGHV. Globalmente, los pacientes con clonas mIGHV de leucemia linfocítica crónica B cursan con mejor pronóstico que los que tienen clonas nmIGHV y se asocian con más frecuencia con etapas clínicas iniciales. Los pacientes con el estado de mnIGHV tienen mayor expresión de ZAP-70 y de CD38 y con frecuencia la ausencia de mutación y el aumento de expresión de ambas moléculas se asocian con peor pronóstico. En los últimos años se han identificado nuevos marcadores que se relacionan con el pronóstico 112 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 de la leucemia linfocítica crónica B, pero están en transición en el proceso de evaluación para su aplicación clínica rutinaria.23 Entre ellos, el rearreglo de la región variable del gen VH3-21 (independientemente del estado mutacional de inmunoglobulina),24 la eliminación del cromosoma 11q22-23 y 6q y la mutación de p53, mismos que se asocian con mal pronóstico. Otros biomarcadores con valor pronóstico probable identificados recientemente son la concentración de citocinas, alteraciones en la señalización del interferón, la expresión de CD49 y de lipoproteinlipasa, mutaciones de ATM y de NOTCH1, expresión aberrante de diferentes microRNAs, diferencias en la longitud del telómero y otras.21 En particular, las mutaciones de NOTCH1 y SF3B1 se asocian con peor pronóstico e implican elevado riesgo de transformación a linfoma difuso de células grandes.25 Las asociaciones de estos nuevos marcadores con el pronóstico han mostrado limitada utilidad debido a la falta de estandarización en sus determinaciones. Estratificación de grupos de pacientes de acuerdo con su etapa clínica, comorbilidades y riesgo de pronóstico adverso Las variaciones en la manifestación clínica de la enfermedad en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B se relacionan principalmente con tres grandes grupos de variables: a) relacionadas con la reserva física y el estado de independencia-dependencia en la realización de las actividades cotidianas, como la tolerabilidad al tratamiento antineoplásico y la existencia de diferentes enfermedades;14 b) relacionadas con las características biológicas de las clonas de los linfocitos B neoplásicos,19,26 y c) relacionadas con la interacción de las dos primeras, como el tiempo de evolución y respuesta sistémica contra la enfermedad, etapa clínica según los sistemas de Rai y Binet, la afección integral de la salud en tiempo real y el estado biológico activo de la enfermedad.8-10 Al organizar estos tres tipos Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B de variables en una tabla de 3x3 se pueden conformar nueve subgrupos.19 Tratamiento Los diferentes tratamientos contra la leucemia linfocítica crónica B alteran en mayor o menor grado su historia natural; en la actualidad los tratamientos se enfocan a controlar la enfermedad más que a obtener su curación. A diferencia de otras leucemias, la indicación de iniciar tratamiento al establecimiento del diagnóstico de leucemia linfocítica crónica B no es necesaria en algunos casos, como los subgrupos con enfermedad indolente, no activa o con comorbilidades importantes. Muchos pacientes con leucemia linfocítica crónica B son octagenarios y cursan con frecuencia con enfermedades concomitantes que afectan su estado de salud, o la enfermedad puede ser indolente, por lo que los pacientes pueden cursar asintomáticos por largo tiempo; asimismo, los esquemas terapéuticos actuales no son curativos y su aplicación en pacientes con leucemia linfocítica crónica B en etapas iniciales no ha demostrado ventajas significativas en modificar su supervivencia. Los principales factores dependientes de los pacientes que determinan la elección de tratamiento son: edad, estado funcional, gradación de comorbilidades y expectativa de vida. Un porcentaje moderado de pacientes con leucemia linfocítica crónica B morirá de otras causas diferentes a la enfermedad linfoproliferativa. Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B en etapas iniciales o intermedias con síntomas de enfermedad activa o con indicadores de proliferación elevada de las clonas tumorales o en etapas avanzadas requieren tratamientos antileucémicos, mismos que se iniciarán en presencia de al menos alguno de los síntomas o signos descritos.8 Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B pueden recibir quimioterapia, radioterapia, terapias biológicas o trasplante de medula ósea; las guías de los esquemas terapéuticos se mantienen en revisión periódica.8,19,27 Para la selección del tratamiento, debe considerarse el estado general de salud del paciente, la actividad y la etapa clínica de la enfermedad y los biomarcadores celulares y moleculares asociados con el pronóstico. A partir de la identificación de estos últimos se han identificado subgrupos o variedades de pacientes con alto riesgo biológico de progresión de la enfermedad, que muestran respuestas deficientes al tratamiento y tiempos más cortos de progresión y supervivencia. En este subgrupo de pacientes se incluyen los que tienen eliminación de los cromosomas 17p y 11q y mutaciones de p53 y, por tanto, el tratamiento óptimo de estos pacientes y su vigilancia deben ser intensivos. En caso de que el paciente con leucemia linfocítica crónica B haya recibido tratamiento previamente, se considerarán los efectos clínicos provocados por éste. El tratamiento contra la leucemia linfocítica crónica B puede provocar respuesta completa o parcial. El Grupo de Trabajo Internacional en Leucemia Linfocítica Crónica estableció los principales parámetros que permiten valorar la respuesta completa o parcial provocada por el tratamiento. Los parámetros que se consideran respuesta completa por efecto del tratamiento son: erradicación de síntomas provocados por la leucemia linfocítica crónica B activa, linfocitosis < 4,000 x 109/L, detección negativa de enfermedad mínima residual, ganglios no palpables o no detectados en estudios de gabinete, cuenta de neutrófilos > 1.5 x 109/L, cuenta de plaquetas > 100 x109/L, cifra de hemoglobina > 11 g/dL y linfocitos en médula ósea < 30%. Los parámetros considerados respuesta parcial corresponden a la disminución de los síntomas, disminución del tamaño de los ganglios en 50%, decremento menor de 50% de la cuenta linfocitaria original, cuenta de neutrófilos > 1.5 x 109/L o mejoramiento en 50%, cuenta de plaquetas > 100 x109/L o mejoramiento en 50% y cifra de hemoglobina > 11 g/dL o mejoramiento en 50%. En particular, la exploración de la en- 113 Revista de Hematología fermedad mínima residual28 permite identificar la enfermedad clínicamente imperceptible. En términos clínicos es factible determinar la enfermedad mínima residual mediante técnicas de citometría de flujo multiparamétricas, de reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa o ambas.29 Las técnicas de citometría de flujo multiparamétricas exploran los marcadores anticlonas tumorales de linfocitos B (CD5/CD19, CD20/CD38, CD81/CD22 y CD79b/CD43) y la reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa explora la amplificación de segmentos específicos del gen IGH como indicador de enfermedad mínima residual. La erradicación de la enfermedad o una enfermedad mínima residual negativa se define como menos de una célula de leucemia linfocítica crónica B por 10,000 leucocitos en sangre periférica. La remisión clínica completa con enfermedad mínima residual negativa implica eliminar prácticamente todas las células tumorales en el paciente. Los pacientes con enfermedad mínima residual negativa postratamiento cursan con remisiones de la enfermedad y supervivencias más largas. Arsenal terapéutico El principal objetivo terapéutico en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B es conseguir la máxima respuesta clínica con la menor toxicidad y la mejor calidad de vida posible para el paciente. Si la aplicación del tratamiento cubre estos objetivos, el siguiente nivel es lograr la remisión clínica completa de la enfermedad, lo que se asocia con supervivencia libre de progresión y global más prolongada.9 La remisión clínica completa de la enfermedad implica eliminar prácticamente todas las células tumorales en los pacientes, lo que se corrobora midiendo la enfermedad mínima residual. El tratamiento integral de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B varía desde la observación periódica, el tratamiento sólo de sus complicaciones, hasta el tratamiento antileucé- 114 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 mico mediante esquemas de quimioterapia, de inmunoquimioterapia y trasplante de médula ósea. Debido a que la enfermedad no es curable, afecta a ancianos y evoluciona con lentitud, el tratamiento puede diferirse hasta que el paciente manifieste síntomas de enfermedad activa, indicadores de proliferación elevada de las clonas tumorales o que éstas muestren biomarcadores celulares o moleculares asociados con pronóstico adverso. Los diferentes esquemas terapéuticos contra la leucemia linfocítica crónica B incluyen agentes alquilantes del ADN, análogos de las purinas, anticuerpos monoclonales y combinaciones de ambos grupos.1,30 Durante muchas décadas el tratamiento se basó en los agentes alquilantes como el clorambucilo y la ciclofosfamida, con respuestas globales de 40 a 60% y respuesta completa de 3 a 5%. A partir del año 2000 los análogos de purinas, fludarabina, cladribina y la pentostatina, la bendamustina (agente alquilante que tiene algunas propiedades de análogo de purinas) y los anticuerpos monoclonales rituximab (anti-CD20 en el dominio del bucle mayor), alemtuzumab (anti-CD52) y ofatumumab (anti-CD20 en los dominios del bucle menor) se han incluido frecuentemente en esquemas combinados como primera o segunda línea de tratamiento en pacientes con leucemia linfocítica crónica B. De ambos grupos, sólo los dos primeros agentes fueron aprobados por la Dirección de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos y el resto se usa en estudios de ensayos clínicos fase I a III en pacientes con enfermedad resistente a los tratamientos aprobados. Nuevos fármacos dirigidos a blancos moleculares de la biología de la leucemia linfocítica crónica B En los últimos años se ha identificado gran cantidad de fármacos dirigidos a diferentes moléculas oncogénicas participantes en las vías de señalización de la fisiopatología de las células Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B de la leucemia linfocítica crónica B, mismos que han servido de blanco de intervencionismo terapéutico en diferentes ensayos de investigación clínica. Estos nuevos agentes terapéuticos están también en valoración en ensayos clínicos fases I y II de pacientes con enfermedad resistente y parecen contener gran potencial terapéutico.31,32 El diseño de estos fármacos ha tenido dos grandes objetivos: la modificación funcional de las moléculas participantes en las vías de señalización de los principales procesos celulares alterados en las células de la leucemia linfocítica crónica B y la modulación para la obtención de una respuesta inmunológica efectiva sistémica y local del paciente para destruir los linfocitos neoplásicos. Muchos de estos prometedores agentes molecularmente dirigidos a algunas de las vías oncogénicas de señalización intracelular están en exploración en ensayos clínicos fases I a III y podrían producir tasas de respuesta clínica superiores a 50% en casos de leucemia linfocítica crónica B resistente a los tratamientos convencionales.19,26 Los distintos tipos de fármacos contra la leucemia linfocítica crónica B en etapas de investigación pueden agruparse en:19,31-33 anticuerpos monoclonales, agentes dirigidos a interferir en las moléculas participantes en las vías de señalización del receptor de los linfocitos B, agentes de terapia génica de la respuesta de los linfocitos T, antagonistas de BCL-2, inhibidores de tirosina cinasas, inhibidores de cinasas dependientes de ciclinas y agentes inmunomodularores, principalmente. Entre los nuevos anticuerpos monoclonales en estudio destacan el obinutuzumab (anti CD20), el lucutumumab (anti CD40) y el mapalumumab (anti TRAIL-RI). Las diferentes tirosina cinasas que participan en la vías de señalización del receptor de los linfocitos B favorecen la supervivencia de estas clonas, por lo que su inhibición es una nueva estrategia de tratamiento;34 así el idelalisib (CAL-101) es un inhibidor selectivo de la cinasa PI3 Kd que se mantiene constitu- tivamente activada en la leucemia linfocítica crónica B y favorece la proliferación y supervivencia de las clonas tumorales; otros inhibidores parecidos son el fostamatinib que actúa sobre la tirosina cinasa esplénica (Syk), el ibrutinib sobre la tirosina cinasa Bruton (Btk) y el dasatinib que inhibe a las cinasas Src y Abl. Otros reguladores de apoptosis que están en estudio son el navitoclax (ABT-263), el ABT-199, que son pequeñas moléculas que se unen con alta afinidad a las proteínas de la familia BCL-2, y el AT-101, molécula mimética a BH3 que induce apoptosis en las clonas de linfocitos neoplásicos. El flavopiridol inhibe las cinasas dependientes de ciclinas 1, 2, 4 y 9 y produce efecto antiproliferativo y apoptósico.3,35 Entre los fármacos inmunomoduladores de la respuesta inmunitaria y que modifican el microambiente celular del nicho donde se ubican las clonas tumorales está la lenalidomida, análogo de la talidomida. Cuatro ensayos de terapia génica a través de la infusión de linfocitos T autólogos con receptores modificados quiméricos (CARs, al combinar la expresión de anti-CD19 con la de la molécula coestimuladora CD137) demostraron gran potencial terapéutico en pacientes con leucemia linfocítica crónica B resistente.36,37 Hace poco empezaron a estudiarse los fármacos dirigidos a bloquear la señalización de los componentes clave del microambiente tisular.38,39 Todos estos nuevos fármacos tienen la posibilidad de usarse en ensayos clínicos traslacionales de pacientes con leucemia linfocítica crónica B que, habiendo recibido los tratamientos convencionales, tienen enfermedad resistente o recaídas. Tratamiento de primera y segunda líneas Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B con enfermedad no activa corresponden generalmente a los estadios A y B o a los estadios 0, I y II de los sistemas de Binet y Rai, respectivamente; y el tratamiento estándar en esos pacientes es la vigilancia periódica (watch-and-wait approach), 115 Revista de Hematología la administración de agentes alquilantes no prolonga la vida.40 En pacientes con leucemia linfocítica crónica B con enfermedad activa, sin comorbilidad y con riesgo biológico bajo-medio, la combinación de rituximab-fludarabina-ciclofosfamida (un anticuerpo monoclonal anti-CD20, un análogo de purinas y un agente alquilante) es el esquema de tratamiento recomendado más eficaz. Otros esquemas alternativos son rituximab-bendamustina, pentostatina-ciclofosfamida-rituximab o fludarabina-ciclofosfamida-mitoxantrona-rituximab.11,19,27 En el mismo grupo, pero con riesgo biológico elevado (eliminación del cromosoma 17p o mutaciones del gen p53), el tratamiento recomendado es la erradicación o reducción de la masa tumoral con diferentes esquemas mieloablativos de quimioinmunoterapia, como rituximab-ciclofosfamida-adriamicina-vincristina-prednisona (R-CHOP), rituximab-fludarabina-ciclofosfamida, o ciclofosfamida-fludarabina-alemtuzumabrituximab seguidos de la consolidación de la respuesta con un trasplante alogénico de médula ósea o de un trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas periféricas (Figura 3).27 En pacientes con leucemia linfocítica crónica B con enfermedad activa y con comorbilidades moderadas las opciones recomendadas son las combinaciones de rituximab-bendamustina, rituximab-clorambucilo o bendamustina en monoterapia (Figura 3). En los pacientes correspondientes con comorbilidades graves se recomienda tratamiento con clorambucilo, ciclofosfamida o corticoesteroides, junto con tratamiento sintomático de soporte (eritropoyetina, factor estimulante de granulocitos, etc.).27 Los pacientes con enfermedad activa, sin comorbilidad y con riesgo biológico bajo-medio o elevado, que son resistentes al tratamiento o en quienes progresa la enfermedad en los seis meses siguientes al tratamiento previo, la reco- 116 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 mendación es intentar obtener la mejor respuesta con otros esquemas de quimioinmunoterapia y consolidar la respuesta con el trasplante alogénico de médula ósea. El tratamiento de rescate depende del esquema terapéutico previo y del estado mutacional de p53; en pacientes con mutaciones de p53, el tratamiento más aceptado es alemtuzumab o sus combinaciones,41 deben considerarse también los ensayos clínicos que utilizan los nuevos fármacos dirigidos a los biomarcadores oncogénicos de la progresión tumoral. En los subgrupos de pacientes con comorbilidades intermedias y enfermedad activa resistente al tratamiento, las opciones más comunes son rituximab-clorambucilo, rituximab-bendamustina o clorambucilo (Figura 4). Los pacientes con leucemia linfocítica crónica B que recibieron diferentes esquemas terapéuticos pueden padecer recaídas clínicas entre 12 y 24 meses después del tratamiento. La selección de un nuevo esquema terapéutico dependerá del tipo de paciente de acuerdo con el grado de comorbilidades, y del tiempo y respuesta alcanzada con el último tratamiento. En pacientes sin comorbilidades las opciones son rituximab-bendamustina, rituximab-ciclofosfamida-adriamicina-vincristina-prednisona y rituximab-fludarabina-ciclofosfamida, trasplante alogénico de médula ósea, o ambas modalidades de tratamiento; en pacientes con comorbilidades las recomendaciones más frecuentes con rituximab-clorambucilo, rituximab-bendamustina, esquemas con quimioterapia con dosis reducidas, a la larga trasplante alogénico de médula ósea o trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas periféricas (Figura 4). Ante la falta de respuesta a estos tratamientos es conveniente realizar el estudio molecular integral, que permita prescribir los nuevos fármacos no aprobados a través de ensayos clínicos de investigación. A la fecha, se han registrado 1,410 estudios relacionados con diversos tratamientos de pacientes con leucemia linfocítica crónica B Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B Recomendaciones de tratamiento en pacientes con leucemia linfocítica crónica de acuerdo con sus variables integrales Grupo 1. Pacientes que no requieren tratamiento antineoplásico Grupo 2. Pacientes que requieren tratamiento orientado a lograr respuesta completa Grupo 3. Pacientes que requieren tratamiento orientado a lograr respuesta parcial con enfermedad inactiva con etapas iniciales e intermedias (¿?) con comorbilidades importantes con ECOG >2 con expectativa de vida <6 meses con enfermedad activa con etapas avanzadas sin comorbilidades con ECOG 0-1 con riesgo adverso: esquemas terapéuticos intensivos** con riesgo bajo-medio: esquemas terapéuticos convencionales* con enfermedad activa con etapas avanzadas con comorbilidades intermedias con ECOG 1-2 con riesgo adverso o bajo-medio: esquemas terapéuticos convencionales*** Figura 3. Recomendaciones de tratamiento en pacientes con leucemia linfocítica crónica de acuerdo con sus variables integrales. Los pacientes del grupo 1 corresponden a los estadios A y B del sistema de Binet o 0-II del sistema de Rai. Los pacientes de los grupos 2 y 3 corresponden a los estadios C de Binet o III-IV de Rai. * tratamientos aprobados de primera línea (por ejemplo, rituximab-fludarabina-ciclofosfamida). ** esquemas mieloablativos (por ejemplo, rituximab-ciclofosfamida-adriamicina-vincristina-prednisona, rituximab-fludarabinaciclofosfamida) seguidos de trasplante alogénico de médula ósea. *** tratamientos con menor efecto antineoplásico y menor toxicidad (por ejemplo, clorambucilo, rituximab-bendamustina, rituximab-clorambucilo). en la base de datos ClinicalTrials.gov. Aunque en la actualidad los conceptos de resistencia y recaída se basan en criterios clínicos, es conveniente que a estos conceptos se integre la valoración de enfermedad mínima residual a través de la medición de los marcadores moleculares de las clonas tumorales y se incorporen nuevos biomarcadores para su uso clínico que sirvan de marcadores tempranos de estas condiciones y como mejores blancos terapéuticos. De manera concomitante con la aparición o progresión de la enfermedad, los pacientes con leucemia linfocítica crónica B frecuentemente cursan con infecciones bacterianas, reactivación de infecciones virales, citopenias autoinmunitarias y segundas neoplasias; por lo que es fundamental seguir todas las recomendaciones convenientes para su prevención y tratamiento. En general, no se recomienda de manera ruti- naria la profilaxis antiviral ni antibacteriana, a excepción de que los pacientes sean tratados con análogos de purinas y alemtuzumab. La administración de inmunoglobulinas sólo se recomienda en pacientes con valores de IgG <500 mg/dL con al menos dos episodios infecciosos graves. En condiciones de anemia hemolítica o trombocitopenia autoinmunitarias se recomienda administrar corticoesteroides como tratamiento de primera elección; en general, los factores estimulantes de colonias corrigen la anemia y mejoran la calidad de vida del paciente. En relación con la aparición de segundas neoplasias, 1 a 10% de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B con enfermedad resistente sufre transformación a un linfoma difuso de células grandes (síndrome de Richter) o a leucemia prolinfocítica durante el curso de la enfermedad, lo que empeora aún más su pronóstico. 117 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Recomendaciones de tratamiento para pacientes del grupo 2 con resistencia o recaídas al tratamiento inicial Pacientes resistentes al tratamiento Pacientes con recaída al tratamiento Actualizar el estudio completo de los biomarcadores moleculares Usar segunda línea Canalizar a un ensayo clínico en el que el blanco corresponda al biomarcador molecular asociado con la progresión tumoral Actualizar el estudio completo de los biomarcadores moleculares Repetir la primera línea Usar la segunda línea Canalizar a un ensayo clínico en el que el blanco corresponda al biomarcador molecular asociado con la progresión tumoral Figura 4. Recomendaciones de tratamiento para pacientes del grupo 2 con resistencia o recaídas al tratamiento inicial. A los pacientes con leucemia linfocítica crónica de linfocitos B resistentes al tratamiento o en quienes progresa la enfermedad en los seis meses siguientes al tratamiento se prescriben otros esquemas de quimioinmunoterapia y consolidación de la respuesta con trasplante alogénico de médula ósea. En los pacientes con recaída entre 12 y 24 meses después de la primera línea, las recomendaciones corresponden al cuadro inferior derecho. El esquema de tratamiento más recomendado del linfoma agresivo es la poliquimioterapia con antraciclinas o cisplatino (rituximab-ciclofosfamida-adriamicina-vincristina-prednisona, hiperCVAD, R-CHOP-ibrutinib u oxaplatino, fludarabina, citarabina y rituximab) y al obtener la remisión realizar un trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas periféricas o trasplante alogénico de médula ósea.42 Mejoría en la supervivencia global de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B con los esquemas modernos de tratamiento En los últimos 20 años, el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica B con diferentes esquemas de quimioinmunoterapia ha logrado 118 mejorar significativamente la supervivencia global de todos los pacientes y mejorar parcialmente la supervivencia de los subgrupos de pacientes que cursan con enfermedad con pronóstico adverso. Gracias a la conjunción de estudios básicos y clínicos en la identificación de nuevos componentes fisiopatológicos de la enfermedad, de su validación de algunos de ellos como factores pronóstico y predictivos y que algunos de ellos se han usado como blancos terapéuticos en ensayos traslacionales, ha mejorado la supervivencia global. En pacientes menores de 70 años la supervivencia a 10 años, que en el decenio de 1980 era de 43 a 53%, se ha incrementado a partir del año 2000 a 59-63%; igualmente, en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B mayores de 70 años la supervivencia a 10 años era de 22-42% en el decenio de 1980 y se ha incrementado a partir del año 2000 a 46-55%. Estos incrementos se deben, en parte, a la introducción de esquemas terapéuticos más efectivos en los grupos de pronóstico adverso (eliminación de los cromosomas 17p y 11q, mutaciones en p53, NOTCH1 y SF3B1).31 De continuar esta tendencia, en las siguientes décadas se incrementará aún más la eficiencia terapéutica integral y se beneficiarán más los pacientes con leucemia linfocítica crónica B. La identificación de nuevos componentes fisiopatológicos participantes en la aparición y progresión de la leucemia linfocítica crónica B mediante tecnologías genómicas de amplia cobertura y su uso como blancos terapéuticos incrementan el potencial de transformar el tratamiento clínico para ser más eficiente y con menor toxicidad. 32 Los mejores indicadores pronóstico de un paciente con leucemia linfocítica crónica B se han logrado tomando en cuenta los biomarcadores moleculares de la enfermedad, junto con la monitorización postratamiento de la enfermedad mínima residual.12 En la actualidad, la obtención y la selección de los nuevos biomarcadores celulares y moleculares en el Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B curso de la leucemia linfocítica crónica B en un paciente en particular y la administración concomitante de los esquemas terapéuticos racionales modernos en pacientes con enfermedad activa sin comorbilidades son los elementos fundamentales para lograr mejores resultados en nuestro medio. Asimismo, la determinación de nuevos biomarcadores en pacientes con enfermedad resistente o recaída y su uso como blanco terapéutico favorecerá el desarrollo y administración de nuevos fármacos. Están en curso diversos estudios que investigan la influencia de las células que constituyen el microambiente tisular en las clonas de leucemia linfocítica crónica B, de la modulación de la respuesta inmunológica local y sistémica, sobre nuevos aspectos genómicos, transcriptómicos, epigenómicos y proteómicos adicionales de la enfermedad; los resultados de algunos de ellos podrán integrarse al diseño de nuevas estrategias blanco-moleculares. La evaluación integral de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B, considerando los parámetros clínicos y moleculares modernos de la enfermedad, conduce a clasificarlos en diferentes subgrupos o variedades de evolución clínica y permite realizar la selección terapéutica más racional y específica, junto con la estrategia de vigilancia en el seguimiento clínico más adecuada. La ejecución de toda esta dinámica implica personalizar su estudio y tratamiento bajo las modernas normas científicas. CONCLUSIONES La leucemia linfocítica crónica B es una enfermedad neoplásica cuya atención clínica requiere el análisis objetivo y moderno de las condiciones integrales del paciente y de las variables moleculares de la enfermedad para que el médico tratante tome decisiones racionales personalizadas y dé al paciente el mayor beneficio. Las múltiples variables que determinan el inicio y progreso de la leucemia linfocítica crónica B pueden identificarse, analizarse y manipularse con los diferentes esquemas terapéuticos modernos, en beneficio del mejoramiento clínico del paciente. Numerosas condiciones clínicas de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B y numerosos parámetros de las clonas tumorales ahora se conocen mejor y facilitan a los médicos tratantes tomar mejores decisiones. En las últimas décadas, un gran número de condiciones coincidentes ha hecho factible el mejor entendimiento de la evolución clínica de cada uno de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B; entre éstas destacan: la alta prevalencia de la enfermedad, el interés progresivo de consorcios internacionales en la investigación y tratamiento de la enfermedad, el progresivo entendimiento de las interacciones biológicas moleculares de su fisiopatología, la exploración de las alteraciones moleculares oncogénicas como factores asociados con el pronóstico clínico de la enfermedad y como blancos base del diseño de nuevos fármacos, la revisión periódica de los criterios de la valoración clínica del curso de la enfermedad, de la valoración del estado de salud integral y de las diferentes enfermedades concomitantes del paciente, la fácil accesibilidad para el estudio de los linfocitos malignos, el desarrollo del estudio genómico, epigenómico y proteómico de las clonas a partir de técnicas de segunda y tercera generación y de amplia cobertura, el beneficio clínico obtenido con los esquemas de quimioinmunoterapia en las últimas décadas en los pacientes con leucemia linfocítica crónica B, la realización de múltiples estudios traslacionales del tratamiento de los pacientes, junto con su amplia accesibilidad para ser consultados y el diseño y valoración de nuevos fármacos dirigidos a blancos moleculares que participan en las vías de señalización de los procesos celulares oncogénicos de la leucemia linfocítica 119 Revista de Hematología crónica B. El uso racional de los resultados de estos avances por los médicos tratantes ha mejorado la calidad de vida de los pacientes con leucemia linfocítica crónica B.3,12,31 Referencias 1. 2. 3. Wierda WG, O’Brien S. Chronic lymphocytic leukemias. In: DeVita VT, Lawrence TS, Rosenberg ST, editors. Cancer: Principes & practice of oncology. 9th ed. Philadelphia: Lippincott, Williams & Wilkins, 2011;1973-1987. Puente XS, Lopez-Otin C. The evolutionary biography of chronic lymphocytic leukemia. Nat Genet 2013;45:229231. Mertens D, Stilgenbauer S. Prognostic and predictive factors in patients with chronic lymphocytic leukemia: Relevant in the era of novel treatment approaches? J ClinOncol 2014;32:869-872. 4. Jemal A, Siegel R, Xu J, Ward E. Cancer statistics, 2010. CA Cancer J Clin 2010;60:277-300. 5. Cano-Castellanos R, Alvarado-Ibarra M, Álvarez-Pantoja E, Baltazar-Arellano S, y col. Primer consenso en leucemia linfocítica crónica de la Agrupación Mexicana para el Estudio de la Hematologia: epidemiología, diagnóstico y tratamiento. Med Univ 2008;10:159-167. 6. 7. 8. 9. Ruiz-Arguelles GJ, Velazquez BM, Apreza-Molina MG, Perez-Romano B, et al. Chronic lymphocytic leukemia is infrequent in Mexican mestizos. Int J Hematol 1999;69:253-255. Muller-Hermelingk HK, Montserrat E, Catovsky D, Campo E, et al. Chronic lymphocytic leukaemia/small lymphocytic lymphoma. In: Swerdlow SH, Campo E, Harris NL, Jaffe ES, Pileri SA, Stein H, Thiele J, Vardiman JM, editors. WHO classification of tumours of hematopoietic and lymphoid. 4th ed. Geneva: WHO Press, 2008;180-182. Hallek M, Cheson BD, Catovsky D, Caligaris-Cappio F, et al. Guidelines for the diagnosis and treatment of chronic lymphocytic leukemia: a report from the International Workshop on Chronic Lymphocytic Leukemia updating the National Cancer Institute. Working Group 1996 guidelines. Blood 2008;111:5446-5456. Rai KR, Sawitsky A, Cronkite EP, Chanana AD, et al. Clinical staging of chronic lymphocytic leukemia. Blood 1975;46:219-234. 10. Binet JL, Auquier A, Dighiero G, Chastang C, et al. A new prognostic classification of chronic lymphocytic leukemia derived from a multivariate survival analysis. Cancer 1981;48:198-206. 11. Eichhorst B, Dreyling M, Robak T, Montserrat E, Hallek M. Chronic lymphocytic leukemia: ESMO Clinical Practice Guidelines for diagnosis, treatment and follow-up. Ann Oncol 2011;22:50-54. 120 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 12. Cramer P, Hallek M. Prognostic factors in chronic lymphocytic leukemia-what do we need to know? Nat Rev Clin Oncol 2011;8:38-47. 13. Falchi L, Keating MJ, Marom EM, Truong MT, et al. Correlation between FDG/PET, histology, characteristics, and survival in 332 patients with chronic lymphoid leukemia. Blood 2014;123:2783-2790. 14. Balducci L, Extermann M. Management of cancer in the older person: a practical approach. Oncologist 2000;5:224-237. 15. Mowery YM, Lanasa MC. Clinical aspects of monoclonal B-cell lymphocytosis. Cancer Control 2012;19:8-17. 16. Matutes E, Wotherspoon A, Catovsky D. Differential diagnosis in chronic lymphocytic leukaemia. Best Pract Res Clin Haematol 2007;20:367-384. 17. Molica S, Alberti A. Pronostic value of the lymphocyte doubling time in chronic lymphocytic leukemia. Cancer 1987;60:2712-2716. 18. Viñolas N, Revertger JC, Urbano-Ispizua A, Montserrat E, Rozman C. Lymphocyte doubling time in chronic lymphocytic leukemia: an update of its prognostic significance. Blood Cells 1987;12:457-470. 19. Hallek M. Chronic lymphocytic leukemia: 2013 update on diagnosis, risk stratification and treatment. Am J Hematol 2013;88:804-816. 20. Dohner H, Stilgenbauer S, Benner A, Leupolt E, et al. Genomic aberrations and survival in chronic lymphocytic leukemia. N Engl J Med 2000;343:1910-1916. 21. Malek S. Molecular biomarkers in chronic lymphocytic leukemia. Adv Exp Med Biol 2013;792:193-214. 22. Tschumper RC, Geyer SM, Campbell ME, Kay NE, et al. Immunoglobulin diversity gene usage predicts unfavorable outcome in a subset of chronic lymphocytic leukemia patients. J Clin Invest 2008;118:306-315. 23. Zenz T, Mertens D, Kuppers R, Dohner H, Stilgenbaouer S. From pathogenesis to treatment of chronic lymphocytic leukaemia. Nat Rev Cancer 2010;10:37-50. 24. Tobin G, Thunberg U, Johnson A, Thorn I, et al. Somatically mutated Ig VH3-21 genes characterize a new subset of chronic lymphocytic leukemia. Blood 2002;99:2262-2264. 25. Villamor N, Conde L, Martinez-Trillos A, Cazorla M, et al. NOTCH1 mutation identify a genetic subgroup of chronic lymphocytic leukemia patients with high risk of transformation and poor outcome. Leukemia 2013;27:1100-1106. 26. Scupoli MT, Pizzolo G. Signaling pathways activated by the B-cell receptor in chronic lymphocytic leukemia. Expert Rev Hematol 2012;5:341-348. 27. García Marco JA, Giraldo Castellano P, López Jiménez J, Ríos Herranz E, et al. Guía de consenso nacional para el estudio y tratamiento de los pacientes con leucemia linfocítica crónica. Med Clin (Barcelona) 2013;141:175. 28. Bruggemann M, Pott C, Ritgen M, Kneba M. Significance of minimal residual disease in lymphoid malignancies. Acta Haematol 2004;112:111-119. Valdespino-Gómez VM. Leucemia linfocítica crónica de linfocitos B 29. Rawstron AC, Villamor N, Ritgen M, Bottcher S, et al. International standardized approach for flow cytometric residual disease monitoring in chronic lymphocytic leukaemia. Leukemia 2007;21:956-964. 30. Jain P, Rai KR. Chronic lymphocytic leukemia. In: Perry MC, Doll DC, Freter CE, editors. Perry’s The Chemotherapy source book. 5th ed. Lippincott, Williams & Wilkins, 2012;43:559-603. 31. Cuneo A, Cavazzini F, Ciccone M, Daghia G, et al. Modern treatment in chronic lymphocytic leukemia: impact on survival and efficacy in high-risk subgroups. Cancer Med 2014;3:555-564. 32. Rozovski U, Hazan-Halevy I, Keating MJ, Estrov Z. Personalized medicine in CLL: Current status and future perspectives. Cancer Lett 2014;352:4-14. 33. Hallek M. Signaling the end of chronic lymphocytic leukemia: new frontline treatment strategies. Blood 2013;122:3723-3734. 34. Danilov AV. Targeted therapy in chronic lymphocytic leukemia: past, present and future. Clin Ther 2013;35:12581270. 35. Balakrishnan K, Gandhi V. Protein kinases: emerging therapeutic targets in chronic lymphocytic leukemia. Expert Opin Invest Drugs 2012;21:409-423. 36. Porter DL, Levine BL, Kalos M, Bagg A, June CH. Chimeric antigen receptor-modified T cells in chronic lymphoid leukemia. N Engl J Med 2011;365:725-733. 37. Davila ML, Brentkens R. Chimeric antigen receptor therapy for chronic lymphocytic leukemia: What are the challenges? Hematol Oncol Clin N Am 2013;27:341-353. 38. Audrito V, Vaisitti T, Serra S, Bologna C, et al. Targeting the microenvironment in chronic lymphocytic leukemia offers novel therapeutic options. Cancer Letters 2013;328:27-35. 39. Herishanu Y, Katz BZ, Lipsky A, Wiestner A. Biology of chronic lymphocytic leukemia in different microenvironments. Clinical and therapeutic implications. Hematol Oncol Clin North Am 2013;27:173-206. 40. Dighiero G, Maloum K, Desablens B, Cazin B, et al. Chlorambucil in indolent chronic lymphocytic leukemia. French Cooperative Group on Chronic Lymphocytic Leukemia. N Engl J Med 1998;338:1506-1514. 41. Gonzalez D, Martinez P, Wade R, Hockley S, et al. Mutational status of the TP53 gene as a predictor of response and survival in patients with chronic lymphocytic leukemia: Results from the LRF CLL4 trial. J Clin Oncol 2011;29:2223-2229. 42. Parikh SA, Kay NE, Shanafelt TD. How we treat Richter syndrome. Blood 2014;123:1647-1657. 121 Review article Rev Hematol Mex 2014;15:122-128. How is hematology involved in the era of aerospace medicine?: Systemic and hematological changes in the astronaut Alejandro Schcolnik-Cabrera1,2 Nancy Labastida-Mercado2,3 Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México. 2 Centro de Hematología y Medicina Interna de Puebla. 3 Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. 1 ABSTRACT One of the most important successes of the human being in the last decades is the extent of their knowledge of space through research to keep the human body in microgravity during the spaceflight. In this article we review the literature on organic regions affected in an astronaut to continuous exposure that is involved, making a special emphasis on the cellular and molecular damage of their blood elements as there is the possibility of reproducing the effects of exposure to microgravity for evaluating the innate immune response and the condition of the bone marrow to study the neocytolysis (selective hemolysis of neocytes) and the presence of schistocytes and stomatocytes, occurring due to high levels of glutathione increases the rigidity of the erythrocyte membrane, which is favored by hidrostatic pressure changes, microviscosity and permeability, which may influence the transfer of oxygen. High concentrations of lactate contribute to an anaerobic condition, symptoms such as headache, nausea and malaise. In the process of readaptation to Earth occurs a stimulation of erythropoiesis aimed to maintain the optimal level of blood erythrocytes, necessary for the increased demand of oxygen in the tissues under the conditions of gravitation. Key words: microgravity, spaceflight, neocytolysis. La hematología en la era de la medicina aeroespacial: cambios hematológicos en los astronautas RESUMEN Uno de los éxitos más importantes del ser humano en las últimas décadas es la extensión de su conocimiento del espacio mediante las investigaciones realizadas para mantener al cuerpo humano en condiciones de microgravedad durante el vuelo espacial. En este artículo realizamos una revisión de la bibliografía acerca de las regiones orgánicas afectadas en un astronauta ante la exposición continua que experimenta y hacemos especial insistencia en el daño celular y molecular de sus elementos sanguíneos porque existe la posibilidad de reproducir los efectos de la exposición a la microgravedad para evaluar la respuesta inmunitaria innata y el estado de la médula ósea para estudiar la neocitólisis (hemólisis selectiva de neocitos) y la exis- 122 Received: April 22, 2014 Accepted: June 27, 2014 Correspondence: Dra. Nancy Labastida Mercado Centro de Hematología y Medicina Interna 8B Sur 3710 72530 Puebla, México [email protected] This article must be quoted Schcolnik-Cabrera A, Labastida-Mercado N. How is hematology involved in the era of aerospace medicine?: Systemic and hematological changes in the astronaut. Rev Hematol Mex 2014;15:122-128. www.nietoeditores.com.mx Schcolnick-Cabrera A et al. Systemic and hematological changes in the astronaut tencia de esquistocitos y estomatocitos que se producen debido a altas concentraciones de glutatión que aumenta la rigidez de la membrana eritrocitaria, favorecida a su vez por cambios de presión hidrostática, microviscosidad y permeabilidad, que pueden influir en la transferencia de oxígeno. Las concentraciones elevadas de lactato contribuyen a un estado anaerobio, así como a cefalea, náuseas y malestar general. En el proceso de readaptación a la Tierra se estimula la eritropoyesis que está dirigida a mantener la concentración óptima de eritrocitos en la sangre, necesaria para incrementar la demanda de oxígeno en los tejidos en las condiciones de gravitación. Palabras clave: medicina aeroespacial, astronautas, cambios hematológicos. The organic effect of microgravity in humans Human spaceflight has facilitated many key discoveries about our universe, as well as medical insight into human physiology. From all the forces that have a direct consequence on human health and that control everything in the cosmos, gravity has been a constant one throughout evolutionary history, at least, on Earth.1,2 As a derivative presentation of gravitational force, weightlessness is the state in which a body having a certain weight is balanced by another force or remains in free-fall without feeling the effects of the atmosphere, equivalent to the situation faced by an astronaut aboard a spaceship. On the other hand, microgravity means that gravity is not absolutely zero, is only negligible.3 Now we know that the two major factors that may influence astronaut’s health in space environment are space radiation and weightlessness.4 Almost all systems in the human body are affected by gravity and weightlessness, and among these the cardiovascular system in particular is altered.5 The human adaptive response to weightlessness encompasses numerous conditions that may affect the possibility of long-term flight missions, including space motion sickness, cardiovascular deconditioning due to reduced blood volume, and prolonged gastrointestinal transit time.6 In fact, the biggest problem for space missions of several years in duration is the harmful effects of microgravity on the human body. Such reactions by the body might be appropriate for zero-gravity flight but are inappropriate in landing on the surface of any planet.7 Also, aside from microgravity astronauts in the space environment are subjected to other factors such as cosmic radiation and altered magnetic fields.8 Ionizing radiation in out-of Earth represents an environmental mutagen to which humans are daily exposed on Earth. Crewmembers of space mission are more exposed to it because the cosmic radiation field is different from that experienced on Earth.9 The physiology of microgravity has been studied extensively since the first human space flight of Yuri Gagarin in 1961.5 During spaceflights, microgravity induces many adaptations within the human body that are similar to those that may occur with aging or some diseases, and all physiological systems are challenged. 1,7 Microgravity directly affects the vestibular, cardiovascular, musculoskeletal, hematologic and immune systems. It produces an effect of accelerated evolution in muscle atrophy caused by the least effort and the least blood supply, as well as progressively loss of bone density caused by 123 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 demineralization which increases the susceptibility to nephrolithiasis. In fact, during spaceflight bone mineral is constantly being lost from the weight-bearing sites of the skeleton at an average of 2-3% per month, accompanied by increases in urine excretion of Ca2+ and hydroxyproline expressing the net bone loss at the tissue level.6,7 B A Return to normogravity Normogravity Microgravity Neocytolisis In space, the body has mass but not weight. Without gravity, blood supply to the legs is reduced. An astronaut does not walk as on Earth so that neuromuscular innervation to the legs is minimally used. Leg muscles do not have to bear the body’s load or contract as much with the result that they atrophy, which is particularly true for postural muscles like soleus, but all leg muscles are affected. Astronauts in space lose about 1% of muscle a month and generally about 1.8-2% of bone during that same period.10 C D Figure 1. Effects of microgravity respect in upright position and changes in central blood pooling in space: Upon transition from normogravity (A) to microgravity (B) the blood of peripheral vascular space shifts to central space, causing central acute plethora, accompanied by peripheral vessel constriction. An adjustment is obtained by reduction of plasma volume and red blood cells mass through neocytolisis and erythropoietin reduction (C) over the first days of spaceflight. Then, upon return to normogravity (D), the normal redistribution of blood volume and the augmentation of blood fluid reduce the hematocrit (space anemia). Adapted from Charles et al, 1994.14 124 Hypergravity tends to exert hypertensive effects on circulation, while microgravity exposure relaxes the circulation. The increased thoracic blood volume and rapid rise in pulse pressure entering microgravity stimulate cardiopulmonary volume receptors and arterial baroreceptors together, which induces a cardiovascular depressor reflex, manifested initially by a fast bradycardia response.5 There are metabolic changes like weight, fluid and electrolyte loss. There could be certain endocrine disorders, such as sleep disturbances and disrupted circadian rhythm. Most astronauts experience problems with balance and orientation, fainting, damage in proprioception, and loss of cardiovascular functional capacity. Living in space for as little as 9 days accelerates problems of equilibrium on standing, walking and coordination to Earth. Re-adaptation to Earth after flights of 4-9 days began immediately on landing.7,10 The National Air and Space Agency (NASA) has reported that astronauts aboard the International Space Station exposed to prolonged to zero gravity for a mean 6 months have an increased incidence of papilledema. Also, astronauts in the zero gravity environment present on the International Space Station that have returned to Earth and have been found to have optic nerve head edema.11 Also, it has been seen that during spaceflights or very soon after returning to the Earth, astronauts of the Apollo missions suffered from bacterial and viral infections, while latent viruses such as varicella zoster were reactivated.2 Patients with a disease on Earth can be described as living in a normal environment and having an abnormal physiology. In contrast, astronauts are people living with normal physiology but they live in the abnormal environment called space, which causes physiological changes that require the attention of physicians and scientists.12 Schcolnick-Cabrera A et al. Systemic and hematological changes in the astronaut Searching for a model of spaceflight in Earth There has been slow progress in space research because of the small numbers of astronauts and the operational difficulties of conducting research in microgravity. However, lying continuously in head-down bed rest (HDBR) at -6 ºC is used as the model of choice. Physiological changes in space and HDBR are similar; as HDBR induces the spectrum of adaptations associated with microgravity such as a head-ward shift of fluids and precludes changes in posture.10 In this position, the subjects experience a rapid decline in aerobic capacity due primarily to decreased circulating blood volume that occurs in response to the head-ward body fluid shift. During exposure to microgravity, gravitational blood pressure gradients are lost, and blood volume is redistributed towards the head. This may contribute to the early discomforts of space travel, such as the headaches, nausea, and malaise.1 Spaceflights and head-down bed rest are characterized by diminished cardiac function and mass. The initial trigger is the fluid shift from the lower to the upper body that results in upper body blood volume expansion. This stimulates central volume carotid, aortic and cardiac receptors inducing a transient increase in diuresis and natriuresis with sustained 2-4% reduction of body mass and 6-15% of plasma volume, which is followed by decreased heart size, cardiac filling, stroke volume, cardiac output, and aerobic capacity. In healthy students immobilized in bed it has been seen that inactivity causes severe calcium and bone loss. Also, it has been hypothesized that astronauts would show similar bone and calcium loss in space, where without gravity their bodies would become virtually inactive.10 On the other hand, parabolic flight of an airplane is a unique opportunity that creates fast gravity transitions between normo- (1 Gz = 9.81 m/s2), hyper- (1.8 Gz) and micro-gravity (0 Gz), with duration of 20 s.5 The subjects fasten a seat belt maintain a sitting position and fix their upper and lower limbs during the flight. It has been seen that during acute microgravity induced by parabolic flight, cardiac output increases as much as 29% without increasing the mean arterial pressure and13 despite a decrease in central venous pressure, even under the extreme gravitational challenges in the upright position.5 Also, the antigravity slow muscles and high-oxidative fibers have more capillaries and receive adequate blood flow.13 Intervention of Hematology in Aerospace Medicine The initial adaptation to space can be attributed to a redistribution of body fluids toward the head. The spatial position prior to launch in supine position with the legs raised above the thoracoabdominal coronal plane initiates a fluid movement that continues in the journey into orbit.12 Charles et al raised the representation of the central accumulation of blood in the space. In the transition from Earth to space in normal gravity to microgravity several peripheral vascular changes occur, favoring its collapse14 because the weight of the blood at that time does not get the necessary force to maintain vascular permeability, and thus a central redistribution can be achieved where the blood volume has a less dependence in gravity, creating a pseudo hypervolemia in a normoxic environment, which triggers a series of events in where a fluid redistribution is achieved.15 Baroreceptors of central vasculature, which acts through suppression of the renin-angiotensin-aldosterone system, leads to increase renal excretion of sodium and water, and a net reduction in plasma volume. Furthermore, there is a decreased blood flow that may be more pronounced in the lower limbs, with a potentially muscular atrophy, under microgravity 125 Revista de Hematología conditions because of fluid shifts toward the upper body and due to the diminished venous return of blood to the heart.13 It causes facial swelling, generating the “swollen face-bird leg syndrome”.12 Therefore, the fluid adjustment is obtained by reducing plasma volume and red cell mass through erythrolysis and the reduction of erythropoietin in the earliest days of space flight.14 Subsequently, hemoconcentration is generated with an increase in hematocrit, which is favored by the rapid decrease in the erythrocyte count and selective hemolysis.15 On the return to normal gravity it occurs again a redistribution of blood volume and an increase in blood flow to lower the hematocrit, causing “anemia of the space”.14,15 In fact, spaceship crewmembers lose around 15% of their red blood cell mass over the course of a few weeks.6 It has been seen that returning astronauts of spaceflight missions exhibited immediately after landing a strong increase of neutrophil granulocytes, and neutrophil chemotactic assays has showed a ten-fold decrease in the optimal doseresponse after landing. However, phagocytosis and oxidative burst capacity of neutrophil granulocytes has been reported to be not significantly altered after a 5-days mission in space,8 but T cell activation upon landing after spaceflight is significantly depressed.16 Microgravity and blood cells at molecular level Microgravity is now considered one of the major causes of the severely immune cell dysfunction during space fight.2,8,16 The changes of immune system during short- or long- duration of spaceflights include altered leukocyte distribution, altered serum cytokine levels, reduced functions of natural killer cell, granulocyte, and monocyte, reduced leukocyte proliferation following activation, decreased delayed-type hypersensitivity to recall antigens, and latent viral reactivation.17-19 126 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Factors contributing to decreased lymphocyte numbers and function during and post-spaceflight include exposure to microgravity, stress and radiation.4,16 Gravity-sensitive functions of T lymphocytes comprise cell cycle regulation, epigenetic regulation, chromatin regulation, expression profile of microRNA, cell motility, and regulation of apoptosis.2 In fact, it has been shown that changes in gravity inhibited lymphocyte motility through type I collagen, whereas activated T cells cultured in hypergravity became earlier motile than cells cultured at normal gravity,8 and cell apoptosis is increased by simulated microgravity. Also, radiation induces intracellular generation of reactive oxygen species, which can be lethal to several cell types in blood.4 There is gradual decrease in the number of INF-γ-producing T cells and Cytomegalovirus- and Epstein-Barr virusspecific T cells. There is significant reduction of IL-17A, suggesting a weakened T helper as well as Th17 types of response. T cells exposed to microgravity have defects in early T cell activation, which is featured by decreased IL-2/IL-2 receptor expression, down-regulated NF-κB and protein kinase A activity. There is up-regulation of IL-18, which is associated with chronic inflammatory diseases, including atopic eczema, rheumatoid arthritis, systemic lupus erythematosus, and Sjögren’s syndrome.17 Of the blood cell types, lymphocytes are the most sensitive to ionizing radiation exposure.16 In peripheral blood lymphocytes, the expression of miRNAs involved in the DNA-damage response to γ-radiation is affected by modeled microgravity incubation during the repair time, enhancing the biological effects of ionizing radiation.9 Circulating monocytes are also increased in number. However, the phagocytic capacity and oxidative burst potential of neutrophils and monocytes are reduced. Also, the matured B cell fraction is significantly suppressed in rodents exposed to spaceflight, and it is Schcolnick-Cabrera A et al. Systemic and hematological changes in the astronaut accompanied by an increase in the natural killer cell fraction.6 Under simulated microgravity, there are no effect on numerical chromosome instability of human peripheral blood cells, but it enhances the structural chromosome instability through the inhibition of DNA replication and the reduction of DNA repair. Also, the expression rate of chromosome fragile sites is enhanced and the expressions of DNA replication as well as the DNA repair genes are down regulated.20 As can be seen, the immune system is suppressed but bacterial pathogens appear to be unaffected by, if not benefiting from, spaceflight conditions. Bacterial cells may not be affected at all by the weightlessness environment. In fact, Salmonella enterica and Escherichia coli has been benefited from spaceflight. Also, bacterial resistance to antibiotics is increased, as well as the rate of mutation accumulation.6 Neocytolysis in microgravity Erythropoiesis lasts approximately 10 days and the half-life of an erythrocyte is considered to be of 120 days. Circulating reticulocytes become neocytes, and later mature erythrocytes. After 10 days in space, erythrocytes reduction is close to 10% approximately, and that’s how the term “neocytolisis” arises, with the “selective hemolysis of neocytes” in which the larger erythrocytes are destroyed, and they have a shorter half-life of 10 days, without alteration of erythropoiesis, as a result of the adaptation to environmental conditions and microgravity, affecting the amount of hematocrit in response to a negative stimulus for erythropoietin secretion by the kidneys due to an accelerated fall in levels of hematocrit, as well as the total number of red blood cells and hemoglobin. This model shows that selective hemolysis in vivo allows the establishment of the erythropoietin function in the erythrocyte plasmatic maturation and it allows the progression of the neocyte to erythrocyte in the senescence process, which starts in response to stress and injury to the erythrocyte, being an alternative path in response to programmed cell death and it is vitally important to suppress the formation of cancer cells, as well as having angiogenic and antiapoptotic power which are essential in the process of ischemia and acute inflammation at endothelial, retinal, cardiac, neuronal, and nephron cellular levels.6,18,21 Analyzes were performed on blood samples in Russian cosmonauts before, during and after the journey to the International Space Station and in the morphologic study there was determined the presence of schistocytes and stomatocytes, as well as lactate concentrations which increased at the end of the trip, indicating dominance of an anaerobic state. Glutathione, which has antioxidant properties, was reduced at the beginning and increased at the end of the trip. During the voyage there was an increase in the percentage of phosphatidylcholine associated with the increase in membrane rigidity. Changes in physicochemical properties of the plasma membrane of erythrocytes (microviscosity and permeability) can influence the efficiency of oxygen transfer, the state of the hemoglobin and some changes in the conformation of the hematoporphyrin molecule.21,22 However, with re-adaptation to Earth there appears a stimulation of erythropoiesis which is aimed at maintaining the optimal level of red blood cells, necessary for the increased demand of oxygen in the tissues under the conditions of gravitation of the Earth.21,23,24 Concluding remarks The extent of knowledge of space has been made possible thanks to the exploration by astronauts, however exposure to microgravity during space flight is associated with various health risks, which potentially affect the body multisystem and make vulnerable to secondary conditions such as the 127 Revista de Hematología effects of radiation and physiological consequences as neocytolysis, muscle atrophy, hydrostatic pressure changes, and metabolic changes position. Consequently, microgravity is the most profound aspect of the space environment on human physiology. Aerospace medicine aims to develop research to help the recognition of relationships and trends of these critical processes to propose strategies aimed at maintaining optimal health status of space crews and security throughout the flight path, thanks to this have been generated contributions to global knowledge and promoting partnerships between research groups with common fundamental goal towards the Air Health. This article is dedicated to all Mexican medical doctors, pilots and engineers that have contributed to the knowledge of the Space in the National Aeronautics and Space Administration (NASA) and in the International Space Station (ISS). REFERENCES 1. 2. 128 Hargens AR, Bhattacharya R, Schneider SM. Space physiology VI: exercise, artificial gravity, and countermeasure development for prolonged space flight. Eur J Appl Physiol 2013;113:2183-2192. Tauber S, Hauschild S, Crescio C, Secchi C, et al. Signal transduction in primary human T lymphocytes in altered gravity - results of the MASER-12 suborbital space flight mission. Cell Commun Signal 2013;11:32. Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 9. Girardi C, De Pittà C, Casara S, Sales G, et al. Analysis of miRNA and mRNA expression profiles highlights alterations in ionizing radiation response of human lymphocytes under modeled microgravity. PLoS One 2012;7:e31293. 10. Vernikos J, Schneider VS. Space, gravity and the physiology of aging: parallel or convergent disciplines? A mini-review. Gerontology 2010;56:157-166. 11. Berdahl JP, Yu DY, Morgan WH. The translaminar pressure gradient in sustained zero gravity, idiopathic intracranial hypertension, and glaucoma. Med Hypotheses 2012;79:719-724. 12. Williams D, Kuipers A, Mukai C, Thirsk R. Acclimation during space flight: effects on human physiology. CMAJ 2009;180:1317-1323. 13. Nagatomo F, Kouzaki M, Ishihara A. Effects of microgravity on blood flow in the upper and lower limbs. Aerospace Sci Technology 2014;34:20-23. 14. Charles JB, Bungo MW, Fortner GW. Cardiopulmonary function. In: Space Physiology and Medicine. 3rd ed. Pensilvania: Lea & Febiger, 1994;286-304. 15. Risso A, Ciana A, Achilli C, Antonutto G, Minetti G. Neocytolysis: none, one or many? A reappraisal and future perspectives. Front Physiol 2014;5:54. 16. Sanzari JK, Romero-Weaver AL, James G, Krigsfeld G, et al. Leukocyte activity is altered in a ground based murine model of microgravity and proton radiation exposure. PLoS One 2013;8:e71757. 17. Xu X, Tan C, Li P, Zhang S, et al. Changes of cytokines during a spaceflight analog - a 45-day head-down bed rest. PLoS One 2013;8:e77401. 18. Mehta SK, Stowe RP, Feiveson AH, Tyring SK, Pierson DL. Reactivation and shedding of cytomegalovirus in astronauts during spaceflight. J Infect Dis 2000;182:1761-1764. 19. Buravkova LB, Rykova MP, Grigorieva V, Antropova EN. Cell interactions in microgravity: cytotoxic effects of natural killer cells in vitro. J Gravit Physiol 2004;11:177-180. 3. Haber H, Gerathewohl SJ. Physics and psychophysics of weightlessness. J Aviat Med 1952;22:180-189. 4. Dang B, Yang Y, Zhang E, Li W, et al. Simulated microgravity increases heavy ion radiation-induced apoptosis in human B lymphoblasts. Life Sci 2014;97:123-128. 5. Liu J, Verheyden B, Beckers F, Aubert AE. Haemodynamic adaptation during sudden gravity transitions. Eur J Appl Physiol 2012;112:79-89. 6. Ozçivici E. Effects of spaceflight on cells of bone marrow origin. Turk J Haematol. 2013;30:1-7. 22. Markin AA, Zhuravleva OA, Morukov BV, Kuzichkin DS, et al. Reference values of blood biochemical indices in Russian cosmonauts. Hum Physiol 2013;39:178-183. 7. Clément G, Pavy-Le Traon A. Centrifugation as a countermeasure during actual and simulated microgravity: a review. Eur J Appl Physiol 2004;92:325-348. 23. Baranov VM. Physiological analysis of the possible causes of hypoxemia under conditions of weightlessness. Hum Physiol 2011;37:455-460. 8. Lang K, Strell C, Niggemann B, Zänker K, et al. Real-time video-microscopy of migrating immune cells in altered gravity during parabolic flights. Microgravity Sci Technol 2010;22:63-69. 24. Markin AA, Zhuravleva OA, Morukov BV, Zabolotskaya IV, Vostrikova LV. Homeostatic reactions of the human body during exposure to 105-day isolation. Hum Physiol 2012;38:703-707. 20. Wei L, Liu C, Kang L, Liu Y, et al. Experimental study on effect of simulated microgravity on structural chromosome instability of human peripheral blood lymphocytes. PLoS One 2014;9:e100595. 21. Ivanova SM, Morukov BV, Labetskaya Ol, Yarlikova YuV, et al. Red blood of cosmonauts during missions aboard the International Space Station (ISS). Hum Physiol 2010;36:877-881. Caso clínico Rev Hematol Mex 2014;15:129-136. Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario coexistente con absceso de psoas: dos entidades distintas en una misma localización. Comunicación del primer caso Juan Miguel Alemán-Iñiguez1 Pedro José Alemán-Iñiguez2 Franklin Mora-Bravo3 Interno Rotativo del Hospital José Carrasco Arteaga. Externo Rotativo. Universidad de Cuenca, Facultad de Ciencias Médicas, Escuela de Medicina. 3 Jefe del Servicio de Nefrología del Hospital José Carrasco Arteaga, Docente de la Universidad de Cuenca y Universidad del Azuay. 1 2 RESUMEN El plasmocitoma óseo solitario es el menos frecuente de las neoplasias de células plasmáticas, aparece más a menudo en la quinta década de la vida, sus síntomas se relacionan con dolor óseo crónico. Comunicamos el primer informe en la bibliografía médica de una rara coexistencia de una lesión vertebral infiltrante por un plasmocitoma solitario con un absceso en el músculo psoas, caracterizamos este cuadro y relacionamos esta coincidencia que confunde en el diagnóstico de plasmocitoma óseo solitario. Palabras clave: plasmocitoma, solitario, absceso de psoas, coexistencia. Atypical low back pain by a solitary plasmacytoma presenting simultaneously with a psoas abscess: two different entities in a same location. A report of the first case ABSTRACT The solitary bone plasmacytoma is the least common of the plasma cell neoplasms, most often appears in the fifth decade of life, their symptoms are related to chronic bone pain. We present the first case report in the literature of a rare coexistence of an infiltrating spinal injury by a solitary plasmacytoma with an abscess in the psoas muscle, we characterize this coincidence, that confuses the diagnosis of solitary bone plasmacytoma. Key words: plasmacytoma, solitary, psoas abscess, coexistent condition. www.nietoeditores.com.mx Recibido: 9 de mayo 2014 Aceptado: 15 de julio 2014 Correspondencia: Dr. Juan Miguel AlemánIñiguez Fray Gaspar de Villaroel y Miguel Cabello Balboa 010219 Cuenca, Ecuador [email protected] Este artículo debe citarse como Alemán-Iñiguez JM, Alemán-Iñiguez PJ, Mora-Bravo F. Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario coexistente con absceso de psoas: dos entidades distintas en una misma localización. Comunicación del primer caso. Rev Hematol Mex 2014;15:129-136. 129 Revista de Hematología ANTECEDENTES Hace algunos años el plasmocitoma óseo solitario se consideraba una forma de mieloma múltiple; sin embargo, posee datos clínicos, serológicos y de imagen particulares; el diagnóstico se fundamenta en comprobar una lesión única y aislada en un tejido óseo específico.1 CASO CLÍNICO Paciente masculino de 54 años de edad, procedente de Azogues, Cañar, Ecuador, con seguimiento de seis meses en el Hospital José Carrasco Arteaga (HJCA), Ecuador. El paciente tenía antecedentes de diabetes mellitus tipo 2, diagnosticada hacía 21 años, hipertensión arterial tipo II desde hacía cinco años y enfermedad renal crónica estadio 5D, en tratamiento con hemodiálisis trisemanal desde hacía un año. Acudió al servicio de urgencias del Hospital José Carrasco Arteaga con cuadro de lumbalgia derecha, intensa, con irradiación hacia todo el miembro inferior, de tipo punzante, de tres meses de evolución, que se acompañaba de sensación de parestesias intensas en la misma región anatómica y disminución de la fuerza muscular en el miembro inferior derecho. Ante la ausencia de antecedentes traumáticos se descartaron compresiones radiculares, mecánicas, frecuentes, como hernias discales. Entre sus antecedentes personales patológicos recientes destacó que dos meses y medio antes del ingreso requirió la colocación de injerto arteriovenoso protésico en el brazo izquierdo con complicación de infección en el lugar de la herida quirúrgica con el aislamiento de Staphylococcus aureus en el cultivo de la misma. Los signos vitales al ingreso eran normales; se observó palidez central y periférica y en la región lumbar había dolor a la palpación profunda y limitación de los movimientos de la columna vertebral con signo del músculo psoas; la curva- 130 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 tura lumbar no se aplanaba en flexión vertebral. El resto de las regiones anatómicas no mostró alteraciones. El examen neurológico evidenció: disminución de la fuerza muscular de la extremidad inferior derecha (3/5), hiporreflexia rotuliana (L2-L4) derecha (+/+++), ausencia de clono, signo de Babinski y sucedáneos en ambos miembros inferiores. El examen de sensibilidad superficial y profunda evidenció dolor irradiado a la cara interna del muslo en los niveles L2 y L3 e hipoestesia en la región interna del muslo (niveles L2 y L3). El estudio de imagen de resonancia magnética nuclear evidenció gran rectificación de lordosis lumbar, fusión de cuerpos vertebrales L2 y L3, con masa de partes blandas, que invadían al músculo psoas. Con medio de contraste se observó captación de una lesión entre L2 y L3, que comprimía el canal dural y lo rechazaba, había algo de destrucción ósea en L3 (Figura 1). En la serología oncológica no se encontraron marcadores tumorales elevados (antígeno carcinoembrionario, CA 19-9, antígeno prostático específico total y libre y alfa-feto proteína). En el estudio de patología de punción de médula ósea al azar no se halló alteración. Con la inmunoelectroforesis de suero sanguíneo y proteína de Bence-Jones se descartó mieloma múltiple. Cuatro meses después el paciente refirió incremento del dolor en la cintura y al examen físico la temperatura era de 38ºC; en ese momento se realizó biopsia de lesión lítica de los cuerpos vertebrales L2 y L3 y el músculo psoas derecho, dirigida por tomografía computada (Figura 2). Se cultivó la muestra y se encontró S. aureus sensible a la clindamicina, linezolid y trimeto- Alemán-Iñiguez JM y col. Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario Figura 1. A. Resonancia magnética nuclear en proyección coronal, se observa lesión lítica de cuerpo vertebral de gran extensión, bilateral; de la misma manera, se ve asimetría en las masas musculares del músculo iliopsoas. B. Resonancia magnética nuclear con la misma lesión, se evidencia el plasmocitoma (P). C. Resonancia magnética nuclear en proyección sagital en la que se observa la pérdida de la anatomía entre L2 y L3 con protrusión del contenido discal por la extensa infiltración y por efecto de la gravedad como si fuera una “pila de hamburguesas”. Elaborada por los autores, tomada del Centro de Imágenes del Hospital José Carrasco Arteaga, Ecuador. prim-sulfametoxazol. El estudio de patología reportó: examen macroscópico: cilindros pardos y microscópico: infiltraciones por neoplasia de células plasmáticas de crecimiento difuso en medio de escaso tejido conectivo. El estudio de inmunohistoquímica encontró población de células CD139 (Figura 3); las pruebas de BAAR seriado, KOH y tinción de Gram fueron negativas; con lo que se comprobó el absceso en el músculo psoas y un plasmocitoma óseo solitario en la misma localización. Los criterios usados en el diagnóstico del caso (con los que el paciente cumplió) fueron los Figura 2. A. Momento de la biopsia guiada por tomografía axial computada (TAC) simple en proyección coronal; se observa lesión lítica de cuerpo vertebral de gran extensión, bilateral. B. Ilustración que muestra el crecimiento del plasmocitoma que rechaza el canal dural y produce síntomas radiculares. C. TAC simple en el momento de la biopsia, se observa el plasmocitoma (P) y la aspiración de la aguja usada (AA). Elaborada por los autores, tomada del Centro de Imágenes del Hospital José Carrasco Arteaga, Ecuador. planteados para diferenciar el plasmocitoma óseo solitario del mieloma múltiple y otras neoplasias de células plasmáticas por la Sociedad de Mieloma Múltiple del Reino Unido:1 • Área única de destrucción ósea debido a las células plasmáticas clonales. • Aspirado aleatorio de médula ósea de cualquier hueso histológicamente normal (< 5 % células plasmáticas). • Resultados normales en el examen del esqueleto, serie radiológica ósea. • Ausencia de anemia, hipercalcemia o insuficiencia renal debido a neoplasias de células plasmáticas. • Suero ausente o baja concentración urinaria de anticuerpos monoclonales: inmunoglobulina (concentración > 20 g/L sospechoso de mieloma múltiple). 131 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 plasmocitoma se prescribió radioterapia local, por tratarse de una lesión mayor de 5 cm, se administraron 3,000 CGY (centigray) en diez fracciones con aumento a 45 GY (Gray) en cinco fracciones por persistencia del dolor. DISCUSIÓN Figura 3. A, B y C. Histología de la biopsia del músculo psoas, vista con objetivo de X10, X40 y X100; se observa infiltración de células mononucleadas de crecimiento difuso en medio de las fibras musculares del psoas. D. Con técnica de inmunohistoquímica se logró comprobar que las células mononucleadas son células plasmáticas que se tiñen de color marrón ante el reactivo para células CD-139. Elaborada por los autores, tomada del Centro de Imágenes del Hospital José Carrasco Arteaga, Ecuador. • Sin lesiones adicionales en resonancia magnética de la columna vertebral. El plasmocitoma solitario es una neoplasia de células plasmáticas poco reportada en la bibliografía médica, con características de malignidad, pero de buen pronóstico; tiene las mismas particularidades histológicas del mieloma múltiple; por lo que éste es el principal diagnóstico diferencial a descartar. La diferencia principal es su localización única y aislada, de ahí su nombre; se reconocen dos tipos de plasmocitoma: el óseo solitario, proveniente de la médula ósea de los huesos (motivo a discusión) y el solitario extramedular, cuyo origen es en los tejidos no medulares principalmente pulmonares y gastrointestinales.2 La manifestación del caso es atípica y no se había reportado en la bibliografía: un plasmocitoma concomitante con lesiones infecciosas locales. Epidemiología Para comprobar el diagnóstico también se procedió a la gammagrafía ósea para diferenciar de un mieloma múltiple no secretor, que demostró la lesión única y aislada de un tejido óseo específico. Además, en el reporte de la gammagrafía ósea con Tc-99m MDP (metildifosfonato), a dosis de 20 mCi (milicurie), después de cuatro horas en fase tardía se comprobó única captación del radiotrazador entre L2 y L3 de la columna vertebral. La infección se trató con clindamicina a dosis de 600 mg vía venosa, cada 8 horas. El tratamiento del dolor fue con tramadol 50 mg vía venosa y parche de buprenorfina. Para el tratamiento del 132 El plasmocitoma solitario óseo representa únicamente 5% de todas las neoplasias de células plasmáticas;3 la proporción entre hombres y mujeres es de 2:1 y la edad media de aparición es de 55 años, con aumento de la incidencia de manera exponencial a causa de la edad avanzada. La tasa de incidencia más alta es en la raza negra.4 La principal localización de la lesión por el plasmocitoma óseo solitario es en los huesos del esqueleto axial, como las vértebras y el cráneo,4 característica observada en el caso. Fisiopatología La aparición del plasmocitoma depende de la alteración de tres mecanismos: Alemán-Iñiguez JM y col. Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario 1. Alteración en la regulación de la generación de células plasmáticas: hace referencia a la sobreexpresión de genes que codifican protooncogenes, entre ellos el EEF1A2, que inhibe la apoptosis y activa segundos mensajeros intracelulares, como JAK/STAT, y la señalización AKT, que aumentan los eventos de mitosis celular,5 y los mecanismos cromosómicos en los que está involucrado el alargamiento de los telómeros y la trisomía en el cromosoma 11 en su porción E2 identificados en modelos experimentales en roedores.6 2. Fenómenos alterados en la proliferación celular, con la expresión aberrante de genes que codifican proteínas, como: ciclina D1, ciclina D2, Blimp1, survivina, interleucina 10 y 15 y STAT3, y la activación de NF-κB2, encargados en procesos que aumentan la reproducción celular.7 3. Alteraciones en la supervivencia celular, las células plasmáticas pueden sobrevivir durante largos periodos por una conexión directa entre una señal externa, con producción de citocinas sintetizadas in situ (anticuerpos protectores), como: interleucina 6 y SDF-1α, que modifican a moléculas intracelulares, como el micro-ARN 24-3p para mejorar el nicho de supervivencia.8 Cuadro clínico La manifestación habitual del plasmocitoma óseo solitario es el dolor de un tejido óseo específico; sin embargo, 25% de los pacientes padece disfunción neurológica en forma de compresión neural,9 como en el caso citado, la neuropatía periférica se asocia con todos los trastornos de células plasmáticas.9 se requieren células plasmáticas monoclonales demostradas por biopsia, que produzcan infiltración de una sola lesión ósea lítica; ausencia de células plasmáticas clonales en una muestra de médula ósea aleatoria de cualquier hueso y la ausencia de evidencia de mieloma sistémico (normocalcemia, ausencia de anemia o enfermedad renal atribuible a mieloma).10 Cuadro 1 Patología estructural En la biopsia de la única lesión lítica se encuentra infiltrado de células plasmáticas, con patrón de crecimiento maligno semejante al mieloma múltiple; el estudio de biopsia se debe complementar con inmunohistoquímica, las células neoplásicas pueden expresar antígenos de células plasmáticas para CD138, CD139 y CD38, pero sin CD19 y CD20; también se pueden encontrar: CD79a, CD56, CD27 y CD44v6.11 La muestra de biopsia mostró en la inmunohistoquímica una sola estirpe celular que fue CD139. Estudios de imagen El diagnóstico imagenológico del plasmocitoma óseo solitario requiere la existencia de una lesión ósea solitaria confirmada por estudio óseo que incluya resonancia magnética nuclear o gammagrafía ósea.12 Los estudios recientes proponen la gammagrafía de receptores de somatostatina para detectar anomalías esqueléticas en pacientes con plasmocitoma y para evaluar la actividad de la enfermedad, especialmente en los pacientes con recidiva o en riesgo de evolucionar a mieloma múltiple.13 Las imágenes del paciente fueron sugerentes y concordantes con las características de lesión única de plasmocitoma óseo solitario. Diagnóstico Laboratorio El diagnóstico consiste en criterios histopatológicos, serológicos e imagenológicos y siempre debe descartarse el mieloma múltiple. Es decir, Se diferencia del mieloma múltiple por los títulos bajos o nulos de proteína monoclonal (proteína 133 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Cuadro 1. Diferencias entre plasmocitoma óseo solitario y mieloma múltiple Diagnóstico Plasmocitoma óseo solitario Radiografía Resonancia magnética nuclear Lesión única, esclerosada Lesiones múltiples en sacabocados Única lesión sin afectación a otros hue- Afectación a varios sitios con el mismo sos, inflamación local patrón Paraproteinemia en suero (proteína M) Proteína de Bence-Jones en orina Localización Asociaciones Títulos bajos o nulos Ausente o títulos bajos Único y frecuente en esqueleto axial No se relaciona con otras alteraciones Datos clínicos Afectación neural Metástasis Pronóstico Histología Inmunohistoquímica Radioterapia Quimioterapia Intervención quirúrgica Biopsia de médula ósea aleatoria Gammagrafía ósea Mieloma múltiple Títulos altos Presente Múltiple en varios huesos Aparece anemia, nefropatía y alteraciones endocrinas, todas simultáneas y secundarias al mieloma múltiple Dolor de tejido óseo específico Afectación diversa en varias localizaciones Muy frecuente Ocasional, depende de la localización Infrecuente Frecuente Bueno Reservado Infiltración de células plasmáticas Infiltración de células plasmáticas anaplásicas anaplásicas Una población de linfocitos Dos o más poblaciones celulares de CD Local Paliativa pero no sola Contraindicada Indicada desde el estadio IIb Contraindicada Depende de la localización Normal Alterada Única captación del radio-trazador en Varias captaciones del radio-trazador en una localización ósea específica en varios tejidos óseos en fase tardía fase tardía Elaborado por los autores, tomado de: Guidelines on the diagnosis and management of solitary plasmacytoma of bone and solitary extramedullary plasmacytoma, 2004. M) en el suero y la misma característica con la ausencia de proteína de Bence-Jones en orina.10 recidivas, si éstas aparecen lo hacen con mayor frecuencia de manera temprana. Historia natural Algunas investigaciones proponen a los síntomas neurológicos, existencia de suaves masas de tejido anexo, enfermedad voluminosa (≥ 5 cm), edad mayor de 55 años y la respuesta a radioterapia como factores importantes para el pronóstico.14 Se indicaron revisiones periódicas que evalúen la evolución neurológica del cuadro y la intensidad del dolor, pero la gran extensión de la lesión es un factor de riesgo latente de progresión a mieloma múltiple. El plasmocitoma óseo solitario en ausencia de tratamiento tiene cuatro posibilidades en su evolución: la progresión a mieloma múltiple (65%), la recidiva local (12%), la difusión de una nueva lesión solitaria (15%) y la curación completa. El tiempo hasta la progresión a mieloma múltiple varía entre 24 y 36 meses.4,11 Debido a la dificultad de predecir el pronóstico, la mayoría de los pacientes necesita un seguimiento posterior para detectar la posible progresión a mieloma múltiple con vigilancia regular de suero u orina, la inmunoelectroforesis de proteínas séricas es el indicador más preciso de aparición de mieloma múltiple.4 En cuanto a las 134 Tratamiento Los procedimientos quirúrgicos están contraindicados porque disminuyen los linfocitos asesinos Alemán-Iñiguez JM y col. Lumbalgia atípica por plasmocitoma óseo solitario naturales (natural killer, NK),15 cuya actividad es importante para combatir las células cancerosas; también se han relacionado con la angiogénesis del proceso cicatricial como factores de riesgo de recidiva, porque pueden suministrar flujo sanguíneo al tumor remanente, lo que puede causar recurrencia local, la formación de enfermedad metastásica y la activación de micrometástasis latentes.15 La radioterapia es el tratamiento de elección del plasmocitoma óseo solitario porque favorece el control local de la enfermedad en 90% de los pacientes; la dosificación depende del tamaño del plasmocitoma en la resonancia magnética nuclear, se recomienda que si es menor de 2 cm, el tratamiento debe ser a dosis de 40 Gy en 20 fracciones (recomendación de grado B, evidencia de nivel III), mientras que en caso de tumores mayores de 5 cm, la dosis debe ser mayor de 50 Gy en 25 fracciones (grado de recomendación C, evidencia de nivel IV);1,12 el tumor del caso comunicado era de gran extensión y se encontraba en el psoas, por lo que se trató con dosis de 50 Gy. La quimioterapia coadyuvante no tiene efecto benéfico en el control de la enfermedad o la prevención de la progresión del plasmocitoma óseo solitario a mieloma múltiple,3 la quimioterapia debe restringirse porque la exposición temprana puede acelerar la progresión de los subclones resistentes y, por tanto, limitar las opciones terapéuticas posteriores.3 En el caso comunicado se recurrió a incrementar la dosis de radioterapia ante el aumento del dolor; actualmente se realizan controles imagenológicos y serológicos periódicos y hasta el momento no se ha evidenciado paraproteinemia en suero ni en orina. diagnósticos para garantizar la correcta causa del cuadro, la peculiaridad de la coexistencia de infección en el músculo psoas puede tener su origen en el hecho de que el paciente estaba expuesto a elementos intravenosos en su tratamiento con hemodiálisis, en el que la diseminación hematógena de un organismo productor de abscesos, como S. aureus, puede atacar una zona vulnerable con tejidos inflamados, membranas celulares lábiles y muy irrigadas, como el área del plasmocitoma, por tanto, la infección es incidental y no se había reportado en la bibliografía médica; el paciente tenía lesiones extensas, por lo que debe seguirse el caso con mayor minuciosidad y cuidar el periodo de tres años de posibles complicaciones, porque el mayor riesgo se presenta tempranamente y después de ese tiempo la probabilidad de progresión a mieloma múltiple es menor, lo que mejorará su pronóstico. REFERENCIAS 1. Guidelines Working Group of the UK Myeloma Forum (UKMF). Guidelines on the diagnosis and management of solitary plasmacytoma of bone and solitary extramedullary plasmacytoma. Br J Haematol 2004;124:717-726. 2. Weber DM. Solitary bone and extramedullary plasmacytoma. Hematology Am Soc Hematol Educ Program 2005;1:373-376. 3. Dimopoulos M, Kyle R, Fermand JP, Rajkumar SV, et al. Consensus recommendations for standard investigative workup: report of the International Myeloma Workshop Consensus Panel 3. Blood 2011;117:4701-4705. 4. Kilciksiz S, Karakoyun-Celik O, Yaman Agaoglu F, Haydaroglu A. A review for solitary plasmacytoma of bone and extramedullary plasmacytoma. Sci World J 2012;20:957-965. 5. Li Z, Qi CF, Shin DM, Zingone A, et al. Eef1a2 promotes cell growth, inhibits apoptosis and activates JAK/STAT and AKT signaling in mouse plasmacytomas. PLoS One 2010;5:107155. 6. Kuzyk A, Mai S. Selected telomere length changes and aberrant three-dimensional nuclear telomere organization during fast-onset mouse plasmacytomas. Neoplasia 2012;14:344-351. 7. McCarthy BA, Yang L, Ding J, Ren M, et al. NF-κB2 mutation targets survival, proliferation and differentiation pathways in the pathogenesis of plasma cell tumors. Cancer 2012; 29:203-205. CONCLUSIONES El caso comunicado se correlaciona con los datos clínicos y epidemiológicos encontrados en la bibliografía y cumple todos los criterios 135 Revista de Hematología 8. Gabler J, Wittmann J, Porstner M, Renz H, et al. Contribution of microRNA 24-3p and Erk1/2 to interleukin-6-mediated plasma cell survival. J Immunol 2013;43:3028-3027. 9. Sobol U, Stiff P. Neurologic aspects of plasma cell disorders. Handb Clin Neurol 2014;120:1083-1099. 10. Di Micco P, Di Micco. Up-date on solitary plasmacytoma and its main differences with multiple myeloma B. Exp Oncol 2005;27:7-12. 11. Zuo Z, Liu WP, Tang Y, Bi CF, et al. Solitary plasmacytoma of bone: a clinicopathologic, immunohistochemical and immunoglobulin gene rearrangement study. Xue Za Zhi 2010;39:177-182. 12. Chargari C, Vennarini S, Servois V, Bonardel G, et al. Place of modern imaging modalities for solitary plasmacytoma: 136 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 toward improved primary staging and treatment monitoring. Crit Rev Oncol Hematol 2012;82:150-158. 13. Agool A, Slart RH, Dierckx RA, Kluin PM, et al. Somatostatin receptor scintigraphy might be useful for detecting skeleton abnormalities in patients with multiple myeloma and plasmacytoma. J Nucl Med Mol Imaging 2010;37:124-130. 14. Wilder RB, Ha CS, Cox JD, et al. Persistence of myelom aprotein for more than one year after radiotherapy is anadverse prognostic factor in solitary plasmacytoma of bone. J Nucl Med Mol Imaging 2006;10:251-256. 15. Kumar S, Fonseca R, Dispenzieri A, Lacy MQ, et al. Prognostic value of angiogenesis in solitary bone plasmacytoma. Blood 2003;101:1715-1719. Clinical case Rev Hematol Mex 2014;15:137-141. Low-dose carfilzomib induced a dramatic response of the symptoms and paraproteinemia in a heavily pre-treated multiple myeloma patient refractory to lenalidomide-bortezomib-dexametasone ABSTRACT Guillermo J Ruiz-Delgado1-3 María Fernanda Vallejo-Villalobos2,3 Samantha Galindo-Becerra2,3 Guillermo J Ruiz-Argüelles1-4 Centro de Hematología y Medicina Interna de Puebla. 2 Laboratorios Clínicos de Puebla. Clínica Ruiz, Puebla, Puebla. 3 Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. 4 Universidad de las Américas, Puebla, México. 1 Carfilzomib is a novel proteasome inhibitor, structurally and mechanistically distinct from bortezomib, which has been shown to be useful in the management of relapsed and/or refractory patients with multiple myeloma (MM), its recommended dose being 27 mg/m2 biweekly. This paper reports the case of a 55-year-old female patient with IgA kappa MM who had been treated sequentially with thalidomide, dexametasone, bortezomib, lenalidomide and cyclophosphamide. She had become refractory to the combination of bortezomib, dexametasone and lenalidomide. She was given treatment with a reduced dose (50%) of carfilzomib, 27 mg/m2 once a week. Along a 4-week period, the paraproteinemia dropped from 2.9 to 0.5 g/dL and the symptoms disappeared. A reduced dose of carfilzomib (50%) was able to induce a significant clinical and response in a patient with mieloma múltiple heavily pre-treated and who had become refractory to bortezomiblenalidomide-dexametasone. Studies are needed to analyze if reduced doses of the drug, associated with diminished costs, are appropriate in the treatment of this disease. This information is critical in conditions of economic restrains. Key words: multiple myeloma, treatment, carfilzomib, lenalidomide, bortezomib, dexametasone, paraproteniemia. El carfilzomib a dosis bajas indujo una importante reducción de los síntomas y la paraproteinemia en una paciente con mieloma múltiple multitratada resistente a lenalidomida-bortezomibdexametasona RESUMEN El carfilzomib es un nuevo inhibidor de proteasomas, diferente del bortezomib, que ha mostrado ser útil en el tratamiento de pacientes con mieloma múltiple en recaída o con resistencia. La dosis recomendada es www.nietoeditores.com.mx Received: June 3, 2014 Accepted: August 6, 2014 Correspondence: Guillermo J. Ruiz-Argüelles MD, FRCP (Glasg), MACP Clínica Ruiz Centro de Hematología y Medicina Interna 8B Sur 3710 72530 Puebla, Mexico [email protected] This article must be quoted Ruiz-Delgado GJ, Vallejo-Villalobos MF, GarridoBecerra S, Ruiz-Argüelles GJ. Low-dose carfilzomib induced a dramatic response of the symptoms and paraproteinemia in a heavily pre-treated multiple myeloma patient refractory to lenalidomidebortezomib-dexametasone. Rev Hematol Mex 2014;15:137-141. 137 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 de 27 mg/m2 por vía endovenosa, dos veces a la semana. Se comunica el caso de una paciente de 55 años de edad con mieloma múltiple IgA kappa que había sido tratada con talidomida, dexametasona, bortezomib y ciclofosfamida y se había hecho resistente a la combinación bortezomib-dexametasona-lenalidomida; la paraproteinemia aumentaba y tenía mucho dolor lumbar. Recibió una dosis reducida (50%) de carfilzomib: 27 mg/m2 una sola vez a la semana y dexametasona. En un periodo de cuatro semanas, la paraproteinemia se abatió de 2.9 a 0.5 g/dL y los síntomas desaparecieron. Una dosis reducida (50%) de carfilzomib fue capaz de producir una respuesta clínica y de laboratorio muy significativa en una paciente con mieloma múltiple multitratada, que se había hecho resistente a lenalidomida-bortezomib-dexametasona. Se necesitan estudios para analizar la eficacia de las dosis reducidas del carfilzomib, lo que es particularmente importante en circunstancias de restricción económica. Palabras clave: mieloma múltiple, tratamiento, carfilzomib, lenalidomida, bortezomib, dexametasona, paraproteinemia. BACKGROUND Advances in drug therapy for multiple myeloma (MM) during the previous decade have improved survival outcomes; however, the disease remains incurable as patients eventually relapse or become refractory to all available therapies; therefore, there is a clear need for more effective and well-tolerated treatments. Carfilzomib is a novel proteasome inhibitor that is structurally and mechanistically distinct from bortezomib employed in the treatment of MM patients and represents a significant advance in the management of relapsed and/or refractory MM patients, including those intolerant or resistant to bortezomib.1 High response rates have been demonstrated with carfilzomib as a single agent or in combination with alkylating agents, immunomodulators and/or corticosteroids, even among patients who have failed multiple prior therapies. Carfilzomib also has significant potential in the frontline setting, with encouraging response and survival rates observed for combination regimens.1,2 Carfilzomib is now licensed in the United Stated for the 138 treatment of relapsed/progressive MM and has had a major impact on the improvement in the treatment of MM in the last few years.2 In Mexico, carfilzomib has not been licensed and is not yet commercially available. We describe here the case of a heavily pre-treated patient with MM who had become refractory to lenalidomidabortezomib-dexametasone and who experienced a dramatic response, both clinical and in the paraproteinemia, to the compassionate use of low-dose weekly carfilzomib associated with dexametasone. This seems to be the first therapeutic experience with this novel drug in Mexico. CLINICAL CASE As the result of low-back pain, the diagnosis of IgA kappa MM, stage ISS I was done in this 55-year old woman in February 2003. The paraproteinemia was then 3.8 g/dL. She was initially treated with daily thalidomide (100 mg) and weekly dexametasone (40 mg) (thal/dex) and a complete response was obtained eight months later. She was offered an autologous stem cell Ruiz-Delgado GJ, et al. Low-dose carfilzomib in multiple myeloma transplant, which she rejected. The patient remained in a sustained remission until February 2006, when the paraproteinemia reappeared (4.4 g/dL). She was given again thal/dex and entered another remission until June 2009, when she was started on lenalidomide 25 mg/day and bortezomib (2.2 mg/week). The Figure 1 depicts the evolution of the monoclonal spike. In May 2011 weekly dexametasone (40 mg) was added, the paraproteinemia remaining relatively stable. Facing a rise in the monoclonal spike and reappearance of the low back pain which required treatment with opioids, in July 2014 two doses of cyclophosphamide (1000 mg every 3 weeks) were added, without a significant response. In August 2014, carfilzomib (27 mg/m2/week) was started, together with dexametasone (40 mg/ week), the monoclonal spike dropping from 2.9 to 0.5 g/dL along a 4-week period and the low back pain resolving (Figure 1). Lenalidomide, 15 mg/day was added at this point. DISCUSSION The monoclonal plasmaproliferative disorders encompass a broad spectrum of diseases ranging from the often benign monoclonal gammopathy of undetermined significance (MGUS) and the potentially curable solitary plasmacytoma, to life-threatening MM and light chain amyloidosis (AL). All these conditions have a racial distribution3-8 and in Mexican mestizos, the incidences of amyloidosis,3 monoclonal gammopathy of undetermined significance,4-6 MM,7 and Waldenström’s macroglobulinemia8 have been shown to be substantially lower than in Caucasians. Despite the fact that MM is considerably less frequent in Mexico than in other countries,7,9 there is a growing interest in the disease in the country, stemming mainly from the significant advances in the treatment of the condition, which have led into the improvement of the prognosis of patients afflicted by this malignancy. 5 4.5 Thal/Dex Thal/Dex Len/Dex/Bort 4 Carfilzomib/Dex M component (g/dL) 3.5 Melphalan 3 2.5 2 1.5 1 0.5 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Time in years Figure 1. Evolution of the IgA kappa paraproteinemia along time in the patient described. Thal: thalidomide; Dex: dexametasone; Len: lenalidomide; Bort: bortezomib. 139 Revista de Hematología 140 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Accordingly, therapeutic guides for the treatment of MM adapted to the practice of medicine in Mexico have been prepared and published.9 In the above mentioned guides, carfilzomib was not even mentioned, since it was not available yet. tolerated by MM patients if it is used in doses not above 100 mg/day.9 It is clear that the practice of medicine in general and hematology in particular has to be adapted to the economy of each of the countries and/or areas of the world. Up to now, the best available therapy for patients with MM is high-dose therapy followed by hematopoieic rescue with autologus stem cell transplant (ASCT).9-12 Even in the era of novel drugs ASCT continues to be considered for eligible patients.12 There are, however, patients who are either ineligible for autografting or who reject the procedure, such as the one which we are presenting here; in this subset of patients, the availability of the novel anti-myeloma drugs is critical in order to improve the prognosis. In clinical studies in relapsed and refractory MM, and in combinations in newly diagnosed MM, single-agent carfilzomib demonstrated significant durable activity, good tolerability and a favorable safety profile, supporting its extended use.1,2 Carfilzomib dosing is based on body surface area, and is given on days 1, 2, 8, 9, 15 and 16 of a 28-day cycle, at a dose of 27 mg/m2/biweekly.1,2 Based on the information of the usefulness of weekly bortezomib instead of its initially recommended bi-weekly administration,13 we elected to employ weekly and not bi-weekly carfilzomib, mainly as a result of economic reasons, since carfilzomib is an expensive drug; thus, we employed 50% of the recommended dose. There is previous data of the use of reduced doses of carfilzomib in MM patients (20 mg/m2/bi-weekly), which represents 74% of the currently recommended doses.14 Along this line, stemming from economic restrains, the therapeutic approaches of several diseases have to be modified in developing countries, as well as drug dosing. For example, we have shown that the late introduction of lenalidomide in the treatment pathway of MM patients in Mexico leads to both substantial savings and adequate results,15 and that thalidomide seems to be better In summary, we have shown that a reduced dose of carfilzomib (50%) was able to induce a significant response in a patient with MM, heavily pre-treated and who had become refractory to bortezomiblenalidomide-dexametasone. Additional studies are needed to analyze if reduced doses of the drug, in turn associated with diminished costs, are appropriate in the treatment of this disease. REFERENCES 1. Andreu-Vieyra C, Berenson JR. Carfilzomib in multiple myeloma. Expert Opin Biol Ther 2014:1-15. [Epub ahead of print]. 2. Redic K. Carfilzomib: A novel agent for multiple myeloma. J Pharm Pharmacol 2013;65:1095-1106. 3. Hernández-Reyes J, Galo-Hooker E, Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. Systemic immunoglobulin light-chain amyloidosis (AL) in Mexico: A single institution, 30-year experience. Rev Invest Clin Mex 2012;64:604-608. 4. Ruiz-Delgado GJ, Gómez-Rangel D. Gamapatía monoclonal de significado indeterminado en mestizos mexicanos: experiencia de una sola institución. Gac Med Mex 2004;140:375-379. 5. Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. Genetic predisposition for monoclonal gammopathy of undetermined significance. Mayo Clin Proc 2008;83:601-603. 6. Ruiz-Argüelles GJ, Ruiz-Delgado GJ. On the prevalence and genetic predisposition of monoclonal gammopathy of undetermined significance (MGUS). Int J Hematol 2012;96;144-145. 7. Ruiz-Argüelles GJ, Gómez-Rangel D, Ruiz-Delgado GJ, AguilarRomero L. Multiple myeloma in Mexico: a 20-year experience at a single institution. Arch Med Res 2004;35:163-167. 8. Ruiz-Argüelles GJ, Ramírez-Cisneros FJ, Flores-Martínez J, Cernuda-Graham MC. Waldenstrom’s macroglobulinemia is infrequent in Mexican Mestizos: experience of a hematological diseases referral center. Rev Invest Clin Méx 2000;52:497-499. 9. Gómez-Almaguer D, Cano-Castellanos R, Cedillo-de la Cerda JL, Garcés-Ruíz O y col. Guías mexicanas de diagnóstico y recomendaciones terapéuticas para mieloma múltiple (2009). Rev Hematol Méx 2010;11:40-62. 10. López-Otero A, Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. A simplified method for stem cell autografting in multiple Ruiz-Delgado GJ, et al. Low-dose carfilzomib in multiple myeloma tolerated in relapsed/refractory myeloma. Eur J Haematol 2013;90:420-425. myeloma: A single institution experience. Bone Marrow Transplant 2009;44:715-719. 11. López-Otero A, Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. ¿Es cierto que el trasplante de médula ósea autóloga mejora el pronóstico de los pacientes con mieloma múltiple? Experiencia de una sola institución en México. Medicina Universitaria 2008;10:187-189. 12. van Rhee F, Giralt S, Barlogie B. The future of autologous stem cell transplantation in myeloma. Blood 2014;124:328-333. 13. Moore S, Atwal S, Sachchithanantham S, Streetly M, et al. Weekly intravenous bortezomib is effective and well 14. Jagannath S, Vij R, Stewart AK, Trudel S, et al. An open-label single-arm pilot phase II study (PX-171-003-A0) of lowdose, single-agent carfilzomib in patients with relapsed and refractory multiple myeloma. Clin Lymphoma Myeloma Leuk 2012;12:310-318. 15. Ruiz-Delgado GJ, Ruiz-Argüelles GJ. Lenalidomide maintains remissions in persons with multiple myeloma intolerant to thalidomide. Rev Hematol Méx 2011;12:79-81. 141 Artículo de opinión Rev Hematol Mex 2014;15:142-147. Diferencias clínicas de la trombocitopenia inmunitaria entre los niños y los adultos: posible explicación patogénica Carlos S Ron-Guerrero Profesor titular de la cátedra de Hematología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nayarit, México. Médico hematólogo del Centro Estatal de Cancerología de Nayarit. RESUMEN La trombocitopenia inmunitaria primaria se conoce desde hace más de un siglo; sin embargo, los mecanismos fisiopatológicos apenas empiezan a aclararse. Las células T reguladoras en las enfermedades inmunitarias tienen un papel fisiopatológico central en la trombocitopenia inmunitaria. Aunque el desajuste inmunológico es el común denominador en los niños y en los adultos, existen diferencias clínicas que aún no se han explicado. El propósito de este artículo es externar mi opinión de por qué al ser la misma enfermedad, en los niños es más favorable que en los adultos. Palabras clave: trombocitopenia inmunitaria primaria, trombocitopenia inmunitaria, fisiopatología. Clinical differences in immune thrombocytopenia in children and adults: possible pathogenic explanation ABSTRACT Primary immune thrombocytopenia is known for over a century; however, the pathophysiological mechanisms are just beginning to be clarified. The regulatory T cells in immune diseases have a central role in the pathophysiologic immune thrombocytopenia. Although the immune imbalance is common in children and adults, there are clinical differences have not yet been explained. The purpose of this article is to show my opinion of why even being the same disease, in children it is more favorable than in adults. Key words: primary immune thrombocytopenia, immune thrombocytopenia, pathophysiology. 142 Recibido: 7 de mayo 2014 Aceptado: 22 de julio 2014 Correspondencia: Dr. Carlos S Ron Guerrero Facultad de Medicina de la UAN Avenida de la Cultura S/N Ciudad de la Cultura Amado Nervo 63155 Tepic, Nayarit, México [email protected] Este artículo debe citarse como Ron-Guerrero CS. Diferencias clínicas de la trombocitopenia inmunitaria entre los niños y los adultos: posible explicación patogénica. Rev Hematol Mex 2014;15:142-147. www.nietoeditores.com.mx Ron-Guerrero CS. Trombocitopenia inmunitaria en niños y adultos En 1951 Harrington y su grupo describieron el caso de un recién nacido con púrpura de una madre con púrpura trombocitopénica inmunitaria crónica, condición semejante a la antes descrita por Dohrn en 1873. La púrpura se alivió espontáneamente en tres semanas, mientras que la madre permaneció trombocitopénica. Luego Harrington y nueve voluntarios con plaquetas normales se administraron plasma de la paciente con púrpura, ocho de los receptores padecieron trombocitopenia pasajera. La conclusión de Harrington fue que un factor existente en el plasma de la paciente con púrpura trombocitopénica inmunitaria era la causa de la trombocitopenia.1 La demostración definitiva proporcionada por Leeuven en 1982 describe que una IgG es generada en pacientes con púrpura trombocitopénica inmunitaria y luego es fijada a los complejos GPIIb/IIIa y GPIb/IX de las plaquetas. Además, se demostró que esos anticuerpos presentes en el plasma de los pacientes afectan no sólo a las plaquetas, sino también a los megacariocitos, con diminución y defectos en la maduración.2 Se sabe que en 30 a 40% de los pacientes con trombocitopenia inmunitaria no se detectan autoanticuerpos plaquetarios, lo que sugiere que existen mecanismos alternos en la destrucción de las plaquetas.3 Nuevos adelantos en la patogénesis de la trombocitopenia inmunitaria indican una desregulación de la respuesta inmunitaria en las células T, que puede jugar un papel primario en la trombocitopenia inmunitaria primaria y posiblemente en otras enfermedades inflamatorias y autoinmunitarias.4 El o los eventos que inician el descontrol inmunitario persiste sin ser aclarado; es posible que factores genéticos participen en combinación con factores adquiridos. Es claro que en los niños la trombocitopenia inmunitaria frecuentemente sobreviene después de una infección viral o bacteriana y la trombocitopenia se alivia espontáneamente en los primeros seis meses del diagnóstico; sin embargo, 10% de estos niños progresa a una forma crónica, predominantemente encontrada en los adultos con trombocitopenia inmunitaria primaria, con mayor afectación en mujeres que en hombres.5 El común denominador es un defecto inmunitario subyacente en ambos grupos, pero es posible que un mecanismo fisiopatológico pudiera ser diferente.6 Otras diferencias habituales de la trombocitopenia inmunitaria primaria entre los niños y los adultos son: en los adultos es de aparición más insidiosa que súbita, por lo general no existe una infección reciente previa a la aparición de la trombocitopenia; las respuestas clínicas ocurren en alrededor de 60% con inmunosupresores, a diferencia de las respuestas en los niños, la mayoría de ellos responde adecuadamente a la prednisona. En las Figuras 1 y 2 propongo las diferentes características en cada grupo de edad. Las células Tregs pueden estar activadas por efecto del factor de necrosis de transformación beta 1 (TGF-b1) y tiene la capacidad potencial de suprimir la proliferación de las células B y la producción de anticuerpos. Se ha visto la asociación de la concentración aumentada de TGF-b1 con la remisión de la trombocitopenia inmunitaria primaria, mientras que con la enfermedad activa se encontró disminución del TGF-b1.7 Lo anterior sugiere que la activación y la cantidad de las células Tregs son moduladas por la existencia del TGF-b1. De cualquier manera se nota un equilibrio de las citocinas derivadas de las células Th1 proinflamatorias (IL-2, interferón g y el factor de necrosis tumoral [TNF]-b con las citocinas antiinflamatorias derivadas de las células Th2 (IL-4, IL-5, IL-6 e IL-10). La activación de la trombocitopenia 143 Revista de Hematología Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 Ag Aguda Autolimitada Responde a inmunosupresores en 80% infección viral Ag MCH-II dendrita MCH-I LTC CDB Alteración pasajera de las células Treg Plaquetas Mimetismo molecular Ac LT macrófago CD4 LB C plasmática Clonas T y B de memoria Figura 1. Síndrome trombocitopénico inmunitario en niños. Se observa cómo un antígeno (Ag) ingresa al organismo, que puede tener uno de dos escenarios (o quizá ambos): en el primer escenario, el antígeno es eliminado por una vía rápida detectado por células con complejo mayor de histocompatibilidad del tipo I (MCH-I); en este caso los pacientes no sufren trombocitopenia, pero sí muestran una alteración pasajera de las células T reguladoras (Treg); éstas pueden inducir la activación de las células T citotóxicas y estimular linfocitos B (LB). O, bien, en el segundo escenario, el antígeno es presentado por las células dendríticas, macrófagos y linfocitos B, induciendo la activación de linfocitos T CD4+ (LT CD4+), guardando la memoria del antígeno presentado. Las células plasmáticas elaboran el anticuerpo (Ac) específico y, si existe un mimetismo molecular con una o varias proteínas de la superficie de las plaquetas, ocurre la impregnación de los anticuerpos en ellas y luego su fagocitosis por sistema monocito-macrófago. En esta situación entra en juego un mecanismo inmunitario, en donde creo que interviene un equilibrio entre la tolerancia y la reacción autoinmunitaria, posiblemente orquestado por las células T reguladoras. La mayoría de los niños con trombocitopenia inmunitaria primara se alivia con o sin tratamiento inmunosupresor. inmunitaria se asocia con las citocinas proinflamatorias y la remisión de la enfermedad con el aumento de las citocinas antiinflamatorias.8 Las células Tregs son un pequeño subgrupo de células T CD4+ que juegan un papel vital en establecer y mantener autotolerancia.9 Se piensa que el desarrollo aberrante o disfunción de esas 144 Clonas T y B Insidiosa de memoria Responde a inmunodepresores Recrudece la inmunogenicidad en 20% Origen incierto Desajuste Prónostico incierto inmunológico LTH1, IL-2, IL-8 BCL-2 LTH2, IL-4 MCH-II dendrita macrófago LT CD4 LB Defecto de las Treg Plaquetas Mimetismo Ac C plasmática molecular Clonas T y B de memoria Figura 2. Síndrome trombocitopénico inmunitario en adultos. La trombocitopenia inmunitaria primara en el adulto ocurre de manera insidiosa y la respuesta a los inmunosupresores es menor de 60%; incluso en los pacientes que se someten a esplenectomía las plaquetas se normalizan en 60% de los casos. Es posible que ocurra permanentemente la disminución y alteración en la actividad de las células Treg, a diferencia de los niños con trombocitopenia inmunitaria primara, en quienes estas células pudieran experimentar pasajeramente disminución de su actividad y su cantidad. Además, en teoría, el adulto lleva más años de exposición a los antígenos del medio ambiente y, por ello, ya no es evidente una infección reciente como iniciador de la trombocitopenia, sino que entran en juego las células B y T de memoria condicionando la formación de anticuerpos y recrudeciendo la inmunogenicidad, con desajuste inmunológico (elevación de las células TH1 [LTH1], interleucinas 2 [IL-2], 8 [IL-8] y BCL-2 y disminución de las células TH2 [LTH2] e interleucina 4 [IL-4]). células es el principal defecto subyacente en la mayor parte de las enfermedades autoinmunitarias órgano-específicas y se sabe que esos defectos ocurren en los pacientes con trombocitopenia inmunitaria primaria.10 De manera interesante, los pacientes con trombocitopenia inmunitaria primaria que responden a los tratamientos como prednisona, dexametasona, IgIV Ron-Guerrero CS. Trombocitopenia inmunitaria en niños y adultos o rituximab, muestran incremento en el número de las células Tregs y restauración de su función supresora.11 Las implicaciones de las células B en las respuestas inmunitarias en pacientes con trombocitopenia inmunitaria podrían ser variadas; en algunos enfermos se han encontrado anticuerpos contra múltiples antígenos plaquetarios, los diferentes epítopes reconocidos por los autoanticuerpos plaquetarios son de interés porque algunos pueden estimular los anticuerpos que opsonizan y remueven las plaquetas por fagocitosis mediadas por los receptores Fcg, inactivarlas funcionalmente o ambas. El equilibrio de esos eventos puede tener influencia en las manifestaciones clínicas y en el hecho de que algunos pacientes con trombocitopenia inmunitaria sangran y otros no.12,13 Se ha documentado que los anticuerpos antiplaquetarios en pacientes con trombocitopenia inmunitaria primaria generalmente son producidos por un número limitado de células B (posiblemente clonas restringidas). Al analizar este aspecto, parece que las anormalidades de las células B en pacientes con trombocitopenia inmunitaria primaria son consistentes con la activación y expansión clonal u oligoclonal bajo la influencia de células Th.14 Las implicaciones genéticas en la patogénesis de la trombocitopenia inmunitaria primaria están en investigación y algunos estudios de niños afectados arrojan datos que han sido definitivos: mostraron dos genes FcgR de baja afinidad (FCGR3A y FCGR3B) y dos genes de citocinas proinflamatorias (TNF y linfotoxina A) que podrían contribuir en la patogénesis de la trombocitopenia inmunitaria primaria en niños.15 Además, en niños con trombocitopenia inmunitaria primaria crónica se ha encontrado con más frecuencia un fenotipo de TNF-b(+252)G/G, en comparación con los controles.16 Esos datos sugieren que el polimorfismo TNF-b puede contribuir a la aparición de trombocitopenia inmunitaria primaria por el control de la activación y maduración de las células B. Hace poco una sustancia, vanin-1, se identificó como marcador potencial para predecir si un niño recientemente diagnosticado con trombocitopenia inmunitaria primaria está en un momento previo a la cronicidad.17 La influencia del medio ambiente en niños con trombocitopenia inmunitaria primaria es evidente por la asociación de alguna infección viral, casi siempre en un periodo de dos a tres semanas previas a la trombocitopenia, tiempo en que se desarrollan los anticuerpos virales, los mismos que hacen mimetismo con los antígenos plaquetarios. La trombocitopenia inmunitaria frecuentemente se asocia con el virus de la hepatitis C (VHC), virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus de Epstein-Barr. Además, existe evidencia de la relación de la trombocitopenia inmunitaria con la infección por Helicobacter pylori, lo que provoca también un mimetismo molecular con los antígenos de la bacteria y los antígenos plaquetarios.18 Hace poco se reportó que algunos pacientes que sufrieron infección por el virus del dengue padecieron trombocitopenia persistente semejante a los pacientes con trombocitopenia inmunitaria primaria; se asume que los antígenos proteicos NS-1 virales del dengue generan anticuerpos, los mismos que reaccionan con los antígenos de las plaquetas.19 A lo largo de mi práctica profesional durante 30 años he aprendido que la trombocitopenia inmunitaria primaria del niño y del adulto puede ser la misma enfermedad pero con escenarios diferentes. Las respuestas del organismo debidas a los diferentes antígenos expuestos a las diferentes células del sistema inmunitario son una condición natural, con lo que se mantiene la 145 Revista de Hematología capacidad de identificar lo propio de lo ajeno. Opino que… Las respuestas ideales serían las específicas para el antígeno invasor, la eliminación del mismo, con respuesta limitada y hasta cierto punto tolerante. Estas características son evidentes en pacientes que en su mayoría son niños, en quienes no existe prolongación de la trombocitopenia, que con o sin tratamiento tienen limitación de la enfermedad, pero que en ellos se generó una memoria inmunológica. Esto no ocurre en los adultos, en los que las respuestas de los tratamientos se ven reducidas, objetando una “intolerancia” permanente del sistema inmunitario ante la exposición del antígeno, el antígeno presentado en la edad infantil y que provocó el desajuste funcional de las células Tregs y la expansión clonal de las células de memoria. De tal manera que cuando vuelve a presentarse ese mismo antígeno, ahora en edad adulta, y entra en contacto con las células inmunitarias, sobreviene nuevamente la trombocitopenia, pero ya no existe tolerancia por parte del sistema inmunológico, lo que perpetúa la eliminación de las plaquetas. Esto explica, en parte, las mejorías inconsistentes con los diferentes esquemas de tratamiento. Asimismo, opino que el antígeno que desencadenó la formación de anticuerpos específicos con mimetismo de los antígenos plaquetarios persiste en el medio ambiente perpetuando el mecanismo inmunitario sobre un sistema inmunológico intolerante. CONCLUSIONES La trombocitopenia inmunitaria en los niños es una respuesta natural inmunológica, intolerante pero limitada (sin desajuste de las células Tregs), a menos que exista una predisposición genética (FCGR3A, FCGR3B y dos citocinas proinflamatorias TNF y linfotoxina A); entonces esta minoría de niños tendrán intolerancia prolongada o constante (desajuste permanente de las células Tregs). 146 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 En los adultos creo que el medio ambiente con su constante bombardeo de antígenos, muchos de ellos previamente presentados y procesados en edad infantil, logra provocar un desajuste en las células Tregs (intolerancia inmunológica permanente), lo que condiciona una trombocitopenia de inicio insidioso, sin evidencia de un patrón infeccioso asociado, con respuestas terapéuticas inconsistentes y menor éxito en la remisión de la enfermedad. Agradecimientos Agradezco a los doctores José Rodríguez Carrillo y Esperanza Barrera Chairez por sus sugerencias en el desarrollo de este escrito científico. REFERENCIAS 1. Harrington WJ, Minnich V, Hollingsworth JW, Moore CV, Demonstration of a thrombocytopenic factor in the blood of patients with thrombocytopenic purpura. J Lab Clin Med 1951;38:1-10. 2. Kühne T. History of the pathogenesis of ITP. En: Kühne T, editor. Immune thrombocytopenia (PTI). 2nd ed. London, Boston: UNI-MED Verlag AG, 2013;20. 3. McMillian R. The pathogenesis of chronic immune (idiopathic) thrombocytopenia. Sem Hematol 2000;37:5-9. 4. Semple JW, Milev Y, Cosgrave D, et al. Differences in serum cytokine levels in acute and chronic autoimmune thrombocytopenic purpura: Relationship to platelet phenotype and antiplatelet T-Cell reactivity. Blood 1996;87:4245-4254. 5. Rodeghiero F, Stasi R, Gernsheimer T, et al. Standardization of terminology, definitions and outcome criteria in immune thrombocytopenic purpura of adults and children: report from an international working group. Blood 2009;113:2386-2393. 6. Semple JW. T cell and cytokine abnormalities in patients with autoimmune thrombocytopenic purpura. Transfus Apher Sci 2003;28:237-242. 7. Anderson PO, Stockelberg D, Jacobsson S, Wadenvik H. Transforming growth factor β1-mediated by stander immune suppression could be associated with remission of chronic idiopathic thrombocytopenic purpura. Ann Haematol 2000;79:507-513. 8. Mosmann TR, Coffman RL. Th1y Th2 cells: different patters of lymphokine secretion lead to different functional properties. Annu Rev Immunol 1989;7:145-173. 9. Sakaguchi S, Sakaguchi N, Asano M, et al. Immunologic self-tolerance maintained by activated T cells expressing Ron-Guerrero CS. Trombocitopenia inmunitaria en niños y adultos IL-2 receptor receptor alpha-chains (CD25). Breakdown of a single mechanism of self-tolerance causes various autoimmune diseases. J Immunol 1995;155:1151-1164. 10. Sakakura M, Wada H, Tawara I, et al. Reduced CD4+ CD25+ Tcells in patient with idiopathic thrombocytopenic purpura. Thromb Res 2007;120:187-193. 11. Li N, Mou W, Lu G, et al. Low-dose rituximab combined with short-term glucocorticoid up-regulates Tregs cell levels in patients with immune thrombocytopenia. In J Hematol 2011;93:91-98. 12. Van Leeuwen EF, van der Ven TJ, Engelfriet CP, von dem Borne AE. Specifity of autoantiobodies in autoimmune thrombocytopenia. Blood 1982;59:23-26. 13. He R, Reid MD, Jones CE, Shulman NR. Spectroum of Ig classes, specificities, and titers of serum antiglycoproteins in chronic idiopathic thrombocytopenic purpura. Blood 1994;83:1024-1032. 14. Van der Harst D, de Jong D, Limpens J, et al. Clonal B cell populations in patients with idiopathic thrombocytopenic purpura. Blood 1990;76:2321-2326. 15. Foster CB, Zhu S, Erichsen HC, et al. Polymorphisms in inflammatory cytokines and Fcgamma receptors in childhood chronic immune thrombocytopenic purpura: a pilot study. Br J Haematol 2001;113:596-599. 16. Satoh T, Pandey JP, Okazaki Y, et al. Single nucleotide polymorphisms of the inflammatory cytokines genes in adults with chronic immune thrombocytopenic purpura. Haematol 2004;124:796-801. 17. Shang B, Lo C, Shen L, et al. The role of vanin-1 and oxidative stress-related pathways in distinguishing acute and chronic pediatric ITP. Blood 2011;117:4569-4579. 18. Staci R, Sarpatwari A, Segal JB, et al. Effects of eradication of Helicobacter pylori infections in patients with immune thrombocytopenic purpura: a systemic review. Blood 2009;113:1231-1240. 19. Ron-Guerrero CS, Barrera-Chairez E, Ron-Magaña AL, Razón-Gutiérrez JE. Trombocitopenia persistente parecida a púrpura trombocitopénica idiopática asociada al dengue hemorrágico: informe de tres casos. Rev Hematol Mex 2013;14:86-90. 147 Artículo especial Rev Hematol Mex 2014;15:148-151. Lo mejor del 19º Congreso Europeo de Hematología 2014 (Highlights) The best of the 19th European Congress of Hematology 2014 (Highlights) Luis Villela Jessica Herrera-Gamboa Oscar Fajardo-Ramírez José A Hernández-Hernández Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey. Grupo de Investigación Traslacional en Hematología y Cáncer. INTRODUCCIÓN Sin lugar a dudas, cuando uno intenta traducir la palabra “highlight” puede tener diferentes significados como: “resaltar, recalcar, parte de lo más memorable”, incluso “plato fuerte”. Este año el Congreso Europeo de Hematología (EHA por sus siglas en inglés) se celebró en la ciudad de Milán, Italia, y su programa académico incluyó múltiples (miles) resúmenes o “abstracts” en presentación en cartel u oral. Sin embargo, quiero hacer notar que los mejores resúmenes se presentaron en el simposio presidencial. Estos resúmenes fueron seis en total, pero son tres los que a mi juicio tendrán repercusiones muy pronto en la clínica. Uno de ellos es acerca de leucemias agudas y dos de leucemias crónicas de estirpe linfoide, dos entidades cuyo tratamiento ha tenido poco avance en los últimos 20 años. Es así como dividiré estos “highlights” (lo mejor) e intentaré resumir lo más importante de cada una de estas tres presentaciones y dar mi punto de vista como hematólogo mexicano con una minirrevisión. Recibido: 27 de junio 2014 Aceptado: 18 de julio 2014 Lo mejor en leucemias agudas En este apartado se presentó el trabajo titulado “A single oncogenic enhancer-rearrangement causes concomitant EVI1 and GATA2 deregulation in leukemia” del Dr. Stefan Gröschel del Departamento de Hematología de la Universidad Erasmus. El objetivo del trabajo fue identificar los elementos reguladores que afectan los rearreglos cromosómicos en el rearreglo cromosómico 3q21q26 con la sobreexpresión funcional del gen EVI1. 148 Correspondencia: Dr. Luis Villela Ignacio Morones Prieto 3000 poniente Edificio CITES, 3er piso Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey [email protected] Este artículo debe citarse como Villela L, Herrera-Gamboa J, Fajardo-Ramírez O, Hernández-Hernández JA. Lo mejor del 19º Congreso Europeo de Hematología 2014 (Highlights). Rev Hematol Mex 2014;15:148-151. www.nietoeditores.com.mx Villela L y col. 19º Congreso Europeo de Hematología Es decir, cómo algunos rearreglos genómicos pueden ser la causa u origen de las leucemias agudas. En resumen, el Dr. Gröschel secuenció por completo las regiones del 3q21q26 y obtuvo el perfil transcripcional por secuenciación de ARN (ácido ribonucleico) de 41 pacientes y líneas celulares con leucemia mieloide aguda de novo, que tenían una inv3 o t(3;3). La observación clave hecha por el Dr. Gröschel se basa en una región libre de rotura de uso 18 kb que no implicaba al gen RPN1, por tanto, su hipótesis fue que hay genes potenciadores fuera de la lesión cromosómica que aumentaban la sobreexpresión del gen EVI1, el gen potenciador se identificó como GATA2. De manera interesante, el gen GATA2 podía regularse de manera negativa y, por tanto, bloquear la sobreexpresión de EVI1 a través de inhibidores de proteínas del bromodominio y familia del dominio extraterminal o BET por sus siglas en inglés de bromodomain and extraterminal domain family. Las proteínas del bromodominio tienen la particularidad de reconocer residuos de lisina monoacetilados; este requisito es indispensable para la asociación histona-proteína y remodelaje cromatínico. Son 61 proteínas las que pertenecen al bromodominio y las más importantes son las BET.1 La importancia clínica radica en dos aspectos: primero, que pacientes con sobreexpresión a EVI1 tienen mala respuesta a la quimioterapia y que son entidades bien reconocidas por la Organización Mundial de la Salud como un subgrupo clasificado.2,3 Segundo, que los inhibidores de BET o inhibidores de bromodominios pueden ser tratamientos dirigidos a un blanco específico (como sería GATA2) y, por tanto, los pacientes que tuvieran esta lesión cromosómica tendrán una posibilidad de tratamiento. Este resumen ya se publicó recientemente en la revista Cell.4 Lo mejor en leucemias crónicas En este apartado se presentaron dos trabajos: El primero de ellos, en relación con la leucemia linfocítica crónica, se tituló “Randomized comparison of ibrutinib versus ofatumumab in previously treated chronic lymphocytic leukemia/ small lymphocytic lymphoma: Results from the phase III PCYC-1112 RESONATE™ trial”, por el Dr. Hillmen. El objetivo principal del estudio fue evaluar la duración de la supervivencia libre de progresión y el objetivo secundario fue evaluar el porcentaje actuarial de supervivencia global y su duración en un grupo de 391 pacientes de mal pronóstico y enfermedad progresiva. Los resultados fueron muy interesantes, porque con una mediana de 9.4 meses de seguimiento el objetivo primario (duración de la supervivencia libre de progresión) favoreció al grupo de la rama de ibrutinib, donde la mediana de esa duración no se ha alcanzado y a los seis meses el porcentaje actuarial del grupo que recibió ibrutinib fue de 88%, comparado con el grupo que recibió ofatumumab, donde la mediana de duración fue de 8.1 meses (índice de riesgo 0.22, p<0.001). A 12 meses la supervivencia global en la rama de ibrutinib fue de 90% vs 81% en la rama de ofatumumab (p<0.005). El índice global de respuesta en este subtipo de pacientes fue mayor en el grupo de ibrutinib que en los que recibieron ofatumumab (42.6 vs 4.1%, p<0.001). Lo interesante de este estudio es que al analizar por grupos de riesgo, la eliminación del cromosoma 17p y los resistentes a purinas respondieron muy bien a ibrutinib. Los efectos adversos hematológicos en el grupo de ibrutinib grados 3 y 4 fueron: anemia (5%), neutropenia (16%) y trombocitopenia (6%), mientras que los no hematológicos fueron de tipo infeccioso, como neumonías asociadas (7%) o infecciones del sistema urinario, seguidos de diarrea en 4%. En el grupo de ofatumumab los efectos adversos hematológicos grados 3 y 4 fueron: anemia (17%), neutropenia (15%) y trombocitopenia (12%) y los no hematológicos fueron: diarrea (18%), fatiga (30%), náusea (18%), pirexia (15%), tos (23%), disnea (10%), neuropatía periférica (13%), sudores nocturnos (13%) y reacción asociada con la infusión (18%). También se reportó un incremento temporal en el conteo de 149 Revista de Hematología linfocitos periféricos. En conclusión, los autores comentan que la administración de ibrutinib en pacientes en riesgo alto mejora la supervivencia libre de progresión, la supervivencia global y la respuesta global en pacientes con diagnóstico de leucemia linfocítica crónica-linfoma linfocítico. Este resumen ya se publicó en la revista New England Journal of Medicine del mes de julio.5 Es importante señalar que, a pesar de que la leucemia linfocítica crónica es una enfermedad no muy frecuente en México, la evolución de las leucemias linfocíticas crónicas mexicanas es similar a la de otros países, donde los grupos en riesgo alto y los pacientes con resistencia o recaída tienen pocas posibilidades de responder a los tratamiento que teníamos hasta la incursión del ibrutinib. El ibrutinib es un inhibidor de tirocincinasa y, específicamente de la tirosincinasa de Bruton o BTK. BTK ha demostrado tener efecto en neoplasias linfoides de estirpe B que utilizan la vía del receptor de célula B o BCR para incrementar sus funciones proliferativas e inhibitorias de apoptosis con lo que confieren mecanismo de quimiorresistencia cuando este receptor es estimulado de manera crónica y se activan cinasas (LYN, SYK y PI3K) o fosfatasas (SHIP-1, SHP-1 y PTEN), incluso micro ARNs.6 Sin embargo, como muchos de los fármacos que inhiben dianas específicas, empiezan a surgir mutaciones que confieren quimiorresistencia al ibrutinib, como ya se ha reportado y, por tanto, deben tenerse en mente y vigilar antes y durante la administración de ibrutinib; incluso hay reportes de mutaciones no aleatorizadas que son recurrentes al administrar ibrutinib, como la región del BTK y PLCG2.7,8 El segundo resumen que se presentó en el simposio presidencial se tituló “Vemurafenib is safe and highly active in hairy cell leukemia patients refractory to or relapsed after purine analogs: A phase 2 Italian clinical Trial”, del autor Dr. Enrico Tiacci de la Universidad de Perugia. Debemos recordar que la leucemia de células peludas es 150 Volumen 15, Núm. 3, julio-septiembre 2014 sensible a los análogos de las purinas, pero desafortunadamente 40% de los pacientes recaerán y serán más resistentes a estos análogos de las purinas con el costo para el paciente de toxicidad hematológica e inmunosupresión. Hace poco el mismo Tiacci reportó que la leucemia de células peludas expresa en el 100% de los casos la mutación BRAF-V600E.9 Esa mutación se describió en primera instancia en melanoma y se desarrolló un inhibidor específico de esta mutación de nombre vemurafenib.10 Por tanto, los autores desarrollaron un estudio fase 2 para utilizar el inhibidor específico vemurafenib como tratamiento de rescate en pacientes con leucemia de células peludas resistentes a análogos de las purinas. El vemurafenib se administró a dosis de 960 mg dos veces al día por un periodo de 16 semanas. El objetivo principal fue evaluar la eficacia y seguridad del vemurafenib en este subtipo de pacientes. Los resultados mostrados por los autores fueron de muy buena tolerancia y los efectos adversos vistos con mayor frecuencia fueron artralgias, toxicidad cutánea como exantema y pancreatitis, todos ellos reversibles al suspender el fármaco, sólo 23% tuvo toxicidad grado 3 y ninguno grado 4. No se reportó ningún caso de mielosupresión, tampoco se observaron casos de queratoacantomas o de carcinomas escamosos, como los que se observaron en los melanomas tratados con vemurafenib en otros trabajos. El índice global de respuesta fue de 96% con 34.6% de respuestas completas y 61.4% de respuestas parciales, la mediana del tiempo de respuesta fue de ocho a nueve semanas, respectivamente. La enfermedad mínima residual en los pacientes con respuesta completa fue menor a 10% al finalizar el tratamiento. El 78% de los casos sostuvo una respuesta completa hematológica de nueve meses de duración. En conclusión, los autores afirmaron que el vemurafenib es un tratamiento oral efectivo y seguro en pacientes con leucemia de células peludas de mal pronóstico y sugieren que para incrementar y alargar el tiempo de respuesta el vemurafenib debe combinarse con otros fármacos inhibidores de Villela L y col. 19º Congreso Europeo de Hematología dianas específicas, ya sea un inhibidor de BTK o MAPK (proteincinasas activadas por mitógenos). A pesar del alto índice de respuesta del vemurafenib en pacientes con leucemia de células peludas resistentes a análogos de la purina, ésta es transitoria y de menos de un año, pero, por su efecto positivo con toxicidad tratable, está justificado probarlo en combinación con otros medicamentos quimioterápicos o de blanco molecular, sean pequeñas moléculas o anticuerpos. Otros autores sugieren también la asociación con otros medicamentos, como anti-CD22 conjugados o los clásicos anticuerpos anti-CD20.11 Estas especulaciones tienen sustento científico, pero no se han probado aún en estudios clínicos controlados y con distribución al azar y es una invitación a centros de concentración en nuestro país para crear y desarrollar estudios de impacto. En resumen, iniciará una nueva era de tratamientos de enfermedades en las que no había habido avances. Espero que pronto empecemos a ver modificaciones al clásico “7+3” en leucemias mieloides agudas, o modificaciones al FCR (combinación de fludarabina, ciclofosfamida y rituximab) para el tratamiento de leucemias linfoides crónicas e incluso nuevos esquemas de tratamiento contra la leucemia de células peludas que, aun cuando son poco frecuentes, existen y, sin lugar a dudas, alguna vez nos tocó tratar alguna. REFERENCIAS 1. Zeng L, Zhou MM. Bromodomain: an acetyl-lysine binding domain. FEBS Lett 2002;513:124-128. 2. Poppe B, Dastugue N, Vandesompele J, et al. EVI1 is consistently expressed as principal transcript in common and rare recurrent 3q26 rearrangements. Genes Chromosomes Cancer 2006;45:349-356. 3. Vardiman JW, Thiele J, Arber DA, et al. The 2008 revision of the World Health Organization (WHO) classification of myeloid neoplasms and acute leukemia: rationale and important changes. Blood 2009;114:937-951. 4. Gröschel S, Sanders MA, Hoogenboezem R, et al. A single oncogenic enhancer rearrangement causes concomitant EVI1 and GATA2 deregulation in leukemia. Cell 2014;157:369-381. 5. Byrd JC, Brown JR, O’Brien S, et al. Ibrutinib versus ofatumumab in previously treated chronic lymphoid leukemia. N Engl J Med 2014;371:213-223. 6. Seda V, Mraz M. B cell receptor (BCR) signaling and its crosstalk with other pathways in normal and malignant cells. Eur J Haematol 2014 Aug 1. doi: 10.1111/ejh.12427. 7. Woyach JA, Furman RR, Liu TM, et al. Resistance mechanisms for the Bruton’s tyrosine kinase inhibitor ibrutinib. N Engl J Med 2014;370:2286-2294. 8. [No authors listed]. Recurrent BTK and PLCG2 mutations confer ibrutinib resistance. Cancer Discov 2014;4:866. doi: 10.1158/2159-8290.CD-RW2014-128. Epub 2014 Jun 12. 9. Tiacci E, Trifonov V, Schiavoni G, et al. BRAF mutations in hairy-cell leukemia. N Engl J Med 2011;364:2305-2315. 10. Kim G, McKee AE, Ning YM, et al. FDA Approval Summary: Vemurafenib for treatment of unresectable or metastatic melanoma with the BRAF V600E mutation. Clin Cancer Res 2014 Aug 5. pii: clincanres.0776.2014. 11. Jain P, Pemmaraju N, Ravandi F. Update on the biology and treatment options for hairy cell leukemia. Curr Treat Options Oncol 2014;15:187-209. 151 Carta al editor Rev Hematol Mex 2014;15:152. Por medio de la presente, nos dirigimos a Ud. a fin de solicitarle se incluya la siguiente información con respecto al trabajo “Formación en trasplante de células progenitoras hematopoyéticas en América Latina: estado actual.” Grupo Latinoamericano de Trasplante de Médula Ósea (LABMT). Sotomayor Cristián, Seber Adriana, Bonfim Carmem, Bouzas Luis, Bujan Willem, Daudt Liane, Gómez Almaguer David, et al., publicado en la Revista Mexicana de Hematología, volumen 15, número 2, abril-junio 2014. En primer lugar felicitamos a los autores y compartimos plenamente las conclusiones de los mismos. Latinoamérica se encuentra en condiciones de formar a sus propios especialistas. En segundo lugar debemos señalar que Uruguay no llegó a asistir a las reuniones iniciales del Grupo Latinoamericano de Trasplante de Médula Ósea, por lo que no accedimos al cuestionario base que dio lugar a este estudio. En nuestro país el Título de Especialista en Hematología es otorgado por la Cátedra de Hematología, Facultad Institución/Multicéntrico Contacto Cátedra de Hematología (Asociación Española, HospiDra. Lilián Díaz, tal Británico, Hospital Maciel, Dra. Cecilia Guillermo Servicio Médico Integral, [email protected] Hospital Pereira Rossel) de Medicina, Universidad de la República, cuya catedrática es actualmente la Prof. Dra. Lilian Díaz. En 2008 la Prof. Dra. Martha Nese impulsó desde la Cátedra de Hematología, el Diploma en Profundización en Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos, que se dicta efectivamente desde 2012. Se trata de un programa de capacitación multicéntrico, coordinado por la Cátedra de Hematología que organiza la formación teórica y las rotaciones de los estudiantes por los 4 Centros de Trasplante de Médula Ósea de adultos que existen en el país y por el Centro Pediátrico, si es de interés del participante. Por lo tanto, el número y tipo de trasplantes a los que se asiste son los que se realizan a nivel nacional, unos 100/año (autólogos, alogénicos relacionados y no relacionados y recientemente haploidénticos en pediatría): tiene una duración de tres semestres (un año y medio), previo curso introductorio de tres meses y prueba de selección. El programa no tiene costo, dado que se inscribe en el contexto de la Universidad de la República, pública y gratuita. El contacto con el programa es el mail de la Cátedra: [email protected]. Tipos de TPH Auto/DFC/DnF/haplo TPH por año Programa 100 18 meses Costo Becas No No Muchas gracias por la oportunidad de agregar nuestros datos. Prof. Agda. Dra. Cecilia Guillermo Prof. Agda. Dra. Mariana Stevenazzi Prof. Dra. Lilian Díaz Cátedra de Hematología (Asociación Española, Hospital Británico, Hospital Maciel, Servicio Médico Integral, Hospital Pereira Rossel) 152 www.nietoeditores.com.mx Normas para autores Los manuscritos deben elaborarse siguiendo las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (N Engl J Med 1997;336:309-15) y se ajustan a las siguientes normas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. El texto debe enviarse por correo electrónico a la atención del Editor: [email protected]. Las secciones se ordenan de la siguiente manera: autores, adscripciones, dirección para envío de correspondencia al editor La extensión máxima de los originales será de 15 hojas, de los casos clínicos 8 hojas y cuatro figuras o cuadros. Las revisiones no excederán 15 hojas. Si todos los autores pertenecen a servicios diferentes pero a una misma institución el nombre de ésta se pondrá una sola vez y al final. La identificación de los autores deberá hacerse con números en superíndice. Todo el material gráfico (cuadros, figuras y fotografías) deberá ser de calidad (nitidez y enfoque) para que su reproducción sea excelente. Se recomienda incluir todo tipo de ilustración enseguida de las referencias bibliográficas. Las gráficas, dibujos y otras ilustraciones deben dibujarse profe sionalmente o elaborarse con un programa de cómputo y adjuntarlas al mismo archivo del texto. Los cuadros (y no tablas) deberán numerarse con caracteres arábigos. Cada uno deberá tener un título breve; al pie del mismo se incluirán las notas explicativas que aclaren las abreviaturas poco conocidas. No se usarán líneas horizontales o verticales internas. Todos los cuadros deberán citarse en el texto. Tipo de artículos: la revista publica artículos originales en el área de investigación clínica o de laboratorio, editoriales, artículos de revisión, biotecnología, comunicación de casos y cartas al editor. Se reciben artículos en los idiomas español e inglés. Resumen no mayor de 250 palabras, y deberá estar estructurado en antecedentes, material y método, resulta dos y conclusiones. Con esta estructura se deberán enunciar claramente los propósitos, procedimientos básicos, metodología, principales hallazgos (datos concretos y su relevancia estadística), así como las conclusiones más relevantes. Al final del resumen proporcionarán de 3 a 10 palabras o frases clave. Enseguida se incluirá un resumen (abstract) en inglés. 9. Abstract. Es una traducción correcta del resumen al inglés. 10. Texto. Deberá contener antecedentes, material y métodos, resultados y discusión, si se tratara de un artículo experimental o de observación. Otro tipo de artículos, como comunicación de casos, artículos de revi sión y editoriales no utilizarán este formato. a) Introducción. Exprese brevemente el propósito del artículo. Resuma el fundamento lógico del estudio u observación. Mencione las referencias estrictamente pertinentes, sin hacer una revisión extensa del tema. No incluya datos ni conclusiones del trabajo que está dando a conocer. b) Material y método. Describa claramente la forma de selección de los sujetos observados o que participaron en los experimentos (pacientes o animales de laboratorio, incluidos los testigos). Identifique los métodos, aparatos (nombre y dirección del fabricante entre paréntesis) y procedimientos con detalles suficientes para que otros investigadores puedan reproducir los resultados. Explique brevemente los métodos ya publicados pero que no son bien conocidos, describa los métodos nuevos o sustancialmente modificados, manifestando las razones por las cuales se usaron y evaluando sus limitaciones. Identifique exactamente todos los medicamentos y productos químicos utilizados, con nombres genéricos, dosis y vías de administración. c) Resultados. Preséntelos siguiendo una secuencia lógica. No repita en el texto los datos de los cuadros o figuras; sólo destaque o resuma las observaciones importantes. d) Discusión. Insista en los aspectos nuevos e importantes del estudio. No repita pormenores de los datos u otra información ya presentados en las secciones previas. Explique el significado de los resultados y sus limitaciones, incluidas sus consecuencias para la investigación futura. Establezca el nexo de las conclusiones con los objetivos del estudio y absténgase de hacer afirmaciones generales y extraer conclusiones que carezcan de respaldo. Proponga nueva hipótesis cuando haya justificación para ello. e) Referencias. Numere las referencias consecutivamente siguiendo el orden de aparición en el texto (identifique las referencias en el texto colocando los números en superíndice y sin paréntesis). Cuando la redacción del texto requiera puntuación, la referencia será anotada después de los signos pertinentes. Para referir el nombre de la revista utilizará las abreviaturas que aparecen enlistadas en el número de enero de cada año del Index Medicus. No debe utilizarse el término “comunicación personal”. Sí se permite, en cambio, la expresión “en prensa” cuando se trata de un texto ya aceptado por alguna revista, pero cuando la información provenga de textos enviados a una revista que no los haya aceptado aún, citarse como “observaciones no publicadas”. Se mencionarán todos los autores cuando éstos sean seis o menos, cuando sean más se añadirán las palabras y col. (en caso de autores nacionales) o et al.(si son extranjeros). Si el artículo referido se encuentra en un suplemento, agregará Suppl X entre el volumen y la página inicial. La cita bibliográfica se ordenará de la siguiente forma en caso de revista: Torres BG, García RE, Robles DG y col. Complicaciones tardías de la diabetes mellitus de origen pancreático. Rev Gastroenterol Mex 1992;57:226-229. Si se trata de libros o monografías se referirá de la siguiente forma: Hernández RF. Manual de anatomía. 2ª ed. México: Méndez Cervantes, 1991;120-129. Si se tratara del capítulo de un libro se indicarán el o los autores del capítulo, nombre del mismo, ciudad de la casa editorial, editor del libro, año y páginas. 11. Transmisión de los derechos de autor. Se incluirá con el manuscrito una carta firmada por todos los autores, conteniendo el siguiente párrafo: “El/los abajo firmante/s transfiere/n todos los derechos de autor a la revista, que será propietaria de todo el material remitido para publicación”. Esta cesión tendrá validez sólo en el caso de que el trabajo sea publicado por la revista. No se podrá reproducir ningún material publicado en la revista sin autorización. Revista de Hematología se reserva el derecho de realizar cambios o introducir modificaciones en el estudio en aras de una mejor comprensión del mismo, sin que ello derive en un cambio de su contenido. Los artículos y toda correspondencia relacionada con esta publicación pueden dirigirse al e-mail: [email protected] Author requirements Manuscripts should be made following recommendations of the International Committee of Medical Journal Editors (N Engl J Med 1997;336:30915) and adjusted to the following guidelines: 1. The document printed in letter size (21 × 27 cm) sheets must be delivered, using double-spacing, along with its with corresponding computer disk data and indicating the article’s title on the label, leading author’s name and computer program with version. (e.g., Estrogen and climaterium. Guillermo Martínez. Word 6.0). Sections are ordered in the following form: page title, structured abstract, summary, introduction, materials and methods, results, discussion, references, tables and captions. 3. The maximum extension of originals will be 15 pages, for clinical cases 8 pages, and four for figures or tables. Reviews will not exceed 15 pages. The first page will contain the full title of the article, not exceeding 85 characters, the names of the authors, services or departments and institution(s) they belong to and the leading author’s address. If all the authors belong to different services of the same institution, their name will be mentioned only once at the end. Authors identification should be done superscript Arabic numbers. 4. For identification, each page of the article should have, on the upper left corner, the initial of the name and last name of the leading author, and on the upper right corner, the consecutive page number. 5. All graphic material should be sent in slides, black-and-white, sharp and clearly defined. In the slide frame write in ink the code word to identify the article, the figure number, last name of the leading author and with an arrow the top part of the figure will be marked. If the slide includes material formerly published, it should come with the written authorization of the copyright holder. 6. Graphs, drawings and other illustrations should be professionally drawn or made by computer and attached in the same disk the text writing is, on the label written the program used. 7. Tables (and non-charts) should be numbered with Arabic numbers. Each should have a brief title; the footnotes will include explanatory notes to clarify abbreviations poorly known. Do not use horizontal or vertical inner lines. All tables should be quoted in the text. 8. Type of articles: the journal publishes original articles in the area of clinical or laboratory research, editorials, review articles, biotechnology, case communications and letters to the editor. Articles are received in Spanish and English languages. 9. Summary. The second page will include a summary, no longer than 250 words and will be structured in background, materials and methods, results and conclusions. Following this structure, purposes, basic proceedings, methodology, main outcomes (hard data and statistical significance), and most relevant conclusions. At the end of the summary there will be 3 to 10 keywords or sentences. Following this, an abstract written in English will be provided. 10. Abstract. This is the right translation of the summary to English. 11. Text. Text should contain introduction, materials and methods, results and discussion, if this is an experimental or observational article. Other articles, like case communications, review articles and editorials will not use this format. a) Introduction. Briefly express the purpose of the article. Summarize the logic grounds of the study or observation. Quote only strictly pertinent references, without making a extensive review of the topic. Do not include data or conclusions of the job you are making known. b) Materials and methods. Describe clearly in the selection the way you selected the observed subjects or those who participated in the experiments (patients or laboratory animals, including controls). Identify methods, devices (name and address of the manufacturer in parentheses) and detailed procedures for others to reproduce the results. Briefly explain formerly published methods which are not widely known, describe new or substantially modified methods, manifesting the reasons why you used them and assessing their limitations. Identify every single medication and chemical product used, with generic name, dose and route of administration. c) Results. Present them following in a logical sequence. Do not repeat data from tables or figures within the text; just emphasize or summarize the pertinent observations. d) Discussion. Emphasize new and important aspects of the study. Do not repeat details in the data or other information previously mentioned in other sections. Explain the meaning of the results and their limitations, including their consequences for future research. Establish the connection of the conclusions with the study objectives and refrain from making general statements and making conclusions without support. Suggest a new hypothesis when it is justified. e) References. Number the references consecutively following the appearance order in the text (identify the references within the text with superscript numbers without parentheses). When the text needs punctuation, the reference will be annotated after the pertinent signs. To refer the name of a journal use abbreviations listed every year in the January number of the Index Medicus. The term “personal communication” should not be used. On the other hand, it is allowed to use the expression “in press” when it refers to an already accepted text by some journal, but when the information comes from texts sent to a journal which has not accepted it yet, it should be referred to as “non-published observations”. All authors should be mentioned when there are six or less, when there are more, add the words and cols. (in the case of national authors) or et al. (if foreigners). If the cited article is located in a supplement, add suppl X between the volume and the initial page. In the case of a journal, bibliographic citations will be ordered in this way: Torres BG, García RE, Robles DG et al. Late complications of diabetes mellitus of pancreatic origin. Rev Gastroenterol Mex 1992; 57:226-229. In the case of books or monographs, reference will be: Hernández RF. Anatomy manual. 2nd edition. Mexico: Méndez Cervantes, 1991; 120-129. In the case of a book chapter, indicate the author(s) in the chapter, the name of the chapter, city of the publishing house, the book’s editor, year and pages. 12. Transfer-of-copyright. Along with the manuscript, deliver a letter signed by all the authors, with the following paragraph: “The undersigned author(s) transfer all copyrights to the journal, which will be the holder of all submitted material for publication”. This transfer will be valid only in the case that the journal publishes the paper. No material can be reproduced without the journal’s authorization. 13. We recommend to include citations from Mexican or Latin American authors in the bibliographic references. Hematologia reserves the right to make changes or include modifications in the study in order of better understanding of such, without modifying its content. Articles and all mailing relating with this publication should be addressed to the following e-mail: [email protected] [email protected]