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Artículo principal La evaluación diagnóstica del paciente deprimido Jorge Calle B* Introducción Los pacientes con patología médico-quirúrgica pueden presentar síntomas como irritabilidad, llanto, desesperanza, dificultad para tomar decisiones y anhedonia. Aunque la mayoría de las veces estas manifestaciones son leves y se alivian con la mejoría de la enfermedad de base, algunos casos graves requieren de tratamiento especializado por su impacto negativo sobre: 1. El funcionamiento general. 2. La calidad de vida. 3. La adherencia al tratamiento. 4. La demanda en los servicios de salud, y 5. La morbi-mortalidad. Las consecuencias de pasar por alto el diagnóstico o de hacer un tratamiento incompleto pueden ser funestas, pues aproximadamente un 15% de estos pacientes llegan a cometer suicidio (1). La depresión empeora el pronóstico de la enfermedad médico-quirúrgica. Estos pacientes cuando están deprimidos tienden a pasar más tiempo en cama, presentan una mayor mortalidad (2,3) y hospitalizaciones más prolongadas (4). Cuando los clínicos piensan que los pacientes tienen buenas razones para estar deprimidos, a menudo se abstienen de tratar adecuadamente la depresión. Esta omisión es un error serio, ya que un porcentaje alto (80 a 90%) responde a los tratamientos psiquiátricos convencionales. Epidemiología de Depresión Mayor en pacientes generales Hoy se acepta que en los pacientes con enfermedad médico-quirúrgica la prevalencia de Depresión Mayor es más alta que en la población general. En algunos grupos es superior a 50% (4) y aumenta de acuerdo con la complejidad de la enfermedad general y la discapacidad asociada. En el caso de enfermedades específicas se encuentra lo siguiente: Enfermedad coronaria Los pacientes deprimidos tienen mayor probabilidad de reinfartarse y morir después de un infarto (5). Esto podría plantear que la depresión sea un epifenómeno de la enfermedad arterial, pero suficientes investigaciones han establecido que constituye un factor de riesgo cardíaco independiente (6). Los mecanismos que explican el aumento del riesgo cardiovascular con la depresión son desconocidos. Parece haber múltiples factores biológicos y sociales. Los pacientes postinfarto con depresión se adhieren menos a los programas de ejercicio físico y tienen mayor probabilidad de continuar fumando que los no depresivos (7,8). Cáncer La prevalencia de depresión en pacientes con cáncer varía según el tipo de órgano afectado. Oscila entre el 1% en pacientes con linfoma hasta un 50% en pacientes con cáncer pancreático. En promedio, se estima que los pacientes con cáncer tienen una incidencia del 24% de depresión (6, 8-13). Esta se correlaciona con la prolongación de la hospitalización, pobre funcionamiento, baja calidad de vida, falta de soporte social (10, 14) y pobre control del dolor (15). Infección p.or VIH y SID A SIDA La prevalencia de depresión puede estar aumentada en algunos grupos de pacientes infectados (16). Varios estudios han encontrado una alta prevalencia de depresión en seropositi* Profesor Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. 3 vos homosexuales. Aún se debate si la infección per se aumenta la depresión. Un estudio (17) encontró que la depresión aumentaba justo antes de la aparición del SIDA; mientras otros han encontrado que la depresión tiende a permanecer estable durante toda la progresión de la enfermedad. De cualquier forma, la presencia de depresión puede tener un impacto negativo sobre la progresión de la enfermedad (18,19) pues se plantea que tiene efectos adversos sobre el sistema inmune. Enfermedad de P arkinson (EP) Parkinson La Depresión Mayor aparece en 40-50% de los pacientes con EP (20, 21) convirtiéndola en la manifestación neuropsiquiátrica más común de la enfermedad. Esto empeora el curso de la misma y se asocia con mayor pérdida del lenguaje y de la memoria, (22) además de influir sobre el comportamiento motor (23-24). Muchos especulan que el compromiso motor de la depresión se debe a hipofunción cortical prefrontal que se observa en los estudios imagenológicos. Enfermedad cerebro -vascular cerebro-vascular Un 38% de los pacientes con enfermedad cerebro-vascular, presentan Depresión Mayor asociada. Algunos estudios han encontrado una asociación aumentada cuando las lesiones son izquierdas, pero la polémica al respecto es intensa. Dolor Cuando hay comorbilidad con Depresión Mayor los síntomas dolorosos tienden a exacerbarse (25). La relación entre depresión y dolor sigue siendo motivo de estudio (26). En la mitad de los casos la depresión y el dolor crónico se desarrollan simultáneamente y en un 40% el dolor aparece primero. Se especula que los componentes afectivos son mediados por vías que unen la porción posterior del núcleo talámico ventro-medial al sistema límbico (27). Los neurotrasmisores que más se han asociado con la modulación del dolor, al igual que con la depresión, son la serotonina y la norepinefrina (28). Cambios en las hormonas se xuales asociados con la edad sexuales Los estudios han demostrado que la deficiencia de estrógenos se relaciona directamente con el desarrollo de síntomas depresivos en la post-menopausia y que la terapia estrogénica es un factor protector (29). La correlación entre niveles bajos de estrógenos y depresión es mediada por la serotonina y se sugiere que la baja respuesta de este neurotransmisor en pacientes post-menopausicas puede ser la causa de la vulnerabilidad a los síntomas depresivos y que la terapia estrogénica induce mejoría (29). Subdiagnóstico en el Hospital General Entre 70-90% de los casos de depresión en un hospital general no se diagnostican (2, 30). Cuando los síntomas pueden ser atribuidos a la enfermedad, la probabilidad de hacer el diagnóstico disminuye. Es el caso de la fatiga en el paciente con insuficiencia cardiaca o la pérdida de peso en el paciente con cáncer. Igualmente, los síntomas depresivos se pueden confundir con los efectos colaterales de los medicamentos suministrados (31). Las siguientes son situaciones que dificultan el diagnóstico de depresión en los pacientes médico-quirúrgicos: 1. Los síntomas son considerados "apropiados" para el estado de estrés del paciente. 2. Aún en pacientes que cumplen con los criterios diagnósticos para depresión, la intervención psiquiátrica no se indica, porque se asume que el tratamiento de la enfermedad de base mejorará el padecimiento emocional. 3. Varios de los síntomas depresivos se confunden con la enfermedad de base. 4. Muchos criterios diagnósticos han sido propuestos para comorbilidad depresiva, pero no han sido probados. Para establecer el diagnóstico de depresión se deben resolver las siguientes preguntas: 1. ¿Cuánto influyen los síntomas somáticos en el diagnóstico de depresión? 2. ¿Son útiles los sistemas basados en criterios para esta población? 3. ¿Es conveniente el uso de escalas convencionales en estos pacientes? La enfermedad: un agente estresante Aproximadamente el 70% de los pacientes con un primer episodio depresivo recaen. Hay evidencia que el primer episodio se asocia con agentes estresantes psicosociales mayores y que los episodios depresivos subsiguientes ya no los requieren; es como si una vez ocurrido el primer episodio hubiera quedado abierto el camino para los siguientes (32). Igual que con el síndrome convulsivo, se plantea la teoría del kindling, donde hay una acumulación de estímulos subumbrales que pueden manifestarse como depresión. El estrés juega un papel importante en los pacientes cuyo evento desencadenante es una enfermedad médico-quirúrgica. Moffic y Paykel encontraron que un 75% de los pacientes tuvieron depresión secundaria, sin historia familiar de la misma (34). Estudios en los últimos 15 años han demostrado que agentes estresantes tales como la severidad de la enfermedad, la incapacidad, el dolor y un diagnóstico reciente, afectan significativamente el grado de la depresión. Se conoce que el estrés induce cambios en una variedad de neurotrasmisores, receptores, péptidos y proteínas que pueden ser el paso inicial en una cascada de eventos neurobiológicos de consecuencias duraderas en el organismo. También se activa el sistema de terceros mensajeros que se asocia con cambios subsecuentes en la trascripción de genes. Igualmente es posible que en algunas instancias, las respuestas neurobiológicas a largo plazo puedan ser codificadas no sólo en procesos bioquímicos sino también en los neuroanatómicos. Estudios en ratas sometidas a estrés constante sin posibilidad de evitarlo evidencian que hay cambios a nivel de receptores 5HT2, mientras cuando se le permite la posibilidad de evitarlo los cambios observados revierten. En resumen, hay evidencia que los cambios biológicos resultantes del estrés, pueden llevar a la vía final común de la depresión (32). Para contribuir al diagnóstico diferencial y a su tratamiento, en la Tabla 1 se presenta una comparación de los síntomas depresivos en pacientes médico-quirúrgicos con y sin Depresión Mayor (33). Instrumentos para el diagnóstico Varios instrumentos de tamizaje, de fácil aplicación, han sido desarrollados para ayudar a los clínicos en la detección de depresión en los pacientes médico-quirúrgicos. Estos instrumentos no dependen de los síntomas físicos, por lo cual son muy útiles cuando hay quejas somáticas (34) Entre ellos se destacan: La escala de Koenig: Koenig HG, Blumenthal J, Moore K., New version of brief depression scale. J Am Geriatr Soc 1995; 43(12):1447-8. La encuesta Hospital Anxiety and Depression Scale: Zigmond AS, Sanith RP., The hospital anxiety and depression scale. Acta Psychiatr Scand 1983; 67: 361-370. El General Health Questionnaire. Golberg DP, Hillier VF. A scaled version of the general health questionnaire. Psychological Medicine, 1979;9:139-145. Conclusiones El problema que se plantea al encontrar un paciente médico quirúrgico con sintomatología depresiva es difícil de resolver. Tanto las enfermedades médicas como los medicamentos pueden causar síntomas depresivos indistinguibles de una Depresión Mayor. 5 En condiciones ideales debe intentar removerse los posibles factores causales. Sin embargo, en muchos casos esto no es posible. Queda, entonces, la opción de iniciar un tratamiento antidepresivo de prueba el cual en muchos casos logra que la depresión remita sin que se pueda confirmar claramente la etiología. 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Se siente mal consigo mismo más que con la situación Se siente como una buena persona Duelo (Freud): el autoconcepto está conservado Compromete el auto concepto Ideación suicida Quisiera morir para terminar el sufrimiento Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo miedo a morir) Se considera normal cuando: Ideación suicida recurrente Esta sufriendo demasiado (mala calidad de vida) Intentos suicidas o planes para hacerlo Concepto de muerte apropiada - La opción parece lógica - No hay depresión clínica de base Hipoprosexia El 28% de los pacientes hospitalizados tienen un mini-mental menor de 23. Una leve indecisión es común en los no deprimidos La dificultad de tomar decisiones produce dificultades en el manejo médico Síntomas somáticos y vegetativos Presentes en un 41-81% de pacientes en el hospital general. La severidad de los S. Vegetativos aumenta con la severidad de la depresión y son útiles para el diagnóstico cuando: ·Son al menos moderados en intensidad ·El comienzo coincide con el inicio de la enfermedad ·No son explicables por la enfermedad, tratamiento o son desproporcionados) Agitación o retardo psicomotor 81% de los enfermos tien leve retardo psicomotor Es muy difícil diferenciar los cambios psicomotores en la enfermedad médica de aquellos asociados a la depresión Cambios en el peso o anorexia 58% de pacientes hospitalizados pierden peso. El paciente enfermo no deprimido asocia la anorexia a quimioterapia, enfermedad, medicaciones o a la comida hospitalaria La pérdida de peso debe ser desproporcionada a la enfermedad, tratamiento o ambiente El paciente dice no tener hambre y no sabe explicar por qué. Hace esfuerzo mínimo para comer, aunque sabe que hace parte de su recuperación Cambios en el sueño 51% de pacientes enfermos reportan trastornos del sueño. El no deprimido es capaz de dar una explicación (me despiertan, hay ruido, dolor, etc.) Dificultades para dormir, por preocupaciones excesivas por la enfermedad o el tratamiento Fatigabilidad o pérdida de energía El 77% de pacientes tienen pérdida de energía La fatigabilidad o cansancio no tienen validez para el diagnóstico de depresión en el paciente no psiquiátrico. Depende del tipo de enfermedad médico- quirúrgica 7