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COLEGIO R.R. OBLATAS AL DIVINO AMOR
“Construyendo del Civilización del Amor”
GUIA DIDACTICA N° 1
AREA/ASIGNATURA: FILOSOFIA
GRADO: UNDECIMO
ESTUDIANTE: _____________________________________________ PERIODO: SEGUNDO
LOGRO:
ARGUMENTA LAS CARACTERÍSTICAS SOBRE LA SEMIOLOGÍA Y FILOSOFÍA DEL ARTE POR
MEDIO DE LECTURAS DE APOYO.
INTERPRETATIVO
Soluciona los problemas e hipótesis de la filosofía del arte o Estética
con base en lecturas de imágenes y objetos artísticos
REFERENTE CONCEPTUAL
FILOSOFIA DEL ARTE 1
A diferencia de la estética que es la teoría de lo bello, o de la belleza, tanto natural como
artificial, la filosofía del arte se ocupa más bien de las denominadas «bellas artes». Por
consiguiente se refiere a aquellas obras que el hombre ha creado, en oposición y
distinción de las hechas por la sola naturaleza, y que provocan un sentimiento estético.
Sobre ellas, se puede plantear toda suerte de preguntas propias de la filosofía del arte:
¿en qué consiste una obra de arte? ¿Qué se crea en una obra de arte? ¿Por qué y
cuándo se considera bella una obra artística? ¿Es el arte una expresión de sentimientos?
¿Imita el arte a la naturaleza? ¿Es subjetiva u objetiva la percepción estética?.
Los elementos que la percepción estética valora en una cosa bella son de tipo sensorial,
formal y vital o social. Los elementos sensoriales corresponden a las cualidades sensibles o
a la captación sensible del objeto, que mejor hay que entender como captación
fenoménica del objeto, con lo que se significa que no se aprecian meras cualidades
físicas o materiales, sino vivencias sensoriales de un sujeto. Son elementos sensoriales los
colores, los matices, las texturas del material, la luz, el movimiento, el volumen, etc. Pero el
elemento primordial en el arte es, sin embargo, la forma estética, que no ha de
confundirse con la figura o el perfil o la forma material de un objeto (shape, en inglés), sino
la forma perceptual, la organización global de la percepción, en un sentido muy cercano
a lo que, en psicología, se denomina Gestalt. Las cualidades que ha de poseer la forma
artística. Son materia de discusión y análisis en estética y teoría del arte.
Fundamentalmente se la considera una forma significativa (Clive Bell) que posee, en este
caso, las diversas capacidades del signo: de representar (dentro de la concepción
general de que «el arte imita a la naturaleza»), por lo que hay que tener en cuenta los
elementos miméticos o factores representativos de la realidad; de expresar o comunicar
los sentimientos (dentro de la concepción de que «el arte expresa sentimientos
humanos»). O bien se la juzga bajo el criterio de la unidad: la forma, así entendida, es
propiamente la «variedad en la unidad», con lo que se alude a la diversidad de
elementos formales que han de organizarse de forma unitaria para la constitución del
objeto bello. A este principio se le denomina también principio de unidad orgánica, y a él
se añaden otros complementarios: tema, variación temática, equilibrio y desarrollo o
evolución. S. K. Langer interpreta la forma como la portadora de la cualidad estética, que
1
Cortés Morató, Jordi y Martínez, Riu Antoni, Diccionario de filosofía. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.
1996
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 1
no es más que el objeto reducido a imagen o a pura apariencia, por obra del acto
creador del artista. Los elementos vitales o sociales, aquellos que remiten a hechos,
conceptos y otras referencias a que se vinculan la obra de arte, el artista y el momento en
que se crea la obra, y que dan a entender que ésta es un producto de un espacio y
tiempo determinados, son también importantes a la hora de juzgar qué es lo que
percibimos en la vivencia estética. Este último aspecto lo enfatiza, sobre todo, la
sociología del arte. En principio, esta disciplina critica el ideal kantiano del arte como una
contemplación desinteresada de un objeto bello, con total independencia de las
condiciones sociales en que se crea. Históricamente la sociología del arte ha recibido
notables influencias del análisis que el marxismo ha hecho de la sociedad en términos de
infraestructura y superestructura, así como del estructuralismo que explica la obra de arte
en relación con los demás sistemas de signos y significados de la sociedad enraizados en
alguna forma de inconsciente, sobre todo los referentes a la comunicación y a la
transmisión del saber. En la actualidad es más bien una materia interdisciplinar que tiende
a equilibrar el carácter estético específico de la obra de arte con el hecho de que es una
obra humana creada en un espacio y tiempo determinados y, por lo mismo, histórica y
social.
Una teoría sobre el arte es una interpretación del fenómeno estético complejo que
conforman las diversas obras artísticas. Las principales teorías del arte se agrupan, según
J.-Luc Chalumeau, en cinco grandes familias:
1) la fenomenología del arte, iniciada por el idealismo alemán, y que llega hasta nuestros
días con Merleau Ponty y Sartre, cuyo propósito es la descripción de la vivencia artística o
del fenómeno estético en sí;
2) la psicología del arte, iniciada por Gustav Theodor Fechner, y cuyos grandes autores
son Ernst Gombrich y Rudolf Arnheim, que recurren a diversas escuelas de psicología para
interpretar la obra de arte como expresión de los sentimientos humanos;
3) la sociología del arte, iniciada por Frederick Antal (1887-1954) y a la que pertenecen,
entre otros, Arnold Hauser y Pierre Francastel; sostiene que el conocimiento de la sociedad
es condición necesaria para interpretar toda obra de arte, en cuanto ésta es un reflejo de
un proceso social general; ella y el artista, en expresión de J.G. Herder, «llevan las cadenas
del siglo»;
4) el formalismo, cuyo fundador es Heinrich Wölfflin; lo que importa es el procedimiento y
la forma, no el contenido;
5) el análisis estructural del arte, iniciado por Erwin Panofsky y que sustituye el concepto de
forma por el de estructura.
ACTIVIDADES
1. Realice un cuadro sinóptico o esquema conceptual sobre los conceptos
sobresalientes del texto: “Filosofía del arte”
2. Elija una obra de arte que siempre ha admirado: Pirámides Egipcias, La Monalissa,
etc. Y aplíquele las siguientes preguntas y respóndalas:
a) ¿En qué consiste una obra de arte?
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 2
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b) ¿Qué se crea en una obra de arte? Explique su respuesta.
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c) ¿Por qué y cuándo se considera bella una obra artística?
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d) ¿Es el arte una expresión de sentimientos? Explique su respuesta.
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e) ¿Imita el arte a la naturaleza? Explique su respuesta.
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f) ¿Es subjetiva u objetiva la percepción estética? Explique su respuesta.
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3. Sobre el mismo objeto artístico elegido identifique y describa en los siguientes tipos
de la percepción estética:
a. Los elementos sensoriales:
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b. La forma estética:
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Los elementos vitales o sociales:
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4. Consulte los contenidos básicos de las siguientes teorías sobre el arte:
a) La fenomenología del arte
d) El formalismo
b) La psicología del arte
e) El análisis estructural del
c) La sociología del arte
arte
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 3
COLEGIO R.R. OBLATAS AL DIVINO AMOR
“Construyendo del Civilización del Amor”
GUIA DIDACTICA N° 2
AREA/ASIGNATURA: FILOSOFIA
GRADO: UNDECIMO
ESTUDIANTE: _____________________________________________ PERIODO: SEGUNDO
LOGRO:
ARGUMENTA LAS CARACTERÍSTICAS SOBRE LA SEMIOLOGÍA Y FILOSOFÍA DEL ARTE POR
MEDIO DE LECTURAS DE APOYO.
COMUNICATIVO
Debate sobre los las teorías estéticas griegas, medievales, modernas
y actuales por medio de exposiciones y paneles.
REFERENTE CONCEPTUAL
ESTETICA 2
(Del griego, aisthetiké, relativo a la sensación, siendo aisthesis la sensación, la percepción,
y to aisthêton el objeto percibido) Tradicionalmente, parte de la filosofía que tiene por
objeto de estudio lo bello, o la belleza en general y, de un modo especial, las condiciones
con las que se percibe y crea lo bello, y los criterios con que se valora. En la actualidad, la
disciplina teórica y normativa que incluye el estudio de los diversos fenómenos estéticos,
como obras de arte, el sentimiento estético, la actitud y la valoración estética, es la teoría
o filosofía del arte, que es en definitiva una interpretación del arte, o la crítica filosófica del
arte hecha desde diversas perspectivas.
Las primeras teorías estéticas, aunque no con este nombre -que se referían propiamente
al conocimiento que se obtiene mediante los sentidos-, arrancan de Platón y Aristóteles.
En ambos, la naturaleza de lo bello y de las artes se trata por separado, sin vincular la
belleza con el arte, y relegando a un segundo plano la vivencia placentera que produce
el arte. En Platón, lo bello se identifica con lo bueno (kalokagathía), y bello es lo que es
bueno para el individuo y el Estado, mientras que a las obras de arte o a las artes
propiamente dichas las consideraba -por razón de la teoría de las ideas- una mera
imitación de una imitación. Para Aristóteles, el arte es una forma de conocimiento,
correspondiente a la, tekhné poietiké, un saber productivo, y trata más del arte que de lo
bello, que ya no se identifica idealmente con lo bueno; la belleza pertenece a la forma.
Su tratado de Poética establece una normativa -un comienzo, un medio y un final para
toda obra de arte- que influye en la estética literaria de todas las épocas. También el arte,
según él, imita a la naturaleza, pero además perfecciona lo que ella deja inacabado.
De las ideas de Platón y Aristóteles, pensadas luego por la mente mística de Plotino (la
idea de emanación le permite ver que no hay belleza si no se es bello, espiritualizando
totalmente el arte) se nutre la estética medieval escolástica. El artista medieval no mira a
los objetos para extraer de ellos la forma artística, sino que mira para sus adentros para ver
la forma interior, la idea ejemplar, a la que tanto la naturaleza como el arte deben
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Cortés Morató, Jordi y Martínez, Riu Antoni, Diccionario de filosofía. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. 1996
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 4
adecuarse. Tras la exaltación estética del Renacimiento, que ve en el arte, sobre todo en
la pintura, una ventana abierta a la contemplación de la naturaleza, y entiende lo bello
como la conciencia de la armonía que en ella existe, nace la estética moderna con la
obra Aesthetica de A.G. Baumgarten, filósofo racionalista, discípulo de Ch. Wolff, quien
hacia 1750 introduce este término para aplicarlo a una rama de la filosofía, «hermana
menor de la lógica», que estudiará no el conocimiento claro y distinto, propio de esta
última, sino el conocimiento sensible y «oscuro». El estudio sobre lo bello, que caracteriza
como perfección sensible, lo aplica sin embargo Baumgarten sólo a la creación poética.
Charles Batteux (1713-1780), que escribe Tratado de las bellas artes reducidas a un mismo
principio (1740) lo generaliza a todas las «bellas artes». Se efectúa así el cambio de la
consideración de lo bello entendido metafísicamente (ontológicamente), propio de la
filosofía clásica y medieval, a la consideración de lo bello en la obra de arte y como
manera de conocer.
El idealismo alemán, en Schelling y Hegel, sobre todo, hace de la estética una parte
integrante de su sistema. Kant estudia en su Crítica del juicio (1790) los juicios estéticos que
denomina juicios del gusto. Para F.W.J. Schelling, en la obra de arte se produce la
captación, por la belleza y a través de una intuición intelectual, de lo infinito que se
expresa de un modo finito. Para G.W.F. Hegel, la estética representa un momento de
conciliación entre la idea y la naturaleza, que es lo bello artístico, al que también llama
«ideal», o manifestación sensible de la idea; la estética es la consideración filosófica de las
bellas artes.
Las dos maneras de entender la estética, como análisis del sentimiento estético y como
filosofía de las bellas artes, se desarrollan predominantemente a lo largo de todo el s. XIX y
buena parte del XX, de forma independiente o bien en interrelación, pese a repetidos
intentos de dar una orientación empírica y más científica a la estética. Gustav Theodor
Fechner (1801-1887), psicólogo alemán, fundador de la piscofísica, establece los
fundamentos para un estudio meramente empírico y psicológico de la estética,
adoptado posteriormente por los psicólogos de la Gestalt, entre ellos Rudolf Arnheim y
Leonard Meyer. Vías parecidas han seguido aquellos autores que aplican la semiología a
la estética, como Charles Morris y Umberto Eco, o que desarrollan una sociología de la
estética, como Pierre Francastel (1900-1970).
La filosofía analítica ha criticado duramente los supuestos en que se basa la teoría
estética tradicional por su falta de método, por la vaguedad y el uso impreciso de
conceptos centrales y, sobre todo, por considerarla basada en un error fundamental: el
de suponer sin fundamento que las obras de arte tienen un conjunto de propiedades en
común, que constituyen la suma de condiciones necesarias y suficientes para que exista
una obra de arte (esencialismo). Una estética analítica, no puede consistir en preguntarse
e intentar definir «¿qué es el arte?», sino más bien en preguntarse por el tipo de conceptos
que aplicamos a lo que es arte; es una labor de crítica y análisis, por tanto, de los términos
con que hablamos del arte.
Dentro de la tradición estética, las investigaciones actuales se orientan -no meramente al
análisis de los conceptos que se usan-, sino a analizar qué tipo de investigación es la
estética, que se considera a sí misma excesivamente filosófica, esencialista y ahistórica, y
alejada de los fenómenos de cultura de masas. O hasta cuestionan su misma necesidad o
plantean la conveniencia de orientarse más hacia disciplinas parciales, como la historia,
la psicología o la sociología del arte.
El «posmodernismo» considera superadas las teorías estéticas del pasado, que tacha de
universalistas, elitistas y formalistas, y prefiere la pluralidad y la singularidad de diversas
experiencias estéticas, irreductibles en principio a sistema.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 5
ACTIVIDAD:
Conteste las siguientes actividades:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
¿Qué estudia la estética y cuáles sus contenidos como disciplina de la filosofía?
¿Qué diferencia conceptual existe entre Filosofía del arte y Estética?
Realice un cuadro comparativo entre Platón y Aristóteles en razón del arte
¿Plotino cómo interpreta la teoría de la emanación en el arte?
Elabore un cuadro sinóptico sobre la concepción de arte en relación con la
naturaleza y su imitación en la Edad Media, el Renacimiento, la Modernidad y en
la Actualidad.
¿En qué consiste el cambio de lo “bello” metafísico a lo bello como conocimiento?
Realice un cuadro comparativo entre Schelling, Hegel y Kant sobre sus ideas
estéticas.
¿Qué percepciones sobre el arte se dan en los siglos XIX y XX?
¿Cuál es la crítica fundamental de la filosofía analítica sobre las reflexiones
estéticas surgidas?
Analice, con base en los conceptos de la filosofía del arte y de la estética la
siguiente obra de arte:
Arte y arquitectura contemporáneas
Amarillo horizontal
Alexander Calder realizó en 1972 Amarillo
horizontal, uno de sus numerosos móviles
construidos con chapa metálica y alambres.
Estas esculturas, que el artista definió como
"dibujos en cuatro dimensiones", muestran
el interés de Calder por las formas cinéticas.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 6
COLEGIO R.R. OBLATAS AL DIVINO AMOR
“Construyendo del Civilización del Amor”
GUIA DIDACTICA N° 3
AREA/ASIGNATURA: FILOSOFIA
GRADO: UNDECIMO
ESTUDIANTE: _____________________________________________ PERIODO: SEGUNDO
LOGRO:
ARGUMENTA LAS CARACTERÍSTICAS SOBRE LA SEMIOLOGÍA Y FILOSOFÍA DEL ARTE POR
MEDIO DE LECTURAS DE APOYO.
ARGUMENTATIVO Fundamenta los problemas e hipótesis de la semiología filosófica a
través del análisis de la símbolos, iconos e índices publicitarios
PROPOSITIVO
Justifica las teorías semiológicas mediante lecturas y talleres
REFERENTE CONCEPTUAL
LECTURA COMPLEMENTARIA DE ANÁLISIS Y APLICACIÓN ESTÉTICA
SEMIOTICA/SEMIOLOGÍA 3
Semiótico (del griego semeion, signo) O también semiología. Es la ciencia que estudia los
sistemas de signos. El primero en utilizar el término fue John Locke, que lo incorporó al
discurso filosófico para abarcar una de las tres ramas de la ciencia, la doctrina de los
signos, que identificó con la lógica. En su acepción actual, la semiótica fue definida
paralela e independientemente por el filósofo americano Ch. S. PEIRCE y el lingüista suizo
F. de Saussure. Para SAUSSURE, es una «ciencia que estudia la vida de los signos en el seno
de la vida social», postulada como necesaria para poder fundamentar la lingüística, que
no sería más que una parte de esta ciencia general; para Peirce, es «una doctrina casi
necesaria y formal de los signos», el marco propuesto para una teoría general del
conocimiento. El desarrollo de la semiótica, a lo largo de este siglo, ha sido extraordinario.
Dado el carácter extensivo de esta disciplina -todo es signo y, en consecuencia, todo
puede someterse a un análisis semiológico- se distingue metodológicamente entre 1)
semiótica TEORICA, que se encarga de definir los conceptos básicos de «signo» y
«sistema», 2) semiótica DESCRIPTIVA, que analiza -segmenta y clasifica- las situaciones
comunicativas, tanto lingüísticas como no lingüísticas, y 3) semiótica APLICADA a
cualquier ámbito de comunicación: el cine, la biología, el folklore, la publicidad, la
literatura, medicina, etc. Al estudio del universo del signo, verbal y no verbal, y de su
interpretación en ámbitos muy diversos se han dedicado destacados semiotistas como
Roland Barthes, Claude Lévi-Strauss, Julia Kristeva y Umberto Eco, entre otros.
SEMIOLOGIA 4
1. Introducción y concepto general.
Las palabras que, en el dominio de las lenguas indoeuropeas, designan al signo 5 (griego
sema, latín signum) aluden al campo de lo visible o sensible. Sus raíces dicen referencia al
3
4
5
CORTÉS MORATÓ, Jordi y Martínez, Riu Antoni, Diccionario de filosofía. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. 1996
IPAS, JORGE, Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991
En adelante, signo y signos se abreviarán con s.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 7
hecho de mostrar las cosas al espectador, o a conducirle hacia las cosas (K. Bühler, Teoría
del lenguaje). Así Cicerón define el s. como algo que se percibe por algún sentido y
significa algo (De inventione) y ORÍGENES llama signo a algo cuya contemplación evoca
otra cosa distinta (In Epistola ad Romanos). Lo mismo San Agustín (De doctrina christiana) y
Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica). Ciertamente el signo que también es
instrumento de acción, soporta en gran parte el sistema humano de conocimientos; pero
no todo conocimiento es discursivo o por deducción. Y el mencionado concepto de
signo, que es el más frecuentemente utilizado, tiene en cuenta casi de modo exclusivo al
signo en cuanto vía de conocimiento deductivo.
En el hombre un sentimiento interior cualquiera se refleja fácilmente en un movimiento
muscular, y éste es ya un signo. Otros hombres, que han percibido en sí mismos semejante
conexión entre estado interior y reflejo muscular, podrán captar, a través del s. fisiológico,
la situación interior del que está ante ellos. A la vez que signo de una vivencia del alma, el
gesto exterior contribuye a intensificarla interiormente. Esta primera toma de conciencia
del no-yo por los signos constituye el principio de la inducción, y pone en evidencia la
condición humana de ser espíritu encarnado. El hombre aprehende que su cuerpo es un
medio expresivo al servicio del espíritu, y no solamente su cuerpo sino las cosas que utiliza.
Con la ayuda de la memoria y la imaginación, el conocimiento sensible amplía y combina
su campo de experiencias, y el entendimiento, que alcanza el concepto mismo de ser,
logra desmontar y analizar estos conocimientos. De modo que los conceptos e ideas
vienen a ser signo intelectual de las cosas. El hombre vincula también objetos a nuevas
ideas, y crea signos artificiales. Pero su CONOCIMIENTO ha partido siempre de la realidad
percibida sensible e intelectualmente, ya en el encuentro con los otros y con las cosas, ya
en la inmanencia de su propio ser.
La COMUNICACIÓN humana no puede darse sin los signos. La más refinada especulación
intelectual necesita, para ser entregada, el vehículo del lenguaje. Ahora bien, los
fenómenos lingüísticos son íntegramente del carácter del signo; pero signo que no puede
reducirse tan fácilmente, como a veces se hace, a la categoría de signo artificial o
puramente convencional; si en la complicada estructura sematológica 6 de una lengua
existen elementos surgidos por una convención comunitariamente asimilada, hay otros
muchos factores que responden a la categoría de signo natural. Esto es precisamente lo
que posibilita el esfuerzo de la lingüística moderna por crear una teoría del lenguaje válida
para cualquier expresión lingüística humana J. M. LECEA YÁBAR
2. Signo y símbolo.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el signo como «cosa
que por su naturaleza o convencionalmente evoca en el entendimiento la idea de otra»,
y el SÍMBOLO como «imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se
representa un concepto moral o intelectual, por alguna semejanza o correspondencia
que el entendimiento percibe entre este concepto y aquella imagen». Estas definiciones
no son muy precisas, puesto que un s. puede ser una cosa en sentido estricto (ej., una
bandera), pero también puede ser un gesto (ej. el que hace un guardia de tráfico), una
palabra, un grito, un color, etc., o una mezcla de todo o parte de esto. A su vez, aquello
que da a conocer el signo puede ser una idea (ej., la bandera indica la idea de una
nacionalidad), pero puede ser también una cosa en sentido estricto o una realidad que
6
Sematología, relacionada a tiptología de uso específico en la simbología esotérica pero que puede estudiarse como
fenómeno semiótico y que trata del medio de comunicación de los espíritus por medio de percusiones o golpes, a veces
imperfectos, en todo caso es la utilización de signos sonoros.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 8
no sea una idea (ej., el concepto de mesa camilla es un signo de unas mesas reales; el
grito, signo de un dolor). Y algo parecido puede decirse del símbolo, que a veces en el
lenguaje ordinario se usa como sinónimo de signo.
Sin embargo, las definiciones de signo y símbolo del Diccionario RAE precisan dos
diferencias. En primer lugar, el símbolo representa, o sea, sustituye o hace las veces de, el
concepto o realidad representada. Es decir, un signo puede ser meramente INDICATIVO o
manifestativo (como un reloj indica las horas, o el color rojo del semáforo indica prohibido
el paso), y puede ser además representativo o SUSTITUTIVO (como las llaves de una
ciudad entregadas a una autoridad). Igualmente, una bandera puede ser un simple signo
indicativo de una nación (ej. en un barco), pero otras veces además de indicar o
significar una patria la representa, y en este sentido se le rinde homenaje (ej., en una
ceremonia de jura de la bandera). Los símbolos, por lo general, son, pues, signos
representativos y no sólo indicativos.
Además, en segundo lugar, el símbolo tiene alguna semejanza o correspondencia más o
menos natural con la cosa o idea simbolizada (ej. las llaves, símbolo de una casa o de una
potestad), mientras el signo puede ser completamente arbitrario o convencional. Así,
pues, en castellano, al igual que ocurre en otros muchos idiomas, los símbolos vienen a ser
un caso particular de los signos, son una determinada clase de signos. Nos ocuparemos
aquí de los s. en general.
3. Significante, significación y significado.
Los s. tienen una gran importancia para toda la vida social humana; sin s. no es posible
lengua ni lenguaje alguno. Todas las ciencias y la cultura en general no serían tampoco
posibles sin signos. También hay s., sobre todo símbolos, que son instrumento de acción. Su
necesidad, en uno u otro caso, se deriva de la estructura anímico-corpórea del ser
humano, del hecho de ser el hombre espíritu encarnado.
Es esencial de todo s. hacer referencia o remitir a algo distinto de él. Todo s. tiene, pues,
dos aspectos: lo que sirve de s., que puede llamarse significante, y aquello otro a lo que se
refiere o que da a conocer, que se puede llamar significado. Al significado se le llama
también significación; pero quizá es mejor emplear esta palabra para referirse a la
capacidad o al acto de significar del significante; o también a la relación entre el
significante y su significado, de la que le viene a aquél su capacidad de significar.
Un significante puede ser cualquier tipo de realidad, mental o extramental, y puede tener
uno o varios significados, lo que supondrá una relación peculiar con cada uno de ellos. Lo
mismo puede decirse de un significado. Lo esencial del s. es, pues, su capacidad de
significar, lo que hemos llamado significación. La capacidad y naturaleza de la
significación depende de la clase de relación que haya entre el significante y su
significado, y es el criterio fundamental para clasificar las distintas especies de signos.
4. Signos naturales y signos convencionales.
La capacidad de significar o, simplemente, la significación puede venir de la misma
naturaleza del significante; es decir, de que tenga con su significado una relación o
conexión natural. Esa relación natural puede ser de causalidad, de dependencia, de
semejanza, de analogía, etc. Así, ej.: el humo es s. del fuego que lo causa, unas huellas en
la arena son s. de alguien que ha pasado, una estatua es s. del representado en ella. Se
trata en estos casos de s. naturales (o de significaciones naturales, independientemente
de que el significante sea «natural» como el humo, o «artificial» como la estatua). Entonces
el sujeto cognoscente se limita a descubrir, y después a utilizar, el signo.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 9
Si, por el contrario, la relación entre significante y significado es establecida convencional
o arbitrariamente por el sujeto cognoscente, tendremos los s. convencionales o artificiales;
es el caso, en general, de la mayor parte del lenguaje hablado o escrito, de las banderas,
de las señales del tráfico, etc. Sin embargo, entre s. naturales y s. artificiales se da una
amplia gama de s. que pueden estar más cerca de uno u otro extremo. Así, se habla
también de s. mixtos, establecidos más o menos convencionalmente, pero en base a
alguna mayor o menor relación o semejanza natural entre el significante y su significado
(ej., las llaves de una casa, el color rojo s. de sangre o de martirio, las palabras
onomatopéyicas). En general, los símbolos suelen ser s. mixtos.
En teología se habla también de s. eficaces; éstos son los sacramentos, s. mixtos que son
llamados s. eficaces de la gracia, porque no sólo la significan sino que la producen o
causan, por voluntad e institución divina: «Los sacramentos de la Nueva Ley son a la vez
causas y signos, por lo que, como suele decirse, producen lo que significan»7. Es decir, Dios
se sirve de ellos como de un instrumento para dar la gracia sobrenatural que, al mismo
tiempo, está simbolizada en las cosas, gestos y palabras que constituyen el s.
sacramental.
También los milagros son llamados s. divinos, porque manifiestan la
omnipotencia y la intervención divina al proponer su Revelación sobrenatural. Y en un
cierto sentido, también la misma existencia del universo y cualquier acontecimiento
natural son s. divinos, en cuanto son efectos de Dios creador y constituyen, por tanto, su
revelación natural.
5. Signo formal y signo instrumental. Conceptos y palabras.
Dentro de las clases de s. de que hemos hablado hay un tipo de s. naturales y otro tipo de
s. artificiales de especial importancia, por lo que merecen ser tratados aparte.
Entre los s. naturales puede incluirse una clase peculiar de s. que son los de mayor
capacidad significativa, en el sentido de que su naturaleza se agota en ser s.; no son otra
cosa que signos. Se trata de los conceptos e ideas del entendimiento; análogamente se
pueden considerar así las sensaciones y percepciones de los sentimientos, y también de
las imágenes de la imaginación o fantasía, etc. No se encuentran en la naturaleza s.
comparables a ellos. Los conceptos e ideas se pueden considerar como s. naturales de las
cosas conocidas, pero s. de una naturaleza especial; son llamados por algunos autores s.
formales, porque su entidad o naturaleza es simplemente la «forma» de la cosa conocida,
la forma misma de la cosa poseída o recibida en el entendimiento, y no tienen ninguna
otra entidad más que ésa; su naturaleza es sólo la de ser significantes de algo, uniendo la
cosa misma con el sujeto cognoscente. Los conceptos, ideas, o cualquier otra concreción
del conocimiento (sensaciones, percepciones, intuiciones, etc.) son nada sin las cosas.
En cambio, los demás s. naturales, y también todos los s. artificiales y mixtos, además de
tener en sí mismos una significación tienen una entidad propia distinta de su capacidad
de significar. Antes de ser significantes son en sí mismos otra cosa independiente de su
significación. Estos s. que antes de significar tienen una existencia y naturaleza propia son
llamados s. instrumentales. Así, por ej., las llaves son llaves, además e independientemente
de que puedan ser s. o símbolo de una ciudad, de una casa o de una potestad; la
bandera es una pieza de tela de diferentes colores además de significar una
nacionalidad o una patria; la palabra es un sonido determinado, o un dibujo, además de
significar un concepto o una cosa; etc.
7
Santo Tomás de Aquino, Sum. Theol. 3 q62 al adl
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 10
Los s. instrumentales exigen ser conocidos en sí mismos y en su capacidad de significar; es
decir, es necesario tener un cierto conocimiento previo de ellos para llegar a conocer su
significado. En cambio, en los llamados s. formales o intelectuales no se da o no es
necesario el paso consciente del significante al significado. Ello está en relación con el
hecho de que no conocemos sólo ideas o conceptos, sino realidades en y por los
conceptos. El hombre conoce las múltiples realidades y los múltiples aspectos de la
realidad, y se da cuenta de que las conoce; sólo después de una más o menos laboriosa
reflexión se da cuenta de que lo hace por medio de conceptos, y entonces puede
estudiar también la naturaleza de los mismos. Entre los s. artificiales e instrumentales, hay
también que destacar una importante clase de s. que son la mayoría, o al menos muchos,
de los del lenguaje hablado o escrito. Estos s. son establecidos más o menos
convencionalmente por el uso tradicional, en el que confluyen también factores que
aproximan las palabras a los s. naturales; o son establecidos por unas elecciones más
precisas y determinadas en el caso de especiales lenguajes «científicos». Así tenemos las
palabras, compuestas de morfemas, que se utilizan en las lenguas ordinarias; y los símbolos
que se utilizan en Lógica, Matemáticas, Física y Química. En uno y otro caso, los s. de
cualquier lenguaje son s. de los conceptos y también de las cosas y, por tanto, pueden
estudiarse en los dos sentidos.
Todos los s. lingüísticos son instrumentales, es decir, son la materialidad de un determinado
sonido (en el lenguaje hablado) o de un determinado dibujo (en el lenguaje escrito) a los
que se da una significación. Como s. instrumentales son más manejables que los
conceptos, y éstos, a su vez, más manejables que la realidad. Por medio de los s.
lingüísticos no solamente se expresan los conceptos y las cosas, sino que también se
transmiten y comunican fácilmente los conocimientos. Pero hay que tener cuidado, como
veremos, en no confundir unos s. con otros, ni el manejo de unos y otros. Los s. lingüísticos
son una manifestación del lenguaje, entendiendo por tal la capacidad de expresar y
comunicar los conocimientos y las realidades interiores y exteriores al hombre. Un
determinado conjunto de s. lingüísticos, relacionados y ordenados entre sí, constituyen
una lengua. Los s. formales, conceptos o ideas, son una manifestación de la capacidad
cognoscitiva humana. Al ordenar y relacionar entre sí los conceptos, juicios y
conocimientos sobre una determinada realidad o sobre algunos aspectos de la realidad,
aparecen las diversas ciencias.
6. Significación y conocimiento
Es de la mayor importancia la comprensión de la clase peculiar de s. que son los
conceptos e ideas, por una parte, y los s. lingüísticos por otra. De ello depende qué se
capte o no rectamente la naturaleza del conocimiento humano, el realismo del mismo y
el pluralismo tanto de la realidad como de su conocimiento.
En efecto; si se dice que en realidad no se conocen las cosas mismas, sino sólo los
conceptos e ideas que sobre ellas se forman en la mente, lo que equivale a decir que el
hombre sólo conoce s., entonces se pierde de vista la realidad y el realismo del
conocimiento. Se establece, entonces, un a modo de corte o separación radical entre el
sujeto cognoscente o, mejor, entre el entendimiento y la realidad exterior a él. Y el
conocimiento se transforma en un mero manejo por parte del entendimiento de una serie
de «signos» de la realidad. S. que, según que se consideren más o menos convencionales,
más o menos producidos exclusivamente por el entendimiento, darán origen a un
idealismo o racionalismo más o menos absoluto y, por tanto, más o menos deformador de
la realidad. O, al contrario, el conocimiento se transformará en el escepticismo del «sólo sé
que no sé nada» en el que también se renuncia a conocer la realidad y al actuar
consecuente y recto. En todo caso, se incidiría de una forma más o menos absoluta de
subjetivismo y de relativismo con todos sus equívocos (en el caso del «idealismo», todo
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 11
sería de una manera o de otra según las épocas o según las colectividades humanas de
que se trate; en el caso del «escepticismo», todo sería según le parezca a cada individuo).
Al pensar que no se conocen las cosas tal como son, o que no hay posibilidad de ello, no
se ha comprendido la naturaleza peculiar y única que tienen los conceptos como s. de
las cosas. Se les considera entonces no ya como s. formales, sino como s. instrumentales,
con entidad propia independiente de su significación o de su significado; y, más aún,
como sustitutivos de la cosa, como símbolos, que pudieran ser producidos por el
entendimiento y manejados por él como cualquier otro símbolo. De ahí que teorías o
posturas gnoseológicas como las que suelen llamarse idealismo, racionalismo, e incluso el
escepticismo, puedan recibir el nombre genérico de simbolismo. En estas posturas,
racionalistas o escépticas, suele decirse que el significado de todo signo es siempre un
concepto mental, es decir, el sentido que la mente da al significante, confundiendo el
acto de conocer el significado con el significado mismo, que puede ser efectivamente
sólo mental pero también exterior a la mente. Según esto, lo primero que se conocería en
todo s. sería su significado mental, el concepto o idea; sólo después algunos admitirían
una referencia más o menos válida a un objeto exterior.
Pero en realidad ni el entendimiento produce él solo los conceptos, ni conoce a éstos
primero. Lo primero que se conoce son las cosas; sólo después de conocer las cosas se
conoce que éstas se conocen; se conocen, pues, los conceptos posteriormente a las
cosas. Y los conceptos e ideas no las producen o fabrican sin más el entendimiento y los
órganos cognoscitivos en general; sino que los conceptos e ideas son nada sin las cosas, y
los producen las cosas en el entendimiento y con él (en y con los órganos cognoscitivos).
Por ello, teniendo en cuenta que los conceptos se pueden llamar también s., si bien s. de
una naturaleza especial, la definición de s. como «todo aquello, que previamente
conocido, conduce al conocimiento de otra cosa» (como hace, ej., el Diccionario de
Filosofía de Brugger) es válida sólo para los que hemos llamado s. instrumentales (naturales
o artificiales), pero no para los s. formales, porque no es necesario conocer los conceptos
o ideas de la mente para conocer las cosas.
La significación, pues, es una forma de conocimiento entre otras. Dentro de la
significación, además, se engloban diversas formas y métodos de conocimiento no
equivalentes entre sí, como hemos visto (deducción, inducción, intuición, aprehensión). En
el caso de s. instrumentales, el conocimiento del significado es más por deducción; en el
caso de los conceptos, el conocimiento es por la llamada simple aprehensión, etc.
Para toda esta importante cuestión han de verse los consultar las teorías del
CONOCIMIENTO y del OBJETO; PERCEPCIÓN y SENSACIÓN, así como los relativos a los
órganos del conocimiento: ENTENDIMIENTO; INTELIGENCIA; RAZÓN; SENTIDOS. Y también
los ya mencionados: CONCEPTO; IDEA; LOGOS; SIGNO Y SIGNIFICACIÓN LINGÜÍSTICOS;
REALISMO; RACIONALISMO.
7. Ciencias de la significación
La ciencia y la teoría de los s. se ha desarrollado mucho en el s. XX. En este desarrollo
confluyen los clásicos y antiguos estudios de Lógica y de Gramática con los de las
Matemáticas sobre todo con la utilización de un lenguaje simbólico similar al utilizado
clásicamente en Matemáticas.
Para algunos, ej., los neopositivistas, la Lógica y la Gramática serían la misma cosa; pero
no cabe duda de que, aunque puedan emplear un simbolismo semejante y aunque los
estudios de una y otra se complementen e iluminen mutuamente, son esencialmente
diversas, como diversos son sus objetos de estudio. La Lógica estudia los conceptos y
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 12
juicios de la mente (que son s. formales, naturales y directos de las cosas) y sus relaciones y
deducciones; mientras que la Gramática estudia las palabras y sus relaciones y
combinaciones (que son s. instrumentales de los conceptos y juicios y también s.
instrumentales de las cosas). Tampoco se puede identificar la Lógica con la Matemática,
aunque la Matemática utilice las leyes de la Lógica y ésta use un simbolismo semejante al
de las Matemáticas, porque supondría, entre otras cosas, confundir todo lo cualitativo con
lo cuantitativo, abocando a algún tipo de materialismo.
También en la teoría y estudio de los s. interviene, como se ha visto, la Teoría del
conocimiento o Gnoseología. Pero ésta tampoco ha de confundirse con la Lógica, como
pretende el logicismo, porque supondría identificar los conceptos con las cosas, o, mejor
dicho, supondría negar al entendimiento la capacidad de conocer verdaderamente las
cosas. Todavía hay que señalar, en relación con las ciencias que se ocupan de los s., a la
Psicología. Ésta estudia los hechos del conocimiento, junto con otros hechos psíquicos
como los de la voluntad, etc., en cuanto hechos producidos en un sujeto y en unas
facultades de un sujeto; mientras que la Gnoseología los estudia en sí mismos, es decir, en
cuanto ponen en relación al sujeto con las cosas. Por eso tampoco se puede identificar la
Gnoseología con la Psicología, o con una parte de ella, como pretende el psicologismo,
porque ello supondría confundir al conocimiento y sus objetos con el sujeto del
conocimiento y, en general, supondría confundir efectos con causas.
Estas sumarias indicaciones pueden servir para situar a la teoría o ciencia general de los s.,
que recibe el nombre de Semiología o Semiótica (del griego séma, sémeion, s., sello o
señal. La palabra semiología se utiliza en Medicina para referirse al conocimiento general
de los s. a través de los cuales puede diagnosticarse una enfermedad o un proceso
patológico más o menos oculto, y en Ciencias de la información para referirse al estudio y
teoría general de los medios de comprensión y comunicación entre los hombres.
Con un sentido más amplio, la Semiología o Semiótica suele considerarse como ciencia
general de los signos lingüísticos, lo cual es sólo una parte de la ciencia general de la
significación, pues, además de los s. y significaciones lingüísticas hay otros s. distintos
(especialmente los s. formales) como hemos visto. En este sentido, en la Semiótica, como
ciencia general de los s. lingüísticos, confluyen especialmente la Gramática, la Lingüística
y la Lógica formal (también llamada Lógica simbólica o matemática). Esta Semiótica
supone un notable perfeccionamiento de la Gramática y de sus partes, que adquiere con
ella unos métodos más exactos o rigurosos, pero que no agota todos sus aspectos; para la
última comprensión de la Gramática y de los análisis lingüísticos es necesario también
tener en cuenta a la Lógica material, a la Psicología y a la Gnoseología.
8. La Semiótica.
Si se entiende por Gramática el estudio de una lengua en particular y por Lingüística el de
todas en general, y, por tanto, también el del lenguaje como capacidad de expresarse y
comunicarse por medio de una lengua, ya se ve que la Semiótica, como estudio general
de los s. y significación lingüísticos, estará más cerca de la Lingüística que de la
Gramática. De todas formas los límites entre Semiótica, Lingüística y Gramática varían
según el uso que hacen de ellas los autores; pero en una primera aproximación quizá
pueda decirse que su ordenación o relación es la indicada; es decir, la más general sería
la Semiótica y la más particular la Gramática, estando la Lingüística en medio de ambas.
Teniendo en cuenta que en todo s. lingüístico se pueden distinguir tres aspectos o
dimensiones, la Semiótica se divide en tres partes o ramas. En primer lugar un s. pertenece
a una determinada lengua y, por tanto, está relacionado con los demás s. de esa lengua;
estas relaciones se llaman sintácticas: son relaciones de los s. entre sí. Su estudio es la parte
de la Semiótica llamada Sintaxis. En segundo lugar un s. significa o se refiere a algo, quiere
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 13
expresar o comunicar algo distinto del s. mismo; todo s., pues, además de tener una
relación con los otros s. de una lengua, tiene una relación con su o sus propios
significados: estas relaciones se llaman semánticas. Su estudio es la parte de la Semiótica
llamada Semántica (si el significado es sólo el concepto Irlental o si es también la cosa
extramental ya no es objeto de estudio de la Semiótica ni de la Semántica, sino de la
Gnoseología). En tercer lugar, un s. lingüístico es dicho o escrito por alguien y dirigido a
otros; hay, pues, otro aspecto o dimensión de los s.: el de las relaciones entre ellos y los
hombres que los usan; relaciones que se llaman pragmáticas. Su estudio es objeto de la
parte de la Semiótica que es llamada Pragmática.
9. Indicaciones históricas.
Como dice Bochenski, ya los sofistas y Platón (en el Cratilo y otros diálogos) rozaron de
paso problemas semióticos. El que por vez primera se ocupó de ellos en forma sistemática
fue Aristóteles en los cinco primeros capítulos de su obra lógica De la enunciación; allí
está, entre otras cosas, el primer sistema conocido de las categorías sintácticas. Con los
estoicos y después los filósofos y teólogos medievales la Semiótica tiene un notable
desarrollo; sobre todo, entre estos últimos, con los llamados gramáticos especulativos. Sin
embargo, fuera de algunos pocos fragmentos, las obras de los estoicos se han perdido, y
la semiótica de los medievales ha sido poco estudiada en general, aunque
recientemente se ha despertado más el interés hacia ella.
Por otra parte, en la filosofía antigua y medieval el estudio de la significación ha estado
centrado alrededor del caso límite del s. que es el concepto, como hemos dicho; caso
límite en cuanto que sin la cosa es nada, en cuanto que es pura manifestación y
transparencia de la cosa; de ahí que Juan de Santo Tomás, y modernamente Maritain, le
hayan dado el nombre de s. formal. Éste es además el caso ejemplar de significación,
modelo de los demás s. naturales y de los s. artificiales. De modo que el problema de la
significación ha girado en torno a la comprensión de la especial naturaleza de s. que
tienen los conceptos. Si éstos se consideran así, como s. puros, con una perfecta
intencionalidad y significación de la cosa, se reconocerá el realismo del conocimiento
humano. En cambio, si se piensa que los conceptos son s. iguales que todos los demás, se
incide en el nominalismo.
Algunos autores modernos, como Verneaux, prefieren no usar la terminología de s. formal
y s. instrumental, porque -dicen- no expresa adecuadamente lo que son las ideas y los
conceptos. En todo caso es una cuestión de palabras; lo esencial es darse cuenta de que
el concepto no es lo conocido (no es id «quod» cognoscitur), sino el medio por el que y en
que el objeto es conocido (id «quo» obiectum cognoscitur) (de este modo es como se
expresa Tomás de Aquino), y darse cuenta, por tanto, que entre concepto y objeto hay
una equivalencia grande, una perfecta adecuación, que no se da entre los demás s. y sus
significados. Muchos autores modernos desconocen la diferencia esencial entre s. formal
y s. instrumental, incidiendo en las posturas racionalistas, idealistas o escépticas que se han
descrito, afines al nominalismo en muchos puntos. De forma que puede decirse, con
Bochenski, que poco progreso se da en la modernidad con respecto a este punto.
Únicamente hay desarrollo en los estudios de la significación en el plano de la Lógica
matemática y en el de la Lingüística, pero menos en el de la Gnoseología o Teoría del
conocimiento propiamente dicha. Es decir, las investigaciones más modernas se sitúan
sobre todo en el plano de la expresión y formulación del conocimiento, pero no tanto en
el del conocimiento mismo, y cuando se vuelve la atención sobre él, con frecuencia los
autores inciden en alguna forma de racionalismo. Husserl, que no fue un lógico
matemático, llevó a cabo en sus Investigaciones lógicas significativos análisis semióticos
en una postura más bien realista. Casi al mismo tiempo Saussure realizó sus estudios
lingüísticos analizando las estructuras de las lenguas y con ellas las relaciones de los s.
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 14
lingüísticos entre sí, en una postura más bien idealista; sus estudios dieron origen al método
estructural luego aplicado también a otras materias.
En Lógica matemática, G. Frege reelaboró y amplió las ideas de la vieja Estoa. La
moderna investigación está vinculada sobre todo a la matemática de D. Hilbert.
Destacan en el desarrollo de la Semiótica, en este mismo sentido, A. Tarski, R. Carnap y
otros neopositivistas lógicos, que reducen la filosofía al análisis lingüístico. Uno de ellos,
Charles Morris, ha sido el creador o introductor de la palabra Semiótica, así como de su
división general en las tres partes que hemos indicado. En la segunda mitad del siglo XX se
ha cultivado y desarrollado mucho el trabajo semiótico lingüístico con el estímulo de otras
ciencias (sobre todo la Física) que exigen un análisis del lenguaje cada vez más riguroso.
ACTIVIDADES DE ANALISIS Y APLICACIÓN
I.
Elabore un esquema libre del texto de la guía
II.
Realice el siguiente Crucigrama
HORIZONTALES
1 Los signos que antes de
significar tienen una existencia y
naturaleza propia son llamados
signos ____________
5 Capacidad o al acto de
significar del significante
6 Pero su ________ ha partido
siempre de la realidad percibida
sensible e intelectualmente
9 Dice que la semiología es
ciencia que estudia la vida de
los signos en el seno de la vida
social
12 La __________ humana no
puede darse sin los signos
14 Tipo de signo que por ejemplo
en un reloj muestra las horas, o el
color rojo del semáforo indica
prohibido el paso
15 Los conceptos e ideas son
signos de tipo
VERTICALES
2 Tipo de semiótica que se encarga de definir los conceptos básicos de "signo" y "sistema”
3 Las palabras que, en el dominio de las lenguas indoeuropeas, designan ________
4 Dice que la semiología es una doctrina casi necesaria y formal de los signos
5 Un ___________ puede ser cualquier tipo de realidad, mental o extramental
7 Esta primera toma de conciencia del no-yo por los signos constituye el principio de la
________
8 Semiótica que analiza -segmenta y clasifica- las situaciones comunicativas, tanto
lingüísticas como no lingüísticas
9 Es la ciencia que estudia los sistemas de signos
10 Tipo de signo que por ejemplo reemplaza las llaves de una ciudad entregadas a una
autoridad
11 Imagen, figura o divisa con que materialmente o de palabra se representa un concepto
moral o intelectual
13 El humo es signo del fuego que lo causa. Es un signo _______
Guía didáctica – Filosofía 11° - Filosofía del arte 15
III.
Observa la siguiente tira cómica y responde preguntas:
a) ¿Qué secuencialidad puedes descubrir en la tira cómica?
b) ¿Cuál sería el SIGNO, SIGNIFICADO Y SIGNIFICANTE?
c) ¿Qué simboliza toda la tira cómica, pero en especial la última?
d) ¿Qué se quiere comunicar?
IV.
La semiología aplicada en la publicidad y en la comunicación social ha colaborado tanto en
la creación como en la decodificación de mensajes de “fondo” o subliminales, que más allá
de su satanización es un ejercicio propio de esta ciencia. Interpreta de acuerdo a los
elementos dados, en esta guía, especialmente en lo relacionado con los subtítulos 3.
“Significante, significación y significado” y el 6. “Significación y conocimiento”.
Observa las siguientes imágenes y después, responde las preguntas que aparecen:
La imagen debería aparecer así, pero si te das cuenta, está al
revés “Bottoms Up!” ¿Por qué? Para responder lee los subtítulos 3 y
6.
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Imagen 1
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¿Qué significa “La vie en rosa”? Detalla bien y podrás
descubrir muchos elementos. ¿Qué sugiere la
imagen? Para responder lee los subtítulos 3 y 6.
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Imagen 2 ___________________________________________________________________________________
Detalla de igual modo esta imagen
publicitara, observa detenidamente y
describe esos detalles. Para responder
lee los subtítulos 3 y 6.
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Imagen 3
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