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Transcript
LA EDUCACIÓN PRIVADA A COMIENZOS DEL SIGLO XIX. EL HACENDADO
DON PEDRO FERNANDEZ NIÑO
Fredy Soto Roa
La “educación secundaria” de Santiago, antes de la Emancipación, estaba reducida a
al
Convictorio Carolino, al Seminario Pontificio, una Escuela de Latinidad del
presbítero Juan Antonio González y la Academia de San Luis. A toda luces insuficiente
para la cantidad de jóvenes criollos que requerían esta enseñanza y que no podían ir a
Lima o a España.
Esta necesidad permite el surgimiento de la educación privada, que se daba al interior
de los hogares donde los maestros eran contratados por las familias. Otra forma era la
educación que los propios padres entregaban a los hijos. En algunos casos, como
examinaremos a continuación, el padre redactaba una suerte de texto sobre variados
tópicos que tenía como objetivo la “buena instrucción” de su vástago.
Pedro Fernández Niño, fue hacendado de Chicureo. Entre el 1º de enero de 1808 y el
año 1817 escribió Cartilla de Campo y Otras Curiosidades dirigidas a la enseñanza
y buen éxito de un Hijo. Dios sobre todo. Su escrito lo dedica al General José de San
Martín.
En la cuarta hoja del manuscrito está Advertencia de Padre a Hijo, donde es dable
observar el innegable objetivo educativo del documento: “Dedicado al campo, si en el
no naciste; donde reyna la ignorancia y todo falta (no hablo de los hazendados) te es
forzoso un particular estudio para comprender su materialidad, lenguaje, y faenas que
jamas has visto; cuya obscuridad te exclarecerá tu aplicación, sudor y puro trabajo;
sirviendote de guia esta cartilla: que como te deseo hacierlo; espero no se me note de
omiso, y que no te olvidarás de rogar a Dios por este tu amante Padre.
Tambien te digo: que tube en el papel mil veses la pluma para esta obra, y la lebanté
otras tantas, temeroso de la sensura; pero considerando, que quien la tildare, se
dedicará a enmendarla, en cuya fee te advierto: Que la misma necesidad del campo en
apuros y conflictos, me hizo atropellar imposibles ejecutando por mis manos cosas que
no havia visto; siendo esto mismo causa para vencer
estas dificultades, que son
quienes sujetan mis pensamientos a un general apoyo. Esto veo que es un imposible:
pero me baldrá la suplica que hago, de que se me disculpen las faltas en vista; de que
éste es un parto de curiosidad para tener a la mano y siempre presente las faenas y
trabajos que tanto me han costado; como tambien al que las ignore, ponerle esta ligera
luz y dirección, con solo el costo; que por el siguiente Indice hallará en su
correspondiente foja toda la noticia que necesite. Que si os parece cansada, registrad
la substancia, que en la necesidad de el campo, conocerás su importancia.”
Don Pedro no vivió en un periodo fácil. Por la dedicatoria a San Martín se infiere su
adhesión a los patriotas, Es más, antes de su nombre escribe “el ciudadano”. Su
hacienda estaba cerca de Santiago, Chicureo queda a la vera del camino de Santiago a
Los Andes y Mendoza. Dada las guerras de la Emancipación, el trafago de fuerzas
militares, el ir y venir a Cuyo, sacó de su tranquilidad a los huasos de la hacienda. Si se
asume que, era un predio productivo, debió haber sido victima de requisas de ganado,
caballos y alimentos.
A partir de 1813 la economía del país se desplomó, en particular la agricultura, estancias
y haciendas fueron arrasadas, los varones reclutados, los caminos descuidados y el
mercado peruano, obviamente, cerrado.
Agréguese a lo anterior la presencia de bandidos. Cerca de Chicureo, en el Portezuelo y
a largo de todo el camino a Cuyo, hacia de las suyas “El Brujo” Pascual Liberona,
conocido como el primer bandido de Chile. Actuó entre 1780 y 1790, vivió en el arrabal
de La Cañadilla. En 1793 fue ahorcado en el rollo de Santiago.
El documento es un manuscrito de 206 hojas. En la primera hoja está el título, lugar y
fechas, termina con el nombre del autor. En las dos hojas siguientes se encuentra la
dedicatoria al general San Martín. En la cuarta y quinta hoja se observa la, arriba
trascrita, Advertencia de Padre a Hijo. A continuación está el Índice.
Luego, el autor entra a desarrollar su texto. Está dividido en cuatro Partes: La Primera
es titulada Faenas del Campo, es la más voluminosa. La Segunda, Diversas layas de
cuentas. La Tercera Parte, es relativamente jocosa, titulada Remedios para varias
enfermedades. Útiles donde falte el médico. La Cuarta lleva por título Noticia para
trabajar una mina; y modo de beneficiar metales. En varias de las hojas se
encuentran dibujos de herramientas y de lugares de trabajo, para mayor comprensión
del hijo.
Cincuenta años después, en junio de 1867, la Imprenta del Independiente (Calle de los
Huérfanos, núm. 64) de Santiago, publicó Cartilla de Campo para el uso de los
agricultores, por Pedro Fernández Niño. Segunda edición aumentada y corregida.
Está poco aumentada, mejor habría sido poner disminuida, toda vez que se trascribe
únicamente la Parte Primera, ignorando las tres siguientes. Corregida, pues si la está, a
la parte transcrita se cambió frases completas, se le imprimió una indudable rima
poética, que el manuscrito original tiene sólo en algunas hojas.
PRIMERA PARTE: FAENAS DEL CAMPO
Yndice
Matanza de Bacas. Sus advertencias. Disposicion de la Ramada. Baqueros y Modos
de Distribuirlos. Matanceros y sus Cargos. Prebenciones para éstos. Liadores,
Fonderos y Graceros. Distribución del Chiquero. Fondos y sus utensilios. Matanza de
Chivatos. Advertencias sobre los Sirbientes. Advertencias sobre los Ganados. Aguas,
Pastos, Procreos, Capar y Desternerar. Advertencias para Rodeos, Desahíjes,
Repuntes y Engordas. Tiempos en que se deven cortar Maderas, hazen planteles y
guardan frutas. Modo de capar, castigar y retafar. Obra de jabon. Advertencias para lo
mismo. Obrage de belas. Modo de hazer el Carbon. Bendimia y sus aperos. Caldos y
su variedad. Biña y modo de podarlas. Modos de Ingertar. Tareas y modo de darlas.
Siembra de Trigo, y otros granos. De sandillas y otras. De Frijoles y otras. De papas,
sebollas, etc. Modo de componer azeytunas y hazer aseytes distintos. Para una carreta
y sus partes: Caballos. Latigos, sus nombres y destinos: Mulas. Fabrica de Teja,
Ladrillo y Adobes. Pegantes, Mezclas y Argamasas. Badanas y Pergaminos.
Curtiembre de Zuelas. Idem de Cordobanes. Planteles. Dias dintinguidos del año:
Fiestas movibles: Vigilias, y temporas: dudas de la Bula. Puntos del Sol para arreglar
un relox.
La matanza de vacas y chivos era el inicio de un proceso productivo con permanente
valor agregando. La carne fresca ya era un ingreso: charqui, grasa, cuero, sebo, lenguas
y lomos salados, luego la elaboración de jabones y velas. En la hacienda del señor
Fernández se había montado una curtiembre para elaborar suelas, cueros, cordobanes
(cueros de chivatos, cabros, perros y gatos) y pergaminos.
Un segundo proceso productivo nacía de la agricultura, la hacienda producía trigo,
cebada, maíz, papas, frijoles, frutas, hortalizas y variadas verduras. A partir de los olivos
se inicia la manipulación de la aceituna y elaboración de aceite de oliva, cosa no menor
en un país acostumbrado a usar grasa. Así también fabricaban aceite de linaza, de
nueces, rosado, de manzanilla y de lombrices. Importante es la existencia de molinos y
su producción de harinas, harinillas, afrecho y otros; y el arriendo de molinos a terceros.
Un tercer proceso surge con la presencia de viñas y la fabricación de, a lo menos nueve,
variedades de vinos, chichas, aguardientes y vinagre. Adicionalmente hay otras tareas
que procuran ingresos a la hacienda: la fabricación de adobes, ladrillos y tejas,
fabricación de carbón y fabricación y arreglo de carretas. La autarquía de la hacienda
llegaba hasta la producción de pegamentos, untos para botas y zapatos, tintas (negra
ordinaria, negra refinada, colorada, verde, amarilla, cardenalilla, azul, rosada, musgo),
barnices y encerados (lienzos, pergamino y tafetán).
Advertencias sobre los sirvientes
Mayordomo: Procura que sea éste de conciencia, aunque es dificultoso. Fiel e instruido
en la facultad; que si así lo hallas y ves que mira con amor tus intereses: págalo doble
que te importa para tu descuido; instruyéndolo a su desempeño y a lo que es de tu
voluntad; y no te descuides en examinarle su gobierno, que omito puntualizar con sólo
decirte: que ha de ser otro Fin!
Capataz: Debe estar bajo las órdenes del mayordomo para la observación de faenas y
para la distribución de su campo y de vaqueros, debe dirigirse por sí entendido de las
órdenes y avisos tuyos.
Vaqueros: Estos viven en los puntos de la hacienda en que haya riesgo y bajo las
órdenes del capataz, advertidos de no tener día ni hora de reserva para sus asistencias;
siendo su primera observancia hacer fuego en sus alojamientos, dar vuelta su campo i
noticiarse de tus disposiciones.
Inquilinos: Deben estar a las ordenes del mayordomo y a la voz
del capataz,
advirtiéndoles antes de arrendarles las obligaciones de rodeos, viajes, trillas, mangas u
otras; el arreglo de sus casas en lo espiritual y temporal, el celo de tus intereses y la
pena grave que dieres al que diere alojamientos sin avisarte.
Ovejero: Debe ser muy asistente a su ganado. Su vivienda en la majada. No sea
matacaballos. Que la parición no quede desparramada, que no mate los corderitos, que
los chicos y enfermos cargue, de los muertos las armazones guarde y si, el ganado está
bueno, en cerro sin riesgos ande, pero parido sólo en lo plano paste
Peones: Deberán estar a la dirección del mayordomo, cuando quieras apadrinar a
alguno no reconvengas al mayordomo a su vista sino ocultamente.
Mujeres de estos: Deben ser obligadas a las comidas de trilla, rodeos, amasijos y
limpia de trigo dándoles algún juanillo, y amasando seis almudes, se le paga medio real
por cada amasijo.
Arrieros: El capataz gana seis pesos y sus arrieros cinco con raciones, el madrinero
gana dos pesos y ración igual a los arrieros.
Caldos y su variedad.
Sabrás que la uva, hasta hoy en nuestra tierra, a los caldos que produce, nueve nombres
le gobiernan, que son:
Lagrimilla, Mosto Chacolí, Mosto de pié, Agua pié,
Sancochado, Chicha, Cocido, Vino y Aguardiente.
Siembra de papas
Los satíricos, hieren con sus palabras, de no servir los campestres, más que para
sembrar papas: como si fuera lo menos. Las papas se siembran en tierra arada, cruzada
y recruzada; de migajón y suelta, que no sea pedregosa ni apretada, sus nombres son:
nalcas, blancas, araucanas, cambrayes, rosadas (…)
Aceite de lombrices
No es más que vaciar en una paila un poco de aceite común de aceitunas; y en ella
hervir unas de especies dichas, hasta que se tuesten, que te queda perfectamente a
estilo general de botica; con un ahorro increíble, por lo mucho que por dichas especies,
cuando vas a aquella, lo perjudica, que pudiéndolas hacer sin costo. Dios te libre de esta
avispa, y que no te enfermes, para que sus medicinas ni médicos a tu casa lleguen (…)
Manejo del caballo
Esencia es del hacendado manejar bien su caballo; y verás a muchos que se precian de
dejados. De su manutención no hablo porque gozan de pastos y aun así son infinitos,
que los usan como palo. Creen que ser jinete consiste en correr, revolver y sentarlo y en
echarse para atrás, o en ir la sombra mirando.
No es este el orden de gobernarlo; 1º es en sus faltas observarlo; 2º por sus obras
cuidarlo; 3º por la rienda gobernarlo, ensillarlo, y andarlo con tino y destreza, no a lo
bárbaro. Todo será por tu mano, ensillado y montado: la rienda irá apuntada; a precaver
tropezón o mala pisada. Para revolverlo, será a una rienda, y con el cuerpo, la estribera
con firmeza; y al hijar la dirección de la espuela. La mano izquierda gobierna; la derecha
libre queda sin gibarse ni ladearse, costillas no has de picar: porque así lo precipitas en
colear i rabiar.
Y así bien sentado: obras con firmeza, sin quitar a tu caballo, la hermosura y fiereza. Que
es una lastima ver un animal perfecto, cuando no lo gobierna un hombre diestro y
aunque sea superior, cuantas veces lo sube, lo pone peor.
SEGUNDA PARTE: DIVERSAS LAYAS DE CUENTAS.
Yndice
Cuentas para marcos, onzas y adarmes. Cuentas para castellanos, tomines y granos.
Cuentas de Quebrados. Reglas de Tres. De Tres con tiempo. De Tres Bastarda. De Tres
en Compañia. De Tres para Reditos: y aumentando. Romanages. Asucar y su Taxa.
Yerba. Algodon. Arros. Charqui y Zebo. Graza y Arina. Cuentas de Oro para Comercio y
Monedas. Tarifa de Ley de 22 ½ quilates. Cuentas de Plata, y su fineza. Reduccion de
Doblones y Pesos, a Real de Vellon. Monedas de Plata, Oro y Cobre. Tintas Diversas.
Tinte para Botas. Barnices para Colores finos. Liensos Encerados. Tafetanes y
Pergaminos Encerados. Naturaleza de los Elementos. Cuenta Curiosa, que puede servir
para sacar otras a su semejansa.
Cinco Reglas de Cuentas
En caso que no las sepas
No te amargará su encuentro;
Y si te hallas olvidado,
Para su recuerdo,
Las tienes manifiesto.
Las cinco Reglas de Cuentas esenciales, son estas = Sumar = Restar =
Multiplicar = Medio Partir = y Partir por Entero.
Sumar
Se entiende juntar las cantidades unas con otras; distinguiéndolas en sumas llanas y
sumas de quebrados con la condición precisa que la suma llana, en cada línea de
números directos que sumes, cuantos dieses tengas, tantos unos llevas. La suma con
quebrados es lo mismo en los números enteros, sólo con la diferencia que de los
quebrados vas componiendo números enteros.
Restar
Esta Cuenta no es otra cosa que rebajar una cantidad de otra.
Multiplicar
Es redoblar un número por otro.
Medio Partir
La Cuenta de Medio Partir se conoce en que el partidor no pase de diez, esto es que sea
de 1 hasta 9, porque de 10 para arriba ya se dice partir por entero.
Partir por Entero
La Cuenta de Partir por Entero, se distingue en que la cantidad se haya de partir entre
partes que pasen de diez, hasta ciento o miles.
Cuenta curiosa para surtir esta hoja y por vía de memoria
Disputando un hereje con un cristiano sobre el misterio de la Trinidad, hubo de
convencerle el cristiano con esta cuenta sobre la igualdad de las tres personas,
diciéndole que pusiere a cada una la edad que quisiese y vería en la suma salir las tres
iguales.
Ejemplo: Al Padre 20 años, al Hijo 13 años y al Espíritu Santo 18 años.
Padre 20
33
38
Hijo 13
18 Espíritu Santo
31
Suma primero los 20 del Padre con los 13 del Hijo y anota al medio 33. Suma los 20 del
Padre con los 18 del Espíritu Santo y anota al medio 38. Suma los 13 del Hijo y los 18
del Espíritu Santo y anota al medio 31.
Luego sumas los 20 con los 31 del medio, dan 51. Sumas las edades de las rayas
cruzadas (33 + 18 y 13 + 38) y ambas suman son 51.
TERCERA PARTE: ENFERMEDADES, TRATAMIENTOS Y REMEDIOS.
Para comprender a cabalidad los consejos de Pedro Fernández
a su hijo sobre
enfermedades, tratamientos y remedios, es conveniente recordar las enfermedades
más frecuentes y los estragos que produjeron en los siglos coloniales.
La viruela, fue la más devorado plaga que azotó el país. Esta plaga originaria de
China, aparece en Chile en 1561, invadió La Serena y luego se expande, españoles,
mestizos y mapuches caen por miles. Por ejemplo en 1573, el encomendero Pedro
Olmos de Aguilera de 12.000 indios que había recibido le quedaba tan sólo unos
cientos. A otro, Hernando de San Martín que de 800 indios le habían quedado 80.
Entre los siglos XVI y XVIII se tiene documentadas 19 plagas. En los primeros años del
siglo XIX, hubo tres: 1801, 1802 y 1806, la de este último año conocida como la
invasión negra fue la más terrible de todas, “de norte a sur, el país parecía un gran
cementerio” (Ferrer, 1904).
Es interesante que en la hoja 171 del manuscrito
Fernández Comenta la peste de biruelas y señala que hay dos maneras de
contraerla: 1º Si se da natural y está desprebenido y 2º Si es inoculada. Si bien la
famosa expedición del médico Francisco Javier de Balmis, en noviembre de 1803,
trayendo la variolización de Jenner a América detiene la plaga, por la fecha es dable
pensar que, el descubrimiento de fray Pedro Manuel Chaparro, fue de mayor impacto
del que se piensa. Pero nótese, en 1828 en el hospital San Juan de Dios, de Santiago,
había 230 enfermos, de los cuales 103 (43%) estaban con viruelas.
La primera enfermedad epidémica que se desarrolló en Chile fue la fiebre tifoidea, que
azotó La Imperial en 1554. Los mapuches la llamaron chavalongo. Se presentó con
mucha fuerza en los siglos coloniales, teniendo documentadas, a lo menos, cinco
plagas. En 1720 hubo una epidemia de sarampión. En 1632 otra de romadizo y dolor
de costado. En 1658 aparece la epidemia de gripe llamada quebrantahuesos. En el
siglo XVIII una epidemia de gripe, llamada bola de fuego y otra conocida como el
malsito, la cual no ha sido identificada con certeza.
La disentería, cursos de sangre, fue particularmente dañina en los siglos XVII y XVIII.
Hubo a lo menos seis epidemias, que atacaron la población de Santiago, Valparaíso,
Concepción y La Serena. Y no olvidar dos plagas históricas: el alcoholismo y el
cuchillo. Las enfermedades venéreas, en especial la sífilis, no iban en zaga, pero dado
el pudor de la época nadie se atrevía siquiera a nombrar. En 1814 el hospital San Juan
de Dios registra el ingreso de 2101 enfermos, de estos 840 (40%) eran sifilíticos y 274
(13%) heridos graves a cuchillo.
En la terapéutica colonial, cabía de todo, desde palabras pitagóricas al uso del aceite
hirviendo, taumaturgia de Paracelso, los polvos de la orden Rosa Cruz, la demonología
de Roberto Flud, los amuletos, las muelas de Santa Polonia. Los perros pelados contra
la fiebre y su carne para el hígado (Ferrer, 1904). Ojos de cangrejo, telas de araña,
excrementos de diversos animales, cuernos de ciervo, uña de la gran bestia,
raspaduras de marfil, corazón de cóndores, cerebros de liebre, piedra de altar, astas
de unicornio. Junto a estos, la más basta variedad de plantas europeas y nativas y la
infaltable piedra bezoar. En Chile y Buenos Aires hasta, más o menos 1830, estuvo de
moda seguir las recetas (en base a hierbas) del doctor Manduti o Mandouti.
Los primeros “médicos” que ejercen en el país, hacia 1615, fueron Juan Guerra
Salazar y el ex jesuita Manuel de Fonseca. A fines del XVIII, en la Universidad de San
Felipe se inicia la formación médicos, siendo el más destacado fray Pedro Manuel
Chaparro. Por aquellos años Santiago, contó con un notable farmacéutico en el jesuita
José Zeitler. Aún avanzado el siglo XIX fueron famosos los curanderos y
“compositores” como Pablo Cuevas conocido como el “médico de Choapa” y uno de
apellido Flores de Santiago.
La terapéutica era bastante tradicional o irracional. Purgantes, sangrías y agua caliente
eran los caballos de batalla en todas las formas de enfermedades. Se usaba,
indiscriminadamente, mercurio, el que producía más defunciones que la enfermedad
para la que se recetaba. Remedios infalibles: el vino y el aguardiente.
Para el campesino chileno toda enfermedad provenía del frío, del calor, de una mirada,
de un susto. Mientras el enfermo estaba con el “tratamiento” indicado, era acompañado
por rezos de su familia. Ave María y Padre Nuestro si la enfermedad provenía de calor
y Credo si el origen era el frío. Si el enfermo vivía lejos del “médico”, los parientes le
llevaban su orina y éste la examinaba de un modo misterioso. Luego recetaba o
señalaba el tratamiento.
La pregunta que cave es ¿cómo un hacendado del inicios del siglo XIX chileno tenía
tal conocimiento? Acontece que nos encontramos con un texto de 1728 editado en
Madrid, organizado por la Congregación de los Hijos de Bernardino de Obregón, que
regentaban el Hospital General de Madrid, cuyo título es “Instrucción a enfermeros y
modo de aplicar remedios…que sobrevienen en ausencia de médicos.” El título
es muy similar al que don Pedro dio como título a esta Parte: “Remedios para varias
enfermedades. Útiles donde falte el medico.”. Es más, la estructura es
absolutamente igual.
En la página 39 del capítulo VIII de
Instrucciones a enfermeros…que habla de
dolores de oídos, dice: “Acostumbran los médicos en los dolores de oídos mandar
echar dentro leche de muger, ó óleo de almendras dulces y amargas, azeyte de
ruda. La leche se echa de esta manera. Llegará la muger á adonde está el
Enfermo, y con su misma mano ordeñará dentro del oído…”. Don Pedro, por su
parte, recomienda “Con leche de gente, llenarás el oydo…, y agrega, acriollando el
remedio: llénalos con orines propios, pero que estén tibios.
Si es que don Pedro conoció la publicación española, nos habla de un hombre culto,
conocedor la literatura sobre los tópicos de su interés. Por supuesto que él enfatiza las
enfermedades de mayor frecuencia en el campo chileno y receta los remedios al
alcance de la mano.
Enfermedades.
En su Cartilla, Pedro Fernández Niño, señala a su hijo alrededor de 80 enfermedades,
de personas y animales, para las cuales entrega sobre 318 remedios en 23
tratamientos.
Resfríos, vómitos y lipidias, dolores de muelas, empachos, dolores de frío en piernas o
brazos, sequedad de régimen (estitiquez), mal aliento, cursos de frío, escasez de leche
de las madres, vinagrera de estómago, puna y precauciones para la cordillera, dolores
cólicos, ventosos y flatos,
venenos, ponzoñas o picaduras de animales, lombrices,
mal de piedras (cálculos biliares y renales), mal de ojos, corrimientos (reumatismos),
dolores de oídos, sordez, hinchazones o apostemas, lastimaduras o heridas,
lastimaduras de animales, capaduras enconadas y mal de orina, llagas malignas,
peladuras o quemaduras, dolores de cabeza y de cara u otros, caspa y
caída del
pelo, tiña, tabardillo (tifus exantemático también conocido como tabardete, pintas o
chavalongo), tensiones, dolor de costado, diviesos, carbunco y verrugas, lepra,
ronquera, sarna o comezón de la sangre, gota coral (epilepsia), nervios encogidos y
tullidos, mal de corazón, pasmo, dolores de gota, mal de hora, tiricia (ictericia), piojos y
ladillas, detención de la sangre en menstruos, reuma, flujo de sangre, purgación, tos y
calor de espaldas, mal de orina, hinchazones o incordios (tumores), empeines o paño,
almorranas, desmayo, dolores de espalda, debilidad, remedio contra ratones.
Remedios contra hormigas, remedios contra chinches, dolor de vientre, puntada, peste
de viruelas, pujos, purgas fáciles, lipidia (disentería y abscesos hepáticos), golpes de
riesgo, fluxiones (acumulación dolorosa de humores en cualquier parte del cuerpo),
partos dificultosos, detención de preñez, inflamación de garganta, parálisis, pidigüines,
ahogos y asma , vomitivos fáciles, ahogado y modo de curarlo, mordeduras de perro u
otras, fuentes (hemorragias) y modo de curarlas, modo de limpiar los dientes.
Tratamientos
Leyendo el capítulo, es posible observar los siguientes tratamientos: sangrías,
cocimientos, friegas, ayudas, baños fríos y calientes, sudaciones, tomas, mates,
emplastos y salmueras, parches, sorbidas, canutazos y humazos, ulpos y mazamorras,
mezclas (mixtos), sentadas en agua fría, frutas y agua serenadas, jeringazos,
lavativas, curaciones y lavatorios, suturas con hilo y aguja, fogueadas, azotes con
ortigas, sanguijuelas, bizmas (lienzo o pomada que cubre un emplasto).
Remedios
Productos de cocina y de casa: aceites (de comer y de almendras), grasas y sebos,
clavos de olor, yerba mate, vinagre, azúcar, comino, harina, chuchoca, huesillos, ají,
orégano, leche de vaca, cenizas, jabón, sal, huevos (fritos, crudos y en tortillas), miel
de cañas, lejía, rescoldo, charqui, aceite rosado, cera, levadura, manteca de cerdo,
miel de abeja, afrecho, almidón, pimienta, mostaza, pasas, velas.
Vinos y licores: vino tinto, vino blanco, vino añejo, aguardiente (puro, alcanforado y
anisado) y ponches.
Especies vegetales del huerto: ajos, cebolla, maíz y pelos de choclo, apio, zapallo y
flor de zapallo, ajenjo, manzanilla de Castilla, hierba buena (menta), rábanos, flor de
violeta, pepas de melón, tabaco, uvas, tunas, jugos y palas de tunas, cedrón, higos,
palitos y hojas de higuera, algodón, habas, limón, naranjas dulces y agrias, hojas de
naranjo, cilantro, trigo verde, hojas de durazno, amapola, saúco, hojas de nogal, polvos
de verónica (tónico y sudorífero), granadas y hojas de granado, papas, aceitunas,
hojas de olivo, tamarindo, acedera (condimento y diurético), nueces y hojas de nogal,
salvia (estimulante), genciana (antiescrofuloso), pepas y palos de membrillo, lino,
acelga, mercuriales (emoliente y purgante), sandías, verbena (excitante), azafrancillo,
alfalfa, peras bergamotas, cebada, repollo o col, tomates, garbanzos, chicoria, altamisa
(artemisa)..
Especies vegetales silvestres: retamilla, llantén, raíces de malva, toronjil,
cachanlagua, palitos de palqui, ruda, culén, quisco de la tierra, quisco de Castilla,
hinojo, barbas de sauce, pencas, flor y hojas de borraja, mosqueta, panul, semillas de
espino, polvos de eneldo (carminativo), lampazo, arrayán, quillay, ortigas, peumo,
resina de algarrobo, clonqui, cadillo, maitén, pilapila, tembladerilla, pangue, chepica,
cabello de ángel, verdolaga, corregüela, cicuta,
Remedios de botica: incienso molido, polvos, bálsamo y aceite de María (de calaba o
de calambuco), polvos capuchinos (se elaboraban con cebadilla), polvos de semilla de
retama, polvos de acíbar (aloe, se empleaban como purgante), flor, hojas y polvos de
romero de Castilla, rosa de Castilla, polvos de anís, ruibarbo (purgante y laxante), rapé,
solimán (sublimado corrosivo en base a mercurio), piedra lumbre (astringente y
antidiarreico), alhucema o espliego (se usaba para hacer sahumerios), mantequilla de
cacao, canela, flor de balsamina (para curar llagas y heridas), nuez moscada, bálsamo
Alcedo (se extraía del arce), ungüento de Tutía, ungüento Sinolio, polvos Juanes
(mercurio precipitado de rojo, inventado por Juan de Vigo), resina de Castilla, unto de
sierpe, aceite de lagartos, cantáridas, bálsamo católico, balsa licor, raíz de filipéndula
(astringente), polvos de oro (cloruro de oro empleado como antitúsico, contra
amenorreas y sífilis), polvos de plata (nitrato de plata para cauterizar heridas), polvos
de coral, agua de mayorana (antiespasmódico), altamisa (regulaba la menstruación),
papeles de estraza, papel de chocolate, lacre, polvos de Alcana (usados como
tinturas), ungüento de Almártaga (protoxido de plomo), agua de verdolaga, ipecacuana
(emético), almorejo, polvos de Aibia, culantro (helecho empleado como sudorífero) .
Remedios curiosos: Azarcón, azogue o mercurio (antisifilítico), azufre, barro de pozo
o acequia, bosta de vacuno, seca y bien hervida, cachos de vacuno, contrahierba,
corazón de un buitre o cóndor, cocido o asado, cuero y pelos de las patas de una vaca
negra, enjundia de gallina, estiércol fresco o seco de caballo, excrementos de cerdos,
excrementos de ratones, excrementos de perros, excrementos humanos, golondrinas,
hígado de vaca, hilos de lana untados con grasa y azogue, hollín, lacre, lana negra,
leche humana, lombrices de tierra, moscas frescas y secas, orines propios tibios o
calientes o mezclados con tierra, orines de niño, orines de burro, patos, patitas de
grillo, pelusa de zapatos, pichones, piedra bezoar o besar, piojos, pólvora fina, pulpa
de cordero o carnero, plumas de avestruz, sanguijuelas, sapos, sebo de chivato negro
capado, suelas de zapatos, telas de araña, tijeras abiertas, tuétano de caballo, yesca
y otros.
Remedios para varias enfermedades.
Utiles donde falte el medico.
Dolores de Muelas: Una bolita de Zevo: mixto con hollín, y pelusa de sapato; se pone
en la picadura: y pon fuera en la cara, se aplica un papel de chocolate, zebo y rapé; es
superior. Otro: Sorber orines propios calientes en ayunas. Otro: Si se menean los
Dientes, enjuaga la boca con binagre tibio, que se aprietan. Otro: Si ninguno de estos
remededios te haze bien; bajate los calsones, y siéntate de repente en agua fria: que
por cecreto es superior.
Mal Aliento: Sorberás en Ayunas, tres veces al dia, Orines de burro.
Escacéz de Leche en Amas: Esta falta, por lo comun, resulta de Calor en la Espalda:
la que se refresca con el Sumo de Tuna. Otro: Un cocimiento de lombrices de tierra, y
en este, harás un ulpo, con arina blanca.
Dolores Cólicos: Ventosos y Flato: Ponerce un parchi de aseyte de Maria en la
rabadilla ai experiencia.Otro: A un huebo fresco, hechale dentro aguardiente, y sorbelo.
Dolores Ventosos, y flato: Un sigarro de aniz con alucema, te haria eructar. Otro: Un
sigarro de estiércol de cavallo.
Mal de Ojos. Lava los ojos con sumo de inojo o de ruda, o con orines propios.
Corrimientos: Un agi limenso quitadas las pepas: llenalo con orines propios; ponlo a
herbir al fuego, y ardiento lo aplicas al dolor.
Dolor de Oydos: Si conoces que es calor llenalos con orines propios, pero que esten
tibios.
Otro: Con leche de gente, llenarás el oydo.
Lastimaduras o heridas: Mascas romero con sal, si no para la sangre, y ponle como
un tapon encima: es superior; que asi sanó un cabrero a Don Quijote quando le
cortaron la oreja. Otro: Si es herida grande: la coserás con ahuja e ilo, taconeándola de
yesca, después de lavada con aguardiente. Otro: Si es una puñalada recien dada:
lavala con bino herbido con romero de Castilla y tabaco poniéndole un cabezal de ilos
ensima, lavándola todos los dias dos veses y tambien con aguardiente sin aniz.
Peladuras o Quemaduras: Si te pelas con agua hirbiendo; o te quemas: Charquea
una pulpa de carne, hechale azeyte de comer, y pontela en la quemadura, que no
sentirás dolor. Otro: Si se encona: tostarás unas cagarrutas de raton, molidas y
sernidas se mistan con graza de baca , y sobre clara y tibia, se unta la parte dañada
con una pluma; y en defecto de cagarrutas se haze con estiércol de caballo quemado y
sernido.
Dolor de Costado: Otro: Dragma y media de Polbos de Amapola, en cocimiento de
doradilla y culantrillo se pasa untando el lado con unto de sierpe y aseyte de
lagartos.Otro: Tomarás el estiércol de cavallo fresco desecho con bino y colado.Otro:
Una ayuda: de orines de niño, palos de salbia: cascaras de peumo; un puñado de rosa,
todo bien hervido en los orines se cuela, y luego se le desace una onsa de asucar, y
dos cucharadas de aseyte de comer, con una de miel de cañas.
Ronquera: Si es calor: Pondrás en el pecho un emplasto de pepa de membrillo y sevo,
bien molidas. Otro: harás unos ulpos de moscas secas en agua tibia.
Mal de corazon: Continuamente a tomar a pasto la agua de torongil y oler sus ojas
refregadas.
Otro: Tambien es bueno el corazon de un huitre tomarlo cosido y su caldo.
Dolores de gota: Ponte unas sanguijuelas en la parte que duele, que chupan el mal
humor y se quita el dolor.
Piojos y Ladillas:Pondrás un hilo de lana, untado en grasa de baca, soliman, y
asogue, que se mueren Otro: Despolvorea la cavesa con Polbos Capuchinos. Otro: Si
son ladillas, harás lo mismo.
Fluxo de sangre: Si se teme aborto: tomarás un poco de lacre desecho en agua tibia.
Otro: Estiércol de cavallo fresco desecho en agua tibia y colado .Otro: Dos pichones o
sapos abiertos bibos, ponlos en la sintura. Otro: Quema un pedaso de asta de baca,
haslo polbos, y en agua tibia los tomasque sujeta la sangre y el aborto.Otro: Quema
unas plumas de avestruz y estos polvos en agua comun herbidos, tomarás al
acostarte: poniendote en cada pecho un paño mojado en binagre fuerte bien estrujado,
por termino de una hora, que es superior.
Mal de Horina: Las patitas de un grillo molidas, tomalas en agua tibia, que es
prodigioso: y no tomes todo el grillo, por que se suelta la horina.
Almorranas: El sumo de sebolla en algodón, las habre y quita.Otro: Sebo derretido en
asucar, lo untas con una pluma.Otro: fogueates con media naranja agria: sobre
caliente: que es muy bueno.
Partos dificultosos: Tomarás bien colado un poco de estiércol de cavallo fresco
desecho en bino, aplicando en el vientre un pedazo de palo de fresno, que parirás en
la hora: esto es siendo tiempo; por que no cae la breva del arbol sino esta bien
madura, para lo cual repara que tu partera sea diestra: un tenedor baquiano que ponga
las rodillas en la cintura y los dedos de las manos en la boca del estomago sin afligirte
o apresurar demasiado: Soga e imagen de tu devoción a quien ofrecer tus dolores y el
nuevo infante.
Detencion de parto: Abrirás un pato por el espinazo y con sangre y tripas, le pones un
poco de rosa seca espolboreada y un poco de aseyte de almendras: lo aplicas al
vientre, que en la hora las botas. Otro: Si hay (…): pon unas tijeras abiertas devajo del
colchon sin que lo sepa la doliente. Es secreto. Otro: Si la criatura nace media muerta,
ponle el pico de un gallo dentro del intestino y lo beras bibo.
Inflamación de Garganta: Si esta inchada, tomarás una golondrina, cuesela en agua
comun con plumas y todo, y assi la habres por el espinaso, le hechas un poco de
aseyte de comer, y la pones en la garganta, haciendo gargaras con la misma
agua.Otro: Gargaras de orines propios
Otro: Si la hinchazón esta madura (sin que conosca el doliente el remedio ) pondrás en
un canuto de caña un poco de caca de perro blanca bien molida, y soplándole un
canutaso adentro de la garganta, en la hora rebienta.
CUARTA PARTE: NOTICIAS PARA TRABAJAR UNA MINA Y MODO DE
BENEFICIAR METALES.
En esta parte comienza en autor escribiendo una suerte de introducción sobre lo bueno
de tener minas y los cuidados que ello demanda:
“Destino es de hombre afortunado, tener una buena mina; y a quien Dios se la diere, el
Cielo se la vendiga: Pero cuidado en la Cuenta; Zelo; y Recelo de su gobierno, que
quando menos piensa se convierte en aflicción el contento: y preciso es saberla
hordenar vaxo el conocimiento de sus rumbos, recuestos, ramificaciones y disposición
de sus piques, buscándolos con la observaciones experimentadas que se dirán.
El seguro de su firmesa serán las buenas obras y fee del afortunado, confiando en Dios
sobre todo; pues el destino es sabio, por que su atractivo es tan dulce, que su misma
dulsura sofoca, desbanece, embelesa y trae a los hombres sino tino: Poderoso, por que
no hay tributo igual que salido de su seno; tanto le aumenta al viviente quanto al Reyno.
El modo de conocer una veta y distinguirla. Figúrate una pared entre dos cajas. Una
que se llama de cuerpo y otra de flaquezas. La de cuerpo es la que se inclina a la
mayor parte o más altura del cerro, y la de flaqueza hacia abajo o parte más leve. Esta
veta se dice; serpentear: y por lo común donde se descubre se llama somera y donde
se oculta encapada. La que tiene sus guías.
Los metales. Los metales se conocen por su peso y colores. Para ser de plata, son los
perfectos el cardenillo, azul turquí, acerado, atorcazado y también el colorado. El oro
como superior y señor se halla en varios colores. Distinguense los metales en
apanalados, llampos, guijos, guijarros, espejuelos, salcillas, soroches, bronces.
Metal apanado es todo el que está poroso, sin mayor dureza, tiene criaderos, sule tener
variedad de colores y liviano: esta es superior clase. Metal llampo: son los blandos que
se deshacen y así son superiores habiendo ley, con la variedad de ser llampo
cardenalillo, llampo amarillo, llampo colorado, etc.
Metal en guijo: es aquel muy sólido lustroso, por lo común blanco a figura de casidonia:
son de poca esperanza. Guijarro es la misma clase, distinto en color por ser amarillo,
colorado, negro, musgo, etc. Suelen tener criaderos, acerados y mixtos de poca monta.
Espejuelos: son muy lustrosos, blancos que se llevan la vista, de poca monta.
Salcillas: son blancos muy finos y buena seña. Soroches: por lo común son las cenizas
de los bronces, y señal firme de seguirse bronces: con la regla que si el soroche es de
buena ley, mejor se sigue el bronce. Bronces: encima malos y en profundidad suelen
afirmarse y al grado de ser superiores. Son comunes en oro; en la plata pocos.
El pique: Hallada una veta, vamos a su pique que tiene distinción: Uno es Pique
derecho. Otro es Pique chiflón, un poco más tendido que el derecho. Otro es Frontón
derecho, más tendido que el chiflón. Y otro es Frontón tendido, recostado más que
todos. Chimenea, se llama todo pique que se da para arriba. Puentes, es todo lo que se
va dejando sin picar ni trabajar. Estribos, son puentes chicos. Lumbrera, es una boca
mina que se llama así cuando se da a un lado de la veta. Socavón recto y Socavón
atravesado. Socavón real, se distingue y llama así por que desagua vertientes,
comunica luz y aire. Callapo y cruceta: son los nombres que tienen los palos con que
se va enmaderando la mina y según su trabajo.
Herramientas. Las herramientas se nombran y distinguen así: combos, cuñas,
barretas, cucharas, barrenas, taqueadoras, azadones, palas, etc. Con la distinción que
los combos, unos son aporreadores, de 24 a 25 libras cada uno y otros son
barrenadores, de 12 a 16 libras y las barrenas son comenzadoras, y otras acabadoras,
que es decir mayores y menores, y también hay seguidoras.
Desmonte. Del desmonte, que ya se sabe lo que es: resulta el pallaqueo: que no es
otra cosa que despuntarles y quebrarles a los metales todo lo bueno y de provecho
que tuvieren.
Bibliografía
Buensuceso, Agustín del. 1728. Instrucción a enfermeros y modo de aplicar los
remedios a todo género de enfermedad, y acudir a los accidentes, que sobrevienen
en ausencia de los médicos. Cuarta Edición. Imprenta de Bernardo Peralta. Madrid.
Fernández Niño, Pedro. 1808 – 1817. Cartilla de Campo y Otras Curiosidades
dirigidas a la enseñanza y buen éxito de un Hijo. Dios sobre todo. Manuscrito.
Chicureo.
Fernández Niño, Pedro.1867. Cartilla de Campo para el uso de los agricultores.
Segunda edición
aumentada y corregida. Imprenta del Independiente (Calle de los
Huérfanos, núm. 64). Santiago.
Ferrer, Pedro Lautaro. 1904. Historia General de la Medicina en Chile. Imprenta Talca
de J. Martín Garrido. Talca.
Gay, Claudio.1973. Agricultura Chilena. Icira. Santiago.
Vicuña Mackenna, Benjamín. 1947. Los médicos de antaño en el Reino de Chile.
Difusión. Santiago.