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NOTAS Y DISCUSIONES
Filosofía analítica de la religión
ENRIQUE ROMERALES
La filosofía de la religión es hoy una de cuestiones teológicas y religiosas en el
las ramas de la filosofía más repre- pensamiento anglosajón, entre ellas el
s e n t a t i v a s d e l á m b i t o a n glosajón. Ac - Diario filosófico, las referencias finales
tualmente goza de una situación simi- del Tractatus o las de las Observaciones,
l a r a l a q u e p o s e í a n e n l o s a ñ o s c i n - por parte de Wittgenstein; el ¿Por qué
cuenta o sesenta disciplinas como la fi- no soy cristiano? de Russe11,3 o el capí
losofía del lenguaje o de la ciencia, esto talo 6 de Lenguaje, verdad y lógica, de
e s , c u e n t a c o n c a s i m e d i o s i g l o d e t r a - Ayer.
dición y está en plena efervescencia. Si De este modo, hacia los años cin
bien podemos remontar el origen de cuenta las cuestiones de lenguaje y sig
nuestra disciplina hasta Jenófanes, en nificado dominaban la filosofía de la
el mundo analítico la constitución de religión como el resto de la filosofía. El
una comunidad nutrida de filósofos de problema principal era si el veredicto
la religión aparece hacia los años cin- condenatorio de la teología que había
cuenta.' Hemos trazado recientemente pronunciado el empirismo lógico era
u n a m p l i o p a n o r a m a t e m á t i c o d e l a f i - justo o, por contra, la teología tenía su
l o s o f í a a n a l í t i c a d e l a r e l i g i ó n e n n u e s - p r o p i a l ó g i c a -l o q u e e r a m á s a c o r d e
tros días,' por lo que aquí haremos un con las ideas del análisis lingüístico
breve recorrido histórico para referir- p r o c e d e n t e s d e l s e g u n d o W i t t g e n
nos finalmente al estado actual y a la stein- o, en último caso, como se pre
situación en España. tendería más adelante, podía salvarse la
La filosofía de la religión adquiere religión liberándola del excesivo peso
n o t o r i e d a d e n e l á m b i t o a c a d é m i c o d e l a t e o l o g í a. Así en 19554 surge la pri
c o m o d i s c i p l i n a y c u e n t a c o n u n n u t r í - mera gran obra colectiva, los New Es
do número de componentes a partir de says in Philosopkical Theology, en que
los años cincuenta en Gran Bretaña y, muchos y diversos filósofos discuten el
en seguida, en los EEUU, Australia o significado de las aserciones teológicas
Nueva Zelanda. En un principio se tra- y s u v a l o r . E n e s t a « é p o c a d e l a s p a r á
ta, en muchos casos, de lógicos y filó- bolas» se discute si los enunciados teo
sofos del lenguaje o de la ciencia (John lógicos tienen o no significado y si, de
Wisdom, Arthur N. Prior, Anthony tenerlo, tienen alguna verosimilitud.
Flew, John Mackie, Norman Malcolm, Podemos agrupar del siguiente modo
William Alston, Richard Braithwaite) a los filó s o f o s s e g ú n s u v e r e d i c t o :
que aplican sus teorías a la religión y a) quienes aceptan las ideas del empi
teología. Aunque ha pasado el apogeo rismo lógico (o, en su caso, del falsa
del positivismo lógico, en los cincuenta cionismo) y su aplicación a los temas
es aún la corriente filosófica dominante religiosos, para concluir que la teología
y, en bastantes casos, son discípulos su- o bien no expresa ningún conocimien
yos quienes aplican tales ideas a la reli- to o bien es radicalmente falsa, y la re
gión de un modo sumamente crítico. ligión (la cristiana al menos) una activiNaturalmente tales desarrollos no sur- ~ d a d i r r a c i o n a l e i n a c e p t a b l e ( M a c k i e , g i e r o n d e l a n a d a , s i n o q u e o b r a s p r e - Flew, Martín, Smart, Nielsen, Edwards cedentes tocaban marginalmente las y un largo etcétera). b) Quienes acepISEGORÍA 1 3 (1991) 147
NOTAS Y DISCUSIONES
tando que el empirismo lógico arruina sa o la existencia de Dios bajo el hilo
la teología, creen que la religión puede conductor de la racionalidad de la
salvarse independizándola de aquella o creencia religiosa.8
que, al menos, tiene cierto valor como Ya en plenos sesenta la ampliación de
a c t i v i d a d h u m a n a -a f e c t i v a , e m o c i o - t e m a s c o r r e p a r e j a a l a i n c o r p o r a c i ó n
n a l , e x p r e s i v a o a l g o s i m i l a r - (Ho- d e n u e v o s f i l ó s o f o s , y c o n e l l o a l a p r o l i
lland, McPherson, Hare, MacIntyre, feración de s i m p o s i o s y s e m i n a r i o s , q u e
Braithwaite). c) Quienes aceptando el hacia los setenta producirá la prolifera
desafío empirista pretenden «rellenar ción de antologías, selecciones de textos
d e c o n t e n i d o » f á c t i c o a l a t e o l o g í a s i n e i n t r o d u c c i o n e s a l a d i s c i p lina.9 Así,
p r e t e n d e r q u e s e a n i n g ú n t i p o d e c i e n - por ejemplo, Alvin Plantinga -u n o d e
cia sino, más bien, reivindicando sus los autores más originales y seguramen
asertos metafísicos (Hick, Mitchell, te quien más ha revitalizado la filosofía
Crombie).5 E n s e g u i d a a p a r e c e r a n l o s d e l a r e l i g i ó n - p u b l i c a e n 1 9 6 7 G o d
q u e , d ) n o a c e p t a n l a s i d e a s p o s i t i v i s - and Other Minds,l0 libro de difícil clasi
tas, y menos su aplicación a cuestiones ficación, en el que se sostiene que, aun
de religión sino que, guiados por el se- con la ausencia de pruebas o eviden
gundo Wittgenstein, piensan que la re- cias, la racionalidad del teísmo no es in
ligión es un juego de lenguaje que «se ferior a la de la creencia en las otras
juega», sin duda porque expresa una mentes. O los dos capítulos finales de
p e c u l i a r f o r m a d e v i d a , y -en varios su influyente The Nature of Necessity,ll
autores- s e a ñ a d i r á q u e t a l j u e g o e s q u e t o c a n d e c i s i v a m e n t e d o s d e l o s p r o
independiente por completo de creen- blemas clásicos del teísmo que vuelven
ciar y por tanto toda teología -f i l o s ó f i - a e s t a r d e a c t u a l i d a d : e l a r g u m e n t o o n
ca o revelada- superflua (Malcolm, tológico y el problema del mal. Respec
Hudson, Phillips, Winch, cte.). Y como to del primero, las importantes aporta
grupo añadido, e) q u i e n e s d e s d e l a t e o - c i o n e s -m u t u a m e n t e c o n t r a d i c t o r i a s
logía aprovechan en parte las ideas del de Findlay y Prior en los cincuenta,t2 el
segundo Wittgenstein, y en parte las primero presentando una concluyente
del tercer grupo, para aclarar el uso del r e f u t a c i ó n o n t o l ó g i c a , y e l s e g u n d o u n a
lenguaje teológico cristiano que jus- posible vía de aceptación de la exis
tifica su significado y significancia tencia necesaria, dieron paso en los se
(Ramsey,b Macquarrie, Mananzan, Pro- senta a las obras de Hart s h o r n e y M a l
zesky). colml3 que, de modo muy similar, rei
En efecto, en 1957 un grupo de filó- v i n d i c a b a n a s a n A n s e l m o c o m o f o r m u
sofos metafísicos de Oxford publica la lador de un segundo argumento onto
obra colectiva Faith and Logic7 que jus- lógico (inerme a los ataques tanto de
tameme pretende dar cuenta de la lógi- Hume como de Kant, y a la par del em
ca de la fe frente a las críticas empiris- pirismo lógico) que venía a afirmar, no
tas, aunque aceptando buena parte de que la existencia es una perfección, sino
sus presupuestos. Y ya en los sesenta el que la existencia necesaria lo es. Plantin
análisis lógico y conceptual abre paso ga, tras rechazar primero este «segundo
al planteamiento de genuinas cuestio- argumento» construye una nueva ver
nes teológicas. Así en 1964 el Princeton sión, válida según él, y que ha hecho
Theological Seminary convoca un se- que en los setenta y ochenta las versio
minario en cuyas actas, en las que par- nes del argumento ontológico y sus su
ticipan unos cincuenta filósofos, apare= cesivas refutaciones proliferen de un
cen tópicos como la experiencia religio- modo que ha llegado a ser alarmante. 14
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NOTAS Y DISCUSIONES
R e s p e c t o d e l p r o b l e m a d e l m a l , l a e s - g i o s a -. A d e m á s , c o m o n o h a y m o d o
trategia de Plantinga consistió en des- de cuantificar el mal, no hay modo de
montar el ataque del siguiente modo. asignar un valor determinado a la pro
Mackie había afirmado en «Evil and babilidad de la existencia de Dios fren
Omnipotence» 15 que la existencia del te al mal. En suma, la estrategia de
mal era lógicamente incompatible con la Plantinga frente al problema del mal,
existencia de un Dios creador suma- luego seguida por otros muchos, con
mente bondadoso y omnipotente. Se siste en retraer más y más el argumen
afirma que el mal moral es el precio de to epicúreo hacia sus fundamentos ló
la libertad pero, arguye Mackie, si es gicos, de modo que cualquier conclu
posible que los hombres actúen bien en sión ateológica quede indefinidamente
cualquier ocasión dada, entonces es po- bloqueada. La otra linea principal de
sible que actúen bien en toda ocasión, argumentación acerca de este problema
pero, dada la omnipotencia divina, está constituida por la denominada
Dios podía -y d e b í a - h a b e r c r e a d o « s o u l m a k i n g t h e o d i c y » c u y o m a y o r
criaturas libres que siempre actuaran representante es John Hick, quien en
bien. No haberlo hecho refuta su bon- su Evil and the God of L o v e , d e 1 9 6 6 , 1 8
dad o su misma existencia. Contra esto ataca el problema de frente intentando
Plantinga expuso la Free Will Defertce,lb construir una teodicea irenista consis
que sostiene, grosso modo, que aunque tente en argumentar que, para que po
hay mundos posibles en los que los damos disfrutar de un estado futuro de
hombres actúan libremente siempre bienaventuranza, seguramente es nece
bién (pues cabe tal posibilidad lógica), sacio que primero pasemos por las pe
l a o m n i p o t e n c i a d i v i n a n o p u e d e a c tua- n a l i d a d e s d e u n a v i d a c o m o e s t a , a f i n
lizar uno de tales mundos pues ello de poder alcanzar un estado de conoci
equivaldría a superponer la acción divi- miento y voluntad en el que libremente
na sobre la libertad humana puedan- actuemos siempre bien. En suma, sin
d o e s t a ú l t i m a a n u l a d a -. Esto justifi- s e r u n t e m a t a n c a n d e n t e c o m o e l a r
caría plenamente el mal moral; en gumento ontológico, el problema del
cuanto al mal físico Plantinga alegó mal nunca ha dejado de estar presente,
que, dado que Dios p u e d e t e n e r c a z o - y c u e n t a c o n i m p o r t a n t e s c o n t r i b u c i o
nes que se nos escapan para permitir nes en los setenta y ochenta.l9
dicho mal, su existencia, por sí misma, Pero volviendo al inicio de los seten
no es incompatible con la existencia de ta, otro de los temas candentes en esta
Dios; a lo sumo, la existencia de tal mal época es el desarrollo de una «filosofía
hace improbable la existencia de Dios. del lenguaje religioso», e incluso de una
Pero para defender el argumento proba- entera filosofía de la rel i g i ó n , b a s a d a
bilístico a partir del malle hace falta sa- en el Wittgenstein de las Investigacio
ber de cuál de las distintas concepcio- nes filosóficas y de Sobre la certeza,20 en
n e s d e l a p r o b a b i l i d a d e s t a m o s h a b l a n - v e z d e e n e l e m p i r i s m o l ó g i c o . A s í .en
do (lógica, estadística, etc.) y contar 1975 un congreso en Lancaster reúne a
con una concepción unitaria de dicho una veintena de filósofos alrededor del
tipo de probabilidad, lo que no sucede. tópico: cuál es la posición de Wittgens
Y , e n s e g u n d o l u gar, aunque la proba- t e i n s o b r e l a r e l i g i ó n , y q u é v a l o r t i e n e n
bilidad de la existencia de Dios frente sus ideas para la filosofía de la reli
a l m a l f u e r a b a j a , p o d r í a e l e v a r s e s u s - gión.21 En realidad, el enfoque witt
tancialmente al tener en cuenta otros gensteiniano se remonta bastante atrás,
h e c h o s -c o m o p . e . l a e x p e r i e n c i a r e l i - p r o b a b l e m e n t e a l a o b r a c o l e c t i v a « f u n
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NOTAS Y DISCUSIONES
dacional» editada por Dewi Z. Phillips, más justificación (en cuanto a la justi
Religion and Understanding.zz Desde ficación de las prácticas y actitudes
luego, no todos los wittgensteinianos inherentes a una forma de vida, ésta es
entienden por igual la religión. Hay siempre interna). Algunos, como Winch,
d e s d e q u i e n e s d e f i e n d e n u n a r e l i g i o s i - van más allá, para afirmar que la re
dad agnóstica porque la religión conde- ligión no tiene nada que ver con las
ne expresiones, no creencias, hasta creencias, con las hipótesis, que los
quienes afirman que hay creencias reli- enunciados teológicos y sus problemas
giosas, si bien carecen de fundamento son puros malentendidos de los filóso
racional, lo cual no es grave porque fos. La religión es un ámbito de senti
t o d o s i s t e m a d e a f i r m a c i o n e s -c i e n c i a m i e n t o s y e m o c i o n e s , d e e x p r e s i o n e s ,
incluida- carece de una justificación un modo de ver la vida, una determina
última. La postura estándar vendría a da actitud hacia el mundo. Si no hay
consistir en lo siguiente: no hay un len- creencias que defender, si no hay nin
guaje ni una lógica. Al contrario, hay gún contenido asertivo, la argumenta
muchos e inconmensurables juegos de ción racional está por completo fuera
l e n g u a j e y c a d a u n o t i e n e s u p r o p i a l ó - de lugar. El que usted o yo participe
gica. Si queremos una instancia última mos o no en determinada forma de
de apelación que decida qué juegos hay vida religiosa es filosóficamente irrele
que practicar, no la hay. A eso pode- vante.
mos llamarlo carencia de fundamen- Las críticas a tal posición no se hicie
tación, de justificación racional última ron esperar.23 Las fundamentales son:
-a l g o i n t r í n s e c o a t o d o s i s t e m a h u r r a - a ) q u e m u c h a s d e l a s a c t i t u d e s y p r á c t i
n o -. Qué es una prueba y qué una re- c a s r e l i g i o s a s p r e s u p o n e n l ó g i c a m e n t e
futación, qué es sin sentido y qué tiene determinadas creencias (como que hay
sentido, qué vale y qué no, se decide un Dios, o una vida ultraterrena). Por
s i e m p r e d e n t r o d e u n j u e g o d e l e n g u a j e , e j e m p l o , n o t i e n e sentido rezar para pe
dentro de cada sistema. Cada juego de dir algo o agradecer algo, a menos que
lenguaje representa una forma de vida. creamos que hay alguien que nos escu
La decisión de a qué juegos de lenguaje cha y es capaz de darnos lo pedido o es
jugar, de en qué formas de vida par- (al menos en parte) responsable de lo
ticipar, ni es ni puede ser una deci- acaecido. b) Que tales creencias son de
sión racional basada en evidencias o hecho esenciales para muchas religio
argumentos. Normalmente vien e d i c t a - n e s . c ) Q u e t a l e s c r e e n c i a s p r e s e n t a n
da por la comunidad a la que pertene- problemas y que la argumentación es
cerros, por tradición y educación. Una relevante para defender tales creencias
sociedad diferente tendrá una cultura frente a las críti c a s . d ) Q u e l o s j u e g o s
diferente, unas prácticas y formas de de lenguaje no son mundos aislados
vida diferentes y difícilmente entende- sino interconectados, y que se pue
r e m o s s u s j u e g o s d e l e n g u a j e -p o r q u e d e n c o m p r e n d e r t a m b i é n d e s d e f u e r a .
un juego de lenguaje sólo se compren- e) Precisamente por esto se puede en
d e d e s d e d e n t r o -. Lo importante, en- trar en o salir de un juego de lenguaje.
tonces, es que haya una comunidad f) Que frente al relativismo sociocul
viva y numerosa que practique determi- tural en que nos deja Wittgenstein, en
nada forma de vida y su correspondien- realidad hay unos procedimientos ra
te juego de lenguaje. Esto ocurre en el cionales argumentativos comunes a to
caso de las religiones, particularmente das las culturas y, desde luego, a todos
de la cristiana. No hay necesidad de los juegos de lenguaje que comportan
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NOTAS Y DISCUSIONES
c r e e n c i a s -f i l o s o f í a , c i e n c i a y r e l i g i ó n q u i e r e o b e d i e n c i a i n c o n d i c i o n a l , y n i n
i n c l u i d o s -, e t c . E s t a s j u s t i f i c a d a s c r í o - g ú n s e r m o r a l m e n t e a u t ó n o m o p u e d e
cas han hecho que la influencia de tal obedecer incondicionalmente a otro.
corri e n t e h a y a d i s m i n u i d o p r o g r e s i v a - P e r o , s e g u r a m e n t e , l o s h o m b r e s s o m o s
mente hasta su casi extinción ya en los moralmente autónomos (en el sentido
noventa. kantiano). Luego no es posible que ha
F r e n t e a e s t a s c r i t i c a s , a l g u n o s c o m o y a u n s e r d i g n o d e c u l t o. Rachels pre
Cupitt24 han reaccionado diciendo que tende mostrar la incompatibilidad en
no se trata tanto de describir cómo es tre la autonomía moral humana y la
la religión ni cómo actúan los creyentes, existencia de un legislador absoluto di
cuanto de prescribir cómo ha y habrá vino. Philip Quinn2ó intentó escapar del
de ser la religión si quiere seguir cum- dilema mostrando que es posible la
pliendo sus exigencias morales y estar coexistencia de Dios con seres moral
a la altura de los tiempos; unos tiem- mente autónomos en al menos dos ca
pos en los que las creencias teológicas sos: el mundo posible en el que Dios no
son tan anacrónicas como superfluas. dispone ningún mandato, y aquel en el
Pero es cuando menos dudoso que que sólo dispone aquellos mandatos a
cualquiera de las religiones bíblicas los que un ser moralmente autónomo
p u e d a s e g u i r c u m p l i e n d o s u p a p e l s o - puede asentir. El argumento de Ra
cial y moral si se desprende por com- chefs, aunque lógicamente válido, sería
pleto de sus afirmaciones teológicas. inaceptable por tener una premisa fal
Siguiendo con los años setenta, al sa. Más adelante,27 Quinn ha desarro
inicio de la década se desarrolló otra lí- liado toda una teoría del mandato divi
nea de investigación bien delimitada no compatible con la autonomía moral
(que, por supuesto, contaba con antece- y, de paso, ha aclarado muchos aspec
dentes), aunque de alcance más restrin- tos de la aplicación de la lógica deónti
g i d o . S e t r a t a d e l a p r o b l e m á t i c a d e l a c a a l p r o b l e m a d e l a r e l a c i ón entre mo
relación entre la moral y la religión, ral y religión, especialmente la lógica
cuyo abanico de doctrinas va desde del requerimiento. Sin embargo, Quinn
quienes afirman que la existencia de un ha sido acusado de presuponer la bon
Dios que orden a i n a p e l a b l e m e n t e i m p e - d a d a b s o l u t a d e D i o s , l o q u e s e r í a i n
diría la libertad y autonomía necesarias consistente con una teoría del mandato
para que surja la moral, hasta quienes divino.28 Pero, más recientemente, ha
a f i r m a n q u e s ó l o l a o b e d i e n c i a a u n afirmado que, puesto que Dios está por
Dios con poder absoluto podría justifi- e n c i m a d e l a m o r a l , l a o b l i g a c i ó n d e
car lógicamente el cumplimiento del obedecerle no puede ser moral sino
deber, y con ello la ética; pasando por más bien religiosa?9 Tampoco ha sido
quienes piensan que la autonomía mo- el único en pretender que la existencia
ral humana y la omnipotencia y exigen- de un legislador supremo no suprime la
cias divinas son compatibles. Así en moralidad y libertad humanas: Nelson
1971 James Rachels publicó un artícu- Pike ha presentado una teoría cuasi oc
1 0 2 5 e n e l q u e i n t e n t a b a d e m o s t r a r l a k a m i s t a d e l a r e l a c i ó n m o r a l -religión;
inexistencia de Dios parafraseando en Richard Swinburne, una escotista se
cierto modo al célebre < Can God's Exis- g ú n l a c u a l D i o s p o d r í a m o d i f i c a r l a s
tence Be Disproved» de Findlay. Según leyes morales contingentes que ha dis
Rachels, necesariamente, quienquiera puesto, pero no las necesarias; Roben
que sea Dios, ha de ser un ser digno de Adams, una semiagusdniana en la que,
culto. Pero un ser digno de culto re- a u n q u e c r e e m o s q u e D i o s e s s u m a m e n
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NOTAS Y DISCUSIONES
te bueno y le obedecemos por ello, es literalmente, ha tratado de explicitar el
lógicamente posible que Dios ordene significado de los principales atributos
m a l e s d e p o r s í , c o n l o q u e n u e s t r a n o - divinos: el ser un Espíritu Omnipresen
c i ó n d e l o é t i c a m e n t e i n c o r r e c t o s e v e n - te, Creador, Omnipotente, Omnisciente,
d i l a a b a j o , y a q u e « i n c o r r e c t o » s i g n i f i - Perfectamente bondadoso, Eterno e In
ca «prohibido por Dios» 30 Por último, mutable. Sobre cada uno de estos tópi
para Geach, Dios no s ó l o e s c o m p a t i b l e c o s h a y a b u n d a n t e b i b l i o g r a f í a y , e n
sino necesario para la moral, porque el varios casos, un autor se ha especializa
único modo de justificar desde un pun- do en un determinado atributo divi
to de vista lógico la no realización de no.36 Aquí no podemos extendernos so
u n a c t o e s q u e e s t é a b s o l u t a m e n t e p r o - bre el particular pero, a título de ejem
hibido (o sea, por Dios). La cuestión plo mencionaremos el tema de la om
«¿por qué he de obedecer a Dios?> se- nisciencia. Tradicionalmente se ha pen
ría para Geach insensata.3t El tema si- s a d o q u e l a o m n i s c i e n c i a d i v i n a i m p l i
gue sobre el tapete y últimamente se caba el conocimiento de los futuros
han realizado intentos de contestar a contingentes, lo que chocaba con la
Rachels sin aceptar las tesis de también inexcusable libertad humana.
Quinn.3Z Si Dios sabe que voy a hacer x no es
Para acabar con los años setenta men- posible que haga no x. ¿Cómo entonces
cionaré dos temas centrales de lo que voy a ser libre? Según Swinburne, «x es
se denomina Philosophical Theology, es- omnisciente» significa <cx conoce todas
to es, la teología natural actualizada 33 las proposiciones verdaderas». Pero si
como núcleo de la filosofía de la reli- los enunciados sobre futuros contin
gión.34 Me refiero a l a n a t u r a l e z a d i v i - g e n t e s c a r e c e n d e v a l o r d e v e r d a d , e n
na y a las «pruebas» de la existencia de tonces no hay proposiciones verdaderas
Dios. Se trata de dos temas algo Arete- a l r e s p e c t o q u e u n s e r o m n i s c i e n t e
ridos en la filosofía de la religión hasta deba conocer. Como quiera que la li
h a c e p o c o e s p e c i a l m e n t e e l ú l t i m o -, b e r t a d h u m a n a i m p l i c a q u e l a s a c c i o
debido probablemente a tres razones: nes futuras humanas son todas contin
q u e l o s f i l ó s o f o s t e í s t a s e s t a b a n d e m a - gentes, Dios no puede saber (porque así
siado ocupados en la actitud defensiva lo ha dispuesto) cuáles van a ser nues
de contestar adecuadamente las críticas tras acciones, sin que ello vaya en me
efectuadas por sus colegas agnósticos y noscabo de su omnisciencia. Aquí ve
ateos; que la historia de la filosofía mos cómo la teología filosófica al des
cuenta ya con una abundante apologé- embarazarse de un dogma teológico
tica sobre tal tema; y que no es fácil (que Dios sabe lo que va a pasar inclu
construir nuevos argumentos que elu- so respecto las acciones de los seres li
dan las severas críticas que tal tradi- bres) puede resolver limpiamente un
ción sufrió (sobre todo las aparente- i n v e t e r a d o p r o b l e m a f i l o s ó f i c o .
mente decisivas de Hurne y Kant). Desde luego, los filósofos analíti c o s
Tal vez sea Richard Swinburne quien actuales han puesto en duda la inter
más concienzudamente haya llevado a pretación e incluso la realidad (y la
cabo la tarea de (re)construir una no- c o n v e n i e n c i a ) d e m u c h o s d e l o s a t r i
ción filosóficamente aceptable de Dios butos tradicionalmente predicados de
y r e c o g e r t o d o s l o s a r g u m e n t o s y e v i - Dios. Por ejemplo, la inmutabilidad di
dencias posibles en favor del teísmo.35 Ovina puede interpretarse de muchas
Partiendo de que el lenguaje teológico maneras. En su sentido fuerte implica
h a d e t o m a r s e -a l m e n o s e n p a r t e -, l a i m p a s i b i l i d a d , y e n e l m á s f u e r t e l a
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NOTAS Y DISCUSIONES
inmutabilidad de las propiedades reía- dad de una hipótesis aumenta la proba
cionales. Pero hay un acuerdo generali- bilidad de un hecho, entonces la ocu
zado (Hartshorne, Geach, Swinburne) rrencia del hecho aumenta la proba
en que la inmutabilidad divina sólo bilidad previa de la hipótesis), Swin
afecta a sus propiedades esenciales no burne afirma que si la existencia de
relacionales, esto es, que Dios puede Dios aumenta la probabilidad de la
cambiar en el sentido de, por ejemplo, existencia del mundo, y sobre todo la
empezar a amar o dejar de amar a probabilidad de la existencia de un alto
alguna criatura, perdonar, o conocer grado de orden en el universo (dado
sus acciones presentes. La cuestión de que Dios seguramente tiene razones
la inmutabilidad está muy ligada a la para crear y, caso de hacerlo, sin duda
eternidad divina que también ha sido deseará crear algo ordenado que pueda
interpretada de diversos modos: estar cumplir sus fines), entonces la exis
en todo tiempo (Tillich), s e m p i t e r n i d a d t e n c i a d e u n m u n d o c o n u n o r d e n t a n
(Kneale, Wolterstorff), o atemporalidad elevado como el presente aumenta no
en el sentido clásico (Helm). En definí- t a b l e m e n t e l a p r o b a b i l i d a d a n t e c e d e n t e
tiva se trata de interpretar de la forma de la ex i s t e n c i a d e D i o s . 3 9 ¿ H a s t a q u é
filosóficamente más satisfactoria cada punto? Swinburne trata de cuantificar
atributo divino, y después acomodarlos las probabilidades para mostrar que, si
entre sí para formar un concepto unita- b i e n e l a r g u m e n t o t e l e o l ó g i c o por sí
río coherente. El problema de fondo en solo no hace que la probabilidad de la
el tema de los atributos divinos es com- existencia de Dios sea mayor que la de
paginar un concepto filosóficamente de- su inexistencia, sí puede tener peso su
purado (s e a e l s e r p e r f e c t o , e l s e r e n s í , l o ñ c i e n t e p a r a j u n t o c o n l o s d e m á s a r
allende e1 ser y la ousía, la Realidad últi- gumentos- inclinar la balanza de las
ma o cualquiera de las demás fórmulas evidencias en favor del teísmo. Sin em
t r a d i c i o n a l e s ) c o n l a s e x i g e n c i a s r e l i g i o - bargo, Mackie, O'Hear y Hick han ne
sas que Dios ha de cumplir. Dicho en gado que el aumento de probabilidad
román paladino: ¿cómo puede el Ipsum sea realmente significativo 4°
esse subsistens ser un «padre», una Finalmente, en la década de los
«Persona», ser «vivo», conocernos, ochenta acontece una auténtica explo
amarnos, perdonarnos o condenarnos? Sión de publicaciones en nuestra mate
Hay, obviamente, toda una amplia co- ría. El tema que se lleva la palma es el
rriente muy crítica dedicada a mostrar de la problemática entre razón y fe. Di
que nada de esto es posible.37 cho tema ha sido una preocupación
En cuanto a las «pruebas» de la exis- constante en la filosofía analítica de la
t e n c i a d e D i o s , h o y y a n o s e t r a t a o b - religión; d e h e c h o , s i u n a c u e s t i ó n e s e l
viamente de demostrar, sino de poner hilo conductor de la disciplina en el
en la balanza cuantos más argumentos presente siglo es esta: «¿es aún racional
y e v i d e n c i a s p o s i b l e s e n f a v o r d e l t e í s - y razonable creer en Dios?». Pero a prin
mo, para que estas se vayan acumulan- cipios de esta década aparece la apolo
do hasta pesar más que los argumentos gética de la creencia básica promovida
en contra 38 Respecto de los argumen- por un grupo de filósofos americanos
tos cosmológico y teleológico lo más capitaneados por Plantinga. Su obra
destacado es la versión inductiva de «fundacional» es el colectivo Faith and
Swinburne. Aplicando el teorema de Rationality.41 La idea es, grosso modo,
Bayes (que viene a decir que si, dado el la siguiente. Hay dos tipos de creencias,
conocimiento global de fondo, la ver- las que se derivan de otras deductiva o
ISEGORÍA 13 (1991) 153
NOTAS Y DISCUSIONES
inductivamente, y las que no son deri- ya que según él lo más que puede ha
vadas. Llamemos básicas a estas últi- ber son ejemplos de creencias propia
mas. Pues bien, la doctrina «oficial», el mente básicas a partir de los cuales
fundac i o n a l i s m o , h a s o s t e n i d o q u e s ó l o o p e r a r i n d u c t i v a m e n t e . E l p r o b l e m a e s
pueden ser básicas aquellas proposicio- que «no hay razón para asumir, por
nes que sean autoevidentes ylo eviden- adelantado, que todo el mundo estará
tes a los sentidos y/o incorregibles. Esto de acuerdo en los ejemplos», y se Bes
es, la evidencia debe ser su justificación cuelga diciendo que «la comunidad
última. Sin embargo, muchas de nues- cristiana [sólo] es responsable de su
tras creencias más ilustres (que existen conjunto de ejemplos» 43
otras mentes, que mi memoria es gene- Las numerosas críticas se han referi
ralmente fiable) son básicas aunque no do al relativismo y, en definitiva, la
cumplen ninguno de tales requisitos. irracionalidad que tal postura implica.
Es cierto que a m e n u d o l o q u e e n l a K e n n y 4 4 h a a f i r m a d o q u e l a e v i d e n c i a y
estructura noética de una persona se las razones no son irrelevantes para
toma como básico, en la de otra cuenta aceptar o rechazar una creencia como
como derivado. Pero en cualquier caso, básica, y Levine45 que hace falta un cri
dichas creencias básicas no se basan en terio para discriminar la basicalidad de
evidencias ni en razones, por contra, la basicalidad propia. Pero lo más du
ellas son el fundamento sobre el cual doso es que la proposición «existe
b a s a r l a s e v i d e n c i a s y l o s r a z o n a m i e n - Dios» pueda -y d e b a - contarse entre
tos. Pero como tales creencias son ne- las creencias propiamente básicas de
cesarías es racionalmente aceptable pro- una persona.
f e s a r l a s . P u e s b i e n , p a r a m u c h o s c r e - Ot r o t e m a q u e e m p i e z a a s u s c i t a r e l
yentes, la existencia de Dios es una interés hacia los ochenta de la mano de
creencia básica en este mismo sentido. John Hick es el del pluralismo religio
Por ello la evidencia y la argumenta- so. Hick es probablemente el filósofo
c i ó n e n s u f a v o r -n o a s í l a s e v i d e n c i a s d e l a r e l i g i ó n m á s c o m p l e t o , y n o h a y
en contra- s o n i r r e l e v a n t e s , y a q u e l a s t ó p i c o s o b r e e l q u e n o h a y a e s c r i t o c o n
creencias básicas no se sostienen sobre amplitud y profundidad.46 Pero de su
l a b a s e d e e v i d e n c i a s , s i n o d e m o d o i n - mano, primero en el Princeton Theolo
mediato si se dan las circunstancias Bical Seminary y luego en la Claremont
apropiadas. Intentando aclarar cuáles Graduate School, se han forjado impor
s o n t a l e s c i r c u n s t a n c i a s , W i l l i a m A l s - t a n t e s e s p e c i a l i s t a s e n r e l i g i o n e s -s o
t o n 4 z h a e x p l i c a d o q u e l a e x p e r i e n c i a b r e t o d o o r i e n t a l e s -. Su reciente An
religiosa ordinaria del creyente (Plan- Interpretation of Religion, es una mues
tinga habla del asentido de la presencia tra de cómo una filosofía de la religión
divina») es el locus adecuado. En reali- a la altura de los tiempos debe tener en
dad Plantinga ha advertido que aunque cuenta, no sólo todos los avances de la
cualquier creencia puede ser básica en filosofía de la religión (Philosophical
una estructura noética si así lo decide Theology inclusive), e incluso de las
s u p o r t a d o r , n o t o d a s l a s c r e e n c i a s s o n . c i e n c i a s d e l a r e l i g i ó n , s i n o u n c o n o c i p r o p i a r r z e n t e b á s i c a s s i n o s ó l o l a s q u e m i e n t o p r o f u n d o d e l a s d i v e r s a s r e l i g i o c u m p l a n determinados requisitos (p.e., nes y su historia. Él pretende que todas que no haya fuerte evidencia en contra, las grandes religiones tienen por refeo razones adicionales para suponer que rente lo Real en sí, algo inaccesible y la creencia es falsa). Per o Plantinga no más allá de todo pensamiento y lenguaofrece un criterio de basicalidad propia je (noúmeno), de lo cual cada religión
154 ISEGOR(A / 3 (1991)
NOTAS Y DISCUSIONES
c a p t a a l g u n o s a s p e c t o s ( f e n ó m e n o s ) , l i n g ü í s t i c o -c o n c e p t u a l , e p i s t e m o l o g í a , f i que expresa en forma mitológica y sim- losofía de la ciencia) que permiten ri
bólica. En este sentido, todas las gran- tos y sugerentes enfoques nuevos al
des religiones son verdaderas en cuanto aplicarlas a los temas religiosos; pero
que todas contactan con lo Real y son un desconocimiento bastante generali
medios de salvacíón/liberación, pero to- zado (con excepciones como John Hick
d a s s o n f a l s a s a l p r e t e nder absolutizar o Ninian Smart) de las ciencias, la fe
s u r e p r e s e n t a c i ó n -m e r a m e n t e f e n o - n o m e n o l o g í a , o l a m i s m a h i s t o r i a d e
ménica- de lo Real y al tomar como las religiones.47 Tercero, un desplaza
v e r d a d e s l i t e r a l e s m i t o s i n v e t e r a d o s m i e n t o g e o g r á f i c o de Gran Bretaña a
( s e r e l p u e b l o e l e g i d o j u d í o s -, o la los EEUU -p a r a l e l o a u n c u r i o s o a u
e n c a r n a c i ó n d e D i o s -c r i s t i a n o s -) . m e m o d e l o s f i l ó s o f o s c r e y e n t e s s o b r e
Difícil y problemático, como es sin los no creyentes, hoy en franca mino
duda el intento, probablemente es la ría-. Y cuarto, un renovado interés
única filosofía de la religión posible en por los temas más metafísicos y teoló
un futuro. gicos (algunos típicamente medievales)
Ha habido otros muchos temas que con el consiguiente interés por toda la
no han sufrido un arevival» en un pe- gran tradición filosófica hasta el siglo
ríodo determinado ni han constituido xvrlr 48 Particularmente ahora mismo
una tendencia de investigación definí- hay un gran auge de la teología dogmá
da, pero que nunca han dejado de estu- tica cristiana hecha a partir de las teo
diarse en nuestro ámbito: la experien- rías filosóficas más recientes;49 los lógi
cia religiosa, la inmortalidad y la vida tos y filósofos más sutiles ¡se ocupan
ultraterrena, los milagros, y un largo et- de la Trinidad o la Encarnación! En
cétera. Pero no nos queda ya espacio esta labor tiene especial mérito la So
para ellos. Terminamos refiriéndonos ciety of Christian Philosophy, funda
a l e s t a d o a c t u a l y a l a s i t u a c i ó n e n E s - da en EEUU en 197 8 , y s u p r e s t i g i o s a
paña. revista Faith and Philosophy, a partir
Actualmente destacan las siguientes de 1984; y, muy especialmente, la uni
características. Primero, la filosofía ara- versidad católica de Notre Dame (In
l í t i c a d e l a r e l i g i ó n , c o m o l a d e l a c i e n - diana).
cía o la del lenguaje, ha devenido una La situación en España es bien dis
escolástica más, con las ventajas e in- tinta. La filosofía de la religión no es
convenientes que ello comporta: una una materia muy relevante en nuestro
ingente cantidad de publicaciones, sim- país, y la analítica ha pasado casi com
posios, sociedades, revistas; pero una pletamente desapercibida. El primer tra
frecuente repetición (algunos autores bajo que conozco es el importante ar
publican media docena de veces el título de Javier Mugerza «El proble
mismo artículo con mínimos retoques) ma de Dios en la filosofía analítica»,5o
acompañada de una proporcional dis- quien nos presentó rigurosa y crítica
m i n u c i ó n d e l a c a l i d a d ; u n a c o m u n i - m e n t e l a d i s c i p l i n a d e m a rras, para lue
d a d d e d i s c u s i ó n ( p a r a d i g m a ) c o h e r e n - go, desgraciadamente, abandonarla. A
te y cohesionada, pero totalmente im- ella siguieron los libros de Javier Sáda
permeable a (cuando no despreciativa ha Lenguaje religioso y filosofía analítica
de) t o d o l o q u e n o s e e s c r i b a e n i n g l é s . ( u n a e x p o s i c i ó n c l a r a , p r o f u n d a y b i e n
Segundo, un amplio dominio de las documentada de los principales tópi
técnicas filosóficas típicas del ámbito tos), Qué es un sistema de creencias
(lógica modal, lógica filosófica, análisis (una obra menor donde se repasan las
ISEGORÍA 13 (1991) 155
NOTAS Y DISCUSIONES
ideas de Flew, Findlay, Hanson, Winch guaje y al argumento ontológico. Por úl
y otros), y la colección de artículos Fi- timo hay que destacar La coincidencia
losofía, lógica, religión (algunos mera- de los opuestos en Dios,54 de Lorenzo
mente exponen a nivel más elemental Peña. Se trata de una obra amplia y
lo tratado en el primer libro, otros se densa, magníficamente documentada,
concentran sobre un tema muy concre- donde se tocan casi todos los tópicos de
to, siempre con abundante información la teología filosófica en la línea de la
de primera mano). En su más reciente mejor filosofía analítica, sin olvidar las
Lecciones de filosofía de la religión5l aportaciones de la gran tradición conti
d e j a d e e x p o n e r l a s i d e a s d e l o s a n a l í - nental . E s u n a o b r a , l a m e n t a b l e m e n t e
ticos para presentar su propia postura poco difundida, en la que el autor toma
y su prospectiva de la filosofía de la siempre postura, generalmente de modo
r e l i g i ó n e n n u e s t r o p a í s -, u n a p o s t u r a o r i g i n a l y l l e g a n d o a m e n u d o a t e s i s d i s
que él califica de «religiosa» y que se cutibles, pero siempre con fundamenta
identifica con el Wittgenstein más ag- ción. Quizá la terminología inventada
nóstico. Es un libro, empero, más de que emplea dificulte innecesariamente
divulgación que los anteriores. una obra ya de por si «enjundiosa».
Además de esto he encontrado refe- En lo tocante a las traducciones,
rencias ocasionales a la filosofía analíti- tampoco son numerosas, si bien, algu
c a d e l a r e l i g i ó n e n l a s e x c e l e n t e s M e t a - h a s v a l en la pena.55 Por nuestra parte
física trascendental y Filosofía de la reli- sólo nos queda expresar el desideratum
gión, de José Gómez Caffarena.52 Tam- d e q u e l a r e c i é n n a c i d a I s e g o r í a y e l
b i é n t i e n e e n c u e n t a a l a t r a d i c i ó n a n a - Instituto de Filosofía s e a n , c o m o y a
lítica Carlos Díaz en su reciente y han empezado a serlo, activos difusores
exhaustivo Preguntarse por Dios es razo- y, ¿por qué no?, creadores de filosofía
hable. Ensayo de teodicea,53 particular- de la religión en España, incluida la
m e n t e en lo referente al tema del len- analítica.
NOTAS
1. Claro que, aparte de Hume, cuyas obras son 1956. El artículo principal que da título al libro
constantemente citadas en nuestro círculo, hay data de 1927. Hay trad. en Edhasa, Barcelona,
una larga tradici ó n d e f i l o s o f í a d e l a r e l i g i ó n c u - 1983 y reed.
yos jalones principales son la Natural 77zeology de 4. Aunque algunas de sus partes son anteriores.
Paley (1802), A Grammar of Assent de Newmann Por ejemplo, el desafío de Flew se publicó en la re
(1870), la s V a r i e t i e s o f R e l i g i o u s E x p e r i e n c e d e J a - v i s t a U n i v e r s i t y e n 1 9 5 1 . L a o b r a f u e p u b l i c a d a e n
mes (1902) (hay trad. esp. en Barcelona, Penínsu- L o n d r e s p o r S C M P r e s s , c o n s u c e s i v a s r e e d i c i o n e s .
la, 1986), y la Philosophical 77xeology de Tennant 5. Este debate ha sido clara y ajustadamente
(1928). Para el último siglo de esta historia cf. narrado por Dario Antiseri en El problema del len
A.P.F. Shell: 7he Philosophy of Religion: 1875-1980, guaje religioso, Madrid, Cristiandad, 1976 (ed. ori
Londres, Croom H e l m , 1 9 8 8 . g i n a l , 1 9 6 9 ) . M á s r e c i e n t e s s o n r e c o m e n d a b l e s :
2. «Corrientes principales en filosofía analítica Jeffner, A.: The Study of Religious Language, Lon
de la religión", Anuario del Departamento de Fila- dres, SCM Press, 1974, y Soskice, J.M.: Metaphor
sofía, Universidad Autónoma (Madrid), V (1988- and Religious Language, Oxford, Clarendon, 1985.
89), pp. 253-279. A él remitimos al lector para una 6. El más prolífico. Es importante su Religious
e x p o s i c i ó n m á s d e t a l l a d a d e l o q u e a q u í s ó l o p o d e - L a n g uage, Londres, SCM Press, 1957.
mos esbozar. 7. Editada por Basil Mitchell en Londres, Allen
3 . E n r e a l i d a d s e t r a t a d e u n a c o l e c c i ó n d e a r - & Unwinn, 1958. Aquí destaca «The Possibility of
t í c u l o s p u b l i c a d o s e n v a r i a s é p o c a s c o m p i l a d o s e n T h e o l o g i c a l S t a t ements», de Ian Crombie.
156 ISEGORÍA 13 (1991)
NOTAS Y DISCUSIONES
8. Se trata de Faith arad the Philosophers, edita- & Unwinn, 1965. Luego en el cap. 9 de su The
da por John Hick, Londres, Macmillan, 1964. Nature of Necessity.
9. Antologías muy completas son: Santoni, E.R. 17. Este es el título -e n i n g l é s - d e s u a r t í c u l o
(ed.): Religious Language arad the Problem af Reli- en Philosophical Studies, 35 (1979).
gious Knowledge, Bloomington, Indiana U.P., 18. Londres, Macmillan.
1968; y Cahn, S.M. Bc Shatz, D. (eds.): Contempo- 19. Para esta historia cf. el e x c e l e n t e « R e c e n t
rary Philosophy of Religion, Nueva York, Oxford Work ora the Problem of Evil» de M.L. Peter
U.P., 1982. Más pequeña pero muy bien escogida son, American Philosophical Quarterly, 20 (1983),
e s l a d e B a s i l M i t c h e l ( e d . ) : T h e P h i l o s o p h y o f Reli- p p . 3 2 1 -339.
gion, Oxford, Oxford U.P., 1971. Buenas introduc- 2 0 . Y t a m b i é n d e l a s O b s e r v a c i o n e s a l a « R a m a
dones son: Hick, John H.: Philosophy of Religion, Dorada» y las Observaciones filosóficas.
Nueva York, Englewood, 1963; Flew, A.: God arad 21. Recogidas en Stuart C. Brown (ed.).: Reason
Philosophy, Londres, Hutchinson, 1966 (hay trad. arad Religion, Ithaca (NY), Cornell U.P., 1977. Son
esp. en El Ateneo, Buenos Aires, 1976); Davies, B.: básicos los artículos «Meaning arad Religious Lan
An Introduction to che Philosophy of Religion, Ox - guage» de P. Winch, y «The Groundlessness of Be
ford, Oxford U.P., 1982, y Evans, C.S.: Philosophy lief», así como las réplicas -e n n u e s t r a o p i n i ó n
of Religion. Thinking about Faith, Dovners Grove muy justas- de Brown, Durrant y Lyas.
(ILL), IVP, 1985. 22. Oxford, Blackwell, 1967. Uno de cuyos ar
10. Ithaca (NY), Cornell U.P., 1967. tículos más clásicos es el de Perter Winch «Under
11. Oxford, Clarendon Presa, 1974. standing a Primitive Society». Las primeras o b r a s
12. Respectivamente, «Can God's Existente Be de Phillips y Malcolm sobre el asunto se remontan
Disproved?», Mirad (1948) -y l u e g o e n l a a n t o l o - a la mitad de los sesenta: Phillips, D.Z.: The Con
gfa de Flew y MacIntyre-; y « I s N e c e s s a r y E x i s - c e p t of Prayer, Londres, Routledge & K-P., 1965, y
tente Possible?», Philosophy arad Phen. Research, Malcolm, N.: «Is It a Religious Belief that "God
15 (1955). Exista"?», en Hick, Faith arad the Philosophers, cit.
13. Charles Hartshorne lo vio primero en Man's P a r a u n a b i b l i o g r a f í a m á s a m p l i a d e l o s w i t t g e n s
Vision of God, Nueva York, Harper & Row, 1949, teinianos cF, el libro de J. Sádaba de 1977 citado
y luego en Anselm's Discovery, La Salle (ILL), al final del artículo (pp. 77-7 9 ) . L o m á s r e c i e n t e d e
Opera Court, 1965. El célebre artículo de Norman Phillips es Belief, Change arad Forma of Life, Lon
Malcolm es «Anselrris Ontological Argumenta», dres, Macmillan, 1986, y Fafth after Foundationa
The Philosophical Review, LXIX (1960), ahora en lism, Londres, Routledge & K-P., 1988. De Winch,
las provechosas antologías sobre el argumento ora- su colección de ensayos Trying to Make Sense, Ox
tológico: Hick, J.H. & McGuill, A. (eds.): The ford, Blackwell, 1987.
M a n y -Faced Argument, Londres, Macmillan, 1968 23. De entre las muchas, aparte las referidas,
y Plantinga, A. (ed.): The Ontological Argument destacan «Wittgensteinian Fideism», de Kai Niel
(ídem), sen, Philosophy, 42, 1967, quien ha vuelto a insis
14. La bibliografía es enorme. La trayectoria tir varias veces hasta su An Introductora to the
del problema hasta la actualidad puede seguirse Philosophy of Religion, Londres, Macmillan, 1982.
con detalle en nuestro «El argumento ontológico 24. Su obra es copiosa. Lo más significativo:
e n l a " P h i l o s o p h i c a l T h e o l o gy"», que aparecerá en Taking Leave of God, Londres, S.C.M. Presa, 1980
la obra colectiva patrocinada por el Instituto de y Only Human (ídem, 1985). .
Filosofía Materiales para una filosofía de la religión. 25. «God arad Human Attitudes», Religfous Stu
Ent r e l a s c r í t i c a s r e c i e n t e s a l a r g u m e n t o d e s t a c a n : d i e s , p p . 3 2 5 -337. Ahora en Paul Helm (ed.): Divi
Kane, R.H.: «The Modal Ontological Argument», rae Commands arad Morality, Oxford U.P., 1981.
Mirad, 93, 1984, y Paulsen, D.: «The Logically 26. «Religious Obediente arad Moral Auto
Possible, the Ontologically Possible arad Ontologi- n o m y » , R e l i g i o u s S t u d i e s , 1 9 7 5 , p p . 2 6 5 -282. Ahora
cal Proofs oí God's Existente», Internacional Jour- e n l a m e n c i o n a d a a n t o l o g í a d e P a u l H e l m .
nal for che Philosophy of Religion (en adelante 27. Divine Commands arad Moral Requirements,
IJPhR), 16 (1984). Entre los defensores destaca el Oxford, Clarendon, 1978.
prolífico discípulo de Plantinga, Thomas Morris. 28. John H. Chandler: «Is the Divine Com
Cf. su «Necessary Beings», Mirad, 94 (1985), ahora mand Theory Defensible?», Religfous Studíes, 1984,
en su Anselm's Explorations, Notre Dame U.P., pp.443-452.
1987. 29. «Moral Obligation, Religious Demand, arad
15. Mirad, 64, 1955. La misma idea, sin llegar. a Practical Conflict», en Robert Audi, (ed.): Ratfona
afirmar la incoherencia del teísmo, aparece en lity, Religious Belief & Moral Commftment, Ithaca
A. Flew «Divine Omnipotente arad Human Free- . (NY), Cornell U.P., 1986, pp. 195-212.
dom», en su antología de 1955. 30. Nelson Pike: «Omnipotente arad God's Abi
16. Primero en «The Free Will Defence» en M. lity to Sin». Richard Swinburne: «Duty arad the
Black (ed.), Philosophy in America, Londres, Allen Will oí God». Robert M. Adams: «A Modified Divi
ISEGORÍA 13 (1991) 157
NOTAS Y DISCUSIONES
ne Command Theory of Ethical Wrongness» y Richard Cree] en Divine In:passibility, Cambridge
«Divine Commands Metaelhics as Necessary a U.P., 1985.
Posteriori» (todos en la citada antología de Helm). 37. Además de las obras citadas de Fl ew y Niel
31. Peter Geach «The Moral Law and the Law sen, son básicas: Kaufmann, W.: Critique of Reli
of God», en su God and the Soul, Londres, Roul- gion and Philosophy, Princeton U.P., 1958 (hay
ledge & KP., 1969. Geach es uno de los lógicos, trad. esp., México, FCE, 1983); Flew, A.: T72e Pre
filósofos morales y de la religión más importantes, sumption of Atheism, Nueva York, Harper & Row,
s o n t a m b i é n v a l i o s o s s u s « O m n i p o t e n t e » , P h i l o - 1976; Nielsen, Kai.: Contemporary Critiques of Reti
sophy, 48 (1973), Providente and Evil, Cambridge gion y Scepticism, Londres, Macmillan, 1971 y
U.P., 1977, y The Virtues (ídem). 1973; Mackie, J.: The Mirarle of Theism, Oxford,
32. Por ejemplo: Joseph Lombardi: «Worship Clarendon, 1982; y O'Hear, A.: Experience, Expla
and Moral Autonomy», Religious Studies, 1988, nation and Faith, Londres, Routledge 8z K.P.,
p p . 1 0 1 -120, y C.L. Coulter: «Moral Autonomy and 1984. Todos son de gran altura, pero los argumen
Divine Commands», Religious Studies, 1989, pp. tos se repiten muc h o .
1 1 7 -1 3 0 . Y t a m b i é n R o b e n M . A d a m s : « A t o n o m y 3 8 . S e g ú n a r g u m e n t a B a s i l M i t c h e l l , l a s d i s p u
and Theological Ethics» en su The Virtue of Faith, tas filosóficas no se pueden dirimir como las cien
Nueva York, Oxford U.P., 1987. tíficas apelando a demostra c i o n e s d e d u c t i v a s o a
33. Actualizada en cuanto cuenta con nuevas abrumadoras evidencias inductivas, sino más bien
herramientas -l a l ó g i c a m o d a l , l a l ó g i c a f i l o s ó f i - c o m o e n D e r e c h o , a c u m u l a n d o a r g u m e n t o s p r o y
c a , 1 a f i l o s o f í a d e l l e n g u a j e , l a f i l o s o f í a d e l a c i e n - contra para emitir un veredicto -g e n e r a l m e n t e
c i a , l a e p i s t e m o l o g í a y c a r e c e d e p r e s u p u e s t o s p r o v i s i o n a l y u n t a n t o s u b j e t i v o -. Cf. su espléndia j e n o s a l a f i l o s o f í a -e m p e z a n d o p o r l a m i s m a d o T h e J u s t i f i c a t i o n o f R e l i g i o u s B e l i e j , L o n d r e s ,
e x istencia de Dios y la verdad a priori de la fe cris- Macm$lan, 1973.
n a n a -. C o s a s a m b a s q u e n o s u c e d í a n e n e l c a s o 3 9 . C f . l a s p p . 1 1 6 -1 5 1 d e s u T h e E x i s t e n t e o f
de nuestros egregios predecesores (de Agustín a God. Hemos ponderado los argumentos de una y
Leibniz). Así lo ve Anthony Kenny, al inicio de su otra parte, destacando la relevancia de los recien
The God af tlxe Philosoplvers -Oxford, 1979-, u n a t e s c o n o c i m i e n t o s e n f í s i c a y a s t r o n o m í a p a r a
lúcida revisión de los atributos tradicionalmente la cuestión, en nuestro «Argumento teleológico y
predicados de la divinidad. cálculo de probabilidades», a aparecer en Pensa
34. Como ejemplo de cuestiones de las que se miento.
ocupa la filosofía de la religión pero no la teología 40. Los dos primeros en sus obras recién cita
f i l o s ó f i c a : ¿ t i e n e n t o d a s l a s r e l i g i o n e s a l g o e n r o - das, y Hick en su An Interpretation of Religion (cf.
m ú n ? , ¿ e n q u é m e d i d a . s o n c o m p a t i b l e s ? , ¿ c o m - infra).
porta la religión necesariamente creencias?, ¿son 41. Editado por Plantinga y WolterstorFF (Notre
l a m o r a l y l a r e l i g i ó n c o m p a t i b l e s , o a c a s o e s r e - Dame U.P., 1983), con aportaciones además de
ducible una a otra?, ¿es el lenguaje religioso un Alston, Mavrodes, Marsden y Holwerda. Este li
«juego de lenguaje» distintivo?, etcétera. bro, en nuestra opinión supravalorado, ha tenido
3 5 . A p a r t e d e s u s i n n u m e r a b l e s a r t í c u l o s , e s y a e n o r m e r e p e r c u s i ó n -e n s ó l o u n a d é c a d a m á s d e
c l á s i c a s u t r i l o g í a T l x e C o h e r e n t e o f T h e i s m , T h e c i n c u e n t a a r t í c u l o s -, si bien el artículo de Plan
E x i s t e n c e o f God, y Faith and Reason, todas en Ox - t i n g a e s m u y s u p e r i o r a l r e s t o . A é l l e h a n s e g u i d o
ford, Clarendon, 1977, 1979 y 1981. otras obras colectivas, como la citada de Audi, o la
36. Para una ampliación de estos dos tópicos de Runzo, J. & lhaza, C.K. (eds.): Religious Expe
remitimos al lector a nuestro «Corrientes principa- riente and Religious Belie¡, Lanham, Univ. Press of
l e s > o p . c i t . , p p . 2 7 2-2 7 9 . M u y s u g e r e n t e s l o s a r - America, 1986.
títulos recogidos en Freddoso, A.J. (ed.): The Exis- 42. «Christian Experience and Christian Belief»
tente and Nature of God, Notre Dame U.P., 1983, y (en el colectivo de Plantinga y WolterstorfC),
Monis, T. (ed.): The Concept of God, Oxford, Ox - «Plantingás Epistemology of Religious Belief», en
ford U.P., 1987. Sobre tópi c o s p a r t i c u l a r e s : W o l - Tomberlin, J.E. & Inwagen, P. van (eds.): Alvin
terstorFF, N.: «God Everlasting» (1975), ahora en la Plantinga (Profiles), Dordrecht, Reidel, 1985, y
antología de Cahn citada; Pike, N.: God and Time- «Religious Experience asa Ground of Religious
lessness, Nueva York, Shocken, 1970; Helm, P.: Belief», en el colectivo de Runzo recién citado.
«Timelessness and Foreknowledge», Mind, 85, 43. «Reason and Belief in God», en Fattlx and
1975, «Foreknowledge and Possibility», Canadiarx Rationality, p. 77. Plantinga ha escrito otros siete
Jour. of Phil., 6, 1976, «Omnipotente and Chan- u o c h o a r t í c u l o s s o b r e e l t e m a .
g e » , P h i l o s o p h y , 5 1 , 1 9 7 0 , y « G o d a n d S p a c e l e s - 44. Faitlx and Reason, Nueva York, Columbia
s n e s s » , í d e m 5 5 , 1 9 8 0 . U n c l á s i c o e s l a P h i t o s o p h i - U.P., 1983.
c a l T h e o l o g y , I n d i a n á p o l i s , B o b s -Merrill, 1969, del 45. Hume and the Problem of Mirarles: A Solu
l ó g i c o a n s e l m i a n o -t o m i s t a J o h n R o s s . M á s r e c i e n - tion, Dordrecht, Reidel, 1989, p. 152 ss. Importan
t e e s l a o r t o d o x a d e f e n s a d e l a impasibilidad por tes críticas aparecen en Penelhum, T.: God and
158 ISEGORÍA 13 (1991)
NOTAS Y DISCUSIONES
Skepücism, Dordrecht, Reidel, 1983 y, desde den- Atonement (ídem 1989); y Flint, T. (ed.): Christian
tro del tefsmo, Gutting, G.: Religious Belief and Re- Philosophy, (ídem 1990).
ligious Skepticism, Notre Dame U.P., 1982; Quinn, 50. Revista de Filosofía (Madrid), XXV (1966),
P.: «In Seareh of the Foundations of Theism», pp.291-366.
Faith and Philosophy, 2 (1985); Audi, R.: «Direct 51. Publicados respectivamente en Barcelona,
Justification, Evidential Dependence, and Theistic Ariel, 1977 ; M a d r i d , M a ñ a n a , 1 9 7 8 ; S a l a m a n c a ,
Belief», en la antología de la que es coeditor; y Sígueme, 1978; y Madrid, Mondadori, 1989.
Pojman, L.J.: Religious Belief and the Will, Lon- 52. Madrid, Revista de Occidente, 1970 y 1973
dres, Routledge & K.P., 1989. Aparte de las obras -e l s e g u n d o , e n c o l a b o r a c i ó n c o n J . M a r t í n V e
de Swinburne (1982) y Phillips (1988). lasco
46. De entre su vasta obra destacan Faith and 53. Madrid, Encuentro, 1989. Refiriéndose a la
Knowledge, Ithaca, Cornell U.P., 1957, Evil and the precariedad de nuestra corriente en España, afir
God of Love, Londres, Macmillan, 1966, Death and ma: «Sólo España ha llegado a ser tan "moderna"
Eternal Life (ídem), y An Interpretation of Religion, en filosofía, que no sabe nada de su presente por
Londres , M a c m i l l a n , 1 9 8 9 , e n d o n d e o f r e c e u n a i g n o r a r s u p a s a d o : ¿ P o r q u é l o s a y e r n e o p o s i t i v i s
visión global de las religiones bajo todos sus tas y analíticos a remolque no dan cuenta hoy,
aspectos. Específicamente sobre el pluralismo re- aunque sea de nuevo a remolque, de esta tradición
ligioso son sus God and the Universe of Faiths, operativa en la actualidad?» (p. 343). Justa, pero
Nueva York, St. Martin, 1973 y Problems of Reli- unilateral, queja, a la que habría que añadir: ¿por
gious Pluralism, Londres, Macmillan, 1985. Es asi- qué los filosófos de la religión españoles «pasan»
mismo editor o coeditor de muchas obras sobre el alegremente de la filosofía analítica?
tema. 54. Quito, Ediciones de la Universidad Católica,
47. En la medida en que se pretenda hacer sólo 1981.
teología filosófica (o Pkilosop)xy of Christian Reli- 5 5 . A d e m á s d e l a s c i t a d a s a l o l a r g o d e l a s n o
gion, como a veces se denomina), esto no es un tas: Bochenski, J.M.: La lógica de la religión, Bue
defecto. Pero sí lo es para hacer filosofía de la reli- nos Aires, Paidós, 1967; Macquarrie, J.: Godtalk.
gión, «überhaupt». El análisis del lenguaje y la lógica de la teología,
48. Por contra, los autores no anglosajones de Salamanca, Sígueme, 1976; Varios: Filosofía de la
l o s s i g l o s x r x y x x -s a l v o K i e r k e g a a r d y W i t t g e n s - c i e n c i a y r e l i g i ó n , S a l a m a n c a , S í g u e m e , 1 9 7 6 ; A l
tero- son olímpicamente ignorados. bert, H.: La miseria de la teología, Barcelona, Alfa,
49. Como muestra, Morris, T.: Tke Logic of God 1982; y Kolakowski, L.: Si Dios no existe, Madrid,
Incarnate, Ithaca, Cornell U.P., 1986 -d o n d e s e T e c n o s , 1 9 8 5 . T o d o s s o n v a l i o s o s a u n q u e , c u r i o s a
aplican la filosofía de la mente y la semántica so- mente, ninguno es un «filósofo analítico de la reli
bre la identidad para resolver el problema de las gión». Para tratar de rellenar esta laguna filosófica
«dos naturalezas» de Cristo-. Y l o s c o l e c t i v o s : e s t a m o s t r a d u c i e n d o a c t u a l m e n t e u n a d o c e n a l a r
Morris, T. (ed.): Philosophy and the Christian ga de entre los artículos más representativos en
Faith, Notre Dame U.P., 1988; Feenstra, R.J. & nuestro campo.
Plantinga Jr., C. (eds.): Trittity, Incarnation and
Individuos e información: sobre el marxismo analítico
J. FRANCISCO ÁLVAREZ UNED Madrid
Hace ocho años que Jon Elster desde de Alfred North Whitehead: «Una denl a s p á g i n a s d e L o n d o n R e v i e w o f B o o k s , c i a q u e s e r e s i s t e a d u d a r d e s u s f u n d a e n e l a r t í c u l o « C i e n a ñ o s d e c i e n c i a s o - d o r e s y a o l v i d a r l o s e s t á p e r d i d a » . I A l l í c i a l m a r x i s t a » , r e c o r d a b a u n a f o r i s m o E l s t e r s e ñ a l a b a s u s p a r t i c u l a r e s o b j e t i ISEGORÍA I 3 (1991) 159