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Prof. Camila López
3ºBD. Colegio:_______________________________
Nombre del alumno:__________________________
Fecha de entrega:________________
“Suele suceder que los decorados se derrumben. Levantarse, coger el tranvía, cuatro
horas de oficina o de fábrica, la comida, el tranvía, cuatro horas de trabajo, la cena, el
sueño y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con el mismo ritmo es una
ruta que se sigue fácilmente durante la mayor parte del tiempo. Pero un día surge el
"por qué" y todo comienza con esa lasitud teñida de asombro.”
Camus, Albert. El mito de Sísifo. Bs As: Losada, 1953
“Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.”
René Descartes (1596-1650)
La Filosofía es una disciplina que busca desinteresadamente (es decir, sin ninguna utilidad práctica directa, sino por el solo
hecho de conocer) responder a las preguntas más generales que conciernen al ser humano en tanto tal. Más que un
sustantivo puede comprenderse más fácilmente como un verbo, como un hacer: podríamos decir que filosofar consiste en
cuestionar, discutir, argumentar, internarse en la búsqueda de fundamentos acerca de cuestiones universales y elementales
que, sin embargo, no solemos cuestionar, sino por el contrario muchas veces asumimos como dadas, como obvias, como
naturales. Diariamente utilizamos objetos, vamos y venimos en un mundo particular, lleno de cosas y de humanos; hablamos,
nos relacionamos con el mundo. Si nos detenemos unos minutos, y ponemos entre paréntesis nuestra cotidianeidad, nuestra
rutina, podemos nos preguntamos, ¿pero, por qué estamos acá? ¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Qué son todas estas cosas
que me rodean? ¿Qué es real, cómo hago para saber qué es real?, veremos que no es tan fácil responder; de hecho, es
bastante inquietante. La filosofía consiste en esa pausa en nuestra rutina, en esa pregunta a partir del sentimiento de
extrañeza, de asombro frente al mundo. Preguntas que nos ayudan a ser más conscientes sobre nosotros y lo que nos rodea;
nos ayudan a tomar postura reflexiva sobre ello en lugar de simplemente aceptarlo: nos ayudan a ser más autónomos.
La Filosofía se divide en diversas subdisciplinas o ramas específicas que se reparten los distintos problemas para que sea
posible su estudio. Las principales ramas de la Filosofía son:
Metafísica: Filosofía sobre lo que existe y sobre la esencia de las cosas existentes. Lo que Aristóteles llamó “filosofía
primera” y luego se llamó “metafísica”, tiene dos grandes temas de estudio:
1. “El ser en tanto que ser”: en este primer sentido, el tema de estudio de la metafísica es el “ser” en toda su
generalidad, independientemente de qué clase de “ser” se trate. Es decir, el estudio de las propiedades que tiene
cualquier ser que exista.
2. El otro tema de estudio de la metafísica es el de la causa primera, es decir, aquel ser principal del cual dependen los
demás seres (tradicionalmente, pero no exclusivamente, dios).
Teoría del conocimiento: Estudia el problema del conocimiento en general: su definición, fuentes y límites. Al
estudiar el conocimiento, reflexiona también sobre las cuestiones relativas a la Verdad.
Epistemología: Estudia los problemas relativos al conocimiento científico y la ciencia en general: cuál es su método,
qué diferencia a lo que es ciencia de lo que no lo es, etc.
Lógica: Es el estudio de la estructura formal de los razonamientos. Es decir, el procedimiento sistemático y fundado
que nos permite diferenciar un razonamiento correcto, o válido de otro incorrecto, o inválido.
Ética: Es la reflexión filosófica sobre la moral (es decir, la reflexión sobre los valores concretos que los seres humanos
adoptan para orientar su conducta). Mientras la moral propone acciones concretas en casos concretos, la ética se
remonta a la reflexión sobre las distintas morales y sobre los distintos modos de justificar racionalmente la vida moral.
Filosofía política: Reflexiona sobre cuál es la mejor forma de gobierno, en qué se fundamenta el Estado, qué es lo
que hace que algo sea político. De modo que se pregunta sobre temas como la justicia, el derecho, el poder.
Antropología Filosófica: Estudia al hombre (en griego, anthropos) de manera general, global; principalmente se
pregunta acerca de la esencia del hombre -¿qué es el hombre?-.
Estética: Reflexión sobre la belleza o el arte: qué es lo bello.
Filosofía del Lenguaje: Estudia las cuestiones relativas a la relación entre el lenguaje, los pensamientos y la realidad.
“No son las cosas mismas las que nos inquietan, sino las opiniones que tenemos de ellas.” (Epicteto)
Epícteto, en esta frase, diferencia dos aspectos:
-Las cosas
-La opinión que tenemos de las cosas (nuestras creencias)
En quinto año, el principal objeto de estudio fue el segundo aspecto: nuestra creencia de las cosas, nuestra opinión de
las cosas, nuestro conocimiento de las cosas.
Ahora, este año, en esta primera Unidad, nos centraremos en las cosas mismas: en aquello que existe, en lo real, en
nuestro objeto de conocimiento. Específicamente, nos preocuparemos por intentar dilucidar: ¿podemos, como dice
Epícteto, diferenciar “las cosas” de “nuestra opiniones” de las cosas? Dado que siempre conocemos a partir de una
forma de ver, a partir de cierta subjetividad, de cierta forma de representar, condicionados por nuestro punto de vista,
¿puede hablarse de algo así como “las cosas” independientemente de nosotros, de quien conoce? ¿Existen las cosas
independientemente de su apariencia? ¿Qué es lo real, en contraste a lo aparente?
Todas estas preguntas nos introducen en un área dentro de la Filosofía que se denomina Metafísica.
¡Entremos, entonces, en el mundo de la Metafísica!
La metafísica es una subdisciplina dentro de la Filosofía, es decir, una ‘rama’ de la Filosofía, que estudia la estructura,
constitución y naturaleza fundamental de la realidad: la cosas (el ‘ente’) y el ser (aquello que hace que sean, la
esencia).
¿De dónde sale la palabra “Metafísica”?
El término fue acuñado por Andrónico de Rodas hacia el año 50
a. C. Él se encargó de editar, catalogar y ordenar los libros de
Aristóteles: mientras lo hacía, encontró una serie de libros que
no podrían ser catalogados bajo ninguna de las categorías
establecidas, por los que decidió catalogarlos después de los
libros correspondientes a la Física, refiriéndose a ellos como ‘los
de después de la física’ (“ta meta ta physiká”). Históricamente,
entonces, la metafísica es el tema de que tratan los libros de
Aristóteles puestos por Andrónico después de los físicos. No
obstante, la tradición ha interpretado el hecho de ir después
(«metá») de la física, en el sentido de un saber que va más allá
de la física, o del conocimiento de la naturaleza, en busca de
principios y conceptos que puedan explicar el mundo físico.
Volviendo al origen del término, dijimos que “metafísica” refiere al contenido de los libros ubicados “después de la
Física”. Por tanto, la primera definición de Metafísica se vincula con la disciplina descripta por Aristóteles en dichos
libros.
El contenido fundamental de estos libros, Aristóteles lo caracteriza de dos maneras: como «filosofía primera» y como
«ciencia del ente». Aristóteles buscaba con este estudio alcanzar un conocer fundante, un conocer la raíz y el principio
de todas las cosas.
Como «filosofía primera», es la ciencia teórica que trata de las sustancias inmutables (busca cuál es la sustancia inmóvil
y fundamental que subyace a todas las cosas físicas). Como «ciencia del ente», su objeto es el ser, el concepto más
fundamental y general que puede pensar el entendimiento humano (busca las primeras causas del “ser en tanto que
ser”, es decir, del ser en su estado más general y primario, no de un ser particular como lo hace las ciencias –por
ejemplo, la Biología que estudia a los seres vivos-, sino del ser universal, de aquello que es más allá de todos estos seres
particulares). Éste es el sentido de metafísica que la identifica con la ontología. Metafísica y ontología no son lo mismo,
aunque muchas veces se utilizan los términos como si significaran lo mismo, cuando verdaderamente, si bien están muy
emparentados, hacen distintos énfasis: la ontología en el ser y la metafísica en la existencia de las cosas. No obstante,
en este curso no ahondaremos en esta diferencia.
Los problemas metafísicos tienen que ver con lo que es... Pero no todos los problemas sobre “lo que es” son problemas
metafísicos.
El conocimiento cotidiano puede tratar de “cosas que son”, pero no lo hace en un sentido metafísico. Por ejemplo:
¿qué hora es?, no es una cuestión metafísica, no es una cuestión siquiera filosófica, ya que la cuestión no es
suficientemente general, se trata de una cuestión local, de un problema particular, que tiene una respuesta esperada y
cerrada.
La ciencia tampoco aborda problemas metafísicos. Ella trata de cuestiones más generales que los conocimientos
cotidianos o vulgares, intenta descubrir leyes e idear teorías para explicar los fenómenos, sin embargo, no es Metafísica.
¿Por qué? Hay varias diferencias entre las ciencias y la Metafísica. Una de ellas es que las ciencias son en general
empíricas, mientras que la Metafísica es un saber teórico. Sin embargo, el principal motivo es que las ciencias estudian
partes de la realidad, parcelas de la realidad, y no “la” realidad de forma universal. Estudian las ciencias “partes” del
ser (por ejemplo, los seres en tanto seres vivos, la biología; los seres en tanto seres compuestos químicamente, la
Química, etc.), pero no “el ser”, en sí mismo, el “ser en tanto que ser”. No se preguntan las ciencias “¿qué es la
realidad?” o “¿cuál es el fundamento último de lo que existe?”: no pueden hacerlo, ya que si lo hicieran no podrían
detenerse a explicar los fenómenos tal como estos de hecho ocurren. Deben las ciencias dar ciertas preguntas “por
respondidas” para poder avanzar en su investigación acerca de cómo funciona la realidad. Las preguntas más amplias,
universales, fundamentales sobre la realidad, ésas que en realidad no han sido respondidas, ésas quedan para la
Metafísica:
¿Qué es lo real?
¿Existe una realidad independiente al sujeto que conoce?
¿Qué es el ser?
¿Cuál es la esencia última de las cosas?
El filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira ha dicho que, no obstante sus diferencias, las ciencias y la Metafísica están muy
unidas: la ciencia, decía, es “metafísica solidificada”. La ciencia es como la punta del iceberg, solidificada, sobre la cual el
hombre investiga para conocer y transformar la realidad en que vive; pero de fondo, el sustento, debajo de este iceberg,
está el agua de la Metafísica, todas aquellas preguntas elementales sobre la realidad que se esconden tras las ciencias.
¿Cuándo estamos frente a un problema metafísico?
Cuando hablamos de la propia existencia de las cosas: cuando no nos referimos a detalles particulares, a
características accidentales, sino al hecho mismo de que existan.
Cuando analizamos qué es lo que hace que las cosas sean, cómo nos damos cuenta cuándo una cosa es, cuál es el
origen de la existencia de las cosas, para qué existen las cosas, cómo podemos distinguir lo que es de lo que no-es.
Ejemplo: La Física se pregunta: ¿de qué elementos está compuesta la materia? Pero podemos ir más allá y
preguntarnos ¿qué es lo que determina que la materia exista? ¿Cómo podemos fundamentar que la materia existe?
¿Cuál es el origen de la existencia de la materia? Así, ya estaríamos adentrándonos en problemas metafísicos.
Además de tener por objeto de estudio la realidad, el ser o la existencia de las cosas, como toda disciplina filosófica,
para que el discurso sea verdaderamente metafísico debe ser racional, estar basado en razonamientos y argumentos
sólidos, estar desprovisto de fe y prejuicios, apuntar a un análisis reflexivo de los supuestos a estudiar. Por eso muchos
de los discursos que diariamente se nos presentan como metafísicos (discursos religiosos, de autoayuda, etc.) no lo son:
fundamentalmente porque están basados en la fe y no en la búsqueda racional de conocimiento acerca de la existencia
de las cosas. Debemos tener mucho cuidado en no confundir lo que vulgarmente llamamos “metafísica” con lo que en
filosofía entendemos por ella.
Completa los espacios en blanco:
“Metafísica” significa etimológicamente ________________________. Este nombre fue acuñado por
________________ al catalogar los libros de ____________. El contenido de estos libros refería a una “filosofía
primera” que debía ocuparse de estudiar los primeros principios y las primeras causas de las cosas, así como
del “ser en tanto que __________”, es decir, del ser en un sentido universal y fundamental, y no fragmentado.
En este último sentido, la metafísica se emparenta con la _____________.
La metafísica se diferencia de las ciencias por dos principales motivos:
-las ciencias son empíricas, mientras que la metafísica es _____________.
-el objeto de estudio de las ciencias es una porción de la realidad, un fragmento del ser, mientras que el objeto
de estudio de la metafísica es __________________.
Por tanto, un problema metafísico es aquel que reflexiona sobre la existencia de las cosas, lo que las cosas son,
la realidad en un sentido general, y lo hace de manera racional y desprovista de _______________________.
Mira atentamente el capítulo “Lo real” del programa de Filosofía “Mentira la Verdad” (Temporada 1,
Capítulo 6) conducido por Darío Sztajnszrajber [Disponible en línea en
https://www.youtube.com/watch?v=mYMCqdIg3Jc] y responde a las siguientes preguntas:
1- Explica con tus palabras en qué consiste el problema filosófico del cual trata este capítulo.
2-Transcribe al menos un fragmento del video que sintetice tal problema.
3-¿Dentro de qué Rama de la Filosofía se enmarca este problema? ¿Por qué?
4- ¿Qué tres posibles posturas señala el profesor Sztajnszrajber respecto a cuál es la forma de acceder a
lo real?
5- ¿A cuál postura de las mencionadas te parece que más se acerca Sztajnszrajber? ¿Por qué?
6- Explica qué consecuencias positivas y qué consecuencias negativas acarrea cada una de estas
posturas (o bien, qué ‘puntos débiles’ y qué ‘puntos fuertes’ tiene cada una de ellas).
“El realismo empezó desde luego en Grecia; y empezó discerniendo entre las cosas. El primer esfuerzo
filosófico del hombre fue hecho por los griegos, y empezó siendo un esfuerzo para discernir entre lo que
tiene una existencia meramente aparente y lo que tiene una existencia real, una existencia en sí, una
existencia primordial, irreductible a otra... Los griegos fueron los inventores de eso que se llama filosofía.
¿Por qué? Porque fueron los inventores –en el sentido de la palabra descubrir- los descubridores de la
razón, los que descubrieron que con la razón, con el pensamiento racional, se puede hallar lo que las
cosas son, se puede averiguar el último fondo de las cosas. Entonces empezaron a hacer uso de
intuiciones intelectuales e intuiciones racionales, metódicamente... El primer momento filosófico, el
primer esfuerzo de la reflexión consiste en discernir entre las cosas que existen en sí, y las cosas que
existen en otra, en aquella primaria y primera.”
García Morente, Manuel. Lecciones Preliminares de filosofía. Bs. As: Losada, 1938
Recordemos, antes de empezar, un poco de lo que aprendimos en Teoría del Conocimiento el año pasado.
¿Qué era el conocimiento? Si nos remitimos a una descripción fenomenológica clásica del conocimiento, decimos que
“conocer es lo que tiene lugar cuando un sujeto (llamado "cognoscente") aprehende un objeto (llamado "objeto de
conocimiento" y, para abreviar, simplemente "objeto").” (Ferrater Mora). Entonces, conocer implica una operación en
que un sujeto aprehende un objeto.
Ahora bien, de esta descripción surgen algunas complejidades. En principio, porque esta relación sujeto-objeto no es
tan simple como parece; de hecho hay muchas formas de entenderla. Que existen dos ‘actores’ en el proceso de
conocer parece claro, pero ¿qué rol juega cada actor? ¿Cuál es el protagonista? ¿Ambos tienen la misma importancia?
Aquí se dividen dos corrientes: algunos filósofos piensan que el protagonista es el Sujeto, quien impone desde su
particularidad, su subjetividad, una determinada forma de ver, una determinada estructura al objeto (tal postura se
denomina idealismo) y otros filósofos piensan que el protagonista es el Objeto, que impone desde su realidad una
determinada forma de aparecerse frente al sujeto (esta postura se denomina realismo).
Pero hay otros problemas. Por ejemplo, cuando decimos que al conocer el sujeto aprehende el objeto. ¿En qué forma lo
aprehende? Mediante representaciones mentales. Una representación mental es una reproducción interna del objeto
en la conciencia del sujeto. Es, por tanto, la idea o una imagen de algo que tengo en mi conciencia. Es la “puesta en
escena” de la realidad que estoy conociendo, pero en mi interior; cuando conozco, lo que hago es obtener o construir
cierta imagen, cierto concepto, o cierta idea, de aquello que conozco. No tengo en mi conciencia a la “cosa” misma que
conozco sino a una “imagen” de la cosa. Por ejemplo, si estoy conociendo un árbol, no tengo en mi conciencia al propio
árbol (lo cual sería imposible), sino que en mi conciencia lo que tengo es una imagen del árbol.
Por eso, decir que el sujeto aprehende el objeto equivale a decir que lo representa. Cuando lo representa tal como el
objeto es, el sujeto tiene un conocimiento verdadero (si bien posiblemente parcial) del objeto; cuando no lo representa
tal como es, el sujeto tiene un conocimiento falso del objeto.
Las representaciones, es decir las imágenes o ideas que me formo de los objetos, están condicionadas por cierta
forma de ver el mundo. No todos tenemos las mismas representaciones de las cosas. Nuestra forma de ver el mundo, y
por tanto nuestras representaciones, están condicionadas por una serie de factores:
Cultura
Sociedad
Valores
Situación geográfico-temporal
Ideología
Desde el momento que somos sujetos, somos sujetos históricos, sociales, culturales, biológicos. Nuestra forma de ver el
mundo está influenciada por todos esos elementos.
Ahora bien, dado que conozco mediante representaciones, ¿cómo hago para saber si mis representaciones se ajustan a
la realidad que estoy conociendo? ¿Son las representaciones una total construcción? ¿O qué papel juega el objeto?
¿Son las representaciones reflejos del objeto? ¿Existe un objeto independiente a mis representaciones?
“Ordinariamente, no tienes dudas sobre la existencia del piso bajo tus pies, el árbol fuera de la
ventana o tus propios dientes. De hecho, la mayoría del tiempo incluso no piensas sobre los
estados mentales que te hacen consciente de esas cosas: pareces estar consciente de ellas de
manera directa. Pero, ¿cómo sabes que realmente existen? ¿Las cosas te parecerían de alguna
manera diferentes, si, de hecho, todas esas cosas existieran sólo en tu mente –si todo lo que
consideramos que es el mundo real exterior fuera sólo un sueño o una alucinación gigantesca de
la cual nunca despertarás?”
NAGEL, Thomas. ¿Qué significa todo esto? México: Fondo de cultura económica, 1987, p. 9
Retomemos: decíamos que entendemos, tal como nos enseñaron los modernos, al conocimiento como una relación entre un
sujeto y un objeto. Cotidianamente tenemos contacto con contenidos subjetivos (por ejemplo, nuestras sensaciones,
nuestros pensamientos de las cosas). Y asumimos que esos contenidos subjetivos refieren, están conectados con un objeto
independiente de ellos (si veo una mesa, es porque hay una mesa ahí). Ahora bien, podemos detectar situaciones donde no
siempre lo que vemos se corresponde con lo que hay realmente (por ejemplo, nos equivocamos, o podemos estar soñando, o
alucinando…). Pero entonces, ¿cómo hacemos para saber que efectivamente esas apariencias que tenemos de los objetos
se corresponden con objetos reales independientes a mí?
Si sólo recibo apariencias del objeto, ¿cómo puedo saber acerca de la realidad del objeto,
independientemente a las formas en que este se me aparece? ¿Es posible acceder al objeto
‘real’? ¿Existe un objeto ‘real’ diferente a la apariencia que se me presenta?
Actividad de reflexión:
En este momento te encuentras leyendo esta ficha, de un papel o bien del monitor de tu computadora. Tienes una
representación mental de la hoja: gracias a tus percepciones, tienes un conocimiento de la hoja. Mírala bien, tócala.
Responde a las siguientes preguntas:
a. ¿Dirías que las representaciones que tienes de la hoja se adecúan a la hoja real (esa que existe aún
cuando no la estás percibiendo)? Justifica: ¿En base a qué sostienes tu respuesta a la pregunta?
b. Las percepciones son subjetivas. Por tanto, dependen del sujeto, están condicionadas por el sujeto. Es
decir que en principio parecería que no podemos justificar que efectivamente estamos conociendo algo
externo basándonos sólo en las percepciones, que son subjetivas. Intenta explicar cómo sabes que tu
conocimiento de la hoja tiene alguna relación con la hoja real sin hacer mención a tus percepciones o
sensaciones.
c. Imagina que estás junto a un compañero viendo esta hoja. ¿La ‘hoja real’ que ambos ven es la misma?
¿Puedes justificarlo sin referir a tus percepciones?