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ÉTICA PARA SER INCORPORADA EN LA PRÁCTICA DOCENTE
Mtro Fernando Lozano
La ética inicia reconociendo que no estamos solos en
el centro del universo y que nosotros debemos tratar
con otros. La ética tiene que ver con las reglas que
seleccionamos para vivir. La idea es tomar mi libertad
y formar mi historia. ¿cuál es la historia que me
organiza a mi? Cultura, familia, trabajo, ambiciones,
pasiones…
Cuando no hemos sido formados en el campo de la filosofía podemos pensar que no
estamos capacitados para abordar temas de ética y valores, sin embargo no es así; en el
presente artículo se proponen ideas generales sobre la ética con el fin de que se puedan
analizar dilemas éticos y que se pueda ser promotor de la ética y valores dentro del aula.
Fundamentos Teóricos
La palabra "ética" significa algo muy parecido a "moral". Sin embargo, podemos señalar
la siguiente diferencia: "moral" se refiere al conjunto de los principios de conducta que
hemos adquirido por asimilación de las costumbres y valores de nuestro ambiente; es
decir, la familia, la escuela, la iglesia, el vecindario en que se desarrolla nuestra infancia.
También se refiere a las normas que se nos imponen en esos ambientes, con base en la
autoridad; no desde luego la autoridad legal, sino precisamente moral: los imperativos de
nuestros padres, sacerdotes o maestros, que recibimos pasivamente y sin
cuestionamiento antes de adquirir el "uso de razón". "Ética" se refiere a algo diferente: el
intento de llevar esas normas de conducta y esos principios de comportamiento a una
aceptación consciente, basada en el ejercicio de nuestra razón. (Gutiérrez, 1997)
Por ética nos referimos a la parte de la filosofía que tiene que ver con la reflexión acerca
de lo moral. La ética es normativa ya que prescribe las acciones de los seres humanas. La
moral también nos orienta para la acción, propone acciones concretas para casos concretos; la
ética reflexiona sobre las distintas morales y sobre diferentes formas de justificar racionalmente
la vida moral de tal manera que su orientación es indirecta, puede por ejemplo iniciar la
concepción moral desde la cual se está haciendo algún juicio. (Cortina y Martínez)
Vamos a suponer que alguien nos cuestiona acerca del aborto, de la huelga, de la
guerra, o sobre cualquier otra cuestión moral de las que están en discusión en nuestra
sociedad; para empezar, tendríamos que aclarar que en realidad se nos está pidiendo un
juicio moral, es decir, una opinión suficientemente meditada acerca de la bondad o
malicia de las intenciones, actos y consecuencias que están implicados en cada uno de
esos problemas. A continuación, deberíamos aclarar que un juicio moral se hace a partir
de alguna concepción moral determinada, y una vez que hayamos anunciado cuál de
ellas consideramos válida, podemos proceder a formular, desde ella, el juicio moral que
nos reclamaban. Para hacer un juicio moral correcto acerca de los asuntos morales
cotidianos no es preciso ser experto en filosofía moral. Basta con tener cierta habilidad
de raciocinio, conocer los principios básicos de la doctrina moral que consideramos
válida, y estar informados de los pormenores del asunto en cuestión. Sin embargo, el
juicio ético propiamente dicho sería el que nos condujo a aceptar como válida aquella
1
concepción moral que nos sirvió de referencia para nuestro juicio moral anterior...
(Cortina y Martínez, 2001)
Muy a menudo escuchamos o utilizamos la palabra moral, pero, ¿a qué nos referimos
exactamente? Cortina y Martínez (2001) mencionan que la palabra moral puede ser utilizada
como sustantivo y como adjetivo. Moral como sustantivo se refiere al conjunto de “principios,
preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos, patrones de conducta, valores e ideales de vida
buena...” (página14) La moral es un determinado sistema de contenidos que refleja una forma
de vida. “Un determinado modelo ideal de buena conducta socialmente establecida”. (p.14).
Moral como adjetivo significa que la conducta de un ser humano ha sido aprobada o reprobada,
“...aquí se está utilizando el término moral e inmoral como sinónimo de moralmente correcto e
incorrecto.” (p.18)
También sería utilizado el término moral como adjetivo como opuesto a amoral. Se dice
que los animales son amorales ya que no es posible que se juzguen sus acciones ya que no
son responsables de sus actos.
El campo de la ética, también llamado filosofía moral sistematiza, defiende y recomienda
conceptos del comportamiento bueno y malo. Ética viene del griego ethos que originalmente
significaba costumbre y después llegó a significar carácter; moral procede del latín mor, moris
que significaba costumbre pero después llegó a significar también carácter. Debido a estas
coincidencias etimológicas los términos “moral” y “ética” aparecen intercambiables en muchos
contextos cotidianos. (Cortina y Martínez, 2001)
Tabla 1. Modos de entender la moralidad.
Modos principales
Conceptos centrales
Lo moral como búsqueda de
la vida buena
Felicidad como
autorrealización
Felicidad como placer
(Hedonistas)
Deber, justicia
Lo moral como cumplimiento
del deber
La moral como aptitud para la
solución pacífica de los
conflictos
La moral como ajustamiento a
la tradición de la propia
comunidad
Lo moral como desarrollo que
culmina en principios
universalistas
Teorías éticas
Cada teoría ética ofrece una
determinada visión del
fenómeno de la moralidad y lo
analiza desde una
perspectiva diferente.
Aristóteles, Tomás de Aquino,
Zubiri, Personalismo
Epicuro, Utilitarismo
Estoicismo, Kant
Reconocimiento reciproco,
justicia, no violencia
Éticas dialógicas: Apel,
Habermas; Rawls, etc.
Virtud, comunidad, tradición
Corriente ética comunitarista
Desarrollo moral, justicia,
procedimientos
Kohlberg, Rawls, Habermas,
Apel
(Cortina y Martínez, 2001, 39)
2
Una de las formas de dividir a la ética es: ética normativa y ética aplicada.
Ética Normativa
La Ética Normativa tiene que ver con algo práctico: el criterio de moral que regula lo que
está bien y lo que está mal. ¿Puedo tomar el carro de mi amiga sin pedírselo prestado?,
¿Puedo llegar tarde a trabajar sin avisar?
La ética normativa trata de llegar a estándares morales que regulan la conducta humana
como buena o mala. La regla de oro es un ejemplo clásico de principio normativo: nosotros
deberíamos hacer a otros lo que nosotros quisiéramos que otros hicieran a nosotros. Como yo
no quiero que mi vecino me robe mi carro, entonces está mal que yo le robe su carro. A través
del tiempo cientos de teorías se han ofrecido como la última guía que sirva de criterio de
conducta moral. Desafortunadamente, los filósofos no se ponen de acuerdo acerca de cuál
debe ser el criterio que lo regule.
A pesar de una gran cantidad de teorías normativas disponibles para consideración,
muchos teóricos involucran estrategias comunes que podemos clasificar: teoría de las virtudes,
teorías consecuencialistas y teorías deontológicas.
Teoría de las virtudes.
Enfatiza la importancia del desarrollo de buenos hábitos del carácter, tal como la
benevolencia. Una vez, que he adquirido la benevolencia, por ejemplo, entonces habitualmente
actuaré de manera benevolente.
Históricamente, la teoría de las virtudes es la tradición normativa más antigua en la
filosofía occidental, teniendo sus raíces en la civilización griega.
Platón enfatizó 4 virtudes en particular, las cuales fueron llamadas más tarde virtudes
cardinales: prudencia, fortaleza, templanza y justicia. Aristóteles ve a las virtudes como buenos
hábitos que adquirimos, los cuales regulan nuestras acciones.
Después de Aristóteles los teólogos medievales suplantaron las teorías griegas por las
virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
La prudencia es una virtud que se ocupa de poner los medios para lograr el fin. La
prudencia tiene tres partes: la información, la evaluación de la información y la acción. Una
persona es prudente en la medida que se pregunta por las cosas. Por ejemplo, cuando una
persona se entera de un conflicto que ha ocurrido entre sus hijos, o entre sus alumnos, o entre
compañeros de trabajo lo más prudente es primero recabar información acerca de lo sucedido.
Ya que se está enterado de cuál es el problema se evalúa, se hace un juicio sobre la situación,
y se toma una acción. El problema de la enseñanza de las virtudes es que no es tan importante
saberlas sino vivirlas. (Pollo, 2006)
La justicia es una fuerza que va a ayudar a la Voluntad. Justicia es dar a cada quien lo
suyo, lo que le corresponde. Podemos hablar de justicia distributiva la que va de arriba a abajo
como es el caso de padres a hijos, de jefe a subordinado; la justicia de abajo hacia arriba se
denomina justicia legal; y la justicia entre iguales se denomina conmutativa. (Bollo, 2006)
3
La templanza (autodominio), es una fuerza orientada para manejar, para controlar la
tendencia que todos tenemos al placer. Es el cuidado de las proporciones. Una persona
templada es una persona que tiene autodominio. (López, 2006)
La virtud de la fortaleza, es una fuerza que nos va a ayudar la tendencia que tenemos a
evitar lo difícil. Es poder enfrentarnos a los obstáculos que nos va presentando la vida.
La fe, la confianza en sí mismo. Si tenemos confianza en nosotros mismos vamos
podremos tener confianza en los demás, y confianza en Dios.
La esperanza, no es cruzarme de brazos y esperar a ver “que cae del cielo”, la esperanza
es activa. El que espera en el fin pone los medios, y tienen que ser medios adecuados y medios
proporcionados para lograr el fin. Lo que queremos es lo que nosotros decidimos, no lo que los
otros esperan de nosotros. (Bollo, 2006)
La caridad (el amor), es la fuerza más importante que podemos tener. Es importante
amar lo que hacemos. Si nosotros queremos cambiar tenemos que amarnos, amar las personas
que están junto a nosotros, amar nuestro trabajo, esto se va convirtiendo en una disposición
estable. El que aprende a amar se pone en una disposición que cualquier otra cosa la va
aprendiendo a amar. Existe una diferencia entre querer y desear, el que desea anhela el fin y el
que quiere anhela el fin pero pone los medios adecuados para lograrlo. (Bollo, 2006)
Si nos planteamos el cultivo y la práctica de las virtudes, si tomamos en cuenta los
factores físicos, emocionales, espirituales, nosotros podemos tener un crecimiento armónico. Si
tenemos un problema tenemos que atacar lo físico, familiar, social y espiritual. Gran parte de los
fracasos ocurren porque omitimos uno de estos factores.
(Bollo, 2006)
Teorías consecuencialistas.
¿Cuándo es buena la conducta x?
La primera manera de responder a la pregunta es la siguiente:
La conducta x es buena cuando, hechos las investigaciones correspondientes, resulta
que es la que produce la mayor felicidad para el mayor número de personas.
Esta teoría justifica la conducta con base en las consecuencias que ella tiene. Como esta
teoría tiende a maximizar la utilidad lograda por el conjunto de la sociedad, suele
llamársela utilitarismo. Fue propuesta por el filósofo inglés de los siglos XVIII y XIX
Jeremy Bentham, y defendida de manera brillante por otro británico del siglo pasado,
John Stuart Mill. Para fijarla en nuestra memoria recordemos que estos filósofos insisten
en la evaluación de las consecuencias como criterio para decidir sobre el valor moral de
una acción. Por eso también se ha llamado a esta clase de teoría consecuencialismo.
No puede negarse que en la mayor parte de los casos esta teoría contribuye a aclarar
cualquier problema ético. La teoría sugiere las siguientes preguntas, todas
esclarecedoras:
¿A quién o quiénes afectará esta acción?
¿En qué medida afectará a cada uno?
¿Qué efectos favorables y desfavorables tendrá para cada parte?
¿Cuál será el balance de bien y mal entre todos los afectados?
4
Se ha señalado como un defecto esencial de esta teoría la dificultad inherente del cálculo
de consecuencias, que puede ser demasiado complicado e incluso imposible de concluir
en el tiempo de que disponemos para decidir.
Además, en algunos casos la aplicación de esta teoría por sí sola puede llevarnos a
posiciones moralmente inaceptables. Baste como ejemplo considerar la siguiente
situación, que corresponde de cerca a gran cantidad de casos reales que han reportado
los periódicos este mismo año: en un país relativamente aislado conviven una mayoría
muy homogénea, que se encuentra en el poder, y una minoría, también homogénea, de
otra cultura. La teoría utilitarista justificaría el sacrificio de la minoría en favor de la
mayoría, de conformidad con el cálculo de unidades de felicidad, lo que repugna al
sentido humanista. Por ejemplo, la mayoría podría decretar la prohibición del uso del
idioma de la minoría o la práctica de su religión, por ejemplo. Así pues, la teoría
consecuencialista no puede usarse como la única arma para decidir nuestros problemas
morales. (Gutiérrez, 2010)
Consecuencialismo: una acción es moralmente buena si las consecuencias de esa acción
son más favorables que desfavorables. Lo más atractivo del consecuencialismo es que apela a
las consecuencias observables de una acción.
Método de análisis ético que se fija exclusivamente en las intenciones del que actúa y en
las consecuencias de su actuación, desechando la consideración de la acción misma. Según
este método de análisis, el fin justifica los medios: si el fin que se pretende es bueno y las
consecuencias no son negativas, es válida cualquier acción que conduzca a ese fin.
Han surgido tres divisiones del consecuencialismo: Egoísmo Ético: una acción es
moralmente buena si las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables
solamente al agente que prepara la acción. Altruismo Ético: una acción es moralmente
correcta si las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables para todos
excepto la persona que presenta la acción. Utilitarismo: una acción es moralmente buena si
las consecuencias de tal acción son más favorables que desfavorables para todos.
Teoría deontológica.
(deontológico: deontos = deber u obligación)
¡Haz tu deber! Diversas teorías éticas ofrecen diferentes recetas para la vida moral.
Algunas dicen que la felicidad o ser virtuoso es lo único que importa. Otros dicen que lo que
dicte la naturaleza es lo mejor, y otros dicen que la ética tiene que ver con la auto preservación.
Aquí presento otra receta para la vida moral llamada teoría deontológica.
Muchos de nosotros sentimos que hay obligaciones claras que tenemos como seres
humanos, tal como cuidar a los niños, y no cometer asesinatos. Las teorías deontológicas
basan la moral en principios fundamentales específicos de obligación.
La teoría basada en el deber de Kant sustenta lo siguiente: Los “deberes” son
obligaciones absolutas que debes seguir sin importar tus sentimientos personales o
inclinaciones.
Kant sostiene que algunos deberes son condicionados y otros son absolutos. Los
condicionados son los que necesitamos hacer para obtener ciertos resultados. Ej. Si quieres
graduarte de maestría, entonces, tienes que estudiar. El imperativo categórico se refiere a
5
deberes absolutos: es una obligación moral que es impuesta a nosotros sin importar las
circunstancias o nuestros deseos personales; provienen al usar nuestra capacidad de la razón.
Dice Kant: Actúa de tal forma que aquello que hagas pueda llegar a ser ley universal. Kant
piensa que lo que es bueno para uno es bueno para todos. Ej. Suponte que puedes subirte a
un camión por la puerta de atrás sin pagar. ¿Qué pasaría si todo mundo lo hiciera? En nuestro
sano juicio podríamos decir que es algo que no nos conviene.
El imperativo categórico de Kant
Este filósofo dice que tenemos obligaciones morales para uno mismo y para los otros, tal
como el desarrollo de los talentos y cumplir nuestras promesas a los demás. Sin embargo, Kant
argumentó que hay un principio del deber que envuelve a nuestras obligaciones. Es un principio
de razón al que llama “imperativo categórico”.
Immanuel Kant da por lo menos cuatro versiones del imperativo categórico, pero uno es
especialmente directo: Trata a la gente como un fin y nunca como un medio para lograr un fin.
Esto es, debemos tratar a la gente con dignidad, y nunca utilizarlos como instrumentos. Kant
piensa que la moralidad de todas las acciones puede ser determinada al apelar a este principio
de obligación.
Kant resalta la razón y no a Dios para decir que tenemos deberes absolutos. Esto es
debido a que Kant quiere que los deberes sean universales y que apliquen para todos, crean o
no en Dios. Tiene una manera elaborada de trabajar lo que son los deberes pero para decirlos
en forma sencilla, entre nuestros deberes básicos están: decir siempre la verdad, cumplir
siempre tus promesas y nunca cometer suicidio. Cualquier acto que hagas es una expresión de
tu deseo, por lo cual tienes que tomar responsabilidades por eso. No es suficiente que hagas lo
correcto… tu tienes que hacer lo correcto por las razones correctas.
TIPO DE
NORMAS
FUENTE DE
LAS NORMAS
CARACTERES
DE LA
OBLIGACIÓN
DESTINATARIOS DE
LAS NORMAS
Legales o
jurídicas
El Estado
(gobernantes,
jueces, etc.)
- Externa,
- Violentamente
coactiva
Sociales o de
trato social,
cortesía o
urbanidad
Tradiciones,
costumbres,
hábitos
heredados
- Externa,
- Moderadamente
coactiva
Todos los que defina
el sistema legal como
ciudadanos o como
sometidos ala
jurisdicción estatal
Todos los miembros
de la sociedad en
cuestión
Morales
A partir de
diversas
fuentes, un
código
determinado de
principios,
normas y
valores,
- Interna, en
consciencia
- No coactiva
- Ultimidad
(referencia última
para orientar la
propia conducta)
6
Cada persona se
considera a sí misma
destinataria de las
normas que reconoce
en consciencia
TRIBUNAL
ÚLTIMO ANTE
EL QUE
RESPONDES
El Estado
La sociedad
circundante
(vecinos,
compañeros,
clientes, etc.)
La propia
consciencia
personal
Religiosas
personalmente
asumido
La fe de la
persona en que
determinadas
enseñanzas
son de origen
divino
- Interna, en
consciencia,
- No coactiva,
- Ultimidad
Los creyentes
La divinidad
correspondiente
(Cortina y Martínez, 2001, 49)
Figura 1. Diferentes tipos de normatividad.
Ética Aplicada
“Somos lo que somos gracias a nuestra relación con los demás”
George Mead
Una función de la razón humana es llegar a conocer todo lo necesario para la convivencia
humana. En la infancia aprendemos la ética en casa y en la escuela, la interiorizamos en la
consciencia, se asume como verdades universales acerca del comportamiento. Si
pertenecemos a alguna religión generalmente nos enseñan verdades universales como no
matar, no robar, etc. Ya que estas conductas no nos convienen, no nos llevan a algo bueno. La
sociedad, por su parte, promulga valores básicos de la ética cívica como la libertad, igualdad,
solidaridad, respeto y diálogo.
En ocasiones escuchamos: “un buen amigo es…”, “buen compañero es…”, “buen
ciudadano es…”, “buen profesionista es…”, mensajes que reflejan juicios de valor que son
opiniones de ética ciudadana. En el momento en que las personas se dedican a una profesión,
es decir una actividad social que presta un servicio único y específico a la sociedad de modo
institucional, se espera un comportamiento determinado con valores específicos a la profesión
que se desempeñe.
A continuación me voy a referir al docente como un ejemplo de lo que conviene que cada
profesor haga del curso que imparte. Un ingeniero, administrador, abogado, licenciado, etc.
también debe enlistar lo que la sociedad espera de su profesión.
1. Dedicarse al trabajo docente con plena consciencia del servicio que se presta a la
sociedad.
2. Promover su desarrollo profesional con actividades de formación permanente y de
innovación e investigación educativa, teniendo en cuenta que esta cuestión constituye
un deber y un derecho del educador. No sólo en su actividad individual sino también en
su proyección hacia los demás formando claustro o equipo.
3. Contribuir a la dignificación social de la profesión docente y asumir de forma correcta
las responsabilidades y competencias propias de la profesión.
4. Defender y hacer respetar los derechos inherentes a la profesión educativa
(consideración social, económica, etc.).
5. Contribuir, en la medida de las propias posibilidades a una práctica solidaria de la
profesión.
7
6. Esforzarse por adquirir y potenciar las cualidades que configuran el carácter propio y
que son necesarios para el mejor cumplimiento de los deberes profesionales:
autocontrol, paciencia, interés, curiosidad intelectual, etc.
7. Mantener un dominio permanente de los principios básicos de su materia o área
esforzándose por incorporar a su didáctica los avances científicos, pedagógicos y
didácticos oportunos.
8. Mantener una actitud crítica y reflexiva permanente hacia la propia actuación
profesional, para garantizar un constante perfeccionamiento en todas sus actividades
profesionales.
(Siurana, Ética de la educación, 2004)
Después de la reflexión que hagas de la materia que impartes correspondiente a una
profesión tienes que cuestionarte ¿qué valor o valores puedo promover en el curso que
imparto? Por ejemplo si se trata de un curso de investigación podrías promover valores como:
ser organizado, honestidad en los hallazgos, un investigador dispuesto al diálogo, veraz en los
datos, objetivo en los resultados, etc.
Si quieres incorporar cuestiones de ética en un curso, por ejemplo metodología de la
investigación, tendrías que cuestionarte cuáles son las obligaciones éticas que necesita tener
un investigador. Puedes seleccionar un dilema cuyo tema ético sea un caso de investigación
que lleve a los alumnos a tomar consciencia acerca de lo que quieres mostrar. Ayuda mucho si
diseñas alguna actividad en la cual los alumnos puedan interactuar en pequeños grupos ya que
en ese intercambio de ideas el alumno piensa, reflexiona, internaliza los valores que se quieren
promover al través del caso.
No se trata de convencer a los alumnos para hacer el bien sino de ayudarles a crear un
nivel de consciencia que les ayude a enfrentar la vida con principios morales, encarnar valores
como una parte de crecer como personas. En una ocasión un alumno dice a su profesor:
“Profesor…yo no voy a comer de valores”. Quizás desde un punto de vista económico los
valores no permiten que compres alimento pero adquirir valores hará posible que te hagas más
consciente de lo que comes, que aprecies el alimento, lo disfrutes y des gracias a Dios por
tenerlo.
Dilema ético: El descubrimiento de problemas en la capa de ozono
Veamos un ejemplo de responsabilidad moral. El premio Nobel de química de 1995 se
otorgó a los científicos Mario Molina y Sherwood Rowland por sus trabajos sobre la química en
la atmósfera, particularmente por los relacionados con estudios acerca del problema de la capa
de ozono. A principios de la década de los setenta tuvieron la sospecha de que los
clorofluorocarburos (CFC), compuestos que se producían industrialmente y que eran muy
utilizados en equipos de refrigeración, de aire acondicionado y en latas de aerosol, podrían
provocar daños serios a la capa de ozono en la atmósfera terrestre.
La hipótesis era que las moléculas de los CFC subirían sin reaccionar hasta la
estratosfera, y ahí podrían descomponerse por la acción de los rayos ultravioletas presentes por
encima de la capa de ozono, liberando el cloro que contenían. Se podría iniciar entonces una
reacción en cadena, por la cual cada átomo de cloro podría destruir miles de moléculas de
ozono. La conclusión era que la capa de ozono, tan importante para preservar las condiciones
en el planeta que son necesarias para la vida, estaba amenazada.
8
Molina y Rowland enfrentaron el problema ético: ¿cómo era correcto actuar? Tenían
que elegir entre proceder de acuerdo con los estándares metodológicos y esperar a corroborar
o refutar la hipótesis, o violar algunas de las normas metodológicas aceptadas, no para dar la
hipótesis por corroborada, pero sí para comunicarla públicamente más allá de la comunidad
científica e intentar convencer a los industriales y a los políticos.
Molina y Rowland publicaron en 1974 el artículo con su hipótesis en la prestigiosa
revista Nature y al mismo tiempo iniciaron acciones tendentes a lograr la disminución y en algún
momento la prohibición de la producción de los CFC. La evidencia que a juicio de la comunidad
científica apoyó definitivamente la hipótesis no se dio hasta once años después, en 1985, pero
ya antes se había comenzado a tomar algunas medidas preventivas. Después de 1985 se
firmaron varios acuerdos internacionales para reducir la producción de los CFC, encaminados a
suprimirla por completo. En 1995 Molina y Rowland recibieron el premio Nobel de química por
sus estudios sobre este tema.
(Siurana, Ética de la investigación y sus nuevos desafíos, 2004, p.11)
Termino con una cita del Papa Juan XXIII a los estudiantes de Loyola en su última
audiencia pública. “Las dos cosas más importantes que ustedes poseen son sus mentes y sus
corazones, con una aprenden, con la otra aman. Les ruego que aprendan y amen a su más
grande capacidad. La gente en este mundo necesita todo el amor que tu y yo podamos darles”.
Nota 1: Si te interesa profundizar en aspectos de ética sugiero visites el Centro Virtual de Ética
del Tecnológico de Monterrrey en la siguiente dirección: http://www.itesm.mx/va/FEV/etica/
Bibliografía
Bollo, E. (2006). Factores que influyen en la integración de la persona. Espiritualidad,
conocimiento, salud integral SER – primer encuentro mundial. Monterrey, México: Servicios
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Cortina, A. y Martínez, E. (2001). Ética. España: Ediciones Alcal.
Dickinson, D. (1998). How Technology Enhances Howard Gardner´s Eight Intelligences.
Recuperado el 15 de abril del 2008, desde http://www.america-tomorrow.com/ati/nhl80402.htm
Giroux, S. y Tremblay, G ( 2004) Metodología de las Ciencias Humanas. Fondo de Cultura
Económica. DF. México.
Gutiérrez, Carlos. (1997). Ética y moral: teorías y principios. Recuperado el 6 de octubre de
2006 en: http://www.claudiogutierrez.com/Introduccion_a_la_etica.html
Siurana, J.C. (2004). Ética de la educación. Material del taller ética de las Profesiones.
Jul 26 a 31, Monterrey, México: ITESM y Universidad de Valencia / Universidad de Murcia
Siurana, J.C.. (2004). La ética de la investigación y sus nuevos desafíos.
Material del taller ética de las Profesiones, Jul 26 a 31. Monterrey, México: ITESM y Universidad
de Valencia / Universidad de Murcia
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