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Transcript
Los Niños Hiperactivos.
Los niños hiperactivos son aquellos que presentan niveles de
actividad exacerbados, dificultad de concentración, incapacidad para
controlar los impulsos, intolerancia para la frustración y, en muchos
casos, problemas de comportamiento. También se les conoce como
hiperkinéticos y esta condición les crea problemas tanto en el ámbito
académico como en el social.
En el pasado la hiperactividad era conocida como disfunción
mínima cerebral, pero estudios posteriores han demostrado que los
niños afectados no tienen alteraciones orgánicas cerebrales ni padecen
algún trastorno mental, en la mayoría de los casos; tal como lo asegura
el Doctor Michael Rutter, sólo el cinco por ciento de los niños
hiperactivos tiene alguna muestra de daño cerebral.
Otras investigaciones, como las realizadas por la Doctora Virginia
Douglas y sus colegas, en la Universidad de McGill en Montreal,
Canadá, han demostrado que la falta de perseverancia, problemas de
autocontrol, trastornos en la conducta social, falta de cooperación y
desobediencia, son características típicas en estos casos.
Las madres de los niños hiperactivos manifiestan que sus hijos
tratan de ser el centro de atención y son extremadamente
desobedientes, por lo que requieren una mayor supervisión que los
niños normales. Esto fue señalado por la doctora Susan Campbell, de la
Universidad de Pittsburg.
Estudios realizados revelan que los varones presentan la tendencia
a ser negativos y sus madres son más directas con ellos y no participan
en juegos juntos.
La hiperactividad parece ser de origen orgánico, y se ve afectada
por condiciones como el orden de nacimiento, siendo los más afectados
los segundos hijos y generalmente los de sexo masculino.
Los síntomas de hiperactividad aparecen por lo general entre las
edades de ocho y diez años, aunque puede haber variaciones en cuanto
a esto.
La condición socioeconómica es un factor determinante en esta
enfermedad. Los niños de estratos sociales más bajos tienden a
presentar este problema con más frecuencia que los de mejor nivel
económico, y esto se debe probablemente a los problemas alimenticios y
la inestabilidad que rodea su entorno y los afectan directamente.
Otras características observadas en los niños hiperactivos son:
agresividad, interrupciones constantes, hablan más de lo normal,
gritan, y son muy arriesgados en cuanto a sí mismos.
La inteligencia de los niños hiperactivos está por debajo del
promedio de los niños de su edad, presentan deficiencia en el
procesamiento de información audiovisual, se distraen muy fácilmente
y les resulta difícil manejar números y símbolos. En ocasiones presentan
problemas con el aprendizaje del lenguaje.
Los niños hiperactivos tienden a no responsabilizarse de sus
acciones, no respetan los sentimientos ni los derechos de los demás y no
miden las consecuencias de sus actos sobre los demás, lo que perjudica
su convivencia armónica en la sociedad y la aceptación por los demás
niños.
En el ámbito emocional son muy inestables, cambian de
temperamento fácilmente, se disgustan y frustran por hechos
irrelevantes y tienen poca confianza en su éxito futuro. Su baja
autoestima los hace, en ocasiones, refugiarse en el alcohol o las drogas
cuando alcanzan mayor edad. Las niñas tienden a presentar cuadros de
depresión.
Al llegar a la adolescencia, los niños hiperactivos son mucho más
difíciles de controlar, y pueden llegar a ser causantes de serios
problemas dentro del matrimonio, inclusive, del divorcio, cuando la
pareja no es capaz de soportar esta situación.
En el aula de clases, estos niños efectúan interrupciones
frecuentes, son agresivos, inquietos, se descontrolan, hacen ruidos, no
logran concentrase y tienen problemas en sus relaciones
interpersonales con sus compañeros. Todas estas características hacen
que para ellos sea muy difícil el proceso de aprendizaje, dando como
resultado un bajo rendimiento académico, además de que presentan
problemas en la escritura por su falta de coordinación motora.
Las Familias de los Niños Hiperactivos.
Según muchos especialistas la hiperactividad es de carácter
hereditario y las condiciones sociales que rodean al individuo son de
menor importancia.
La psicopatología de los padres y familiares es determinante en el
desarrollo de esta condición, ya que es la principal influencia
moduladora sobre el niño.
Problemas Psiquiátricos en las Familias.
Estudios realizados demuestran que los padres y familiares de los
niños hiperactivos presentan problemas como: depresión, psicopatía,
histeria, alcoholismo, tabaquismo y diversas adicciones. Además, los
padres de estos niños tienen dificultad en controlar sus impulsos y en la
memoria y retención.
Esto nos indica que la hiperactividad, en la mayor parte de los
casos, es de carácter hereditario, pero no debemos olvidar que el medio
que rodea al paciente también afecta esta condición.
En general, los padres de estos niños logran disciplinarlos más
fácilmente que sus madres; algunos atribuyen esto a que la figura
masculina denota mayor fuerza y carácter que la femenina, además de
ser más severos al momento de efectuar una orden.
En cuanto a los hermanos de los niños hiperactivos, tenemos que
algunos tienden a desarrollar esta condición también, se vuelven
agresivos y tienen problemas con el aprendizaje.
El terapeuta debe asignar el tratamiento adecuado para este
problema, ya sea usando refuerzos positivos o ignorando las conductas
no deseadas.
Es importante señalar que si los padres disciplinan a estos niños
con órdenes, castigo y censura, acelerarán la agresividad del niño, en
lugar de conseguir una mejor conducta. Esta observación fue señalada
por Patterson.
El Desarrollo de la Conducta Coercitiva en los Niños.
En la familia encontramos el origen de la conducta agresiva del
niño. Esta actitud la manifestará en el hogar, con sus padres, hermanos
y otros familiares.
Las madres de los pacientes hiperactivos son muy parecidas a las
de los niños normales, la diferencia radica en los problemas
psiquiátricos o psicológicos y la interacción negativa, que se ve
aumentada en las madres de los niños hiperkinéticos. Los padres de
estos niños, en ocasiones, presentan conducta adversa que manifiestan
contra todos los miembros de la familia.
Generalmente, los padres de estos niños son depresivos, poseen
baja autoestima, se sienten insatisfechos con su pareja y se aíslan uno
del otro, conviviendo cada vez menos como pareja.
Existen dos tipos de madres: las insulares, que son las que casi no
tienen relaciones sociales ni actividades fuera de lo familiar; y las no
insulares, las cuales tienen muchos contactos sociales fuera de la
familia. Es más frecuente encontrar niños hiperactivos en madres
insulares; además, a ellas se les hace más difícil educarlos, que a las
madres no insulares.
L a Definición de la Hiperactividad.
La hiperactividad es un desorden evolutivo de la atención, en el
cual los niños muestran intranquilidad, problemas de conducta,
desobediencia; pero esta condición no es responsable de daños motores,
sensoriales o trastornos emocionales.
La entrevista con los padres es de suma importancia para el
diagnóstico, ya que es fundamental para el terapeuta conocer el
ambiente que rodea al niño y establecer un nexo con sus padres quienes
tendrán que cooperar para que el tratamiento sea más efectivo y
tendrán la responsabilidad de educar al infante en casa.
El Inventario de Personalidad para Niños de Robert Wirt, David
Lachar, James Klinedinst y Phillip SEAT, es usado para efectuar
evaluaciones en los niños con este tipo de trastornos. También se
emplean pruebas de inteligencia como: Standford Binet, Weschler,
Slosson, entre otras.
Existen otros instrumentos llamados medidores de actividad como
lo son: los relojes de pulsera(miden la actividad en la muñeca y el
tobillo); pedómetros(actividad registrada en pies, piernas y cinturas)y
cojines especiales( miden las veces en que se levantan de su asiento.)
Para determinar daños neurológicos se emplean las baterías de
prueba de Halstead – Reitan y la Luria - Nebraska.
La encopresis, enuresis, torpeza motora, inmadurez, alergias y
algunas señales neurológicas, indican que el niño debe ser referido a un
médico, siendo más específicos, a un neurólogo.
Una atención tardía de la hiperactividad traerá como
consecuencias, trastornos psicológicos y psiquiátricos en la
adolescencia.
La hiperactividad no tiene cura, pero puede ser controlada en un
ochenta por ciento, si se emplea el tratamiento adecuado.
Es importante que los padres del niño comprendan que su hijo
tendrá más problemas de conducta que un niño normal.
Un número considerable de padres de niños hiperactivos han
tenido problemas de aprendizaje durante la escuela, los cuales se
pueden mejorar pero no curar.
El uso de drogas y medicamentos es muy recomendado en el
manejo de este padecimiento. Es indiscutible la eficacia de estos
productos en el mejoramiento dela conducta del niño. En general, se
dejan de tomar después de tres años de haber iniciado la pubertad.
El Metylfenidato es considerado el mejor tratamiento
farmacológico para la hiperactividad. Produce resultados más rápidos y
radicales, que cualquier otro medicamento.
La Historia del Uso de los Estimulantes con los Niños.
Charles Bradley es considerado el primero en introducir fármacos
para el tratamiento de la hiperactividad en 1937. Éste administró
Anfetamina Benzxedrina, a niños que eran pacientes de un sanatorio, y
consiguió notables mejoras en su conducta y rendimiento académico.
En los años setenta se publican una serie de informes que vuelven
a dar ímpetu al uso de fármacos en el tratamiento de estas alteraciones
conductuales. Estos informes y la falta de conocimiento de los efectos
secundarios a largo plazo que causan estas drogas hicieron que fuese
cada vez más común el uso indiscriminado de estos estimulantes.
Tipos de Estimulantes más usados.
Los estimulantes más usados son: Anfetamina(dexedrina),m
Metylfenidato (Ritalina) y la Pemolina(Cylert.) Algunos estudios han
demostrado que las anfetaminas disminuyen temporalmente la
producción de hormona del crecimiento, mientras que la Ritalina la
aumenta.
Muchos de los problemas causados por la hiperactividad como:
la falta de concentración y coordinación; la deficiencia en la retención y
concentración; la impulsividad e inquietud y otros trastornos de
conducta son mejorados considerablemente con el uso de estos
fármacos.
Algunos factores que condicionan la efectividad del tratamiento
con drogas estimulantes son: la relación madre-hijo, factores
psicofisiológicos,
neurológicos,
demográficos,
familiares
y
conductuales. Las investigaciones realizadas demuestran que mientras
más ansioso sea el niño, peor responderá a estos medicamentos.
El tratamiento con Pemolin puede causar alergias en la piel,
eccema y otros problemas dermatológicos. Puede acelerar el chuparse
los dedos, morderse los labios y comerse la piel superficial de los deos.
El uso de Ritalina tiende a causar hipersensibilidad emocional,
particularmente al final de la mañana o entrada la tarde, cuando el
medicamento empieza a perder efectividad.
Una observación importante es que el uso excesivo de estas
drogas puede causar psicosis. Todas estos medicamentos tiene ciertos
efectos en el corazón y la presión arterial. La pérdida de peso y el
estancamiento del crecimiento son posibles efectos secundarios
causados por las anfetaminas y el Metylfenidato.
Implicaciones Clínicas de las Investigaciones más recientes.
La mayoría de los niños tratados con fármacos estimulantes
muestran una notable mejora en la conducta y en la atención.
Los efectos positivos de algunas de estas drogas pasan uan vez
suspendido el tratamiento.
Los efectos secundarios son generalmente transitorios y se
reducen con la disminución o descontinuación del tratamiento.
El Síndrome de Tourette es uno de los problemas que pueden
desarrollar los niños con historial de tics nerviosos, además de una
conducta psicótica.
El tratamiento no debe limitarse sólo al uso de drogas; debe
conjugarse con apoyo psicológico, físico, educativo y social.
¿Cuándo usar estos medicamentos?
Deben agotarse todos los otros métodos terapéuticos antes de
recurrir al uso de drogas. No deben administrase en niños menores de
cuatro años, a menos que así lo ameriten.
Antes de prescribir el uso de este tratamiento se debe tener en
cuenta la capacidad adquisitiva de los padres para comprobar que
puedan costearlo, además de que tengan la suficiente madurez y que no
posean un historial de adicciones a las drogas, pues algunos pueden
tratar de usar estos fármacos para su consumo o venta.
A niños que tengan cuatro años o más se les debe administrar
Metylfenidato, pero si no surte efecto se debe optar por la Pemolina.
Estudios han demostrado que el uso de Ritalina es más efectivo
que la terapia de modificación de la conducta, en cuanto la
mejoramiento del comportamiento y las ejecutorías.
La combinación del tratamiento de drogas estimulantes con la
terapia de modificación de la conducta, es lo óptimo, y causa efectos
mucho más positivos que el uso de estas terapias por separado.
Principios de Terapia de Modificación de la Conducta para el
Niño Hiperactivo.
Las dificultades en el control del impulso, la atención y la
desobediencia aparecen en las primeras etapas de la infancia,
haciéndose crónicas a medida que el niño se desarrolla.
Según el modelo SORK, la conducta de cada niño se ve influida
por la aparición de un estímulo(S) que motiva este comportamiento. Los
factores orgánicos(O) tiene relevant6e importancia en la aparición de
comportamientos infantiles. El hallazgo y manejo del estímulo es de
suma importancia para el control de la respuesta(R) del niño, la cual va
a variar, dependiendo tanto del estímulo que reciba como de factores
ambientales.
Finalmente
las
consecuencias(K)
ocurren
luego
del
comportamiento. Los eventos que incrementan la conducta reciben el
nombre de reforzadores.
El refuerzo y el castigo incrementan o decrecen el
comportamiento, por lo que son la base de la terapia de modificación de
la conducta.
Los refuerzos positivos aumentan la obediencia, mientras que los
negativos aumentan el mal comportamiento.
Un evento que reduce la conducta en el niño es considerado
castigo.
Las contingencias(C) son los horarios que siguen al aparecer un
castigo.
Los comportamientos incrementan su frecuencia cuando son
reforzados continuamente. Cuando el evento reforzador no sigue una
secuencia, sino que aparece de vez en cuando se le llama refuerzo
intermitente.
Algunos de los premios más utilizados en las terapias son: el uso
de poker chips, estrellas doradas, stickers y puntos, como reforzadores y
resultan muy efectivos.
Uno de los métodos de castigo es hacer una marca con tinta en la
muñeca del niño cada vez que se comporta inadecuadamente en
público, esta marca significa que cuando llegue a casa estará diez
minutos sentado en una silla sin hacer nada. Los niños hiperactivos
responden mejor a los castigos que a los refuerzos.
Tratamientos Adicionales para los Niños Hiperactivos.
a. Tratamiento de dieta y Nutrición.
El Doctor Benjamín Feingold, propone en su libro “La Dieta
Káiser” la eliminación de los aditivos en las comidas y los salicilatos que
aparecen en algunas frutas y vegetales, como tratamiento para los niños
hiperactivos. El atribuye en que la intolerancia a éstas sustancias deriva
en este tipo de desórdenes conductuales de la infancia.
También ha recomendado este tratamiento para el retraso mental,
vandalismo, delincuencia, crimen, desórdenes en el aprendizaje y el
autismo infantil.
Investigaciones han demostrado que el uso de esta dieta
disminuye en cierto grado los síntomas de un mínimo de niños
hiperkinéticos. En general, no produce efectos o hace empeorar la
condición del paciente.
Otros estudios han demostrado que el consumo de colorantes
artificiales es el responsable de entre el 40 y 50% de los casos de
hiperactividad. El efecto de estos productos inicia hora y media después
de la ingestión y se prolonga por lo menos tres horas y media.
b. Terapia Centrada en las Deficiencias Vitamínicas y Alergias a
las Comidas.
Según el Doctor Lendor Smith, la hiperactividad es causada por
deficiencias vitamínicas(principalmente Zinc) y desbalance(proteínico),
por lo que sugiere el uso de complejos vitamínicos en el tratamiento de
la hiperkinesis. Además, recomienda el empleo de mantequilla de maní
en la dieta de estos niños para disminuir los temper tantrum.
Las investigaciones realizadas por el Dr. Ronald Trites y sus
colegas afirman que los niños hiperactivos tiene más alergias a las
sustancias alimenticias que el resto de los niños. Su eliminación
produce una leve mejoría en su cuadro clínico.
c. El Azúcar.
Estudios revelan que los niños hiperactivos consumen grandes
cantidades de azúcar refinada lo que les provoca hiperglicemia,
humores exaltados e inquietud.
Una investigación entre niños hiperactivos y niños normales
reveló que no hay mucha diferencia en el consumo de productos
azucarados entre un grupo y otro. Si se encontró que los niños
normales consumen más comida que los hiperactivos, pero esto se
atribuye al efecto anoréxico que tiene el tratamiento con drogas
estimulantes sobre los niños hiperkinéticos.
Conductas como la agresividad, destrucción e inquietud sí se ven
afectadas por el consumo de productos azucarados, no así la conducta
locomotora.
Otras teorías.
Según el psicólogo John Taylor la hiperactividad es el resultado de
reacciones alérgicas a sustancias del medio ambiente.
Para la psicóloga Yolanda Crespo, este trastorno de la conducta es
el resultado de la conjugación de factores hereditarios y orgánicos, con
unas condiciones ambientales desfavorables que influyen directamente
en la manifestación de la hiperactividad.