Download Boletín nº 03 : Julio - Septiembre 2005

Vínculo Trapense
nº 3
Monasterio Trapense
Ntra.Sra. de los Ángeles
C.C. 34 B 7300 WAA Azul
julio-septiembre de 2005
Estimados Amigos del Monasterio:
En el último número de este sencillo “Vínculo
trapense” se hacía referencia a una actividad muy típica de la
vida de los monjes, que suscitó entre los lectores un interés
especial, además de una sana curiosidad. Se trata de la lectio
divina. Es una frase en latín que se traduce literalmente como
“lectura divina”. En la práctica es una lectura reposada y
orante de la Palabra de Dios, sobre todo en cuanto esta
Palabra se nos comunica en la Biblia.
Sed de lo divino
El mundo en que vivimos está lleno de
paradojas. Por el lado más visible y patente, domina hoy el
afán de tener cosas, especialmente dinero, y de estar cómodo.
Es el consumismo típico de nuestra “sociedad de consumo”.
Por otro lado, va creciendo silenciosamente en el corazón de
los hombres y mujeres de hoy la convicción de que nada en
el mundo nos satisfará verdaderamente. Frente a esta
decepción con lo creado, las alternativas son las búsquedas
apasionadas, la desesperación, o la fe. Surge entonces otro
tipo de afán que es, a la vez, nuevo y viejo: la sed de ver el
rostro de Dios. No solamente sus obras, sino su rostro y su
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corazón, es decir, su verdad y su amor. La lectio divina
corresponde a este último tipo de búsqueda.
No hay nada secreto o esotérico en la lectio
divina, como no lo hay tampoco en la vida monástica en
general. La lectio es lo que suele ocurrir cuando se lee o
escucha con sinceridad la Palabra de Dios. Frente a la historia
conmovedora de nuestra salvación en Jesucristo, los monjes
y monjas descubrieron poco a poco un ritmo de oración,
basada en la lectura de la Biblia. Llegaron a expresar este
ritmo con cuatro palabras expresivas de cuatro momentos o
dimensiones de la oración cristiana: lectura, meditación,
oración, contemplación. Estos cuatro momentos en la
oración significan que, después de la lectura de un texto
bíblico, conviene repetirlo a uno mismo en silencio y captar
algo de su sentido personal para ti. Luego se lo usa para
comenzar una conversación directa, más íntima y personal
con Dios, con Jesús, la Virgen o los Santos. Esta oración más
personal expresa espontáneamente los deseos y sentimientos
del corazón, que pueden ser de agradecimiento, de petición,
de arrepentimiento o de adoración.
Muchas otras maneras de hacer oración, como el
Rosario o la repetición del santo Nombre de Jesús, no son
más que expresiones o aplicaciones de este ritmo básico.
Contemplación
La contemplación, según este ritmo, suele ser un tipo
de adoración sin palabras, por lo general breve y pasajera, de
la íntima presencia de Dios que unifica los pensamientos y
los deseos en torno suyo, en un centro del corazón, que se
llama a veces la “conciencia”. Gracias a esta forma de orar, el
corazón entiende mucho mejor – y con más alegría – las
verdades de la fe cristiana, por haber experimentado su razón
de ser, que es el amor de Dios hecho hombre en Cristo y
derramado sobre nosotros por su Espíritu.
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Para casi todos los jóvenes que entran en la vida
trapense, descubrir por propia experiencia este tipo de lectura
orante, especialmente del Nuevo Testamento, abre una puerta
nueva al camino fascinante de su respuesta al llamado de
Jesús. Para las personas llamadas a otras formas de vida
cristiana también, la lectio divina puede ser la puerta a una
nueva unión entre lectura y oración, entre cabeza y corazón.
Muchas personas dentro y fuera de los monasterios utilizan
para su lectio cotidiana los textos de la misa del día.
Reajuste en la hospedería
Pasando a otro tema, las personas que conocen más de
cerca nuestra comunidad saben – o se dan cuenta, al mirarnos
en la iglesia – que hay dos o tres caras nuevas entre los
hermanos. Son tres jóvenes que han ingresado a la
comunidad durante los últimos meses: de Córdoba, Salta y la
Capital Federal. Hay también una cara menos, la del Hno
Rubén, que se encuentra en Roma para completar su
formación intelectual. Estará de nuevo con nosotros en
agosto y septiembre antes de volver nuevamente a Roma
para su año final de estudios.
Tanto las nuevas presencias como la ausencia de
Rubén subrayan la necesidad de una formación adecuada
para nuestra vida particular en la complejidad del mundo de
hoy. Dicha formación es más del corazón que de la cabeza,
pero la dimensión intelectual tiene su importancia y merece
nuestra atención.
Un resultado de la actividad formativa dentro de la
comunidad es la necesidad de reducir el servicio que
brindamos en nuestra hospedería. Se trata concretamente de
limitar la recepción de huéspedes en el turno de martes a
viernes, lo que permitirá que los hermanos que hasta ahora
han trabajo allí en aquellos días puedan realizar otros
servicios dentro de la comunidad. Con esta finalidad,
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recibiremos a huéspedes de martes a viernes tan sólo durante
los meses de diciembre, enero, febrero y julio, que son los
meses de más demanda. Para los fines de semana, del viernes
a mediodía al martes a la mañana, la hospedería estará abierta
todas las semanas, como hasta ahora.
Agradecemos a todos su comprensión. Nos quedamos
unidos en la oración.
Algunas fechas significativas del mes de agosto:
6 de agosto
15 de agosto
20 de agosto
- Fiesta de la Transfiguración del Señor.
- Solemnidad de la Asunción de la Stma. Virgen.
- Solemnidad de San Bernardo de Claraval.
Con un saludo afectuoso de los hermanos trapenses.
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7455
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