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1 SISTEMA FAMILIA Y DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE EN EUSKADI: BASES PARA UNA POLÍTICA FAMILIAR INTEGRAL PLANIFICACIÓN PROSPECTIVO-ESTRATEGICA: INFORME PREVIO Mayo 2002 SUMARIO —LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA: UN DOMINIO CON AMBIGÜEDAD DE FRONTERAS —HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA —LAS FUNCIONES DE LA FAMILIA —DESINSTITUCIONALIZACIÓN Y NUEVAS FORMAS DE INSTITUCIONALIZACIÓN —LAS MUTACIONES DE LAS RELACIONES FAMILIARES —UNA APROXIMACIÓN A LA POLITICA DE LA FAMILIA QUE NECESITAMOS —EL PLAN PROSPECTIVO ESTRATEGICO CON RESPECTO A LA FAMILIA EN EL MARCO DE UN DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE —DE LA FAMILIA A LAS FAMILIAS: UNA REALIDAD EN CAMBIO —¿FAMILIA O FAMILIAS?: HETEROGENEIDAD DE LA REALIDAD FAMILIAR EN EUROPA —¿FUNCIONES O ESTRUCTURA?: MULTIPLICIDAD DE NECESIDADES Y POTENCIALIDADES —UNA NUEVA POLÍTICA DE APOYO INTEGRAL A LAS FAMILIAS —EXPOSICIÓN Y CRITICA DE LOS ACTUALES MODELOS DE POLÍTICAS FAMILIARES —UNA VISIÓN DE FUTURO: APOYAR LAS FAMILIAS, PROMOVER SU DESARROLLO Y FUNCIONALIDAD, RESPETAR SU DIVERSIDAD —LA PROSPECTIVA ESTRATEGICA COMO HERRAMIENTA PARA UN DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE DE LAS FAMILIAS —DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE COMO BASE CONCEPTUAL PARA UNA POLÍTICA INTEGRAL DE APOYO A LAS FAMILIAS —LOS RETOS DE UNA POLÍTICA FAMILIAR INTEGRAL EN CLAVE DE SOSTENIBILIDAD —ESTADO DEL ARTE DEL SISTEMA FAMILIA 2 LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA: UN DOMINIO CON AMBIGÜEDAD DE FRONTERAS ¿Qué significa la sociología de la familia?. La verdad sea dicha que de lo que fue a lo que es y será la perspectiva y el enfoque han variado substancialmente. Por ello, limitar este campo de estudio no puede ser una tarea nada fácil en la medida de que se trata de un dominio de reflexión discontinuo. Además, su propio objeto de estudio está sufriendo una gran explosión y una mutación sin precedentes, de manera que cada vez le obliga más, a tener que tratar con un mayor número de temáticas diferentes. Las numerosas especializaciones que uno observa que se están produciendo lo confirman: estudios sobre el comienzo de la vida conyugal, la maternidad, la vida parental, las restructuraciones familiares, la adopción, la pareja, etc. De igual modo, tal vez sea aún más difícil establecer las fronteras de este dominio y profundizar realmente en él porque, hasta ahora, resulta raro que existan sociólogos que se definan como sociólogos de la familia quizás porque su preocupación o interés por la familia sea de modo indirecto o subordinado a otros objetos de estudio como el derecho de la infancia, las redes de apoyo familares, etc. Además de su contenido inestable y mutante, la sociología de la familia habría de asumir el hecho de que su objeto, la familia, no es un campo de esudio sólo para los sociólogos. Los historiadores, los políticos, los juristas, los etnólogos, los psicólogos y los economistas, a menudo, también en sus análisis han de tomar prestado el discurso sociológico acerca de la familia para poder desarrollar sus propias actividades. A la inversa, los sociólogos de la familia deberían incorporar conceptos relativos a la política, a la historia, al derecho, a la economía, etc., para poder enterder la evoución y los cambios que la familia está experimentando. Debido a esta imprecisión, a los sociólogos siempre les ha gustado definir a la familia por las tipologías familiares que conlleva. Este análisis ha de recorrer más de un siglo, desde la familia del árbol genealógico el tocón del sigloXIX hasta la familia incierta de la actualidad. En una teoría monolítica de la familia lograron un juego de análisis más o menos articulado por los diferentes tipos de familia (monoparental, reconstituída, biparental), por las evoluciones familiares (matrimonio, nacimiento, divorcio) y los problemas familares (violencia conyugal, abuso y negligencias). Al mismo tiempo que la realidad familiar se ha ido diversificando, los enfoques teóricos han ido proliferando: feminismo, marxismo, funcionalismo, utilitarismo, interaccionismo simbólico y constructivismo. ¿Así como uno habla sobre la explosión del concepto de familia, también se podría hablar sobre la explosión de la sociología de la familia? Hoy en día, coexisten diferentes tendencias en el campo de la sociología de la familia, que se sobreponen de vez en cuando. En principio 3 diremos que existe una tendencia general a apoyarse en los datos demográficos, con la intención de comprender la evolución de los comportamientos matrimoniales y familiares. Los trabajos de morfología social son los que permite tratar las grandes transformaciones que van operándose en el ámbito de la familia tales como la disminución del tamaño de las mismas, la expectativa de vida de las parejas, el aumento de las uniones o incluso identificar los criterios de elección del conyuje. Una segunda tendencia analiza la familia de manera detallada para comprender con ello su funcionamiento y su dinámica interna: las estrategias de formación de la pareja y de la familia, las relaciones amorosas, la vida casada, las violencia conyugal y paternal, etc. También, durante estos últimos años, se han realizado otros análisis investigando otras esferas de la vida familiar: la pareja, la sexualidad, las relaciones padres e hijos, las relaciones entre hermanos, los trabajos caseros, etc. Otra tendencia ha consistido en analizar los aspectos económicos de la vida familiar y entender la familia desde el punto de vista de los modos de producción dominantes. Así, las teorias feministas intentaron replantear la articulación entre la vida familiar y el mundo del trabajo, en especial comparando las trayectorias de vida y roles (profesional, personal, familiar) de las mujeres y de los hombres. Sus trabajos favorecieron un nueva conceptualización del hecho familiar: las tareas que se desempeñan en la esfera privada se contemplan en términos de trabajo doméstico, la maternidad redefinida según el concepto de reproducción, etc. La corriente utilitarista de la familia, por su parte, aplicando una lectura económica de las relaciones familiares, plantea los problemas en términos de intercambio, de valoración del capital, de negociación y de contrato. Existe también una tendencia que privilegia el análisis de las políticas familiares y las relaciones entre los poderes públicos y las familias. Más allá de una demostración del hecho de que la familia es “política”, las investigaciones en este dominio destacan la variedad de las definiciones sociales de la familia, de los roles respectivos de los padres y otros agentes de socialización que privilegian políticas natalistas o que están centradas en la calidad de vida de las familias, los programas que priorizan el desarrollo y la prosperidad del niño, etc. Esta apertura del análisis sociológico sobre el psicológico, el económico y el jurídico-político conlleva a establecer un consenso general tendente a definir la familia tradicional como algo improbable. Mientras que la familia conyugal era el modelo socialmente dominante, los sociólogos la consideraron como un objeto estable. El cuestionamiento de este modelo se implicó en eternos debates sobre la definición de la familia. Felizmente estos debates estériles ha sido abandonados tanto por la fuerza de los hechos como por sabiduría cuando no por agotamiento. Actualmente, las diferentes tendencias identificadas se complementan la una a la otra y se enriquecen mutuamente, lo que permite entender la complejidad y la 4 variedad de la realidad familiar y da el lugar a un cuestionamiento sobre los límites del campo de la sociología de la familia. HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE LA SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA El desarrollo de la sociología de la familia se ha realizado siguiendo los dientes de sierra que ha conocido la historia de la familia como institución. Si bien con Durkheim el campo de la familia comenzó a ser una de las primeras sociologías especializadas, el hecho cierto es que, en los años setenta, comenzó a ocupar un lugar secundario en la sociología. Sin embargo, la importancia de sociología de la familia se explica de varias maneras: se necesita dotarse de un amplio consenso social sobre el modelo de familia conyugal, una preocupación o interés de los sociólogos por otros dominios de especialización que constitiuyen las principales apuestas sociales. En los años setenta, el modelo de la familia conyugal se ve contestado por todas partes, y muchos investigadores, principalmente mujeres, comenzaron otra vez a estar interesarse por la vida familiar. Esto se hace otra vez uno de los dominios fundamentales de la disciplina: en Europa como en Norteamérica, (la investigación) de búsqueda sabe un desarrollo importante y las clases (los cursos) de sociología de la familia están entre aquella el más a menudo certificadas en los programas de universidad. Esta renovación del interés se explica parcialmente por las alteraciones de la vida familiar, disminución de la fecundidad, disminución del número medio de niños por familia, aumento de los divorcios, etc. que despiertan interrogantes y preguntas en muchas sociedades. En este contexto, las reflexiones teóricas y metodológicas y varias investigaciones desarrolladas sobre la familia confirman la vocación empírica de este dominio sociológico. Entonces conjugando la familia en plural, los sociólogos estudian todas las demostraciones y se inclinan por la pluralidad del modelo conyugal, por la variedad de las configuraciones familiares. Si el trabajo de descripción de la realidad doméstica es fundamental, él no debería constituir el único objetivo de los sociólogos, en riesgo que estos últimos, como lo subraya Segalen (1996), salga del aliento que persigue una familia con la transformación constante y no pueda más que producir explicaciones tan pronto como se vuelven obsoletas. Uno de los desafíos más importantes para los sociólogos de la familia ha sido encontrar una manera de analizar el problema de la familia como un hecho social, en su totalidad. Por ello, se deben analizar todas las dimensiones e interrelaciones que crean el eslabón entre la familia y la empresa (la sociedad), tanto de modo sincrónico como diacrónico. Los tres ejes de reflexión nos permitirán hablar más a fondo de las funciones de la 5 familia y su problemática como institución social, privilegiada por el cambio social. LAS FUNCIONES DE LA FAMILIA En general, los autores clásicos, hasta los sociólogos de los años 1990, manifestaron una preocupación y un interés constante por las funciones de la familia. Le Play concibió la familia troncal una forma ideal de familia, en su papel de preservación y de reproducción de los valores y las tradiciones. En el mismo sentido Durkheim se preocupó por la aparición de una nueva forma de familia, la familia conyugal, que, por el hecho de replegarse más sobre la vida doméstica, el parentesco y el mundo emocional, corría el riesgo de generar más anomia o desintegración familar. En los años 50 del siglo pasado, la perspectiva funcionalista de Parsons se impone como modelo teórico en la sociología de la familia y permite revisar las críticas de la familia conyugal. Este último tipo de famila, lejos de ser una forma familiar que pone en cuestión las funciones sociales de la familia, se constituye en un subsistema del sistema social, particularmente bien adaptado a la sociedad industrial y necesario para su estabilidad. Basado en el matrimonio y la reproducción, esta familia nuclear se caracteriza por una especialización: abandonando varias funciones tradicionales (educación, aprendizaje de los oficios oprofesiones, cuidado a las personas ancianas). Esta familia nuclear se perfecciona en base a la socialización y en el apoyo emocional de los adultos y de los niños, estableciendo una fuerte diferenciación entre el rol masculino y el femenino. A finales de los años 60, las feministas comenzaron a poner en cuestión la pertinencia de los diferentes roles conyugales, mediante la exposición de prioridades, sobre todo naturalistas, sobre las que dichos roles se basan. Demostraron que dichos roles de derivaban de un sistema donde se establecían unas determinadas relaciones de poder que beneficiaban al hombre. Otros investigadores trataron de buscar la complementariedad de los roles masculino y femenino. De este modo, comenzaron a considerar la familia como el lugar donde se crean, siguiendo el ejemplo de la sociedad en su conjunto, unas relaciones determinadas (— relaciones de sexo, de clases. Así pues, de las funciones normativas que Parsons consideraba esenciales, se pasa entonces a las funciones enajenantes de la familia, que favorecen el mantenimiento de las disparidades y de las desigualdades entre los sexos, pasando la familia a constituirse como uno de los lugares principales de opresión de las mujeres que reproduce un sistema social de índole patriarcal. Algo más recientemente, los investigadores sociales comenzaron a preocuparse tanto de las funciones de socialización como de las funciones identitarias de la familia. En el centro de la esfera privada, la familia se convierte en el tiempo y el espacio del “cocooning”, como espacio protegido 6 que se encuentra en transformación hasta el paso del niño a la vida societaria. La familia es también el lugar de la pareja y de la prosperidad, y se constituye en el refugio natural contra un universo social stressante y, a veces, cargado de amenazas. Las sociedades están sufriendo una fractura y una fragmentación cada vez mayores por lo que la familia se ha convertido en el lugar potencial de construcción y de destrucción de las identidades personales, conyugales, familiares, étnicas y sociales. Asi, los sociólogos describen los tipos de familia que actua como un filtro entre el individuo y la sociedad, a través de la salud, la educación, el ocio y la cultura, e incluso a través del comportamiento político. Los partidarios de la renovación y la post-modernización de la sociología a menudo han juzgado que este trabajo de descripción de los procesos de socialización y de las funciones sociales de la familia eran excesivamente reduccionistas. Sin embargo, esta preocupación ha estado siempre cuajada de acontecimientos normales y corrientes y ello ha permitido a los sociólogos constatar la amplia variedad de los tipos familiares, como, por ejemplo, a la hora de tratar las dimensiones comunes que ocupan las relaciones de padres e hijos, en las familias monoparentales, biparentales y recompuestas. DESINSTITUCIONALIZACIÓN Y NUEVAS FORMAS DE INSTITUCIONALIZACIÓN Los análisis de la familia como institución social en transformación ilustran los trabajos de cruzamiento entre individuo y el colectivo y la conexión entre lo que representa el mundo microsocial y el mundo macrosocial. A título de ejemplo, señalaremos el análisis de la privatización de las relaciones familiares y la recesión de los controles ejercidos por la comunidad, la Iglesia y el Estado. Podríamos hablar también de una doble desinstitucionalización de la familia. La primera desinstitucionalización se refiere a las modificaciones de las leyes y del marco normativo, y la segunda se refiere a la transformación y diversificación de los comportamientos en materia de las uniones y de la fertilidad. ¿Podemos afirmar que, en las sociedades actuales, las familias experimentan menos limitaciones y tienen un menor control social y que, por lo tanto, ya se ha superado la época en la que era necesaria una politica específica de la familia?. Muchos somos los que pensamos que no se ha superado dicha época y destacamos que el reto que tenemos contraido, habida cuenta de las mutaciones experimentadas, en los últimos tiempos, por la familia, debería aprovecharse para actualizar la lógica normativa que rige el trabajo en la esfera familiar. En relación con ello, debemos recordar que las leyes siempre pretenden definir los derechos y las obligaciones de los padres y de los esposos en aquellas legislaciones que tratan sobre el matrimonio, el divorcio y la seguridad de los ingresos. Los servicios sociales evalúan también la existencia de “malos” padres (protección de la infancia) y de “buenos” padres potenciales (adopción). 7 Contamos con una serie de códigos legales que definen lo que deberían hacer los padres en la sociedad actual. Estos sociólogos privilegian también el análisis de las nuevas formas de regulación de la vida familiar, basada en conocimientos cada vez más especializados (no sólo de psicología y del trabajo social, sino también de genética y de biomedecina) y que ha permitido un desarrollo importante en las áreas de la educación, de la salud, de los servicios sociales e, incluso, de la alimentación. Sobre este tema diremos que el incremento de los programas profesionales aplicados a la perinatalidad y a la temprana infancia constituyen un observatorio interesante y, a menudo, en estos programas se propone el aprendizaje de lo que deberían ser los comportamientos adecuados de los padres, que son los que, en realidad, favorecen el desarrollo óptimo del niño. El modelo del desarrollo del niño se enseña a través de estas prácticas educativas y terapéuticas. Se trata pues, en cierta medida, de educar a los padres y a su círculo de conocidos para que ellos lleguen a ser unos profesionales de la cobertura que necesita el niño y sean tan competentes como otros expertos (trabajadores sociales, doctores, profesores, enfermeras, psico-educadores, etc.). En este contexto, nos encontramos con que los nuevos referentes sociales han comenzado a ser ya centrales y de suma importancia: en especial, este es el caso de las teorías psicológicas que tratan sobre el desarrollo del niño y que constituyen, de ahora en adelante, un eje de organización de momentos importantes, pasajes y ritos. Por otra parte, esta <psicologización> masiva de la vida doméstica no se hace de un modo uniforme. Además, ésta es una de las contribuciones del sociología al aportar esta visión más normalizada del funcionamiento familiar que la de acentuar este relativismo social y cultural de las dinámicas familiares. Así, las investigaciones acerca de las estrategias educativas de los padres ponen de relieve unas prácticas socialmente contextualizadas en cuanto a finalidades y modalidades pedagógicas se refieren. También, las investigaciones acerca de las estrategias familiares, que están interesadas en las acciones que plantean las familias según diferentes situaciones, muestran que las familias no son únicamente <determinadas>: las familias manejan las estrategias de resistencia, de colaboración o de rechazo como reacción a las múltiples intervenciones científicas y pedagógicas a las que se les expone. Para los sociólogos, la familia constituye un lugar privilegiado para la observación de los modos actuales de regulación social, con el objetivo de atender tanto los comportamientos marginales o patológicos (familias disfuncionales, padres inadecuados) como las prácticas normales (cuidado de los bebés, apoyo educativo). Los numerosos estudios sobre las políticas familiares permiten que sepamos bien cómo es la naturaleza de estas nuevas formas de regulación, asi como nos ayudan en la promoción de la familia: las definiciones subyacentes del papel asistencial del Estado, de los roles de los padres, la 8 plaza que ocupa el niño y la articulación conjunta entre el universo de la familia, del trabajo y de los servicios. A través de estos análisis se levantan varios interrogantes en forma de preguntas. ¿Quien debería alimentar al niño? ¿Debería ayudarse a todas las familias que presentan características particulares? ¿Estas políticas deberían ser dirigidas al grupo (familias) o al individuo (el niño)?. Los sociólogos están también interesados en conocer la manera como estas nuevas formas de regulación movilizan a los actores cuando los intereses son contradictorios: los miembros de las familias mismas, las redes relacionales y sociales, los profesionales y expertos, el Estado y sus diferentes sistemas de salud, educacional, jurídico. Las luchas que desarrollan estos actores provocan un desafío mayor consistente en fijar la definición y el control del trabajo de reproducción que es un hecho dentro del marco de las relaciones familiares. LAS MUTACIONES DE LAS RELACIONES FAMILIARES Para los sociólogos, la familia aparece, a menudo, como un lugar privilegiado por el cambio social. Hay autores que, en las mutaciones de la familia aperciben los síntomas de una crisis y un derrumbamiento de la institución familiar, otros, por el contario, consideran que las familias han cambiado, se han adaptado a las mutaciones que ha experimentado la sociedad. Para todos, los retos a los que se exponen las familias deben mostrar cómo las mutaciones que se observan en el tejido social afectan a las relaciones familiares en sus tres componentes, es decir: conyugal, paternal y filial. Así, el análisis de las estadísticas destacan que el hecho de ser conyuges ha tomado autonomia con respeto a la paternidad y los marcos establecidos. Seguramente, las relaciones de paternidad siempre forman parte del universo social de los individuos y los datos estadísticos de los hogares, en los que vive una sola persona, a menudo. engañan, enmascarando el hecho de que estas personas, que viven solas, tienen numerosas interacciones con sus familias. Sin embargo, lo que ha cambiado, en primer lugar, ha sido el sentido mismo que tenían las relaciones de paternidad: relaciones que deberían ser vividas, más según la aplicación el principio de libertad de elección que según el principio de coacción. Asi se explica porque los deberes familiares son objeto de negociaciones y, sin embargo, el amor y el afecto no son siempre considerados como obligaciones aunque, a menudo, representen la base de las relaciones familiares. Además, a través de ciertas prácticas, cada vez es más obvio que se está produciendo una mayor independencia intergeneracional, sobre todo en lo que a designación del apellido del niño se refiere, la privatización de la vida privada, e, incluso, en la libertad de elección del esposo/a. 9 Al mismo tiempo que las relaciones conyugales va adquiriendo autonomía, éstas se van debilitando porque se basan principalmente en los aspectos afectivos. En relación a este tema, más que las cifras de divorcio, son los motivos de divorcio lo que más nos interesa. El divorcio durante mucho tiempo fue algo prohibido, excepcional, marginal, el signo de una inestabilidad familiar, de una crisis del individuo y de la sociedad. Hoy en día, el divorcio se ha covertido en algo normal y, hasta cierto punto, algo trivial, una opción individual. Ya no será nunca más considerado como una anomalía. En otras palabras, el divorcio no se opone al matrimonio, sino que más bien es la realización de una de sus virtudes, cual es la de poder reponerse uno en la vida, aplicando las cláusulas contenidas en el contrato matrimonial. Este hecho es el que nos obliga a observar, dadas las proporciones que han adquirido los divorcios hoy en día, que también se está produciendo una mutación cualitativa en la definición de la familia misma: el divorcio, en general, suele producir el surgimiento de dos parejas, la pareja paternal y la pareja conyugal, teniendo cada una su propia autonomía hasta el punto de que la primera perdura más que la segunda. En efecto, el proceso que se sigue después de una separación, pone en evidencia una paradoja, es decir, que la paternidad, incluso la familia, sobrevive a la ruptura matrimonial y no significa, necesariamente, el final de la familia. Además, estas mutaciones en los valores y en las prácticas relativas al matrimonio y al divorcio provocan tensiones y contradicciones dentro de la dinámica familiar, que llevan a redefinir, por un lado, la identidad de los padres y de las madres y, por otro lado, las bases jurídicas y simbólicas de la filiación. Así, el binomio padre-hijo, después de una separación o de un divorcio se lesiona en sus relaciones y coloca en evidencia las tensas relaciones y las contradicciones donde se encuentran los hombres, atrapados entre lo que es el avance social de un nuevo ideal de compromiso paterno y la existencia de frenos importantes (económico, cultural, etc.) relativos a su actualización concreta. Por otra parte, se constata que el recurso a las nuevas tecnologías de la reproducción también provoca cuestiones de naturaleza idéntica, pero expuestas de manera diferente. Ante todo, estas tecnologías introducen varias rupturas entre la sexualidad, la reproducción y la filiación y, de este modo, entramos en la dimensión genética y social de la paternidad. Estas rupturas pueden dar paso a un <follón intergeneracional> en el que, por ejemplo, hermanos y hermanas concebidos a la vez pueden nacer en años distantes. Además, nos obliga a preguntarnos por el hecho de que ignoramos que es la maternidad hoy en día: ¿Cuál es la verdadera madre del niño? ¿La madre uterina? ¿La madre genética? ¿La madre adoptiva? Durante mucho tiempo, la familia fue considerada un lugar privilegiado para la observación de la tradición y de la reproducción de las formas dominantes de vida en la sociedad; hoy en día, ella permite la transformación de las normas, de los valores, de las formas de sociabilidad 10 y de la propia organización social. Esta familia tan inestable nos obliga a investigar sobre las nuevas reglas para la constitución de la familia, el sistema de paternidad y el modo de filiación que surge en nuestras sociedades. En todo ello, la política con respecto a la familia tiene mucho que decir y mucho que cambiar. El mantenimiento del Estado del bienestar depende de ello. UNA APROXIMACIÓN A LA POLITICA DE LA FAMILIA QUE NECESITAMOS 1. La condición de sistema abierto, polimorfo, polifuncional y evolutivo de la familia –familias- hacen necesaria una concepción igualmente abierta, diversa y evolutiva. Para elaborar una política de apoyo a las familias, en primer lugar es necesario analizar y comprender el “Sistema familiar en Euskadi” con toda su complejidad y diversidad. 2. Muchas veces los Planes de apoyo sólo a familias con hijos e hijas restringe esa visión compleja y abierta causando una usurpación restrictiva de lo que podemos entender por familia. Con ello muchas otras familias de nuestra Comunidad podrán sentirse ilegítimamente obviadas por el Gobierno. Entendemos que se trata de establecer medidas de promoción y protección no de distorsionar las diversas opciones personales y familiares. Y en cualquier caso hemos de considerar que la natalidad no solo importa en “cantidad” sino ante todo en “calidad”, y que ambas facetas están estrictamente relacionadas. Si nos planteamos tener hijos no solo nos importa saber que apoyos concretos recibiremos y como se nos facilitará compatibilizar con nuestra actividad profesional –que también- sino que también valoraremos la calidad y diversidad de las medidas de apoyo familiar que se producen en nuestra sociedad y por parte de las instituciones publicas de nuestro país. 3. Como ya hemos apuntado: crear las condiciones sociales, políticas y administrativas para que las familias en EUSKADI puedan desarrollarse –en toda su diversidad!- con la mejor calidad de vida y libertad posibles, es lo que pretendemos con una política familiar de amplia base. Hemos de plantearnos como reto para esta legislatura elaborar y desarrollar una política de apoyo integral a las familias que supere e integre la actual concepción restrictiva, para ello resulta imprescindible una buena metodología de planificación que nos oriente hacia el futuro mejor posible para las familias de EUSKADI. 4. En esa visión de diversidad hemos de considerar todo tipo de familias. Sin ser exhaustivos: a) las extensas plurigeneracionales, b) las nucleares con o sin hijos e hijas, c) las formadas solo por personas mayores, d) las que asumen o sufren altos riesgos sociales: monoparentales, con personas enfermas o dependientes, desestructuradas o en grave conflictos, e) las distintas uniones de hecho entre personas que quieren compartir un proyecto de vida familiar, etc. 11 5. También hemos de saber considerar el hecho familiar como algo más amplio y con mayores potencialidades que la mera convivencia bajo un mismo techo. Así hemos de plantearnos –y quizás priorizar- el apoyo de la relación /comunicación familiar entre familiares que sin compartir un hogar mantienen y desean compartir. Esto resulta fundamental en el caso de personas mayores que forman hogares solo de mayores o que viven solas; conseguir facilitar y potenciar su relación familiar es, sin duda, el mejor antídoto de la soledad y la perdida de interés vital. 6. Aún en el caso de personas que viven solas y no tienen familiares con los que mantener una relación fluida, hemos de procurar fomentar la relación humana y convivencial en el marco de su propio domicilio. Hemos de conseguir que toda persona pueda disfrutar de un “hogar” y no solo de una “vivienda”. Para ello además del voluntariado tradicional y de los apoyos profesionales de atención domiciliaria nos tendremos que plantear otras opciones de apoyo familiar /comunitario: a) el “buen vecino”, b) facilitar y potenciar la comunicación, a pesar de situaciones de dependencia, entre buenos amigos, c) familias “sinteticas” de mayores que conviven y comparten solidariamente un mismo hogar, d) adopciones “virtuales” de personas mayores solas con dependencia por parte de otros adultos o familias nucleares, con el compromiso de visitas y actividades periódicas y comunicación abierta y constante, etc. 7. Con esa visión hacia el futuro no podemos estancarnos en las realidades familiares actuales –por diversas que sean!-. Hemos de ser capaces de prospeccionar como evolucionaran las actuales formas de familia y que otras aparecerán. Hemos de anticiparnos para poder crear las condiciones optimas que permitan ese desarrollo familiar diverso en plena funcionalidad. 8. Desde el respeto por las diversas opciones familiares –en su composición, estructura y legitimidad- hemos de considerar la multiplicidad de funciones actuales y potenciales como activos ha promover, orientar e incentivar. De manera prioritaria cuando estas funciones tienen un mayor interés para el progreso social. Entre estas distintas funciones podemos apuntar: Factor clave de cohesión y bienestar social, aportando a la sociedad, entre otros activos básicos: o La reproducción y el crecimiento natural de la población. o La satisfacción de las necesidades básicas o tangibles e intangibles- y la provisión directa de bienestar a sus miembros. o Un primer nivel fundamental de socialización de las personas y de estructuración de la comunidad. El medio educativo por excelencia, transmisor de valores y estructurador de la personalidad. 12 Sistema natural básico de solidaridad y ayuda mutua, ante las múltiples situaciones de necesidad social o riesgo de exclusión: paro, dependencia, enfermedad, etc. 9. Una política familiar integral no solo debe apuntar a medidas “desde” la Administración Pública sino que, sobre todo, ha de crear las condiciones para que sea el conjunto de la sociedad –y sus principales actores- quienes apoyen la realidad familiar. En este sentido no se trata solo de sensibilizar sino también de establecer medidas de apoyo indirectas como las que suponen la mejora de la accesibilidad a los bienes y servicios por parte de familias con niños o con especiales necesidades. Potenciar sinergia social en este campo también quiere decir avanzar en mejores políticas: urbanísticas, territoriales, de transporte, de vivienda, de accesibilidad al comercio y a toda la diversidad de servicios. 10. También deberíamos ser capaces de potenciar y ofrecer intrumentos de apoyo a las principales funciones familiares desde una perspectiva de asociacionismo y desarrollo comunitario. En este sentido las “ideas fuerza” de “COMUNIDAD DE FAMILIARES CUIDADORES” o “COMUNIDAD DE FAMILIARES EDUCADORES”, etc.., pueden resultar de gran interés por las posibilidades que aportan de ayuda mutua y movilización social desde la base. 11. El uso y aplicación idonea de las nuevas tecnologías ha de ser una prioridad que permita mejorar la eficacia, eficiencia y calidad de las actuales funciones familiares. Con ello podemos conseguir una mayor y mejor comunicación –sobre todo con familiares que no conviven bajo un mismo techo-, un mejor apoyo a las personas dependientes, unas mejores herramientas para los procesos educativos y para el fomento de las “COMUNIDADES FAMILIARES” antes apuntadas, una mejor gestión de funciones básicas como compras, información de servicios, etc. 12. El actual Plan si bien establece medidas interesantes por si mismas requiere fortalecerse con medidas ya que: Debido a que el referente a las familias con hijos e hijas resulta insuficiente, se debe ampliar el enfoque con visión de futuro Se deben plantear medidas de apoyo y fomento de las funciones educativas intrafamilia. Se deben plantear medidas de apoyo a las realidades familiares con personas enfermas o dependientes. También en relación a las familias en riesgo o realidad e exclusión.. Se debe en cuenta la potencial discriminación que pueden representar para las personas que queriendo tener hijos no los tienen, o los mantienen en peores condiciones, por falta de trabajo. 13 Es necesario contrarrestar el desequilibrio entre las medidas fiscales y los subsidios, de modo favorezcan claramente a las familias de niveles socio-económicos más bajos y evitar la discriminación respecto a las familias que asumen la atención de personas enfermas o dependientes. 13. La realidad familiar requiere una atención y promoción mucho más amplia y estructurada que la que se ha planteado por parte del Gobierno, hemos de conseguir por tanto diseñar y poner en marcha una nueva política familiar, avanzada y de progreso, que situé a las personas y familias de EUSKADI en los niveles de calidad de vida de nuestro entorno europeo. Conciliar libertad personal con un alto grado de justicia social y desarrollo social sostenible es nuestro reto. 14. Al fin, y como último apunte, no podemos olvidar que las familias son el principal elemento de cohesión, bienestar y estructuración social. Sin ellas, en toda su riqueza y diversidad, el futuro de nuestra sociedad seria critico. Sin una optima funcionalidad de las mismas difícilmente podremos avanzar hacia la sociedad de futuro sostenible por la que apostamos. Por todo ello, también consideramos muy recomendable analizar y valorar lo que supondría el “coste de la no familia” y el “coste del no un Sistema familiar diverso y sostenible”. Substituir a la familia o atenderla cuando llega a situaciones criticas siempre resultará más costoso que fomentar su desarrollo y apoyar, sin restricciones, sus funciones de mayor interés social. EL PLAN PROSPECTIVO ESTRATEGICO CON RESPECTO A LA FAMILIA EN EL MARCO DE UN DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE El Plan Interinstitucional de apoyo a las familias con hijos e hijas del Gobierno Vasco, elaborado a partir del mandato parlamentario del 5 de mayo de 2000, conforma un conjunto de medidas de política familiar orientadas principalmente al fomento de la natalidad y a la conciliación laboral y familiar. La primera nota destacable, pues, se constata por su carácter parcial, no integral. Aun siendo claramente positivos sus objetivos, esta no integralidad y la falta de una visión amplia de futuro, pueden llegar a condicionar negativamente la política que se desarrolle en este campo clave para el futuro de EUSKADI –reduciendo sus altas potencialidades para el desarrollo social y personal de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país-, y crear una idea colectiva que vivir en familia se resume principalmente en procrear. Crear las condiciones sociales, políticas y administrativas para que las familias en EUSKADI puedan desarrollarse –en toda su diversidad!- con la mejor calidad de vida y libertad posibles, es lo que pretendemos con una política familiar de amplia base. Apostar solo por la natalidad reduce esa 14 visión amplia y puede tener efectos contraproducentes, si no se acompaña de otras líneas más cualitativas. El fenómeno de las “familias reproductoras” con altos grados de riesgo social, se ha producido en diversos países europeos que en su día apostaron principalmente por la natalidad. Sin embargo, este “sesgo” del actual Plan es totalmente subsanable si consideramos: 1) El Parlamento Vasco instó al Gobierno la elaboración de un Informe sobre la situación de las familias con hijos e hijas, con propuestas para mejorar la natalidad, pero también el sistema de protección de estas familias. 2) El Gobierno decidió crear una Comisión Interinstitucional e Interdepartamental para elaborar un Plan en este sentido. 3) En ningún momento se planteó este Plan como un Plan integral de política familiar. Es, más el propio plan ya expresa esta “insuficiencia” exponiendo –pag. IV- la necesidad de: a) desarrollar indicadores de seguimiento y evaluación, b) asumir y adaptarse a las directrices y recomendaciones que sobre esta materia vaya dictando la Unión Europea, y c) impulsar y coordinar todas las otras actuaciones interinstitucionales e interdepartamentales de apoyo a la familia en relación a otros miembros dependientes. Así pues, a parte de otras consideraciones, hemos de valorar este Plan de apoyo a las familias con hijos e hijas, como una primera parte de una futura política familiar integral. Política integral que, sin duda, requiere de una planificación amplia y altamente participativa, con un nuevo enfoque que, utilizando las excelentes herramientas de la prospectiva estratégica aplicada al desarrollo social sostenible, nos permita crear el mejor futuro posible para las familias de EUSKADI. Para ello este documento –complementario de la propuesta de trabajo efectuada- aporta un conjunto de reflexiones que pueden permitir avanzar en este nuevo enfoque más amplio y de futuro, y asi conseguir una optima planificación de la política familiar que realiza el Gobierno Vasco. A partir de una primera reflexión sobre la realidad cambiante de las familias, hacemos una breve descripción y critica de las políticas familiares vigentes en Europa y planteamos el reto de una nueva política más ambiciosa y eficaz de apoyo a la creciente diversidad familiar. Finalmente, exponemos los principales criterios para una planificación de política familiar INTEGRAL basada en la prospectiva estratégica y el desarrollo social sostenible. DE LA FAMILIA A LAS FAMILIAS: UNA REALIDAD EN CAMBIO “La homogeneización, la estandarización y la anomia tienden a destruir las diversidades culturales y nos hacen perder las raíces. La crisis 15 del progreso y la crisis del futuro, las incertidumbres del mañana tienden a reducir nuestra vida a un día a día angustiante. El futuro ya no alimenta el presente.” Edgar MORIN Si queremos alimentar el presente con un futuro esperanzador y cargado de oportunidades para el desarrollo humano tendremos que comprender, respetar y promover la diversidad creciente en las formas de composición y estructuración familiar. Per se ninguna opción familiar ha de considerarse mejor que otra. Si apostamos realmente por una política familiar de futuro tendremos que ser muy objetivos y equitativos para identificar, valorar y apoyar aquellas funciones de las familias que suscitan un mayor interés público, aquellas que contribuyen de manera más eficaz a la creación de valor social en el marco de un desarrollo sostenible. Aceptar la creciente heterogeneidad de la realidad familiar en Europa y dar una respuesta ajustada a las principales necesidades y potencialidades que manifiestan, ha de formar parte de una política familiar integral que apunte a un ponderado equilibrio entre promoción y protección sin renunciar, por nada, al pleno respeto por la inmensa diversidad de opciones personales y familiares que se están produciendo. Más que ejemplarizar y modelar “la familia” hemos de valorar y apoyar las familias en toda su diversidad. Y de manera prioritaria hemos de promover, proteger e incentivar las principales aportaciones –funcionesque estas efectúan a la sociedad. ¿FAMILIA O FAMILIAS? HETEROGENEIDAD DE LA REALIDAD FAMILIAR EN EUROPA La llamada “institución familiar” esta sometida a un proceso de cambio estructural imparable. Estos procesos han llevado a lo que hoy podemos visualizar como “diversidad familiar”. Ya no podemos pensar en una familia sino una inmensa variedad de ellas. Los cambios en su composición, estructuración y funcionalidad nos han llevado a ese nuevo paradigma, que sin duda hace falta reconocer y comprender –en su dinámica actual y en sus principales tendencias de futuro- para poder elaborar y practicar una nueva política familiar acorde con estas tremendas mutaciones. Durante los cambios acaecidos a lo largo del siglo XX pasamos de un familia extensa, de carácter arcaico-rural, en la que convivían diversas generaciones y compartían unas mismas funciones de reproducción, apoyo mutuo, transmisión de valores, educación y socio-económicas; a otra familia nuclear, de tipo moderno-rural que durante décadas compartió, en lo esencial, las principales funciones sociales que ejercía la familia extensa. Ahora pero los procesos estructurales de cambio están explosionando la realidad familiar. Entre otros factores de cambio estructural podemos apreciar: 16 1) Una creciente diversidad en la composición de los núcleos familiares, siendo cada vez más numerosos los hogares unifamiliares y monoparentales, con el mayor riesgo de exclusión que acarrean estas realidades de hogares frágiles. 2) Una reducción continuada en el numero de hijos de la pareja y en las tasas de natalidad. Solo en Euskadi se ha pasado de una tasa de fecundidad de 2’82 hijos por pareja en 1970 a la actual –1998- de 0’98. 3) Un creciente desajuste entre la expectativas respecto el propio proyecto familiar y su materialización. Así, siguiendo el propio Plan de la CAE la mayoría de familias vascas desearían tener más hijos pero este deseo no se materializa, en principio porque consideran que no se dan las condiciones materiales, convivenciales o de conciliación con la vida laboral. 4) La segregación familiar entre el núcleo con hijos menores y las personas mayores, con a consecuencia de la creciente realidad de unidades familiares formadas solo por personas mayores. Y cada vez más por una sola persona mayor, de edades cada vez más avanzadas. Las cuales configuran uno de los principales factores de riesgo de exclusión social y salud. 5) La permanencia de los hijos en el hogar familiar durante más años. 6) La mayor fragilidad en la convivencia y en la estructura familiar. Con un gran incremento en las rupturas matrimoniales y un creciente fenómeno de desestructuración familiar y conflictividad –y aún violenciafamiliar. Con el riesgo que ello conlleva para sus miembros más frágiles. 7) La tendencia hacia una eliminación de las discriminaciones por razón de genero y por tanto la progresión hacia una plena igualdad de oportunidades, con lo que conlleva de cambio de roles en la relación trabajo-sociedad-familia. 8) El potencial de creación de familias sinteticas convivenciales, especialmente entre el colectivo de mayores. Sin extendernos más ahora si que queremos destacar, una vez más, la creciente fragmentación y heterogeneidad en la realidad familiar que están ocasionado tal multiplicidad de factores de cambio. Ello nos lleva a tener que combinar el análisis de los cambios en la estructuración y composición de la diversidad familiar con el relativo a sus funciones, también en mayor diversificación. ¿FUNCIONES O ESTRUCTURA? NECESIDADES Y POTENCIALIDADES MULTIPLICIDAD DE Si queremos diseñar e implementar una política familiar coherente con el desarrollo social sostenible y eficaz, hemos de apuntar en mayor medida a la funcionalidad de esta que a su diversa estructuración. Para ello se hace necesario, en primer lugar, identificar estas funciones y ello tanto en su dimensión intrafamilia como a nivel de su impacto en el conjunto social. Aquí solo exponemos algunas de las que pueden considerarse más substanciales, pero en una labor de planificación prospectiva estratégica 17 sistematica se establecerían las correspondientes categorizaciones, correlaciones y prelaciones entra las mismas, para facilitar la optima selección de los objetivos políticos y de las medidas a tomar. Si “leemos” en positivo podemos identificar, como más destacables, las potenciales funciones familiares siguientes: 1) Factor clave de cohesión y bienestar social, aportando a la sociedad, entre otros activos básicos: a) La reproducción y el crecimiento natural de la población. b) La satisfacción de las necesidades básicas –tangibles e intangibles- y la provisión directa de bienestar a sus miembros. c) Un primer nivel fundamental de socialización de las personas y de estructuración de la comunidad. 2) El medio educativo por excelencia, transmisor de valores y estructurador de la personalidad. 3) Sistema natural básico de solidaridad y ayuda mutua, ante las múltiples situaciones de necesidad social o riesgo de exclusión: paro, dependencia, enfermedad, etc. Cualquier aproximación cuantitativa respecto el impacto social de estas funciones nos recuerda que más del 80% de las necesidades personales y sociales tangibles se cubren en el seno de la propia familia. Con lo que resulta evidente que la reducción o perdida de alguna de estas funciones harían inviable cualquier futuro para una sociedad avanzada y de progreso. Resulta obvio que además de estas también se producen disfunciones o incluso funciones –acciones- negativas en el seno de las familias. En algunos casos de manera ocasional y en otros con carácter más permanente. Entre estas: la violencia domestica y el maltrato de mujeres, niños y ancianos; el “olvido” de la función educativa; la desestructuración familiar con los efectos negativos a largo plazo en sus miembros más frágiles. UNA NUEVA POLÍTICA DE APOYO INTEGRAL A LAS FAMILIAS “Nadie será objeto de ingerencias arbitrarias en su vida privada, en su familia, su domicilio, su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la Ley contra tales injerencias o ataques.” Artículo 12 de La Declaración Universal de los Derechos Humanos. “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tienen derecho a la protección de la sociedad y del Estado.” Articulo 16.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 18 Ningún atisbo de contradicción: equilibrio entre el respeto por las opciones personales y familiares, y la necesaria protección social. Esta es nuestra tesis de partida para conceptuar una política familiar que evite sesgos y distorsiones en el espacio de la libertad y apueste claramente por aumentar sus potencialidades en el marco de un desarrollo humano y social sostenibles. Como ya afirmábamos anteriormente, más que ejemplarizar y modelar “la familia” hemos de valorar y apoyar las familias en toda su diversidad. Y de manera prioritaria hemos de promover, proteger e incentivar las principales aportaciones –funciones- que estas efectúan a la sociedad. Antes, pero, recogemos una breve exposición de los actuales “modelos” de políticas familiares y realizamos una crítica, en clave constructiva, de los mismos. Desde nuestra perspectiva no se trata de “construir un modelo de política familiar”. Muchos menos un “modelo de familia”. Apostamos por promover las mejores condiciones para que “las familias”, en toda su diversidad, funcionen; puedan hacer efectivas sus opciones, sin menoscabo para aquellos que han de ejercer o afrontar un mayor grado de responsabilidad o solidaridad. Nos plantemos una visión política de promoción del desarrollo y funcionalidad de las familias, desde el respeto hacia su diversidad. EXPOSICIÓN Y CRITICA DE LOS ACTUALES MODELOS DE POLÍTICAS FAMILIARES Un reciente informe de las Asociaciones Familiares presentaba esta interesante síntesis descriptiva respecto los diversos modelos de políticas familiares: “Si generalmente se admite que la principal función del estado de bienestar es la redistribución vertical de tal forma que una parte de los recursos pasen de los ciudadanos ricos a los pobres, la política familiar introduce una nueva dimensión –la redistribución horizontal- de forma que se produzca una transferencia de los recursos de aquellas familias que no tienen hijos o que tienen pocos a las que tienen más. Igualmente, no hay acuerdo sobre si esta segunda dimensión se ha de considerar complementaria o alternativa a la primera. Mientras que algunos países – como ahora el nuestro- se centran casi exclusivamente en la primera, otros –como Francia- tratan de conciliar las dos dimensiones en la formulación de sus políticas sociales. Las principales propuestas de política familiar actualmente en circulación están asociadas con determinados regímenes de estado de bienestar que se han desarrollado históricamente en el mundo occidental. Esping-Andersen ha tratado de perfilar tres modelos de estado de bienestar 19 según la repartición de responsabilidades entre el estado, el mercado y la familia y según la medida en la que los ciudadanos gozan de unos derechos que les permiten ser independientes del mercado (criterio de desmercantilización) (Esping-Andersen, 1993). Cada uno de los tres regímenes que distingue da una respuesta específica a los problemas derivados de la transformación de la familia en las sociedades de capitalismo avanzado. El modelo liberal, que encontramos en países anglosajones como los Estados Unidos, Canadá y Australia, la asistencia social es residual y se limita a aquellos casos en que la familia y/o el mercado son incapaces de resolver el problema y por tanto grava a sus destinatarios con un estigma. Tanto las transferencias universales como los planes de seguridad social son modestos. El estado estimula el mercado como proveedor de servicios, ya sea pasivamente (garantizando sólo un mínimo), ya sea activamente a base de subvencionar planes privados. Este régimen Está asociado con una desmercantilización muy baja y fomenta una estructura social dualista: por un lado, los beneficiarios de las prestaciones –los pobres y marginales- y la clase media mayoritaria. El régimen socialdemocrático, surgido en los países escandinavos, es el que ha ido más lejos en la extensión de los principios de desmercantilización y del universalismo. En lugar de tolerar un dualismo entre el estado y el mercado, fomenta una igualación por arriba en lugar de por abajo. Uno de los requisitos característicos de este modelo es la plena ocupación, sin la cual no podría funcionar. Si la financiación del gasto social ha de provenir básicamente de una fiscalidad progresiva, hace falta que trabaje todo el que pueda para poder hacer frente a los enormes gastos del estado. Todos contribuyen al sistema, todos se benefician, pero a la vez todos dependen de él. El modelo escandinavo se basa en la socialización máxima de los costes de trabajo de las familias con la finalidad de evitar que se agoten los recursos de sus miembros. Por otra parte, el estado asume la responsabilidad de cuidar de la gente mayor, de los incapacitados y de los menores, mientras que estas categorías sociales, con la inclusión de los menores, son las beneficiarias directas de las transferencias. Este es el modelo que más fomenta la inserción más completa de las mujeres al mercado de trabajo, inherente al principio de la plena ocupación. Por último, el régimen corporativista, basado en el sistema de Seguridad Social de raíz bismarckiana, se encuentra implantado en Alemania, Austria, Francia, Bélgica e Italia. Se trata del modelo más conservador de todos, en diversos sentidos. Por un lado, porque es el resultado de la transformación en alza del antiguo sistema de Seguridad Social alemán, que en especial tenía una función legitimadora de un régimen escasamente democrático. De lo que se trataba sobretodo, era de mantener las diferencias de estatus entre las diversas categorías de trabajadores. Por tanto, el gozar de derechos sociales estaba asociado con la clase social y el estatus laboral y ocupacional. Se detecta igualmente una considerable influencia de la Iglesia, especialmente de la católica, determinada a mantener una repartición de roles ligado al género en el 20 interior de la casa. Al tiempo que este modelo de bienestar fomenta la maternidad, desincentiva la participación de las mujeres al mercado de trabajo, en especial cuando sus hijos son pequeños, lo que las hace dependientes de sus maridos, ya que estos, como cotizantes, son los auténticos titulares de los derechos sociales. Así pues, el régimen corporativista alemán parte de la idea de que el estado sólo interviene cuando se agota la capacidad de las familias de prestar servicios a sus miembros, servicios que en principio van sobretodo a cargo de las amas de casa. Una de las variantes extremas de este modelo son los países mediterráneos (España e Italia). La característica principal de este submodelo es que las tareas de protección social son compartidas entre el estado y la familia, a causa de un desarrollo del estado de bienestar escaso, tardío y muy desigual, frenado especialmente por la Iglesia, la cual tradicionalmente consideraba al ámbito institucional familiar como un territorio propio, vetado a las influencias supuestamente nocivas del mercado y del estado. El resultado es que la familia continúa ejerciendo en la actualidad unas funciones de protección social de primer orden, en gran parte ya muy decadentes en otros sistemas más modernos. Hay determinadas etapas de la vida de los individuos adultos que quedan excluidas de la cobertura del estado de bienestar y que continúan parcialmente bajo la responsabilidad de la familia (jóvenes mayores de edad dependientes de sus padres hasta su emancipación cada vez más tardía, que tiende a coincidir con el matrimonio; personas mayores que ya no se pueden valer por sí mismos y que viven con sus familiares; mujeres separadas con hijos a su cargo que son acogidas por sus padres o familiares, etc.). Este sistema comporta una carga muy onerosa para las mujeres de mediana edad, tradicionalmente responsables del trabajo familiar. Su progresiva incorporación al mercado de trabajo hace que este sistema sea cada vez menos viable, además de injusto, y que reclame una urgente reforma. Por su parte, Anne-Helène Gauthier, limitando su análisis al período más reciente, distingue cuatro modelos de política familiar (Gauthier, 1996a : 203). · El modelo familiarista/natalista estima que la baja fecundidad constituye una cuestión suficientemente grave para justificar una intervención política. Es entonces responsabilidad del gobierno el soporte a las familias, especialmente en lo referente al fomento de la natalidad. En este modelo se insiste en la importancia de las prestaciones monetarias y en la necesidad de estimular el nacimiento del tercer hijo. Del mismo modo se establecen provisiones generosas de cara a los permisos de maternidad y a la oferta de plazas de las escuelas infantiles (guarderías). Estas medidas se disponen dentro de un programa general para reducir los obstáculos a la maternidad, especialmente aquellos que derivan de la falta de encaje entre las responsabilidades laborales y familiares. Esto no supone oponerse a la participación de las mujeres al mercado de trabajo ni restringir el derecho al aborto. Aunque todo el mundo considera más 21 deseables las familias numerosas, se respeta el principio de la paternidad voluntaria. Francia y Quebec son representantes genuinos de este modelo. · El modelo tradicionalista plantea como objetivo primordial la preservación de la institución familiar. El soporte a la familia pasa por el estímulo del modelo familiar tradicional basado en la diferenciación de roles entre hombres y mujeres y en el papel del padre como sustentador principal de la familia. El gobierno asume la responsabilidad de dar un soporte mediano a las familias, pero sin que esto suponga abandonar la fe en el papel de la familia, de la comunidad y de la beneficencia. Si bien las madres que trabajan reciben prestaciones, todo el mundo desincentiva su inserción al mercado laboral a través de la fiscalidad. La escasa oferta de plazas en las escuelas infantiles (guarderías) no contribuye a la conciliación entre la vida familiar y laboral. La provisión de largas excedencias por maternidad aún conservando el lugar de trabajo inclina también a las mujeres a interrumpir su carrera profesional. La legislación sobre el aborto contiene ciertas restricciones al ejercicio de este derecho. Alemania es el país que corresponde de forma más fiel a este modelo. El modelo igualitario se basa en la promoción de una igualdad más grande entre hombres y mujeres como su objetivo principal. Las líneas maestras de este contrastan acusadamente con el anterior. Su principal preocupación es avanzar hacia una familia más igualitaria en términos de asignación de roles conyugales. Así, el gobierno asume una responsabilidad plena en la creación de condiciones y oportunidades que permitan a las mujeres compaginar de forma más fácil el trabajo remunerado y el familiar y a los padres tener una implicación más grande en el cuidado de los hijos (en casa). Los permisos parentales (que no tan sólo incluyen los de maternidad) constituyen una de las piedras angulares de este modelo. Una oferta generosa de plazas de escuelas infantiles y permisos para el cuidado de hijos enfermos completan las medidas que tienden a hacer disminuir las desigualdades por razón de género. La legislación sobre el aborto es bastante liberal. Suecia y Dinamarca son dos de los países que se reconocen en este modelo. En el modelo familiarista no intervencionista los gobiernos sólo asumen la responsabilidad de dar soporte a las familias cuando estas se encuentran en estado de necesidad. Si bien no se ponen obstáculos a la participación de las mujeres en el mercado de trabajo, tampoco no se les dedica un número excesivo de prestaciones. La misma autora, en un artículo más reciente (Gauthier, 1998) introduce un nuevo tipo mixto basado en una diversificación más grande de las fuentes de soporte en servicios a las familias y en una colaboración más fuerte entre los gobiernos y los actores no gubernamentales, incluyendo a los empresarios.” Como podemos apreciar, además del error latente de considerar como deseable un modelo de política familiar, detectamos una amplia diversidad de opciones protectoras y promotoras que en buena parte nos ofrecen elementos complementarios –aunque algunos 22 pueden ser claramente antagónicos y descartables- en la configuración de una política familiar integral basada en el desarrollo social sostenible. UNA VISIÓN DE FUTURO: APOYAR LAS FAMILIAS, PROMOVER SU DESARROLLO Y FUNCIONALIDAD, RESPETAR SU DIVERSIDAD Como ya hemos afirmado antes, no se trata de “construir un modelo de política familiar”. Muchos menos un “modelo de familia”. Apostamos por promover las mejores condiciones para que “las familias”, en toda su diversidad, funcionen; puedan hacer efectivas sus opciones, sin menoscabo para aquellos que han de ejercer o afrontar un mayor grado de responsabilidad o solidaridad. Nos plantemos una visión política de promoción del desarrollo y funcionalidad de las familias, desde el respeto hacia su diversidad. Aquí no nos vamos a extender en formular y concretar esta política de futuro, ya que resultan evidentes sus beneficios potenciales, solo recordaremos que, como mínimo, una política familiar integral ha de promover y potenciar las principales funciones positivas que estas ejercen: 1) Factor clave de cohesión y bienestar social, aportando a la sociedad, entre otros activos básicos: a. La reproducción y el crecimiento natural de la población. b. La satisfacción de las necesidades básicas –tangibles e intangibles- y la provisión directa de bienestar a sus miembros. c. Un primer nivel fundamental de socialización de las personas y de estructuración de la comunidad. 2) El medio educativo por excelencia, transmisor de valores y estructurador de la personalidad. 3) Sistema natural básico de solidaridad y ayuda mutua, ante las múltiples situaciones de necesidad social o riesgo de exclusión: paro, dependencia, enfermedad, etc. Y también ha de ser capaz de prevenir, neutralizar y responder ante las principales disfunciones o malfunciones que puedan ocasionar perjuicios a sus miembros más frágiles. En el siguiente apartado apuntaremos algunos de los principales retos que una tal política debería afrontar, así como los principales criterios metodológicos para su planificación y desarrollo. 23 LA PROSPECTIVA ESTRATEGICA COMO HERRAMIENTA PARA UN DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE DE LAS FAMILIAS Una política integral de apoyo a las familias requiere de una planificación amplia y altamente participativa, con un nuevo enfoque que, utilizando las excelentes herramientas de la prospectiva estratégica aplicada al desarrollo social sostenible, nos permita crear el mejor futuro posible para las familias de EUSKADI. Considerando este mirar al futuro exponemos en este apartado un conjunto de conceptos y criterios de cómo podemos construir esa política avanzada de familia, así como algunos apuntes de la metodología prospectiva a seguir. DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE COMO BASE CONCEPTUAL PARA UNA POLÍTICA INTEGRAL DE APOYO A LAS FAMILIAS “Antes de existir el mar, las tierras y el cielo que todo lo cubre, el aspecto de la naturaleza era el mismo en todo el universo. Es lo que nombramos CAOS, una masa informe y desordenada, nada mas que un peso inerte y una acumulación confusa de las simientes de las cosas, aún no estructuradas.” OVIDIO, Las metamorfosis. Nuestra sociedad esta en un proceso de transformación acelerado y de creciente complejidad. Los cambios no se limitan a elementos parciales de las estructuras y sistemas conocidos sino que adquieren en muchos ocasiones el carácter de “mutaciones sociales” con impactos que inciden a nivel planetario. Si OVIDIO rescribiera hoy sus METAMORFOSIS, debería añadir una NUEVA ERA a las consabidas cuatro edades del hombre –oro, plata, bronce, hierro-... la de la fragmentación de la materia –¿arena?- o quizás el simple retorno al CAOS originario, donde la extrema complejidad nos lleve a la ingobernabilidad del planeta. Evitar el escenario del CAOS, sólo es posible si somos capaces de reinventar nuestro futuro a partir de una alta generación de creatividad y visión estratégica. Podemos ser como queramos ser si disponemos de visiones deseables para el conjunto de la sociedad y somos capaces de estructurarlas y desarrollarlas con métodos estratégicos de gobierno. Podemos “crear” una sociedad mejor si tenemos el valor de mirar hacia el futuro sin temor y descubrimos entre sus inmensas posibilidades las que nos ofrecen un mundo mejor, un desarrollo social sostenible. Desarrollo sostenible que puede caracterizarse por el de una sociedad donde las personas tienen las máximas potencialidades disponibles para su desarrollo libre y equilibrado, una sociedad: 24 - saludable y generadora de salud, integrada e integrable en los ecosistemas vitales del planeta, viable demográfica y económicamente, socialmente avanzada. Para ello contamos con una excelente herramienta: la prospectiva estratégica. Herramienta que puesta al servicio de una visión avanzada de gobierno, puede devenir de gran utilidad para los propósitos planteados. Pero existe otra premisa imprescindible: voluntad y valor político. La inmediatez de la gestión política actual, de corte extremadamente utilitarista, no nos deja entrever el conjunto, el abanico de posibilidades con el que podemos orientar una eficaz política al servicio de la sociedad, y aún menos nos permite “enriquecer” las estrategias y la acción de gobierno con visiones de futuro que creen implicación, complicidad y sinergia social. Nuestros conciudadanos y conciudadanas aspiran a algo más que a puros gestores de lo político cotidiano, esperan que los líderes políticos sean capaces de proyectar el futuro y entusiasmar con sus visiones. Esperan –¡las más de las veces desesperan!- que los gobiernos sean el vector clave de una transformación social hacia un mundo mejor, un mundo sostenible al servicio de las personas y respetuoso con su entorno. Si se dan estas premisas, podemos aplicar la prospectiva estratégica en múltiples niveles territoriales, sectoriales y transversales, entre los que puede destacarse por su impacto en el modelo de sociedad: la inclusión y el desarrollo social sostenible. Las posibilidades de la prospectiva estratégica, teniendo en cuenta los datos y los métodos disponibles, son inmensas, y nos abren un universo de potencialidades de análisis y formulación estratégica casi inagotable. Así mismo, el grado de implementación potencial transcurre desde la “simple” generación de nuevas visiones hasta la planificación operativa, pasando por los diagnósticos y formulaciones estratégicas. El envejecimiento, la inmigración, las dependencias, los cambios en la estructura familiar, los procesos evolutivos de exclusión / inclusión, las nuevas tecnologías, los cambios en las estructuras económicas y las funcionalidades de los mercados, las nuevas necesidades de comunicación y transporte, las tendencias de cambio en los distintos entornos geopolíticos, son sólo alguna de las múltiples facetas caleidoscópicas que “abren” nuestro futuro y nos obligan a replantearnos y “repensar” áreas de gobierno como: - la política económica, el paradigma de futuro del “estado del bienestar”, los sistemas de protección social, los sistemas de pensiones y seguridad social, las políticas de salud y de servicios sociales, las “políticas” demográficas transversales, la política respecto el colectivo de mayores, 25 la política inmigratoria, la política urbanística y de transporte, la política de vivienda, los nuevos sistemas de ahorro y capitalización, los nuevos entornos para una distribución y un consumo saludable y sostenible, la política tecnológica y su difusión, etc. Este “repensar” el buen gobierno tiene en el proyecto prospectivoestratégico de puesta en marcha de una POLÍTICA INTEGRAL DE APOYO A LAS FAMILIAS Y DE DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE, una de sus potencialidades más nobles y útiles para el progreso social y la promoción de los derechos humanos en Euskadi. Así mismo, un proyecto de estas características puede devenir un ELEMENTO MOTOR Y MOVILIZADOR DE SINERGIAS POSITIVAS EN LA SOCIEDAD VASCA. Entusiasmar a la ciudadanía requiere nuevas visiones, nuevos discursos y nuevas políticas. Requiere la credibilidad de un buen gobierno capaz de anticipar y reinventar el futuro para crear un presente mejor. La prospectiva estratégica bien aplicada nos permite avanzar hacia ese deseable buen gobierno, construir un presente mejor hacia un futuro deseable, en el que la diversidad familiar existente en nuestra comunidad pueda expresarse en un optimo nivel de desarrollo. Este proyecto ancla sus raíces conceptuales y empíricas en las políticas que la UNION EUROPEA propugna en relación a la sostenibilidad y la protección social, y en la avanzada política social que ha desarrollado hasta el presente el Gobierno Vasco. Así consideramos: MARCO INSTITUCIONAL EUROPEO PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA PROTECCIÓN SOCIAL I) MARCO EUROPEO: SOSTENIBILIDAD "El desarrollo sostenible es aquél que satisface las necesidades actuales sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades." Comisión mundial para el desarrollo del medio ambiente ("Comisión Brundtland"), 1987 El desarrollo sostenible es un objetivo de alcance mundial. La Unión Europea es muy consciente de que debe desempeñar un papel fundamental para conseguirlo, tanto en Europa como a escala mundial, lo que requerirá una amplia acción internacional. Para cumplir esta responsabilidad, la Unión Europea y los demás signatarios de la "Declaración de Río" de las Naciones Unidas (1992) se comprometieron, en la 19ª sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1997, a elaborar estrategias 26 en este sentido para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002. Así pues, en coherencia con sus compromisos contraídos, en su reunión de Helsinki de diciembre de 1999, el Consejo Europeo invitó a la Comisión Europea a "elaborar una propuesta de estrategia a largo plazo que integre políticas de desarrollo sostenible desde el punto de vista económico, social y ecológico, y que deberá presentarse al Consejo Europeo en junio de 2001". De resultas de este acuerdo, la Comisión Europea acaba de finalizar una Propuesta titulada “ Desarrollo Sostenible en Europa para un mundo mejor: Estrategia de la Unión Europea para un Desarrollo Sostenible”, que será ratificada en el próximo Consejo Europeo a celebrar en Guttemburg (Suecia). El reto es tremendo e inevitable e implica una visión más amplia a largo plazo. En efecto, hace poco más de un año, en Lisboa, el Consejo Europeo definió un nuevo objetivo estratégico para la Unión: "convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de un crecimiento económico sostenible con más y mejor empleo y una mayor cohesión social". El Consejo Europeo de Estocolmo decidió que la estrategia de la Unión Europea para un desarrollo sostenible debe completar este compromiso político, y basarse en él, incluyendo una dimensión medioambiental. Se reconoce así que, a largo plazo, el crecimiento económico, la cohesión social y la protección del medio ambiente deben ir de la mano. El desarrollo sostenible ofrece a la Unión Europea una visión positiva a largo plazo de una sociedad más próspera y justa y que promete un medio ambiente más limpio, seguro y sano - una sociedad que permite una mayor calidad de vida, para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos. Para conseguirlo en la práctica es necesario que el crecimiento económico apoye al progreso social y respete el medio ambiente, que la política social sustente los resultados económicos y que la política ambiental sea rentable. Desvincular el deterioro ambiental y el consumo de recursos del desarrollo económico y social requiere una reorientación profunda de las inversiones públicas y privadas hacia nuevas tecnologías respetuosas del medio ambiente. La estrategia para un desarrollo sostenible debería ser un catalizador para los responsables políticos y la opinión pública en los próximos años, así como una fuerza motriz para la reforma institucional y los cambios en el comportamiento de las empresas y de los consumidores. Unos objetivos claros, estables y a largo plazo crearán las expectativas y condiciones necesarias para que las empresas inviertan con confianza en soluciones innovadoras y creen nuevos puestos de trabajo de alta calidad. 27 II) PROTECCIÓN SOCIAL El Tratado de Amsterdam, firmado por los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros, el 2 de octubre de 1997, entró en vigor el 1 de mayo de 1999, después de su ratificación en los quince Estados miembros. Constituye una etapa importante que permite consolidar los mecanismos establecidos por las instituciones de la UE en el establecimiento de una política social común. El Tratado de Roma contenía pocos artículos referidos específicamente a la política social. La parte fundamental de las disposiciones en este ámbito eran las relativas a la instauración de la libertad de circulación de los trabajadores (artículos 39 a 42 del Tratado CE, antiguos artículos 48 a 51) y a la libertad de establecimiento (artículos 43 a 48) en la perspectiva del mercado común. El Acta Única Europea dio un nuevo impulso a la política social, en especial en el ámbito de la salud y la seguridad en el lugar de trabajo, el diálogo con los interlocutores sociales y la cohesión económica y social. El Tratado de Maastricht fue una etapa suplementaria en la política social por la aprobación del Protocolo sobre la política social, firmado por los doce Estados miembros de aquella época y anexado al Tratado de la Unión Europea, al recoger la voluntad de once Estados miembros (todos salvo el Reino Unido) de lograr avances significativos en este tema. No obstante, la existencia de dos fundamentos jurídicos en materia social no era muy satisfactoria. El Tratado de Amsterdam restauró la unidad y coherencia de la política social, integrando en el cuerpo del Tratado CE este Acuerdo (capítulo 1 del título XI, nuevos artículos 136 a 145). El artículo 136 recuerda que la política social es competencia compartida entre la Comunidad y los Estados miembros. Los objetivos de la política social se enuncian según la vía trazada por la Carta Social Europea firmada en Turín el 18 de octubre de 1961 y en la Carta Comunitaria de Derechos Sociales y Fundamentales de los Trabajadores de 1989 y cubren la promoción del empleo, la mejora de las condiciones de vida y trabajo, una protección social adecuada, el diálogo social, el desarrollo de los recursos humanos que permita un nivel de empleo elevado y duradero y la lucha contra las exclusiones (antiguo artículo 1 del Acuerdo). El artículo 137 prevé que el Consejo pueda intervenir o reforzar su acción por la aprobación de directivas adoptadas por mayoría cualificada, en codecisión con el Parlamento Europeo y previa consulta al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones, en los ámbitos siguientes: - salud y seguridad de los trabajadores; condiciones de trabajo; integración de las personas excluidas del mercado laboral; información y consulta de los trabajadores; 28 igualdad entre hombres y mujeres por lo que respecta a sus oportunidades en el mercado laboral y al trato en el trabajo. Según el mismo procedimiento, podrán también adoptarse medidas para luchar contra la exclusión social, entre otras, seguridad social y protección social de los trabajadores. El Tratado de Amsterdam sitúa la igualdad entre hombres y mujeres como uno de los objetivos de la Comunidad, previendo explícitamente que en todas sus acciones debe fijarse como objetivo eliminar las desigualdades y promover la igualdad entre hombres y mujeres. El nuevo artículo 141 implica un refuerzo de la igualdad de trato entre hombres y mujeres y de la igualdad de oportunidades. Por otra parte, los sistemas de protección social desempeñan un papel fundamental al garantizar la redistribución de las rentas y la cohesión social en Europa. Sin embargo, los sistemas de protección social de los Estados miembros se enfrentan a una serie de retos comunes importantes, como por ejemplo, la necesidad de adaptarse a los cambios del trabajo, a las nuevas estructuras familiares y a los cambios demográficos espectaculares que se producirán en las próximas décadas. Para responder a estos retos, en los años 90 ha tenido lugar en la UE un proceso de reflexión común al objeto de ayudar a los Estados miembros a aprender de sus experiencias recíprocas y a prestarles asistencia para gestionar dichos retos comunes. El Consejo presentó en 1992 una Recomendación relativa a la convergencia de los objetivos y políticas de protección social. En ella se estableció una "política de convergencia", que incluye fundamentalmente la identificación de objetivos comunes, al tiempo que señala que los Estados miembros mantienen su libertad para decidir el modo de financiar y organizar sus sistemas. Con arreglo a la Recomendación del Consejo, la Comisión inició en 1995 un debate sobre “el futuro de la protección social” [COM(95) 466 final] y en 1997 presentó su Comunicación “modernización y mejora de la protección social en la UE” [COM(97) 102 final]. Este debate dio lugar a un acuerdo entre los Estados miembros y las instituciones de la UE sobre la necesidad de modernizar los sistemas de protección social. La principal conclusión de estos estudios es que resulta urgente modernizar los sistemas de protección social, que han desempeñado un papel fundamental al garantizar la redistribución de las rentas, la cohesión y el mantenimiento de la estabilidad política. Sin embargo, la mayoría de los sistemas fueron creados hace décadas y, desde entonces, las 29 condiciones económicas y sociales en las que operan han cambiado considerablemente. A fin de garantizar la continuación de su eficacia, los sistemas de protección social deben adaptarse a las nuevas realidades del mercado de trabajo y, en particular, al nuevo equilibrio entre los sexos y al envejecimiento de la población. La otra conclusión importante es que la protección social no debe considerarse una carga financiera, sino más bien un factor productivo que contribuye a la estabilidad económica y política, ayuda a las economías europeas a ser más eficaces y flexibles y, finalmente, contribuye a que sean más potentes. En su Comunicación 347 “una estrategia concertada para modernizar la protección social”, de 14 de julio de 1999, la Comisión propone abrir una nueva fase en este proceso y profundizar en la cooperación en el ámbito europeo. Este nuevo documento pone de manifiesto una serie de interdependencias entre la protección social y la Unión Económica y monetaria, la Estrategia europea para el empleo, y la ampliación de la UE. La Comisión propone que se intensifique el intercambio de informaciones y experiencias a escala europea y que se controlen las evoluciones actuales, con objeto de identificar las mejores prácticas, teniendo en cuenta los siguientes cuatro objetivos fundamentales: seguros. viables. salud. hacer que el trabajo proporcione mayores beneficios e ingresos garantizar jubilaciones seguras y regímenes de jubilación fomentar la inclusión social. garantizar un nivel elevado y duradero de protección de la A partir de esos objetivos generales, la Comisión propone un conjunto de criterios y medidas de una “estrategia concertada para modernizar la protección social”, entre las cuales destacan: -La protección social debe contribuir a conciliar el trabajo con la vida familiar: el apoyo a la familia y la posibilidad de aunar trabajo y familia no es tan sólo una cuestión de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, sino una necesidad económica a la luz de la evolución demográfica. -La necesidad de anticiparse a la repercusión del envejecimiento de la población sobre los sistemas de protección social exige una combinación coherente de medidas centradas en el mercado de trabajo y en las pensiones, así como en las demás parcelas de la protección social (sobre todo, la atención sanitaria y la prestada a las personas dependientes) y la política de igualdad de oportunidades. -Hay que prestar particular atención al problema de la pobreza entre las mujeres de más edad, que se deriva de su escasa participación en el mercado de trabajo, agravada por la transformación de las estructuras familiares. 30 -Crear unas redes de seguridad eficaces y consistentes en unos ingresos mínimos y otras medidas complementarias, con objeto de luchar eficazmente contra la pobreza y la exclusión de las personas y sus familias. -Centrarse en la prevención, adoptando medidas activas y no pasivas, y proponiendo incentivos y vías para la (re)integración en el mercado de trabajo y la sociedad. -Contribuir a la adopción de un planteamiento global e integrado de lucha contra la exclusión social que abarque las políticas y agentes sociales pertinentes. -Reforzar los servicios de atención a las personas mayores dependientes. -Mejorar la cooperación en el campo de la protección social mediante la creación de un Grupo de funcionarios de Alto Nivel. Este Grupo de Alto Nivel fue puesto en marcha a partir del Consejo Europeo de Lisboa, con el objetivo de preparar un estudio sobre la evolución futura de la protección social considerada a largo plazo y participar en la fijación de objetivos adecuados y en el establecimiento de indicadores para apoyar la aplicación de los esfuerzos realizados por los Estados Miembros y la UE para fomentar la integración social. La Decisión del Consejo de 29 de junio de 2000 (2000/436/CE) crea un Comité de protección social en sustitución y continuidad del Grupo de Alto Nivel de protección social. En términos generales, se ha reconocido que una parte integrante del modelo social europeo está constituida por unos sistemas de protección social sólidos. La protección social no sólo ofrece redes de seguridad para los más desfavorecidos, sino que contribuye también a facilitar la capacidad de adaptación profesional y a conseguir mejores resultados económicos. La protección social es, pues, un factor productivo. Cabe destacar, por su especial incidencia en el campo de actuación de la inclusión y el desarrollo social, las siguientes conclusiones: 1. La proporción de servicios de apoyo para la familia constituye un complemento necesario a las medidas activas del mercado laboral. Los servicios de apoyo para el cuidado de los niños y las personas con discapacidad o las personas mayores que necesitan ayuda, desempeñan un papel central a la hora de garantizar mejor los ingresos de las personas con familia, especialmente mujeres. 2. Es necesario promover la inclusión social de forma que trabajar sea rentable, al fin de que, por un lado, aumente el número de personas que contribuyen a la creación de renta en vez de recibir ayuda con la renta producida por otros y, por otro, con objeto de reducir la dependencia y la exclusión social. 3. Los sistemas de protección social en la Unión experimentan actualmente un proceso de cambio en respuesta a las principales 31 evoluciones demográficas, económicas y sociales de los últimos años en todos los Estados miembros. Estas evoluciones plantean nuevos retos a los Gobiernos, que aspiran a alcanzar objetivos paralelos: el de proporcionar una asistencia amplia y de alto nivel a las personas que necesitan apoyo y el de asegurar que sus economías sigan siendo competitivas y capaces de generar una mejora continua y viable de nivel de vida y un alto índice de creación neta de puestos de trabajo. 4. Los sistemas de protección social deben responder mejor a los cambios en materia de igualdad, especialmente a la necesidad de apoyar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. Otra comunicación de la Comisión, 221 final, de 21 de mayo de 1999, “Hacia una Europa para todas las edades –Fomentar la prosperidad y la solidaridad entre las generaciones-“, amplia y concreta algunas de las recomendaciones antes expuestas. Algunas de ellas son: -Para mantener un número creciente de personas de edad en la vida activa y evitar su exclusión del mercado laboral será muy importante conservar y fomentar la capacidad de empleo de estas personas. -Hay que recordar que el sector servicios, las empresas comunitarias y el sector terciario ofrecen empleo en forma de trabajo a tiempo parcial o de contratos de corta duración, de tal modo que con frecuencia este tipo de trabajos satisface la necesidad de fomentar la actividad durante la edad madura y el retiro gradual. Los trabajadores de más edad deberían tener más acceso a estos sectores. -Más del 50% de las mujeres en edad activa mayores de 50 años no realizan un trabajo remunerado. -Hay que fomentar políticas de empleo que presten más atención a los aspectos sociales (el cuidado de las personas mayores dependientes y los niños). -Estudios recientes muestran que determinados cambios, aunque sean mínimos, en la nutrición y el estilo de vida, pueden mejorar de modo esencial la salud de las personas de edad. -Es necesario conseguir un mejor reparto de las obligaciones de asistencia privada entre ambos sexos (las mujeres prestan la mayor parte de la asistencia) y una gran expansión de la capacidad de los sistemas de asistencia pública. -Será importante una mejor coordinación de los servicios sanitarios y sociales con objeto de prestar una “asistencia continua”, y acaso haya que recurrir a una combinación de prestatarios de asistencia públicos, voluntarios y privados remunerados, con una mayor ayuda a los miembros de la familia que realizan esta labor. -Los sistemas de asistencia a largo plazo o de seguro de dependencia recientemente introducidos por algunos Estados miembros han puesto de relieve las ventajas potenciales de este planteamiento. Así mismo la comunicación 368 final, de 16 de junio de 2000, de la Comisión: “Propuesta de decisión del Parlamento Europeo y del 32 Consejo por la que se establece un programa de acción comunitario a fin de fomentar la cooperación entre los Estados miembros para luchar contra la exclusión social”, respondiendo al objetivo estratégico de la UE para esta década, formulado en el Consejo de Europa de Lisboa, se plantea como uno de sus ejes fundamentales invertir en las personas y promover la inclusión social. Además de su propuesta de decisión anterior, el Consejo Europeo de Lisboa ha concretado una serie de nuevos retos a los que debe hacerse frente para que Europa pueda convertirse en “la economía basada en el conocimiento más competitivo y dinámico del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”. La Agenda de política social COM (2000) 379 final forma parte del enfoque integrado europeo destinado a conseguir la renovación económica y social esbozada en Lisboa. Su objetivo es lograr una interacción positiva y dinámica entre las medidas económicas de empleo y sociales y un acuerdo político que movilice a todos los agentes clave para trabajar conjuntamente en la consecución del nievo objetivo estratégico. El núcleo de la Agenda la constituyen: La modernización del modelo social europeo. La transformación de los compromisos políticos acordados en Lisboa en una acción concreta. En la Agenda se describen básicamente las siguientes acciones: Optimizar el potencial de pleno empleo de Europa lo que pasa por crear más y mejores puestos de trabajo, prever y gestionar el cambio y adaptarse al nuevo entorno de trabajo, aprovechar el potencial de la economía basada en el conocimiento y promover la movilidad. - Modernizar y mejorar la protección social. - Promover la inclusión social. Reforzar la igualdad entre hombres y mujeres y los derechos fundamentales. - Luchar contra la discriminación. Una serie de iniciativas dedicadas a la preparación de la ampliación y a promover la cooperación internacional haciendo que el diálogo social contribuya a responder a los diferentes retos. Así mismo la resolución de la Unión Europea sobre la protección de la familia y del niño (C128)de7/5/1999, plantea la necesidad de: 1. Definir las líneas directrices de una política familiar integrada, que tenga en cuenta la diversidad de los modelos familiares, supere el 33 enfoque estrictamente económico de las políticas que sean exclusivamente de prestación, y tenga en cuenta la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; 2. Espera que los Estados miembros presenten iniciativas destinadas a vincular a los padres en mayor medida que hasta ahora en la educación de los niños; 3. Pide a los Estados miembros que apliquen políticas familiares específicas que sostengan y protejan a la familia desde el punto de vista económico y en su función educativa y social y de solidaridad entre las generaciones; pide a los Estados miembros que en sus políticas, dada la diversidad de los modelos familiares, tomen en consideración las necesidades de las familias, conciliando mejor, entre otras cosas, el trabajo y el tiempo libre, reforzando la solidaridad entre las generaciones y modernizando la protección social para que se centre más en las nuevas necesidades que surgen en las sociedades; 4. Desea que la situación de las familias monoparentales, cuyo número no deja de aumentar, sea objeto de medidas específicas; reclama, ante todo, medidas específicas destinadas a garantizar ingresos correctos, protección social y la acogida de los niños; 5. Pide que se elabore una política familiar coherente y coordinada que ponga al niño en el centro del debate europeo, reconozca sus derechos y responda a sus necesidades esenciales; 6. Pide, por consiguiente, que se adjunte a todas las propuestas de actos comunitarios una ficha de impacto familiar enfocada al bienestar del niño; recuerda su resolución de que se elabore un informe bienal sobre la pobreza en que también se examine la situación de los niños en la UE. LOS RETOS DE UNA POLÍTICA FAMILIAR INTEGRAL EN CLAVE DE SOSTENIBILIDAD 1. En las últimas décadas los fenómenos de cambio en la realidad familiar han devenido más complejos y sutiles. Así si antes se consideraban como principales funciones familiares la reproducción, manutención y educación de sus miembros, hoy a estas se añaden nuevos elementos e interrelaciones que nos plantean un nuevo paradigma de creciente diversidad y complejidad. 2. Esta creciente complejidad y diversidad puede considerarse que sólo ha hecho que empezar. En el futuro se van a producir nuevos factores que harán aun más heterogenea la realidad familiar y las necesidades de las mismas. 3. Cuando afrontamos el reto de promover las familias hemos de plantearnos un paradigma múltiple a distintos niveles. Así pues, haciendo un primer zoom: a) Una visión global para el conjunto de Euskadi. 34 b) Un nivel territorial medio que puede corresponder al ámbito local. c) El nivel familia que igual que los anteriores requerirá una visión transversal y completa de análisis y actuación teniendo en cuenta la diversidad en su composición, estructuración y funciones. Conseguir una acción múltiple y plenamente integrada entre los distintos niveles institucionales, así como una potente sinergia social de apoyo a las familias, ha de ser uno de nuestros objetivos básicos. 4. Des de una perspectiva de inclusión social, y si tenemos en cuenta que es en el seno de las familias donde se producen los principales procesos de exclusión, podemos considerar como factores potenciales de exclusión: a) La insuficiencia económica. b) Los déficits educativos y la desestructuración personal, sobretodo en la capacidad relacional. c) Procesos de desestructuración y conflicto familiar. d) No disponer de una vivienda adecuada a las propias necesidades. e) Vivir en un entorno degradado, inseguro, o falto de servicios y de dinámicas comunitarias suficientes. f) Pertenecer a alguno de los siguientes colectivos: Personas mayores, especialmente aquellas que viven solas y se les añaden los factores de dependencia y insuficiencia económica. Otras personas que sufren dependencia: personas con discapacidad, enfermos mentales. Colectivos de parados de larga duración, especialmente aquellos casos de personas que no han conseguido un primer empleo o tienen más de 45 años. Jóvenes con problemática de riesgo social. Mujeres mayores de 45 años que no han desarrollado tareas laborales retribuidas. Enfermos crónicos. Personas sin hogar. Drogodependientes. Etc. En todos estos casos la respuesta de apoyo a las familias deberá coordinarse e integrarse con las que se desarrollan a nivel sectorial. Sin embargo solo una respuesta que considera la globalidad de la persona y de la familia concreta tendrá posibilidades de éxito en estos casos. 5. Con todo ello, para diseñar un Plan integral de apoyo a las familias a se requiere como mínimo: a) Un análisis prospectivo que enfoque, detecte y priorice los factores que optimizan las funciones positivas de las familias y aquellos otros que causan deterioros o barreras en esta funcionalidad. 35 b) Los principales procesos de interacción entre esos principales factores. c) El diseño de políticas a distintos niveles que permitan neutralizar, reducir y paliar los factores negativos y potenciar los positivos a la vez que se concreten los objetivos y programas operativos a los diferentes niveles planteados. 6. Un plan tan ambicioso como este comporta una visión de sociedad distinta de la actual en la cual se aprecian y potencian al máximo las capacidades de las personas, grupos y de la comunidad. Para ello, se requiere el diseño de una política integral que marque los objetivos prácticamente para todos los departamentos de Gobierno y el diseño y actualización de instrumentos operativos eficaces que permitan una aplicación práctica de políticas transversales. 7. Una vez las familias se “instalan” en la exclusión se hace muy difícil sacarlos de allí. Es una tarea que no debe olvidarse, ni mucho menos!, pero que resulta insuficiente si queremos actuar de raíz. Así una clave para atajar la exclusión y reducir su impacto futuro es actuar anticipadamente respecto los factores y los procesos que la ocasionan. PREVENCIÓN deviene así una de las líneas clave. Línea que si bien ya obtiene un reconocimiento institucional no ha sido adecuadamente implantada en ningún caso conocido. Para prevenir hacer falta como mínimo: a) Poder anticipar los factores y los procesos que ocasionaran los principales impactos de exclusión en las familias del futuro. Para ello la PROSPECTIVA ESTRATEGICA resulta una herramienta fundamental. b) Establecer una sistemática de seguimiento continuado tipo OBSERVATORIO. c) Enlazar los factores y procesos que se consideren de mayor impacto con la adecuación de políticas en áreas clave como: educación, empleo, vivienda, urbanismo, desarrollo comunitario, servicios sociales y socio-sanitarios, etc. No se trata por tanto de actuar sólo respecto aquellas familias que sufren realidades de exclusión o están en situación de riesgo, sino de detectar “procesos sociales”que aportan vulneralibilidad al desarrollo social y favorecen el germen de la exclusión. HEMOS DE PODER ANALIZAR LOS PROCESOS Y ANTICIPARNOS CERTERAMENTE. 8. La idea antes expuesta enlaza con la necesidad de priorizar aquellas políticas sectoriales y transversales que resulten más eficaces en función de los diagnósticos realizados. Entre estas y como hipótesis de trabajo cabe señalar: a) Un enfoque de atención integral de salud –expuesto en la anterior nota- el cual nos tendría que permitir integrar los sistemas sanitario y social, dando una nueva dimensión de apoyo a los familiares cuidadores de personas enfermas o dependientes en clave de COMUNIDAD DE CUIDADORES 36 b) Un nuevo urbanismo –enraizado con una nueva visión de ordenación del territorio- que potencie al máximo la inclusión, y por tanto que se base en facilitar la relación y las actitudes prosociales. Todo lo que implique accesibilidad y proximidad de recursos sociales, económicos, naturales son factores positivos. Todo lo que permita una mejor convivencia, imprescindible. Se trata de poder crear un entorno dinámico que estimule y potencie las capacidades de las personas, las familias y las comunidades. c) Este nuevo urbanismo, si queremos conseguir un DESARROLLO SOCIAL SOSTENIBLE, base fundamental para promover una ALTA CALIDAD DE VIDA FAMILIAR, debe conjugarse armónicamente con políticas actualizadas y mejoradas en los ámbitos de: VIVIENDA, TRANSPORTE, DESARROLLO COMUNITARIO. d) En lo que respecta al DESARROLLO COMUNITARIO, dinamizar es la palabra clave... no se trata sólo de disponer de recursos comunitarios adecuados para la participación y la convivencia – equipamientos, asociaciones, etc.- sino de conseguir su óptima utilización. Una vez más la calidad convivencial se consigue más en el proceso que en puro resultado. e) El acceso al TRABAJO y un apoyo de mejora continuada sigue siendo un FACTOR CLAVE por excelencia para conseguir la ALTA CALIDAD DE VIDA FAMILIAR que propugnamos. f) Estrechamente relacionado con el anterior ha de valorarse como fundamental el acceso a RECURSOS EDUCATIVOS de todo tipo, de manera continuada. En este campo será necesario reforzar la función educadora de las familias estableciendo nuevas sinergias con los niveles educativos formales. 9. Con visión estratégica hemos de saber DIVERSIFICAR y AFINAR las actuaciones de atención, protección y apoyo a las familias, pero además hemos de plantearnos CREAR UN ENTORNO FAVORABLE PARA UN DESARROLLO SOCIAL Y FAMILIAR SOSTENIBLES. 10. Finalmente, y como idea complementaria para el análisis prospectivo propuesto, ha de plantearse la utilización de métodos de análisis del CICLO DE CREACIÓN DE VALOR. En cierta manera en los distintos tipos de FAMILIA se produce exclusión cuando se deteriora o rompe el proceso de creación de valor, respecto la propia familia y respecto su entorno social. Establecer una buena batería de indicadores –en clave de desarrollo humano sostenible- y analizar como “procesan” puede ser un trabajo de alto interés, aunque debería evaluarse previamente su factibilidad. Ideas clave al respecto: a) POTENCIAR CAPACIDADES. b) PROMOVER LAS FUNCIONES POSITIVA DE MAYOR INTERÉS PUBLICO Y SOCIAL. c) PREVENIR LOS RIESGOS DE EXCLUSIÓN SOCIAL EN EL SENO DE LAS FAMILIAS. d) CREAR SINERGIAS RELACIONALES Y COMUNITARIAS QUE PERMITAN INCREMENTAR LA EFICACIA EN LA CREACIÓN DE VALOR SOCIAL DE LAS FAMILIAS. 37 Las consecuencias económicas, sanitarias y sociales de una actuación certera en este crucial terreno social son evidentes: la sociedad del futuro necesitara una óptima potenciación de todos sus recursos, tangibles e intangibles, materiales, técnicos y humanos, en clave de desarrollo sostenible. Pero para ello resulta fundamental un clima de confianza y sinergia social, que no se dará en una sociedad fragmentada. Apostar por una mayor igualdad y equidad en las relaciones sociales, en la distribución y generación de los recursos disponibles –también los sociales- deviene nuestra mejor apuesta para que cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de la sociedad vasca puedan escoger su futuro en óptimas condiciones de libertad, no discriminación y cohesión social. En sentido contrario, una deficiente política en este campo puede comportar unos inmensos costes de todo tipo: económicos, sociales, en los sistemas de protección social, sanitarios, personales, etc. Un aumento del número de familias que sufren procesos de exclusión social o de desestructuración, o una mayor intensidad en los mismos puede conducirnos hacia nuevas “clevages”, fracturas sociales que impidan un buen nivel de cohesión social y dificulten las tendencias positivas de identidad y pertenencia a la sociedad vasca. Así mismo esta realidad comporta la pérdida de un inmenso capital humano, imprescindible para conseguir un desarrollo económico y social sostenible. Finalmente, destacaremos, una vez más, que la puesta en marcha de un Sistema de promoción de las familias eficaz ha de enmarcarse dentro de lo que se conoce el desarrollo sostenible. Recientemente, la sostenibilidad ha empezado a ser valorada como garantía para las inversiones de aquellos accionistas que desean invertir en empresas que les garanticen una estabilidad. El principio de la sostenibilidad nos obliga a no tomar decisiones, ni emprender iniciativas que puedan comprometer e hipotecar los márgenes de libertad de las generaciones futuras, que puedan hipotecar las mejores opciones de construcción social en el futuro. El modelo neoliberal de desarrollo, actualmente vigente, empieza a estar agotado. La constatación de los hechos son preocupantes tanto los países como los individuos que están sufriendo su espoleo ya que nos conduce a una situación intolerable donde el rico cada vez es más rico y el pobre cada vez es más pobre. Así pues, se trata de una oportunidad histórica que tenemos de generar una potente sinergia a largo plazo entre las potencialidades actuales de nuestra sociedad y su proyecto de futuro. En la medida que materialicemos un desarrollo sostenible a nivel global pero complementado con un desarrollo sostenible individual y familiar, habremos llegado precisamente a la transformación y al cambio de paradigma. En el caso del desarrollo sostenible global, el cambio de paradigma lo que propone es ponderar las prorrogativa económicas y ponerlas en relación con los factores ecológicos y sociales de modo que no todo lo que es tecnológicamente posible ha de ser económicamente 38 rentable, ni tampoco respetuoso con el medio ambiente, aunque sea económicamente rentable. Pero es que al final, es que bien puede ocurrir, que ni tan siquiera sea socialmente deseable. En el caso del desarrollo sostenible individual y familiar, el cambio de paradigma es muy parecido porque es decirle al capital que no es dios y que no todo vale, porque la mayor riqueza de las naciones es la felicidad de esos individuos y familias. La promoción de las familias y el desarrollo social sostenibles deben ser afrontados desde la equidad, desde la solidaridad, pero sobre todo desde la dignidad de nuestra condición de seres humanos. Los vascos también nos encontramos ante una encrucijada pero obviamente no será la única a la que nos enfrentaremos en nuestro caminar hacia el futuro. Tendremos que escoger las mejores opciones, aquellas que en ocasiones resultan poco visibles porque se sitúan en una dimensión, en un potencial paradigma que no visualizamos desde nuestra óptica y posición actual. Y para resolver el componente “enigmático” que nos depara el futuro tendremos que ser capaces de situarnos en otro nivel de perspectiva, más amplia y profunda. Por consiguiente, no queda más tarea que la de forjarnos los vascos un escenario-apuesta que sea compartido por todos, de modo y manera que, una vez que sepamos a dónde queremos ir, podamos elaborar con pertinencia y coherencia las estrategias que nos permitan alcanzar dicho escenario-apuesta. Hace casi 20 siglos el filósofo Séneca, nos iluminaba diciendo: No hay vientos favorables para aquel que no sabe a dónde quiere ir. Sería muy bueno que el mensaje de esa lógica reflexión nos ilumine a partir de ahora. Nuestra mejor sociedad de futuro, será fruto, sin duda, de la aportación de todos los ciudadanos y todas las ciudadanas de Euskadi, sin exclusión, y quizás esa sociedad inclusiva y abierta al desarrollo sostenible sea la única aceptable para las generaciones futuras. ESTADO DEL ARTE DEL SISTEMA FAMILIA PROPÓSITO.El trabajo de planificación prospectivo-estratégica que ahora iniciamos tiene como principal finalidad diseñar y aplicar para EUSKADI una política familiar integral en clave de desarrollo social sostenible. Una política que sea capaz de crear las condiciones sociales, políticas y administrativas para que las familias y otros tipos de relaciones convivenciales puedan desarrollarse –en toda su diversidad- con la mejores niveles posibles de calidad de vida y en un contexto de plena libertad de elección. Para ello, y de acuerdo con la metodología de planificación prospectivo-estratégica ya expuesta, nos proponemos, en primer lugar, delimitar las principales características del Sistema Familiar y Convivencial en EUSKADI. Pretendemos elaborar el “Estado del Arte” de este Sistema considerando: 39 a) Los distintos tipos de relaciones familiares y convivenciales que se producen actualmente o que puede emerger en el futuro. (TIPOS DE RELACIONES FAMILIARES Y CONVIVENCIALES) b) Las principales funciones actuales y potenciales que desarrollan las familias. Procurando identificar de manera prioritaria aquellas que tienen un mayor interés para el progreso y el desarrollo de las personas que forman las familias, las propias familias y la sociedad en general. Considerando, los impactos que el Sistema Familia puede ocasionar a nivel demográfico, social, económico, educativo y de salud. (PRINCIPALES FUNCIONES DEL SISTEMA FAMILIA) c) Las condiciones comunitarias y sociales que inciden en el desarrollo del Sistema Familia. (CONDICIONES COMUNITARIAS Y SOCIALES) d) Las políticas que se desarrollan o pueden desarrollarse, considerándose principalmente las que responden a una finalidad de promoción, prevención o protección. (POLÍTICAS FAMILIARES) En cualquier caso nuestro principal propósito es apoyar, fomentar las principales funciones y condiciones que potencian un desarrollo positivo y sostenible del Sistema Familia, no para un tipo de relación familiar o convivencial, sino para cualquiera de ellos que pueda cumplir esa función. No queremos condicionar o limitar la libertad de elección de las personas sino crear las mejores condiciones para que las distintas opciones familiares y de convivencia posibles funcionen con los mas altos niveles de calidad de vida y aporten sus esenciales activos a la sociedad. Y para ello resulta útil identificar las principales políticas familiares. A partir de este primer análisis, para el cual tendremos en cuenta el primer marco que aquí se expone, la obtención de datos procedentes de estudios diversos y de la Comisión Europea, y las aportaciones de los Stakeholders, se procederá al análisis estructural del Sistema Familia mediante la identificación, interrelación y clasificación de las principales variables o FACTORES ESTRATÉGICOS que condicionan el proceso de desarrollo del Sistema. Los cuales, principalmente, se generaran a partir de los cuatro ejes del Sistema aquí descritos: tipos, funciones, condiciones y políticas. 40 41 A) TIPOS DE RELACIONES FAMILIARES O CONVIVENCIALES.Si consideramos “a priori” el conjunto de personas que necesitan o desean vivir en una familia o en otras alternativas de convivencia que tengan la característica de compartir un hogar, podemos apreciar que la mayoría de la población necesita o desea un entorno familiar o convivencial positivo para su desarrollo personal. Solo una minoría, de manera consciente y consecuente optan por vivir solos, y aun estos, en su mayoría, no descartan totalmente las opciones familiares o de convivencia positiva. Así mismo, la evolución social nos muestra una creciente diversidad de realidades familiares y convivenciales, entre las cuales también cabe considerar las relaciones familiares o convivenciales que no se desarrollan en el seno de un hogar compartido, o bien aquellas otras relaciones convivenciales de carácter institucional –por ejemplo: hogares residencia de personas mayores o discapacitadas- que comportan intensas relaciones personales bajo un mismo techo. Si queremos impulsar una política familiar avanzada debemos saber respetar esa diversidad, apoyando sin discriminaciones todas aquellas realidades familiares y convivenciales que aportan una fuente positiva de desarrollo a sus miembros y a la sociedad en su conjunto. Identificar y prospeccionar como pueden evolucionar las actuales formas de familia y que otras pueden aparecer es una tarea necesaria para crear las condiciones optimas que permitan un desarrollo familiar diverso en plena funcionalidad. Por ello más que una taxonomia “organicista” de la familia, nos proponemos identificar la diversidad actual o potencial de realidades familiares o convivenciales –en clave de relación más que de estructura- que se orientan a alguna o algunas de las funciones posteriormente descritas. Esta primera relación, a completar con el trabajo de grupo, más que una descripción exhaustiva pretende ser un marco de orientación para la posterior delimitación del Sistema y el análisis estructural del mismo. En una primera aproximación, podemos identificar cinco grandes grupos de relaciones familiares o convivenciales: 1) 2) Familiares que conviven en un mismo hogar. Familiares que no comparten un mismo hogar. 42 3) Otras relaciones convivenciales que compartiendo un mismo hogar. 4) Otras relaciones convivenciales que se compartir un mismo hogar. 5) Relaciones convivenciales que se expresan institucional compartido de manera permanente residencias.) se expresan expresan sin en un entorno (por ejemplo: En esta clasificación tenemos en cuenta dos elementos básicos: A) El tipo de relación: familiar o convivencial. B) El hogar: considerando en principio el interés de promover tanto las relaciones que se producen bajo un mismo techo como las que teniendo un intenso componente familiar o convivencial no suponen compartir un mismo hogar. También sin ánimo de exhaustividad y solo a nivel descriptivo, hacemos una primera relación de posibles subtipos de relación familiar o convivencial: 1) Familiares que conviven en un mismo hogar. -Familias de parejas sin hijos. -Familias de parejas con hijos. -Familias monoparentales con hijos. -Familias intergeneracionales extensas. -Familias formadas por parientes de segundo o tercer grado. -Familias numerosas. -Familias de parejas adolescentes/menores de edad con hijos. -Familias con algún o algunos familiares con necesidades especiales (personas con dependencia). -Familias en que todos los miembros tienen necesidades especiales (personas con dependencia). -Familias recompuestas formadas por una pareja con hijos de anteriores matrimonios. -Familias con graves problemáticas de necesidad social (familias frágiles o con riesgo de exclusión social). -Familias con graves problemas de relación y/o estructuración. 2) Familiares que no comparten un mismo hogar. -Padres/madres separados con hijos. -Padres mayores que sin compartir el hogar mantienen una relación fluida y periódica con sus hijos. 43 -Hijos adultos que sin compartir el hogar con sus padres mantienen una relación fluida y periódica con sus hijos, e incluso se hacen cargo de los principales cuidados cuando esto sufren algún tipo de enfermedad o dependencia. -Familias inmigrantes/emigrantes en situación de separación física (con o sin proceso de reagrupación). 3) Otras relaciones convivenciales que se expresan compartiendo un mismo hogar. -Parejas de hecho con o sin hijos (asimilándose a todos los efectos con las relaciones familiares que comparten un mismo hogar). -Familias “sintéticas” de amigos que conviven y comparten solidariamente un mismo hogar. -Familias “sintéticas” de personas mayores que conviven y comparten solidariamente un mismo hogar. 4) Otras relaciones convivenciales que se expresan sin compartir un mismo hogar. -Relaciones de pareja sin compartir un mismo hogar. -Apoyo periódico de vecinos a personas con necesidades sociales, vivencia de soledad o situaciones de enfermedad o dependencia. -Apoyo periódico de amigos a personas con necesidades sociales, vivencia de soledad o situaciones de enfermedad o dependencia. -Apoyo periódico de voluntarios a personas con necesidades sociales, vivencia de soledad o situaciones de enfermedad o dependencia. -Apoyo periódico de profesionales a personas con necesidades sociales, vivencia de soledad o situaciones de enfermedad o dependencia. 5) Relaciones convivenciales que se expresan en un entorno institucional compartido de manera permanente (por ejemplo: residencias.) -Hogares residencia de personas mayores, personas con discapacidad, enfermos mentales, etc. -Residencias asistenciales o socio-sanitarias de larga estancia. B) PRINCIPALES FUNCIONES DEL SISTEMA FAMILIA.Como podremos apreciar a continuación existen funciones del Sistema Familia comunes a los distintos tipos de relaciones familiares o convivenciales antes descritos, otras, en cambio, solo se producen para uno o varios de esos tipos o para uno o varios de sus subtipos. 44 También podemos clasificar estas como funciones en relación a alguna o varios de los miembros, al conjunto del grupo familiar o convivencial o respecto al conjunto de la sociedad. En cualquier caso procuramos en este apartado identificar las principales funciones para poder posteriormente –en la fase de análisis estructural- identificar, correlacionar y clasificar los principales factores estratégicos que pueden potenciar o amenazar su desarrollo presente y futuro. Hemos de considerar la diversidad de funciones actuales y potenciales como activos a promover, orientar e incentivar de manera que en positivo permitan diseñar políticas que faciliten su desarrollo, y cuando estas (funciones) fallan que medidas han de permitir prevenir, paliar y reconducir las situaciones de riesgo o desestructuración familiar. Aclaramos, de todas maneras, que cuando enfocamos estas funciones lo hacemos con el propósito de identificar aquellas que responden a un interés público, bien sea en clave de los derechos y deberes personales, al buen desarrollo del conjunto del Sistema Familia o respecto al conjunto de la sociedad. No pretendemos pues inmiscuirnos en las dimensiones de la familia que conforman su estricta privacidad. En una primera aproximación podemos detectar las principales funciones siguientes: a) Respecto alguno o algunos de sus miembros. -Respecto los niños o otros miembros con insuficiente capacidad para valerse por si mismos: crianza y/o manutención. -En condiciones positivas de convivencia –afecto, respeto a la intimidad, dignidad y autonomía personales-: un marco idóneo para el desarrollo personal y el apoyo ante situaciones de dificultad personal o convivencial. -Educación, transmisión de valores, socialización y estructuración de la personalidad de los niños y adolescentes. -Eje permanente de socialización con el entorno comunitario y social. -Apoyo convivencial, material y económico solidario en situaciones de infortunio como puede ser el desempleo. -Apoyo personal y atención en situaciones de enfermedad o dependencia –enfermos crónicos, mayores dependientes, personas con discapacidad física, psíquica o sensorial, enfermos mentales, etc.-. Respondiendo con funciones tan básicas como: a) provisión de 45 cuidados, b) intermediación y demanda de prestaciones y servicios ante las instituciones sociales y sanitarias, c) compañía y apoyo personal en situaciones críticas. b) Respecto al conjunto del grupo familiar o convivencial. -Satisfacción solidaria de las necesidades básicas. -Expectativa de ayuda mutua. -Espacio compartido de intimidad y convivencia en condiciones de respeto y no discriminación (hogar). -En condiciones adecuadas, marco de convivencia intergeneracional idóneo. -Espacio de relación en el que se configuran y evolucionan las principales relaciones de genero. c) En relación al conjunto de la sociedad. -Núcleo básico de estructuración y cohesión social. -Reproducción y crecimiento natural de la población. -Primer nivel subsidiario de defensa de los derechos de sus miembros. -Unidad básica de consumo y distribución de rentas. -Primer nivel de solidaridad ante la falta o insuficiencia de recursos económicos propios por parte de alguno o varios de sus miembros por estar en situación de inactividad, incapacidad o paro. -Principal activo en la provisión de servicios de bienestar y salud a personas enfermas o dependientes–enfermos crónicos, mayores dependientes, personas con discapacidad física, psíquica o sensorial, enfermos mentales, etc.-.. -Eje básico en los procesos educativos y de socialización. -Principal referente, además de la persona concreta, de los sistemas públicos de protección y promoción social. -Principal referente, además de la persona concreta, de los sistemas de fiscalidad. -Eje básico para un desarrollo social sostenible. Posteriormente, en el análisis estructural, nos proponemos identificar aquellas comunes o preferentes a los distintos tipos de relaciones familiares o convivenciales, de aquellas otras más especificas de uno u otro tipo. C) CONDICIONES COMUNITARIAS Y SOCIALES Identificamos a continuación los principales grupos de condiciones comunitarias y sociales que inciden en el desarrollo del 46 Sistema Familia. Estas, como puede observarse se corresponden con los principales grupos de necesidades y sistemas sociales que potencian el desarrollo humano y familiar. En una primera aproximación nos planteamos las siguientes: 1) Evolución socio-demográfica de las familias y los hogares vascos. 2) Niveles y distribución de rentas. Gasto familiar. 3) Gasto social. 4) Entorno jurídico. 5) Fiscalidad. 6) Educación. 7) Trabajo. 8) Vivienda. 9) Salud. 10) Acción social. 11) Medios de comunicación. 12) Entorno territorial, comunitario y vecinal. 13) Actitudes sociales en relación a las distintas relaciones familiares y convivenciales. 14) Actitudes sociales y comportamientos en relación a: a) igualdad de la mujer, b) infancia y juventud, c) apoyo a familiares con enfermedades, dependencias o necesidades sociales. En principio un sistema de indicadores nos puede permitir tener una aproximación del nivel de “calidad” del entorno social y comunitario para una sociedad o comunidad concreta. D) POLÍTICAS FAMILIARES Las políticas que se desarrollan o pueden desarrollarse, considerándose principalmente las que responden a una finalidad de promoción, prevención o protección. A priori si consideramos que: Las funciones familiares y las condiciones sociales pueden ser de tipo positivo y contribuir al desarrollo sostenible y a la calidad de vida familiar, o bien de tipo negativo y restar ese desarrollo y calidad de vida o incluso ser lesivas para los derechos de alguno o algunos de sus miembros. 47 a) Los distintos tipos de familias, por si mismas, y según cual sea su funcionamiento y entorno, pueden aportarnos diversos tipos de necesidades. Podemos identificar y configurar , según la finalidad, tres tipos de políticas: I) PROMOCIÓN: Aquellas que permiten potenciar, fomentar e incentivar las funciones y condiciones positivas para el desarrollo sostenible y la calidad de vida de las familias. II) PREVENCIÓN: Las que se orientan a evitar, reducir o remover aquellas funciones o condiciones negativas que impiden el desarrollo sostenible y la calidad de vida de las familias o incluso resultan lesivas para los derechos de alguno o algunos de sus miembros. III) PROTECCIÓN: Las que procuran responder a aquellas familias que tienen unas especiales necesidades de apoyo. Resulta obvio que una misma familia puede ser receptora de uno o más tipos. Así mismo un mismo tipo de medida puede cubrir uno o más tipos. Así mismo este enfoque sistemático, acorde con las principales finalidades que pueden conformarse en una política integral de desarrollo familiar sostenible, se instrumentan con una diversidad de medidas –las cuales se identificaran y concretaran en las fases posteriores de este trabajo- entre las cuales podemos considerar las: 1) Prestaciones económicas. 2) Servicios personales: sociales, salud, educación, inserción laboral, etc. 3) Fiscalidad. 4) Legislación. 5) Programas de sensibilización y movilización social. Ahora realizamos una primera identificación y clasificación de potenciales o reales políticas. Identificación que nos permite conocer mejor el complejo y a veces contradictorio mundo de las políticas familiares, y que posteriormente nos permitirá, una vez realizado el análisis estructural y la elección de nuestro escenario-apuesta, conformar la definición de nuestras prioridades estratégicas y concretar nuestros principales objetivos. 48 En la fase de análisis estructural completaremos esta relación, como reales o potenciales factores estratégicos en el desarrollo sostenible del Sistema Familia, y realizaremos su correlación con los grandes tipos de política –promoción, prevención, protección- y sus instrumentos –prestaciones, servicios, fiscalidad, legislación, programas-. A titulo expositivo citamos las siguientes –aclaramos que cuando decimos familias consideramos tambien las relaciones convivenciales analogas: a) Considerando los distintos potenciales de necesidad de la familia destinataria en función de las características de la misma: Familias que se forman. Familias con hijos. Familias numerosas. Familias monoparentales. Familias con personas desempleadas. Familias con personas enfermas o dependientes. Familias con relaciones conflictivas de pareja. Familias pobres o en situación de riesgo de exclusión social. Familias con graves conflictos y desestructuración: abandono de obligaciones respecto hijos o mayores, maltratos, violencia domestica. Familias recompuestas a partir de anteriores matrimonios. Familias sintéticas. Hogares unipersonales con reales o potenciales relaciones externas familiares o convivenciales. Hogares institucionales con reales o potenciales relaciones internas y/o externas familiares o convivenciales. b) En relación al tipo de apoyos que pueden recibir, por areas de necesidad: -Vivienda. Considerando una línea de apoyo que permita “construir un hogar” más que disponer de un espacio, y que se ajuste a la potencial evolución en la composición y necesidades familiares. -Servicios, prestaciones económicas y tratamiento fiscal ante distintos tipos de necesidad, derivadas del ciclo familiar: formación de la familia (parejas jóvenes), maternidad, hijos (incluyendo las familias numerosas), procesos de recomposición o creación de familias sintéticas. 49 -Servicios, prestaciones económicas y tratamiento fiscal ante distintos tipos de necesidad relacionadas con el ámbito educativo: educación 0-3 años, con hijos discapacitados o con riesgo, apoyo al proceso educativo escolar, coordinación escuela-familia, etc. -Servicios, prestaciones económicas y tratamiento fiscal ante distintos tipos de necesidad relacionadas con el ámbito laboral: compatibilidad trabajo-familia, apoyo ante situaciones de desempleo. -Servicios, prestaciones económicas y tratamiento fiscal ante distintos tipos de necesidad relacionadas con necesidades derivadas de necesidades especiales: familias monoparentales, con personas enfermas o dependientes, en situaciones de conflicto, pobreza, riesgo social o desestructuración. de: c) Otras potenciales políticas familiares, mediante programas -Apoyo a familias inmigrantes retornan (reagrupación familiar). o de emigrantes que -Extensión de las nuevas tecnologías de la comunicación como medio para potenciar competencias comunicativas, educativas, laborales y de convivencia. -Papel de los medios de comunicación en relación a las relaciones familiares y la educación de los hijos. -Fomento de optimas condiciones para el ocio y el tiempo libre familiar en el entorno comunitario y social. -Apoyo a las relaciones familiares y convivenciales que se producen fuera del marco del hogar. -Apoyo a la creación de condiciones de hogar en marcos institucionales de convivencia.