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Fertirriego del viñedo
La vid es uno de los cultivos más antiguos que existen. La vid y el vino ya se
mencionaban en jeroglíficos egipcios que datan de 2400 años A. C. En el antiguo
testamento se cuenta que Noé plantó viñas al salir del arca, después del diluvio. Se
relata también que los doce espías que envió Moisés a la tierra de Canaan volvieron
con un racimo de uvas que era necesario portarlo entre dos hombres por su gran
peso. Se cree que el cultivo de la Vitis vinifera tiene sus comienzos en una zona
situada entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Los primeros testimonios del cultivo de la
vid en España datan de 520 años A.C. Es durante la dominación romana cuando el
cultivo de la vid y la producción del vino se extienden por toda la península.
Técnicas modernas para el cultivo de la vid
Los antiguos métodos de cultivo de la vid están siendo reemplazados por técnicas más
modernas que consisten principalmente en sistemas de riego y fertilización que
permiten un cultivo más controlado. El cultivo intensivo de la vid con fertirrigación tiene
unos requerimientos muy distintos de los del cultivo tradicional.
El estado hídrico y la fertilización de la vid tienen una importancia esencial en el cultivo
moderno de la viña. La instalación de sistemas de riego por goteo en los viñedos
puede mejorar significativamente los resultados obtenidos, ya que nos ofrece la
posibilidad de controlar con más exactitud la nutrición y el riego de la cepa. El principal
objetivo es obtener mayores producciones, sin disminuir la calidad.
La experiencia acumulada en todo el mundo acerca de la introducción del fertirriego en
el cultivo de viña nos enseña que si no se toman en cuenta las características
especiales de este tipo de riego, podemos encontrarnos, al cabo de dos o tres años,
con carencias graves de algunos elementos. El resultado inevitable es una menor
calidad de la uva.
Debemos tener en cuenta que cuando regamos por goteo, reducimos drásticamente el
volumen de suelo que ocupa el sistema radicular activo, en comparación con otros
sistemas de riego o en secano. En riego por goteo este volumen relativamente limitado
de suelo se encuentra en un proceso continuo e intenso de lavado. Los nutrientes son
empujados continuamente hacia el exterior del sistema radicular. Por estas razones, el
abonado de la viña por goteo debe encararse con mucho cuidado. Los nutrientes
deben estar a disposición de la planta en forma continua, al ritmo que la planta puede
aprovecharlos. Las aplicaciones masivas de fertilizantes no tienen sentido en el cultivo
moderno, estas provocan un desperdicio de abono que la planta no puede aprovechar
y afectan al medio ambiente.
Gran parte de los problemas que nos plantean los viticultores extremeños que
introdujeron el riego por goteo en sus plantaciones, como la aparición de carencias
graves (sobre todo de potasio) o el hecho que no se obtengan ni los rendimientos ni la
calidad esperados se deben, en gran medida, a que no se han tenido en cuenta las
precauciones antes mencionadas.
Lo correcto es asegurar la presencia de los nutrientes en un equilibrio idóneo en cada
gota de agua. El aprovechamiento de los nutrientes por la planta es así mucho más
alto que con otros sistemas de abonado. Se puede decir que esta es una de las
mayores ventajas del riego por goteo.
La introducción del fertirriego en los viñedos tiene que estar acompañada por cambios
en todos los trabajos de mantenimiento. Por ejemplo, una poda demasiado severa
limita el número de yemas que es lo que determina el número de hojas y racimos. Al
limitar excesivamente la “carga” de la cepa no se aprovecha el potencial de la
fertirrigación.
La fertilización de la viña
Como sucede con otras especies leñosas, la vid no responde a la fertilización en forma
inmediata. Las raíces, troncos y ramas de una cepa guardan reservas importantes de
nutrientes. La fertilización en la viña moderna esta destinada no solo a nutrir la
cosecha del año, sino también a la formación de yemas fructíferas para el año
siguiente y, además, para crear reservas en las raíces, troncos y ramas.
Nitrógeno
La respuesta de la vid a la fertilización nitrogenada es la más rápida y notable en
comparación con otros elementos. La deficiencia de nitrógeno provoca una vegetación
pobre y de escaso vigor, las hojas quedan pequeñas y presentan un color verde pálido
o amarillo limón uniformes. Al final del ciclo las hojas caen prematuramente. La
producción es baja. Por lo contrario, un abonado excesivo con nitrógeno puede inducir
un crecimiento vegetativo demasiado fuerte, entrenudos demasiado largos y poca
diferenciación reproductiva. Los tejidos son más susceptibles al ataque de agentes
patógenos y la suberización de las ramas no es suficiente. También puede ser
afectada la calidad de la uva, retrasada su maduración, dando un menor contenido de
azúcar y acidez débil en el mosto. Por estas razones la aplicación de nitrógeno debe
hacerse con mucho cuidado.
Fósforo
El fósforo tiene una importancia fundamental en la formación de raíces y en el cuajado
de los frutos. Mejora la suberización de las ramas. El fósforo se considera como un
factor de importancia para la calidad de la uva y del vino. Su deficiencia provoca un
debilitamiento en el vigor de la cepa y la fertilidad de las yemas disminuye. Las hojas
adultas muestran al principio un color verde intenso, que gira a un rojo-violáceo,
seguido por un amarillamiento de las hojas y su caída prematura. Los pecíolos y
nervios enrojecen. La deficiencia de fósforo aumenta el corrimiento de los racimos y da
lugar a una débil fructificación, maduración retardada y bayas pequeñas. Los brotes
jóvenes no se desarrollan normalmente y se intensifica la incidencia de las
enfermedades criptogámicas.
Potasio
El potasio es un elemento de suma importancia en el cultivo de la viña. La planta lo
consume en cantidades mayores que el nitrógeno o el fósforo. Su importancia se
refleja sobre todo en la formación de los frutos que son grandes consumidores de
potasio. La deficiencia de potasio influye sobre muchos de los procesos fisiológicos de
la planta, lo que trae como consecuencia una serie de desórdenes que provocan una
reducción en los rendimientos y en la calidad de la uva.
Aunque el potasio se mueve con relativa dificultad en suelos que contienen arcillas,
con el tiempo puede desaparecer gran parte del potasio disponible del bulbo
humedecido por el goteo, como resultado del continuo lavado a que está sometida
esta zona.
Cuando existe una carencia de potasio los bordes de las hojas jóvenes presentan un
color marrón claro. Cuando esta carencia es grave las hojas reciben un color marrón
oscuro a negro o violáceo. Las hojas más maduras se secan y caen prematuramente.
Después del envero puede aparecer el pardeado del haz de las hojas viejas expuestas
al sol, quedando el envés con el color verde.
Calcio
De suma importancia para la formación de las paredes celulares y para muchos
procesos fisiológicos. Su carencia induce un fuerte corrimiento y se manifiesta en la
hoja por una clorosis marginal e intervenal en la periferia de la hoja. En hojas adultas
aparecen tejidos necrosados.
Magnesio
Componente de la clorofila. Su deficiencia provoca una disminución en la calidad de la
uva y un debilitamiento general de la cepa. Los racimos tienden a secarse. En las
variedades tintoreras las hojas presentan coloraciones rojizas entre los nervios. Los
nervios mantienen su color verde.
Microelementos
Todos los microelementos (hierro, zinc, manganeso, boro, cobre, molibdeno) son
esenciales para el desarrollo normal de la viña.
La viña es sensible sobre todo a la deficiencia de zinc que se expresa por la aparición
en las hojas de un mosaico característico de manchas amarillas, hojas pequeñas y
entrenudos cortos. La deficiencia de zinc repercute en el cuajado de los frutos, por lo
que disminuye la producción. También son comunes las deficiencias de hierro. En este
caso se desarrolla una clorosis intervenal. Deficiencia de boro moderada en la época
de floración puede provocar dificultades de cuajado.
Elementos tóxicos
Los elementos que presentan frecuentemente un problema cuando la salinidad del
agua o del suelo es alta son el cloruro y el sodio. La tolerancia de la cepa a estos
elementos depende de las características del patrón, de la variedad y de la
combinación patrón/variedad.
En zonas áridas es común la toxicidad del boro, que si bien es un elemento esencial,
sobre todo para el cuajado de la uva, la diferencia entre una concentración adecuada a
una concentración tóxica es muy estrecha. Las hojas afectadas por exceso de boro
presentan necrosis marginales y se deforman, acucharándose.
Análisis foliares
Para determinar el estado nutritivo de la viña es importante llevar a cabo análisis
foliares, de acuerdo a los estándares existentes. El momento más propicio para tomar
las muestras es al envero. Se toman las hojas opuestas al racimo, sin pecíolo. No se
deben mezclar hojas de diferentes variedades u hojas sanas con hojas que presentan
algún síntoma de carencias. Cada muestra debe contener 40-50 hojas que se toman
de cepas al azar. Este análisis sirve ante todo para confirmar si se está llevando a
cabo un abonado correcto y para programar el abonado del año consecutivo. En
algunos casos deberá corregirse el programa del año en curso. Los niveles
satisfactorios en los limbos de estas hojas son los siguientes:
% de materia seca
p.p.m.
N
P
K
Ca
Mg
Mn
Zn
Cu
Fe
B
2.4-2.6 0.20-0.25 1.0-1.4
2.5-3.5 0.25-0.35
20-60
30-100
5-20
100-200 20-40
Análisis foliares de la viña en Tierra de Barros
Para contribuir a una definición más exacta del estado nutritivo de los viñedos de
Tierra de Barros, Gat llevó a cabo en el año 2000 un estudio, contando con la amable
colaboración de varios viticultores. El trabajo fue realizado por Mónica Roldán Sierra
alumna de curso Master de Fertirrigación de la Universidad Autónoma de Madrid, con
la participación de Juan González Ortiz de la empresa Agroquímicos Ortiz Lavado,
S.L. de Almendralejo.
El estudio incluyó 12 parcelas, 7 de la variedad Tempranillo y 5 de la variedad
Garnacha. Las parcelas se eligieron de manera que representen un amplio abanico de
condiciones de cultivo. En todas estas plantaciones se tomaron muestras de hojas y
se determinaron los niveles de N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, B, Zn, Cu y Na.
En los gráficos se presentan sólo los resultados de los análisis foliares de la variedad
Tempranillo. Los resultados de los análisis de la variedad Garnacha son similares. Las
dos columnas del lado derecho de cada gráfico representan los niveles considerados
como satisfactorios. Se puede observar que se encontraron carencias de potasio y de
zinc en todas las plantaciones. En algunos viñedos se encontraron niveles bajos de
boro. Urge solucionar el problema por la importancia que tienen los niveles de estos
elementos en la planta para la calidad de los vinos y para la producción.
Fertirrigación de la viña
En las plantaciones regadas por goteo contamos con una serie de ventajas que nos
permiten llevar a cabo una fertilización racional, al ritmo que la planta puede
aprovechar los nutrientes. Con esta técnica se consigue un mejor aprovechamiento del
agua y los nutrientes que suministramos a la planta. La utilización de este sistema
requiere una programación del abonado a lo largo de todo el año.
El programa de abonado, específico para cada parcela, se prepara sobre la base de
los resultados de los análisis foliares del año anterior y a la producción esperada.
La mayor parte del nitrógeno se aplica en la época de brotación y cuajado y su
aportación va disminuyendo hasta la maduración.
El fósforo se aplica durante todo el ciclo, aumentando su proporción si es necesario,
en la época de formación de raíces.
Las aplicaciones de potasio van en aumento, llegando al máximo durante la época de
desarrollo y maduración del fruto.
Una programación media de abonado para un viñedo en fertirriego aportará 70-100
kg/ha de N, 40-80 kg/ha de P2O5 y 140-200 kg/ha de K2O. En algunos casos es
necesario aplicar calcio y/o magnesio, cuando el nivel de estos elementos en el suelo
es relativamente bajo.
En la siguiente tabla se presenta un ejemplo de programa de abonado con abonos
líquidos de Gat:
Periodo
abril - mayo
junio - julio
(hasta envero)
envero cosecha
cosecha otoño
TOTAL
Producto
kg/ha
N
K2O
30
P2O5
kg/ha
9
TovGat 10 - 3 - 6
300
TovGat 5 - 3 - 10
700
35
21
70
TovGat 3 - 3 - 12
250
7.5
7.5
30
TovGat 5 - 3 - 10
250
1500
12.5
85
7.5
45
25
143
18
En suelos calizos, con pH alto, pueden aparecer carencias de microelementos. En
este caso son necesarias aplicaciones de quelatos.
Como señalamos anteriormente, en el estudio que Gat realizó para conocer el estado
nutritivo de la viña en Tierra de Barros se encontraron graves carencias de potasio y
de zinc en la mayoría de los casos, por lo que en esta zona hay que prestar especial
atención a estos nutrientes.
Los abonos líquidos presentan muchas ventajas en la fertirrigación de la viña. Su
empleo es muy cómodo, ahorran trabajo de manipulación de sólidos y de
ácidos y no hay necesidad de tener productos almacenados. Se evitan posibles
incompatibilidades entre distintos productos. Ofrecen la posibilidad de obtener
cualquier equilibrio entre los nutrientes, adaptándose así a las necesidades del viñedo
en cada momento de su desarrollo.
Ante la importancia que está adquiriendo la fertirrigación en la zona, hemos
considerado la necesidad de continuar colaborando en el estudio de las necesidades
nutritivas de la viña, analizando continuamente las pautas que nos conduzcan a una
optimización de la nutrición mineral de este cultivo en Badajoz.
Riego de la viña
El tema del riego de la viña para vinificación despierta muchas polémicas. Existen
creencias no suficientemente fundadas que se alimentan de la tradición y de la falta de
investigación. La información existente es confusa, y en muchos casos contradictoria.
Aunque la vid está relativamente adaptada al estrés hídrico, diversos estudios han
demostrado que el déficit hídrico en la vid tiene como consecuencia un detrimento en
el crecimiento de las partes vegetativas y de los frutos, lo que provoca una disminución
en la producción.
En la época de floración y cuajado el déficit hídrico puede provocar aborto de flores y
desprendimiento de racimos. Puede afectar también a la iniciación floral de las yemas
del año siguiente. Si el déficit en este período es prolongado puede traducirse en un
desarrollo vegetativo reducido y una superficie foliar insuficiente.
De cuajado a envero la falta de agua reduce el área foliar y la capacidad fotosintética,
lo que afecta al crecimiento de todas las partes de la cepa, reduciendo el tamaño y la
calidad de las bayas.
Déficit hídrico en el periodo del envero a vendimia provoca el envejecimiento
prematuro de las hojas y su caída, dejando los racimos desprotegidos de la radiación
solar.
Después de la vendimia un fuerte estrés hídrico puede afectar al crecimiento del
sistema radicular Un estrés hídrico moderado puede ser positivo para la maduración
de la madera.
Son muchos los factores que determinan la cantidad de agua a aplicar y los intervalos
entre riegos. Como regla general, cuanto mayor sea la superficie foliar, mayores serán
las necesidades de agua. Se debe tener en cuenta que el consumo de agua de la vid
hasta la cosecha es muy superior al que consume después de ésta. Otra variante muy
importante es la evapotranspiración de cada región. De lo dicho se deduce que es muy
difícil dar recomendaciones generales, ya que son muchos los factores determinantes.
En el cultivo de uva para vinos las recomendaciones oscilan entre 1500 y 3500 m3/ha.
Algunos autores recomiendan reducir las aportaciones de agua del envero a la
maduración para obtener una concentración mas alta de azúcares y polifenoles en la
uva y después de la cosecha para promover la maduración de la madera. Un exceso
de agua, sobre todo si es acompañado por una carencia de potasio, puede provocar
un retraso en la madurez, una reducción de la calidad de la uva, reduciendo la calidad
del vino y su colorido.
Determinación de las necesidades de riego
Para determinar la cantidad de agua a aportar en el viñedo en cada momento
tendremos en cuenta la evapotranspiración potencial diaria (ETo) que obtendremos
de la página web de Gat. El ETo se multiplica por el coeficiente del cultivo (Kc) para
obtener las necesidades diarias de riego del cultivo (ETc):
ETc = ETo x Kc
El coeficiente Kc varía, según las épocas del año como se puede apreciar en la tabla:
abril
0.15*
mayo
0.2
junio
0.25
julio, hasta envero
0.35
*si el invierno fue muy seco se comienza con Kc=0.2
Ejemplo de cálculo:
Fecha de riego: 6 de julio ETo: 5.8 mm/día
ETc = ETo x Kc = 5.8 x 0.35 = 2 mm/día
Lo cual es igual a 2 litros/m2 o 20 m3/ha por día.
Yoel Bar - Gat Fertilíquidos - [email protected]
de envero a otoño
0.2
Productos de Gat para viña
Gat cuenta con una amplia gama de abonos líquidos para fertirrigación en viña que se
pueden adaptar a las necesidades de cada viñedo.
TovGat
Soluciones N-P-K con o sin Ca y/o Mg
Fórmula N-P2O5-K2O+CaO+MgO
Densidad
pH
10 - 3 - 6
1.18
1
10 - 3 - 6 + 0 + 1
1.21
0.8
12 -2 - 5 + 4
1.28
0.8
5 -3 - 10
1.19
1
6-3-8+0+1
1.19
1
5 - 2 - 10 + 2
1.22
0.5
3 - 3 - 12
1.18
0.8
3 - 3 - 12 + 0 + 0.6
1.22
0.3
1.3 - 2 - 12 + 2.5
1.23
0.8
*TºC: Temperatura de cristalización.
Existen muchas más fórmulas y se preparan también "a medida".
TºC* (ºC)
3ºC
8ºC
8ºC
3ºC
14ºC
11ºC
4ºC
5ºC
14ºC
NitroGat
Soluciones nitrogenadas
N-20
Solución de nitrato amónico con una riqueza total de 20% de nitrógeno puro (10% en
forma nítrica y 10% en forma amoniacal).
N-32
Solución de urea y nitrato amónico con una riqueza total de 32% de nitrógeno puro
(16% en forma ureica, 8% en forma nítrica y 8% en forma amoniacal).
N-30 + MicroGat
Solución de urea, nitrato amónico y microelementos quelatados con una riqueza total
de 30% de nitrógeno puro (15% en forma ureica, 7.5% en forma nítrica y 7.5% en
forma amoniacal) y 3% de MicroGat (microelementos quelatados con EDTA).
NitroMAX
Fórmula exclusiva de Gat que contiene:
18% de nitrógeno, 12% de materia orgánica, 5% de SO3 y 2% de MicroGat.
MicroGat
Soluciones concentradas de microelementos quelados
Contamos con una amplia gama de microelementos quelados con diferentes tipos de
quelato que se adaptan a todo tipo de suelos. Los que más se usan en viña en Tierra
de Barros son los siguientes:
MicroGat estándar
Contiene (en g/kg): Fe 10.3; Mn 6.9; Zn 3.3; Cu 1.2 (100% quelados con EDTA); B 0.5;
Mo 0.1; y 3.2% de SO3.
MicroGat "D 16"
Contiene 15.6 g/kg de Zn (58% quelado con DTPA); y 1.9% de SO3.
MicroGat "D 39"
Contiene 15 g/kg de Fe y 5 g/kg de Zn (100% quelados con DTPA); y 3% de SO3.
MicroGat "D 38"
Contiene 14 g/kg de Fe y 5 g/kg de Zn (100% quelados con DTPA); 2% de MgO y
9.3% de SO3.
MicroGat "E 24"
Contiene 12 g/kg de Zn y 6 g/kg de Cu (100% quelados con EDTA); y 2.3% de SO3.