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viñedos Fertilización racional para el viñedo de Rioja Alavesa con el objetivo de la máxima calidad Se pretende con este artículo dar una visión general del papel que cumplen los diferentes elementos nutritivos en la viña, de las necesidades y particularidades de este cultivo, así como unas recomendaciones de abonado para las condiciones de Rioja Alavesa, apoyadas en las observaciones y experiencias prácticas de técnicos y viticultores, siempre sin perder de vista el objetivo cualitativo de la vendimia. TEXTO: ANTONIO REMESAL VILLAR, ENRIQUE LÓPEZ FERNÁNDEZ Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava ara llegar a definir el abonado idóneo de cada parcela de viñedo, en un contexto como el nuestro de producciones limitadas y en el que la calidad cobra un valor prioritario, es necesario considerar además de los aspectos técnicos y económicos, otros de tipo ecológico, al ser esta operación una de las principales generadoras del impacto ambiental (contaminación de las aguas). P PARTICULARIDADES DE LA NUTRICIÓN DEL VIÑEDO En la vid no cabe esperar respuestas al abonado ni inmediatas ni espectaculares. Como planta leñosa almacena en los órganos perennes gran cantidad de elementos nutritivos, y es capaz de llegar con las raíces a gran profundidad, por lo que reacciona con lentitud a las apor- taciones, y acusa las deficiencias tiempo después de producirse. En ensayos realizados, algunos en Rioja Alavesa, con dosis de abonado muy extremas, se ve como sólo a partir del quinto o sexto año se empiezan a manifestar tendencias o respuestas en producción y calidad, y únicamente cuando se experimenta con los elementos más móviles. La fertilización debe ser considerada como una práctica fundamental dentro de la estrategia general del cultivo, en la que los productos orgánicos o minerales aportados perseguirán los siguientes objetivos: Para la viña: • Alimentar la vegetación y la cosecha del año, manteniendo un equilibrio óptimo entre ambos. La conjunción óptima de luz, agua, y elementos nutritivos nos garantizará este equilibrio. • Formar yemas fructíferas para el año siguiente. • Crear reservas para utilizarlos en la iniciación del nuevo periodo vegetativo. Para el Medio Ambiente: • Mejorar o al menos conservar las condiciones de fertilidad del suelo para que sean compatibles con los objetivos productivos y cualitativos. • Mantener la fertilización dentro de un marco de viticultura sostenible respetuosa con el Medio Ambiente. NECESIDADES DE LA VIÑA Si queremos mantener el suelo en las mismas condiciones de fertilidad que cuando se plantó, debemos restituir mediante el abonado (mineral u orgánico): • Las exportaciones de la viña, o lo que es lo mismo, los elementos químicos retirados por la vendimia, por la poda y las hojas que se pierden. • Las pérdidas por lixiviación (lavado), importantes sobre todo en el caso del Nitrógeno. • Las retrogradaciones a formas no asimilables que, como veremos, se producen con algunos elementos. CONTROL DE VENDIMIA EN ENSAYO DE ABONADO EN RIOJA ALAVESA DE TODOS LOS ELEMENTOS QUÍMICOS QUE TOMA LA VIÑA PARA DESARROLLARSE Y DAR FRUTO NITRÓGENO (N), FÓSFORO (P) Y POTASIO (K) ES GENERALMENTE NECESARIO SOLAMENTE EL EL SU APORTE MEDIANTE EL ABONADO sustrai 51 Un abonado equilibrado reduce los costes, evita contaminaciones indeseables y regulariza la producción. Las exportaciones vienen a representar un 70-80% de la cantidad total de nutrientes que la viña extrae del suelo. N 22,7 7,1 32,5 Hojas y sarmientos 20,1 5,8 23,4 2,6 0,6 2,6 45,4 13,5 58,5 Total El objeto del abonado en la viña es el suministro de los elementos necesarios con vistas a la obtención de una adecuada producción con la máxima calidad del fruto. Un abonado equilibrado además reduce los costes, evita contaminaciones indeseables y regulariza la producción. Fondo o implantación Con el abonado de fondo o implantación, denominado así al que se efectúa antes de realizar la plantación de la viña, se persigue enriquecer en profundidad el suelo hasta los niveles adecuados, constituyendo una reserva allí donde difícilmente va a llegar el abono aportado anualmente. Un análisis de tierra previo nos permitirá conocer si la política de fertilización a seguir exigirá un enriquecimiento del suelo o simplemente un mantenimiento de su fertilidad, alertándonos igualmente de eventuales riesgos por exceso de ciertos elementos. En la Tabla 2 presentamos la interpretación que tradicionalmente se ha hecho de los resultados analíticos de Fósforo y Potasio, con unas dosis orientativas de abonado de fondo para viña. K Racimos Raíces y tronco PRÁCTICA DEL ABONADO P TABLA 1. EXTRACCIONES MEDIAS DE NITRÓGENO, FÓSFORO Y POTASIO DE LA VIÑA POR HECTÁREA EN KG (PRODUCCIÓN DE 6.500 KG. DE UVA). RECOPILACIÓN SOBRE DATOS DE DIVERSOS AUTORES PROCESO DE TOMA DE MUESTRAS DE TIERRA CON BARRENA Esta tabla ofrece datos de carácter general, sin tener en cuenta el pH del suelo, su textura, relaciones entre nutrientes, portainjerto, variedad, disponibilidad de agua, pendiente del terreno, etc. aspectos todos ellos indispensables para la interpretación y posterior recomendación de abonado. Así por ejemplo, y con relación a la influencia de la textura del terreno: A similar riqueza de Fósforo y Potasio disponible, su concentración en la solución del suelo será mayor en suelos ligeros que en suelos pesados, éstos últimos con mayor capacidad de retención de agua, y por consiguiente de reposición en la solución del suelo de los elementos absorbidos Niveles de suelo Abonado recomendado en fondo (o implantación) Fósforo Potasio TABLA 2 52 sustrai.61 p.p.m. Interpretación >30 Muy alto 0-50 U.F./Ha equivalentes a 0-275 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18% 18-30 Alto 50-150 U.F./Ha equivalentes a 275-825 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18% 12-18 Normal 150-250 U.F./Ha equivalentes a 825-1400 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18% 6-12 Bajo 250-350 U.F./Ha equivalentes a 1400-1950 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18% <6 Muy bajo 350-450 U.F./Ha equivalentes a 1950-2500 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18% >400 Muy alto 0-100 U.F./Ha equivalentes a 0-200 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50% 240-400 Alto 100-250 U.F./Ha equivalentes a 200-500- Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50% 160-240 Normal 250-350 U.F./Ha equivalentes a 500-700 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50% 80-160 Bajo 350-450 U.F./Ha equivalentes a 700-900 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50% <80 Muy bajo 450-550 U.F./Ha equivalentes a 900-1100 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50% por las plantas. Con lo que a concentraciones iguales de nutrientes, abonados iguales elevarían más la concentración en los suelos con menor contenido de arcilla. Para compensar este hecho será preciso aportes superiores en suelos arcillosos que en arenosos, cuando en los primeros, además, en caso de sobreabonado las perdidas por lavado (especialmente de Potasio) serán menores. De la misma forma, el régimen hídrico de la parcela condiciona los requerimientos nutricionales. El agua al ser el componente mayoritario de la planta y al mismo tiempo el vehículo de transporte de nutrientes, su carencia o disponibilidad condiciona la fertilidad drásticamente. La decisión de abonado, es por consiguiente compleja, tanto por el número de parámetros que intervienen, tanto por la dificultad de relacionar estos con la producción y calidad del producto final. El Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava de forma general y para nuestras condiciones particulares, venimos recomendando aminorar las dosis de Fósforo dadas en la tabla anterior incrementando a su vez el abonado potásico. Se persigue de este modo llevar los contenidos de los dos nutrientes principales Fósforo y Potasio a una proporción favorable a éste último, lo que en general ha venido dando buenos resultados en Rioja Alavesa. Se puede afirmar después de haber examinado miles de análisis de tierras de Rioja Alavesa que aquellas viñas que no dan problemas, con rendimientos óptimos en producción y calidad, resultan ser aquellas con una relación favorable de Potasio respecto al nivel de Fósforo. Por lo que la experiencia nos dice que es a ese equilibrio al cual debemos procurar llevar los suelos de nuestros viñedos mediante el abonado. En el Cuadro 1 se indica el abonado de fondo recomendado para una plantación de Tempranillo sobre 41B («chaselas») para un suelo habitual en Rioja Alavesa Viñas que no dan problemas, con rendimientos óptimos en producción y calidad, resultan ser aquellas con una relación favorable de Potasio respecto al nivel de Fósforo. Abonado anual para Rioja Alavesa en U.F./Ha Abonado de fondo o previo a la plantación recomendado para un suelo muy común en la Rioja Alavesa Nitrogeno (N) 40-50 1.000 Kg./Ha de superfosfato de cal 18% Fósforo (P205) 30-60 1.100 Kg./Ha de sulfato de potasa 50% o 925 Kg./Ha de cloruro 60% Potasio (K20) 120-200 CUADRO 1 CUADRO 3 con pH alcalino, Materia Orgánica baja, caliza activa alta, con niveles de Fósforo bajo, altos en Potasio y relación K/Mg adecuada. Como fuente de Fósforo se puede utilizar Superfosfato y como fuente de Potasio el Sulfato o Cloruro. Mejor el primero, dado que nuestros suelos son de carácter básico y el azufre del Sulfato contribuye, aunque sea débilmente, a rebajar el pH. En general el Magnesio se aplicará únicamente con riquezas en suelo inferiores a 1,5 meq/100 gramos, y siempre que el contenido de Potasio sea elevado (relación K/Mg superior a 0.7). En este caso se debe aplicar del orden de 75 U.F. de MgO en forma de sulfato. En un principio no se aportará Magnesio a no ser que se disponga de análisis de tierra que aconseje lo contrario. Paralelamente se hará una aplicación de materia orgánica, variable en función del nivel detectado en el análisis de tierra previo. Como orientación para contenidos inferiores al 1% habituales en nuestros viñedos se debe aplicar antes de la labor de desfonde unas 50-60 Tm./Ha de estiércol bien curado. Abonado en plena producción Con el abonado anual solamente podemos actuar sobre una porción mínima del terreno mientras que el volumen de tierra explorado por las raíces es en general muy grande, dependiendo de la naturaleza del terreno, del clima, portainjerto, variedad y técnicas culturales. Si bien todo el mundo parece ponerse de acuerdo en la moderación en el uso del abonado nitrogenado cuando se persigue una vendimia de calidad, en el caso del Fósforo y Potasio las opiniones son más diversas. En el Cuadro 2 se indican, bajo nuestro punto de vista, las pautas básicas de aplicación de estos tres elementos para los viñedos de Rioja Alavesa. Nuestra sugerencia se decanta por la aplicación mediante el abonado anual de al menos las extracciones que por el cultivo se producen en Nitrógeno, en la utilización de dosis moderadas de Fósforo que cubran las necesidades vegetativas y palien las perdidas e insolubilizaciones que ocurren en suelos como los nuestros, mayoritariamente calizos, y el incremento de la fertilización potásica, con la misión de enriquecer los terrenos en este elemento. En lo que respecta al abonado potásico, es necesario su incremento especialmente en los viñedos menos frescos, en los que la disponibilidad de agua no estará garantizada en los meses de julio, agosto y septiembre, situación muy frecuente en la Comarca. Claves del abonado para una producción de 6.500 Kg./Ha y la máxima calidad • Limitar el abonado Nitrógeno a las extracciones, evitando así perdidas por lixiviación y las consecuencias negativas sobre la calidad. • Dosis moderadas de Fósforo que cubran las necesidades vegetativas y palien las perdidas e insolubilizaciones que ocurren en suelos como los nuestros. • Incremento de la fertilización potásica, con la misión de enriquecer los terrenos en este elemento, especialmente en las viñas de secano o con poca capacidad de retención de agua. La experiencia de Rioja Alavesa nos habla de muy buenos resultados con dosis moderadas de Nitrógeno y Fósforo y elevadas de Potasio, con equilibrios próximos al 1-1-4. En el Cuadro 3 se muestran las cifras de abonado anual entre las que oscilan la mayoría de nuestras recomendaciones en La Rioja Alavesa para una producción de 6.500 Kg./Ha. De las recomendaciones anteriores las cifras más elevadas de Fósforo y Potasio corresponden a suelos pobres en el elemento respectivo, siendo las más bajas las referidas a suelos bien provistos, si bien habrá de tenerse en cuenta otros factores ya comentados. Respecto al Magnesio cuya deficiencia es rara en los suelos de Rioja Alavesa solamente se debe aplicar en caso de carencia manifiesta, o bien cuando se presenten relaciones K/Mg y Ca/Mg claramente desfavorables. El abonado mineral resulta conveniente complementarlo con la aportación al menos cada tres o cuatro años de 10-15 Tm/Ha de estiércol, siempre bien hecho. El año que se estercole debe reducirse el abonado mineral ya que 10 toneladas de estiércol por Hectárea aportan alrededor de 40 U.F. de N, 25 U.F. de P2O5 y 50 U.F. de K2O, cifras éstas que varían de unos estiércoles a otros, pero que satisfacen buena parte de las necesidades anuales de la viña. Las dosis indicadas son orientativas siendo de gran ayuda para efectuar la recomendación del abonado más idóneo, la información proporcionada por los análisis de tierras, los cuales nos darán unas cifras aproximadas de la disponibilidad de nutrientes en el suelo, relación entre ellos, posi- CONTROL DE PESO DE PODA EN ENSAYO DE ABO- NADO EN VIÑEDO EN LAGUARDIA bles bloqueos o insolubilizaciones, etc. Para llegar a las unidades fertilizantes recomendadas se pueden utilizar tanto abonos sólidos como líquidos, simples o complejos. El abonado se aplicará con abonadora localizadora, en calles alternas, cambiando cada año, o con abonadora centrífuga enterrando el abono con una labor posterior. De este modo ponemos el abono a disposición de la planta en esos 30-40 cm. donde la densidad radicular es mayor. La época de abonado será en parada vegetativa, para nuestras condiciones el periodo ideal es febrero-marzo. En las nuevas plantaciones y durante los años previos a la producción se empezará el 2.º año con la mitad de la dosis de plena producción, aumentando progresivamente cada año CUADRO 2 sustrai 53 Las dosis indicadas son orientativas siendo de gran ayuda para efectuar la recomendación del abonado más idóneo, la información proporcionada por los análisis de tierras. Elemento RAÍCES INFLUENCIA DE LA FERTILIZACIÓN SOBRE LA CALIDAD DE LA VENDIMIA Una producción mineral racional contribuye junto con el resto de técnicas de cultivo a mantener el equilibrio favorable para conseguir un desarrollo armónico y una cosecha suficiente, uniforme y de calidad. Los distintos nutrientes, como participantes en las múltiples funciones de la planta, in- CARENCIA 54 Nitrógeno Componente de la clorofila y de las proteínas. Interviene en funciones fundamentales de la planta como la síntesis de los ácidos nucleicos y de las proteinas. Su aplicación equilibrada proporciona desarrollo adecuado tanto de la vegetación como de los órganos fructíferos. Fósforo Participa en las principales funciones de la planta, fotosíntesis, respiración. Corrige los efectos del exceso de Nitrógeno, disminuyendo la sensibilidad al corrimiento, y a las condiciones adversas (enfermedades criptogámicas, y condiciones ambientales), favoreciendo además el enraizamiento y desarrollo radicular. Potasio Participa en procesos fundamentales de la planta. Elemento de calidad de la uva. Interviene en el transporte y acumulación de hidratos de carbono por lo que aumenta el contenido de azúcares y por consiguiente el grado. Favorece el cuajado, y adelanta la maduración. Mejora la resistencia a la sequía al regular la evapotranspiración e interviene en la fotosíntesis. El Potasio es igualmente un elemento de protección contra las heladas. Por su intervención en la salificación del ácido tartárico se le ha atribuido la responsabilidad de la elevación del pH de los mostos, (disminución de la acidez). Según muchos especialistas, con quienes coincidimos, con la pluviometría de Rioja la absorción de Potasio estaría limitada, por lo que es difícil que este elemento sea el causante directo del problema. Probablemente el Nitrógeno tenga un papel más importante en este aspecto. Magnesio Presente en la estructura de la molécula de clorofila, interviene en la formación de xantofila y caroteno, en la absorción y migración del Fósforo, mejora la captación de hierro, etc. Calcio Participa en la síntesis de las proteínas, desarrollo de las raíces, constitución de las membranas celulares, etc. considerándose un elemento de calidad. Hierro Interviene como catalizador en los procesos fundamentales de la planta (fotosíntesis, respiración). Un exceso de caliza en el suelo provoca una insolubilización del hierro desencadenando la clorosis, al quedar limitada la migración del hierro hacía las hojas. Manganeso Participa en la reducción de los nitritos. Zinc Constituyente de diversas enzimas indispensables en el crecimiento y en la fructificación. CORTADAS AL LOCALIZAR EL ABONO CON REJA hasta el cuarto en el que las dosis serán ya las normales. Respecto a carencias de oligoelementos, las más habituales son las de Hierro Manganeso, y Zinc. Solo debe intervenirse en caso de presentarse síntomas claros de carencia, resultando en estos casos generalmente efectiva la aplicación foliar de quelatos o productos de acción similar que contengan estos elementos. DE POTASIO sustrai.61 fluirán en el crecimiento, maduración, contenido de azúcares en la uva, polifenoles, etc., provocando en la vid síntomas característicos cuando el suministro no es el adecuado, bien por exceso o por defecto. Como veremos en la tabla siguiente la diagnosis de las carencias o toxicidades no es sencilla pudiéndose confundir los síntomas entre sí o con otros provocados por plagas, enfermedades, toxicidad por herbicidas u otros accidentes como sequía, asfixia, etc. Los análisis foliares son una buena ayuda en el diagnóstico. Conviene matizar como la movilización y el aprovechamiento de los nutrientes van íntimamente ligados al régimen hídrico y resto de técnicas de cultivo para cada parcela de viña con unas condiciones de suelo y clima definidos. Siendo además la absorción variable a lo largo del ciclo vegetativo. Funcion en la vid TABLA 3. PRINCIPALES NUTRIENTES EN LA VIÑA El abonado se aplicará con abonadora localizadora, en calles alternas, cambiando cada año, o con abonadora centrífuga enterrando el abono con una labor posterior. Deficiencia/Carencia Exceso/Toxicidad Consideraciones para la Rioja Alavesa Su falta ocasiona menor desarrollo general y de la producción. El exceso provoca exuberante desarrollo, con disminución del azúcar del mosto, mayor incidencia de las enfermedades criptogámicas, retraso en la maduración, agostamiento incompleto de la madera, y mayores riesgos de corrimiento. Además aumenta la fracción proteica por lo que la estabilidad y conservación quedan comprometidas. El exceso de materia orgánica, aunque de más lenta liberación, es igualmente perjudicial. La clave de este elemento es la moderación en su uso. Para cubrir las necesidades de Potasio los abonos complejos empleados resultan en su mayoría excesivos de Nitrogeno. La carencia de Fósforo es difícil se presente. En caso de aparición, provoca un menor desarrollo y fertilidad de las yemas y un agostamiento incompleto de la madera (aumento de sensibilidad a las heladas). El exceso de Fósforo bloquea oligoelementos como Hierro, Manganeso y Zinc, manifestado en forma de clorosis y disminución del vigor general. En los últimos años se están presentando problemas por acumulación de Fósforo en los hondones, lo que ha originado falta de vigor, corrimientos y amarillos según casos, reduciendo la producción hasta incluso por debajo de las laderas, en principio menos productivas. En caso de carencia se produce una decoloración de los bordes de las hojas comenzando por las hojas más jóvenes (extremos de los sarmientos), se enrollan a partir del envero y toman un aspecto amarillento las variedades blancas y rojizo en las tintas («color vendimia»). En casos extremos hay desecación y caída prematura de hoja, que impide la buena maduración de uva y el buen agostamiento del sarmiento, lo que puede repercutir incluso en la siguiente brotación. El Potasio es un elemento antagónico con el Magnesio de modo que un exceso de cualquiera de ellos inhibe la asimilación del otro. Esto puede provocar un estado carencial del elemento más deficitario, aún cuando existan en el suelo niveles de ambos que en condiciones normales se considerarían suficientes. Se han observado últimamente viñas (de secano generalmente), con carencias de Potasio, manifestadas en Tempranillo por enrojecimientos prematuros de hoja a finales de julio y durante el mes de agosto. Este efecto se reduce hasta desaparecer, en años lluviosos o si se puede disponer de agua para movilizar el Potasio, abundante en la mayor parte de nuestros suelos. Una potenciación del abonado potásico en invierno o aportes foliares en julio y principios de agosto con Nitrato Potásico corrigen la carencia de Potasio en aquellas viñas donde se presenta. Los síntomas comienzan antes del envero por las hojas basales con amarilleamiento del borde de la hoja, extendiéndose progresivamente a la zona internervial, con una delimitación bien definida y manteniéndose verdes los nervios y zonas próximas a ellos. Los síntomas son más acentuados en las hojas próximas a los racimos. La carencia se produce tanto por deficiencia como por antagonismo con el Calcio y Potasio. Su exceso dificulta la asimilación de Potasio lo que puede llegar a provocar una carencia inducida de éste elemento por antagonismo. Es importante distinguir perfectamente la carencia provocada por Potasio de la de Magnesio, ya que al ser elementos antagonistas un diagnóstico y corrección equivocados provoca un agravamiento del problema. Como regla general no debe aportarse a no ser se tenga certeza de que existe carencia. Los portainjertos Rupestris de Lot, 41B («chaselas»), y 140 Rugieri resisten bien la carencia de Magnesio, al contrario que 110- Richter y SO4 que son poco resistentes. Las carencias de Calcio no son habituales en nuestros suelos. Los síntomas de carencia se manifiestan en las hojas más jóvenes con clorosis internervial que puede terminar en necrosis primero en los bordes y luego entre los nervios. Un suelo excesivamente calizo se traduce en mayor destrucción de la materia orgánica, bloqueo de oligoelementos como el Hierro, Zinc, Cobre o Manganeso, o una inmovilización del Fósforo y Magnesio. Los síntomas son los asociados a estas deficiencias. En Rioja Alavesa. su carencia es muy rara, al contrario, los problemas que se presentan son por exceso. Es por eso por lo que es preciso la elección de un portainjerto resistente al contenido de Caliza Activa del suelo. Los síntomas comienzan en las hojas más jóvenes con clorosis del limbo de la hoja manteniéndose verdes los nervios; necrosis marginales e internerviales, desecamiento, corrimiento del racimo, marchitez y, en los casos más graves, muerte de la planta. No se conocen síntomas por exceso de estos elementos. La clorosis férrica se corrige preventivamente mediante la utilización de patrones resistentes, o en caso de viña ya implantada con aplicaciones en los cortes de poda, en hoja, o suelo, de Sulfato de Hierro. Clorosis de los bordes de la hoja y entre los nervios que comienza por las hojas más viejas. Síntomas similares al Manganeso pero en el Zinc comienzan por las hojas más jóvenes. Aplicaciones foliares corrigen aunque sea momentáneamente los síntomas. Determinados fungicidas de uso habitual llevan en su composición estos elementos. sustrai 55