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viñedos
Fertilización racional para
el viñedo de Rioja Alavesa
con el objetivo de
la máxima calidad
Se pretende con este artículo dar una visión general del papel
que cumplen los diferentes elementos nutritivos en la viña, de
las necesidades y particularidades de este cultivo, así como unas
recomendaciones de abonado para las condiciones de Rioja
Alavesa, apoyadas en las observaciones y experiencias prácticas
de técnicos y viticultores, siempre sin perder de vista el objetivo
cualitativo de la vendimia.
TEXTO: ANTONIO
REMESAL VILLAR,
ENRIQUE LÓPEZ FERNÁNDEZ
Servicio de Viticultura y Enología
de la Diputación Foral de Álava
ara llegar a definir el abonado idóneo de cada parcela de viñedo, en un contexto como el nuestro de producciones limitadas y en el que
la calidad cobra un valor prioritario, es necesario considerar
además de los aspectos técnicos
y económicos, otros de tipo ecológico, al ser esta operación
una de las principales generadoras del impacto ambiental
(contaminación de las aguas).
P
PARTICULARIDADES DE
LA NUTRICIÓN DEL VIÑEDO
En la vid no cabe esperar respuestas al abonado ni inmediatas ni espectaculares. Como
planta leñosa almacena en los
órganos perennes gran cantidad
de elementos nutritivos, y es capaz de llegar con las raíces a
gran profundidad, por lo que reacciona con lentitud a las apor-
taciones, y acusa las deficiencias
tiempo después de producirse.
En ensayos realizados, algunos
en Rioja Alavesa, con dosis de
abonado muy extremas, se ve
como sólo a partir del quinto o
sexto año se empiezan a manifestar tendencias o respuestas
en producción y calidad, y únicamente cuando se experimenta
con los elementos más móviles.
La fertilización debe ser
considerada como una práctica
fundamental dentro de la estrategia general del cultivo, en la
que los productos orgánicos
o minerales aportados perseguirán los siguientes objetivos:
Para la viña:
• Alimentar la vegetación y
la cosecha del año, manteniendo
un equilibrio óptimo entre ambos. La conjunción óptima de
luz, agua, y elementos nutritivos
nos garantizará este equilibrio.
• Formar yemas fructíferas
para el año siguiente.
• Crear reservas para utilizarlos en la iniciación del nuevo
periodo vegetativo.
Para el Medio Ambiente:
• Mejorar o al menos conservar las condiciones de fertilidad del suelo para que sean
compatibles con los objetivos
productivos y cualitativos.
• Mantener la fertilización
dentro de un marco de viticultura sostenible respetuosa con
el Medio Ambiente.
NECESIDADES DE LA VIÑA
Si queremos mantener el suelo
en las mismas condiciones de
fertilidad que cuando se plantó,
debemos restituir mediante el
abonado (mineral u orgánico):
• Las exportaciones de la
viña, o lo que es lo mismo, los
elementos químicos retirados
por la vendimia, por la poda y
las hojas que se pierden.
• Las pérdidas por lixiviación (lavado), importantes sobre todo en el caso del Nitrógeno.
• Las retrogradaciones a
formas no asimilables que,
como veremos, se producen con
algunos elementos.
CONTROL DE VENDIMIA EN ENSAYO DE ABONADO EN
RIOJA ALAVESA
DE TODOS LOS ELEMENTOS QUÍMICOS QUE TOMA
LA VIÑA PARA DESARROLLARSE Y DAR FRUTO
NITRÓGENO (N), FÓSFORO (P) Y
POTASIO (K) ES GENERALMENTE NECESARIO
SOLAMENTE EL
EL
SU APORTE MEDIANTE EL ABONADO
sustrai
51
Un abonado equilibrado reduce los costes,
evita contaminaciones indeseables
y regulariza la producción.
Las exportaciones vienen a
representar un 70-80% de la
cantidad total de nutrientes que
la viña extrae del suelo.
N
22,7
7,1
32,5
Hojas y sarmientos
20,1
5,8
23,4
2,6
0,6
2,6
45,4
13,5
58,5
Total
El objeto del abonado en la viña
es el suministro de los elementos necesarios con vistas a la obtención de una adecuada producción con la máxima calidad
del fruto. Un abonado equilibrado además reduce los costes,
evita contaminaciones indeseables y regulariza la producción.
Fondo o implantación
Con el abonado de fondo o implantación, denominado así al
que se efectúa antes de realizar
la plantación de la viña, se persigue enriquecer en profundidad el
suelo hasta los niveles adecuados, constituyendo una reserva
allí donde difícilmente va a llegar
el abono aportado anualmente.
Un análisis de tierra previo
nos permitirá conocer si la política de fertilización a seguir exigirá un enriquecimiento del suelo
o simplemente un mantenimiento de su fertilidad, alertándonos
igualmente de eventuales riesgos
por exceso de ciertos elementos.
En la Tabla 2 presentamos
la interpretación que tradicionalmente se ha hecho de los resultados analíticos de Fósforo y Potasio, con unas dosis orientativas
de abonado de fondo para viña.
K
Racimos
Raíces y tronco
PRÁCTICA DEL ABONADO
P
TABLA 1. EXTRACCIONES MEDIAS DE NITRÓGENO, FÓSFORO Y POTASIO DE LA VIÑA POR HECTÁREA
EN KG (PRODUCCIÓN DE 6.500 KG. DE UVA). RECOPILACIÓN SOBRE DATOS DE DIVERSOS AUTORES
PROCESO
DE TOMA DE MUESTRAS DE TIERRA CON BARRENA
Esta tabla ofrece datos de
carácter general, sin tener
en cuenta el pH del suelo, su
textura, relaciones entre nutrientes, portainjerto, variedad, disponibilidad de agua,
pendiente del terreno, etc. aspectos todos ellos indispensables para la interpretación y
posterior recomendación de
abonado.
Así por ejemplo, y con relación a la influencia de la textura
del terreno: A similar riqueza de
Fósforo y Potasio disponible, su
concentración en la solución del
suelo será mayor en suelos ligeros
que en suelos pesados, éstos últimos con mayor capacidad de retención de agua, y por consiguiente de reposición en la solución del
suelo de los elementos absorbidos
Niveles de suelo
Abonado recomendado en fondo (o implantación)
Fósforo
Potasio
TABLA 2
52
sustrai.61
p.p.m.
Interpretación
>30
Muy alto
0-50 U.F./Ha equivalentes a 0-275 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18%
18-30
Alto
50-150 U.F./Ha equivalentes a 275-825 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18%
12-18
Normal
150-250 U.F./Ha equivalentes a 825-1400 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18%
6-12
Bajo
250-350 U.F./Ha equivalentes a 1400-1950 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18%
<6
Muy bajo
350-450 U.F./Ha equivalentes a 1950-2500 Kg./Ha de superfosfato de Cal 18%
>400
Muy alto
0-100 U.F./Ha equivalentes a 0-200 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50%
240-400
Alto
100-250 U.F./Ha equivalentes a 200-500- Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50%
160-240
Normal
250-350 U.F./Ha equivalentes a 500-700 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50%
80-160
Bajo
350-450 U.F./Ha equivalentes a 700-900 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50%
<80
Muy bajo
450-550 U.F./Ha equivalentes a 900-1100 Kg./Ha de Sulfato de Potasa 50%
por las plantas. Con lo que a concentraciones iguales de nutrientes, abonados iguales elevarían
más la concentración en los suelos con menor contenido de arcilla. Para compensar este hecho
será preciso aportes superiores en
suelos arcillosos que en arenosos,
cuando en los primeros, además,
en caso de sobreabonado las perdidas por lavado (especialmente
de Potasio) serán menores.
De la misma forma, el régimen hídrico de la parcela condiciona los requerimientos nutricionales. El agua al ser el componente mayoritario de la planta y
al mismo tiempo el vehículo de
transporte de nutrientes, su carencia o disponibilidad condiciona la fertilidad drásticamente.
La decisión de abonado, es
por consiguiente compleja, tanto por el número de parámetros
que intervienen, tanto por la dificultad de relacionar estos con
la producción y calidad del producto final.
El Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava de
forma general y para nuestras condiciones particulares, venimos recomendando
aminorar las dosis de Fósforo
dadas en la tabla anterior incrementando a su vez el abonado potásico. Se persigue de
este modo llevar los contenidos
de los dos nutrientes principales Fósforo y Potasio a una
proporción favorable a éste último, lo que en general ha venido dando buenos resultados
en Rioja Alavesa.
Se puede afirmar después
de haber examinado miles de
análisis de tierras de Rioja Alavesa que aquellas viñas que no
dan problemas, con rendimientos óptimos en producción y calidad, resultan ser aquellas con
una relación favorable de Potasio respecto al nivel de Fósforo.
Por lo que la experiencia nos
dice que es a ese equilibrio al
cual debemos procurar llevar
los suelos de nuestros viñedos
mediante el abonado.
En el Cuadro 1 se indica el
abonado de fondo recomendado
para una plantación de Tempranillo sobre 41B («chaselas») para un
suelo habitual en Rioja Alavesa
Viñas que no dan problemas, con rendimientos óptimos en producción
y calidad, resultan ser aquellas con una relación favorable
de Potasio respecto al nivel de Fósforo.
Abonado anual para Rioja Alavesa en U.F./Ha
Abonado de fondo o previo a la plantación
recomendado para un suelo muy común en la Rioja Alavesa
Nitrogeno (N)
40-50
1.000 Kg./Ha de superfosfato de cal 18%
Fósforo (P205)
30-60
1.100 Kg./Ha de sulfato de potasa 50% o 925 Kg./Ha de cloruro 60%
Potasio (K20)
120-200
CUADRO 1
CUADRO 3
con pH alcalino, Materia Orgánica
baja, caliza activa alta, con niveles
de Fósforo bajo, altos en Potasio y
relación K/Mg adecuada.
Como fuente de Fósforo se
puede utilizar Superfosfato y
como fuente de Potasio el Sulfato o Cloruro. Mejor el primero,
dado que nuestros suelos son de
carácter básico y el azufre del
Sulfato contribuye, aunque sea
débilmente, a rebajar el pH.
En general el Magnesio se
aplicará únicamente con riquezas en suelo inferiores a
1,5 meq/100 gramos, y siempre
que el contenido de Potasio
sea elevado (relación K/Mg
superior a 0.7). En este caso se
debe aplicar del orden de
75 U.F. de MgO en forma de
sulfato.
En un principio no se
aportará Magnesio a no ser
que se disponga de análisis de
tierra que aconseje lo contrario.
Paralelamente se hará una
aplicación de materia orgánica,
variable en función del nivel
detectado en el análisis de tierra previo. Como orientación
para contenidos inferiores al
1% habituales en nuestros viñedos se debe aplicar antes de
la labor de desfonde unas
50-60 Tm./Ha de estiércol
bien curado.
Abonado en plena producción
Con el abonado anual solamente podemos actuar sobre una
porción mínima del terreno
mientras que el volumen de tierra explorado por las raíces es
en general muy grande, dependiendo de la naturaleza del terreno, del clima, portainjerto,
variedad y técnicas culturales.
Si bien todo el mundo parece ponerse de acuerdo en la moderación en el uso del abonado
nitrogenado cuando se persigue
una vendimia de calidad, en el
caso del Fósforo y Potasio las
opiniones son más diversas. En
el Cuadro 2 se indican, bajo
nuestro punto de vista, las pautas básicas de aplicación de estos tres elementos para los viñedos de Rioja Alavesa.
Nuestra sugerencia se decanta por la aplicación mediante el abonado anual de al menos
las extracciones que por el cultivo se producen en Nitrógeno, en
la utilización de dosis moderadas de Fósforo que cubran las
necesidades vegetativas y palien
las perdidas e insolubilizaciones
que ocurren en suelos como los
nuestros, mayoritariamente calizos, y el incremento de la fertilización potásica, con la misión de enriquecer los terrenos
en este elemento.
En lo que respecta al abonado potásico, es necesario su
incremento especialmente en
los viñedos menos frescos,
en los que la disponibilidad de
agua no estará garantizada en
los meses de julio, agosto y septiembre, situación muy frecuente en la Comarca.
Claves del abonado para una producción
de 6.500 Kg./Ha y la máxima calidad
• Limitar el abonado Nitrógeno a las extracciones, evitando así perdidas por lixiviación y las consecuencias negativas sobre la calidad.
• Dosis moderadas de Fósforo que cubran las necesidades vegetativas y
palien las perdidas e insolubilizaciones que ocurren en suelos como
los nuestros.
• Incremento de la fertilización potásica, con la misión de enriquecer
los terrenos en este elemento, especialmente en las viñas de secano o
con poca capacidad de retención de agua.
La experiencia de Rioja
Alavesa nos habla de muy
buenos resultados con dosis
moderadas de Nitrógeno y
Fósforo y elevadas de Potasio, con equilibrios próximos al 1-1-4.
En el Cuadro 3 se muestran
las cifras de abonado anual entre las que oscilan la mayoría de
nuestras recomendaciones en
La Rioja Alavesa para una producción de 6.500 Kg./Ha.
De las recomendaciones anteriores las cifras más elevadas
de Fósforo y Potasio corresponden a suelos pobres en el elemento respectivo, siendo las
más bajas las referidas a suelos
bien provistos, si bien habrá de
tenerse en cuenta otros factores
ya comentados.
Respecto al Magnesio cuya
deficiencia es rara en los suelos de
Rioja Alavesa solamente se debe
aplicar en caso de carencia manifiesta, o bien cuando se presenten relaciones K/Mg y Ca/Mg
claramente desfavorables.
El abonado mineral resulta
conveniente complementarlo
con la aportación al menos
cada tres o cuatro años de
10-15 Tm/Ha de estiércol,
siempre bien hecho.
El año que se estercole debe
reducirse el abonado mineral ya
que 10 toneladas de estiércol por
Hectárea aportan alrededor de
40 U.F. de N, 25 U.F. de P2O5
y 50 U.F. de K2O, cifras éstas
que varían de unos estiércoles a
otros, pero que satisfacen buena
parte de las necesidades anuales
de la viña.
Las dosis indicadas son
orientativas siendo de gran
ayuda para efectuar la recomendación del abonado más
idóneo, la información proporcionada por los análisis de tierras, los cuales nos darán unas
cifras aproximadas de la disponibilidad de nutrientes en el
suelo, relación entre ellos, posi-
CONTROL
DE PESO DE PODA EN ENSAYO DE ABO-
NADO EN VIÑEDO EN
LAGUARDIA
bles bloqueos o insolubilizaciones, etc.
Para llegar a las unidades
fertilizantes recomendadas se
pueden utilizar tanto abonos sólidos como líquidos, simples o
complejos.
El abonado se aplicará con
abonadora localizadora, en calles
alternas, cambiando cada año, o
con abonadora centrífuga enterrando el abono con una labor
posterior. De este modo ponemos el abono a disposición de la
planta en esos 30-40 cm. donde
la densidad radicular es mayor.
La época de abonado será
en parada vegetativa, para
nuestras condiciones el periodo
ideal es febrero-marzo.
En las nuevas plantaciones y durante los años previos
a la producción se empezará el
2.º año con la mitad de la dosis
de plena producción, aumentando progresivamente cada año
CUADRO 2
sustrai
53
Las dosis indicadas son orientativas siendo de gran ayuda
para efectuar la recomendación del abonado más idóneo,
la información proporcionada por los análisis de tierras.
Elemento
RAÍCES
INFLUENCIA
DE LA FERTILIZACIÓN SOBRE
LA CALIDAD DE LA VENDIMIA
Una producción mineral racional contribuye junto con el resto de técnicas de cultivo a mantener el equilibrio favorable
para conseguir un desarrollo armónico y una cosecha suficiente, uniforme y de calidad.
Los distintos nutrientes,
como participantes en las múltiples funciones de la planta, in-
CARENCIA
54
Nitrógeno
Componente de la clorofila y de las proteínas. Interviene en funciones fundamentales de la planta como
la síntesis de los ácidos nucleicos y de las proteinas.
Su aplicación equilibrada proporciona desarrollo adecuado tanto de la vegetación como de los órganos fructíferos.
Fósforo
Participa en las principales funciones de la planta,
fotosíntesis, respiración. Corrige los efectos del exceso de Nitrógeno, disminuyendo la sensibilidad al
corrimiento, y a las condiciones adversas (enfermedades criptogámicas, y condiciones ambientales), favoreciendo además el enraizamiento y desarrollo radicular.
Potasio
Participa en procesos fundamentales de la planta. Elemento de calidad de la uva. Interviene en el transporte y acumulación de hidratos de carbono por lo que
aumenta el contenido de azúcares y por consiguiente
el grado. Favorece el cuajado, y adelanta la maduración. Mejora la resistencia a la sequía al regular la
evapotranspiración e interviene en la fotosíntesis. El
Potasio es igualmente un elemento de protección contra las heladas.
Por su intervención en la salificación del ácido tartárico se le ha atribuido la responsabilidad de la elevación
del pH de los mostos, (disminución de la acidez).
Según muchos especialistas, con quienes coincidimos,
con la pluviometría de Rioja la absorción de Potasio
estaría limitada, por lo que es difícil que este elemento sea el causante directo del problema. Probablemente el Nitrógeno tenga un papel más importante en
este aspecto.
Magnesio
Presente en la estructura de la molécula de clorofila,
interviene en la formación de xantofila y caroteno, en
la absorción y migración del Fósforo, mejora la captación de hierro, etc.
Calcio
Participa en la síntesis de las proteínas, desarrollo de
las raíces, constitución de las membranas celulares,
etc. considerándose un elemento de calidad.
Hierro
Interviene como catalizador en los procesos fundamentales de la planta (fotosíntesis, respiración). Un
exceso de caliza en el suelo provoca una insolubilización del hierro desencadenando la clorosis, al quedar
limitada la migración del hierro hacía las hojas.
Manganeso
Participa en la reducción de los nitritos.
Zinc
Constituyente de diversas enzimas indispensables en
el crecimiento y en la fructificación.
CORTADAS AL LOCALIZAR EL ABONO CON REJA
hasta el cuarto en el que las dosis serán ya las normales.
Respecto a carencias de oligoelementos, las más habituales
son las de Hierro Manganeso, y
Zinc. Solo debe intervenirse en
caso de presentarse síntomas
claros de carencia, resultando en
estos casos generalmente efectiva la aplicación foliar de quelatos o productos de acción similar
que contengan estos elementos.
DE
POTASIO
sustrai.61
fluirán en el crecimiento, maduración, contenido de azúcares
en la uva, polifenoles, etc., provocando en la vid síntomas característicos cuando el suministro no es el adecuado, bien por
exceso o por defecto.
Como veremos en la tabla
siguiente la diagnosis de las carencias o toxicidades no es sencilla pudiéndose confundir los
síntomas entre sí o con otros
provocados por plagas, enfermedades, toxicidad por herbicidas
u otros accidentes como sequía,
asfixia, etc. Los análisis foliares
son una buena ayuda en el diagnóstico.
Conviene matizar como la
movilización y el aprovechamiento de los nutrientes van íntimamente ligados al régimen
hídrico y resto de técnicas de
cultivo para cada parcela de
viña con unas condiciones de
suelo y clima definidos. Siendo
además la absorción variable a
lo largo del ciclo vegetativo.
Funcion en la vid
TABLA 3. PRINCIPALES
NUTRIENTES EN LA VIÑA
El abonado se aplicará con abonadora localizadora, en calles
alternas, cambiando cada año, o con abonadora centrífuga
enterrando el abono con una labor posterior.
Deficiencia/Carencia
Exceso/Toxicidad
Consideraciones para la Rioja Alavesa
Su falta ocasiona menor desarrollo general y de la
producción.
El exceso provoca exuberante desarrollo, con disminución del azúcar del mosto, mayor incidencia de las enfermedades criptogámicas, retraso en la maduración,
agostamiento incompleto de la madera, y mayores
riesgos de corrimiento. Además aumenta la fracción
proteica por lo que la estabilidad y conservación quedan comprometidas.
El exceso de materia orgánica, aunque de más lenta liberación, es igualmente perjudicial.
La clave de este elemento es la moderación en su
uso. Para cubrir las necesidades de Potasio los abonos complejos empleados resultan en su mayoría excesivos de Nitrogeno.
La carencia de Fósforo es difícil se presente. En caso
de aparición, provoca un menor desarrollo y fertilidad de
las yemas y un agostamiento incompleto de la madera
(aumento de sensibilidad a las heladas).
El exceso de Fósforo bloquea oligoelementos como
Hierro, Manganeso y Zinc, manifestado en forma de
clorosis y disminución del vigor general.
En los últimos años se están presentando problemas
por acumulación de Fósforo en los hondones, lo
que ha originado falta de vigor, corrimientos y amarillos según casos, reduciendo la producción hasta
incluso por debajo de las laderas, en principio menos
productivas.
En caso de carencia se produce una decoloración de
los bordes de las hojas comenzando por las hojas más
jóvenes (extremos de los sarmientos), se enrollan a
partir del envero y toman un aspecto amarillento las
variedades blancas y rojizo en las tintas («color vendimia»). En casos extremos hay desecación y caída prematura de hoja, que impide la buena maduración de
uva y el buen agostamiento del sarmiento, lo que puede repercutir incluso en la siguiente brotación.
El Potasio es un elemento antagónico con el Magnesio
de modo que un exceso de cualquiera de ellos inhibe la
asimilación del otro. Esto puede provocar un estado
carencial del elemento más deficitario, aún cuando
existan en el suelo niveles de ambos que en condiciones normales se considerarían suficientes.
Se han observado últimamente viñas (de secano generalmente), con carencias de Potasio, manifestadas en Tempranillo por enrojecimientos prematuros
de hoja a finales de julio y durante el mes de agosto.
Este efecto se reduce hasta desaparecer, en años
lluviosos o si se puede disponer de agua para movilizar el Potasio, abundante en la mayor parte de
nuestros suelos.
Una potenciación del abonado potásico en invierno
o aportes foliares en julio y principios de agosto con
Nitrato Potásico corrigen la carencia de Potasio en
aquellas viñas donde se presenta.
Los síntomas comienzan antes del envero por las hojas basales con amarilleamiento del borde de la hoja,
extendiéndose progresivamente a la zona internervial,
con una delimitación bien definida y manteniéndose
verdes los nervios y zonas próximas a ellos. Los síntomas son más acentuados en las hojas próximas a los
racimos.
La carencia se produce tanto por deficiencia como por
antagonismo con el Calcio y Potasio.
Su exceso dificulta la asimilación de Potasio lo que
puede llegar a provocar una carencia inducida de éste
elemento por antagonismo.
Es importante distinguir perfectamente la carencia provocada por Potasio de la de Magnesio, ya que al ser elementos antagonistas un
diagnóstico y corrección equivocados provoca
un agravamiento del problema.
Como regla general no debe aportarse a no ser
se tenga certeza de que existe carencia.
Los portainjertos Rupestris de Lot, 41B («chaselas»), y 140 Rugieri resisten bien la carencia de
Magnesio, al contrario que 110- Richter y SO4 que
son poco resistentes.
Las carencias de Calcio no son habituales en nuestros
suelos.
Los síntomas de carencia se manifiestan en las hojas
más jóvenes con clorosis internervial que puede terminar en necrosis primero en los bordes y luego entre los
nervios.
Un suelo excesivamente calizo se traduce en mayor
destrucción de la materia orgánica, bloqueo de oligoelementos como el Hierro, Zinc, Cobre o Manganeso, o
una inmovilización del Fósforo y Magnesio. Los síntomas son los asociados a estas deficiencias.
En Rioja Alavesa. su carencia es muy rara, al contrario, los problemas que se presentan son por exceso. Es por eso por lo que es preciso la elección de
un portainjerto resistente al contenido de Caliza Activa del suelo.
Los síntomas comienzan en las hojas más jóvenes con
clorosis del limbo de la hoja manteniéndose verdes los
nervios; necrosis marginales e internerviales, desecamiento, corrimiento del racimo, marchitez y, en los
casos más graves, muerte de la planta.
No se conocen síntomas por exceso de estos elementos.
La clorosis férrica se corrige preventivamente
mediante la utilización de patrones resistentes, o
en caso de viña ya implantada con aplicaciones en
los cortes de poda, en hoja, o suelo, de Sulfato de
Hierro.
Clorosis de los bordes de la hoja y entre los nervios
que comienza por las hojas más viejas.
Síntomas similares al Manganeso pero en el Zinc comienzan por las hojas más jóvenes.
Aplicaciones foliares corrigen aunque sea
momentáneamente los síntomas.
Determinados fungicidas de uso habitual llevan en
su composición estos elementos.
sustrai
55