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II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires Políticas Sociales, Trabajo Social y Sujetos Colectivos Ana Laura Candil – Romina Olejarczyk Sobre la Construcción de las Políticas Sociales Las políticas estatales pueden ser entendidas “como un conjunto de acciones y omisiones que manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación con una cuestión que concita la atención, interés o movilización de otros actores en la sociedad civil”1. Siguiendo esta línea, es necesario contextualizarlas en un particular momento histórico, en la sociedad moderna y capitalista que se cristaliza en una estructura de contradicciones que se moderan en arenas y mediaciones2 a partir de intereses enfrentados y aliados. En la medida en que estas se conozcan (las mediaciones, las arenas y las pugnas), se podrá comprender cómo se plantean y resuelven determinados problemas sociales. En este marco el Estado, en tanto Estado moderno, se constituye en el defensor del status de ciudadanía, promoviendo a los individuos en tanto sujetos libres e iguales y reconociéndoles determinados deberes y derechos. Como Estado capitalista se erige como la superestructura de dominación de una sociedad que se divide en clases irreconciliables, de esta manera “como referente de la ciudadanía, el Estado moderno se funda en la idea de igualdad y libertad y como constitutivo del proceso de acumulación capitalista, se funda en la desigualdad estructural y la dependencia que resulta de la subordinación del trabajo al capital3”. Esto implica una contradicción que es propia del Estado, dado que intenta reconciliar la igualdad formal de los individuos con la desigualdad estructural característica de la sociedad capitalista. Esta contradicción se expresa en la denominada “cuestión social” que cobra particularidad en los problemas sociales que una determinada sociedad en un momento histórico dado reconoce como tales. A tal fin, es imprescindible poder visualizar y analizar el proceso en el cual surgen, se tratan y se resuelven determinados (no todos) problemas en los que el Estado y otros actores intervienen. Referirnos al momento de definición de un determinado problema social, nos lleva a la discusión acerca de la conformación de la denominada “agenda estatal”, es decir “el proceso a través del cual problemas y cuestiones llegan a llamar la atención seria y activa del gobierno como asuntos de política pública.4 La agenda estatal reúne todos aquellos problemas, demandas, cuestiones que los gobernantes han seleccionado, clasificado y ordenado. Esto implica no sólo la decisión de actuar, sino también una particular definición de los mencionados problemas y las opciones de acción para resolverlos. Este planteo nos obliga a entender al gobierno como una noción diferente al estado. Entendemos por la acción de gobernar un estado el hecho de “poner en acción la economía, una economía en el nivel de todo el estado, es decir, ejercer con respecto 1 Oszlak – O´Donnell. “Estado y Políticas estatales en América Latina; Hacia una estrategia de investigación”. Pág. 15. 2 Cf. Danani, Claudia, “Límites y Posibilidades del Trabajo Social”, Revista Servicio Social y Sociedade, Ed. Cortez, Sao Paulo, Brasil, 1993. 3 Grassi, Estela. “Estado, la cuestión social y las políticas sociales”, en Tesis Doctoral, cap. III, en Apuntes de la materia Antropología II, año 2003. 4 Aguilar Villanueva “Problemas Públicos y Agenda de Gobierno” Pág. 30. II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires a sus habitantes, a las riquezas, a la conducta de todos y cada uno, una forma de vigilancia, de control (…) (que) se define por una masa: una masa de población, con su volumen, su densidad, y por supuesto, el territorio sobre el cual se extiende, pero que en cierto modo solo es uno de sus componentes”.5 Entonces todo acto de gobierno estará dirigido a la masa poblacional que se encuentra entre los límites del territorio estatal. La definición del o los problemas que afectan a la misma serán nominados por el gobierno en tanto nominador oficial.6 El Estado produce una clasificación oficial, un punto de vista oficial que se expresa a través de un discurso que cumple con la función de diagnosticar, en el sentido de decir, de definir “lo que una persona o una cosa es y lo que es universalmente para todo hombre posible, por lo tanto objetivamente”7. Asimimismo, el discurso oficial como discurso administrativo, se expresa al respecto de lo que las personas deben hacer de acuerdo a quiénes son. Por último, el discurso oficial dice lo que las personas hicieron realmente. En ese sentido, el mandatario del Estado es el depositario del sentido común y éste último, siguiendo la perspectiva de Weber, es quién detenta el monopolio de la violencia legítima. Ahora bien, el gobierno no se apropia (no hace cargo) de cualquier problema social, sino que de algunos. Y el hecho de que sean algunos los que llegan a ocupar un lugar en la agenda estatal está directamente relacionado con la historia del problema como tal, es decir, con su problematización y con los actores que participan de la misma, haciéndolo un problema, sacándolo del ámbito de lo natural, es decir, construyéndolo. La definición del problema implica que su formulación debe ser en términos aceptables para la sociedad y factible de resolver para el gobierno, por lo tanto, el proceso de definición conlleva un estudio del mismo (en términos de definir y analizar sus causas, componentes y consecuencias), a partir del cual se fundamenta como cuestión a ser tratada. La definición del problema es sumamente importante dado que la misma condiciona las acciones a seguir en términos de su resolución, pero además porque en esta definición intervienen distintos actores y grupos de interés que logran (o no) imponer una determinada visión - definición del mundo y su recorte. Asimismo es importante considerar que el problema y su definición, se inscriben en una red más amplia de problemas que poseen cierta continuidad en sus argumentos explicativos, es decir, que definir un problema es dar ciertas causas como determinantes, ciertos factores como responsables en su formación, ciertos ámbitos con competencia para su resolución, etc. Por lo tanto “la definición del problema social es objeto de disputas simbólicas y teóricas que enmascaran intereses que orientan la acción en lo atinente a la “solución” del mismo”8. En este sentido, conocer quiénes son los que participan de la definición, es establecer quiénes tienen voz9 y quienes no la tienen, y por lo tanto, quiénes son los que deciden. Podemos delimitar dos cuestiones de gran importancia: la primera, la capacidad de atención de los gobiernos de turno es limitada en tanto algunos problemas son 5 Foucault, “Seguridad, territorio y población”, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006. Pág. 120 – 137. 6 .En este sentido, “el capital simbólico puede ser oficialmente sancionado y garantizado, e instituido jurídicamente por el efecto de la nominación oficial (...), es una de las manifestaciones más típicas del monopolio de la violencia simbólica legítima que pertenece al Estado o a sus mandatarios” Bordieu, Pierre. “Espacio social y poder simbólico” en Cosas Dichas. Pág. 138 7 IDEM Pág. 139 8 Grassi, Estela, op.cit. 9 Ranciere, “La distorsión: política y policía”. II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires atendidos y otros no, en función de sus intereses políticos, de la cantidad de recursos y de la fuerza que puedan adquirir las poblaciones para instaurar sus necesidades como problemas a resolver10; y la segunda, los problemas sociales son asuntos por definir en tanto se construyen en una pugna de intereses, de necesidades y de potencialidades de las que también participan otros actores sociales además del gobierno, lo cual conlleva a afirmar que las políticas sociales son construcciones sociales que encarnan una determinada concepción de la realidad y una determinada capacidad para hacer visible un problema y hacerlo plausible de resolver (o atenuar). Por lo tanto, la política social, en tanto cristalización de las tomas de posición del estado respecto a una cuestión, pero también de los diferentes actores relacionados en torno a la misma, no puede ser explicada sino considerando la relación entre ambos: “Estas tomas de posición (del Estado) son importantes factores en la definición del contenido y en la explicación de la existencia misma de posiciones de otros actores”11. En este marco, es importante tener en cuenta que, los diversos actores y el Estado establecen una interacción dónde muy pocas veces todos coinciden en la definición de la problemática social y por eso, es importante visualizar los ruidos que puedan existir en la comunicación entre ellos. Las políticas representan los juegos de fuerzas entre diferentes grupos con sus respectivos intereses y es el resultado de estas disputas y enfrentamientos. Por lo tanto: “No hay tal cosa como un decidor unitario soberano, informado, capaz de estimar con precisión los costos y beneficios de sus acciones. La política no resulta de un cálculo desapasionado de cuáles son sus consecuencias más probables y menos costosas (…)”12 . A partir de este recorrido, podemos afirmar que en el proceso de construcción de la política social intervienen múltiples actores que poseen intereses propios acerca de la cuestión que se discute. De la síntesis de esta relación se desprenderán particulares formas de visualizar, definir y proponer acciones de resolución a los diversos problemas. La modalidad que logre imponerse se plasmará en la política pública que atenderá a la misma13. Ahora bien, estos diversos actores significativos (además del gobierno) pueden o no estar afectados y no necesariamente existirá una correspondencia entre la posición del actor en relación con la misma y la movilización para plantearla, defenderla o cuestionarla. Esto tiene que ver con que no siempre los actores perciben la 10 En relación a este punto, consideramos de gran aporte lo trabajado por Aguilar, en el sentido que “muchos asuntos pueden haber alcanzado atención, visibilidad, o interés en una comunidad política, haber sido considerados por la mayoría de los ciudadanos como asuntos políticos que merecen el involucramiento del gobierno (…) y sin embargo, no logran llegar a ser objeto de consideración seria y activa de ayuntamientos, ejecutivos, legisladores, jueces, burocracias. También muchos asuntos significativos, sustentables como públicos, se desvanecen si no logran visibilidad, difusión, aceptabilidad en la comunidad política”, Aguilar Villanueva “Problemas Públicos y Agenda de Gobierno” Pág. 32. 11 Oszlak – O´Donnell. “Estado y Políticas estatales en América Latina; Hacia una estrategia de investigación”. Pág. 18. 12 Aguilar Villanueva “La implementación de las políticas públicas” Pág. 39 13 Esto nos remite a la idea de Campos elaborada por Pierre Bourdieu: entendidos como “espacios estructurados de posiciones (o de puestos) cuyas propiedades dependen de su posición en dichos espacios y pueden analizarse en forma independiente de las características de sus ocupantes (en parte determinados por ellas)” La estructura de los campos se conforma de la relación de fuerzas entre los agentes que intervienen en la lucha, o de la distribución del capital específico que ha sido acumulado en luchas anteriores y en las cuales basan sus estrategias posteriores. La misma estructura de los campos está en juego y en las luchas se pone en acción el monopolio de la violencia legítima. En este marco pueden visualizarse estrategias de conservación y estrategias de subversión. Todos aquellos que forman parte de un campo tienen intereses comunes (una cierta complicidad objetiva) y al participar de estas luchas, contribuyen a reproducir el juego. En “Algunas propiedades de los campos” Sociología y Cultura. Pág. 135. II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires problemática (en términos de la definición oficial de la misma) o porque no cuentan con los recursos materiales y simbólicos para movilizarse. En consecuencia, muchas veces son otros actores (ONG´s, grupos activistas, una agencia estatal, etc.) que no son afectados de manera directa por la problemática, quiénes definen las resoluciones y líneas de acción más “adecuadas”. De este planteo (de la definición del problema) se desprenderá una determinada planificación, ejecución y evaluación. Es sabido que generalmente las poblaciones que vivencian los atravesamientos de las problemáticas, participan poco o nada de estos procesos de definición, y que en los casos que son tenidos en cuenta, pocas veces considerados como sujetos parlantes14. En el mismo sentido, también es sabido que los trabajadores estatales que llevan a cabo estas políticas desde lo cotidiano, tienen distintos niveles de participación en los procesos de definición aunque sean efectivamente los efectores – ejecutores de las mismas. Sobre los lugares ocupados por el Trabajo Social En tanto trabajadores del estado, participamos en los diferentes momentos que construyen las políticas públicas. En cualquiera de ellos, es importante visualizar el papel de los expertos y profesionales incorporados a las instituciones estatales15 en la definición de los problemas y la elaboración de las respuestas. Por un lado, es importante considerar que estos profesionales forman parte de las denominadas “redes de cuestiones”16 que comparten conocimientos, tecnologías y habilidades, que se comunican entre sí y se comprenden. Es decir, los profesionales y técnicos involucrados en las distintas agencias estatales conforman una red en la cual se esteriotipan definiciones y esquemas de solución a los problemas y cuestiones suscitados. Formando parte de la misma, se encuentran grupos de interés variados y sujetos con reputación de “conocedores del tema”17. Por otra parte, desde la perspectiva de Bourdieu, podemos señalar la llamativa situación inestable en que se encuentran los trabajadores sociales dado que “tienen el mandato estatal(o municipal) de asegurar los servicios públicos más elementales (…) para las poblaciones más necesitadas de urbanizaciones o suburbios cada vez más abandonados por el Estado. Estos agentes estatales están atravesados por las contradicciones del Estado, que muchas veces viven como dramas personales: contradicciones entre las misiones, a menudo desmesuradas que se les confían, particularmente en materia de empleo y vivienda, y los medios, casi siempre irrisorios, que se les entregan.”18 En este sentido, la mano izquierda del Estado, es decir el conjunto de agentes que dependen de él, se oponen a la mano derecha (los Organismos públicos y privados encargados de las finanzas). La mano izquierda cree que la mano 14 CF Ranciere, “La distorsión: política y policía”. 15 Entendidas como todos los organismos con dependencia estatal que toman parte (por acción u omisión) en la definición, planificación, ejecución y evaluación de las políticas públicas. 16 Puede ser entendida como aquellos quienes han adquirido un determinado capital cultural y social que son requeridos para la participación de los procesos de definición de las políticas públicas. 17 Tomando en cuenta la noción de campo, este “conocer el tema” tendría que ver con los capitales poseídos por los participantes dentro del mismo y que se ponen en juego en las luchas simbólicas a su interior haciéndolos poseedores de ese reconocimiento. Estos capitales para Bourdieu pueden clasificarse en: capital económico, capital cultural y capital simbólico (cuando son percibidas y reconocidas como legítimas). 18 Bourdieu, Pierre. “La dimisión del Estado” en “La miseria del mundo”. Pág. 164. II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires derecha no sabe nada o que no quiere saber lo que ella está haciendo. La mano derecha, que se preocupa por los asuntos financieros, ignora lo que hace la mano izquierda, que siempre enfrenta las consecuencias sociales de las “economías presupuestarias”, por lo general demasiado costosas.19 Este lugar contradictorio de los trabajadores sociales puede pensarse desde la idea de mediación. Partiendo de una comprensión de la realidad como contradictoria, compleja y en permanente movimiento, podemos decir que el: “trabajo social es una mediación de mediaciones (...) en principio y a simple vista, estamos en el medio de un usuario (o grupo de ellos e instituciones). Sin embargo, siendo esto correcto, creemos que no es suficiente para conceptualizar nuestro lugar (...) es insuficiente porque el usuario, siendo él mismo individuo, lo es en tanto materializa, expresa, corporiza relaciones sociales que lo determinan y lo convierten en sujeto histórico y actor social (...) idéntica perspectiva adoptamos en relación con la institución (...) entendemos a las instituciones como espacios conflictivos, en los que se disputa la hegemonía política, social y cultural (...) en este sentido hemos propuesto la imagen de bisagras que descomponen situaciones-problema para, simultáneamente, recomponerlas y representarlas como una nueva totalidad, ahora si posible de ser atendida20. Esto implica para el quehacer cotidiano del Trabajador Social, una permanente sensación de “estar en el medio” dado que su práctica se inserta en los conflictos entre los usuarios y las instituciones, como exteriorización de mecanismos sociales más profundos. Asimismo, estas últimas se constituyen en una mediación entre el Estado y la Sociedad Civil, a partir de las políticas e intervenciones manifestadas. Y el Estado en una mediación que expresa el mantenimiento de un determinado orden y la perpetuación de la contradicción característica de las sociedades moderno - capitalistas. Por lo tanto, estos conflictos y mediaciones, forman parte intrínseca del Trabajo Social. En este sentido, un análisis del quehacer profesional requiere visualizar en cada contexto socio-histórico las características que asumen las mediaciones propias de la época. Esto implica que los límites y posibilidades del Trabajo Social dependen de la sociedad en su conjunto y la particular dinámica que asuma: “esto supone asumirnos , no como meros “objetos”, sino como actores/sujetos , creadores y no simples ejecutores/depositarios de prácticas con mayor capacidad de disputar márgenes crecientes de autonomía (...) de lo que se trata es de realizar el esfuerzo de decodificar, en cada lugar de trabajo, los términos de la mediación (...) ¿Cuáles son los sectores que se enfrentan en cada ámbito institucional (...) ¿Cuáles son las posibilidades y vías concretas de invertir el signo de la mediación, en la situación en la que se encuentra inserto?”.21 Pensar la realidad social y el quehacer profesional desde la idea de mediación, conlleva considerar que los actores en juego: instituciones, organizaciones, actores, usuarios, representan intereses diversos muchas veces opuestos y contradictorios en el marco de determinadas problemáticas que expresarían, como se mencionó anteriormente, la denominada cuestión social. En el marco de este contexto de contradicción y conflicto, el trabajador social se inserta cotidianamente y debe lidiar entre los objetivos de las instituciones y las demandas de los sujetos que interactúan con ellas. 19 Cf. Bourdieu, Pierre. “La mano izquierda y la mano derecha del Estado” entrevista publicada en Le Mondeel 14 de Enero de 1992. 20 Danani, Claudia. “Límites y posibilidades del trabajo social” en Revista “servicio social e sociedade”, n°42, año XIV. Cortez Editora. Sao Paulo, Brasil. Agosto de 1993. Pág 23 21 IDEM. Pág. 25 y 26 II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires Por lo tanto, dado que el Trabajo Social ocupa esta posición de “estar en el medio”, podemos pensar en las potencialidades que la misma implica. Es decir, si el Trabajo Social se inserta en el marco de múltiples mediaciones entre Instituciones/ usuarios; Estado/Sociedad, nos parece importante rescatar su lugar como aquel que también tiene la capacidad de nombrar, definir y enunciar las situaciones con las cuales se enfrenta en su quehacer cotidiano: “Los trabajadores sociales podemos realizar un aporte incalculable en el proceso de dar existencia explícita a situaciones naturalizadas de hecho, a la práctica cotidiana de los sectores populares, de hacer público lo privado, de hacer visible lo invisibilizado, de ponerle palabras a lo no dicho, a lo silenciado, haciendo trascender a lo colectivo la práctica y las experiencias particulares, transformando situaciones dadas en problemas sociales que entren en la agenda de los poderes públicos”. 22 Es decir que, en este marco de interpretación y resignificación de la demanda, poseemos además la posibilidad de instaurar la interpretación de las mismas como problema social para la Institución y, por lo tanto, revalorizar su responsabilidad con respecto a la realidad de los sujetos que se acercan y que representan intereses particulares para su contexto inmediato o comunidad. En este sentido nos parece importante avanzar en la idea de los usuarios/beneficiarios/actores (en sus múltiples clasificaciones) como sujetos situados. Sobre las implicancias de los sujetos colectivos en los procesos de construcción de las políticas sociales. Tal como fue recorrido en los apartados anteriores, los procesos de construcción de las políticas sociales son extremadamente complejos y requieren de importantes esfuerzos para analizarlos. Ahora bien, nos centraremos en los lugares de las poblaciones en estos procesos. Toda política estatal está destinada a la población que habita en un territorio nacional, provincial o municipal. Estas poblaciones son categorizadas por las políticas sociales estatales según diferentes indicadores que definen y delimitan quienes están dentro de su “población objeto” y quienes no. Por un lado tenemos las políticas sociales de tintes universalizables - universales (sistema sanitario y educativo público, por ejemplo) y por otro lado, tenemos las políticas sociales que se sustentan en función a un recorte, en base a categorías que hacen de base para la definición de la población a la cual abordan. Estas políticas, las llamadas “focalizadas”, ubican en categorías predefinidas a fragmentos de las poblaciones23 para ser consideradas destinatarias. Estas pueden tener su construcción en los indicadores de NBI, o en indicadores económicos (LP, LI) o en padecimientos o atribuciones específicos (adicciones, situación de calle, vivienda precaria, desnutrición, franja etárea, género, etc). En este sentido, las poblaciones son nombradas por otros que no son ellas como necesitadas de intervención estatal, 22 Travi, Bibiana. La investigación diagnóstica en Trabajo Social: la construcción de problemas a partir de la demanda de intervención social. 23 Para poder recorrer los fragmentos de la población que se recorta como destinataria, es necesario visualizar que ella se analiza generalmente en base a la estadística, a estudios llamados cuantitativos, que permiten categorizar sus procesos de manera que “La población tiene sus regularidades: su número de muertos, su cantidad de enfermos, la regularidad de sus accidentes (...) cuando se quiera conseguir algo de la población en materia de conducta sexual, demografía, cantidad de hijos, consumo, habrá que pasar por ella. (…)Pero la familia, tras dejar de ser un modelo, se convertirá en un instrumento, instrumento privilegiado para el gobierno de las poblaciones” Foucault, pág 131-132 II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires funcionando como “el fin y el instrumento del gobierno: sujeto de necesidades, de aspiraciones, pero también como objeto en manos del gobierno”24. Ahora bien, en las poblaciones son nominados / categorizados sujetos25, individualizables y/o colectivos, quienes acarrean y a veces comparten trayectorias, posiciones y hábitus26 diversos. Estos sujetos interpretados como poblaciones, en términos de impersonalidad, comparten a su vez lugares, lo cual implica que tanto los lugares físicos como ellos mismos son “identificatorios, relacionales e históricos27”. Los lugares y los espacios ocupados implican atravesamientos subjetivos que a la vez expresan las estructuras sociales que los hacen ser. En tanto que las poblaciones son imaginadas y conceptualizadas de manera endeble, los sujetos (sean estos individualizables o colectivos) son sujetados y sujetan de tal manera que se afectan entre si, se generan y se construyen, situados. Dado que no hay vida que no sea situada, que no esté determinada por atravesamientos de espacio y de tiempo, tampoco lo está solitaria, tampoco está con una existencia por fuera de lo social. Es por esto, que, si bien“no se sabe lo que un cuerpo puede (…) nuestro nivel de fuerzas de existir, los poderes de ser afectados y las potencias de actuar son forzosamente finitas” 28. Comprender que las posibilidades de afección son diversas y que pueden generar potencia, es habilitar la posibilidad de creación y de producción. Esto no quiere decir, de ningún modo que la creación, el encuentro y la situación sea independiente de la estructura de la cual se parte, pero si que es un agregado, algo que está de más y que no puede explicarse en si misma. Lo cual nos lleva a pensar que en la medida en que los sujetos se crean y esto pueda ser apropiado por ellos, generan discontinuidades, generan rupturas en lo que se espera de ellos que necesiten o que hagan. Implica reconocer la capacidad de aporte y de crítica a lo que se define como necesidad y a las categorías con las cuales se los nombra y se los define. Implica romper categorías. De esta manera, los sujetos no solo “reciben” o dejan intervenir al estado, sino que también accionan operando para instaurar sus propias necesidades, sus propias demandas entendidas y vivenciadas, en tanto sujetos de derecho, de necesidad y de potencia. Se plantea aquí una disyuntiva, debido a que frente a las mismas políticas, los sujetos son atravesados singularmente, en tanto productores de si mismos a la vez que 24 Foucault, pág. 132 25 que una vez que son destinatarios de las políticas públicas son mutados en la categoría de usuarios, pero que “siendo él mismo individuo, lo es en tanto materializa, expresa, corporiza relaciones sociales que lo determinan y lo convierten en sujeto histórico y actor social”, consideramos que la misma mutación vale para las poblaciones. Danani, Claudia. “Límites y posibilidades del trabajo social” en Revista “servicio social e sociedade”, n°42, año XIV. Cortez Editora. Sao Paulo, Brasil. Agosto de 1993. Pág 23 26 la posición de los sujetos en el mundo social, implica que los mismos adquieran las disposiciones propias de esa posición. A las mismas el autor las denomina habitus definiéndolo como:“(…) las estructuras mentales a través de las cuales (los sujetos) aprehenden el mundo social, son en lo esencial el producto de la interiorización de las estructuras del mundo” y como”un sistema de esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de percepción y de apreciación de las prácticas”. Bourdieu, Pierre,. “Espacio social y poder simbólico” en Cosas Dichas. Pág. 134. 27 Augé, Marc, “Los no lugares. Espacios del anonimato”, Ed. Gedisa, 1998, pág 58 28 Cf., Spinoza / Deleuze, Tours Vincennes – 24/01/1978. Para profundizar las nociones de poder de ser afectados, potencias y fuerzas de existir recomendamos tomar esta lectura. II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires reproductores de estructuras29. Este planteo permite pensar que si bien a partir de los mismos lineamientos muchas veces se desprenden las mismas acciones, los impactos son disímiles, surgen diferencias que tienen que ver con la historia misma de los sujetos intervinientes. Consideraciones Finales En este recorrido hemos intentado describir algunos aspectos importantes a la hora de visualizar la relación entre políticas sociales y sujetos involucrados, así como el lugar de las profesiones que contribuyen a la construcción de esta relación, tal es el caso del Trabajo Social. De esta síntesis de elementos podemos extraer como cuestión central, la idea de que las políticas sociales, como todo proceso social, son construidas y deconstruidas de acuerdo al particular contexto de tiempo y lugar en el cual se insertan, así como de la particular interacción de actores que el tema en cuestión convoque. En este sentido, es un error pensar que la política social sea algo exclusivamente estatal. Los sujetos “receptores” de sus lineamientos y acciones están presentes en todos los momentos y contribuyen a construir una particular historia de resolución. Por lo tanto, nunca nos encontraremos ante una aplicación mecánica de políticas sino que, por el contrario, se presentaran experiencias diferentes, cuya diferencia es propia de todo proceso de producción de humanidad, de encuentro entre los cuerpos. Como Trabajadores Sociales debemos construir e incorporar una mirada de la problemática social que nos permita observarla considerando su complejidad, así como la multiplicidad de actores en juego. Consideramos que es nuestra responsabilidad generar una práctica que no sea mecánica, estandarizada u homogénea, más allá de los lineamientos que nos sean impuestos. Esto, nos permitirá situarnos como parte activa de la política, hacíéndola, ya que en términos de Foucault, “si se lucha contra el poder, entonces todos aquellos sobre los que se ejerce el poder como abuso, todos aquellos que lo reconocen como intolerable, pueden comprometerse en la lucha allí donde se encuentran y a partir de su actividad (o pasividad) propia (…) ya que, si el poder se ejerce tal como se ejerce, es ciertamente para mantener la explotación30”. Bibliografía ● Aguilar Villanueva “La implementación de las políticas públicas” ● Aguilar Villanueva “Problemas Públicos y Agenda de Gobierno” ● Augé, Marc, “Los no lugares. Espacios del anonimato”, Ed. Gedisa, 1998 ● Badiou, Alain. “Presentación de la edición en Castellano del Ser y el 29 “Es que la producción está a la base de la vida, y la vida biológica se construye como humana a través de la fuerza de trabajo de los seres humanos. La puesta en acción cooperativa del conjunto de las condiciones físicas y espirituales que le dan corporeidad produce humanidad (claro que lo producen diferente en los distintos modos de producción socio-históricos). Es que la humanidad no es otra que la que en cada momento se constituye en la vinculación de los cuerpos capaces de hacer y pensar; (…) y que porque disponen de logos, son capaces de narrar el hacer y a la vez actuar narrativamente”. Heler, Mario (2005) “La producción de conocimientos en el Trabajo Social. Revisión crítica de sus condiciones de posibilidad”, Conferencia en la III. Jornadas de Investigación "La investigación en Trabajo Social en el contexto latinoamericano", Facultad de Trabajo Social-UNER, Paraná. 30 Foucault – Deleuze: “Los intelectuales y el poder. Entrevista a Michel Foucault y Gilles Deleuze” en Foucault (1992) “Microfísica del Poder”, Madrid, La piqueta II Congreso Nacional de Trabajo Social Y encuentro latinoamericano de Profesionales, Docentes y Estudiantes de Trabajo Social “Las prácticas en la formación y en el ejercicio profeisonal del trabajo Social” Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires Acontecimiento”. ● Bourdieu, Pierre. “Algunas propiedades de los campos” en “Sociología y Cultura”, Mexico, Grijalbo, 1990. ● Bourdieu, Pierre. “Espacio social y poder simbólico” en Cosas Dichas. ● Bourdieu, Pierre. “La dimisión del Estado” en “La miseria del mundo”, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002. ● Bourdieu, Pierre. “La mano izquierda y la mano derecha del Estado” entrevista publicada en Le Mondeel 14 de Enero de 1992. ● Danani, Claudia, “Límites y Posibilidades del Trabajo Social”, Revista Servicio Social y Sociedade, Ed. Cortez, Sao Paulo, Brasil, 1993. ● Foucault, “Seguridad, territorio y población” ”, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2006. ● Foucault – Deleuze: “Los intelectuales y el poder. Entrevista a Michel Foucault y Gilles Deleuze” en Foucault (1992) “Microfísica del Poder”, Madrid, La piqueta. ● Grassi, Estela. “Estado, la cuestión social y las políticas sociales”, en Tesis Doctoral, cap. III, en Apuntes de la materia Antropología II, año 2003. ● Heler, Mario (2005) “La producción de conocimientos en el Trabajo Social. Revisión crítica de sus condiciones de posibilidad”, Conferencia en la III. Jornadas de Investigación "La investigación en Trabajo Social en el contexto latinoamericano", Facultad de Trabajo Social-UNER, Paraná. ● Oszlak – O´Donnell. “Estado y Políticas estatales en América Latina; Hacia una estrategia de investigación”. ● Ranciere, “La distorsión: política y policía”, en El desacuerdo. Política y filosofía, Bs. As., Nueva Visión, 1996. ● Spinoza / Deleuze, Tours Vincennes – 24/01/1978 ● Travi, Bibiana. “La investigación diagnóstica en Trabajo Social: la construcción de problemas a partir de la demanda de intervención social.”