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MOVIMIENTO OBRERO Y GRANDES POTENCIAS MOVIMIENTO OBRERO Socialismo: preocupación por el bienestar de la clase obrera. Movimiento Obrero en Inglaterra: Cuando las leyes liberales (ley Le Chapelier en Francia –1791– y Combinations Laws en Inglaterra –1799–) prohibieron las asociaciones obreras, éstos respondieron con huelgas, luchas violentas y organizándose en la clandestinidad. La primera reacción de los obreros ingleses ante el empeoramiento de su vida fue el LUDISMO: destruir las máquinas que les quitan el trabajo. Pronto los obreros vieron que no eran sus máquinas los enemigos, sino los patronos. De esta manera nacieron, disfrazadas de sociedades de ayuda mutua, los primeros SINDICATOS (Trade Unions) cuya función era acordar medidas que defenderían por medio de la huelga. Robert Owen los consiguió unificar en el Great Trade Union, que fue legal unos pocos años, hasta que el gobierno, temeroso, lo ilegalizó. Tras ello, el movimiento obrero inglés se escindió en una postura radical y violenta, y otra pacifista, el CARTISMO, liderada por Owen, llamada así por un documento llamado Carta del Pueblo, en el que se pedían reformas políticas (derecho al voto, inmunidad parlamentaria) para modificar las leyes desde el parlamento. Los logros fueron lentos, pero constantes, aliándose con el partido liberal inglés. Socialismo Utópico: no violento, francés, cree en la bondad natural del hombre. Imaginan soluciones ideales: -Saint-Simon: sociedad ideal de productores y técnicos. Realización práctica en Ménilmontant. -Charles Fourier: discípulo del anterior, diseña una sociedad ideal basada en una comunidad llamada falansterio, donde no hay familia (los hijos los educa la comunidad), hay libertad sexual, se realizan distintos trabajos por turnos... es una utopía estúpida e ingenua. Todos los falansterios fracasaron. - Etienne Cabet: escribió el libro “Viaje a Icaria” (imitación de “Utopía” de Tomas Moro), en donde se describe una sociedad comunista, feliz y utópica. Tuvo mucha influencia entre los obreros franceses. -Robert Owen: empresario partidario del cooperativismo, trataba dignamente a sus obreros. Construyó New Harmony en Estados Unidos, pero también fracasó. Socialismo científico (Marxismo o comunismo): Según el Materialismo Histórico, lo que hace al ser humano es sus relaciones económicas o de trabajo. A partir del comunismo primitivo (paleolítico, única etapa de la historia en la que no hay explotación), concibe la historia como una lucha de clases en distintas formas: sociedad asiática (Egipto y Mesopotamia), sociedad esclavista (Grecia y Roma), sociedad feudal (edad Media) y sociedad burguesa. Cuando en esta última etapa las diferencias entre ricos y pobres sean brutales, estallará la revolución, que dará lugar, tras una dictadura del proletariado, al paraíso comunista (sociedad sin clases). En la teoría marxista es importante el concepto de Plusvalía (“robo legal”, la parte del salario del obrero de la que se apropia el patrono y hace posible el enriquecimiento capitalista). Marx expone sus teorías en su obra El Capital, pero da mucha importancia a la práctica, por lo que junto con su amigo y colaborador Engels escribió el Manifiesto Comunista e intentó organizar la lucha obrera durante la I Internacional socialista. El carácter autoritario de Marx le llevó a enfrentarse con los demás ideólogos del movimiento obrero, a los que tachó de “socialistas utópicos”. Anarquismo: Aunque coincide con el comunismo (plusvalía, lucha de clases, necesidad de la revolución...), sin embargo, rechaza de plano todo poder y control, especialmente el del estado, por lo que no admite la dictadura del proletariado (piensan que tras la revolución se llegaría a la sociedad sin clases sin pasar por ninguna dictadura). Son partidarios de provocar la revolución mediante huelgas y hechos violentos. No creen en la democracia parlamentaria, por lo que no crearán partidos políticos, aunque sí sindicatos. Sus principales teóricos fueron Proudhon (pacifista, pensaba que el estado se disolvería en una federación de comunas) y Bakunin, que era partidario del terrorismo y se enfrentó duramente con Marx al no admitir la dictadura del proletariado como fase necesaria para llegar a la sociedad sin clases. El anarquismo se extendió preferentemente por países campesinos como Rusia, Italia, y sobre todo, España. Las internacionales obreras: la difusión de las ideas socialistas llevó a la necesidad de que los movimientos obreros de distintos países se pusieran de acuerdo en sus reivindicaciones y medios de lucha, especialmente en Francia e Inglaterra. -1ª INTERNACIONAL: se reúne en Londres en 1864, siendo Marx su secretario y redactor de sus estatutos. Marx intentó poner la 1ª Asociación Internacional de Trabajadores al servicio de su ideología, lo que provocó un grave enfrentamiento con Bakunin y los anarquistas, que fueron expulsados de la asociación. Tras el fracaso de la revolución de la Comuna de París (1870), la internacional se vino abajo, por la presión de los estados y la policía. -2ª INTERNACIONAL: era evidentemente necesaria, y surgió con motivo de la exposición universal de París de 1889. En ella, la ideología dominante era el marxismo, aunque hubo autonomía para los partidos socialistas de los diferentes países. Marx había muerto, y eso facilitó el entendimiento entre las diferentes tendencias. Aunque el marxismo fue la ideología dominante, los laboristas ingleses (herederos de los sindicalistas) se sentían cómodos, así como los anarquistas (que acabaron abandonando esta II internacional para fundar la suya propia, pero “de buen rollo”). Para evitar tentaciones jerarquizantes, el comité ejecutivo estaba formado por 20 miembro (uno por país miembro), y la presidencia la ejercía uno de ellos cada dos años, turnándose. Se consiguieron poner de acuerdo en pedir la jornada de 8 horas, establecer el 1 de mayo como jornada de lucha, la importancia de la lucha en los parlamentos a través de los partidos obreros, y la regulación del trabajo de la mujer. No obstante, hubo discusiones serias: la tendencia revisionista de Berstein, que decía que la revolución no era necesaria al llegar los partidos obreros a los parlamentos y hacer leyes que les favorecían, en colaboración con partidos burgueses avanzados (de hecho, especialmente en Alemania, los obreros habían mejorado de manera espectacular sus condiciones de vida y trabajo debido a la nueva legislación social. Sin embargo, esta posición fue condenada por el comité de la II Internacional, que siguió fiel a la ortodoxia marxista de necesidad de una revolución. Lenin aportó la idea –bastante acertada- de que si la clase obrera había progresado en Europa, lo cual era evidente, era a costa de que el capitalismo se había extendido por el resto del mundo, oprimiendo y saqueando las colonias de los países europeos; o sea, los obreros europeos se habían convertido, sin quererlo ni saberlo, en “opresores burgueses”. Al llegar la 1ª Guerra Mundial, aunque el comité ejecutivo condenaba la guerra por considerar que sólo interesaba a la burguesía de ambos bandos, y pidió que los obreros no participaran en ella, los partidos socialistas apoyaron cada uno a su gobierno en lugar de practicar la solidaridad obrera internacional que propugnaba la Internacional, lo que significó su final. Además, terminada la guerra, los partidarios del marxismo más ortodoxo (leninistas o comunistas), crearon la 3ª Internacional. LAS GRANDES POTENCIAS EN LA 2ª MITAD DEL XIX 1. INGLATERRA 1.1. Una potencia económica y territorial.- Durante el larguísimo reinado de Victoria de Inglaterra (1837-1902), que dio nombre a la época victoriana, el Reino Unido se convierte en la primera potencia económica y militar, iniciando la más amplia expansión imperialista que la historia ha visto. 1.2. Apertura política y reformismo.- la primera reforma electoral fue en 1832, que aunque propició la participación de las nuevas ciudades industriales, mantuvo el derecho a voto sólo para los ricos. En 1867 se permitió el voto a los obreros cualificados, y en 1884 votaba todo cabeza de familia varón que tuviera domicilio fijo, independientemente de su riqueza. El triunfo de Gladstone (liberal) propició además reformas sobre la libertad religiosa y la escolarización obligatoria. Desde finales del s. XIX el partido laborista irá arrinconando a los liberales, ocupando su lugar frente al partido conservador. 1.3. El problema de Irlanda.- la unión obligatoria desde 1800, el gobierno opresivo de los ingleses, la falta de derechos propiciaron un movimiento independentista que cuajó en el partido Sinn Fein. Aunque desde 1885 tuvieron representación en el parlamento, la negativa de éste a aprobar el estatuto de autonomía (Home Rule) presentado por Gladstone provocó la insurrección durante la 1ª guerra mundial (aparición del IRA, ireland republican army), a consecuencia de la cual Inglaterra reconoció la independencia de Irlanda, aunque conservó Irlanda del Norte y la tensión continuó. 2. FRANCIA: II IMPERIO Y III REPÚBLICA 2.1. II Imperio.- Tras su golpe de estado, Luis Napoleón instaurará un imperio autoritario en el que, a pesar del sufragio universal, Napoleón III acumulaba casi todo el poder. A partir de 1860 y debido a su intervención en Italia, su posición se debilitó, por lo que tuvo que hacer concesiones a los opositores (amnistía, libertad de prensa, derecho de huelga...). Durante este período hubo, pese a todo, paz social y prosperidad económica. El final del régimen se debió? a la guerra con Prusia (1870). 2.2. III República; la república conservadora (hasta 1880).- Tras el fracaso de La Comuna de París y la consiguiente represión, el gobierno provisional, dirigido por Thiers y MacMahon se debatió entre la monarquía y la república. Por fin, en la constitución de 1875 Francia aparece como una república democrática (sufragio universal), con un legislativo bicameral (congreso y senado) y un presidente que ejerce el poder ejecutivo. La república de izquierdas (hasta 1914).- A partir de 1880, con el triunfo de los radicales (Jules Ferry) la república viró hacia la izquierda: estado y enseñanza laicos, legislación social muy avanzada (pensiones...). Sin embargo, el “affaire Dreyfuss” (oficial judío acusado injustamente de espiar a favor de Alemania) demostró la bajeza moral del gobierno y la verdadera obsesión de Francia: la revancha contra Alemania. Ya en el s. XX, el presidente Poincaré y su “Unión Sagrada” crearán un ambiente prebélico, uniéndose todos los partidos (incluso el socialista) frente a la amenaza alemana. 3. ESTADOS UNIDOS Fue un país liberal desde sus orígenes, concediendo gran importancia a la política que inspiraba su libertad e individualismo. La enorme extensión geográfica propició la desigualdad entre el norte (más poblado industrial, proteccionista, abolicionista, acreedor del sur) y el sur (menos poblado, más agrícola, no proteccionista, esclavista y deudor del Norte). La guerra de Secesión llegó en 1861-64, y terminó con la aplastante victoria del norte. A principios del s. XX se convirtió en la primera potencia mundial. Otro hecho determinante en la formación del carácter norteamericano fue la Conquista del Oeste en desigual lucha contra los indios americanos, a los que acabaron derrotando y confinando en reservas. 3.b. JAPON Desde 1867, el emperador Mutsuhito comienza la occidentalización de su país, que había estado anclado en un feudalismo medieval. Abolió el Shogunato de la familia Tokugawa (feudalismo japonés) y se enfrentó a los daymios (señores feudales), trasladó la capital a Tokio, en la costa del Pacífico (frente a Kioto, en el mar de la China), recuperó el poder efectivo, trajo técnicos, especialistas militares e ingenieros de Europa y Estados Unidos, e implantó un régimen liberal a imitación del inglés. Estos cambios recibieron el nombre de “revolución Meiji (del culto a las normas)”. Pese a todo, las grandes familias conservaron su riqueza y poder, pero no en la agricultura, sino en la industrialización que se realizó a marchas forzadas y en el nuevo ejército al estilo occidental. A principios del siglo XX se había convertido en una gran potencia industrial. 4. EL II REICH ALEMÁN Tras la unificación, Alemania va a convertirse en una gran potencia militar, económica e industrial (65000 km de ferrocarriles, unificación monetaria –marco–, concentración financiera --Konzern--) cuya posición central en Europa la favoreció hasta el punto de superar a Gran Bretaña a finales de siglo. En política, el canciller y el emperador tenían amplios poderes, pero necesitaban el apoyo del poder legislativo (elegido por sufragio universal), en el que destacaban 4 partidos: liberales, conservadores, socialistas (marxistas) y Zentrum (católicos). Así, la política de Bismarck osciló entre fortalecer el nacionalismo fomentando la lengua alemana y la religión protestante (Kulturkampf), por lo que enfrentó con el Zentrum, y rechazar a los marxistas haciendo su propia política social (pensiones, vacaciones pagadas, seguro de enfermedad...), volviendo a acercarse a ese partido católico. La Alemania de Guillermo II (desde 1888).- Bismarck, que no estaba dispuesto a seguir la política agresiva del nuevo emperador, dimitió en 1890. Guillermo nombró otros cancilleres que podía controlar, iniciando una fuerte política de expansión colonial y de rearme que terminó enfrentándolo con Inglaterra, Francia y Rusia (al aliarse con Austria en el asunto de los Balcanes). 5. EL IMPERIO AUSTROHÚNGARO Era un imperio multiétnico y plurinacional, gobernado de manera autoritaria por Francisco José I. Después de su alejamiento de Prusia (Guerra de las 7 Semanas, 1866), hizo frente al problema del nacionalismo húngaro creando la Monarquía Dual: Un solo emperador, pero parlamentos, leyes e instituciones diferentes para cada uno de los dos reinos. Sin embargo, los problemas de otros nacionalismos persistían: polacos, servios, croatas, rumanos, eslovacos. A principios del s. XX el imperio Austrohúngaro aparecía como un estado inestable, no sólo debido al nacionalismo, sino también debido a su ansia expansionista en los Balcanes y a la imposibilidad de configurar un sistema verdaderamente democrático. 6. EL IMPERIO RUSO Era una monarquía absoluta que a lo largo del XIX continuó su expansión por Asia oriental, central, y por América del Norte. También era multiétnico, aunque las tensiones nacionalistas no surgieron hasta el s. XX. Alejandro II.- Tras su derrota en la guerra de Crimea (1856), decidió modernizar el estado aboliendo (aunque no de golpe) la servidumbre, iniciando la industrialización, liberalizando la enseñanza superior (que dejó de estar militarizada) y dando autonomía a las asambleas locales de gobierno (zemstvos). Intentó eliminar la naciente oposición izquierdista (anarquistas, nihilistas), pero fue asesinado en un atentado (1881). Alejandro III fue muy conservador y continuó con la persecución de la oposición, pero potenció el desarrollo económico mediante las inversiones extranjeras (textil, petróleo, ferrocarril transiberiano). Nicolás II continuó las políticas de su antecesor, pero los problemas se recrudecieron por la intensa “rusificación” de los territorios fronterizos, que crearon conflictos sociales, y por guerra perdida contra Japón en 1905, por lo que tuvo que realizar una aparente apertura liberal (convocatoria de una asamblea nacional o Duma). 7. EL IMPERIO TURCO En plena decadencia desde finales del XVIII, tenía una administración anticuada de carácter medieval, encabezada por un sultán que también era jefe religioso (estado teocrático). No cesa de perder territorios, por lo que surgieron intentos de modernización por parte de un grupo de reformadores llamados Jóvenes turcos. Sin embargo, tras protagonizar un golpe de estado en 1876 e imponer una constitución liberal, el nuevo sultán volvió al absolutismo, por lo que continuó el descontento, acentuado además por nuevas pérdidas territoriales y los nacionalismos (egipcios, árabes, armenios, kurdos, europeos...). Tras nuevos golpes de estado en 1908 y 1909, los Jóvenes Turcos pusieron un nuevo sultán liberal, Mohamed V, que inició un acercamiento a Alemania antes de la Primera Guerra Mundial.