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LA GUERRA FRIA
DOCUMENTO 4º MEDIO
El optimismo suscitado por el término de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones
Unidas pronto iba a caer en el olvido ante la rápida división del mundo en dos bloques antagónicos
que, durante décadas, mantuvieron un sordo enfrentamiento agravado por el peligro de los cada vez
más nutridos arsenales nucleares.
Inicios de la guerra fría
La guerra fría comenzó apenas concluido el conflicto mundial, cuando los tratados de paz todavía
eran materia de conversaciones. Varias fueron las causas de la división entre los aliados que habían
vencido en la guerra mundial:
Diferentes concepciones políticas: de un lado, el capitalismo democrático, encabezado por Estados
Unidos; de otro lado, el comunismo, liderado por la Unión Soviética y muy pronto adoptado como
forma de gobierno en otros países del mundo, incluida China.
Desacuerdo en el reparto de las zonas de influencia
entre las potencias vencedoras, especialmente en el
área balcánica y en el Sur de Asia.
Debilitamiento de los Imperios británico y francés:
ambos países buscaron la alianza con Estados Unidos
para poder resistir a una eventual invasión soviética. Por
otra parte, tanto la URSS como Estados Unidos trataban
de extender su área de influencia sobre las antiguas
colonias de Francia y el Reino Unido.
Los dos bloques
El mundo quedó dividido, desde 1945, en dos grandes
alianzas o «bloques» de carácter antagónico y
excluyente, lo que abría la posibilidad de una guerra
total entre ambos:
El bloque occidental: formado por Estados Unidos y los
países de Europa occidental. Contaba además con el
apoyo de América latina, Australia, Nueva Zelanda y
varios países de África y Asia. Su sistema militar se
centraba en la OTAN (Organización del Tratado del
Atlántico Norte, fundada en 1949).
El bloque comunista: formado por la Unión Soviética,
China, Mongolia, Europa oriental y varios países de
África y Asia, así como Cuba, tras la revolución. Su
organización militar sería el Pacto de Varsovia, fundado
en 1955.
La China comunista
La larga guerra civil entre nacionalistas y comunistas chinos (iniciada en 1930 y suspendida entre
1937 y 1945, durante la guerra contra Japón), concluyó en 1949 con la victoria de los revolucionarios
comunistas liderados por Mao Tse Tung (Mao Zedong). El gobierno nacionalista se refugió en la isla
de Formosa (Taiwan).
El nuevo gobierno comunista impulsó drásticos cambios políticos, económicos y sociales, y mantuvo
una alianza con la Unión Soviética que, no obstante, pronto derivaría en un enfrentamiento abierto
entre dos concepciones de comprender el socialismo.
A partir de la década de 1960, China llevaría a cabo su propia política imperialista en Extremo
Oriente, al tiempo que trataba de acercar posiciones con el mundo occidental.
El primer enfrentamiento: Corea
El territorio de Corea, que había quedado dividido en dos países, Norte y Sur, se convirtió en 1950 en
el escenario del primer conflicto armado entre los dos bloques. En 1950 las tropas norcoreanas,
apoyadas por China y la URSS invadieron el Sur, lo que provocó una rápida intervención militar
estadounidense.
Tras duros enfrentamientos que dejaron un saldo de cinco millones de muertos, las dos potencias
principales se retiraron de la guerra y la frontera volvió a quedar en su punto inicial.
El conflicto, durante el cual se consideró incluso la utilización de armas atómicas, sentó un
precedente para toda la guerra fría: el enfrentamiento Este-Oeste a través de guerras
interpuestas, nunca por medio de un conflicto total entre las superpotencias.
Fechas clave
1945 Finaliza la Segunda Guerra Mundial.
1947 Plan Marshall para la reconstrucción de Europa.
1948 Crisis de Berlín.
1949 Fundación de la OTAN. La Unión Soviética hace detonar su primera bomba atómica.
1950-1953 Guerra de Corea.
1955 Fundación del Pacto de Varsovia.
1956 Invasión de Hungría por el ejército soviético.
1959 Triunfo de la revolución castrista en Cuba.
1
1960 Estalla la guerra de Vietnam. Intervención estadounidense.
1961 Construcción del muro de Berlín.
1962 Crisis de los misiles cubanos.
1968 Invasión soviética de Checoslovaquia.
1979 Invasión soviética en Afganistán.
1991 Caída del comunismo en la URSS y en Europa occidental. Comienza el proceso de reunificación
alemana.
El desarrollo de Occidente
El periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial conoció una de las divisiones
políticas más profundas de la historia y, también, la vertiginosa recuperación económica de algunos
de los países que mayor grado de destrucción habían sufrido durante el conflicto, como Alemania o
Francia.
El Plan Marshall
En 1947 Estados Unidos aprobó la puesta en marcha de un plan de ayuda para la reconstrucción de
Europa occidental, arrasada por la guerra y sumida en una grave situación de hambre y miseria. Los
objetivos del Plan Marshall eran dos:
Disminución de la conflictividad social, para evitar la proliferación de movimientos de tipo
comunista, sobre todo en Alemania y Francia.
Aumento del nivel de vida de la población, para fomentar el consumo y abrir así nuevos mercados a
los productos estadounidenses.
Durante diez años (1947-1957) el Plan Marshall invirtió veinticinco mil millones de dólares en Europa,
lo que propició un rápido crecimiento industrial y financiero. Al mismo tiempo tuvo lugar la
«americanización» de la vida y la cultura europeas.
La OTAN
El temor estadounidense a una invasión soviética en Europa occidental hizo necesaria la creación de
una alianza militar que asegurara el mantenimiento de las zonas de influencia acordadas en 1945 por
las potencias vencedoras en la guerra mundial.
La crisis de Berlín, en 1948, constituyó el punto de arranque de la nueva organización militar. Apenas
un año más tarde, en 1949, se creaba la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que
incluía a Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania Occidental, entre otros países.
La nueva alianza determinaba la división del mundo en dos bloques y, merced a la proliferación de
armas atómicas en ambos bandos, inauguraba la era de la «disuasión nuclear» o «equilibrio del
terror».
El nacimiento de la sociedad de consumo
Los efectos del Plan Marshall y la incorporación a Europa de los modos de vida importados desde
Estados Unidos crearon una nueva concepción social, económica e incluso política: la sociedad de
consumo. Varios son los factores que definen este tipo de sociedad que surgió en la Europa
occidental de la década de 1950:
Recuperación económica y aparición de una numerosa clase media deseosa de comprar.
Energía de bajo coste (petróleo y gas procedentes del tercer mundo).
Tecnificación de los medios productivos (cadenas automatizadas).
Producción masiva de artículos de consumo de todo tipo.
Bajada de los precios, resultado de los tres puntos anteriores.
Mayores beneficios empresariales, lo que permitió una reducción de los precios.
Hacia el Estado del bienestar
La prosperidad económica de la posguerra en Europa occidental vino acompañada de importantes
cambios en materia social. Los gobiernos de países como Holanda, Francia o Suecia, entre otros,
trataron de ofrecer a sus ciudadanos una serie de servicios públicos que mejoraran el nivel de vida de
la población.
Había nacido el «Estado del bienestar», caracterizado por una búsqueda del máximo nivel de
comodidad para los ciudadanos, sobre todo en aspectos como:
Pensiones y seguridad social. Enseñanza gratuita. Asistencia a desfavorecidos. Ayudas para la
adquisición de vivienda. Seguros de desempleo.
Fechas clave
1945 Fin de la Segunda Guerra Mundial.
1947 Puesta en marcha del Plan Marshall.
1949 Fundación de la OTAN.
1950 Primeros signos de recuperación económica.
1953 Fin de la guerra de Corea.
1955 Creación del Pacto de Varsovia.
1957 Finaliza el Plan Marshall. Plena reconstrucción de Europa occidental.
1962 Crisis de los misiles cubanos.
1973 Crisis del petróleo. Finaliza la época de rápido crecimiento económico en Europa.
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El socialismo real
Con este término se designó, durante la década de 1960, el tipo de socialismo imperante en la Unión
Soviética y otros países, que se consideraba como el único modelo viable frente a concepciones
distintas del comunismo inspiradas en las ideas de Marx y otros pensadores.
El modelo soviético
Durante la década de 1950, varios países instauraron regímenes socialistas en sus territorios. Entre
1945 y 1960, Europa del Este, China, Mongolia y otros Estados de Asia, África y América fueron
adoptando el modelo soviético, generalmente por medio de revoluciones o tras invasiones del ejército
soviético (Hungría, Checoslovaquia, etcétera).
De esta manera se fue extendiendo y consolidando el bloque socialista, formado por los llamados
«países satélites» de la Unión Soviética. Las revoluciones que habían tratado de cambiar la
sociedad, repartir la riqueza y evitar las injusticias o la tiranía, se convirtieron en muchos países en un
instrumento de la política imperialista de la URSS.
Una economía destinada al fracaso
La economía de los países socialistas se encontraba bajo la plena dirección del Estado, que poseía
todos los capitales y medios de trabajo. La actividad económica se estructuraba mediante planes
periódicos, generalmente quinquenales, que determinaban el nivel y el tipo de producción.
El modelo estalinista dio mayor importancia a la producción agrícola y a la industria pesada,
descuidando la fabricación de artículos de consumo, el establecimiento de circuitos de distribución y
la creación de un sector empresarial de tamaño mediano y pequeño. Por otra parte, la economía y las
finanzas de los satélites soviéticos fueron organizadas de forma que sirvieran como complemento a la
industria de la superpotencia.
Todo ello, unido a un gasto militar creciente destinado a mantener la política imperialista de Moscú,
hizo que la economía de los países socialistas experimentara graves desequilibrios y terminara
sumiéndose, a finales de la década de 1980, en una profunda crisis.
Las democracias populares
Los estados socialistas de Europa y de todo el mundo se organizaron en forma de «democracias
populares». Sobre esta base de soberanía ciudadana se establecieron, sin embargo, regímenes
profundamente autoritarios cuyas características más destacadas eran:
Partido único (el Partido Comunista).
Culto a la personalidad del líder.
Estado policial y militar, con un intenso control de la población.
Economía planificada y dirigida por el Estado.
Control de la URSS en materia de política exterior y
defensa, incluso fuera de su territorio.
Desestalinización y primeras disidencias
En 1953 murió Stalin y comenzó un lento proceso de
reformas en la Unión Soviética y Europa oriental. El
nuevo líder soviético, Nikita Kruschev, denunció la
represión del régimen estalinista y trató de modernizar
la economía, al tiempo que propugnaba la tesis de la
coexistencia pacífica con el bloque occidental.
La apertura política dio paso a brotes opositores o
«disidencias» en la URSS y otros países como
Polonia, Alemania Oriental o Hungría, que fueron
reprimidos sin contemplaciones (invasión de Hungría en
1956). La política aperturista de Kruschev, por tanto, se
centró más en aspectos formales y económicos, pero
no buscó una verdadera democratización.
Manifestantes húngaros derriban una estatua de Stalin en 1956.
Fechas clave
1948 Consolidación del sistema soviético en Europa oriental.
1949 Triunfo de la revolución en China. Fundación del COMECON.
1952 Creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero.
1953 Muerte de Stalin. Gobierno de Kruschev y comienzo de la distensión.
1956 Invasión de Hungría por las tropas soviéticas.
1957 Creación del Mercado Común Europeo.
Hacia la coexistencia pacífica
Los últimos años de la década de 1950 fueron testigos de un cambio en la política internacional. De la
guerra fría se pasó a la coexistencia pacífica entre las superpotencias, un nuevo equilibrio que, sin
embargo, no estuvo exento de tensiones y graves crisis.
Un cambio de estrategia
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y hasta finales de los años cincuenta el mundo vivió
atemorizado por la amenaza de una guerra nuclear devastadora debida a la competencia imperialista
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entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La muerte de Stalin en 1953 determinó el establecimiento
de un nuevo concepto de relaciones internacionales.
Dos personajes fueron los protagonistas del cambio: John F. Kennedy, presidente de Estados
Unidos y Nikita Kruschev, primer ministro soviético. Entre ambos establecieron un compromiso de
convivencia en paz basado en los siguientes aspectos:
La disuasión nuclear o equilibrio del terror: los arsenales atómicos de las dos superpotencias
aseguraban la mutua destrucción, por lo que la guerra resultaba una opción inviable.
El respeto a las zonas de influencia repartidas al término
de la Segunda Guerra Mundial.
La desestalinización en la URSS, que disminuyó en
Occidente el temor a una invasión soviética.
El ascenso del Partido Demócrata en Estados Unidos,
partidario de una política más tolerante y pacífica con la
otra superpotencia.
Disminución de la agresividad ideológica y
propagandística en ambos bandos, fruto de los cambios
políticos internos.
El establecimiento de vías directas de negociación entre
las dos superpotencias. El «teléfono rojo», que
comunicaba el Kremlin con la Casa Blanca, se convirtió en
el símbolo del diálogo.
La firma de tratados sobre limitación de armas nucleares.
El muro de Berlín, símbolo de la división del mundo en dos
bloques opuestos.
El desarrollo de armas de destrucción masiva cada vez
más sofisticadas fue una de las características de las
relaciones internacionales tras la Segunda Guerra
Mundial.
Las crisis
A pesar del ambiente de optimismo que despertó la
política de distensión a nivel internacional, dos graves
crisis pusieron al mundo al borde de la destrucción nuclear
a principios de la década de 1960:
La crisis de Berlín: la continua fuga de ciudadanos de Alemania Oriental hacia Occidente, sobre todo
en Berlín, hizo que las autoridades soviéticas levantaran un muro de hormigón en torno al sector
oeste de la ciudad.
La crisis de los misiles cubanos: en 1959 la revolución cubana, comandada por Fidel Castro,
derrocó al dictador Fulgencio Batista. Estados Unidos trató de invadir la isla en 1961 (desembarco de
Bahía Cochinos) y, tras el fracaso de la operación, fue sometida a un severo embargo económico.
Así, Cuba se vio forzada a alinearse en el bloque soviético. En 1962, la instalación de misiles rusos
en la isla puso al mundo al borde de la guerra nuclear. Finalmente, Moscú retiró los misiles a cambio
de la promesa americana de no invadir la isla caribeña.
Conflictos dentro de los bloques
Ambos bloques sufrieron graves crisis internas durante la década de 1960:
Guerra de Vietnam: en 1964 el ejército estadounidense intervino en la guerra entre Vietnam del
Norte y Vietnam del Sur (iniciada en 1954).Tras una larga y cruel campaña que despertó una intensa
oposición interna en Estados Unidos, el presidente Nixon ordenó la retirada de sus tropas en 1973. La
primera derrota militar en la historia estadounidense produjo una profunda crisis en la potencia
americana.
La Primavera de Praga: los intentos de democratización de Checoslovaquia por parte del presidente
Alexander Dubcêk («socialismo con rostro humano»), hizo que las tropas del Pacto de Varsovia
invadieran el país y restablecieran el sistema socialista tradicional, lo que produjo una gran oposición
internacional.
Fechas clave
1953 Muerte de Stalin. Nikita Kruschev, nuevo líder soviético.
1959 Triunfo de la revolución castrista en Cuba.
1960 Kennedy es elegido presidente de Estados Unidos.
1961 Construcción del muro de Berlín.
1962 Crisis de los misiles cubanos.
1963 Asesinato del presidente Kennedy en Dallas.
1964 Intervención estadounidense en Vietnam.
1968 Tratado de No Proliferación Nuclear. Asesinato de Martin Luther King, líder en la lucha por los
derechos civiles de los negros en Estados Unidos.
1969 Richard Nixon, elegido presidente de Estados Unidos.
1970 Protestas en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam.
1972 Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT).
1973 Retirada estadounidense de Vietnam. Escándalo Watergate. Nixon se ve obligado a dimitir.
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La descolonización
A mediados del siglo XIX las potencias europeas, y especialmente Francia e Inglaterra, se repartieron
extensos territorios de África, Asia y el Pacífico con el propósito de fundar grandes imperios
coloniales. Apenas un siglo más tarde la mayor parte de las colonias lucharon por conseguir la
emancipación y convertirse en países independientes.
Causas de la descolonización
Varios fueron los factores que influyeron en el proceso independentista de las colonias:
Auge de los movimientos nacionalistas, a menudo influenciados por las ideas del socialismo.
Decadencia de las metrópolis europeas tras la Segunda Guerra Mundial, especialmente acusada
en Francia y el Reino Unido, países que por sí solos dominaban más del 60% de los territorios
coloniales en todo el mundo.
Apoyo de Estados Unidos y la Unión Soviética al proceso emancipador. Ambas potencias
buscaban extender su propia influencia política y económica sobre los nuevos países independientes.
Apoyo de la Organización de las Naciones Unidas a la autodeterminación de los pueblos.
Fases de la descolonización
El proceso de descolonización no constituyó un fenómeno repentino, sino que se llevó a cabo en
varias fases, a lo largo de más de dos décadas:
Independencia de India en 1947: abrió el proceso de emancipación.
Primer periodo descolonizador en Asia (1946-1954): independencia de Birmania, Indonesia, la
península Arábiga y los territorios de Próximo Oriente; creación del Estado de Israel en Palestina
(1948); guerra de independencia en Indochina (finalizada en 1954).
Segundo periodo descolonizador en África (1955-1965): independencia sucesiva de la práctica
totalidad del continente, empezando por los países árabes del Norte, salvo Argelia (guerra contra
Francia, concluida en 1962); emancipación del África negra durante la década de 1960.
Periodo final (hasta mediados de los setenta): independencia de las últimas colonias africanas de
Portugal (Angola, Mozambique). El Sáhara Occidental español fue cedido a Marruecos en 1975.
Algunos territorios, como Djibouti (Francia) o Namibia (Suráfrica) permanecieron bajo dominio colonial
durante las décadas siguientes.
Los nuevos países y sus problemas
La emancipación de las colonias creó una multitud de países nuevos que, en su mayor parte, se
vieron pronto abrumados por una gran cantidad de problemas. Entre las dificultades comunes que
tuvieron que afrontar los nuevos Estados cabe señalar:
Economía empobrecida, fruto de la planificación colonial, que había desarrollado sólo aquellos
aspectos que le interesaban.
Divisiones fronterizas artificiales, heredadas de la división de las zonas de influencia de las
metrópolis, y que fueron campo abonado para el estallido de numerosas guerras.
Neoimperialismo económico, protagonizado no sólo por las antiguas metrópolis, sino también por la
URSS y Estados Unidos.
El Movimiento de los No Alineados
En 1955 tuvo lugar la Conferencia de Bandung, en Indonesia, en la que veintinueve países
constituyeron el Movimiento de los No Alineados (MNA), es decir, de aquellos Estados que
deseaban mantener una política independiente de los bloques.
El MNA, liderado por Egipto, India y Yugoslavia, fracasó en muchos de sus objetivos, pero denunció
la política neoimperialista de las grandes potencias, promovió el desarme y sentó un precedente
favorable en una actitud más participativa del tercer mundo en la política internacional.
Fechas clave
1921 Independencia de Irak.
1922 Independencia de Egipto, bajo protección inglesa.
1941 Independencia de Etiopía, atacada por los italianos.
1945 Independencia de El Líbano.
1946 Siria y Jordania, Estados independientes. Estados Unidos abandona Filipinas.
1947 Independencia de India y Pakistán.
1948 Fundación del Estado de Israel.
1954 Independencia de la Indochina francesa (Laos, Camboya y Vietnam).
1955 Conferencia de Bandung, inicio del Movimiento de los No Alineados.
1956 Independencia de Marruecos, Túnez y otros países de África.
1960 Gran proceso emancipador en África negra.
1961-1967 Independencia de Kuwait y la mayor parte de África.
1962 Guerra de independencia en Argelia.
1968 Independencia de la Guinea española.
1975 Independencia de Papúa-Nueva Guinea, Surinam y las colonias portuguesas en África. España
cede a Marruecos y Mauritania el Sáhara Occidental.
El conflicto de Palestina
Las graves tensiones entre la población árabe autóctona y los emigrantes judíos se agravaron a partir
de 1945, al concretarse los primeros planes para la fundación de un Estado hebreo en una parte de
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Palestina. Los enfrentamientos constantes entre las
dos comunidades iban a dar paso a uno de los
conflictos más característicos de la segunda mitad del
siglo XX.
La ONU y el fin del mandato
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la situación era
insostenible en Palestina, sacudida por el terrorismo y
alterada su estructura étnica por la afluencia masiva de
judíos que habían escapado de las matanzas nazis en
Europa.
Por este motivo, las Naciones Unidas elaboraron en
1947 un plan que pretendía solucionar el problema
judío sin olvidar las reclamaciones territoriales de los
árabes. El proyecto incluía los siguientes puntos:
Fin del mandato británico sobre Palestina, iniciado
tras el reparto del Imperio otomano al final de la
Primera Guerra Mundial.
División de Palestina en dos Estados independientes,
uno judío y otro árabe. Cada uno de estos Estados
estaría formado por tres de las seis zonas alternas en
las que se había dividido el territorio.
Libertad de paso y comunicación entre las zonas
árabe y judía.
Establecimiento de un Gobierno internacional en
Jerusalén.
El irregular reparto del territorio y el enconamiento de
las posturas de las dos comunidades dificultó la puesta
en práctica del plan y aumentó los actos de violencia.
El nacimiento de Israel: la primera guerra árabe-israelí
El 14 de mayo de 1948 el Consejo Nacional Judío proclamó la independencia del Estado de Israel
en la zona asignada por las Naciones Unidas. Pocos días antes el Reino Unido había renunciado
formalmente a su dominio sobre el territorio de Palestina.
De inmediato, tanto judíos como árabes multiplicaron las acciones armadas contra las comunidades
de la otra religión residentes en sus respectivos territorios. El objetivo era conseguir una limpieza
étnica total en los nuevos Estados.
La incapacidad de ambos bandos para convivir en paz dio lugar a un ataque de la Liga Árabe contra
Israel que, gracias a su superioridad aérea, logró rechazar la agresión y anexionarse Galilea, parte de
Cisjordania, Jerusalén Oeste, y la zona sur de Palestina (excepto Gaza).
El resultado de la primera guerra árabe-israelí fue la consolidación del Estado hebreo y la disolución
del Estado palestino, cuyos territorios no ocupados se repartieron entre Egipto (Gaza) y Jordania
(Cisjordania y la parte este de Jerusalén).
Nuevos conflictos: la guerra de los Seis Días
En 1956 Israel lanzó un ataque en masa contra Egipto,
ocupando en pocos días toda la península del Sinaí y la orilla
oriental del canal de Suez. La intervención de tropas de la ONU
puso fin al conflicto y restableció las fronteras iniciales.
Sin embargo, la hostilidad manifiesta de los países árabes contra
Israel y la amenaza constante de una invasión hizo que las
autoridades de Tel-Aviv lanzaran un nuevo ataque contra los
árabes a principios del mes de junio de 1967.
La tercera guerra árabe-israelí o guerra de los Seis Días (5 al
10 de junio) fue una campaña relámpago al término de la cual
los hebreos habían conquistado toda Cisjordania, Jerusalén
Este, Gaza, la península del Sinaí y los Altos del Golán, en Siria.
La guerra del Yom Kippur y los acuerdos de Camp David
La negativa constante de Israel a cumplir las resoluciones de la
ONU con respecto a la liberación de los territorios ocupados
determinaron el estallido, en octubre de 1973, de la cuarta
guerra árabe-israelí o guerra del Yom Kippur. Una coalición
árabe atacó territorio israelí y, por primera vez, los hebreos
sufrieron derrotas militares.
La mediación de la ONU puso fin al conflicto y se buscó una solución por la vía negociada, a través
de los Acuerdos de Camp David. Egipto recuperó el Sinaí (en 1982) a cambio de reconocer a Israel.
Los palestinos, sin embargo, quedaron fuera del acuerdo, y Siria se negó a reconocer a Israel, por lo
que los Altos del Golán continuaron ocupados.
Fechas clave
1917 Declaración Balfour.
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1939 Comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Exterminio de los judíos por los nazis.
1947 Plan de partición de Palestina, auspiciado por las Naciones Unidas.
1948 Fundación del Estado de Israel. Comienzo de la primera guerra árabe-israelí.
1949 Fin de la I guerra árabe-israelí.
1956 Segunda guerra árabe-israelí.
1967 Guerra de los Seis Días.
1973 Guerra del Yom Kippur.
1979 Egipto reconoce al Estado de Israel.
1982 Israel devuelve a Egipto el Sinaí.
La crisis del petróleo
La toma de conciencia del tercer mundo, apenas independizado del dominio colonial europeo, iba a
suponer para Occidente un brusco despertar de la época de optimismo y de derroche energético que
había caracterizado la recuperación económica de la posguerra mundial. Algunos países pobres
contaban con un arma fundamental en el mundo moderno: el control de los recursos petrolíferos.
La importancia del petróleo
La proliferación de vehículos y aparatos de todo tipo (automóviles, aviones, barcos, calefacciones,
producción de electricidad) basados en combustibles derivados del petróleo habían convertido
este recurso en un elemento indispensable para las sociedades industriales. Una importancia que ya
se había puesto de manifiesto durante la Segunda Guerra Mundial, pues una de las causas del
fracaso alemán fue su carencia de recursos petrolíferos.
Curiosamente, esta materia prima tan importante se mantuvo, hasta la crisis de 1973, a un precio
irrisorio, en gran parte debido a que casi todos los yacimientos se encontraban en áreas coloniales o
semi coloniales, como Indonesia, Arabia, etcétera.
La crisis de 1973
La situación cambió radicalmente en 1973. Ese año una coalición árabe formada por Egipto y Siria
atacó el territorio israelí con el apoyo del resto de los países islámicos. Israel recibió rápida ayuda
militar de Estados Unidos, al tiempo que Europa occidental, sin inmiscuirse en el conflicto, apoyó
tácitamente a Israel.
Como respuesta, los países árabes, que constituían el principal grupo de productores de petróleo,
decidieron recortar radicalmente la producción y aumentar los precios. En menos de dos años el
valor del barril de petróleo crudo se había multiplicado casi por diez, con respecto al precio de
principios de la década de 1970. Los resultados sobre la economía mundial fueron devastadores.
Efectos mundiales
La crisis petrolífera de 1973 tuvo efectos diferentes sobre cada región del mundo:
Países desarrollados:
Aumento de los precios en las fases básicas de producción y distribución.
Estancamiento de la producción, como resultado de lo anterior.
Encarecimiento de los precios finales, con la consiguiente inflación.
Disminución del consumo.
Aumento del paro, al disminuir las actividades productivas.
Déficit comercial de Occidente, al tener que importar a mayor precio no sólo el petróleo, sino otras
materias primas, a causa del incremento de los gastos de transporte.
Países subdesarrollados:
Aumento de la deuda exterior Freno al crecimiento económico. Empobrecimiento generalizado.
Como excepción, los países pobres exportadores de petróleo experimentaron un rápido crecimiento
económico que, no obstante, apenas ha producido beneficios a largo plazo debido a la falta de
planificación.
El neoliberalismo
Una de las consecuencias de la crisis de 1973 fue un cambio en el modelo económico adoptado en
Occidente desde finales de la Segunda Guerra Mundial, que se basaba en una economía de mercado
complementada por un alto nivel de intervención estatal.
A raíz de la crisis del petróleo se impusieron las teorías económicas neoliberales, basadas en los
siguientes puntos:
Liberalización a gran escala de la producción y los intercambios comerciales.
Disminución de la intervención estatal en la economía, con lo que el control de la economía queda
en manos de empresarios privados.
Desregulación del mercado de trabajo, que ha producido precariedad en el empleo.
Reducción de los gastos públicos sociales (sanidad, educación, pensiones, etc.).
Fechas clave
1973 Guerra de los Seis Días. Primera crisis del petróleo.
1979 Régimen islámico en Irán.
1980 Comienza la guerra entre Irán e Irak.
1982 Israel invade el sur del Líbano.
1988 Termina la guerra de Irán-Irak.
1990 Irak invade Kuwait.
1991 Una coalición internacional libera Kuwait. Embargo económico a Irak.
1998 y 1999 Nuevos ataques a Irak.
2003 Guerra de Irak.
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El tercer mundo y sus conflictos
A partir de la década de 1970 el mundo occidental
parecía haber alcanzado un grado de estabilidad ajeno a
los conflictos sociales o políticos. Sin embargo, el tercer
mundo, sacudido por numerosos problemas, hervía en
todo tipo de movimientos revolucionarios.
África: las guerras civiles
Desde la descolonización, África se convirtió en el
objetivo de intereses económicos y estratégicos por parte
de las grandes potencias. Los estados artificiales
surgidos de la disgregación de los imperios eran un verdadero laberinto étnico, social y cultural que
favoreció el estallido de conflictos bélicos.
Varios países africanos (Angola, Mozambique, Zaire, etcétera), sufrieron repetidos golpes de Estado
militares y guerras civiles fomentadas por los intereses de la industria y el comercio tanto occidentales
como soviéticos. En muchos casos, la adscripción de un nuevo régimen a un bloque no dependía de
criterios ideológicos, sino de la cantidad de
apoyo recibido por una u otra superpotencia.
El resultado a largo plazo ha sido el
mantenimiento de la mayor parte de África en
una situación de pobreza y conflictividad
perpetuas, sin perspectivas de desarrollo.
El comunismo asiático
La presencia de dos gigantes comunistas en el
continente (URSS y China), y el triunfo de
Vietnam en la guerra contra Estados Unidos
animó a numerosos movimientos guerrilleros
del Sureste asiático a levantarse en armas. Los
casos más notables fueron los de Laos y
Camboya. En este último país se instauró una dictadura comunista (jemeres rojos), que ocasionó la
muerte de al menos tres millones de personas.
Mientras tanto, China y la URSS terminaron por definir dos vías diferentes y enfrentadas de
comprender el comunismo. Cada una de las dos potencias buscaba, en suma, ejercer su propio
dominio imperialista sobre las respectivas zonas de influencia.
Jóvenes chinas leyendo El libro rojo de Mao Tse Tung. El maoísmo se convirtió en fuente de
inspiración ideológica para numerosas guerrillas del tercer mundo.
Dictaduras iberoamericanas
Durante los años sesenta y setenta el temor al avance del comunismo, sobre todo tras el triunfo de la
revolución en Cuba, hizo que Estados Unidos fomentara en toda América latina el asentamiento de
regímenes militares dictatoriales de ideología radicalmente anticomunista.
La represión y la pobreza hicieron que, como respuesta, los movimientos insurgentes se
multiplicaran por todo el continente. Países como Perú, Colombia, Honduras o El Salvador han
mantenido guerras civiles que se prolongan hasta la actualidad. En Nicaragua, las guerrillas
sandinistas alcanzaron el triunfo, instaurando un régimen socialista que se mantuvo hasta la
celebración de elecciones libres en 1990.
Fundamentalismo islámico
A partir de la década de 1980 el enfrentamiento al imperialismo occidental en los países musulmanes
tomó una nueva orientación: el fundamentalismo, o interpretación radical de los preceptos del
Corán.
Aunque el islamismo armado no era una novedad (ya había aparecido en Egipto a principios del siglo
XX, contra la ocupación británica), el fenómeno que lo impulsó fue el triunfo de la revolución islámica
en Irán en 1979, encabezada por el ayatollah Ruholla Jomeini.
Desde entonces el fundamentalismo islámico se ha extendido por África y Oriente Medio, alcanzando
cotas de extrema gravedad en Argelia y Egipto. En el primer país, la actividad de los grupos islámicos
ha llevado a la nación a un estado de guerra civil abierta.
Fechas clave
1959 Triunfo de la revolución cubana.
1960-1975 Guerra de Vietnam.
1967-1970 Guerra de Biafra, en Nigeria.
1967-1968 Revolución Cultural en China.
1973-1990 Dictadura del general Pinochet en Chile.
1974-1989 Guerra civil en Etiopía.
1975-1978 Régimen de los jemeres rojos en Camboya. Genocidio de la población civil.
1976 Muerte de Mao Tse Tung.
1976-1983 Dictadura militar en Argentina.
1978 Invasión vietnamita en Camboya para derrocar a los jemeres rojos.
1979 Triunfo de la revolución islámica en Irán.
1980 La guerrilla de Sendero Luminoso comienza a actuar en Perú.
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Hacia el agotamiento del sistema de bloques
La distensión entre las grandes superpotencias y el equilibrio de la disuasión, que había funcionado
durante dos décadas, se vino abajo a principios de los años ochenta. De nuevo, la rivalidad entre la
URSS y Estados Unidos ponía al mundo bajo la amenaza de una guerra nuclear.
Precedentes del retorno a la guerra fría
Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética habían respetado durante la primera fase de la guerra
fría dos aspectos fundamentales en sus relaciones internacionales:
El mantenimiento de las zonas de influencia pactadas al término de la Segunda Guerra Mundial.
Evitar el enfrentamiento directo.
Sin embargo, nuevos factores habían de entrar en juego para alterar el delicado equilibrio de las
superpotencias:
La disgregación de los imperios coloniales en África y Asia abría un nuevo campo de competencia
para lograr el máximo dominio económico y político.
La proliferación de pequeñas guerras localizadas (Vietnam, Afganistán, etcétera) reproducían a una
escala menor el conflicto ideológico y económico entre comunismo y capitalismo.
La crisis del petróleo en 1973 dio paso a un retroceso de la economía mundial, que se hizo más
patente en los países comunistas.
Las bases para un recrudecimiento del «equilibrio del terror» estaban puestas.
Conflictos internos de los bloques
Aparte de los cambios en el panorama internacional, las dos superpotencias atravesaron, a finales de
la década de 1970, importantes crisis internas que hicieron cambiar la orientación política de los dos
bandos.
Unión Soviética: aumento de la actividad opositora («disidentes») en busca de una democratización
del régimen. El líder ruso, Leonidas Brezhnev, respondió con un retorno a los rígidos sistemas de
control del pasado estalinista.
Estados Unidos: el fracaso en la guerra de Vietnam y el escándalo del Watergate (espionaje de los
republicanos en la sede del Partido Demócrata), que obligó a dimitir en 1974 al presidente Nixon,
aumentaron el malestar popular en la potencia americana.
Crisis internacionales
El año 1979 marcó un giro radical en las relaciones entre los bloques debido a dos sucesos de
trascendental importancia:
La revolución islámica en Irán, en concreto, la denominada «crisis de los rehenes».Varios
ciudadanos estadounidenses fueron retenidos por fundamentalistas en la embajada de Estados
Unidos en Teherán.
La invasión soviética de Afganistán, con la excusa de apoyar al gobierno comunista de Kabul,
amenazado por fuerzas opositoras armadas.
Cuatro años más tarde, en 1983, otros dos acontecimientos aumentaron la tensión:
La invasión de la isla de Granada por tropas estadounidenses.
l derribo de un avión surcoreano de pasajeros por cazas soviéticos, al confundirlo con un avión
espía.
La vuelta a la guerra fría
En 1980 los ciudadanos estadounidenses eligieron como presidente al republicano ultraconservador
Ronald Reagan, que había basado su campaña en una política de rearme y firme oposición al
despliegue soviético en el tercer mundo.
De esta forma, Estados Unidos volvía a la línea dura de los primeros tiempos de la guerra fría y el
mundo se veía de nuevo amenazado por la tensión creciente entre los bloques.
El plan estadounidense de desplegar un sistema de defensa antimisiles por medio de satélites y rayos
láser (Iniciativa de Defensa Estratégica o «guerra de las galaxias») marcó el inicio de una nueva
época de gastos militares crecientes que, a la larga, arruinaron la economía soviética y produjeron un
grave deterioro a la norteamericana.
La guerra de las galaxias.
Fechas clave
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1973 Caso Watergate en Estados Unidos.
1974 Dimisión del presidente Nixon. Firma del tratado SALT I.
1975 Conferencia de Helsinki.
1979 Crisis de los rehenes en Teherán. Triunfo de la revolución islámica. El ejército soviético invade
Afganistán.
1980 Estalla la guerra entre Irán e Irak. Ronald Reagan elegido presidente de Estados Unidos.
1982 Muerte de Leonidas Brezhnev y ascenso al poder de Yuri Andropov en la URSS.
1983 Comienza el despliegue de los misiles SS-20, soviéticos. El ejército estadounidense invade la
isla de Granada y derroca al régimen comunista.
Occidente se reordena
La década de 1980 implicó un cambio de rumbo para las relaciones internacionales. En Occidente, el
ascenso al poder del Partido Republicano en Estados Unidos hizo que la tensión entre los bloques
alcanzara niveles similares a los de los primeros tiempos de la guerra fría.
El fin de las dictaduras mediterráneas
Uno de los sucesos más significativos durante la década de 1970 fue la caída de las dictaduras en
los países ribereños del Mediterráneo: Estado Español, Portugal y Grecia. Este fenómeno terminaba
de convertir a la Europa occidental en un espacio democrático y permitía la ampliación hacia el Sur
del Mercado Común y de otras organizaciones internacionales.
Portugal: el régimen dictatorial iniciado en 1933 por Oliveira Salazar fue derrocado en 1974 por un
movimiento popular, la Revolución de los Claveles, formado por estudiantes, trabajadores,
intelectuales y soldados. El sucesor de Salazar, Caetano, se vio obligado a dimitir, tras lo cual se
celebraron las primeras elecciones libres desde hacía más de cuarenta años.
Grecia: entre 1967 y 1974 el reino de Grecia se mantuvo bajo un régimen militar conocido como
Dictadura de los Coroneles. La invasión de Chipre por el ejército turco, en 1973, provocó una crisis
que acabó en poco tiempo con la dictadura y con el sistema monárquico, que había consentido la
instauración del régimen totalitario.
Estado Español: la dictadura franquista, que se había instaurado en el país desde el término de la
Guerra Civil, en 1939, se extinguió con la persona que le había dado forma. Tras la muerte del
general Francisco Franco en 1975, el país inició un proceso pacífico de transición a la democracia y
a las libertades ciudadanas .
De la socialdemocracia al conservadurismo
El comienzo de la década de 1980 marcó en Occidente un notable giro político: de la hegemonía de
las tendencias socialdemócratas al predominio de los partidos liberales y conservadores.
Dos fueron las razones de este cambio:
La crisis económica persistente. Iniciada en 1973 (ver t84), los partidos socialdemócratas o
laboristas se habían visto incapaces de solucionarla.
El endurecimiento de las posturas políticas en la URSS, que hizo temer en el mundo occidental la
amenaza de un ataque soviético. La consecuencia fue un incremento de los gastos militares en los
diversos estados pertenecientes a la OTAN.
Los nuevos gobiernos, siguiendo el ejemplo del Partido Conservador británico liderado por Margaret
Thatcher, aplicaron una política de corte neoliberal, caracterizada por:
Privatización de diversos servicios públicos.
Disminución de los gastos sociales.
Rebajas en la inflación facilitadas por la caída del gasto público.
Liberalización del mercado de trabajo (facilidades de despido, etcétera).
La era Reagan
La elección del republicano Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos en 1980 significó el
punto de arranque de una nueva era no sólo para el país norteamericano, sino para todo el bloque
occidental. La era Reagan se caracterizó por los siguientes rasgos:
La imposición de las tesis del neoliberalismo económico como panacea frente a la crisis
económica. La reactivación económica, que acentuó los valores más conservadores del pueblo
estadounidense, fue paralela a la desprotección creciente de los sectores más pobres de la sociedad.
La política antisoviética disparó el gasto militar hasta niveles nunca alcanzados antes, lo que frenó
el crecimiento económico debido al aumento del déficit público y la deuda exterior.
La elección del demócrata Bill Clinton en 1992 representó el agotamiento del sistema conservador y
el inicio de una nueva era de distensión entre las potencias, especialmente tras la disolución de la
URSS.
Fechas clave
1974 Caída de las dictaduras en Portugal y Grecia.
1975 Muerte del general Franco.
1977 Elección del demócrata Jimmy Carter como presidente de Estados Unidos.
1978 Se aprueba la nueva Constitución española en referéndum.
1979 Invasión soviética de Afganistán. Margaret Thatcher llega al poder en el Reino Unido.
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1981 Comienza el mandato presidencial de Ronald Reagan en Estados Unidos. Grecia ingresa en el
Mercado Común.
1986 El Estado Español y Portugal ingresan en la Comunidad Económica Europea.
1989 George Bush, republicano, sucede a Ronald Reagan en Estados Unidos.
1990 Inicio del proceso de desintegración del bloque socialista.
La crisis de la Unión Soviética
La década de 1990 se inauguró con un acontecimiento inesperado que sorprendió a la comunidad
internacional: el colapso y disolución de la Unión Soviética y, con ello, la desaparición del bloque de
países socialistas surgido tras la Segunda Guerra Mundial.
Gorbachov en el poder
En 1985 un personaje desconocido se convirtió en protagonista del cambio político, económico y
social de la URSS: Mijail Gorbachov, elegido ese año nuevo jefe de Estado soviético, tras la muerte
de Konstantin Chernenko. Político relativamente joven y partidario de las reformas, Gorbachov
ascendió al poder en un momento en el que la gran potencia socialista se encontraba en una
situación muy delicada:
Crisis económica y productiva.
Industria obsoleta y poco competitiva.
Dificultades de abastecimiento.
Gasto militar creciente.
Estancamiento del sistema político.
Las reformas: perestroika y glasnost
El mandato de Gorbachov inició un periodo de apertura política (perestroika) caracterizado por la
puesta en marcha de un ambicioso plan de reformas:
Ley de empresas del Estado: daba mayor autonomía a los directivos de las empresas públicas.
Pese a sus buenas intenciones, en la práctica provocó la aparición de una corrupción creciente y la
aparición de mercados negros.
Glasnost, o claridad informativa: significaba el final del secretismo soviético y la censura de prensa.
«Nuevo pensamiento» o retorno a la distensión con Estados Unidos, lo que tuvo como resultado la
firma de importantes tratados de desarme.
Rehabilitación política de significativos disidentes, como Andrei Sajarov.
La tibieza en la aplicación del cambio no contentó a casi nadie, y Gorbachov tuvo que enfrentarse a
dos grupos opositores de su política:
Los conservadores, o línea continuista del Partido Comunista de la URSS, que veía la perestroika
como una amenaza a su posición de poder.
Los reformistas, partidarios de un cambio total y de la instauración de un sistema político
democrático y de economía de mercado.
Durante el mandato de Gorbachov se sucedieron las manifestaciones de todo tipo en Rusia y las
demás repúblicas federadas en la URSS.
La crisis final
Mijail Gorbachov trató de gobernar apoyándose alternativamente en los distintos grupos políticos
(reformistas y conservadores), pero sólo logró ganarse una oposición generalizada. La convocatoria
de elecciones en 1989 aceleró el proceso de desmembramiento de la URSS, cuyo poder central se
encontraba enormemente debilitado en aquel momento.
La descomposición de la URSS se precipitó por varias razones:
Triunfo electoral de los grupos nacionalistas en las distintas repúblicas.
Éxito del populista Boris Yeltsin, político ruso opuesto a Gorbachov y defensor de rápidas reformas.
Derrumbe económico del país que arrastró en su caída las finanzas de los estados satélites de la
URSS.
En medio de un panorama caótico, las fuerzas conservadoras dieron un golpe de Estado en 1991.
La oposición, tanto interna como externa, retornó a la vieja política comunista que determinó la
definitiva descomposición de la URSS y su división en quince repúblicas independientes.
Evolución del bloque comunista
El antiguo bloque oriental no sobrevivió a la caída de la superpotencia. Cada país siguió una
evolución distinta, aunque todos encaminaron sus esfuerzos a la instauración de regímenes
democráticos. Los casos más notables fueron:
Rusia, agobiada por todo tipo de problemas, a duras penas consiguió mantener su influencia en
algunos de los nuevos estados surgidos de la antigua URSS.
Alemania se reunificó después de más de cuarenta años de división.
Checoslovaquia se dividió pacíficamente en dos estados (República Checa y Eslovaquia).
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Yugoslavia se dividió en cinco estados: Croacia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia y
Yugoslavia (formada por las repúblicas de Serbia y Montenegro). Este proceso fue difícil y conflictivo.
Georgia, Azerbaiyán y Armenia sufrieron conflictos armados de tipo nacionalista.
Algunos países mantuvieron el sistema comunista, como Vietnam, Corea del Norte o Cuba, aunque
sus deterioradas economías auguraban un cambio futuro hacia el sistema de mercado.
Fechas clave
1953 Muerte de Stalin.
1960 Alejamiento entre la Unión Soviética y China.
1979 Invasión soviética de Afganistán.
1981 Ronald Reagan comienza su mandato como presidente de Estados Unidos.
1985 Mijail Gorbachov es elegido presidente de la URSS.
1989 Retirada soviética de Afganistán. Elecciones en la URSS. Levantamientos anticomunistas en
Europa oriental.
1991 Fracasa el golpe de Estado conservador. Disolución de la URSS. Fundación de la CEI.
1993 Boris Yeltsin, nuevo presidente ruso, ordena un asalto militar al Parlamento.
Bibliogrofia: http://www.hiru.com/historia
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