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UTILIZACIÓN DE RESIDUOS Y SUBPRODUCTOS DE FRUTAS DE ZONAS
TEMPLADAS EN LA ALIMENTACIÓN ANIMAL.
Héctor Manterola y Dina Cerda.
Profesores del Departamento de Producción Animal
Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile
RESUMEN
En la actividad hortícola, se genera una gran cantidad de residuos después de la
cosecha, especialmente bajo condiciones de invernadero en que el crecimiento
vegetativo y producción de frutos es mayor que en el cultivo al aire libre. Se
seleccionaron tres cultivos hortícolas y dos variedades por cultivo: Melón (var.
Cantalupe y Honey Dew) Tomate (Var. Mentado Duque y Carmelo) y Pepino ensalada
(var. Encore y Marketer). Las variedades Carmelo de tomate y Encore de pepino se
cultivaron bajo invernadero. Las dos variedades de melón fueron al aire libre. Se midió
el residuo después de la cosecha final separando hojas, tallos y frutos, los que fueron
pesados separadamente. Para medir la producción por unidad de superficie, se utilizó un
cuadrante de 50 x 50 cm el que fue arrojado al azar ya sea en el campo o en el
invernadero. Las muestras se pesaron en terreno y luego se secaron a 60ºC para
determinar materia seca. De estas muestras se obtuvieron sub muestras para los análisis
de laboratorio y para la determinación de degradabilidad según método “in situ”. En
cada muestra se determinó Materia seca, Proteína, Energía bruta, FDN, Lignina,
Cenizas y Tasa de degradación. Los resultados indican que la producción de biomasa
residual varió en función de la especie, variedad y condiciones ambientales. También
influye el porcentaje de frutos que se deja sin cosechar, lo que depende del precio y de
las condiciones del fruto. La producción de residuo para cultivo de melón fue de 2,5
ton/ha para variedad Cantaloupe y de 1,7 ton/ha para la variedad Honey Dew. En el
caso del pepino, la biomasa residual fue de 15,8 ton/ha para variedad Encore y de 2,7
para la variedad Marketer. En el caso del tomate, la biomasa residual fue de 11,4 ton/ha
para la variedad Carmelo y de 3,6 ton/ha para la variedad Mentado Duque. El valor
nutritivo en el residuo del melón se caracterizó por un contenido de PB de 15%,
promedio para la variedad Cantaloupe y de 13% para la variedad Honey Dew;; la
digestibilidad fue de 78% promedio para ambas variedades con un menor valor de 68%
para frutos. La FDN fue de 34 y 44% respectivamente y la EM de 2,2 y 2,3 Mcal/k.
El valor nutritivo del residuo del pepino se caracterizó por un contenido de PB
promedio de 13% en la variedad Encore y de 11% en la variedad Marketer; la
digestibilidad de la MS fue de 71 y 81% respectivamente; la FDN fue de 44 y 32%
respectivamente y la Energía metabolizable de 2,1 para ambas variedades. El valor
nutritivo del residuo del tomate se caracterizó por un contenido de PB promedio de 13%
para la variedad Carmelo y de 14% para la variedad Mentado Duque; la digestibilidad
de la MS fue de 62 y 70% respectivamente; la FDN fue de 56 y 41% respectivamente y
la EM. De 1,9 para ambas variedades. Se concluye que los tres cultivos generan
biomasas residuales importantes y poseen un buen valor nutritivo especialmente en
aportes de proteína, y una degradabilidad relativamente baja, permitiendo el aporte de
proteína sobrepasante directamente al rumiante. La dificultad radica en la recolección de
esa biomasa tanto en las condiciones de invernadero como al aire libre, siendo el
pastoreo directo la alternativa más recomendable.
Palabras clave: Residuos hortícolas, melón, tomate, pepino, valor nutritivo.
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INTRODUCCION:
La actividad agropecuaria y agroindustrial generan una inmensa cantidad de residuos y
subproductos, de los cuales un elevado porcentaje se quema o se incorpora al suelo
como abono. Un menor porcentaje se deriva a la alimentación animal, principalmente a
rumiantes. En la medida en que la actividad agrícola y agroindustrial generadoras de
estos residuos y subproductos descubran posibles usos de estos residuales, adquieren un
valor agregado y ya pasan a ser un producto secundario de la empresa. Las limitantes
generales más comunes a este tipo de substancias son que no existe cultura en el uso de
los residuos; hay desconocimiento en cuanto a las formas de almacenarlo y emplearlo;
problemas de almacenamiento especialmente aquellos con alto contenido de agua o de
azúcares; bajo interés de las empresas generadoras por procesarlos.
Por otra parte los factores que deciden su uso en alimentación de rumiantes son: el
origen, características físicas y químicas, disponibilidad, volúmenes disponibles,
localización, necesidad de pretratamiento y sanidad y la calidad nutricional.
A diferencia de las zonas tropicales y subtropicales, en las zonas templadas se producen
menor variedad y cantidad de residuos de frutas y hortalizas, lo que está dado por las
condiciones climáticas y de irradiación solar. Sin embargo, al igual que en las otras
zonas, muchos de estos residuos y subproductos presentan altos contenidos de agua y
carbohidratos solubles, con niveles muy variables de energía metabolizable. Los
contenidos de proteína son igualmente variables según el residuo y dentro de ellos hay
un efecto significativo de la especie vegetal. En la presente monografía se han
seleccionado tres cultivos hortícolas con dos variedades cada uno y desarrollados bajo
condiciones de invernadero o al aire libre y que generan una gran cantidad de frutos y
follaje. . Ellas son cultivo del melón, cultivo del pepino y cultivo del tomate.
METODOLOGÍAS:
Para medir el residuo de cultivares de hortalizas, se utilizó un cuadrante de 0,5 x 0,5 m
el cual se arrojaba al azar cinco veces y se colectaba el material dentro del perímetro.
Este material se pesaba y posteriormente se secaba a 60ºC para determinar MS. De el se
tomaban muestras representativas para realizar las determinaciones del valor nutritivo.
En el caso de los residuos agroindustriales, los muestreos se realizaron en cada partida
de producto que llegaba de las agroindustrias y se analizaban por separado para
determinar posibles variaciones. El muestreo era al azar y las muestras eran sometidas a
secado 60ºC para determinar materia seca y luego se realizaban las diferentes
determinaciones del valor nutritivo. La degradabilidad de la MS, PB y FDN se
determinó mediante el método “in situ” propuesto por Orskov, (1980) de incubación en
bolsas de dacrón de muestras por períodos de tiempo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
En este trabajo, se presentan tres residuos hortícolas destinados a generar frutos: el
melón , el pepino de ensalada y el residuo del cultivo de tomate. Estos dos últimos bajo
dos condiciones: aire libre y bajo invernadero.
a) Residuo del cultivo del pepino de ensalada.
El residuo del cultivo del pepino está compuesto de dos estructuras vegetales: el
follaje (tallos y hojas) y los frutos de desecho, con una producción total de 16 ton/ha de
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MS, de las cuales, 9 corresponden a follaje y 7 a frutos de desecho. Estos valores varían
en función de la cantidad de frutos de desecho que se dejen. Valores similares fueron
reportados por Moreno (1988) y Boza y Ferrando (1989). El contenido de materia seca
es de 72% para follaje y 11% para frutos. El valor nutritivo varía según la variedad y
según estructura.
Este residuo se caracteriza por su alto contenido de proteína de los frutos (15-16%) con
una digestibilidad de la materia seca de 78% para follaje en ambas variedades y de 6$%
para fruto de la variedad Encore y 86% para la variedad Marketer, valores mayores a los
obtenidos de por Silva (1987) y Escandon (1983). El contenido de FDN es bajo
comparado con otros residuos, con un promedio ponderado de 32,5%, lo que concuerda
con los datos de otros autores (Escando, 1983), Boza y Ferrando (1989)
La degradabilidad de la MS y PB en las dos variedades se presenta en las Fig. 2 y 3. Se
observa que la tasa de degradación es lenta, con una fase de espera (Lag phase) para PB
pero no para MS y FDN en ambas variedades. La degradabilidad potencial fue mayor en
pepino v. Encore.
b) Resíduo del cultivo del melón.
Las dos variedades estudiadas resultaron ser muy diferentes en cuanto a producción de
biomasa residual. Para la variedad Cantalupe, la producción de MS fue de 2.5 ton/ha en
cambio para la variedad Honey Dew, fue de 1,7 ton/ha. De los tres componentes del
residuo (hojas, tallos y frutos) las hojas constituyeron el mayor porcentaje, sin embargo,
los frutos fueron los responsables de la diferencia entre variedades. Escandon (1983)
reportó valores semejantes para otras variedades de melón. En cuanto al valor nutritivo
no hay grandes diferencias entre las dos variedades, con contenidos de PB entre 8 y
15% según estructura. En general la variedad Cantalupe presentó un leve mejor valor
nutritivo.
La degradabilidad de la MS, PB y FDN, en general fue baja, lo cual es inconsistente con
la alta digestibilidad determinada mediante el método enzimático (Cerda et al, 1987).
La variedad Honey Dew, presentó degradabilidades más altas que la V. Cantalupe, tanto
en hojas como en frutos. Llama la atención la elevada degradabilidad potencial de la
PB y FDN que presentan los frutos de melón Honey Dew que es alrededor de 75% y
88% respectivamente.
c) Residuo del cultivo del tomate.
El tomate se cultiva bajo dos sistemas, uno al aire libre y otro bajo invernadero. El
primero presenta una altura de 40 a 50 cm en cambio el de invernadero alcanza
fácilmente los 2 m. Esta diferencia induce cambios en las estructuras de tallos, los
cuales en el cultivo al aire libre son más tiernos y cubiertos de hojas, en cambio en los
de invernadero son muy duros, sin hojas y no aprovechables para la alimentación de
rumiantes.
El residuo del cultivo bajo invernadero produjo 11 ton/ha de MS. En cambio el cultivo
al aire libre produjo 3,6 ton/ha de MS, sin embargo es necesario indicar que un
porcentaje importante de la MS generada en invernadero no tiene aplicación en
alimentación animal, dado la lignificación y engrosamiento que experimentan los tallos
principales. En este estudio, se seleccionaron dos de las variedades más comúnmente
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utilizadas, una de cultivo al aire libre, llamada Mentado Duque y la otra, de invernadero,
llamada Carmelo. El valor nutritivo no difiere en las diferentes estructuras, entre las dos
variedades, al considerar solo las partes con potencial de consumo, pero al tomar en
cuenta los tallos lignificados de la variedad invernadero, hay una diferencia a favor de la
variedad al aire libre. En cambio en lo que se refiere a tallos secundarios y terciarios y
hojas, la variedad Mentado Duque (exterior) presentó menor contenido de FDN y mayor
digestibilidad.
El contenido de PB fue diferente al comparar similares estructuras. Es así que las hojas
de la variedad Carmelo presentó un mayor contenido de PB (17% vs 11%); en cambio
en frutos la variedad Mentado Duque presentó 21% vs 13% de la variedad Carmelo. En
tallos no hubo diferencias importantes. Estos valores son más elevados que los citados
por Wernli (1983) que determinó un 11% para frutos.
La variedad Carmelo, presentó un mayor porcentaje de lignina en la pared celular, lo
cual se explica por el mayor crecimiento y estructura arquitectónica de la planta bajo
invernadero.
La degradabilidad de la MS y PB en hojas fue diferente en ambas variedades siendo
superior en la variedad al aire libre, lo cual se explica por el menor contenido de FDN
de esa variedad. Esto podría atribuirse a que bajo invernadero, las plantas crecen más
rápido y deben formar más estructuras de resistencia, además la presión de
enfermedades dentro del invernadero es mayor, lo que obliga a las plantas a generar
estructuras más resistentes.
La degradabilidad de la MS y PB de los frutos fue superior en la variedad al aire libre,
lo cual puede atribuirse a que la variedad al aire libre presenta una menor proporción de
estructuras internas de división y menor contenido de semillas, que tienden a ser menos
degradables por la envoltura que poseen.
CONCLUSIONES
*Los tres residuos estudiados constituyen una fuente potencial de energía y proteína
para ser incorporado en dietas de rumiantes, debiendo considerarse el costo de
recolección y el contenido de humedad.
* Los rendimientos en MS/ha del tomatebajo invernadero y del pepino superaron las 11
ton, lo que los hace comparable a los rendimientos de diferentes praderas de riego.
* En cuanto al contenido proteico de los frutos, en las tres especies y respectivas
variedades, superó el 16% y en algunos casos alcanzó 21%, lo que los hace comparables
al contenido proteico de la alfalfa.
* La degradabilidad de las hojas y frutos en las tres especies no superó el 45%,
alcanzando el valor asintótico en tiempos que fluctuaron entre 12 y 24 h. Esta baja
degradabilidad asegura un mayor aporte de proteína sobrepasante al rumiante.
BIBLIOGRAFIA:
* BOZA, J. Y FERRANDO,G. 1989. Situación actual en el estudio y aprovechamiento de
los subproductos en España. En: Nuevas fuentes de alimentos para la producción anima. III.
Junta de Andalucía. 574 p.
* ESCANDON, V. 1983. Utilización de subproductos agrícolas e industriales en la
nutrición de animales herbívoros. Diferencias interespecíficas apreciables. Tesis doctoral.
Universidad de Granada. 198 p.
* MORENO, A. 1983. Potencial de aprovechamiento ganaderfo de los subproductos
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hortícolas de la comarca agraria. Tesis Ing. Agr. Universidad de Cordoba. España. 176 p.
* MANTEROLA, H., CERDA, D. y J. Mira.1999. Los residuos agrícolas y su uso en
alimentación de rumiantes. Fundación para la Innovación Agraria, Ministerio de
Agricultura. Ed. Héctor Manterola. 223 p.
* ORSKOV, E. et.all. 1980. Uso de la técnica de la bolsa nylon para la evaluación de
alimentos. En: Producción Animal Tropical. V.5(3):213-233
* Wernli, C. 1981. Utilización de subproductos agrícolas e industriales en alimentación del
ganado. Santiago. Sociedad Chilena