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Colectivo de Movimientos y Organizaciones que promueven
el Consejo de Movimientos Sociales (CMS) del ALBA, capítulo Venezuela y
la Mesa de Ecología del CMS ALBA - Caracas
Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio
Climático y los Derechos de la Madre Tierra
Cochabamba, abril 2010
Nosotros y nosotras, militantes de distintos movimientos populares,
organizaciones sociales y colectivos en lucha en Venezuela, nos hemos venido
articulando para la promoción de la constitución del Consejo de Movimientos
Sociales por el ALBA, capitulo Venezuela. Recalcamos que estamos en
convocatoria amplia, abierta y permanente, siempre con el principio de la
construcción colectiva y desde abajo en los diferentes niveles de articulación
de los pueblos (local, regional, nacional, y gran nacional).
Este documento se concibe como un preliminar de trabajo, en el cual
presentamos la síntesis y los acuerdos de los debates en torno al proceso
preparatorio de la Conferencia Mundial contra el Cambio Climático y los
Derechos de la Madre Tierra. Refleja entonces, nuestras posiciones comunes,
nuestras luchas, nuestras miradas, angustias, esperanzas.
El que estemos aquí reunidos como un encuentro entre pueblos, en el
marco de reconocer nuestras luchas y orientarnos en pro de las que son comunes,
es un paso fundamental para la integración y está directamente derivado de los
avances de la propuesta del ALBA-TCP. En ese sentido hay logros importantes
en la lucha, que representan los primeros pasos: nuevas formas de cooperación
económica solidaria, apoyo mutuo en lo energético por educación y salud,
acuerdos políticos por la trasformación del sistema, entre otros. El sistema de
trueke como forma económica alternativa, sustentada en el intercambio es un
ejemplo concreto de estos avances.
Tomando en cuenta todo esto, nuestros debates y nuestra propuesta están
centrados en la necesidad de la transformación del modelo civilizatorio
dominante, el reconocimiento de los Derechos de nuestra Madre Tierra, y la
autodeterminación, la soberanía e integración de y entre los pueblos.
Creemos profundamente en la unidad e integración entre pueblos, lo que
construye día a día el proceso revolucionario bolivariano. Nuestro trabajo se
sustenta en transitar un camino que nos lleve decididamente al socialismo, tal
como lo plantea nuestro Presidente Hugo Chávez Frías. Un socialismo que
combata todas las formas de dominación y opresión existentes, y combata al
modelo civilizatorio hegemónico, que es capitalista, neoliberal, belicista y
patriarcal.
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1. CAUSAS ESTRUCTURALES
Parte del debate fundamental sobre la crisis ambiental y el cambio climático
está en configurar cuáles son sus causas estructurales; cómo y porqué se genera;
y cuáles son las cuotas de responsabilidad.
La crisis ambiental es la expresión profunda de la crisis del modelo
civilizatorio que está acabando a corto plazo las posibilidades de vida en el planeta
en todos sus órdenes. Tiene una de sus expresiones en el cambio climático, en la
mercantilización de todos los órdenes de la vida; en la guerra por los “recursos”
naturales, la crisis financiera mundial y en el declive del modelo democrático
representativo liberal.
Así, no es sólo hablar de crisis capitalista, porque muchas experiencias
fallidas de socialismo copiaron las mismas lógicas, prácticas y métodos del
capitalismo. Por eso afirmamos que se trata de una crisis del modelo civilizatorio,
del patrón de conocimiento, donde el único sujeto es el hombre, propietario,
blanco, heterosexual, racional, occidental y todo lo demás se considera un objeto,
las mujeres, los desposeídos, otras razas, otras culturas y la naturaleza.
En el modelo civilizatorio hegemónico se subsumen y articulan distintas
expresiones de dominación: el patriarcado, el racismo, la explotación a través del
trabajo; la dominación de la naturaleza, etc. Este modelo tiende a ser etnocida,
exterminando y oprimiendo a otras culturas y sociedades que siempre han tenido
una relación armónica con la naturaleza y que constituyen alternativas vivas a la
crisis en la actualidad.
Los seres humanos somos parte de la naturaleza, pero el mismo modelo
nos ha llevado a construir una barrera, nos vemos entonces separadamente, por
encima de ella, desde una visión antropocéntrica. Eso forma parte del imaginario,
del patrón de conocimiento que nos han impuesto y que seguimos reproduciendo,
y que determina muchas prácticas culturales que atentan contra la naturaleza. Si
en la sociedad hay relaciones de dominación entre sujetos, también genera una
relación de dominación hacia la naturaleza.
El sistema patriarcal es anterior al capitalismo; sin embargo, en éste se
articula y se potencia. Parte de la relación de dominación que se expresa entre
seres humanos, y entre los seres humanos y la naturaleza, está asociada a un
patrón de conocimiento, al que solo algunos tienen acceso y en el que existen
distintas calidades de sujetos.
Es necesario generar una relación distinta con la naturaleza iniciando por el
cuestionamiento a fondo, y la transformación de todas las formas de opresión y de
dominación, entre ellas, las que se expresan desde las lógicas patriarcales, que
están presentes en el modelo civilizatorio hegemónico y que seguimos
reproduciendo cotidianamente.
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La responsabilidad es de los seres humanos, pero es diferenciable: no
todos y todas lo generaron con las mismas cuotas de responsabilidad. Pues hay
que reconocer que incluso, pueblos enteros y sus culturas, han sido exterminados
y muchos otros están sometidos y en camino a desaparecer, si este modelo
civilizatorio continúa.
Y es que el modelo civilizatorio, con su paradigma de desarrollo y progreso,
su patrón de conocimiento hegemónico, determina practicas de explotación
masiva e indiscriminada de las bondades de la naturaleza a favor de los intereses
económicos, así como una forma de vida sostenida en necesidades creadas, el
consumo y generación de desechos.
La idea de progreso y de desarrollo de las fuerzas productivas, están
presentes en el capitalismo y en los socialismos existentes hasta ahora. Y es que
la idea de progreso ha sido impuesta, y está presente tanto en los modelos de vida
propuestos por la derecha, como por los de la izquierda tradicional. En este
sentido, no podemos caer en la trampa de estos organismos internacionales,
cuando nos presentan el tema del desarrollo como horizonte a seguir.
El problema de fondo es un sistema que asume necesidades infinitas para
vender productos infinitos, pero lo que no toma en cuenta ese sistema es que el
planeta tierra es finito.
Es entonces que según estas responsabilidades debemos preguntarnos:
¿cómo se expresa el capitalismo?, ¿quién lo representa?, configurar las
principales responsabilidades en las élites de poder, coloniales y burguesas de la
sociedad occidental, con recursos y poder económico, militar, industrial, y político.
Paralelamente debemos reflexionar y accionar, incluyendo en el debate la
responsabilidad individual, representada en los hábitos de consumo que suman a
la huella ecológica en el planeta. Siguiendo el mismo modelo energético, y el
mismo patrón de consumo contribuimos gradualmente a la crisis y sosteniendo el
modelo hegemónico.
Sin embargo, no creemos sólo en soluciones individuales. Venimos
cuestionando el modelo y organizándonos en la lucha para transformarlo.
Como venezolanos reconocemos la gran contradicción que tenemos en
esta lucha pues somos un país sustentado fundamentalmente en la producción
petrolera, sabiendo que el combustible fósil es una de las principales causas del
cambio climático. Reconocemos y apoyamos el esfuerzo del gobierno
revolucionario en la diversificación de nuestra economía y la búsqueda de formas
sustentables de producción. El petróleo ha sido nuestra herramienta fundamental
en la búsqueda de la justicia social y la unión de los pueblos, sin embargo
sabemos que no es la forma más sustentable y como pueblo unido debemos
buscar otras formas de sostenernos basadas en el desarrollo endógeno.
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Esta oportunidad de denunciar el modelo de desarrollo norteamericano,
pero también tenemos que hablar del nuestro y de las empresas asociadas a
estas actividades y realizar las transformaciones que sean necesarias,
reconociendo que ya algunas han sido impulsadas por el Presidente Chávez y por
los movimientos sociales, mas el camino es largo.
En cuanto a las transformaciones, hay que tomar en cuenta que también lo
ecológico está siendo manipulado como una mercancía, en forma de capitalismo
verde, individualizando además las posibles soluciones, haciendo creer que no es
un problema del sistema, que no hay que cambiarlo, sino que pasa por ser más
“conscientes”, reciclar, reutilizar, etc. Creemos que es cierto que hay que cambiar
los modos de vida desde lo cotidiano, pero también es cierto que las soluciones no
pueden ser individuales sino colectivas.
Debemos combatir: el uso liberal del ambientalismo. La presencia de
muchas ONG, trasnacionales de la conservación, con posturas liberales y
socialdemócratas. Los derechos de la madre tierra, por ejemplo, no pueden ser
excusa para un nuevo intervencionismo ecológico. Tenemos que tener cuidado
con posiciones que se presentan como bondadosas pero que encubren agendas
políticas indeseables o contrapuestas al socialismo y que por tanto debemos
combatir.
2.- PANORAMA GLOBAL: RESPUESTAS HEGEMONICAS
Situación y actores en la confrontación contra el modelo civilizatorio hegemónico
En términos geopolíticos e internacionales hay 2 tipos de actores
fundamentales los hegemónicos y los contrahegemónicos, conformados por:
Alianza G8 (más Brasil y China), las corporaciones trasnacionales
(petroleras, agronegocio, biotecnología, automotriz, etc.) En este sector se
distingue una postura que ya no niega el problema ni el fenómeno del cambio
climático, todos lo hablan e incluyen en sus discursos, justamente eso vimos en
Copenhague. Los sectores más lucidos han propuesto ya soluciones alternativas
como por ejemplo el protocolo de Kyoto, el cual Estados Unidos se negó a firmar,
siendo este un espacio de aparente consenso.
Todas las instancias capitalistas tienen en su agenda el cambio climático,
todos hablan de desarrollo sostenible y sustentable, esto viene ya desde muchos
años atrás, por ejemplo en las Naciones Unidas en el año 1986 se definió qué es
desarrollo sostenible. Se ha venido expresando en mecanismos y propuestas que
van desde lo político a lo científico, que tienden a centrar las soluciones al cambio
climático en términos estrictamente técnicos, ejemplo la sustitución de combustible
fósil por agrocombustibles, generación de “tecnologías limpias”, y una serie de
mecanismos financieros ejemplo el mercado del carbono que lleva a la plantación
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de árboles transgénicos y el intervencionismos de los pueblos que aún poseen
bosques.
Vemos ya en el mercado muchos productos ecológicos, automóviles
sustentables, en fin: capitalismo verde y nada más. Hacen de la crisis un negocio,
sin resolverla en sí y agravando el problema aún más. En este sentido lo político y
social está externo a esto.
El otro actor está representado por los Estados-Nación alternativos, que
cuestionan al capitalismo neoliberal y se encuentran en la búsqueda de un sistema
distinto. Sin embargo, en esta lucha aun prevalecen contradicciones que
encontramos en los acuerdos de los esquemas de integración como MERCOSUR,
ALBA, etc. Criticamos al capitalismo pero aún las trasnacionales extranjeras nos
dominan, y seguimos hablando en términos capitalistas, porque se apuesta al
mismo paradigma de desarrollo. Así mismo, las alianzas de poder son
heterogéneas lo que nos compromete con políticas capitalistas promovidas las
élites que dirigen algunos los países.
También entre los actores contrahegemónicos nos encontramos los pueblos
del mundo, grupos altermundistas: ecologistas, pueblos indígenas, campesinos,
urbanos, distintos movimientos sociales, etc. que no sólo criticamos el cambio
climático, sino que presentamos soluciones más contundentes y efectivas. Los
modos de vida nacidos desde el corazón de los pueblos, del poder popular
representan la verdadera alternativa a esta crisis global. Más estas propuestas
dependen de las alianzas y apoyos gubernamentales y entre pueblos para su
ejecución, difusión y consolidación. Por ello reafirmamos nuestro apoyo a este
encuentro entre pueblos, el cual representa un ejemplo importante en pro de la
articulación y reconocimiento entre pueblos hermanos desde sus luchas.
A todo esto concluimos que la solución no es eminentemente técnica sino
política y social. Una de las cosas que repitió Venezuela en Copenhague fue:
“no cambiemos el clima cambiemos el sistema”.
3.-LA LUCHA CONTRAHEGEMÓNICA Y LAS PRÁCTICAS EMANCIPATORIAS
La lucha por transformar el sistema debe pasar por articular las distintas
fuerzas que puedan tener horizontes comunes, que nos permitan construir la
contrahegemonía al modelo impuesto. Esta lucha la planteamos a partir de la
construcción del socialismo del siglo XXI que debe ser antiimperialista,
anticapitalista, antipatriarcal.
Sin embargo, debe tener base en otros modelos civilizatorios donde existan
miradas diferentes a la antropocéntrica y otras prácticas en la relación con la
naturaleza.
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No debemos asumir la crisis ambiental de una manera apocalíptica que nos
desmovilice, porque hay alternativas; la crisis ambiental tiene un componente
revolucionario. Es la oportunidad para promover otro mundo posible.
Las alternativas están en la articulación de las luchas, de los pueblos.
Desde los movimientos de los pueblos originarios, afros, indígenas, campesinos,
de género, urbanos, ecologistas, estudiantil, y tantas otras, se vienen
construyendo alternativas.
Desde el bloque hegemónico se plantean “soluciones” que sólo contemplan
la adaptación a la crisis, y en el mejor de los casos, la mitigación a baja escala (el
capitalismo verde). Hay una intención clara de identificar el cambio climático, y sus
soluciones, con temas técnicos los cuales no necesariamente tocan o inciden en la
médula del problema. De esta forma dejan la solución en manos de tecnócratas
que trabajan para las corporaciones y no en manos del pueblo.
En la construcción de alternativas debemos estar conscientes de cuán
hegemónico es el capitalismo, evitar caer en esos patrones de respuesta desde
nuestros países del ALBA y otros aliados. Debemos revisar, reimpulsar y
rectificar los pasos que estamos dando en la construcción de un nuevo sistema,
por lo que debemos cuestionarnos permanentemente:
¿Seguimos reproduciendo el sistema de justicia colonial?
¿Cuáles serán los intereses que se defienden desde nuestras
instituciones?
¿De que manera nuestras legislaciones incluyen a los pueblos
originarios y sus propuesta para la defensa del territorio, que es también la
defensa de la naturaleza?
¿De qué manera seguimos anclados, como proceso, en visiones
desarrollistas y progresistas?
¿Qué papel juega el modelo energético capitalista en la construcción
de una nueva sociedad?
¿Estamos destruyendo la biodiversidad sin conocerla, al igual que lo
estamos haciendo con la diversidad cultural?
Igualmente debemos tener presente que los procesos transformadores del
siglo XX, atentaban también contra una relación armónica con la naturaleza,
creyendo en un crecimiento sin límite. El socialismo que nosotros queremos
construir debe combatir el desarrollismo, debe ser un socialismo ecológico. Si
nuestro socialismo no es ecológico, no es verdaderamente socialismo. En tal
sentido el tema ambiental es subversivo.
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“...asumir nuestro espacio en la lucha, [es] nuestra tarea de
transformar a profundidad la sociedad y de transformar a profundidad el
Estado burgués que hemos heredado, para construir el Estado Popular”
Hugo Chávez, 22 de Agosto de 2008 Juramentación de voceros juveniles del PSUV.
Creemos en la construcción de un socialismo que combata y apunte a
transformar todas las relaciones de dominación y de opresión. Incluyendo las
relaciones de dominación con la naturaleza. Nuestras propuestas, como pueblos,
deben ser radicales. Debe ser un llamado al combate frontal contra el sistema
dominante. Aquí estamos para encontrarnos para reflexionar para llegar a
conclusiones y llevar la perspectiva militante y de lucha.
Es fundamental reconocer que la nuestra es una lucha por la naturaleza de
la cual formamos parte, pero también es por seres humanos que también mueren
por causa de este sistema.
Venezuela como escenario de cambio
Reconocemos que en la actualidad estamos en una transición al socialismo que
tiene inevitablemente contradicciones, sobre todo con un Estado que opera a
través de instituciones que fueron levantadas sobre estructuras burguesas.
Trabajamos por esa transformación del Estado, contra el burocratismo, teniendo
como objetivo alcanzar a través de la consolidación del poder popular el Estado
Comunal, lo que nos compromete con un ejercicio civilizatorio desde la
cotidianidad, que debe dar pie a la construcción de una nueva institucionalidad.
Esta construcción busca recrear una nueva colectividad a partir de la
reivindicación y visibilización de los aportes que durante siglos se han producido
desde las distintas culturas que conforman la tridimensionalidad constitutiva de la
identidad venezolana (Africana, amerindia y occidental) con una perspectiva
descolonizadora, que implica reconocernos como una nueva civilización.
Esta nueva racionalidad se basaría en la territorialidad, la conexión con el
ambiente circundante y las relaciones humanas y naturales que se establecerían
en el espacio de la Comuna. En la construcción de un nuevo modo de vida que
replantee las relaciones entre los sujetos sociales, debemos deslastrarnos de la
visión eurocéntrica y de sus formulas y conceptos asociados al desarrollismo, así
como incorporar los aportes de nuestras culturas africanas e indígenas, las cuales
forman parte de nuestra ancestralidad. Esta nueva institucionalidad debe
prefigurar una nueva lógica, una nueva ética, un nuevo lenguaje, con nuevos
símbolos y códigos que nos liberen del modelo hegemónico imperante como parte
de una creación heroica humanamente gratificante.
Allí, el aprendizaje reciente de la experiencia constituyente en varios de nuestros
países tendrá, necesariamente, que profundizarse en pos de una nueva forma de
contrato social: un Estado Comunal que permita la emergencia de ensayos,
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diversos, todos válidos en tanto atiendan nociones de vida en común que respeten
componentes vitales en su construcción. Así la Comuna tendrá que satisfacer
necesidades vitales como: aire, agua, alimento, abrigo, amor etc. construyendo la
sociedad socialista aquí -en cualquier lugar- y ahora.
Líneas estratégicas
Hay propuestas que apuntan a un pleno de movilización mundial. Una
propuesta concreta es un referéndum a nivel mundial en torno al cambio
climático, el cual apoyamos, así como la propuesta del tribunal climático.
Propuestas generales:
Desde el espacio de de la Mesa de Ecología del Consejo de Movimiento Sociales
del Alba, nos comprometemos a impulsar en Venezuela el Referéndum Mundial de
cambio climático, la creación del tribunal de justicia ecológica y la incorporación de
la madre tierra como sujeto de derecho.
Desde Venezuela proponemos la construcción del Estado Comunal como el
escenario de lucha para transformar el sistema causante de la crisis ecológica,
social, cultural, política y económica que vive la humanidad.
Crear una nueva economía, lo que supone una nueva valoración social y cultural.
Construir un nuevo modelo económico, que parta de una relación distinta entre
seres humanos, y entre éstos y la naturaleza, transformando todo el ciclo
productivo (producción, transformación, distribución, intercambio, consumo y uso
de desechos). Como un ejemplo de ello apuntamos a la consolidación del sistema
de merkados trueke, incorporando la agroecología como un modelo de
construcción y transformación. No solo como una alternativa de producción, sino
también del modo de alimentación, de relaciones de producción.
Luchar contra la hegemonía de la matriz energética de los hidrocarburos
promoviendo la diversificación, las tecnologías locales, social y ecológicamente
sustentables, respetando las características, necesidades y potencialidades
locales. Promoviendo la autogestión y corresponsabilidad de las comunidades.
En esta medida nos oponemos a la idea del desarrollo de la energía nuclear, por
cuanto Venezuela posee recursos que pueden satisfacer sus necesidades
energéticas con fuentes alternas sin tener que asumir el riesgo ecológico que esta
energía lleva implícita.
Apoyar la reforestación desde la diversidad local y bajo criterios ecológicos.
Pasando por la articulación de las experiencias populares, generando espacios de
intercambio entre pueblos.
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Promovemos como principio la articulación y solidaridad entre los movimientos
sociales, el apoyo mutuo entre procesos de lucha concretos como la lucha por la
soberanía alimentaria, el territorio, la equidad de género, etc.
Profundizar el debate y las luchas por el derecho a la transformación de las
ciudades. Construir una relación distinta con el territorio urbano, de armonía con la
naturaleza y de inclusión política y social. Reivindicar y defender la facultad y el
derecho humano para auto-producir nuestra morada, nuestro hábitat, nuestra
vivienda y comunidad sin intermediarios, luchando por el acceso al suelo que la
sustenta.
Promover la diversificación y complementación de los medios de transportes,
teniendo como base una matriz energética diversa, y las necesidades y
condiciones específicas de cada localidad y cada región. En particular y como un
ejemplo nos pronunciamos a favor del uso masivo de la bicicleta como una de las
alternativas al predominio de los vehículos automotores.
Asumimos el compromiso de impulsar, coordinar, realizar, y hacer campaña para
ganar el referéndum mundial contra el cambio climático. Acompañado de un
proceso constituyente como espacio de discusión que nos permita profundizar el
debate desde el ámbito comunal.
Expresamos preocupación por la situación de distintos territorios y ecosistemas en
el mundo y en Venezuela. Debemos tomar medidas en estos espacios que partan
desde la gestión territorial de los pobladores y pobladoras de estos lugares, desde
una construcción y relación distinta con la naturaleza, desde la soberanía y la
autodeterminación de los pueblos.
Reconocemos al ALBA como espacio de construcción, intercambio y articulación
entre los pueblos que la conforman, entendiendo a estos no sólo como los estados
nacionales que forman parte sino de todos los movimientos y organizaciones
sociales de nuestra América y del resto del mundo.
Denunciamos el paramilitarismo, el terrorismo de Estado, y la existencia de bases
militares extranjeras en nuestros territorios, que se apropian de recursos, y
expresan el brazo armado del neoliberalismo, con sus procesos de depredación
de la naturaleza y de las culturas. Para ello entre otras cosas proponemos la
promoción conjunta entre movimientos sociales de bases de paz en territorios
estratégicos del continente.
Proponemos avanzar en la creación de procesos constituyentes, a nivel mundial,
trascendiendo las fronteras y reconociendo luchas comunes, para avanzar en
estrategias y tácticas que resuelvan casos específicos.
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