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PROTAGONISMO DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, UNA
EXPERIENCIA LATINOAMERICANA: EL CASO PERU
Enrique M. Jaramillo García*
[email protected]
“La condición del ser humano como ser educable, nos abre la posibilidad no sólo de
afirmar que todo niño es sujeto y actor, sino que debe aprender a lo largo de su vida a
serlo. Nacemos protagonistas y estamos retados a aprender a serlo en todos los espacios
de nuestra vida colectiva e individual. La exclusión no es un justificativo para abandonar
la lógica del ser humano de aprender y desaprender a ser un luchador, un constructor de
por vida de nuestra situación de sujetos, de actores, (…) Ser protagonista, desarrollar
una personalidad protagónica, devenir un actor social, es tener dignidad y estar en
capacidad de amar y ser amado”
Alejandro Cussiánovich Villarán
INTRODUCCION
Antes de iniciar la exposición del tema que nos convoca esta mañana, en primer lugar,
quiero agradecer a los amigos de la Universidad Centroamericana-UCA de Nicaragua, por
abrirnos sus puertas para exponer las implicancias que tiene la categoría socio histórica del
protagonismo de los niños, niñas y adolescentes, en el Perú y América Latina. Esta es una
corriente emergente surgida al influjo de los movimientos sociales, en espacios de lucha
organizada de los sectores más desposeídos de nuestras sociedades, en su largo camino, y
en la permanente búsqueda, por construir una sociedad distinta a la actual. Esta apuesta
utópica resulta sumamente encomiable en un contexto como el peruano y latinoamericano,
en el cuál desde hace muchos años se ha venido imponiendo en el sentido común de las
personas, que toda búsqueda de proyectos alternativos al orden vigente de pax americana,
-que se instauró en los lejanos siglos XV y XVI y que se prolonga hasta la actualidad- es
considerado como algo anacrónico y decadente.
En efecto, para entender de mejor manera, los acuciantes problemas, que en el actual
momento histórico, viven las sociedades, peruana y latinoamericana, entre ellas Nicaragua,
en un contexto de economía neoliberal y de democracia representativa, se hace
Educador por la PUC, Coordinador de GENERACION Instituto de Investigación, Promoción y
Comunicación Social, con estudios de Maestría en Política Social, con mención en Promoción de la Infancia,
por la UNMSM, Director de la Revista Internacional NATs; y docente universitario. Ponencia ofrecida en el
Seminario “Significado y Pertinencia del Protagonismo de Niños, Niñas y Adolescentes”, organizado por la
Universidad Centroamericana (UCA). Nicaragua-Managua, 29 de julio del año 2005.
*
1
indispensable conocer el pasado y el presente, para construir el futuro. En este contexto, de
economía neoliberal y democracia representativa, los niños, niñas y adolescentes de los
sectores populares, son los que sufren las consecuencias más negativas de las políticas
económicas aplicadas por los gobernantes. Por tanto, es indispensable buscar una
explicación, sociológica e histórica, de nuestros males contemporáneos -pobreza,
marginación y exclusión- que se remontan a los siglos XV y XVI, cuando en esta parte de
nuestro continente se produce un hecho histórico, de imprevisibles consecuencias, a la que
se llamó conquista, para algunos, o la invasión española, para otros. Esta fractura histórica,
dicho sea de paso, por demás violenta, permitió la imposición y el establecimiento, de parte
de los vencedores, sobre los vencidos, lo que Immanuel Wallerstein llama: sistema-mundo
capitalista, sistema de organización económica, social, política y cultural, que se impuso
coercitiva y violentamente; y que perduró durante la larga etapa colonial, seguida de la
subsiguiente república, con el establecimiento de los Estado Nación, en el siglo XIX; y que
perdura hasta nuestros días. Este sistema-mundo capitalista1, consolida en nuestro
continente una matriz histórica de centro, semiperiferia, y periferia. El imperio, que es el
“centro”, es decir, la metrópoli; la semiperiferia, que son los países más desarrollados; y la
periferia, que son los países llamados en vías de desarrollo, como es el caso del Perú,
Nicaragua; y el resto de países de América Latina, nos hemos constituido en una especie
de neocolonias; y países periféricos, en estos tiempos, de deshumanización, a la que se ha
dado en llamar, globalización neoliberal2.
Además es un sistema-mundo que ha sido siempre capitalista, desde el siglo XVI hasta hoy, y no sólo a
partir de la “Revolución científica” del siglo XVII o de la “revolución industrial” del siglo XVIII, o de la
“expansión del capitalismo y de la cultura liberal” en el siglo XIX. De modo que se trata para nuestro autor de
una entidad capitalista en todos sus niveles constitutivos, desde el territorial y el tecnológico hasta el
religioso, el artístico y el cultural, lo que excluye de la posibilidad de hablar de la coexistencia de realidades
ya capitalistas con otras que no lo serían todavía. Es decir que para Immanuel Wallerstein este sistema-mundo
creado a partir del siglo XVI, y todavía vigente en escala planetaria, es y ha sido capitalista de manera
completa, permanente e integral en los varios sentidos arriba mencionados. (Aguirre, Carlos, Immanuel
Wallerstein: Crítica del sistema-mundo capitalista. Pág.39)
2
Configurado en torno de un sistema de estados europeos, el moderno sistema-mundo estableció, sin
embargo, entre los estados y regiones, diferencias fundadas en la distribución del sistema capitalista entre
ellos. Así el sistema se articula con un núcleo central o “centro”, una franja denominada “periferia” y otra
llamada “semi-periferia”. En otros términos, el moderno sistema-mundo es un modo cambiante de
articulación entre el capitalismo mundial, su distribución espacial y el sistema de estados asociados a ellos. Y
en su conjunto, originalmente, esto es en el tiempo de su constitución, se relacionaba con otras zonas estatales
y regionales que le eran “Exteriores”. La dinámica histórica del sistema-mundo lo ha llevado a ir abarcando a
todos los estados y a todas las regiones del planeta. El moderno sistema-mundo es hoy, de ese modo, mundial.
Los procesos implicados en tales cambios abarcan, por su puesto, a las formaciones sociales, a las
agrupaciones sociales correspondientes, a los cambios en las estructuras productivas y a sus relaciones en el
mercado mundial. Este movimiento histórico ha convertido a zonas “exteriores” en “periferias” y/o “semiperiferias”, así como a ciertas de dichas zonas; como ocurre ahora con el Sur de Europa Occidental, en parte
del “Centro”. No es, como se ve, descaminada del todo la atribución a la obra de Immanuel Wallerstein de ser
pionera del debate actual sobre lo que hoy se nombra como “globalización”... Sospecho, por eso, que tampoco
estoy descaminado del todo al sugerir que hay, por ejemplo, un claro y explícito movimiento teórico e
histórico, desde la propuesta del moderno sistema-mundo originándose en los cambios del capitalismo
europeo y en sus sistemas de estados, hasta la admisión, casi veinte años después, de que es con América, no
antes, ni fuera de ella, es decir, con la colonialidad del poder, que tanto el moderno capitalismo mundial, así
como el sistema-mundo asociado a él, se constituyeron históricamente y comenzaron su despliegue
hegemónico que culmina ahora con su mundialización o “globalización”... (Quijano, Aníbal. Immanuel
Wallerstein: Instancias y Trazos. En: Socialismo y Participación 98. Septiembre 2004. Pág. 140)
1
2
En este contexto histórico, los problemas de la formación económica y social peruana, y,
latinoamericana han sido tratados, con diferentes grados de profundidad y lucidez, por los
diversos actores sociales y políticos; y si observamos el drama que vivieron y viven los
seres humanos, especialmente la infancia, en el Perú y América Latina, desde antes de su
constitución como estados-nación, tienen una misma matriz histórica, que está signada por
una larga herencia colonial, donde en el sentido común y las representaciones sociales de
las gentes fluye por doquier el racismo, autoritarismo, el clientelismo político, y
patrimonialismo de los recursos del Estado, por las clases dominantes. Estos abruptos
caminos recorridos de manera casi monótona, nos han permitido descubrir que los sectores
desposeídos, entre ellos los niños, niñas y adolescentes, siempre se alzaron altivos para
rechazar la situación de pobreza, marginación y exclusión, a la que las clases gobernantes y
el Estado los sometieron. Estos dirigentes políticos e innovadores teóricos hicieron
explícitos los temas que quienes los precedieron sólo trataron de manera superficial y
unilateral, en tanto no recogieron los intereses y perspectivas históricas de las masas
populares.
En este largo y escabroso camino recorrido por las masas populares latinoamericanas, en
las décadas de los 60’s y 70’s, emergen con mayor nitidez, los movimientos sociales, muy
en especial el de los niños, niñas y adolescentes trabajadores-NATs, quienes levantando las
banderas del protagonismo infantil, ponen en la escena social y política de nuestras
sociedades, una visión que contradice la idea de una infancia domesticada, obediente y
excluida a favor de un nuevo concepto que considera al niño, niña y adolescente como
sujetos sociales, actores sociales, sujetos políticos y económicos, con la capacidad de
participar y de transformarla. Por tanto, el significado y la importancia del protagonismo
infantil, en nuestro continente, marca una nueva época en la vida de nuestros pueblos,
porque se trata de una construcción socio-histórico-cultural, no simplemente de un hecho
biológico o antropológico que ha ayudado a los movimientos sociales de NATs a
redescubrir la opción por la justicia social y la dignidad3. Este protagonismo infantil
popular, es la expresión de las luchas organizadas de las masas populares, por rescatar y
construir espacios de libertad, dignidad y justicia social. En términos generales, nuestros
países han recorrido y recorren los mismos caminos de liberación, sedientos de justicia,
pero en una nueva sociedad, donde los pueblos que sufren, los pobres, no han perdido la
esperanza y, sus celebraciones y movimientos sociales, están repletos de belleza, esperanza
y alegría.
Actualmente, los pobres celebran con inmensa alegría, el advenimiento de un nuevo
amanecer, donde las experiencias de participación protagónica de los niños, emergen por
doquier, lo que nos obliga a la construcción de una nueva cultura de infancia en
Latinoamérica, diferente a la que hemos bebido de la cultura de occidente. Al respecto,
siguiendo los trazos de Gustavo Gutiérrez, afirmamos: “No se trata además, puede ser
oportuno anotarlo, de la defensa de antiguas culturas fijadas en el tiempo o de la
propuesta de proyectos arcaicos que el devenir histórico habría superado, como algunos
tienden a pensar. La cultura es creación permanente, se elabora todos los días. Lo vemos
de muy diferentes maneras en nuestras ciudades. Ellas son un crisol de razas y culturas
Véase Liebel, Manfred. La Otra Infancia: niñez trabajadora y acción social. Pp. 211-216. IFEJANT. Lima,
2000
3
3
en sus niveles populares; pero a la vez, son crueles lugares de crecientes distancias entre
los diferentes sectores sociales que las habitan. Ambas cosas se viven en un continente en
precipitada urbanización. Este universo en proceso, que en gran parte arrastra y
transforma los valores de culturas tradicionales…; es, en consecuencia, un punto de
partida histórico para una reflexión de orden teológico”4. Es por ello, que nos regocija la
inauguración de la Maestría de Infancia en la UCA, porque desde el mundo académico, se
estará coadyuvando, conjuntamente con otras universidades hermanas, a la construcción de
un nuevo pensamiento social sobre infancia, que rescate las experiencias de participación
protagónica de la infancia, como un derecho humano, inalienable e irrenunciable.
AMERICA LATINA Y LOS ESCABROZOS CAMINOS DE UNA LARGA Y
PESADA HERENCIA COLONIAL
América Latina, nuestro continente, desde el río Grande al sur de México, hasta la
Patagonia, en Chile y Argentina, ha sido escenario5, -durante los siglos, XV, XVI, XVII,
XVIII, XIX, XX y albores del XXI- de oleadas cíclicas de violencia social y política de los
excluidos. Estos sectores excluidos, -entre los que se encuentran los niños, niñas y
adolescentes- siempre insurgieron protagónicamente, para recusar la organización
económica, social, política y cultural, que los vencedores nos impusieron, y que se
consolidaron con la instauración de los estados-nación en el siglo XIX. Actualmente, a
pesar de más de 500 años de dominación y explotación de las clases dominantes, aún no se
ha superado la pobreza extendida y las injusticias; pero al interior de los sectores populares
y sus organizaciones, ha cambiado decisivamente la posición frente a la pobreza y miseria.
Los sectores más lúcidos y comprometidos en nuestras sociedades han tomado conciencia
de que la cada vez más creciente brecha entre pobres y ricos no sólo es la secuencia de
condicionamientos económicos y sociales o menos causales, sino la expresión de una
estructura asimétrica que contradice la construcción de un verdadero orden social, que debe
tener como centro y fin del desarrollo al ser humano.
Por otra parte, los sueños truncados, de libertad, dignidad; y justicia social, con las que
soñaron y sueñan los miles y millones de seres humanos, que entregaron; y siguen
entregando sus vidas; y derramaron su sangre generosa, en su propósito de hacer florecer la
justicia social, en nuestro continente, aún están por conquistarse, como contrapartida, frente
Véase Gutiérrez, Gustavo. Situación y tareas de la teología de la liberación. Pág. 68. En: Del lado de los
pobres-Teología de la Liberación. CEP. Lima, 2005. El subrayado es mío.
5
La conquista de América se llevó a cabo en el momento que Europa pugnaba por resolver la crisis del
sistema feudal a través de su expansión territorial. La conquista permitió superar dicha crisis, constituyéndose
una economía mundial de orden mercantil y, con ella, una división internacional del trabajo, con Europa
como eje del nuevo sistema y América una de las periferias coloniales. En estas condiciones, el papel que le
tocó desempeñar a los dominios españoles fue el de aportar recursos metálicos conducentes a la acumulación
originaria de los países centrales, mediante el establecimiento legal de relaciones sociales de producción
precapitalista en la nuevas áreas coloniales (Wallerstein. 1974). De allí que Braudel (1961) advierte que “el
oro y la plata del Nuevo Mundo permitieron a Europa vivir por encima de sus posibilidades de invertir mucho
más de lo que ahorraba” (…) La importancia del oro y de la plata se fundaba en que éstos permitían la
realización de grandes y rápidas operaciones comerciales a un reducido tipo de interés, con la consiguiente
apropiación de enormes excedentes. Es así como América cumplió, como señala Lessa (1969), la función de
un banco emisor que suministraba una oferta elástica de dinero a los sectores metropolitanos. (Cotler, Julio.
Clases Estado y Nación en el Perú. Pág. 51. IEP. Lima, 2005)
4
4
a los alarmantes niveles de miseria humana, a la que nos condujeron históricamente las
clases criollas dominantes, y, que en estas dos últimas décadas, son las que más clara y
brutalmente se han encargado de mostrarnos a los latinoamericanos6, la gravedad de los
males sociales que nos aquejan; y como consecuencia de estos males, descubrimos la
tremenda vulnerabilidad a la que están expuestas nuestras sociedades 7, pues, asistimos
impotentes, al florecimiento de fenómenos sociales, como el de niños, niñas y adolescentes
en situación de calle8; niños trabajadores, en condiciones de explotación y esclavitud;
pandillaje, drogadicción extendida, delincuencia juvenil, explotación sexual infantil; y otros
males sociales que dañan la dignidad de los seres humanos, especialmente, de la infancia.
En suma, en nuestro continente cada vez más somos depositarios, de más exclusión y
La peculiar situación de América latina, que de haber sido otrora aparente escenario de utopías, se ha
convertido en aposento de debilidad y prototipo del fracaso histórico, obliga a quienes desde ella queremos
pensar el mundo y sus futuros posibles, a realizar un verdadero tour de force. Un pensar auténtico debe partir
siempre del reconocimiento de la verdadera realidad del pensador. Ningún pensar que no esté enraizado en su
propia tierra puede ser fructífero, y mucho menos si se trata de tematizar del fenómeno humano. Decía Martí
al respecto, refiriéndose a América Latina que “con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro
del llanero” y recomendaba por ello que “a lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar
bien;... El gobierno ha de nacer del país. Es espíritu del gobierno no es más que el equilibrio de los elementos
naturales del país”. (López, Sinesio. El lugar de América Latina y el Perú en el mundo. En: Desde el Límite.
Pág. 79)
7
Justamente porque eran plenamente conscientes de la vulnerabilidad de las sociedades que habían creado y
heredado y que pretendían mantener inmodificadas en lo sustantivo de generación en generación, las élites
criollas latinoamericanas jamás temieron recurrir al empleo de métodos brutales para controlar a las
poblaciones mayoritarias que se sentían marginadas y, sobre todo, vulneradas en su condición de personas de
pleno derecho. Esos métodos no se limitaron al ejercicio de la represión continua y violenta y a la
sistematización de la arbitrariedad, sino, que determinaron también la manera retorcida y deliberadamente
excluyente en que se diseñó la institucionalidad republicana. El deseo de excluir, de limitar la acción de las
mayorías no puede obviamente inspirar la creación de fórmulas de acción colectiva eficaces, y, por el
contrario, el resultado de su aplicación no puede sino ser la trabazón de la vida de la comunidad. (...) Es por
ello, que una vez constituidas las repúblicas particularmente allí donde existían numerosas poblaciones
indígenas o étnicamente diferenciadas de las minorías criollas, el diseño excluyente al que hemos hecho
mención terminó por sustentarse en formas sordas de segregación racial. En los países andinos y en
Guatemala, sobre todo, esto ha supuesto que el nacionalismo europeo se convierta también en un instrumento
de avasallamiento cultural. Desde la imposición violenta del cristianismo, hasta la castellanización a través de
la educación escolar compulsiva, son muchas las maneras en que se ha pretendido homogeneizar a fin de
crear condiciones aparentes para la aplicación de las fórmulas de construcción de estados nacionales. La
“nación” construida a partir de la supresión y anulación de la diversidad humana expresada en eso que los
antropólogos franceses solían llamar equívocamente, las “nacionalidades espontáneas”. (López, Sinesio. Op.
Cit. Pp. 86-88)
8
Finalizando la década del 50,… en los alrededores de “La Parada” vivían día y noche grupos de niños y
adolescentes entre 7 y 15 años de edad en completo estado de abandono. (…) menores que se
autodenominaban “Pájaros fruteros”. Ellos habían fugado de sus hogares y vivían robando frutas y
comestibles, dormían en las portadas de bares, restaurantes o en el interior del mercado. (…) En 1964 se
realizó un estudio de aquellos menores. Los hallazgos de la investigación muestran características muy
semejantes a las de los “Niños de la Calle” hoy. En particular, los factores causales se refieren a la pobreza
asociada a hogares desintegrados o con conflictos internos, presencia significativa de madrastra o padrastro,
maltrato frecuente y carencia afectiva. La gran diferencia entre aquellos “Pájaros Fruteros” y los “Pirañitas”
de hoy está en que los primeros no consumían drogas. Podemos decir que el problema se ha multiplicado, se
ha tornado más complejo en la medida que la crisis estructural del país se fue agudizando. Los “Pájaros
Fruteros” aumentaron y de la “Parada” migraron a las calles y plazas de la gran urbe, donde perdieron sus
alas, convirtiéndose en “pirañitas” que sobreviven en ríos de aguas negras y turbulentas. (Lineamientos para
una metodología de intervención con niños y adolescentes de la calle. Pp. 19-20. Pontificia Universidad
Católica y Organización de los Estados Americanos. Lima, 1986)
6
5
violencia social9. Entonces, “¿cómo se puede hablar del amor de Dios frente a la miseria
de los pobres y a las injusticias que reinan en el mundo?”10 ¿Acaso, entonces, aquellos,
los indios, los mestizos, los negros, los cholos, los blancos, los ricos, los pobres, los
ignorantes, los analfabetos, los sabios, todos son hijos de esta patria que se llama Perú y
Latinoamérica?
¿Entonces, si esto es así, cómo explicarnos que en los albores del siglo XXI, los niños,
niñas y adolescentes en el Perú y América Latina, siguen pugnando por rescatar su
condición de seres humanos? ¿Cómo explicarnos que en un sistema de organización
política, que se llama democracia, esta situación de pobreza, marginación y exclusión no ha
variado significativamente? Indudablemente, al respecto, encontramos una respuesta y
justificación valedera, sobre esta cuestión, tal como lo explica magistralmente el intelectual
y científico social Aníbal Quijano, quien nos dice: “El patrón de poder mundialmente
dominante, comenzó a configurarse en América, hace 500 años, articulando un nuevo
sistema de dominación social, que consiste en la clasificación social universal de las
gentes sobre la base de la idea de “raza”, y un nuevo sistema de explotación que consiste
en enganchar a todas las formas conocidas (esclavitud, servidumbre, pequeña
producción mercantil independiente, reciprocidad y salario) para producir mercancías
para el mercado mundial y en torno de una de ellas, el eje capital-salario. De ese modo,
racismo y capitalismo fueron articulados como las bases de un nuevo patrón de poder.
Estas fueron, precisamente, las bases que permitieron que el poder mundialmente
impuesto fuera centralizado en Europa y bajo el control de los europeos o de sus
descendientes, cualquiera que sea el lugar concreto dentro del planeta. Por las
necesidades del capital y por las luchas por una redistribución amplia del control del
trabajo y de la autoridad, se pudieron establecer e institucionalizar en Europa las
condiciones de la negociación de los límites de la explotación y de la dominación, pero
también del conflicto. Eso es lo que tiene el nombre de democracia en el poder
contemporáneo. El principal elemento de esa democracia es la idea de la igualdad
jurídica y política de los desiguales en las otras áreas de la existencia. Por eso implica
que los unos sepan que son en su naturaleza iguales a los otros, aparte de las
desigualdades en el control del poder; y que por lo tanto se consideren así la instancia de
sus relaciones sociales” (2001: 22-23)
En suma, los problemas de pobreza, marginación, exclusión y violencia social, no han
disminuido en nuestro continente. Actualmente, América Latina y el Caribe11, muestra su
En este contexto ¿cómo superar la abolición de la violencia? La violencia se incrementa no sólo entre
individuos sino entre grupos, organizaciones y en las más diversas capas sociales. En América Latina y el
Caribe, a modo de ejemplo, casi la mitad de mujeres son víctimas de violencia doméstica. Un estudio del BID
ha concluido que este tipo de violencia ha costado entre el 2% y el 1% del PDG (Producto de Desarrollo
General) en Chile y Nicaragua, respectivamente. En Lima (Perú) el 66% de los robos se producen en la calle.
En Chile el 60% de mujeres son objeto de maltrato físico en el hogar; en Colombia el 20% también lo son,
pero a ello se añade el abuso psicológico; y en Nicaragua el 60% de los casos de violencia familiar incluye
violencia sexual y sicológica. (Cussiánovich, Alejandro y otros. La Infancia en los escenarios del futuro. Pp.
31-32. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Lima, 2001)
10
Gutiérrez, Gustavo. Del Lado de los Pobres-Teología de la Liberación. Pág. 7. CEP. Lima, 2005
11
Según datos recientes de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo de las
Naciones Unidas, en los últimos 20 años, la pobreza ascendió significativamente en la región al pasar del 40
al 44% de la población, la tasa de desocupación se elevó del 6 al 9% y se deterioró la calidad de los empleos
9
6
impronta de continente pobre, que nos compromete a interpelar a esta situación de pobreza.
Una dramática realidad que en circunstancias diferentes habían iniciado en estas tierras, el
siglo XVI, figuras como Fray Bartolomé de las Casas y el indio peruano Guamán Poma de
Ayala en la defensa de poblaciones indígenas del continente, -quien en su desesperación lo
llevó a exclamar “¡Y no hay remedio!- pero, que aún hoy en día, está lejos de ser
comprendida por cada uno de nosotros12. De allí, las dificultades que todavía encontramos
para ver esta lacerante realidad en estos tiempos de la llamada globalización. Sin embargo,
no debemos perder de vista que la pobreza, tal como la conocemos hoy, -realidad en la que
se encuentran sumergidos los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos- lanza un
cuestionamiento radical y englobante a la conciencia humana, por constituir un inaceptable
estado de la cuestión.
En el caso de Perú, podemos afirmar que es un país joven y de exclusiones tempranas, con
una gran cantidad de población infantil y juvenil pobre. En total, los menores de 18 años
son 10 millones 617 mil personas, -40% de la población total al 2001- cuyas necesidades
son derechos que deberían ser protegidos por el Estado, el gobierno, la sociedad civil y las
familias. Lamentablemente, en el sentido común y en las subjetividades de las personas
subyace una cultura adultocéntrica y excluyente, en detrimento de los niños pobres, que a
quince años de la Convención todavía son considerados objetos de protección y tutelaje por
parte del Estado. Por otra parte, debido a las erráticas políticas económicas y sociales,
aplicadas por las clases políticas gobernantes, en este largo devenir histórico del Perú, nos
han conducido a una especie de inmensa sala de cuidados intensivos, donde el 54.85 % de
la población peruana vive en condición de pobreza; -14 millones 609 mil habitantesmientras el 24.4% de la población nacional vive sumergida en situación de pobreza
extrema, 6 millones 513 mil habitantes. Además, se tiene que el 40.4% de los miembros de
los hogares pobres tienen menos de 15 años de edad. Es decir, en distribución por edades
los niños, niñas y adolescentes constituyen el grupo más excluido de la sociedad peruana, y,
por tanto en situación de mayor riesgo y vulnerabilidad. Lo que se corrobora al descubrir
que el 62% de nuestros niños, niñas y adolescentes son pobres, 12% viven sumergidos en la
pobreza extrema; y lo más indignante, el 25% de niños y niñas menores de 5 años sufren de
desnutrición crónica.13
disponibles al aumentar las personas que trabajan en la economía informal. El porcentaje de mano de obra
activa no agrícola pasó de ser 40%, en 1980, a casi el 60% en la actualidad. Asimismo, la CEPAL y otros
organismos indican que la desigualdad creció agudamente en los últimos años, en la región ya más desigual
del planeta. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que hay actualmente en América Latina
218 millones de personas que carecen de protección en salud, 100 millones que no cuentan con servicios
básicos de salud y 82 millones de niños que no tiene acceso a los programas de inmunizaciones. (…) La
pobreza masiva constituye un escándalo en un mundo que ha alcanzado posibilidades excepcionales de
producción de bienes y servicios. Los acelerados descubrimientos en biotecnología, genética, ciencias de los
materiales, comunicaciones y otros campos han disparado las potencialidades productivas. Sin embargo, no
llegan a incidir en la vida cotidiana de los pobres y, por el contrario, su número crece (son 4.100 millones
actualmente). Detrás de la pobreza hay una aguda desigualdad que la genera, la reproduce y la amplía. Las
200 personas más ricas tenían, en 1999, 1.135.000 millones de dólares; mientras que, del otro lado, los 582
millones de habitantes de los 49 países más pobres sumaban un producto bruto total de sólo 146.000 millones.
(Kliksberg, Bernardo. Hacia una economía con rostro humano. Pp.9 y 15.Fondo de Cultura Económica.
Argentina, 2002)
12
Véase Gutiérrez, Gustavo. Op.cit. pp. 60-61
13
Véase Plan Nacional de Acción por la Infancia y Adolescencia 2002-2010. Pág. 12
7
PROTAGONISMO, CATEGORIA
MOVIMIENTOS SOCIALES
SOCIO
HISTORICA,
HIJA
DE
LOS
Este panorama por demás dramático, descrito anteriormente, es el resultado histórico de
tensiones cada vez más crecientes entre los vencedores, que dicho sea de paso, detentan el
poder; y los vencidos, que pugnan por una vida más digna. En este escenario adverso, para
los vencidos, los sectores sociales marginados y excluidos, jamás arriaron sus banderas de
lucha, en su búsqueda permanente de libertad, dignidad y justicia social. Una de las
alternativas a la que los excluidos, siempre echaron mano, fue a su capacidad organizativa,
y, de protagonismo popular, con la finalidad de conquistar palmo a palmo, sus derechos
democráticos negados autoritariamente por las clases dominantes y el Estado. Es en este
contexto, de intensos movimientos sociales, que convulsionaron al Perú y Latinoamérica,
en los conflictivos y violentos años 30’s14, 40’s, 50’s, 60’s y 70’s, en que se hace más
visible el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes. El protagonismo, es una
categoría sociológica e histórica, que florece con mayor vigorosidad en el Perú, en la
década de los 70’s, pero desde la misma vivencia de los niños trabajadores y, por tanto, se
extiende rápidamente al resto de países latinoamericanos, entre ellos Nicaragua.
Por otra parte, es preciso recordar, que en las décadas de los 60’s y 70’s, tanto Nicaragua,
así como Perú, eran gobernados por dictaduras militares. La dictadura, de Anastasio
En los años veinte y treinta, era normal que los educadores más prestigiosos de las Américas hablaban de la
necesidad de regenerar la raza, para mejorar la especie, cambiar la calidad biológica de los niños .Al
inaugurar el sexto Congreso Panamericano del Niño, en 1930, el dictador peruano Augusto Leguía puso el
acento en el mejoramiento étnico, haciéndose eco de la Conferencia Nacional sobre el Niño del Perú, que
había lanzado un grito de alarma ante la “infancia retardada, degenerada y criminal”. Seis años antes, en el
Congreso Panamericano del Niño celebrado en Chile, habían sido numerosas las voces que exigían
“seleccionar las semillas que se siembran, para evitar los impuros”, mientras el diario argentino La Nación,
editorializaba sobre la necesidad de “velar por el porvenir de la raza”, y el diario chileno El Mercurio advertía
que la herencia indígena “dificulta, por sus hábitos y su ignorancia, la adopción de ciertas costumbres y
conceptos modernos”. Uno de los protagonistas de ese Congreso en Chile, el médico socialista argentino José
Ingenieros, había escrito en 1905 que los negros, “oprobiosa escoria”, merecían la esclavitud por motivos “de
realidad puramente biológica”. Los derechos del hombre no podían regir para “estos seres simiescos, que
parecen más próximos de los monos antropoides que de los blancos civilizados”. Según Ingenieros, maestro
de juventudes, “estas piltrafas de carne humana” tampoco debían aspirar a la ciudadanía, “porque no deberían
considerarse personas en el concepto jurídico”. En términos no tan desafortunados se había expresado, unos
años antes, otro médico, Raymundo Nina Rodríguez: ese pionero de la antropología brasileña había
comprobado que “el estudio de las razas inferiores ha proporcionado a la ciencia ejemplos bien observados de
su incapacidad orgánica, cerebral”. La mayoría de los intelectuales de las Américas tenía la certeza de que las
razas inferiores bloqueaban el camino del progreso. Lo mismo opinaban casi todos los gobiernos: en el sur de
los Estados Unidos, estaban prohibidos los matrimonios mixtos, y los negros no podían entrar a las escuelas,
ni a los baños, ni a los cementerios reservados para los blancos. Los negros de Costa Rica no podían ingresar
sin salvoconducto a la ciudad de San José; ningún negro podía pasar la frontera de El Salvador; los indios no
podían caminar por las aceras de la ciudad mexicana de San Cristóbal de las Casas. Sin embargo, América
latina no tuvo leyes de eugenesia, quizá porque el hambre y la policía ya se encargaban, en aquel entonces,
del asunto. Actualmente, siguen muriendo como moscas, por hambre o enfermedad curable, los niños
indígenas de Guatemala, Bolivia o Perú, y son negros ocho de cada diez niños de la calle asesinados por los
escuadrones de la muerte en las ciudades de Brasil. (Galeano, Eduardo. Patas Arriba, la escuela del mundo al
revés. Pp. 62-64. Silgo XXI Editores. Argentina, 2001)
14
8
Somoza, era una de las más despóticas y autoritarias de nuestro continente, lo que dio lugar
a la insurgencia del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que a la luz de las utopías de
Julio César Sandino, el General de Hombres Libres, toma el poder por la vía de la lucha
armada en 197915. En cambio, la dictadura del General Juan Velasco Alvarado16, iniciaba
un proceso de reformas nacionalistas, que algunos estudiosos llamaron capitalismo de
Estado, hecho social que desmontó del poder a la oligarquía peruana, que históricamente
había gobernado el Perú a espaldas de los intereses de las masas populares habiendo
convertido al Estado en su patrimonio. Lamentablemente, este proceso de reformas
nacionalistas, fue interrumpido por un golpe militar, que encabezó Francisco Morales
Bermúdez en 1975. Este general una vez en el ejercicio del poder, a la par de iniciar el
desmontaje de las reformas nacionalistas, del gobierno anterior, empieza la aplicación de
políticas económicas de ajuste, que el dicho popular, llamó los “paquetazos” económicos,
que dramáticamente, y, como siempre golpean brutalmente la economía de los sectores
populares.
Indudablemente, en estos años América Latina vivía aires liberadores influenciada por dos
acontecimientos importantes: i) Uno de carácter político: el triunfo de la heroica
Revolución Cubana, ii) Otro, de carácter teológico pastoral. Lo importancia de estos hechos
es que desde lo político se cuestionó también lo pastoral; las iglesias se replantearon su
papel en un Continente sacudido por grandes desigualdades sociales y violencias lo que
cambia la perspectiva de este trabajo. Dos elementos son sumamente significativos: la
Teología de la Liberación17, que asume en su análisis y acción con los movimientos
Recuerdo con mucho cariño y nostalgia al R. P. Ernesto Cardenal; y otros miembros del FSLN, quienes en
el año 1979, visitaron Lima; y de cuya delegación tuve el honor de formar parte, durante las reuniones en la
Asamblea Constituyente, que era presidida por el líder fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de La Torre; y
con otros sectores de las organizaciones de base, y de los políticos de la izquierda del Perú. Acompañamos a
la delegación Nicaragüense, con un entrañable amigo, Luis Varese Scotto, quien posteriormente combatió en
el frente sur del FSLN, hasta el triunfo de la revolución.
16
Después de la debacle de gobiernos democráticos y dictaduras militares, y de las componendas de los
partidos políticos: APRA y AP, en el Perú se inicia en 1968 un proceso de reformas estructurales, ejecutadas
por el autodenominado gobierno revolucionario de la Fuerza Armada, que encabezó el General Juan Velasco
Alvarado en 1968, que a los siete años fracasó. Esta experiencia de oposición limitada al imperialismo, fue
seguida de la contrarreforma, que desde 1975 encabezó Francisco Morales Bermúdez. Este gobierno
dictatorial, dio lugar a la movilización de los movimientos sociales: campesinos, mineros, obreros
industriales, obreros metalúrgicos, barriales, y juveniles. Esta etapa de convulsión social culminó con el
histórico Paro Nacional del 19 de julio de 1977, cuyo costo social fue el descabezamiento del movimiento
sindical peruano, con el despido de 5 mil dirigentes obreros de sus centros de trabajo. Ante estos hechos, y
ahogado por la profunda crisis económica y de ingobernabilidad, este régimen dictatorial se vio obligado a
convocar a una Asamblea Constituyente, en 1978, promulgada en 1979; y a elecciones generales, en 1980,
con el triunfo de Acción Popular, instaurándose el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Ferry, quien
precisamente había sido echado del poder por un golpe de Estado. Esta llamada recuperación de la
democracia, marcó el inicio de la lucha armada, por acción de Sendero Luminoso; y en 1982, por el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-MRTA.
17
(…) “DEL LADO DE LOS POBRES. Teología de la liberación” es fruto de las reflexiones…, Gustavo
Gutiérrez… Esclarece… el papel de la Iglesia y de la teología en una época marcada rígidamente por el sesgo
económico del estilo neoliberal de la globalización. Con la caída de la cortina de hierro y el desmoronamiento
de las dictaduras comunistas, muchos profetizaron la victoria definitiva del capitalismo. Pero la tendencia
arrolladora y unilateral de la globalización económica tiene que ser hoy analizada a la luz de los principios de
la justicia social, como lo subraya incansablemente Juan Pablo II en su doctrina social y en discursos a través
15
9
sociales de América Latina, y desde esta perspectiva se vuelve a pensar lo pastoral para
retomar luego lo político; y en segundo lugar, la Conferencia de Medellín en 196818
influyeron en el trabajo pastoral de la Iglesia Latinoamericana .
En esta coyuntura, como muy bien describe Julio Cotler: “La relativa democratización de
la vida de la Iglesia derivada del Concilio Vaticano II, al triunfar la tesis de que la
Iglesia estaba constituida por el “pueblo de Dios”, facultaba la multiplicación y
participación de estas comunidades de base en las transformaciones sociales. Desde esta
concepción antioligárquica y militante grupos de religiosos se comprometieron en
movimientos campesinos, organizaciones representativas de los pobladores de barriadas,
sindicatos de trabajadores urbanos y organizaciones estudiantiles, buscando de este
modo organizar a los sectores populares contra la clase dominante, responsable del
“pecado colectivo”. A partir de esta apertura política en el Perú se organiza la Oficina
Nacional de Información Social (ONIS) que posteriormente asumiría un
comportamiento radical, que se concretó después de la reunión de obispos de Medellín,
Colombia, en 1968, en la difusión de la “teología de la liberación” y los “cristianos por el
socialismo” (Macaulay, 1972). Por otro lado, y a través de los Cursillos de Cristiandad,
un sector de la Iglesia procuró la constitución de “comunidades de base” especialmente
entre los nuevos sectores emergentes de la clase media: militares y profesionales
“gerenciales”.
“Mientras en el primer caso, los sacerdotes alentaban y participaban activamente en la
movilización de los diferentes sectores de las clases populares, los Cursillos de
Cristiandad se dieron entre los elementos tecnocráticos, militares y civiles, preparándolos
para iniciar cambios en la sociedad a partir de las posiciones de autoridad que ocupaban
o deberían alcanzar. A diferencia de ONIS, los “cursillistas” perseguían realizar desde
“arriba” los cambios necesarios, a fin de limar las contradicciones existentes entre las
clases de la sociedad, procurando de este modo extender un sentimiento comunitario
(familia, gremio, comunal) a todo lo largo y ancho de la sociedad, actualizando las viejas
aspiraciones católicas”. (Cotler, Julio. 2005: 281)19 Por su puesto, que ninguno de estos
hechos, tomó en cuenta a los niños, niñas y adolescentes, como interlocutores válidos con
voz y derechos específicos20.
de sus múltiples viajes. (Sayer, Josef. Pág. 13. En: Del lado de los Pobres-Teología de la Liberación. Muller,
Gerhard; y Gutiérrez, Gustavo. CEP. 2005)
18
La pobreza es un tema evangélico y un desafío que ha estado siempre presente a lo largo de la historia de la
Iglesia. Pero las denuncias de Medellín (“inhumana miseria”), Puebla (“pobreza evangélica”) y Santo
Domingo (“intolerables extremos de miseria”), hicieron que la situación de pobreza, que padece la gran
mayoría de la población de América latina y el Caribe, surgiese con toda crudeza ante nuestros ojos. (…) El
“otro” de una sociedad que lo margina y excluye se hizo presente demandando solidaridad. La pregunta
frontal ¿cómo decirle al pobre, al último de la sociedad, que Dios lo ama? Ha demostrado su fecundidad en la
acción pastoral de la Iglesia y en el camino teológico emprendido para responder a ella. Ante la muerte injusta
y temprana que implica la pobreza, “el noble combate por la justicia” (Pío XII) adquiere caracteres dramáticos
y urgentes. Tomar conciencia de ello es una cuestión de lucidez y honestidad. (Gutiérrez, Gustavo. La
teología una función eclesial. Pág. 19. Op. Cit.)
19
Véase Cotler, Julio. Clases, Estado y Nación en el Perú. El subrayado es mío.
20
Véase Cussiánovich, Alejandro: Participación protagónica de niños y adolescentes: de la necesidad al
derecho. Pp. 27. En: Historia del pensamiento social sobre infancia. Fondo Editorial de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UNMSM. Lima, 2003)
10
Podemos afirmar entonces, que el año 1976, y subsiguientes, marcan nuevos escenarios de
lucha y combate para los movimientos sociales, frente a la cuál, la dictadura militar de
turno, recurre a la censura de los medios de comunicación; y al estado de emergencia21,; y a
la persecución de los dirigentes de las organizaciones populares; y dirigentes políticos de
izquierda, para garantizar de este modo la aplicación de las medidas de ajuste económico,
cuyos efectos negativos, como siempre, causaron estragos irreparables en la vida de los
niños, niñas y adolescentes de los sectores populares más desposeídos. Por otra parte, a
pesar de estas heroicas luchas, en nuestros países, la infancia continúa siendo el sector más
débil y vulnerable. Conscientes de esta situación, los jóvenes de la Juventud Obrera
Cristiana (JOC.), quienes habían sufrido en carne propia la arremetida represiva de la
dictadura militar, premonitoriamente promueven la organización de los niños trabajadores,
que años después se constituye en el Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores
Hijos de Hogares Cristianos-MANTHOC. El MANTHOC desde inicios de los años 90, y
luego a través del Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores
Organizados del Perú-MNNATSOP, desde 1996; y el Movimiento Latinoamericano y del
Caribe de Niños y Adolescentes Trabajadores-MOLACNATS, han mantenido y mantienen
una acción permanente de vigilancia y de acción directa y militante no sólo sobre los
permanentes intentos de modificación del Código de los Niños y Adolescentes que ellos
consideran de importancia, sino también sobre los debates internacionales como el
Convenio 138 y 182 de la OIT, así como el tajante rechazo a la Marcha Global contra los
NATs en 198822. Esta valiente actitud protagónica de los NATs, les ha servido para ser
atacados por los funcionarios de la OIT. En efecto: “El extremo lo tenemos en lo
aparecido en su página web.www.oit.org.pe/oitreg/activid/proyectos/ipec/balancesa.shtml.
Allí se lee a la letra: “En América Latina se da una situación excepcional, que
consideramos fundamental entender para comprender la estrategia del programa. Existe
en la Región un Movimiento de Organización y Promoción de los Niños y Adolescentes
Trabajadores (NATs). Estas organizaciones que se sitúan fundamentalmente en Perú,
Bolivia, Ecuador y Paraguay tienen un indudable arraigo y “defienden” el trabajo
infantil. Dichas organizaciones, han tenido sin duda, una influencia notable en la
redacción de los Códigos de Niños en algunos países (Perú y Paraguay por ejemplo).
Uno de los esfuerzos del IPEC ha consistido, sin entrar en confrontaciones dialécticas,
en indicar a los gobiernos los peligros de este tipo de movimientos y crear alianzas
estratégicas con diversas ONGs de los países, como contrapunto a estos llamados
Movimientos de NATs.”23. ¿Entonces defender los derechos humanos es devenir en
peligrosos? Por tanto, la categoría sociológica del protagonismo, es hija de los movimientos
sociales, en tiempos de dictaduras, “dictablandas”; y democracias representativas.
Viene a mi memoria; y recuerdo, que esos tiempos vivía a salto de mata. En efecto, cuando en aquel
entonces, desempeñaba el cargo de Secretario de Salud, del Consejo de Salud, de la Comunidad Urbana
Autogestionaria de Villa El Salvador, los dirigentes de la CUAVES, –órgano de autogobierno y poder
popular- éramos vigilados, perseguidos, posteriormente detenidos, y conducidos a los calabozos de Seguridad
del Estado, por el sólo hecho de reclamar la instalación de los servicios básicos, -agua, desagüe y otros
servicios- en el inmenso arenal.
22
Véase Cussiánovich, Alejandro. Op.cit. Pág. 43
23
Citado por Cussiánovich, Alejandro. Tipología del Trabajo Infantil desde el Punto de Vista de los Derechos
Humanos: La Necesidad de una Diferenciación. En Revista Internacional NATS. N° 11-12. Pág. 89
21
11
Entonces, el protagonismo es un desafío utópico que está en plena construcción, ante la
arbitrariedad de gobernantes, educadores y trabajadores sociales, que consideraban a los
niños, niñas y adolescentes trabajadores y, no trabajadores de los sectores populares, como
objetos de protección; y elementos peligrosos. Esta otra infancia, constituye por tanto, un
significativo sector de la población peruana y latinoamericana, que a pesar de la adversidad,
no han abandonado su lucha contra aquellas imágenes o representaciones sociales que
siempre han intentado confinarlos a la condición de objetos de protección, de compasión,
de misericordia. O en todo caso, ante los intentos, de las clases dominantes en el poder, de
convertirlos en menesterosos felices.
Es evidente, pues, que cuando hablamos de las experiencias del protagonismo de los niños,
niñas y adolescentes, en el Perú y Latinoamérica, encontramos que detrás de estas luchas
hay una dimensión utópica, que consiste en apostar por la forja de nuevos proyectos
personales y sociales de vida más humanos, solidarios, fraternos, afectuosos, amorosos, y
recíprocos para nuevos manifiestos sociales, que coadyuven a la construcción de una
democracia liberadora, que nos permita de-construir la colonialidad del poder24, que nos
impusieron los vencedores. Por tanto, la descolonización y la deconstrucción de las
relaciones sociales, la democratización del control de la autoridad y de la violencia
estructural que se vive en el Perú y América Latina –excepción hecha de la heroica Cuba
Revolucionaria- son los requisitos básicos e indispensables, para todo proceso de
democratización liberadora; ya que la democracia liberal, representativa, delegativa, o de
baja intensidad, que adoptó el Perú con el establecimiento del Estado-Nación republicano,
en 1821, y el resto de países latinoamericanos no ha garantizado, ni garantiza actualmente,
el bienestar y la felicidad de los niños, niñas y adolescentes en la región. Es por ello, que en
estos tiempos de cambio de época se tiene que repensar la democracia en el Perú y
Latinoamérica, para reinventar la emancipación social, para así asistir alborozados al
nacimiento de nuevos manifiestos sociales, que nos ofrezcan progreso y bienestar a todos
los latinoamericanos. Por tanto, el reto y desafío es trabajar más intensamente por el real y
sustantivo ejercicio de la participación protagónica de los niños, niñas y adolescentes25.
Como bien sostiene Alejandro Cussiánovich, esto indudablemente acarrea implicancias de
consideración para repensar la infancia y la actoría social, la infancia y el protagonismo, la
infancia y la democracia, y la infancia y la ciudadanía, en contextos por demás violentos y
asimétricos, que reinan en nuestro continente26. “Por esto, la necesidad de afirmación
democrática sigue teniendo plena validez, hoy más que nunca, en circunstancias que la
debilidad estatal para hacer cumplir la ley de manera universal y de distribuir
24
La colonialidad del poder, que consiste en que la diferencia entre lo europeo y lo no europeo funda la
desigualdad de ambos en el poder, en la sociedad y en el estado, no fue erradicada en América Latina. En
otros términos, la sociedad no fue descolonizada, democratizada o “nacionalizada” plenamente, y en algunos
casos quizás ni siquiera básicamente; ni representada tampoco, plenamente, en un Estado-Nación. La
mistificación eurocéntrica de esta categoría, fue aún más acusada en estos países. Por ello nunca han dejado
de haber, virtualmente en todos los países latinoamericanos, estructuras de autoridad diferentes de las
estatales, en relaciones de complementariedad y/o de conflicto. (Quijano, Aníbal. La Economía Popular y sus
caminos en América Latina. Pág. 184. Mosca Azul Editores. Lima, 1998)
25
Véase Jaramillo García, Enrique. ¿Porqué y para qué, la democracia en el Perú? Una mirada crítica.
Separata. Lima, 2005.
26
Véase Cussiánovich Villarán, Alejandro. Ser actores sociales: desafíos para los niños. Pp. 11-16. En:
Historia del Pensamiento social sobre la infancia. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la
UNMSM. Lima, 2003)
12
equitativamente los recursos sociales se suma a la incapacidad de las instituciones
políticas para atender las desbordadas demandas corporativas, a la frivolidad e
improvisación de la llamada “clase política” y a los múltiples y crecientes desafíos de la
globalización capitalista. De no atenderse estos problemas, pueden acabar desgarrando
los tejidos sociales que todavía dan sentido de pertenencia y de referencia a los peruanos
y latinoamericanos. Manuel Azaña decía “cuando el Estado desaparece, aparecen las
tribus”27.
PROTAGONISMO DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES,
CORRIENTE EMERGENTE EN EL PERU Y AMERICA LATINA
UNA
El protagonismo infantil, por tanto, es una experiencia maravillosa, renovadora, nacido al
influjo de los movimientos sociales, que actualmente se ha convertido en una corriente
emergente de pensamiento sobre la infancia. Esta corriente que se iniciara hace más de 25
años en América Latina y el Caribe, empezando por el Perú, ha desarrollado, y continúa
desarrollando un largo y tormentoso camino de proceso de construcción no sólo de
categorías conceptuales, sino de experiencias innovadoras, que nos están notificando de la
presencia activa y militante de nuevos actores sociales, los niños, niñas y adolescentes
organizados. Indudablemente, hablar de protagonismo infantil, significa haber superado
ideologías decadentes, como la Doctrina de la Situación Irregular del Niño; y el paradigma
de la peligrosidad del niño pobre, como objeto de protección y tutelaje por parte del Estado,
y la misma Convención sobre los Derechos del Niño28, que inaugura el paradigma de la
Doctrina de la Protección Integral; y por primera vez considera al niño como sujeto de
derechos.
Entonces, la doctrina del protagonismo integral, es una corriente emergente, que es el
resultado de una opción a favor de la participación de los niños, niñas y adolescentes, que
se adelantó casi en 13 años a la Convención sobre los Derechos del Niño. En suma, el
protagonismo es la culminación de la lucha del propio pueblo; y del niño pueblo, que
emprendieron en 1976, nadando a favor o en contra de la corriente, en su búsqueda
permanente por rescatar espacios de libertad29, dignidad, amor, ternura y, justicia social,
Cotler, Julio. Op. Cit. Pág. 43. El subrayado y agregado: y latinoamericanos, son míos.
El 20 de noviembre de 1989 los Estados del mundo después de muchos años de lucha que se remonta a
1923, en que la ciudadana inglesa Englantyne Jebb, conmovida por el sufrimiento de los niños, quienes eran
las primeras víctimas de las políticas económicas que aplicaban los gobernantes de los Estados, funda la
organización Save the Children, para proteger a los niños. En 1924 la Liga de las Naciones aprueba la
Declaración de Ginebra; y en 1959 la Organización de las Naciones Unidas aprueba la Declaración del Niño,
aprueban la Convención sobre los Derechos del Niño, que es un documento internacional que tiene carácter
vinculante. El Estado peruano forma parte de esta Convención desde 1990; y como tal está obligado a ejecutar
políticas sociales y económicas para el mejoramiento de las capacidades de los niños, niñas y adolescentes. La
Convención según algunos estudiosos es la Revolución Francesa con 200 años de retraso, porque reconoce al
niño como ciudadano y sujeto de derechos. La Convención se sustenta en los siguientes principios: i) Derecho
a no ser discriminado, ii) Derecho a la sobrevivencia y el desarrollo, iii) Derecho a la participación; iv) El
Interés Superior del Niño.
29
La libertad es un valor inherente al ser humano, es como el agua que hace florecer los campos, es como el
alimento que nos da vida, es como el aire puro de los andes, que respiramos y, dan vida magistralmente al
hombre y la naturaleza. En suma, la libertad es el don más preciado que tiene el ser humano; y más aún los
27
28
13
frente a los niveles de pobreza30 en que históricamente han vivido, y siguen recibiendo más
de lo mismo.
Siendo reiterativo, el protagonismo, es un nuevo paradigma referido a la participación de
los niños, niñas, adolescentes, jóvenes; y al ser humano en general. El protagonismo es una
característica esencial del ser humano, ya que éste –el ser humano- ha nacido para ser
alguien en la vida, para ser uno mismo, para no ser un inferior o ciudadano de tercera
categoría o segundón, sino para ser iguales o idénticos, no obstante las naturales diferencias
de cada uno de los seres humanos. El protagonismo, por tanto, es una condición inherente a
las sociedades y a los individuos. Es un derecho humano inalienable e irrenunciable. En
suma, el protagonismo, reconoce al niño, como actor social, sujeto social de derechos,
sujeto económico y político. Entonces, como magistralmente afirma Alejandro
Cussiánovich: “Ser protagonista, desarrollar una personalidad protagónica, devenir un
actor social, es tener dignidad y estar en la capacidad de amar y ser amado” (2003: 16) 31,
en la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto.
Si partimos de que el protagonismo es una condición inherente al ser humano y a las
sociedades, es pertinente conocer su etimología:
PROTOS-PROTA: este prefijo griego sugiere, según los casos, la idea de adelante, antes de,
primero, por delante, por primero, a favor de, e incluso, en vez de. Por ejemplo: proteios,
proteia, proteion (masculino, femenino y neutro) significa algo de “primera calidad”.
GONIMOS: viene de gonos o de goneuo, y significa fecundo, productivo, generativo.
Entonces “protagonismo” viene, en esta vertiente, de juntar prota + gonimos.
ARJO – ARJEUIA – ARJE: así pues, si juntamos prota + arjeuo = protagonista, con todos
los matices, se comprende por qué seguimos pensando que esta categoría recoge bien la
complejidad conceptual y práctica de ser y de crecer como protagonistas en la historia.
ARJEION: significa “lugar de encuentro”, “residencia de los magistrados o principales”,
“cuartel general”, “palacio de gobierno”, “cargo”, “autoridad”. Si notamos bien, todas estas
acepciones tienen que ver con un tipo de poder, de responsabilidad y de dirección.
ARJO: tiene múltiples significados “ser el primero”, “preceder”, “guiar”, “mostrar el
camino”, “comandar”, “ser el jefe”, “gobernar sobre”, “tener un cargo”. Pero también:
niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes han nacido para ser felices, en un mundo totalmente diferente al
actual. Este fue el sueño de José Martí, de Julio César Sandino; y de José Carlos Mariátegui.
30
No estamos contra los pobres si no estamos contra la pobreza,… Es decir, no recusamos la condición que
abruma a una parte importante de la humanidad. No se trata de un rechazo meramente emocional, es necesario
conocer lo que motiva la pobreza en el nivel social, económico y cultural. Esto requiere instrumentos de
análisis que no son suministrados por las ciencias humanas, pero como todo pensamiento científico ellas
trabajan con hipótesis que permiten comprender la realidad que buscan explicar, lo que equivale a decir que
están llamadas a cambios ante fenómenos nuevos. Es lo que sucede hoy ante la dominante presencia del
neoliberalismo que llega ahora upado sobre los hombros de una economía cada vez más autónoma de la
política (y antes ya de la ética) gracias al hecho que se conoce con el término un poco bárbaro de
globalización. (Gutiérrez, Gustavo. Op. Cit. Pp. 69-70)
31
El subrayado es mío.
14
“actuar por primero o por la primera vez”, “comenzar”, “tomar la iniciativa de”, “arrancar,
“ensuciarse las manos en algo”. Podemos notar que todas son diferentes formas de
“involucrarse”, de “participar”.
ARJEUO: significa “guiar”, “comandar”, “ser guía”, “gobernar”. Pero además “principio”,
“comienzo”, “origen”, “causa primera”, “dar inicio a”, “punto de partida”, “punto terminal
de unión”, “poder”, “autoridad”, “dominio”. Quizá lo más remarcable es el acento en lo de
“poder” y “conducción”.
ARJEIA: significa “dignidad”, no tanto en el sentido que se le suele atribuir a alguien que
se le dice estar revestido de autoridad, de dignidad, sino en el sentido de ser digno, de tener
dignidad32. En consecuencia, el protagonismo, encierra en sí mismo, un contenido fecundo,
que se plantea permanentemente, la lucha por el poder; por la dignidad. En suma, el
protagonismo, es un derecho humano, que es un componente inherente a todo ser humano,
a toda persona, por su condición de sujeto social, actor social, actor político y económico,
tiene que tener en claro que el futuro no llega, se construye; lo hacemos con nuestras
propias manos y esperanzas, nuestros fracasos y proyectos, nuestra terquedad y nuestra
sensibilidad a lo nuevo, es decir, soñar utópicamente con una nueva sociedad.
Esta corriente emergente, que es el protagonismo, toma como base la Convención sobre los
Derechos del Niño, pero su límite es el cielo; y sus fundamentos son los siguientes:
1. La condición de persona: con dignidad e igualdad
2. La esencialidad de ser sujeto social
3. La educabilidad de todo ser humano
4. La responsabilidad, como condición y exigencia de la libertad; y
5. El Interés Superior del Niño
Entonces, no se nace protagonista espontáneamente. Sino que se trata de una vocación, por
consiguiente, no sólo se debe afirmar el protagonismo como un derecho inherente a la
especie humana, sino asumirlo y ejercerlo, en el día a día, en la cotidianidad de la vida. En
otras palabras, en el ejercicio y goce pleno, real y sustantivo de los derechos humanos. El
protagonismo como propuesta y como proceso recaba su fuerza de lo que está en juego
cuando de protagonismo se trata: es la dignidad e identidad de cada persona, de cada grupo
social, de cada pueblo y de cada nación, respetando las diferencias de culturas. Esa es la
fortaleza de esta propuesta emergente.
Finalmente en el Perú y Latinoamérica, nacer pobre y crecer protagonista, se basa en dos
afirmaciones de principio: nadie nace pobre como un hecho aislable y explicable de un
contexto más amplio y sumamente complejo que el individual, y todo ser humano es
educable, porque la educabilidad es una de las condiciones inherentes al ser humano. Por
consiguiente, se es persona y hay que desarrollarse como tal, aguzando el desarrollo de las
32
Véase Cussiánovich, Alejandro. Ibid. 75-75
15
capacidades de los humanos, quienes tienen inteligencia y, sentimientos, se es sujeto social
de derechos y, hay que constituirse como tal33.
PARTICIPACION PROTAGONICA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, UN
DISCURSO CADA VEZ MAS NECESARIO
En el actual contexto de la economía, y las comunicaciones globalizadas34, de la política, de
la pobreza, de la exclusión, de la miseria humana en que vivimos: ¿Será posible hablar de
protagonismo? ¿O es que simplemente se trata de una pose? Considero que en estas
circunstancias adversas, en que las encrespadas olas del pensamiento neoliberal tratan de
someternos, ahora más que nunca, es necesario levantar las banderas del protagonismo, con
un discurso político e interpelatorio a esta brutal ofensiva. No podemos renunciar a nuestras
utopías, para rescatar la igualdad y dignidad entre todos los seres humanos: los explotados,
los dominados, los discriminados, de la tierra.
En este cambio de época, por demás complicado, los discursos sociales han cambiado
también radicalmente, como bien afirma Aníbal Quijano: “Uno de los fenómenos más
notables de la situación actual de América Latina, en especial en el Perú, es la
subalternización de los discursos sociales, pues estos son producidos, incluso para
intenciones críticas, desde la perspectiva dominante acerca de la existencia social
contemporánea. Esto es, desde la perspectiva del poder vigente; el capital. En efecto, los
actuales discursos sociales tienen una muy peculiar relación con la cuestión del poder.
El que ahora ocupa el lugar hegemónico, el neoliberalismo, la excluye completamente.
Pero con él no hay equívocos y se presenta sin ambajes como legitimo discurso del
legítimo poder del capital. Otro, sin embargo, se asumen críticos, como el actual discurso
de la pobreza, pero sólo traducen alguna inconformidad con las expresiones más
ominosas del poder actual, no con su patrón o sus principales formas de ejercicio. (…)
Dada las actuales condiciones históricas del mundo, nada de esto tiene que
sorprendernos demasiado. Después de todo, el momento de profunda reconfiguración
global que atraviesa el poder del capital se funda, precisamente, en la derrota mundial de
los movimientos sociales de contestación y en la desintegración o en la fragmentación
parcial o total de las estructuras sociales de donde aquellos procedían. Aquellos
discursos sociales son una señal clara de que el poder no está hoy en cuestión en el
Véase Cussiánovich, Alejandro. Nacer pobre y crecer protagonista. En: Niñas, Niños y Adolescentes:
Exclusión y desarrollo psicosocial. Tomo I. pp. 26-20
34
La situación así designada viene, como es sabido del mundo de la información, pero repercute pujante en el
terreno económico y social, y en otros campos de la actividad humana. No obstante, la palabra es engañosa
porque hace creer que nos orientamos hacia un mundo único, cuando en verdad, y en el momento actual,
acarrea ineluctablemente una contraparte: la exclusión de una parte de la humanidad del circuito económico y
de los llamados beneficios de la civilización contemporánea. Una asimetría que se hace cada vez más
pronunciada. Millones de personas son convertidas de este modo en objetos inservibles, o en desechables
después de uso. Se trata de aquellos que han quedado fuera del ámbito del conocimiento, elemento decisivo
de la economía de nuestros días y el eje más importante de acumulación de capital. Conviene anotar que esa
polarización es la consecuencia del modo como estamos viviendo hoy la globalización, ella constituye un
hecho que no tiene necesariamente que tomar el curso actual de una desigualdad creciente. Y, lo sabemos, sin
igualdad no hay justicia. Lo sabemos, pero el asunto adquiere en nuestros días una urgencia creciente.
(Gutiérrez, Gustavo. Situación y tareas de la teología de la liberación. CEP. Pág. 70)
33
16
sentido en que lo estaba en el período anterior. Uno de los rasgos decisivos de dicho
período fue la abierta lucha por el poder. Y uno de los ejes centrales de esta lucha fue el
conflicto entre capital, trabajo, entre los capitalistas y sus explotados. Ese conflicto no
está hoy en escena como entonces lo estaba, explicita y organizadamente, aunque da
claras señales de estar en el camino de regreso y de que no tardará en llegar a ocupar el
centro de la escena. En la actualidad, la pugna principal ocurre ente todo entre los
propios controladores del capital y por el momento más bien entre sus categorías o
rangos dominados. (…) No es posible, en consecuencia, que el poder esté presente,
inclusive por su omisión, en los nuevos discursos. Su ausencia hoy en el discurso social,
es, en rigor, una cuestión. También una indicación del modo en que existe en esta
precisa coyuntura: sobre la base de una profunda derrota, aún duradera, de los agentes
históricos contestatarios, los explotados, los dominados, los discriminados”.35
Ante el avasallamiento de los discursos sociales por parte de los explotadores, que está
lleno de racismo, que en el fondo incuba la APOROFOBIA = FOBIA+APOROS=
POBRE, PELIGROSO, RECHAZO, DESPRECIO Y SUBESTIMA AL NIÑO POBRE.
Esto es lo que viene ocurriendo actualmente con los niños niñas y adolescentes de
GENERACION, quienes por el sólo delito de ser “pobres”, pero con una inmensa dignidad,
y por defender espacios de libertad, el día 17 de mayo de este año, fueron arrojados de su
Casa Hogar de Acogida, para cuyo objetivo, los que detentan el poder, –Juez de Familia,
Alcalde Distrital de Magdalena del Mar, Policía Nacional del Perú de Magdalena del Mar,
medios de comunicación masiva- no tuvieron escrúpulos en movilizar a un centenar de
policías pertrechados con armas de guerra, medio centenar de serenazgos, una veintena de
matones, paramédicos, etc., para irrumpir violentamente, según ellos para “proteger” a esta
infancia36. Así es como ellos entienden la protección de la infancia, buscando su
institucionalización, y la privación de su libertad. Esta derrota coyuntural, no sólo ha
eclipsado, en verdad ha hecho estallar los discursos sociales de los explotados y de sus
Véase Quijano, Aníbal. La Economía Popular Y sus nuevos caminos en América Latina. Pp. 13-17. El
subrayado es mío.
36
Ahora dentro del marco legal, el Perú tiene una muy buena legislación que protege al niño y adolescente.
Lamentablemente en la ejecución de la legislación es donde encontramos serios problemas. En los últimos
cuatro años, pero al grave problema que existe de niños consumidores de inhalantes, sobre todo los llamados
pirañitas, no existe un solo caso en que una persona que haya sido detenida por haber proveído de sustancias
tóxicas a estos niños, por haber vendido, por haber comercializado, esté purgando pena. Ningún tribunal en el
Perú ha colocado en prisión a ningún vendedor de inhalantes a niños consumidores de este tipo de drogas. La
legislación existe, el problema está en la ejecución. (…) es un problema real que es la corrupción, la
corrupción atraviesa todo, atraviesa la sociedad peruana de cabo a rabo, desde arriba hasta abajo, y es un poco
la lucha contra nosotros mismos. (…) el Estado peruano –no este gobierno, los últimos diez gobiernos- le ha
atribuido una mínima importancia a la salud mental, llegamos a la conclusión de que no hay estructuras para
rehabilitar a estos chicos. No hay una sola estructura pública para tratar fármaco dependientes menores de
edad, y hay muy pocas a fármaco dependientes en general. (…) No hay esa priorización del gasto público. (...)
El Perú es un país de los planes nacionales, tenemos planes nacionales de todo, y todavía no hay soluciones
nacionales. En lo que es el tema de la infancia tenemos un ente rector que ha sido creado por el nuevo Código
del Niño y el Adolescente sancionado por el Congreso, pero que nunca ha sido legislado, reglamentado,
implementado; y quizás nunca lo sea. Entonces no hay ninguna instancia de ejecución que se encargue de
organizar lo que va a ser la política de Estado peruano, la política pública y también de coordinar la acción
privada en el campo de la niñez. (Rivera, Gastón. Comentarios. En: Violencia, Familia y Niñez. Pp. 124-129.
1995)
35
17
asociados –niños, niñas, adolescentes y educadores- en la lucha por una sociedad
alternativa.
Ante esta tremenda arbitrariedad, de los que detentan el poder nos preguntamos, ¿en qué
situación queda la Convención sobre los derechos del Niño? No obstante que constituye un
paso histórico gigantesco al establecer de forma universal y sin ambigüedad que los niños
son sujetos de derechos, en este caso no son respetados. A pesar de que algunos de sus
artículos se refieren a las niñas y niños que se hallan en instituciones residenciales, y hacen
especial hincapié en que todos los procedimientos (sociales, administrativos y judiciales) y
todas las situaciones que afecten a un menor de 18 años deben garantizar el ejercicio de sus
derechos37. En este caso ominoso, del sufrimiento de los chicos, chicas y educadores de
GENERACION, se trata de una tensión, de dos enfoques contrapuestos: internamiento
versus acogimiento, que en la realidad concreta crea conflicto, tensión, donde los
perdedores, en este caso, son los niños, niñas y adolescentes, quienes luchan por nuevos
espacios de amor y ternura que sus familias, ni mucho menos, la sociedad les ofrece. En
consecuencia, en estas circunstancias, el protagonismo, tiene que vislumbrarse como un
discurso político cada vez más necesario, para nuevos cambios que se orienten hacia el
paradigma de los derechos.
Estos son tiempos nuevos, en que el protagonismo, como modelo de la actoría social,
como modelo conceptual aplicable, tiene que incorporarse en los discursos sociales, en las
subjetividades y mentalidades de las personas, para reivindicar la actoría social y el carácter
ético-cultural de la infancia. En suma, el protagonismo tiene que constituirse, en un
paradigma que ayude a la construcción de una nueva cultura de infancia. Y como
consecuencia de ello, reconocer en el niño su condición de actor social, sujeto social,
económico y político, lo que implica también el desarrollo de un nuevo modo de vida
caracterizado, por una personalidad protagónica, que siempre se plantee, como objetivo
estratégico en el ejercicio de su condición ciudadana38: i) El tema del poder; ii) Luchar por
la dignidad; iii) Tener iniciativa; iv) Ser excelentes, de calidad; v) Ser responsables para ser
verdaderamente libres; vi) Ser solidarios y fraternos; vii) Trabajar pensando en el factor de
unidad; y viii) Tener la capacidad de luchar por una sociedad alternativa a la que nos ofrece
el neoliberalismo39.
PROTAGONISMO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE LOS NIÑOS, NIÑAS
Y ADOLESCENTES: NUEVOS RETOS Y DESAFIOS PARA LA DEMOCRACIA,
EN TIEMPOS DE GLOBALIZACION NEOLIBERAL
Después de la firma del Consenso de Washington en 198040, la caída del Muro de Berlín,
en 1989; y la posterior desintegración de la Unión Soviética, actualmente asistimos
Véase Casas, Ferran. Infancia: Perspectivas Psicosociales. Pp. 101-104
Véase Cussiánovich, Alejandro y otros. La Infancia en los escenarios del futuro. Pp. 53-69
39
Véase Jaramillo García, Enrique. Los Maestros en la promoción y defensa de los Derechos del Niño. Pp.
73-78.
40
Con el establecimiento del Consenso de Washington, su aplicación genera reglas universales de
comportamientos macroeconómicos de los países y de comportamientos de los agentes económicos
(empresarios, familias y gobierno) Es decir, genera una disciplina económica internacional basados en
37
38
18
anonadados, a un fenómeno de impredecibles consecuencias a la se que se ha dado en
llamar la globalización, cuyo signo perverso es el neoliberalismo 41 de capitalismo salvaje
amoral, que abre algunas cuestiones centrales cuya característica principal consiste, como
bien lo afirma Aníbal Quijano, en que: “(…) El actual patrón de poder mundial consiste
en la articulación entre: 1) la colonialidad del poder, esto es la idea de “raza”42 como
fundamento del patrón universal de clasificación social básica y de dominación social; 2)
el capitalismo, como patrón universal de explotación social; 3) el estado como forma
central universal de control de la autoridad colectiva y el moderno estado-nación como
su variante hegemónica; 4) el eurocentrismo como forma hegemónica de control de la
subjetividad/intersubjetividad, en particular en el modo de producir conocimiento.
Colonialidad del poder es un concepto que da cuenta de uno de los elementos fundantes
del actual patrón de poder, la clasificación social básica y universal de la población del
planeta en torno a la idea de “raza”. Esta idea y la clasificación social en ella fundada (o
“racista), fueron originadas hace 500 años junto con América, Europa y el capitalismo.
Son la más profunda y perdurable expresión de la dominación colonial, y fueron
impuestas sobre toda la población del planeta en el curso de la expansión del
colonialismo europeo. Desde entonces, en el actual patrón mundial de poder impregnan
todas y cada una de las áreas de existencia social, material, eintersubjetiva, y son, por eso
mismo, la base intersubjetiva más universal de la dominación dentro del actual patrón
del poder.”43
Entonces, en este contexto totalmente adverso, en que históricamente los vencedores nos
impusieron el colonialismo y la colonialidad del poder, siempre y permanentemente los
vencidos, forjaron sus movimientos sociales. En el caso de los movimientos sociales de los
NATs en Latinoamérica les espera desarrollar nuevos retos y desafíos para la construcción
criterios de eficiencia, es decir de búsqueda de mayores ganancias para el capital, como nunca antes había
ocurrido. La disciplina fiscal, el pago puntual de las deudas externas, la apertura de los bienes y de capital,
pero no la apertura del mercado de trabajo, son las principales reglas cumplidas por todos los gobiernos
nacionales. La búsqueda del beneficio individual, la competencia y la desnacionalización de los intereses
económicos constituyen las reglas del comportamiento a nivel micro. (Gonzáles de Olarte, Efraín.
Neoliberalismo y el péndulo de largo plazo. Pág. 28)
41
El neoliberalismo económico postula un mercado sin restricciones, llamado a regularse por sus propios
medios, y somete toda solidaridad social en este campo a una dura crítica, acusándola no sólo de ineficaz
frente a la pobreza, sino incluso de ser una de las causas de ella. (…) Una de las derivaciones de este
pensamiento, y de las más dolorosas y agudas, es la de la deuda externa que tiene maniatadas y agobiadas a
las naciones pobres. Deuda que creció espectacularmente, entre otras razones, debido a tasas de interés
manejadas por los mismos acreedores. El pedido de su condonación es uno de los puntos más concretos e
interesantes… (Gutiérrez, Gustavo. Op.Cit. Pág. 71)
42
La discriminación de “género” es, quizá, la más antigua en la historia de la especie. Pero en el actual patrón
mundial de poder ha quedado subordinada a la colonialidad del poder. Y en tanto que sobre ella hay un
prolongado debate y una inagotable literatura, aquí me parece necesario poner énfasis en la colonialidad
específica del actual patrón del poder.
43
Ver de Aníbal Quijano Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina. En Edgardo Lander,
comp. Colonialidad del Saber, Eurocentrismo y Ciencias Sociales. CLACSO-UNESCO 2000, Buenos Aires,
Argentina, pp. 201-246. Aquí sin duda es útil hacer notar que los términos “colonialidad” y “colonialismo”
dan cuenta de fenómenos y de cuestiones diferentes. El “colonialismo” no se refiere a la clasificación social
universalmente básica que existe en el mundo desde hace 500 años, sino a la dominación político-económica
de unos pueblos sobre otros y es miles de años anterior a la colonialidad. Ambos términos están, obviamente,
relacionados, puesto que la colonialidad del poder no había sido posible históricamente sin el específico
colonialismo impuesto en el mundo desde fines del siglo XV.
19
de un nuevo proyecto social, diametralmente opuesto a la que nos ofrecen el
neoliberalismo44 y la globalización. Indudablemente esta tarea será una obra épica de
construcción social, que pone en cuestión los ideales liberales, que los criollos y las clases
ilustradas, impusieron a la sociedad peruana y latinoamericana en el siglo XIX, con el
establecimiento de los estados nacionales, a imagen y semejanza de los Estados Nación
modernos de occidente. Desde aquel momento histórico, en que optamos por la
organización política que se llama democracia representativa, ésta ha vencido y hoy se
impone como la forma normal de organización política, como el aspecto político de la
modernidad cuya forma económica es la economía de mercado (globalización 45neoliberalismo) y cuya expresión cultural es la exclusión bajo sus diversas formas,
económica, social, política y cultural. A esta cuestión, la alternativa diferente, que se tiene
que contraponer, es el protagonismo de los movimientos sociales de los niños, niñas y
adolescentes, para la construcción de una verdadera democracia.
Actualmente: “LA DEMOCRACIA como parte del ideal de la libertad, es aún una
promesa incumplida en la medida que la utopía de la modernidad –como reino de la
libertad y la justicia- sigue siendo un ideal por alcanzar. En los países occidentales
llamados desarrollados46se ha avanzado un trecho importante en la elección de los
gobernantes y en el respeto de algunos de los derechos políticos y civiles. Sobre la misma
vía, pero todavía lejos, se encuentran los países del tercer mundo balbuceando los
El neoliberalismo pretende desatender a la sociedad y al estado de toda responsabilidad en la atención de la
solución de los problemas de los trabajadores y en general de todos los pobres del país. Ya no es
responsabilidad del Estado el garantizar el empleo ni ingresos, no es ya su responsabilidad de brindar
enseñanza, ni asegurar una vivienda digna, ni tampoco garantizar los servicios de salud o de seguridad social.
Por el contrario, cada uno de los problemas deben ser enfrentados privadamente, y no colectivamente. Los
servicios que requieren los pobres deben ser buscados en el mercado y deben ser producidos solamente por la
actividad capitalista privada. Si hay multitudes de pobres que no podrán obtenerlos, debe entenderse que tal es
el costo necesario de la “modernización” del estado y de la sociedad. (Coronado, Jaime. Crisis y Poder y
Familia Urbana en el Perú. En: La Familia y sus problemas, en los sectores pobres. Pp. 52-53)
45
¿QUE ES ESTO DE LA GLOBAILIZACIÓN?...: 1) la “globalización” consiste, ante todo, en una reconcentración de la autoridad pública mundial, en rigor una re-privatización del control de la autoridad
colectiva, sobre cuya base se impulsa la profundización y aceleración de las tendencias básicas del
capitalismo; 2) se trata, así, de una reconfiguración del sistema de dominación política, asociada a las más
recientes tendencias de la explotación o control capitalista del trabajo; 3) la correspondiente expresión
institucional en el “centro” es, de un lado, la configuración de un Bloque Imperial Mundial, integrado por
los estados-nación que ya eran mundialmente hegemónicos, bajo el predominio del principal de ellos, el de
estados Unidos; del otro lado, el bloque de corporaciones mundiales de capital financiero; 4) El Bloque
Imperial Mundial está tramado estructuralmente con las instituciones de control y de administración del
capital financiero mundial, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Club de París, y de
control y administración de la violencia mundial como el Tratado del Atlántico Norte o el Sistema
Interamericano de Defensa Regional; 5) El conjunto de esta forma institucional, estatal y paraestatal, tiende
a operar como un gobierno mundial invisible; 6) en la “periferia”, la expresión institucional más destacada
del proceso es la des-nacionalización y des-democratización de los estados de tendencia nacional y, en ese
específico sentido, se trata de una continua erosión de las tendencias de moderno estado-nación en las áreas
no-centrales del capitalismo; 7)en la medida en que el conjunto de tales procesos es el resultado de la
derrota mundial de los regímenes, organizaciones y movimientos rivales o antagónicos al patrón de poder
capitalista mundial colonial/moderno y eurocéntrico, la actual “globalización” de este patrón de poder tiene
el carácter de un proceso contrarrevolucionario a escala global. (Quijano, Aníbal. Colonialidad del Poder,
Globalización y Democracia. Pág. 14. 2001)
46
Para tener los pies sobre la tierra y no caer en la tentación de dejarse impresionar por las palabras vacías, o
semi vacías vale la pena preguntarse desarrollados en qué?
44
20
primeros pasos, haciendo un enorme esfuerzo para que los militares renuncien a sus
clásicos golpes de Estado y se queden en sus cuarteles queda una larga marcha para que
el modo democrático de gobernar se convierta en una práctica de todos los días y deje de
ser una reivindicación casi inalcanzable”47.
En este largo devenir histórico, la democracia representativa en el Perú y Nicaragua, ha
sido una suerte de botín de la clase política criolla liberal, quienes han gobernado y siguen
gobernando nuestros países en función de sus intereses, habiendo convertido el estado en su
patrimonio. Desde el siglo XIX siempre se planteó la irreductible oposición entre la
representación indirecta o mediatizada de la democracia formal y la simple democracia
directa o gobierno del pueblo sin la mediación de representantes. Las fuerzas políticas de
derecha y de la oligarquía defendieron y defienden plenamente la representación y se
opusieron y se oponen con todas sus fuerzas y argumentos a un gobierno basado en la
democracia directa con el protagonismo de las masas. Por el contrario, las fuerzas
realmente democráticas y progresistas siempre se interesaron por la democracia directa y
rechazaron abiertamente el concepto de representación, -democracia representativa- que
dicho sea de paso no ha resuelto los acuciantes problemas de las sociedades peruana y
latinoamericanas48; ni mucho menos, ha mejorado la calidad de vida de los niños, niñas y
adolescentes.
En suma, la democracia representativa en el Perú y Latinoamérica, en este largo período de
repúblicas oligárquicas, que se prolonga hasta nuestros días; y en estos tiempos de
globalización, simplemente ha servido para el enriquecimiento de las clases dominantes, y
para el abuso del poder, la arbitrariedad, y la mentira de caudillos civiles y militares, 49 la
práctica del clientelismo político; y la consolidación de los procesos de corrupción e
impunidad casi endémicas,50 a contracorriente del engaño, la pobreza y frustración de los
sectores populares; y la desnutrición crónica de millones de niños y niñas. Entonces nos
preguntamos: ¿Para qué sirve esta democracia representativa, cuando permite la violación
de los derechos del niño, como en el caso de los chicos y chicas de GENERACION? ¿A
quienes ha beneficiado y beneficia?, ¿debemos pensar otras formas de hacer política y de
entender la democracia con el protagonismo de los movimientos sociales? ¿Acaso esta
democracia representativa y tutelada, es la partera de más pobreza y exclusión que incluso
Véase Montoya Rojas, Rodrigo. Multiculturalidad y Política. Pp. 177-178
Montoya Rojas, Rodrigo. Op. Cit. Pág. 181
49
La historia política del siglo XX en el Perú podría periodificarse de la siguiente manera. 1859-1919: el
apogeo de la República Aristocrática; 1919-1930: la transición leguista y la promesa de la “Patria nueva”;
1931-1968: ocaso de la oligarquía; 1968-1975: reformas nacionalistas de capitalismo de estado; 1976-1979:
contrarreforma y ajuste económico; 1980-2005: democracia representativa y neoliberalismo de capitalismo
salvaje y amoral.
50
LA CORRUPCION EN LA HISTORIA DEL PERU tuvo tres grandes momentos asociados con períodos
de modernización, en los que se dispuso de grandes cantidades de dinero de fácil acceso para los gobernantes.
El primero corresponde al auge del guano (1851 a 1862) del gobierno de Castilla en adelante; el segundo
gobierno de Leguía, de 1919 a 1930, un período de créditos externos de libre disposición y auge de obras
públicas; el tercero el gobierno de Fujimori, de 1990 al 2000, cuando se privatizaron las empresas públicas y
el patrimonio del Estado se volvió efectivo de libre disposición para el gobernante y sus secuaces. (Ugarteche,
Oscar. Adiós Estado Bienvenido Mercado. Pág. 127)
47
48
21
preocupa a la tecnoburocracia del FMI51 y el Banco Mundial? Ante esta cuestión, nos
esperan nuevos retos y desafíos, a cada uno de nosotros los ciudadanos y ciudadanas en el
Perú y Latinoamérica. Ayudemos a la organización de movimientos sociales de los niños,
niñas y adolescentes para una participación protagónica, en una nueva democracia que sea
tolerante e incluyente.
ALGUNAS PISTAS PARA NUEVOS MAPAS DE UNA CIUDADANIA
PROTAGONICA DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN PERU Y
AMERICA LATINA
La faceta engañosa que nos presenta la democracia52 representativa en América Latina, está
plagada de autoritarismo, exclusión, racismo, corrupción e impunidad, que aniquila la vida
de miles de niños, niñas y adolescentes en nuestro continente. Esta revolución
neoconservadora, llamada globalización, que está anclada en el colonialismo y la
colonialidad del poder, que nace en el siglo XVI y se consolida en el siglo XX, con las
democracias representativas tuteladas, nos ofrece más de lo mismo, lo que apareció como
una novedad, ha terminado siendo un remedio peor que la enfermedad. Los efectos
perniciosos de la globalización neoliberal, van mucho más allá de las cifras cuantitativas.
Su principal y más letal y pernicioso efecto ha sido una radical desestructuración de la
sociedad, teniendo como factor coadyuvante la seria crisis política y moral que heredamos
de la larga etapa colonial y republicana. Ante esta adversidad, es necesario que dibujemos
nuevos mapas de ciudadanía para la participación protagónica de los niños, niñas y
adolescentes, para cuyo objetivo planteo algunas pistas:
1. Educar y organizar a los niños, niñas y adolescentes, para la participación
protagónica, a fin de coadyuvar a la forja de una masa crítica de vigilancia social,
para la exigibilidad de sus derechos y su cumplimiento por parte de los funcionarios
del estado (Gobierno Local, Gobierno Regional; y Gobierno Nacional), para el real
y sustantivo ejercicio de los derechos humanos53, y democráticos de las personas; y
de este modo democratizar la democracia.
El mismo Fondo Monetario Internacional señala que “Una gran parte de la población mundial,
especialmente en el África al Sur del Sahara, ha quedado a la zaga y no se ha beneficiado del progreso
económico. Por lo tanto, la disparidad entre los países más ricos y los más pobres es mayor que nunca, siendo
la pobreza cada vez más profunda dentro de los países. La pobreza no es sólo inaceptable desde el punto de
vista moral, sino que además constituye un caldo de cultivo para la guerra y el terrorismo. Por lo tanto, la
pobreza es la mayor amenaza a la paz y la estabilidad en el siglo XXI. (Suárez Chávez, Germán. El Sistema
Monetario Internacional y los países en desarrollo. Pág. 25)
52
La democracia no puede reducirse a la desaparición de las dictaduras militares. Pienso que los valores
morales deben regir la organización social. Debemos reencontrar nuestro papel de creadores, de productores,
y no solamente de consumidores. En América Latina la economía de mercado no garantiza por sí misma el
desarrollo ni la democracia. La democracia tiene como fin principal asegurar la igualdad no sólo de los
derechos sino también de las posibilidades. (Touraine, Alain. ¿Qué es la Democracia? 200)
53
Efectivamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos, formulada en 1948, tuvo un telón de
fondo los millares de cadáveres dejados por la segunda guerra mundial, sin duda uno de los capítulos más
terribles del siglo XX, siglo que para el historiador Eric Hobsbawn ha sido el de mayor carga inútil de
sufrimiento humano. En contraposición con ese terrible escenario que la alumbró, la Declaración invocó un
conjunto de principios sustentadores de una ética mundial distinta, basada en un eje principal: la defensa de la
vida, del derecho a la vida que cada persona posee de manera natural e inalienable por el solo hecho de
51
22
2. Exigir que el gasto público del estado, tenga como principal objetivo, superar las
condiciones de pobreza de los niños, niñas y adolescentes, por tanto los programas
sociales deben estar orientados a la promoción de las capacidades humanas,
rechazando los programas asistencialistas, de misericordia; y de clientelaje político.
3. Desde la universidad contribuir a la construcción de un nuevo pensamiento social
sobre infancia, para coadyuvar a la participación protagónica de los niños, niñas y
adolescentes en la vida democrática de la familia, la comunidad y la nación, con
organizaciones sociales de autogobierno y poder popular. Y rechazar con todas las
fuerzas las tentaciones autoritarias, discriminadoras y excluyentes.
4. No al pago de los intereses del servicio de la deuda externa, sí a la inversión y
gasto social, para un techo digno, alimentación, salud, educación, recreación y
trabajo digno, en libertad, paz; y justicia social54.
existir. (…) la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, redactados bajo la inspiración de las
promesas históricas que condujeron a la superación del antiguo régimen, como son los ideales de igualdad,
libertad, fraternidad, solidaridad, hermandad, etc., tan caros al espíritu de la modernidad y a la formulación
original de las concepciones liberales y socialistas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos
recogió esas promesas de la modernidad, y al mismo tiempo representó una reacción profundamente
aleccionadora frente al trágico escenario de la postguerra. De allí su excepcional vigencia como documento
fundador de la concepción actual de los derechos humanos, que cubre no solamente los llamados derechos de
primera generación (civiles y políticos), sino también derechos de segunda generación (económico, sociales y
culturales) y hasta de tercera (derechos de los pueblos) y cuarta generación (derechos de género y
generacionales).Obviamente, en 1948 no era posible cubrir todo ese abanico de derechos inmanentes a la
condición humana individual y colectiva, pero las bases creadas entonces fueron el sustento ideal para el
desarrollo del frondoso árbol que son actualmente los derechos humanos. Para recoger las esperanzas y las
promesas implica también asumir la tarea de mirar la otra cara del espejo; es decir, volver sobre aquellos
fantasmas que sustentaron y sustentan aún diversas formas de dominación, exclusión y discriminación social
atentatorias de los derechos humanos. Uno de esos fantasmas, tal vez el más arraigado y difícil de extirpar, es
la idea de raza, que como categoría fue elaborada recién en el siglo XVIII, de la mano de modelos
clasificatorios como los formulados por Lineo, pero cuyos orígenes sociales se remontan al menos a dos
siglos atrás, si tomamos como referencia la conquista de América y la formación del sistema colonial
temprano del capitalismo. En ese contexto, la idea de raza operó eficazmente, como instrumento diferenciador
de conquistadores y conquistados, y como criterio organizador del conjunto de la sociedad colonial. Desde
entonces, la idea de raza ha sido el instrumento más eficaz de legitimación de las diversas formas de
dominación colonial, al presentar como naturales –es decir como rasgos propios de la supuesta constitución
biológica diferenciada de las personas- las desigualdades y diferencias sociales que en realidad eran
instauradas por el propio sometimiento colonial. (…) La disolución del sistema colonial y la formación de los
espacios nacionales a lo largo del siglo XX no trajo consigo, sin embargo, una variación del lugar del racismo
como principal criterio organizador de las diferencias sociales. (Pajuelo Teves, Ramón. Anotaciones sobre
raza/etnia, derechos humanos (Y utopía). Pp. 110-111. En: Poder, Salud Mental y Derechos Humanos. Lima,
2001.
En el escenario de la aldea global, la sociedad contemporánea comienza a ser cubierta por nuevas
solidaridades y esperanzas, tanto dentro como fuera de los márgenes –ahora borrosos- de centros y periferias.
La agenda pendiente de los derechos humanos aparece tramada con el anhelo mariateguiano de luchar “por el
pan y la belleza”, y con la lista de sueños lanzados al viento desde la Selva Lacandona: “trabajo, tierra, techo,
alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. (Pajuelo Teves, Ramón.
Anotaciones sobre raza/etnia derechos humanos (y utopía). Pp. 112-113)
54
23
Si así actuamos, con personalidad y cultura protagónica, podremos construir una sociedad
alternativa, diferente, a ésta, que está en pleno proceso de descomposición y
deshumanización. No perdamos de vista que en esta sociedad, de la llamada aldea global,
los que detentan el poder invisible, violan descaradamente los derechos humanos y, los
derechos del niño. Esto sucede, porque como nos decía Javier Heraud: “Mi país es una
casa antigua y casi derruida. Los que vivimos aquí muy poco lo conocemos”. Por tanto,
para vivir mejor en el Perú y Latinoamérica, tenemos que construir un nuevo proyecto
social para escuchar hablar y reír a los niños, niñas y adolescentes, y, besar sus rostros
vivos para vivir mañana todavía. Antes que sea demasiado tarde.
Lima, Perú 14 de julio del 2005
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