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IMPORTANCIA DEL EMPODERAMIENTO ECONÓMICO DE LAS MUJERES MEDIANTE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA (Artículos) INDICE Mensaje de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en el Día Internacional de la Mujer - 8 de marzo de 2008 “Invirtiendo en las mujeres para el éxito cooperativo”, p. 1 Mujeres, género y feminismo, Miriam Nobre, p. 2 Cooperativas para mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria. Las cooperativas de productores ayudan a las mujeres que trabajan en los sectores agrícola, pesquero y forestal a vencer los obstáculos específicos a los que se enfrentan, entre ellos la desigualdad entre géneros. P. 11 Cooperativas: Una Visión de Economía Social y el empoderamiento femenino, 01 Julio 2010 por Fabiola Juárez, p. 18 Mensaje de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación con ocasión del Día Internacional de las Cooperativas 16ª. Cooperativas: Una vía para la potenciación de las mujeres en las zonas rurales, p. 25 Género, formación y trabajo, p. 26 Evidencia empírica: Mujeres emprendedoras y empresas cooperativas, p.32 Día internacional del Cooperativismo:“Las Empresas Cooperativas Empoderan a las Mujeres”, p.33 Encuentro de Mujeres Cooperativistas en Bahía Blanca, p.35 La igualdad de género en el corazón del trabajo decente, campaña OIT 2008-2009, p. 36 CONTEXTO EN EL QUE SE DESENVUELVEN LAS MUJERES QUE INTEGRAN LA COMISIÓN Mujeres de FECOOTRA, p. 43 Todas somos jefas: género y cooperativismo entre Mujeres para Hoy Alma Mireya López Torres, p. 45 Mensaje de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en el Día Internacional de la Mujer - 8 de marzo de 2008 “Invirtiendo en las mujeres para el éxito cooperativo” Según las Naciones Unidas, la creciente evidencia muestra que la desigualdad de género no es más que mala economía. La inversión en la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es, por lotanto, vital para la mejora económica, social y política. Además, tiene un efecto multiplicador en la productividad, la eficiencia y el crecimiento sostenido sostenibilidad de la economía. Por esta razón es que el tema para el 2008 en el Día Internacional de la Mujer enfatiza en la necesidad de invertir en las mujeres y las niñas y hace un llamado a incrementar acciones y recursos para la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. La inversión en las mujeres es además de una responsabilidad social y provechosa económicamente, es una necesidad para las asociaciones de cooperativas que desean aumentar sus capacidades creativas e innovadoras, recursos esenciales para competir en el mercado mundial. ¿Qué significa invertir en las mujeres y las niñas? Significa no sólo establecer compromisos financieros para la creación de capacidad e implementar programas y políticas de sensibilización en materia de equidad de género, sino también tomar el liderazgo para asegurar el progreso de la igualdad de género. Significa tomar medidas concretas para eliminar los obstáculos y crear oportunidades para el empoderamiento de la mujer y el crecimiento profesional. Significa ocuparse de la realidad que enfrentan las mujeres jóvenes y asegurar que encuentren en las cooperativas los servicios pertinentes para resolver sus necesidades. Implica que puedan encontrar un valor en unirse a las cooperativas o formar las propias y que encuentren gratificante y valiosa la participación democrática en las cooperativas. Recordemos la importancia de la juventud para el éxito del movimiento cooperativo. Una niña de ocho años, de 10 ó una joven de 24 es una persona que requiere educación cooperativa a lo largo de su vida y por lo tanto hay que tener conciencia de género para asegurar la continuidad del cooperativismo. • Las niñas con acceso a la educación contribuyen a incrementar la productividad económica así como también a mejorar la nutrición de sus familias: por cada año que una niña asiste a la escuela por encima del cuarto grado, su salario promedio se ve incrementado en un 20% y el tamaño de su familia desciende un 20%. Una mujer con trabajo da soporte a toda la familia. • Las mujeres empoderadas son agentes del bienestar común y elevan del bienestar de la familia como un todo. • Las mujeres que están facultadas y empoderadas para tomar decisiones fortalecen el cuidado de la salud familiar, reducen el riesgo de la propagación del VIH / SIDA y promueven la paz duradera, tanto en países industrializados y en desarrollo. Por lo tanto, en conmemoración del día Internacional de la Mujer, las cooperativas están llamadas a asignar en una proporción adecuada los recursos financieros que permitan alcanzar la igualdad de género efectiva. Las cooperativas deben buscar recursos adicionales para sostener le impulsar programas de género y la formación de las mujeres. Deben revisarse las políticas y la capacidad de organización y autonomía de las mujeres para mantener el equilibrio entre los géneros, tanto a la hora de contratar personal como en la elección de sus dirigentes. En síntesis debe abordarse la realidad de las mujeres jóvenes y las niñas y su participación activa en el movimiento cooperativo. 2 La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y el Comité de Equidad de Género estamos convencidos que el movimiento cooperativo tiene un papel importante en la inversión para promover la igualdad de género desde la cual hacer la diferencia. Por último, no olvidemos que el progreso de la mujer es el progreso de todos. Ivano Barberini, Presidente, ACI Stefania Marconi, ACI Comité de Equidad de Género ACI Mujeres, género y feminismo Autor: Miriam Nobre* La única nota que en este compendio tiene en su título al sujeto de la acción es ésta. Tal vez porque nos encontramos aún en un momento de quiebre de la invisibilidad de las mujeres en la economía de un modo general, y también en la economía solidaria. Este título nos remite a quiénes son los otros sujetos en las experiencias de economía solidaria. Estos varían de acuerdo con el origen de los grupos - si son grupos autoorganizados por otras razones que deciden generar ingresos, grupos que asumen la responsabilidad de empresas quebradas, grupos creados por la acción de un órgano gubernamental u organización de asesoría. Se trata de preguntar quiénes son estas personas y dejar en claro cuáles son sus experiencias en la sociedad, marcadas por las relaciones de clase, género y raza/etnia, buscando comprender como se reflejan en las alternativas que construyen. Estamos acostumbrados a considerarlos desde el punto de vista de clase, tanto por su situación -trabajadores de bajos ingresos, poco calificados- como por sus opciones políticas. Debemos ampliar esta mirada, considerando las relaciones sociales de género y raza. Existe una relación social específica entre hombres y mujeres que organiza la sociedad, tal como sucede con las relaciones de clase y raza. Identificamos prácticas sociales diferentes según el sexo y no conductas biológicamente reguladas. Las prácticas sociales son un conjunto coherente (pero no necesariamente consciente) de 3 comportamientos y actitudes indentificables en la vida cotidiana. Las prácticas sociales son colectivas, y las vivencias - su "interiorización" -, individuales. Existe un margen de libertad para actores colectivos e individuales y este es tanto más grande cuanto más se explotan las contradicciones de las relaciones sociales dominantes (Kergoat, 1997, p. 23). Considerar las relaciones sociales de género en sus contradicciones y en cuanto a los actores colectivos que contribuyen a transformarlas nos remite al feminismo como pensamiento y como movimiento social organizado que interpela a la economía solidaria. De la visibilidad de las prácticas al cuestionamiento del discurso El tema de la mujer en la economía solidariacomenzó con la toma de conciencia de la invisibilidad, de la marginalización y del no reconocimiento de su protagonismo. Muchos grupos populares de mujeres, en algún momento de su existencia, se esforzaron por generar ingresos, aunque fuera apenas para garantizar el funcionamiento del propio grupo o para justificar para sí y su familia las tardes en que se ausentaban de sus hogares para estar con las compañeras. Si bien nos faltan datos precisos, una primera mirada sobre los grupos del Programa "Oportunidad Solidaria" de la Municipalidad de San Pablo nos permite apreciar una gran participación de mujeres, sin contar la existencia de varios grupos que se inician con fuerte presencia de mujeres y que, a medida que consiguen generar ingresos o manejar mayores recursos provenientes de préstamos o donaciones, se van masculinizando. En este aspecto es interesante realizar un paralelismo con la experiencia del grupo de mujeres negras "Oriashé" de la ciudad de San Pablo que, al irse consolidando como un grupo de percusión, se fue "blanqueando".La conciencia colectiva del grupo según su propósito de fortalecer a las mujeres negras hizo que éstas ampliaran sus estrategias, creando un núcleo en un barrio de la periferia y diversificando actividades. En el campo de la visibilidad de las mujeres vale resaltar la iniciativa de REPEM (Red de Educación Popular entre Mujeres de América Latina y el Caribe), que ya promovió tres concursos de experiencias consideradas exitosas y llevadas adelante por mujeres, en el período que va de 1998 a 2002. Las premiadas participan de un encuentro donde pueden intercambiar experiencias con mujeres pertenecientes a grupos de otros países, y cuentan con una publicación que relata su trayectoria, lo que les abre nuevas posibilidades de contactos, fuentes de financiación y compradores. (REPEM, 2002) La visibilidad de las experiencias de mujeres crea referencias positivas, las fortalece como sujetos y contribuye a problematizar las iniciativas desde el punto de vista del género. Otra vertiente puede ser un análisis de género en experiencias mixtas y de las experiencias mayoritariamente masculinas: determinar cómo organizan el trabajo, de qué manera se realiza la gestión, cómo articulan la vida profesional y doméstica, y si existen variaciones tratándose de mujeres u hombres. Otro aspecto es tomar conciencia de las representaciones por sexo en la economía solidaria. Una de éstas es que la economía solidaria se acerca mucho al trabajo comunitario, territorio de las mujeres y, 4 por lo tanto, sería vivida en forma negativa por los hombres (esto es diferente en el caso de las empresas que quebraron y pasaron a ser administradas por sus trabajadores). La identidad de hombre trabajador está vinculada con el trabajo asalariado formal. Es por esto que su participación en los grupos puede ser vista como transitoria, al tiempo que las representaciones dominantes de la identidad femenina, ligada al papel de madre, esposa, ama de casa, las aproxima a los grupos que se reúnen en la vecindad del espacio doméstico y que operan con lógicas y valores más próximos a sus costumbres. Si bien es verdad que estas representaciones están cambiando en las nuevas generaciones de mujeres que proyectan expectativas de carrera y permanencia en el trabajo asalariado. Cuando están fuera del mercado de trabajo tienden a presentarse como desempleadas, a diferencia de lo que ocurre con las mujeres más viejas quienes, la mayoría de las veces, se presentan como amas de casa, aún cuando ejerzan varias actividades en el mercado informal. Finalmente, están los efuerzos por reconceptualizar la economía y ,en particular, la economía solidaria, a partir de la teoría económica feminista. La Cantera "Mujeres y economía solidaria", de la "Alianza por un mundo responsable, plural y solidario", se propuso esta tarea, reuniendo a activistas e investigadores, especialmente de Francia, Quebec y Brasil. En el texto que se propone la creación de la Cantera llamado "Papel y lugar de las mujeres en el desarrollo de la economía solidaria" se identifican los siguientes temas: El reconocimiento a la contribución de las mujeres en la producción de riquezas y en la promoción del bienestar de las sociedades, lo que implica salir de una lógica monetaria, de maximización del lucro y acumulación de capital. El reconocimiento de que "sin un mínimo de confianza, civilidad y reciprocidad, aprehendidas en las relaciones familiares y entre amigos, ningún intercambio económico es realmente posible. Los medios económicos construyen su riqueza extrayendo este "bien particular" que son los "lazos sociales", como si fueran un recurso inagotable, que no tiene precio. Ignorar el papel fundamental de la economía no monetaria en el desarrollo transforma en invisible y desvaloriza buena parte del trabajo de las mujeres en la sociedad". Considerar el valor de las actividades no monetarias asumidas por las mujeres no resuelve nada si, al mismo tiempo, no tienen acceso al trabajo remunerado, que es el medio privilegiado para tener un mínimo de autonomía. La lucha por la igualdad profesional y el derecho a la iniciativa es insuficiente si no existe paralelamente una mejor división de las tareas domésticas entre mujeres y hombres. Además, se critica al neoliberalismo, que conduce a una valorización de las ganancias de capital en detrimento de la remuneración del trabajo y que profundiza la división entre lo económico y lo social. "Estas divisiones capital/trabajo, económico/social corresponden también a una división por sexos. Sabemos que quienes detentan el capital y los banqueros son en su mayoría hombres, y que las mujeres cuentan con gran representación en las profesiones de lo social, a las que el discurso neoliberal descalifica, juzgándolas superfluas e improductivas". ("Alianza por un mundo responsable y solidario", 1999, p.2) 5 La visibilidad del trabajo de las mujeres, de la esfera de la reproducción, las condicionantes a la participación de las mujeres en el mercado de trabajo y la crítica a la economía capitalista y su vertiente neoliberal, anteriormente expresados, son todos puntos de vista compartidos con la teoría económica feminista. Todos estos temas están en la agenda, que se propone una ruptura con la economía hegemónica, delineando el desafio de abandonar el mercado como eje organizador de toda la actividad económica y social para sustituirlo por la esfera de la reproducción. (Carrasco, 1999, p.48) Actualidad e importancia del debate entre el feminismo y la economía solidaria Los significados de un abordaje de género en la economía solidaria parten de la consideración de la posición de las mujeres en la sociedad y van hasta la contribución del pensamiento feminista en la construcción de otro paradigma de la economía. Las mujeres representan el 70% de la población pobre del mundo y poseen el 1% de la propiedad, según datos de la ONU ("Marcha Mundial de las Mujeres", 2002, p. 250). En Brasil, según datos de la PNAD/IBGE (Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios/Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística) de 2001, las mujeres recibían 69.6% del ingreso promedio de los hombres y tenían tasas de desempleo mayores a la de ellos debido a un crecimiento de la población económicamente activa femenina superior a la oferta de empleos para las mujeres. Estaban concentradas en profesiones que son desvalorizadas justamente por ser consideradas "de mujeres" (23% de las mujeres de la PEA - población económicamente activa - son empleadas domésticas). Constituyen la minoría en los cargos de dirección y la mayoría entre las víctimas en los casos de abuso sexual. En las fábricas ejecutan las tareas controladas por jefes directos ysometidas al ritmo taylorista. En el servicio doméstico o como amas de casa trabajan en múltiples tareas simultáneas, a un ritmo insano y padecen aislamiento. Las experiencias alternativas que les permiten generar ingresos, surgen para las mujeres como la posibilidad de acceso a la propiedad de los medios de producción mediante la propiedad colectiva y por ende, a la remuneración; y principalmente como la oportunidad de vivenciar otra relación de trabajo basada en el compañerismo y en la gestión democrática. Además, la economía puede fortalecerse con la crítica feminista que acusa a la economía capitalista de apropiarse de las desigualdades de género y raza/etnia para asegurar su base de funcionamiento. Hemos debatido el papel económico de la familia y la división sexual del trabajo como matriz de organización del trabajo en las empresas privadas. Además de describir los procesos de cómo la clase obrera se constituye con trabajadores blancos, algunas autoras llaman la atención acerca de las conexiones del capital con la masculinidad blanca, buscando sus orígenes en las fases iniciales de acumulación capitalista. (Mathaei, 2002, p. 62) 6 Límites, problemas y desafíos El debate sobre mujeres y género en la economía solidaria aún es pequeño frente alas contribuciones de las mujeres en las prácticas innovadoras. Falta sistematizar estas prácticas a partir de diferentes visiones. La mencionada iniciativa de la REPEM es pionera en esa tarea; sin embargo se basa en una visión de mujeres emprendedoras que necesitan capacitación para poder actuar como empresas tradicionales. De esta forma, la propuesta de REPEM tiene pocos puntos de contacto con sectores progresistas que se proponen transformaciones estructurales en la economía a través del fortalecimiento de las economías solidarias que operan simultáneamente con la economía capitalista hegemónica. Este momento constituye un gran desafío en un campo abierto a posibilidades aún no exploradas. Propongo a continuación tres puntos para una agenda de debates entre la economía feminista y la solidaria, sin pretender agotar estas cuestiones. División sexual y ampliación de la noción de trabajo La economía solidaria se propone romper la división social del trabajo: sustituir la separación entre el propietario de los medios de producción y la persona que vende su fuerza de trabajo, por la propiedad colectiva, y la división entre el trabajo intelectual y el manual, por la gestión democrática y prácticas innovadoras de organización del trabajo. El debate se abre a la problematización de la división internacional del trabajo por la vía del derecho de los pueblos a su propio desarrollo económico, cultural, social y humano, así como por el cuestionamiento a los términos de intercambio vigentes y por la alternativa del comercio justo. Sin embargo, la división sexual del trabajo no se encuentra entre la fuente de preocupaciones. Laprimera división sexual del trabajo es entre producción, tareas y territorio de los hombres, y reproducción, tareas y territorio de las mujeres. Sin embargo, en ambos campos se reproduce la división sexual del trabajo. Las fábricas organizan el trabajo creando sectores y funciones femeninas asociadas a las habilidades adquiridas por las mujeres en su proceso de socialización de género: tareas minuciosas, que exigen paciencia y control de los movimientos del cuerpo, tareas cronometradas en la línea de producción, tareas reservadas a las mujeres quienes, por realizarlas, reciben salarios menores que los de los hombres, muchas veces a pesar de tener mayor formación. Los abordajes a la división sexual del trabajo tiene dos vertientes principales: vínculo social y relación social (Hirata, 2002: p. 279). Las teorías sobre vínculo social parten de un principio en el que hay complementariedad, trabajo en conjunto, especialización, conciliación de papeles. Defienden un modelo tradicional de familia que responsabiliza a las mujeres por su buen funcionamiento o un modelo de conciliación entre vida profesional y vida familiar, en la práctica concentrado en las mujeres. Son ellas las que terminan "optando" por empleos de tiempo parcial, trabajos precarios que facilitan esta 7 dificil administración del tiempo, aún más en epocas de reducción de los servicios públicos de cuidado de niños, personas de edad y enfermos. O más aun, un principio de colaboración que contempla la existencia de una igualdad de estatus social entre mujeres y hombres que los datos estadísticos insisten en desmentir. En contrapartida, la conceptualización de la división sexual del trabajo en términos de relación social considera las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, que se expresan en el principio jerárquico de que el trabajo masculino tiene siempre mayor valor que el trabajo femenino. Cocinar como parte de las tareas domésticas cotidianas no cuenta con gran reconocimiento social. El cocinero de la "Cooperativa del Sabor", restaurante en la ciudad de San Pablo administrado por sus trabajadores, en su mayoría mujeres, era la figura clave en la gestión, definiendo lo que se compraba, el menú, el ritmo del trabajo. La misma función tiene valores diferentes si se realiza en el ámbito privado o en el público, si se destina al consumo propio o al mercado, si la realizan hombres o mujeres. Cuando un hombre comienza a participar en las cooperativas de costura, muchas veces va para la sección de corte, que se considera un trabajo pesado. Sin embargo, el sentido común indica que el "buen corte" es el que otorga calidad a una prenda. Sería muy interesante investigar la división de tareas entre mujeres y hombres en cooperativas de un sector determinado y compararla con la organización de este mismo trabajo en una empresa privada. Pensar en términos de relaciones sociales nos lleva a cuestionarnos el concepto de trabajo, ampliándolo al trabajo doméstico, no remunerado e informal. Esta ampliación nosobliga a repensar las nociones de pleno empleo, calificación, y aún la de trabajo emancipado, pues este no se concibe para las mujeres sin la división de las tareas domésticas entre todos los que conviven en un mismo espacio. Producción y reproducción El capitalismo se constituye basandose en la premisa de que existen trabajadores libres para vender su fuerza de trabajo. Para que estén libres de las tareas cotidianas de la reproducción (comer, limpiar, conservar), para que todos los años, nuevos trabajadores lleguen al mercado como hongos que brotan de la tierra, una o varias mujeres deben ejecutar las tareas del cuidado doméstico. El costo de la reproducción de la fuerza de trabajo en el capitalismo ha sido pagado por las mujeres de las familias de los trabajadores. La economía solidaria también paga este precio cada vez más, lo cual tiene sentidos contradictorios. Muchas mujeres que participan de formas alternativas de generar ingresos relatan como una de las virtudes de estas experiencias el hecho de tener más flexibilidad para tratar los asuntos familiares. Grupos de mujeres manifiestan que son capaces de comprender y asimilar las faltas o la disminución del ritmo de una compañera que debe ocuparse de algún problema familiar, por lo general enfermedades de parientes. Estos relatos demuestran que los grupos mencionados desarrollaron otras estrategias para lograr el éxito, no basadas exclusivamente en los ingresos y en la productividad del trabajo, y que ejercitaron valores de solidaridad y reciprocidad, humanizando 8 relaciones, integrando los diferentes tiempos y facetas de la vida de las personas: la familia, el trabajo. Los riesgos son consecuencia de estas experiencias que ocurren en una sociedad hegemonizada por una economía capitalista y patriarcal. ¿Es posible garantizar posiciones en el mercado y precios competitivos con relaciones de trabajo humanizadas? ¿Si el grupo decide que los resultados monetarios pequeños se compensan con la calidad en las relaciones de trabajo, esto implica que el grupo se conforme por mujeres, que tienen ingresos considerados secundarios o auxiliares (aun cuando sustentan solas a sus familias?)Esto se complementaría al desresponsabilizar completamente a los hombres respecto de las preocupaciones domésticas, agobiados por su empleo, cumpliendo horas extras, y con la exoneración total de las empresas capitalistas? ¿Esto quiere decir que la economía solidaria está asumiendo la mayor parte del costo de la reproducción? Estas cuestiones se relacionan con los servicios de proximidad, es decir, la economía solidaria que asume los servicios sociales frente a la disminución de la intervención del Estado. Hay aquí nuevas ambigŸedades. Son innumerables los ejemplos de mujeres que actúan como agentes de salud, de promoción de la seguridad alimenticia, empleadas de guarderías, con contratos y condiciones de trabajo precarios. Funciones de gran importancia para nuestra vida son desvalorizadas y mantenidas a cuesta del exceso de trabajo de las mujeres, quienes aumentan sus responsabilidades en la misma medida en que el Estado disminuye las suyas. A pesar de estas contradicciones, tenemos un consenso: es mejor que la reproducción la asuman los grupos de economía solidaria, que conforman espacios de socialización más amplios, y no que se realice únicamente en el interior de la familia. Desnaturalización de la economía capitalista y patriarcal Más que considerar que la economía solidaria es funcional al capitalismo por asumir fases de la producción (mediante la tercerización) y de la reproducción, abaratando sus costos, nuestra propuesta es pensar en términos de contradicciones entre uno y otro sistema. En este sentido, una de las contribuciones de la economía solidaria es, a través de las experiencias, desnaturalizar la técnica y la organización de trabajo capitalista como sinónimo de eficiencia, y preguntarse: ¿a quién se destina esta mentada eficiencia, al capital o a la sociedad? La toma de conciencia de los significados y contribuciones de la economía solidaria que involucra a grupos de consumidores, y establece relaciones entre grupos que producen diferentes bienes y servicios, desnaturaliza la toma de decisiones cotidianas respecto de lo que comemos, vestimos, a quién le compramos. ¿Por qué, entonces, no demitificar la "eficiencia" de la división sexual del trabajo en el mantenimiento de la economía capitalista, las "decisiones" hechas por mujeres y 9 hombres, la organización del trabajo, del consumo y del poder en el interior de las familias? Si nuestra propuesta es radicalizar la democracia, establecer nuevas formas de distribución de la riqueza y afirmar las bases de una economía y sociedad solidarias, debemos considerar a las mujeres como sujetos de estos procesos y profundizar el diálogo con el pensamiento y el movimiento feminista. La economía solidaria es un terreno privilegiado para que ejercitemos nuevas prácticas y proporcionemos vivencias de igualdad y de autonomía para las mujeres. Miriam Nobre Agrónoma, con una maestría realizada en laUSP - Universidad de São Paulo (Programa de Posgraduación en Integración de América Latina), técnica de la organización feminista "Sempreviva" (SOF), activista de la red " Economía y Feminismo" y de la "Marcha Mundial de las Mujeres" Bibliografía Aliance pour um monde responsable et solidaire - Râ„¢le et place des femmes dans le développement de l"économie solidaire. Proposition d"organisation d"un groupe thématique au sein du Pâ„¢le Socio-économie de solidarité. Texto de trabajo, mimeografía, 1999. Carrasco, Cristina - Introducción: hacia una economía feminista, en Carraco (ed.): Mujeres y economía. Ed. Icaria, Barcelona, 1999. Hirata, Helena - Nova Divisão Sexual do Trabalho? (¿Nueva división sexual del trabajo?) São Paulo: Boitempo editorial, 2002. Kergoat, Dani?le- Por una sociología de las relaciones sociales. Del análisis crítico de las categorías dominantes a una nueva conceptualización, en Hirata, Kergoat y Zylberberg-Hocquard: La división sexual del trabajo. Permanencia y cambio. ATS, CEM, Piette del Conicet, Argentina, junio 1997. Marcha Mundial das Mulheres (Marcha Mundial de las Mujeres) - Construindo um mundo de respeito e igualdade entre mulheres e homens (Construyendo un mundo de respeto e igualdad entre mujeres y hombres), en Rede Social de Justiça e Direitos Humanos: Direitos Humanos no Brasil 2002. (Red Social de Justicia y Derechos Humanos: Derechos Humanos en Brasil 2002.) San Pablo, 2002. Mathaei, Julie - Por que economistas marxistas devem ser feministas/anti-racistas (¿Por qué los economistas marxistas deben ser feministas/antiracistas?), en Faria y Nobre (org.): Economía Feminista. San Pablo: SOF, 2002. 10 REPEM - Así se hace: 8 emprendimientos exitosos liderados por mujeres. Montevideo, 2002. [1] Este artículo es la nota que con el mismo título aparecerá en el Diccionario de Economía Solidaria, organizado por Cattani y otros, que será publicado por Unitrabalho en enero de 2003. - Artículo publicado en Revista Vinculando: http://vinculando.org Perspectivas Las mujeres del medio rural pueden obtener numerosos beneficios de las organizaciones de productores [FAO / S. Nelson] Cooperativas para mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria Las cooperativas de productores ayudan a las mujeres que trabajan en los sectores agrícola, pesquero y forestal a vencer los obstáculos específicos a los que se enfrentan, entre ellos la desigualdad entre géneros. Con el tema Las Empresas Cooperativas Empoderan a las Mujeres, la celebración del Día Internacional de las Cooperativas 2010 (3 de julio) centra su atención en la forma en que las organizaciones 11 pueden ayudar a las mujeres a ser más influyentes y a aumentar su acceso a los medios necesarios para trabajar de forma más eficaz, así como a mejorar el bienestar de sus familias y comunidades. Como principal organismo de las Naciones Unidas en la lucha contra el hambre y la pobreza extrema a través de la agricultura y el desarrollo rural, la FAO trabaja con organizaciones de productores y cooperativas para llegar a los pequeños productores agrícolas del medio rural, hombres y mujeres, que de no contar con este apoyo, podrían no tener acceso a los recursos y servicios necesarios para mejorar sus medios de vida. En las familias de pequeños productores, tanto las encabezadas por mujeres como por hombres, las mujeres son las encargadas de realizar gran parte de la labor agrícola. No obstante, las mujeres agricultoras de todo el mundo tienen menos probabilidades de acceder a la tierra, las herramientas, los préstamos, la capacitación y otros medios que podrían contribuir a mejorar su seguridad alimentaria y sus medios de vida. Eve Crowley, Directora Adjunta de la División de Género, Equidad y Empleo Rural, comenta el valor de las instituciones rurales y las actividades de la FAO en apoyo de las organizaciones de productores y cooperativas: ¿Las cooperativas de productores se dirigen sólo a los agricultores? Cuando hablamos de productores hacemos referencia a hombres y mujeres campesinos, pescadores, usuarios de los bosques, operarios que intervienen después de la cosecha, agrupaciones de ganaderos y agrupaciones de trabajadores. 12 ¿Por qué los pequeños productores necesitan cooperativas? Los pequeños productores son fundamentales para el crecimiento económico en la mayor parte de los países en desarrollo. Representan más de la mitad de todos los habitantes del medio rural. Unos 1 500 millones de hombres y mujeres pertenecen a familias de pequeños productores. Además, su contribución a las economías rurales es notable puesto que los pequeños productores obtienen entre el 40 % y el 60 % del total de ingresos procedentes del medio rural. Representan una parte considerable de las transferencias, los salarios y los ingresos agrícolas en las zonas rurales. Sin embargo, también se enfrentan a algunos obstáculos. El primero y más importante es el hecho de que se hallan dispersados y su alcance es reducido. Aproximadamente el 85 % de las explotaciones agrícolas de todo el mundo cubren una superficie inferior a 2 hectáreas, lo cual supone un problema para que los pequeños productores puedan acceder a los servicios, ya sean información, infraestructuras o acceso a los bienes productivos y a los mercados. Para ellos, todo estas cuestiones suponen un costo de transacción elevado. Asimismo, su representación en los procesos normativos es escasa. ¿Cómo pueden las cooperativas y las organizaciones de productores ayudar a las mujeres del medio rural? La creación y el fortalecimiento de instituciones tales como las organizaciones de productores y las cooperativas que respalden e impliquen a hombres y mujeres es una manera de promover la igualdad entre géneros y el empoderamiento de la mujer en el sector agrícola. Además, el establecimiento de cooperativas sólo de mujeres puede ser una estrategia válida para que las mujeres creen sus propias 13 empresas, en base a sus necesidades y a su contexto económico y social. Agrupados, los productores son más eficientes y eficaces, tienen mayor poder de negociación, son capaces de obtener más insumos y de mayor calidad, y de comercializar más productos y de mayor calidad. Tanto en las cooperativas de sólo mujeres como en grupos mixtos, los pequeños productores son capaces de garantizar la regularidad y la diversidad de su producción. Asimismo, pueden minimizar el tiempo, los riesgos y los costos relacionados con la producción y con el acceso a los servicios. ¿De qué modo las organizaciones de productores pueden aumentar la eficacia de los programas y políticas para el desarrollo rural? Las organizaciones de productores permiten que los gobiernos, las organizaciones internacionales como la FAO y sus asociados de las Naciones Unidas, y las ONG, entre otros, respalden a las mujeres del medio rural con mayor eficacia. Si los pequeños productores, hombres o mujeres, se hallan dispersos, para los gobiernos y los donantes resulta muy difícil saber cómo llegar a ellos. Sin embargo, si forman parte de organizaciones pueden obtener más beneficios del apoyo para el fomento de la capacidad; y los proveedores de servicios pueden llegar a ellos y hacerlo de forma más eficaz. En caso de necesitar federarse, también lo pueden hacer los compradores e inversores, y las organizaciones de productores. ¿Podría darnos un ejemplo de cómo las cooperativas de productores han ayudado a las mujeres? En la industria pesquera a lo largo de la costa de África occidental, los operarios que intervienen en las actividades después de la captura, 14 que se ocupan del procesamiento y la comercialización del pescado, son en su inmensa mayoría mujeres. Son las encargadas de secar, ahumar, cargar y vender el pescado. En algunos países, venden sal y ostras al mercado. Sin embargo, han tenido que luchar para conseguir el dinero, la capacitación y las instalaciones de procesamiento para estar a la altura de los estándares del mercado y obtener ingresos suficientes. Para que la asistencia de los donantes y el gobierno fuera eficaz, no fue suficiente ayudar a los individuos de forma personalizada. Mediante un proyecto implementado en Camerún, el Chad, Senegal y Gambia, la FAO reunió a mujeres que sabían lo que necesitaban pero se quejaban de haber sido excluidas frecuentemente de las mesas y reuniones de los grupos de pesca encargadas de tomar las decisiones, a pesar de superar con mucho a los hombres en número en las operaciones de procesamiento del pescado costero. El proyecto se denomina Proyecto de actividades pesqueras posteriores a la captura del Programa de medios de subsistencia pesqueros sostenibles. Así es cómo funcionó en Gambia: las mujeres se organizaron por categoría de trabajo en grupos legalizados situados en aldeas y que también incluían a los hombres. Al final se agregaron en agrupaciones de asociaciones más grandes con reconocimiento a escala nacional. A lo largo del proceso, se tomaron en consideración las necesidades de hombres y mujeres. La Plataforma nacional de operarios de actividades pesqueras posteriores a la captura, con unos 1 550 miembros femeninos, ha firmado acuerdos con el gobierno, ONG, instituciones de microfinanzas y otros asociados para el desarrollo con el fin de recibir asesoramiento en forma de información, orientación, servicios y apoyo técnico. La Plataforma nacional participó en la formulación del 15 Acta de pesca de 2007, que reconoce la importancia de la pesca artesanal para la economía. Como resultado de las actividades de la Plataforma, actualmente la estrategia para reducir la pobreza del país comprende las cuestiones pesqueras posteriores a la captura. ¿Cuáles son algunos de los resultados prácticos del asesoramiento ofrecido a la organización de mujeres? Las mujeres intensificaron sus actividades gracias a que se ofrecieron planes de crédito con tasas más asequibles a todos los miembros y actualmente están compartiendo instalaciones de procesamiento de pescado, comunales y renovadas, con un sistema de “cobertura inmediata”. Ahora las mujeres cuentan con ahumaderos de pescado y con mejores medios. La renovación de ocho ahumaderos y secaderos de pescado y la construcción de otros dos para las mujeres ha aumentado su capacidad productiva, reducido las pérdidas después de la captura y mejorado la calidad del pescado producido. Las mujeres también recibieron capacitación sobre cómo el procesamiento eficaz y la higiene pueden contribuir a conservar el pescado y a vender más de lo que se captura. Ellas son más conscientes de cuestiones como la gestión sostenible de la pesca, la recogida de desechos y la higiene en el procesamiento y el almacenaje. Una cuestión importante: las mujeres recibieron capacitación funcional en materia de alfabetización, necesaria para aumentar la participación en la toma de decisiones. 16 Estos grupos constituyen un ejemplo excelente de la importancia de dar a las mujeres la posibilidad de decir qué medidas necesitan para poder mejorar sus medios de vida y respaldar sus esfuerzos para lograr que las instituciones influyan en la agricultura nacional y regional desde la base. Cooperativas: Una Visión de Economía Social 01 Julio 2010 por Fabiola Juárez El Comité Ejecutivo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), fundada el año de 1895 en Londres, Inglaterra, realizó en 1923 una recomendación a la Sociedad de las Naciones para dedicar un día del año a la promoción y fomento del cooperativismo. Siete décadas más tarde, en 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), reiteró la necesidad de celebrar un día internacional de las cooperativas, por lo que a partir de 1995 en conmemoración del centenario de la fundación de la ACI, se lleva a cabo esta celebración, la cual tiene verificativo el primer sábado del mes de julio de cada año. Según la ACI los objetivos principales de la celebración son generar y aumentar la conciencia sobre el papel de las cooperativas, fomentar la promoción de los logros obtenidos por dichas organizaciones y los ideales de solidaridad internacional y la eficiencia económica; otra de las intenciones principales es fortalecer y ampliar la relación entre las cooperativas y los representantes de gobierno en todos los niveles e incluso a nivel internacional, además de “lograr el reconocimiento de las entidades cooperativas como un factor indispensable para el desarrollo económico y social de los estados” En nuestro país, el cooperativismo encuentra sustento jurídico en el Artículo 9º de nuestra Constitución Política, el cual establece a la letra que: “todo individuo tiene el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; por lo que la libre organización, no se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee”. 17 Asimismo, el Artículo 28 Constitucional establece los casos en los cuales las actividades de las Cooperativas no constituyen monopolios. Este párrafo es importante porque la Constitución reconoce de facto la existencia de este tipo de asociaciones y les da estatus de entidades relacionadas con el sector social de la economía. Por su parte, La Ley General de Sociedades Cooperativas, define a estas sociedades como: una forma de organización social integrada por personas físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y servicios. Para este reporte, se retoma el caso de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo, pues en medio de la crisis económica y de la urgencia de amplios sectores de la población de contar con servicios financieros de bajos costo, constituyen una importante alternativa a la usura y costos excesivos que ejercen los grandes bancos y otras instituciones financieras, o bien, instituciones de empeño y préstamo a “baja escala”, los cuales se aprovechan de la necesidad y explotan aún más a quien ya de por sí, está agobiado por la urgencia. Las Cooperativas y el papel de la mujer en la economía social La ACI, año con año designa un tema para la conmemoración del Día Internacional del Cooperativismo; en 2008 el estuvo orientado a atender los problemas ambientales y se tituló: “Frente al cambio climático a través de la empresa cooperativa” y para 2009 volcaron la atención a la crisis económica mundial con el tema “Hacia la recuperación a través de Empresa Cooperativa” en este año la conmemoración va dirigida a uno de los sectores vulnerables de la sociedad: las mujeres y lleva por título: “Las empresas cooperativas empoderan a las mujeres” En México la Ley General de Sociedades Cooperativas, expresa en la fracción tercera del artículo 11º que habrá igualdad esencial en derechos y obligaciones de sus socios e igualdad de condiciones para las mujeres, con lo cual se otorga a este sector el pleno derecho de participar en las actividades cooperativistas. Según la ACI, las cooperativas pueden responder a las necesidades prácticas y estratégicas de las mujeres, tanto que les permite organizarse de un modo efectivo y de esta manera mejorar su situación de vida mediante la inserción al trabajo, a los servicios de ahorro, crédito, salud, 18 vivienda, entre otros. La ACI asegura que con la participación de las mujeres y los logros obtenidos tanto en los organismos cooperativos como en las actividades económicas, este sector logra reconocimiento y en consecuencia promueve el respeto a las actividades de la mujer y la equidad de género. Al respecto, el Ingeniero Ramón Imperial Zúñiga, presidente de la ACI- Américas, así como del Consejo Mexicano de Ahorro y Crédito Popular (COMACREP) y actual director general de Caja Popular Mexicana anunció en entrevista exclusiva para México Social que en este año: “vamos a hablar y a difundir la importancia de la participación de las mujeres dentro del movimiento cooperativo”. Lo anterior, porque la Caja Popular Mexicana llevará a cabo una serie de actividades culturales, con las cuales buscan involucrar a sus socios y a las comunidades en las que tienen presencia y además intentan que el próximo sábado tres de julio no pase por desapercibido. Actualmente, Caja Popular Mexicana es la más grande sociedad cooperativa de ahorro y préstamo en México, pues cuenta con un millón 750 mil socios de los cuales, “alrededor del 55% son mujeres profesionistas, amas de casa, mujeres que tiene un pequeño negocio y la verdad reconocemos que siempre las mujeres tienen mucha habilidad en aspectos administrativos y en ese sentido contribuyen mucho en el hogar a una buena administración de los ingresos que se tienen, la verdad es que para nosotros son buenas pagadoras y eso nosotros lo tenemos en consideración en todo el funcionamiento de nuestra cooperativa” sostuvo Ramón Imperial. Otro de los propósitos de la ACI con el tema de este año es incitar a los cooperativistas para que reconozcan la contribución de las mujeres en el desarrollo económico, social y cultural en el mundo y de igual manera, hace un llamado para que fortalezcan los compromisos cooperativos, de tal manera que permitan el empoderamiento de las mujeres en estas organizaciones y las alienten a participar e involucrarse. Las Sociedades Cooperativas en México Desde sus inicios las cooperativas se han preocupado por atender las necesidades de los sectores sociales más necesitados y vulnerables; así, ante la situación económica del país las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo parecen ser una opción para las personas que tienen acceso nulo o limitado a los sistemas bancarios tradicionales; estas instituciones otorgan 19 a la gente de clase media y baja la oportunidad de crecer económicamente, ya que, al ser organizaciones sin fines de lucro su principal tarea es apoyar a la economía social y familiar. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (presidida por Guillermo Babatz Torres) en su informe presentado en 2009, había en México al mes de diciembre de ese año, un total de 717 sucursales de las diferentes Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo, las cuales contaban con 2,858,166 y un activo total de 36,981,790 millones de pesos. El incremento en el número de estas sociedades fue altamente significativo en el último cuatrimestre del año pasado, ya que de contar con 694 sociedades cooperativas de ahorro y crédito registradas, la cantidad se incrementó a las ya mencionadas 717 en diciembre de 2009. Pese a que el crecimiento en el número de sucursales de las Sociedades de Ahorro y Préstamo es relevante, no se compara aun con las poco más de diez mil sucursales bancarias que existen en el país, de modo que hay 6.6 organizaciones cooperativas por cada habitante frente a 9.22 instalaciones bancarias por habitante. “México se distingue por ser un país en donde las comisiones son demasiado excesivas” – sostiene Ramón Zúñiga-, algo que las Sociedades cooperativas tratan de contrarrestar con mecanismos propios, además de que las tasas que cobran en sus préstamos son mucho más accesibles para la gente y les ayuda en su desarrollo económico; en promedio sostiene el Ejecutivo, las cajas populares cobran actualmente el 18% anual de comisión por préstamos, lo cual representa una tasa sumamente competitiva frente a los servicios bancarios tradicionales, los cuales cobran hasta el 60% anual, o las micro financieras que cobran intereses incluso por arriba del 100%. De esa manera el director de Caja Popular Mexicana considera que: “hacemos nuestro trabajo sobre todo tratando de ayudar a la gente que tiene menos cultura financiera” -y asegura- “que a veces la gente no sabe el impacto que va a tener con el cobro de alguna comisión o con el cobro de alguna tasa de interés”. Las cajas populares no están en contra de los sistemas financieros nacionales o internacionales e incluso dice que forman parte de dichos sistemas, pero la diferencia es que su organización cuenta con mecanismos que persiguen un objetivo principal: fungir como sociedades que apoyan la economía social. 20 La ONU y su impulso a las cooperativas La Organización de las Naciones Unidas, pendiente de las cooperativas alrededor del mundo, ha emitido una serie de recomendaciones, con el objetivo de hacer impulsar el crecimiento de este tipo de sociedades y su inclusión como elementos clave en la generación de desarrollo social. En su Sexagésimo cuarto periodo de Sesiones, realizado en febrero de este año, la Asamblea General de la ONU reconoció a las cooperativas como un factor indispensable en el fortalecimiento económico y social de las naciones, en particular de los países en desarrollo, pues su presencia estimula a diferentes sectores de la población, entre los que se encuentran las mujeres, los jóvenes, las personas de la tercera edad, las personas con discapacidad y los indígenas. Naciones Unidas recomendó a sus Estados Miembros aprovechar el año Internacional de las Cooperativas –a celebrarse en 2012- para promover y aumentar la conciencia sobre la valiosa aportación que hacen estas organizaciones al desarrollo económico y social, además de solicitar poner especial atención a las recomendaciones del Secretario General sobre futuras actividades que contribuyan a promover el crecimiento de las cooperativas como empresas comerciales y sociales, de tal manera que puedan contribuir al desarrollo sustentable, la erradicación de la pobreza, así como facilitar el acceso a los medios necesarios para una vida digna en diversos sectores económicos en zonas urbanas marginadas y rurales. Otra de las recomendaciones fue la de fomentar entre la población, la creación de capacidades para participar en asociaciones cooperativas; distribuir información sobre la contribución que tienen en la creación de empleos; y generación de capacidades de especialización a fin de que sus servicios se profesionalicen cada vez más y puedan insertarse rápidamente en dinámicas competitivas en distintos sectores de la economía. Finalmente, la ONU hace una invitación para que los gobiernos y las organizaciones internacionales colaboren con las cooperativas para promover su crecimiento, en especial en el sector agrícola a fin de mejorar el acceso al financiamiento, a mejor tecnología, así como al conocimiento de técnicas innovadoras que permitan mejorar su productividad desde una perspectiva de desarrollo sustentable. 21 La importancia de apoyar a las Sociedades Cooperativas De acuerdo con el Fondo de Desarrollo Social (Fondeso), una entidad del Gobierno del Distrito Federal dirigida por Mónica Ramón Alonso, en nuestro país existen alrededor de 7,020 cooperativas. En contraste, cifras de la ACI indican que Argentina cuenta con 18,000 sociedades cooperativas y 9.1 millones de miembros, por su parte, en Canadá una de cada tres personas pertenece a una cooperativa; en Colombia y Costa Rica . 10% de la población total son socios de alguna institución de este tipo; y en Singapur una tercera parte de su población forma parte del movimiento cooperativista. Como puede verse, en México el movimiento cooperativista, a pesar de tener décadas de historia, no ha logrado difundirse con mayor amplitud, ni tampoco se ha logrado generar la infraestructura ni las plataformas de asesoría y acompañamiento, para que la sociedad en general pueda percibirlas como una opción viable para detonar sus capacidades de desarrollo. Para ilustrar el potencial que tienen este tipo de sociedades en otros países basta citar las siguientes cifras: Las cooperativas dan empleo a más de 100 millones de personas en todo el mundo, lo que representa un 20% con respecto al total de empleos generados por las empresas multinacionales. En Canadá las cooperativas dan empleo a más de 160.000 personas En Colombia una cooperativa de salud es la segunda empresa en el ranking nacional de generación de empleo. Es de destacarse que en este país, las cooperativas de salud atienden a un 25% de la población. En Francia 21.000 cooperativas dan empleo a más de 700.000 personas En Estados Unidos de América existen más de 30 cooperativas con una facturación anual superior a los 1.000 millones de dólares. 22 Una hoja de ruta para México… La Ley General de Desarrollo Social establece que los gobiernos municipales, las entidades federativas y del Gobierno Federal, deben fomentar el sector social en la economía y promover un desarrollo económico con sentido social que genere y conserve el empleo, eleve el nivel de ingreso y mejore su distribución a fin de abatir la desigualdad. En ese sentido, no hay duda de que las sociedades cooperativas pueden jugar un papel fundamental en la generación de capacidades económicas que detonen el potencial de localidades y regiones enteras; en el mejoramiento del acceso al crédito para gente de escasos recursos en las zonas rurales e indígenas; así como para empoderar las capacidades productivas de las mujeres y de algunos grupos vulnerables y discriminados como las personas con algún tipo de discapacidad. Para ilustrar en cifras las oportunidades que tiene nuestro país en esta materia, baste mencionar que la Revista Expansión, en su número de Junio de 2010, dio a conocer la lista de las mejores 500 empresas. De todas las cooperativas, sólo Caja Popular Mexicana figura en el lugar 282 de este ranking, incluso por arriba de por encima de empresas como BMW de México, Afore Bancomer, Office Max de México; Grupo Financiero Mifel, Crédito Familiar y FedEx, por citar algunas. Otras cooperativas que aunque no forman parte de este ranking, pero que generan una gran cantidad de empleos, así como una enorme cantidad de activos y de productos, son Cooperativa Pascual y Cooperativa Cruz Azul, Caja Morelia Valladolid y Caja Popular Inmaculada. Mensaje de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación con ocasión del Día Internacional de las Cooperativas 16ª. Cooperativas: Una vía para la potenciación de las mujeres en las zonas rurales • Las cooperativas rurales potencian a las mujeres Las cooperativas agrícolas pueden ser un método efectivo para potenciar a las mujeres de las zonas rurales y ayudarlas a superar los obstáculos que afrontan para acceder a la educación, al conocimiento, a la información y a los bienes productivos. Las cooperativas pueden proporcionar a las mujeres de las zonas rurales una amplia gama de servicios económicos y sociales, como el acceso a mercados de insumos y productos y a servicios financieros como el crédito y los seguros. Actuando de forma colectiva desde una cooperativa, las mujeres aumentan su capacidad negociadora y sus ingresos, a la vez que reducen los costes de transacción. Además, las cooperativas desempeñan un papel importante en la creación de empleo, ya que apoyan 23 directamente el trabajo autónomo productivo y generan oportunidades adicionales de empleo. En última instancia, las cooperativas pueden crear un entorno seguro en el que las mujeres aumenten su autoestima, identifiquen sus propios retos, tomen decisiones y gestionen los riesgos. Las cooperativas permiten a las mujeres ejercer un liderazgo político y aprender sobre rentabilidad financiera y contabilidad. Como consecuencia, las mujeres tienen más recursos para convertirse en agentes activos de cambio, empresarias y promotoras de la transformación social que contribuya a mejorar sus vidas y las de los miembros de su comunidad. No obstante todo lo anterior, la participación activa de las mujeres y su liderazgo en las cooperativas agrícolas hasta el momento continúan siendo bastante bajos. Más allá de los obstáculos sociales, políticos y económicos, las mujeres se enfrentan con barreras culturales que limitan su participación en los foros públicos u otorgan más importancia a sus responsabilidades domésticas que a su participación económica y social en las cooperativas agrícolas. En algunos países esta circunstancia se debe a que sólo los propietarios o arrendatarios de las tierras, en su mayoría hombres, pueden ser miembros de las cooperativas agrícolas, o a que la cuota de inscripción a la cooperativa está fuera del alcance de las mujeres del entorno rural que no tienen independencia económica. • Aún queda mucho por hacer para reforzar la participación de las mujeres en las cooperativas Es necesario adoptar medidas más enérgicas que promuevan la participación efectiva de las mujeres en las cooperativas rurales, las motiven a adoptar posiciones de liderazgo en cooperativas mixtas y/o las apoyen a crear cooperativas sólo de mujeres, de acuerdo con sus necesidades y su contexto local. Hay que prestar especial atención a la sensibilización sobre la importancia de fomentar la participación efectiva de las mujeres en cooperativas “mixtas”. Las cooperativas mixtas con una participación equitativa de hombres y mujeres aúnan capacidades y perspectivas complementarias que benefician a todos los miembros. Además, las cooperativas sólo de mujeres pueden ser una valiosa estrategia para que las mujeres creen sus propias empresas según sus necesidades y su realidad económica y social. Numerosas cooperativas de sólo mujeres demuestran que éstas son capaces de crear sus propias empresas y mejorar sus conocimientos técnicos y capacidades de autoayuda a nivel organizativo. Asimismo, es necesario obtener mejores datos cuantitativos para demostrar a los responsables de las políticas por qué las cooperativas rurales de sólo mujeres y las cooperativas mixtas pueden ser un método importante para potenciar el roleconómico y político de las mujeres. Igualmente, también hace falta recopilar más datos sobre el grado de participación femenina en calidad de miembros o líderes con el fin de identificar las limitaciones, las experiencias positivas y el valor añadido que conlleva formar parte de tales instituciones. La elaboración de proyectos y programas deberá considerar la asignación específica de recursos para mejorar las capacidades de las mujeres, aumentar su participación en cooperativas y organizaciones de productores, y fortalecer la capacidad de estas cooperativas para abordar las necesidades de ambos sexos y potenciar el papel de las mujeres. Otro instrumento poderoso es el establecimiento de cuotas de participación y -2representación femenina y la incorporación de dichas cuotas en el diseño de proyectos y políticas orientados a apoyar a estas organizaciones. La participación efectiva de las mujeres en las cooperativas es fundamental para compensar los desequilibrios entre hombres y mujeres dentro de los procesos de toma de decisiones relacionados con la agricultura y el desarrollo rural 24 Género, formación y trabajo Novedades Empleabilidad, calidad, equidad y género Cooperativas Acelerando el progreso Juventud y género Mas de 800 millones de mujeres y hombres en todo el mundo son Calidad y equidad miembros de cooperativas, y otros 100 en el desarrollo millones trabajan en ellas sin ser rural miembros. Las cooperativas son asociaciones de hombres y mujeres que TIC y género se han unido para abordar sus comunes necesidades y aspiraciones Igualdad de económicas, sociales y culturales oportunidades mediante empresas de propiedad Gestionando la conjunta, controladas igualdad democráticamente. Documentos Aunque el movimiento cooperativista se inició con pequeñas organizaciones Estadísticas rurales en Europa occidental, Norteamérica y Japón a mediados del Eventos siglo pasado, hoy las cooperativas constituyen una importante fuerza Enlaces económica en sectores que van desde Página principal la banca, los seguros y las modernas empresas industriales y de servicios a la comercialización agrícola y a pequeñas y medianas industrias artesanales. Cada día se crean nuevas e innovadoras cooperativas, tales como proveedoras de Internet, estaciones de TV por cable y las llamadas "nuevas cooperativas" en algunos países. Suscripción 25 Coloque su dirección de correo electrónico para recibir las novedades del sitio. Los problemas La igualdad de géneros se promueve mediante principios y valores universalmente adoptados que hacen hincapié en la ayuda entre los miembros, la democracia, la responsabilidad social, la igualdad y la equidad. Sin embargo, las cooperativas se ven influenciadas por la sociedad en la que operan y, aunque la mayoría mantienen criterios de igualdad de oportunidades y trato para hombres y mujeres, la práctica real puede ser diferente. Un problema relativo al género, de la máxima importancia en todo el mundo, es el bajo nivel de participación activa de las mujeres y su escasa representación en los puestos de dirección y liderazgo. Para que las cooperativas funcionen como organizaciones o empresas democráticas y dirigidas por sus miembros, las mujeres tienen que tener igual acceso que los hombres a los procesos decisorios. Si no están representadas o su representación es menor de la que debería ser cuando se adoptan decisiones, sus necesidades e intereses no pueden ser adecuadamente considerados, y no cabe esperar que acepten la legitimidad de las decisiones tomadas en su lugar. Otro problema crítico es el de si los hombres y mujeres miembros tienen igual acceso, e 26 idéntico control, a y sobre los recursos cooperativos, tales como créditos, financiación, educación y formación, insumos de producción y márgenes de comercialización, etc. Muchas cooperativas proporcionan a sus miembros programas de educación y formación profesional, pero deberían garantizar que estos programas son igualmente (y con la misma facilidad) asequibles a sus mujeres miembros. Habría que prestar también especial atención para que estos programas respondieran a las necesidades, expectativas y aspiraciones de las mujeres en igual medida que a las de los hombres. De ahí la necesidad de introducir análisis y planificaciones de género. Tendencias emergentes En un medio económico mundializado y en tan rápido cambio, las cooperativas se han visto obligadas a adaptarse y procurar ser más competitivas e innovadoras. Se han dado cuenta de que desarrollando las potencialidades de las mujeres y fortaleciendo su capacidad productiva se benefician ellas mismas. Implicando a un número mayor de mujeres en puestos decisorios y directivos, se amplían los horizontes de las cooperativas, se diversifican sus actividades y se refuerza su papel social. Y, como importantes grupos de presión que ya son, adquieren mayor poder económico y mayor capacidad de influencia política cuanto más numerosas son las mujeres activamente implicadas en ellas. Se han dado abundantes ejemplos de iniciativas adoptadas por mujeres que han acelerado el progreso y el cambio de su situación socioeconómica. En África, el Programa ACOPAM ("Appui Associatif et Coopératif aux Initiatives de Développement à la Base") para la región del Sahel ha sido uno de los programas de la OIT que mayores frutos han dado en cuanto a generación de empleo y de ingresos, al igual que el 27 Programa Zinder, en Níger, centrado en el desarrollo económico local y en la seguridad de producción de alimentos. Resolviendo los problemas Los dirigentes de las cooperativas pueden abordar las cuestiones de igualdad: Diseñando políticas, estrategias y planes que tengan en cuenta el género, en un esfuerzo conjunto entre hombres y mujeres; por ejemplo, afrontando los problemas de acceso de las mujeres al crédito, a la propiedad de la tierra, al equipamiento, a los servicios de extensión, etc., y adoptando medidas positivas para incluir a mayor número de mujeres en sus programas de formación, y en sus puestos decisorios y de dirección. Creando conciencia y sensibilidad por las cuestiones de género, mediante la educación y la influencia. Las cooperativas pueden ayudar a eliminar las barreras que se oponen a la participación activa de las mujeres y a su acceso a puestos de dirección (por ejemplo, criterios de admisión de miembros, cortapisas legales, tradicionales, financieras o, meramente, actitudes negativas). Haciendo que sus programas de educación y formación sean sensibles a las necesidades de las mujeres. Las capacidades y potencialidades de la s mujeres pueden ser fortalecidas, lo que redundará en una mayor confianza en sí mismas y las participar más plenamente en los órganos decisorios y en los 28 Evidencia empírica: cooperativas Mujeres puestos directivos Identificando a las mujeres capacitadas para desempeñar puestos de dirección y ayudándolas a alcanzar notoriedad y experiencia dentro de la cooperativa; por ejemplo, formándolas y asignándoles asesores de entre el personal directivo ("mentores") Empleando las organizaciones y redes nacionales para reunir datos desglosados por géneros e identificando los tipos de proyectos centrados en las necesidades de las mujeres, en ayudarlas a incrementar su capacidad de obtener ingresos y en aliviar su carga de trabajo. Por ejemplo, pueden estudiar cuánto tiempo dedican los hombres y las mujeres a sus diversas tareas o actividades, y cómo encajar esto con potenciales actividades cooperativas sostenibles y económicamente viables. emprendedoras y empresas Se puede afirmar que las cooperativas se configuran como un espacio adecuado para el desarrollo profesional de las mujeres; la cooperación permite que las mujeres se ganen la vida en un mundo en el que se ven más afectadas que los hombres por la pobreza y el desempleo. En el estudio de Ibargüen (2006) sobre una cooperativa rural enfocada a la elaboración de productos herbolarios en el estado de Veracruz, la autora parte de dos enfoques o aproximaciones al fomento de micro empresas femeninas; el de mercado y el concerniente al empoderamiento (empowerment). En el primero, el apoyo ha consistido en estimular las capacidades empresariales individuales de las mujeres en virtud de lograr crecimiento económico y solucionar problemas de pobreza. Este tipo de iniciativas tienen como objetivo aquellas mujeres más aptas para convertirse en empresarias exitosas en sectores dinámicos de la economía. En el segundo enfoque, llamado de empoderamiento, el objetivo principal no es solamente incrementar el ingreso femenino, si no de manera más importante elevar el poder de negociación de mujeres pobres y estimular la formación de grupos como medio para crear presión y cambiar las inequidades más generalizadas de las mujeres. Esta distinción es importante, ya que el estudio de caso arroja como conclusión preliminar, la idea de que a pesar del relativo éxito económico de la microempresa, a través de los años de 29 trabajo resulta para las mujeres más importante el apoyo que se han dado mutuamente al trabajar en equipo y el poder de negociación que el pequeño ingreso les ha dado en relación a sus maridos y familiares. En este sentido y como lo señala la visión de empoderamiento mencionada anteriormente, resulta de igual o mayor importancia la posibilidad de incrementar el poder de negociación de las mujeres frente a su familia y el resto de la comunidad, que el monto del ingreso proporcionado por la microempresa. La posibilidad de incrementar su conocimiento a través de la participación en varios talleres, el contar con el apoyo de un grupo de compañeras donde platicar y compartir problemas familiares, y el fortalecimiento de la autoestima por medio de una actividad productiva fuera del hogar, ha creado las condiciones para que por lo menos este grupo de mujeres vea mejorada su calidad de vida. Estos avances sin embargo no dejan de hacer evidente el poco impacto en la economía familiar que la creación de la microempresa ha arrojado. En un análisis preliminar esto parece deberse, al escaso apoyo financiero que han recibido, a la falta de una capacitación de carácter empresarial, a la problemática de certificar sus productos para incrementar su acceso al mercado, y a la falta de asesoría legal y financiera constante. Por su parte un trabajo realizado en la en la región de Málaga –España- por Nieto (2006), cuyo objetivo fue determinar el impacto de las cooperativas y las mujeres empresarias en el desarrollo local; se constata que las empresas sociales –cooperativas y sociedades laboraleshan creado espacios de oportunidades laborales, educativas y de desarrollo para las mujeres, a la par, el efecto positivo que estas empresas sociales han favorecido la derrama económica en toda la región. Entre las conclusiones más relevantes podemos resaltar que una de las ventajas que fueron señaladas con mayor frecuencia tiene que ver con la posibilidad de conciliar las responsabilidades familiares y las profesionales; la organización cooperativa permite superar obstáculos relacionados con los prejuicios de género tal como la infravaloración de la capacidad femenina al frente de un negocio; brinda y amplia las posibilidades de formación y capacitación; ofrece flexibilidad laboral en horarios, pero ante todo el fomento al espíritu empresarial de las mujeres, es materializado mediante la decisión de emprender y la gestión diaria, la toma de decisiones y la realización de tareas como el trato con la administración, el acceso a los canales financieros, la negociación con clientes y proveedores, entre otros asuntos. De esta forma, todos los aspectos señalados en los párrafos anteriores dan cuenta de aspectos particulares en empresas constituidas por mujeres, lo cual indudablemente tiene repercusiones en la cultura de este tipo de organizaciones, situación que se expone en el siguiente apartado. Día internacional del Cooperativismo: “Las Empresas Cooperativas Empoderan a las Mujeres” La ONU reconoce que las cooperativas son un factor indispensable en el desarrollo económico y social de muchos países. María Elena Chávez Hertig, directora adjunta de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en Ginebra (foto SL) 30 La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) ha escogido como lema de la celebración del día internacional del cooperativismo de este año: “Las Empresas Cooperativas Empoderan a las Mujeres”, como una forma de subrayar la importancia para ellas, que adquiere este modelo económico. Esta ONG que tiene su sede en Ginebra y que posee rango consultivo ante el Consejo Económico y Social de la ONU, acaba de recibir un nuevo reconocimiento internacional, luego que la Asamblea General de Naciones Unidas decidiera declarar el año 2010: Año Internacional de las Cooperativas. La ONU reconoció de esta manera que las cooperativas son un factor indispensable en el desarrollo económico y social de muchos países. En este Día Internacional de las Cooperativas, la ACI hace un llamado a los cooperadores para que reconozcan la contribución fundamental de las mujeres al desarrollo económico, social y cultural en todo el mundo, fortalezcan el compromiso cooperativo para permitir el empoderamiento de las mujeres en sus empresas cooperativas e instar la participación de las mujeres en el Movimiento Cooperativo. El rol de las mujeres “En todo el mundo las mujeres están eligiendo el modelo de empresa cooperativa como respuesta a sus necesidades económicas y sociales. Ya sea para alcanzar sus aspiraciones empresariales, para acceder a productos y servicios que quieren y necesitan, o bien para participar en una empresa que se basa en valores y principios éticos y proporciona oportunidades de generación de ingresos, las mujeres están descubriendo que las cooperativas representan opciones atractivas”, explica la ACI un comunicado. Para las mujeres, las cooperativas tienen un papel clave que desempeñar, pues son capaces de responder a sus necesidades prácticas y estratégicas. Ya sea a través de cooperativas exclusivamente conformadas por mujeres o cooperativas constituidas por mujeres y hombres, las cooperativas ofrecen medios organizativos eficaces a las mujeres miembros y las empleadas a mejorar su nivel de vida al acceder a oportunidades de trabajo decente, facilidades de ahorro y de crédito, salud, vivienda y servicios sociales así como a la educación y formación. Democracia, equidad y solidaridad Las cooperativas son empresas de propiedad conjunta y gestión democrática guiadas por los valores de la autoayuda, la auto responsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad. Sitúan a las personas en el centro de sus actividades y permiten a los miembros, a través de la toma de decisión democrática, elegir la forma cómo alcanzar sus aspiraciones económicas, sociales y culturales. Las cooperativas también ofrecen a las mujeres oportunidades para la participación en actividades económicas y ejercer su influencia sobre las mismas. Las mujeres ganan autonomía y autoestima en sí mismas gracias a esta participación. Las cooperativas contribuyen además a mejorar la situación económica, social y cultural 31 de las mujeres por otros medios, como la promoción de la igualdad y cambiando los prejuicios institucionales. Para las mujeres empresarias, las cooperativas constituyen un modelo de empresa particularmente atractivo. Orígenes del Día Internacional de la Cooperación En 1923 el Comité Ejecutivo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), nacida en 1895 en Londres, y con sede actualmente en Ginebra, recomendó la conmemoración de un día internacional, que fuese especial para el cooperativismo. Muchos años después el 16 de diciembre de 1992, la Asamblea General de la ONU (Organización de Naciones Unidas) proclamó la necesidad de tener y celebrar un “Día internacional de las cooperativas”, a partir de julio del año de 1995, en conmemoración al centenario de la creación de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Los valores del cooperativismo La ONU reconoció de esta manera que las cooperativas son un factor indispensable en el desarrollo económico y social de muchos países. La forma en que la ONU demostró dicho reconocimiento fue cuando declaró en 1995, que el “Día Internacional de las Cooperativas”, debía ser celebrado cada año por los gobiernos en colaboración con sus movimientos cooperativos nacionales, declarando el primer sábado de julio de cada año. Ese día se recuerda a los héroes cooperativos, se reafirman los principios y valores y se invita a los gobiernos y organizaciones a apoyar la doctrina de paz, solidaridad, fraternidad y realizaciones positivas que el cooperativismo significa. 28/12/2010 Encuentro de Mujeres Cooperativistas en Bahía Blanca Participaron de la jornada 150 damas bajo el lema "La mujer en acción en el movimiento cooperativo". Bahía Blanca © - Con la participación de 150 damas, el pasado 3 de diciembre se realizó en Bahía Blanca el Encuentro de Mujeres Cooperativistas organizado conjuntamente por la Cooperativa Obrera y la Asociación de Cooperativas Argentinas, y auspiciado por el Grupo Asegurador La Segunda, ACA Salud y Coovaeco Turismo. Bajo el lema "La mujer en acción en el movimiento cooperativo", las visitantes provenientes de catorce localidades del sudoeste y noroeste bonaerense y de la provincia de La Pampa-, adhirieron e hicieron suyas las conclusiones del VII Encuentro Continental de Mujeres Cooperativistas, que sesionó recientemente en el 32 marco de la XVII Conferencia Regional de ACI Américas, referidas al compromiso cooperativo para la preservación del planeta. La actividad consistió en disertaciones sobre la participación de género en el movimiento cooperativo urbano y rural, a cargo de la contadora Mónica Giambelluca y la profesora Elsa Berthet, respectivamente; acerca de "Familia, medios y miedos: lugar de la mujer", con la doctora Guillermina Rizzo, y "La alimentación saludable en la familia", a través de la licenciada Julieta Pasquini. También se visitó el Aula Digital del Proyecto Conectar Igualdad, donde fueron recibidas por la docente Sandra Ovando. Posteriormente, el evento se trasladó al ámbito del Hiper y del Bahía Blanca Plaza Shopping, con una recorrida por la Sucursal 42 y la Planta de Osmosis Inversa. Tanto en la recepción como en los intervalos entre exposiciones, se realizaron degustaciones de productos saludables y la Fundación Cecilia Grierson brindó asesoramiento sobre el proyecto "Kiosko Saludable". Las actividades fueron inauguradas por el gerente general de la Cooperativa Obrera, contador Rodolfo Zoppi, y por el tesorero de la ACA, doctor Oscar Alfredo Muzi. Asimismo, participaron el gerente de la Sucursal Bahía Blanca de la Asociación, César Gabriel Casquero; los consejeros del Grupo Asegurador La Segunda y de ACA Salud, Carlos Miguel Roppel y Jorge Santiago Stoessel, respectivamente; los gerentes de Administración, contadora Susana Linaza y Cultura y Acción Comunitaria, Enrique Moreno, consejeras, personal superior y esposas de funcionarios de COL y Mutual de Asociados de COL. El encuentro contó con la presencia de Grupos de Mujeres Rurales Cooperativistas de Ascensión, Azopardo, Cabildo, Carhué, 17 de Agosto, Espartillar, Lartigau y Puan, a los que se agregaron por la Cooperativa Obrera, damas provenientes de Puan, Pigüé, Huanguelén, Punta Alta, Guatraché y Bahía Blanca. Preservación del planeta Las mujeres del cooperativismo urbano y rural, adhirieron por unanimidad a las siguientes ponencias que emanan de las conclusiones sobre Equidad de Género de la Conferencia Regional de ACI Américas, y que tienen que ver con el "Compromiso Cooperativo para la Preservación del Planeta": n Reconocer el papel y la importancia del conocimiento y la práctica de las mujeres y los hombres en el mantenimiento de los ecosistemas y la seguridad de los medios de vida. n Valorizar la práctica de las mujeres como puntos centrales para el desarrollo, seguridad en la tenencia de la tierra, agricultura sustentable, soberanía y seguridad alimentaria, y protección del conocimiento tradicional, patrones de producción ecológica, así como alternativas de alivio a la pobreza. n Reconocer la importancia de la diferenciación y el compromiso de los roles de hombres y mujeres en las actividades relativas a la conservación de la biodiversidad. n Consolidar liderazgos y no cualquier tipo de liderazgos, sino liderazgos transformacionales y cooperativos. Las mujeres tienen los valores y la capacidad para ejercerlo, que es lo que demandan las organizaciones. 33 La igualdad de género en el corazón del trabajo decente, campaña OIT 2008-2009 Contextualización de la experiencia: Cooperativas de mujeres hacen de tecnologías antiguas un éxito comercial Enclavada en la puna jujeña, en una de las provincias más áridas, pobres, con desempleo crónico y alta densidad de población indígena de la Argentina, la Cooperativa PUNHA es una de las instituciones participantes del Programa Regional FORMUJER. Su simultánea condición de entidad de capacitación y emprendimiento productivo, mayoritariamente integrado por mujeres, hicieron de ella un escenario paradigmático para fortalecer el rol de la formación profesional y técnica como herramienta para mejorar e incrementar, simultáneamente, la competitividad empresarial y la productividad, empleabilidad y oportunidades de trabajo decente para las mujeres latinoamericanas, especialmente para las más pobres y discriminadas. Programa Regional para el fortalecimiento de la formación profesional y técnica de mujeres de bajos ingresos FORMUJER (1998-2004) Fue co-ejecutado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) de la Argentina, la Fundación INFOCAL de Bolivia y el Instituto Nacional de Aprendizajes (INA) de Costa Rica y OIT/Cinterfor, con el apoyo financiero del BID. OIT/Cinterfor asumió la coordinación y supervisión técnica regional, lo que le facultó la incorporación del Programa PROIMUJER del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Uruguay que se constituyó así en el cuarto país ejecutor. El fin último de FORMUJER fue apoyar la contribución femenina al desarrollo y sumarse a los esfuerzos de reducción de la pobreza mediante la promoción y fortalecimiento de las capacidades de las instituciones de formación de la región para: mejorar la calidad, pertinencia y equidad de las políticas formativas, incrementar la empleabilidad y la participación ciudadana de mujeres y varones, brindando especial atención a las necesidades de capacitación e inserción laboral de las mujeres de bajos ingresos, 34 diseminar los modelos, metodologías y aprendizajes en toda la región. Para ello, orientó sus acciones hacia dos tipos de público objetivo: Población destinataria del fortalecimiento institucional: las entidades ejecutoras, sus equipos directivos y técnicos, los actores y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, empresariales, de trabajadores y las asociaciones comunitarias y de mujeres vinculadas a los Consejos Asesores y Técnicos y a la ejecución del Programa. Población meta o beneficiaria: las personas en edad de trabajar, preferentemente mujeres desempleadas, inactivas, trabajadoras por cuenta propia, temporeras, con bajos ingresos familiares, escasa calificación profesional y/o jefas de hogar, Cooperativa PUNHA El Ministerio de Trabajo de Argentina instrumenta su política de formación profesional a través de entidades públicas y/o privadas que se presentan a licitaciones o postulan para la ejecución de actividades. La Cooperativa PUNHA es una de las entidades seleccionadas para coejecutar el Programa FORMUJER. Se dedica a la producción artesanal textil y de alimentos y a las actividades de formación y promoción dirigidas a personas desocupadas, mayoritariamente mujeres. Se encuentra en la ciudad de Abra Pampa, Jujuy, y tiene ya casi 20 años de existencia. Comenzó a gestarse en 1990 cuando un grupo de hilanderas se integró a la Asociación Punha (Por Un Nuevo Hombre Americano) para brindar cursos de capacitación en hilado. En el momento de su incorporación a FORMUJER, su preocupación central era la recuperación de técnicas artesanales de producción, partiendo de la revalorización y aprovechamiento de los recursos naturales de la zona como parte de una estrategia de desarrollo local más amplia, consistente en la implementación de actividades productivas, demandadas desde el mercado local, nacional e internacional. Eugenia Gutiérrez Hilandera desde sus 6 años de edad y miembro de la Cooperativa PUNHA desde sus orígenes, es la protagonista del video y un ejemplo de las mujeres cuya historia de vida comenzó a cambiar a partir de 35 su pasaje por la formación profesional. Con 47 años, está casada y tiene 5 hijos. Cooperativas de mujeres hacen de tecnologías antiguas un éxito comercial (video) La asociación entre la Cooperativa PUNHA y el Programa FORMUJER se propuso desarrollar un proyecto institucional de innovación para implementar en la Cooperativa un proceso integral de desarrollo de competencias técnicas y de gestión para mejorar la calidad de la producción textil de manera de alcanzar el nivel de competitividad requerido por las exigencias de los mercados nacionales e internacionales y, simultáneamente, para mejorar la empleabilidad de sus asociadas/os actuales y futuros, incrementar su salario, sus oportunidades de inserción laboral y sus capacidades de participación social y ciudadana , es decir para diseñar y gestionar un proyecto viable de formación y empleo: un Proyecto Ocupacional. ¿Cuáles fueron sus principales logros? 1- Sustantivo fortalecimiento técnico institucional a través de la transformación de trabajadoras, artesanas y socias de la cooperativa, muchas de ellas analfabetas, en instructoras capacitadas tanto en los aspectos técnico productivos y organizativos del área textil como en la incorporación y transversalización de la perspectiva de género. Esto aseguró la sustentabilidad y multiplicación de la actividad formativa en la Cooperativa. La Cooperativa hoy cuenta con nuevas trabajadoras y artesanas capacitadas para trabajar con el nivel de calidad que exigen las normas creadas por ella misma (normas PUNHA de Calidad) y asegurarles la regularidad de la remuneración, lo que no podía hacerse con los altibajos de las ventas de artesanías. 2- Incremento de las competencias de empleabilidad y de participación comunitaria y ciudadana de los y las integrantes de la Cooperativa. Durante un año la institución se dedicó a su formación mediante la realización de talleres, poniendo especial énfasis en temáticas relativas a la organización, la solidaridad y la importancia de la asociación y la vinculación con otros/as para un mejor posicionamiento en la resolución de los problemas laborales. "FORMUJER era un muy lindo programa, la verdad, dedicado a mujeres especialmente. … Nos enseñó prácticamente y personalmente a mí a valorarme. Como persona, como ser humano. Como aprender a enfrentar la vida. Aprendes a enfrentar las cosas, los problemas, las situaciones que tenemos... Creo que dio mucho que decir el FORMUJER, aquí en la cooperativa pero también por ahí, 36 afuera ... Muchísimas mujeres nos hemos capacitados … Me acuerdo que había 5 varones nada más, y ellos pudieron también recibir la capacitación de FORMUJER (lo que impactó) también en el cambio del varón hacia la mirada de la mujer. " (Entrevista a Eugenia Gutiérrez para el video) 3- Refuerzo del sentido de pertenencia a la Cooperativa y entrega a las mujeres de herramientas para que organicen sus actividades y responsabilidades domésticas, haciéndolas compatibles con su proyecto ocupacional. "Consistió en trabajar el género. Empleabilidad y ciudadanía. El tema de competencias laborales. Como ahí veíamos las competencias laborales. Y los recursos también. Los recursos de nuestra zona. El auto-empleo. Y después también vimos ciudadanía. Que me parece que nos ha abierto mucho los ojos…" (Eugenia) 4- Cambios en la composición de género de la directiva de la Cooperativa y en los roles desempeñados pero también de la Red Puna. "En el 98, el consejo directivo de la cooperativa estaba formado por 6 hombres. En el año 2004, había 5 mujeres, muchas de las cuales hoy son líderes comunitarias … Eugenia se transformó en una de las capacitadoras más comprometidas, con mayor dedicación personal y disciplina para superar largamente la capacitación y el acompañamiento que le fuimos haciendo desde FORMUJER. Se transformó en líder de la cooperativa y llegó a ser su presidenta…" (Entrevista a Sara Silveira Coordinadora Regional FORMUJER) 5. Fortalecimiento de las ayudas sociales que la cooperativa proporcionaba a sus socios. La guardería mejoró sus servicios mediante la contratación de personal de recreación, brindando las comidas necesarias a través de su propio comedor y logrando un involucramiento mayor y más organizado de las socias y trabajadoras en diversas actividades sociales. 6. Posicionamiento de la cooperativa como entidad capacitadora del MTEySS que además logró articular diferentes programas estatales a su proyecto de desarrollo, potenciando y fortaleciendo sus objetivos productivos y sociales. Se capacita a beneficiarios del Programa Jefas y Jefes de Hogar del MTEySS de Argentina, brindándoles la posibilidad de integrarse a nuevos emprendimientos productivos al final de su capacitación. Durante la capacitación, las participantes recibían el subsidio del Programa, articulando así una acción de formación con la política pública de atención a poblaciones vulnerables. 37 7. Incidencia y contribución con las políticas educativas de la zona: mediante acuerdos con la entidad de formación docente y otras entidades educativas, las capacitadoras de la Cooperativa dictan talleres sobre género, empleabilidad, etc. 8. Disponibilidad de nuevas metodologías, desarrollos curriculares y buenas prácticas para diseminar y compartir con el sistema de formación profesional de la región "… Lo más importante de esta experiencia es que ha sido un espacio de construcción colectiva regional de validación de metodologías y de estrategias que hoy alimenta las políticas de formación profesional. Hoy ninguna institución de formación de la región plantea que es posible el logro de la calidad -entendida como aplicación de las normas ISO 9000- sin que dicha calidad no tenga interdependencia con la equidad. Tiene que ser una calidad incluyente…" Este aprendizaje " ... fundamenta que OIT/Cinterfor trabaje el eje de calidad y equidad en la formación profesional como un eje central para que la formación sea una herramienta para el trabajo decente, para contribuir a la reducción de la pobreza y al cumplimiento de las metas del milenio, y simultáneamente para aportar a la mejora de la competitividad y la productividad en función de un desarrollo sostenible e incluyente." (Sara) Como se sostiene en la Agenda Hemisférica de trabajo decente la formación profesional es una de las políticas de intervención estratégica trazada con el objetivo de mejorar la competitividad de los recursos humanos y ampliar la cobertura de la formación profesional entre los grupos vulnerables. Para alcanzar estas metas se requiere un trabajo articulado en torno a dos grandes ejes: el primero es un desarrollo institucional muy claro; el segundo consiste en desarrollar un enfoque según el cual se considere la formación profesional y la capacitación como parte de un sistema en el que intervienen los actores sociales (empleadores y trabajadores) los gobiernos y la sociedad en general. Les invitamos a que conozcan y utilicen algunos de estos productos navegando en nuestro sitio web. CONTEXTO EN EL QUE SE DESENVUELVEN LAS MUJERES QUE INTEGRAN LA COMISIÓN Mujeres de FECOOTRA Las Mujeres que integran esta Comisión son asociadas de cooperativas de trabajo, provienen en su gran mayoría de cooperativas surgidas dentro de esta última década, periodo en el cual el cooperativismo de trabajo ha 38 crecido en Argentina a merced de la desocupación, de la falta de empleo, el cierre de fábricas y la recuperación de las mismas a través cooperativas creadas por los propios trabajadores para defender la fuente laboral. Tomar una nueva identidad –el ser cooperativo- no es tarea sencilla, ni se logra de la noche a la mañana, porque es un cambio total de mirada hacia el rol protagónico de trabajador dueño de su propia gestión. Tanto hombres como mujeres, que se encontraron es esta encrucijada de tomar la iniciativa de participar en una cooperativa comienzan a vislumbrar una nueva forma de ver la organización social, comienzan a hablar de la economía social; y así aparece la necesidad de interactuar de encontrar nuevas respuestas a viejos problemas. El eje de nuestro accionar es el TRABAJO, pero nos damos cuenta que sobre el gira toda la cuestión social, que sin el trabajo no hay dignidad, no hay mesa familiar, se debilitan los roles tradicionales, los hombres pierden su autoestima porque no aportan ingresos, las mujeres comienzan a potenciar sus actividades y sus contribuciones participan en la recuperación de las fabricas como trabajadoras o acompañando a sus maridos. Así las cosas hoy en muchas cooperativas se esta trabajando, con logros que permiten pensar que estas empresas son sustentables en el tiempo y que para ello hay que fortalecer a su membresía, el patrimonio mas preciado que son sus mujeres y sus hombres. Aquí las mujeres cooperativistas de trabajo en consonancia con otras de otros sectores, vemos oportuno y necesario promocionar y fortalecer el rol y la conciencia de identidad VISIÓN Ser las protagonistas del desarrollo, promoción y consolidación - en los valores de identidad- de capacidades y oportunidades para la mujer en las cooperativas de trabajo, desde el conocimiento de su situación real y con una mirada estratégica capaz de liderar cambios, incidir y generar propuestas en campos diversos siempre junto a los hombres en un pie de igualdad y reciprocidad. Participar activamente, con capacidad de propuesta y de toma de decisiones en todos los niveles e instancias del movimiento cooperativo nacional e internacional Misión de la Comisión Mujer Motivar, promover, apoyar, fortalecer, capacitar y asesorar a las mujeres de las cooperativas de trabajo para el logro de la equidad en la participación y toma de decisiones en todos los niveles del movimiento cooperativo. 39 Poner al alcance de las mujeres de las cooperativas de trabajo, los instrumentos necesarios (capacitación, asesoramiento, investigaciones, etc.) para promover su participación tanto a nivel de base como en puestos de liderazgo. Motivar el apoyo y el compromiso, al ingreso de mujeres a los consejos de Administracion, y otros cargos de decisión de las cooperativas de trabajo de base, como así también en la Federación y la Confederación. Contribuir a mejorar las condiciones de vida de todas las mujeres de la comunidad, creando redes y preparando para ello programas especiales en el marco el 7º.principio, compromiso con la comunidad las cooperativas trabaja para el desarrollo sostenible de su comunidad por medio de políticas Adoptadas en Manchester,23 de setiembre de 1995.Sensibilizar al conjunto del movimiento cooperativo sobre la importancia y estado real del tema. Objetivos estratégicos que la Comisión Mujer gane reconocimiento en el movimiento cooperativo en base a sus iniciativas, dinamismo y capacidad de propuesta; que la Comisión Mujer profundice aquellas acciones de género que la consoliden, le permitan dar continuidad al trabajo y fortalecimiento de su rol dentro de la estructura de FECOOTRA que la Comisión Mujer genere y consolide los instrumentos pertinentes para motivar, promover, apoyar, fortalecer, capacitar y asesorar a las mujeres de las cooperativas de trabajo en la participación y toma de decisiones, tanto a nivel de base como directriz. que las necesidades físicas, técnicas y administrativas de la Comisión se atiendan mediante el aporte de las propias cooperativas y de la Federación y otros aportes que se puedan gestionar de organismos provinciales, nacionales e internacionales que apoyen estos programas. que las mujeres de las cooperativas de trabajo y federación logren acceder a cargos de dirección en todos los niveles del movimiento que es necesario procurar que las mujeres de todas las cooperativas de trabajo en todo el país se integren y participen activamente en la red de mujeres cooperativistas vinculadas a la actividad Todas somos jefas: género y cooperativismo 40 entre Mujeres para Hoy Alma Mireya López Torres 1 Ejercemos poder cuando reclamamos un tiempo para nuestra palabra, cuando hacemos escuchar nuestras reflexiones, nuestros deseos, nuestras necesidades, nuestras preocupaciones, nuestros intereses, nuestras inquietudes (…) ejercemos poder en el límite y en su transgresión, en el respeto y en el reclamo, en la afirmación y en la negación. Ramírez, Grajeda Beatriz (2005:8), Administración y Poder. 1 Licenciada en Administración, del área de promoción industrial por la UAM. Diplomada en Negociación, Habilidades Laborales (STPS), por la Internacional Association for Continuing Education and Training (IACET) y en mapeo de procesos, NOI, COI e ISO 9001:2000. Se ha desenvuelto como Líder de proyectos de gestión y jurídico y servicio al cliente en administración condominal y de enlace con sectores productivos entre otros. Sus áreas de interés rebasan la administración, e incursionan por Gestión, Responsabilidad Social Corporativa, Mercadotecnia, Recursos Humanos, Relaciones Públicas, Atención a cliente, Compras, Educación e investigación. Ahora publica una síntesis de la investigación Género y cooperativismo –asesorada por Lilia Granillo Vázquez— con la cual se graduó. E mail: [email protected] Sociedad cooperativa Mujeres para Hoy, conformada exclusivamente por mujeres dedicadas al ramo costurero, se constituyó en el año de 1987. Su génesis viene de 1982 cuando en la colonia Emiliano Zapata, de la Ciudad de México, un grupo se organizó para realizar compras en común de víveres, uniformes y útiles escolares. Principalmente se unieron para solidarizarse y poder absorber estos gastos con una alternativa más económica. El modo de organización es muy flexible, pues la sociedad está conformada únicamente por 7 mujeres que se auto gestionan y planean el trabajo con base en objetivos diarios. Todas cosen y a su vez encarnan un rol empresarial para la toma de decisiones, frente al marco en el que se desenvuelve la estructura cooperativa. Este trabajo es un intento por responder a la pregunta: ¿Será cierto que la cooperativa es una respuesta organizacional adecuada para el desarrollo económico, político, social y cultural de la mujer? Los seres humanos nos organizamos desde el inicio de la historia con fines tan variados como complejos, que enmarcan desde la idea de sobrevivir hasta la de crear estructuras de poder. Existe una necesidad de relacionarnos, de crear redes humanas con la finalidad de construir cierto tipo de [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 195 colectividad, de estructuras en campos definidos de actuación entre las que se encuentra la concepción de empresa cooperativa, que regula procesos de pertenencia, identidad, adaptación, comportamiento, toma de decisiones, liderazgo. Como lo expresa Juan Herrera (1997), la cooperación es un valor que orienta al comportamiento humano y le imprime el sentido social. En función de la cooperación, se han alcanzado logros comunes y se promueve el desarrollo conjunto, practicando la idea de solidaridad. Las cooperativas representan una forma de organización que surge de la confrontación ideológica, en Europa, entre los que reclamaban la destrucción del capitalismo por la vía revolucionaria y violenta, y contra la social democracia que se inclinaba por la vía pacífica y evolutiva para desarrollar el socialismo; quedando anclado el cooperativismo entre ambos. Emerge con el propósito de constituirse en un modelo alternativo de asociación de los actores sociales y convertirlos en agentes económicos. Esto se da fundamentalmente a partir de la Revolución Industrial. En México ya existían formas primitivas de cooperativismo en la época prehispánica. Permitía satisfacer todas las necesidades de los individuos mediante el trabajo en común. Ejemplo de ello, fueron los calpullis, que funcionaban como unidades cooperativas para desempeñar funciones sociales así como para el trabajo de la tierra. Otro ejemplo serían los positos que funcionaban en la época de la colonia: eran almacenes comunales donde los indígenas depositaban el producto de sus cosechas en prevención de malas temporadas. Con ello tenían derecho de recibir lo necesario para el sustento propio y de sus familias, en tiempo de escasez. El asociacionismo de la Ilustración, que en México es el origen de las Cámaras y asociaciones empresariales, también dio paso a las cooperativas. Las primeras empresarias en el México Independiente dejaron rastros de su paso en las grandes empresas culturales del Porfiriato, en la 41 prensa y en los boletines y publicaciones de los salones de tertulianas tanto como en los publicados por las directoras de talleres y escuelas para mujeres. Lilia Granillo (1996, 2001) señala que es notable el emprendurismo femenino en la segunda mitad del siglo, y que destacan las directoras –grandes mujeres de sociedad— por sus acciones educativas y de negocios, por ejemplo, en las series de escuelas de artes y oficios para mujeres. Escritoras como Laureana Wright de Kleinhas y Mateana Murguía de Aveleyra fueron [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 196 criticadas y aún amenazadas por esgrimir la pluma a favor de equidad salarial para las mujeres; otras, como Laura Méndez, en el Norte y el grupo de las Siemprevivas, en el Sureste abrían brecha educando “señoritas ” y debatiendo los derechos de las trabajadoras. Las asociaciones de mujeres en el siglo XIX merecen ser investigadas, ambos temas son escasamente conocidos, tanto el del asociacionismo de género como el sectorial. En el caso de las mujeres, un acercamiento al tema del cooperativismo desde la óptica de género, puede convencernos de que se trata de empresas que favorecen la convivencia democrática, y a su vez se muestran como una clara alternativa económica. Sin embargo, los efectos de la cooperación sobre las mujeres van más allá del aspecto meramente económico. Al interior de las empresas cooperativas, las mujeres han tenido mayores posibilidades de adquirir una formación profesional, han tenido acceso a posiciones directivas; además de un espacio en el cual se han organizado, con frecuencia, en función de los propios intereses de género. Como se verá en las páginas siguientes, en la Sociedad Cooperativa Mujeres para Hoy, las mujeres han encontrado un espacio para participar; condiciones de empleo mejores, más flexibles y como consecuencia, mejoras en la calidad de vida, que vienen bajo la constelación histórica. En una primera lectura, de la tradición de los calpullis, dado que esta concepción organizacional promovía la unidad con sentido social. 1. Descripción del clima organizacional y la identidad laboral de las cooperativistas de Mujeres para Hoy. ¿Qué fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta; qué esperan de la vida, qué pretenden alcanzar en ella? Freud, Sigmund (1999), El malestar de la cultura Las trabajadoras socias de la empresa se rigen laboralmente como en todas las empresas lucrativas bajo la ley de trabajo; ellas reconocen en la legalidad la base de relaciones laborales y empresariales de largo tiempo. Cuando la investigación, en 2006, dos de las socias están afiliadas al IMSS y cuentan con las prestaciones que marca la ley. Teóricamente se maneja que el Estado pondrá la mitad del capital social y la cooperativa la otra mitad; las cooperativistas expresan que la praxis [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 197 demuestra que esto es sólo en la fase del retiro: efectivamente el Estado pone la mitad, pero hasta cumplir los 65 años. Debido al giro de la empresa, deben absorber el costo total del teléfono, la luz, el predio, el agua y sus declaraciones. Manejan una escala de salarios por producción, es decir un ingreso proporcional al trabajo que desempeñan. El salario más bajo es de $600.00 pesos 42 semanales, el salario más alto es de $800.00 pesos semanales. Los excedentes se destinan al ahorro para efectos de inversión dentro de la misma cooperativa. La idea cooperativista busca disminuir considerablemente el número de trabajadores, no socios, que apoyen en labores diversas que provienen de su naturaleza como empresa. Mujeres para Hoy sigue este precepto y generalmente sólo ingresan trabajadores para periodos en los que la demanda de sus productos sube; siempre con la invitación latente de que si desean ser socios tienen las puertas abiertas. En caso de que el trabajo amerite carácter de urgente y no se cuente con una plantilla de trabajadoras para realizar el proceso de producción, se pasa el trabajo por invitación a otras pequeñas empresarias que tengan como giro la costura, esto fortalece las relaciones externas de la cooperativa. Con el fin de identificar el rol y la identidad que han adoptado las mujeres dentro de la cooperativa, reconocer los conflictos internos de las relaciones formales e informales y el clima laboral, se diseñó un cuestionario, que se optó, por consenso entre las cooperativistas, fuera auto aplicable. Se les entregó con fecha del 23 de junio de 2006 y se recibieron sus respuestas con fecha del 7 de julio del mismo año. La observación, las entrevistas y los resultados de los cuestionarios, configuran las herramientas utilizadas para un análisis cualitativo, identificando los enunciados que aluden directamente a la identidad, el rol y clima laboral dentro de la cooperativa. El método de manejo de los datos consistió en tres pasos: edición (analizar que las respuestas fueran legibles, revisar omisiones, lectura de todos y cada uno de los cuestionarios), codificación (se identificaron enunciados que aludían directamente al objetivo del cuestionario) y síntesis. Se realizaron dos entrevistas con profundidad, a informantes clave. Los criterios de selección de dichos testimonios tienen que ver directamente con el marco histórico que pueden brindar mujeres que poseen la mayor antigüedad y que desenvuelven los roles de liderazgo en la administración y la producción de la [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 198 empresa cooperativista: Ma. Teresa Hernández y Esther Macareno. A continuación se muestra el mapa mental de cada una, sobre la configuración de su rol femenino ante la cooperativa: Los mapas mentales en un primer ejercicio nos muestran una instantánea sobre lo que perciben dos mujeres cooperativistas de una manera estructurada. [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 199 Mapa Mental, Ma. Teresa Hernández (2006) [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 200 Mapa Mental, Esther Macareno (2006) No es ocioso mencionar que los resultados de las entrevistas a profundas, cuya metodología práctica fue una plática que tuviera la capacidad de generar un clima de confianza, irán nutriendo el contenido del presente escrito. Los cuestionarios se aplicaron respetando en primera instancia la 43 capacidad de elección, de contestar o no, de las cooperativistas; es decir quién no quiso contestar, no fue obligada ni persuadida. De 7 cooperativistas, tenemos una muestra de cuatro cuestionarios, tres de ellos corresponden a socias: Esther Macareno, Cynthia Esquivel y Ma. Teresa Hernández; y uno fue contestado por una [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 201 mujer aspirante a socia cooperativista: Jazmín Bustos. 2. Presentación de los resultados del cuestionario, entrevistas profundas y observaciones Objetivo: Identificar el clima organizacional y la identidad laboral de las mujeres de la Cooperativa Mujeres para Hoy. Diseño de Investigación: Descriptiva Método de Investigación: Cualitativa Método de recolección de datos: Entrevistas personales – encuestas autoaplicadas. Muestreo: No probabilístico-por conveniencia. Tamaño de la muestra: 4 encuestas – autoaplicadas Universo: 7 cooperativistas Lectura de las encuestas: a través del análisis organizacional, bajo la perspectiva de la Psicología social y del trabajo. 2.1 Limitaciones Una de las principales limitaciones que se encontró fue la de enfrentar las consecuencias de fallas organizacionales que se han presentado en la cooperativa. Por ejemplo, el oportunismo ha dejado en las cooperativistas una percepción de desconfianza hacia el ambiente, esa desconfianza no corresponde con el cooperativismo como tal. Se pudo observar que las otras mujeres no contestaron por apatía, percepción de “pérdida de tiempo”, timidez, y en primera instancia una barrera por no mostrar información. 2.2 Hallazgos A manera de muestra se presentarán las respuestas e ideas con las que las cooperativistas se sintieron identificadas, con sus observaciones correspondientes: • En el momento que investigamos, actuamos. Al tratar de entender qué pasa dentro de una organización y al hacer participes a los sujetos que son parte del grupo, ya sea con encuestas laborales o charlas, los hacemos reflexionar sobre el papel o posición que juegan dentro de ese ente que forma una estructura de trabajo. Las cooperativistas manifestaron que este tipo de técnicas les gusta mucho porque las enfrenta con ellas mismas, les gusta cuestionarse y consideran inherente a ellas el tener momentos de reflexión. [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 202 • Tomamos decisiones al reconocer de una manera consciente o inconsciente nuestros deseos, al tratar de satisfacer los imaginarios de lo que queremos ser, elegimos entre muchas cosas, entre espacios laborales; y las mujeres de la 44 cooperativa Mujeres para Hoy, han decidido estar en un entorno que sustenta cooperación y lo expresan en un discurso que reitera una y otra vez que la cooperativa es “un espacio para compartir: trabajo, aprendizaje, problemas, aspiraciones “(Ma. Teresa Hernández, 2006); “Significa una fuente de trabajo donde todo es compartible” (Esther Macareno, 2006); “Unión, trabajo para salir adelante todos en la cooperativa” (Cynthia Esquivel, 2006). • Es interesante puntualizar la diferencia de respuestas entre las cooperativistas socias y una mujer aspirante a socia cooperativista, para la cual la cooperativa significa “fuente de trabajo”. Se puede decir que la cooperativa es un espacio en el que las mujeres forman un discurso que a través de la experiencia, el aprendizaje y la convivencia cooperativista, resignifica la identidad que tienen sobre sí mismas y la organización. Lo que en una primera fase (tomando el argumento de la aspirante en contraposición con el de las socias) es sólo una fuente de trabajo, en una fase de madurez simboliza un espacio de cooperación, donde los valores del grupo realmente se convierten en los valores del sujeto y en este caso queda comprobado que la decisión de tener como principios empresariales, los principios cooperativistas, van fortaleciendo la filosofía de vida de las socias. Aunque la misión de toda empresa es que la filosofía empresarial sea compartida por cada integrante del grupo, se puede decir que la cooperación es la plataforma de una empresa y sin ella, sin la interrelación real de cada integrante del grupo, no se encuentra fundamentado en el discursos de los sujetos, el simbolismo de unión en aras de un objetivo común. Y la cooperativa expresada en las respuestas de sus socias, demuestra esto. • Entre los motivos por los que las cooperativistas expresan haber tomado la decisión de trabajar en el ambiente cooperativistas de Mujeres para Hoy, la socias con mayor antigüedad expresaron el imaginario que representa la cooperativa para ellas y que fortalece su postura como líderes cooperativistas bajo el enfoque de género: “El espacio para otras mujeres..” (Teresa Hernández, 2006) “Me motivó el verme invitada, porque es más que nada un grupo de mujeres, porque ya había [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 203 trabajado en otras fábricas y me entusiasmo la cooperativa” (Esther Macareno, 2006). • Todas las socias y aspirantes a socias de Mujeres para Hoy expresan literalmente sentirse identificadas con la cooperativa. • Las mujeres dicen explícita o implícitamente que no es recurrente que trabajen tiempo extra, dos de ellas apuntan que esto solamente cuando hay demasiado trabajo, lo que habla sobre un respeto sobre los tiempos. “la cooperativa es flexible en ese sentido y para mi es muy importante, trabajo para mis hijos y a la vez no los descuido, hasta puedo ir por ellos a la escuela” (Jazmín Bustos, 2006) • Las mujeres que se identifican como las líderes del grupo al calificar su área y su propio desempeño son más descriptivas y coinciden en que su trabajo se hace con calidad, lo que refleja los principios bajos los que se rige la cooperativa a parir de las personas que juegan roles claves para este grupo • De igual manera las líderes encaran de frente una realidad: “La falta de apropiación del proyecto (…) para que una mujer entre como aprendiz o como socia. Nunca se le condiciona que sepa coser…Desde que se fundó la coope, la mayoría no sabía coser…Unas se dan cuenta que no les gusta, aprenden y se van…Aquí ha funcionado más como escuela” (Teresa Hernández, 2006). Otra, “que no se puede avanzar porque no hay un mercado seguro para nuestros productos” (Esther Macareno, 2006). Estos son parte de los conflictos que detectan dentro de la 45 cooperativa. Cabe mencionar que ninguna de las cooperativistas refiere a problemas entre las relaciones interpersonales, lo que refleja un clima organizacional sano, donde se administra en la diferencia. • Ante la pregunta ¿Qué diferencia encuentra este trabajo de los anteriores?, se configuraron las siguientes respuestas “he trabajado en varios y me convencí aquí, por tratarse de empresa de mujeres” (Teresa Hernández); “Había más gente nada más trabajaba por un salario sin conocer mis derechos como trabajadora y en una cooperativa trabajamos todas para producir mejor”(Esther Macareno, 2006); “En los otros trabajos es bajo presión, muchas envidias y en la coope hay más unión y si algo no te parece, se habla” (Cynthia Esquivel, 2006); “El ambiente no es de jefas a empleada” (Jazmín Bustos, 2006). Esto pone en relevancia la importancia y la realidad de los principios cooperativistas: equidad de género, solidaridad, democracia, todos son dueños de los medios de producción; y siendo dueñas absorben todas los riesgos y los beneficios por ello el cambio de paradigma con [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 204 respecto al lado económico “No hay un salario seguro” (Esther Macareno, 2006). Al verse como agentes de empresa se percatan del ambiente lleno de incertidumbre. • Ante la idea de que un hombre trabajara en la cooperativa, el discurso de las mujeres bajo la filosofía de equidad de género no reflejan limitantes. De hecho, algunos han trabajado en la cooperativa y esto sólo derivó en la pregunta que se hace Teresa Hernández “Bien para nosotros ¿Quién sabe para ellos? (…) fue bueno, pero duran poco”. Es importante puntualizar que a través de la cooperativa Teresa Hernández no deja sin reconocimiento que algunos esposos de cooperativistas han simbolizado a través de Mujeres para Hoy su rol como apoyo de su pareja: “Hemos vivido que los maridos de algunas socias han ayudado desinteresadamente a la cooperativa a través del transporte de nuestros productos a lugares dónde los vendemos o como veladores aquí cuidando la casa.” • Las cooperativistas además de trabajar en su proyecto de Mujeres para Hoy, se dedican a las labores domésticas, a cuidar a sus hijos e incluso algunas realizan otras actividades comerciales para reforzar su economía. Lo que habla de una cultura de administración del tiempo. • Las cooperativistas califican su relación con el ambiente cooperativista como buena. • ”La cooperativa [Mujeres para Hoy] se considera como un espacio familiar y de escucha acerca de la historia de las mujeres en relación con la pareja, los hijos los padres y su situación personal; así como de convivencia y recreación social, de producción, división y especialización del trabajo, y de respeto e igualdad entre las mujeres integrantes (…) además este espacio fomenta la comunicación entre pares acerca e la problemática y la situación de cada una de las personas; sobre todo se configuran grupos de apoyo mutuo y de solidaridad” (Ruíz, 2005). • La diferencia, es la clave de cómo un sujeto, en este caso las mujeres, se ven a sí mismas y ven a los demás dentro de una posición única. “Yo trabajé en una fabrica…Me acuerdo que era feo, diario lo mismo, no me gustaba, tenía como 16 años…Mi tía me recomendó, yo no quería…Un día me equivoqué, en algo ¿no? y el supervisor me quería pegar cuando me mandó llamar a su oficina…Pero alguien entró…yo me salí corriendo y nunca más regresé…Sentía 46 miedo, sentía alivio, ya no quería vivir eso…Por eso quiero que la cooperativa donde estoy crezca, pero me falta no sé qué [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 205 para fortalecerla y yo misma ser más fuerte…Creo que las cuestiones familiares me frenan muchas veces, me ven como soñadora… pero yo quiero mucho este proyecto y a mis compañeras…Me gusta enseñar, me gusta aprender… Me gusta estar con otras cooperativas, intercambiar ideas…me gustan los talleres para que las mujeres se vean así mismas como lo que son, capaces de amarse, de hacer muchas cosas ¿no?…yo ya estoy grande pero me digo, quiero seguir estudiando, mi límite es hasta que me muera.”(Teresa Hernández, 2006). A su vez considerada como una líder por el grupo de mujeres, se traduce sobre qué eje se mueve la cooperativa: una directriz que busca el empoderamiento y que ofrece identidad de capacidad de participación en las esferas política, económica, social y cultural. • Según las respuestas, las mujeres ven a la cooperativa como un ente abstracto, provista de significaciones simbólicas, pues las socias ven en ella una figura parental que les asegura su supervivencia, que las hace sentir bien, que tiene una mirada propia que regula sus pautas de conducta. • Las integrantes de la cooperativa se posicionan en diferentes roles familiares, por ejemplo, Teresa Hernández funge como “la madre” que se preocupa por el desarrollo de cada una de las mujeres, el cómo se sienten y prueba de ello es su discurso, pues lo que más le agrada de la cooperativa es “el sentirse como en casa: compartir…”; Esther Macareno que toma el rol del “padre” que “institucionaliza” las reglas de la cooperativa, establece a su vez incentivos y castigos para con sus compañeras, y su percepción la reafirma en la forma en que balancea lo que le gusta y no le gusta de la cooperativa “Me agrada hacer los productos, lo que se hacer y me desagrada que manden cosas que no se hacer”. Las demás mujeres van tomando el rol según sus diferencias, algunas son como “las hijas” que se rebelan o protestan frente a la autoridad que a su vez es reconocida como tal por considerarla importante para la organización; mientras que otras son aquellas que son más sumisas y con postura de no confrontación y lo expresaron de la siguiente forma: “Me gusta mi trabajo, no es que me desagrade, sino que se me hace pesado ir a comprar tela” (Cynthia Esquivel, 2006), “El ambiente es muy amigable…”(Jazmín Bustos, 2006). En entrevistas a profundidad las cooperativistas coincidieron en que la cooperativa es como su casa o mejor aún porque aquí pueden hablar de todo y nadie las limita en decir lo que piensan: “si alguna tiene un problema de casa, no puede platicar de ello en su casa, y aquí todas nos [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 206 desahogamos, hasta opinamos para ayudarnos” (Teresa Hernández, 2006). Se puede decir que se “establece una relación de equivalencia entre la Cooperativa y la casa, y al mismo tiempo, una relación de diferencia entre ambos espacios (en la Cooperativa existe mayor libertad para exponer las situaciones familiares que en la casa no se pueden comentar). También destacan los aprendizajes cotidianos, resultado de las interacciones sociales, como son los fuertes lazos de amistad que van más allá de lo laboral. En este sentido, compartir un espacio social implica la construcción de identidades colectivas y formas de representación por parte del colectivo de mujeres” (Ruíz, 2006). • Cuando el sujeto se encuentra ante disyuntivas siente una especie de angustia. A través de la observación durante un primer ejercicio, al proponer la aplicación 47 del cuestionario, aparece una constante Cuando se les preguntó a las cooperativistas si se les podía aplicar una encuesta, si se encontraban en presencia de otra de sus compañeras, ya fuera implícita o explícitamente, esperaban la mirada del otro, o de la otra, como si pidieran que contestará prácticamente por ella. Pedían autorización. Las cooperativistas minimizan esa angustia a través del empoderamiento; manifiestan una forma de comunicación que las hace coordinarse sin decir abiertamente mucho, pero sí contemplando el apoyo de la democracia. Y expresaron: “vamos a ponernos de acuerdo”, “decidimos la mejor forma de contestarlas”… “cómo ven (comentó Tere, considerada su líder) si elegimos democráticamente, ¿que nos las aplique o nosotras las contestamos solas?”… Pidieron tiempo para pensarlo debido a que tenían mucho trabajo y eligieron auto aplicarse el cuestionario. • En charlas informales, se encontraron puntos de vista que coincidieron en que debido a la diversidad de personalidades, hay diferencias entre ellas. Pero reconocen que esto no se deben mezclar con el trabajo en sí, salvo para saber quien tiene talento o disponibilidad para ciertas tares específicas; esto es lo que ha procurado cuidar sus relaciones sin incluir ninguna forma de violencia. Freud decía, “la rivalidad no significa necesariamente hostilidad, sólo que se abusa de ella para justificar ésta”. El conflicto no necesariamente es malo, sino que puede ser el pivote para crear nuevas formas de organización. “A mí sí me gusta enseñar a otros qué somos…a Esther no (lo dice en tono bajo)…porque dicen que es pérdida de tiempo…pero siempre hemos dejado que estudiantes o investigadores nos [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 207 pregunten.”(Teresa Hernández, 2006). Por su parte Esther Macareno fortalece esta idea expresando en el cuestionario: “cada quien da su opinión, sobre eso se resuelve”. • Adaptación o resistencia son palabras claves; cada mujer que ha entrado de alguna u otra manera a la atmósfera de Mujeres para Hoy, adopta esta posición bajo su propia diferencia, bajo un tiempo subjetivo único. • Una constante: La importancia de la mirada del otro. Se hizo expresa la idea de que les es agradable que sus clientes, otras unidades cooperativistas, su colonia, su familia, las reconozca como mujeres fuertes. De igual manera pesa mucho la otredad. María Teresa Hernández, socia fundadora expresa “yo creo que a veces me detiene mi familia, piensan que sueño, que pierdo mi tiempo, me ven como la rebelde y ya estoy grande… porque yo estuve en lo del 68, también en movimientos socialistas, sigo con esas ideas, todo esto cuesta trabajo, pero me gusta”. A pesar de la experiencia, de sus años de antigüedad, sigue expresando un discurso que trae a colación la imagen que cree que tiene su familia sobre ella. • Las mujeres cooperativistas han construido su identidad bajo una red de imaginarios. Frente al cuestionamiento de percibir desventajas o ventajas por el hecho de ser mujer es interesante observar que perciben desventajas por su aspecto físico, por la edad; sobre el hecho de ejercer su maternidad. Y ello no por sí mismas, sino por lo que significa esto en el ambiente laboral, pues continúan los casos en que las mujeres son despedidas de su trabajo por estas causas. También los roles que la misma familia impone frente a lo que significa socialmente ser mujer “frenan muchas veces” (Teresa Hernández, 2006). ¿Qué es aquello que las mantiene al margen de los límites? desde su red de imaginarios cada mujer podrá contestar esta pregunta. Ahora bien, las cooperativistas de igual manera perciben ventajas por su género…ventajas que tienen que ver con un marco histórico e institucional y se manifiestan directamente con la rol empresarial que detenta el ser mujer cooperativista: “Varias personas o instituciones nos han apoyado para 48 introducir nuestros productos al mercado” (Teresa Hernández, 2006). • Al observar las relaciones que se establecían entre las cooperativistas, se hizo presente la idea tan vanguardista de Foucault “toda relación es una relación de poder”. El liderazgo aparece claramente como un rol que el grupo le otorga a ciertas mujeres. Depende del tiempo y espacio, pues en cuanto se hablaba del sistema [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 208 operativo, las cooperativistas daban voto de líder a Esther Macareno; más si se trataba de cosas que requerían toma de decisiones organizacionales, el liderazgo lo otorgaban a Teresa Hernández. Y no para todo, porque se vio recrear el empoderamiento en las situaciones que tenían que ver con negociaciones propias del giro de su empresa. Para ello las mujeres asumen formas de democracia y poder compartido. Cuando se trata de negociaciones con el medio externo, todas se reúnen para tomar decisiones y responsabilidades compartidas: “porque todas somos jefas” (Esther Macareno, 2006). “Con muchas responsabilidades, si cuesta trabajo, pero en la mayoría de las juntas podemos ponernos de acuerdo” (Teresa Hernández, 2006). • La participación en la cooperativa implica un compromiso y al mismo tiempo una adhesión. • Resulta probable, sobre la forma en que las cooperativistas se adaptan al hecho de ser identificadas y definidas, el que se inclinen a concentrarse en el comportamiento con que ocupan su mayor o menor absorción en las actividades organizacionales. • La cooperativa, es parte fundamental en la vida de sus socias o de sus aspirantes a socias. Aquella a la que le es indiferente, demuestra la indiferencia que siente por ella con falta de constancia en el proyecto. La que se identifica, expresa lo satisfecha que se siente y como ésta la complementa. La que denota resistencia, charla sobre las carencias, las fallas. Si un sujeto…si una mujer pone su tiempo en una organización, es porque ha decidido que sea parte su vida, aunque lo simbolice de distinta manera. • Los tiempos subjetivos: cada posición es totalmente personal. Las mujeres cooperativistas interpretan el papel que juegan dentro de la cooperativa, se reconocen, efectivamente a través de la mirada de la otredad, pero en su inconsciente se trabaja de manera única todo el proceso de simbolización. Ejemplos de cómo las mujeres se ven a sí mismas son las respuestas que dan frente a la pregunta ¿Si usted pudiera mejorar algo de su cooperativa que sería? “Comercializar los productos. La entrada de nuevos socios” (Teresa Hernández, 2006), “Producir más, más gente y tener un mercado seguro, darle trabajo a más gente” (Esther Macareno, 2006). Harto se ha insistido en que estas dos mujeres son las que poseen mayor antigüedad dentro de la cooperativa, lo que refleja que han re significado el proyecto cooperativo, se lo han apropiado haciéndolo suyo, vislumbrándolo a través de su experiencia como una alternativa económica y social. Es interesante hacer [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 209 notar que las otras dos mujeres que conforman esta muestra, omitieron su respuesta a esta pregunta, lo que más allá del género nos refiere a la idea de que en una organización las personas son más reactivas que propositivas y esto puede derivarse de una limitación deliberada o inconsciente sobre su posibilidad en un primer plano imaginativo, que recae en una identidad que legitima a través del silencio. 49 • Es de sumo interés observar el proceso evolutivo del hombre/mujer y como en todo proceso de ese tipo, desde que se conforma como sujeto de deseo inconsciente, el ser busca identificarse en la mirada materna, en el deseo de la “madre”. Todos debemos nuestra existencia a un deseo, cualquiera que este sea. Surge entonces la necesidad de cubrir expectativas…la necesidad de un corte, de un nacimiento psíquico, de una “castración” surgiendo un tercero: “la función del padre”, entendiendo al padre como aquello que distrae la atención de “nuestra madre” que supusimos sería total; impera entonces, una agresividad y sobreviene una falta…el sujeto se lanza en la proeza de alcanzar lo que le hace falta a la “madre” para lograr de nuevo la unidad con ella y se engancha con obligaciones, relaciones objetuales, posiciones subjetivas frente a los límites…la falta nunca se llena, sobreviene la muerte simbólica del padre…todo momento es transitorio y una vez que logra algo, quiere más. Este proceso tan complejo, es plataforma en la psicología social, para entender cómo el sujeto no puede desligar este devenir psíquico de ninguna de sus facetas y relaciones. En las relaciones laborales es importante considerarlo porque se perciben entonces las motivaciones…la motivación sobre por qué ser parte de un grupo…por qué ser parte de Mujeres para Hoy. Toda motivación es totalmente interna. Mujeres que fueron parte de la cooperativa pero que ya no están dejaron discursos como: “es que mi marido ya no quiere que trabaje”, “me voy porque no me alcanza”, “voy a empezar mi propio negocio”…o incluso se fueron sin decir nada: como ya se mencionó el silencio también legitima, lo que puede tener muchas lecturas, deja al descubierto que no había una motivación por seguir trabajando en Mujeres para Hoy, más sin en cambio había otra(s) muy personal(es) que fue el motor para tomar otras decisiones. La posibilidad del puente de comunicación sobre los tiempos subjetivos de cada mujer en la cooperativa, estimula a que se aborden las problemáticas de una manera sana y respetuosa. “La cooperativa significa un espacio de posibilidad, de [Ide@s CONCYTEG] Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 210 construcción de identidad de género, de discusión, de acuerdos y desacuerdos sobre la base del respeto y la buena relación entre las integrantes que conviven día con día (…)”. También se enfatiza que la cooperativa es un espacio de práctica de valores. La igualdad se constituye como el principal valor que articula las prácticas e interacciones sociales presentes. “La Cooperativa, como un espacio de mujeres, permite el diálogo permanente y el reconocimiento de las huellas que dejaron heridas en la vida de las mujeres” (Ruíz, 2005). El concepto de género alude a las relaciones hombre/mujer, a las redes de estas relaciones tanto como a los actores y las actrices sociales, así como a las expectativas, deseos y necesidades de ellos y ellas en sociedad, de la cultura de género, de las subculturas masculinas, femeninas, etcétera. Hablar con ellos o con ellas será acercarse a la heterogeneidad. Desde la perspectiva de género nos acercamos a realizar estudios desde el enfoque de construcciones sociales que diferencian a los hombres de las mujeres y viceversa. No cabe aquí la devaluación ni la falta de respeto hacia una u otra parte. El ninguneo, la devaluación, el revanchismo o la sumisión, violaría el derecho de toda persona a ser diferente. Género humano con realización individual. Todo estudio de género que omita delinear las diferencia podría tomar un sesgo maniqueísta, reduccionista, con más ideología que conocimiento. Este no es el caso de Mujeres para Hoy. La intención fue sólo arrojar un poco de luz sobre la vida empresarial desde una perspectiva de género. Por último, dado que en general, las actividades empresariales en México son poco conocidas, cabe desear que alguien retome la metodología, retome el enfoque y se vayan descubriendo la riqueza del cooperativismo y de las mujeres organizadas de manera ejemplar. 50 Bibliografía 1. Cano, Gabriela y Radkau, Verena (1994). Programa Interdisciplinario de estudios de la Mujer. Textos y Pre-textos. Once estudios sobre la mujer. El Colegio de México. México. 2. CEPAL (1988). Mujer y cooperativismo en América Latina. Santiago. 3. Comisión Económica para América Latina (1997). Unidad Mujer y Desarrollo. Las mujeres en América Latina y el Caribe en los años noventa: elementos de diagnóstico y propuestas. Santiago, CEPAL. Serie Mujer y Desarrollo. 4. Davis, Keith, et-al (2009). Comportamiento Humano en el trabajo. Ed. Mc Graw Hill, 11ª ed. México. 5. Digby, Margaret (1965). El movimiento cooperativo mundial. Ed. Centro regional ayuda mutua técnica. Agencia para el desarrollo regional. México. 6. Granillo Vázquez Lilia (1996), La Revolución Mexicana y las empresarias Año 4, Núm. 44, 9 de febrero de 2009 211 culturales mexicanas: de Esther Tapia de Castellanos a María Antonieta Rivas Mercado, en La perspectiva femenina del trabajo gerencial en México, Memoria, Depto. De Administración, UAM, México. 7. GV, L. (2001), De las tertulias al sindicato, infancia y adolescencia de las editoras mexicanas en el siglo XIX, en Empresa y cultura en tinta y papel (1800-1860), Coordinación general de Laura Beatriz Suárez de la Torre, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, //UNAM, México, 8. Herrera, Juan (1997). La nueva empresa cooperativa. Ediciones Macchi. Buenos Aires, Argentina. 9. Inostroza Fernández, Luis (1989). Cooperativismo y sector social en México. UAM, México. 10. León, Magdalena (1997). Poder y empoderamiento de las mujeres. T/M Editores. 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