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POCITAS LABRADAS EN LAS ROCAS DE LA CUENCA DE MÉXICO CON POSIBLES
REPRESENTACIONES DE CONSTELACIONES.
Francisco Rivas Castro1
[email protected]
Los sistemas de representación gráfica antiguos hechos en roca, cerámica,
madera, papel y piel, parecen haber sido en muchos casos un producto del
mapeo, como sistemas de orientación permanente y registros de arreglos
espaciales, donde se representaron eventos importantes, tales como:
información de cotos de caza, disposición de sistemas de irrigación, ubicación
de fuentes de agua, recursos necesarios, o lugares importantes de culto.
También se representaron lugares de la cosmología y cosmovisión, tales como
el Tlalocan o el Ilhuicatl; en ocasiones, se labraron algunas constelaciones
como el Xonecuilli, Colotl, Mamalhuaztli, el sol (Fig. 1), asociadas a eventos
mítico nacimiento de los soles de cada época, fechas de fundación, nombres
calendáricos de los días, deidades, numerales, eventos históricos importantes,
pies, manos, retratos y emblemas reales.
1
Arqueólogo, Etnohistoriador y Doctor en Antropología. Investigador titular de la Dirección de estudios
Arqueológicos del INAH, investigador del SNI-CONACYT. Ponencia presentada en Cantos de
Mesoamérica, Instituto de Astronomía de la UNAM, 8 y 9 de noviembre de 2009, México.
1
Figura 1. Piedra del sol con constelaciones
Las rocas donde se labraron los modelos miniatura, se podrían considerar
metáforas de cerros con representaciones de terrazas agrícolas y sistemas
hidráulicos (Zimbrón, 19922; Rivas Castro, 20063). Propongo que este conjunto
de rocas eran señales que establecían circuitos, donde se llevaban a cabo
ceremonias periódicas de acuerdo a los diversos momentos del calendario
agrícola mesoamericano, además de aprovecharlas como “mesas de ofrenda”,
para colocar todos los elementos para las peticiones y las investiduras4 que se
hacían en ellas. Por otro lado, retomo la propuesta de que algunos conjuntos
de pocitas y canalitos también pudieron reflejar conjuntos de estrellas y astros,
que probablemente se podían observar en la noche al verterles agua y
transformarlas así en espejos donde se pudieran ver. La observación de estos
elementos astronómicos pudo servir para predecir el temporal o para hacer otro
tipo de preediciones relacionadas con la recuperación de la tona y el retorno de
la energía de las personas.
Terrazas agrícolas y sistemas Hidráulicos
Otra propuesta es aquella que considera a las pocitas que contienen algunas
rocas labradas prehispánicas, que tal vez representen de manera metafórica
sistemas hidráulicos compuestos por manantiales, ojos de agua, pozos, y otros
cuerpos de agua unidos por pequeños canales que los interconectan.
Por otra parte sabemos que en toda la cuenca de México se desarrollaron
desde la época del Formativo (1500-100 a.C) (Palerm, 1990)5, en Teotihuacan
durante la época del Clásico (100 a.C-600 d.C) continuo con la práctica del
manejo hidráulico ya que se han detectado sistemas de canales muy bien
Zimbrón, Rafael, 1992 “Las cruces punteadas en Santa Cruz Acalpixcan, Xochimilco”. En: Cuadernos
de Arquitectura Mesoamericana, No 19, pp. 59-74. México, UNAM, Postgrado en Arquitectura y
Facultad de Arquitectura.
3
Rivas Castro, Francisco El paisaje ritual del occidente de México, siglo VII-XVI: Un análisis
interdisciplinario. Tesis de Doctorado en Antropología, ENAH, 2006, México.
4
Existen datos de que en ciertas rocas con símbolos labrados asociados a águilas y jaguares, ambos
animales emblemáticos de las dos ordenes militares más prominentes en las sociedades prehispánicas, se
llevaban acabo investiduras y confirmaciones de naguales, esto es; personas que tenían la facultad de
transfigurarse en diversos animales e incluso en rayos, vientos o bolas de fuego que corren a grandes
velocidades y se desplazan en amplios espacios a voluntad.
5
Ángel Palerm “obras hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del valle de México”, en Carmen
Viqueira, editora, México prehispánico, ensayos sobre evolución y ecología (Regiones), Consejo
Nacional para la cultura y las artes, Dirección General de publicaciones, México, pp. 185-243.
2
2
definidos y labrados en el tepetate relacionados con el río San Juan el cual
abastecía del vital líquido a la ciudad. Existen petrograbados que indican
dirección, y que tal vez fueron usados para tender líneas para la construcción
urbana de Teotihuacan, se trata de las cruces punteadas. Dentro de las
propuestas de interpretación figura una, la que hiciera tempranamente Mateo
Walrath, quién identificó la posible representación de la desintegración de una
estrella supernova; la 1054 d.C. Estudios posteriores hechos por el astrónomo
Daniel Flores (2008)6 parecen confirmar este tipo de eventos que se pudieron
labrar en esos grandes bloques de basalto y de andesita
Cruz punteada de Temamatla con una posible representación de una explosión de
supernova.
Estas cruces punteadas tienen una distribución muy amplia por todo
mesoamerica y aún siguen siendo objeto de estudio de los arqueoastrónomos.
Durante la época tolteca también se han detectado sistemas de captación de
agua y conjuntos hidráulicos relacionados con el río Tula, que abasteció por
siglos a esta ciudad. Por otro lado, existen otros ejemplos del periodo
Postclásico en Texcoco, en el complejo hidráulico que constituye el cerro de
Tezcutzingo, donde se traía el agua de manantiales desde el cerro Metecatl,
por medio del canal hoy conocido como Caño quebrado al Tezcutzinco. El
Daniel J Flores Gutierrez, 2008 “La supernova de 1054”, en Arqueología Mexicana, No. 89, Tlatelolco,
su historia y Arqueología, enero-febrero de 2008, pp.14. CNCA-INAH, Editorial Raíces, México
6
3
conjunto de terrazas que rodea a ambos cerros ha sido trabajado por Jeffrey
Parsons (2002:54-59)7, es interesante mencionar que precisamente en la
periferia del Tezcutzingo, se localizaron varias rocas labradas con pocitas
asociadas a elementos escalonados que pueden ser representaciones
metafóricas de los sistemas de terrazas que rodean a los cerros Metecatl y al
Tezcutzingo.
Modelo miniatura labrado en roca, Tezcutzinco, Edo. México.
En Mesoamérica, las terrazas agrícolas y los sistemas hidráulicos, tuvieron
antecedentes muy tempranos y el uso de ambas técnicas complementarias, se
extendió a lo largo de varios periodos históricos. A raíz de la estas prácticas
para la agricultura, se asoció siempre con la ritualización y petición de fertilidad
y abundancia de agua, considero que la cronología de la aparición de rocas
Jeffrey Parsons “Ingeniería hidráulica en Acolhuacan”, en Arqueología Mexicana, Vol., No.58.
Nezahualcoyotl. Huey Tlatoani de Texcoco a 600 años de su nacimiento. Serie Historia de la arqueología
en México, VII, México.
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4
labradas con pocitas y pequeños canales existe desde tiempos de cazadores
recolectores y en pueblos agrícolas temporales o sedentarios.
La presencia de rocas labradas con pocitas, terracitas escalonadas y pequeños
canales, al parecer se intensifica durante el período Postclásico (1100-1521
d.C) con los mexica, quienes imitaron, conservaron y reutilizaron muchos
elementos de antigua procedencia, donde posiblemente existieron cruces
punteadas de la época teotihuacana, estos ejemplos hay que analizarlos
cuidadosamente, ya que existen “cruces punteadas” más tardías como los
ejemplos in situ del sitio arqueológico del Calvario en el cerro de Cocotitlán
reportados por Meléndez (2007:98-99)8.
Cronología de las pocitas y canalitos.
El análisis de las pocitas circulares hechas en modelos miniatura labrados en
rocas, es muy relevante por su constante relación con el agua y la petición de
lluvia. Estas rocas desde la época de los Olmecas (Preclásico temprano 1500
a.C) estuvieron relacionadas con los gobernantes, jugadores de pelota y los
sacerdotes, pues las encontramos asociadas a varias cabezas monumentales y
aisladas en bloques de basalto en contextos de ciudades de este momento
Adán Meléndez García “La permanencia en el paisaje del santuario prehispánico de Cocotitlan”, en
Festines y Ritualidades. Arqueología y Antropología de las religiones, vol II. Patricia Fournier y
Walburga Whiesheu, coordinadoras, ENAH, 2007, pp.93-108, México.
8
5
Cabeza olmeca con pocitas
Roca olmeca con pocitas labradas Sobre ella se esculpió una antorcha. San Lorenzo
6
Tenochtitlan, Veracruz.
Roca con pocitas, San Lorenzo Tenochtitlan.
Las pocitas también se utilizaron en instrumentos (nomon) para medir las
posiciones del sol en el calendario de horizonte como ya lo ha reportado Broda
y Galindo, el ejemplo más tácito lo tenemos en la estela de Cuicuilco, la cual
tiene una pocita en su porción más alta
7
Estela (nomon) de Cuicuilco, D.F. Foto: Francisco Rivas castro 2008.
muchas rocas labradas se asociaron a estructuras prehispánicas, en conjuntos
de terrazas, no solo al cultivos de maíz, fríjol o calabaza, pues también se han
registrado ejemplos cerca de lugares para la obtención de sal, como las
estudiadas ampliamente por Hernández (1989;2008)9, por otro lado las
encontramos formando un grupo o acompañados con otros pequeños diseños
en piedra.
9
Hernández Rivero, José 1989 La maqueta prehispánica monolítica de Tejupilco. Melchor Ocampo,
Tepotzotlan, México.
2008 “Descripción de las maquetas prehispánicas monolíticas de Tejupilco, Estado de México. Análisis
de su contexto geográfico y representación ritual”. Archivo digital proporcionado por el Sr. José Ramírez
del Archivo Técnico de Arqueología, con permiso del autor del estudio, México.
8
Escalinatas con pocitas labradas en su parte superior. Tejupilco, Estado de México. Foto:
José Isabel Rivero Hernández, 2008.
Función calendárica y astronómica.
Como ya lo ha reportado Zimbrón “…En la parte más al sur del continente
americano, en un sitio conocido como “El Encanto” en la Serena, Chile, hay un
grupo de piedras planas en las cuales se esculpieron varias pocitas cónicas
que se llenan con agua de lluvia y algunas están unidas por canalitos, en una
de ellas, parece ser que algunos investigadores, identifican una cola de la
constelación de Escorpión y la estrella del Sur...” (2008:400).
En Perú, en el sitio conocido como Chavin de Huantar, la investigadora María
Scholten (1982, Vol III: 23), menciona “la existencia de una roca, recuperada no
hace mucho tiempo cerca de la esquina suroeste de la plaza Principal de
Chavin. En ella se han tallado siete “pocitos”, de los cuales reproducimos una
“foto aérea” tomada por Germán Costa. Si se habla de “siete”, y de cosas
enigmáticas, ya que piensa en la posible relación de estos pocitos con las
“siete cabrillas” nombre que daban los españoles a las Pléyades. Seguramente
es por eso es que en el pueblo de Chavin llaman a esta roca: Choque
9
Chinchay, nombre que se utiliza para denominar a la constelación de las
Pléyades.” (Zimbrón, 2008:400)10
Choque Chincay, Chavin de Huantar, Perú.
Las rocas “pocitas” labradas como espejos para observar el firmamento
en Perú y Colombia.
Al igual que muchos elementos culturales que no se han comprendido su uso y
simbolismo, se encuentran, “las piedras con tácitas tan difundidas en toda el
área andina desde el territorio norcolombiano hasta el sur argentino, y cuya
relación intrínseca con el agua aun no se ha esclarecido, existen propuestas
distintas... como las de Raphael Girard...quién dice los indígenas las conciben
como fuente de atracción mágica de la lluvia2, o como espejos con fines
astronómicos ambas propuestas no son excluyentes, pero aun no están muy
fundamentadas. Como lo dice Granda: “Es probable, a mí juicio, que existan las
dos formas y algunas rocas con tácitas estuvieran ligadas a las rogativas o
pedimentos de agua y otras mucho más elaboradas y ubicadas en sitios muy
Rafael Zimbrón Romero, “Réplicas en miniatura del paisaje y pocitas talladas en piedra de Xochimilco
y Milpa Alta. “La región sagrada de los Xochimilcas”. Tesis de maestría de Historia-Etnohistoria, Escuela
Nacional de Antropología e Historia, SEP, México.
2
Granda nos dice que estas hipótesis “Pueden verse en el trabajo de Raphael Girard: Historia de las
Civilizaciones Antiguas de América, T.II., pág. 76. Sin embargo, al consultar el texto citado, la
numeración no corresponde con el volumen II de la edición de 1976.
10
10
estratégicos sirvieran de espejos para analizar el firmamento”(1998:12)11.
En Sudamérica las pocitas de este tipo, también fueron talladas en las rocas
denominadas como: Moyitas en el sitio arqueológico de Lavapatas ubicado en
San Agustín, Colombia. También se localizan en rocas labradas de Sayhuite y
Abancay, Perú.
“Estas fuentes, compuestas por numerosos estanques o cisternas,
cascadas, canalitos trazados en diversas direcciones y pocitos o
“moyitas” en los bordes, a través de los cuáles corre el agua
formando un conjunto de extraordinaria belleza, son pacchas
talladas en las rocas…”
En el oriente peruano, el utensilio sagrado o “cántaro” del agua, se le conoce
con el nombre de paccha, o patcha que significa: Luna, chorro o arroyo de
agua según Carrión (1955: 56 y 89) (citado por Zimbrón, 2008:390).
Fuente y rocas labradas de Lavapatas, San Agustín, Colombia.
11
Osvaldo Granda Paz Mito y Arte Prehispánico en los Andes. Instituto Latinoamericano de
Investigaciones Estéticas, Universidad de Nariño, Facultad de Artes, México, 1998.
11
Petrograbados de Lavapatas, Colombia.
Rocas con moyitas y canal, Kenko, Perú.
12
Rocas con petrograbados y pocitas en la cuenca de México
En el cerro del Cabrito, en la región periférica del santuario de la virgen de los
Remedios, reportamos la existencia de un petrograbado que representa a la
constelación de Xonecuilli –cuchillo curvo de obsidiana- que tal vez represente
a la constelación de las siete cabrillas (Rivas Castro y Lechuga García,
2002:61-72)12. Esta misma constelación se representó en la orilla de la piedra
del sol, junto con las Pléyades y la constelación de Mamalhuaztli, que tal vez
represento al la constelación de Orión y el del Santa Cruz Acalpixcan, donde
se represento asociada a aspectos nocturnos y con Venus como estrella que
anunciaba también las lluvias para propiciar el surgimiento del maíz, la relación:
Venus-lluvia-maíz ha sido ampliamente documentada en los trabajos del
arqueoastrónomo Iván Sprajc (cfr. 1996)13.
Petrograbado del cerro del Cabrito, Naucalpan, Estado de México.
Francisco Rivas Castro y Carmen Lechuga García 2002 “Representación de una constelación en un
petrograbado del cerro del Cabrito, Naucalpan, México”, en Iconografía mexicana III. Las
representaciones de los astros. Colección científica, No. 442, pp. 61-72. Beatriz Barba de Piña Chan,
Coordinadora, México.
13
Sprajc, Iván, 1996 Venus, lluvia y maíz: simbolismo y astronomía en la cosmovisión mesoamericana,
México, INAH, Colección científica, 318.
12
13
Xonecuilli, petrograbado de Santa Cruz Acalpixcan, Xochimilco, D.F.
En el cerro Moctezuma, ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México,
existe un gran petrograbado, donde posiblemente se representó a Venus, y la
cuenta de 104 años (cfr. Rivas Castro, 1997)14.
Petrograbado del cerro Moctezuma, Naucalpan, México. Foto: Fernando Botas Vera,
1998.
Rivas Castro, Francisco, 1997a “Un petrograbado con posible significación astronómica en el
Otoncalpulco, Naucalpan, Estado de México”, en Cuicuilco Revista de la Escuela nacional de
Antropología e Historia, Nueva época, vol. 5, No 12, enero-abril, pp.109-126.
14
14
Estrella de mar, Xochicalco, Morelos, Museo de sitio.
La iconografía a la que alude este petrograbado, refiere a otros ejemplos de
Xochicalco, relacionados con estrellas de mar, emblemas de Venus en varios
contextos gráficos contemporáneos, tales como el glifo de Venus de los dos
personajes masculino y femenino, pintados en dos jambas de los templos rojos
de Cacaxtla, donde se ve claramente la asociación de Venus con el escorpión.
Pareja de Venus escorpión, Cacaxtla, Tlaxcala.
15
Es probable que también la cuenta de los numerales que se labraron en este
ejemplo -52- por dos veces, haga alusión al ciclo sinódico de Venus de 104
años.
Petrograbado de los gemelos, Bilbao, Santa Lucía Cotzumahuapa, Guatemala. (600 d.C) .
Tomado de Duverger 15
En el cerro del Judío (antiguamente llamado Mazatepetl), de San Bernabé
Ocotepec, en la región de Magdalena Contreras, también existen dos
elementos que refieren a observaciones astronómicas: la doble voluta y el glífo
de ilhuitl-el día-
15
Cristian Duverger Mesoamérica. Arte y Antropología. Bancos Inverlat y Scotiabank, México, impreso
en Francia, 2000.
16
Glifo de Ilhuitl (el día), cerro del Judío, San Bernabé Ocotepec, D.F.
El glífo del día
Este glifo se designa en nahuatl con la palabra ilhuitl, traducido por Molina
como: fiesta de guardar o cualquier día de la semana. El glífo se compone por
dos volutas largas que terminan en círculo una en un sentido y la otra en
sentido opuesto, lo cual denota movimiento constante. Vega Sosa explica que
este símbolo es una variante más compleja de la doble espiral desdoblada, que
dividida en dos secciones establece la relación del movimiento del sol y la tierra
que generan el día y la noche (Vega Sosa, 1979)16
El glifo de la doble voluta.
Sobre este glífo, Charles Ross, denomina a la doble espiral “la forma del año”,
el considera lo anterior por unos petrograbados que localizó en el sitio de
Fajado Butte, perteneciente a la cultura Chaco y que representa a los solsticios
y equinoccios, por la siguiente información etnográfica
Constanza Vega Sosa, 1979 “Analysis and interpretation of some glyphs of Aztec style vessels” en
Simposio sobre problemas en la iconografía del arte mesoamericano Postclásico, XLIII Congreso
Internacional de Americanistas.
16
17
“…The year Shape, Reversing its spiral from winter (left) to summer
(right) and straightening around the beginning of spring. The
difference in the curvature of the two spirals is drawn by the apparent
seasonal drift of the sun and the change of speed of the earth in its
orbit…”17 (Citado por Vega Sosa, 1984:156-157)
Vega Sosa, a su vez también establece que este glífo de la doble espiral es la
representación abstracta del movimiento que establece la relación del
movimiento del sol y la tierra para generar el día y la noche (1984)18.
Petrograbado de doble voluta, cerro del Judío, San Bernabé Ocotepec, D.F.
Otro aspecto interesante de este sitio arqueológico, es que en el se labró una
escultura en la roca madre, frente a las escalinatas del templo principal, este
elemento alude a la relación que existe entre la tortuga y el jaguar como la
superficie de la tierra, representada por la caparazón de este animal y las
características del jaguar, ya que tiene cola y garras de jaguar. Sabemos que la
piel de jaguar era una metáfora del cielo estrellado, por lo cual resulta
interesante esta asociación iconográfica y simbólica. Frente a la escultura del
jaguar-tortuga del cerro Mazatepetl, observe una pequeña pocita labrada, por
su tamaño: 10 cm de diámetro, considero que sirvió como recipiente para
colocar sangre de autosacrificio, o para verter otro líquido sagrado, como agua,
o pulque, como ofrendas. Por otro lado, sacando los datos de la orientación de
Charles Ross”Sun Light convergence, solar burn” in Arcahaeoastronomy, Vol, III, number I, pp.43.
Constanza Vega Sosa “El curso del sol en los glífos de la cerámica Azteca tardía” en Estudios de
Cultura Nahuatl, No. 17, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, México, 1984.pp.125-170.
17
18
18
esta escultura, y utilizando la cronología del sitio, y utilizando un programa para
desplegar el cielo hacia el año de 1500 d.C, efectivamente observamos la
constelación de Orión que aparecía hacia principios de junio por el poniente del
sitio arqueológico. Finalmente, cabe mencionar que es el 11 de junio
precisamente cuando se venera al santo patrono en la región donde se ubica el
cerro Maztepetl: San Bernabé Ocotepec. Evidentemente que existe una
relación del culto al jaguar-tortuga con San Bernabé y la tortuga, una metáfora
de la tierra, madre del maíz, con María Magdalena, otra santa patrona de la
región, pues antiguamente se llamaba Santa María Magdalena Atlitlic, y la
observación de la constelación de Orión que anunciaba la intensificación plena
de las lluvias, lo que permitía que el maíz y las plantas útiles de las milpas
pudieran madurar plenamente (Cfr. Rivas Castro) 19.
Escultura del jaguar-tortuga del cerro Mazatepetl, D.F.
19
En el caso del cerro del Judío, antiguamente Mazatepetl, tenemos la presencia de una escultura
monolítica labrada al frente de la estructura piramidal principal del sitio arqueológico (cfr.Rivas Castro,
2001 y 2005). “Descubrimiento de una escultura monolítica en el cerro Mazatepetl (El Judío), Magdalena
Contreras, D.F”, noticia en Arqueología, segunda época No 28, pp. 131-135. Coordinación de
Arqueología, INAH, México. 2001. “Sincretismo de la deidad ocelote-tortuga (prehispánica), con San
Bernabé (colonial), Magdalena Contreras, D.F.”, en Arqueología y Antropología de las Religiones.
Patricia Fournier y Walburga Whiesheu (Coordinadoras). CONACULTA-INAH, CONACYT, ENAH,
México, pp. 93-114. 2005.
19
Pocita labrada bajo la cabeza de la escultura del jaguar-tortuga
Del cerro del Judío (Mazatepetl), San Bernabé Ocotepec, D.F.
Por otro lado, si observamos el dibujo de la roca con más pocitas del cerro
Mazatepetl (ubicada atrás del montículo principal del sitio), encontramos cierta
similitud con las estrellas del cinturón de Orión, quede como hipótesis de
trabajo comprobar con observaciones directas en los espejos de agua que se
formen en estas pocitas, una probable observación del cinturón de Orión en
ellos, a principios de junio,.
20
Petrograbados de pocitas con canalitos, cerro del Judío.
Dibujo de un conjunto de pocitas en una roca labrada del cerro del Judío, San Bernabé
Ocotepec, D.F. Dibujo de Miguel Pérez Negrete, 2000.
Algunas reflexiones de petrograbados y las estrellas
Los anteriores ejemplos presentes en petrograbados de la cuenca de México
nos indican que esos símbolos fueron parte importante de las prácticas de
observación astronómica, pues se labraron en sitios específicos donde se
observaban constelaciones y grandes astros como Venus o el cinturón de
Orión. Estos elementos fueron de suma importancia para la vida cotidiana, y
para los que ostentaban el conocimiento y el sacerdocio, pues indicaban
eventos especiales para las prácticas agrícolas de temporal; así como para
cultivar plantas útiles a los hombres.
Existen más propuestas tales como las que indican que en los petrograbados
se consignaron otros eventos importantes, tales como la explosión de
supernovas (Flores Gutiérrez, 2008)20 y tal vez eclipses, que relacionaban con
cambios radicales en la vida de los humanos y los animales, y que además,
presagiaban hambrunas o desgracias por guerras y conquistas. Es interesante
Daniel J Flores Gutierrez, 2008 “La supernova de 1054”, en Arqueología Mexicana, No. 89,
Tlatelolco, su historia y Arqueología, enero-febrero de 2008, pp.14. CNCA-INAH, Editorial Raíces,
México
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mencionar que aún en los códices del temprano siglo XVI (el Telleriano
Remensis por ejemplo), los tlacuilos seguían pintando cometas, eclipses y
eventos astronómicos asociados a desplazamientos militares, a hambrunas y
epidemias, por lo cual podemos inferir la importancia que tuvo para estos
pueblos la observación astronómica asociada a la predicción y prevención de
desastres.
Otra posibilidad: pocitas sonoras
Cuando fui a el sitio arqueológico de Peralta, Guanajuato, platicando con un
anciano de 80 años me enseñó una roca con un pocito de unos 50 cm, que le
llamaban "piedra campana", por el sonido que emite. Ese es un caso, y en el
sitio arqueológico del cerro Xolotl la región de Tizayuca, Hidalgo, también
existe otra "piedra campana", que según las historias del lugar se "tocaba" para
anunciar peligros a la población desde la punta del cerro. Habría que explorar
más ejemplos y posibilidades.
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