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La alimentación en Xochicalco y el fin
de su historia: 650-1100
Mayán Cervantes*
Dirección de Etnología y Antropología Social - INAH
[email protected]
* Con la colaboración de Marisol Ruíz
131
A Norberto González
In Memoriam
Principios teóricos que guiaron la investigación
La alimentación de cualquier grupo social moderno, antiguo, étnico, es
parte del sistema en el que se desarrolla en su tiempo y en su espacio y se
interrelaciona con los procesos de autoorganización y autoreproducción
de la sociedad, especialmente con la cultura.
Para comprender el fenómeno alimentario es necesario observarlo
en su complejidad, en sus múltiples dimensiones, en sus interacciones, en
su dinámica, y desde todos los ángulos posibles, para intentar descubrir
sus lados ocultos con una visión integradora, como si fuera un tejido
junto. 1
El comer, individualmente o en grupo, es un proceso complejo
que está involucrado y entretejido con los valores de un grupo social, con
su pertenencia histórico-cultural, con los ritos, los mitos, con la memoria
colectiva, es decir, con su cultura.
Por otra parte, la comida de un grupo depende de los recursos
naturales del entorno, pero no comemos de todo, seleccionamos nuestros
alimentos y, especialmente, les adjudicamos significados. Asimismo, el
estudio de la alimentación se relaciona con los procesos económicos de
producción, transformación, distribución, consumo y desecho; con las
relaciones de intercambio a corta y larga distancia, con sus rutas, también
con los cambios climáticos y su resultado en la dinámica social y cultural.
El paradigma de la complejidad propone tres principios básicos
para comprender un fenómeno social organizado. El hologramático dice
que en cada punto del objeto está memorizado el holograma entero. El todo
está incluido en la parte, que está incluida en el todo. Si la alimentación
es parte del sistema socio-cultural en ella está reflejada el todo social, por
tanto, es posible conocer –no con precisión– la imagen del sistema en
que se encuentra. El principio recursivo afirma que los procesos ocurren
1 Morin, Edgar. Ciencia con Consciencia, Anthropos, Barcelona. 1984
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en circuitos, y los efectos retroactúan sobre sus causas. Por ejemplo, la
cultura, y por ende la alimentación, es producida por la sociedad y, a
la vez, la sociedad es producto de la cultura. El principio dialógico es
la asociación compleja, complementaria-concurrente-antagonista de
los fenómenos organizados. En la alimentación es evidente que sus
componentes están permanentemente en una relación dialógica: friocaliente, hombre-mujer, pobres-ricos, dulce-amargo, etcétera; es en la
cultura mexicana de ayer y hoy el principio que mantiene el balance del
universo y de los seres humanos.2
Aquí intento ofrecer, primeramente, una hipótesis sobre la
composición de la alimentación de los antiguos habitantes de la ciudad
de Xochicalco, entre 650 y 1110 y, segundo, la propuesta de cómo los
problemas de abasto alimentario, muy posiblemente debidos a cambios
climáticos, paulatinamente resultan en cambios sociales importantes,
por ejemplo, aparecen las revueltas campesinas y en general de los
productores de comida, la fauna del lugar migra en busca de mejores
condiciones, la caza, la recolección y las cosechas disminuyen, la gente
empobrece. Estos conflictos se extienden a los grupos del servicio urbano
y, poco a poco, hacen que el Estado, exitoso por más de 400 años, pierda
su capacidad de auto organización y deje de existir como tal.
Estos temas se trabajaron a partir de la información que ofrecen
los arqueólogos Silvia Garza y Norberto González en los trabajos que
realizaron en la excepcional ciudad arqueológica3, y que fue publicada en
diversos medios. Por mi parte, he ampliado esa información basándome en
las posibilidades que ofrece el estudio de la alimentación como reflejo de
la sociedad para buscar sus lados ocultos, así como en mis observaciones
directas del sitio y de los diversos materiales que se encuentran en el
Centro INAH Morelos y en el Museo de Xochicalco. Del mismo modo,
se incorporaron los resultados de los análisis químicos y de almidones
obtenidos del muestreo de los residuos en cerámica y en piedras de
molienda.
2 Morin, Edgar. El Método I y III, Seuil, Paris, Francia. 1998
3 Aparecen en listados en la bibliografía.
133
La ciudad de Xochicalco
Xochicalco es una ciudad amurallada, fortificada, fechada entre 650 y
1100, correspondiente a la época llamada Epiclásico. Según Jiménez
Moreno, es una época de transformaciones profundas ocurridas a la
caída de Teotihuacan, mismas que se encuentran en varias ciudades
mesoamericanas de la época.4
La ciudad se desplanta en tres cerros que fueron modificados a
partir de enromes rellenos obtenidos de la propia colina para construir
plazas en las que se distribuían los edificios administrativos y religiosos
y terrazas en las que se ubicaban las casas de funcionarios menores,
artesanos, personas del servicio, aguadores.
El auge de la ciudad se fecha entre 700 y 900, ejemplificado por
la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Sin embargo el elemento más
4 Jiménez Moreno Wigberto, “Síntesis de la historia pretolteca de Mesoamérica” en Esplendor del México antiguo, Raúl Noriega ed., vol.2, México, Centro de Investigaciones
Antropológicas1959, pp.1019-1108.
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importante y principal de la ciudad fue el palacio ubicado en la parte
más alta, la Acrópolis y frente a la pirámide principal; además de una
serie de amplias habitaciones y bodegas el edificio tenía dos tronos. Estos
seguramente representando los poderes administrativo, religioso y
guerrero, que en estas sociedades estaban unidos y eran complementarios.5
El segundo lugar en importancia lo ocuparon, la plaza que alberga la gran
pirámide y la plaza y Pirámide de las Serpientes Emplumadas; frente a
ella, en la misma explanada fue construida otra pirámide gemela.
Había un sistema de cisternas, represas y desagües para captar
lluvias, y un gran foso que rodeaba la parte alta de la ciudad para el
almacenamiento de agua; la única manera de abastecerse en la ciudad era
por lluvia y acarreo humano desde el río que rodeaba la ciudad. La calidad
de las construcciones y la distribución de los espacios hablan de una alta
jerarquización y, en general, los elementos urbanísticos, arquitectónicos e
iconográficos reflejan una sociedad clasista y despótica. 6
Los accesos a las plazas y edificios estuvieron controlados, así
como restringida la circulación interna a la población, a base de pórticos7
que servían como puestos de control o garitas. Se encuentran tres juegos de
pelota, un temascal, una gran cisterna y un observatorio. Durante las diversas
épocas de excavación se han recuperado un sinnúmero de materiales,
muchos de ellos
de una altísima
calidad: esculturas,
arquitectura,
cerámica, piedra,
murales, lápidas,
estelas, banquetas,
rampas con representaciones
de
animales, etcétera.
5 Garza Tarazona Silvia, et.al, “Pórtico 14 de Xochicalco Morelos, México. Localización
arqueológica de los materiales esqueléticos”, en Memorias del XII Congreso de la Sociedad Española de Antropología Biológica, Ma. Pilar Ahuja y Ramón Ma. Nogués eds.
Bellaterra, España, 2001 pp.91-98.
6 González Crespo Norberto, et.al, “Archaeological investigations at Xochicalco, Morelos. 1984 and 1986, en Ancient Mesoamerica, núm.6, Cambridge University Press, EUA,
1995, pp.223-236. 7 Garza Tarazona Silvia, op.cit.
136
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Es evidente que en esta sociedad había una división social,
observable en la distribución, tamaño y calidad de las casas habitación,
así como en su ubicación en las diferentes partes de la urbe; como se verá
más adelante, también se observa en las diferencias en la alimentación.
Como en otros grupos de la misma época en los valles circundantes,
los productores de alimentos sembraban y recolectaban los diversos
productos que ofrecía el rico medio ambiente que rodeaba la ciudad,
añadiendo a su actividad la cacería de ciertas especies, la crianza de
animales y la adquisición de productos obtenidos por intercambio. Todo
ello para proveer de comida a los habitantes, artesanos, funcionarios,
sacerdotes, servidores, etcétera, que no producían alimento.
En su historia son notorios cambios políticos y religiosos. Al final
hubo un gran conflicto que afectó a todos los demás elementos del sistema,
y ante el cual se cierran los espacios existentes y se exagera el control de
la población; la amedrentan con esqueletos o partes de ellos colgados
de las estructuras. Se percibe un cambio social importante que, como ya
se comentó, pudo deberse a un cambio climático. El conflicto termina
con un gran incendio, visible en casi todas las construcciones, y con la
destrucción de materiales, especialmente los de contenido simbólico.
Seguramente se trató de una revuelta interna, ya que no hay ocupación
posterior. La caída de la ciudad se fecha entre 1000-1065.8
Estos eran Estados independientes, con un gobierno propio
y una esfera económica particular… dependen de la mano de
obra, del acarreo de materias primas y de la producción de
alimentos de los pobladores de los alrededores, por lo que se
ven obligados a crear poderosos sistemas de control.9
8 González Crespo Norberto, et.al, “Archaeological investigations at Xochicalco, Morelos. 1984 and 1986, en Ancient Mesoamerica, núm.6, Cambridge University Press, EUA,
1995, pp.223-236. 9 Garza Tarazona Silvia y González Crespo Norberto “Cerámica de Xochicalco”, en La
producción alfarera en el México antiguo II, editado por Beatriz Leonor Merino Carrión
y Ángel Garcia Cook, INAH, México,2006, pp.125-159.
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Se analizaron10 los restos de fauna comestible encontrados en
las excavaciones de Xochicalco, y se observaron las diferencias sociales
relacionadas con el consumo y tenencia de animales, definiendo esos
elementos como marcadores de estatus y con funciones simbólicas, tanto
en la zona de la Acrópolis, que fungía como habitación de las elites, como
en la de Loma Sur, donde se encontraban las casas de los controladores
del acceso principal a la ciudad, en la terraza más baja, asociada a la
muralla que separa la urbe de los de afuera.
Corona propone que Xochicalco se encuentra en una zona de
transición entre las regiones Neártica, relacionada con Norteamérica
y zonas templadas, y la región Neotrópical, relacionada con Centro y
Suramérica, zonas tropicales. Encontró cuatro grupos de animales que se
consumían: 1) En los niveles más altos: jabalí, jaguar, lince, cocodrilo.
En la Acrópolis y en sitios ceremoniales, la fauna más apreciada por
la élite es de tipo neotropical y es traída desde largas distancias. 2)
Muy abundantes en todas las zonas, se encuentran restos de perro,
venado y puma, lo cual sugiere su accesibilidad. 3) En la Loma Sur y
en niveles intermedios aparece como principal el grupo de animales
acuáticos: bagre, pato, tortuga, nutria de río, mapache, liebre grande y,
por ser más accesibles y más cercanos a fuentes de agua, peces, otras
tortugas, pájaros y ciertos mamíferos. 4) Conejo cola blanca, guajolote
e iguana negra, aparecen en todos los niveles, son comestibles y,
además, se encuentran representados en esculturas y piedras labradas.11
10 Corona E, “Zoogeographical affinities and the use of vertebrates in xochicalco (Morelos, México)”, en Quaternary International 180, Science Direct, 2008, pp.145-151.
11 Corona, Eduardo, op. cit.
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En el llamado Campo Santo, porque se encontraron allí la mayoría
de los esqueletos del sitio, se recuperaron una serie de vasijas rotas de
cerámica que se usaban para procesar los alimentos, así como desechos
domésticos, justamente debajo de la Acrópolis, como si hubieran sido
arrojados desde los palacios. Los restos animales que se encontraron
asociados a los enterramientos, fueron de venado cola blanca y guajolote,
estos últimos con huellas de haber sido comidos y con extracción de
médula; también se hallaron restos de perro doméstico, que por ser muy
joven quizá no haya sido alimento, y de conejo, jabalí, roedores, pescado,
pájaros desarticulados y reptiles.12
Estos hallazgos sugieren que la dieta en Xochicalco, en general,
fue de buena calidad, variada, y suficiente en proteínas, fosfatos y
carbohidratos, especialmente en los niveles altos de la sociedad. En los
niveles bajos, quizá en menores cantidades, pero no faltaron las proteínas
animales y, como se verá a partir de los análisis, tampoco los fosfatos,
proteínas y carbohidratos, esenciales para el buen funcionamiento del
cuerpo humano.
En cuanto a la arqueobotánica, hay un gran vacío de información;
pocos restos han sido encontrados e identificados en las excavaciones
del sitio. Algunos de ellos los publicó David M. Lentz,13 y son: anona,
aguacate, frijol rojo, frijol negro, nance, ciruela amarilla, maíz y cacao.
También identificó pequeñas muestras de calabaza, chile, tabaco, jícaras,
agaves y amaranto. Estos hallazgos corroboran que la dieta antigua en
Xochicalco, también era abundante en frutos y verduras, como el aguacate,
que es rico en grasas y muy alimenticio.
La producción de granos y de tubérculos se guardaba en graneros
o en grandes vasijas de cerámica, así como en pozos de almacenamiento.
En el caso de materiales de lujo traídos desde largas distancias, como
el cacao, con seguridad se embodegaban y resguardaban en los grandes
12 Cynthia Heath-Smith “Analysis of Faunal Material Recovered from Xochicalco” in Hirth
Kenneth, et.al. The Xochicalco mapping project, Archaeological research at Xochicalco. Volumen 2, pp. 184-196 Ed. Kenneth Hirth, The University of Utah Press, Salt Lake
City. 2000
13 Lentz M. Dacid “Botanical Remains from Western Morelos” en, Hirth Kenneth
et.al. The Xochicalco mapping project, Archaeological research at Xochicalco. Volumen 2,
Ed. Kenneth Hirth, The University of Utah Press, Salt Lake City. 2000 almacenes que se encuentran detrás de los edificios ocupados por la elite,
en el Palacio. Los procesos de conservación de alimentos, que se conocen
y que eran usados en otras regiones, muy posiblemente se utilizaron
también aquí: el salado, el ahumado y la conserva con miel. Se reconoce
gran comercio de sal de lagos y de mar.
En el sitio hay herramientas para cocinar hechas con huesos
de animal. Se han encontrado de perro, jaguar, puma, lince, venado,
jabalí, cocodrilo, guajolotes, y de huesos humanos.14 Las cocinas no
existen como tal en ninguno de los estratos sociales conocidos; no había
ni mobiliario, ni espacio para el efecto, y solo se identifican zonas de
despensa, almacenamiento de agua, de granos y de otros productos.
Los instrumentos para cocinar se identifican por su forma, uso y
función. Por analogía etnográfica se compararon las ollas en las que con
seguridad se cocían frijoles, se cocinaban caldos con verduras y algún
animal como proteína. En otras ollas se preparaba el maíz, con algún
medio alcalino que no se ha podido identificar en los análisis, pero que
no es cal. Se podrá en algún momento saber, mediante análisis, cuál fue
el medio alcalino que se utilizó para tratar el maíz, si fue tequesquite,
conchas o ceniza de ciertos árboles.
Las vasijas con tres asas seguramente se utilizaron para el acarreo
de agua, y las de mayores dimensiones para almacenar ésta, así como
granos y otros alimentos. Se encuentran en las vajillas platos individuales,
pero la mayoría son para el servicio de varios comensales.
Abunda la cerámica maya, que es la más fina. Se identifican cajetes
para transportar sal, vajilla color bayo con banda roja, que viene de fuera
y se encuentra en todas sus formas, principalmente en la Acrópolis. Quizá
en ella se haya transportado miel desde zonas productoras, como la maya.
Hay también cajetes miniatura para pigmentos, probablemente utilizados
como cosméticos. Se puede apreciar la preparación de diferentes tipos
de comida, a partir del tamaño y decoración de los platos y vasijas. La
vajilla para la comida ceremonial es fina y decorada y no muestra huellas
de cocción, aunque en algunos cajetes hay residuos de alimentos que,
por calor, se adhirieron a los fondos. Las vasijas de cerámica que están
asociadas a ofrendas, a los entierros o a los templos, contenían alimentos;
14 Corona Eduardo, op. cit.
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la ofrenda era el alimento, no la vasija. Una idea que perdura es que el
muerto necesita comida para el largo viaje al inframundo.
En algunos casos es clara la función de los vasos de cerámica. Por
ejemplo, en el museo de Xochicalco hay dos vasos decorados con cacaos,
que seguramente estaban dedicados al consumo del chocolate.
Para intentar hacer una reconstrucción más completa de la
dieta antigua de Xochicalco, solicité a los laboratorios de Prospección
arqueológica del IIA-UNAM, que dirige el doctor Luis Barba, realizaran
análisis químicos de muestras obtenidas en diversos materiales cerámicos
de las excavaciones de Xochicalco. La arqueóloga Rocío Hernández
reunió 66 muestras para que fueran analizadas por medio de ácido
clorhídrico y diversos reactivos para detectar los compuestos químicos de
los alimentos. Para contextualizar las muestras, se elaboraron mapas de
la ciudad en los cuales se localiza el origen y el tipo de muestra cerámica
que se analizó.
Se trabajó con muestras procedentes de la Acrópolis, donde
se encuentran los edificios importantes y el palacio, así como de los
conjuntos habitacionales de la Loma Sur. Aunque aparentemente eran
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casas de aduaneros con una mediana posición social, era un puesto de
mucha responsabilidad, el control del acceso de gente y de productos a la
ciudad, allí se encontraron diversos materiales traídos de otras tierras. 15
En estas unidades habitacionales se identificaron dormitorios con
camas, áreas de almacenamiento, que son cuartos pequeños y frescos en
los que se encontraron grandes ollas para almacenar granos y seguramente
agua, y gran abundancia de instrumentos de cocina, para la preparación de
alimentos.16
Los elementos químicos que se investigaron en la cerámica
fueron fosfatos, proteínas, carbohidratos y carbonatos. La aparición de
fosfatos implica el consumo de carnes, caldos, huesos. En la Acrópolis,
se encontraron residuos de ellos en comales, cajetes y estufas en 18 de
las muestras. Los restos de proteínas aparecieron en cajetes, comales y
estufas en 39 muestras, algunas con altos valores. Los carbohidratos
solo aparecieron en seis muestras de estufas y comal. Los carbonatos
encontrados fueron pocos, en un cajete y en un comal.
Las muestras analizadas fueron tomadas de cajetes en los que se
servía la comida, de estufas en las que se cocinaba y calentaba el alimento,
y de comales para cocer y tostar los productos.
15 Vega Nova de Hortensia “Interpretación de un conjunto habitacional en Xochicalco,
Morelos. en Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana, no. 24 UNAM, México, 1993
pp. 19-28.
16 González Crespo Norberto, et.al, “Archaeological investigations at Xochicalco, Morelos. 1984 and 1986, en Ancient Mesoamerica, núm.6, Cambridge University Press, EUA,
1995, pp.223-236.
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Resultado de análisis químicos a cajetes
Resultados de análisis químicos a comales
Resultado de análisis químicos a estufas
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Como se observa en las anteriores tablas, en la Loma Sur los Presencia de almidones en las muestras cerámicas y líticas de
fosfatos aparecieron en cajetes y comales en 22 muestras; las proteínas en Xochicalco
cajetes y estufas en nueve muestras; los carbohidratos en siete muestras
de cajetes y comales, dos de ellas con valores altos; los carbonatos solo
aparecieron en una muestra de una estufa.
De los resultados obtenidos mediante los análisis químicos, se
deduce que los gobernantes que vivían en la Acrópolis consumían más
proteínas y fosfatos, es decir, carnes, aves, pavo, venado, armadillo, pato
y, muy importante, guajolote. Los carbohidratos aparecen también como
muy significativos en su dieta, y no hay evidencia de los carbonatos.
En el siguiente nivel social, que llamamos de aduaneros o artesanos
calificados, fue menos importante el consumo de fosfatos y proteínas, los
carbohidratos aparecen en mayor cantidad, y no se detectan los carbonatos.
El hecho de no encontrar carbonatos quizá implica que no se
utilizaba la cal para nixtamalizar el maíz. Siempre he pensado que en la
época de Xochicalco, en la zona maya, en Oaxaca y en otras regiones
de Mesoamérica, no se comían las tortillas, sino que se comía el maíz
en forma de panes, tamales, pinoles, o se hacía bebida de maíz, fresca y
fermentada, como cerveza; estos productos no necesitan nixtamalización
por cal, sino por otro medio alcalino. Es hasta el posclásico que se
generaliza el consumo de tortillas en todo el territorio mesoamericano.
Por ejemplo, en varios idiomas no existe la palabra equivalente al nahuatl
tlaxcalli, “tortilla” en el español colonial, de lo que se interpreta que no
forma parte del vocabulario original.
Otro de los análisis que apoyaron la investigación de la
alimentación en Xochicalco fue la detección de almidones preservados
en las muestras de cerámica y piedras de molienda. El análisis se realizó
a partir de la comparación con plantas actuales. Las referencias sobre
las cuales se trabajaron las muestras fueron maíz, frijol, nopal, camote
y ñame. Igualmente estas muestras de cerámica y piedras de molienda
provenían tanto de la Acrópolis como de la Loma Sur. Los investigadores
que realizaron los análisis son Guillermo Acosta, Víctor Hugo García y
Jorge Ezra Cruz. 17
17 Acosta Guillermo, Cruz Jorge Ezra, García Victor Hugo Y Cervantes Ma. Antonieta.
“Análisis de granos de almidón de metates y vasijas procedentes de Xochicalco, Morelos” Cartel presentado en el Coloquio Interno del IIA-UNAM, octubre, 2013.
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En la Acrópolis, en cajetes tipo gris mica se encontraron restos
de maíz, frijoles, camote y nopal. En las estufas se hallaron de maíz,
frijol, nopal, camote y ñame, tubérculo típico de regiones costeras que
se conserva por largo tiempo y quizá era traído de la costa del Golfo por
migrantes originarios de aquella región y conservado, tal vez para comerlo
en ocasiones especiales. En la Loma Sur, abunda el maíz en los metates,
así como el frijol y el ñame; el camote se encontró en las muestras de
cajetes.
En cajetes y estufas provenientes de la Acrópolis aparece mayor
cantidad y variedad de consumo de plantas: maíz, frijol, camote, ñame
y nopal. En la Loma Sur, en cajetes, comales y metates aparece mayor
cantidad de maíz, poco frijol, camote y ñame.
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Es evidente que en todos los estratos sociales se consumía el maíz,
pero en Loma Sur era donde se molía en los metates y se preparaba para
comer. En la Acrópolis; solo se han encontrado dos metates, en los cuales
aparecen abundantes residuos de cal, es decir, seguramente los usaban los
artesanos para moler la cal y para encalar los muros y pisos de los edificios.
Estos resultados dan la impresión que los alimentos consumidos
en Xochicalco eran preparados en las zonas bajas de la ciudad, y llevados
en las estufas a la zona de los palacios, o algunos eran cocinados en los
palacios, pero en las estufas, no en los pisos. En los palacios no se han
encontrado ni espacios adecuados ni restos químicos que impliquen que
ahí se llevaba a cabo la confección de comida; esta es una observación
del doctor Luis Barba, quien realizó análisis químicos de los suelos de los
palacios.18
En resumen, la dieta de los trabajadores y de los funcionarios
medios era más vegetal que la de los habitantes de la Acrópolis, basada en
granos como el maíz y en tubérculos como el camote y el ñame, pero era
pobre en carne. Se comía maíz, frijol, ñame, camote y nopal, como indican
los análisis, pero sabemos que por tradición, también deben haberse
consumido en los dos niveles sociales que se conocen: chiles, calabaza,
jitomate, epazote, pepas, pulque, quelites, hoja santa, maguey, quelites,
varias especies de peces y caracoles de río, así como tortuga, iguana y
gusanos cultivados en los campos. Lo que es muy difícil, es llegar a
conocer cómo se realizaba la preparación, transformación y procesamiento
de los alimentos de una cocina fósil.
El intercambio
En la composición de la alimentación intervienen ampliamente los procesos
de intercambio de diversos productos; estos fueron fundamentales en el
desarrollo de la gran ciudad que fue Xochicalco. La hipótesis que presento
es que el intercambio organizado de cacao, procedente de la costa pacífica
de los actuales Guatemala y México, y que tenía como destino al centro
de México, pudo ser un factor determinante de la enorme riqueza del área,
patente en los elementos artísticos y culturales que se encuentran allí.
En especial, y siempre observando la comida y la bebida, llamaron
mi atención dos figuras en cerámica, tamaño natural, de personajes de tipo
18 Comunicación personal
154
maya. Silvia Garza llama a estas piezas “El creador”;19 yo les he llamado
los Señores del Cacao. Uno, ya restaurado, se encuentra en el Museo
Nacional de Antropología, en la sala del Epiclásico, y el otro, menos
completo, está en el Laboratorio de Cerámica del Centro INAH Morelos.
Ambos están sentados, tienen dos penes, y todo su cuerpo está decorado
con lianas, hojas y frutos de cacao. Se han encontrado 14 restos de este
tipo de esculturas, todas con las mismas características, pero están muy
destruidos. Inclusive, uno de ellos parece ser un niño; esto sería indicador de
un linaje bien establecido. Las figuras estuvieron encaladas y seguramente
pintadas. Estas representaciones de los Señores del Cacao, se ubicaban en
la parte más alta de la Acrópolis. Representan, a mi parecer, a los dueños
y controladores del cacao, esa excepcional semilla, y por ende, dueños y
controladores de la gran
ciudad. Con el cacao se
preparaba el chocolate,
la bebida de los dioses
y de los gobernantes y,
además,
seguramente
ya para esta época la
semilla
era
unidad
monetaria de cambio,
como lo fue durante todo
el posclásico y hasta
entrada la Colonia. René
Millon escribió una tesis
de doctorado acerca de
la gran producción de
cacao en la costa pacífica
de Guatemala, y la tituló
Donde el dinero crece
en árboles. Nos habla
en ella de la importancia
económica y simbólica
de esta semilla. Es decir,
el poseer o comerciar
con el cacao producía
riqueza, y en Xochicalco,
19 Garza Tarazona Silvia “Esculturas de cerámica de Xochicalco, Morelos” en Arqueología Mexicana no. 103, mayo-junio 2010, pp.18-23, México.
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con seguridad, era el bien que se
acumulaba. Si se observa, las
bodegas del palacio eran extensas,
y asociadas a ellas estaban
habitaciones para los guardias del
bien precioso. De hecho no hay
ningún otro producto que tenga
esta singularidad: ser dinero y
bebida de las élites.
Entre la zona costera de Chiapas y Guatemala y el actual Estado
de Oaxaca, colindando con Guerreo, ya sea por mar o por tierra, se
llegaba al sitio Piedra Labrada. Este es importante, extenso, tiene una
serie de montículos, no altos y que pudieran ser casas de comerciantes
o gobernantes, y algunas pirámides menores. Hay estelas cuyo estilo
es parecido al de Santa Lucía Cozulamhuapa, en la costa pacífica de
Guatemala20. La hipótesis es que Piedra Labrada podía haber funcionado
como un puerto de intercambio, ya que de allí la geografía permitiría el
arranque del camino hacia el norte, con rumbo a Guerreo y Morelos. En
Piedra Labrada pudieron concentrarse materiales para el intercambio de
regreso a la costa de Chiapas y Guatemala, como piedras semipreciosas
que se explotaban en la zona, y quizá algodón de los Valles de Morelos y
Guerrero; también podrían ser aves y, a sugerencia del doctor Valadez, era
posible también que se comerciara con perros. Será interesante comprobar
estas hipótesis cuando se explore el sitio, que promete ser muy interesante.
Obviamente,
en
el
área del actual Morelos no se
producía el cacao, pero propongo
que se recibía por medio de los
Pochteca, que lo comerciaban
desde la mayor zona productora
de esta semilla, el Soconusco, en
Otras ideas que apoyan el origen del comercio del cacao de la costa
Chiapas, y la costa pacífica de pacífica de Chiapas y Guatemala hacia Xochicalco están basadas en el
Guatemala.
mapa de relaciones lingüísticas que realizaron Manrique y Garza21, y sobre
el cual Piña Chán 22 propuso
los Olmecas penetraron en Mesoamérica
procedentes de Centroamérica dividiéndose en dos
ramas: una ingresó por la costa del Golfo de México
y otra por la costa del Pacífico, entrando por Guerrero
hacia el Altiplano Central. Estos dos corredores creados
desde el preclásico, pareciera que nunca habrían
dejado de funcionar como rutas de contacto y comercio
entre el centro de México y el extremo meridional de
Mesoamérica…
20 Chinchilla M. Oswaldo “Cacao Gods and Goddesses” in Kakaw:El chocolate en la
cultura de Guatemala Ed O Chinchilla, Museo Popol Vuh, Universidad Francisco Marroquin, Guatemala.2005, pp. 13-19.
21 Garza Tarazona Silvia, “Propuesta de la distribución lingüística de Mesoamérica para
el Epiclásico (600 a 900 d.C.)”, en La lengua y la antropología para un conocimiento
global del Hombre. Homenaje a Leonardo Manrique, Susana Cuevas Suárez coord.,
INAH, 2009, 319p. pp.39-51.
22 Piña Chan Román, Los Olmecas, la cultura madre, Barcelona, Lunwerg, 1990: 37-38
156
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En la costa del Pacifico, región importantísima de producción de
cacao, en los sitios Cozumalhuapa, el Baúl y Bilbao, se han encontrado
representaciones de cacao, así como otros rasgos que indican contacto con
Xochicalco.23 Sitios a lo largo de esta costa, como Abaj Tajalik, Pijijiapan,
Izapa, Chiapas, Piedra Labrada y Tepolzis, en Guerrero, son indicadores
de estas relaciones.
Otro apoyo, a las misma ideas, en este caso iconográfico, se
encuentra en Cacaxtla, donde se observa la presencia de la cultura maya;
sitio parecido y contemporáneo a Xochicalco, aparentemente muy rico,
el cual consideramos que también recibía cacao por intercambio desde
la costa pacífica. En los murales de su Salón Rojo pintaron el glifo de
Xochicalco y allí, a mi parecer, está una de las claves del intenso comercio
de cacao hacia esa región. Aparece la imagen del comerciante junto al
árbol de cacao, y del otro lado su gemelo, el árbol del maíz.
23 Chinchilla, M. Oswaldo, op. cit.
158
Es interesante reflexionar sobre la relación del maíz con el cacao.
En la cosmovisión mesoamericana todos los elementos y aspectos de la
vida son duales: vida-muerte, luz-oscuridad, frío-caliente, mujer-hombre,
dulce-amargo; en ocasiones las imágenes de los dioses tienen tanto atributos
masculinos como femeninos, son duales. Estos aspectos opuestos, pero
a la vez complementarios; no existen aislados nunca, son la esencia del
balance del hombre y del cosmos.
Para dar respuesta a la pregunta de cuál es el gemelo opuesto y
complementario del maíz, observemos esos murales, algunos códices, y los
relieves que acompañan el sarcófago en el entierro de Pakal, en Palenque.
Pakal es el maíz, por eso tiene la cabeza deformada y el mechón de pelo
en la cabeza sostenido por una cuenta de jade, como símbolo de los pelos
de la mazorca del maíz. En el sarcófago está representada su mamá, Ix Sak
Kuk, que surge y está integrada a un árbol de cacao. El elemento opuesto
y complementario del maíz es el cacao.
En el pensamiento mesoamericano, si se consideran las
características de las plantas en cuestión, la planta del maíz recibe el sol,
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se da a campo abierto, tiene que ser irrigada por la lluvia, es masculino, es
caliente, representa la vida misma. El cacao no puede recibir el sol, se da
en lo oscuro de la selva tropical bajo la protección de árboles mayores que
le hacen sombra. Necesita humedad siempre, es producto del inframundo,
del frío, es femenino, la muerte, el sur. 24 Incluso, como antes, en ciertas
comunidades, el chocolate no se consumía solo, se toma mezclado con
bebida de maíz.
Como resultado de intercambio, también se encontraron en
Xochicalco objetos de regiones lejanas, de la zona maya, y algunas
reliquias teotihuacanas. Los materiales de primera necesidad fueron traídos
de hasta 10 km. de distancia, como la piedra volcánica, la madera de pino,
la obsidiana, que procede de Zinapécuaro, Michoacán, la cerámica de la
costa del Golfo, cocodrilos de Guerrero y otros del Estado de México,
otros testimonios del alto desarrollo político y social del Estado.
Como se ha comentado antes, y con base en la riqueza que producía
el comercio del cacao, en la ciudad se ejercía el control económico, político
y religioso. Todo indica que hubo un gobierno dual, cuyos representantes
eran también opuestos, pero complementarios: guerreros y gobernantessacerdotes que están representados en la Pirámide de las Serpientes
Emplumadas, ricamente ataviados, son símbolos de un sistema seriamente
represivo. Además de las figuras más representativas del poder políticoreligioso-administrativo, los Señores del Cacao, símbolos de la riqueza de
Xochicalco, están también representados en la Pirámide de las Serpientes
Emplumadas, personajes al estilo maya, entre fechas calendáricas, que
como se ha leído participan en una ceremonia de ajuste de calendario, y de
un eclipse que sucedió en el 750. En una pintura mural que se encuentra en
la ciudad, está representada una escena en la que un grupo de sacerdotes
enfrenta a un grupo de guerreros-administradores; por los símbolos allí
representados se infiere que discuten. Esta escena se efectúa frente a la
Pirámide de las Serpientes y quizá tiene que ver con el fin de la historia del
sitio (como la pintura no está publicada, no es posible presentarla).
24 Kufer J., Gruber, N, Heinrich, M “Cacao in Eastern Guatemala- A sacred tree with
ecological significance”, in Environ Dev Sustain, 2006, 8:597-608, U.S.A.
Martin, Simon “Cacao in Ancient Maya Religion”, in Chcolate in Mesoamerica, a Cultural History of Cacao, Ed. Mc. Neil Cameron, 2006 University Press of Florida, Orlando
pp.154-183.
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Como era usual en otras culturas mesoamericanas, hay evidencia de desencadenó la crisis y dejaron de comerciar con Xochicalco: el caso es
alianzas matrimoniales, como la representada en la lápida de Xochicalco que no hubo soluciones.
que se encuentra en el Museo de Cuauhnahuac.25 Estas alianzas implicaban
Los conflictos se desencadenan generalmente con los campesinos y
extensiones del poder, en otros casos se hacían para contener la guerra, o
con los encargados de la producción de alimentos a quienes, ante la merma
también para afianzar las relaciones de intercambio y de información.
de los productos, se les vuelve difícil entregar el acostumbrado tributo a
En tiempos prehispánicos estas estructuras de poder siempre la ciudad. El hambre provoca migraciones de las clases productoras en
estaban integradas, aunque es notorio, como en todos los sitios epiclásicos, busca de mejores condiciones de existencia, y los que se quedan se niegan
que hay una sensible reducción del panteón mesoamericano anterior. Se a colaborar en el mantenimiento de los controladores. Estos conflictos no
conserva, sin embargo, al dios Tlaloc en pocas representaciones, en una van solos, se acompañan de la aparición de líderes rebeldes, se culpa a
estela de piedra y “la serpiente emplumada como agua preciosa, que los gobernantes y sacerdotes de la falta de cooperación para que llueva y
aparece posteriormente como un personaje (Quetzalcóatl) que emerge de la tierra produzca. Se desconfía de las deidades que los habían protegido
la fauces de una serpiente”.26
por siglos, y se arma la revuelta que, en el caso de Xochicalco, es muy
clara: hay un terrible resentimiento hacia la clase en el poder, se destruyen
El cambio climático y los procesos resultantes
todas las pertenencias de la clase gobernante, hay grandes incendios y
Según el conocimiento que se tiene de sociedades en las que hay información profanación de sus símbolos y valores.
escrita, los cambios climáticos no son súbitos, son procesos que cambian
el clima y la sociedad paulatinamente. Se van presentando y en muchas
ocasiones se resuelven por medio de los mecanismos de autoorganización
y autorreproducción de la propia sociedad; pero llega el tiempo en que
aparecen elementos ajenos e inmanejables y se generaliza la crisis. En este
caso, las fuerzas propias del sistema no lo pueden resolver y se desata el
máximo conflicto, que termina con el Estado como estaba funcionando.
En el periodo entre el siglo X y XII del presente, los Estados
surgidos en el llamado epiclásico de Mesoamérica, después de la caída de
Teotihuacán, son Estados aparentemente bien organizados, que vivieron
durante varios cientos de años, pero que caen en crisis y se desintegran
contemporáneamente. En el caso de Xochicalco, quizá hubo una época
de sequía que llegó al extremo, a principio del siglo XII. Posiblemente
además hubo cambios y crisis también en la costa pacífica de Chiapas
y Guatemala, zonas que abastecían a Xochicalco de cacao, semilla que
fue el principal objeto de su riqueza. También en otros Estados quizá se
25 Garza Tarazona Silvia, “Lápida de Xochicalco: un ejemplo de escritura mesoamericana” en Memoria tercer congreso interno, Centro INAH Morelos, INAH, 1996, pp.13-18.
26 Garza Tarazona Silvia y Palavicini Beatríz, “Xochicalco. La serpiente emplumada y
quetzalcoátl” en Revista Arqueología Mexicana, vol IX, no. 53, México, Editorial Raíces,
2002,pp.42-45.
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Faltantes
Hay varios faltantes en esta propuesta: completar la investigación
con estudios etnográficos sobre la alimentación actual, a partir del registro
de tradiciones locales y de influencias externas. Se requiere de otros
análisis de los materiales obtenidos en excavación controlada, para buscar
recuperar muestras de los alimentos y de la cocina antigua. Para ello, habría
que excavar una casa en las terrazas del sitio y una en la zona campesina
de los alrededores, con la intención de comparar la información obtenida
en ambas. En los entierros de las zonas campesinas, podrían observarse los
efectos de cambios climáticos y sus repercusiones sociales y culturales, a
través de la aparición de enfermedades relacionadas con la alimentación
que se vuelve insuficiente, como la desnutrición y diversos problemas de
salud que con el tiempo hacen crisis y también colaboran a la caída del
sistema en su totalidad.
Está en proceso el estudio de 28 esqueletos, que fueron encontrados
en 1944, pero su estado de conservación es bueno. Se han encontrado cráneos
con deformación tabular-erecta, mutilación dentaria y no aparecen en ellos
huellas de desnutrición. Por lo pronto, estos indicadores corresponden a
personas relacionadas con grupos en el poder y en control de la ciudad.
En ellos no hay huellas de enfermedades relacionadas con problemas
nutricionales. Falta conocer las condiciones de grupos menos favorecidos
163
socialmente para poder comparar los resultados a través de técnicas como
fluorescencia de rayos X, análisis con el microscopio de barrido, etcétera,
para integrar mejor el conocimiento sobre el tema alimentario y social del
pasado. Se requiere aplicar a la cerámica los análisis de cromatografía
de gases, que pueden dar resultados sobre el consumo de chocolate, por
ejemplo, y que por otros medios no es posible conseguir.
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Morelos, INAH, México, 1996, pp.35-43.
dónde se podrían observar mejor estos procesos.
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Nota
Este trabajo se titula alimentación, y no paleodieta, en Xochicalco, aunque
se refiera a la comida del pasado. El concepto paleodieta ha sido empleado
por diversos investigadores, a mi entender en una forma no equivocada,
sino parcial.
Hace más de 40 años que se inició en México el estudio de elementos
traza en huesos humanos para analizar los isótopos radioactivos estroncio
90 (90Sr), que se parece al calcio, y que se acumula en los huesos de
Jiménez Moreno Wigberto, “Síntesis de la historia pretolteca
animales y de humanos por la absorción de las plantas y es comido por los
de Mesoamérica”, en Esplendor del México antiguo, Raúl Noriega ed.,
animales y humanos. Queda en los huesos, no se deteriora con el tiempo
vol.2, México, Centro de Investigaciones Antropológicas, 1959, pp.1019- y es medible para identificar el grado de plantas que comió un individuo
1108.
al menos los últimos 20 años de su vida. El otro elemento, el zinc, se
Kufer J., Gruber, N, Heinrich, M “Cacao in Eastern Guatemala- A ha utilizado para medir –igualmente en huesos humanos y animales- la
ingestión mayor de proteínas animales durante su vida. La relación entre
sacred tree with ecological significance”, in Environ Dev Sustain, 2006,
estroncio y zinc resultaría de las diferentes tipos de consumos de los seres
8:597-608, U.S.A.
mencionados.
166
167
Los investigadores del pasado han sobrevalorado el sentido de
estos análisis y han llamado paleodieta a los resultados obtenidos de ellos,
siendo que el concepto mismo de dieta, aunque se refiera al pasado (paleo)
incluye toda la alimentación que un ser humano consume diariamente y
no sólo los elementos vegetales o proteínicos en general, que ingeridos
durante años, son los que se detectan en esos análisis particularmente en
los huesos, ignorando todos los otros materiales, elementos, símbolos, de
diferentes orígenes que componen una alimentación.
Entre los primeros trabajos que se realizaron en este sentido y en
Mesoamérica, destaca el de Margaret Schoeninger en 1979 Analizó los
restos humanos de Chalcatzingo, Mor. para estudiar lo que pensó era la
dieta de sus habitantes. Trató de identificar las diferencias entre los estatus
sociales determinados arqueológicamente por el tipo de ofrenda que estuvo
asociada a los esqueleto. Como resultados obtuvo que los huesos de las
personas de mayor jerarquía social presentaban una concentración menor
de estroncio y mayor de zinc, lo que indicaba mayor consumo de proteínas
que los de menor jerarquía, que mostraron mayor consumo de vegetales.
A partir de este trabajo, otros estudios han intentado lo que llaman
reconstrucción de paleodieta, sobre todo buscando diferencias dietéticas
en los diferentes niveles sociales, en el mismo sentido, vegetarianos vs.
proteínicos: En Monte Albán, (2000), Linda Manzanilla, Samuel Tejeda,
Juan Carlos Martínez (2000), Raúl Valadez (2005).
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arqueozoológicos y su empleo en la reconstrucción de paleodietas.”
Estudios de Antropología Biológica XII 2, UNAM-IIA-INAH, México,
2005, pp.945-970.
En Dzibanché y Kohunlich, Q.R. Enrique Nalda y Samuel Tejeda
en 1999 buscando contrastación entre patrones dietéticos entre las clases,
se dieron a la tarea de realizar estos análisis para encontrar los minerales
referidos antes. Obviamente llegando a las mismas conclusiones, los
miembros de las élites comían más proteínas que los de las clases de
trabajadores. En este sentido, esos estudios no reflejan la riqueza cultural
y de información que se puede obtener al estudiar la dieta de los antiguos
pobladores.
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