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Transcript
Iglesias de Dios
Cristianas
[298]
Guerra con Roma y la Caída del
Templo
(Edition 1.0 20060902-20060902)
Al profeta Daniel le fue dado una visión de las Setenta Semanas de Años. Los eventos de las
últimas semanas de años fueron un desastre para Judá y los Edomitas. La profecía sólo puede ser
comprendida en relación al Templo. Los cristianos por lo general han traducido mal a Daniel 9:2527 para sus propios propósitos. La guerra con Roma y el comportamiento de Judá durante este
periodo dio por resultado la dispersión de Judá, hasta el tiempo del fin.
Christian Churches of God
PO Box 369,
WODEN
ACT 2606,
AUSTRALIA
E-mail: [email protected]
(Copyright  2006 Wade Cox)
(Tr. 2006)
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Guerra con Roma y la Caída del Templo
Guerra con Roma y la Caída del Templo [298]
Introduccion
El profeta Daniel profetiza sobre las Setenta
Semanas de Años que cubren el período a partir
de la orden de construcción del Templo en
Jerusalén hasta su destrucción en el 70 AD. La
historia se relata en el papel La Señal de Jonás
y la Hisatoria de la Reconstrucción del Templo
[013].
Daniel 9:25-27 “Entiende y comprende; desde el
instante en que salió la orden de volver a construir
Jerusalén hasta un Príncipe Mesías, siete semanas y
setenta y dos semanas; plaza y foso serán
reconstruidos, pero en la angustia de los tiempos..
26: Y después de las sesenta y dos semanas, será
suprimido un mesías, y no será de él; y destruirá la
ciudad del santuario el pueblo de un príncipe que
vendrá .Su fin será en un cataclismo y, hasta el final,
la guerra y los desastres decretados. 27: El
concertará con muchos una firme alianza durante
una semana; y durante la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la oblación; hasta que la ruina
decretada se derrame sobre el desolador." (Biblia
Jerusalén)
Sabemos que el primer ungido era Nehemías,
gobernador de Judá, que construyó los muros y
proveyó al Templo con Esdras el escriba. Eso
fue en el reinado de Artajerjes II. Esdras murió
en 323 AC, el mismo año que Alejandro
Magno, y el canon fue copilado y cerrado
alrededor del 321.
El fin de las siguientes sesenta y dos semanas
de años vieron a otro ungido cortado y ese fue
Santiago, Obispo de Jerusalén y hermano de
Jesucristo. Después del martirio de Santiago en
Jerusalén, la Iglesia estuvo a cargo de Simón
(Simón José) el primo de Jesucristo e hijo de
María y Clofas. María era la hermana de
Maryam (Miriam), la madre de Cristo.
Simón se hizo cargo de la iglesia y huyeron a
Pella, habiendo sido advertidos por el texto del
profeta Daniel. La Iglesia pasaba grandes
penurias y generalmente era sustentada por las
Iglesias en Asia Menor.
El texto en Daniel dice que el príncipe que
vendrá concertará con muchos una firme
alianza durante una semana; y por la mitad de
la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Prosigue diciendo que sobre el ala de la
abominación vendrá uno que hace desolación
hasta que el fin decretado sea vertido sobre el
desolador. La última sentencia cubre una gran
cantidad de tiempo y no se relaciona con las
setenta semanas de años, si no más bien hasta
la destrucción del sistema referido.
La semana de años a la que se refiere es desde
el 62 hasta el 69 AD y el último año es el 70
AD.
La culminación era al final de los 490 años o
Setenta Semanas de Años. Antes de la Pascua
en 70 AD, según informes el 1 Abib, el ejército
romano sitió a Jerusalén. Esto era el Año
Nuevo. También era exactamente en el fin de
.los "Cuarenta Años de Arrepentimiento" dados
a Judá desde la Pascua del 30AD.
La última semana de años eran los siete años
que conducían a este día. En ese tiempo la
iglesia huyó a Pella al comienzo de la semana,
después de la muerte de Santiago. En la mitad
de esa semana (o período sabático), toda una
serie de problemas le acontecieron a Judea. Las
dos facciones de judíos se apoderaron de la
Ciudad de David y del Monte del Templo, y
comenzaron a guerrear el uno con el otro desde
estas fortalezas. Josefo registra los desastres. El
dice que los romanos no les hicieron peores
cosas que las que se hicieron entre ellos
mismos.
Emile Schürer (History of the Jewish People in
the Age of Jesus Christ( Historia del Pueblo
Judío en los Tiempos de Cristo), Vols. 1–3, T
&T Clark, Rev. ed. 1987) relata una historia
detallada y este papel está basado en los relatos
de Schürer y Flavio Josefo.
El procurador de Judea en ese momento era
Gesio Floro (64-66 AD). Era el más vil de los
procuradores romanos, y a Josefo le faltan
palabras para describir la vileza de su
administración. Albino fue catalogado como un
“hombre justo”comparado con él. Albino había
conducido sus actos infames en secreto más
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Floro los exhibía en público, y no satisfecho
con el robo a individuos, “el saqueó a ciudades
enteras y arruinó a comunidades enteras.
Siempre que los delincuentes accedieran a
compartir su botín con él, podían seguir
adelante sin problema alguno” (Schürer, Vol. 1.
p. 470, citando a Josefo, Wars of the
Jews(Guerras de los Judíos) (B. J.). ii. 14, 2;
and Antiq, xx 11, 1). Schürer considera que la
situación era más allá de lo soportable y que
sólo sería necesaria una chispa para que la
explosión que la siguiese fuese de una fuerza
elemental.
Floro hasta entonces se había contentado con
robarle al pueblo, pero en la mitad de la
semana de años Floro robó a la tesorería del
Templo en Jerusalén diecisiete talentos. Esto
provocó una revuelta. Algunos chistosos
tuvieron la idea de pasar una canasta para
recolectar donaciones para el pobre Floro, y
Floro decidió castigarlos por su burla. Un gran
número de ciudadanos, incluso caballeros
romanos de nacimiento judío, fueron apresados
al azar, flagelados y crucificados. Por
casualidad la Reina Berenice estaba en
Jerusalén en ese tiempo, pero ni siquiera ella
pudo frenar al procurador y sus soldados. Este
hecho ocurrió el 16 Artemesio, or Iyyar del 66
AD.
Esta fecha es importante para todo estudiante
de la Biblia. 16 Iyyar (o Iyar) es el 16to día del
segundo mes y es el día después del cual debía
ser tomada la segunda Pascua, y la última
oportunidad de arrepentimiento y la protección
de la Pascua ése año. La Pascua es tomada
desde la Cena del Señor en el 14 Abib – o de
Iyyar para la segunda Pascua–fuera de las
puertas de nuestras casas hasta el 15to, cuando
después de la noche de la Pascua el 15 de Iyyar,
a los fieles arrepentidos les es permitido volver
a sus tiendas por el resto del día santo y la
Fiesta de los Panes sin Levadura. El 16to por lo
tanto comienza al atardecer de ese día (Deut.
16:5-7). Dios permitió este periodo de la
Segunda Pascua para arrepentimiento y luego
soltó los perros de la guerra.
Al día siguiente, Floro mandó a los ciudadanos
que saludaran a dos cohortes de tropas en su
camino de regreso desde Cesarea. Las tropas
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fueron saludadas, pero el saludo fue ignorado
por las tropas por órdenes de Floro. Los
ciudadanos comenzaron a abuchear a Floro por
lo cuál los soldados comenzaron a masacrar a
los ciudadanos. Entraron de vuelta a la ciudad
pero una fiera batalla callejera se desencadenó
entonces, y muchos fueron masacrados El
pueblo logró llegar al monte del Templo y
cortar la conexión al Fuerte de Antonia. Floro
se retiró a Cesarea dejando una cohorte en
Jerusalén dejando a los dirigentes de la ciudad
como responsables por el orden.
Historial de Agripa y Berenice y la
duración de la Guerra
Agripa II fue criado y educado en Roma.
Claudio le prometió el reino de su tío Herodes
de Calcis en el Líbano alrededor del 56 AD, y
el mismo encargo de nombrar el Sumo
Sacerdote del Templo que había ejercido su tío.
El probablemente permaneció en Roma y no se
fue al Líbano hasta el 52 AD, de acuerdo a
Schürer (ibid. p. 472). En el 53 AD, a cambio
de devolver el pequeño reino de Calcis, le fue
garantizado el mucho mas grande reino de la
tetrarquía de Filipi que consistía de Batanea,
Traconitia, y Gaulanitia, la tetrarquía de
Lysanius (Abila) así como también Varus.
Después de la muerte de Claudio(d. 54), Nerón
agrandó este territorio aún más agregándole,
partes importantes de Galilea y Perea, a saber
las ciudades de Tiberías y Tariquea con sus
distritos circundantes, y la ciudad de Julius con
sus catorce villorrios vecinales (ibid. p. 472-3).
En el tiempo de la rebelión, Agripa estaba en
Alejandría y volvió apresuradamente a
Jerusalén. Su hermana, con quién vivía,
después de la muerte de su esposo (el tío de él
de Calcis), era una mujer intolerante y disoluta
y madre de dos. Ella se casó con el Rey
Polemón de Cilicia, exigiéndole someterse a la
circuncisión, pero ella pronto volvió con su
hermano. Ella estaba en Jerusalén en el tiempo
de la rebelión, como resultado de un voto de
Nazareo de todas las cosas (rf. Schürer, ibid. p.
474-5).
Agripa y Berenice tenían curiosidad por ver y
escuchar a Pablo (Hech. 25:22 en ad.). Sus
comentarios en Hechos 26:28 indican a Schürer
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que estaba libre de fanatismos y de cualquier
compromiso en cuestiones religiosas. Lo
significativo era que Santiago había sido
ejecutado en Jerusalén y era un testimonio del
Reino. Tenemos registrado que Agripa escuchó
a Pablo en persona. Santiago fue muerto cerca
del 62 AD al final de las 69 semanas de años.
Pablo fue decapitado en Roma en el 66 AD. De
este modo, después del martirio de dos testigos
de Dios, uno en Jerusalén el otro en Roma,
Dios castiga al sistema.
Agripa había ido a Egipto a presentar sus
respetos al Prefecto de Egipto, Tiberio Julio
Alexander. Agripa retornó rápidamente y él y
su hermana hicieron cuanto pudieron para
evitar la revuelta. Se aliaron con la parte
pacifista y desde entonces en adelante
estuvieron incondicionalmente del lado
romano, y perdieron varias ciudades como
resultado. El y sus tropas estaban en la comitiva
de Cestius Gallus en la malhadada expedición
contra Jerusalén. El pudo recuperar su territorio
alrededor de 67 AD después que los romanos
recuperaron el norte de Palestina.
Nerón murió el 9 Junio 68 AD. (Sabemos que
ambos Pablo, y más tarde Pedro fue martirizado
durante el reinado de Nerón). Entonces, Tito y
Agripa se encaminaron a rendir su respeto al
nuevo Emperador Galba, pero en el camino les
llegaron nuevas del asesinato de Galba el 15
Enero del 69 AD.
Tito volvió con su padre, mientras Vespasiano
y Agripa se dirigieron a Roma. Después de la
elección de Vespasiano como emperador por
las Legiones egipcias y sirias en Julio del 69
AD él retornó para rendir homenaje por orden
de Berenice, quién era una gran admiradora del
grupo de Flavio. Desde entonces Agripa estaba
continuamente en la compañía de Tito a quién
Vespasiano había confiado la conducción de la
guerra .después de la caída de Jerusalén, Tito
patrocinó juegos magníficos en la capital de
Agripa, Cesarea Filipi. La capital de Agripa era
el centro del jolgorio romano a la caída del
pueblo judío.
Después de la guerra, sus tierras fueron
extendidas, y Josefo observa que Arcea en el
norte del Líbano, lo cuál es el noreste de
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Trípolis, estaba en el reino de Agripa (B. J. vii,
5, 1, ver n.p. 37 de Schürer, Vol. 1, p. 478).
Josefo no los mencionó en Guerras (B.J. iii, 3,
5), presumiblemente porque aún no le habían
sido asignadas, y Schürer sostiene esta posición
(ibid., p. 478).
Después de la guerra, en 75 AD, Agripa y
Berenice arriban a Roma y allí Berenice
reinicia la relación que tuvo con Tito en
Palestina. La reina judía vivió con Tito en la
Palatina mientras Agripa era favorecido con el
rango de pretor. Se esperaba que contrajeran
matrimonio, pero la reacción en contra en
Roma fue tan fuerte que Tito se vio forzado a
despedirla.
El jubileo era en 77 AD. La destrucción fue
completada en Jerusalén en 70 AD y los
romanos habían consolidado todo el poder
hacia el séptimo sábado del 76 AD, antes del
Jubileo en 77 AD.
Después de la muerte de Vespasiano, Berenice
retornó a Roma el 23 de Junio 79AD, pero Tito,
como emperador, la ignoró. Schürer piensa que
ella se volvió a Palestina, pero poco es lo que
se sabe de ella después de ese tiempo.
El reino de Agripa y sus dominios extendidos
duraron hasta el 85 o 86 AD, cuando él fue
privado de las colonias judías. Josefo nota,
cuando escribe Antiguedades (xvii, 2, 2
(28)),que estas no eran ya parte de sus
dominios. El parece haber reinado por lo menos
hasta el reinado de Domiciano. Schürer
considera que él murió en 92/93 AD y que
Photius con su data de 100 AD es poco
confiable (op. cit. p. 481). Sin hijos, al morir,
su reino fue incorporado a la provincia de Siria.
La guerra con Roma duró desde el 66 AD hasta
cerca del 74 AD, pero las profecías están
relacionadas con la destrucción del Templo y la
remoción del sistema físico, el cuál finalizó en
70 AD.
La Conducción de la Guerra
Agripa frecuentemente hizo uso del derecho de
nombrar a los Sumo Sacerdotes, y depuso y
nombró Sumo Sacerdotes hasta el estallido de
Guerra con Roma y la Caída del Templo
la rebelión en el 66 AD.
Al retornar de Alejandría a causa de la rebelión
en el 66 AD, Agripa reunió al pueblo en el
Xystus, el cuál era una cuadra descubierta del
Palacio de los Hasmoneos donde él vivía. El
intentó que el pueblo restableciera el orden y se
sometiera al odiado Florus, pero esa fue la
última gota. El pueblo lo rechazó con burlas y
enojo y él se volvió a su reino.
Entonces los rebeldes ocuparon la Masada
también, el famoso fuerte adyacente al Mar de
Sal en el sur (ahora el Mar Muerto).
El clima de rebelión era intenso.
A instigación de Eleazar el hijo de Ananías el
Sumo Sacerdote, el sacrificio diario para el
emperador fue suspendido y no se aceptaron
más sacrificios de parte de los Gentiles. Esto
fue una revocación de la oración hecha a Dios
por Salomón en la inauguración del Templo, y
de hecho, un quebrantamiento del pacto entre
Israel y Dios relativo a los Gentiles. Este
aspecto se cubre en el papel Reinado de los
Reyes Parte III: Salomón y la Llave de David
[282C] Y habría de tener consecuencias
extensivas
Esta suspensión de los sacrificios para el
emperador era el equivalente a una abierta
declaración de rebelión en contra de Roma.
Toda la persuasión de los líderes, Sacerdotes en
Jefe y Fariseos, fallaron.
El partido de paz, que consistía de sacerdotes
en Jefe, Fariseos notables y Hasmoneos, esto es
los relacionados con la Casa de los Herodianos
vieron que habían fracasado. Ellos recurrieron a
la fuerza y apelaron al Rey Agripa por ayuda.
El mandó un destacamento de caballería de
3,000 bajo Darío y Filipo, y con la ayuda de
estos ganaron el control de la Ciudad Alta
mientras los Rebeldes retuvieron el control del
Monte del Templo y la Ciudad Baja. No
obstante, las fuerzas del rey se vieron forzadas
a evacuar la Ciudad Alta, y en venganza los
rebeldes prendieron fuego al Palacio de
Ananías el Sumo Sacerdote, y el de Agripa y
Berenice. Algunos días más tarde en Lous o
Ab, o sea. Julio/Agosto, los rebeldes capturaron
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el Fuerte de Antonia y pusieron sitio hasta el
Palacio Superior de Herodes donde las tropas
del partido de paz habían tomado refugio.
La resistencia era imposible y a las fuerzas de
Agripa les fue dado un salvo conducto. Las
cohortes Romanas escaparon a las tres torres
fortificadas del Palacio de Herodes (Hippicus,
Phasael y Mariamne). El resto del palacio fue
quemado el 6 Gorpiaeus
(Elul). Al día
siguiente, El Sumo Sacerdote Ananías fue
apresado en su escondite y asesinado. La
cohorte Romana en las tres torres fue forzada a
rendirse. A las tropas se les prometió salvo
conducto. Sin embargo, cuando depusieron sus
armas, fueron asesinados hasta el último
hombre (Schürer, pp. 486-487).
Jerusalén era así victoriosa. En las otras
ciudades de Judea y Galilea se desarrollaban
batallas sangrientas. Donde prevalecían los
judíos ellos mataban a los gentiles, y donde
prevalecían los gentiles ellos mataban a los
judíos. Josefo dice que los efectos de la
revuelta en Palestina se sintió tan lejos como en
Alejandría (B.J. ii, 18, 1-8 (457-98); ver
también Schürer, p. 487).
El Contra Ataque
Luego de una larga demora supuestamente en
preparaciones, Cestius Gallus, gobernador de
Siria, entró a Judea para terminar con la
revuelta.
La fuerza consistía de la Legión 12da y dos mil
hombres seleccionados de otras legiones, seis
cohortes y cuatro alas de caballería junto a un
gran número de auxiliares provistos por
obligación por reyes amigos, incluido Agripa.
Las fuerzas de Gallus partieron desde
Alejandría por camino de Ptolemais, Cesarea,
Antipatris, y Lydda. Ellos arribaron a Lydda en
la Fiesta de Tabernáculos en Tishri. De allí
marcharon a Jerusalén vía Beth Horon, y
arribaron a Gibeon, a cincuenta estadios de
Jerusalén (ibid.).
Los judíos atacaron el campamento en Beth
Horon y los romanos estuvieron en gran peligro
pero eventualmente repelieron a los judíos.
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Gallus luego se aproximó a Jerusalén
acampando sobre Mt. Scopus, cerca de siete
estadios de Jerusalén, el 26 de Tishri. Cuatro
días más tarde, el 30 de Tishri
(Hyperberetaeus), el ocupó el suburbio norteño
de Bezetha sin resistencia, y lo quemó.
Luego atacó el Monte del Templo pero fracasó
y se retiró. Josefo no se explica porqué hizo
esto. Probablemente estaba falto de equipo y
hombres para iniciar un sitio.
El se retiró, y en un barranco próximo a Beth
Horon, los judíos lo rodearon completamente y
lo atacaron con tal vehemencia que pusieron su
tropa en fuga. Para poder escapar con el núcleo
de sus fuerzas a Antioquía, se vio forzado a
abandonar su equipamiento de guerra el cuál
fue utilizado más tarde por los judíos.
Preparación para el Asalto Principal
Romano
Los vencedores volvieron a Jerusalén en el 8
Dius, o Marcheshvan.
El partido de paz ahora capituló completamente
y se unió a los rebeldes. Comenzó entonces la
preparación metódica del inevitable contra
ataque de los romanos. La asamblea popular en
el Templo eligió a Joseph ben Gorion, y al
Supremo Sacerdote Ananus, para comandar la
defensa de Jerusalén.
Jesus ben Sapphias y Eleazar ben Ananias
(ambos del linaje del Sumo Sacerdocio) fueron
enviados a Idumea para comandar su defensa.
Prácticamente cada una de las super-arquías, o
áreas en las cuales Judea estaba dividida,
recibieron su propio comandante. Josephus ben
Matthias, el futuro historiador, fue asignado
para comandar Galilea.
Esta fue una comandancia dificultosa, ya que el
ataque romano indudablemente arribaría allí
primero con la mayor fuerza de ataque romana
contra
ciudadanos mal entrenados. La
comandancia reflejaba la prominente posición
de Josefo en la sociedad aristocrática de Judea.
Aunque sin entrenamiento para esto, el
emprendió la tarea con entusiasmo.
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Él organizó el gobierno en Galilea de acuerdo
al modelo del Sanedrín, con un concilio de
setenta para tratar los asuntos legales serios y
los casos capitales.
Un concilio de siete fue nombrado en cada
ciudad para tratar las disputas menores.
Él iba a destruir el Palacio de Tiberias, pero los
rebeldes ya se habían encargado de esa tarea.
Fortificó a todas las ciudades principales de
Galilea haciéndolas mas o menos defendibles.
Las ciudades eran Jotapata, Tarichea, Tiberias,
Sepphoris, Gischala, Mt. Tabor, y Gamala en
Gaulanitis y muchos lugares menores. El enroló
a 100,000 hombres y los entrenó en el modelo
romano.
La preparación para la guerra, segura y sólida
de Josefo, era opuesta por Juan Giscalla, un
vehemente anti-romano en Galilea.
Josefo no estaba convencido de una oposición
total, y en Tariquea, donde Josefo estaba
acuartelado, hubo una revuelta seria después de
que se descubrió que él había reclamado botín
de jóvenes en el poblado de Dabarita, quienes
se lo habían quitado a Agripa.
El resentimiento y desconfianza contra Josefo
se desarrollaron en revuelta abierta. La vida de
Josefo se vio amenazada y sólo por astucia y
auto humillación logró el desviar el peligro
Más tarde en Tiberías se vio forzado a huir de
asesinos enviados a matarlo por Juan de
Giscalla.
Al final, Juan de Giscalla logró la revocación
del nombramiento de Josefo, y para este
propósito fue mandada a Galilea una fuerza de
2,500 bajo cuatro dignatarios. Sin embargo,
Josefo pudo rescindir el decreto y hacerlos
arrestar y retornar a sus casas, a los cuatro
dignatarios.
Los habitantes de Tiberías, quienes continuaban
rebelándose, fueron dominados por la fuerza.
La ciudad unos días más tarde desertó en favor
de Agripa y de los romanos, y fueron
nuevamente dominados por un ardid. De
acuerdo a Josefo, la ciudad era una población
Guerra con Roma y la Caída del Templo
mixta y algunos apoyaban la revuelta y otros
apoyaban a Agripa y a los romanos (B. J. ii, 21,
8-10 y Vita 32-34; 66-68).
Jerusalén utilizó el tiempo intermedio para
entrenar a los jóvenes en el uso y construcción
de armas y en amasar provisiones y pertrechos
para resistir un sitio. Para Pascua del 67 AD la
ciudad estaba a punto de sufrir su segundo y
más serio ataque.
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para esperar a los romanos (Vita 71 (395)).
El coraje de las tropas judías se esfumó aún
antes de la aparición de los romanos, y se
dispersaron. Las tierras bajas de Galilea
cayeron en poder de los romanos sin siquiera
desenvainar una espada.
Josefo se vio forzado a retirarse a Tiberías.
Vespasiano ahora simplemente tenía que
vencer los fuertes uno por uno.
Segunda Ofensiva Romana del 67 AD
Neron estaba en Achaea cuando le llegaron las
nuevas sobre la derrota de Cestius Gallus. Él
transfirió el comando de supresión de la
revuelta judía al experimentado Vespasiano. El
derrotado Gallus murió poco tiempo mas tarde.
El aprovisionamiento para la campaña se hizo
durante el invierno.
Vespasiano marchó a Antioquía y formó su
ejército allí, y mandó a su hijo Tito a
Alejandría para traerle la 15ta Legión
estacionada allí
Tan pronto como posible, al término del
invierno, él marchó a Ptolemais donde
calculaba esperar a Tito, pero antes que Tito
arribara llegaron emisarios desde Sepphoris en
Galilea y pidieron una guarnición romana.
Vespasiano inmediatamente marchó 6,000
tropas bajo Placidus para guarnecer a
Sepphoris. Sin asestar un sólo golpe los
romanos conquistaron uno de los lugares más
importantes y mejor fortificados en Galilea.
Con el arribo de Tito, el ejército ahora al
mando de Vespasiano ,consistía de tres
Legiones completas: las Legiones 5ta, 10ma y
15ta ;veinte y tres cohortes auxiliares, seis alas
de caballería, y los auxiliares provistos por los
Reyes Agripa, Antíoco de Commagene,
Soemus de Emesa, y Malchis II de Nabatea, en
total alrededor de 60,000 hombres.
Vespasiano partió de Ptolemais y acampó en el
límite de Galilea.
Las tropas judías al mando de Josefo habían
acampado en Garis, 20 estadios de Sepphoris
Josefo mandó a pedir a Jerusalén, un ejército de
la misma calidad del romano. El pedido fue
demasiado tarde.
La parte principal del ejército de Josefo ocupó
Jotapata. Josefo dijo que los romanos tendrían
que, construir la ruta para hacer cruzar a la
caballería, lo cuál hicieron entre el 17 el 21
Iyyar. Josefo supuestamente llegó allí el 21 de
Artemesius (Iyyar) del 67AD. (este tiempo era
al final del periodo de la segunda Pascua en lo
que sería la sección de los Panes sin Levadura).
Vespasiano llegó a la ciudad en el atardecer del
siguiente día. Josefo dice que el sitio duró 47
días (B.J. iii, 7, 33 y 8, 9 y finalizó el 1 de
Panemus (B.J. iii, 7, 36).
Josefo es sumamente claro en cuanto a que la
ciudad cayó el 1 Panemus. También es claro en
que el sitio duró 47 días. También afirma que
las obras viales fueron llevadas a cabo cuatro
días antes de su arribo el 21 Iyyar. Por lo tanto,
la guardia de avanzada romana para el sitio
tiene que haber arribado el 14 Iyyar o sea
nuevamente a tiempo para la Segunda Pascua.
Una vez construida la ruta la maquinaria de
sitio podía ser movida avanzando con el cuerpo
principal de Vespasiano. La importancia del
uso de la Segunda Pascua en Iyyar para ambas
operaciones principales no debería pasar
desapercibido para ningún estudiante bíblico.
Dios está permitiendo el desenvolvimiento de
esta situación para tratar con Judá.
La ciudad de Jotapata fue tomada en la Luna
Nueva de Tammuz en el 67 AD. Había sido
una ciudad amurallada en Israel desde los días
de Josué (rf. Misná, Arak. 9:6).
El primer asalto fue repelido. Los romanos
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entonces comenzaron el sitio. Josefo lo
describe en gran detalle en Guerras de los
Judíos.
Al final, no obstante el uso de la astucia de
mandar personas de noche cubiertas en cueros
de animales para traer provisiones, y el uso de
aceite hirviendo y fenogreco para hacer
resbaladizas las maquinarias de sitio y puentes
y meterse bajo la armadura de los soldados , y
la constante y bravía resistencia, la ciudad cayó.
Las valientes salidas en este sitio llegaron a ver
incluso a Vespasiano mismo herido. La ciudad
fue traicionada por un desertor, quién reveló a
los romanos el real estado de fatiga. La guardia
matutina a duras penas podía mantenerse
despierta. Tito y una pequeña fuerza entraron
sigilosamente y asesinaron a los guardias y la
ciudad no pudo repeler a sus atacantes una vez
estos adentro.
Los hombres fueron muertos y muchos se
ocultaron en cuevas. Fueron asesinados por los
romanos o se suicidaron. Josefo registra que él
sobrevivió, supuestamente por haber sacado la
suerte de ser el último en su cueva a suicidarse,
y luego se rindió. El actuó como un profeta y
esto fue confirmado por otros testigos que él en
verdad había predicho cuanto duraría el sitio.
Josefo predijo que Vespasiano asumiría al
trono, y por esa razón se lo trató con mayor
consideración.
Los romanos mataron a todos los hombres
salvo algunos cautivos y dejaron con vida a
unos pocos niños y algunas mujeres como
esclavos. Arrasaron la ciudad. Josefo fue
dejado con vida para registrar los eventos. La
ciudad fue redescubierta en 1847 por E. G.
Schultz en Jefat al norte de Sepphoris.
En el 4 Panemus, Vespasiano marchó a Cesarea
por el camino a Ptolemais donde permitió al
ejército tomar un descanso mientras él iba a
Agripa en Cesarea Philippi. Ellos tuvieron
festividades allí por veinte días. Luego a Tito se
le ordenó que trajera las Legiones de Cesarea
Marítima y ellos marcharon sobre Tiberias. La
ciudad se rindió
y fue tratada con
consideración a causa de Agripa.
Ellos marcharon sobre Tarichea. Una osada
Guerra con Roma y la Caída del Templo
carga por Tito tomó la ciudad a los comienzos
de Gorpiaeus o Elul.
Las Nuevas Lunas y Segundas Pascuas forman
eventos de tiempo importantes en esta guerra.
Dios le está hablando a Judá y este no está
escuchando.
Así, en Galilea, sólo Gischala y Mte. Tabor
(Itabyrion) permanecían bajo los rebeldes
quienes también tenían a la importante y
fuertemente fortificada Gamala en Gaulanitis.
Los romanos, acto seguido atacaron Gamala, al
principio parecía que habían tenido éxito y
entraron en la ciudad. Sin embargo, el contra
ataque fue tan determinado y cruento que los
romanos se retiraron con grandes pérdidas y se
requirió toda la autoridad de Vespasiano para
restaurar el orden y la moral (Schürer, ibid., p.
495).
El 23 Tishri (Hyperberetaeus), Gamala
finalmente cae. Mte Tabor también había sido
tomada por un destacamento enviado allí
durante el sitio a Gamala.
Tito fue enviado a Gischala con un
destacamento de caballería de 1,000. La ciudad
se rindió a Tito el segundo día. Juan y sus
Zelotes habían escapado y huido a Jerusalén la
noche anterior.
Vespasiano llevó al ejército a cuarteles de
invierno. El y las Legiones
5ta y 15ta
acamparon en Cesarea. La 10ma estaba
estacionada en Scythopolis.
Por lo tanto, para el invierno del 67 AD, toda
Palestina del norte estaba en manos de los
romanos.
La Guerra Civil del 67 AD
Los líderes de los rebeldes en primera instancia
fueron los líderes que habían estado poco
comprometidos o parte del partido de paz. Los
fieramente nacionalistas, llamados Zelotes, los
culpaban por el desastroso primer año de la
guerra. Fueron acusados de no presionar la
guerra con suficiente vigor. Ese comentario
parece justificado.
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Los zelotes entonces comenzaron a tomar el
control y a desembarazarse de los líderes
anteriores. Estos no quisieron abandonar el
poder voluntariamente de manera que en el
invierno 67-68 AD comenzó la sangrienta
guerra civil
Juan de Giscalla era el líder de los zelotes. Él se
escapó de Tito y se fue con su tropa a Jerusalén
alrededor del comienzo de Noviembre.
El reunió a los hombres jóvenes y los estimuló
a mayor acción. Los Zelotes refugiados del
norte entraban a raudales a Jerusalén como así
también refugiados de otras partes. Pronto los
Zelotes tenían el control de Jerusalén.
Su primera acción fue librarse de todo
sospechoso de simpatizar con los romanos
Varios de los más prominentes, incluido
Antipas de la Casa Herodiana, fueron
encarcelados y asesinados en prisión.
Otro Sumo Sacerdote fue escogido por suertes,
ya que los previos habían pertenecido al partido
aristocrático. Esto fue un duro golpe para los
Saduceos, y eventualmente vio el surgimiento
del sistema rabínico post-Templo de los
fariseos.
El Sumo Sacerdote elegido fue Phannias, de
Apthia (también Phanni, Phanasus, Pinhas).
Josefo dice que él no tenía la más mínima
comprensión acerca del oficio Sumo
Sacerdotal, pero era un hombre del pueblo y
eso era lo principal (B. J. iv, 3, 6-8).
Las autoridades en Jerusalén, Gorion ben
Joseph, Simon ben Gamaliel el Fariseo, y los
dos Sumo Sacerdotes, Ananus ben Ananus y
Jesus ben Gamaliel intentaron liberarse de los
Zelotes por la fuerza. Como estaban en minoría
fueron forzados al atrio interno delantero del
Templo y, como nadie quería avanzar sobre las
puertas sagradas, fueron encerrados allí.
Los Zelotes enviaron mensajes a los belicosos
Idumeos. Estos hijos de Essaú habían sido
derrotados por Juan Hyrcanus y convertidos al
judaísmo aproximadamente dos siglos y medio
antes. Un gran porcentaje de Judea era idumea,
tal como lo eran los Hasmoneos mismos.
Page 9
Los idumeos aparecieron ante los muros de
Jerusalén pero no se los dejó entrar. Esa noche,
una feroz tormenta fue usada por los zelotes
como cobertura para abrir las puertas y las
fuerzas combinadas comenzaron de inmediato
a robar y asesinar en la ciudad. El gobierno
establecido era demasiado débil para resistir y
comenzó un reino de terror. Los zelotes
dirigieron sus asesinos a las autoridades
establecidas, declarándolas pro romanas. El
Sumo Sacerdote Ananus y Jesus fueron
asesinados.
Incluso escenificaron la farsa de juicio para dar
credibilidad a los asesinatos, pero la corte
reunida para el juicio absolvió al acusado
Zacarias ben Baruk, y entonces los zelotes
simplemente lo mataron diciendo: “Nosotros
también tenemos nuestro voto” (Schürer, ibid.,
p. 497-498).
Para entonces los Idumeos se dieron cuenta de
que la tal llamada traición sólo implicaba a
ciudadanos honestos .Ellos entonces se
retiraron.
Los zelotes continuaron su reinado de terror
con aun menor impedimento. Ellos mataron a
Gorion y la parte del bien hacer, y las
autoridades estaban tan intimidadas que ya no
había resistencia alguna. Juan de Giscalla fue
un tirano en Jerusalén.
Protección de la Iglesia en Pella
La Iglesia había sido advertida de este trauma a
través de Daniel. Antes de la guerra, y después
de la muerte de Santiago, bajo Simón primo de
Cristo había huido a Pella mucho antes de la
Pascua del 66 AD.
Eusebio registra desde Josefo (HE III, V-VI)
los terribles detalles de las acciones del pueblo
en la ciudad. A la Iglesia le había sido ahorrada
el horror de los Zelotes y la terrible hambruna
que destruyó la ciudad y su estructura moral.
Los generales romanos consideraban que
Jerusalén debía ser atacada inmediatamente.
Con la lucha desarrollándose en la ciudad esta
podía ser tomada fácilmente.
Page 10
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Annius.
Vespasiano consideró que era más sabio dejar
que la ciudad diese rienda suelta a sus
hostilidades internas, y dejarla que se agotara a
sí misma.
Dios le había dado 40 años a Jerusalén bajo la
Señal de Jonás, y se les daría cada día del
tiempo que se les asignó (ver el papel La Señal
de Jonás y la Historia de la reconstrucción del
Templi [013]).
Ellos podían haberse arrepentido, aún hasta en
el último instante, y Dios los habría salvado.
En lugar de eso, Vespasiano dirigió su atención
a Perea, lo cuál era donde estaba ubicada Pella.
El área era gentil pero tenía elementos antiromanos especialmente en la ciudad de Gadara.
Gadara había solicitado una guarnición de
tropas como protección de estos elementos.
Vespasiano marcho hasta allí a marcha forzada
desde Cesarea aún antes del comienzo de la
primavera. Arribó allí el 4 Dystrus, o Adar del
68 AD y ocupó la ciudad. Luego retornó a
Cesarea. Vespasiano dejó un destacamento de
infantería de 3,000 y 500 de caballería bajo
Placidus, y eso concluyó la subyugación de
Perea tan lejos como hasta Machaerus. Esto
tuvo el efecto de asegurar que a la Iglesia se la
dejó en paz y que no presenció ninguno de los
horrendos exterminios que tuvieron lugar en
Judea, Galilea e Idumea.
Cuando la primavera estaba ya en plena
marcha, Vespasiano nuevamente se fue de
Cesarea. Su objetivo era subyugar toda la
campiña de manera que Jerusalén fuese el
último bastión y cuando una vez destruida, toda
resistencia se iría con ella.
El ocupó Antipatris, capturó Lydda y Jamnia.
Envió la 5ta Legión fuera de Emmaeus. Luego
llevó a cabo incursiones por toda Idumea.
Girando al norte, camino a Emmaeus, él
marchó a través de Samaria a Neapolis
(Shechem) vía Corea. Arribó en Corea en el 2
Sivan (Daisius) y luego fue a Jericó. Guarneció
a Jericó y a Adida. Destruyó completamente a
Gerasa con un destacamento bajo Lucius
Judea estaba completamente subyugada.
Vespasiano podía ahora dirigir su atención a
Jerusalén (cf. Schürer, ibid., pp. 498-499). Él
volvió a Cesarea e inició las preparaciones,
pero la muerte de Nerón el 9 Junio 68 AD lo
obligó a una completa revisión de planes. Todo
el imperio podía quedar en caos así que tuvo
que dirigir su atención allí. De ese modo Dios
intervino en la situación, forzando a Judá a
evaluarse a sí misma por todo el período de 40
años.
Vespasiano esperó las nuevas, y en el invierno
del 68/9 AD llegaron nuevas de que Galba
había sido proclamado emperador. El envió a
su hijo Tito a Roma para rendir homenaje al
nuevo emperador y esperar órdenes. Sin
embargo, Tito sólo alcanzo a llegar a Corinto
cuando le fue informado del asesinato de Galba
el 15 Enero del 69AD.
Tito entonces retornó a su padre en Cesarea.
Vespasiano continuó jugando el juego de la
espera.
Segunda Occupación de Judea
Los eventos obligaron a Vespasiano a
nuevamente ingresar a Judea cuando un Simón
Bar-Giora (hijo del prosélito) quien se
comportaba de una manera muy similar a Juan
de Gischala –ferozmente intolerante y un zelote
– comenzó a reunir una banda de seguidores
durante el cese de fuego. Él y sus seguidores
comenzaron a vagar por el sur de Palestina
robando y pillando en cuanto lugar llegaban.
Como langostas, destruían todo a su paso.
Después de haber llevado a cabo un ataque
sorpresa a Hebrón, se fueron con un valioso
botín de pillaje (Schürer, ibid., p. 499 cf B. J.
iv, 9, 3-8).
Vespasiano fue forzado a actuar. En el 5
Daisius, o Sivan 69 AD, después de todo un
año de descanso, él nuevamente marchó a
Cesarea. Subyugó los distritos de Gophna y
Acrabata y las ciudades de Bethel y Ephraim.
Se aproximó a Jerusalén mientras su tribuno
Cerealis conquistó y destruyó Hebron, después
Guerra con Roma y la Caída del Templo
de que ellos se resistieron. Con la excepción de
Jerusalén, y los tres fuertes de Herodium,
Masada y Machaerus, toda Palestina estaba
sujeta a Roma (ibid., pp. 499-500).
Page 11
Permaneció en Alejandría hasta el verano del
70 AD, pero envió a Tito con un ejército a
Palestina para ponerle fin a la guerra judía.
Jerusalén y los Tiranos
Dos Tiranos en Jerusalén
Jerusalén se había cansado en extremo de Juan
de Giscala, y en Simón Bar-Giora vieron el
medio para librarse de Juan. Así, aún antes de
que Vespasiano había subyugado el sur, Simón
se dirigió a Jerusalén y fue invitado a entrar a
Jerusalén por sugerencia del Sumo Sacerdote,
Matías. El entró a Jerusalén en Xanthicus, o
Nisan del 69 AD.
En lugar de ser liberados de la tiranía de Juan,
ellos tenían ahora dos tiranos quienes
consideraban como enemigo común a
cualquiera con dinero.
El Imperio Dividido
Dios actuó nuevamente para dar a Jerusalén su
periodo de tiempo completo y darle a Judá una
oportunidad de ser perdonado.
Al retornar Vespasiano de Cesarea, le llegaron
nuevas de que las legiones en el oeste habían
proclamado como emperador a Vitelio. Las
legiones en el este decidieron que preferían a
Vespasiano que al glotón Vitelio.
El 1 Julio 69 AD, Vespasiano fue proclamado
emperador en Egipto. Unos días más tarde las
legiones Palestinas y Sirias le siguieron los
pasos. Antes de mediados de Julio era
emperador en todo el este.
Vespasiano entonces fue forzado a consolidar
su poder y tuvo que dejar para más adelante a
los rebeldes judíos. Esta vez sería de acuerdo al
propósito y calendario de Dios.
Vespasiano recibió embajadas en Berito y
fueron a Antioquía. Desde allí envió a Muciano
con un ejército, por tierra a Roma, él fue a
Alejandría. Durante su permanencia allí le
llegaron noticias de que había triunfado en
Roma y que Vitelio había sido asesinado el 20
de Diciembre del 69 AD.
En los años intermediarios la situación en
Jerusalén había empeorado, como si eso fuese
posible.
En lugar de dos partidos de tiranos, ahora había
tres. Eleazar, hijo de Simón, se había escindido
del partido de los zelotes de Juan. Ahora la
ciudad esta dividida en tres secciones. Simón
dominaba la Ciudad Superior y gran parte de la
Ciudad Inferior. Juan dominaba el Monte del
Templo, y Eleazar la parte interior del atrio
delantero del Templo. Los tres estaban en un
conflicto continuo y toda la ciudad era un
campo de batalla sin descanso.
Antes que permitir que cada uno ganase acceso
a las provisiones de alimentos a expensas del
otro, prendían fuego a grandes almacenes de
grano en Jerusalén y sumergieron la ciudad en
una hambruna. Se aseguraron que la ciudad no
podría sobrevivir al inminente sitio de Roma
merced a un conflicto interno insensato y
mezquino.
Merecían ser pasados por las armas cada uno de
ellos, y esa arma pronto descendió sobre ellos
en la forma del ejército de Tito.
La Caída de Jerusalén
El ejército bajo Tito se componía de cuatro
legiones. Aparte de las Legiones 5ta, 10ma y 15ta
de Vespasiano, él también tenía la Legión 12ma,
la cuál había sido la legión en Siria bajo Cestio
que comenzó el primer sitio.
Los comandantes de las Legiones
Vespasiano fueron:
Sexto Vettuleno Cerealis 5ta Legion
A. Larcio Lepido Sulpiciano 10ma Legion
M. Tittio Frugi 15ta Legion
Comandante de la 12ma desconocido.
de
El anterior procurador de Judea, Tiberio Iulio
Alexander, asistía a Tito.
Page 12
El dio órdenes al resto del ejército para
encontrarse con él en Jerusalén y él y el cuerpo
principal partieron de Cesarea. La 5ta fue por
Emmaus y la 10th fue por el camino de Jericó.
Como así también todas las fuerzas, las cuales
habían sido reforzadas, Tito tenía consigo
2,000 hombres de Egipto y 3,000 extraídos del
ejército sobre el Eufrates.
Schürer dice que Tito llegó a los muros de
Jerusalén pocos días antes de la Pascua del 70
AD (ibid., p. 502); otras autoridades dicen el 1
Abib 70 AD. Esto concuerda con el marco de
tiempo. No tiene consecuencia alguna que haya
sido el 1 o 13 de Abib. La Pascua era el juicio
de Dios.
Tito se había adelantado con una fuerza de
caballería de 600 y se vio en seria amenaza de
ser capturado por los judíos, únicamente su
propia bravura lo salvó.
La bravura fanática de los judíos era bien
respetada por los Romanos. La 10ma Legión
arribó y montó el campamento en el Monte de
los Olivos. En el proceso fue atacado con tal
fiereza que casi sufre la derrota total. La
intervención personal de Tito hizo que se
mantuviese firme y desbaratar el ataque.
La lucha intestina de la ciudad continuaba sin
mengua. Con los romanos a las puertas, otra
masacre tuvo lugar en la Pascua del 70 AD en
Jerusalén. Los hombres de Eleazar abrieron las
puertas del primer atrio a los fieles para la
Pascua. Los hombres de Juan Gischala usaron
esta oportunidad para entrar armas de
contrabando y mataron a los hombres de
Eleazar y tomaron todo el Monte del Templo.
Esta acción volvió la situación al estado de dos
partidos, los de Juan y Simón.
Schürer da una descripción de la ciudad en el
Volumen 1 página 503 y usando también a
Josefo (B. J. v 4) del siguiente modo:
“Para comprender el sitio que ahora siguió, es
necesario tener una idea general de la distribución
de la ciudad. [B. J. v 4] Jerusalén se extendía sobre
dos colinas, una mas alta al oeste, y una mas
pequeña al este, dividida por una profunda
hondonada que corría de norte a sur, la llamada
Tyropoeon. Sobre la colina occidental la más grande
estaba la alta ciudad, sobre la colina mas pequeña
Guerra con Roma y la Caída del Templo
del este, la baja ciudad. La última también es
llamada ‘Acra’ porque era aquí que el fuerte de
Jerusalén construido por Antíoco Epífanes había
estado anteriormente [c.f. Schürer pp. 154-5] Al
norte del Acra estaba el sitio del Templo, cuya
extensión había sido agrandado considerablemente
por Herodes el Grande. Junto al área del Templo
sobre su lado norte estaba el fuerte de Antonia. El
lugar del Templo estaba rodeado por sus cuatro
lados de una fuerte muralla y así constituía un
pequeño fuerte por derecho propio. Las ciudades
alta y baja estaban rodeadas por una muralla común
la cuál se unía al muro occidental del área del
Templo, que iba hacia el oeste, que en una gran
curva hacia el sur rodeaba a las ciudades baja y alta,
y terminaba finalmente en el rincón sud-este del sitio
del Templo. Aún más, la ciudad alta debe haber
estado separada de la ciudad baja por un muro de
norte a sur a lo largo del Tyropoeon. Porque Tito,
cuando ya en posesión de la ciudad baja , aún tuvo
que dirigir sus arietes contra los muros de la ciudad
alta .Al oeste, sur y este, el muro externo estaba
sobre grandes precipicios; solo hacia el norte era el
terreno razonablemente parejo. Aquí, había un
segundo muro formando una curva hacia el norte y
rodeando el antiguo suburbio; y entonces, en un giro
hacia el norte aún más amplio, un tercer muro
comenzado por Agripa I y solo completado durante
la revuelta cuando la necesidad lo demandaba. Este
tercer muro encerraba la llamada Nueva Ciudad o
suburbio de Bezeta (el lector recordará que Bezeta
fue quemada por los Romanos antes, en la primera
acción de Cestio. cf Schürer p. 488) Tal como el
trazado mismo de la ciudad demandaba, Tito dirigió
su ofensiva contra el lado norte, por lo tanto contra
la tercera externa, o primer muro desde el punto de
vista de los atacantes .Fue solo entonces, cuando los
arietes comenzaron su tarea en tres puntos
diferentes, que se terminaron las luchas internas y
ambos partidos, los de Juan de Giscala y Simón BarGiora, unieron fuerzas. En uno de sus ataques,
lucharon con tanto éxito, que solo por la
intervención de Tito (quién él mismo mato a doce de
los enemigos) que se salvaron las máquinas. [B. J. v
6, 2-5] Después de quince días de trabajo, uno de los
poderosos arietes golpeó un agujero en el muro, los
Romanos entraron, y el 7 Artemisius (Iyyar,
Abril/Mayo) lograron el control del primer muro[cf.
Josephus B. J. v,7,2] ”
Cinco días después de la captura del primer
muro, el segundo muro cedió al ariete romano.
Tito entro con una fuerza selecta pero fue
repelido por los judíos.
Cuatro días más tarde la tomó nuevamente, esta
vez permanentemente. Nuevamente tenemos el
12 y 16 Iyyar como fechas decisivas alrededor
de la secuencia de la Segunda Pascua.
Guerra con Roma y la Caída del Templo
El próximo paso de Tito fue construir dos
terraplenes contra la ciudad y dos contra el
fuerte de Antonia.
Cada una de las cuatro legiones estaba
encargada de construir uno de los terraplenes.
Simón Bar-Giora mandó defender la ciudad alta
y Juan de Giscala mandó defender el fuerte
Antonia (B. J. v 9,2).
Los romanos entonces le encomendaron a
Josefo que llamara a la ciudad a rendirse, sin
resultado alguno.
El alimento escaseaba y los pobres que iban en
busca de alimentos eran capturados y a plena
vista de la ciudad crucificados. Algunos fueron
mutilados y arreados de vuelta a la ciudad (B. J.
v 10, 2-5).
Los romanos completaron los terraplenes el 29
Iyyar 70 AD.
Los judíos, bajo Juan y Simón, habían estado
aprovechando el tiempo propicio hasta la
finalización de los terraplenes antes de
demolerlos.
Juan había cavado un túnel debajo del terraplén
contra el Antonia y le prendió fuego a los
postes en la hora oportuna. El resultado fue que
el túnel colapsó y el terraplén cayó al fuego y
se destruyó. Dos días más tarde Simón BarGiora prendió fuego y destruyó el terraplén de
la Ciudad Alta (B. J. v 11, 4-6).
Tito entonces rodeó la ciudad completamente
con un muro de piedras antes de comenzar
nuevos terraplenes. Esto era para impedir que la
ciudad pudiese re aprovisionarse para que se
rindiese por hambre. Fue completado en el
asombroso tiempo de tres días y guardia
armada continua impedía escape alguno (B. J. v
12, 1-32)
Los horrores de la hambruna descendieron
sobre la ciudad tal como Dios había prevenido
(Lev. 26:29; Deut. 28:29; Jer. 19:9; Eze. 5:10)
y como históricamente registrado (2Re. 6:2829; Lam. 2:20; 4:10; Bar. 2:3). Maria de BethEzob es una de las registradas como haber
Page 13
comido a su propio hijo (B. J. vi 3, 4; Euseb.
HE iii, 6; & Jerome ad Joel 1:9 ff (CCL lxxvi,
p. 170; cf. Schürer fn. 102, p. 504).
El aceite y vino sagrado del “Recinto de la Casa
del Aceite” situado en el rincón sudoeste del
Atrio de las Mujeres fue entonces violado para
ser usado para propósitos profanos. Este acto
criticado por Josefo, es perfectamente
comprensible (B. J. v 13, 6).
Nuevos terraplenes fueron construidos en
veinte y un días y esta vez cuatro fueron
construidas contra el Antonia. Esta vez la
madera tuvo que ser cargada hasta el sitio por
alrededor de 90 estadios (4.5 horas de viaje) ya
que el área había sido talado.
Juan de Giscala los atacó el 1 Panemus o la
Luna Nueva de Tammuz pero el ataque fracasó
a causa de la falta de vigor en la ejecución y
estando los romanos doblemente alertas (B. J.
vi 1, 1-3).
Los judíos se replegaron y comenzaron los
arietes. Al comienzo sin éxito pero más tarde
los muros colapsaron espontáneamente, por
haber sido dañados tan seriamente. Sin
embargo, Juan de Giscala ya había erigido un
segundo muro detrás de la sección que estaba
dañada y era por lo tanto muy difícil de escalar.
El de 3 Panemus (Tammuz) Tito exhortó las
tropas a la acción, y un soldado Sirio llamado
Sabino y once camaradas escalaron el muro
pero Sabino y tres camaradas cayeron (B. J. vi,
1, 3-6). El 5 de Panemus, entre veinte y treinta
soldados escalaron el muro de noche y mataron
a los primeros centinelas. Tito atacó tan rápido
después de ellos que hizo retroceder a los
judíos hasta la zona del Templo.
Los romanos fueron expulsadas nuevamente
pero capturaron el Antonia e inmediatamente se
dedicaron a arrasarlo hasta el suelo (B. J. vi 1,
7-8).
Los judíos habían sido capaces de mantener los
sacrificios de la mañana y la tarde aún cuando
habían cesado de sacrificar por los gentiles en
el 66 AD al comienzo de la revuelta.
Page 14
En el 17modía del cuarto mes, Panemus o
Tammuz, no había hombres suficientes para
continuar el sacrificio y, junto con la penuria de
la hambruna, el sacrificio fue suspendido. A
pesar de un intento de revivirlo en la revuelta
de Bar Kochba, nunca ha sido reintroducido
efectivamente.
Dios removió el sacrificio y al Templo físico,
ya que se cumplió en el Mesías y la Iglesia. El
proceso de matar animales ritualmente será
recomenzado en Jerusalén después que el
Mesías restaure a Jerusalén, y que el Templo
sea reconstruido de acuerdo a la Llave de David
(ver también el papel Comentario Sobre
Zacarías [297].
A Josefo se le ordenó hacer un nuevo llamado
a la rendición, el cuál no produjo resultado
alguno.
Un nuevo asalto nocturno al Templo falló y a
Tito no le quedó otro camino que hacer un
asalto masivo por todos los frentes.
El Templo era virtualmente un fuerte bien
construido, que era básicamente una cuadra con
muros del grosor de columnatas. El primer
atrio interno también estaba rodeado de muros,
y formaba una segunda línea de defensa,
después que el atrio externo hubiese caído.
Tito comenzó por cuatro terraplenes sobre los
muros externos. Esta vez los materiales
tuvieron que ser traídos de más de 100 estadios
de distancia de Jerusalén.
Los judíos no habían estado haraganeando.
Ellos hacinaron el muro de columnatas del
oeste con material combustible y lo hicieron
parecer vacío. Los romanos treparon a las
columnatas. Cuando estuvieron arriba los
judíos le prendieron fuego. Los romanos no
pudieron escapar y murieron calcinados en las
llamas (B. J. vi 3, 1-2).
Los terraplenes fueron terminados el 8 Ab o
Lous. Los arietes fueron llevados al frente y la
labor del sitio comenzó. Los muros eran
demasiado gruesos y Tito se vio forzado a
prender fuego a las puertas para tener acceso al
atrio externo. Uno podría preguntarse porque
Guerra con Roma y la Caída del Templo
no intentó eso de primeras.
Alrededor del 9 Ab Las puertas estaban
completamente quemadas. Josefo alega que
Tito hizo un concilio de Guerra y que se
decidió perdonar al Templo en sí (B. J. vi 4, 3).
El 10 Ab los judíos llevaron a cabo dos contra
ataques desde el atrio interno del Templo.
En el rechazo del segundo ataque, uno de los
soldados romanos que había estado ocupado en
sofocar el fuego en las columnatas arrojo una
fogata dentro del Templo mismo.
Josefo alega que Tito, cuando informado, con
toda prisa junto con sus comandantes y tropas
intentó salvar el Templo. En el tumulto sus
órdenes fueron ignoradas y el fuego se
extendió.
El, según registros intentó salvar el Templo
pero los enfurecidos soldados ignoraron sus
órdenes, también arrojaron más leña al fuego.
Tito escasamente alcanzó a inspeccionar el
interior antes que fuese destruido (B. J. vi 4, 67).
Josefo da la fecha de la destrucción del Templo
el 10 Ab (B. J. vi 4, 5).Sin embargo, la
tradición rabínica fija la fecha a los comienzos
del 9 Ab (m Taan. 4:6) al atardecer (b Taan.
29a) al finalizar el día del Sabat.
La verdad, más probablemente, es que Josefo
quería limpiar a Tito del acto de barbarie.
Sulpicius Severus (Cron, ii 30, 6-7) da una
visión alternativa y Orosius (vii 9, 5-6) también
atribuye la destrucción a Tito, mientras Schürer
nota que W. Weber sostiene este punto de vista.
Schürer nota que Valeton ha criticado la visión
falsa de Josefo al no registrar los detalles de la
expresa decisión Del Concilio de Guerra de
ocupar el Templo y tomarlo por fuerza y
destruirlo si fuese necesario. Valeton dijo que
una orden de Vespasiano había sido emitida; el
Concilio sería por lo tanto superfluo.
Las insignias romanas fueron llevadas al
Templo y colocadas contra la Puerta del Este.
Los soldados le ofrecieron sacrificios. Josefo
Guerra con Roma y la Caída del Templo
registra que Tito fue proclamado Imperador
después del gran sacrificio.
Los aposentos en el muro del Templo cobijaban
a los sacerdotes. Estos fueron obligados a bajar
y salir de sus escondites por sed y todos ellos
fueron ejecutados.
Tito hablo con los judíos quienes lo
enfurecieron al tratar de dictar los términos, y
ordenó la destrucción de Jerusalén. Los
romanos prendieron fuego a los archivos y al
Acra, hasta la casa del concilio y el Ophlas.
La aristocracia volvió a rogarle y le permitió a
algunos que fuesen llevados a Roma por
seguridad (B. J. vi. 6, 1-3).
Josefo relata la intensa barbarie de los rebeldes
judíos en la ciudad en este tiempo. Los Celotes
habían huido a la Ciudad Alta. La ciudad había
sido saqueada y el botín llevado a la Ciudad
Alta y los romanos estaban molestos porque el
botín estaba concentrado allí.
Los zelotes, demasiado débiles para luchar
contra los romanos, permanecían ocultos y
mataban a todo aquel que intentara escapar a
los romanos. No había parte alguna en la
ciudad que no estuviese cubierta de los cuerpos
de los muertos por el hambre y el asesinato.
Ellos trataban de ocultarse en las cavernas que
había debajo de la ciudad y prendieron fuego a
más lugares que los romanos mismos. Las
personas que huían de las casas encendidas
eran muertas por los zelotes sin compasión
alguna. Engullían alimentos tomado con su
sangre y reñían por los despojos. Josefo dice
que él piensa que, que si no hubiesen sido
destruidos, ellos habrían comido los cuerpos
muertos ellos mismos (B. J. vi 7, 1-3).
El 20 Ab Tito dio órdenes de levantar los
terraplenes de sitio contra la Ciudad Alta de
Mt. Zion.
Las cuatro legiones erigieron sus terraplenes en
el lado oeste de la ciudad contra el Palacio
Real. Los auxiliares y sus relevos levantaron
desde el Xystus hasta la torre y el puente que
Simón había fortificado contra Juan.
Page 15
Un intento de los Idumeos de desertar acordado
con Tito, pero Simón interceptó a los cuatro
emisarios en su regreso y los mató y sus lideres
puestos en custodia. No obstante, el número de
desertores continuó creciendo.
Desertaban con sus familias. El precio por
esclavos era tan bajo, tenían poco valor ya que
los cautivos eran tantos y los compradores eran
tan pocos. El sacerdote Jesus hijo de Tebuto
obtuvo seguridad de Cesar, y con Phineas el
tesorero entregó una parte del tesoro del
Templo incluido candelabros de oro, como así
también paños de púrpura y escarlata para los
velos y otros objetos de valor. Sin embargo, les
fue dado el mismo perdón que a aquellos que
desertaban con las manos vacías (B. J. vi 8, 13). El oro tomado en pillaje equivalía a la mitad
del oro que había en Siria después del sitio.
Los terraplenes de sitio estuvieron listos el
séptimo día de Elul o Gorpieus en dieciocho
días. Muchos habían desertado y estaban
ocultos. Los tiranos y las fuerzas que se
resistían a los romanos colapsaron por
debilidad y terror, y abandonaron las torres que
eran en sí mismas demasiado fuertes para ser
vencidas por sitio enemigo.
Josefo considera que Dios mismo los arrojó de
las torres después de todo lo que habían hecho
en la ciudad. Inmediatamente huyeron al valle
que estaba bajo el Siloam. Contra atacaron a los
romanos pero estaban débiles y fueron
repelidos por los guardias.
Entonces los romanos entraron a la ciudad
matando y quemando a todos en esta. Su pillaje
se vio obstaculizado por que las alcobas
superiores de las casas estaban repletas de
cuerpos de los muertos por la hambruna. Al
comenzar el 8 de Elul la ciudad estaba en
llamas y completamente en manos romanas (B.
J. vi, 8, 4-5).
Los sobrevivientes fueron ejecutados, o
mandados a las minas o reservados para
combates de gladiadores
Las minas estaban en Egipto y así la promesa
de Dios de mandarlos de vuelta a Egipto por
quebrantamiento de Su pacto se cumplió. Los
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Guerra con Roma y la Caída del Templo
de mejor aspecto y fuertes de los hombres
fueron seleccionados para el triunfo. Juan de
Giscala salió de las cuevas por hambre y fue
perdonado con prisión de por vida. Simón BarGoria, arrestado algo más tarde, fue reservado
para el triunfo.
Como observáramos en el principio, sólo tres
torres del Palacio de Herodes (Hippicus,
Phasael y Mariamne) y una parte del muro fue
dejado en pié.
Tito celebró con recompensas al valor,
sacrificios y banquetes festivos.
La Secuela de la Guerra desde 71 a 74
AD
Tito dejó la 10ma
Jerusalén.
triunfo, los dos objetos de oro del Templo
considerados los trofeos mayores (por lo menos
para los judíos). Estos eran la Mesa de los
Panes de la proposición y el Candelabro de
Siete Brazos (B.J. vii 5,5).
Vespasiano los puso en el Templo de la Diosa
de la de Paz (Pax) la cuál él había reconstruido
pero que mas adelante fuera quemado bajo
Cómodo (Herodiano i 14, 2, cf. Schürer, p.
510, fn. 132).
Schürer considera que Geiserico los llevó a
Africa después del saqueo de los Vándalos a
Roma en 455 CE y luego fueron transportados
a Constantinopla por Belisario, después que
este destruyera el imperio vándalo en 534 CE
(ibid.).
Legión para guarnecer a
Sojuzgando al Resto de Palestina
Hizo marchar al resto del ejército a Cesarea
Marítima, donde el botín y los prisioneros
fueron depositados en custodia segura.
Palestina aún no estaba sojuzgada del todo aún
aunque Jerusalén y que el norte estuviese
virtualmente destruido.
Tito entonces fue a Cesarea Philippi, sede de
Agripa, donde algunos de los prisioneros
fueron forzados a luchar con animales salvajes,
o tomar parte de los juegos de gladiadores. Él
volvió a Marítima y celebró el cumpleaños de
su hermano Domiciano (24 Octubre) con más
juegos y el 17 Noviembre en Berytus él celebró
del mismo modo el cumpleaños de su padre
Vespasiano.
El fuerte Herodium, Macaerus y la ahora
famosa Masada estaban aún en manos de
rebeldes.
Los prisioneros judíos fueron obligados a
matarse entre ellos en combates de gladiadores
en las ciudades durante toda la marcha hacia
Antioquia. Marcharon a Zeugma sobre el
Eufrates y vuelta a Antioquía. Luego entonces
volvieron a Egipto y licenciaron las legiones en
Alejandría (Schürer, Vol. I, p. 509).
Setecientos prisioneros seleccionados y Simón
y Juan fueron reservados para el triunfo.
Aunque a cada uno de ellos le había sido
garantizado un triunfo, Vespasiano, Domiciano
y Tito compartían el mismo triunfo en 71 AD.
Simón, según una vieja costumbre, fue llevado
del triunfo a prisión y luego ejecutado.
Entre los trofeos de guerra llevados en el
A Lucilius Bassus, el gobernador de Palestina,
le fue asignada la tarea de reducirlos.
Josefo indica que el sitio y derrota de Herodium
fue llevada a cabo sin mucha dificultad (B. J.
vii 6, 1). Machaerus llevó más tiempo pero se
rindió antes del ataque final tuviese lugar.
Machaerus estaba situada en el borde sur de
Perea vecino al territorio Nabateo. Es el
Khirbet el Mukawer de hoy. Fortificado
originalmente por Alexander Janaeo, fue
demolido por Gabino (Antiq., xiv 5, 4). Fue
refortificado por Herodes el Grande (B. J. vii 6,
2 cf. también Schürer 1, p. 511, n. al pié. 135,
re Pliny NH v 16 y su importancia).
Un joven de nombre Eleazar se distinguió a sí
mismo en la defensa pero fue capturado. Los
romanos amenazaron con crucificarlo a la vista
del fuerte y este decidió rendirse. Esta fue una
reacción extraña, pero el fuerte estaba
completamente aislado ahora con la Masada en
al sur como el único otro baluarte rebelde, así
Guerra con Roma y la Caída del Templo
que talvez fue una decisión prudente (B. J. vii
6, 1-4).
Lucilius Bassus murió durante la campaña y a
su sucesor Flavio Silva le fue dejada la
reducción de la Masada.
La Masada (lit. Fuerte de Montaña) fue
reducida después de una larga campaña. Los
obrajes para el sitio del 73 AD aún son
evidentes (ver láminas). Solo pedía ser
abordado desde esta única dirección (ver
también Strabo xvi 2, 44 y Schürer ibid., n. al
pié. 137).
La Masada había estado ocupada desde el
comienzo de la Guerra cuando los sicarios bajo
Eleazar hijo de Yair, quién era un descendiente
de Judas el Galileo, la fortificó.
El lado hacia el Mar Muerto es un despeñadero
que no puede ser abordado por armamento de
sitio. Sólo en un lugar de la rampa podía
emplearse un ariete, y los defensores ya habían
anticipado la brecha y erigido un montículo de
madera y tierra, que era de una elasticidad tal
que el ariete era inefectivo en su contra
(Schürer, ibid.).
Los romanos se las arreglaron para destruir este
obstáculo por fuego.
Eleazar
entendió
que
los
romanos
inevitablemente los vencerían. Él les aconsejó
en una alocución a toda la guarnición que
mataran a sus propias familias y luego se
mataran entre ellos (cf. B. J. vii, 8, 6).
Esto fue hecho y los romanos penetraron a la
fortaleza de la montaña muerta para hallar a
toda la guarnición de hombres, mujeres y niños
muertos. No les había sido dejada a ellos
ninguna carnicería por llevar a cabo.
Josefo registra que la Masada tuvo lugar en el
15 Xanthicus, o Abib del 74 AD. Por lo tanto,
en el Primer Día Santo de la Pascua toda la
guarnición tomó sus propias vidas.
El simbolismo es absoluto. En lugar de pasar el
Ángel de la Muerte sobre Judá en esta Pascua
en el 15 Nisan ellos habían rechazado a Cristo
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y al Sacrificio. Al pueblo le fue dado cuarenta
años para arrepentirse. Ellos no lo hicieron y la
última mitad de la última semana de años vio
surgir la guerra. Para el 70 AD el norte había
sido reducido. El 10 Ab el Templo había sido
destruido. Para la Pascua del 74 CE toda la
resistencia en Judea había sido sofocada y toda
la nación estaba en dispersión.
Lo que fue inexcusable fue que las naciones
circundantes aprovecharon la ocasión de la
revuelta para alegar motivos de quejas contra
los judíos y comenzaron a asesinar judíos en
todas partes. En Damasco, los sirios
comenzaron la matanza, mas no hubo ciudad
siria que no matara a sus habitantes judíos.
Damasco degolló a dieciocho mil hombres,
mujeres y niños judíos. Egipto mató a más de
sesenta mil judíos (B. J. vii, 8, 7).
Los judíos eran torturados hasta morir por
fuego o en el potro. Algunos eran arrojados a
las bestias feroces pero salvados con vida a
medio comer, y luego arrojados nuevamente a
las bestias por segunda vez para proveer más
burla y mofa a las multitudes (B. J. ibid.). De
este modo fueron aún más deshumanizados.
Dios tiene directivas específicas sobre estos
actos, y Zacarías entre otros cubre estas
profecías (ver el papel Comentario sobre
Zacarías [297]).
Después de la Masada aún había operando un
lugar de sacrificio y este estaba en Leontópolis.
Vespasiano ordenó su cierre en el 71 AD pero
aún ocurría resistencia hasta el 74 AD allí en
Alejandría y también en Cyrene. Schürer cita a
Josefo (B. J. vii 10, 1-3) afirma que los
disturbios en Alejandría condujeron a la
clausura del Templo en Leontópolis, el cual
había sido construido por el Sumo Sacerdote
Onías IV cerca del 160 AC, cumpliendo Isaías
19:18-23. Josefo dice que el Templo estaba en
operación allí por tres cientos cuarenta y tres
años (B. J. vii, 10, 4). El dice que Lupus,
gobernador de Alejandría, fue allí por órdenes
del Cesar y sacó algunas de las donaciones de
allí, y lo cerró. La duración del Templo, según
Josefo, ubica la construcción alrededor del
270-272 AC. Esta fecha es anterior a Onias IV.
Por lo tanto debe haber habido alguna base para
la existencia de un Templo antes que Onias IV
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fuese allí, o Josefo está enteramente errado.
Los Sicarios huyeron a Alejandría y, no
conformes con haber levantado a Palestina a
insurrección, incitaron a Alejandría a la
revuelta y mataron a los líderes judíos que se
les opusieron. El objeto de rechazo era que se
les requería nombrar a César como Señor
cuando sólo Dios era el Señor. Los alejandrinos
se volvieron en su contra, como también los
tebanos se volvieron en contra de los que
huyeron a Tebas y los entregaron para ser
torturados. Josefo relata cuán estoicamente los
adultos pero más asombroso aún los niños
soportaron la tortura sin confesar a César como
Señor (B. J. vii 10, 1).
Los Sicarios, bajo un hombre llamado
Jonathan, también fomentó la revuelta en
Cierne entre los pobres y crédulos. Catallus el
gobernador de la Pentápolis Libia escuchó
sobre el incentivo a los pobres de marchar al
desierto bajo Jonathan para ver las señales y
milagros que les había prometido. Catallus
mandó un cuerpo del ejército, tanto caballería
como a pié, y los interceptó. Asesinaron a gran
número de los civiles desarmados. Jonathan
escapó pero fue recapturado después de una
búsqueda intensiva. El entonces culpó a los
judíos ricos por sus acciones y Catallus pudo
entonces saquear a la población judía. El hizo
que los Sicarios falsamente acusaran a los
judíos ricos, y tres mil de ellos fueron muertos
y sus propiedades fueron agregadas a las
ganancias del César. Para evitar la retribución
por estos crímenes el entonces hizo que
Guerra con Roma y la Caída del Templo
Jonathan y los Sicarios diesen falso testimonio
contra los judíos ricos tanto de Alejandría como
en Roma, de manera que él extendió la
persecución a los judíos a las más prominentes
ciudades del Mediterráneo (B. J. vii, 11, 2-3).
Catallus fue a Roma, llevando a Jonathan y a
sus seguidores con él–todos atados. Él tenía la
esperanza de cubrir el crimen pero Vespasiano
condujo una investigación del asunto y exculpó
a los judíos acusados por Catallus y Jonathan.
Jonathan fue entonces torturado y quemado
vivo. Vespasiano no disciplinó a Catallus, pero
Catallus enfermó y murió miserablemente
después de esto, perturbado en mente y cuerpo.
Sus intestinos se corrompieron y fueron
extraídos de su cuerpo y murió (B. J. vii, 11, 34). Josefo sostiene que esto es un ejemplo de la
divina providencia castigando a hombres
malvados.
Así, las Guerras Judías terminaron en un
desastre para Judá, y la nación fue dispersada.
Cada intento de restaurar la nación y el Templo
físico fue desbaratado. La Iglesia también fue
perseguida pero a partir de este tiempo existió
en el desierto por dos mil años.
La restauración y conversión de Judá está en
marcha y este periodo de los Últimos Días verá
la restauración del sistema bajo el Mesías en
Jerusalén.
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