Download Misal del Triduo en honor a San Juan de la Cruz

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CELEBREMOS NUESTROS SANTOS
Triduo de preparación a la solemnidad de
San Juan de la Cruz
MISAL
Subsidios homiléticos y litúrgicos
del Triduo y de la Solemnidad
MISAL PARA EL TRIDUO Y LA SOLEMNIDAD
EN HONOR A SAN JUAN DE LA CRUZ
DICIEMBRE 14
San Juan de la Cruz es el hombre providencial que ayudó a santa Teresa de Jesús en la
renovación de la Orden Carmelitana desde la primera fundación de frailes en Duruelo el año
1568. Pero Juan de la Cruz no es sólo el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano,
sino que es el doctor de la vida cristiana a través de sus escritos, llenos de poesía y de unción
del Espíritu Santo. Sus libros: «Subida del Monte Carmelo», «Noche oscura», «Cántico
espiritual» y «Llama de amor vida» le han merecido el título de doctor de la Iglesia, conferido
por el Papa Pío XI en 1926, y un puesto de honor entre los escritores místicos de todos los
tiempos. Recordemos que nació en Fontiveros el año 1542 y que ingresó en el Carmelo a los
21 años; que padeció, incluso la cárcel, para llevar adelante la reforma de los frailes carmelitas
y que murió en Úbeda (Jaén) en la noche del 13 de diciembre de 1591.
PRIMER DÍA
ELEGIDOS PARA UNA VOCACIÓN DE AMOR
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre,
un maestro espiritual para toda la Iglesia,
haz que, siguiendo su ejemplo y su doctrina,
nos dejemos transformar por la llama viva de tu Espíritu,
para llevar hasta el final el proyecto de tu inmenso amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PISTAS HOMILÉTICAS
Desde siempre el hombre, entendido como género humano, es decir, como
varón y mujer, se ha preguntado por su ser en el mundo; de hecho podemos
decir que todo lo que él mismo a creado, todas las ciencias que ha pensado e
incluso todo lo que ha dañado, obedece a esa necesidad que siente de dar
respuesta a la pregunta que siempre lo acompaña: ¿Quién soy? ¿Qué es el
hombre? Sin embargo, cada respuesta resulta muy pobre y mutila la misma
condición humana simplemente porque el hombre es el único ser sobre la tierra
que no es, sino que puede ser.
San Juan de la Cruz capta en profundidad que el hombre es proyecto,
vocación, llamado a ser en libertad; que el hombre puede ser humano o
inhumano, que lo único que humaniza al hombre es el amor. Somos criaturas
de amor y para el amor, somos un llamado al amor, a ejercitarnos en dar la
vida, a vencer nuestros propios egoísmos para entrar en el corazón del otro, en
su dolor, en su sufrimiento, en cada una de sus necesidades.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Aclamemos a Cristo, nuestro Redentor,
que llamó a san Juan de la Cruz a su seguimiento
y lo encumbró a la más sublime contemplación,
y digámosle:
R/. Padre de inmenso amor, escúchanos.
Gozo supremo del Padre,
por quien Dios mira propicio a los hombres,
haznos perfectos y compasivos
como el Padre del cielo. R/.
Primogénito de toda criatura,
por quien el Padre creó y recreó
con sabiduría y amor todas las cosas,
enséñanos a elevarnos de la belleza del mundo visible
hasta tu hermosura invisible. R/.
Cristo Jesús, maestro único y verdadero,
que descubres las riquezas de tu sabiduría
a quienes te buscan y te aman,
otorga el conocimiento de tu amor
a cuantos has llamado a la familia del Carmelo. R/.
Acoge, Padre providente,
las peticiones que con fe te presentamos
en esta memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre,
y haz que movidos por tu gracia,
respondamos con generosidad
a la gratuidad de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestras ofrendas
en esta memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre,
y permite que, participando de este banquete de la Eucaristía, podamos
recuperar en nuestra vida,
la semejanza tuya que perdemos por el pecado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre.
Porque en su vida y su doctrina,
escuchamos claramente tu invitación
a disponernos para ti,
para que buscándote te hallemos y hallándote,
seamos transformados en criaturas nuevas,
sin otro oficio que el amor.
Con mano blanda le fuiste mostrando
que tu amor no cansa ni se cansa,
que delicadamente tocas nuestra vida
en el misterio de la Encarnación,
para regarlos en tu Hijo amado, Jesucristo,
el modelo y la cima de toda perfección.
Por eso, Señor,
te damos gracias
y proclamamos tu grandeza
cantando con los ángeles:
Santo, Santo, Santo...
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor,
con el pan de la vida eterna,
te pedimos que, a ejemplo de san Juan de la Cruz,
nos concedas servirte con entrega generosa
y amar a nuestros hermanos con amor incansable,
para que seamos ante el mundo
verdadera imagen y semejanza tuya.
Por Jesucristo nuestro Señor.
SEGUNDO DÍA
LA NOCHE OSCURA
ORACIÓN COLECTA
Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres,
que, dentro de la Iglesia, has confiado
a san Juan de la Cruz, nuestro Padre,
la misión de alumbrar con su doctrina
la noche oscura de la fe
e iluminar con su experiencia
la vida de muchos hombres,
concédenos, por su intercesión,
continuar sin temores
la transformación de nuestra vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PISTAS HOMILÉTICAS
El ser humano en su búsqueda de perfección, en su deseo de llevar a plenitud
la vocación a la que ha sido llamado, vive la noche; se enfrenta con la
oscuridad de la vida, con la ausencia y el silencio de Dios. San Juan de la Cruz
llena de confianza el corazón del hombre cuando presenta la Noche Oscura de
la vida como un tiempo de gracia.
La noche es el lugar de la búsqueda, del deseo de Dios y del encuentro. Dios
habla en la noche y es en ella donde aparece con todo su resplandor porque
noche es exceso de luz. Es en la noche donde el hombre se encuentra con su
intimidad en un diálogo de amor con Dios, es en ella donde afloran las
realidades inhumanas que deben ser vencidas por el poder del amor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Demos gracias a Dios Padre,
que se ha dignado, por su querido Hijo Jesucristo,
enviarnos su Espíritu para que,
compartiendo el mismo ser de Dios
e iluminándonos con su gracia,
seamos en la Iglesia testigos del amor.
Supliquémosle, diciendo:
R/. Cristo, luz verdadera, escúchanos.
Por la humanidad que busca a Dios
en la oscuridad de este mundo
o en la prueba de la fe,
para que se deje guiar hasta Cristo
por la luz de la Palabra del Evangelio. R/.
Cristo Jesús, Luz sin ocaso,
que te manifiestas a los pobres de espíritu
en la oscuridad de la fe,
revela tu rostro a todos los pobres
que en medio de las tinieblas
te buscan con sincero corazón. R/.
Por todos los que
experimentan el abandono de Dios y de los hombres
para que, como san Juan de la Cruz,
encuentren en Cristo crucificado
la solución de todas sus angustias. R/.
Escucha, Padre,
la oración que con inmensa fe te presentamos,
en la memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre,
y haz que la luz de su testimonio y su doctrina,
disipe la noche oscura
de nuestras dudas e incertidumbres.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso,
humildemente imploramos de tu Divina Majestad
que estos dones,
que ofrecemos en honor
de san Juan de la Cruz,
nuestro Padre y doctor de la Iglesia,
nos alcancen la luz verdadera
que ilumine todo obstáculo
en nuestro ascenso hacia ti.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre.
Tú lo guiaste primero
por la senda del monte y por la noche oscura
hasta la plena comunión contigo,
y le hiciste experimentar la llama viva de tu Espíritu,
para que conociera tus secretos
y pudiera cantar que es el amor
el bien más precioso de la Iglesia.
Por eso, Señor, con todos los ángeles
te alabamos ahora y por siempre
diciendo con humilde fe:
Santo, Santo, Santo...
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Henos experimentado, Señor,
el gozo de la fuente que da vida;
Haz que a ejemplo de san Juan de la Cruz, nuestro Padre, lleguemos a
contemplar sin velos en la gloria
el misterio que confesamos y celebramos
en la oscuridad de la fe, aquí en la tierra.
Por Jesucristo nuestro Señor.
TERCER DÍA
UNIÓN DEL ALMA CON DIOS
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que has querido infundir
en san Juan de la Cruz, nuestro Padre,
tu admirable doctrina,
concédenos por su intercesión,
permanecer en tu amor,
para que seamos conducidos
por la llama viva de tu Espíritu,
hasta la unión plena contigo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PISTAS HOMILÉTICAS
Sólo existe una posibilidad para que el hombre viva la plenitud de su vocación
humana: Dios. Porque sumergirse en Él es sumergirse en el amor infinito. San
Juan de la Cruz lo sabe y se siente herido por ese amor que lo seduce, que lo
invita a salir de sí, venciéndose, para llegar a habitar en el corazón de Dios. Es
un encuentro de amantes, de un alma enamorada y sedienta de su amado.
Esa sed, esas ansias, ese fuego que es pasión encendida, es Dios mismo en lo
profundo del corazón humano. Es Él quien lo lanza a la fascinante aventura de
amar, de verlo y verse en todo y en todos, de tomarlo para sí, de vivir y
descansar en Él. San Juan de la Cruz sabe que entre más humanos, más
divinos, porque sólo somos en el amor y el amor iguala. La vocación humana
es un llamado a sumergirnos en Dios.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Aclamemos a Jesucristo,
cabeza y esposo de la Iglesia,
que hoy nos colma de alegría
con la memoria de san Juan de la Cruz;
por su intercesión,
presentemos confiadamente a Dios
nuestras súplicas, diciendo:
R/. Cristo, toque delicado de Dios, escúchanos.
Cristo Jesús,
que diste a conocer a san Juan de la Cruz
la sabiduría de la cruz,
enciende la llama viva de tu amor
en todos los que han recibido en la Iglesia
el ministerio de la enseñanza,
del gobierno y de la santificación. R/.
Palabra única de Dios,
hablada desde siempre en eterno silencio
y acogida en el seno de la Virgen
al llegar la plenitud de los tiempos,
enséñanos hoy a escuchar tu palabra
en la intimidad del corazón,
y a cumplirla y manifestarla con nuestras obras. R/.
Sabiduría del Padre,
que nos mostraste el exceso de tu amor
en el anonadamiento de la encarnación y de la cruz,
otorga a cuantos has redimido con tu sangre
vivir en permanente comunión contigo. R/.
Imagen acabada del Padre,
en quien se nos han revelado esplendorosamente
los misterios del amor eterno,
haz que, impulsados por tu Espíritu,
caminemos con resplandor creciente
hasta tu luz inaccesible. R/.
Atiende, Padre de misericordia,
las oraciones que confiadamente te presentamos
en esta memoria de san Juan de la Cruz, nuestro padre. Concédenos por su
intercesión,
lo que alimente nuestro espíritu
y nos conduzca a la unión íntima contigo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos misterios,
te rogamos, Señor,
que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros
aquel mismo amor
que condujo a nuestro padre, san Juan de la Cruz,
por el camino de la unión perfecta contigo,
mientras aguardamos
el dulce encuentro en la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
por Cristo Señor nuestro.
Porque nos concedes la alegría
de celebrar hoy la memoria de san Juan de la Cruz,
quien movido por los impulsos de tu Espíritu,
respondió dócilmente a tus inspiraciones divinas,
que lo llevaron a pregustar en esta vida, la gloria,
que a vida eterna sabe
y que está reservada en el cielo
para los que te aman.
Por eso,
con los ángeles y los santos,
te cantamos el himno de alabanza
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reanimados con el pan del cielo,
te rogamos, Señor,
que a ejemplo de san Juan de la Cruz, nuestro Padre, permanezcamos en
continua acción de gracias
por los dones recibidos y por la excelencia de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
SOLEMNIDAD DE
SAN JUAN DE LA CRUZ
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre,
un modelo de abnegación evangélica
y un perfecto amador de Cristo crucificado;
concédenos que, siguiendo su ejemplo y su doctrina,
lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PISTAS HOMILÉTICAS
Celebrar la solemnidad de San Juan de la cruz, es celebrar la historia de amor
de Dios con el hombre. Es celebrar la fidelidad de Dios con cada ser que se
abre a su amor y que se funde en sus brazos; es sentir que Dios
permanentemente nos está recreando, que Dios no se cansa de soñar con el
hombre, que Dios se goza con el alma enamorada.
Es celebrar además, la fidelidad del hombre que se deja amar por Dios; que ha
decidido reclinar el rostro en su misericordia infinita, que se ha dejado tomar en
sus brazos para estar cerca de su corazón de Padre. Celebrar la plenitud de un
corazón fundido en Dios, un corazón que se vuelve poesía, metáfora, balbuceo.
Un corazón hermoseado por la hermosura.
Celebrar la solemnidad de San Juan de la Cruz es celebrar toda vocación
humana; es captar que estamos heridos de amor, seducidos por quien nos ha
herido, que estamos enamorados de nuestro Dios; es sentir que somos un
pedacito del corazón de Dios con la capacidad de amar como Él nos ama, es
no descansar hasta fundirnos por completo en Él, porque la herida de amor
sólo se cura con la presencia y la figura.
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos, hermanos, la bondad de Dios, nuestro Padre, y por la intercesión
de san Juan de la Cruz, presentémosle con toda confianza nuestras plegarias,
diciendo:
R/. Por intercesión de san Juan de la Cruz, escúchanos Señor.
Por la santa Iglesia
para que con fe viva
aliente a todos los hombres que buscan a Dios,
y los lleve a la perfecta comunión con Él.
Roguemos al Señor. R/.
Por todos los que cantan las bellezas
de la creación y de la vida,
para que siguiendo las huellas
de san Juan de la Cruz,
cantor de la hermosura de Dios,
contemplen las bellezas que no perecen.
Roguemos al Señor. R/.
Por todos los maestros espirituales,
para que sepan guiar a las almas,
como san Juan de la Cruz,
hacia la verdadera libertad de espíritu.
Roguemos al Señor. R/.
Por todos nosotros
que en la Palabra y en la Eucaristía
recibimos la plenitud de vida divina,
para que hagamos fructificar en nuestra vida
las semillas de gracia que recibimos.
Roguemos al Señor. R/.
Escucha, Padre Santo,
la oración de tu Iglesia peregrina,
y por la intercesión de san Juan de la Cruz,
concédele que, fiel a tu voluntad,
siga las huellas de Cristo
y anuncie el Evangelio a los pobres.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor,
estos dones que te presentamos
en la solemnidad de nuestro padre,
san Juan de la Cruz,
y haz que nuestras vidas queden transfiguradas
por el memorial de la pasión gloriosa de Cristo
que en estos misterios celebramos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y proclamar tus alabanzas
en la solemnidad de san Juan de la Cruz, nuestro Padre,
por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por Él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas,
dejándolas vestidas de su bondad y hermosura.
Él nos ha dado, Padre,
la plenitud de la revelación y de la gracia,
porque en tu única Palabra
nos lo dijiste todo y nos lo diste todo
en los cielos y la tierra.
Por el misterio pascual de su pasión gloriosa
reconcilió a la humanidad contigo,
le dio con su Espíritu la plenitud de vida
y levantó hasta el cielo la creación entera.
Y ahora, vive glorioso en el cielo
como Esposo y Cabeza de la Iglesia,
rodeado de todos los santos
que constituyen su eterna corona.
Por eso, unidos a los coros angélicos
te aclamamos llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro,
que has manifestado de un modo admirable
el misterio de la cruz de Cristo
en la vida de san Juan de la Cruz, nuestro padre;
por este vivo pan que nos da vida,
haz que, unidos constantemente a Cristo por la fe,
trabajemos en la Iglesia
por la salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo nuestro Señor.
BENDICIÓN FINAL
V/. Dios Padre misericordioso,
que nos ha llamado a la participación
de la vida divina en estos misterios,
nos haga llegar hasta la perfección
de la santidad cristiana.
R/. Amén.
V/. Que Él nos conceda como a san Juan de la Cruz,
caminar en fe, esperanza y amor,
unidos siempre a Cristo,
a través de las noches oscuras
y de las jornadas luminosas de la vida cristiana.
R/. Amén.
V/. Que por la intercesión de san Juan de la Cruz,
nos haga dóciles a las inspiraciones del Espíritu
para adquirir la libertad de los hijos de Dios
y pregustar el gozo de la vida eterna.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre nosotros
y nos acompañe siempre.
R/. Amén.
Agradecimiento especial al Padre Jorge Mario Naranjo M., ocd, que
amablemente nos colaboró con las pautas homiléticas de este misal.